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Rosas Cañete, Pamela Antuanet

201702743
Segundo año, turno tarde

Homo videns: La sociedad teledirigida –


Giovanni Sartori
Objetivo:

 Evidenciar el proceso de cambio que se da en la mentalidad de los que se


convierten en televidentes, cambiando también su manera de asimilar la realidad
dependiendo de donde provenga (diario, radio, etc).

Resumen:

La supremacía de la imagen

Este primer capítulo comienza con el subcapítulo “Homo Sapiens” siendo esta palabra
con la que Lineo clasificaba al ser humano. Siguiendo con esto se menciona que
Cassirer sostiene que el ser un humano es un “animal simbólico”. Siendo lengua, mito
arte y religión son los diversos hilos que componen el tejido simbólico.

Las civilizaciones se desarrollaron con la escritura, y es el tránsito de la oral a la


comunicación escrita. Pero no es hasta la invención de la imprenta donde realmente se
da esta transición. A mediados del siglo XIX, comienza un diferente ciclo de avances
tecnológicos, teniendo en primer lugar al telégrafo, luego el teléfono. Pero es la radio
quien es el primer gran difusor de comunicaciones. La ruptura se da con la llegada del
televisor y la televisión. La televisión es “ver desde lejos” (tele), es decir, llevar ante los
ojos de un público de espectadores cosas que puedan ver en cualquier sitio, desde
cualquier distancia y lugar. Dando como consecuencia, que la imagen se convierta en lo
más importante que las cosas dichas con las palabras.

Siguiendo con esa última línea, el siguiente subcapítulo “Los procesos tecnológicos”,
donde nos habla del temor o rechazo que han tenido los procesos tecnológicos puesto
que estos cambian el orden establecido. Como en el caso de la máquina industrial de la
cual se pensaba que sería el sustituto de la mano del hombre.

En el caso del progreso de las comunicaciones fue todo lo contrario. Las objeciones a
los medios no han sido siempre sobre los instrumentos de comunicación sino sobre sus
contenidos, el caso más emblemático fue sobre la Enciclopedia de Diderot que fue
prohibida, con el argumento de destruir la religión y la autoridad del Estado. En pocas
décadas, el progreso nos ha sumergido en la edad cibernética, desbancando a la
televisión. En efecto hemos pasado a una edad multimedia. Donde el nuevo soberano es
el ordenador, que no solo unifica la palabra, el sonido y la imagen, sino que además
introduce las realidades simuladas, realidades virtuales.

Volviendo al tema de la televisión llega el siguiente subcapítulo “El video- niño”. En


donde se nos hace evidente que ahora nos informamos viendo. La televisión produce
cambios en la naturaleza del homo sapiens, generando un nuevo anthropos, un nuevo
tipo de ser humano. Y este se le denominará video-niño que es aquel que ha crecido
frente a un televisor.

Los niños pequeños no son capaces de discernir, absorben todo lo que ve. Este aprende
de las imágenes que puede ver en la televisión y con ella también se habitúa a la
violencia, que hace que años más tarde pueda producir un adulto violento. En otros
puntos de vista un niño que se ha formado con la imagen, es un niño que no lee y a la
larga será un hombre que posea una atrofia cultural.

En el subcapítulo “Progreso y regresiones”, nos dice que la palabra progreso es ir hacia


adelante lo que lleva a un crecimiento. En cuanto al progreso de la televisión, este
debería ser positivo y no solo una mejora cuantitativa en la que solamente se hable de
extensión, mayor tamaño o penetración. Podemos decir que la televisión beneficia y
perjudica, ayuda y hace. Por lo tanto, frente a estos progresos hay una regresión
fundamental: El empobrecimiento de la capacidad de entender.

Con esta última frase, se da título al siguiente subcapítulo, “El empobrecimiento de la


capacidad de entender”. El homo sapiens debe todo su saber y todo el avance de su
entendimiento a su capacidad de abstracción. Nuestro vocabulario cognoscitivo y
teórico consiste en palabras abstractas, cuyos conceptos no se podrían representar en
imágenes.

La televisión invierte la evolución de lo sensible en inteligente y lo convierte en un


regreso al puro acto de ver. La televisión produce imágenes y anula los conceptos, y de
este modo atrofia nuestra capacidad de abstracción y con ella toda nuestra capacidad de
entender.

En el siguiente subcapítulo “Contra-deducciones” nos dice que: La imagen no da un


significado por sí mismo sino esta debe de ser explicada y si la televisión en un futuro
podría explicarla sería mucho mejor; pero eso no está ocurriendo y entonces no hay
integración positiva entre el homo sapiens y el homo videns, por lo tanto, el acto de ver
esta atrofiando la capacidad de entender.

En “Internet y Cibernavegación”, hace referencia que la televisión ha quedado obsoleta,


siendo el internet y el ciberespacio las nuevas fronteras. La diferencia está en que el
televisor recibe imágenes como un espectador pasivo que lo mira, mientras que el
mundo multimedia es un mundo interactivo, cuya maquina es un ordenador que recibe y
transmite mensajes digitalizados. Siendo esta una maquina mediante la cual pensamos y
que modifica nuestro modo de pensar. Podemos distinguir tres posibilidades de empleo:
a) utilización estrictamente práctica, b) utilización para el entretenimiento, c) utilización
educativo-cultura. Internet proporciona productos a medida de diferentes intereses, el
problema es si el internet producirá o no un crecimiento cultural.

La opinión teledirigida:

La televisión se caracteriza por una cosa: entretiene, relaja y divierte, cultivando al


homo ludens. Después de haber formado al hombre desde niño seguirá formándolo
hasta adulto influenciando en este a través de la información.

“Video-política” hace referencia solo a uno de los múltiples aspectos del poder del
video: su incidencia en los procesos políticos y una radical transformación de cómo ser
políticos y de cómo gestionar la política.La televisión condiciona fuertemente el
gobierno, las decisiones del gobierno: lo que un gobierno puede y no puede hacer, o
decidir lo que va a hacer.

En el sub capitulo “La formación de la opinión”, empieza con el concepto de opinión


pública, donde esta nace del conjunto de opiniones que se encuentra en el público o en
los públicos, también una opinión se denomina pública no solo porque es del público,
sino también porque implica la cosa pública, es decir los argumentos de naturaleza
pública: Los intereses, el bien común, los problemas colectivos.

Con la televisión, la autoridad es la visión en sí misma, es la autoridad de la imagen. Lo


esencial es que el ojo cree en lo que ve. A la democracia le basta, para funcionar, que
exista una opinión pública que sea verdaderamente del público.
La televisión se exhibe como portavoz de una opinión pública. “Los sondeos de opinión
reinan como soberanos”. La televisión refleja los cambios que promueve e inspira a
largo plazo.

“El gobierno de los sondeos”. Los sondeos de opinión consisten en respuestas que se
dan a preguntas, estas respuestas dependen ampliamente del modo en que se formulan
las preguntas, el que responde se ve “forzado” a dar una respuesta improvisada en aquel
momento. Las opiniones recogidas en los sondeos son débiles y es raro que alguna vez
recojan opiniones profundas. Se sabe que en el fondo la mayoría de los interpelados, no
sabe casi nada de las cuestiones sociales sobre las que se le preguntan.

“Menos información”. Informar es proporcionar noticias y esto incluye noticias sobre


nociones. Pero no siempre la información es conocimiento, se puede estar
informadísimo de muchas cuestiones y aun así no comprenderla.

La televisión da menos informaciones que los otros medios debido a que al momento de
procesar la información si no se tiene imágenes no hay noticia. La obligación de mostrar
genera el deseo o la exigencia de mostrarse. Si las preferencias de la audiencia se
concentran en las noticias nacionales y en las páginas de sucesos es porque las cadenas
televisivas han producido ciudadanos que no saben nada y que se interesan por
trivialidades.

“Más desinformación”. La verdadera desinformación no es informar poco sino informar


mal, distorsionando. La televisión no entra a todos los países, mientras un país sea libre
la televisión criminaliza a ese país sin embargo mientras un país es gobernado por la
dictadura sin querer la televisión lo protege porque no puede mostrar las atrocidades que
puedan estar ocurriendo en ese país.

Entre otros problemas están las falsas estadísticas, que hay que añadir como factor de
distorsión, la entrevista casual. El entrevistador al que le mandan a cubrir un hecho con
imágenes pasea por la calle y entrevista a los que pasan. Y es así como finalmente la
voz del pueblo se hace oír, lo cual es falso, puesta que esas entrevistas están preparadas
para obtener cierto tipo de resultados.

“También la imagen miente”. Para Walter Cronkite la imagen no miente, porque la


imagen es la que es y habla por sí misma. No hay duda que los noticiarios de la
televisión ofrecen al espectador la sensación de que lo que ve es verdad, que los hechos
vistos por el suceden tal y como él los ve. Pero en realidad la televisión puede mentir y
falsear igual que cualquier otro instrumento de comunicación, la diferencia está en que
la fuerza de la veracidad inherente a la imagen hace la mentira más eficaz y por tanto
más peligrosa. La visión en la pantalla siempre es un poco falsa, en el sentido en el que
descontextualiza, pues se basa en primeros planos fuera de contexto. La verdad es que
para falsear un acontecimiento narrado por medio de imágenes son suficientes unas
tijeras.

Y la democracia

En el subcapítulo “Video-elecciones”, comienza con la siguiente interrogante ¿Qué


tanto influya la televisión en las decisiones de los electores? Pues las noticias televisivas
influyen en un modo decisivo en las prioridades atribuidas por las personas a los
problemas nacionales y las consideraciones según las cuales valoran a los dirigentes
políticos.

La televisión nos propone personas en lugar de discursos. En muchos casos la carrera


presidencial se convierte en un espectáculo, donde este espectáculo es lo esencial y la
información un residuo.

La video-política reduce el peso y la esencialidad que tienen los partidos y por eso
mismo los ayuda a transformarse. El llamado “partido de peso” ya no es indispensable;
el “partido ligero” es suficiente.

En “La política video-plasmada”, nos dice que, los políticos cada vez tienen menos
relación con acontecimientos genuinos y cada vez se relacionan más con
“acontecimientos mediáticos”, es decir, acontecimientos seleccionados por la vídeo-
visibilidad.

Otro aspecto importante de la política video-plasmada es no solo que la televisión ha


llegado a ser la autoridad cognitiva más importante de los grandes públicos, sino que al
mismo tiempo atribuye un peso desconocido y devastador a los falsos testimonios. El
último aspecto de la video-política es si la televisión favorece voluntaria o
involuntariamente la emotivizacion de la política.

“La aldea global”, término acuñado por McLuhan, hace referencia a que la televisión
tiene sus potencialidades globales ya que anula distancias visuales y nos hacen ver lo
que está sucediendo en un lugar en tiempo real acontecimientos de cualquier parte del
mundo. La idea de aldea según McLuhan es: La televisión fragmenta el mundo en una
miríada de aldeas reduciéndolo, a la vez, a formato de aldea. La televisión, decía
“aldeaniza”. Un mundo visto en imágenes es necesariamente un mundo de primeros
planos.

“El Demos Debilitado” hace referencia a la alarmante pobreza de información del


demos, del pueblo. A pesar de que contamos con ciudadanos con un nivel de instrucción
alto, eso no hace que se estén interesados en política muchos de los cuales se encuentran
desinformados. Es posible que la televisión que empobrece drásticamente la
información sea la culpable del deterioro del demos debilitado, ya que al bloquear
nuestra capacidad de abstracción y con ella nuestra capacidad de comprender los
problemas y afrontarlos racionalmente.

“La competencia no es un remedio”, la competencia entre televisoras privadas podría


conllevar a mejorar la programación. Pero es importante mencionar que magnates como
Berlusconi y Murdoch ofrecen al público lo que el público desea y la televisión estatal,
que es elitista, ofrece lo que el público debería querer.

“Racionalidad y post pensamiento”, Actualmente, proliferan las mentes débiles. La


televisión premia y promueve la extravagancia, el absurdo y la insensatez. De este modo
refuerza y multiplica al homo insipiens. No es verdad que la pérdida de la cultura escrita
está compensada por la adquisición de una cultura audio-visual. El hombre renuncia al
vínculo lógico, a la secuencia razonada, a la reflexión que necesariamente implica el
regreso a sí mismo. Cede ante el impulso inmediato, cálido, emotivamente envolvente.
La cultura audio-visual es inculta y, por tanto, no es cultura. La costumbre consiste en
llenar las aulas de televisores y procesadores. La escuela consolida al vídeo-niño en
lugar de darle una alternativa. Sucede lo mismo con los periódicos: imitan y siguen a la
televisión, aligerándose de contenidos serios.

Conclusión:

 La televisión se ha apropiado de la realidad, en donde una sociedad cuya fuente


de información primordial es la televisión, tiende a formar una opinión
teledirigida, es decir que se trata de una sociedad con opinión inducida, la cual
no sería un problema de no ser por la distorsión con la que se busca logra ciertos
efectos en la audiencia.

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