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Erotismo

Athenais, con un vestido de transparencia, pintura de John William Godward, 1908.

El término Erotismo (del Griego ἔρως: érōs) designaba originalmente al amor


apasionado unido con el deseo sexual, sentimiento que fue personificado en el dios
Eros. Tiene una relación evidente con la sensualidad, con la sexualidad y con las
capacidades de atracción entre los seres humanos.1

En español y en otros idiomas modernos, el término «erotismo» es una palabra


compleja que puede tener dos sentidos, ya que queda definida por dos conceptos
distintos, por lo que se puede hablar de dos tipos diferentes de erotismo según el sentido
que lo define:

Por un lado, por la picardía (entendida como acción o dicho en el que hay malicia o
atrevimiento, aunque no una clara insinuación) y la propia insinuación, al cual puede
designarse como erotismo poético o erotismo romántico, y se entendería como una
respuesta a la búsqueda de interacción social.

Por el otro lado, por la pornografía, al cual podríamos denominar erotismo sexual, ya
que estaría relacionado directamente con los preludios del acto sexual, (específicamente,
con los juegos sexuales) con los que se pretende desarrollar la excitación de la pareja y
la lubricación de los órganos genitales, lo cual facilita el coito y otros tipos de
comportamientos sexuales.

Erotismo y sensualidad[editar]
Venus, de Lucas Cranach el Viejo.

Los términos erotismo y sensualidad están muy relacionados, aunque no signifiquen lo


mismo, debido a que tienen una gran conexión entre sí, pues ambos hacen referencia a
buscar atraer e incitar a otras personas. El erotismo va más allá de la sensualidad, dado
que comprende expresiones faciales complejas, acciones corporales y manifestaciones
verbales. Lo que significa que abarca señales sonoras o visuales especializadas y
simbolizadas por el lenguaje. El erotismo puede adoptar mayor o menor tendencia a la
sexualidad, en función de la intimidad y de la intencionalidad con que se emplee.

El erotismo puede verse tanto en algo completamente sutil e inocente (una mirada
profunda y sostenida en un momento inesperado, pasar al lado de la persona deseada y
susurrarle algo bonito al oído, rozarla como “sin querer”), como en algo profundamente
íntimo y sexual (ser sorprendido por tu pareja al llegar a casa y encontrarla con un
conjunto muy sensual, preparada para ofrecerte una noche interminable).

Por consiguiente, es posible decir que el erotismo es más un comportamiento cultural


que sexual. No es posible rebajar al erotismo todo lo relacionado con la sexualidad y
con el acto sexual físico o, del mismo modo, descontextualizarlo de la fase de relación
interpersonal en que se dé, sea esta social (fase del galanteo y formación de la pareja) o
íntima (actividad precopulativa).1 Además, es difícil precisar un rasgo que distinga
claramente el adjetivo erótico de los que lo flanquean en una escala valorativa continua
(de términos coloquiales o técnicos) que todo ser humano emplea cotidianamente y que
comprendería, de menor a mayor carga polémica: travieso-picante-erótico-obsceno-
soez-pornográfico-etcétera.
Las puertas del ocaso de Herbert James Draper.

Erotismo y pornografía[editar]
La delimitación entre erotismo y pornografía es "una cuestión estrictamente personal",
aunque es posible afirmar, sin lugar a dudas, que el erotismo se limita a mostrar
epidermis con generosidad y a sugerir con mayor o menor picardía, mientras que la
pornografía ilustra las relaciones sexuales explícitas que mantienen los personajes. En
este sentido, los aficionados al cómic japonés distinguen el Ecchi (ッチ), que no
muestra el coito, del hentai (変態), plenamente pornográfico. La diferencia se establece,
por tanto, en el grado de importancia de los elementos eróticos para el desarrollo de la
obra.

Amor erótico y amor romántico[editar]


La dicotomía entre el amor erótico y el amor romántico no es por lo general absoluta,
aunque ha quedado para el aspecto romántico la asociación principal con el amor (en
cuanto a que un verdadero amor es altruista y, se supone, sublima la sensualidad). A
esta dicotomía se debe que ya en la Antigüedad clásica los griegos tendían a distinguir
entre el eros y el ágape (el segundo de los cuales era el amor solidario y, pudiera
decirse, romántico); tal distinción se tradujo al latín como la existente entre la cupiditás
y la caritás.
En las religiones[editar]
En las religiones y sistemas de creencias siempre está presente el erotismo, aunque se
puede encontrar en dos facetas aparentemente muy opuestas: por ejemplo, en el
cristianismo católico, los textos místicos de san Juan de la Cruz y Las Moradas, de
Santa Teresa de Jesús, poseen una retórica llena de un sublimado erotismo dirigido a la
deidad, mientras que en otras religiones (como las de los fenicios, mesopotámicos y
otros) existía una prostitución sagrada que llegó a la Grecia clásica. En la Roma Antigua
se hace notorio el contraste entre la "lujuria" con abundante arte erótico o, más que entre
los griegos, directamente pornográfico y la severa castidad y virginidad impuesta a las
vestales. Tales antinomias dentro de un mismo sistema religioso se evidencian
asimismo en el hinduismo, donde existen movimientos promotores de las más rigurosas
ascesis opuestas a lo libidinoso junto a exaltaciones de la sexualidad, como ocurre con
el conocido texto del Kama Sutra o con las imágenes sexuales de templos como los de
Suria y Khajuraho.

Erotismo y fetichismo[editar]
En el mundo de los objetos, el erotismo puede confundirse con el fetichismo, que es la
derivación de la libido hacia objetos o partes del cuerpo; de tal manera que la vista o
una simple imagen real o mental de esa parte del cuerpo provoque en el fetichista un
deseo sexual.

Erotismo intelectual[editar]
Una percepción más intelectual del erotismo lleva la cuestión a ámbitos en los cuales se
supone una ausencia del mismo; por ejemplo, la obra escultórica el Éxtasis de Santa
Teresa, de Gian Lorenzo Bernini, que representa el arrobamiento místico con la
expresión de una mujer en estado de éxtasis físico. El erotismo es un dispositivo
complejo (ya que abarca diversos componentes de lo subjetivo y lo social y desde la
bioquímica hasta el arte) que genera atracción sexual y que puede canalizarse
adecuadamente para lograr la completa satisfacción del deseo si no hace que otras
personas se sientan afectadas negativamente.

Grandes Autores, Obras maestras o Hitos


representativos[editar]
Artículo principal: Historia del desnudo artístico

La curiosidad por el erotismo es un comportamiento natural o innato en los seres


humanos. Desde la Antigüedad, representaciones de desnudos como la Venus de Milo o
las diosas de la fertilidad en paredes prehistóricas son evidencia de este interés. El
desnudo en representaciones visuales ha sido constante en todas las culturas.

A continuación se enumeran, agrupadas según la naturaleza de los medios expresivos y


ordenadas, de manera aproximada, cronológicamente, algunas obras del erotismo
clásico. La lista es incompleta y nada rigurosa. Algunas son obras maestras, otras no
están aquí más que por lo que representaron en su época, por el encono con que fueron
perseguidas o prohibidas o censuradas o porque introdujeron alguna novedad en los
trillados caminos que la cultura humana lleva transitando desde sus orígenes.

Literatura[editar]

Agostino Carracci: Angélica y Medoro

El carácter desvergonzado y satírico de mucha literatura medieval terminó recogiéndose


en cancioneros y antologías. Era un elemento natural de aquella cultura, de carácter
popular y de transmisión oral, en el que las autoridades participaban y que consideraban
inofensivo. Las nuevas necesidades de entretenimiento y la ampliación de la audiencia
que se produjeron con el Renacimiento propiciaron que poetas y literatos creasen
nuevas obras en la misma línea, inicialmente destinadas a sus nobles patrones, pero
accesibles también a un público más amplio. En el contexto de la Contrarreforma, el
extremo carácter licencioso de muchas de ellas originó conflictos con el Papado
romano, que durante los siglos siguientes se intensificaron y fueron parte integrante de
las tensiones originadas por el nacimiento de la modernidad europea.

Los autores y obras que se enumeran a continuación no son más que los casos más
representativos de un conjunto mucho más amplio, que abarca prácticamente toda la
historia de la literatura. Por las razones mencionadas anteriormente, en muchos casos la
autoría aquí presentada no es más que la atribución realizada por los estudios
posteriores de los especialistas.

 En español: Francisco Delicado: La lozana andaluza (1528)2


 En italiano: Pietro Aretino: Ragionammenti3
 En chino: Li Yü: Jou pu tuan (La esterilla carnal) (1634)
 En latín: Nicolás Chorier: Aloisiae Sigeae toletanae satyra sotadica de arcanis
Amoris et Veneris, Aloisia hispanice scripsit, latinitate donavit Joannes
Meursius, V. C. (1660)
 Saikaku Ihara: Kooshoku ichidai otoko (Amores de un vividor) (1682)
 John Cleland: Memories of a woman of pleasure (Fanny Hill) (1748)4
 Nicolás Fernández de Moratín: Arte de las putas (siglo XVIII)5
 Andréa de Nerciat: Le diable au corps; Les Aphrodites (siglo XVIII).
 Honoré Gabriel Riquetti, Conde de Mirabeau: Ma conversión; Hic et haec; Le
rideau levé (siglo XVIII).
 Pierre Louÿs: Manuel de civilité pour les petites filles à l'usage des maisons
d'éducation; Trois filles de leur mère; Les chansons de Bilitis; Pybrac (primer
tercio del siglo XX).
 Vladimir Nabokov: Lolita (1955)
 Emmanuelle Arsan: Emmanuelle (1959)
 Henry Miller: Trópico de Cáncer,Trópico de Capricornio, Sexus, Plexus, Nexus.
 D. H. Lawrence: El amante de Lady Chatterly.
 Marguerite Duras: El amante, Ojos azules pelo negro.

Dibujo y pintura[editar]

Los cinco sentidos, de Hans Makart.


El concierto, de Thomas Rowlandson.

Mientras las escenas con desnudos que demandaban a los pintores italianos del
Renacimiento sus patrones cardenalicios o papales (como los frescos pintados por
Rafael en el baño del cardenal Bibbiena) y los reyes y nobles de las cortes europeas
(incluido el muy austero Felipe II), estuvieron arropadas por el pretexto mitológico y
destinadas a decorar sus salones o dormitorios, no se generó polémica alguna; todo
quedaba en casa. Pero cuando Marcantonio Raimondi realizó e imprimió en 1524 una
serie de dieciséis grabados obscenos, que empezaron a distribuirse entre un grupo más
amplio, el Papa Clemente VII hizo todo lo posible por suprimirlos.

Se considera a La maja desnuda de Goya "el primer desnudo femenino totalmente


profano del arte occidental", aunque la condición erótica de otras obras sea muy fuerte
(por ejemplo, Mark Twain consideraba a La Venus de Urbino de Tiziano "la más loca,
vil y obscena pintura que posee el mundo".6

Prácticamente todos los pintores que han pasado a engrosar la historia del arte, y
muchos de los que no lo hicieron, plasmaron escenas eróticas, probablemente más por
demanda de sus clientes que por propio gusto. Esta faceta de su producción suele ser
omitida por completo cuando las historias del arte comentan su obra, de la que
generalmente no representa más que una pequeña parte. He aquí unos cuantos casos
destacados.
Eros y Psique
(1797), de François
Gérard, Museo del
Louvre, París.

Magdalena
penitente (1825), de
Francesco Hayez,
Cívica Galleria
d'Arte Moderna,
Milán.

Venus Anadyomene
(1838), de
Théodore
Chassériau, Museo
del Louvre, París.
Muchacha desnuda
sobre piel de
pantera (1844), de
Félix Trutat, Museo
del Louvre, París.

 Giulio Romano-Marcantonio Raimondi (siglo XVI). * Agostino Carracci (siglo


XVI).
 Tiziano (siglo XVI). * Rembrandt (siglo XVII). * Ukiyo-e, Shunga (siglo XVII-
XVIII).
 François Boucher (siglo XVIII). * Thomas Rowlandson (siglo XIX).
 Achille Devéria (siglo XIX). * Henri Fuseli (siglo XIX). * Peter Fendi (siglo
XIX).
 Félicien Rops (siglo XIX). * Henri de Toulouse-Lautrec (siglo XIX).
 Gustave Courbet: L'origin du monde.
 Mariano Fortuny: Estudio de vulva (1872). * Mihaily von Zichy (siglo XIX).

Escultura[editar]
Poseidón del Cabo
Artemision
(470 a. C.), Museo
Arqueológico
Nacional de Atenas.

El Discóbolo de
Mirón (455 a. C.),
British Museum,
Londres.

Apolo Sauróctono
(360 a. C.), de
Praxíteles, Museo del
Louvre, París.
Apolo de Belvedere
(circa 350-
325 a. C.), de
Leócares, Museo Pío-
Clementino ,
Vaticano.

Apoxiómeno (circa
340-330 a. C.), de
Lisipo, Museo Pío-
Clementino ,
Vaticano.

Las fuentes escritas no bastan para conocer una cultura.7 Los objetos que nos hablan de
su vida cotidiana son imprescindibles a la hora de sumergirnos en el pasado y poner
voz, color y luz a las historias perdidas. Por ello, a pesar de la abundante literatura que
conservamos de griegos y romanos, tan sólo el arte erótico de ambas civilizaciones,
extraído por la arqueología de las entrañas de la tierra, nos ayuda a conocer mejor las
costumbres sexuales de nuestros más directos antepasados, y nos permite, a su vez,
recuperar el fantástico legado de un pueblo que supo vivir entregado al sano placer de
satisfacer sus sentidos.

Poco podían imaginar los habitantes de las alegres Pompeya y Herculano, en aquella
esplendorosa mañana de finales de agosto (79 d. C.) que el Vesubio los sepultó bajo
implacables capas de lava y ceniza, que mil setecientos años después una civilización
puritana y moralista se escandalizaría al descubrir los objetos de índole erótica que a
ellos les sirvieron para solaz y regocijo. Cuenta C. W, Ceram, en "Dioses, tumbas y
sabios" que hacia 1760, cuando los primeros hallazgos arqueológicos de este tipo
comenzaron a surgir de las entrañas de la tierra, el rey Carlos de Borbón "de ideas
mezquinas y extrañado ante una escultura que representaba un sátiro emparejado con
una cabra, hizo mandar todas aquellas obras inmediatamente a Roma y encerrarlas".

Los maestros ingleses de la época victoriana tuvieron una reacción similar y preferían
no mostrar a sus alumnos las estatuas desnudas de los grandes escultores griegos y
romanos, con tal de no correr el riesgo de pervertirlos, aún cuando sus discípulos
quedaran con esa laguna en su aprendizaje. También sufrieron lo suyo los sesudos y
eruditos filósofos que, ante la numerosa cerámica hallada en Grecia del periodo arcaico
(800 a 480 a. de C.) con explícitas escenas de pederastia, se vieron obligados a conjugar
su admiración por grandes filósofos griegos como Sócrates o Platón, con la idea de que
ambos mantuvieron relaciones sexuales con jovencitos.

Y es que una cosa era descubrir en los monumentos de la India que los orientales
estaban muy versados en posturas sexuales, y otra muy distinta reconocer que nuestros
más directos antepasados rendían culto a la belleza y el erotismo sin ningún recato,
además de practicar la pederastia. Nuestra mentalidad judeocristiana, que considera el
sexo como algo pecaminoso, hace que todavía en la actualidad, aunque cada vez menos,
se separen en algunos museos los objetos con representaciones eróticas del resto para no
herir la sensibilidad de ciertos visitantes.

Y, sin embargo, es imposible acercarse a las costumbres y psicología de civilizaciones


pretéritas como la griega y la romana, sin tener en cuenta las escenas eróticas reflejadas
por doquier, tanto en utensilios cotidianos, vasijas, platos, lámparas de aceite o espejos,
corno en estatuas y objetos de culto religioso. Ahora bien, para juzgar todo este material
de forma objetiva hay que entender primero que la sexualidad no fue considerada en la
antigüedad clásica algo pecaminoso y contrario a la espiritualidad, corno ocurrió más
tarde en las sociedades cristianas. Al contrario, fue canalizada en diferentes formas de
expresión y tratada con humor y sentido común.

En segundo lugar, no todos los objetos o estatuas grecorromanas con motivos eróticos
tenían como propósito la excitación sexual. Precisamente, muchas de los motivos que
resultaron obscenos a los primeros investigadores están en realidad relacionadas con las
creencias religiosas del mundo clásico. Como en otras muchas culturas de la época, el
culto a las divinidades de la fertilidad, a las que se representaba con ostentosos símbolos
sexuales, tenía una especial importancia en las religiones griega y romana. Así, el sátiro
que escandalizó a Carlos de Borbón no era sino el dios arcadio Pan, espíritu vital de la
naturaleza y la fecundidad, adorado por los pastores y labradores argivos.7

Algunas de las piezas más notables son en romanas, pero se recuperaron en las
excavaciones de Pompeya a partir del siglo XVIII. Walter Kendrik ha estudiado los
problemas que plantearon y la decisiva influencia que tuvieron en la conceptualización
contemporánea de lo erótico y lo pornográfico. También se han encontrado decenas de
esculturas eróticas que datan del siglo X en la aldea de Baidyanath en el distrito de
Kaimur en la India.Hallazgo de esculturas eróticas en la India
 Museo arqueológico nacional de Nápoles: Pan y una cabra (Herculano) y Venus
calipigia.
 Bajorrelieves en templos, monumentos y casas particulares.
 Vasijas, huacos, exvotos y amuletos.
 Joyería: medallones, relojes, esmaltes.

Cine[editar]

Imágenes de un filme erótico austriaco de 1906

Los temores que ya había suscitado la fotografía como medio de expresión del erotismo
por su aparente y extremado "realismo" se vieron naturalmente acrecentados al
inventarse el cinematógrafo y al comprobarse su rápida popularización. Las adiciones
posteriores (sonido, color) no hicieron más que reforzar su efecto hipnótico sobre el
público. Los mecanismos de censura que ya se encontraban en funcionamiento para
libros e imágenes lo acogieron inmediatamente en su seno, de modo que en todos los
países se establecieron rigurosos sistemas de censura cinematográfica, que duraron
hasta el último tercio del siglo XX, repitiéndose la historia de las prohibiciones, los
secuestros y las amputaciones de obras, así como de procesos y multas a autores y
distribuidores. Naturalmente en aquellos primeros tiempos también se realizaron
películas eróticas clandestinas, algunas de las cuales han sobrevivido hasta nuestros días
y pueden adquirirse con libertad actualmente.
Las que siguen son algunas de las películas comerciales más representativas de la etapa
final, en la que se produjo el inicialmente lento proceso de la exhibición de la desnudez
y el erotismo humanos en la pantalla.

 Jean Genet: Un chant d'amour (1950).


 Federico Fellini: La dolce vita (1960).
 Michelangelo Antonioni: Deseo de una mañana de verano (1966).
 Vilgot Sjöman: Soy curiosa (Amarillo) (1967).
 Pier Paolo Pasolini: El decamerón (1971).
 John Schlesinger: Domingo, maldito domingo (1971).
 Bernardo Bertolucci: El último tango en París (1972).
 Gerard Damiano: Garganta profunda (1973).
 Just Jaeckin: Emmanuelle (1974).
 Nagisa Oshima: El imperio de los sentidos (1976).
 Tinto Brass, Giancarlo Lui y Bob Guccione: Calígula (1979).
 Adrian Lyne: Nueve semanas y media (1986).
 Jean-Jacques Annaud: El amante (1992).
 Paul Verhoeven: Instinto básico/Bajos instintos (1992).

El erotismo en la Época Moderna y


Contemporánea[editar]
Pin-Ups! mezcla de erotismo e ingenuidad[editar]
Artículo principal: Pin-up

La actriz Olive Thomas retratada por Vargas en 1920.

Arte y erotismo son dos de los elementos principales de las imágenes pin-up (ya sean
fotografías u otro tipo de ilustraciones, las cuales se caracterizan por mostrar
ilustraciones de chicas con poses sexualmente sugerentes, sonriendo y realizando algún
tipo de saludo. Su encanto reside en sus poses y sus miradas, no tanto en lo que
enseñaban, sino en lo que sugerían, en esa falda que enseña lo justo, o en esa lencería
que sugiere más que enseña. En contadas ocasiones aparecían sin ropa, aunque sí solían
hacerlo en traje de baño, pantalones muy cortos… y también con ropa militar o
marinera en versión sexy. No hay que olvidar que el gobierno norteamericano regalaba
pin-ups a los soldados participantes en la Segunda Guerra Mundial, para que las
colgaran en las cabeceras de las camas o en las taquillas y les levantaran la moral.
Este tipo de imágenes siguen un patrón: son mujeres bonitas, sensuales, normalmente
captadas en situaciones "comprometedoras", que destilan erotismo e ingenuidad por
todos sus poros, que suele figurar en las portadas de revistas, comic-books y
calendarios.

Las pin-ups revolucionaron el concepto de belleza y dieron cuerpo a un nuevo icono de


la feminidad: la de la girl-next-door.

Fotografía[editar]
Artículo principal: Fotografía erótica

El proceso fotográfico como algo realmente practicable se dio a conocer al mundo en


1835 por Louis Daguerre quien fue el célebre inventor del daguerrotipo (un primer tipo
de fotografía impresa en plata o cobre plateado), con el que retrató esculturas de figuras
desnudas. Su éxito fue fulminante, a pesar de las limitaciones técnicas y de los
problemas que subsistieron durante mucho tiempo pues obtener una daguerrotipo era
algo costosos y que llevaba su tiempo ya que se revelaba con luz solar, sin embargo, era
tal la veracidad obtenida con el que cada vez más personas se interesaron en los retratos.
E inmediatamente se aplicó, por supuesto, a temas eróticos.

Este formato en particular popularizó la reproducción masiva de las imágenes eróticas y


diversificó sus usos, hasta nuestros días.

Aunque sus inicios se dieron en ambiente “liberal” de París a finales de 1800, solo las
prostitutas accedían a que las inmortalizaran a cambio de dinero, sin embargo, no tuvo
que pasar demasiado tiempo para que se empezara a formar un mercado clandestino de
precios elevados conformado por altas esferas y círculos sociales adinerados. Baste
como muestra curiosa el hecho de que en 1874, apenas cuarenta años después de ese
momento, la policía cayó sobre el estudio fotográfico londinense de Henry Hayler, en el
que se incautaron y destruyeron nada menos que 130.248 fotografías y 5000
transparencias obscenas.

Finalizando el siglo XIX, este tipo de fotografía se había dividido ya en tres grandes
grupos: Por un lado se encontraban las antropológicas (enfocadas en mujeres de
diversas razas con el fin de “clasificar” a los seres humanos), se empezaba lentamente a
formar una nueva disciplina enfocada en el aspecto artístico de las imágenes eróticas
artísticas (pintores interesados en la fotografía) y obviamente seguían las pornográficas
que habían extendido ya su dominio por todo el mercado negro europeo.

Con el nacimiento de las revistas y las impresiones a gran escala a principios del siglo
XX evoluciona la nueva disciplina basada en el desarrollo estético de las fotografías
eróticas, presentadas ahora como imágenes artísticas. Más tarde, se descubre la
fotografía en color y surge el movimiento “Pin-Up”, "colocando a las imágenes eróticas
entre la línea de lo artístico y lo moralmente restringido, de lo culto y de lo mal visto".8

Su mayor medio de difusión fueron las tarjetas postales francesas, enviadas


naturalmente dentro de un sobre por los turistas o presentadas como prueba y trofeo al
regreso del viaje.

 Tarjetas postales (primera mitad del siglo XX).


 Lewis Carroll
 Pierre Louÿs
 Man Ray
 Edward Weston
 Helmut Newton
 Robert Mapplethorpe
 Nobuyoshi Araki

Todo lo anterior nos permite ver el papel pequeño


aunque determinante de la fotografía erótica en la
historia de las manifestaciones artísticas eróticas.
Podemos decir con tranquilidad que el
descubrimiento y evolución de la fotografía erótica
es una etapa de gran atractivo por la identificación
con el mundo en que vivimos, un mundo de
tendencia altamente audiovisual "y naturalmente, se
relaciona con ese instinto de curiosidad por el cuerpo Fotografía erótica del siglo
desnudo; ya sea que nuestro interés sea el deleite
XIX.
visual, la apreciación por la construcción artística o
el simple placer de dar rienda suelta a nuestra
imaginación mientras admiramos un cuerpo ajeno
que se ha desprendido de las cargas morales de la
ropa".9

Fotografía Glamour[editar]
Artículo principal: Fotografía glamour
Si citamos a Nicolás Poussin (Pintor francés del
siglo XVII): “El propósito del arte es el deleite”
podemos decir que la fotografía erótica se convierte
en una categoría de arte, sobre todo si es lo
mínimamente expresiva, plasmando la belleza de una
modelo de forma atractiva y sexy pero con cierta
elegancia, sobre todo mostrando el hermoso cuerpo
de la mujer como fondo y forma de la misma, es
decir, fotografías en las que el protagonismo se
centra en cuerpos desnudos/casi desnudos con
propósito completamente artísticos (Iluminación, Modelo de Eugène Durieu,
procesado, color, enfoque, ritmo, argumento, etc). El famoso fotógrafo erótico francés
erotismo y la elegancia son los motivos primordiales (s. XIX).
en toda fotografía glamour. Los fotógrafos usan una
combinación de cosméticos, iluminación y
maquillaje con la finalidad de producir la imagen lo más físicamente atractiva de la
modelo. son aquellas que representan la belleza de una modelo de forma atractiva y
sexy pero con cierta elegancia

Desde la década de los 90 ha aumentado la popularidad entre el público de este tipo de


fotografía. Famosos y estrellas de cine se embarcan en la aventura de dirigirse a revistas
especializadas con el único propósito de detener el tiempo en una espectacular imagen.
Muchas pueden ser las causas para la realización de fotos eróticas: Un cumpleaños, una
boda o la experiencia maravillosa del embarazo.
Historieta[editar]
Artículo principal: Historieta erótica

El Erotismo en el Mercadeo y la
Publicidad[editar]
Artículo principal: Sexo en la publicidad

Alyssa Nicole Pallett, actriz y


Modelo
modelodedeJ-Christophe
glamour
Destailleur
canadiense.Fotografía erótica
del siglo XXI.

La publicidad y el erotismo siempre han ido de la


mano. En la búsqueda de recursos para atraer la
atención del público objetivo, los creativos utilizan
todo tipo de estrategias. Un recurso muy utilizado a lo
largo de los tiempos en materia publicitaria es el
erotismo para construir el mensaje. La sensualidad y el Desnudo femenino, fotografía
erotismo se han convertido recursos para generar un glamour.
mayor impacto y 'seducir al consumidor'.

Ropa femenina, Perfumes, Autos y vehículos, nutrición, cirugía, etc... cualquier tipo de
anuncio y productos pueden valer para impactar al espectador con un par de "tetas"
como reclamo. Guste o no, lo cierto es, que el sexo y el erotismo siguen siendo uno de
los grandes secretos de la publicidad. Las curvas venden. Impactan. La vieja máxima
del marketing - "un par de tetas tira más que una carreta" - parece tener siempre
vigencia, y es más que evidente que las curvas femeninas se han convertido en el
reclamo con más éxito y más utilizado en multitud de campañas y anuncios
publicitarios.10

Desde hace muchísimos años el erotismo es utilizado en campañas publicitarias.


Imágenes en las cuales no es necesaria la exposición del cuerpo desnudo, sino la
insinuación de un acto o hecho, ya sea con el cuerpo de una persona o con objetos que
hacen alusión al erotismo.

En 1946, la imagen de Rita Hayworth desprendiéndose de su guante en Gilda


representaba el máxime de la seducción y el erotismo. En 1955, Marilyn Monroe dejaba
que el aire del metro levantase la falda de su vestido, para deleite de Tom Ewell en La
tentación vive arriba. En 1996, Demi Moore realizó el sacrificio en engordar un kilo de
silicona para protagonizar las escenas más airadas de Striptease. El paso de los años
evidenció una nueva realidad en el mundo cinematográfico: desnudar el alma ante la
cámara ya no era suficiente, también tenían que hacerlo en cuerpo. Y como la
publicidad es reflejo del cine (que, a su vez, produce lo que demanda la sociedad), no
podía permanecer indiferente ante esta tendencia que tan buenos resultados generar
entre los espectadores, en especial, masculinos.

Los resultados de un informe reciente de la Advertising & Society Review concluyen


que el 20% de los anuncios para internet se basan en contenido sexual, mientras que la
televisión, considerada un medio tradicionalmente familiar, son sólo el 10%. Estas
cifras desmienten la percepción general de los consumidores, quienes denuncian el
exceso de desnudos y de escenas explícitas de sexo. A pesar de su escasez, no dejan
indiferentes y, con frecuencia, vienen acompañados de polémica.

D&G y Ryanair parecen basar toda su comunicación en un único principio: que hablen
de mí, aunque sea mal. Siendo fieles a la filosofía de Dalí, y a pesar de las protestas de
determinados colectivos y la retirada de varias de ellas al considerarlas ofensivas y
denigrantes, demuestran una gran fidelidad frente a la promiscuidad que promueven las
imágenes de sus campañas. Sin embargo, no son los únicos que abusan de este recurso.
Elige el que más te guste (o el que menos, dado que el sexo no siempre satisface a
todos).

El principal problema de todos estos anuncios es la incoherencia entre el mensaje y el


producto y/o marca que promocionan. Cierto que los anuncios de contenido erótico
resultan más atractivos y logra incrementar la atención del receptor frente a otros que no
lo emplean este recurso. No obstante, el problema es que todo el interés lo acapara el
sexo, mientras que el producto y/o marca queda relegado a un segundo plano. En
consecuencia, actúa como un elemento distractor reduciendo la comprensión y el
recuerdo del mensaje. Como ejemplos tenemos imágenes publicitarias con objetos como
panes ubicados de tal forma que dan la imagen de un miembro masculino o un pezón
femenino, como también ropa en una soga en la que se encuentra un jean (pantalón de
tela jean) de hombre colgado y una camisa de mujer, donde la manga de esta se
encuentra dentro de la bragueta del pantalón masculino. Vemos claro en estos ejemplos
que la promoción real de la marca se pierde muchas veces detrás del contenido sexual.

Se han realizado varios estudios sobre como la publicidad afecta al consumidor,


diferenciándolo por su sexo, edad, etc. Fueron realizadas investigaciones en Suecia y
Estados Unidos que abordan la problemática del erotismo en la publicidad, con distinto
grado de desarrollo:

La tesis realizada por Hultin Marcus y Dundn Erik en el año 2004, denominada “Sexo
en la publicidad: Cómo influye en hombres y mujeres jóvenes”,11 plantea que si bien las
empresas hacen uso de la atracción sexual en la publicidad, con frecuencia existen muy
pocas investigaciones sobre cómo reaccionan los jóvenes frente a esta oferta.

El estudio realizado tienen un enfoque cualitativo, y los datos obtenidos pertenecen a


entrevistas realizadas a estudiantes. Los resultados y conclusiones a los que llegan,
indican que existen diferencias de género en el momento de definir y reaccionar tales
como, en el caso de los hombres tienden a centrarse más en el atractivo físico, mientras
que las mujeres se centran en otro factores como el movimiento; además sus hallazgos
sugieren que los hombres no se ven tan afectados sobre el comportamiento de compra
del producto y poseen mayor confianza en si mismos.

Por otra parte desde Florida en el año 2002, Christina Servedio realizó una tesis la cual
denominó “Sexo en publicidad”. La autora en su estudio afirma que los anuncios
publicitarios venden no solo productos, sino también valores, imágenes, conceptos de
éxito, amor, sexualidad, popularidad y sensación de normalidad.12

Véase también[editar]
 Sensualidad
 Pin-up
 Desnudo
 Historia del desnudo artístico
 Erótica
 Fotografía glamour
 Fotografía erótica femenina
 Glamour
 Pornografía
 Sexualidad
 Sexualidad humana

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