Está en la página 1de 5

6.

Profesionalismo y ética en la consultoría

Antes de examinar detalladamente cómo puede un consultor mejorar sus métodos


profesionales, Estos criterios, sobre los que se ha dicho y escrito mucho, se pueden
resumir bajo cinco encabezamientos.

6.1 Profesión

El nivel necesario de conocimientos profesionales no se alcanza sin cierto número de


años de experiencia práctica, además de una enseñanza superior completa, de
preferencia con la orientación de miembros experimentados de la profesión. Requiere de
una enseñanza y capacitación.

El concepto de servicio e interés social

El profesional pone sus conocimientos teóricos y su experiencia a disposición de los


clientes a los que presta servicios a cambio de una remuneración apropiada. Los
verdaderos profesionales se caracterizan por el «espíritu de servicio»: atienden a los
intereses y necesidades de su cliente, a los que subordinan su propio interés.

Normas éticas

Esas normas definen qué es un comportamiento apropiado y cuál no lo es en la


prestación de servicios profesionales. Exigen más que el simple respeto de la ley: un
comportamiento perfectamente legal no siempre es considerado ético por las normas
profesionales.

Sanción de la comunidad y aplicación

La comunidad en que el profesional actúa y la clientela a la que presta servicios


reconocen el papel social, la situación jurídica y las normas éticas y de conducta de la
profesión. El reconocimiento puede ser explícito (por ejemplo, por medio de un texto
jurídico que rija y proteja la práctica profesional).

Autodisciplina y autocontrol

La profesión se organiza en una o en varias instituciones a las que los miembros se


adhieren voluntariamente (asociaciones, institutos, cámaras, etc.), ejerciendo de esa
manera la autorregulación y el autocontrol colectivos con respecto a la aplicación de un
código deontológico aceptado y al ejercicio de la profesión. Un objetivo igualmente
importante de esas instituciones profesionales consiste en defender los intereses
colectivos de la profesión, al tratar con representantes de los clientes y de la comunidad.

¿Es la consultoría de empresas una profesión?

Ha habido largos debates que no han llevado a ninguna conclusión. Tanto los
especialistas como destacados consultores en ejercicio han manifestado y defendido
opiniones diametralmente opuestas. Podemos llamarla una profesión incipiente, o una
profesión en fase de creación, con la condición de que seamos conscientes de
las lagunas que hace falta llenar y de las mejoras que es preciso hacer.
.

6.2 Enfoque profesional de la consultoría

Cualquier consultor que aspire a convertirse en un auténtico profesional debe aclarar su


propia concepción de la ética y las normas que ha de respetar en su colaboración con los
clientes. Esto se aplica por igual a los consultores externos o internos.

Las características siguientes de un enfoque profesional son esenciales.

Competencia técnica: debe ser alta.

Interés del cliente: evitar conflictos de intereses al trabajar con la competencia,


proveedores o clientes.

Imparcialidad y objetividad: conciencia de los valores y prejuicios personales.

Obligación de reserva: no usar información confidencial de los clientes y prevenir su


uso no intencionado.

Comisiones: sobornos, recomendación pagada, pago a representante del cliente.

Valor por el dinero: honestidad en los beneficios y gastos del cliente. Conflictos con
interés social: clarificar cuando los criterios del cliente afecten a la sociedad.

Los intereses sociales más amplios y la ética del cliente: Los contratos de consultoría a
menudo entrañan aspectos en los que el interés del cliente puede estar real o
potencialmente en conflicto con los intereses sociales más amplios. O el consultor
puede descubrir prácticas que, según las normas sociales imperantes o su opinión
personal, son socialmente nocivas o indeseables, cuando no ilegales.

6.3 Asociaciones de profesionales y códigos de conducta

En varios países los consultores de empresas han establecido asociaciones profesionales


voluntarias para que representen sus intereses.
.
En general, las asociaciones de consultores de empresas contribuyen al fortalecimiento
de la profesión mediante:

Cuerpo común de conocimientos; criterios mínimos de calificación; Certificados;


adopción de códigos de conducta; intercambio de experiencias y capacitación; defensa
de intereses comunes.

En algunos países, existen dos tipos de organizaciones de consultores: las asociaciones


de empresas y los institutos o asociaciones de consultores individuales.

El escenario internacional
Las organizaciones más importantes que abarcan los tres principales mercados de
servicios de consultoría son:

ACME (EUA) asociación de empresas de consultoría.

FEACO (UE) federación europea de asociaciones de consultoría.

ZEN-NOH-REN Japón.
Organizan conferencias para compartir experiencias regionales, establecer códigos de
conducta (apéndice 3) y contribución al mejoramiento profesional (capacitación,
seminarios de actualización y perfeccionamiento).

Códigos de conducta

Las asociaciones profesionales de los consultores de empresas atribuyen suma


importancia a los códigos de conducta profesional (ética, deontología, práctica
profesional), que utilizan como instrumentos básicos para establecer la profesión y
proteger su integridad, y para informar a los clientes acerca de las normas de
comportamiento observadas por los consultores.

En el apéndice 3 se reproduce el texto completo de los códigos:

a) el código de práctica profesional de la FEACO, al que deben suscribirse todas las


asociaciones nacionales agrupadas en esa federación.

b) el código de conducta profesional del Instituto de Consultores de Empresas del Reino


Unido.
Ambos códigos se complementan con notas explicativas.

Naturalmente, no es el código de conducta en sí, sino su aplicación rigurosa e


inteligente por todos los miembros de la asociación lo que determina el valor
profesional real y la integridad de los servicios de consultoría. Muchos códigos
contienen una cláusula en virtud de la cual los consultores se comprometen a no hacer
nada que pueda menoscabar el prestigio de la
consultoría de empresas como profesión.

Contribución al mejoramiento profesional

Las asociaciones de consultores pueden ayudar a sus miembros a elevar los niveles del
servicio profesional de muchas maneras. Entre éstas, cabe mencionar los cursos de
capacitación para nuevos consultores, los cursos y seminarios de repaso y de
perfeccionamiento para consultores experimentados, las conferencias destinadas a
aportar una amplia información y un intercambio de experiencias, las investigaciones de
nuevos sistemas y métodos de consultoría, la información sobre la bibliografía útil, la
información sobre lo que se está haciendo en otras profesiones, el examen de las nuevas
tendencias en las empresas y el mundo de los negocios y sus repercusiones en la
consultoría, etc.

6.4 Certificación y concesión de licencias


Los requisitos en Inglaterra como mínimo son:
dedicación a tiempo completo a la consultoría de empresas.
— título o calificación profesional equivalente.
— un mínimo de cinco años de experiencia de consultor de empresas a tiempo completo
(período reducido a tres años, si el solicitante es un miembro asociado y ha sido
empleado por una empresa de consultoría que cuenta con un sistema de capacitación
reconocido por el Instituto).
— recomendación de dos miembros del Instituto.
— entrevista con la junta de examen de las solicitudes.

Certificado equivalente a un título profesional. Requisitos:


Experiencia 3 años; título profesional; 1200 horas de consultoría al año.

Concesión de licencias
La certificación y otros procedimientos análogos son voluntarios y se dejan en manos de
las organizaciones privadas de consultores. La concesión de licencias o el registro
oficial puede ser obligatorio. La certificación no tiene que responder a ningún criterio.
La licencia se puede retirar en casos de mala conducta. La concesión de licencias puede
corresponder directamente a una autoridad estatal, o delegarse en una asociación de
miembros, que actúa con la orientación y vigilancia de la administración pública.

Calificación de independencia:
Examen de conocimientos y código de conducta; 2 socios patrocinadores; 5 contratos o
referencias de clientes verificados con entrevista.

6.5 Responsabilidad jurídica y responsabilidad profesional de los consultores

El propósito de esta sección es examinar brevemente las normas utilizadas en diversos sistemas
jurídicos para determinar la responsabilidad jurídica y para evaluar la cuantía de las
indemnizaciones concedidas por daños, así como la cuestión del seguro de que disponen los
consultores para cubrir esa eventual responsabilidad y otros medios para que
los consultores puedan protegerse al respecto.

Casos y situaciones en que existe responsabilidad

Dicho esto, la responsabilidad jurídica se derivará, en principio y normalmente,


sólo de una manifiesta práctica errónea en la forma de falta de
profesionalismo que bordea o que se coloca de lleno en el terreno de la negligencia
flagrante o del fraude. Aunque no siempre se respeta en la práctica,
la norma debe consistir en que un error honesto de un juicio profesional de
por sí no entraña ninguna responsabilidad jurídica en lo que respecta al consultor.

Reducción al mínimo de la responsabilidad


Una forma de reducir al mínimo la posible responsabilidad jurídica consiste en que los
consultores se aseguren de que el mandato y las especificaciones de la consultoría estén
establecidos con claridad y sin ambigüedades en el contrato de consultoría. No es raro que las
ambigüedades a este respecto despierten expectativas en el cliente que no estaban en la mente
del consultor. Esas situaciones se podrían evitar si se pusiera la debida atención en el momento
de redactar el contrato.

Pólizas de seguro sobre la responsabilidad profesional


Los consultores de empresas han comenzado a considerar con seriedad la concertación de
seguros de cobertura de las faltas y la responsabilidad profesionales para protegerse contra
posibles desastres económicos resultantes de la práctica de su profesión. En algunas situaciones,
el cliente puede insistir en que el consultor concierte un seguro adecuado para estar protegido en
caso de que se produzcan daños o pérdidas debido a las actividades del consultor.
Cabe asimismo mencionar que los consultores pueden asegurarse sea en general para un período
dado o con respecto a un único proyecto.

Conocimiento de la responsabilidad y jurisdicciones diversas

En cualquier caso, los consultores deben ser conscientes, por lo menos en forma general, de la
virtual responsabilidad a que pueden estar expuestos en la realización de sus contratos de
consultoría. Esto tiene mayor importancia (y resulta más difícil) cuando los consultores trabajan
en varios países y están, por tanto, sometidos a una legislación y a una jurisprudencia diferentes
según el país en el que se realice la consultoría.

Responsabilidad profesional

se puede definir como un conjunto de valores, normas y restricciones voluntariamente


adoptados y autoimpuestos, que reflejan la concepción de los profesionales de su función en
la economía y en la sociedad, y su responsabilidad con los clientes. Es un concepto ético y
cultural. Las diferencias en la aplicación de la responsabilidad jurídica en diversos países se
deben a la existencia de diferentes sistemas jurídicos. Las diferencias en la responsabilidad
profesional reflejan culturas sociales y profesionales diferentes.

También podría gustarte