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Hacia la transformación de los límites en la teoría y el arte de Bracha Ettinger

Bracha Lichtenberg Ettinger es una artista, psicoanalista practicante y teórica del

psicoanálisis nacida en Tel Aviv en el 1948. Aunque nace en lo que hoy día es Israel, Ettinger

estudia y vive en varios diferentes lugares a lo largo de su vida. Estudia un tiempo en Jerusalén,

luego se mueve a Londres, pero es en Paris donde estará por un periodo de más de veinte años

estudiando y produciendo su arte. Actualmente es profesora de Psicoanálisis y Arte en la

European Graduate School.

Ettinger ha sido muy prominente e importante como artista y como teórica del

psicoanálisis. Ha publicado varios libros y escritos, entre ellos The Matrixial Borderspace y The

Matrixial Gaze. En su trabajo artístico, se destaca como pintora, aunque también ha

experimentado con trabajos en video e instalación, entre otras cosas. Particular a Ettinger son sus

imágenes fotocopiadas. El proceso de crear estas imágenes es muy original e interesante:

These works are simultaneously painterly and technological. Lichtenberg-

Ettinger creates them by manipulating found images on the copier, purposely

blurring the edges. By adding more toner on top of the images in a painterly

manner, she further breaks down the identity of the original image. Text and

image are overlaid by running the image through the copier again and again.

Finally, Lichtenberg-Ettinger adds oil paint in her signature shade of purple. […]

In her most recent series, she has begun adhering the paper onto canvas, then

framing these in simple wooden or welded metal frames. (Cibulski, 1)

En este ensayo quisiera acercarme a algunos de sus planteamientos teóricos en el

psicoanálisis para, desde ellos, analizar un poco de su obra artística. Además, quisiera proponer
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el trabajo artístico y teórico de Ettinger como uno que resulta particularmente útil para analizar o

leer otros textos y eventos del mundo contemporáneo en cuanto plantea un modelo teórico que,

al ir más allá del modelo lacaniano y hegemónico, introduce muchas posibilidades al debate

contemporáneo.

Mencionar que voy a analizar la obra artística de Ettinger desde sus propias elaboraciones

teóricas podría parecer un poco contraproducente. Especialmente si se piensa en lo que la propia

Ettinger ha dicho en cuanto a la relación entre teoría y arte:

The work of art does not illustrate or establish theory; theory can only

partly conceal or partly reveal the work of art1. Sometimes art produces seeds of

theory from which, upon elaboration, the work itself slips away. These seeds must

be sown elsewhere. The most graceful moments in the covenant between art and

theory occur when theoretical elements only directly or partly intended for

particular works of art, and visual elements that refuse theory, collide,

transforming the borderline between the two domains so that art is momentarily

touched by theory while theory itself takes on new meaning. In theoretical

psychoanalytic research I have applied certain strategies which emerged in my

painting. (Ettinger, 14-15)

Me parece que este es un planteamiento muy importante que se debe hacer claro en

cualquier acercamiento al trabajo de Ettinger. Ella no pretende que su arte sea un reflejo de su

teoría. Mucho menos que su arte sirva meramente para ilustrar su teoría, es decir, que esté

completamente supeditada a ésta. La teoría, en el caso de Ettinger, no se posiciona en un lugar de

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Énfasis mío
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superioridad, de dominio o de mayor importancia en cuanto al arte, sino que esta artista y teórica

asigna una importancia relativamente igual o comparable a ambas cosas. Interesante también que

Ettinger mencione que la teoría puede ocultar o encubrir al arte y también puede revelarla,

aunque solo parcialmente. Ettinger parecería sugerir que hay algo que contiene el arte a lo que no

se puede acceder desde la teoría y que, al acercarse al arte desde la teoría, hay algunas cosas que

se revelan, mientras que otras resultan inaccesibles al que mira desde un acercamiento

meramente teórico. Al Ettinger decir que ha aplicado algunas estrategias que han venido de su

pintura a su trabajo teórico, no jerarquiza una sobre la otra, sino que logra que estas cosas

diferentes dialoguen y se afecten la una a la otra sin que necesariamente una predomine o

consuma a la otra, algo como co-poiesis. Es por esto que cuando propongo acercarme a su obra

artística desde su trabajo teórico lo hago con la conciencia de que este análisis no será uno

enteramente comprensivo y de que permanece, a la manera de What do Pictures Want?, un

elemento de misterio en la pintura.

Para acercarme a las teorías y los modelos de Ettinger me servirá la siguiente cita en la

que Ettinger habla un poco sobre sus varios conceptos y de cómo llegó a ellos, en parte, a través

de la pintura:

Painting carried me into a borderspace which I have called the matrix, via

borderlinks which I have called metramorphosis. The gradual clarification in the

field of psychoanalysis, of ideas and aesthetic principles that have emerged in my

artistic work, has led me to develop these concepts as a psychic borderline prism

in which subjectivity is multiple, partial and shared –in which subjectivity is an

encounter of co-emerging elements. Through it I relativize the concepts of the

phallus and “castration”, and show the involvement of other unconscious


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mechanisms in the process of creating desire and meaning… so as to propose a

third kind of relations, on the border of presence and absence, object and subject.

(Ettinger, 12)

Ettinger sale del modelo fálico lacaniano para, de alguna manera, ir más allá que este

modelo. En el modelo lacaniano, el falo es lo que ordena todo el orden simbólico del lenguaje, y

los sujetos son inscritos en este orden simbólico a través del miedo a la castración. Lacan, sin

embargo, menciona en repetidas ocasiones, según Ettinger, que la mujer tiene una dimensión

más allá del falo (beyond-the-phallus dimension) de la cual no se puede hablar ya que, según

Lacan, todo el lenguaje es enteramente fálico. Ettinger propone, en contraste a esto, que este

femenino ‘ausente’ del cual, según Lacan, no se puede hablar es también parte de la subjetividad.

Esta dimensión femenina que para Lacan se encuentra inaccesible en el orden real, escapa del

orden real y deviene simbólica, pero sin ser ‘castrada’. Es decir que, para Ettinger, no todo lo que

hay en el orden simbólico es fálico, sino que también existe lo que ella llama el matrix. Este

matrix no es el opuesto al falo, sino que es algo suplementario. Es una alternativa al falo que

habita también el orden simbólico. Me parece que Teresa Peña Jordán sintetiza muy bien, en un

trabajo sobre Ettinger, algunos elementos del modelo propuesto por esta teórica:

Su modelo produce una expansión de lo simbólico promoviendo registros

alternos de significación y nuevas formas de co-poiesis, que cruzan y habitan el

límite. Permite, de este modo, que aquello considerado tradicionalmente como el

no-yo pueda devenir inteligible y ser oblicuamente representado. Un “no-yo”, sin

embargo, que es realmente un yo-parcial, un posible componente de una alianza

transubjetiva (un yo múltiple y abierto) que se forma en el relacionarse con los


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otros y que es expresado e invocado a través de la elaboración artística. (Peña

Jordán, 7-8)

Como hemos visto, la elaboración artística es muy importante en el desarrollo teórico de

Ettinger. Por esta razón, quisiera enfocarme ahora en las pinturas número 10 (figura 1) y número

19 (figura 2) de su serie Eurídice. En ambas pinturas se puede apreciar una imagen

fantasmagórica de una mujer. Es evidente la referencia al mito griego, pero es menos evidente,

para el lector que no conozca las elaboraciones teóricas de Ettinger, la auto-referencia que hace

Ettinger. Esta mujer, Eurídice, habita el borderspace, el umbral que menciona Ettinger. Está, en

mayor o menor grado, en el orden simbólico, pero escapa de lo fálico. Escapa a esa scopophilia

que menciona Mulvey, a ese placer que viene de la mirada fálica que captura, precisa y demarca

los límites. El cuerpo de la Eurídice, oblicuamente representado en estas imágenes, se encuentra

desintegrado; las líneas, es decir, los límites que lo demarcan están borrosos. Eurídice representa

esta femineidad que, para Lacan, tiene una dimensión más allá del falo. Siguiendo el modelo de

Ettinger, Eurídice escapa del orden real, es decir, del orden de lo irrepresentable y deviene

simbólica, es decir, representable. Sin embargo, escapa al falo. Es decir, no tiene que ser castrada

para introducirse en el orden simbólico y, por esto, puede habitar ambos espacios desde la

frontera.

Resulta muy fácil y hasta parecería encajar perfectamente analizar estas pinturas desde el

modelo teórico que propone Ettinger. Sin embargo, es particularmente interesante que estas

pinturas, al igual que la Eurídice que representan, se resistan a la captura. La teoría parece

explicar perfectamente todos los elementos y los simbolismos en esta serie de pinturas, pero la

composición es tan oscura, las líneas son tan imprecisas y lo que se ve es tan ambiguo que

resulta, quizás, imposible encajonar estas pinturas en una sola lectura abarcadora. De esta
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manera, la representación, es decir, la pintura que, en parte, representa esa fuga de la

inteligibilidad resulta también estar en fuga de la inteligibilidad. En estas pinturas hay una

maleabilidad; hay una posibilidad muy grande de re-lectura y re-significación.

Creo que se puede decir lo mismo, pero en menor grado, del modelo teórico que propone

Ettinger. En menor grado, quizás, porque la teoría tiende a ser, por su naturaleza, más clara y

precisa que una obra de arte. Argumentaría, sin embargo, que esta relativa obscuridad, que

posibilita la re-significación, es uno de los elementos que la teoría de Ettinger toma prestado de

su arte. Esta es una de las razones, además de que el modelo de Ettinger propone una salida o

una reelaboración esperanzadora al modelo lacaniano, por la cual argumento que el modelo de

Ettinger resulta tan útil. Me parece interesante el trabajo de Peña Jordán porque toma los

conceptos de Bracha Ettinger, particularmente su manera de pensar el límite, y los utiliza para

proponer nuevas formas de pensar los estudios de género y la política, entre otras cosas:

El trabajo de Ettinger promueve una ética que afirma la vida y expande las

posibilidades para la solidaridad y la creación. En él, el límite deviene enlace, un

borderlink, un umbral habitable y siempre abierto al cambio y a la

transformación.… Al estudiar los límites de las disciplinas se analizan las

exclusiones y/o formaciones epistemológicas que distinguen a los diferentes

saberes. Al develar críticamente dichas demarcaciones excluyentes se puede

mostrar la historia del pensamiento, y las bases ideológicas y epistemológicas en

que se construyen y reconstruyen la sociedad y los centros de enseñanza.… Pero

más aún, nos permite transgredir las fronteras entre las diferentes disciplinas,

habitar el límite y forjar nuevas áreas de investigación y creación, siempre en

relación. (Peña Jordán, 8-9)


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Peña Jordán, partiendo de Ettinger, propone que reexaminemos el límite, que parecería

ser uno cerrado, como en el modelo lacaniano, para ver si no es más un enlace, un borderlink,

como en las formulaciones teóricas de Ettinger. Esta conceptualización del límite repercute en

diversos campos del saber y resulta una herramienta teórica muy útil. Este ensayo de Peña

Jordán es solo un ejemplo de las muchas maneras en las que el trabajo de Ettinger puede ser

utilizado como herramienta de pensamiento.

Me parece que un acercamiento al trabajo artístico y teórico de Bracha Ettinger resulta

muy fecundo. Su arte, al igual que su teoría, nos lleva a reflexionar sobre diversidad de temas

pertinentes en la actualidad. Bracha Ettinger se une, con su trabajo, a las filas de las tantas

mujeres artistas que han repensado y re-trabajado la tradición artística y teórica que les ha sido

legada, siempre en maneras múltiples e inesperadas.


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Imágenes:

(Figura 1) Eurídice número 10, 1996.


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(Figura 2) Eurídice número 19, 1996.


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Trabajos citados:

Cibulski, Dana Mouton. Bracha-Lichtenberg Ettinger. Art Papers, September/October 1997:

Vol. 21, 76. Art Full Text. Web. 16 abril. 2014

Ettinger, Bracha y Pollock, Griselda. Matrix: beyond the phallus. Women Artists Slide Library

Journal, January/February 1994: Issue 56, 12-15. Art Full Text. Web. 16 abril. 2014

Peña Jordán, Teresa. El umbral como espacio de lo posible: The Matrixial borderspace y los

estudios de género. Academia.edu. Leído el 30 de abril de 2008 en ocasión de la Jornada

de discusión en torno a los estudios de género, realizada en la Universidad de Puerto

Rico, Facultad de Estudios Generales, Río Piedras.

https://www.academia.edu/2049598/El_umbral_como_espacio_de_lo_posible_The_Matrixial_B

orderspace_y_los_estudios_de_genero

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