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Libro - MORC Tierras Altas PDF
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Vincent Nicolas
Marcelo Fernández
Elba Flores
PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN
ESTRATÉGICA EN BOLIVIA
Nicolas, Vincent y otros
Modos originarios de resolución de conflictos en pueblos indígenas de Bolivia / Vincent
Nicolas; Waldo Arismendi Tirado; Sandra Zegarra Quintanilla; Marcelo Fernández Osco; Camila
Gutiérrez Callisaya; Elba Flores Gonzáles; María Renee Maldonado. -- La Paz: Fundación UNIR;
Fundación PIEB, 2007.
332 p. : maps., tbls., grafs.; 23 cm. -- (Serie Investigaciones Coeditadas)
(Serie Estudios I)
D.L. : 4 - 1 - 334 - 07
ISBN : 978 - 99954 - 32 - 04 - 1
1. título 2. serie
Fundación PIEB
Edificio Fortaleza, piso 6, Of. 601
Av. Arce 2799, esquina calle Cordero
Teléfonos: 2432582 – 2431866
Fax. 2435235
Casilla: 12668
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Página web: www.pieb.com.bo
La Paz - Bolivia
Impreso en Bolivia
Printed in Bolivia
Índice
Presentación.................................................................................. 9
1. Introducción.......................................................................... 27
2. Nayra pacha: Memorias de la herida y violencia colonial 32
3. República: Tiempo de la violencia oligárquica.................... 38
4. Doctrina del colonialismo y las reformas agrarias post 1953 44
5. Conclusiones y recomendaciones........................................ 84
Bibliografía...................................................................................... 93
Fuentes orales............................................................................. 98
Introducción............................................................................... 103
1. Los mecanismos de resolución de conflictos planteados
por el Estado ......................................................................... 106
2. Modos originarios de resolución de conflictos de linderos... 120
Conclusiones............................................................................... 136
Bibliografía.................................................................................. 139
Entrevistas................................................................................... 142
ÍNDICE
Anexos............................................................................................. 259
Elba Flores revela que al igual que en tierras altas el tema de la reso-
lución de conflictos se encuentra altamente ritualizado alrededor del
rol que juega el Ipaye (brujo) en la cultura guaraya. La autora enri-
quece la investigación con un interesante punteo entre los Métodos
Alternativos de Resolución de Conflictos (MARC) y los Modos Origi-
narios de Resolución de Conflictos (MORC).
1
En nuestra afinación del objeto de estudio, decidimos abandonar la idea de “mé-
todos” originarios de resolución de conflictos que implicaba algo demasiado
planificado y sistemático por la idea de “modos”, lo que implica pragmatismo,
improvisación y sentido de adaptación a las necesidades: nos damos modos de
hacer las cosas pero no tenemos un método.
18 INTRODUCCIÓN GENERAL
2
Debemos reconocer un gobierno de corte sindical que se mantiene en la estrate-
gia de la confrontación, que moviliza a sus “bases” cuando lo necesita pero que,
al igual que los gobiernos anteriores, descuida la negociación y la construcción
de acuerdos.
22 INTRODUCCIÓN GENERAL
1
Guha, 1997/81: 24.
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN TORNO AL TEMA TIERRA EN LA ZONA ANDINA 29
2
Las Casas, 1965: 15.
3
Solórzano Pereira, 1647: 69.
30 Marcelo fernÁndez Osco
4
������������������������������������
Véase: Mignolo, 2003; Quijano, 2003.
5
Schmitt, 1979: 48.
6
Dussel, 1994.
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN TORNO AL TEMA TIERRA EN LA ZONA ANDINA 31
7
Texto de la “Agenda de diálogo y propuesta de negociación”. En: http://movi-
mientos.org
8
Lara, 1957: 71-74 y 141. Esta obra permanece en la memoria comunitaria. Se pre-
senta anualmente en varias comunidades del altiplano boliviano y peruano.
32 Marcelo fernÁndez Osco
9
Para mayores detalles, véase: Wachtel, 1976.
10
Rivera, 1993: 38.
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN TORNO AL TEMA TIERRA EN LA ZONA ANDINA 33
Idem: 45.
11
13
Véase: Zabala, 1987; Ots y Capdequi, 1959; Belaúnde Guinassi, 1980; Navarro
García, 1996.
14
Véase: De Acosta, 1954; Arguedas, 1975; De Arriaga, MCMXX. Tomo XIII; Duviols,
1986; Sarmiento de Gamboa, 1943; Silverblatt, 2004.
15
Wachtel, 1976: 178.
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN TORNO AL TEMA TIERRA EN LA ZONA ANDINA 35
2.2. Corregimientos
Ibid.: 156.
16
Wachtel amplía este panorama con otros hechos, como los ocurridos
en Huanuco, en 1562, cuando “el curaca Cristóbal Xulza Cóndor se
queja de que las tierras hoy en poder de sus súbditos... no son tan
buenas como las que solían tener porque las buenas se las tomaron
los españoles cuando este pueblo se fundó (Iñigo Ortiz de Zúniga)” 20.
Es decir, no hay institución o cargo que no haya implicado restitución
de derechos, más aún, fueron los mecanismos que condujeron a la
descomposición de la sociedad indígena. Ello suponía el advenimiento
de tiempos de llaki, o de penar, debido a que la base de las garantías
materiales de la autonomía, del buen vivir o el suma qamaña21,
estaban diluyéndose por los abusos o la extensión de la hacienda.
18
Barnadas, 1973: 427.
19
Murra, 1975: 59-115.
20
Wachtel, 1976: 157.
21
Es muy frecuente entre los indígenas que los relatos orales se refieran a la época
Inka como el tiempo de la abundancia, la justicia y de bienestar en todos los
sentidos.
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN TORNO AL TEMA TIERRA EN LA ZONA ANDINA 37
2.4. Tributo
22
Para mayores referencias, véase: Solórzano y Pereyra, 1972; Lohmann Villena,
1986.
23
Zabala, 1992: 201.
38 Marcelo fernÁndez Osco
Comunicación personal.
25
40 Marcelo fernÁndez Osco
Véase: Muyolema, 2001: 329 y Fernández Osco, 2001: 24, quienes sostienen que
27
Véase: Sanjinés, 1871; THOA, 1984; Rivera, 1978 y 1991; Mamani, 1991; Ticona,
28
29
Condarco (1965) analiza profundamente este proceso en el marco de la guerra
civil. Inicialmente el movimiento de los apoderados apoyó el bando liberal, como
una forma de paralizar la avanzada terrateniente. Pero pudo más el contubernio
de la casta dominante que descabezó a las elites indígenas reconstruidas, entre
ellas al mismo Pablo Zárate Willka, quien fue asesinado alevosamente, sin mayor
contemplación, no obstante haber coadyuvado al triunfo de los liberales.
30
Cfr. Rivera, 1991.
31
Cfr. Choque y Ticona, 1996.
32
Cfr. Harris y Albó, 1975.
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN TORNO AL TEMA TIERRA EN LA ZONA ANDINA 43
33
Nina Qhispi fue uno de los indios echados de una de las haciendas de Taraqu,
provincia Ingavi del departamento de La Paz. Vivió entre su pueblo natal y la
ciudad de La Paz, y estuvo vinculado a la lucha del movimiento de los Caciques
Apoderados y los sectores populares urbanos como los matarifes.
34
Nina Qhispi, 1932: 6.
35
Idem.: 4.
44 Marcelo fernÁndez Osco
37
El concepto de Pachamama es al mismo tiempo pachaqamaña, hogar en el sen-
tido más amplio de la palabra. Se lo debe entender de modo holístico, es decir, en
términos de interrelación con el mundo de la naturaleza, el cosmos, la sociedad.
Es así que el agua también es macho y hembra, del mismo modo que la piedra es
macho y hembra, igual que nosotros somos hombre y mujer, chacha-warmi.
38
El Tío, o también deidad mal llamada diablo, se lo debe entender, más bien,
como la representación de otras vidas que habitan en el subsuelo o en el manqha
pacha.
46 Marcelo fernÁndez Osco
39
Irma E. Peredo, ex ministra de Desarrollo Sostenible, plantea que no se tiene un
plan integral de tierras y que por efecto de ello anualmente alrededor de 40.000
hectáreas se degradan en el país, principalmente en los departamentos de La Paz,
Potosí, Oruro, Chuquisaca y Tarija (La Razón, 17 de octubre de 2005).
40
Tierras complementarias, utilizadas para la siembra o pastoreo.
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN TORNO AL TEMA TIERRA EN LA ZONA ANDINA 47
Los doce consejos regionales son: Jach’a Suyu Pakajaqi y Nación Kallawaya en
41
La Paz; Jach’a Carangas, Jatun Killakas Asanajaqis, Nación Soras y Urus en Oruro;
Ayllus de Cochabamba en Cochabamba; Nación Charkas, Chichas, Yuras y
Charkas-Qhara Qhara en Potosí; y Qhara Qhara Suyu en Chuquisaca.
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN TORNO AL TEMA TIERRA EN LA ZONA ANDINA 51
4.3.2. Akulliku
46
Citado en Gutiérrez, 2005.
60 Marcelo fernÁndez Osco
Por otra parte, los de Kirkiyawi, manifiestan que “hay mucho problema
por linderos de la comunidad, sabemos los ancianos, los vecinos”.
Sobre todo, es mejor tratar estos asuntos entre gente responsable,
fundamentalmente entre los que saben, preferentemente en el
cabildo de la comunidad: “En mi lugar, hay que dar una waxt’a, se
usa mucha coca”, básicamente se tiene que solicitar permiso a las
deidades del cabildo, luego a las autoridades: “en ese momento
siempre se akullika la coquita, donde sea hay que pixchar para que
salga una buena solución. Así iniciamos, sobrevienen las preguntas”.
Es importante que las partes informen sobre los pormenores del
problema, en una especie de careo, que es una forma de introducirse
en el fondo del problema, y de acuerdo a la información cualificada
se suele determinar una sanción, que puede consistir en “los chicotes
o multa, mucho depende de cómo se disculpa” (Mauricio Arias,
Arkiri Apu Mallku del CONAMAQ, comunidad Uyunuma, Tanga Leke,
Kirkyawi, Cochabamba, agosto de 2005).
48
Cfr. Fernández Osco, 2000: 126.
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN TORNO AL TEMA TIERRA EN LA ZONA ANDINA 71
50
El Director Nacional del INRA sostiene que “en diferentes zonas del país se mues-
tra, por un lado, hacinamiento económico y socialmente inviable, con expresio-
nes sórdidas de minifundio y surcufundio; en tanto que, por otro, es posible
observar inmensas extensiones improductivas que esperan la mano creadora y
fecunda del hombre...” (INRA, 1996-2000: 19).
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN TORNO AL TEMA TIERRA EN LA ZONA ANDINA 75
tamento La Paz.
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN TORNO AL TEMA TIERRA EN LA ZONA ANDINA 77
Según afirma Felipa Huanca: “En la Ley hay convenios que tienen
partes que nos amparan, pero también la política de los gobernantes
es diferente, y nos dejan con problemas. Por eso estamos luchando
por tierra y territorio, para recuperar y que seamos dueños de todo”
(diputada suplente del MIP, La Paz, agosto de 2005).
Varios son los testimonios que dan cuenta del problema institucional
de casos de procedimientos equívocos, como el saneamiento de la
TCO Leco. En principio, el INRA dio curso al proceso de saneamiento
como TCO, pero en la parte final, dándose cuenta de que el proceso
no se había ejecutado correctamente, volvió a iniciar el procedimien-
to bajo la modalidad CAT-San: “El INRA no ha titulado doblemente,
pero ha gastado en ambos, para disimular los picos que no habían
saneado antes con la TCO”. Claramente éste es un caso que se pue-
de catalogar como negligencia, toda vez que se incurrió en un gasto
insulso.
Por otra parte, está el caso de las Comisiones Agrarias tanto nacionales
como departamentales que, pese a que su funcionamiento está
normado por ley, en la práctica no operan debido, entre otros, a la falta
de voluntad política de las autoridades pertinentes o la sobreposición
de intereses de grupos de poder que se traducen en silencios
administrativos. Un claro ejemplo es la reciente reunión de la Comisión
Agraria Nacional, en el mes de septiembre de este año, convocada
por presión de los constantes avasallamientos de tierras suscitados
principalmente por el Movimiento sin Tierra. Ahí vemos, como otro
factor, la presión de las organizaciones indígenas y campesinas, cuya
desorganización y división52 alimenta esos silencios.
Gráfico 1
Manifestaciones de violencia
20
18
16
14
12
10
0
Marchas
Bloqueos
Enfrentamientos
Avasallamientos
Toma de predios
Huelga de
hambre
Por otra parte, hay una carencia de personal con formación específica
en resolución de conflictos, lo cual obstaculiza todo programa
orientado a mejorar la administración de casos relacionados con
pueblos indígenas. En el trabajo de campo, constatamos un solo
caso de un técnico con esa formación: “Justo hoy vino un Mallku de
Tanga Tanga, que me reconoció y me dijo: ‘Ya estamos bien’. Esos
son los grandes logros de cómo sin conocer nos metimos a trabajar
en problemas de conciliación. No tanto sin saber, pues yo tuve una
experiencia con la GTZ, cuando hizo un curso de conciliación con los
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN TORNO AL TEMA TIERRA EN LA ZONA ANDINA 83
ayllus del Norte de Potosí. Ahí empecé a hacer mis primeras armas de
conciliación y práctica, con ellos. Me siento feliz porque al menos se
ha cerrado un proceso” (Jorge Valdivieso, septiembre de 2005).
5. Conclusiones y recomendaciones
En lo metodológico conceptual:
Conclusiones Recomendaciones
El trabajo de campo con entrevistas y la articula- El trabajo en temas estructurales,
ción de fuentes primarias y secundarias muestra como tierra y conflicto, requiere la
la cara oscura de las reformas agrarias, que se ex- aplicación de prácticas de análisis
presa en diferentes hechos de violencia. holísticas, de pasado y presente.
En la lucha por la tierra se articularon por lo me- Es necesario evaluar el impacto po-
nos dos visiones dicotómicas. Primero, la gene- sitivo o negativo y las consecuencias
ración de conquistadores y las sucesivas estirpes sociales y productivas de este siste-
de criollos y mestizos pensaron la tierra como ma de gestión y administración de
un simple recurso natural de producción y pro- tierras en los Andes.
ductividad, desligada del componente social y
en función del cálculo económico y del merca- Se deben analizar los desaciertos y
do, con base en la colonialidad del poder y la “di- beneficios de las políticas históricas
ferencia racial” que se convirtieron en los meca- ancladas en el cálculo económico y
nismos tácitos de la administración de la tierra. del mercado.
Segundo, la tierra y el territorio, en la cosmovi-
sión aymara son entendidos descolonialmente, Es urgente la recuperación de las
no como una cosa inerte o un factor de produc- cosmovisiones indígenas sobre la
ción sino como la Pachamama, madre-sagrada, tierra y la producción para entender
que es ante todo para la vida, el buen vivir o el otras formas de construir otro mun-
suma qamaña, la buena sociedad y no para el do diverso.
constante llaki, o tiempo de penar.
Las distintas formas de violencia –luchas indí- Cambiar los lenguajes de la violen-
genas anticoloniales, levantamientos, masacres, cia por la política del buen vivir y la
marchas, huelgas de hambre, bloqueos de ca- buena sociedad, a través de políticas
minos, intervenciones, etc.– forman parte de la y estrategias normativas, institucio-
aplicación de la política de la diferencia racial y nales, territoriales y de igualdad de
también se constituyen en lenguajes de desen- oportunidades.
tendimiento y discriminación territorial que van
contra la política indígena del suma qamaña,
suma jakaña, del buen vivir, de la buena socie-
dad.
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN TORNO AL TEMA TIERRA EN LA ZONA ANDINA 85
Conclusiones Recomendaciones
Pese al ambiente de radicalidad y racismo, prin- Recuperar las vías del pachakuti
cipalmente de parte de la oligarquía terrate- descolonial indígena para una efecti-
niente, prosperó la propuesta de Renovación va renovación de la política y, sobre
de Bolivia de Eduardo Nina Qhispi, basada en la todo, de la gestión territorial.
“hermandad”. Es decir, el pachakuti con base
en una dinámica educacional intercomunicativa Entender que los sentidos de pensa-
e intercultural, en la búsqueda de la coexistencia miento y acción dicotómicos no ne-
de la diversidad social y cultural. cesariamente conducen a procesos
de integración, inclusión y respeto
mutuo de la dignidad humana, hoy
llamados Derechos Humanos.
86 Marcelo fernÁndez Osco
Conclusiones Recomendaciones
La Ley de Reforma Agraria de 1953 operó sobre Será clave entender las lógicas ocu-
la razón de la colonialidad, creó leyes, cuando pacionales de tierras, tanto desde la
debía haber reconocido mínimamente los óptica estatal como indígena, para
derechos e idealmente reconstituido dominios establecer futuras políticas agrarias.
territoriales continuos y discontinuos. En todo caso, las políticas agrarias
deberán desarrollarse al margen del
fenómeno de la colonialidad y del
colonialismo agrario interno, restitu-
yendo espacios en tierras estatales.
Tierra y territorio, desde el punto de vista indí- En los programas de desarrollo pro-
gena, engloban al suelo, subsuelo, sobresuelo y ductivo agrario se debe tomar en
más allá del suelo, ríos, lagos, etc., el hábitat de cuenta la dimensión sacral de la tie-
los animales, vegetales y toda la producción, y rra, en términos de: Pachamama y
alcanza a los niveles cosmogónicos y del mundo Pachaqama, en la perspectiva del
religioso espiritual. Esto es la complementarie- buen vivir, la buena sociedad y la co-
dad: Pachamama y Pachaqama, el hogar en el existencia entre iguales.
que las vidas y los espacios se hallan interconec-
tados e interrelacionados simbióticamente.
Es evidente que los títulos ejecutoriales de 1953 y Es necesario preguntarse por qué las
de la Ley INRA se asumen como simples papeles, leyes agrarias se inician con la pro-
sin garantía alguna, debido a que en la historia puesta de crear derechos sobre la
de la Reforma Agraria, los derechos propietarios tierra y no así de reconocer derechos
indígenas han sido utilizados como el mejor ancestrales.
mecanismo de regularizar las irregularidades
agrarias. Por esta razón se reivindica la validez de
los nayra títulus o chullpa títulus, los antiguos
títulos.
Conclusiones Recomendaciones
Conclusiones Recomendaciones
Se sabe que los daños no son sólo de índo- Practicar y legitimar resarcimiento
le material sino también de tipo subjetivo o de daños tanto materiales como
sentimental, implicando ello que su resarci- no materiales o subjetivos.
miento debe tomar esas mismas dimensio-
nes.
Por otra parte, los cerros, las cumbres, los ríos, Promover las lógicas indígenas de
son asumidos como instancias depositarias delimitación, las mismas que son
de los derechos territoriales, toda vez que asumidas más como espacios de
también son espacios compartidos por los encuentro que de controversia.
colindantes. Los linderos son asumidos
como espacios de encuentro y de uso
común.
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN TORNO AL TEMA TIERRA EN LA ZONA ANDINA 91
Conclusiones Recomendaciones
Se tiene evidencia que la mayoría de las co- Normar que los equipos de reso-
misiones conciliadoras fueron compuestas lución de conflictos se constitu-
enteramente por varones, obviando la parti- yan considerando componentes
cipación de mujeres. En algunos casos, este de género y multidisciplinarie-
hecho derivó en situaciones de mayor con- dad.
flictividad, porque se desconoce la visión
indígena de la administración territorial y
manejo de conflictos.
Los testimonios indican que existe una cul- Normar sanciones ante los fre-
tura de informalidad dominante en el accio- cuentes casos de procedimientos
nar institucional, lo que se traduce en proce- equívocos, como delitos de de-
dimientos equívocos o el consabido silencio fraudación al Estado.
administrativo, que van en detrimento de
los recursos económicos del Tesoro Nacio-
nal, además de crear falsas expectativas en-
tre los usuarios indígenas.
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Fuentes orales
1
La refonemización de las palabras castellanas en el quechua no sólo responde a
una lógica fonémica sino también semántica (dar un significado a la palabra). Así,
en referencia al vocabulario de la Ley INRA hemos escuchado las siguientes re-
fonemizaciones: sanjamiento (saneamiento), certificación técnica (certificación
étnica), carta consulatoria (acta conciliatoria), etc.
106 VINCENT NICOLAS
2
El detalle de las entrevistas realizadas se encuentra en el final del texto. Todas
ellas se realizaron entre abril y julio de 2006.
CONFLICTOS DE LINDEROS Y SANEAMIENTO DE TIERRAS EN LOS AYLLUS 107
Cuadro 1
Elementos de prueba
que privilegian ambas instituciones
1) Leyes de creación de
1) Posesión legal provincias o sección de
provincias
2) Cumplimiento de la función
2) Decretos supremos
social
3) Títulos ejecutoriales
3) Títulos revisitarios
anteriores
4) Usos y costumbres
3
Algo similar ocurre en el caso del ayllu Yura cuyo saneamiento se encuentra paralizado en
el lugar de Chaquilla Pampa.
CONFLICTOS DE LINDEROS Y SANEAMIENTO DE TIERRAS EN LOS AYLLUS 115
“Al día siguiente nos hacemos una reunión. ‘Bueno, dicen (los
militares), por aguas caídas, por líneas’. No sé, los militares así nos
han envuelto… A veces no sabemos cómo manejan ellos. Entonces
ha habido esa imposición. Han ido amojonando y nosotros hemos
botado; yo personalmente he hecho botar con mi señora porque
ya a nosotros nos han querido agarrar, patear nomás ya o sea
agarrar a palazos, ¿no? Entonces hemos tenido que conformar a
unas cuantas mujeres. Las señoras han ido, digamos, a botar ese
mojón lo que han hecho; o sea a ese cerro, a ese amojonamiento
que estaban haciendo.”
Antes se subir a los mojones para encontrarse con los colindantes, las
autoridades piden “licencia” (seguimos en la terminología jurídica) a
la Pachamama, consultan a los cerros tutelares (wak’as, uywiris, etc.)
para ver cómo les va a ir. Se consulta en la coca si es conveniente
subir a los mojones o si es mejor esperar. El trabajo de los yatiris
acompaña todo el proceso de saneamiento, como lo recalca Mártires
Auca, quien compara al yatiri con un “asesor jurídico”:
“Es necesario que vayamos todos para hacer fuerza por nuestra
comunidad porque si nos ven poquitos pueden aprovecharse para
recorrer el mojón. Las autoridades tienen que multar a la persona
que no va al saneamiento de nuestra comunidad.” (Entrevista a
Juan Quispe citada en Nicolas, 2005: 119)
— ¿Este ‘parlaq runa’ existe en todos los ayllus del Norte de Potosí o
solamente existe en Pocoata?
Gráfico 1
Sentido del recorrido de las pericias del campo
Recorrido propuesto Recorrido propuesto
por el INRA: por la comunidad:
CONFLICTOS DE LINDEROS Y SANEAMIENTO DE TIERRAS EN LOS AYLLUS 133
Gráfico 2
Intercambios rituales
Ayllu rojo Ayllu negro
Ch’uspas Ch’uspas
Botellas Botellas
Mojón Mojón
Merienda Merienda
llega hasta el valle, al lado de Santa Elena hasta por Potrero. (…)
El principal mojón había sido Sanja título; ese Sanja título llega
hasta valle.”
En el saneamiento del ayllu Sikuya, los técnicos y abogados del
INRA fueron llevados a un lugar denominado Tawa Mojón donde
convocaron a los representantes de los ayllus Chayantaka, Sikuya,
Chullpa y Kharacha. Después de repetir, como de costumbre, que
el derecho a la propiedad agraria se determina mediante la posesión
legal y el cumplimiento de la función social, los funcionarios del INRA
se dieron cuenta que el ayllu Sikuya no tenía ni pretendía tener ningún
terreno en el lugar, pero sí tenía un mojón y, por ello, lo incluyeron en
el recorrido de las “pericias de campo”: es un mojón ancestral desde
el cual se estructuró históricamente los territorios de los cuatro ayllus
aunque en la actualidad sólo dos de ellos (Kharachas y Chullpas)
tienen terrenos ahí. Por su interés, hemos reproducido en el Anexo 2
el Acta redactada en aquella circunstancia en el Tawa Mojón.
Los territorios de los ayllus del Norte de Potosí se estructuran en toda
su extensión (puna y valle) a partir de un mojón principal que divide
dos parcialidades (el aran y el urin, como dice Juan Navarro), parten
en diferentes direcciones según sus calles, pasan por diferentes islas
o cuñas (territorios intermedios) para llegar a otro mojón principal.
En cada pueblo donde se lleva adelante el tinku, los ayllus tienen sus
calles de acceso, por donde confluyen sus amojonamientos y sus
ramadas, apéndices de su territorio. Cuando preguntamos sobre el
territorio antiguo, de dónde a dónde era, la respuesta generalmente
no es “hasta tal pueblo” sino “hasta la mitad de tal pueblo”. De esta
manera se ve claramente que el mojón remite al tinku y el tinku
concentra, en su plaza y en su acción, la territorialidad de los ayllus.
Quinto momento: La firma de los libros de actas y el
establecimiento de sanciones
Los acuerdos materializados en los mojones son luego transcritos en
el libro de Actas de cada comunidad en el que se registran las firmas
y sellos de las autoridades. En el libro se determina, además, la san-
ción a aplicar en caso de transgresión del acuerdo establecido. Las
sanciones son generalmente en animales o en dinero. Las multas en
animales (bueyes) tienen la ventaja de ser inmediatamente cobrables
136 VINCENT NICOLAS
Se dice “jallch’asqa kasan” para significar que los mojones han sido
saneados y que no existen más conflictos de linderos. Si alguien
interrumpe el acuerdo al que se ha llegado, será sancionado por las
autoridades. Las sanciones generalmente son aplicadas cuando las
infracciones son hechos aislados que no modifican la voluntad de la
comunidad de mantener el acuerdo establecido. Sin embargo, una
vez que la comunidad en su conjunto ve como perjudicial al acuerdo,
se entra en una nueva fase del conflicto.
Conclusiones
ALBÓ Xavier
2002 Pueblos indios en la política. La Paz: Plural-CIPCA.
ARNOLD Denise; YAPITA Juan de Dios
1996 Madre melliza y sus crías. Ispall mama wawampi.
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2005 Mujeres en los movimientos sociales. La Paz: ILCA.
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etnología del Estado en América Latina. Guatemala:
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Paz: Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
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1998 “Neocolonialismo: justicia indígena inasimilable, con-
cepciones de castigo”, en MUSEF Anales de la reunión
anual de etnología. La Paz: MUSEF.
2000 La ley del Ayllu. Práctica de jach’a justicia y jiska justi
cia (Justicia Mayor y Justicia Menor) en comunidades
aymaras. La Paz: PIEB.
140 VINCENT NICOLAS
GOSE, Peter
2001 Aguas mortíferas y cerros hambrientos. Rito agrario
y formación de clase en un pueblo andino. La Paz:
Mamahuaco.
PADEP/GTZ Bolivia
2005 Guía bilingüe para la gestión de conflictos. La Paz: GTZ.
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Sullk’atiti- Khonkho. La Paz: Ministerio de Justicia y De-
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2004 “El pentecostalismo en la sociedad aymara del Altiplano”;
en Spedding A. (comp. ed.) Gracias a Dios y a los
achachilas. La Paz: Plural-ISEAT.
TEMPLE, Dominique
2003 Las estructuras elementales de la reciprocidad. La Paz:
Plural, TARI, UMSA.
Archivos:
Archivo INRA-Potosí:
Archivo INRA-Oruro:
EC 1744 Nº63.
MI 1831 Tº36 Nº26.
Entrevistas
de Potosí)
Potosí, 18 de abril de 2006.
que territorio llega al mojón una franja como lengua. Por su parte, las
autoridades de Karacha dijeron que en este caso son los afectados
porque los de Chayantaca no tienen posesión y no existe una franja.
Por su parte las autoridades del ayllu Chullpas manifestaron que si
bien los Chayantaca tienen un mojón, eso es porque anteriormente
los Chayantacas y Sikuyas eran uno solo.
Para que la comisión decida sobre normas agrarias legales, se les expli-
có que el derecho propietario sobre la propiedad agraria se establece
de acuerdo a la posesión y al cumplimiento de la función social. Al
respecto las autoridades de Sikuya manifestaron que la verdad nues-
tros terrenos no llegan al Tawa Mojón; es todavía más abajo. Entonces
el mojón que se coloque en ese lugar. De su parte las autoridades de
Chullpas manifestaron que no aceptan; dijeron que han nacido con
estos mojones y respetamos estos mojones.
1
Se consultaron fuentes bibliográficas en instituciones como SNV, CEJIS, APCOB,
CIDOB, COPNAG. Los documentos orgánicos de las organizaciones indígenas
como COPNAG, AFIG, Centrales Guarayas, se accedió a estatutos y reglamentos
y otros documentos de interés.
CAPÍTULO I
Características generales
de la zona de estudio
1. GEOGRAFÍA Y ECOLOGÍA
Cuadro 1
División político-administrativa de la TCO Guarayos
Ascención de Guarayos
San Pablo
Primera Sección Santa María
El Verano
San Andrés
Urubichá
Yaguarú
Segunda Sección
Salvatierra
Cururú
Yotaú
La Cachuela
Tercera Sección Surucusí
Momené
Puerto Ñuflo de Chávez
Los guarayos tienen una clasificación propia (SNV: 2001): Altura: es-
pacios con subsuelos arenoso-rocoso con bosque alto. Bajura: depre-
siones con llanuras, ríos y curichis.
2
Ver el apartado: 3.1. Valoración del bosque (p.194).
3
Ver FAN-WCS en (MDSP/VAIPO, 1998).
MODOS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN LA TCO GUARAYOS 159
2. Población
De acuerdo a los datos del Censo de Población y Vivienda 2001, la
población total en la provincia Guarayos corresponde al 1,56% de
la población del departamento de Santa Cruz. Considerando los
asentamientos tradicionales y los asentamientos con población
multiétnica y colonizadora, la población total de la provincia alcanza a
31.577 habitantes, de los cuales 17.005 son hombres y 14.572 mujeres.
La población es predominantemente joven: 22.535 tienen edades
entre los cero y los 29 años.
Como se puede observar en el gráfico y cuadro siguientes, la pobla-
ción de la Primera Sección representa el 50% de la población total de
la provincia. Ascensión de Guarayos es el centro urbano con mayor
población y de mayor importancia por su movimiento económico.
Según el diagnóstico nacional elaborado por el Ministerio de Asuntos
Campesinos el año 2000, la población originaria guaraya alcanzaba a
los 11.115 habitantes.
4
Ver MDSP/VAIPO: 1998.
160 Elba Flores GonzÁles
Gráfico 1
Población de la provincia Guarayos
17.500
15.000
12.500
10.000
7.500
5.000
2.500
Total Área rural Área urbana
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda 2001. Santa Cruz, área provincia Guarayos.
Cuadro 2
Población de la provincia Guarayos
2.1. Etnografía
2.2. Lengua
2.3. Migración
5
T����������������������������������������
rmino aplicado a los blancos hacendados.
162 Elba Flores GonzÁles
3. Principales actividades
3.1. Agricultura
dejaban que descanse varios años, por lo menos unos cinco años; y
de ahí se iban a otro lado, por eso nunca hacían los chaqueados en
el mismo lugar sino que había un circuito de cambio. Entonces se
yerbaba esa tierra otra vez y levantaban árboles y después de varios
años volvían, y creían que si dejaban descansar la tierra más años
era mucho mejor. No sólo pensaban en el presente de ellos sino en
el futuro, para saber cómo mantener la tierra y la riqueza mineral
para que otra vez se pueda producir.” (Entrevista).6
6
La lista de personas entrevistadas figura al final del trabajo.
7
Tierra de cultivo bajo sistemas tradicionales que se deja en descanso por varios años a fin
de restaurar su productividad, principalmente para el control de las malezas.
164 Elba Flores GonzÁles
Cuadro 3
Principales cultivos
% de familias que
Cultivos principales
cultivan
Arroz 92,8
Caña 11,2
Guineo 9,2
Maíz 75,7
Maní 11,8
Piña 15,1
Plátano 73,7
Yuca 80,9
Frejol 3,3
Cumanda 3,3
Fuente: COPNAG, Plan de Gestión Territorial Indígena.
3.2. Ganadería
3.5. Recolección
8
Marcha histórica de los pueblos indígenas de las tierras bajas. Mientras la dirigen-
cia de la CIDOB negociaba en la ciudad de La Paz, el Comité de Marcha inició la
movilización a la cabeza de José Bailaba (chiquitano) y Juan Gualima (movima) el
27 de agosto de 1996.
168 Elba Flores GonzÁles
Cuadro 4
Situación actual de la demanda
3 230.118,00 En trámite
4 395.849,00 En tramite
5 107.222,8900 En trámite
El año 1995 se aprobó el Plan de Uso del Suelo (PLUS) del departamento
de Santa Cruz, que define las áreas destinadas a la producción forestal.
Entre los datos que sobresalen en el PLUS, está la importante cantidad
de zonas forestales en la TCO Guarayos, casi el 61% de la superficie,
y la identificación de áreas en la Reserva Forestal Guarayos asignadas
para uso agrícola o ganadero.
Mapa 1
TCO Guarayos
Cuadro 5
Concesiones forestales sobrepuestas a la TCO Guarayos
Vasber
CIMAL Internacional Urubichá 85.396,660 51.699,130 37,5%
SRL
Empresa
Ascensión
Maderera Barbery
de 10.301,000 10.301,000 100%
Barbery Hnos. Ltda.
Guarayos
Hermanos Ltda.
Ascensión
Barraca Cimacruz
de 46.000,000 46.000,000 100%
Cimacruz Ltda. Ltda.
Guarayos
Ascensión
Empresa
de
Agroindustrial La Chonta 201.000,000 93.650,784 93%
Guarayos y
La Chonta Ltda.
Urubichá
Sociedad Ascensión
Sobolma
Boliviana de 20.109,445 20.109,445 100%
Ltda.
Maderera Ltda. Guarayos
Empresa Ascensión
Maderera Berna Berna Ltda. de 54.500,000 54.500,000 100%
Ltda. Guarayos
Ascensión
Aserradero
Guillet Ltda. de 42.578,000 28.982,960 68%
Gillet Ltda.
Guarayos
Aserradero
Freerking El Puente 40.106,000 26.963,178 67%
Freerking SRL.
Cuadro 6
Planes Operativos de Aprovechamiento Forestal 2005
Planet La Chonta
Empresa forestal Urubichá 300.000 7.122
Investment
Comunidad
*AIFU Urubichá 91.338 3.043
indígena
Aserradero
Empresa forestal El Puente 65.602 320.810
FRERKING SRL
Aserradero y barraca Propietario El Puente 54.500 2.725
Puesto Nuevo privado
Cuadro 7
Superficie de los Planes de Manejo Indígenas
Cuadro 8
Reserva Forestal
Año de Sobreposición % de
Estado Área
recono- Categoría entre TCO y la TCO
Legal protegida
cimiento área protegida afectada
Ríos Reserva
Inmovilizada 1996 Blanco y de Vida 550.073 25%
Negro Silvestre
Cuadro 9
Recursos no renovables
Tipo de Situación de Tipo de
Ente explotador
recurso explotación explotación
9
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Cardús, 1886. D´Orbigny, 1844. Nordeskiold, 1917 en MDSP/VAIPO, 1999: 4.
Riester, en: Díez y Murillo, 1998: 118.
10
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En el año 1564, Ñuflo de Chávez regresó del Paraguay con 30.000 indígenas ita-
tines, a fin de afianzar la Conquista, ���������������������������������������������
no se sabe con exactitud si estos indígenas
son los antepasados de los guarayú, los guarasug´wa, o si una parte de los gua-
rayú se separó para formar el pueblo de los guarasug´wa. (Alvaro Díez y David
Murillo, 1998).
180 Elba Flores GonzÁles
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11
D’Orbigny identifica 544 guarayos, entre ellos 279 varones y 265 mujeres, como
población total que vivía en la nueva reducción de La Ascensión (tomando en
cuenta las reducciones de Santa Cruz y Trinidad). La Ascensión es actualmente
Ascensión de Guarayos, la capital de la provincia Guarayos.
MODOS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN LA TCO GUARAYOS 181
Los miembros del cabildo contaban con ciertos privilegios entre los
guarayos; en la iglesia tenían un sitio especial; durante su reunión en
la mañana, el cura les servía un trago, aunque el consumo de alcohol
estaba estrictamente prohibido en la Misión; recibían regalos en las
acciones de repartimiento, etc. Con eso, la Misión se aseguraba su
lealtad y, al mismo tiempo, fomentaba la diferenciación social entre
los guarayos (Weber, 1996: 44).
“Ahora para sobrevivir hay que pedir permiso a los dueños del
potrero, y si se quiere entrar a buscar algo, no se puede, no hay
libertad. El bosque natural, no pueden mezquinar puej, no dejan
entrar.” (Entrevista)
Bienvenido Zacu, gran líder indígena guarayo de las tierras bajas de Bolivia, actualmente
13
El punto inicial de los conflictos por la tierra fue la nueva ley agraria
y otras políticas del Gobierno que promovieron el asentamiento y
aprovechamiento del territorio guarayo por parte de colonizadores
campesinos quechuas y aymaras y, sobre todo, empresarios madere-
186 Elba Flores GonzÁles
Según mosaicos del CDF del año 1994, el 92% de la superficie que se
inmovilizó como TCO en el año 1997 está cubierta por 24 áreas de
corte, con un promedio de 120.000 hectáreas por empresa. Además
de los bosques con potencial maderable, las áreas de corte incluyen
las zonas agrarias indígenas, propiedades ganaderas, de colonos,
pampas, lagunas, incluso los pueblos. Las áreas ubicadas fuera de la
Reserva Forestal también están destinadas totalmente a las empresas
forestales. En 1993 existían trece empresas establecidas que extraían
las maderas de mayor valor comercial (Aldert, 1998: 40).
blos, que nos respeten, que no abusen mucho, que no metan presos
a hermanos supuestos abigeatistas.” (Entrevista, 10/10/06)
3. Cosmovisión indígena
mejores para vivir con la familia, es por eso que para mí los dueños
del bosque son nuestros abuelos.” (Entrevista, 12/07/06)
Los conflictos suscitados por los límites de tierras se dan por 1) los
ganaderos o terratenientes hacendados que sobreponen sus límites
territoriales a los territorios indígenas; 2) los avasallamientos del Mo-
vimiento sin Tierra o de pobladores del interior del país, en especial
del Occidente; 3) por los límites jurisdiccionales con provincias fron-
terizas a Guarayos; y 4) por la explotación ilegal de madera en la TCO
por terceros.
“Conflictos son malos entendidos que hay con gente que no son
de nuestra etnia, son gentes blancas que no nos entienden, no
entienden la importancia de nuestro entorno que es la TCO, ellos
van al tema comercial, nosotros no resguardamos bosques para
comercializar sino porque de ahí es que sobrevivimos, ésa es la
razón principal por la cual nosotros luchamos y vamos a seguir
luchando.” (Entrevista, 14/06/06)
MODOS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN LA TCO GUARAYOS 199
Por si fuera poco, el pueblo guarayo tiene que librar otra pelea. El
Cerro Grande, uno de sus pilares sagrados tradicionales, también está
siendo lentamente despojado. Cerro Grande es un monte de piedra
con gradas hacia el poniente, donde los guarayos piden permiso a la
divinidad para desarrolla la cacería y la pesca:
Según los comunarios, esta conciliación fue una venta ilegal de tierras
que no fue consultada a las comunidades ni a las centrales indígenas,
las que se enteraron del problema por los medios de comunicación.
Cuestionaron a sus dirigentes y rechazaron sus acciones, solicitando
formalmente a las instancias competentes que se anule la conciliación.
Lo lamentable del caso es que algunos asesores de las organizaciones
indígenas también estuvieron involucrados, como lo manifiestan las
denuncias ante las autoridades.
14
La función económico-social en materia agraria está establecida el artículo 169 de la
CPE, se refiere al que las tierras deben ser trabajadas.
15
La denuncia se la realizo ante la oficina Anticorrupción de Santa Cruz dirigida por Vania
Sandóval quien investigo seriamente el caso y elaboró un informe en el que comprueba
serias irregularidades en el proceso de saneamiento de la TCO guaraya.
MODOS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN LA TCO GUARAYOS 203
trae conflictos, hace pelear a los ganaderos con los vecinos o con
la gente misma de la comunidad o con los dirigentes. Ahora los
dirigentes actuales están sufriendo esa forma de actuar.” (Entrevista,
12/06/06)
2.2.5. Desmontes
La venta de tierras tiene como consecuencia que las áreas que servían
para la caza y la pesca ahora son de uso restringido, porque son de
propiedad de terceros que no permiten el ingreso de los comunarios.
Los terceros los acusan de contaminar las aguas con el barbasco, una
resina que se utiliza para la pesca, que afecta a su ganado.
3.2. Ganaderos
Los comunarios señalan que en esta zona no hay pampas para pas-
tizales. Pero llegan los ganaderos, compran tierras y comienzan a
chaquear y a hacer potreros, destruyendo el bosque. Sin embargo,
algunos comunarios manifiestan que las relaciones con los ganaderos
establecidos legalmente hace tiempo y que trabajan la tierra son bue-
nas, incluso apoyan al pueblo dándole aportes en dinero y especies
210 Elba Flores GonzÁles
“Los ganaderos grandes que son legales van a ser apoyados, y los
que son ilegales, pues son ilegales y nosotros no podemos hacer
nada por ellos.” (Entrevista, 20/05/06)
3.4. Colonos
Los colonos son migrantes que han ocupado tierras, en algunos casos
por políticas de colonización dirigidas desde el Gobierno y en otros
espontáneamente. Los guarayos también se refieren a los campesinos
como colonos.
3.5. Campesinos
3.6. Pirateros
Son personas que viven de la tala y venta ilegal de madera, apadrina-
dos por los empresarios a quienes, precisamente, venden la madera.
Pueden ser indígenas o no indígenas que vienen de otros departa-
mentos o de la ciudad de Santa Cruz.
3.7. El Estado
La intervención del Estado es muy débil, no hay nada planificado o
alternativas para evitar o resolver los conflictos. El Estado espera para
intervenir que se produzcan los conflictos, que las organizaciones so-
212 Elba Flores GonzÁles
llado casi con unos diez planos, que compraron a 300 dólares. Los
anteriores empleados del INRA eran un cajón de corrupción y no es
positivo porque de ahí es que nacen todos los avasallamientos, en-
frentamientos entre ganaderos, campesinos, en vez de solucionar,
buscan problemas.” (Entrevista, 13/06/06)
La Asociación de Ganaderos de Ascención coincide en señalar que
el INRA maniobra, aunque es más benévola en sus apreciaciones. Su
Presidente dice: “Se parcializa, y eso no es bueno.” Ante las acusacio-
nes, el Director del INRA dice: “No se trata de tráfico de tierras, sino
de movimientos espontáneos de los que produce el propio capital, ya
que la frontera agrícola se ha extendido hacia Guarayos, por lo que la
gente procede a ofrecer y ganar sus parcelas” (El Deber, 7/09/2004).
3.11. La Iglesia
La iglesia es considerada parte del pueblo guarayo, es respetada por-
que trabaja cerca al Cabildo, pero no interviene en los conflictos.
3.13. El Alcalde
Aunque no es su función, es un actor importante en los conflictos,
sobre todo de avasallamientos a propiedades por parte de colonos.
En estos casos, esta autoridad se articula a otras instancias para de-
mandar atención de las autoridades y cuestiona la actuación del INRA
y del Gobierno.
1. Formas de organización
1.3. El Cabildo
El Cabildo es la organización tradicional más antigua, instaurada por
la Misión Franciscana, abocada a oficios religiosos y a organizar las
fiestas o eventos religiosos. Su función es velar para que se mantenga
la cultura, ejerciendo autoridad moral-espiritual y religiosa.
Actualmente, es la autoridad moral y tradicional del pueblo. Existe
en todas las poblaciones guarayas: Ascensión de Guarayos, Urubichá,
Yaguarú, San Pablo y Yotaú. Las autoridades del Cabildo intervienen
en caso de conflictos en las comunidades, convocan a las asambleas
generales para tratar los problemas. Cuando hay conflictos por los
recursos naturales y la tierra, que son atendidos por la COPNAG y
las centrales, las autoridades del Cabildo participan en algunos casos
dando apoyo o en otros avalando los acuerdos.
“En Salvatierra, al igual que en Urubichá el papel del Cacique es de
índole religiosa y moral, pero en la actualidad es una figura desva-
necida.” (CEADES, 2003: 181)
“En Yaguarú, el papel de los Caciques sigue siendo tenido en alta
estima, pues intervienen y son consultados por todo tipo de proble-
mas, familiares y religiosos y de otra índole.” (Ibid.: 182)
El Cabildo está integrado por 12 personas respetadas, elegidas por
el padre y los cabildantes. Todas las autoridades tienen bastones
de mando en señal de autoridad. En orden descendente de
responsabilidades, está conformado por:
Primer Cacique o Cacique Mayor: Consejero de la comunidad,
persona de respeto. Ordena los oficios religiosos en la comunidad.
Cacique Segundo: Reemplaza en caso de ausencia al anterior.
Intendente: Es el brazo del Cacique Segundo, pero igualmente está
al servicio del primero.
Comandante: Hace cumplir la orden de castigo a los infractores (las
sanciones tradicionales: “huasca”, “cepo”, en actual desuso). Depende
directamente del Cacique Mayor.
Alcalde: Organiza la vida del pueblo: arreglo de casas, calles, etc.
MODOS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN LA TCO GUARAYOS 221
bajo de limpieza en el pueblo. Les saca su multa, con eso los corri-
ge”. (Entrevista, 13/06/06)
2. Las normas
Los conflictos por venta de madera siguen la misma ruta, salvo que son
derivados a la Superintendencia Forestal o a las Unidades Forestales
Municipales.
Los comunarios del pueblo guarayo si bien tienen mucho respeto por
sus autoridades, acuden con marcada frecuencia en busca de justicia
a las autoridades locales, al corregidor y a la Policía, pese a que saben
que ello significará un gran costo y que en muchos casos no hallarán
la justicia que buscan. Para resolver conflictos de tierras, recurren al
MODOS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN LA TCO GUARAYOS 229
Por otro lado, pese a las críticas por las actuaciones de sus ex dirigentes,
la COPNAG mantiene su legitimidad, es vista como la organización
política defensora de los derechos indígenas y se cumplen las acciones
políticas y legales que asume.
ción es el diálogo con las partes. Sólo en casos aislados, por necesidad
de reivindicar y defender sus derechos, actúan con la fuerza.
3.1. La asamblea
3.2. El idioma
3.3. El Ipaye
El pueblo guarayo es conocido por los otros pueblos indígenas como
un pueblo místico, donde se practica como parte de su cultura la bru-
jería. Hay brujos, curanderos y adivinos. El Ipaye es respetado y temi-
do porque se considera que posee poderes y prácticas, generalmente
secretos, que producen el mal:
“El Ipaye es el brujo que saca el mal viento, saca del cuerpo clavos
mal puestos, es temido porque hace el mal, es decir, aprende a
matar gente.” (Entrevista, 10/06/06).
“A diferencia de otros pueblos, entre los guarayos una sola
persona, el Ipaye, encierra todos los saberes mágicos, proféticos y
medicinales.” (Entrevista, 2002: 63)
Los comunarios acuden al Ipaye como una forma de resolución de
conflictos. En otros casos para vengarse y hacer mal a sus enemigos,
232 Elba Flores GonzÁles
Hay casos, aunque pocos, en los que los dirigentes o sus familiares
poseen este don, lo que ha ocasionado que cuando los dirigentes
infringen las normas, la base social tiene que callar por miedo a ser
dañada o embrujada. Los comunarios manifiestan que hay brujos que
hacen el mal y otros que curan, o sea que distinguen entre el bien y
el mal producto de las prácticas misionales, aunque un mismo brujo
puede ser visto como malo por unos y como bueno por otros. El
Ipaye es una figura reconocida en la cultura guaraya y funciona como
forma de control social.
3.4. El acta
3.6. La marcha
Esta medida de presión fue utilizada por primera el año 1990, cuando
irrumpieron los pueblos indígenas de las tierras bajas en el escenario
nacional para reivindicar sus derechos. Decidieron marchar porque
la marcha tiene un significado simbólico y cultural importante, que
tiene que ver con la búsqueda permanente de la “tierra sin mal” o el
paraíso. Además, los indígenas siempre caminan, caminan para entrar
al bosque, para ir al chaco. La marcha de 1990 estaba dirigida a de-
mandar del Estado el reconocimiento de sus derechos al territorio.
”Consolidar nuestro territorio se ha conseguido a través de la
marcha. No ha sido un regalo del Gobierno, ha sido la conquista del
pueblo. Tenemos y seguiremos manteniendo esta posición y siempre
hemos sido respetuosos de la ley, y todo lo hemos conseguido con la
marcha pacífica.” (Entrevista, 14/06/06)
Posteriormente, el año 2002, los pueblos indígenas de las tierras ba-
jas de Bolivia, liderizados por la Coordinadora de Pueblos Étnicos de
Santa Cruz (CPESC), protagonizaron la Marcha por la Soberanía Po-
pular, el Territorio y los Recursos Naturales, demandando una Asam-
blea Constituyente soberana para refundar el país. Paralelamente, la
CIDOB organizó otra marcha. En ambas participaron hombres y mu-
jeres del pueblo indígena guarayo.
Este mecanismo de lucha adoptado por los pueblos indígenas de
las tierras bajas supone una gran movilización en la que participan
representantes de comunidades hombres, mujeres, jóvenes y niños
en largas y sacrificadas caminatas.
los conflictos tanto internos como externos sean remitidos por las
autoridades a la justicia ordinaria:
4.2. Bloqueos
El bloqueo de caminos como forma de presión no era práctica de
los pueblos indígenas de las tierras bajas. Ellos, más bien, sostenían
que son los pueblos de Occidente los que utilizan con frecuencia
este mecanismo. Pero en función a los acuerdos con las instituciones
cívicas de la provincia, han adoptado esta forma de protesta y presión
a las autoridades del INRA para frenar los avasallamientos de tierras:
“Aquí, en Guarayos, la cultura es otra, pero también estamos que-
riendo copiar, pero no tanto… Tiene que haber diálogo con el go-
bierno y con las autoridades que correspondan, para eso están las
organizaciones, porque si hacemos bloqueos, marchas, eso es falta
de respeto.” (Entrevista, 14/06/06)
236 Elba Flores GonzÁles
4.3. Denuncia
Se han hecho denuncias ante las autoridades del Estado, el Defensor
del Pueblo, la Delegación Presidencial Anticorrupción para que estas
autoridades interpongan sus oficios.
5. Las sanciones
Pero también señalan que la guasca no sólo era una forma de sanción
“educativa” sino también de sometimiento, de humillación, de discri-
minación. El patrón tenía derecho a guasquear a los trabajadores que
supuestamente no cumplían las tareas asignadas:
se la utilizó hasta los años 90, pero que después se fue perdiendo,
producto de los cambios en la legislación y de la dinámica histórica:
anteaño pasado, no hace mucho tiempo. Eso fue por que le daba
mucho a su mujer, porque la quería matar, pero ahora ya se fue-
ron a Santa Cruz los dos.” (Entrevista, 13/06/06)
Los métodos alternativos de resolución de conflictos nos En el caso del pueblo indígena guarayo,
brindan la opción de negociar de manera cooperativa más que hablar de un método hablamos
diferentes conflictos en determinados niveles ya que, por de modos o mecanismos de resolución de
ejemplo, las disputas en el área penal no son susceptibles conflictos que tienen que ver con prácticas
de negociación a través de la vía de los MARC. culturales.
El diálogo está contemplado como una forma de Los consensos no sólo se buscan a nivel
negociación sin apoyo, es decir, cuando las partes interno sino con los diversos actores so-
se sienten preparadas para resolver sus conflictos ciales y el Estado. Si bien a veces adoptan
sin la ayuda de un tercero (facilitador, mediador, mecanismos de presión, como la marcha,
conciliador). Lo interesante del diálogo es el mayor en todo el proceso de negociación está
grado de intervención de las partes y el menor grado de presente el diálogo.
intervención de un tercero en el conflicto.
La negociación debe a partir de intereses globales y no En el pueblo indígena guarayo, si bien de-
de posiciones preconcebidas. ben primar los intereses colectivos, como
el reconocimiento histórico a contar con
un territorio, a veces se sobreponen los in-
tereses personales. Sin embargo, existe la
lógica de que los principios no se negocian,
por ejemplo, el territorio, que es el dere-
cho a la vida.
Este método plantea que se debe ser duro con el En el pueblo guarayo lo que se busca
problema, en tanto se tenga que lograr objetivos se debe con la resolución de conflictos es que
ser firme. Pero con la persona hay que ser suave, no se mantenga la armonía comunal, que
faltarle al respeto y debe haber una comunicación fluida, se recupere al hermano, de manera que
compartiendo información, buscando una empatía para quien gane sea la comunidad, es decir los
satisfacer al otro al tiempo que se alcanzan los intereses intereses colectivos.
planteados.
Para el pueblo guarayo, un elemento vital
para garantizar la comunicación fluida
es el idioma, que permite a la persona
expresarse con más libertad.
Este método hace referencia general a la cultura, pero El pueblo guarayo reclama que en la
no profundiza este elemento, no considera la diversidad resolución de conflictos se debe tener en
cultural y que cada pueblo indígena tiene sus modos cuenta la diversidad cultural y las diferencias
de resolver conflictos que se basan en los usos y deben ser traducidas en la aceptación y
costumbres. respeto del modo de ser del otro.
CAPÍTULO V
1. Fragilidad organizativa
Hay una elite dirigencial indígena que se relaciona con los grupos de
poder político y económico de la región a través de padrinazgos, es-
tablece con estos grupos alianzas en función a la prebenda, actos de
corrupción, tráfico de tierras y recursos naturales. Esta elite indígena
goza de privilegios que le permite garantizar su permanencia de facto
en la organización. Además, está marcada por el prestigio del conoci-
miento y el saber, productos de la capacitación, que los utilizan como
instrumento de sometimiento a su pueblo. Tiene control sobre las
bases, no permite que se informen sobre los actos de corrupción y
242 Elba Flores GonzÁles
4. Propuestas
“Porque ahora la gente es más despierta y tiene interés en sus tierras.
No como antes, que el karaí nos tiraba un carajazo y quedábamos
humillados. Por eso se necesita capacitarse, sobre todo en derechos
del indígena.” (Entrevista, 12/06/06)
Las sanciones son dinámicas y flexibles. Unas, como el cepo, han desa
parecido por completo. La guasca, que era aplicada con rigurosidad
por los franciscanos y que era la ley comunitaria de los guarayos, ya
no se aplica o sólo, como algunos señalan, en casos extraordinarios.
ALBARRACÍN, Waldo
2005 Informe del Defensor del Pueblo de Bolivia sobre el
proceso agrario y el saneamiento de la Tierra Comunitaria
de Origen (TCO) Guarayos. 18 de agosto de 2005.
ALDERT de Vries
1998 Territorio Indígenas en las tierras Bajas de Bolivia. Un
252 Elba Flores GonzÁles
CEADES
2003 Cultura democrática en municipios indígenas: Urubi-
chá y Gutiérrez. Santa Cruz: CEADES-Diakonía.
CARDUS, José
1886 Las Misiones Franciscanas. Barcelona, España.
D’ORBIGNY, Alcides
1999 Viaje por tierras cruceñas. Selección y estudio
Introductoria: Alcides Parejas. Santa Cruz: UPSA.
FLORES, Elba
2004 “La justicia comunitaria un verdadero sistema”. En: Justi-
cia Comunitaria en los pueblos indígenas de Bolivia.
La Paz: PIEB-TAN-IJB.
FLORES, Elba
2005 “Modos originarios de resolución de conflictos en pue-
blos indígenas y originarios de las tierras bajas de Bolivia”
Consultaría UNIR-PIEB.
GARCÍA, Pedro
2001 Introducción a la administración de justicia comunal
intercultural. Manual para capacitadores indígenas.
Lima: Comisión de Emergencia Asháninka.
MARTÍNEZ, José
1997 Informe de caracterización preliminar de la demanda de
Tierra Comunitaria de Origen (TCO) del Pueblo Indígena
Guarayo. Mayo 1997.
MELGAR, Tania
2002 “Intercambios matrimoniales y relaciones interétnicas en
la comunidad guaraya de Naranjito”. En: Matrimonios
interétnicos: Reproducción de los grupos étnicos y rela-
ciones de género en los llanos de Mojos. La Paz: PIEB.
Normas y documentos
BOLIVIA, Leyes, Decretos, etc.
1969 Decreto Supremo Nº 08660. Reserva Forestal de la Na-
ción. 12 de febrero de 1969.
1948 Decreto Supremo Nº 1021. 22 de enero de 1948.
1939 Decreto Reglamentario. 14 de junio de 1939.
CECY
2001 Plan general de manejo forestal Yotaú. Período 2001-
2031.
2001 Plan general de manejo comunitario Curucú, TCO
Guarayos 2001-2030.
COPNAG
Plan de gestión territorial indígena. Tierras Comunitarias
de Origen Gurayu. Santa Cruz.
2005 Estatuto Central de Organizaciones de los Pueblos Gua-
rayos COPNAG. San Pablo, 28 de octubre de 2005.
CASTRO, Orlando (Vicepresidente CEPSC)
30 de junio de 2006.
DIAZ, Débora (Abogada, CEJIS Programa Territorio)
15 de julio de 2006.
LEA PLAZA, Patricia (Consultora)
256 Elba Flores GonzÁles
10 de julio de 2006.
NOSTAS, Mercedes. (Consultora)
13 de julio de 2006.
POIÑE, Sonia. (Ex Secretaria de Salud de la CPESC)
10 de junio de 2006.
ZACÚ, Bievenido. (Director Nacional de TCO)
15 de julio de 2006.
ASCENSIÓN DE GUARAYOS (Realizadas por María Renee
Maldonado)
AEGUAZU UREYU, Daniel (Subprefecto Guarayos)
APONTE, Emma Lola (Presidente del Comité Cívico Femenino,
Ascensión)
ARICOY, Gregorio (Comunario representante de la tercera edad)
14 de julio de 2006.
CLAROS, Alberto (Responsable oficina regional BOLFOR II)
CUÑANCHIRO, Jaime (Presidente Comité Cívico)
13 de junio de 2006.
GUARISTY, Pablo (Concejal Municipio de Ascensión)
13 de julio de 2006.
MASAI UMPI, Carlos (Presidente Comité de Vigilancia)
12 de julio de 2006.
MBOROBANCHI, Venancio (Concejal Municipio de Urubichá)
MOIRENDA, Pastor (Presidente CIEA)
MONTERO, Pedro. (Responsable Unidad Forestal Municipal-
Ascensión)
MOREMONCHE, Francisco (Director Ejecutivo CSUTCNG)
OREYAI, Wilfredo (Vicepresidente COPNAG)
14 de junio de 2006.
MODOS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN LA TCO GUARAYOS 257
Vincent Nicolas
1. Antecedentes
1
El presente texto fue redactado en 2005, durante el gobierno de Carlos Mesa. Las
contundentes victorias electorales del MAS en 2005 y 2006 cambiaron en parte el
panorama, pero no del todo, ya que una elección no sirve para resolver conflictos
sino solamente para medir y redistribuir las relaciones de fuerzas entre las partes
en conflicto. Por lo tanto, el desafío de Evo Morales-Presidente es negociar desde
el Gobierno una solución a los conflictos.
Anexo I 263
2
Sobre el carácter “ortopédico” de la prisión, ver M. Foucault.
266 Vincent NICOLAS
mal agüero, por eso se le dice qhincha. No hay que cruzarse con el
zorro y de ser así hay que insultarlo para que no nos llegue la mala
suerte. Vitaliano Soria menciona el siguiente testimonio:
“al ver al zorro se tenía que insultar diciéndole qhincha, maldito y
otras palabras insultantes o se los escupía o se les arrojaba piedras
para que se alejen.” (Soria, 2003: 200)
Al hombre adúltero o a la mujer adúltera también se les dice qhincha
porque la trasgresión de la norma que ellos cometen afecta no sólo a
la sociedad sino a la naturaleza. Los malos comportamientos pueden
traer desgracias. El qhincha es el “portador” de la mala suerte, el qhin
chachado es la víctima sobre quien recae la mala suerte. Alguien te ha
qhinchachado, se dice; por lo tanto, hay un responsable. Cuando cae
la granizada en la comunidad o cuando hay heladas se las interpreta
como un castigo de la naturaleza por las faltas que se han cometido
en la comunidad. El adulterio afecta a la víctima (el cornudo), a la so-
ciedad en su conjunto (si se ha “metido” con una mujer casada puede
“meterse” con las demás mujeres casadas) y a la naturaleza (el caos
introducido en la sociedad afecta al orden natural). Y lo mismo pasa
con un robo o con otro tipo de delito.
Esta relación íntima con la naturaleza se mantiene a través de las
q’uwas, a través de un diálogo permanente con los cerros protecto-
res (los uywiris, los apus, los achachilas) que se realiza mediante la
coca y la ch’alla, a través de las wilanchas. Uno recibe protección,
recibe frutos de la naturaleza y, asimismo, ofrece y agradece perma-
nentemente. En esa relación tan delicada y tan cuidadosamente man-
tenida, el qhincha aparece como una turbulencia mayor, al igual que
el cristiano evangélico que, de pronto, rompe este ciclo de reciproci-
dad negando la existencia de los seres invocados y rechazando toda
ritualidad ligada a ellos. En muchas comunidades, la introducción del
cristianismo evangélico ha causado conflictos sociales. No podía ser
de otra manera, puesto que esta religión descalifica la búsqueda de
armonía con la naturaleza. En Tinkipaya, se han producido casos de
chicotazos a los evangelistas acusados de provocar granizadas. Sin
embargo, se nota que donde el cristianismo evangélico se ha impues-
to de manera definitiva se han creado posiciones intermedias. Gilles
Rivière (2004) menciona, por ejemplo, que los evangelistas de Sabaya
aceptan pasar cargos con la condición de no realizar los rituales.
Anexo I 267
3.1. El tinku
El tinku es una institución fundamental en la prevención y resolución
de conflictos. En Bolivia, se asocia esta institución con una región de-
terminada, el Norte de Potosí, pero se encuentran variaciones de esta
práctica a lo largo de los Andes.
El tinku es un evento ritual en el que dos o más grupos redefinen sus
relaciones mediante la pelea. En Macha, cuando dos comunidades
tienen algún conflicto sin resolver, se sabe que el tinku entre ambas
comunidades será muy duro. Según un testimonio recogido en Tinki-
paya, los comunarios de un determinado lugar de Macha que “tenían
bronca” a otra comunidad fueron al tinku con el callapo t’ikachado,
es decir, esperaban traer algún muerto por la dureza que se esperaba
del enfrentamiento.
El tinku sirve, al menos es nuestra convicción, de catalizador de los
conflictos y ofrece un escenario para su expresión (sale toda la “bron-
ca” que tenemos dentro) y su resolución (el resultado de la pelea es
significativo para los interesados). La conclusión de la pelea marca, a
su vez, la conclusión (probablemente provisional) del conflicto. Sería
paradójico considerar el tinku un mecanismo de resolución “pacífi-
ca” de conflictos; sin embargo, está claro que el tinku canaliza una
violencia que, de lo contrario, podría tomar proporciones mucho más
graves. Como comenta Gerard, el tinku sería un instrumento de reso-
lución de conflictos en el que la “lluvia de piedras reemplaza la lluvia
de ideas” (comunicación oral). El tinku tiene que ver con el territo-
rio: opone a colindantes de otros ayllus o parcialidades en un lugar
bipartito que condensa el territorio de ambos bandos. El espacio del
tinku está totalmente territorializado: los ayllus tienen sus calles, su
lugar en la plaza y los integrantes de cada bando no pueden caminar
por otras calles ni cruzar la frontera invisible que divide la plaza sin
recibir a cambio una paliza.
Una proposición no verificable es que la pérdida de lugares-tinku
ocasiona que los conflictos se conviertan en enfrentamientos incon-
trolables. La historia oral de Qaqachaka menciona que una torre de
la iglesia de Qaqachaka era de Pukwata (Qaqachaka habría sido parte
268 Vincent NICOLAS
3.2. El ayni
El ayni es considerado un principio fundamental que rige las rela-
ciones sociales pero también de todo el universo: ayni o volver al
equilibrio. Las ofrendas rituales (ch’allas, q’uwas y wilanchas) son
consideradas como parte de un ayni con la naturaleza, en el sentido
que se devuelve algo (bebida, sangre, mesas rituales) a cambio de lo
recibido (productos, protección, vida). Las plagas, por lo tanto, son
también parte de este ayni: las divinidades castigan los malos com-
portamientos de los hombres, las ofrendas mal hechas, etc. El ayni,
generalmente traducido por “reciprocidad”, ha llamado la atención
de los antropólogos seguidores de Marcel Mauss, en el marco de los
estudios sobre el don y el contra-don. El ayni o la reciprocidad ha
sido estudiado esencialmente en el ámbito productivo: ayudo con mi
trabajo en la siembra de tal persona, luego esa persona me ayuda. Es
un principio de ayuda mutua o solidaridad. Últimamente, los estudios
del TARI (Talleres Abiertos sobre Reciprocidad e Interculturalidad)
han analizado la reciprocidad en la organización social y la rotación de
cargos en la comunidad (Temple, 2003). Pero el ayni, en su sentido
más amplio, es devolver lo que uno ha recibido con la idea de volver
Anexo I 269
3
Sobre las peleas de linderos como modo de negociación, ver en esta misma pu-
blicación el estudio: “Conflictos de linderos y saneamiento de tierras en los ay-
llus. Modos originarios de resolución de conflictos e intervención de los agentes
externos”.
270 Vincent NICOLAS
ran un conflicto comunal y deben ser tratadas a este nivel: los robos,
los homicidios y las violaciones. Estos delitos representan una ame-
naza directa para la comunidad y deben ser atendidos con la partici-
pación de todos los comunarios. Las partes involucradas no pueden
arreglar por sí solas, ni siquiera con la participación de las autorida-
des, necesariamente deben participar todos los comunarios, quienes
establecen la gravedad de los hechos y la sanción a aplicar.
5.1. Instancias
5.1.1. La asamblea
5.1.2. El ampliado
una de las partes en conflicto tuvo que pagar un buey, cuya carne fue
repartida entre los cuatro ayllus presentes.
5.2. Procedimientos
El akulliku
Cuando fracasan los intentos para llegar a una conciliación en las dife-
rentes instancias de la comunidad, las partes pueden plantear una se-
paración definitiva por mutuo acuerdo, sea cual sea el nivel en el que
se presenta el conflicto: la pareja, la familia, la comunidad o el ayllu. Si
los intentos para “abuenar” y reconciliar a las partes fracasan, se con-
sidera que la separación es la mejor solución. Así, una pareja casada
puede separarse y hacerlo constar en los libros de actas de la comuni-
Anexo I 285
dad. Una familia que tiene constantemente problemas con las demás
familias de la comunidad puede decidir ir a vivir a otra comunidad; el
procedimiento es excepcional, pero en Tinkipaya se ha dado el caso
de una familia con muy malas relaciones con las demás que pidió ser
adoptada por la comunidad vecina, la cual la aceptó. El riesgo de esta
solución es que el conflicto se extienda y pase del ámbito interfamiliar
al ámbito intercomunal. Lo propio ocurre con comunidades enteras:
en Tinkipaya se sabe que la comunidad de Torcori quiere pertenecer
a la provincia Chayanta por los problemas que tiene con las demás
comunidades de su ayllu. Sin embargo, las otras comunidades no le
conceden el permiso, por lo que el conflicto sigue en statu quo. Tam-
bién es posible que un ayllu decida separarse de los demás y perte-
necer a otra provincia para romper completamente las relaciones con
sus antiguos hermanos. El único caso de este tipo que hemos podido
identificar es el del ayllu Sullkawana de Cahuayo que tras un conflicto
con los ayllus de la provincia Avaroa pasó a pertenecer a la provincia
Tomás Frías, cantón Urmiri, modificando, por lo tanto, por decisión
propia el límite entre los departamentos de Oruro y Potosí. En to-
dos estos casos, la separación es considerada un modo de resolución
de conflicto alternativo a la reconciliación. El razonamiento es: como
no podemos tener buenas relaciones, mejor no tener ninguna rela-
ción. Esta solución es posible a nivel social pero no en los conflictos
de linderos: el ayllu puedo escoger con quien se relaciona pero no
con quien colinda. Por ello, la resolución de los conflictos de linderos
debe pasar necesariamente por la reconciliación y la construcción de
acuerdos. Y la ritualidad en los mojones simboliza la reunificación del
tejido social entre los ayllus4.
4
Estos aspectos son analizados en detalle en el estudio “Conflictos de linderos y
saneamiento de tierras en los ayllus. Modos originarios de resolución de conflic-
tos e intervención de agentes externos”.
286 Vincent NICOLAS
7. Conclusiones y recomendaciones
Los pueblos originarios manejan un abanico de procedimientos y
mecanismos para la resolución de conflictos que van más allá de los
métodos de negociación y concertación tal como se los conoce. En-
tre estos mecanismos está el tinku (el enfrentamiento ritual), el ayni
(la devolución de los daños sufridos) y, aun cuando se busca una
solución negociada, las amenazas de ayni y la violencia pueden darse
como parte de los procesos de negociación.
El tinku juega un papel esencial en la prevención, expresión y resolu-
ción de los conflictos.
Existen procedimientos rituales que ayudan a la reconciliación entre
partes; entre ellos se destacan el uso de la coca y el intercambio de
las ch’uspas, la merienda y el intercambio de platos. Existen también
procedimientos de resolución de conflictos por separación de las par-
tes enemistadas.
La idea de apelar a un tercero neutro no cabe en los ayllus donde se
suele llamar a un tercero pero para involucrarlo en el conflicto o en
290 Vincent NICOLAS
ALBÓ, Xavier
2002 Pueblos indios en la política. La Paz: Plural-CIPCA.
CERES
1999 Justicia comunitaria. Los quechuas de Tapacari, pro
vincia Tapacari del departamento de Cochabamba. La
Paz: Ministerio de Justicia y Derechos Humanos
Estado de la investigación de
los modos originarios de resolución de
conflictos en pueblos indígenas
y originarios de las tierras bajas
Las tierras bajas cubren más de dos terceras partes del territorio na-
cional, con 76,3 millones de hectáreas. Abarcan el norte del departa-
1
Se consultaron las fuentes bibliográficas de instituciones como CEJIS, APCOB,
CIDDBENI, Herencia, CIDOB y CEADES. También se consultaron documentos
orgánicos, memorias de talleres, estatutos y reglamentos de organizaciones indí-
genas como CIRABO y las centrales chiquitanas.
2
Las entrevistas se aplicaron por Internet y personalmente (18 en total): cinco en
Trinidad, tres en Pando, dos en Riberalta y ocho en Santa Cruz.
Anexo II 297
3
La marcha partió de la ciudad de Trinidad, capital del Beni, el 15 de agosto de
1990, con 800 marchistas, logrando el reconocimiento mediante decretos supre-
mos del Territorio Indígena Sirionó (TIS), Territorio Indígena Multiétnico (TIM),
Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) y Territorio Indígena
Chimán-Tsimane (TICH).
Anexo II 301
2.3. Normatividad
3. Tipos de conflictos/resolución
4
Esta Ley, promulgada en 1994, reconoce a las organizaciones indígenas en su
relación con el Estado la personalidad jurídica y derechos para proponer, ejercer
control social y participar.
Anexo II 309
3.1.5. La sanción
Las faltas son consideradas una gran “vergüenza”. Con la aplicación de
la sanción, las autoridades y la comunidad buscan el reconocimiento,
el arrepentimiento, la reparación del daño, la reconciliación de las
partes y, sobre todo, la recuperación del infractor. Las sanciones son
aplicadas por los ancianos, los padres, las autoridades comunales y
políticas. Las formas de sanción han cambiado en el transcurso del
tiempo. Algunas penas corporales impuestas por los jesuitas, como el
cepo, han desaparecido, aunque la muerte por hechicería es aplicada
ocasionalmente.
Anexo II 311
• Cuarto: Está prohibido que los niños y los jóvenes presencien las
sesiones del Cabildo para evitar que la maldad castigada se im-
pregne en el cuerpo de éstos.
• Finalmente, luego de las deliberaciones se procede aplicar la san-
ción, que en muchos casos son azotes.
Los casos que afectan la armonía de la comunidad son tratados por
todos los comunarios en la asamblea comunal como máxima instan-
cia de decisión:
• Primero: Denuncias verbales ante las autoridades.
• Segundo: Las autoridades intentan resolver el conflicto, si ven
que es de gravedad y afecta la armonía comunal es traspasado a la
asamblea comunal.
• Tercero: Las autoridades convocan a los demandados, al deman-
dante, a los testigos y a los comunarios a la asamblea general.
• Cuarto: Se inicia la asamblea y se anota en un libro de actas todo
el proceso. Las autoridades ceden la palabra a los demandantes.
La familia es la que pide el castigo y ante esa situación se pronun-
cia los comunarios, determinando en consenso la sanción que es
aceptada por todos. En algunos casos, la asamblea comunal deci-
de acudir a las autoridades del pueblo.
• Quinto: Se aplica la sanción y, finalmente, la persona se compro-
mete a no reincidir y firma el acta de compromiso. Si la sanción
es la expulsión, se da un plazo para que la persona abandone la
comunidad, a veces se le permite recoger su cosecha.
• Si la Asamblea ha decidido remitir el caso a la justicia ordinaria
son las autoridades las que hacen la denuncia respectiva o las que
llevan al demandado.
4. Mediadores
5. Conclusiones y recomendaciones
APCOB-OICH
S/A Bases para una sustentación de delimitación territorial.
(Fondo histórico y situación actual).
ARANDIA, Marcelo
2003 Apuntes para un análisis de la situación de la tenencia de
la tierra en el Chaco boliviano. Ponencia. Santa Cruz.
CAMARGO, Enrique
2004 “El concepto de progreso en la cultura guaraní”. En: ¿A
dónde vamos? Progreso en diferentes culturas. La Paz:
GTZ-Instituto Goethe-PIEB.
CEADES
2004 Marco conceptual para la vigilancia social de la industria
extractiva.
326 Elba FLORES GONZÁLES
CEJIS
1997 Justicia Comunitaria 2. Los Guaranies del Izozog (Pro-
vincia Cordillera-Santa Cruz). La Paz: Ministerio de Jus-
ticia y Derechos Humanos-Banco Mundial.
2003 “Memoria coloquio sobre justicia comunitaria en pueblos
indígenas de las tierras najas Tacana- Mojeño-Ignaciano-
Chiquitano”. Santa Cruz.
CEJIS-CICC-CIPSA-CICOL-CIRABO-OITA-TIMI-
GRAN CABILDO DE SAN IGNACIO DE MOXOS
2003 Sistema Jurídico Indígena. Diagnóstico en comunidades
de los pueblos Chiquitano, Mojeño-Ignaciano y Tacana.
CEJIS-CIRABO
2004 Problemática territorial en el Multiétnico II (Ese Ejja-
Tacana-Cavineño). Separata Nº 14 Artículo Primero.
Revista de Debate Social y Jurídico.
CERES-DIAKONÍA
2000 Manual para el facilitador en la resolución de conflictos.
Cochabamba.
CIDOB
2004 “El fortalecimiento de las capacidades de los pueblos in-
dígenas para enfrentar las actividades petroleras en sus
territorios”. Cartilla metodológica editada por Mirna In-
turias y Miguel Aragón.
CIRABO-TIM-CEJIS
2004 Trazando las sendas de nuestra autonomía territorial. Vi-
sión y propuesta de lineamientos estratégicos del TIM II.
Pueblos Ese Ejja, Tacana, Cavineño.
RADA, Alfredo
2005 Sobre tierra y territorio. Ponencia. Santa Cruz: CEJIS.
ROMERO, Carlos
2003 “La Reforma Agraria en las tierras bajas de Bolivia”. En:
Revista Artículo Primero Nº 14; Reforma Agraria 50 años.
Santa Cruz: CEJIS, 53-85.
SUAZNÁBAR, Bertha
1995 Mujer ayorea. Traducción al ayoreo de Susana Picaneré.
Santa Cruz: APCOB.
TCO Lomerío
2003 Reglamento interno de la comunidad indígena Puquio
Cristo Rey.
2002 Comunidad indígena Makanate (TCO Monte Verde).
Entrevistas
Trinidad
Santa Cruz
Riberalta
Cobija
Vincent Nicolas
Nació en Bruselas, Bélgica; reside en Bolivia. Es licenciado en Filoso-
fía y Antropología. Actualmente es docente en la carrera de Educa-
ción Intercultural Bilingüe de la Universidad Autónoma Tomás Frías
y docente invitado de la Universidad para la Investigación Estratégica
en Bolivia (U-PIEB). Es investigador en el campo de la historia oral y
la historiografía indígena. Ha publicado, entre otros libros, Los ayllus
de Tinkipaya. Estudio etnohistórico de su organización social y te-
rritorial (2002).
Marcelo Fernández
Intelectual aymara. Sociólogo (Universidad Mayor de San Andrés),
antropólogo (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Progra-
ma Quito-Ecuador), actualmente candidato Ph.D., Romance Studies,
Duke University. Autor de los libros: La Ley del Ayllu (2001/2004);
Historia y Memoria de la Ch´axwa (2000), y una serie de artícu-
los publicados en revistas nacionales e internacionales sobre conoci-
miento indígena, justicia indígena y movimientos sociales y políticos
en los Andes. Profesor de la Universidad Mayor de San Andrés y del
Programa Duke in the Andes, La Paz-Bolivia.
332 Elba FLORES GONZÁLES
Elba Flores
Estudió Trabajo Social en la Facultad de Ciencias Sociales de la UMSA.
Cursa una maestría de Investigación en Ciencias Sociales para el De-
sarrollo, en la Universidad para la Investigación Estratégica en Bolivia.
Es autora, entre otros textos, de Control sociocultural y sistemas nor-
mativos en el uso de los recursos forestales en los territorios indíge-
nas del Beni (2002). Actualmente se desenvuelve como investigadora
del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS).
Fundación UNIR Bolivia