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David H. Splane- Las decisiones del “esclavo fiel y discreto” (Mat. 24;45)
estudios de libro y a prepararse para las reuniones: ¡qué difícil! Esa misma
semana recibimos una carta de otra sucursal que explicaba por qué era tan baja la
asistencia al estudio de libro. Los hermanos amaban todas las reuniones —decía
la carta—, incluso el estudio de libro. Pero como eran muy pobres, no les
alcanzaba para pagar el viaje en autobús a fin de asistir a las dos reuniones de
entre semana; tenían que elegir una. Si asistían a la Escuela del Ministerio
Teocrático y a la Reunión de Servicio, recibían dos horas de instrucción espiritual,
mientras que si asistían al estudio de libro, solo una. Casi siempre optaban por ir a
la escuela y a la Reunión de Servicio. Bueno, aquellas cartas nos ayudaron a
comprender la situación de los hermanos y a tomar la decisión. Ahora bien, en
2008 se empezaron a publicar dos ediciones de La Atalaya: una para el público y
otra de estudio. ¡Esa decisión tomó mucho tiempo! Habíamos analizado el asunto
varias veces, pero decíamos: “No nos apresuremos; esperemos un poco. Veamos
qué desea Jehová”. Lo importante era determinar lo que Jehová quería. Pero
¿cómo saberlo? Decidimos hacer algo semejante a la prueba del vellón de
Gedeón, y en 2006 ¡Despertad! comenzó a publicarse mensualmente y La Atalaya
continuó con su edición quincenal. Es decir, habría 3 revistas al mes en lugar de 4.
Nuestra idea fue: “Hagamos la prueba durante un año y, si al final, la distribución
de revistas ha disminuido considerablemente, sabremos que Jehová no está
contento con el ajuste y volveremos a publicar dos números de ¡Despertad! cada
mes”. ¿Cuál fue el resultado? Al final de ese año estábamos distribuyendo la
misma cantidad de revistas con tres números al mes que con cuatro. Así supimos
que Jehová aprobaba el cambio. ¡Y cuánto apreciamos que haya una edición de
estudio de La Atalaya, con un mensaje directo para las congregaciones! ¡Y otra
para el público, que se adapta un poco más a las necesidades de la gente! De
modo que, antes de tomar una decisión que pueda influir en la obra del Reino, el
Cuerpo Gobernante analiza con cuidado el efecto que tendrá en nuestra
espiritualidad. Por ejemplo, en 2008 se decidió reducir la duración de los discursos
públicos de 45 a 30 minutos. Y alguien quizás diga: “¿Cómo podía influir esta
decisión en la espiritualidad de los hermanos?”. Si usted vive en una zona urbana
y asiste a una congregación con muchos ancianos, y, además, hay cerca otras
ADORACIÓN MATUTINA