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GABRIEL Z.Af[ • Nuevo León, 24 de ~nero de 1939. Poeta y ensayista En LA CARRETILLA ALFONSmA *
1972 recibió el ¡: remio Xavier Villaurrutia por Leer poesía, libro de en-
sayo y el i\lagda Do nato en 1985 por !.A poesía en ,la práctica. Agregue- €1abtt'e/ ~a ic~
mos a éstos Dr los libros al poder (1988) y Tres poetas cat6licos (1997).

~LOS CUENJOS Y LEYENDAS DEL FOLCJ..OR INDUSTR.!AL. H/\ Y L:\ HISTO


ria del que lfévaba materiales en una carretilla, sospechos:1mente.
ii Una y otra vez, los inspectores revisaban la documentaci61 .. y todo
estaba en regla; revisaban los materiales, para ver s i no es ·0ndíc.;1
'i ..;.... . otra cosa, y era inútil. El hombre se alejaba sonriendo, con .·' lriun -
fante de una travesura, y los inspectores se quedaban perp: ~'.JOS , de-
. .' rrotados en un juego que no entendían . Tardaron muct: o e;. descu-
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: • 1 ·t :! brir que se robaba las carretillas. .
Los inspectores de Alfonso Reyes parecen más aforttin:idos .
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pero no lo son. Una y o tra vez han descubierto que sus co no..:i mien-.
• 1· tos del griego eran limitados, que sus credenciales académi c:Js (u::ia
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1 i ¡' simple licenciatura en derecho) eran del todo insuficien tes para los
':¡ 1 ' temas que trataba. Que, en muchos casos, manejaba fue nt es C:e se -
'\ 1' gunda mano. Peor aún: que, en tal o cual caso, n o _hizo rn js que po-
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·¡ ner-en sus propias palabras materiales ajenos. Para decirlo soez.-
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~i mente: que sus ensayos eran divulgación . ¿Cuál es el campo de su
:.1' autoridad? Escribe bien, pero de todo. No puede ser. Ent;·;! y saJc
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.l\ j por los dominios universitarios, sin respetar jurisdicciones. Saque<!
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la biblioteca, como si toda fuera suya. Lleva la carreti lla con gra-
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'. cia, pero no lleva nada.
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·. 1 •Publicado en Procao, núm. 583, 4 de enero de 1988, pp. 50-51. Tom~dr, tL ! .c:ras Li.
i bm, nt1m. !, México, D.F., énero de 1999, pp. 30-32.
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330 Ensayo literario maicano Gabriei :·::i..: 331
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Aquí, como en su poesía, hay un problema de expectativas del no se considera una creación poéti..:: de ~ u autor, :. :.10 el nom bre de
lector. ~i todo ?cerna debe ser intenso y fascinarite, los de R,eycs algo, corno cualquier otro nombre c·~I ·;"cabulario.
decepcionan. S1 la prosa no es más qut el vehículo expositor de re- Un ensayo no es un in fonne de ;, ,ve,;tigaciones realizadas en el
sultados de una investigación académica, sus ensayos apo nan laboratorio: es el laboratorio mismo, donde se ensaya la vida en un
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poco . Pero el lector que así los vea~~ lo merece, por no haber visto ..
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,. texto, donde se despliega la im agin 2 ~ i6n, creatividad, experimen-
. ¡.
la mejor prosa del.mundo: un resultado sorprendente que este ge- 1~ .
tación, sentido crítico, del autor. Ens;1yar es eso: probar, investigar,
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nial investigador disirnuiú en la transparencia; un vehículo inespe- nuevas formulaciones habitables p0r la lectura, nuevas posibilida-
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rado que les robó a los CiOS1!:5, y que vale infinitamente más que los des de ser leyendo. El equfvoco surge cuando el ensayo, en vez de
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datos acarreados. Datos, por io general, obsoletos al día siguiente: · ·· · referirse, por ejemplo, a "La melancolía del viajero" (Calendan'o),
sin embargo, perennes en la sonrisa de un paseo de lujo. "'~- ' 1 se refiere a cuestiones que pueden o kcen (según el lector estre-
~ ... .•:..
La investigación artística de la lengua es investigación. De ahí cho) considerarse académicas. Surge cumdo el lector se limita a
pueden resultar descubrimientos importantes para quienes los se- leer los datos superables, no la prosa insuperable. Así también, el
pan apreciar, y hasta para el vulgo. Pero se trata de investigaci o- inspector puede indignarse con el aclo: que hace maravillosamente
nes, descubrimientos y '1;vulgaciones invisibles para los inspecto- el papel de malo, en vez de admirarlo. C indignarse con Shakespe:are,
res. Un poeta descubrió hace milenios que se pueden intercambia¡ porque escribió la obra aprovechando un argu mento ajeno. O con
las palabras usadas para el agua qae corre y las,lágrimas1· ¿Qué el pintor que considera suya la copia que hizo en un museo de un
hubo de nuevo en el experimento? Que nunca se había construido cuadro que .le interesó, para observarlo y recrearse rec~eándol.o
una frase como "ríos de lágrimas"; que sí se podía construir y que
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(como Reyes reescribió a su manera y publi có en su Archivo un li-
decía algo nunca dicho sobre el dolor: que puede sentirse como bro que le interesó). O indi gnarst~ con d público qu_e escucha La
algo caudaloso. Hay dolores que qúeman, como ácidos; dolores Pasi6n según San Mateo sin saber al em~tn. aunque lo importante en
que pesan como piedras; dolores que sacuden, que asfixian, que - 1 esta obra no es lo que dice la letra, siJ1 0 lo que dice B:lch.
envenenan. Pero también hay dolores que brotan caudal9sarnente ,, 1 Reyes se dio cuenta del problema, y 11os :iyudó a enleoderlo.con
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y corren corno un río. En lo cual hubo un triple descubrimiento: • ~ '·.
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1 una metáfora memorable: el ensayo es d centauro de los géneros.
lingüístico (la construcción es válida, aunque nunca se había inten- Un inspector de centauros difícilmente ,;ntcnderá el j uego, si cree
tado), literario (una nueva metáfora, bonita y expresiva), psicoló- que el centauro es un hombre a caball o: si cree que el cab~o _es
gico (la taxonomía del,~olor se enriquece con otra categoría). simplemente un medio de transporte , E: cns:1yo es anc Y c 1~nc1a,
La divulgación, naturalmente, no consistió en explicar a los le- pero su ciencia principal no está en el c011te11ido acarreado ..smo.en
gos el descubrimiento: Consistió simplemente en aprovecharlo, la carretilla; no es la del profesor (aunqu·.: b ··'.Jíoveche, la ilurrune
1' hasta que se volvió una frase vulgar, o en construir variantes a par- . o le abra caminos): su ciencia.es la del anisLa que sabe experimen-
., tir de ese hallazgo; algunas tar.. alejadas del original que resultaton ' tar, combinar, buscar, imaginar, constru :r, ..:1iticar, lo que quiere
descubrimientos adicionales. Por ejemplo: el del poeta que se re- decir antes de saberlo. El sabe r import<u.te en un ensayo es el lo-
mon tó al origen de las lágrimas, le dio VU:elta a la metáfora y dijo grad~ al escribirlo: el que no existía ant~:· . aunque el ~ut_or tuviera
que los manantiales eran ojos. Esta nueva metáfora se divulgó an~cs muchos otros saberes, propios o aj 1:·;os. r.;ue le si.rvteron para
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tan to que fue lexicalizada: Jla:nar ojo de agua a un manantial ya ensayll.

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332 Ensayo literario mexicano
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Gab~el Zaid 333

Es posibl e que el ensayista avance por ambas vfas, porque e! · . Es posible y deseable, como lo muestra Reyes, que el espeL.:a-
centauro a~ r lo pide. Que llegue a descubrir no sólo textos inéditos Üsta sea mucho más que un especialista: un espmtu ensayan te, uo
importantes que salen de su ser, su cabeza, sus manos, sino cosas escritor de verdad. Ha sucedido con fil ósofos, historiadores , juris-
que los especialistas no habían descubierto, y que deberían apro- tas, médicos. Pero, con el auge de la universidad comn centro de
vechar. Desgraciadamente, n.o pueden hacerlo sjn arriesgar su le- formación de tecnócratas , la cultura libre (frente a l:i culru.ra asa-
girirnir\ad. Se supone que, fuera del gremio, no puede haber descu- lariada), la cultura de autor (frente a la culrura autorizada por los
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brimientos válidos. Por eso es tan común el escamoteo mezquino ·.•·. trámites y el credencialismo), la creación de ideas, metáJora.s, pe rs-
de apr cveclia, sin reconocer: sería mal visto citar a un ensayista en pectivas, formas de ver las cosas, parecen nad a, fren te a la solidez
un trabajo :-tcadérnico. Lo cual es una pequeñez, pero sin impor- del trabaj o académico. La jerarquización correcta es la co ntrari a.
tancia Literaria; a menos que los ensayistas se dejen intimidar·y ac- El ensayo es tan difícil que los escritores mediocres nn deberían
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túen como :; i la creación fuese menos importante o menos ·investi- ensayar: deberían limitarse al trabajo académico.
gación que ::i trabajo académico . Es natural que los especialistas, sobre todo cuando la ciencia
Reyes no se dejaba intimidar. A los veintitantos años, escribía necesita grandes presupuestos, estén conscientes de Ja importancia
reseñas admirables por su prosa, animación y precisión en ia Re- de las relaciones públicas. Que practiquen dos fonnas de comuni-
visra d.: Fi/,)iogía Española (recogidas en Entre libros): corno un cación social complementarias: las notificaciones de resu ltados di-
fil ólogo que domina su técnica, en el doble sentido de ser profe- rigidos formalmente a sus colegas en revistas especial izadas y Ja
sional y de c:scribir muy por encima de su profesión: como verda- divulgación para el gran público. Que vean los ensayos cc.!lno divu l-
dero escritor. Lo recordaba en Monterrey, ·treinta años después gación. Que lleguen a contratar escritores para expon er sus inves-
("Mi ide:-t de: la histori a", Marginalia, segunda serie): tigaciones. Per:o:el en sayo es un género literario de cn:ac[ón ¡¡,
telectual, no un servicio informativo de divulgación . La func ión
me sorne u desde el buscarlo hasta· el publicarlo con todo su a parato ancilar (llamad.a asf por Reyes en El des linde) usa la prosa como an -
críti co. Pero no co nfundiría yo, sin embargo, esas disciplinas prepara-
: '·¡ · cila, sierva, esclava, criada, del material acarreado: como carretilla
torias con !a exégesis y la valoración de la cultura a la que aspiraba Lo
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que ac o nte ce es que las artimañas eruditas son rcduci'.bles a reglas au- subordinada al laboratorio del especialista. El ensayo, por el cor.-
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1 ' tomáticas ; áci les de enseñar y que, una vez aprendida.$, se apiican con ·.....:
trario, subordina los datos (especializados o no) al labora torio d~
; ··': impersonal monotonía. No pasa lo mismo para las artes dé la inter- la prosa, al laboratorio del saber que' se busca en fom1ul 11ciones
pretación y la narración, cuya técnica se resuelve en tener tal<!ntü. inéditas, al laboratorio del ser que se cuestiona, se critica ¡ se re-
. ''
: ¡. crea en un texto.
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La importancia del distingo y, sobre todo, lajerarquización, salta a El lector incapaz de recrearse, de reconstituirse, de reorgan i-
.'*
~.,_. :
la vistá en las reseñas de Entre libros, que se pueden leer sabrosa- zarse, en la lectura de un ensayo que realmente ensaya, es un lec-
mente, aunque fueron escritas entre 1912 y 1923. No importa que tor empobrecido por la culrura tecnocrática. No sabe que le roba-
los libros y C<l nocimientos a los cuales·se refieren estén datados. La
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i:.. ·:
:~ rón la carretilla.
verd.ade:a novedad, que sigue siendo noticia, como diría Pound
(poetry is ne .vs rhar stcrys news), está en la prosa trabajada cerno
poesía Los O:!tos envejecen, la carretilla no.
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