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Antes de que supiéramos cómo trabajar la tierra, antes de que viviéramos en aldeas, antes

incluso de que supiéramos como hacer vasijas, construimos un templo estelar en una colina. La
simplicidad de esta declaración oculta sus asombrosas implicancias. En un solo movimiento
demuele el análisis materialista de Childe sobre la travesía humana. No construimos Göbekli
Tepe en el sureste de Turquía porque un excedente de alimentos almacenados permitió que
una clase sacerdotal emergiera y nos contara historias fantasiosas. No monitoreamos los
movimientos de las estrellas porque nos decían cuando plantar, porque no plantábamos.

Construimos Göbekli Tepe porque expresaba algo sobre nosotros mismos y nuestro lugar en el
universo. El complejo del templo restaura la búsqueda de significado a su lugar preeminente
en la cima de las metas de la vida humana. La filosofía es rescatada de ser un mero
pasatiempo nocturno de agricultores para ser el rasgo humano definitorio, lo que más
valoramos. Esto es lo que quiere decir el descubridor del sitio, el Dr. Klaus Schmidt, cuando
dice que la catedral es anterior a la ciudad. Bien pudo haber sido el reunirse por razones
espirituales lo que dio origen a las culturas sedentarias, y no al revés. Podemos afirmar
literalmente que la humanidad tuvo dioses civilizadores (¡para mejor o para peor!). Göbekli
Tepe es probablemente el descubrimiento arqueológico más importante de todos los tiempos.

Es imposible sobreestimar lo raro, lo precioso que realmente es un hallazgo así. Apenas queda
algo del Londres victoriano después de un siglo de escasos cambios. Göbekli Tepe tiene al
menos doce mil años. Eso es siete mil años más antiguo que el complejo de Giza. La Gran
Pirámide está más cerca de nosotros en el tiempo que de la creación de Göbekli Tepe. En su
artículo de National Geographic, ‘El Nacimiento de la Religión’, Charles C. Mann dice que
‘Göbekli Tepe fue como descubrir que alguien había construido un 747 en un sotano con un
cuchillo X-Acto’.

A diferencia de otras fuentes de especulación pseudohistórica, como las interpretaciones


selectivas de las tablillas sumerias o las intencionadas interpretaciones erróneas de de los
tallados mayas que poniéndose turnio recuerdan a los trajes espaciales de los 60s, Göbekli
Tepe, una vez visto, no puede pasar desapercibido. Su existencia es un hecho más que una
interpretación. Un hecho que ha sido más fácil de ignorar que de abordar durante los últimos
veinte años. En ‘Turquía: excavación arqueológica que remodela la historia humana’, un
artículo para Newsweek, Patrick Symmes observa. ‘la verdadera razón por la que las ruinas de
Göbekli siguen siendo casi desconocidas, aún no incorporadas en los libros de texto, es que la
evidencia es demasiado fuerte, no demasiado débil: “El problema con este descubrimiento”,
como dice Schwartz de John Hopkins, “es que es único”.

Unicidad. Lo que menos le gusta a los académicos de carrera.

- Gordon White, Star.ships: A Prehistory of the Spirits

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