Está en la página 1de 167

LOS HUILLICHES DE CHILOE

UNIVER SI DAD COMPLU T ENSE DE MADRID

FACUL TAO DE CIENCIAS POLITICAS Y SOCIO LOGIA

LOS HUILLICl{ES DE CHILOE


La defensa de la tierra de unos indios
chilenos
(MEMORIA DE LICENCIATURA)

F. JAVIER DE LA CALLE YSERN

Director: Tomás Calvo Buezas

Madr id , España , Septiembre de 1986


A Ter e

A mis padres
A Juan Luis

Todo se fue muriendo ;


tu palabra ,
Za lengua de tu pueblo ,
tus rituales , tus dioses .
Chauanti , Padre Sol ,
¿Dónde has quedado?

Pero aún quedan huenteos y raines ,


mi lZaloncos , lincomanes , panichines
y otros tantos de tu vieja raza
que levantan su voz para decirnos :
"iNo hemos muerto , aqui estamos !
Somos la voz del pueblo y esperamos
de otro pueblo estrechar Za mano
y buscar juntos un mejor destino ,
en la cuna del hombre solidario ,
la Madre Tierra , nuestro hogar sagrado~~ .

(Héotor Leiva)

3
In dice

AGRADEC IMIENTOS 7

INTRODUCe ION . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Cap ítulo 1 . ALGO DE HISTORI A


1. Lo s desconocidos huilliches ... . . .. . . ... . . . . ....... .... 12
2 . Pe r i odo preh i s pán ico . . . .. . .... . . ... . . . .. . . . . ....... . .. 13
3 . E1 do min i o e s p a ño 1 _ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
4 . A.n exión a Ch i le .. .. . . . ... . . .. ... . . .. .. .... . . .. . . ...... 1 S
No t as de l pr i mer cap itulo . . .. ... .... . . . .... . .. .... .. . . 17
Mapa del s ur de Ch i le .. ... . .. .. . . . ... .... .. . . . ... . .... 18

Cap ítu lo 2 . LAS COMUNI DADES I NDIGENAS ACTUALES


1. Visión i nd í gen a de la hist oria .. .. .. . ....... . .. . . . . ... 19
2. Si tuac i ón i ndí gena a nt es de 1'93 5 . " . . .. .... . . ... . . .. .. 22
3. La ll ega da de l Cac ique don J uan Fermín Lemuy Treumún .. 23
4. Reorgani zación de los huill ich es del Fundo Co ihuín .. .. 26
S. El Fundo Coihu i n y su c omun idad indígena ..... .. . . .. ... 29
6. El Fundo Huequetrumao . . . .... .... . . ...... .. . . .. .. .... . . 31
7. El Fundo Incopull i . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
8 . El Fundo Gua i pull i . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
9 . El c aso de Tan tauco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 7
10 . Ca t egoría s de ocupant es en lo s f undos . . . . ... . .... . . . . . 39
Notas de l segundo capitulo ..... .... . . .. .... .. ... . .... . 41

4
Mapa de la zona Sureste de la Isla Grande de Chiloé . .. 42
Mapa de la Comunidad Ind í gena del Fundo Coihuin ..... .. 43
Fotografías ....... . .. . ... . . ... . .... . . .. ............ . .. 44

Cap itulo 3 . ORGANI ZAC I ON POLITICA


1. El Cacique ... . .... . .... .. . .. . .. . ... ....... .. .. . ....... 46
2. La elección del cac i que y su destitución ..... . . . . . . . . . 52
3. La entrega del bas tón de mando y lo s guillatunes ..... . 55
4. El Consejo Sec torial y e l Consejo Provincial ...... .. . . 59
5. La Butahui llimapu .. ... ... . . ........... . ..... .. ........ 62
Notas de l tercer cap itulo . . .......... . ................ 64
Fotograf í as . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 S

Capitul o 4 . LA IDENTI DAD HUILLICHE


1. Sentirse huilliche .......... ......... ......... ... ... .. 67
2. La vergüenza y e l honor de ser indio . . ... . .... ....... . 69
3. Los indios vencieron a los españoles ................ .. 72
4. El Tra t ado de Paz . ~ ........ .. .... . .. ... .. .. ......... .. 74
S. El Rey de España . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
6. El " amor" a la tier ra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
7. La propiedad común de la tierra .. . ......... . ....... .. . 82
8. Los "usurpadores" de tierra . . .............. . . .. .. . .... 84
9. La exención de contribuciones ...... ...... . .......... .. 86
10. Los apellidos y sangre indíg enas ..... ... ... ........... 89
11. El idioma huilliche . . ........ ... ... ...... . ..... .. . . . .. 93
12 . Las tra d ici ones ........... .......... .. . ......... ... ·... 96
13. Los brujos y la mitología . ...... . ...... ............... 97
14. Estereot ipos huilliches ..... . ......................... 99
15 . La concepc ión del mundo huilliche .................... 101
Notas del cuarto cap i tulo ........... . . . .............. 105
Fotografías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 09

Capitulo S . LOS HUI LL ICHES Y LA LEY CHI LENA


1. El "proceso de tramitación" . . .... . .... . ...... ... . .. .. 113
2. La extensi ón del Fundo Coihuin ................ .. ..... 115
3. La propiedad de los fundos .... ....................... 117
4. La política indí gena de l General Pinochet ... . ........ 120
S. La división del Fundo Coihuin ... ..................... 121
6. Las contribuc i ones f i scales ... . ... .. ....... ..... ..... 125
Notas del quinto capitulo ....... .. ................... 128
Mapa de Coihuin de la Oficina de Tierras d~ Cas tro .... 130
S
Mapa del Fundo Co ihuín elaborado por I NDAP (1983) .... 131

ANEXO
-Historia de l Pueb lo Huil liche de Ch iloé .... .. . . . . ..... 133
- Pro tocol ización (1897) del documen to del Fundo Coihuín
de 1823 .. .. .............. .... .... .... ... . ... . . ..... ... 138
- Estatuto de Caciques o " Apo -Ul men " ....... .... ......... 140
-El últi mo cacique ................... .................. 142
- El cacique ciego ................... .......... . ........ 143
- Primera hoja del Tra tado de Paz de Osorno ( 1793) ...... 145
- Carta dirigida al Embaj ado r de España (Compu , 30.10.80) 146
- Carta del IDI (Os orno , 2.3.78) ... . ......... . .......... 147
-Carta del IDI (Temuco, 29 . 5.78) ................... .... .14 8
- Carta de la Oficina Provincial de Tierras
(Cas t ro, 25 . 7 . 79) .......... ... ................... .. . .. 149
-Carta de INDAP (Cas t ro, 23 . 1 . 80) ......... ... . ..... .... 150
- Car t a d irigi da al Presidente Pinochet (Compu, 26 . 2 . 80) . 151
- Carta de INDAP (Santiago, 9 . 5 . 80) ....... . . ....... . . ... 15 3
- Carta del Ministerio .de Bienes Nac ionales
(Santiago, 19 . 1 .81) ... . . . ..... . . .... . .. ....... ........ 154
- Principio s y planteamiento s fre nte a la situ ación del
pueblo huill iche y conclusi ones de la Junt a General de
Caciques del Bu tahuillimapu .... .... ........ .. . ....... . 155

BIBLIOGRAFIA
Bib liog rafía gene ral ..... ............... .... ..... ....... 165
Bibliografía de Chiloé ....... . . . . . ..... . ... .... ......... 166
Bibliografía sobre los hu illich es ............... ........ 167

6
Agradecimientos

Mi primer agradecimiento es para el Cac i que General de Chi


loé , don Carlos Lincomán que, desoyendo los consejos de otros hui
lliches de ocultar las costumbr e s i ndigenas, depos i tó su confian-
za en mí, me ofreció su casa y me permitió leer los archivos de
la Comunidad. Expreso también mi gratitud a todos aquellos de las
comunidades indígenas que me acogieron en su casa y s oportaron de
buen grado interrogatorios , grabaciones y f otografías.

Quisiera dar las gracias a todos los qu e a lo lar go y an-


cho del archip i élago de Chiloé me dieron cama y comida o me pres-
taron ayuda, unas veces respondiendo a mis preguntas, otras bus -
cándome libros y datos que necesitaba . La lista es muy larga y,
desgraciadamente, no puedo escribir todos los nombres.

Especial reconocimiento merecen Mons. Juan Luis Ysern que


puso a mi disposición su vivienda en Ancud, sus libros y sus cono
cimientos; y la señora Vitalia Aguilar, que tuvo siempre las pue~

tas de su hogar abiertas para mí en Quellón .

7
Mi director de tesina, el profesor Tomás Calvo Buezas, su
po tener una palabra de aliento en los momentos difíciles.

Finalmente tengo una deuda con la Dirección de Cooperación


Económica del Instituto de Cooperación Iberoamericana, que me con
cedió una ayuda para la reali zación del presente trabajo.

8
Introducción

Descubrí el archipiélago de Chiloé ("lugar de gaviotas"),


casi por casualidad; llegué en el afio 197 7 huyendo de Madrid y su
Universidad . Permanecí durante tres afies y allí se despertó mi in
terés por la antropología motivado por Mons. Juan Luis. En los
afies posteriores de estudio en Madrid, mi ilusión era volver a las
islas a investigar.

También fue el a zar el que me hizo conocer a los huilli -


ches. En una pr i mera fase de mi trabajo de campo , comen zado el 21
de noviembre de 1985, realicé un recorrido de reconocimiento por
diversos lugares de Chiloé; el 24 de diciembre llegué a Molulco y
el día de Navidad tuve mi primera entrevista con don Carlos. Mi
preocupación no era entonces la comunidad indígena, de la que no
sabia nada, sino el sector de Compu donde me quedé una semana .

Volví de nuevo a casa de don Carlos el 17 de febrero , de-


cidido a estudiar Compu y sus alrededores. Mi inexperiencia hizo
que al no tener claros los objetivos, me limitara a vivir y obser
var. Si bien este sistema alarga la recogida de datos, me dio bue
9
nos resultados y encajó con el temperamento del chilote, que se -
gún Francisco Cavada (1914, p. 72): "Habla poco y piensa rnucho;r~

ra ve z se espontanea con los de afuera, y aún con sus propios pal


sanos es poco comunicativo". Poco a poco me fui dando cuenta de
la existencia e importancia de la comunidad indígena. Desde la fe
cha anterior hasta el 9 de junio, viví en la Comunidad de Coihuín
aunque de un modo intermitente, alternando con estancias en Ancud
y Quellón. La mayor parte del tiempo me alojé en casa de don Car-
los, pero los chilotes son muy hospitalarios y acepté varias 1nv1
taciones de los vecinos de los alrededores.

He tratado de exponer en la memoria lo que resulta más es


pecífico de los huilliches, lo que tienen de especial dentro del
contexto donde se desenvuelven . Falta una descripción de la cultu
ra chilota, pero me ha parecido que el trabajo tiene suficiente
coherencia sin ella. Natualrnente tampoco está todo y soy conscie~

te de la falta de profundidad de los ternas tratados . Como discul -


pa he de decir que practicarnente no hay antecedentes de este estu
dio . Las pocas investigaciones que se han hecho, han caído en la
tentación de repe tir las costumbres narradas por cronistas y via-
jeros hace siglos, descuidando los actuales huilliches.

Mi principal informante fue el mismo don Carlos. Los pri-


meros esquemas los hice sobre la base de conversaciones informa -
les en la cocina, lugar de reunión y charla por excelencia en las
casas chilotas. Las grabaciones y la ma yor parte de las fotos las
realicé en los últimos días, cuando ya tenía bastante conocimien-
to de los indígenas y había amplia confianza .

Los huilliches de Chiloé han rescatado elementos cultura-


les de sus antepasados, formando con ellos una identidad que les
ofrece un marco y unas ra zones para defender la tierra. Su identi
1o
dad les ha aislado del resto de los chilotes, pero por otro lado
les da una confianza y combatividad superior a la de aquéllos.

Espero que este trabajo sirva para que las comunidades ig


digenas de Chiloé sean más conocidas y por ende, crezca el respe -
to hacia ellas y su forma de ver el mundo .

11
1
Algo de historio

1 . LOS DESCONOCIDOS HU I LLICHES

Los actuales . hu i lliches (etimológ i camente " gen te del sur")


son prácticamente desconocidos. En Chile los términos " indígena",
"mapuche " y "araucano", se usan popularmente como sinónimos para
referirse a los indios contemporáneos de n tro del territorio nacio
nal . La pa l abra " araucano " fue inventada por los españoles ?in un
crit er i o prec i so para su aplicación ; hoy existe el consen so entre
los estudiosos para des i gnar con ella a todos los i ndios ch i lenos
(1). Sin embargo " mapuche" es palabra indigena, con la que se auto
calificaba una importante etnia a la llegada de los españoles en
el s i glo XVI y que ahora constituye casi la tota l idad de los in -
dios de Chi le .

Una e stimac i ón en el año 1970 da una población aproximada


de 210 . 000 indios para las provincias mapuches (Arauco, Bí o Bío,
Malleco y Cautín) y 40.000 para las provinc i as huilliches (Valdi -
via , Osorno y Llanquihue) (2). Los autores no incluyen la provin -
cia de Chiloé donde la poblac i ón i ndia es escasa, 1 .400 en las co
12
munidades indígenas. (Veáse el mapa del sur de Chile al final del
capitu l o).

Los huilliches de Chiloé , a pesar de encontrarse a 500 Km.


de la frontera histórica mapuche (r í o Toltén), se llaman con fre -
cuencia a s í mi smos "mapuches huill i ches" o también " mapuches" . No
establecen muchas diferencias entre los dos pueblos y probableme~

te no las hay ni las hubo a ntiguament e .

El r e ducido número, la dispersión en cuatro provinc i as,la


denominación de "mapuche" ta nto por la sociedad como por ellos
mismos más prejuicios culturales , son motivos que convierten a
los huilliches en i gnorados y desconocidos .

A continuación he creído convenient e dar unas pinceladas


histór i cas a n tes de entrar en el tema principal , para recordar los
antecedentes de este - como dicen los chilotes - "último rincón del
mundo", tan olvidado de España.

2. PERIODO PREHISPANICO

Este período histórico es el más estud i ado sobre los hui -


lliches de Chiloé ; mejor dicho del que hay más especu l aciones po~

que los datos no son muy seguros.

Cuando llegaron l os españoles, encon traron que los indios


desde el río Choapa _hasta Chiloé, hablaban una lengua parecida que
llamaron araucano . Los clásicos de la prehistoria chilena (3) di~

cutieron si provenían de un mi smo tronco o no . Las últimas i nves -


tigacion e s basadas en datos arqueológicos , sost i enen un origen co
mún (4) .
13
Los araucanos se dividen en tres etnias principales , los
picunches que se encontraban entre lo s rios Choapa y Maule (o tro s
ponen el río Itata) , los mapuches situados desde el Maule hasta
el río Toltén y los huill iches, que ocupaban desde el último río
hasta el golfo de Reloncaví .

Según Latcham (S) , Chiloé estaba habitado por los chonos ,


t ambién llamados payos . Un subgrupo de los huilliches que ocupa -
ban la región comprendida entre el río Bueno y el cana l de Chacao,
lo s cuneos ( "rac imo") , cruzó a la isla de Chiloé y se es tableció
en su mitad sep tentrional, empujando los c honos hacia el sur .

Los cuneos conocían la agricultura, sembraban papas y maíz ;


también criaban alguna ganader i a (6) . Los chonos eran nómadas y
se alimentaban de pescado y marisco. Ambos pueblos se mezclaron
entre e ll os y más tarde, iniciaron un lento mesti zaje con l os es -
pañoles , que dio lugar a los chilotes.

3 . EL DOMINIO ESPANOL

Diversas expediciones de españoles exploran los alrededo -


r es de Chiloé ; Alonso de Camargo en 1540 , Francisco de Ulloa en
1553, García Hurtado de Mendo za acompañado de Alonso de Erc i lla ,
en 1558 y varios otros .

Finalmente , Mar tí n Ruiz de Gamboa, a l mando de ciento diez


hombres tomó posesión del a r chipiélago en enero de 1567, sin en -
centrar oposición de los indio s y fundó la ciudad de Castro . Los
españoles implantaron inmediatamente el sistema de encomienda s,
que se fueron suavizando por las protestas de los caciques hasta
su extinción en 1782 .
14
Durante los siglos XVII y XVIII, Chiloé fue un enclave ais
lado en el litoral meridional del Pacífico. Al sur, la escasa po-
blación y los rigores del clima hicieron inhóspita la región; los
espafioles trataron de fundar ciudades en el Estrecho de Magalla -
nes con infructuosos resultados. Hacia el norte, la sublevación
indígena mapuche cortó las vías terrestres de comunicación con Con
cepción y Santiago.

En 1712 se produjo un levantamiento indígena. Los caciques


tomaron el acuerdo en un juego de chueca, que tuvo lugar en Quil-
quico en enero de ese afio, aprovechando la huida de Chiloé del ca
pitán Gar zón con su compafiia. La rebelión estalló el 10 de febre -
ro y acabar con ella costó la vida de ochocientas personas entre
indios y espafioles (7). No tenemos noticias de otras sublevacio -
nes ocurridas en la isla.

Chiloé fue apetecido por potencias europeas por su situa-


ción estratégica. Fue atacada por los holandeses Simón Cordes y
Hendrick Brouwer en la primera mitad del XVII. Estos ataques y los
temores de que se reprodujeran movieron a los gobernadores a pre~

cuparse de las fortificaciones y las milicias.

Los jesuitas y posteriormente los franciscanos, extendie-


ron la fe cristiana hasta las más pequefias islas.

4. ANEXIONA CHILE

El movimiento de emancipación que comen zó en Chile el 18


de septiembre de 1810, no tuvo eco en Chiloé. En 1817 después de
la batalla de Chacabuco, sólo quedaban en poder espafiol las pla -
zas de Talcahuano y Valdivia y el archipiélago de Chiloé. Talca -
1S
huano fue desmantelado en 1818, Vald i via fue tornada en 1820; du -
rante los cinco años siguien tes Chiloé sufrió varios ataques que
fueron rechazados . Finalmen te , el ú l timo gobernador españo l Anto-
n i o de Qu intanilla , se rindió al Gene r al Freire el 19 de enero de
1826, después de los combates de Pudeto y Bellavista, f i rmando el
Tratado de Tantauco. En e stas mismas f echas capituló también el
Callao. La prolongada resistenc i a que ofreció Chiloé sin ayuda ex
terna, f ue merced a la lea l tad chilota a l a causa real (8) .

Chiloé ha sido siempre un lugar marginal, alejado de ClU -

dades importantes y de mercados , sin vías de comunicación expedi -


t as . .El camb i o político no afectó profundamente y la población
continuó en su lucha diaria de ar r anca r frutos a l a tierra , made -
ra a los bosques y mariscos al mar. La cultura chilota ha evolu -
cionado desde entonces sin muchas influencias exteriores ; resulta
llamativa la c onservación de algunas costumbres de raigambre esp~

ñola , corno por ejemp l o el teatro de moros y cristianos (9) .

Desde l a anexión hasta hoy , la h i s t oria reg i stra los ava -


tares políticos y econ ómicos del archipiélago, pero nada di~e de
la s i tuac i ón indígena. Al pasar los siglos han ido disminuyendo
las referenc i as a los ind i os hasta desapa r ecer (10) . La historia
oficial tiende a olvi dar las gentes que ocupan el último esca l ón
de la escala social; así, hace muchos años que decre t ó la desapa-
rición de lo s huill i ches de Ch iloé. Si n embargo , hay ch i l otes que
no han olv i dado , la iden t idad huillic he aún perdura adaptada a
los t iempos modernos , pero luchando para que se cumplan las prorn~

sas que les hicie r on los españoles.

16
NOTAS DEL PRIMER CAPITULO

(1) GUNCKEL LUER , Hugo . "Variaciones sobre la pal abra araucano" . Boletín de
la Universidad de Chi le , n~. 69/70, sept./oct. 1966: 18-23. Santiago .

(2) BENGOA , José y Eduardo VALENZUELA. Economía mapuche. Pobreza y subsisten-


cia en la sociedad mapuche contemporánea. Santiago , Chile : P .A. S. (Progr~
ma de acc i ón sol idar ia) , 1984 .

(3) BARROS ARANA, Diego . Historia general de Chile (1884 - 1902) . Santiago , Ch~
le: Edi toria l Nascimi ento , 1930 (10 vol.) , vol . I , pp . 49- 58.
MEDINA, José Toribio . Los aborígenes de Chi le (1882) . Santiago , Chile:Imp.
Universitaria, 1952 .
LATCHAM (CARTWRIGHT) , Ricardo E. La preshistoria chilena. Santiago , Chile:
Imp . "Uni verso", 1928 , cap. XII (Errores propagados por Barros Arana y Gu~
vara) •
OYARZUN (NAVARRO), Aureliano . .Estudios antropol ógicos y arqueológicos.Sa~
tiago , Chi l e : Editorial Universitaria , 1979.
GUEVARA SILVA, Tomás . Historia de la civilizaci ón de Araucanía (antropolo
gía araucana). Santiago , Chile : Ed . Balcells y Cía ., 1925.

(4) MENGHIN, Osvaldo F.A. Estudios de Prehi storia Araucana . Bu enos Aires: Cen
tro Argentino de Estudios Prehistóricos (Studia Praehistorica , II) , 1962,
pp . 5-9.
BERDICHEWSKY , Ber nar do. "Fases culturales en la prehistoria de los arauca
nos de Chile" . Revist a Chilena . de Historia y Geografía , n~. 139, 1971 :
105-112 . Santiago .

(5) LATCHAM , Ricardo. La prehistoria ... , op. c i t. , cap. XI , pp. 205- 226 . Es-
t a t es i s es también sost enida por Gr e t a MOSTNY. Cul turas precolombinas de
Chi le. Santiago, Chile : Ed •. del Pacífico, 1954 , p. 97 .

(6) ZAPATER (ESQUIOIZ) , Horacio . Los aborígenes ch ilenos a través de cronis -


tas y viajeros . Santiago , Chile : Ed. Andrés Be l lo , 1973 , pp. 70 - 73.

(7) OLGUIN BAHAMONDE , Carlos . Instituciones políticas y administrativas de


Chiloé en el siglo XVIII . Santiago: Editorial Jurídi ca de Chile , 1971 , pp .
22 - 24.

(8) TORRES MARIN, Manuel. Quintanilla y Chiloé : la epopeya de la const ancia.


Santiago , Chile: Ed . Andrés Bello , 1985 .

(9) MUÑOZ CONTRERAS , José El eazar. Moros y cristianos. Teatro folklórico (si-
g l o XV II ) isl a Quenac , Chiloé . Puert o Montt , Ch ile : Mimeo , enero 1983.
VAZQUEZ DE ACUÑA , Is i doro~ Costumbr es reli giosas de Chi l oé y su raigambre
hispana . Santiago , Chile: Editorial Univer sit ari a, 1956 .

(10) Los i nvesti gador es Raúl Malina y Renato Cárdenas Alvarez, están tratando
de l lenar este vacío .

17
MAPA DEL SUR DE CHILE
(S . XVI Y en la actuali dad ) ..
,,. . . CHILLAN

\
••
\
1
.....
0 ;.60 ·''
51>.1111

~l
~!
V.'
-J\
UJ ·,
::> ·
~~
]
·' ..
., ·'
.1'i•
,,
PROVINCIA DE VALD~VI{
,•'
•J
<"
, ' i
e' VALDIV~'
-.. . .

\
--.,.'
'
1

.,. '1


••
•• 1

:. \r)>.:
1 •

.••. 1
1
·""·

,
"" l.U ••
. ·. .::z: : : :
,. 1 .
.:. u ·.·· .~
:·.:~.: ::·· \.
)
1
.... -s.::
·-- ·.
',
. . l.
••• :::::> .·•••
J
. ::.:..
·... ..·.:x::. {
t 1
'

-·- t.tml te internac ional

®
o
Ltmi té provine iAl

Capital provincial
Otras ciudades
T
Carr-etera

lOO Km.
so===
~=-==-,;;;t
0

18
:...
Palena 0
..
2
Las comunidades indígenas actuales

1. VI SI ON I NDIGENA DE LA HISTORIA .

Los antecedentes históricos que figuran en este capítulo


están sacados de conversaciones con D.Carlos Lincomán, Cacique G~

neral de Ch i loé, y de notas escritas en la época del anterior Ca-


cique , D.José Santos Lincomán I naicheo, encontradas en los archi -
vos de la Comunidad de Coihuín. Muy posiblemente carecen de rigor
cronológico y algunos datos y nombres pueden no ser exactos; al
menos, no los he contrastado con informantes de las otras Comuni-
dades. En cualquier caso constituyen la visión indígena de su pa-
sado.

Los huilliches consideran que sus antepasados ocupaban


las tierras donde ahora se encuentran, desde tiempos inmemoriales.
También conceden esa antigüedad al "cacicada" y los fundos. "El
fundo Coihuín data mucho antes de los tiempos coloniales ". Un do -
cumento titulado "Historia del Pueblo Huilliche de Chiloé", al
que en adelante me referiré con las siglas H.P . H.CH., firmado el
4 de noviembre de 1983 por don Jo sé Santos Lincomán, afirma: "Las
19
tierras Huilliches de Chiloé fueron dominadas siempre po r caciques
hasta esta fecha por las tres comunidades actuales que reviven y
vivirán pese a cualquier circunstancias. Los dominios siempre fue-
ron en un sistema global o fundos ".

Los huilliches creen que en el periodo prehispánico la in


fluencia de los incas llegó hasta Chiloé. "Antes de la llegada de
los Españoles en chile y por supuesto a chiloé las tierras ya eran
habitadas por los Huilliches y nues t ra cultura dependía del impe -
rio de los incas (Cusco Perú) . En ese entonces dominó el Rey Inca
Atahualpa asesinado por mandato del español Franc isco Pizarra" (H .
P.H.CH.). Según los libros de historia el dominio del Imperio In -
caico alcan zó hasta la zona central de Chile ocupada por los picu~

ches . No conozco la razón por la que los huilliches amplían su in-


fluencia hasta Chiloé.

De la época colonial no quedan muchos recuerdos. Hay he -


chos a favor y en contra de los españoles. Con los españoles comen
zaron las dificultades para los huilliches: "Después vino la pene-
tración, en los pueblos Hu illiches , los curas formando curatos,
iglesias y ampliando la doctrina Cristiana ejerciendo la ley de
diezmos y primicias para la Iglesia de Dios. El estado tampoco po-
día quedar sin participar en estos muy parecidos beneficios" (H.P.
H.CH .). En una reunión escuché que los españoles trajeron al hechi
cero y al sacerdote, el primero hacia la "ll al la" (enfermedad) y
e l segundo l a curaba. Es raro escuchar comentarios en contra de la
Iglesia o de los sacerdotes, ya que todos los indios son cristia -
nos y una gran parte católicos, sin embargo se intuye cierta des
confianza.

Otro suceso de tiempos de l a Colonia conocido por los i n-


dios es la rebelión de Quilquico de 1712. Sin embargo me parece que
20
el conocimiento de este hecho es reciente y aunque refuerza la tr~

dición de lucha huilliche, no ha sido todavía totalmente integrado


en su historia.

En 1793 se firma un Tratado de Paz entre huilliches y es-


pañoles en Osorno. En aquel tiempo no afectó a Chiloé, pero los
huilliches de Chiloé lo tienen actualmente muy en cuenta. Su conte
nido y significado es anali zado en otro capítulo más adelante.

El primer documento oficial sobre el Fundo Coihuín es del


año 1823 en el que se "dá la posesión del potrero en el nombre del
rei para que lo gocen con sus habitantes" al "cacique don Miguel
Inaicheo y sus vasallos Severino Cheuquemán, Ignacio Mañao e Igna -
cio Loncuante" (1). Es te papel es de suma importancia para la Comu
nidad de Coihuín. Por una parte don Miguel Inaicheo es el primer
Cacique conocido del Fundo y después de la reorganización de 1935
se buscará un cacique que tenga el mismo apellido; por otra, cons-
tituye el origen del "proceso de tramitación", nombre que dan los
indígenas a la lucha legal por la posesión de sus tierras que es
también lo fundamental de su historia .

Más adelante veremos la imagen que tienen lo s indígenas


de los españoles y especialmente del Rey de España.

No tenemos noticias en los cien años siguientes al recon~

cimiento del potrero del Cacique don Miguel Inaicheo, excepto la


protocolización del documento anterior en Castro en 1897. Es des~

poner que el cacicada fue perdiendo fuerza ya que nadie recuerda


el nombre de otro cacique durante este dilatado período .

21
2. SITUACION INDIGENA ANTES DE 1935

La situación antes de la reorganización de 1935 es des -


crita como la más negra de la historia huilliche. "Se empezaron
la división de las tierras de los fundos , a cada viviente se le
entregó una escritura, según ellos para asegurar la pos i ción de
la tierra. Como verdadero dueño esto corresponde como la primera
violación de nuestro derecho despues de la paz jurada del término
de la guerra del indio con el español donde se ha dicho y ha que -
dado como testamento que las tierras indígenas serán respetadas a
sus propios dueños mientras mundo sea y libres de todo impuesto
fiscal sin violación de facultades (2). Empieza la gravación de
tierras indígenas por la división de los fundos en leyes transit~

rías. Nuestra ra za empieza a sufrir grandemente porque cada seis


meses tenía que pagar dichos impuestos y también nuestros herma -
nos criollos sufren las mismas consecuencias porque había que pa-
gar die zmos y primicias a la Iglesia de Dios e impuestos de grav~

men por la t i erra. Pasaron años, muchos sufrimientos por la justi


cia, grandes pobre zas, encarcelamientos y multas, cuando no se da
ba cumplimiento estos violados derechos. A esta terrible tragedia
repercutió hasta los más humildes habitantes" (H . P . H.CH.).

Otras notas escritas en papel amarillento y encabezadas


con la frase "Una breve historia sobre la Comunidad Mapuche del
fundo ' Coihuin ' de Compu" , cuentan de la siguiente manera esta
época : "Cada seis meses había que pagar a la Tesorería de Queilen
los impuestos de bienes raíces o contribuciones de haberes y cua~

do los mapuches no tenían el dinero oportuno para la fecha de pa -


go; salía una comisión, compuesta por un recobrador de bienes con
tres o cuatro mocetones y una pareja de carabineros, todos al man
do de Benjamín Gómez, hombre duro de corazón y rustico en su pro.-
cedencia mas uno o dos lanchones para llevar las ovejas, ce r dos,
22
vacunos y productos agrícolas o sea todo lo convertible en din e ro.
Cada dueño tenia que viajar a Queilen para reconocer sus animales
o cosas para poderlos negociar en el mismo pueblo y obtener el di
nero para cancelar a la tesorería sus haberes correspondientes . La
mayor parte de estos casos los animales llegaban quebrados al pu~

blo lo que desmerecían de valor o no se vendían, todo esto era un


enorme sacrificio por ser lugares totalmente aislados " . El aisla -
miento se refiere a que, entonces , no existían caminos y se nece -
sitaban tres o cuatro horas en bote a remo para viajar de Cornpu a
Queilen.

Todos estos sufrimientos y calamidades impulsaron a los


indios a unirse y buscar una solución . La señora Erna Llautureo,rn~

jer del Cacique don CarlosLincornán, lo explica así: "Se dejó esas
cosas tan antiguas que habían sido organizadas y la gente misma
había dejado de ser organizada y de seguir pleiteando por el dere
cho que le corresponde corno tal . Hasta cuando hubo un dolor muy
inmenso (el pago de contribuciones). Recién sintieron ese dolor y
empezaron a buscar para poder defenderse y librarse de él, de lo
que estaba aconteci endo".

3. LA LLEGADA DEL CACIQUE DON JUAN FERMIN LEMUY TREUMUN

Enterado este Cacique, por una carta de Cipriano Guentén,


de las dificultades que atravesaban sus hermanos de ra za de Chi -
loé, acudió a la isla desde Osorno para prestar ayuda . Pero deje -
mos que los propios huilliches narren cómo sucedió: "Al saber es -
tas injusticias, un hermano cacique de Osorno, Juan Ferrnín Lernuy
Treurnún llega a nuestra isla (a) contactarse con sus hermanos hui
lliches acompañado por su consejero José del Carmen Loncochino
Guenchuchipay y su secretario Luis Marian. Los primeros contac-
23
tos los hizo en Trincao de la comuna de Quellón. En una reunión de
más de 200 personas Huilliches jefes de hogares que estan sufrien
do grandemente el proceso ilegal de sus tierras, el cacique Juan
Fermín Lemuy T. una vez escuchada la exposición de Cipriano Guen-
ten de Trincao y delegados Huilliches de distintos sectores se
acordó que cada fundo subdividido formaran consejos orgánicos pa -
ra que cada fiscal encargado siga un proceso de tramitación bus -
cando los antecedentes originales de cada cacique, quienes eran
dominantes de los fundos antes de ser subdivididos y una vez en -
contrados estos antecedentes y documentos buscarle la validez co-
rrespondiente ante la autoridades respectivas" (H . P.H.CH.).

Recordemos que el problema fundamental de los ind i os era


el pago de excesivos impuestos. La solución de don J.Fermín Lemuy
T., que no aparece de forma explícita en ningún escrito por ser
evidente para los indios puesto que la viven con intensidad, con-
sistía en acogerse a una ley que exime de impuestos a las tierras
indígenas; para ello era necesario encontrar los documentos anti -
guos que probaran que las tierras eran indígenas y levantar de nue
vo la organi zación eligiendo un cacique.

Posteriormente se reali zó otra reunión en Compu "con una


asamblea de más de cien jefes de hogares con la asistencia del ca
cique en visita y su secretariado, siendo el año 1935" (H.P.H.CH.).
El escrito "Una breve historia sobre la comunidad Mapuche del fun
do 'Coihuín' de Compu" pone en boca de don Juan Fermin Lemuy el
siguiente discurso : "¡Apreciados y despreciados hermanos de raza!
he podido constatar de su enorme sufrimiento de casos inhumanos
después de trabajar su tierra y hacerla producir con el rigor de
su pobre za más arriba viene la incomprensión. ¡Hermanos! tienen
un derecho histórico e inviolable que es ley de la República, pa -
ra nosotros como primitivos habi t antes de chile desde el tiempo
24
que se formuló la paz, los indios mapuches, con los españoles . E~

te derecho es: libres en sus tierras mientras generaciones y gen~

raciones vengan. ¿Como podremos obtener esta liberación? Uniendo -


nos todos y formando una comunidad de trabajo con una dirección
para la tramitación de derechos ante las autoridades . Y aquí en
Compu hay que buscar el derecho del fundo 'Coihuín' heredad del
Cacique Miguel Inaicheo y sus vasallos Severino Cheuquemán, Igna-
cio Mañao e Ignacio Lonc uante".

Los primitivos habitantes de Chile son los indios y la


paz a la que se refiere en el discurso es el Tra tado de Paz de
1793, el derecho de ser libres quiere decir no pagar impuestos.La
última frase no debió ser pronunciada por don J . Fe rmín Lemuy, ya
que dic hos nombres coinciden exactamente con los de la escritura
de 1823 ya citada y que se encontró el año siguiente, según se
cuenta, en la isla Lemuy (Prov. de Chiloé); pero aparecen siempre
en las cartas y discursos de importancia como en la carta al Pre-
sidente de la República, don Augusto Pinochet, del 26 de febrero
de 1980: "Somos dueños herederos del Fundo Coihuín de Compu, del
Cacique Miguel Inaicheo y sus vasallos, Severino Cheuquemán, Ign~

cio Mañao e Ignacio Loncuante''. No es extraño, pues, que se colo-


quen en boca de don J.Fermín Lemuy en una ocasión tan relevante.

Desde luego no cabe la menor duda de que los consejos de


don J.Fermín Lemuy T. calaron muy hondo en los indios. Cuando la
Radio Estrella del Mar entrevistó al actual Cacique, cincuenta
años despúes de los sucesos relatados y le preguntó qué diría a
los campesinos chilotes que no están dentro de las comunidades in
d ígenas , don Carlos Lincomán (63 años) respondió con estas cripti
cas palabras que casi nadie debió comprender: "A mi pueblo yo le
diría, busquen su descendencia (ascendencia) y encontrarán los do
cumentos y después legalícenlos y busquen la organización general
25
que será la misma (que en las otras comunidades indígenas) . Eso le
diría a todo mi pueblo chilote" . Don Carlos estaba proponiendo que
todo Chiloé se organizara como lo hicieron ellos, propuesta que he
escuchado de v i va vo z en otras ocasiones.

4. REORGAN IZACION DE LOS HUILL I CHES DEL FU NDO COIHUIN

En la citada reunión de Compu del año 1935, se nombraron


unos responsabl e s provisional e s que comen zaron el proceso de tra -
mi tación, o sea, la búsqueda de documentos y antecedentes que pr~

baran que las tierras eran indígenas, les pertenecían de derecho


y estaban exentas de impuestos.

"Así fue como el fundo Coihuín de Compu del antiguo domi:_


n1o del Cacique Miguel Inaicheo se formó o se reorganizó como tal".
''Se nombró de fi scal presidente e l fallecido he r mano Guillermo
Cheuquemán Llancal ahuen y como secreta rio su hijo Benedicto Cheu -
quemán Mi llán. Consejeros: José Santos Lincomán I naicheo, Franci~

co Panichine Chiguay, Juan Panichine Maripillán, José del Tránsito


Nauta Nauta, Juan Nauta Antipani. Empie za el proce so de Tramita -
ción del fundo Coihuín y de todos los fundos que optaron esta di ~

posición" (H.P . H.CH.). Don Carlos me explicó lo que era un fiscal:


"El fiscal era el que defendía la causa; el que hacía como un es-
to un cacique , pero no titulado toda vía. Entonces, el fiscal
en ese tiempo, aquí, fue nombrado don Guillermo Cheuquemán Llanca
lahuén. Ese fue nombrado de f iscal pa r a qu e empiece a defender la
causa en primer lugar; encuentre el documento, encuentre ... , o
sea, todos los antecedentes y é l vaya a Santia go a gestionar, o
sea, a que el documento le den su valide z allá. Así que él fue
p'allá puh".

26
En los años siguientes se consiguen los objetivos que se
habian marcado los indios. La historia, desde este momento, para
los huilliches se identifica con el "proceso de tramitación" que
estudiaremos en otro apartado. El escrito que hasta ahora seguia-
mos (H . P.H.CH.) se convierte en un listado de fechas, presidentes,
funcionarios y papeles legales.

En el discurso del Consejo General Huilliche de Chiloé


con motivo de la muerte de don José Santos Lincomán en julio de
1984, encontramos más datos de lo sucedido en aquellos años
"José Santos Lincomán Inaicheo asumió el mando de Cacique el año
1937, un 21 de julio". "Este cargo fue acogido también por los
propios huincas, que le contrariaron siempre su lucha por la tie -
rra". "José Santos Lincomán Inaicheo asumió su cargo por un moti-
vo principal que fue el exceso de pago de contribuciones y habe -
res de las tierras que fueron y son nuestras; llegando incluso,
hasta el Archivo Histórico Nacional buscando antecedentes sobre el
derecho de las tierras indígenas. Esta lucha no fue en vano, po~

que gracias a su tesón y sacrificio y ra zón de causa el Gobierno


de esa época de don Pedro Aguirre Cerda consideró algunos d~rechos

del indio huilliche y más adelante reconoció la validez del docu-


mentos histórico dejando esa gran consideración al Presidente Juan
Antonio Ríos Morales antes de su repentina muerte".

"En el gobierno de Juan Antonio Ríos y siguiendo el an -


dar del tiempo, se da una orden minis te rial donde se da comienzo
a la medición global de nuestro fundo Coihuín. Se logró entonces
la exención total del pago de contribuciones y haberes, incluso
favoreciendo a los hermanos huincas, sin embargo, los hermanos hui~

cas no respetaron ni consideraron lo que este hombre (J.S. Linco-


mán) hizo por ellos".

27
Pedro Aguirre Cerda triunfó en las elecc iones presidenci~

les como candidato de l Fren te Popular (Co alición de Radicale s , SQ


cialis tas y Comunistas) en 1938, inició su ma ndato en enero de

1939 y falleció antes de terminarlo en 1941. Le sucedió Juan Ante


nio Rí os , t r iunfante en las elecciones de 19 42 , dent ro tamb i én del
Frente Popu lar, renunció a l a presidencia por enfermedad en 1946 .
Las fechas y datos son coherentes con e l relato huillich e . Llama
la a t ención la fami l iar idad y cercanía con que hablan de los pre -
sidentes de l a República, lo qu e consti tuye una carac t er ística de
es t e pueb l o . Re sult a difícil creer qu e los pres i dent es intervini~

ran direc t amen t e en una a l ejada provincia que nunca tuvo importa~

cia como es Chiloé , s i n embargo s i hay prueb as de la actuaci ón pe~

sona l del Presidente Pinochet .

Don Carlo s Linc omán expuso l a s raz ones (3) que llevaron
a la elección de don José Santos Lincomán Ina i cheo como Cacique:
"Tuvimos que buscar un documento que se denominó herencia de caci:_
ques . Y ¿cuál f u e el cac i que que gobernó la provincia de Chi loé
en las más lej anas épo cas? Fue el cacique Miguel Inaicheo, la prQ
pia raíz de José Sant os . Por eso que él , pos t eriormen te , ll~vó el

titulo de Cacique General de la Provinc ia par a def en sa de nuestro


pueb lo" . "Su pu eblo aceptó el nombramiento porque era e l ún ico más
preparado que existía en l a localidad". Se ponen de manifies to dos
principios que más ade lante ampliaremos , la preparación y tener el
mismo ape ll ido (Inaicheo en este caso) .

La influencia de los caciques de Osorno continúa ha sta


hoy y aba rca campos como la enseñanza del idioma huilliche , l os

guillatunes, la celebrac ión del Tratado de Paz, etc.

En el sel lo que ut il i za la Comun idad de Coihuin, pr esumí


b lemen te antiguo porque ahora se escribe " Fu t ahu ill imapu" con "b ",
28
es decir, "Butahuillimapu", podemos lee r: "Consejo Local de Map~

ches. Fun. Julio 21 de 193 7 . En COMPU. Futahuillimapu". La fecha


de fundación coincide con la de elección del cacique después de
la reor ganización. La palabra "reorganización" es muy usada por
los huilliches para enfatizar que las comunidades no nacen en es
tos años, sino que existían desde hace mucho.

S. EL FUNDO COIHUIN Y SU COMUNIDAD INDIGENA

El territorio sobre el que se asienta una comunidad indi


gena es fundamen tal, es lo que hemos llamado el fundo y sobre él
hacen vale r los i nd ios sus derechos h istóricos.

El Fundo Coihuin tiene una extensión reconocida entre


10.000 y 13.000 Has ., pero los indios reclaman más tierras. Sus
límites hacia el noreste vienen marcados por el lago Natri, el
río Natri y el estero o fiordo de Compu. Por el sur, limita en al
guna s partes con el río Chadmo y cerca de la costa con el río Coi
guelbo. Hacia el oeste limita con la montaña (ver mapa). Desde e l
noroeste al sureste lo atraviesa la carretera de Castro a Quellón.

La población se encuentra dispersa por todo el territo -


rio, pero existen más casas cerca de la carretera, a lo largo de
la cual se distinguen tres sectores: Na tri, Molulco y Compu. Cada
uno tiene, al menos, una escuela rural y una capilla. Compu es el
núcleo más antiguo, fuen tes documen tadas señalan que ya en 1735
vivían 87 personas y su capilla fue l evantada hace aproximadamen-
te un siglo. Los indios llaman a l a . ConniDidad Indígena del Fundo Coi -
huín en lenguaje coloquial "Comunidad Indígena de Cómpu". Est0 mi~

mo ocurre también en las otras comunidades; utilizan nombres geo -


grá f ico s de núcleos de población en l ugar de los de los fundos,
29
sin embargo el significado es el mismo.

Coihuín es el nombre indígena de una especie vegetal de


Chiloé. Natri es una hierba usada con fines medicinales, Compu
quiere decir agua anegada y, finalmente, Molulco significa río de
zarzaparrillas (Molul = zarzaparrilla; co = agua).

No todos los que viven dentro del fundo son indios o es -


tán integrados en la organización de la comunidad indígena. Los
huilliches cuentan los habitantes por familias y cada familia es
individualizada en las listas por el jefe de hogar que generalme~

te es un hombre, pero puede ser una mujer si ésta es más activa


que el marido y acude a las reunione s, o también si es viuda, so!
tera con hijos o separada. El número de fam i lias de la Comunidad
Indígena de Coihuín es de 115; las familias que no pertenecen a la
Comunidad están peor censadas su cantidad oscila entre 80 y 100 (4).

La autor i dad máxima indígena de una comunidad es el Caci


que ; en e l Fundo Coihuín este cargo lo ostenta don Carlos Orlando
Lincomán Lincomán, de aproximadamente 63 años de edad, casado y
con nueve hijos. Fue elegido cacique el 30 de agosto de 1984. Has
ta esa f echa ocupaba el cargo de secretario desde el año 1953.

El anterior Cacique fue don José Santos Segundo Lincomán


Inaicheo, tío de don Carlos Lincomán y b i snieto del primer Caci -
que del que se tiene noticia, don Miguel Inaicheo. Don José San -
tos Lincomán gobernó su comunidad desde el 21 de julio de 1937 has
ta la fecha de su muerte a los 73 años , el 7 de julio de 1984.

30
6. EL FUNDO HUEQUETRUMAO

El Fundo Huequetrumao tiene una extensión reconocida de,


aprox imadamente 2 . 000 Has. , pero los huilliches r eclaman 30.000
Ha s . Se encuentra al sur del Fund o Coihuín y tamb ién es atra vesa-
do por la carretera Cas tro- Quellón .

En su territorio hay dos sectores con capil l as ; San Anto -


nio de Chadmo y San Juan de Chadmo . En documentos huilliches he

l e í do también San José de Chadmo.

La comunidad indígena de este f undo consta de 65 fam i lias.


El cacique ac tu a l es don Baudilio Neún Ra in, elegido en nov i embre
de 1983 , a cons ecuenc ia de l a ceguera que le sobrevino a l anterior
cacique , don Pedro Huenteo Rain, tío del primero y que conserva
e l título de Cacique Honora rio.

Una inves tigación patrocinada por la Universidad Austral


de Ch ile y diri gida por Luis Meyer, narra una entrevis t a sos teni-
da e l 12 de mar zo de 198 1 con l a mujer de don Pedro: " Es as í como
nos informa que entre los años 1936 y 1940, ll egaron has ta sus co
munidade s los caciques de la Provincia de Osorno , Juan Fermín Le-
muy , Juan de Di os Cheuquián y Manuel Manqu ilef con el obje tivo de
ayuda rles a organizarse para defender a su ra za y sus tier ras, p~

ra hacer valer l os derechos legado s por s us antepasados . También


les recordaron sus tradiciones y su orgu llo ancestra l. Después de
la visi ta de esos caciques de Osorno, l as comunidades de Coihuín y
Guequetrumao se unieron para defender su patrimonio principa l: la
tierra . Uno de los caciques más destacado s fue don Juan Antonio
Huenteo Rain, bajo cuyas órdenes lucharon por todo s los medios le
ga l es y por l a fuerza a fi n de evita r la intromi sión de los huin -
cas en sus tierras . Uno de lo s hechos más relevante s en que se vio
31
envuelto fue el enfrentamiento sostenido con las fuerzas de Orden
en el año 1941 a raíz de la ocupación de unos terrenos en Huildad.
Sólo la astucia de los Carabineros de Quellón permitió terminar
con la resistencia de los indígenas y, tanto el cacique Juan Ant~

nio como su hermano Pedro y decenas. de hombres y mujeres, fueron


apresados y conducidos a Castro en donde permanecieron encarcela -
dos durante varios meses. Juan Antonio Huenteo falleció el año
1978 y desde entonces sigue en el mando de la Comunidad de Huequ~

trumao su h e rmano Pedro quien carece de ascendente y de la autori


dad para mantener una mayor cohesión de su comunidad. Ellos justi.
fican eso, porque dicen que lo ven viejo, enfermo y ciego'' .(5).

En el anexo he incluido dos artículos de la prensa chile-


na sobre los hermanos Huenteo, un tanto sensacionalistas, pero no
por ello menos interesantes.

7. EL FUNDO INCOPULLI

El Fundo Incopulli o Yaldad tendría una superficie de


20.549 Has. Las vicisitudes que ha atrevesado son diferentes y más
graves que las de los otros fundos. Son también los problemas los
que han decidido a la gente a reorganizarse como comunidad indíge-
na.

Los sectores poblados del Fundo son Yaldad y Cocauque, es


posible que entren también Trincao y Puerto Carmen. Yaldad es el
único que está unido a Quellón por una estrecha carretera ripiada
(con guijarros) de 9 Km. A las otras aldeas es necesario ir por
mar, aunque todas se encuentran en la Isla Grande de Chiloé.

La tradición indígena de la zona es fuerte, pues fue en


32
Trincao donde tuvo su primera reunión el Cacique Juan Fermín Lemuy
y en aquellos tiempos hubo un cacique en Incopulli, pero después
la gente se desinteresó y la última organización es de hace pocos
años. No sé con exactitud la fec ha, don Carlos me dijo hace cinco
años, pero tiene mala memoria para las fechas. En una tarta del
30.11.80, ya firmó don Estanislao Chiguay Raimapu como cacique,
junto a los otros caciques de Coihuín y Huequetrumao, y continua
en su cargo hasta el día de hoy.

Don Carlos me contó cómo se reorganizaron en el Fundo In


copulli como sigue: ''Resu lta que ellos tuvieron un grave problema.
No se c reían mucho lo de las comunidades indígenas. Entonces el
Conde Timoleón de la Ta lle les quitó toda la tierra y se quedó él
dueño. Entonces, ¡ya! dijo Timoleón de la Talle: ' Estos caballe -
ros vana tener que ir a la Cordill e ra porque todo esto me perten~

ce a mi, así que hay que llevarlos a la Cordi llera, por allá, por
el otro lado para que allá vayan a vivir'. Así que lo tenían lis-
to ya puh. Arturo Pinto Canobra le pasó el dato a los Chiguay de
Yaldad a éste . .. a Floriano Chiguay; le dijo: 'Mira, ustedes tie
nen un gran peligro -le dijo - , resulta que el Conde Timoleón de la
Talle está listo para mandarlos, para trasladarlos al otro lado,a
Chaitén, a la Cordillera. Y usted tiene que apurarse en esto, ir
inmediatamente a paralizarlo, si es posible a Santiago; movilicén
se y ... hagan cualquier forma '. ¡Ya ! entonces ese tiempo vinie -
ron a Compu a ver cómo estábamos nosotros, si estábamos s i empre
bien organizados o no. Y nosotros ... como siempre; estábamos OE
ganizados. Entonces ... ¡ya !, vino el Estanislao (Chiguay) que
todavía no era cacique, era un dirigente no más; pongámosle diri-
gente porque aquí se organi z ó. Entonces aquí se le dijo: 'Bueno,
ustedes lo que tienen que hacer, tienen que organizarse no más,oE
ganícense; nosotros estamos sabiendo de que ust edes tienen la mis
ma antiguedad que tenemos nosotros'. Porque en otro tiempo el pa-
33
dre de ellos (los Chiguay) repre sentaba como cacique y e ll os , co -
mo cualquier muchachejo joven, no tenían ningún interés; viví an
viajeros , no les interesaban tierras, no les interesaba na . Y en
ese tiempo ya se habían casado cuando les llegó todo eso (e l pro -
blema del Conde Timoleón) , entonces le tomaron interés a la tie-
rra.

Y vinieron aquí; 'bueno, ¿cómo lo pueden hacer ustedes? ,


lo que tienen que hacer es organi zarse y , si es posible, formar
un cacique para que u s tedes tengan derecho de alegar '. Porque di-
jeron: ' Nosotros podemos formar un grupo; por ejemplo un . .. - es
te como se llama - un comité'. Yo les dije: 'No, los comités no ri
gen en comunidades indígenas , rigen las comunidades indígenas , ri
gen los cacicados . Ahí sí; si usted va por medio de un cacicada
le van a a te nder, pero si va por comités no le van a atender . Y
lo que tiene que hacer usted es v i ajar inmediatamente a Sant iago,
una comitiva a Santiago inmediatamente . Y mientras viene el nom -
bramiento como cacique vaya p'allá como uno que lo mandó el caci-
que, como un delegado '. ¡Ya!, así que se fueron p ' allá puh . Fue -
ron dos para Santiago. Ve rdader amente ellos llegaron a ll á , a San -
tiago al Ministerio y solicitaron una querella de amparo para cin
co años . Se la dieron inmediatamente porque dijeron : '¿Cómo es p~

sible de que los propios habitantes de su propia tierra los estén


echando p'a otra parte?' . Entonces de ahí se suspendió el trasla -
do de ellos . Y ahí , a la vuelta , entonces , se organizaron puh . Le
tomaron amor a la organización porque gracias a eso salvaron sus
tierras. Y de ese tiempo - como digo yo - ellos tomaron el mando de
caciques que lo pasó a regir Estanisl ao Chiguay. El fue nombrado
cacique como hijo mayor del finado Abelardo Chiguay (Lincomán ) que
representaba como cacique (an ter iormente)" .

Los hechos quizá no ocurrieron exactamente con la simpll


34
cidad y el orden cronológico que l es da don Carlos, pero el relato
nos muestra su pensamiento y su forma de interpretar los conflic -
tos. El Conde Timoleón de la Taille es propietario de miles de hec
táreas al sur de Chiloé, pero él vendió o alquiló una parte de sus
tierras a la empresa Foreschil, que pretendió trasladar unas 84 f~

milias de la zona (de los lugares de Yaldad, Cocauque, Puerto Car -


men, Blanchard, Piedra Blanca y Mechailelo) a la Cordillera de l os
Andes, a la provincia de Palena.

El conflicto se desarrolló dur ante los años 1981 y 198 2 .


La Comunidad ·Indígena de Incopulli que entonces tenia unas 30 ó 36
familias, quiso arreglar las cosas a su manera, despreció la ayuda
ofrecida por el párroco de Quellón y se apartó del resto de las fa
milias implicadas. En junio o julio de 1981 realizaron un viaje a
Santiago (6). Durante este tiempo don Estanislao Chiguay ya era con
siderado como cacique.

Foreschil lle vó a juicio a los ocupantes de sus tierras


(Castro, 1981). Finalmente no f ueron trasladados a la provincia de
Palena, presumiblemente debido a la intervención de autorid~des y
la movilización de sectores sociales; sin embargo, las tierras de
las 84 famil ias fueron sensiblemente reducidas. En la comunidad in
dígena, el cacique y su secretario recibieron cada uno unas 30 ó
40 Has. y el resto de 2 a 5 Has. por familia . En la práctica, la
gente quedó viviendo en el mismo sitio y hasta que el Ministerio
de Bienes Nacionales ent regue los planos de las propiedades y lo s
títulos de dominio no sabrán donde están esas pocas hectáreas que
a cada uno les pertenecen ahora.

El sello de la comunidad reza: "Comunidad Indígena Huilli


che. FUNDO INCOPULLI. YALDAD, CHILOE. Fund. 21 - julio-193 7". Esta
fecha es la misma de la Comunidad de Coihuin, si bi en no existió
35
cacique durante algunos años, don Carlos consideró que la an ti gu~

dad era la misma puesto que en 1937 estaba de cacique don Abelar -
do Chiguay Lincomán , par iente lejano de don Carl os . En mayo de
1986 el número de socios (jefes de hogares) de l a comunidad habría
alcanzado la cifr a de 45 .

8 . EL FUNDO GUAIPULLI

El Fundo Guaipulli está situado entr e Coihuín y Hueque -


trumao, como una cuña i ntroducido entre ambos . Al este limita con
el mar . No existen disc usiones sobre su extensión que es de apro -
ximadamente 2 . 754 Has.

Los sectores que comprende reciben los nombr es de Chadmo


Central en el interior j unto a la carretera , y Chanco y Yategua en
la costa.

Escuchemos de nuevo a don Carlos que nos cuente como se


reorgan i zaron : " En Guaipull i fue también nombrado otro cacique.
Ahí se nombra otro cacique porque no había cacique ahí . Ese es me
nos antiguo que Incopulli , que Incopulli - Yaldad. Eso hace más o
menos, a ver . . . se formó el año 82 ... 83 ... Como el
83 fue formado el consejo sectorial ese, en Guaipulli. Eligieron
cacique uno que no era heredero de Guaipulli. Ese hombre v ivió
aquí en Paildad. Desde Pa ildad se trasladó para allá porque había
tierras desocupadas creyeron ellos . Y en cambio las tierras no es
taban desocupadas ; eran todas de dueño, pero se metieron no más .
Y corno todos eran indios así que la pelea duró repoco . Así que t~

dos se acondicionaron por ahí. El primer cac ique en estos mornen -


tos está dodavia que es Adalio Millán Millán". " Pero ese va a ser
sustitu ido" - dije yo- . "Sí , está destit uido ya . Falta mas que la
36
Butahuillimapu mande solamente la orden de destitución no más. Pe
ro aquí, en el Consejo General está destituido ya. Hay otro caci -
que ahora. Juan Edulio Millalonco Nitor es el nuevo cacique. Ese
sí que es heredero, heredero directamente de Guaipulli, porque no
sé si el abuelo o el bisabuelo de ellos fue como caciqtie''.

Las dificultades entre don Adalio Millán y las autorida -


des indígenas provinciales, el Consejo General, eran frecuentes;
pero la gota que rebosó el vaso ocurrió cuando se pidió a cada e~

cique que presentara una lista de los socios de sus respectivas


comunidades y don Adalio sólo anotó a nueve, mientras otros 22 for
maron una lista aparte que llevaron al Cacique General. La comuni
dad indígena de Guaipulli tendría, entonces, 31 familias en total.

9. EL CASO DE TANTAUCO

Dentro de las limitaciones, su aislamiento físico y cult~

ral, su bajo nivel económico y la minoría que constituyen (aproxi


madamente un 1% de la población de la provincia de Chiloé), las
comunidades indígenas son un fenómeno en auge. Hemos visto cómo
en los últimos diez año.s se han reorganizado dos nuevas comunida-
des indígenas. Las organizaciones a nivel provincial y regional
(la Butahuillimapu) también se han fortalecido.

Es posible entonces que aparezcan nuevas comunidades indi


genas y quizá la próxima sea la de Tantauco. Tantauco se encuen -
tra a 35 Km. de Ancud en la carretera longitudinal que une Ancud
con Castro. Es un lugar histórico i mportante porque allí se firmó
la capitulación de España ante Chile en enero de 1826. Todavía no
han elegido cacique, pero ha habido conversaciones previas.

37
Estas son las opiniones del Cacique don Carlos Lincomán
sobre Tantauco : "En Tantauco toda vía no pasa na porque por el in-
vierno; hasta en el verano vamos a ver qué es lo que pasa . Vamos
a ver si aceptan la palabra cacique allá. Allá son todos ahuincaos.
Vamos a ver si aceptan la palabra cacique y si no, no pasa na no
más. Porque donde hay una reunión de indios tiene que haber un ca
cique, de lo contrario no va a pasar na , y no pueden defender una
causa tampoco. Porque tiene que haber un sector y ahí sobre todo
que es totalmente -como le dijera yo - en Tantauco es una cuestión
es una cosa . . . es un acontecimiento que pasó ahí en Tantauco.
Porque es importante y tiene que haber una comunidad. Ahí fue el
Tratado de Paz puh . Y corresponde, corresponde una fuerza de caci
que ahí".

Poco a poco nos vamos adentrando en la mentalidad de don


Carlos y en la de los indios. El que no pase nada por el invierno
quiere decir que esta estación no es propicia para contactos so -
ciales. La razón es bien simple, siempre llueve en Chiloé , pero
más en invierno y las sendas se llenan de barro ; como la gente vi
ve apartada en el campo resulta más fácil hacer reuniones en vera
no que en invierno . Aceptar la palabra cacique implica también
acoger la organización huilliche y los símbolos que ellos tienen.
Don Carlos no quiere cualquier organización, sólo el cacicada es
propio de los indios . Huinca significa extranjero para los indios,
para nosotros significa no - indio ; el adjetivo ahuincado es muy e~

presivo para calificar a los indios que han perdido sus raíces.No
hay que confundir el Tratado de Paz de Tantauco (entre españoles -
chilotes y chilenos , 1826) con el de Osorno (entre españoles y hui
lliches, 1793) de una importancia y significado mayor para los 1n
dios . La historia tiene una fuerza especial para los indios y don
Carlos desearía que hubiera comunidades indígenas en lugares his -
tóricos .
38
10. CATEGORIAS DE OCUPANTES EN LOS FUNDOS

No todos los que viven en un fundo son huilliches, ni es-


tán integrados en la comunidad indfgena correspond iente. Llamare-
mos ocupante, por lo pronto, a todo aquél que posee terreno den -
tro de un fundo. Los indfgenas siguen principalmente dos criterios
para clasificar a los ocupantes; la pertenencia o no a la comuni-
dad indfgena y la raza, huilliche o huinca. Estas divisiones no
son coincidentes, es decir, ser huilliche no implica pertenecer a
la comunidad indfgena, ni ser huinca no pertenecer. Por lo tanto,
las divisiones se entrecruzan dando lugar a cuatro categorfas de
ocupantes.

La raza viene determinada fundamentalmente por los apelli


dos que tiene la persona, hay apellidos indfgenas y españoles. En
el caso de que tenga un apellido español y otro indfgena, decide
el primero; pero entonces también pueden intervenir factores ideo
lógicos. Un individuo con primer apell i do español y segundo indio,
que se haya distinguido por su militancia en la comunidad indfge -
na, puede perfectamente considerarse huilliche. Hay que señalar
que casi todos los huilliches así definidos, excepto los organiz~

dos en comunidades, no aceptan este apelativo. En el trabajo, ge -


neralmente empleo las palabras "indio" y "huilliche" para referir
me sólo a los que pertenecen a las comunidades indfgenas; pero los
indios establecen la división antes citada.

Una comunidad indfgena es una agrupación natural de los


huilliches que viven en un fu n do, pero antes que nada, es una or-
ganización que lucha por los derechos de sus socios. Recordemos
que el motivo principal de la reorganización fue los excesivos im
puestos y en Incopulli, el peligro de expulsión de sus tierras.

39
La pertenencia a una comunidad indígena es voluntar i a . Cua!
quiera que tenga terreno en un fundo puede adherirse, para ello

ha de pagar una cantidad inicial de dinero y una cuota mensual de


$ SO (US $ 0,25) . Hace bastantes años que las comunidades se abrí~

ron a la participación de los huincas. Intervino en ello la pene -


tración huinca en los fundos y el deseo huilliche de defender a

todos sus ocupantes. La pertenencia a una comunidad se realiza so


bre la base del grupo familiar (padres e hijos), cada familia pa -
ga una sola cuota y tiene un voto en la asamblea; el jefe de ho -
gar actúa como representante de su familia. Los pertenecientes a

una comun idad se llaman también "comuneros", "socios" y "organiz~

dos"; los no pertenecientes, "no ·organizados", ''particulares" y

"ocupantes".

Ex i s t en pocos comume ros huincas en el Fundo Coihuín , u l ti


mamente se da el caso curioso de algunos de ellos, dedicados a la
explotación forestal (aserradero), que viven en Ancud , a ciento
veinte kilómetros de distancia. Entre los huincas no organizados,
se encuentran los "usurpadores" o "acaparadores", estudiados más

adelante .

40
NOTAS DEL SEGUNDO CAPITULO

(1) En los archivos del Obispado de Ancud hay un "Li bro de Estadística" del
año 1820, en cuyas páginas correspondientes a la local idad de Compu pode
mos encontrar a Ignacio Mañao, casado con Rosar i o Raín (hi jos: Juana, Be
nigna, Dionisia, Agustín, Martín y Berónica), y a Severino Cheuquemán ca
sado con Josefa Mañao (hijos: Antoni o, Margarita y Diego).

(2) Mirar los apartados del Tratado de Paz y la exención de contribuciones.

(3) Reseña de la vida de don José Santos Lincomán I ., realizada por don Car-
l os Lincomán en l a Inauguración de la Asociaci ón Cultural que tiene el
nombre del antiguo Cacique, en Quellón (Turist- Lapa) el 22 de f ebrero de
1986 .

(4) El número de familias de las comuni dades indígenas señaladas en este tr~
bajo, corresponde a los últimos datos dados por don Carlos a las autori-
dades en mayo de 1986. La cantidad de familias no coincide con la de
propietarios, porque algunos hijos son dueños de parcelas sin haber for -
mado un hogar .
Los habitantes son calculados en las comunidades, multi p licando por cin-
co el número de f ami lias. Esta cifra puede ser l igeramente inferior a la
real , ya que la comuna de Quellón arroja una media de 5,12 habitantes por
"hogar particular" (censo de 1982).
En los archivos de don Carlos encontré dos listas de socios con el núme-
ro de personas por familia. La primera, del año 1982, da un total de 399
personas en 72 hogares (descontando los emigrados) con una media de 5,54
ind i viduos por hogar. La segunda, de 1985, señal a 414 en 71 hogares que
hacen una media de 5,83 .
La dificult ad de obtener datos exactos estriba en que todas las listas
son incompletas, se realizan con distintos criterios cada vez y tampoco
es tán unificadas.

(5) MEYER SOTO, Antoni o Lui s (Dir.) y otros. Presencia huilliche actual en
las comunidades de San Antoni o de Chadmo, Pureo y Compu. Ancud, Chi le:
(i nédito) i nvestigac i ón realizada por la Universidad Austral de Chile du
rante los años 1980 y 1981.

(6) En una carta de don Estanislao Chiguay dirigida al Instituto Indígena de


Temuco (15.4.82) se lee: "Estas peticiones las hemos presentado en los
señores ministros de tierras y bienes nacionales y el vicepresidente de
INDAP e n Santiago. Además enviamos una carta a la secretaría de Gobierno
con fecha 22 de junio de 1981 pidiendo amparo a nuestro Gobi erno por es-
te grave prob l ema". Es muy posible que esa sea la fecha del viaje a San-
t i ago y l a "quere l la de amparo" referida por don Carlos.

41
MAPA DE LA ZONA SURESTE DE LA ISLA GRANDE DE CHILOE

Furl dO

N
t

o lO Km.
- -= =
- límit..>s apuximados

42
M I RA FL ORES 11 CASTRO - ........ --- Car rct:~ra ~n pa.v i mc~ n t<l<' tót.l
..,, og ,.o ,,,
Cam t nos secu ndarios ~
' / 'ij
••••••••• J..1rn i te s aprox imados de l ftmdo ::e>
,"
-~·.,~:........
,-' o- cP 0 0 o Ol stc t bucl6n a p roxima d:. rle las viv.l(:ud.-.. s
t::J
trJ
'f
~- t:-<
·. ...., .
'~. ::e>
.......:
~
. ' n
o
~..-
i. 1 2:
z
H
t::J
o ••\
::e>
t::J
H
' ,·
1
. ... z
t::J
'P.... : H
...~._-"''4'.\ . . CJ
' trJ
z
d\) .·: ::e>
o0"'•0 t::J
• o
.,. trJ
t:-<
<A
'Tj
e::
z
t::J
o
n
o
H
::r::
e:
H
z

....

o
Foto ngl . Vista ge-
neral de la aldea
de Compu . En el me-
di o puede verse la
capi Ua . AZ. f ondo ,
al otro Z.ado de l es
tero , se encuentra-
Quemay y hacia la
derecha, Pureo .
(2? . 2. 86)

Foto ng2 . Vista pa-


norámica del estero
de Compu desde el
sector de Molulco .
En el medio está l a
isla Chala .
(26 . 4. 86)

Foto ng3. Recibi -


mi ento deZ. Obispo
en Compu . Para esta
ocasión vino gente
de sde Natri a Chad-
mo . La capiZ.Z.a si -
gue el esquema clá-
sico chiZote , tiene
un sigZo de antigue
dad y está con strui
da en madera . -
(19 . 2. 86)

NOTA : Todas Zas fotos fueron sacadas por eZ autor durante el trabajo de campo .
44
Foto n24. Fotografias antiguas que
conserva don Carlos. Arriba, los
dos fallecidos caciques, don José
Santos Lincomán y don Antonio Buen
teo. En el medio, don Carlos. Aba~
jo, una reunión de caciques de va-
rias provincias. (8.6.86)

Foto n25. Sede social en Yaldad (Comunidad Indigena de Incopulli), donde se ce


lebran Zas reuniones de Za comunidad huilliche. Al fondo, al otro lado del mar,
se encuentra Cocauque . (25.4.86)

45
3
Organización política

1 . EL CACIQUE

La vo z cacique tiene dos acepciones en caste l lano, una


significa el superior de un pueblo de ind i os, la otra la persona
que ejerce excesiva influencia en asuntos políticos o administra-
tivos. La segunda acepción tiene connotaciones muy negativas y su
uso se halla extendido tanto en España como en Chile. Los mismos
mapuches (en sentido estricto) no quieren usarla y es un punto que
les diferencia de los huilliches. En Chiloé, excepto entre los hui
lliches, también despierta desconfianza y rechazo.

Para los huilliches de Chiloé el cacicada (dignidad de


cacique) es un cargo que t i ene sus honores, pero sobre todo res -
ponsabilidade s y obligac i ones. Muy lejos, desgraciadamente, están
los caciques de tener alguna influencia política por lo que antes
de continuar leyendo tenemos que desprendernos de las asociacio -
nes negativas que tiene el vocablo si queremos comprender qué sig
nifica para los huilliches un cacique.

46
Los caciques no están reconocidos por las leyes chilenas,
ni existe _ningún reglamento del Estado que regule algún aspectos~

bre ellos. Tampoco son alcaldes ni nada parecido; las cuatro comu-
nidades (excepto un pedacito de Coihuin), pertenecen a la comuna
de Quellón que tiene 10.206 habitantes (1982) y cuyo alcalde no ha
delegado ninguna atribución en los caciques. Lo más que puede lle -
gar es a solicitar su colaboración o a apoyar alguna petición con-
creta. La vida política y administrativa es independ i ente de los
cacicados y la inf luenc ia de éstos únicamente deriva de los indivi
duos que agrupan que es escasa porque son bastante pobres.

Los caciques de Chiloé no tienen ninguna función re l igio-


sa, ésta es desempeñada principalmente por los sacerdotes y fisca-
les en la Iglesia Católica y por los pastores y guias en la E vang~

lica.

El cacique es l a auto ridad máxima indígena dentro del fun


do en el que puede haber varias aldeas o sectores; pero cuando se
dice comunidades indígenas se incluyen todas las aldeas. Incluso
cuando se habla de las comunidades indígenas de Compu, Chadmo Cen -
tral, San Anton io de Chadmo o Yaldad, también se sobreentiende
que abarcan los respectivos fundos donde están ubicadas esas aldeas.

El cacique puede tener, y de hecho tiene, funciones con


cretas en determinados aspectos de la vida de su comunidad, pero
princ i pa lmente es un servidor de su pueblo. Puede haber malos caci
ques , pero un buen cacique tiene el deber de prestar cualquier ay~

da que le pida un hermano de raza; es decir, un cacique no puede


excusarse diciendo eso no es de mi competencia. Las últimas serna -
nas de mi estancia en casa de don Carlos, éste dio alojamiento a
un homb re que no vivía en el fundo y que vino por si alguien podía
socorrerle en un problema de tierras en la zona de Púlpito.
47
Un buen ejemplo de los principios que deben gu i ar a un ca
cique lo tenemos en el discurso (escrito) de don Carlos Lincomán
en el aniversario de la muerte del anterior Cacique don José San-
tos (7 . 7 . 85): " ... delante de la tumba donde descansan tus restos
mortales, cacique José Santos, me comprometo de acuerdo a t u lema,
segu i r buscando el camin o de la verdad para obtener la paz y la
justicia, para salvar la causa que tanto anhelaste en esta vida
por e l bien de tu pueb l o. Por lo tanto el pueblo i ndíge na huill i -
che de Ch i loé c omienza a despertar nuevamente y que su modesto s~

cesor será un nuevo constructor de ideales, un fabricante de nue-


vos caminos que condu zcan al respeto de todos, pese cualquier ci!
cunstancias que se presenten por delante; para que el trigo de la
vida pueda madurar, y alcanzar el pan , el trabajo , la justic i a y
la Dignidad. Además tendré que viajar a otras regiones del País,
cuando mi Consejo lo estime conven iente, a buscar derechos y nue -
vos apoyos, te ndré que ser un .combativo y luchador que r escate los
acuerdos de la Rebel i ón de Qu i lquico de 1714 y beber la valentía
de aquellos caciques que supieron honrar con su sangre en defensa
de sus propios derechos y de su propia tierra. Y junto a otras
fue r zas sociales colaborar en la creación de un nuevo orden de co
sas, para construir una patria libre y un pueblo libre de tiranía
por siempre hasta mundo sea " .

La l abor de l cacique pue de ser tan extensa como den de sí


las capacidades y voluntad del que desempeñe el cargo, claro que
hay pr ioridades . La primera de ellas es l a defensa de l a tierra y
aquí se incluyen todos los recursos natura l es: el bosque, las p l~

yas y el mar. La defensa de las playas y el mar entr añan más dif~

cultades porque las autoridades nunca han aceptado que las comuni
dades indígenas sean propietarias de estos l ugares. No sin esfuer
zo, los indígenas se han i do adaptando en cierta medida a los ti em
pos modernos y la defensa de las playas y el mar se efectúa en dos
48
líneas; la primera de protección ecológica denunciando los abusos
de empresas y particulares y la segunda, tratando de conseguir con
cesiones para la explotación del mar.

Como la defensa de la tierra aparece varias veces a lo


largo de este trabajo, aquí me ocuparé unicamente del mar y las
playas. Escuchemos lo que dicen los huilliches: "Nosotros creamos
esta realidad. Nuestros antepasados les dieron nombres a los lug~

res, a los árboles y a los mariscos y peces del mar. Esa es la es


critura que nos ha concedido la historia y que nos hace propieta-
rios de ríos y cana les; de bosques y del mar . Nos hace administra
dores de todos esos bienes para provecho de las generaciones que
vienen, hasta mundo sea. En estos días afrontamos la fiebre de
las 'concesiones'. Cada una de ellas representa un pedazo de mar
o de playa que deja de ser usufruc to co lec tivo de la comunidad p~

ra integrarse a una explotación y a un beneficio particu l ar. NOSQ


tros no estamos contra l a propiedad privada , pero nos preocupa la
apropiación de nue s tras fuentes de alimentación y recursos econó -
micos, por parte de extrafios. Se dan situaciones que nos impiden
mariscar en playas donde se ha venido haciendo desde tiempos inme
moriales" (1).

Bastante revuelo ocasionó la siguiente carta de nuncia di


rígida al Gobernador Provincial de Castro y leída en dos radios
locales: "La Firma constructora Inela Neut Latour, que tiene a su
cargo la pavimentación del camino de Tara-Quellón, está efectuan-
do traba jos de extracción de ripio (guijarros) en las playas de
Comp u y botando material sobrante de los escarpes en la ribera del
fiordo. Lo que está ocasionando grave dafio ecológico. Pues con di
cha medida está matando los moluscos del lugar en detrimento de
la alimentación de las familias de Natri a Chanco. Además de trans
gredir gravemente taxativas medidas emitidas por l as autoridades
49
al respec to, l as que proh ib en terminantemen te dicha extracción"
(2). Don Carlos me habló en una ocasión que él moriría haciendo
dos cosas, adorando a Dios y defendiendo la tierra .

Una de las pr incipales preocupaciones del cacique es re-


solver los confl ictos en tre los indígenas de su comunidad que son
generalment e debidos a diferentes interpre taciones de los límites
de las parcelas o goces y a intromisiones en l as parcelas de otros ,
bien de animales o para buscar madera. Los huill iches también re-
curren a los carabineros y al al calde de Que llón , pero se piens a
que se debe ir en prime r lugar al cacique y sólo si éste no puede
dar una solución,a las autoridades locales . Los carabineros , cuan
do tienen que intervenir , también van a casa de don Carlos , para
pedir información o simplemente para que les acompañe a lugares
que no conocen o que están apa rtados de la carretera . Don Carlos
nunca s e niega a este tipo de peticiones .

Otra de las labores rutinarias del cacique son las reu -


niones y los viajes . Un cacique, como máxima autoridad , ha de con
vocar y estar presente en las reuniones. Don Car los efectuaba nu-
merosos viajes a Quellón, Chonchi y Castr o, con menos frec uencia
iba has t a Ancud y Osorno . Además de los v i ajes ocasionados por las
reuniones indígenas, están los reali zados para resolver trámites
encaminado s a l a defensa de la ti erra, asistencia a jornadas de
capac itación e invitaciones a actos espec iales (inauguraciones , c~

remon ias, acto s culturale s, etc . ) . Aprox imadamente uno de cada


cuatro d í a s, don Carlos se au senta de su casa por viajes relacio -
nados con su cargo . Los otros caciques viajan menos.

El principal signo ext erno del cargo de cacique es el bas


tón de mando. El bastón de mando de don Carlos es de madera , de
unos 80 cm . de largo, redondo, con tres arandelas doradas hacia un
so
lado que simbolizan los tres caciques habidos en el Fundo Coihuin
(don Miguel Inaicheo, don Jos~ Santos y don Carlos) y una estre -
lla de siete puntas en un extremo que simboliza las siete Iglesias
de Asia (3) y por extensión, el mundo entero (ver fo to). La estre
lla de siete puntas aparece también en un gorro de lana.

Don Pedro Huenteo tiene un traje de gala con adornos do -


rados que es exclusivo del Fundo Huequetrumao. Don Carlos opina
que corresponde a una tradición guerrera que ya no tiene razón de
existir, aunque algunas veces a él le asoma su vena guerrera y di-
ce que el cacique debe conocer el manejo de las armas y saber de-
fenderse .

Hasta hace poco no existia ning0n papel escrito sobre


las obligaciones del cacique. En el año 1984/1985, la Junta de C~

ciques de la Butahuillimapu confeccionó el "Estatuto de Caciques


o 'Apo-Ulmen'" (4) (Apo-Ulmen quiere decir jefe de comunidad o ca
cique, es poco usado en Chiloé). El Estatuto no es apropiado para
Chiloé, probablemente no i ntervinieron los caciques de esta pro -
vincia. Algunos puntos son imposibles de cumplir, otros se llevan
a la práctica. Entre los primeros se encuentran los puntos dos y
cinco; el punto dos dice que el cacique debe hablar solamente su
idioma (el huilliche), en Chiloé nadie sabe hablar hu illiche; so-
lo don Pedro Huenteo pretende realizar esto. El punto quinto se
refiere a los nguillatunes y tampoco saben hacerlo en Chiloé.

En este momento nos interesa recalcar un par de frases


del primer punto del Estatuto: "El Cacique es la cabeza principal
de su Jurisdicción". "Debe ser un hombre entendido, fuerte y jus-
ticiero para defender su pueblo, realizando un trabajo limpio y
sagrado".

S1
2 . LA ELECCION DEL CACIQUE Y SU DESTITUCION

Al cacique lo el i ge el pueblo . Don Carlos lo explicó así


en la Radi o Estrella del Ma r : '' La elección de cacique es en pri -
mer l ugar . . . la comuni dad hace una re unión gen eral, se reune con
toda su sociedad , ya sea c i ncuenta , cien l o que tenga a su
mando y ah í eligen al cac i que , el pueblo elige" .

Ahora bien , esta elección no es como las elecciones poli


ticas en una democracia en que hay varios pr ogramas y candidato s
y el voto es individual y secreto . Tampoco hay pasos estruc tur a -
dos y pla zos determinados . La tradición es f l exible y se puede im
provisar sobre la marcha . La primera fase de la elección es l a bús
queda de un candidato que r eúna a ser posible tres requisitos , pr~

mero que te nga capacidad para desempeñar e l cacicado , segundo qu e


pueda se r aceptado por todos y tercero , que sea pariente de c aci-
que . Para llegar a este acuerdo previo no hay un camino definido ,
lo importante es alcan zarlo .

Si no es la primera vez que se e l ige cacique , el C?nse jo


Sectoria l puede tener un papel decisivo en e l estudio de l os p o s~

bles candidatos , este es el caso de Coihuín en la elección de don


Carlos (1984). Antes de pen sar en él , el Consejo estudió si entre
los hijos de don José Santos podría estar el futuro cacique y cog
versaron c on ellos y con un sobrino , pero eran demasiado jóvenes
y con poca r esponsabilidad. Después hab l a ron c on don Car l os y le

preguntaron si aceptaría s e r candidato , él r espondió que nec e sita


ba pensarlo y consultarlo con su esposa e hijos antes de dar la

respuesta ; finalmente aceptó .

En el caso de I nc opull i , el cand ida to estaba clar o , por-


que fue el mismo don Estani slao Chiguay quien llevó la iniciativa
52
y él mismo era el hijo mayor del anterior cacique.

En la última elecc ión de Guaipulli el candidato fue pre -


sentado por veintidós jefes de hogares.

La capacidad del cacique hace referencia a las funciones


que hemos visto en el apartado anterior. Es necesario que el cae!
que sea un hombre preparado. A la pregunta de qué características
requie re un cacique, don Carlos respondió: "Por ejemplo, saber d~

fenderse en primer lugar, saber el manejo de las armas.¡Ah!, tema


muy importante; saber la estrategia y la técnica de lo que signi-
fica también encontrarse en un caso de peligro. Todo eso tiene que
saber el cacique. Tiene que saber algo de ley también, un poco.
Para poder defender su tierra tiene que estar en conocimiento con
las leyes. En f in, de todo eso. Tiene que ser activo. En fin, un
sinnúmero de cosas. Tiene que ser merecedor de todo. Y tiene que
ser un ejemplo entre su pueblo. Porque para adoctrinar a su pue -
blo el cacique tiene que dar el ejemplo. Pongámosle el caso de que
yo sea un borracho ¿no es cierto?, un vicioso enteramente; no ten
dría el descaro de pararme ante mi pueblo y decir:'ustedes v~n a
hacer estas cosas~cuando yo estoy cometiendo errores . En tonces eso
está inconsiderable en lo que respecta a elegir un cacique"( S).

El segundo requisito es indispensable porque el cacique


es elegido por unanimidad, es decir, todos deben estar de acuerdo
o, al menos, no mostrar una fuerte oposición. No sé hasta qué pug
to este principio ideal de la unanimidad es llevado a l a práctica,
es muy posible que si alguien no está de acuerdo y ve que su opi -
nión es minoritaria no la manifieste en aras del bien c omún o sim
plemente no acuda a la reunión de l a elección.

53
La segunda fase de la elección es una gran asamblea de los
socios de la comunidad (jefes de hogares), donde se pregunta uno
a uno el parecer sobre el candidato propuesto. "Entonces, después
se le pregunta a cada cual: 'Usted ¿está de acuerdo?' Hay uno que
va preguntando: 'Usted ¿está de acuerdo?, ¿está de acuerdo? ... 'Has
ta terminar . Y así se elige" (6).

El punto nueve del Estatuto de Caciques dice: " El Cacique


y su nombramiento: Este es elegido por el pueblo Mapuche reunidos
en gran asamblea".

El te rcer requisito, el tener sangre de cacique, es muy


flexible; además, resulta fácil de conseguir en comunidades pequ~

ñas y cerradas, donde los primeros caciques conocidos se remontan


a más de un siglo. Dos caciques actuales son sobrinos de los ante
riores, el tercero es hijo y el cuarto parece que su abuelo o bi-
sabuelo fue cacique. Don Adalio Millán fue cacique sin tener pa -
riente cacique y sin ser originario del fundo siquiera. Las gene~

logias no son muy conocidas, difícilmente la gente recuerda los


nombres de sus bisabuelos.

Un cuarto requisito, que habría que añadir, es el ser hom


bre y que nos introduce en el complejo problema del papel de la
mujer en las comunidades y en Chiloé en general, que no voy a tra
tar. Los caciques deben ser hombres, hay pocas mujeres en los pue~

tos directivos de las comunidades y en las reuniones de Coihuín,


solo un 25% de los asistentes son mujeres. Ultimamente los mi smos
caciques están potenciando la organización de las mujeres en cada
comunidad. No creo que se pueda concluir que la mujer no ejerce
influencia en la marcha de la comunidad, ya que ella ut i li za ca-
nales informales que aquí no son estudiados. La autoridad de la
mujer se aprecia claramente dentro de los hogares, donde el hom -
54
bre tiene que consultar todo lo referente a la casa con ella.

El cargo de cacique es vitalicio si l a persona que lo oc~

pa lo desempeña bien, pero la dest itución es posible y de hecho


ha ocurrido dos veces en las comunidades indigenas. La destitución
está menos reglamentada que la elección, lo único que se dice es
que los socios de una comunidad pueden destituir a un cac1que y
elegir otro. Uno de los casos de destitución no es propiamente
tal; se trata del Fundo Huequetrumao, donde se eligió un nuevo ca
cique dejando al anterior, don Pedro Huenteo, como Cacique Honor~

rio. Don Pedro no podia viajar, ni asistir a reuniones porque ya


era viejito y tenia ceguera. En Guaipulli, don Adalio Millán fue
destituido de cacique hace pocos meses.

El punto nueve del Estatuto de Caciques dice: "Pero si el


cacique perturba la Paz o traiciona a su pueblo u optando en poli
ticas partidistas, será destituido de su cargo por el pueblo Map~

che". En Chiloé he escuchado repetidas veces que un cacique no d~

be hacer campaña o ser militante de algún partido, esto es consi -


derado una falta grave . El cacique puede tener preferencias poli-
ticas pero no aprovechar su posición para difundirlas.

3. LA ENTREGA DEL BASTON DE MANDO Y LOS GUILLATUNES

La t ercera fase de la elección .de un cacique es una solem


ne ceremonia con dos partes. Algunos llaman a esta ceremonia coro
nación o entronización del cacique; nombre no muy adecuado porque
un cacique no tiene corona ni trono, sino b astón de mando. Los
huilliches lo llaman la entrega del bastón de mando.

La primera parte de la ceremonia es una rogativa o guill~

55
tún rea l izada a la salida del sol, en un lugar recóndito de los
bosques y a la que s6lo pueden asistir personas de las comun ida -
des indígenas. Entre los huilliches de Chiloé no hay expertos en
rogativas, pero ésto es solucionado por caciques venidos de las
provincias del norte. En estas rogativas se enfrentan dos concep-
ciones religios as, la más cristiana de los huilliches de Chiloé y
la menos cristianas de los hu i ll iches del norte. A los huilliches
de Chiloé les cuesta comprender algunos personajes sagrados de sus
hermanos de ra za .

En la rogativa , en primer lugar, se pide a Dios que dé fo~

taleza al nuevo cacique, la gente ora en huilliche o en castella-


no porque todas las oraciones se han traducido, también se cantan
romances. Don Carlos nos aclara el significado de uno de los ro -
manees cantado en huilliche: "Eso significa de que ... pedirle a
Dios Todopoderoso que le cubra con su santo poder para que el ho~

bre que recibe ese cargo, entonces, lo acompañe para siempre y que
se acuerde siempre él del Di vino Protector''(?). Después invocan
otros dioses y a continuación se sacrifica un animal con cuya sa~

gre se rocía al cacique haciéndole una cruz, enterrándose el res-


to de la sangre. La carne del an imal se come y las partes no co -
mestibles, como la cabeza y las patas, se queman.

Don Carlos explica del siguiente modo cómo es la rogativa:


" Bueno , ahora con el estado moderno que estamos viviendo se re -
cuerdan ciertas cosas no más , no tan profundamente como era antes".
'' Eso (la rogativa) queda solamente en cuestiones internas de la
comunidad , o sea, que es totalmente privado para personas ajenas
a la comunidad . Por eso que se hace a las primeras horas de la m~

ñana, donde según la creencia dicen los ... , bueno, están los es-
píritus que ellos llaman o ... , en fin, están presentes en esos
momentos en el término (comienzo) de la mañana y se hacen las ro -
56
gativas qu e l e nombran . En l a r ogativa se p ide , por ejemplo , e l for
talecimiento de la persona que va ... esto que va a actuar como
tal , como jefe; así , en este caso , el caso mí o , como cacique que
el pueblo me nombró , bueno, t endría que for t a l ecerme de acue r do
con l o s conoc imientos de el l os que saben . Pero en primer luga r s e
invoca a Di os , Dios Todopo der oso , porque todos creemos nos otr o s y
esa creenc i a es bastante fundamental, puesto que se dice que hay
un solo Dios y efectivament e tiene que ser así ; porque nosotros
-le digo - con el andar de l os años y la experiencia que noso t r os
podemos captar de cómo na ció la Naturaleza o cómo nacimos nosot ros
mismos , de qué prevenimo s (pro venimos) , en fin , un sinnúmero de
cosas . Pe r o fuera de eso ha y ciertas, también, divergencias qu e
no concuerdan al resto del personal; o sea , que más tratan de ala
bar cosas qu e no son tan puras como tener un solo Dios por ejem -
plo . Que Dio s formó e l c ielo o la Tierra o el Ho mb re , en fi n, de
todo . Es a orac i ón es dirigi da a Dios . Luego , después de es a or a -
ción tamb i én se dedican a a c ordar otros dio s es , semidiosas qu e l e
nombran , semidiosas. Pero muchos no estamos de acuerdo a eso . Yo ,
por mi part e , no estoy de acuerdo a los semi dioses porque la c reen
cia mí a como cacique es sol ament e la creencia e n el Padre , en el
Hijo y en el Espíri t u San t o . Eso podría profund izarlo bas t a nte
bien yo y creo que es t oy en la realidad , po r que eso lo he discutí
do yo den t ro de mi comun i dad y muchos de ellos , bueno, están con-
siderando que si puede ser así , pero todavía no muy seguro" .

"Bueno , después de la rogativa se mata un an imal , puede


ser un co r de ro , puede ser un vacuno también , pero más se ex t rae
dentro de los corderos y del vacuno . O sea, que se recuerdan de
los holocaustos que antes en la Historia de Dios (la Bib l ia) ex1s
tían ". "Sola mente se quema , por ejemplo , l a cabeza , las pa t a s . . . ,
sí para eso se hace un sacrif i c i o en un f uego. Eso se que ma , pe ro
el resto de la carne no ; lo consume la gen t e ". " La sangre de l a n i
57
mal solamente le hacen un hoyo en la tierra y eso queda ahí tapa -
do. Y de la sangre, cuando está saliendo la sangre, entonces vie-
ne una persona, como un maestro que le nombran, entonces , le pa -
san al hombre que va a recibir el cargo, le pasan en forma de se-
ñal de una cruz para resguardarlo de todos los malos espíritus,en
fin, de todo. Entonces queda grabado con una señal de una cruz de
sangre " (8) .

La segunda parte se realiza al mediodía con asistencia


de todos los que quieran, entonces un v i ejo cacique entrega el
bas t ón de mando al nuevo. Así lo narra don Carlos: "Después se me
entrega el bas t ón de mando , pero en una ceremonia más amplia . Ahí
ya pueden participar todos . Entonces en la participación de todos ,
pueden participar, por ejemplo, o sea , cualquier persona que sea .
No es preciso que sea de la comunidad , sino autoridad y toda esa
cuestión". "Entonces , cuando uno recibe el bastón tiene que diri-
girse a su pueblo .. . e l motivo , las causas y acordarse de Dios.
Porque el indio nunca fue idólatra; creyó en una sola Persona , no
en muchas. Entonces dentro del credo de nuestra raza está el Pa -
dre, está el Hijo y está el Espíritu Santo nada más. De ahí no hay
ningún otro ser que crea . .. que crea esto . .. el pueblo i ndígena .
Adorar ídolos no está en su programa" (9) .

En las declaraciones de don Carlos es posible entreveer


las contradicciones religiosas que viven las comunidades indí ge -
nas . Es muy posible que haya sido la cristianización lo que ha evi
tado el arraigo de los guillatunes al estilo de los huilliches del
continente en estos últ i mos c i ncuenta años . Los indios recuerdan
que después de la reorgan i zación de 1935, los huilliches de Osar -
no realizaron varios guillatunes en Ch i loé, el último , aparte de
los de entrega del bastón de mando, se hizo el año 1973 ó 1974 . En
los guillatunes, unos arcos de ramas simbolizan a Chau (Padre) y
58
tres ramas, a Blanca Flo r, el Rey Inca Atahualpa y el Abuel ito
Huenteao, todo dentro de un circulo . El "maestro de pa z" es el en
tendido en gui llatunes . En Chiloé existe una maestra de pa z , pero
el comen tido que le tienen enc omendado es enseñar el idioma hui -
lliche.

"Lepuntún" seria la traducción en huilliche de "rogativa"


(en mapuche : "nguillatún") , pero no es un sinónimo para los hui -
lliches de Chiloé. El lepuntún es una ceremon i a para atraer la des
gracia sobre alguien. Don Pedro Huenteo cuenta que h icieron un le
puntún cuando unos france ses robaron tierras para instalar un as~

rradero (10) . Don Carlos es totalmente contrario a la rea li zación


de lepuntunes .

4 . EL CONSEJO SECTORIAL Y EL CONSEJO PROVINCIAL

El cacique no está solo en la dirección de los asuntos de


su comunidad; un grupo de personas ocupa otros cargos y todos ellos
junto al cacique forman el consejo sectoria l o la directiva.

La persona más importante después del cacique es e l presi


dente , cuya principal func ión es la de presidir las reun i ones, él
las comienza y va dando la palabra según lo considere conven iente
según un orden programado. Si alguien qu1ere intervenir tiene que
pedir turno al presidente, inclu so el propio cacique. Cuando al-

guien está hablando, tiene la palabra y puede dársela a la pers~

na que desee para que hable a su ve z ; pero lo normal es devolver -


la al presidente . El presidente , por insistencia de la Junta Gene
ral de la Butahu illimapu , es tamb ién vice - cacique, es dec ir, ac -
túa como cacique si éste se ausenta . He aqu í unas palabras del Pr~

sidente de Coihuín, don Hugo Antipani, en una reunión con huincas


59
después de la intervención de don Carlos : "Han escuchado la refe-
rencia del cacique presente que representa a toda la is l a de Chi -
loé. Quien les habla es el que representa l a segunda persona en
caso de au sencia de él . Miren , en lo que él ha dicho, él y yo y
s u consejo l o hemos compr obado ; y é l, lo qu e habla es porque e stá
él autorizado para expresarse en cualquier publicidad , digamos .
Porque nosotros con é l tenernos ... , él es nuestro jefe, pe ro den -
tro de él estarnos noso tros y t odo esto que él dice lo reafirmarnos
o está reafirmado ti

Otros cargos dentro del consejo sector i al son e l secreta -


rio , que escribe las ac t as de l as reuniones , y e l tesorero, encar
gado del dinero . Puede t amb ién haber un pro - secretario y un pro - t~

sorero que ayudan a los anteriores o los sustituyen si aqué llos


fa ltan.

En el Fundo Coihuin existen, además , los directores y el

consejo de ancianos. Los directores son personas de confian za en-


cargados de llevar mensajes y noticias de las reuniones al lugar
do nde viven y v iceversa . Las distancias y condiciones climát i cas
son duras , pocas personas asisten a las reuniones, entonces , se

recurre a los directores pa r a tener a todos mejor informados . En

el consejo de ancianos están las personas de más edad que se han

distinguido por su luc ha en defen sa de la tierra . En este momento


hay siete anciano s .

Los cuatro conse jos sectoriales f orman el consejo provin-


cial o gene ral . De e nt r e los cuat r o caciques se elige un cacique
mayor (también llamado cacique general o cacique provincia l ) ; ac-
tualmente desempeña este ca r go el Cacique del Fundo Coihuín , don

Carl os O. Lincornán . También se elige un secretario gene ral (don

Flo riano Chiguay Rairnapu ) . Las reuniones del consejo provincial


60
eran presid i das po r los presiden t es de cada c omun idad , en orden ro
tator i o , pe r o aho r a se qu i ere potenciar e l nuevo cargo de de l ega -
do provincial y se pretende que él presida di chas r euni ones . La f i
gu r a del delegado provincial s e creó ante e l creciente número de
reun i ones fuera de la provincia de Chi l oé , para acompañar o susti
tuir al cacique mayor en sus viajes , y por consejo de l a Butahui -
l l imapu . El de l egado provincial es un hombre joven , don Vicente
Remolcoy , que se encuentra den t ro de los planes de po l í tica indí -
gena de delegar responsab i lidade s en jóvene s,para que se vayan
forma n do y adquiriendo práctica en la dirección de los asuntos in
d í genas.

Cada consejo sectoria l tiene aproximadamente unos die z


miembros . La proliferación de cargos no implica una exces i va buro
cracia, ya que no es necesario un núme r o mínimo de personas (quo -
rum) para tomar decisiones. La elección, nombramiento o destitu -
ción de l os miembros del consejo sectorial es flexible y depe nde
de la impor t ancia de l cargo . El consejo de ancianos decide sobre
l a i ncorporación de un nuevo ancian o, este cargo es vita l i cio a
no ser que el anciano cometa una falta grave. El pr e sidente es ele
gido por la asamblea de socios . Para los otros cargos basta que
e l consejo s e c t or ia l esté de acuerdo , pero puede pedir confirmación
a la asamblea.

El consejo sectorial se reune una vez al mes junto con los


socios de su comunidad , es l a llamada reunión genera l o asamblea .
En Coihuín se efec t uaba los ú l t i mos domingos de cada mes, a las
diez de la mañana en un galpón acondicionado especialmente por
don Car l os . Generalmente acudían unas quince personas excepto en
una ocas i ón qu e conté sesenta. La r eunión sol í a terminar a l a una
o l as dos de l a tarde .

61
El consejo provincial se reúne cada dos meses en un fundo
cada vez. En el lugar que toca se aprovecha la ocasión para hacer
la reunión general de ese mes juntamente . Los desplazamientos son
costosos, sacrificados y difíciles,por lo que sólo acuden dos o
tres personas de los otros consejos sec t oriales que no residen en
e l lugar.

S. LA BUTAHUILLIMAPU

Así es como coloquialmente se denomina a la Junta General


de Caciques de la Región del Butahuillimapu. Butahuillimapu quie-
re decir grandes tierras del sur (buta ~ grande, huilli = sur, m~

pu = tierra) y abarca las provincias de Valdivia, Osorno, Llanqu!


hue y Chiloé de la X Región de los Lagos. Su origen se coloca en
el Tratado de Paz de 1793 firmado en Osorno. En los últimos años
ha sufrido una reconstitución, fruto de la cual fue una "primera"
junta realizada en junio de 1984. En diciembre de 1984, la Buta -
huillimapu comprendía diez cacicados; tres de Valdivia, tres de
Osorno y cuatro de Chiloé, todav ía no se habían sumado los de la
provincia de Llanquihue. A pesar de los pocos cacicados de Osorno,
alli es donde existen más huilliches y son más activos .

En el anexo incluyo las conclusiones de la Primera Junta,


un documento clave de la Butahuillimapu; aquí sólo me interesa re
saltar algunos puntos en su relación con Chiloé.

Para los huilliches de Chiloé la Butahui llimapu es funda -


mental, han recibido de ella mucha influencia y le guardan fideli
dad asistiendo a las reuniones que convoc a y siguiendo sus conse-
jos . En realidad, los huilliches de Chiloé ven en ella ampliados
enormemente los horizontes a que se verían reducidos si sólo se mo
62
vieran en Chiloé. La Butahuillimapu cuenta con más medios; progr~

mas de radio en la Voz de la Costa y un boletin trimestral titula


do "Mari Mari Peñi" (te saludo hermano) . Sin embargo, los huilli-
ches de Chiloé tienen peculiaridades propias que conservan y les
diferenc i an de los de l as otras provincias y entre las que se pu~

den destacar aspectos religiosos , la organización interna de las


comunidades y la pérdida del idioma huilliche .

63
NOTAS DEL TERCER CAPI TULO

(1) Carta de don Carlos Lincomán (marzo de 1986) a los medi os de comun icac ~ on
social en pr otes t a por el articulo de Enri que LAFOURCADE. "Timoleón de la
Tail l e: El Rey de l a Madera". El Mercur io , domingo, 2 de marzo de 1986 .
Santiago de Chi le. Don Carl os debió ser asesorado en la redacción de la
carta , p e ro el cont eni do es coher e nte con su pens amient o .

(2) Carta del 2 de f ebrero de 1986, firmada por don Carlos Lincomán, el Pres!
dente de la Junta de Vecinos de Molulco y .una representante de l a Comuni -
dad Cri stiana de Molulco.

(3 ) Esta interpretación de la estrella de siete puntas es de don Carlos. En


el Apocalipsis de San Juan podemos leer : "Escri be en un l i bro l o que v eas
y envialo a l as siete Iglesias: a Ef eso, Esmirna , Pérgamo , Tiatira, Sar -
des, Filadelf ia y Laodíc ea". "La expli cación del misterio de las siete
estr e llas que has visto en mi mano der echa y de los s i e t e candeleros de
oro , es ésta: Las siete estrellas son los Angeles de las s ie te Iglesias,
y l os s i ete cande l e r os s on las s i e te Iglesias" . (Ap . 1, 11 y 20) .

( 4) Veáse en el anexo .

(5) Entrevista de la Radio Estrella del Mar para el programa Voces Campesi -
nas ( 1986) .

(6) I bídem.

(7) I bídem.

(8) I bídem.

(9) Ibídem.

(10) ASTORGA, Ricar do. "El cac i que c i ego" . Revista del Domingo , 31 de marzo
de 1985, p. 10 . Veáse en el anexo .

64
Foto ng6 , El Cacique General de Chiloé, don Carlos Lincomán , con el bastón de
mando; nótese las tres arandelas del bastón que significan los tre s caci ques
habidos en Coihuin . La foto fue tomada en la sala de su casa . En la pared del
fondo , hay fotos de don Carlos y su familia . (8 . 6. 86)

Foto ng? , Vista parcial de una reunión del Consejo Provincial en Yaldad. De iz
quierda a derecha : don Estanislao Chiguay, Cacique de Incopulli (sentado) ; don
Jorge Legue , representante de Huequetrumao (de pie) ; don Vicente Remolcoy , De-
l egado Provincial; don Carlos Lincomán , Cacique General ; don Floriano Chiguay ,
Secretario General y don Artemi o , Presidente de Incopulli . (25. 4. 86)

65
Foto nQB . Reunión general de la Comunidad Huilliche de Coihu{n en Compu , en un
galpón (cobertizo grande) , preparado por don Carlos al lado de su casa . A la
izquierda , el Presidente , don Hugo Antipani ; a continuación don Carlos ; hacia
la derecha está sentado el Secretario . (25 . 5. 86)

Foto nQ9 . Otra vista de la misma reun-z-on con varios comuneros . El "calentador"
(estufa) está hecho por don Carlos .

66
4
La identidad huilliche

1. SENTIRSE HUILLICHE

A lo largo de este capitulo pasaremos revista a una serie


de temas que hacen vibrar a los huilliches del Fundo Coihuin . Ca -
si todo está escrito siguiendo su perspectiva, es decir, se trata
de una descripción "emic". En algunas ocasiones aparecen puntos
de vista de la soc iedad circundante, de los chilotes y chilenos ,
para destacar las relaciones interétnica s y qué esquemas mentales
y símbolos maneja cada grupo.

No pretendo dar una definición de huilliche, ni ent rar en


la discusión de quiénes son verdaderos indios y quiénes no. Este
problema se p l antea en Chiloé, incluso en algunos medios i ntelec-
tuales, influidos seguramente por el ambiente cultura l en que se
ha llan inmersos descrito en las páginas siguientes. Una de las con
clusiones de una investigación patrocinada por la Universidad Au~

tral de Chile, a f irma: " Los habitantes de estas comunidades dicen


ser huilliches, pero no se tienen antecedentes suficientes para
afirmarlo en fo rma categórica , pues no hay que olvidar que Chiloé
estuvo bajo la influencia de habitantes primitivos como los cho -
67
nos, los cuneos, los huilliches, los calenes y los poyas" (1). S~

lo espero que al f inal del trabajo se sepa cómo s i enten, piensan


y actúan los huilliches chilotes y e spec i almente, los organi zados
de l a Comunidad Indígena del Fundo Coihuín. Y si el l os se si enten
indi os, indios los llamaré y siempre que sea posible, usaré su
propia terminología.

Los censos de Chiloé de tiempos de la Colonia, arrojan


aproximadamente la mi tad de indios y la otra mitad de españoles.
Hoy qui zá sea posible diferenciar por rasgos físicos y culturales,
un e spañol puro de un indio puro, pe ro éstos son excepciones; la
mayor parte de la gente es mesti za. Tampoco se puede decir que ac
tualmente existe una c ultura española y otra india; generalment e
se habla de la cultura chilota. El criterio más sencillo y utili -
zado par a dist i nguir un chilote "español" de un chilote "indio",
es fijarse en l os apellidos, pero uno se l leva muchas sorpresas.

La mayor parte de los chilotes no se sienten huilliches


ni quieren s e rlo, sólo l os organ i zados en comunidades reiv indican
su pe r t e nencia a este pueblo.

No hay nada, a simple vista, que difer encie l os huill i ches


del resto de los ch i lotes. En una ocasión don Carlos y yo "h i ci -
mos dedo" en la carretera para ir a Quellón. El conductor del ca-
mión que nos recogió, con veinte años de residencia en Chiloé, co~

tó que había escuchado que por eso s lugares había cacique s. Don
Carlos añadió que sí que los hab í a, callando que él era uno de
ellos.

Tampoco hay d i f e rencias en la manera de vivir de los hui-


lliches organ i zados e n comun i dades de los otros chilotes, a no ser
la misma organiz a ción y los símbolos e ideas que la mueven. Es de
68
cir, la vida cotidiana, el trabajo, el idioma y la religión, son
similares. A este respecto dijo la señora Ema, la mujer del Caci-
que don Carlos: "Nosotros no peleamos por nuestras costumbres,que
ya las perdimos todas; sino por nuestra tierra". La investigación
anteriormente nombrada sostiene: "Los habitantes de estas comuni -
dades (Coihuín, Huequetrumw e Incopulli) están asimilados a l as
formas de vida y costumbres del pueblo chilote". A continuación,
vamos a profundizar en los símbolos, aspiraciones y mitos que mue
ven a los huilliches y los distinguen de los chilotes.

2. LA VERGUENZA Y EL HONOR DE SER I NDIO

No se puede ir preguntando a la gente, en Chiloé, s i es


huilliche o no, porque la inmensa mayoría se sentiría ofendida a~

te lo que consideraría un insulto. Según ellos, no existen huilli


ches hoy, incluso desconocen que hay comunidades que dicen ser
huilliches. Los huilliches están casi olvidados entre los chilo -
tes, sólo algunos saben que fue un pueblo que habitó Chiloé en
tiempos remotos y quizá admitan que son "descendientes" de aque
llos indios. Pero indio es sinónimo de atrasado, torpe y tonto y
a nadie le gusta ser calificado de esta forma.

Todo lo dicho anteriormente es el ambiente general que se


vive en Chiloé y sólo desde esta perspectiva se puede entender,
por ejemplo, el que un articulo aparecido en un periódico, titul ~

do "Cristo entre los huilliches" acerca de la visita del Obispo a


un grupo de apartadas islas, las Desertores, causara indignación
entre la población de la isla Chuit por ser llamada huilliche (2).

Este ambiente contrasta fuertemente con el existente en


el interior de las comunidades indígenas . Allí ser indio signif i-
69
ca pertenecer al reducido grupo de los pr i meros habit antes del p~

ís, lo que ll e vado a sus últimas consecuencias quiere decir, "ser


más ch i l eno que los propios chilenos", y en una linea de propie -
dad, "ser los auténticos dueños de la tierra". Don Pedro Huenteo,
comen zó su Discurso de Pa z con mot i vo de la muerte del Cacique
don José Santos, en 1984, con las palabras siguientes: "Nosotros los
indios mapuches que somos los legítimos hijos del país". Y más ade
lante añadió: "Y en el año 182 7 principió la documentación de la
tierra de los indios donde quedamos dueños respectivamente (espa-
ñoles e indios), hasta mundo sea". En el apartado de la exención
de c ontribuciones veremos que la posesión de las tierra s se remon
ta a tiempos míticos y las conse cuencias que de ello s e de ri va .

Al inic i ar una conversac i ón sobre este tema don Benjamín


Millalonco Millalonco respondió de la siguiente forma: "Yo no sé
si será justo. ¿Cómo lo encuentra usted?, ¿será o nó? que uno
Por lo menos a mi, me gusta se r hu i ll iche. Creo yo que e s un ho -
nor''. Las vacilaciones del comienzo se deben a la constatación de
que muchas otras personas, que en nada se diferencian de don Ben-
jamín, no quieren se r i ndios: "Hay tantas personas que reniegan
contra el indio, contra el huilliche . Pe ro ... ¿cuál puede s e r el
objeto?; no sé. Yo creo que es un a r i dicule z de cir: 'no s oy indio'.
Piensan que decir 'indio' es un desprest i g i o de su pe r sona. Pero
siempre vuelvo a r epetir que quien le dice 'indio' a uno, es un ho
nor qu e le hace".

Don Benjamín vive en el sector de Natri, a orillas de l 1~

go del mismo nombre, dentro . del Fundo Coihuin. Su c asa se encuen-


tra a medi a hora de camino de la carretera, pero cuando l lueve m~

cho y el lago y los ríos crecen queda a i slado. No ha acudido muy


a menudo a las reun i ones de la comunidad en Compu, porque con f re
cuencia e stá en el interior de la s e lva cortando madera. Es un

70
gran defensor de la causa indígena junto con su mujer y sus hijos.
Se rumoreaba su ingreso en el Consejo de Ancianos.

Lo que es vergüenza fuera de la comunidad se transforma


en honor en su interior . En una situación cómica ocurrida en una
reunión de la Comunidad de Coihuín podemos observar esta inversión
y otros matices. Se trataba en ella de hac er una nueva l ista de
los socios y don Carlos iba preguntando, uno a uno, siguiendo una
larga lista de los ocupantes del Fundo , confirmando l a pertenen -
cias de unos y tomando nota de posibles deserciones o nuevas adhe
siones. No se esperaban sorpresas y l a gente se distraía bastante,
de manera que cuando les nombraban no recordaban qué habían de res
ponder y preguntaban a su vez . Don Carlos, entonces, para agili -
zar la reunión simplificó la pregunta: "¿Que si eres indio?" . Es -
to provocó bastantes risas porque la mayoría se sentían así y no
podían entender que se pudiera dejar de serlo. Sólo realizó esta
pregunta a los que iban a contestar seguro afirmativamente. Tam -
bién era una forma de ridiculizar a lo s que tienen apellidos indi
genas, es decir "son" indios, pero no lo reconocen ni quieren s~

ber nada de la comunidad y su organi zación. Al mismo tiempo unía


dos aspectos; una afirmación significaba un si a la ra za y un sí
a un compromiso con la organización; raza y organización indígena
deben ir juntos.

Don Carlo s dio un paso más y pregunto a algún otro: "¿ Eres
'ne gro'?'' . Negro es un adjetivo con connotac io ne s peyorativas apl!
cado a las personas .que tienen pelo y ojos negros y la piel oscu-
ra, en cuyo grupo entran también los indios . El contrapunto de
"negro" es "gr ingo", aquél que tiene el pelo, los ojos y la piel
claros . Un moreno en Espafia, bien puede pasar por gringo en Chile.
El prototipo de gringo es intel igent e y extranjero; el de negro,
bruto, torpe e indio. Don Carlos arrancó también un buen número de
71
risas con esta última forma de preguntar y los que respondían si
no estaban molestos, sino divertidos.

Don Benjamín, en la c harla an terior, cifraba el ser hui -


ll i che en tener un apellido huilliche y desde este punto de vista
hay, entonces , muchos huilliches en Chiloé. Don Carlos también ex
tiende el término "indio" mucho más. allá de l as fronteras de las
comunidades y llegaba a decir: ''Todo Chiloé es indio".

Muchos chilotes en su afán de no ser indio s niegan que los


pertenecientes a l as comunidades indígenas sean verdaderos indios.
Basan este juicio en que no hablan el idioma huilliche, ni hacen
guillatunes , ni tienen "plumas", que es la idea superficial de có
mo debieron ser los antiguos indios. En definitiva, los ven muy
iguales a ellos mismos, pero con ideas tontas y raras en la cabe -
za.

Dario Cavada escr.ibió a finales del siglo pasado: "En Ch~

loé la raza aborigena ha desaparecido completamente; no sucede lo


mismo en Valdivia y Arauco, en donde los 'naturales ' hablan su
idioma, visten a su manera y conservan gran parte de sus costum. -
bres" (3).

3. LOS INDIOS VENCIERON A LOS ESPANOLES

Hay muchas formas de ganar las guerras y no siempre son


las armas quienes lo dec iden. Modernamente se da mucha importancia
a las batallas ideológicas, económicas, filosóficas, etc. Segur~

mente, en una hi storia de largos per íodos, éstas son f undamenta -


les; el conservar la identidad puede ser dec isivo para vencer.

72
Sorpresivarnente don Benjamín, del que ya he hablado , di-
jo : "Voy a hablar una ridiculez, pero quiero que usted me perdone" .
Este comienzo anunciaba una confidencia importante que quizá me
iba a molestar y por ello se curaba en salud antes de continuar.
Siguió diciendo: "Porque en tiempos de la Araucanía, cuando se vi_
no a conquistar a Chile, cuando llegaron los españoles a Chile,
se decía que ... el indio peleó con los españoles por defender la
causa, defender sus tierras, defender sus derechos. No se dio br~

zo a torcer aunque fueron mortificados unos y otros. Entre arauc!


nos y españoles se mataron por cualquier cantidad. Pero ... el i~

dio, no sé cómo pero venció, venció a los españoles y eso quiero


que usted me lo perdone. Aunque sería una ridiculez; pero no creo
porque fue así y a consecuencia de eso nosotros llevarnos esa he -
rencia''. Yo me quedé en silencio por unos momentos, pensando si
don Benjamín no estaba tan cuerdo corno me había parecido al prin -
cipio o quizá se trataba de una broma. Finalmente pensé que debía
tener sus razones y le pregunté en qué cifraba la victoria. "Por -
que se quedaron con su territorio chileno . Porque si no habían
vencido , quizá en este momento también habríamos sido españoles".
Esta fue su respuesta.

Dos elementos son la clave de la victoria. Por un lado,


el continuar siendo indios, no ser españoles; y por otro, el se -
guir viviendo en su territorio, en definitiva en su casa . Los chi
lenos no se consideran indios, pero indefectiblemente aluden a su
sangre araucana cuando hablan de la independencia de España . Los
indios no sufren este conflicto y tienen una conciencia más clara
de la victoria porque "siempre" han sido indios, han mantenido su
identidad y el hilo de la historia no ha tenido cortes para ellos.

Nos encontrarnos ante una nueva inversión de comportamien -


tos. Cuántas veces, a través de Iberoarnérica, tenernos los españo -
73
les que disculparnos por los indios ajusticiados en otros tiempos.
Don Benjamín me pidió perdón por la derrota que los huilliches in
fligieron a los españoles.

4. EL TRATADO DE PAZ

Los huilliches y los españoles firmaron un Parlamento de


Pa z , cerca de la ciudad de Osorno, el 8 de septiembre de 1793.Los
parlamentos se dieron durante los siglos XVII y XVIII; consistían
en negociaciones y culminaban con la firma de un tratado de paz
con los caciques.

La conmemoración de este Parlamento de Paz tiene bastante


importancia en Osorno, se realiza en la Plaza de Armas y es presi
dida por el Gobernador Provincial. Los huilliches de Chiloé se re
fieren a él cuando dicen "el Tratado de Paz" y, excepto ellos, na
die lo conoce dentro de esta provincia. Históricamente no afectó
en nada a Chiloé, pero los huilliches chilotes, influidos por sus
hermanos de raza del norte, le conceden relevancia y actualidad.

No tengo noticia de que se haga algún acto espec i al para


conmemorar este acontecimiento en Chiloé. Los caciques, siempre
que pueden, acuden a la ceremonia que se realiza en Osorno. En 1984
fueron tres de ellos; don Carlos Lincomán (Coihuin), don Estanis -
lao Chiguay (Incopulli) y don Adalio Millári (Guaipulli).

El punto tres del Estatuto de Caciques reza: "El Cacique


tiene que respetar, mantener las costumbres y tener sus principios
basados en el Parlamento de Paz celebrado el 8 de septiembre de
1793, en la provincia de Chauracahuin, hoy Rahue Osorno, en la Re
gión del Butahuillimapu. Y ser fiel mantenedor de la Paz perpetua
74
establecida con los españoles " . Y el punto seis : "Los Caciques d~

ben celebrar el aniversario del Tratado de Pa z , el día 8 de sep -


tiembre de cada año, dando cumplimiento a las ordenanzas y regla-
mentos que se han estipulado para tal efecto , para darse a cono -
cer ante las autoridades y a la opinión pública en general".

El texto del Tratado de Pa z se locali zó en el Arch i vo Na -


cional en marzo de 1984. Don Carlos conserva una fotocopia de él
como se guarda un tesoro (4); a pesar de que le resulta casi
imposible su lectura . .En la primera visita que hizo el Obispo de
Chiloé a don Carlos (19.2.86); éste le enseñó, en primer lugar, la
fotocopia del Tratado de Paz y después un viejo papel del año 1938,
que se cree es el primer comprobante de la exención de contr i bu -
cienes (lo veremos en el apartado de las contribuciones fiscales).
El documento del Tratado consta de ocho páginas y después de una
ardua lectura del castellano antiguo en que está escrito, hallé
los siguientes principios: a) Paz y amistad "constante" entre es-
pañoles e indios. b) Los indios darían facilidades a los misione -
ros para que efectuaran su labor y cumplirían las obl i gaciones
cristianas. e) Reciproca amistad entre los caciques.

Para los huilliches chilotes, el Tratado es un orgul l o y


una fuente de motivación continua para luchar por una paz justa
(con devolución de tierras) y duradera; no sólo con los españoles
y entre caciques, sino con todos los huincas . En el Discurso de
Pa z de don Pedro Huenteo encontramos: "En el año 1793 quedó un pa~

to de un documento jurado de pa z , hasta mundo sea; en donde pasó


la independencia del Español con los i ndios en el lugar donde hoy
está la ciudad de Osorno ... Estas son nuestras herencias de una
Ley grandiosa que nos dejaron nuestros abuelos caciques. Estas h~

rencias y estos derechos no se perderán nunca, hasta mundo sea.No


sotros hoy, la nueva descendencia pedimos la devolución de nues -
75
tras tierras y también así los documentos jurados para poder tra -
bajar y así poder vivir los indios en paz con nuestros hijos y
nuestros hermanos huincas, hasta mundo sea .. . ".Una estrofa de
la canción titulada "Dame tu mano peñi" (hermano), compuesta por
el fallecido Cacique don José Santos, declara:

"Mi soledad es de antaño.


La codicia me aplastó.
Siempre sigo recordando
de esa Paz que se juró".

El mismo Cacique pidió al Presidente Pinochet, en la visi


ta que éste hizo a Chiloé en febrero de 1983, hacer "prevalecer
los antiguos documentos de la paz jurada hasta mundo sea".

La interpretación que hacen los huilliches del Tratado de


Paz es más rica que el Tratado mismo, en donde no existe la igual
dad entre las partes ("Recombenidos los Indios dela superioridad
delas Armas de el Rey nro. señor ... "); pero sí quedaba claro qué
tierras eran para unos y cuáles para otros, cosa que hoy está som
bria.

S. EL REY DE ESPANA (S)

En Chiloé se guarda buen recuerdo de la Colonia y de la


estancia de los españoles. Se cree que la convivencia entre indios
y españoles fue pacif i ca desde el comien zo. Dice Nicasio Tangol

refiriéndose a l a conquista: "Todo resultó sumamente fácil y se


h i zo sin resistencia de parte de los aborígenes y sin derramamie~

to de sangre" (6). Los chilotes se enorgullecen de haber sido el


último bastión de España en el Continente Sudamer icano, ya que se
incorporaron a Chile en 18 26 . Continuamente me lo recordaban, su-
76
pongo que por ser espafiol, y se halla reflejado en un popular can
to denom inado "Himno a Chiloé", cuya tercera estrofa dice:

" Tus hermanas del norte de admiran


por tu clima, tu cielo y tu sol
por valiente, heroica, guerrera
que fue el último reducto espafiol"

Aunque investigaciones recientes (7) desmienten la idíli -


ca armonía entre espafioles e indios en la época de la Colonia, si
parece que los indios se rebe laron contra el sistema de encomien-
da, pero no contra el dominio espafiol y conservaron siempre su sim
patía por el Rey de España. Francisco Cavada escr ib e en 1914:
11
la inmensa mayoría de los insulares, por su espíritu timora-
to y acendrada fidelidad al Rey, parecía no querer participar del
movimiento libertador que trajo por consecuencia la emancipación
política del pais. Aún después de la independencia de la provin -
cia, indígenas y criollos protestaban de los patriotas y anhela -
ban ver flamea r de nue vo en los fuertes de San Carlos la bandera
de la monarquía" (8).

Charles Darwin, que visitó Chiloé en su viaje alrededor


del mundo, narra nueve afies después de la anexión a Chile (1835),
el testimonio de los indios de Cucao, uno de los lugares de más d!
f ícil acceso en Chiloé hasta hace pocos años: "Por la mafiana ha-
biendo quedado solos con es t a pobre gente, nos captamos en breve
su simpatía regalándoles puros y mate. Un terrón de azúcar blanca
fue repartido entre todos los presentes y lo gustaron con l a ma -
yor curiosidad. Después de exponernos sus quejas acababan siempre
diciendo: 'y todo porque somos unos pobres indios, que nada sabe -
mos; pero no sucedía así cuando teníamos un rey'" (9).

77
Los huilliches de Chiloé tienen un gran respeto, mayor que
el de sus coterráneos, por el Rey de España. Tres caciques, don Jo
sé Santos Lincomán, don Pedro Huenteo y don Estanislao Chiguay, de
cidieron con motivo de la celebración del 12 de octubre, en el año
1980, enviar una carta al Embajador de España en Chile, entonces
don Salvador Bermúdez de Castro, pidiéndole lo siguiente: "Que por
su intermedio hacer llegar a S.M. el Rey de España el recuerdo eter
no de esta raza Huilliche". Continuando más adelante: "Nuestras ro
gativas, pidiendo a nuestro Chao Dios y padre Sol para que siga ilu
minando, como así mismo proporcionando mayor salud a su Exmo.Señor
Embajador a su Rey en España y su Corte". Despidiéndose "con todo
amor y respeto" (10).

Quizá sea casualidad, pero el último nieto de don Carlos,


iba a llevar el mismo nombre que el actual Rey, Juan Carlos.

6. EL "AMOR" A LA TI ERRA

Es f ácil advertir que el campesino chilote m1ra su parce -


la de tierra de un modo diferente a como la veríamos los que vivl
mos en ciudades. En una primera aproximación podemos decir que
existe mucha preocupación por la tierra. Esta se manifiesta en los
abundantisimos pleitos con los vecinos por los límites y la pose-
sión de terrenos.

Por ello se dice que los . chilo t es tienen amor a su predio .


Philippe Grenier escribe que la tierra es el valor supremo de los
chilotes; según él, el chilote tiene afecto y apego a su tierra
( 11) .

También se ha escrito y hablado mucho sobre el valor que


78
tiene la tierra para los mapuches. "Es la base , el fundamento que .
da origen a su organi zación económica y social, a su cultura , a

sus valores y creencias . Por algo ellos se han dado el nombre de

Mapuche (Mapu =ti erra; che = gente) , es decir, gente de la t ie-


rra" (12) . Es muy común escuchar esta explicación etimológica; sin
embargo,"tie rra" tiene varias acepciones en lengua mapuche (13)
(co mo en castellano) y parece más probabl e que "mapu" sign ific ara,
dentro de la palabra "mapuche", "país" o "región'' antes que "sue -
lo cultivable". Los mapuches tenían una clara visión etnocéntrica
que podemo s observar en las denominac iones que dieron a los pue -
blos que les rodeab an; picunche (gen te del norte) , huilliche (ge~

te del sur) , puelche (gente del este) y lafquenche (gente de la

costa). Dando estos nombre s abstractos a sus vecinos, es dificil


que se dieran uno tan concret o a ell os mismo s . En cualquier caso,
los mapuches actuales se autodenomina n "gente de la tierra", dan-
do a ésta el sentido de "suelo cul tivable" y poniendo énfasis en

ell o.

Hemos visto que los huilliches de Chiloé se llaman a menu


do mapuches y también conocen la etimología de esta palabra y le

dan el mismo significado que lo s mapuches del norte . Don Benjamín


colocaba en la conservación de l terr itorio, uno de los pi l ares de
la victoria sobre los españoles. Don Carlos Linc omán siempre ha

pues to como una de las primeras aspirac iones de los indígena s la

defensa de la tierra y , sin lugar a dudas , ésta constituye un pu~

to crucial en la historia y vida de la comunidad . También encon -


tramos en los documentos de la Butahui ll imapu numerosas refe ren -
cias a la defensa de la tierra (14) .

Existen diferencias entre e l vínculo que une a la tierra


a los huilliches y al resto de los chi lo tes , pero en ese apartado
vamos a ver el denominador común.
79
Decir que el chilote tiene amor a la tierra, que es para
él el valor supremo o que tiene un carácter sagrado, puede llevar
a confusión si no se añade más. Estas palabras evocan perpetuidad
e incluso un nexo a determinada parcela , elementos que no están
presentes en el chilote . ¿Cómo, entonces, se explica que numerosi
simos chilotes vendan sus tierras y emigren al sur de Chile o a
Argentina? . ¿Y que los que se quedan expresen con f.recuencia sus
deseos de marchar? . Uno de los problemas de las comunidades indí -
genas es que bastantes indios han vendido sus tierras a huincas.
Tampoco existe ningún inconveniente para cambiar de parcela; no
hay obligaciones, ni compromiso alguno con la tierra de los an te -
pasados . La historia tampoco apunta en esa dirección; poco antes
de la llegada de los españoles, los huilliches se desplazaron ha -
cia el sur para ocupar Chiloé y se mezclaron con pueblos nómadas .
No faltan, por último, opiniones que destacan la vida agitada de
estos hombres: "Los chilotes son por naturaleza de espíritu soña -
dor y aventurero " . " Nuestro insulano es por naturaleza andariego:
ama los viajes por un deseo innato en él de conocer tierras y lo -
grar algún ah orro" (15).

La interpretación que propongo pretende armonizar los dos


aspectos que h emos vis t o, en la cultura chilota, con relación a
la t i erra: su defensa y al mismo tiempo desapego . El chilote con -
templa su pedazo de tie r ra como vemos nuestra casa nosotros, per -
tenecientes a una cul t ura urba na occidental. Quiero decir , que n~

sotros nos sentimos en la intim i dad den t ro de una casa y miramos


el campo que la rodea como algo externo y hasta cierto punt o a cce
sorio . La cultura chilota da más importancia al terreno.

En pr i mer lugar , l os chilotes siempre viven en su parcela ,


no se conoce el absen t ismo . En segundo lugar , la casa no es tan
pesada e invariable como en nuestra concepción; está formada por

80
un conjunto cambiante de construcciones. Las más importantes son
la cocina comedor, el fogón y e l almacén. Estas construcciones son
de madera y están en un continuo proceso de hace rse y deshacerse.
Unas partes se van pudriendo o se queman involuntariamente, mien-
tras se añaden nue vas habitaciones o se rehacen las antiguas. Ca-
si siempre hay nuevos planes de construir una nueva casa más cer-
ca del camino, del agua o más protegida del viento. Tamb ién es p~

sible trasladar las casas, tirando de ellas con varias yun t as de


bueyes . Disponiendo de madera, una casa se levanta en muy poco
tiempo, en unos días puede ser habitable aunque demore su termina
ción años.

En tercer lugar, al hacer las visitas es corriente llamar


la atención de los dueños antes de cruzar el cerco de su terreno;
esto se hace principalmente para que sujeten los perros porque uno
corre e l peligro de ser mordido, pero los perros están enseñados
de esa manera. También es llamativa la incomodidad de los chilo -
tes cuando tienen que atravesar terrenos que no son suyos, aunque
la casa de los propietarios se encuentre lejos y, sobre todo, si
pertenecen a personas que no son de su confianza. Es una regla de
buena educac ión no pisar las tierras ajenas.

En cuarto y último lugar, la tierra proporciona al chile-


te cas1 todo lo que neces ita para vivir; l a s papas (patatas) y e l
trigo, las verduras de la huerta, los pastos para los animales,
la madera para la construcción de la casa y las lanchas, la leña
para cocinar y calentar la casa.

El chilote tiene v igilado y controlado todo su terreno y


puede pelearse por unos palmos más o menos de tierra, pero esto no
i mpide que la venda, se olvide de ella y trabaje en otros oficios
que nada tienen que ver con l a tierra.
81
La nostalgia que sienten a lgunos, los menos, y su vuelta
con ahorros al cabo de varios años para comprarse una nueva pare~

la, no contradice la argumentación de este apartado porque se tra


ta de casos aislados y no vuelven al mismo sitio.

7. LA PROPIEDAD COMUN DE LA TI E R~~

Las características del apartado anterior pueden atribui!


se a los indios de las comunidades indígenas, a las que habría que
añadir ésta y otras que iremos estudiando a continuación.

La propiedad común de la t ierra significa que toda la ti~

rra incluida en un fundo indígena per t enece al grupo de indios que


habita en ella y, concretamente, al cacique como cabe za de su co -
munidad. Ahora bien, cada familia ocupa una porción de terreno que
explota de forma independiente en su provecho, denominada legalme~

te "goce". Los goces se dividen entres los hijos cuando se casan o


cuando mueren los padres, trasmitiéndose en forma hereditaria.

La propiedad común de la tierra se traducía, en la prácti-


ca, en el Fundo Coihuin, en que cualquiera que lo necesitara podía
solicitar un terreno al cacique que decidía sobre su concesión ay~

dado por el Consejo. También existía la prohibición de vender tie -


rras a huincas, pero se ha venido haciendo desde hace mucho tiempo
y ha terminado aceptándose porque no había forma de evitarlo.

Aunque parezca sorprendente, las peticiones eran atendidas


generalmente quienquiera que fuese el peticionario, indio o hu in -
ca. Es to se debía a la gran extensión que ocupa el Fundo Coihuín y
su dificultad para explotarlo. La mayor parte está cubierto de sel
va impenetrable, clase de terreno que era la que se concedía. La
82
tecno l ogía para convertir l o en pasto o en sue l o cultivable se re -
duce al fuego, el hacha y una yunta de bueyes . Una familia no pu~

de trabajar más de unas pocas hectáreas , por l o que qu edaba l ibre


mucha super ficie de selva para entregar a qu i en l a pidiese . En el
caso de que el solici t ante no fuera indio , bastaba el hecho de
que se dirigiera al cacique y se comprometiera a acatar su autori
dad , para que se le aceptara dentro de la comunidad indígena .

Esta situación ha cambiado a partir del año 1981 , cuando


e l Fundo Coihuín en tró en e l proceso de div i sión marcado por el
D.L . 2568. La Ley quiere acabar con la propiedad ind í gena entre -
gando t í tulos de pr opiedad i ndividuales. Para el punto que aquí
nos interesa esto ha supuesto que las tierras l ibres dentro del
Fundo y con las que se atendían las peticiones, pasaran a tener
propietar i o ante la alternativa de que el Fisco se quedara defini
t i vamente con ellas. Estos propietarios han sido los indios que
las conocían mejor, bien por v i vir a l lado , bien por haberse in -
ternado en ellas en busca de madera, los que tienen puestos de res
ponsabilidad den tro de la comunidad, los más influyentes y los más
audaces. Claro que no ha habido ninguna consecuencia a corto p l a -
zo , porque no ten i endo capital es casi lo mismo ser dueño de cien
hectáreas de bosque que no serlo .

A pesar de que una parte de los t í tulos de domin i o i n divi


duales ya han sido entregados , sigue siendo una seria aspiración
de la comunidad i ndígena el consegu i r un t í tulo de domin i o global .
La división no i nterfiere l a organizac i ón económica, pero socava
principalmente los principios culturales que man t ienen un i da la
/

comunidad y su organización , especialmente la figura del cacique.

83
8 . LOS "USURPADORES" DE TIERRA

Los huill iches llaman "usurpadores" o también " acaparado -


res " a los que ocupan una porción de terreno dentro de l fundo de
la comunidad, sin pedir permiso al caci que ; éstos son siemp re huin
cas . Los u surpado res pueden ocupar direc tamente un t err eno o bien
comprar una par cela y co rrer lo s limites más tarde . Los indios
también amp lían sus posesione s , y a veces sin permiso del cac i que,
pero e llos se consideran con est e derec ho.

Los usurpadores ac t úan de esta forma por desconocimiento


de las costumbres indígenas ( resul ta senc illo hablar antes con el
cacique) , a veces , ni s iquiera conocen la cal idad indígena de las
tierras . También porque no quieren someter se a lo que no tiene sen
t ido para el l os y sólo consideran una tontería o humillación .

Es importante decir que l os usurpadores se dejan gui ar por


la máxima "la t ierra para qu ien l a trabaja" y pueden tener buena s
intenci ones y un comportamiento legal impecable. La prop i edad co -
mún de la tier ra pertenece a la costumbre indígena , pero legal meg
te los fundos Coihuin, Huequetrumao y Guaipulli se encontra ban
inscri tos a nomb re de l Fisco . Cualquiera que ocupara un terreno
del Fi sco sin explotar , h i ciera unas mejor as en él y siguiera unos
trámi tes le gales , podí a obtener su compra o conc esión . Es tas acci~

nes legales se efectuaban en la capital de Chiloé y los indios ca


recía n de conocimie ntos y medios para oponerse a ellas. Pero i n -
clu so aunque no siguieran los trámites l ega l es , l os indios ca re cían
de resor t es eficaces para expulsar a lo s qu e se instalaban en el
fundo . Lo que no han fa ltado son cartas de protesta . En una de
ellas , dirigida al Intenden t e de la X Reg ión, podemo s leer : " Soli
citamos a lo que e n refe rencia expresa y además qu e por su inter-
medio , se prohiba a Oficinas de Tierras de Castro , siga ex tendien
84
do sol icitudes a particu lares y ventas dentro del fundo "Coihuín"
y que todos estos anteceden tes sean llegados hasta la Honorable
Junta de Gobierno , porque tenemos la plena confian za que solamen -
te e ll a (y el Instituto de Des arrollo Agropecuar io) nos sol ucion~

rá nuestro sacri ficad o problema, que vie ne ascendi endo como cua -
renta años" . Esta carta lleva la firma del fi nado Cacique don Jo-
sé Santos y probablemente es del año 1979 .

El aislamiento, la falta de comun icaciones , el desc onoci-


miento de las l eyes , la escase z de antecedentes y de planos favo-
rece la ocupación de tierras de los usurpadores . En Chiloé existe
este problema desde antiguo (16) , pero en las comunidades indíge -
nas adquie r e relevancia porque los indios se consideran los due -
ños de muchas tierras sin explotar y los usurpadores se creen con
toda la razón de su parte.

Teniendo en cuenta l a concepción que tiene el chi l o te de


la tierra , ya anali zada en un apartado, es fácil advertir la peli
grosidad que encierran estos conflictos y el odio que se despier -
ta mutuamente entre u surpadores e indígenas .

El D.L. 2568 legali za únicamente la situación exis tent e


de hecho , los usurpadores tendrán título de propiedad si es que
antes no habian saneado sus propiedades; lo que ha defraudado eno~

memente a los ind ige nas y les ha hecho perder confianza , si es que
les quedaba , en l as leyes chilenas .

En una lista de l os archivos de don Carlos de 1982 , apar~

cen cua tro acaparadores de tierra (O . B.L . , J . A.B.A. , J . H. B. S . y


A.G .). En otra lista diferente está P . O. como usu rpador . En una
carta dirigida a l Gobernador Provincial (27 .1 0 . 8 1), además de l os
anteriores , se añ.ade a R. G. "y otros" . Estos s eis usurpadores de
85
Coihuín suman un total de 1.180 Has ., que suponen aproxi madamente
el 10% de la superficie del Fundo.

Es intere sante el caso de A.M.M., que comen zó siendo usur


pador , pero posteriormente reconoció al cac ique y pa só a ser un

soc io más de la Comunidad de Coihuín.

Un usurpador es el enemigo número uno de todas las comuni


dades indígenas de Chiloé . Se trata del Conde de la Taille, tam -
bién e l mayor propi etario de tierr as de Chiloé con 160.000 Has.de
selva virgen . A raíz de un largo articulo sobre él , apa recido en

" El Mercurio" (17) , don Carlos Lincomán envió una carta de prote~

ta a los medios de comun icación manifestando : "Este señor , Ti mo -


león de la Taille, se ha apoderado sin mayores trámites del terr ~

torio que ha pertenec ido siempre a las comun idades indígenas de


Yaldad - Incopuye, en una extensión de veinte mil quinientas cuareg
ta hectáreas . Parece irrisorio, pero hace algún tiempo hubo que

solici tarle autorización para con struir una escuela para la comu -
nidad , porque se dice que 'l egalmente ' es dueño de casi la mitad

de la Isla Grande Chiloé . Así se introducen a nuestras tierras,


bosques y playas y se apode ran de los recursos o lo s usan como hi
poteca , señores que traen el aniquilamiento a nuestro pueblo" .

9. LA EXENCION DE CONTRIBUCIONES

Las contribuciones de bienes raíce s o contribuciones f is-


ca l es son el impuesto de l Estado de Chile a la posesión de tierras .
La cuantía de las cont ribuciones ha variado según épocas y gobieE
no s . Para los huill iches el pago de es tos impuesto s tiene un fuer
te significado que no es tá pre sente en tre los otro s chilotes . Es-
tos pueden quejarse porque son muy altos o alegar que no deben p~

86
garlos por su pobreza; para los huilliches el pago de contribuci~

nes está reñido con el concepto de propiedad . Si las tierras son


realmente suyas no tienen por qué pagar impuesto alguno . Escuche -
mos a la señora Ema Llautureo hablar del tiempo en que tenían que
pagar impuestos: "El pago de las contribuciones de los haberes de
bienes ra í ces, cuando vino ya la cobranza con tanta ... tanta f uer
zaque ya era amargura para los vivientes , que ya no se llamaban ser
dueños de sus tierras , ni de sus cosas que tenían. Ya no eran ellos los
dueños, sino que eran los que se llamaban del Fisco ".

Todos los indios de Chile coinciden en este punto . Se tr~

ta de una antigua reivi ndicación recogida en las leyes chilenas,


pero que su puesta en práctica tiene ciertos problemas como vere-
mos en el capitulo correspondiente . Bástenos ci t ar aquí uno de los
"derechos territor i ales" recogidos porla Butahuillimapu: "El ma-
puche no estaría obligado a pagar contribuciones por ser dueño aQ
solu t o de la tierra que le vio nacer . Por lo tanto, se exige a l
Estado el cumplimi ento y respeto de los artículos de Ley , sobre
exención de pago" (18) .

La exención de contribuciones se basa en la voluntad de


Dios. La señora Ema hablaba de esta forma: "Dios dejó la tierra
para que el campesino o cualquiera persona viviente, trabaje la
tierra y viva en su t i erra tranquilamente; pero están los reyes
de la tierra tratando de humillar a la gente pobre, a la gente ca~

pesina. No habría por qué hacerlo (pagar impuestos), porque, de


verdad, la tierra es para los seres vivientes que dejó Dios tran-
quilos en esta tierra. El no pide ningún impuesto. Y El como nos
dejó tierras a nosotros, como la primera generación que dejó para
trabajar la tierra , bueno, de alguna forma nos va a tener que li-
brar de los reyes de la tierra, de los que se hacen reyes por su
dinero". Es decir, Dios regaló las tierras a los huilliches , los
87
primeros habitantes de Chiloé, y nadie tiene derech o a grava r lo s
regalos de Dios . Este carácter sagrado que aquí observamos no se
lleva hasta l as últimas consecuencias y no i mpide l a entrada de
huincas en el fundo , ni la salida de indios. Los regalos que pue-
den regalar nuevamen t e y también rechazar , pero no ponerles impue~

to s . Además la posesión se vive comuni tariamente, es dec ir, se ha


bla de "nuestras" tierras o l as tierras de los hu illiches , pero
nunca que Dios haya dado una parcela a determinada persona .

La exenc ión de contrib uciones fue la razón principal qu e


i mpulsó a los huill iches a organi zarse en comunidades ind í genas .
Se l ogró , según don Car los, en el año 1938 y desd e entonces hasta
mayo de 1986 , los ocupantes, i ndios o huincas , no estaban ob liga-
dos a pagarlas . Sin embargo existen excepciones; por un lado algu -
nos usurpadores e indios que no confia ban excesivamente en la pr~

piedad común de l a tierra y que tramitaron sus títul os de dominio


en el Ministerio de Bienes Nacionales . Por otro l ado están aque -
llos , inclus o con apellidos indígenas , que no querían se r trata -
dos como indio s y que las pagaban volun t ar iamente .

Actualmente, después de la s divisiones de lo s f undos, la


situación l egal del pago de contr ibuciones es co nfusa . Don Car los
llegó al siguiente acuerdo con l os funcionari os de l a provincia
(mayo 1986); todos los que estuv i eran integrados en la comunidad
indígena quedarían exentos, e l resto tendría que pagar las . El cri
terio terri tori a l que antes regia, ha s i do sustituido por el de ad
hesión a la comun idad . Esta dec isión ha for talec ido a las comuni-
dades y a los caciques . Don Car l os estab l eció inmediatamente una
cantidad de dinero a pagar para aquéllos que quisieran ingresar
a la comun idad indígena , lo qu e no fue obs táculo para alis tamien-
to s .

88
Durante mi estancia en l a comunidad indígena y antes del

acuerdo, llegaron algunos recibos aislados para el pago de contri


buciones , qui zá por equivocación o para observar si provocaban a!
guna reacción . Los destina tari os acudie ron inmediatamen te a ver a
don Carlos y el t emor y la indignación corr i ó como pólvora por la
comunidad . Don Carlos dijo, en un momento de arrebato, que se le -
vantarían en armas si fuera nece sario . Además de lo señalado al

comien zo de este apartado , la exención de contribuciones es la


principal victoria y casi únic a lograda por los huilliches . El te
ner que pagarl as de nuev o supondría una gra n hum illación .

10 . LOS APELLIDOS Y SANGRE INDIGENAS

El tener unos apell idos indígenas quiere decir llevar en

las venas sangre india . Los apellidos y la sangre van generalmen-


te unidos , pero hay matices que los difere ncian. A menudo me ha
suced ido encontrar chilo tes con los dos apellidos indígenas que

aseguraban tener algunas gotas de sangre española porque un abue-


lo o bisabuelo t enía ese origen . La inversa es meno s frec uente y

e l razonamie nto, entonces , distinto; los que tienen apel lidos es-
pañoles dic en : "Ant es Chile (o Chiloé) estaba poblado de indios,
así que alguna gota de sangre india tendremos ". En el último caso
no se concreti za la procedencia y se introduce la duda . Este com -
portam iento manifi es ta el deseo general del chilote de no ser in-
dio .

Con los huilliches es diferente . La señora Ema Llautureo


Mañao se enorgullecía de no tener ni una "pequeñí sima gota de san
gre españo l a " . .Me exp licó que ninguno de sus abuelos o bisabuelo s
tenia algún apellido español. A mi pregunta de si eso le parecía
bueno o malo , respondió: "Debe ser mucho más mejor no tener nada"
89
(de sangre española). Me explicó que era mejor no tener la sangre
del que una ve z fuera enemigo, así se encontraba más libre para
considerarlos o no como amigos . La contestación deja traslucir un
compromiso con los hermanos de ra za, una obligación con los que
llevan la misma sangre.

Uno de los usurpadores captaba bien este sentimiento y


pretendía rebajar a uno de los principales dirigentes de la comu -
nidad, propagando que t enia sangre italiana; lo que no se mostra-
ba en sus apellidos por ser hijo de madre soltera. Esta afirmación,
que según parece era cierta, ejemplariza que la sangre no es una
barrera infranqueable en las comunidades en la actualidad; ya que
se puede llegar a un puesto de responsabilidad sin tener pura san
gre india. Otros huilliches me contaron que antiguamente eran más
estrictos.

También lo era, como se puede suponer, el lado chilote de


origen español. Las ventajas y bondades de guardar la pureza de
la sangre, se pueden leer en el libro de Luis Mansilla Vidal : "Fa-
milias Chiloenses".

El tipo de apellido es el criterio más socorrido para av~

riguar si un individuo es indio o nrr, tanto dentro de las comuni-


dades indigenas .como fuera de ellas; el significado de esta clasi
ficación difiere profundamente según desde donde se haga . Fuera
de las comunidades resulta algo anecdótico; otras veces se hace
con la intención de humillar a los que tienen apellidos indios.
Por esta razón y por la vergüenza de ser indio, algunos de los que
tienen un apellido indígena y otro español, ocultan el primero o
lo pronuncian de un modo imperceptible, enfati zando el segundo.
Otros lo transforman para que no parezca indígena.

90
Prueba del uso del criter io de los apellidos en las comuni
dades indigenas, son las palabras de don Benjamin Millalonco Mi -
lla l onco : "Yo no niego , mire , yo ... mi apellido, seré bien fran -
co en decirlo, mi ape llido es indio legitimo , huil liche leg i t i mo ;
y si algui en me dijera : ' Tú , ¿por qué sos hu il l iche? ' (Responde
ria:)'Porque el apellido lo tengo y es un honor para mí'"· " Por -
que ser indio no es bajarse a la persona. Porque s i uno no es más
simpático , no va a decir : ' yo soy francés , soy portugués , soy
cualquier otro apellido '. Siendo que tiene el apellido de indio,
indio tiene que ser puh ".

Los que no son indios son huincas . En los archivos de don


Carlos encontré una l ista de personas " que viven dentro del fundo
y no han querido ser organizadas en nues tra Comunidad", dividida
en dos seccion es; una para mapuches huilliches y otra para hu in -
cas . Los p rimeros suman tre i nta y cua tro, de los que ocho t i enen
el segundo apellido huinca . Los huincas suman cuarenta y cinco de
los que ocho también, tienen su segundo apellido indio . Es decir,
en los casos de individuos que tienen un apellido indio y otro
huinca, decide la clasificac i ón el primero .

Con este mismo criterio y tomando las listas de INDAP de


los propie tario s de hijuelas dentro del Fundo Coihuín por ser la
más exhaustiva , podemos decir que de 232 propietarios (excep tuan-
do las i glesias y el Fisco), 140 son indios y 92 hu incas . En los
140 ind i os figur a el ape l lido GUENT EO o HUENTEO en primer lugar
43 veces; CHEUQUEMAN , 11 veces; ANTIPANI y QUI NAN, 9 veces; NAUTO
8 veces ; LINCOMAN y MILLALONCO , 6 veces ; LEVIPANI , MA~AO y PANI -
CHINE , 5 veces; LONCUANTE , LLAUTUREO y MILLAN, 4 veces; INAICHEO
y CUYUL , 3 veces; por último otros 12 apellidos distintos , una o
dos veces (20). Lo s apellidos huincas más comun es dentro de l Fun -
do son: BARRIA y MARQUEZ /6/; CARDENAS , MAYORGA y PINTO /5/; MI -
91
RANDA, SILVA, VARGAS y VELASQUE Z /4/ y otros muchos.

Es clara la distancia de la f recuencia del apellido GUEN -


TEO de los restantes apel lidos. Es típico en Chiloé que un deter-
minado ape llido predomine en un lugar so lamente; por ejemplo , MA.!i
QUECHEO en la isla Meulin o COLI BORO en los alrededores de Quellón .
Es probable que la causa se deba a que las localidades rurales no
se mezclan entre sí . Juan Munizaga ha estudiado las característi -
cas genéticas de varias localidades de Ch iloé y ha encontrado di -
fere ncias qu e apuntan a una emergencia de grupo s locales,en des-
medro de la ho mogeneidad de l a población, debidas a las condicio-
nes de ais l amiento y reducido tamaño (19) .

Don Carlos Lincomán no diferencia en sus listas de inte -


grantes de la comunidad en tre indio s y huincas . Los últimos son
escasos ; en una lista de ciento cinco jefes de ho gares e ncontré
sólo tres huincas, aunque han aumentado seguramente después de la
noticia de que sólo los que estuviesen en la organi zación no pag~

rían contr ibuciones . Los indios que viven en el Fundo Coihuin y r~

chazan la comunidad indígena , son vistos como traidores a su ra za


y algunos de ellos, en frase de don Carlos , " son más huincas que
los propios huincas".

La categoría de mest i zo no tiene importancia para los in-


dios , pero podríamos intro ducirla para comparar los resultado s con
otros lugares de Chiloé. Mesti zo seria la persona que tiene un ap~

llido indígena y otro huinca ; blanco, el que tiene los dos apelli
dos huincas . Según estas definiciones, los ciento cuarenta indios
anteriores , se dividen en ciento dieciocho indios puros y ve inti-
dós mest izos; los noventa y dos huincas , en setenta y cuatr o blan
cos y trece mestizos (fa ltarían cinco huincas que no pude averi -
guar su segundo apellido) . Suponiendo que el resto de la población
92
guardas e las mismas proporciones, tendríamos un 51% de indios, un
15% de mestizos y un 32% de blancos.

Las cinco comunidades chilotas estudiadas por Munizaga pr~

sentanunas proporciones de indios, mesti zos y blancos muy varia -


bles. Dos de ellas superan ampliamente la proporción existente de
indios en el Fundo Coihuin, Acuy (88%) y Huentemo (93%); la comu -
nidad de Cucao (SO%) tiene casi la misma proporción. Al menos, PQ
demos concluir que el Fundo Coihuín no tiene una especial concen-
tración de personas con los dos apellidos indígenas, que no se en
cuentre en otros lugares de Chiloé.

11. EL ID I OMA HUILLICHE

El idioma huilliche se considera un dialecto del mapuche.


Robert Croese también lo estudia como un dialecto, pero afirma que
no hay mutua inteligibilidad entre el huilliche y las otras vari~

dades dialectales del mapuche. Para este autor los territorios de


habla huilliche situados más al norte son San Juan de la Costa y
el lago Ranco (21).

Los huilliches de Chiloé no hablan el idioma huilliche,sl


no el castellano con las peculiaridades propias de la provincia
que incluyen palabras de origen indígena (22). Sin embargo, todos
conocen su existencia, recuerdan que sus papás o abuelos si lo ha
blaban, p iensan que deberían aprenderlo y hacen esfuer zos en ese
sentido. El joven Juan Millalonco (dieciocho años) se expresaba
de esta forma: "Bueno, me gusta porque es un idioma que ya no se
usa mucho aquí, en Chile; y es un idioma de nuestros antepasados
y tenemos que hacer la forma de hacerlo volver a nosotros". Don
Benjamín Millalonco decía: "Yo he perdido el idioma huilliche na -
93
da más porque me he dejado de no aprenderlo. No . .. , o sea , una
ignorancia más bien dicho. He perdido el lenguaje indio por rn1 l&
norancia, porque no lo estudié bien" . En el resto de Chiloé no se
ha oído hablar del idioma huilliche y los pocos que si, no ven nin
guna ut i lidad en hablarlo.

Aunque no se hable normalmente huilliche en las comunida -


des, algunas personas tienen ciertos conocimientos de ese idioma.
Seguramente , el que mejor lo conocía era don José Santos Lincomán ;
este cacique estuvo dando clases de huilliche durante algunos años
en la escuela de Compu . Actualmente es don Pedro Huenteo quien más
habla, pero se comenta que habla el huilliche con un estilo muy
personal, porque personas venidas del norte con más conocimiento
de la lengua, apenas le entienden . Don Pedro, habla la lengua en
ceremonias solemnes y también con los que vienen a entrevistarle.
En la investigación de Luis Meyer, se narra así el encuentro que
tuvieron con el Cacique (1981): "Don Pedro está en la 'sala' de
la casa amarrando trigo en manojos. Lo saludamos y él nos respon -
de en mapuche . Le indicamos e l objetivo de nuestra visita y él nos
sigue contestando en mapuche. Tratamos de que nos tradu zca ~o di -
cho al español , pero insiste en su recitado monocorde . Entre tan-
to ha llegado su esposa quien acude a conversar con nosotros. Le
damos las gracias a don Pedro y continuamos la entrevista con ella.
Pero ella tampoco sigue el curso de la entrevista, sino que nos
hace una narración de las inmensas penurias que han tenido que
afrontar para defenderse del atropello de los chilenos o huincas
que han querido arrebatarles sus tierras ". En otra entrevista , don
Pedro también habló en huilliche, pero su esposa en esta ocasión,
hi zo de intérprete (23).

En los hogares de Coihuín lo más que uno llega a escuchar


en conversaciones familiares son palabras aisladas en huilliche,
94
como el saludo (mari mari). En las reuniones se emplean más térmi
nos; peñi (hermano de raza), apo - ulmen (jefe de comunidad) y lon-
ko (cacique). Muchos conocen el significado de sus apellidos o de
los nombres geográficos. En ceremonias especiales hay palabras,
discursos y se cantan o recitan romances en huilliche.

Don Carlos lamenta profundamente no conocer mejor la len-


gua; en una entrevista que le hi zo la Radio Estrella del Mar, co -
mentó: "Yo he sido medio flojo alguna vez, no me he preocupado de
mi idioma, pero ahora se me está exigiendo y tengo que aprenderlo".
Un cacique debe conocer la lengua de los antepasados; algún indí-
gena ha criticado que el mayor defecto de don Carlos es no hablar
huilliche.

Los sistemas para aprender el idioma son modernos, consis


ten en materiales didácticos elaborados por la Radio la Voz de la
Costa de Osorno y van desde cartillas populares hasta cassettes
que pasan de mano en mano. En las reuniones se insiste periodica-
mente sobre la necesidad de aprenderlo y la señora Domitila está
encargada especialmente para enseñarlo en Huequetrumao. En Osorno
denominan al idioma huill iche por su nombre indígena, "tse su' ngun','
que casi nadi~ conoce en Chiloé, donde lo llaman con las mismas
palabras que he empleado, a las que habría que añadir "veliche" y
también mapuche.

En la conversación de don Carlos y otros huilliches resal


ta la continua utilización que hacen de la oración directa. Esto
sería una características del idioma huilliche que ha perdurado
en el castellano. Rodolfo Len z señaló a finales del siglo pasado:
"Con respecto al estilo no debe sorprendernos que todo se refleja
en la mente del indio por medio de oración directa. Su lengua no
conoce oración indirecta"(24).
95
12. LAS TRADICIONES

Los hui l liches tiene n algunas tradiciones exclusivas , que


se circunscr i ben a ceremonias realizadas con motivo de la entroni
zación y muerte de los caciques. Ya hemos dicho que las tradicio -
nes referentes a la vida cotidiana y al trabajo, son similares a
las que existen en otros lugares rurales de Chiloé . La diferencia
entre los huilliches y otros chilotes, respecto a las tradic iones,
se encuentra en su relación con ellas. Para el huilliche, algo que
se hace según la tradición es auténtico; para otros chilotes sig -
nifica que no existe un modo mejor o que no se tienen los medios
para hacerlo de otra manera.

Hay una gran distancia entre el orgullo de don Carlos al


utilizar sus ojotas (sandalias) de cuero de l obo marino, explicá~

dome las ventajas que ten í an sobre las modernas botas de goma; y
la reticencia en otros lugares a usar las botas de goma, gastándQ
se sumas considerables de dinero para los bolsillos de allí , en
zapatos más elegantes , pero que con las piedras y el barro apenas
duran unos pocos meses.

Hace bastantes años .viví en Ancud, una de las principales


ciudades de Chiloé . Cerca de mi casa se encontraba el "Patio de
los Recuerdos'', agradable paraje perteneciente al magn í fico Museo
Regional por donde solía pasear a menudo~ Poco a poco me fui fami
liarizando con los objetos que allí se exponían; una cocina - fogón,
un trineo, una carreta , una prensa para hacer chicha de manzana,
etc . Para los habitantes de Ancud, y para mí también acabaron
siéndolo , aquellos objetos eran recuerdos del pasado; utens i lios
distantes e ineficaces de otras épocas . Ayudaba a tomar esta pers
pectiva, e l que se encontraran junto a bártulos de las tropas es -
pañolas , posteriormente la Goleta Ancud de ciento cuarenta y tres
96
años de antigüedad y l a primera bomba del Cuerpo de Bomberos de
1852.

En mi reciente trabajo de campo , me sorprendió el obser -


var que los "r ecuerdos" tenían un a intensa vida en las zonas rura
les. Y que instrumen tos que parecen muy primitivos, como el tri -
neo por carecer de ruedas , son insustituibles en los abundantes
senderos de blando barro . Es te es un ejemp lo de cómo los hab itan-
tes de las ciudades se a lej an de sus tradiciones . Los c hilotes ru
rales no pueden poner sus herramientas en un museo, porque las ne
cesitan para trabajar; pero sí pueden minusva l orarlas o desprecia~

las . Y en casos extremos , cambiar la yunta de bueyes por una fur -


goneta "su zuki" , aunque los caminos sean i ntransitables para este
moderno invento.

La veneración por las cosas ant iguas no impide el progre-


so y desarrollo económico . La idea de que el Fundo Coihu ín es de

los indios , ha estimulado enormemente a la comunidad para plantar


algas en el mar, explo tación que está en auge en Chiloé , con el

fin de "pose sionarse " de lo que les pertenece.

13 . LOS BRUJOS Y LA MITOLOGIA

La mitología es el t ema sobre e l que se ha escri to más de


Chiloé (25). Se compone, más que de narrac ione s situadas en un
tiempo ahistórico, de personajes fantást icos (el trauco, la pinc~

ya , el imbunche , etc.) que vivirian actualmente en Chiloé . En mi

trabajo de campo no pregunté nunca por los personajes mi tológicos,


sin embargo repetidas veces pude comprobar la existencia de la
creenc ia en uno de esto s seres: el brujo. Este personaje tiene una
caracter istica especial que lo aleja de los restantes seres mito -
97
lógicos; su existencia histórica que tuvo su apogeo a fines del
siglo pasado, y que ha venido declinando desde entonces . Asociada
a esta realidad se encuentra una parte simbólica y más o menos
fantás tica sobre los poderes que posee . Estos ingredientes hacen
que la creencia en los brujos sea muy extend ida en Chiloé .

Cipriano Osorio, estudioso de los brujos , concluye que a

finales del XIX existía una asociación secreta de brujos, compue~

ta en su mayoría por indígenas; cuyo objetivo era castigar a los

que hacían el mal, según leye s propias y desconocidas y que in -


cluían la pena de muerte (26). Los brujos actuaban asoc iados a los
"machis" o curanderos.

Los brujos pueden envenenar a las personas, transformarse


en anima les y volar con ayuda del " macuñ" o chaleco.

En Coihuín escuché relato s de diversas clases; testigos


que habían presenciado el vuelo de un brujo , muertes de niños por
su causa y la interrupción de una reunión de ellos por carabine -
ros con su detención, a llá por el afio 1~30. Algunas peronas. eran
tenidas por brujos. En una reunión huilliche se planteó el asunto
de los "mentados", don Carlos insistió en la necesidad de mante -
nerse unidos para defenderse de ellos.

Los chilotes "cultos" rechazan enérgicamente la existen -


cia de brujos y se ríen e ironi zan cuando se habla de ellos . Las

luces que surgen por la noche en el cielo no son brujos para ellos ,
sino ovnis; cambian el mito antiguo por el moderno.

98
14. ESTEREOTIPOS HUILLICHES

Los huilliches son poco conocidos y marginados en Chiloé,


asi como esta provinc i a lo es dentro de Chile. Las opiniones so -
bre ellos siguen tres tendencias que tienen en común no profundi-
zar en la especificidad de los indios.

La tendencia "científica" pretende negar su existencia y


su identidad, basándose .en que no tienen costumbres propias (reli
gión, lengua, bailes, etc.).

La tendencia "turística" sigue un camino opuesto a la ante-


rior; inventa costumbres que no tienen o las exagera, para mos -
trar los i nd i os imaginados por el turista. Los mapas turísticos
de Chiloé traen las comunidades indígenas como lugares exóticos
para visitar. Los folletos distribuidos por la Municipalidad de
Quellón, dicen: "En fechas variables y según apremios socio - econ~

micos, se ef ectúan los 'gnillatunes' o 'rogativas' marinas y te -


rrenales. Doña Domitila Cullul, venerable anciana residente en
Chadmo, es la Maestra de Paz y máxima autoridad religiosa d~ cer~

monias y ritos de la raza". "Además, hay suerteros, machis, busc~

dores de oro y entierros (de tesoros). Y el 'Caleuche', la 'Sire -


na', el 'Thrauco', el 'Coo', la 'Pulula' y el 'Brujo', entre otros,
son personajes o entes en cierto modo determinantes de la person~

lidad de gran parte de la población isleña''. Otro folleto dedica-


do exclusivamente a los huilliches afirma: "Hoy la 'Gente del Sur'
trabajan y conservan celosamente sus costumbres y tradiciones,
sin perder su más preciado tesoro: su lenguaje, el que utili zan
en el seno de su comunidad, 'el Velic:he'"· Hace años los caciques
se paseaban en los festivales turísticos y eran exhibidos como
una curiosidad de la isla; pero llegó un momento en que se nega -
ron a reali zar tal cosa.
99
La tercera tendencia se podría llamar "popular", pues
es la más extendida, y contiene una s e r i e de juicios , negat i vos
en la valoración chilota acerca de los huilliches: no cumplen las
leyes chilenas, no tienen documento de ident i dad, el cacique vive
a costa de su gente, el cacique tiene muchas mujeres, son flojos
(perezosos), tienen más tierra de la que ne cesitan y viven a f err!
dos a sus costumbre s. Estas afirmaciones se d i cen s i n re f l exionar
mucho en ellas . Las primeras son totalmente falsas; s i un huilli -
che no cumple con las leyes, recibe las mismas penas que todos
los chilenos . Tienen documento de identidad. Las cuotas mensuales
de los socios son cobradas por el tesorero y el dinero se emplea
en pagar los viajes para asistir a reuniones y otras necesidades
de la comunidad ; la cantidad recaudada es bastante más baja de la
teórica porque un 50% se retrasa o no paga.

La idea de que los caciques tienen muchas mujeres está


muy arraigada entre los chilotes. Es un rumor que corre de boca
en boca pronunciándose en vo z baja como s i se descubriera un te
rrible secreto. A los hijos de don Carlos les preguntan cuántas
mujeres tienen cuando, debido a su juventud, ni siquiera se han
casado . Esta idea no corresponde a la realidad, los caciques tie -
nen una sola mujer . Su origen puede estar en la poligamia de los
mapuches, ya en decadencia, y en la c ostumbre del finado Cacique
don Antonio Huenteo, que cuando aparecía en público, llamaba a ve
cinas y parientes para que hicieran el papel de mujeres. Según los
lib r os de historia, los caciques antiguos tenían doce mujeres;don
Antonio quería cumplir con la tradición (2 7). Otra interpretación
dice que el consejo de un cacique podía estar compuesto sólo por
mujeres; las de don Antonio serían las de su consejo.

La proposición de que son flojos es subjetiva y difi -


cil de demostrar, además de que esa misma fama t i enen todos los
100
chilotes. Las afirmaciones que siguen a continuación y su valor
nega tivo añadido, son prejuicios porque no se conocen las tierras
que tienen (aparte de la ambiguedad de lo "necesa rio") , ni las
costumbres a las que supuestamente viven aferrados.

15. LA CONCEPCION DEL MUNDO HUILLICHE

El doble descubrimiento de que fueron objeto las tierras


americanas, primero por asiáticos y después por españoles, es ex -
tendido a todo el mundo. En la perspectiva huilliche, los indios
son la primera raza que habitó la Tierra. Grupos indígenas queda -
rían en todos los continentes en un estado de marginación y pobr~

za, sometidos a una segunda raza, los huincas. Pero su abandono


no es total; Dios los escogió para ser los primeros colonizadores
y no les dejará desamparados. Por eso ellos luchan con la confían

za de que finalmen te vencerán.

Este espír itu guerrero y optimista resalta en el contexto


chilote caracterizado por su resignac ión y fatalismo . Francisco
Cavada escribió: "Se acusa, en primer lugar, al chilote de fata -
lista, y lo es en efecto" (28). Las composiciones de Cacique don
· José Santos cantadas por sus hijos "Lo s Remeros de Compu",nos ser
virán para mostrar primeramente su carácter luchador y las ideas
expuestas seguidamente.

"Los caciques con sus toquis (29)


se levantan otra vez.
Desde la tierra araucana
levántate Chiloé". (Dame tu mano peñi)

1 o1
"Levanta peñ i Lautaro,
tu caballo está ensil l ado ,
tu lanza está a f i l ada
y seguiremos luchan do''.(La tierra grita)

" Por eso hay que luchar,


hay que defender el Mapu (tie rra) .
cuando nues t ro Chau (Padre) nos llama
y tendremos qu e en fre n tar" . (Mol ini to de don Juan )

La lucha es principalmente por la tierra, e l más preciado


b ien junto con el mar que poseen los indios ; la base de su econo-
mía :

"Nuestr a t i err a es bendi ta ,


da e l t r igo par a el pan,
da l a chicha pa la minga ,
da el cuchi pa carniar" . (Mo l in i to de don Juan)

"Me gu sta l a tierra pa trabajar ,


me gusta el trigo para sembrar ,
me gustan los bueyes para arar ,
sembrar la papa no hay que olvidar". (Me gus t a el
mar)

Las armas del combate son la verdad , la palabra dada para


s i emp r e , l a justicia y la unidad de todos los i ndígenas del mundo .
El l ema de don José Santos , reco r dado frecuentemente por su suce-
sor , era : ";Por el camino de la verdad encon traremos la paz y la
just i cia hasta vencer! " (30) . "Una par t i culari da d propia de nues -
tros an tepasados hui ll iches , que profeti zaron también la h istoria ,
y que es el gran respeto por l a PALABRA , empeñada , y siemp r e la
palabra era empeñada a ' perpe t u i dad ' o ' mi entras el mundo sea' . En
estos términos se efectuó el Parlamento de Pa z y l a en t rega de
las Escr i turas de Comisar i o ... " (31). La unidad mundial llegará
en el f u turo , mi entras t a nto hay que trabajar por l a de los indios
chil enos : " .. . l a única par t e (manera), para seguir manteniendo

102
nuestra posición al respecto, seria formar un a sól i da organi zación
que abarque muchas provincias, para obtener entonces esa fuer za
suf i ciente. Para obtener en un futuro, fuera de lo que estamos ya
semi - marginados, ob t ener lo que nosotros francamente como pueblo
pretendemos obtener; que es la obtención comunitaria de un solo
movimi ento de nuestro pueblo " (32). La vi ctoria no es el aplasta -
miento de la otra raza ; s i no la convivencia pacifica con los her -
manos huincas en i gualdad y libertad.

"Hasta la paz llegaremos


con la unidad de la tierra .
Ya termina l a guerra
una pa z es la canción". (La tierra grita)

La dicotomía i nd i o- huinca tiene su paralelismo en los di -


rigentes de ambas ra zas; Caciques y Presidentes de países . Don Car
los di j o: "Porque el Cacique es el jefe de un pueblo, tal como fue
ra un President e , por ejempl o, de una rep~b lica. Es lo mismo , que
tiene que la diferencia nue stra es que porque domina pequeñas can
tidades de gente ; pero quizás el caso es lo mismo , él manda a su
pueb l o" (33). Por esto l os huilliches recurren con frecuencia a
los Presidente s de Chil e y hablan de ellos con c i erta famil i ar i -
dad . Don José Santos escribió :

"Me gusta ser Pres i dente para mandar,


que todos l os chil enos a trabajar,
que no haya hambre n i pobreza en e l hogar,
crédi tos buenos pa trabajar.

Así lo malo puede acaba r ,


así mi Chile puede triunfar.
No llores madre,no llores más;
quiero alegrarte con mi cantar" . (Me gusta e l mar)

103
Para terminar este capitulo, sirva de síntesis el "Himno
Mapuche", compuesto también por don José Santos, que se canta en
las reuniones con los hermanos de ~sorno y en ocasiones especia -
les:

"Saludamos hoy atentamente


a este pueblo honrado y gentil.
Libertad y justicia pedimos
por honor de nuestro porvenir. (Bis)

Viva, v1va la raza mapuche,


ya despliega su vuelo triunfal,
navegando por mares chilotes
y buscando la paz y libertad. (Estribillo) (Bis)

Hoy recuerdo con dulce alegria,


que el indio mapuche dejó
una antorcha brillante a esta tierra
de una eterna victoria ganar. (Bis)
Estribillo.

Los valientes caciques elegidos,


que hoy recuerdan su antigua nación,
caminando en los brazos de un pueblo
por librarnos de la explotación. (Bis)

Estribillo.

Hace un siglo y medio, en esta fecha,


cuando juntos la paz se juró,
los mapuches y la raza española,
que su tierra no se le quitará. (Bis)

Estribillo .

Ya es tiempo que el hijo de esta tierra,


sus herencias las debe cobrar,
que ha sufrido una cruel tiranía,
con justicia lo vamos a ganar . (Bis)

Estribillo.

104
NOTAS DEL CUARTO CAP I TULO

{1) MEYER SOTO, Antoni o Luis (Dir . ) y otros. Pr esenci a hui l l iche actual en
las comunidades de San Antonio de Chadmo, Pureo y Compu . Ancud, Chi le:
(i néd i to) investigación realizada por la Uni versidad Aus tral de Chile du
rante los años 1980 y 1981 . De sgraciadamente sólo tuve acceso a una par-
te .

(2) ASTORGA, Ricardo . "Cristo entre los huilliches" . Revi sta del Domingo, 11
de abril de 1982, pp. 8-11. Santiago de Chile. Informa c i ón p roporcionada
por el Padre Sergio Ví l l egas que d i jo, ref i r iéndose a la población de l a
citada isla , "están sublevados" . Dándol e a esta palab r a el sentido , poco
común en España , de excitar indignac i ón y promover sentimientos de p r o -
testa.

(3) N.N.N. (CAVADA C . , Darío) . Chiloé. Ancud , Chile: Imp. "E l Austral " , 1896 ,
p. 20.

(4) Tratado de Paz de Osor no de 1793 . Archivo Nacional de Chile, f ojas 23 del
volúmen n~ . 223 del Archivo Fondo Varios , Repobl ación de Osorno. La pri-
mera página del documento se incluye en el anexo.

(5) Dedicado al i nve s t igador chilote Renato Cárdenas Alvarez que guarda en
su casa de Castro un gran poster del Rey Juan Carlos I .

(6) TANGOL , Nicasio . Chiloé, archipiélago mági co. Santi ago, Chile : Qui mantú ,
1972 (dos t omos) , t omo I , p . 31.

(7) "La e t apa colonial en Chiloé no refle j a la imagen de armonía entre espa-
ñol es e indios". URBI NA BURGOS, Rodolfo. La perifer i a meri di onal i ndiana,
Chiloé e n el sigl o XVIII . Valparaíso, Chile: Ediciones Unive rsitarias de
Valparaiso (Univ.Católica de Va l p . ), 1983, p . 113 y ss.

Un avance de l a di recc i ón de otras i nvestigaciones puede verse en CARDE-


NAS ALVAREZ, Rena to. "Los huilli che s de Chiloé ". Reyista Cul tural, II,
nov . 1984 : 25- 28. Castro , Chi le, Club de Lectores del Liceo BN- 34.

(8) CAVADA (CONTRERAS) , Francisco (J avi er). Chi loé y los chilot es. Estudios
de Folklore y Lingüística de la provi ncia de . . . San tiago, Chi l e : Imp .
Universitaria, 19 14, pp. 33-34 .

(9) DARWIN , Char les Robert. Diario de un viaje de un na t u r alis t a alrededor


del mundo en el navío de S . M. "Beagle". Madr id : Calpe , 1921 (dos tomos) ,
tomo II, p. 61.

105
(10) Veáse la carta en el anexo. Fue contestada el 12.11.80 por el Embajador.

(11) GRENI ER, Philippe. Chiloé et les chilotes. La Calade, Francia: Edisud,
1984, pp. 145- 146 .

(12) G.I.A. El puebl o m~puche: hoy. San tiago, Chil e: Grupo de Investigacione s
Agrarias, 1984, p. 7.

(13) ERIZE, Esteban. Diccionario comentado mapuche-español. Araucano, pehuen-


che , pampa, p i cunche, rancülche, hui l liche . Buenos Air es: Editorial Peu -
ser (Cuadernos del Sur, Univ.Nacional del Sur), 1960.

(14) Princ i pios y planteamientos frente a la situación históri ca del pueblo


hui l l i che y conclusiones de la Junta General de Caciques del Butahuilli-
mapu; veáse en el anexo .

(15) N.N.N. Op. cit.,pp. 21 y 28.

(16) DONOSO, Ricardo y Fanor VELASCO. La propiedad austral (1928). Santiago,


Chile : IC I RA, 1970, capítul o VI.

(17) LAFOURCADE, Enrique. "Timoleón de la Taille: El Rey de la Madera". El


Mercurio, domi ngo, 2 de marzo de 1986. Santiago de Chile.

(18) Principios y •.. , op. c it ., v eáse en el a ne xo.

(19) MUNIZAGA, Juan R. "Microevol uci ón e n pobl aci one s rurales contempor áneas
de Chiloé". Revista Chilena de Antropología, n9. 1, 1978: 143- 153 . San -
tiago de Chile. En este mismo número hay otros artículos de antrop ología
física de Chiloé.

(20) Casi t odos los apellidos se encuentran en el libro de Ernesto Wilhelm de


MOESBACH y Walterio MEYER RUSCA. Los huill i ches a travé s de sus apel li -
dos. Est udio etimológico de los patronímicos aborígenes sureños. Padre
Las Casas (Cautín), Chile: Imp. "San Francisco" (editor W. Meyer Rusca,
Osorno), 1953.

( 21) CROESE A. , Robert. "Estudio di al ec t ológ ico del mapuche" . Estudios F iloló
gicos, n9 . 15, 1980: 7-38. Valdivia, Univ. Austral de Chile.

(2 2) CARDENAS (ALVAREZ), Re nato y Carlos A. TRUJILLO. Apuntes para un diccio-


nario de Chilo é . Cas tro, Chile: Edic i ones Aumen, 1978.

(23) ASTORGA, Ricardo." El cac i que ciego". Revista del Domingo, 31 de marzo de
1985, pp. 8-10. Veáse en el anexo.

(24) LENZ, Rodolfo. Estudios araucanos. IV Trozos menores en picunche y hu i -


l liche. Santi ago, Chi le : Imp. "Cer vantes" (Separata), 1896, p. 119.

106
(25) He aquí una selección de libros y artículos sobr e mi tología:
ALVAREZ SOTOMAYOR, Agustín. "Los brujos en Chiloé". Ar chi vos del Folklo-
re Chileno, f asc í cul o n2 . 6- 7, pp. 89-106. Santi ago, Universidad de Ch i -
le.
AMPUERO, Galvarino. ''Repertorio Folklórico de Chiloé". Anales de l a Uni-
versidad de Chile, afio CXI , n 2 . 8 5 ~86, ler. y 2Q trim. 1952: 5-96. San -
tiago. También en Archivos del Folklore Chi leno, fa s cículo n2. 5 (entero).
AZOCAR, Pedro Rubén . "Chiloé: Presencia viva de los ser es míticos. Su
e f ec t o soc i o l ógico en las comunidades islefias". Boletín de la Universi-
dad de Chile, I parte, n2. 74, mayo 1967: 62-74; II parte, n2. 75, ju -
nio 1967: 35- 45; III parte, n2. 76-77, julio/agosto 1967 : 57- 67. Santia-
go .
CARDENAS TAB I ES, Antonio. Chilhué, Tierr a de gavi otas, mi tos, leyendas y
r e l atos . Rancagua, Chile: Editorial Brecha, 1970 .
BLUME S., Jai me. Cultur a mítica de Chiloé . · Santiago: Pontificia Uni ver s i
dad Católica de Chile, 1985.
CAVADA, Francisco. Chiloé y . .. , op. cit.
CONTRERAS O., Constantino." Estudio lingüístico-folklórico de Chiloé: mi -
tos y ac tiv i dades l aborales rudimentarias" . Boletín de Filología, tomo
18, 1966: 59-212. Santiago, Uni ver s i dad de Chile.
-"Mitos de brujería de Chiloé. (Estudio lingüí s tico- f olklóri co)". Estu-
d i os f i lológi cos, n2. 2, 1966: 161-198. Valdivia, Universidad Austral de
Chile.
GARCIA BARRI A, Narciso. Tesoro Mitológi co del Archipiélago de Chiloé.(Bos
quejo i nt erpret a t ivo ) . Chile: Imp. "Simient e ", 1969.
MARINO, Mauricio y Cipriano OSORIO (ARANEDA). Chiloé: Cultura de la made-
ra. Proceso a los brujos de Chiloé. Ancud, Chile: Imp. "Cóndor ", 1983.
MOLINA HERRERA, Evaristo. "Mitologí,a chilota". Archivos del Folklor e chi-
l eno, f ascículo nQ. 2, pp. 37-68. Santi ago, Universidad de Chile. También
en Anales de la Universidad de Chile, afio CVI II, nQ. 79 , 3er. trim. 1950:
37- 68.
MUNI ZAGA AGUIRRE, Carlos. "Mito y pequefias comunidades rurales: el 'trau
co' en Chiloé". Antropología, afio II, Vol. II , 1e r. sem. 1964: 49-64 .San
tiago, Universidad de Chile.
QUINTANA MANSILLA, Bernardo. Chiloé mitológico. Mitos - : Pájaros agor e r os
- Ceremonias mágicas de l_a provincia de Chiloé. Padre Las Casas (Cautín) ,
Chile: Imp. "San Francisco", 1972.
TANGOL, Ni casi o. Chiloé ... Op. cit.

(26) MARINO, Mauricio y Cipriano OSORIO. Chiloé: Cultur a Op. c i t., p .1 72.

(27) "El último Cacique". Vea, n2. 1831, 15 de agosto de 1974, p. 21. Santia-
go de Chile. Veáse en el anexo la foto con varias de sus mujeres y el
tercer párra f o.

(28) CAVADA, Franci sco. Chi loé y Op. cit., pp. 70 y 71. Veáse también N.
N.N. Op. cit . , pp . 23 y 24.

(29) El toqui era el jefe máximo de un paí s (Butalmapu). Mayor aclaración pu~
de verse en el doc umento del anexo: Principios y Op. cit.

(30) Discurso en conmemoración del primer aniversario del fallecimiento del


Cacique José Sa nt os Segundo Li ncomán Inaicheo (7 . 7 .85).

107
(31) Pr i nc i pios y . • • Op . c i t . Veáse e n el ane xo .

(3 2) Exposición de don Carlos Lincomán ante Philippe Greni e r , Francisco Colo


ane, Martin Ce rda , y Patric i o Manns ( 22 . 5 . 86).

(33) Entrevi sta en la Radio Es t r e l l a de l Mar para e l p r ograma "Voces Campesi -


na s " (1986) .

1 08
Foto n910. Don Benjamin Millalonco y su mujer la señora Hilda Llautureo con
una nieta (Marta) y un hijo (José Eulogio) , en la cocina de su casa en Natri .
(4 . 6. 86)

Foto n911. Construcción de la casa de don Santiago Llautureo en Natri. Desde


los cimientos (en ciprés) , hasta el techo (en este caso de canelo) se utiliza
la madera. (5.6 . 86)

109
Foto n212 . Camino que ~ondu~e a la
laguna de los Patos , llamada por
don Carlos Quilahuapi , por tener
tres islitas en el medio (quila -
tres, huapi = isla) . (2 . 1. 86)

Foto n213 . Trineo de don Pedro E. Guenteo (Coihui n) . Tirado por una yunta de
bueyes es el vehi~ulo que mejor se adapta a los ~aminos de la zona . Al fondo ,
a la izquierda , puede verse una "tran~a de varas " (portón) y un "~erao de quin
aho " (pared tejida ~o n ramas para delimi tar t i erras o mantener ~er~ados a los
animales) . (28 . 5. 86)

1 1o
Foto ng14. Molino aaaionado por una
aorriente de agua de don FroiZán
Teiguel en Chadmo Central . Gonstrui
do por don Carlos a comi: nzos de
1986 . Hay varios molinos de este ti
po en las aomunidades . Don José San
tos compuso una aanaión para uno de
ellos (Molinito de don Juan ).
(28 . 5.86) .

Foto ng15 . Los "Remer os de Gompu", aantando en Turist- Lapa (QueUón) . Kaplán ,
Tobi as y Ariel, son hijos del finado caaique don José Santos , el autor de Zas
aanciones . Falta eZ auar to aomponente del aonjunt o , Raimundo , primo de Zos an-
teriores. (22 . 2. 86 )

11 1
Foto n916. La seño-
ra Sara CuyuZ hilan
do en su cocina (Mo
luZco , Coihuin) . Hi
Zar Zana es uno de
Zos trabajos artesa
naZes que con más -
frecuencia realizan
Zas mujeres.
(24.5.86)

Foto n91?. Don Gar-


Zos haciendo chicha
de manzana con sus
hijos y niet o. A Za
derecha , Za máquina
de moler manzana,
tritura eZ fruto me
diante un rodiZZo -
con púas . La manza-
na molida se echa
en un canasto y pa-
sa a Za prensa (iz-
quierda) , La chicha
fresca cae en eZ baZ
de aZ ser apretada -
l a tuerca . (2 . 5. 86) .

Foto nE18. Carreta


construida por don
Carlos. Cuando uno
tiene que moverse
fuera de Zas carre-
t eras ripiadas , eZ
trineo y Za carret a
son vehicuZos imvres
cindibZes para t~ans
portar cosas de peso.
(31 . 3. 86)

11 2
5
Los huilliches y la ley chilena

1 . EL "PROC ESO DE TRAMITACION"

Los huilliches llaman "proceso de tramitación" al conjun -


to de diligencias y trámites legales necesarios para conseguir el
dominio sobre su fundo y, concretamente, un titulo de dominio gl~

bal, es decir, que abarque todo el fundo a nombre del cacique o


de la comunidad indígena.

El proceso de tramitación (mientras no diga lo contrario


me referiré al del Fundo Coihuín) , comen zó con la reorganización
de 1935 aunque, algunas veces, se coloca el principio en el pri -
mer documento del que se tiene noticia, la escritura de 1823. El
proceso de tramitación lleva, por lo tanto, cincuenta años largos
y su final se ve cada ve z más lejos.

El proceso de tramitación es transcendental para los hui-


lliches, desde el año 1935 constituye la historia de la comunidad
y sus hitos son más importantes que un cambio de cacique. Por ejem
plo, don Carlos recuerda más fácilmente la fecha de la exención
1 13
de contribucion es que la fec ha de la elección de su predecesor .
En los archivos de Coihuin existen numerosas versiones escritas
del proc eso que sólo se diferencian unas de otras en la extensión,
pero la parte común es idéntica, por lo que muy probab lemente se
han i do copiando sucesivamente quitando o añadiendo palabras y
apartados, según el fin que se quisiera dar a la nueva copia (1) .
Porque el proceso de tramitación se ha enviado a lo s cuatro v ien -
tos; a numerosas instituciones y autoridades, desde un funciona -
rio local hasta e l Presidente de la República. Se espera que la
retahíl a de pa l abras legales y nombres de funcio narios produzcan
en la sociedad el efecto requerido para conseguir el objetivo se-
ñalado al comienzo . Cuando haga referencias al proceso de trarnit~

ción , el contexto de la frase aclarará si aludo a las accione s de


los huilliches o a las vers i ones escritas de dicho proceso .

No es aquí el lugar adecuado para un estudio en profundi -


dad de la si tuación legal de lo s huilliches, pero dada la irnpor -
tancia que e llos confieren al proceso parece procedente estudia r
la peculiar interpretació n que hacen los i ndígenas de la leyes ,
los objetivos que se propone el gobie rno y, fina lmente , la situa-
ción de desvalimiento en que se encuen tran los huilliches en este
aspec t o . Los huilliches no han tenido una asesoría jurídica conti
nuada ; "no podernos pagar abogados" -dice don Carlos- . Otras difi-
cul tades para ello son la compl ejidad de su si tuación, sus dife -
rencias culturales con los abogados y l a lejanía de Castro o An -
cud , las ciudades más importan tes. En los siguientes apartados de
este capitulo estudiaremos ternas decis ivos del proceso de tramita
ción .

114
2 . LA EXTENSION DEL FUNDO COIHUIN

Cualquier aspecto del proceso de tramitación que uno tra -


te de aclarar , encuentra siempre cuestiones enmarañadas , vagueda -
des y fal t a de da tos y documentos . Así sucede con algo tan concre
t o como puede parecer la extensión de un f un do .

La escritura de 18 23 del Fundo Coihuín manifiesta unos lí


mites imprecisos; " a l norte nombrado ' Puenpún' y la marina con un
río, los límites del Sur, con río nombrado Coiguelbo , por el cen-
tro de la montaña , linda con la laguna de Natre, al norte, con el
río de Lepué" (2) .

En el proceso de tramitación hay una serie de puntos , an -


te cedentes del primer plano sobre el Fundo Coihuín . Son los siguieg
tes : "el 17 de Diciembre de 1943 , el señor Director General de Tie
rras , don Alberto Fossel, certificó la tramitación de dación de Tí
tulo y ordenación de la mensura del fundo Coihuín de Compu . El 16
de Febrero de 1944, el agrimensor de la oficina de Cas tro don C l~

doro Barril certifica haber dado t érmino la mensura en cont9rno


al fundo de la estaca nQ 1 hasta l a nQ 654 . El 9 de Enero de 1945,
el agrimensor don Roberto Monasterio Villalobos dio por terminada
la remensura del fundo Coihuín levantando el plano correspondien -
te con un total de 13 . 000 Has .". De este plano (escala 1 : 10 . 000) ,
se hi zo una reducción a escala 1: 25 . 000 en el año 1945 ó 1949 que
reproducimos al final del capitulo . La superficie total que apar~

ce en él es de 12.395 Has . de las que 3 . 000, aproximadamen t e , se


encuentran al norte del estero de Compu, en los lugares denomina -
dos Diaz Lira, Quemay y Pureo .

Los ocupante s de las tierra s al norte del estero de Compu,


no se consideraban indígenas, lo que indujo al fallec ido Cac iqu e
11 5
don José Santos L. a efectuar una "p ermuta" , es decir, a cambiar
estas tierras por otras que estuvieran desocupadas en la zona oes
te de la montaña. Don Carlos lo cuenta de la siguiente forma : "Su
fr ió una permuta esta cuestión, o sea, Pureo todo, pertenecía al
Fundo. Así que como Pureo estaba poblado por puros huincas, así
que en el Ju zgado de Indios que estaba en Pitrufquén antes, los
caciques allá fueron y José Santos dijo, bueno, le dijeron: '¿Por
qué no hace una permuta mejor?' - le dijeron la gente por allá-.
As í que h icieron la permuta puh. Y en ese tiempo, entonces, le
dieron la permuta hasta el Oceáno. El Fundo Coihuín corresponde
en estos momentos hasta el Océano, hasta el Océano Pacífico. En -
tonces, pero resulta que el documento de la permuta, el cacique
lo extravió; no sé si lo extravió el tiempo parece del terremoto
fue (1960), o de la persecución fue (1973); porque tenían eso, lo
tenían eso. Así que extravió el documento y ahora para encontrar
el documento es lo bonito, no saben dónde está metido. Porque al
tener una copia es fác il dar, pero no teniendo copia nadie le da
e l dato. Pero siempre la permuta, resuena la permuta. Siempre re-
suena la permuta y muy posible que hay que sendar de acuerdo a la
permuta. Si a nosotros nos llegan todos los títulos, bueno; pero
no porque nos lleguen los títulos nosotros vamos a dec i r: 'Esta -
mos conformes con eso', no; porque hay mucha gente que l e va a fal
tar tierra todavía".

La permuta se realizó, según don Carlos, alrededor de 1950.


El Océano se encuentra a una distancia de 25 Km. del Fundo Coihuin
y aunque t oda la parte oeste es selva virgen, parecen excesivas
las tierras dadas en la permuta.

El siguiente plano es reali zado por INDAP (Instituto de


Desarrollo Agropecuario) en 1983 con el objeto de parcelar el Fun
do y entregar títulos individuales a sus respectivos propietarios .
1 16
Una rep roducción de es t e p l ano se encuent r a t amb ién al final del
capitulo . La superficie que se entregará asciende a 10 . 541 Has . ,
lo que ha hecho reclamar a los indígenas porque en tienden que les
falta superficie . A las anteriores hectáreas habría que sumar
otras 1 . 279, cor respondien t e s a u surpadores e i ndígenas qu e , v i -
vie ndo de nt ro del Fundo , han t ramitado sus títulos de propiedad
anteriormente por otras v í as . El plano abarca , entonces, un t otal
de 11 . 820 Has ., quedando restos del Fundo sin medir hacia el oes -
te y sur . Como en este último plano no se t i ene en cuenta la su -
perficie al norte del es te r o de Compu (una s 3 . 00 0 Has . ) , s iendo
la extensi ón total parecida a la del ante rior p lano (11 . 820 + res
tos 1 12 . 395) , cabe pensar que los agrimensores han incluido la
permuta, aunque no hasta el Océano como pretende don Carlos .

3 . LA PROP IEDAD DE LOS FUNDOS

Los fundos de los hui l liches han tenido sucesivos dueños.


Sólo en l os últimos años , l os indios están llegando a ser propie -
tarios aunqu e no de la extens i ón y en l as c ond i ciones que e llos
desear í an (3 ) .

En los años 40 casi la mitad del Fundo Coihuin pertenecía


a la Sociedad Explotadora de Chiloé . En la parte habitada por los
indígena s ya se habían i nt r oduc i do huincas , el más importante de
ellos f ue don Timoleón Ba rría Triviño que ocup ó unas 600 Has .

En el año 1956 el Fundo Coihuin pasó al Fisco, éste l o ai


quirió al ganar una causa en tablada con la Soc i edad Explotador a
de Chi l oé (4 ) . La propieda d de l Fisco permitió que huincas y usuE
padores pudieran lega l iz ar su s propiedade s , b ien comprándose l as
al Fisco , b i en solicitando su concesión gr a tu ita alegando años de
1 17
residenc ia y otros requ isitos exigidos. Los huilli ches se vieron
asombrados y abatidos cuando comprobaron que el Estado daba las
tierras que les pertenecían a sus enemi gos . Los huilliches acept~

ban que los huincas vivieran en el fundo , pero era el cacique a


quien correspondía otorgar este derecho, no el Fisco.

El proceso de tramitación narra esta etapa de la siguien-


te manera : "Por reciente ley de propiedad Austral , con fecha 28
de Noviembre de 19 56 , ·el fundo Co ih u in fue inscrito al fisco, pa -
ra ir en contra l a socie dad Explotadora de chiloé, donde todas l as
comunidades Huill iches de chiloé pasaron ser fiscal es y negar el
propio derecho que le consernia a las comunidades , para opta r la
filtración de extranjeros y legarles el derecho como verdaderos
dueños arrendatarios" (S) . Es interesante comparar este párrafo
con la inscripción del Fundo Coihuín a nombre del Fisco (ver nota
4); si cambiamos "l ey de propiedad Austral" por "re solución judi-
cial ", el texto se vuelve más comprensible .

Otra versión del proceso de tramitación dice : "Por una re


ciente ley de propiedad austral siendo transitoria y con fec ha 28
de Noviembr e ·de 19 56 , los cae ique s le ob 1 igaron a in ser i b ir sus
fundos de dominios al fisco para ir en contra de la sociedad Ex -
plotadora de chiloé, para resguardar los derechos de las comunida
des . Esta acción fue una total violación de nuestro s derechos , lo
que perm itió la penetración de extranjeros y de los propi os crio -
llos usurpadores de tierras en tierras indígenas".

Los huilliches creen que el Fisco les traicionó . Piensan


que los caciques fuero n convencidos para que donaran los fundos al
Fisco , con el fin de que éste les defendiera de la Sociedad Expl~

tadora de Chiloé; es to sí hi zo el Fisco , pero despué s les traicio


nó dando sus tierras a los huincas. El Fundo Huequetrumao fue ins
1 18
crito a nombre del Fisco en el año 1971 y Guaipulli corrió la mis
ma suerte en 1972 (6) .

A partir de 1981, el Ministerio de Bienes Naciona les co -


mienza a trans ferir al INDAP los tres fundos indígenas de los que
era propietario, para que a su vez INDAP los entre gue a las comu-
nidades (7) . Cuando INDAP levan t a un plano del Fundo Coihuin en

estos años, diez personas pertenecientes al Fundo, habían ya con -


seguido un título de propiedad del Ministerio de Bienes Naciona -
les . Las die z personas suman un tot al de 1 . 279 Has . y pertenecen
a las cinco categorías de ocupantes (huilliches y hu incas , organi
zados y no organizados y usurpadores) . En tre ellos, al menos , hay
tres huilliches organizados , comuneros. Cabe preguntarse por qué
el resto de los indígenas no pidió la conce sión gratuita de sus

tierras a l Fisco. Ello se debe a que hubieran tenido que romper


con el principio de la propiedad común de la tierra . La única fór
mula que podía satisfacer a los indios hubiera sido que toda la

tierra del Fundo fuera del que desempeñara el cargo de cacique o

de la comunidad. Como esto no está previsto en la ley, habría que


haber buscado otras fórmulas (quizá la de cooperativa) que resul-
taban complejas (el plazo mínimo para su trami t ación es de seis a
ocho meses) y lejos del conocimiento y tradiciones huilliches.

Don Carlos y otros huilliches se molestan cuando se les

conversa de las ventajas de formar un sindicato o una coopera tiva.


No comprenden por qué tienen que organizar otras cosas cuando
ellos ya están organizados como comunidad indígena . Desconfían de
estos consejos y sospechan que se les quiere for zar a abandonar
sus costumbres; lo que en a lguna ocasión he comprobado que si era
cierto . Pero un problema grave es la falta de personalidad juríd!
ca de la comunidad , que le dificulta desenvolverse legalmen t e; ca
rencia que se solucionaría forma nd o un sindicato, por ejemplo .
1 19
4. LA POLITICA IND I GENA DEL GENERAL PI NOCHET

La política indígena de Pinochet se traduce en el Decreto


Ley nQ 2568 de 22 de marzo de 1979, en el que se i ntrodujeron al
gunas modificaciones formales (D.L. nQ 2750 de 1979), perrnane -
ciendo invariable su contenido f undamental. El citado Decreto carn
bió sustancialmente la Ley 177 29 de 1972 confeccionada por Salva-
dor Allende, pero dejándola vigente (8).

El Decreto es una alaban za de la propiedad privada, de l a


que se piensa es el deseo de los indios y el primer paso para su
desarrollo. Un conside r ando asegura: "La aspiración evidente de
los indígenas de llegar a ser propietar i os i ndi v iduales de la tie
rra, comp r obada por las divisiones de hecho que entre ellos han
efectuado". Establece el Decreto un mecanismo que puede ser desen
cadenado, de forma irnparable, por un solo ocupante (mapuche o huin
ca) de la reser va o fundo y que finaliza otorgando tí t ulos de pr~

p i edad a cada individuo. La filoso f ía subyacente es que nad i e pu~

de ser obligado, en contra de su voluntad, a permanecer sin su


propio titulo de dominio. La única forma de mantener la propiedad
común consiste en que todos los ocupantes estén de acuerdo con
ello.

La otra cara del Decreto es la sepultura definitiva de la


propiedad común de la tierra o propiedad indígena. Entre los con -
siderandos del Decreto Ley l eernos: " . . . la denominada 'Propiedad
indígena' ha sido fuente de numerosos problemas, los que han cons
tituido ser ias barrer as para el pr ogreso de la población indígena".
En una primera fase de la división de las comunidades indígenas
(así denomina el Decreto al proceso), se igualan a indios y huin-
cas en sus de rechos por la tierra: "Para los efectos de su divi -
sión, se presume de derecho que todos los ocupantes de una reser-
120
va son 'comuneros' de ella y tienen la cal i dad de indígenas" (a r t .
10). A partir de la inscripción de las h i juelas resultantes de la
división en el Registro de Prop ie da d, dejan de considerarse tie -
rras indíge nas. Las prev i s i ones del Gobierno eran "re gular i zar"
la propiedad indígena en un pla zo de cinco años. "Hasta 1980 se e s
tima habe r re gularizado más del 20% de l total de las res e rvas vi -
gente s en 1979, por lo cual se espera reducir, s i e s pos i ble, la
duración total del programa" (9).

S. LA DIVISION DEL FUNDO COIHUIN

Tres cartas recibidas de diferentes organismos indican


que a finales de la década de los setenta, las comunidade s indig~

nas de Chiloé renovaron sus esfuerzos para ser du eños de sus fun -
do s . En ellas se acla r a que el Fundo Co i huín no tiene título de
Merce d, e l ún i co reconocido por las autoridades chilenas, y que
su propiedad junto con los fundos Huequetrumao y Gua i pull i es fis
cal (10).

Durante el año 19 79 la Comunidad de l Fundo Coihuín debió


estudiar el D.L. n2 2568, porque ya en enero de 1980 tenemos no -
t i cia de una pet i ción par a que INDAP, f acultado por el citado De-
c reto para actuar en las comunidades indígenas, intervenga en la
adjud i cación de l Fundo (11). Esto no resultaba s e ncillo po r que el
Fundo Coihuin no era tierra indígena, sino fiscal.

En feb rer o de 1980 el Presidente Pinochet visita Chiloé y


tiene una entrevista con los Caciques D.José Santos y D.Pedro Hu e~

teo. En ella los indígenas l e piden: " ... t e nga a bien entregar-
nos la tier r a de las 12.000 Has. con un titulo global de domin i o
a nuestra comunidad y conforme a la nueva Ley I ndígena lib r es de
1 21
contribuciones de bienes raíces" (12). Los huilliches solicitan
algo contradictorio, un titulo global según el D.L . 2568, que pr~

cisamente está elaborado para terminar con los títulos globales.


Pinochet no tendrá en cuenta el titulo global, pero si dará las
órdenes oportunas para que el Fisco transfiera a INDAP los fundos
y éstos puedan entrar en el mecanismo de división del aludido De-
creto . Una car t a del Vicepresidente de INDAP da cuenta a don José
Santos de la marcha de su solicitud durante el año 1980 (13).

El año 1981 es decisivo para la división de los fundos.


Una carta del Ministro de Bienes Nacionales confirma la transfe -
rencia de los fundos a INDAP (14). El 15 de enero se celebra una
reunión en Compu, de la comunidad con una comisión de INDAP, en
donde se aprueban las propuestas de este Organismo. El 18 del mis
mo mes se realizó una reunión del Consejo Sectorial con el Sr.Sid
ney Salinas (INDAP) en la que los huilliches insistieron en tener
un plano común. Esta demanda será satisfecha del siguiente modo;
el Fundo es dividido en tres partes para facilitar su mensura y a
cada propietario se le entrega junto con su titulo, un plano de
la parte donde está incluida su parcela. Esto facilita una visión
de conjunto, sin embargo no llena la aspiración huilliche de te -
ner un titulo global.

La decepción de los huilliches fue en aumento cuando ad -


virtieron que los agrimensores median según las indicaciones de
los particulares, mientras la opinión del cacique no era tenida
en cuenta. El Cacique don José Santos escribió al Gobernador Pro-
vincial una carta (27 . 10.81) de donde sacamos el siguiente párra-
fo: "1Q. Es tando toda la Comunidad Huillíche de Compu de acuerdo
a la presente ley indígena nQ 17.7 29 confirmada por nues t ro ac-
tual Gobierno, sin en cambio hemos sufrido y lo es t amos con inCOQ
venientes, uno por no estar de acuerdo a la presente ley y otro
122
por la comisión de Ingenieros en sus determinaciones a favor de
los particulares. 22. La comisión de ingenieros en su primera et~

pa de medición ... no tomaron en cuenta lo que el Cacique le die -


ra a conocer sobre la medición a particulares que sólo debían li -
mitarse a sus documentos en cuanto a la compra de sus tierras a
antiguos comuneros que por necesidad han sido vendidas, no siendo
dichas palabras escuchadas los ingenieros repartieron tierras a
particulares y a quienes más necesitara" . A continuación se exp~

ne casos concretos de usurpadores. "32. En la segunda etapa por


medir donde están los más grandes acaparadores de tierras, este
trabajo para nuestra comunidad va a ser más duro y peligroso , don
de no podemos permitir las cosas que ocurrieron en la primera eta
pa". También se especifican casos de acaparadores de la segunda
etapa.

La carta continúa diciendo: "De todo esto se necesita auto


ridad para que el cacique y su consejo tomen los trabajos de ali -
neaciones de predios y aberturas de sendas en tierras Huilliches,
dentro del fundo Coihuín" . Y termina pidiendo: "Por todo lo rela-
cionado a lo expuesto, solicito ante Ud. sefior Gobernador, como
que soy cacique y junto a mi consejo, una autori zación por escri -
to de su parte, para que, como jefe de mi raza tenga autoridad de
Gob ierno, en el campo en que me pertenece actuar como verdadero
Cacique y jefe de comunidad Huilliche. Solicito además fuera del
título individual de dom i nio, que nuestras reservas forestales
sean de la transferencia autori zada y el goce sea en comunidad tan
toen lo forestal , como playa y mar en sus respectivos límites y
libres de todo impuesto fiscal ... ". Naturalmente la solicitud de
don José Santos no fue escuchada porque los ingenieros actuaban
ateniéndose estrictamente a la letra de la ley, dando a todos los
ocupantes el mismo trato y legalizando la situación de hecho que
hubiera.
123
Corno l os agr i me nsores con tinuaron sin ha cer caso del cac i
que , l os hu i ll iches pidi eron que se ret ira ran , rechazaron lo s tí-
t ulos ind i v i duales y amenaza r on con recur rir al Presidente de la
Repúbl ica , si es qu e e r a necesario . Per o todo fu e en vano ; basta -
ba que un ocupante se l e s opusiera par a que la divisi ón del f undo
continuara ha s t a e l fi n.

En e l proceso de t r amitación poderno s l eer : "El 27 de fe -


brero de 1980 nuestro f undo pa s ó a per t enecer al I nsti t u t o de de-
sarrollo Agrope cuar io donde vino l a pa rcelación de l os f undos in-
d íge na s. Empez ando un s egundo proceso de tramita ción y corno son
leyes transit or ias noso tros se gu i remos · tr amita nd o para el s iste ma
global de tierras y sean (s i gan) siendo exent as de avalúo f i s c al
mien t ras mundo sea " .

Otra versión del proceso (4 .11 .83) dice : "D e l as 13 . 000


Has . que da t a e l plano or igina l de l Fund o Co i hui n solament e le en
t r egan 10 . 000 Has . Esta entrega de t ierr as ind í genas no es so l a -
mente a los du eños herederos de l fu ndo , s ino qu e tamb ién y en ma-
yor e s c ala le e s t án e ntregando a l os hermanos Huincas , decisión
que han tornado l os inge nieros por s í s olos corno qu e son los manda
mases de a cuer do al camb io de l ey ". " .. . el s i st ema global de ti-
tulo de dom inio no se pue de pe rder lucha r emo s y seguir esmos l ucha~

do par a mantene r nuest r a a ntigua posición de acu erdo al Tr a tado


de paz ... " .

Cuando dejé la Comuni dad Indígena de Compu la div i si ón e~

taba muy avan zada e n los tre s fundos que pe rtenecie r on a l Fi sc o .


Todo e l Fundo Coihuín est a ba me dido y s ólo falt a ba entregar los
tí t ulos a los propie t a rios de la segunda y tercera parte . Es difí
cil e valuar qué hu bie ra sido mejo r para los indíge nas , p or que no
t enían muchas a lterna ti va s; sin embargo es s eguro qu e si hubieran
1 24
c onocido bien el Decre t o Ley n2 256 8, no hu bie ran emprendido l a
d i visión de lOS fun dos .

6 . LAS CONTRIBUC IONES FI SCALES

La exención de cont ribuci ones es uno de los pr i me ros y más


important es éxitos l ogrados por los huilliches . Don Car l os cuen t a :
"As í que en l a época de él (e l Fisca l don Gu i ll ermo Cheuquemán) v~

no la exenci ón del pag o de contribucion es de haberes . En l a época


cuando empez ó el Fisca l a ges t iona r, porque l a exenc i ón v i ene a
nombre de l Fis c a l, t al fu l an o . De l año 1938 , en e s e t iempo que dó
exento de pag o el Fun do Coihuín. El Fundo Coihuín y t odo e l res to
de la Comun idad Hueque trumao t a mbién, porqu e tiene el mismo tiem-
po de or igen".

El proceso de tram it ación dice al r espe cto: " El 17 de No-


v iembre de 1938, el fundo ' Coihu in ' quedó exen to de aval úo f isc a l,
por derecho de pr opiedades ind í gena s ~e Ch ile , s i gnado con el n2
997" . Con l a misma fec ha queda un papel , cu idado por don Carlos c o
mo una r e l i quia, y que , según él , es el cert if icado de exenc i ón de
con t r i bucione s. Di ch o pap el f ue mos t ra do por don Carlos al Obispo
junto c on la foto copia del Trat ado de Pa z de Os orno. El pape l de -
clara: " TRI BUNAL . NOTIFICACION. Ancud , 17 de Noviembre de 1938 .
Muy seño r mi o : Con fec ha de h oy se ha f a ll ado l a re c l amación inter
pue sta por Ud . r el aciona da c on e l ava lúo del pre di o Coihuin s ign!
do con e l n2 997 en e l rol prov is orio de l a c omuna de Queilen y
e l Tribunal ha resuelto : No siendo de incumb enc i a del Tribunal
a l a Of. de Imp . correspondie nt e acompañando documentos que ac red~

t en la sol icitud . El Sec retari o" . ( " Guill ermo Cheuquemá n . Compo-
Que i len" al do rs o) . Es dif ic il cree r que esta no t if i c aci ón s i gni f~

que , de a l guna f or ma , una e xención de i mpuestos ; más bien da a en -


125
tender que los indios debían haber ido primero a la oficina de im
puestos antes que al tribunal. ¿Por qué los huilliches interpre -
tan esta notificación como una exención?. Es probable que la ofi-
cina de impuestos otorgara la solicitada exención y los indígenas
atribuyeron el hecho al tribunal, como s i e l tribunal hubiera da-
do alguna orden a la oficina de impuestos. Por todo ello los i n -
dios dan tanto valor a la notificación.

A partir del año 56 las tierras dejaron de ser legalmente


indígenas (si es que lo fueron antes) y pasaron a ser tierras fis
cales, entonces el pago de contribuciones hubiera resultado ridí-
culo; siendo el Fisco dueño, ¿cómo iba a pagarse a si mismo? (15).

Después de la d ivisión de los fundos, ¿Tendrán los huilll


ches que volver a pagar contribuciones?. Es una incógnita porque
la situación es confusa. La Ley 17.729 sobre Protección de Indí g~

nas, modificada por los dos Decretos del actual Gobierno, dice en
su art. 66Q: " Estarán exentos de pago de contribuciones fiscales
los predios de comunidades indígenas" . Para los efectos de la an -
terior Ley, las tierras son indígenas mientras no se divida~ (art .
1Q); por lo tanto si se div iden , dejan de es tar incluidas en la
citada Ley y no se les podría aplicar el art. 66Q; concluiría la
exención. Por otro lado, en el proyecto de división de las reser -
vas que el INDAP elabora ha de señalarse: "Las hijuelas en que se
proyecta dividir aquélla, i nd icando sus superficies y linderos,su
avalúo fiscal proporcional correspondiente y los adjudicatarios
de cada una de ellas" (art. 10Q). Se puede sospechar que se nece -
sita el avalúo para posteriormente pedir el 25% de contri bución
territorial.

Se fo rmularon quejas al Gobierno, acerca de que se oblig~

ría a l pago de contribuciones y respondió: "Difícilmente podría


126
cons iderarse una presi ón o amena za la aplicación de un a ley . No
obstante ello, no tenemos conocimiento de tales amena zas , por lo
que ser ía a l tamente instructivo conocer los casos concretos" (16) .
En Chiloé los funcionarios prometieron que no habría que pagar
contr ibuciones. En mayo de este afio hicieron la di stinción en tre
comuneros (organi zados en las comunidades) y no organi zados ; lo s
primeros seguirían exentos , pero no los segundos.

12 7
NOTAS DEL QUINTO CAPITULO

(1) En el anexo se puede consul tar la versión incluida en el documento : Hi s -


toria del Puebl o Huil liche de Chiloé .

(2) La escritura de 1823 f ue p rotocolizada ante el Notario de Castro en 1897 .


La protocol ización se ha incluido en el anexo .

(3 ) DONOSO , Ricardo y Fanor VELASCO. La propiedad austral (1928 ) . Santiago,


Chile: ICIRA , 1970. Este libro explica l as prácticas e i r r egula ridades
en la formación de la p r opiedad e n los primeros afios de l a Repúbl ica . El
capitulo VI está de dicado a Chi l oé , pp . 209-247 .

(4) En la Notaría - Conservador de Bienes Raíces de Castro , encontramos los


siguientes antecedentes (fo jas 403 Vta . , n2. 528 del Registro de Propie-
dades de 1956) : "En Castro a veintiocho de noviembre de mi l novecientos
cincuenta y seis . El Fisco e s duefio del fundo Coihuín de una extensión
aproximada de diez mil hectá reas , ubicado en Compu , Comuna de Quei l en de
este departamento y que deslinda; Norte , la marina y el fundo Pumpene ; E~
te , la marina; Sur, el rio Coiguelebu y el fundo Compu; y al Oeste , la~
na Natre y cordillera . Adqui rió este fundo en virtud de la Resoluci ón j~
dicial dictada por el juez titular del segundo juzgado de Valdivia en la
causa Rol , número veintiocho mil ochoc ientos diecisiete , de fecha nueve
de noviembre de mil novecientos cincuanta y seis , seguida por el Fis co
en contra de la Sociedad Explot adora de Chiloé y diligenciada ante e l Juz
gado de Letras de este Departamento . Se procede a esta inscripc ión e n vi~
tud de encontrarse i nsc rit a l a propiedad deslindada a fojas ciento tres ,
número ciento ochenta del Regis t ro de Propiedades de mil novec i e ntos
veintiocho . Se deja con s tanci a que no se acredita el pago de la Contrib~
ción a los Bienes Raíces , por e s t ar e xe nto el Fisco de dicha contribu -
ción". Aquí hay una pis ta para buscar l a anterior i nscripci ón de l Fundo
que estaría e n f o j as 103, n2. 180 del Registro de Propiedades de 1928 .

( 5) Historia del Puebl o Hui lliche de Chiloé , veáse anexo .

(6) Carta de la Oficina Provincia l de Tierras (Castro, 25 . 7 . 79). Veáse a nexo .

(7) Carta del Ministerio de Bi enes Nacionales (Santiago, 19 . 1 . 81) . Veáse ane
xo.

(8) Una buena exposición de la polémi ca provocada por el Decreto es : PROGRA-


MA DE ACCION SOLIDARIA . Dossier de la situación mapuche chilena y la po-
lítica mapuche del régimen del Presidente Pinochet . Temuco , Chile : P .A. S .
1981. También puede leerse el "Informe sobre la división de las tierras
mapuches según el Decreto Ley n2 . 2568", presentado por el Obispo de Te-
muco , Mons . Sergio Contr e r as Navia el 27 de diciembre de 1980 . Más am -
plio en el tiempo es e l l ibro de Gonzalo BULNES A. Los mapuches y la tie-
rra . Política y legislac i ón chi l ena respecto al pueblo mapuche . Santia-
go , Chile: P.A . S ., 1985.

(9 ) Documento e n r espues ta al Informe del Obispo de Temuco , e n : P . A.S . Do -


ssier de la sit uac i ón ... Op. c it .

128
(10) Carta de l I . D.I . (Osorno, 2 . 3. 78) . Veáse ane xo . Cart a del I . D.I . (Temuco,
29 . 5 . 78) . Veás e anexo. Carta de la Ofic i na Provincial de Tierras (Castro,
25 . 7 .79) . Veáse anexo .

(11) Carta de INDAP (Castro, 23 . 1 . 80). Veáse anexo.

(12) Carta dir igida al Presidente Pi nochet (Compu, 26.2 . 80). Veáse anexo .

(13) Carta de INDAP (Sant iago, 9 . 5 . 80) . Veáse anexo.

(14) Carta del Ministerio de Bi e ne s Nacionale s (Santiago , 19 . 1 . 81) . Veáse ane


x.o .

(15) Leáse la i nscr i pción del Fundo Coihuín en la nota (4) .

(16) Documento e n respues t a al Inf orme del Obispo de Temuco, en: P.A.S. Do -
ssier de la situa~ión ... Op . cit .

1 29
(")
>
(./)
~
~ "'>
PLANO FUNDO COIHUIN ::0
e5CAI..A /:25000 o t:l
PDOlnN(IA CHttOC
tT1
IZ J95 ,--., t-
O~PTO CASTRO s~" .,~:~N tot«
COMVNA. QVEILE'N .Su.~U'~rH •<~~p<~~• por .,¡,,Aos l. z 10 .....
L(IOA-'P COHPU Ot:•¡wt. ,-k.bplttl•<lo'4 6 ('/tiloi S. IZS 1.0 'T1
.,.. e::
V1 z
'-J t:l
o
... (")
o
1-1
:'
::r:
.. ····.... e::
H
'····"''··-
...•....·········'.
rJ··. . . \..... J.14~. ...: / ·····¡ z
_
.._... /NOI(i CNA'
···. 1C it14(NOJ CONC~ OIOO$ tT1
h \'._¡ t-
?'I I'ULO Cl'f /1 fUI ro
··............./ >
td
$iJ III I II"CI ( tot.1 ,.,,.
~\~:r::;~s:z.: _.:~.- o
........ --, .. -.··-":~· \·-
...._ ··.., ~
fNOJ GC"NA$ {~ \ ' t:l
,..
_. o
, Vil
(J.I ·,,
o '· .,
' ·,·~:::?'
o
"'
::0
• Jv• N 4 ..,,.,.), o •
l! t-
\-..-~:~·: COHPU
CNAO
, _H4. WCH¿¿< >
~
' VI o
~ J)IIIIICIII'ICI€ SJ 7 4
..o SUP~tt' S'ts NA
~
! í~Vo-GOI-41
'T1
H
'·,
'-........ (")
H
---.............._, z
>
t:l
1 tT1
~
H
tT1
::0
v·s·
~v , ,) ~
.JC~~ OCP fO Héi'ISb RA
(./)
o O G
t:l
i lJIW:u- •t• "' .... ., , ,.
(::·, cf"'ORf<;J j tT1
, V"f>;) tOIH<;o"' 4 #I C • o • ........ 0110 J_yg/
(:».#t((/ 0 ....... .,... . , . . .. .,, , ...
.So) r t é OA O 1
• • ••t.-. • • •de., ··~~ C X PL O lA DORA oc CIOtOe
' ,o /
--:-~~
.. ~
'1J
·- ;¡:....
t:J
tr1
liJiil Primera parte del Fundo ( títu los entregados ) 2.039,60 Has . t""
R E STO ~ 2 .60 4,31 Has.
~Segun ct·a parte •. ..........••....... ...•..•....... 'TJ
t::tt:::::l Tercera parte .......•.. .......•••....... ........ 5.896,87 Has. e::
z
t:J
Subtotal ............... .......... ............... 10.540,78 Has. o
(")
DE L 1.278 ,77 Has. o
e===) Títulos entregados por Bienes Naciona l es H

TOTAL 11.819 ,55 Has.


::r:
e::
H
z
~ ~ ~ o tr1
" U N DO t""
;¡:....
td
o
~
t:J
..... o
VI
'1J
o
:::0
H
z
t:J
;:t>
"'J
Jo ,-.,
~
~
00
VI
'-'
PUNOO • u A t • UL L I

/> , ,
HIH ISIEAoO IX AGR ICULTURA NOA P !
,-,.-..-.-.,- .-,,-<••··"•"'·- - ----, S e
4 ••'"w• n u ~ "'"" "' .,.... ,, c .c~~a.
~"o• l ~ltC.IIC IO U 'f l~ 1 n.-. Ol~

~ • f!ttftc! .!!~~ ~~! (UHlO!~ ~


S U.l CACIOM
1
..,.,~..... ~ ~ 11 1\ CII!
..... . .
~:_:_~_ t...,.•l too••l.l ~
6\JPI Irl,l( ~ - - - --··
11 ...
lU4oU llt. t
..Jt ,.,,u
_ J!. U H ·I1 ~!.t -
___, o•~!:;--. -~!~.! .... ~
.
· ·-~~ ~'~f1tl~~·' f_l_··~~----~
Anexo

13 2
HISTORIA DEL PUEBLO HUILLICHE DE CHILOE

Ante s d e l a llegada de los Es pañoles e n chile y por supues to a chi loé ,


las tie rras ya eran habitadas po r l os Huilliches y nue stra cultura depend í a del
imperio de l o s inca s (Cusco Perú) e n ese entonces dominó el Rey Inca Atahual pa
asesinado por mandato del español Francisco Pi zarro. En t oda ceremonia o Guilla
t ún se recuerda a Atahualpa que llegará nueva me nte su dominio espiritual a nues
tro pue blo .

El domini o de nuestras tierras como poder tramitado data de l tiempo


de don Ambr o sio O'Hinggins como gober nador de chile y virrey de España . Las t ie
rras Hui lli ches de chiloé f uer on dominadas siempr e p or caciques hasta esta fe
cha por las tres comunidades actual es que reviven y vivirá n p ese a c ualqui er
circun s tancias .

Lo s dominios s i e mpre fue r on e n un sistema global o fundos .

Después vino la penetración , en los puebl o s Huil l i ches , los curas for
mando cura tos , igl esias y ampliando la doctrina Cr i stiana ejerciendo l a ley de
diezmos y primis i as para l a Iglesia de Dios . El e s tado tampoco podía quedar sin
participar a est os muy par ecidos beneficios .

Se empeza ron l a d ivisión de las tierras de los f undos , a cada vivi en-
te se le entregó un a esc r i tur a según e llos para a s egu rar l a posición d e l a tie-
rra . Como ver dader o dueño esto cor responde como l a primera violación de nue s tro
derecho después de l a paz jurada del término de l a guerra del indi o con el esp~

ñol donde s e ha dicho y ha quedado como testamento que las t i erras indígenas s~

rán r e spet adas a sus pr opios due ños mientras mundo s ea y libres de t odo impues-
to fis cal s in v iolación de facul t ades .

Empieza l a gravac i ón de t i erras i nd í gena s por la divis i ón de los fun -


dos en leyes t r ansitorias .

Nuestra r aza e mpieza a sufrir grandeme nte porque cada seis meses t e -
n ía q ue pagar dichos i mpue stos y t ambié n nuestros hermanos c riollo s s ufren las
mismas consecuenc i a s porque había que pa gar diezmos y primi sias a la Igl esia de
Dios e imp uesto s de gravamen por la tierra .

133
Pasaron años , muchos suf rimi entos por l a justicia , grandes pobrezas,
e ncarcelamientos y multas, cuando no se daba cumplimi e nto estos v i ol ados dere-
chos .

A est a terri ble tragedia repercutió hasta l os más humi ldes habitan -
tes.

Al saber estas injusticias un hermano cacique de Osorno ; Juan Fermí n


Lemuy Treumun llega a nuestra i s l a a contactarse con sus hermanos Huilliches
acompañado por su consej ero José del Carmen Loncochino Guenchuchipay y su se -
cretario Luis Marián . Los pr i meros contactos los h izo en Tri ncao de l a comuna
de Quellón.

En una reunión de más de 200 personas Huil l i ches j efes de hogares qu e


están sufriendo grandemente el proceso ilegal de sus tierras , el cacique Juan
Fermín Lemuy T . una vez escuchada la exposición de Cipriano Guentén de Trincao
y de l egados Huilliche s de d i stintos sec t ores se acordó que cada fundo sub- divi
dido f or mar an consejos orgánicos para que cada fiscal encar gado siga un proce-
so de t r amitación buscando los antecedentes ori ginales de cada cacique , quie -
nes eran dominantes de los f undos antes de ser subdi vididos y una vez encontr~

dos estos antecedentes y document os buscarle la validez_ correspondiente ante


las autori dades respectivas .

Así fue como el f undo Coihuín de Compu del antiguo domini o del Caci-
que Miguel I naicheo se f ormó o se reor gani zó como tal , el consejo Mapuche Hui-
lliche de Compu, con una asamblea de más de cien (100) jefes de hogares con la
asistencia del cacique en visita y su secretari ado s i endo el año 1935.

Se nombró de fiscal presidente el fallecido hermano Guillermo Cheuqu~

mán Llancalahuéri y como secretario su hijo Benedicto Cheuquemán Mil lán . Conse-
jeros: José Santos Lincomán Inaicheo, Francisco Panichine Chiguay, Juan Pani -
chine Maripillán , José del Tránsito Nauto Nauto , Juan Nauto Ant ipani . Empieza
el proceso de Tramitación del fundo Coihuin y de todos los fundos que optaron
esta disposición .

Proceso de Tramitación

El año 1936 fue encontrado el documento de dom i nio del fundo Coihuin
de Compu de lo cual consta la escr itura vigente hasta estos días.

El f undo Coihuin data desde t i empos colonial es , s i endo reconocidos


nuestros de rechos por los antepasados y representantes del Rey de España en chi

134
le, el 10 de Novie mbre de 1823 y protocolizada nuestra Escritura en la notaría
de Castro el 23 de Mayo de 1897 .

En J u lio de 1938 , el entonces pres ide nte de l a Re pública Em . Señor


Arturo Alessandri Pa lma ; qu ien ordenó la tramitación de validez de nuestro tí-
t ulo global .

El 17 de Novi e mbre de 1938 , el fundo Coihuín de Compu queda e xento


de aval úo f i sca l s i gnado con el n9 99 7 .

El 17 de Diciembre de 1943, el señor Direct or Ge ne ral de Tierras,don


Alberto Fosse l, certificó la tramitación de dación de Título y ordenación de
la me ns ura de l f undo Coihuín de Compu .

El 16 de Febrero de 1944 , el agrimens or d e la oficina de Castro don


Clodoro Barril cert i fica haber dado término la me n sura en c ontorno al fundo de
la es taca n9 1 hast a la n9 654.

El 9 de Ene r o d e 1945, el agrimensor don Roberto Monasterio Vi llalo-


bos dió por terminada l a Remensura del fundo Coihu í n l evanta ndo e l p lano corr es
pendie nte con un tot al d e 13. 000 Has .

El 21 de Noviembre de 1948 , la comunidad exte nd i ó a mplio poder al Ca


c i que heredero de este fundo , José Santos Lincomán Inaicheo , para que lo repr~

s ente ante l as a utoridades de la República y servicios públicos, en todo lo que


se r e lac i ona con l a tramitación del expediente, sobre a notación de títulos del
f undo Coihuín, s i e ndo e ste poder autor izado protocolizado en la notaría de Cas
tro e l 16 de Noviembre de 1950 .

Por reci e nte l e y de propiedad Austra l, con f e cha 28 de Noviembre de


195 6, el fu ndo Co ihuín fue inscrito al fisco, para ir e n contra la s oc iedad Ex
p l otadora de Chi loé , donde toda s l as comunidades Huilliches de c hil oé pasaron
ser f i sca l es y negar e l prop io derecho que le con ser nia a l as comunidades, p a -
r a optar la filtración de extranjeros y l egarles el derecho como v e r daderos due
ños a rrendatarios .

Se despi s tó la sociedad Explotadora y luego fue t r a nsformada en Fog~

chil domi n io Fra ncés del Conde Timoleón DelaTa lle ; sociedad Forestal y Ganade-
ra de Ch iloé Ltda . con domi cilio en Valparaíso . Socios e xtranjeros : Sociedad
Anónima Exp l ot adora de chiloé con domicilio en Va l par aíso , Sociedad Francaise
de Sucre ries du chili (doro. París) , Strore Kopparberg Be rgalags Oktiabalag Ta-
l e ni Suecia , Societe de Banque de Participaciones Va l me y Pa rís Francia, Arman

135
do Braun Menéndez Buenos Ai res , Argentina . Dueños de medio chiloé al Pacíf ico,
con un total de 167.104,70 Hectáreas . De esto toman posesión de l fundo Incopu-
l l i de Yaldad , Huequetrumao de San Antoni o de Chadmo y Fundo Coihuí n de Compu.
Est as t r es comunidades que son l as únicas organ izadas hasta el momento son afee
t as a esta posici ón.

Del año 1981 y 1982 por decreto ley 2568 , derogación de la l ey indí-
gena n2 17 . 729 de 1979 , las tierras indígenas y Huilliches de Chiloé pasan a
pertenecer al Instituto de desarrollo Agropecuario de l a Dirección General de
Asuntos I ndígenas con asiento en la Unión. Llega la orden para el fundo Coihuín
l a parcelación , dándose comienzo el año 1981 como primera parte : encabezado por
e l i nspect or geodest a y j e f e de l Gabi neto Técni co de Asuntos Indígenas don Sy~

ney Salinas Carriaga; se han medi do 2 .907 .hectáreas y entregaron títul os de do


minio y alambre para cierre de l os predi os .

1982 . Sigue la segunda parte de medición con un total de 2.656 Has.


todavía no se entregan los títulos . Faltando la 3~ etapa de medic i ón.

De las 13 . 000 Has. que data el plano origi nal del f undo Coihuín, so-
lamente le entregan 10 . 000 Has . Esta e ntr ega de tierras indígenas no es sol a -
mente a l os dueños herederos de l f undo sino que t ambién y en mayor escala l e
están entre gando a los hermanos Hui ncas deci sión que han tomado l os ingeni e r os
por sí so l os como que son ellos los mandamases de acuerdo al cambio de ley .

El proceso todavía no termina en el fundo Coihuín de Compu , f a lta


Hueque t rumao de San Antonio de Chadmo; recientemente entregaron títul os de do ~

minios en e l fundo Incopulli de Yaldad por la oficina de Bienes Nacionales, p~

queñas entregas que no corresponden a las dotaci ones de los fundos en trámites.

Los fundos en estas actividades son: Fundo Coi huín de Compu del Cae!
que José Santos Lincomán Inaicheo, Huequetrumao de San Antonio de Chadmo del
Cacique Baudilio Neún Rain, Incopulli de Yal dad del Cac i que Estanislao Chiguay
R.

Las tres comunidades Mapuches Huil l i ches están integradas a la sacie


dad Nacional de Admapu con asiento en Temuco y por el mismo sentido también
nos s entimos i nt egrados a nivel Internacional con asiento en Canadá, Defensa
de los Pueblos Indígenas del Mundo .

Las comunidades Mapuches Huil liches de chil oé l as l eyes derogadas,


son leyes que las cons i deramos t ransi t or ias nuestras comunidades el sistema
global de tít u l o de domi ni o no se puede perder , lucharemos y seguiremos luchan

136
do para mantener nuestra ant i gua posición de a cuerdo a l Trat ado de paz tal c ual
l o e j ercerá todos los Huil liches desde Va ldivia hast a Chi loé . Est a mos t rabaja~

do con la p e rsonalidad juridica n2 633 D.L. 2.757 de Admapu.

Las t res comunidades nuestros probl emas son s i milares y tenemos un


s olo organismo que se llama : Gran Consejo General de Comunidades Mapuches Hui -
l liches de Chiloé (lo que d i ce en el membrete ) .

Este documento va autorizado por el Consejo Ge ne ral para la Coordi na


dora Multis ectorial del Sur de Chile, Puerto Montt .

Compu , 4 de Noviembre de 1983 .

José Santos Lincomán I naicheo


Cacique Grl . del Consejo .

Hugo Ant ipani Ch . Carlos Orlando Lincomán L.


Presidente del Consej o General. Secretario General.

137
PR.oo:'OCOLIZACION

EGGRITURA No . 132 .-
En la ciuduu de Gest:¡;oo ;· ~- ve,:tnte y tres de t.:ayQ de: !!tl.l ochp.,.
..

c-iento s ~oyeni;a y siet~,~ ·6nt ~~ mi , y tes tigos que ~ · ·.!8 · a.onc:l~


"si6n ne ~presar.iln, compa:ccciero~: ñon Bened·i cto Gll.eug~o;:z.Jhi-1-·
Lon~u:-l::t o , don José Snntc- s Li:nco i·lan 7 cton -l'rr:~-
Joú 1?u:d.simo

los. tr.e·s -p.ci:na:r.'(Hl d3l distri to d~ Gcmpu" subdelP .g::tci6n de


Queil en.~ ~n é!>te d~n>a J:t am~nto~ y de lA sub-de l egac.fo n
de ~-.e

r-'30 .ue é~.te raisroa dep ar ta~e nto., ·lo~ tr.e s úJt:l"mo s ~~- ~•
e-a~d.~ :a quié..'"lfH! conozc o y dije.ron-:- -Quh ~en~n a p.ro.:eaeo~

e:.~. ~~guan:te. ·aocul!e nto: E'll la c ·a pil:la· de co~p'l;l~ a. d'i~~· ~~

de Novlem bre de mil ochocie l'!tos vcin-t:o y ~-..A~


d·el n~s

Sap_tia·go ~6cez.., Ca:pitá1 1 con grado de Tenie-n ta Ce::~ O~


Clan·t e·. ~1-il~:tar., Alca-ld:a Consti tucion al .de Chonch o y .QWtile~
y en· curoplil ilieni!o de · la 6·rd~n del Señor ·Gobern adQr d.~ la Pro--

·vineia , d'eJ.. safio~ Y.inist.r -o. de 1.:3 ~acienda Uag:i,.o tlal -aeg,(m c'Ol"
cret'O del nueve .d e Scptiel :lbre- d·e l 11.re-s~n te- aña• ..Paát; ·a 'la
costa de Poyos , en comprt) ncf.ún de Qu~ilen y al e.feoto c}e . ·:ce-
..::n>-.loccr. y jus,ti.f icar los potrer os realen~os que p;ozan suG
l1nbitn nte G en consec uenc i a recono ció . pÚblica mer:te a··l potre:r o
que posoe el caciqu e don Miguel In.a~heo y su s vasallo s Seve--·
rL~O CheuquP .mán t I~nocio Hañso, Ignacio Loncua nte con cita-

cié-n de- lcr-~ dos !leri tos ta sad or ez qua lo fu•;.c•on el sub--te -
n::i.en.te d.e mi lic ia don Juan crn:ca m o~ el Ag:rimn nsor don 'talen-

138
hall ·sufrido en ha·ll.arse el te)..':l':..eno y haber easta1lo co~o cien
~l3o a en. d·i~.tint<,HJ . pleitos qu~ su.f.ie1·on en de:fendc:!' sU:Z dere-
eb.os .. siendo loe eol:!prend idos !o~ si~uientes dE! todo::; :l os
del pueb.lo, los cnálo n se le dá lá posesión. del petrera en el
nombre .del rei para que lo gocen c.o n sus babita,n.t es , .o l nor-
te nombrado . "Puempun" y la rnsrina con \:.n río ,- los línitGs
·de l · SUr:, con d.o nombr.ado Coiguelbo , por el centro de la I·ton-
·t a.fía, l inda c·on l a la~"J...'"1.3 de Natre • . al norte , con (?l rio de
Le~. ·q uedando order.edo par.!l el mes de Febrol:o · sa t is!agan:
·a la C·aJg re~l 1.0s ci.tados qt!i."lca pe~cs q\led;:mdo libre s la
ea=r~a de pago f.·ar a f;U ~ ee;l!ri~at'! y vrop.i ed nd ;¡ sns linderos

t:.;)n. el estl!e;q de :rcompo" al sur , :.:.na cr1;2 pues:t;l: · en un paJ!o


-:t.o.b.í~ 'ba·jo cu;1os li.I!i:~s se . s·ujetar'3n: dándoles esto.s c?curnen:r;cHi.
l;.és ae-r.v. ~án .e;~ _s-u.!ici-l~:t·t'es r·essuardo:; y al si' ce to lo: f'~a~

~ ju,nto CQnm·igo.· y el· Seeret~;:-io del Cnb:i.lilos don Juaz:. Cá:r- ·

.t'ttllgQ o. la vis.ta Y. agre-go gl finnde ést•.} protoc olo, . bajo el


nber..o d;jjaz 0:1 ·si~te ;. - Ell corJl)J.•oben..t e lo crtcrgaron y !i~ma­

~on· los· que supieron y !JO!' los que <1ije::-on no · snbe~ ti.r.raar 9

m'f:n .Yi.dal y don Lu:ts Di!lí: .. ~. Se n5 C11pi:1 • - Doy .f'é.-· 1\ l:'\tt~30


n
d ·e Jos e1 1~aut O· co~o

....L ~st:~.,_;o t' ..~ial'
.:;; ' • '
• ' ·•;:tn:LmlO '
lllaz .. - 11 ruat;:~
l
t¡ ~

.P ;-suciñco Maíiao y cot!lo te~ti~o: ~!tta6n: '11ida l Garcia . - Hen~


ctieto O'hauquet!l' a!t.- Pu.ris·i:no r.n~CUSI! t;o.-io~P. '-'antos r.;.I'.~(''!.'lán.
Oraeio Hnuto .- ,\nte mi: B. Gómez ~·ar<~ia .- N y c. - .........
tr o . Febrero

13 9
J unt a General de Caciques
Va l divia, Osorno , Ll a nquihue y Chiloé
Región Butahuil limapu

ESTATUTO DE CAC I QUES O "APO-ULMEN"

1~ . El Cacique es la cabeza principal d e s u J uri s dicción - "Aillarehue" y de


s us resp ectivas comunidades indígenas nativas . Por lo tanto éste debe ser
un hombre e ntendido , fuerte y justiciero para defender su pueblo , realiza~

do un trabajo limpio y sagrado . El como t al debe llevar una distinción de


su rango , siguiendo las costumbres de los primeros Caciques de la Regi ón
del Butahuil limapu .

2~ . El Cacique como autoridad máxima de su pueblo , debe cons ervar las tradi c i~

nes fielmente , debe hab lar solament e e n s u Idi oma , e n las entrevist as con
l as aut o ridades o e n cualquier lugar donde se encuentre . Por tal razón se
nombra un intérprete o representant e del Cacique , para que haga de t r aduc -
t or .

3~ . El Cacique tiene que respetar , mantener las costumbr es y tener sus princi-
pios basados en el Parlamento de Paz celebrado e l 8 de septiembre de 1793 ,
en la provincia de Chauracahu ín , hoy Rahue Osorno , en la Región del Buta -
huillimapu. Y ser f iel mantenedor de la Paz perpetua , establecida con l os
español es.

4~. El Caci que de la misma forma reconoce , respeta y hace r espetar como ley M~

puche , l as Escrituras de Comisari o , ot o r gadas por el Comisario de Naciones


Francisco Aburto y l os Caciques en el año 1827. En consecuencia , el Caci-
que t iene f acul t ad y autoridad para entregar escritu r as por herencia basa-
das a l os tít ulos de Comisarios a los comuneros y cualquiera otra situación
que tenga relación con los territorios Mapuches . Y además , el Cacique tie -
ne que velar y hacer cumpl ir los decretos de ley que sean f a vor ables al pu~

blo Mapuch e desde el inicio de l a Repúbl ica.

5~ . El Cacique como mantenedor d e sus cost umbres, formas de trab a]o y d e rel i-
giosidad proveniente de l as comunidades indígenas , debe hacerlas r evivi r
como propias y autóctonas (Nguillat unes- rogativas) y dar impul so a l a fé
del pueblo .

69 . Los Caciques deben celebrar e l aniver s ario del Tratado de Paz, el día 8 de
Sept iembre de cada año , dando cumplimiento a l as ordenanzas y reglamentos

14 0
que se han estipu lado par a tal e f ec t o, para darse a conocer a nte las aut o-
ridades y a l a opin i ón públ i ca en gene r al .

7~. Otras de las activi dades a cumplir , es e l mantenimiento de los caminos y


mantener la ordenanza de cerrar , cer ca r y l impiar los cementerios dos ve -
ces en e l a ño donde correspondan , como así mismo participar en las festivl
dades religiosas mis i ona l es , y conceder pe r mi sos provi sorios e n los d í as
f estivos , e n caso de benefi c i os para l as propi as comunidades .

8~. El APO- ULMEN o Cac i que , debe mantener todas las comunidades de su Juri sdic
ción organ i zadas , manteniendo la estructura de nuestra organización Natu -
ral.

9~. El Cacique y su nombramiento : Este es elegido por e l pueblo Mapuche r e uni -


dos en gran asamblea. Per o si el cacique per tur ba la Paz o traiciona a su
pueblo , u opt ando en políticas partidistas será destituído de su cargo por
el pueblo Mapuche .

102 . Los demás cargos dentro de l a Jurisdicc i ón serán nombrados por el APO-ULMEN
o CACIQUE o po r el Consej o d e Fiscal es o como esté es tipulado en los est a -
t utos i nternos de cada Jur isdicción . Sól o los Fiscales son elegidos por la
comunidad o del s ector que corresponda .

11~. La Jurisdicción de cacicados está compuesta por los . siguientes miembros:


APO-ULMEN o CACI QUE , INTERPRETE o REPRESENTANTE y VICECAC I QUE, ESCRIBANO o
SECRETARIO , TESORERO , CAPITANEJO, FI SCAL MAYOR y FISCALES .

12 ~ . Final mente se considera al APO-ULMEN o CACIQUE como J efe Gobernador absolu


to y autónomo del Puebl o Mapuche Huillich e y s u c argo lo e j erce con su de-
b ida autor idad y di scr eción.

NOTAS: APO-ULMEN = CACIQUE .


I NA-APOULMEN = INTERPRETE , REPRESENTANTE y VI CECACIQUE .
LOSRKAN- CHILKA = ESCRIBANO o SECRETARIO.
LOBCHE = TESORERO .
NEHUENHUENTRU = CAPITANEJO .
ULMEN-REHUE = FISCAL MAYOR .
ULMEN KAVIES = FISCAL.
Juan Huenupan Guala
Direc t or Gener a l
JUNTA DE CACI QUES
Sello de la "J unta de Caciques" BUTAHU I LLIMAPU
Fundado el Año 1793 . OSORNO-CHILE
Reg . But ahuil l i mapu .

14 1
Revista VEA, NQ 183 1 , 15 de agosto de 1974 .

EL ULTIMO CACIQUE
UNA de las mujeus lndi&"e·
naa mariscando a la hora
llt1 114 b•J•mu. AbaJu, la•
canoas hechas con un tron·
co ahuecado, que a ún usan
a 1e u n o s habitantes de
ChUoé lnsular.•Son parte .
del legado de loa anU~o1
VIVE EN UN ALEJADO RINCON DE CHILOE INSULAR, TIENE VARIAS ES- mapuches de la zona.

POSAS YES RECONOCIDO COMO JEFE POR UN CENTENAR DE INOJOS.


ROSTRO moreno, nariz an·
cha y pómulos sallentes
r--:.--. - ~-~~ ..
dan te de su ascendencia tnA·
puche. Cuando sonrle, las c&-
jllll demasiado pobllldas 1~:~
ocultan los ojos, y el bigote en- 1i
trecano, caldo hasta la barbl·
lla, parece más largo. Nació en
Compu <poblado situado a 60
kilómetros de Castro). pero no i
l
recuerda la !echa exacta. Ha·
ce 30 años encabezó un mo·
vimiento de resistencia indlge· í
na en las Islas de Chiloé, sem· 1'
brando el terror entre los blan·
cos y obligando a movilizarse a
Carabineros de toda la zona.
Se llama José Antonio Huen-
teo Rain, vive en un lugar lla·
tnAdo Chadmo Central, cerca
de la carretera que va de Cas·
tro a Quellón, y conserva su
influencia sobre unos 120 lndl·
genas, que aún le reconocen
como cacique.
El anciano, que bordea los
80 años de edad, asegura que
fueron los mismos mapuches
de la zona los que le nombra·
ron cacique. Y para estar a to-
··no con el'tltulo, luce una cha·
queta bordada y llena de fle-
cos, wia corona de plata en
forma de cintillo, que le cubre
toda la frente, y esg rime un
bastón de madera, con ernpu·
ñadura e incrustaciones de
plata. Es el último caudlllo in·
dígena de las islas chllotas, vi·
ve con varias mujeres y es res·
petado y querido po¡ los JOSK ANTONIO liuenteo ll&ln, el Jefe In·
miembros de la tribu, todos di¡cena de Chadmo Central, 1e vlate de , .,
agricultores, pescadores y ma· la par a recibir a 11u~ lnvl tados. Abajo, PO·
riscadores. sa m uy orcu,Uo~o. Junto a algunas ue sus
esposas. ·
LOS S1JBLEV ADOS . '
La gravedad de la sJtuaclón
José Huenteo ya no está pa· obUgó a las autoridades a en· '..' ;1 . · ... ..
ra los trotes que le hicieron vlar a la zona a personal poU- ·:··
famoso en 1941. En octubre de clal de Quellón, Cbonchl y Ca&-
ese año levantó en contra de tro, el que inició una batida a i•
las autor idades a unos 400 in· fondo en las montaila.s donde
dios, Juego que algunos agita· se hablan hecho fuertes los
dores politicos le convencie- sublevados. Finalmente, y lue-- /
ron· de que los incUgenas eran i'O de Wl8 verdadera batalla .,, ', ,1 '

los verdaderos y únicos due- campal, lograron rescatar a Jos


. nos de la tierra chllota. Los dos carabineros prlsloneros: ' ' :
sublevados asolaron la zona, Gabriel Barria y Luis Sancto-
cometiendo todo tipo de tro- val. El primero habla sido he·
pelias en contra de los "ocu- rido a bala en un b razo, y el
pantes blancos". Muchos de es· segundo tenia la cabeza heri·
tos últimos fueron apedreados da de un garrotazo.
y apaleados, viéndose obliga· Actualmente son pocos los in·
dos no sólo a abandonar sus digenas que quedan en Chlloé.
terrenos, sino también a entre- Y el último cacique de la zo.
&"ar sus pertenencias. na se aterra desesperadamen-
Carabineros del pueblo de te a las tradiciones que ban
Queilén llegaron hasta Chad· Ido desapareciendo fatalmen·
mo con el objeto de obligar a te. Cuando tienen un visitan·
los indios a cumplir con la ley, te, se viste con su traje bor·
pero se encontraron con una dado, torna su bastón de man·
resistencia inesperada: desde do y se pavonea orgullosamen-
sus rucas de paja, que pare- te entre sus pocos súbditos.
clan abandonadas, salieron Jos En los surcos que el tiem-
indígenas y rodearon a los unl· po ha grabado en su rostro
formados, tomando prisione· moreno parece estar escrito
ros a dos de ellos. un trozo de Historia.

142
"El cacique ciego". Revista del Domingo , 31 de marzo de 1985.

LOS HUENTEO, Pedro y Morro no ven, pero Íie11en todo el


·poder. El ••·:ocique, duello del bastón de 1110ndo, hecho de
molllo y, se s..~ne. oro. Su nieto tal ve:Z lo sucedo algún dio.
tdro Hu<!nleo Q el más viejo, sabio ~~~~111!1
y luchador de los caciques builliches
que habitan Cbiloé.
Espera de pie en la puerta de su casa,
cubiocto por sus galas ceremoniales:
u-aje colorido, corona de bronce y basl6n de malúo con
empuñadura de oro.
Canta.
En velíche, su lengua ,atávica. Lo acompaña una
estragada mujer cubierta con un paño negro y un niño
que ondea la bandera ¡je la nliCiÓtl indfgena. .
También asisten a la celebración invisibles seres
deslizados desde:. las profundidades dd recuerdo: •
ChauhU!Jnti. el Padre Sol; kallí fuqlieo, thralca pillán,
espíritus del mar y del trueno. ··
. Me mantengo estático.
De pronto, una joven que sale de la casa se coloca a
mi lado y comienz.a a susurrar la letra en castellano.
Entonan un canto de paz; que recuerda sus luchas; una
esperanza que llora el presente.
"Aiegr.es, cantemos de/triunfo mWldial que al fin los
mapuches Wlidos estdn; mapuches hermanos, debemos
peruar que todos sufrimos sin dicha y sin paz."
Revisra del Doming_o es el único asombrado testigo de
este ritual de bienvenida.
Miro dt:frente a la extra!Ja pareja. Ellos no. Son
. ~jegos. .MinUlOi d~uC:S~.la cd.eb.ración ha terminado. Los
·~io;;es regresan al cosmos invisible. Todo queda en
terrenal silencio. Entramos a la éasa. Afuera aguardan.
los ecos.
· Comenz.aba una sorprendente experiencia ·que.me
llevaria a rasguñar un mundo desconocido. Viajaria por
los sueños de una nación casi olvidada. buscando los ritos
y mitos, las guerras, ceremonias secretaS, misteriosos
· espíritus y ¡nágicos conjuros.
. NOBLE ALTIVO
Varios-dlas atrás habla anunciádo mi visÚa al cacique
a través de Amador Cárdenas, cbilote de piel y alma,
profesor y estudioso <Jd folclor isleño. El viejo Huenteo
aceptó la presencia extraña. Asl, debía vestirse con
slmbolos que por generaciones pc:nenecen a la máxVna
autoridad·en la comunidad de Huequetrumaq, formada
por un centenar de familias. · ·
Desde la ciudad de Quellón, en Chiloé, debo viajar
unos treinta kilómetros hacia el norte; hasta la zona
conocida como Chadmo, doode se ubica la casa del Uder
Qativo:
En su viVienda. el·viejo saluda: · Asi~timos .a una cerem.onia
- Mai 'mai, Huinca, ¿kame le lciJimi?
li2¡bla en su idioma. Miro a to,dos lados solicitando repleta de espíritus, _junto ql
ayuda. Su hija Vilma (39) a~vi~ne: "mientras mantiene el" m~~ antiguo, sapio y soberbio
bastón en la mano Wl cac1~ jamás imita a los espaiioJeS.
Habla sólo en lengua". cacique huilliche de _q,¡_loé.-
Arrogancia de indio noble.•
Abro mi libreta donde he anotado u.n par de frases
También; este.viejo sin vista
en velicbe. · · nos recordó la sublevación
-Mai mai hwntrv, cacique. lnche kame le kan ¿kllme
· le kaimi? -devuelvo el saludo y.pregunto ~mo está él. . 9e s.u tribu eri l.os años 4.0 .
Pedso Hueotoo; responde:
-lncht CDCiwn chilcailt.
Nos habl6 de enfrentqmientos:,
Sacándose W1os anteojos plásticos que le cubren . · balas y prisión.
mc:dio rostro, muestra su.s ojos sin luz. "Estoy ciego", ha
dicho. Afonunadamente la anciana Maria Pt!fguinai. su RePOrto le de Ricardo ·Astoroo 1
esposa, servir~ como traductora en mi interés por conocer ,
al viejo Huentoo, acb.acoso.y maltrecho. Tamb¡¿a, .
orgulloso y lenguaraZ. Un cacique buillicbÓ qe tomo y
lomo. :
J::ste grupo indJgena.. mapuches descolgados hacia el
sur, habita las tonas de Osorno y Cbiloe. En la isla hay
tres grandes comunidades, ubicadas cerca de Quellón.
-Lo.s huil/ichl!3 nacimos en los ~los~ nos dejó :

143
· Chdu Dios: Son tierras sin dueilo,' Jin principio l!i fin. Sus · . sanarenfeTm.edades del prójimo; eso es cuando otra persona
· limites los dan los cuatro vientos. ..le sentencia al inocente sapos y culeliraS, que van áeciendi> ·
en la guata". ·
HU/LUCHES CHILOTES. Horrorosos males.
. Sin embargo, su jurisdicción parece encogerse. . Sin embargo, tienen a la "maestra de paz". Poderosa
Colonos clúlenos los aprietan conúa el siglo 20, sin pausa. milagrera encargada de comunicarse con los dioses y .
Actualmente cada una de las 300 y tantas familias aliviar las penurias comun!iles; también, para expulsar il· ·
indígenas que form,an las comwüdádes mayores de la isla; .los brujos y malos hombres: . · · ·
· cuenta con uno o dos centenares dc:.h~táreas para criar - Hace ailos unos franceses robaron·rierras para
· animales y sembrar papas. instalar un asérradero. Hicimos ellepÚil . . . ,)'fr.acasarqn.
-Nosotros no "querimos" dividir nuestro suelo con Para reali;ar el acto mági1:9, colocan un trono de.
herramientas de ingeniero. Cualquier huilliche tien~ estos. laurel dentro del círculo swado, donde se ubica la
campos. No seguimos las leyes de los buincas. · ·. maestra de paz. Nadi~ más puede ocupal' el solemne
Segun·cuenla, los prüneros hombres que Uegaron a ~te . ·lugar. Desde alli,la mujer lanza al. viento conjuros
lugar tenlan ~1 apellido Rain. Salieron desde Ca!buco.. . secretos y romances misteriosos qu~ alcanzan a sus deidades.
-¿C.uándo fue eso? · Toda la cómunidad acompaña elrito. Pero SÓlo ios ··
· - Antes de laley. ··hombres de buena. voluntad puc<den pararse dentro d~;l .
Estos legendalios abuelos abrieron los bosques y círculo sagrado.
trajeron animales. Conquistaron la tierra, comerciaron -Januir ha entradi> ninguna' auioridi>d chiletia.
con los indios de los archipiélagos, crearon .comunidades, · Sin embargo, las cer.emonias no logran·detener la
lucharon contra espailoles, chilenos.Yrubios piratas del usurpación blanca, las tierras indígenas enco'geo sin . ··
norte. · descanso. Su padre, el viejo cacique, muere en la tristeza
Pásado cosmopolita ... y enredado. Casi tanto com9 ··de ver al pueblo hulliche consumido por la civilización.
su panteón religioso. . Cuando Uega el momento Juan. Huenreo, su hermano·
Las deidades huilliches autóctonas están caladas de mayor, toma el cargo. El se transfornia en la mano
sirnbolos cristianos. Además, aparece -de cuando en derecha del nuevo jerarca, quien fue.acusndo de mil
cuand~ el peso de la mitología chilota, arrastrando al : barbaridades: bailar en las iglesiaS, botar santoi al mar,
Coleuche, la.Pincoya, el Trauco . .. , y otros tantos: · quen1ar animales vivos duran~e las rogativ!I-S, . . ·
:ESCUEf.A DE Urt CACIQUE .··- Hace más de cuatt ttra años <4 eso. Todo fa/Jo. Hubía
La infancia de Pedro Hueoteo Cue dura. <Anoce de llegado el tiempo dt pelear. Trescienta, huillicheJ
eerca la impotente lucha de su padre por lis tie[rás. Pero levantamos nuestra bandera en la plaza de Castro,
· un lújo de cacique no Uora. : ·.demostrando que somos una nación diferente. ·
Aprende a pelear. Todos cayeron presos. Y no sólo una ve;z. Conoci.eron.
las cárceles de toda la· Isla Grande. · ·. . · ·. · ·
También, recibe los misterio~ del culto. Memoriz.a los
"interrogatorios'~ y "romllr)ces" que se cantan a Chau Dios
-El afr!) 1941 nos levantamos ·cqn fuérza para expuúat
para las siembras; que huenthriaP, poderoso espíritu del a los colonos. · · · ·
mar, escucha peticiones exclusiva.mente los dias martes y NACION PERDIDA.
viernes; que las ceremonias del cainp9 se inician con el
•despertar del sol. : . Carabineros vi,j&n desde QueUón a pacificai ~ zi.loa. ·
· -Mi bautizo ju4 sin curas. Antes de tener ocho .dias 1114.. }'ero la ástucil) indlgeoa los derrota. Regresan con. · .
llevar011 al"desierto", el lugar sagr~t>entre los bosques. · refuerz.os de todo Chiloé. "Estuvimos mese, fondeados en
®nde se levanta un circulo de laursi. . ·· · los bosques, peleando contra los carabineros. Calmps ·
Además, trabaja duro. "De pequeño sabia preparar ·el Yencidi>s. Yo con balas metidas. en la guaJa y en la. espalda..
•.. terreno para la siembra, con tarado de chQI)cho» y NCJ mandaron-en un buque a Castro.!' ·
. ·«hualatos», unos palos torcidos q¡Je·iacamos de los bosqua/' Una muchedumbre se concentra en d muelle de la
Es labor de hombre. Las mujeres y .!ÚJli?S normales se · :Ciudad para observar a los ariscos huilliches. U na vez·
dedican a las hortalizas y realizan la siembra. ·. Ubres, siguieron luchando. "Nos arraStraban con caballos
Para trabajos mayores -granpes ~o hasta la prisión, ah/ nos baldea/xJn diay noche. As/ fenecip
construetión ~e casas- realizao mingas. la salud de mi her:nwno; enfermé para siempre." ·
-En las.mingas se. ruega a los.vecinos, y uno los Hace siete aflos que tomó el cargo de cacique. ·
favorece con comida. .. · "Siempre quise luchar por mi pueblo, por la doctrina de los
Cesemonias que se perdieron con la infancia. Esa fue primeros padres.del divino esradi>". . ·
su única escuela. · · Renacen las ceremQD.ias, crea una escuela para que
. - Aprendl a leer muchos qñas tjespués, en las caree/es los pequeilos apr~nden la casi olvidada leng~ veliche,
de Chiloé. . costumbres y tradiciones. . ·
. Era un adolescente cuando fue "matrimoneado.".·"Yo Pero pierde la Vista.·
elegl mujer, una so/4. Otros hombres rlr.ieron md.t." El -Mi esposu qtUidó sin luz hace ql!ince ailcs. Yo
casamiento de un hijo de cacique es sagrado. enceguecl mucho después. Este no es Ull castigo de Dios, es
- /nvítanws a rodas los esplrilus a una c~lebración por una (nQidad de hombres-brujos.
la nación pura. Se matan animales adorruulos con rOJ¡1itas · Delega casi toda la autoridad en un hombre más
•de. lalire(. Pero de esta ceremoniaya casi nadie. se aCUI!rda. joven~ de ojos hábiles. Sin embargo, "saüó muy viajero,
cosi no se apersona por la comunidad".
·GUERRAS Y CAR_CELES La·crisis es notoria. Nadie organiza mingas, rogativas
También olvidaron sus ancestrales métodos de o lepunes. El viejo Pedro Huenteo parece consumirse,
curación. Las machis son confundidas con el brujo junto a la comunidad huilliche. Sin embargo, el cac:iq\lC
chilotc:. "Acd lo único '{tul hay son médicos dt campe, que cie~o vuelve a tomar su bastón de mando y habla. con
toman el pulso y dan remedio, pero no saben sacar soberbia: . .
espíritus." · · ~A.ntigUan1enre'ésta era Wla tierra encantiuia. Después
Entonces, es el doctor blanco quien mejora sus . ·nos llegó la calamidad, la gue"a y la sobregue"a. La ··
cuerpos, "aunque ttunca supier011 matar el bicho que.se muerte. Pero Dios nos entregó el esplritu parq. librarnos. Nos
metió en el corazón de. una nieta fenecida; tampoco pued4n librare~ sie"'f'rt. ¡¡¡mJ ·

144
PRIMERA HOJA DEL TRATADO DE PAZ DE OSORNO (1793)

'/ ·..
,· .. · \..
.
. ....

14 S
CARTA DIRIGIDA AL EMBAJADOR DE ESPAÑA EN CHILE (Compu , 30 . 10.80)

Excelentísimo señor
Emba j ador de España
don Salvador Bermúdez de Castro y Bernales
Santiago .

Excmo. señor Emba j ador

Los tres consejos superiores de l as Comunidades Hu i lliches de Chiloé;


Comunidad "Coihuín" de Compu del cacique José Santos Lincomán Inaicheo , Comuni
dad "Huequetrumao" de San Antonio de Chadmo del cacique Pedro Guenteo Rain y
la Comunidad " Incopulli " de Yal dad del cacique Estanislao Chiguay Raimapu ; han
tomado resolución en molestar su atención para qu e por su intermedio hacer l l e
gar a S.M. e l Rey de España el recuerdo eterno de esta raza Huilliche, quienes
han recordado el 12 de octubre , el nuevo aniversario, que Hispano Améri ca cele
brara con tanto entusiasmo .

Nosot ros los Hui l liches, raíces auténticas de nuestros antepasados ,


hemos vibrado emocionados al recordar este ani versario ya menc i onado.

Nuest ras rogati vas, pidiendo a nuestros chao Dios y padre Sol para
que siga iluminando, como así mismo proporcionando mayor s a l ud a su Exmo . Se -
ñor Embajador a su Rey en España y su Corte .

De esta forma adjuntamos dos recort es de prensa quien nuestro Rela -


c i onador Público Chilote Martínez Vilches diera a conocer en su oport unidad .

Con todo amor y respeto firman la Junta de Caciques y su Relaciona -


dor de la Buta Huapi chilué.

En Compu a 30 de Octubre de 1980.

Firman l os tres caci ques nombrados, el Relacionador Público y el Secretario


General, don Carlos O. Lincomán .

146
·Rt:PUBLICA DE CHILt:
i-1INÍS.TERIO DE AGRICULTURA
DJSTITUTO DE DESA.RROLLO INOIGENA
CRO : NQ lO
OFICINA . DE ARE.AV OSOR.~O . -
ANT: Neta 25 - 2- 78

~~T : !nforma,sob re consul-


ta Comunidad I nd Íge-
na ''Coi!"luÍ.P. ., . -

OSORN0,2 de Marzo de 1978

DE : OF;:CINA DE A~EA I . J.I. OSOHNO

A : SE~OR .CARLOS LINCOBAN CCM. I NDIG~NA "COIHt;IN"

1.- En contestaci6 n a su nota de fecha 25 de febrero d~ 1978 ,


me permito comunicar a Ud . lo si~uiente:que el Instituto
de Desarrollo !ndigena,se gón las disposic ion es de la Ley
17.729,se encuentra al Servicio de toda s l as Comu niq~d es
Indigenas con Título de Merced,ya que l os TÍtulos~ . Je Co-
misario carecen de t odo valor.

¿ . - Sn a uno ~e los ~~ntos en su nota,este Servicio


r~spuesta
., . .. ,
rem1tio en ccnformida d,a la Ley d e !nd ~ ~enas 17.72 9 ,los
an-~ecedentes d·el · ::xpecr~:~n~e N 2 293 .523 a nombre de José
Santos Lincomán a la Of icina de Tierras y Sienes Naciona-
les de castro,por oficio N2174 de 6 de Agosto 1e 1974,en.
donde deben presentar sus antecedente s solici tando la tie
rra que ~ cada uno de los intere sados ocupa dentro del
fundo "Coihuín de Queilen" .

3. - Con respecto a su consulta a que se refiere en su nota,


la Oficina de Pitrmfq uen,si existe ,pero. solamente de Area
ya que los Juzgados d e Indios se suprimie r on en conformi-
dad,a lo establecido por la Ley 17 . 729 . Igua~mente la o-
ficina del I.D.I . en Santiago existe de Area. y la t:jecuti.-
va se encuentra ubicada en Temuco en Avenida Alemania N~
8211 . -
Es todo cuanto puedo informar a Gd.sobre las consultas a ·
que se refiere en su nota.

Saluda a Ud.,

DISTR'IBUCIO N:
- Señor Carlos Lincomán ..
Partes Archivo.-

147
.R.EJ?UB'LICA DE CH!LE-
MIX>ÍS"TElUO DE· AGlUCULTURA
~ITrrTO DE .DESARROLLO INDIGENA
.A.:RCBIVO GENERA"L
TEMUCO .

ANT . 9 - 54 - 2
~~T. Carlos O~ Lincomán . -
Solic!ta Antecedentes.
Com. Fundo Coihuin. -

TEbiDCO, 29 de Mayo de 1978.-

DE ENCARGADA ARCHIVO GENERAL DE ASUNTOS INDIGENAS


A SEROR CARLOS O. LINCOMAN

1.- En respuesta a lo soli-


citado con fecha 18 de Mayo en curso, comunico e Ud ., lo
sigÜiente~

a) .- Que , revisado los I~di -

ces de Títulos c!e Merced y en .el Registro Conservador de


la Pr.o_piedad Indígena, no existe Título de Merc~d otorga-
do por la Comisión Radicadora de Indígenas a nombre de JQ
SE SANTOS 2 ° LINCOMA.N.
b).- En los Indic as de ~eusas

archivadas, remitidas por el ex-Juzgado de Letras de Indios


de Pitru!quén y de La Unión , no se encuentra registrado el
expediente de radica c~6n a nombra del cacique José ·santos
2° Lincomán.

Saluda atentamente a Ud .,

~:;.;.k.;&
.. Epcargada: ,-il:rchivo
·\~~
Distribución: . ,' -~r-C.~~~/
A:-
----
- Interesado
- Abogado Jefe
- - Partes
- Archivo. -

148
REPcrBLICA DE CHILE
MINISTERIO DE TIERF~S
Y COLONIZACION.
DIRECCION DE TIERRAS REF,: Responde a las con~ulta~ formu-
Y BIEBES NACIONALES ladas por los repre~entantes
Oficina· Provincia~ de la Comunidad Ind~gena del
Tierras- Ca~tro.- Fundo" Eue~uetumao". -

CASTBO, 25 DE JULIO DE 1979.-

DE JEFE PROVINCIAL SUBGTE.OFICINA DE TIERRAS Y BIENES NA-


CIONALES DE CASTRO.-
.A. 1 SRS, REPRESENTANTES DE COMUNIDAD INDIGENA DEL FONDO
• HUEQUETRUMAO".-

Antes l as consultas formula das verbalmen-


te,por loe representantes de la Comunidad Indígena del
Fund~" Hue~uetrumao ",ubicado en la Comuna de Queileu,
Provincia de Chiloé, Décima Región, seffores Nelson PILLAM-
PEL .HUENTEO como Presidente, Sr. SAMUEL NAUTO LEHUE- Secre-
tario y Sr. BAUDILIO NEUM RAIN como delegado,respecto a
los terrenos ~ue actualmente ocupan, el suscrito tiene a b
bié• en informarles lo siguiente: ·
1 .-El Fundo " HUEQUETRUM.AO" o CF..ADMO,
ee de Propiedad Fiscal y segÚn eu inscripción de fe. 152
NO 205 del año 1971 en el Conservador de Bienes Raíces de
Castro, ampara un a superficie aproximada de 2.000 Hás.-
2.- El Fundo" Coihuin",ubicado en la
Comuna de Queilen, también es de porpiedad Fiscal, y se
encuentra inscr iot en favor del Piscao, a ~s.~03 N°528
en el Conservador de Biens Raíces de Castro, co r respondiente
al aBo 1956.- Ampara una superficie total aproximada de
10.000 Hás.- ·
3.-Por Último el ~do ~/G~ipulli " ~ue
se encuentra ubicado en la Comuna de ~bi~am es de
Propiedad liscal,encontrándose inscrito en f avor del Fis-
co a !a. 420 vta. N° 466 del Coneervador de Biens Raíces
de Castz:-c:., citprespondiente al ¡¡_fio 1972 . - Am¡•a r a una cabida
aproximada de 2. 753,80 Hsís .- ·
Los Fundos citados en el punt o 1 y 3,
estarían pcupados ac tualmente pbr indÍgenas,segÚn loe
antededentee contenidos en las Carpetas de Cat~stro N0172
y 176.- '\

~ll~dan
\ 1
atte. a Udo.-
\ 1

\~~ ~~ ~
M~· ·NORAlñBUENA. -·HIDALGO .
Ins~~~.Geodesta7Topógrafo,
J~ f~ Pro~~_JL~~te. O~ina
T~Jras de Castro '. -
·'

14 9
.lNSTITUTO DE DESAflfiOLLO AGROPECUAR IO
_indap
SECRETARIA
TOA/cbz . -
:;:;:;:~;:~;:;:~:;:;:::;:~:~:;:E:I:;:;t~~y R'f:F: CITA A ?.F.i!f-l!ON EN OF.
CCORDINAr~RA CH!LOE.-
:;:~;::t~:;:¡::;:~~:;:;:;:I:E:::;:~:;:[::~~;:¡;:;:;.;;:.;~:~:;:;r;:;:::T:T:::::fH~:/

o~. NO _ _L..;_
. _ ./

:AL SEf10R : JOSE SANTOS LINCOMAN CHONCHI


D:::L -5 ::ROR TIRSO OJEDA A.'. CCO.RD!NADOR PROVINCIAL I~DA?-CR !!.OE .

Me es un deber informarle. a Ud ;, e¡u e h!l. llcgr.~.do a rr..:l.nos


de la Vie~preeidencia Ej e cutiva de I N'OAP h. petición que dice rcl.aci6n
eon la posibl e intervenci6n de I~rnAP en la adjudicaci6n del fundo COIHUIN
tt~~do ~ Compu por parte de lo s . integ~antes de esa cornu~~a~ indÍ$ena~
Pcr instrucciones de la Direcci6n Regional ruego a Ud ~
asista .a la Oficina de la Coordinaci6n Provincial de INDAP '!n Castro ,
ubicada en e~ edificio donde ·fUncionan l os Servicios Públiéos , 3er piso ,
~on el tin ~e iniéiar la recolección de todos los antecedentes de parte
d e INDAP... . .
. Es neeesari.a, q.ue. asistan 3 o 4 personas de !:1 Coa:unid.ad
:el -ciia Viernes a las. 11. hrs. A~f. ojalá tro.yeru:l.o todos los documentos· de
·t~nen.cia que dicha comunidad tenga en su poder.

Saluda atentamente a Ud .

IWINOS ~O. - CASILLA '~OU - l,EL!FONO 62271 - SANTIAGO DE ClltLE

1 so
1 S1
1 S2
INSTITUTO DE DE.SARROLLO AGROPECUARIO

VICEPRESIDENCIA:
RliD/aro .

ORO . 525
N° _ _ _ _ _ __

ANT. Su solicitud de fecha


18.4 . 80.

MAT . PETICION DE INCLUSION


E:-1 LE'l' lNOIGEtoiA .

SANTIAGO , - 9 MAYO 1980


A SR. JOSE SANTOS LINCOMAN I. COMPU - CHILOE.

DE VICEPRESIOENTE EJECUTIVO INDAP.

Es grato dar respuesta a sus


consultas en· los siguientes té:mi nos:

1.- Los antecedentes legales presentados por las comunidades


fueron analizados por el Departamento Legal de la Direc-
c i ón de Asuntos Ind!genas;DASIN, y como ellos no consti-
tuyen t i tulo de merced, son tierras :iscales y no están
sujetas a la Ley Indígena.

2. - En ocasión del reciente viaje de S.E . el Presidente de la


República a Chiloé, se instruyó a SERPLAC, para que estu-
diara y emitiera un informe referente a los planteamientos
que l e hicieron las comunidades, y entre los cuales estaba
'la situación de tenencia de la tierra.

3.- Al no estar estas tierras sujetas a la Ley Indígena y sien-


do terrenos fiscales, no comp~te al Instituto de Desarrollo
Agropecuario y a su Dirección Nacional de Asuntos Indígenas
una intervención en la materia.

4.- De todos modos puedo informarle que SERPLAC de la X Región,


informó a las autoridades competentes al respecto, por lo
cua~ deberá en el futuro dirigirse a esa oficina regional ,
para conocer el desarrollo de su solicitud.

Sin otro ?~rtic~lar, s~luda muy atte. a Ud.,

ce. : Sr. Director X Región INDAP.


Sr. R. l!epp D.

TEA TINO S 40- CASILLA 282·V · CORREO 15- TELEFONO 65888 -SANTIAGO DE CHILE

1 53
M NISTE:RI~ DE: 5IC::NES NÁC!ONALES
8IEN::S NACIONALES ORD . N><
157 /.-
· D PARTA!'!EI'\'!'0
S CC!ON ·ADMINI STRACiON DE SS .
A:--.1'!'.
!9163
!-1AT . Informa sobre sol ici -
tud de ter'renos en
Chiloé - X Región. -
------- -- -·- ------ -
SANTTAGC, l 9 ENE. 1987
DE ~ MINISTRO DE BIENES NACIONALES

A COMUNIDADES HUILLICHES DE CH!LOE


CASILLA NQ B9 - CASTRO

.1.- El Ministerio de ~ienes Nacion~les ha tomado conocimien to


del problema que afecta a J~ s Comunidade s Hu:lliches de
Chiloé, en relación con los terrenos que ocupan en esa -
zona .
2.- A obj eto d~ lograr una solució~ definitiva, se efectúo un
comple t o es tudio y an,lisi~ de la situación , ll egánd ose a
las siQuientes conclusion es :

a) Esta Secretaría de Estado transferirá a I NDA? los te -


rrenos fiscales donde actualmente se ubican la Comuni
dades Huilliches y ese organismo, posteriorm ente, los
entregar á en dominio a esas Comunidade s .

b} Pa~a estos efectos, I NDA? iniciar' los trabajos ~e


.roens.w:.a ce los citados tert:'~rcs, y la Se=ret?d.a Re-
giónal Mini s terial de Si~nes Nacionales de Puerto Monte,
proporcion ará todcs los antecedente s relativos a los
tit~~cs dei Fi sco y real izará todos los téám ites admi
nistrat4vos necesa rios para conccetar la tcan sferen - -
cia a la mayor brevedad .

e) Con esta ·mi s ma fecha, se han im;:>actido, a través del


Departamen to de Bienes Nacionales de est e Minist~rio ,
las instruccion es pertinentes a la Sec retaría Reaional
de Bienes Nacionales de la X Región. ~

3. - Por consiguien te, podrán so licitar información sobre el -


avance -•.de estas gestiones en l as Ofici n as de la Secretaría
Regio~a l · de sienes Nacionales en 1~ ciudad de Puerto Montt,
o en la Oficina Prov ihci~. de Sie nes Nacional~ Castro .
. Sa~\da atentamente U'ds)

,f <.:Y
l.
'
~~,..·-·~-:
.... ~;.. · ..... . ,-:; ."!. CJ~ -::.
,,. ,.&o.J~-

~"'·
.··'
'
.. . ...~~..

(b_'
-~~

. f ·)
.: · .:.
al //
1
11

·~_<¡~·,.. :.'. ! 1.•: l~ .; - . ' • P¡ ./1


·-._:.:_:,: rt.!.!.: ·:;;:/~ENE PERI fAHE:RST~~ 1
· venecal Inspector d~ Carabineros
Minis_tro de 3!enes Nacionales

154
Pri mer a J unt a Gener al d e Caciques de la Región del Butahui ll imapu - Chile.

PRINCIPIOS Y PLANTEAMI ENTOS FRENTE A LA SITUACI ON DEL PUEBLO HUILLICHE Y CON -


CLUSIONES DE LA JUNTA GENERAL DE CACIQUES DEL BUTAHUI LLI MAPU, REALI ZADA LOS
DI AS 18 , 19 , 20 y 21 DE JUNI O DE 1984. MI SI ON RAHUE -LEVO DE CHAURACAVI. OSORNO

P r e s e n t a e i 6 n

Cuando los conquistadores españoles ll egan a lo que llamaron Améri ca ,


ya s e encont raron con pueblos y naci ones que poseían su propia forma de vida o
e xi s t enc ia , o más b i en dicho su cultura propia. Los más grandes Pueblos I ndíg~

nas , se encuentran geográficament e en e l Norte , Centro y Sur de lo que hoy se


l l ama conti nent e de Améric a .

"Ant es de que este país f uer a Chile nuest ros ant e pasados habitaron
esta hermosa y f ért i l región bendec i da por la mano del Todopoderoso. Aquí en -
tre el verdor del canelo , el rojo del copihue , entre l a cor dill era y el mar o
entre cerros y quebradas , nacieron, vivieron y muri eron quienes formaron l as
primitivas r a í ces de este árbol e xtendido como pueblo por inc ontables centurias
d e un pasado remoto , el cual l ógicamente s e pierde en las noches de los tiem -
pos".

"Muchos deceni os ant es de l a l legada de los p rimeros conquistadores ,


nues t ro pueblo poseía un i d i oma común , con i dénti cas costumbres y ligeras va -
riac i ones en l a o r gani zac i ón social. El cacique er a nues tro amo y señor de ca-
da par c i ali dad; a él se obedecía; su palabra era l ey ; él e r a nuestr o gu í a,nue~

t ro j ue z y nuestr o pe r manent e p r otect or. El caci que era e l gob ierno y la auto-
ridad máxima para el indígena " (A . Escobar).

Hoy , una v ez más queda de manifiesto dicho pensamient o y dicha ac c i ón.


El lonko cacique aún cont i núa en plena acción y desempeñando su completo afán
por seguir manteniendo los grandes v alores del pueblo mapuche y e n particul ar
de nosotros los Huilliches , quienes es t amos sit uados desde valdivia a Ch iloé .
Dent ro de nuestro terri t orio , nuestra o r ga ni za c i ón s i empr e se ha mant eni do a
pes ar de t oda una f uerte i nf l uenci a y mar gi nac i ón que hemos sufr ido por parte
de l winka .

Comienza un período de reorganización y tiene eco en l os ma puches .


Los cac i quesse levantan respaldados por sus comuner os y per sonas ac tivas en las
comunidades y jur isdicciones . Entre caciques se visitan y se dan ánimo , se r ea

1 55
lizan encuentros mi e ntras los más activos entregan tiempo compl e t o a l apoyo de
las or ganizac i ones t anto d e base como de los propios cacicados. Cab e señalar
que gran parte de la acc i ón es tomada po r j óvenes (en Osorno al menos) , y l os
adultos depositan la confianza en ellos .

Al iniciarse la década del 80, se brinda apoyo promocional a tra v és


de l os medios de comunicación (radio) y se acompaña a las reuni ones y e ncuen -
tros en las comunidades; también e n toda la recopi lación de documentación his -
tórica y al mismo tiempo se toman contactos con instituciones de otros movimien
t os mapuch es . En 1983 el t rab ajo es más concreto en la región Hu i l l iche , se pr~

graman actividades y s e r eestructuran l as juri sdicciones de caciques . También


así se llega a un primer encuentro entre representa ntes de jur i sdi cciones y co
munidades , constit uyen un Consejo de Apoyo a las Or gani zacione s Huil liches .

Aquí ya l a labor es cada vez más exuberante, pero también más difi -
cil. Surgen los distintos prob l e mas que están viviendo los peñi s comune ros .Los
cacique s e n forma individual recurren a las autoridades en busca de a p oyo y
respuesta a los problemas que les aquejan , pero e llo es lo mismo de siempre
"NADA" . Mien t r as tanto , el p e ríodo de reorganización continúa. Vi s itas a Ch i -
loé , j o r nadas e n algunas j ur i sdi ccione s , reuni ones en las comunidades . De pro~

to un golpe s orpre nde a los mapuches de osorno , e l despo j o de f ami l ias mapu -
ches en la zona de la Costa , comunidad Pucopio.

Los caciques deciden hacer suyo el problema reuniéndose los cuatro


de la provi ncia de Osorno •. Como conclusión , soli citar audienc i a al Pre sidente
de l a Repúb l i ca; para l o cual se elabora un documento que se llevaría a dicha
entrevist a.

La unión de los caciques tamb i én fue quebrada por l a inf luencia win-
ka , es as í, que un cacique s e r e t ira de l a Junt a de Ca c i ques , pues su acción
la r ealiza e n forma con junta con uno de los Alcalde s de la provincia, aquello
no pe rjudicó en gran parte la l abor de la Junta.

La respuesta para dicha audiencia e s dada e n e l mes de marzo. de 1984 ,


pero que el presidente de la República, Gral. Pinochet , no podría recibir a la
delegación y que e n su reempl azo lo haría el Ministro del Interior, Sergio O.
Jarpa .

El d í a 14 de mar zo, recibía a los caciques el Sr . Ministro del Inte -


rior; en esta fecha se h~ce ent rega del docume nto y se qu eda que habrá respu e~

t a a t r a vés de la I nt endencia Regional . Este informe l o e stamos reali zando en


e l mes de julio y a ún na da. Pero l as a cti vidades conti núan con mucho más empe -

1 56
ño y en el año 1984 en el mes de junio , se cons i gue uno de los más grandes lo-
gros , LA JUNTA GENERAL DE CACIQUES DE LA REGION DE BUTAHUILLI MAPU .

La JUNTA DE CACIQUES DE OSORNO , cuenta con un organismo p r opi o de pr~

moc i ón , de acción cul tur al, de investi gación y comun i cación y jurídico promo -
cional, a través del programa Monku Küsobkien , el que ha puesto al servicio sus
medios y e l ementos, humanos y mater iales . Un equipo nacido de la misma comuni
dad Hui lliche .

La Junta de Cac i ques , a través de sus repre sentantes. máximos, reali-


za toda la promoción y contactos en l as otr as provi nc i as par a el encuentr o de
todos los caciques de la regi ón. La última .Junt a de Cac i ques f ue rea l i zada en
el año 1972 , en la provincia de Osorno, en dicha oportuni dad no participan los
caciques de Valdivia , ni de Chiloé, sol amente Quilacahuin con el cacique Ber -
nardi no Conapil, San Juan de la Costa con el cacique Mateo Panguil , Riachuelo
con el cacique Adelfio Lefín y Cuinco con el Chao Reinaldo Huisca .

Quienes convocamos al encuentro , en este año , sabíamos que la tarea


sería difíc il, pero que tendría un result ado positi vo . Y con la f é y l a espe -
ranza puestas en Chao Tronquín, se d i ó i n i cio a l traba j o de los lonkos que en
esta oportuni dad acudi eron . Todos quienes asi stier on a di cho kawiñ , e staban
conscientes de que sólo la unidad nos podría conduc ir a un s itial que nos co -
rresponda. La armonía y la ami stad r e inó entre l os part icipantes congr egados
en Misión- Rahue , durante l os d í as que nos llevó a est ar juntos por nuest ros
ideales .

Esti mados peñi s - lonkos y cac i ques , a continuación se dá por abierto


el presente informe, el que como mayor resu l tado tuvo el sacar Nuestros Princi
pios Hi s t óricos y Socio- Culturales . Lo que a continuación está escrito , es el
pensamiento de nuestros caciques frente a nue stra cultura , a nuestro derecho a
la tierra , a nuestra organizac i ón y a t odo c uanto los Mapuche s Hu i ll i ches po -
seemos y nos corresponde .

iHermanos, sólo la Unidad nos conduc i rá al s itio que nos corresponde !

Junta de Caciques
Butahuillimapu

San J uan de l a Costa , junio de 1984 .

1S7
NUESTROS PRINCIP I OS HISTORICOS SOCIO-CULTURALES HUILLICHES

A partir de nuestra filosofía mapuche : gente de la tierra damos a co


nocer a l os hermanos mapuches-huilliches , al Estado y sociedad chilena lo si-
guiente :

Desde tiempos inmemorial es ha existido e l pueblo mapuche , en pa rtic~

lar el Huil liche . Un pueblo que nació a la historia , cuando ésta se pierde en
un pasado remoto, un pueblo que f ue f ormando su cultura, sus tradiciones, sus
expresiones , trabajo , organizac ión y especialmente su identidad , la que hoy co
nacemos , la vivimos y la sentimos . MAPUCHE : Gente de la tierra .

Cuando recorremos con nuestros ojos l a h istoria escrita , nos encon ~

tramos que a mediados del s iglo XVI , un fuerte remezón sufre nuestro pueblo,
cuando hombr es diferentes , con extrañas y mortales formas nos conquistan , tan-
to nuestros bienes , como nuestra cultura e identidad . Los nuestros sufren mu -
cho , hay levantami entos , hay destrucción del uno y del otro , pero el mapuche
resiste , aunque hay desigual lucha.

Así a principios del siglo XVII , el español tiende a retirarse d e la s


tierras del Butahuillimapu . La c i udad de Osorno desaparec e .

A fines del siglo XVIII (1782) , nuevamente el español vuelve a un nu~


vo intento . Aunque la sublevación mapuche surge , es aplacada por el español. Es
el caso del cacique Queipul , en Río Bueno , el último que r esiste .

Pero hay negociaciones de Paz con los demás y finalmente se logra ce


lebrar e l "Parlamento de Paz ", del 8 de septiembre de 1793, a oril las del río
de Las Canoas, en el famoso Levo del Chauracaví , hoy Rahue Osorno .

NUESTRA ORGANIZACION SOCIAL

A la ll egada de los primeros conqu i stadores, se encontraron que nu e~

tro pueb lo estaba muy organizado , con una es truc t ura social por la cua l se re-
gían los abuelos de nuestros abuelos. Un sistema en que cada hombre era libre
para actuar y trabajar. Est o s í organizados en cada uno de sus grupos fami lia -
res, comunitarios o territoriales para labores que el pueblo realizara .

Los grupo s más pequeños (familiares) se denominaban "mochullas" o


"pichicav i es" y eran d i r igidos por el ina - lonko ; luego estaba e l cavi o kawiñ,
que era dirigido por el lonko , l o que hoy día podemos llamar o definir como co
munidad . Luego estaba el terri torio l l amado Rehue o Levo , dirigido por el ülmen .

1 58
El rehue es lo que el espa ñol llamó par cialidad o conjunto de sect ores . Hoy dí a
al ü l men , l o conocemos como " fi scal" . Segui damente estaban el territor io más am
p lio e r a e l aillarehue , gobernado por el apo-ülmen . El español llamó cacique al
apo- ü l men.

Hoy día el ail l arehue , l o denominamos j urisdicción o cac i cado . Y fi -


nalmente estaba en nuestr a a nt i gua or ganización social el máxi mo jef e que llev~

ba el título de Toqui; él e r a e l que diri gía el Butalmapu (en l a r egión sur: BQ


TAHUILLIMAPU) , el toqui gober naba en conjunto con los cac iques en tiempos de
Paz y en ti empo de calami dades o guer ras sus decisiones eran inape l abl es.

El Butalmapu , era el gran territori o mapuc he , un "pais ". Al gunos i n -


vestigadores dicen que hab í a c uatro But almapus e n Ch ile , otro s que serían siete ,
pero l o i mportante y de gran transcedenci a e n l a historia es que e l puebl o Map~

che estaba , y aún hoy dia , mantiene una organi zación social sólida. Por lo tan-
to es momento de destacar una particul a r idad propia de nuestros ant epasados hui
lliches , que pr of e t iza ron tambi én la h istoria, y que es el g r an respeto por la
PALABRA empeñada, y siempre la palabra_ era empeñada a "perpetuidad" o "mient ras
e l mundo sea". En estos términos se efectuó el Parlamento de Paz y l a e ntrega
de las Escr i t uras de Comi sar io en el año 1827 , por e l ent onces comisario de Na-
c i ones , don Francisco Aburto .

Y esta es la razón que nos llevó , en este año de 1984 (junio ) , a rea-
lizar la J unt a Gene r al de Cac i que s de la regi ón del Butahuillimapu (de las pro -
vincias de: Va l divia , Osor no y Chil oé), los días 18 , 19 , 20 y 21 de junio , en
Mi sión Rahue Osorno, sede de la Junt a de caciques del Chauracahuín-Osorno.

De esta J unta en Misión - Rahue , damos a conocer a la opi n i ón públ i ca ,


a las a utori dades de gobierno y a l os her manos mapuches- huill i ches en gener a l,
nuestros planteamientos fr e nte a l a problemática que a f ecta a l a r egión hui ll i-
che, como también a la v ez presentamos nuestras p r oposiciones y alternativas:

1. SITUACION AL I NTERI OR DE LA ORGANI ZACION NATURAL:

Referentes a los cac i ques y l onkos :


- caciques , no e j e r cen su labor como corresponde en algunas jurisdicciones .
- Falta de responsabil i dad y de conciencia de SER AUTORIDADES de su pueblo.
- Posi ción ambi gua de caciques , frent e a situaciones externas (de l a contin
genc i a política actual) .

Ref e r entes a l a organización:


- Fa lta r econstruir l a estructura natural de los cac i cados (estatutos , re ~
gl amentos , leyes y de l os mi embros) .
- Comunidades de base desor ganizadas , sin representación constituida .

159
- Algunas comunidades se reúnen sólo para rogativas .
- Intromisión de ajenos a la comunidad mapuche .

Situación externa de la organización :


- Fa lta un reconocimiento pleno de las autoridades winkas hacia nuestros ca
ciques y organización natu r al.
- No hay respeto de organismos gubernamentales hacia nuestra organización y
jef es .
- No hay cumplimiento de leyes que hayan sido favor ables al mapuche.

2. DERECHOS TERRITORIALES NO RESPETADOS:

- El pago de contribuciones al Estado de los terrenos indígenas.


- No hay r espeto de algunos organismos fiscales, ni reconocimiento de las
Escrituras .de Comisario .
- División obligada de las tierra s a l i nteri or de l as comunidades mapuches.
- Intromisión de organismos estatales en tierras huil liches .
Ventas de las tierras fiscales a particulares y consorcios extranjer os.
- Amenaza constante de desalojos a comuneros de sus tierras, de las que son
herederos de sus antepasados .
- Reducción de las tierras de hermanos mapuches- huilliches de Chiloé a una
mísera porción.
- Traspaso de cementerios indígenas a municipalidades.

3 . SOBRE NUESTROS DERECHOS CULTURALES :

- Pérdida parc ial de nuestro idioma en las comunidades . Los hablantes s on roa
yores de 50 años .
- Fuerte influencia de la cultura dominant e : valore s enajenantes , modelos in
d i vidualistas.
-No hay una educación adecuada y/o especial para la juve n tud mapuche.
- Pérdi da consi derable de IDENTIDAD: de ser gente de la tierra.
- Olvido de l as prácticas religiosa s al interior de nuestro pueblo .
- Pérdida paulatina de nuest ras expresiones: musicales , danzas, cant o s, de-
porte de la chueca, etc .
- Pérdida de la sabiduría de la cultura, pensamiento de pueblo (concepto y
filosofía ) .
- Prejui c i os y perjuicios dentro de las comunidades (males , brujerías , etc . )
- Aumento de antivalores : alcohol i smo, cuatrerismo .

4 . PROBLEMA DEL AGRO-ECONOMIA:

- No hay mayores facilidades para hacer producir la tierra (alto costo de


insumo y otros) .
- Aislamiento económico de organismos del Estado hacia los sectores huilli-
ches costeños y de la región huilliche (campesino-mapuche) .
- Burocracia en las oficinas y or gani smos del agro .
- Problema de electrifi cación (Pit riuco-Lago Ranco) .

160
- Suelos agotados, erosionados por la destrucción ecológica en los sector es
precordilleranos de la Costa.
- Préstamos bancarios NO aptos para las comunidades mapuches.
- Falta de comercialización: mercado y abastec i mient o par a l os productos.
- No hay autorización para explotar ni trabajar la madera de los terr i t orios
cordilleranos de la costa (se hace una tramitación interminable).
- Falta de un proyecto alternativo y apoyo a la economía mapuche.

A conti nuación se enumeran nuestras proposi c i one s y posible s solucio


nes a la problemática ya descrita.

l. ORGANIZACI ON DE LAS JURI SD I CCIONES Y COMUNIDADES:

Las comunidades deben velar por el desempeño de sus caciques; además el


cacique debe ser el guía cons tante de su pueblo: estar en todo momento con
sus hermanos.

- La Junta de Cac i ques( se compromete a e ntregar a cada una de l as jurisdi~


ciones y comunidades, los Estatutos, reglamentos y leyes para que cada ca
cique y lonko, pueda re-estructurar su organización.

- Se exige el derecho a ser reconocidos plenamente por el actual gobierno y


los ven i deros, a nuestr os cac i cados .como autoridades de nuestro pueblo
huilliche regional.

- Se constituye desde esta fecha LA JUNTA GENERAL DE CACIQUES DE LA REGION


DEL BUTAHUILLIMAPU, como lo hicieron nuestros antepasados. Esta, está ad~
más, constituida por un Consej o Superior, compuest o por representantes de
las provincias de Valdivia, Osorno y Chiloé .

2. NUESTROS DERECHOS TERRITORIALES:

- El mapuche no estaría obligado a pagar contribuciones por ser dueño abso-


luto de la tierra que le vio nacer. Por lo tanto, s e e x i ge al Estado el
cumplimiento y r e speto de l os a rtícul os de ley, sobre exención de pago.

- Se e xige el derecho: pleno r econocimient o del PARLAMENTO DE PAZ y ESCRIT~


RA DE COMI SARIO, palabra empeñada bajo juramento y a perpetuidad por nue~
tras antepasados caciques. Pues necesitamos la defe nsa de est os derechos
debido a las diversas situaciones provocadas últimamente .

- Sobre los cementerios: l os caci ques y comunidades donde se encuentre un


cement e rio, tienen la responsabilidad de defender este derecho, ante las
autoridades que corresponda (municipalidades) o bien dirigirse a la Junta
de Caciques.

3. NUESTROS DERECHOS CULTURALES:

La Junta de Caciques, debe buscar fi nanciamiento en instituciones de apo-


yo, par a promover la construcción de escuelas o institutos culturales,do~
de se enseñe la historia y cultura del pueblo Hu i lliche.

- Los padres mapuches, deben incentivar a sus hi j os por el respeto de su ra


za y enseñarles l o que ellos sepan de la histori a, idioma y cultu~a Hui ~
lliche.

16 1
- Se pide a los profesores de las escuelas rurales respeto por el niño map~
che : su forma de ser , su cultura.

Exigimos en futuro próximo , un sistema de enseñanza bicultural en las es-


cuelas de la Región Huilliche; donde se de a conocer la verdadera histo -
ria del mapuche en conservar las raíces auténticas y valores prop ios de
la "gente de la tierra ".

- Promover en las jurisdicciones y comunidades los Ngu illatunes y toda ex -


presión de religiosidad autóctona (labor que corresponde a cacique$,lon -
kas y cultore s) .

- Por cada jurisdicción se deben p r omover , motivar a las bandas musica les
tradicionales , danzas , a rtesanía y deporte autóctono .

- Los caciques deben hacer llamados de orientación y de advertencia en las


comunidades sobre los anti-valores que per judican la dignidad del hombre:
alcoholismo, cuatrerismo, males, etc.

- Los caciques deben dar e jemplo de moralidad y respeto a los comuneros y a


la sociedad en general . Estimular l a responsabilidad y la disciplina en
los demás.

4 . PROPOSICIONES Y ALTERNATIVAS SOBRE AGRO-ECONOMIA HUILLICHE:

- Las comunidades y la Junta General de Caciques, deben e l aborar proyectos


de desarrollo agrícola que permitan buscar una alternativa en la mejor
producción de l as tierras huilliches . Lograrlo en la comunidad organi zada
(buscar financiamiento y medios apropiados) .

- Los caciques deben promover la forma de construir caminos en lo s sectores


apartados .

- Los caciques y la Junta General de Caciques , deben denunciar la burocra -


cia y el aislamiento económico .

- A nivel de Junta de Caciques, se buscará formas de solucionar el problema


de compra y venta de los productos que se dan en las comunidades mapuches
(mercado) .

- Los caciques de cada jurisdicción , deben reconocer la propiedad por heren


cia y por comunidad, d4ndose por comprobada a la Junta de Caciques .

Finalmente , concluyendo este documento his tórico , deseamos que la so


ciedad chilena, sus autoridades a través de la historia , lo s presentes y veni-
deros , nos reconozcan como MAPUCHES; gente de la tierra y que nuestra filoso -
fía nace de la Madre Tierra , la Ñuke Mapu y que a través de ella se genera nu e~
tra forma de ser , nuestra organi zación siendo la base fundamental de nuestra
existencia .

Y a partir de esta ideología mapuche , damos a conocer también que e~

mo pueblo con su cultura tenemos derecho a regirnos por nuestras propias leyes,
tenie ndo a la orga nización natural de cacicados como la máxima estructura so -
cial del huilliche, dirigida , apoyada y orientada por la Junta General de Caci

162
ques del Butahuillimapu . Ade más de ot r os derechos como : el t r abajo , educación ,
idioma , forma de ver y pensar ; nu e stra s expresiones religiosas y cu l turales.

Por l o tanto , con f echa 21 de junio de 1984, con sede en el l ugar de


Misión Rahue , antiguo ailla rehue - levo del Chauracaví, e n las cer c anías del
río Rahue , se r econs t i tuye e n forma definitiva la JUNTA GENERAL DE CACIQUES DE
LA REGION DEL BUTAHUI LLI MAPU , en los siguient es art ícul os:

1 . Quédase constit u i do e l Con se j o Ge neral de esta J unta por dos miembr os para
l a coor dina c i ón y l a ejecución de actividades de la Junta General del Buta-
huill i mapu , con asi ent o e n el Levo de Chauracaví, provincia de Osorno .

a ) Re afirmase e n el cargo de Direc t or Gen eral de la Junta de Ca c iques a don


Juan Huenupán Guala , con domicilio e n Laf quenmapu , jurisdi c ción de San
Juan de la Costa .

b ) Reafirmase en el cargo de Secre t ario Genera l de la Junta de Caciques a


don Jor ge Cheuquián Queupuán, con domicilio e n Huamputue , juri sdicc i ón
de San Jua n de la Costa .

2 . Se deja consta nci a que estas personas reafirmadas en sus cargos por unanimi
dad d e l a Junta Gene r a l de Caciques, qu edan f acultados para realizar todo
tipo de trabajo que va ya en beneficio de las organizac i ones de la región Hui
l l i c he.

3 . En acuerdo de la Junta de Cac i ques y Con sej o General se determina que : nin-
gún representa t e , d ire c t ivo , l onko o cacique , debe participar y/o repre s en-
t ar un cargo en or gan i zaciones de car ácter político part i di sta . Aquél que
así lo hiciere ser á de stituido de su cargo, hecho que tomará la Junta Gene-
ral de Caciques p ara los efect os y sanciones perti nentes .

4 . Para l as p r ovincias que componen la Junta Gener al , deben constituir se en


Consej os Provinciales de Ca ciques , y a la vez designar un delegado para la
Junta General de Caciques y Consejo Superior .

5 . Los cac i ques hace n un pedi do a la juventud huil l iche que tomen conc iencia
de l o s valores del puebl o y su raza . Y también par a aquellos jóvene s que
cuentan con estudios superiores, que deben coopera r en el desarrol l o de sus
demás he rmanos , entregando su aporte a la cultura y a l a educación de l os
huil liches en general .

Esperando desde ya e l reconoc i miento pleno de la so c i edad chilena y


de s u s autoridades , damos un sa l udo f r aterno al hermano winka . Y nue stro sal u -

163
do de hermandad para cada uno de los her manos mapuches- hui l lic hes. Unidos her-
manos peñis haremos realidad este renacer del puebl o .

Atentamente .

Leonardo Cuante L . - Cacique de Pitriuco (Valdivia)

Gumersindo Calfulef A. - Cacique de Lago Ranco (Valdivia)

Antoni o Al caf uz Canquil . - C. de Quilacahuí n - San Pablo (Osor no )

Reinal do Huinca Quedel Puninque (Osor no)

Adel fi o Lafi n M. - C. de Riachue l o (Osorno)

Arturo Camiao c. - Rep . S . Juan de la Costa (Osorno)

Est anisl ao Chiguay R . -c. Com . I ncopulli (Ch i loé)

Baudil i o Neún R. - c. Com . Huequetrumao - Chadmo (Chi l oé)

Juan Huenupán G. - Direct or Junt a de Cac i que s

Jorge Ch euqui án Q. - Secretario Junta de cac i ques

(Sello de l a J unta de Caciques


Reg . BUTAHUILLIMAPU).

164
Bibliografía

1 . BIBLIOGRAFI.A GENERAL

CALVO BUEZAS, Tomás. Los más pobres en e l pais más r i co . Clase, raza y etn i a
en el movimiento campesino chicana . Madrid: Ediciones Encue ntr o , 1981,
393 p.

CALVO BUE ZAS , Tomás. "Aspectos antropológicos sociales en los Andes Sep t en tri~
na l es" . Las Cul t ur as de Amér i ca en la Epoca del De scubrimient o . Semi-
nario sobre la situación de la investi gación de las cul turas i ndí ge -
nas de los Andes Sept entriona l es. Madri d : Edi ciones Cu ltura Hispáni -
ca (Comisi ón Nacional para l a celebr ac i ón dclV Cen t ena rio) , 1985 , pp .
205- 241.

CALVO BUEZAS , Tomás. "Comunidades indígenas hoy : un mosaico de lengua s y cultu


ras". Culturas indígenas de l os Andes Septent r ionales. Madrid: Comi-
sión V Cen t enari o (catál ogo de e xposición), 1985 , pp. 23 - 31 .

DE VOS , Geor ge; ROMANUCCI - ROSS , Lol a (eds . ) . Ethni c Í den tity : cultural conti -
nuities and change. Palo Alto , CA : -Mayfie ld , 1975 , 385 p.

ERI KSON , Er i k Hombur ger . I de nt i t y . Youth and c risi s . London : Fabe r & Faber ,
1968 , 336 p .

FOSTER, Geor ge M. : Tz i ntzuntzán . Los camp esi nos mexi canos en un mundo en cam-
bio (1967) . México : F .C . E . , 1976 , 366 p .

RI BEIRO, Darcy . Fronteras indígenas de la civilización (1970). Méx ico : Siglo


XXI , 197 1.

SI NECIO , L. M. ; HELGUERA , R. y RAMON, R. M. Adaptación, cambio y rebe l ión . Méx~


co : Centro de I nves tigaci ones Superiores de l I NAH , 1974 , 221 p .

TITI EV, Mi scha . Araucani an c ul ture i n t ransit i on. Ann Ar bor : Uni v . of Mi chi -
gan (Occasional Contributions from the Museum of Anthropology , n~ . 15)
1951. 164 p.

165
2. BIBLIOGRAFIA DE CHILOE

AMPUERO CHIGUAY, Luis . Catálogo bibliográfico rel ati vo a Chiloé. Valparaíso ,


Chile: Memoria inédita , Universidad Católica de Valparaíso , 1985 ? ,
280 p .

ANGUITA, Pablo ; LOPEZ , Roberto; MODIANO , Ignacio y ZECCHETTO , Renzo. Casas de


Chiloé . Santiago de Chile: Universidad de Chil e, Facultad de Arqui-
tectura y Urbanismo , 1980 , 80 p .

BARRIENTOS DIAZ, Pedro J. Historia de Chiloé. Ancud , Chile: Imp. "La Cruz del
Sur", 1949.

BERNALES L., Mario . "Sobre vocablos y cosas de Chiloé". Estudios filológicos,


n~.3, 1967 : 303- 347 . Valdivia , Univ. Austral de Chi l e.

CARDENAS (ALVAREZ), Renato y HALL, Catherine G. Chiloé: manual del pensamien-


to mágico y la creencia popular. Ancud, Chile: Talleres de la Funda
ción para el Desarrollo de Chiloé, 1985, 87 p.

CARDENAS (ALVAREZ) , Renato y TRUJILLO A.,Carlos A. Apuntes para un dicciona -


rio de Chiloé. Castro , Chile : Ediciones Aumen, 1978, 95 p .

CAVADA (CONTRERAS), Francisco (Javier) . Chiloé y los chilotes. Estudios de Fol-


klore y lingüística de la provincia de Chiloé . . . Santiago, Chile :
Imprenta Universitaria, 1914 , 448 p.

CONTRERAS o. , Constantino. "Estudio lingüístico- folklórico de Chi l oé: Mitos y


actividades laborales rudimentarias" . Boletín de Filología , tomo 18,
1966: 59-212. Santiago, Univ . de Chile.

GRENIER , Philippe . Chiloé et les chilotes. Marginalité et dépendance en Pata-


gonie chilienne . La Calade, Francia : EDISUD, 1984 , 593 p.

GRENIER , Philippe. "El desarrollo agropecuario de Chiloé insular en los últi-


mos veinte años (1950- 1970): un intento de evaluación". Cuadernos
geográficos del Sur, Vol . II, n~. 2/3, 1972/73: 39-63. Universidad
de Concepción .

INGENIEROS CONSULTORES ASOCIADOS - ICA. Pl an de desarrollo integral . Isla de


Chiloé e Islas adyacentes. Santiago, Chi l e : informe inédito para la
CORFO , 1965, 3 Vol.

MARINO M. , Mauricio. Chiloé: economía , sociedad colonización. Ancud , Chile:


Ediciones Víctor Naguil, 1985 , 136 p .

MUNIZAGA (AGUIRRE), Carlos . Reconocimiento cultural de Chiloé. Santiago, Chi -


le : Mimeo, 1971

MUNIZAGA, Juan R. (Jefe de proyecto) . "Antropología física de Chiloé" . Revis-


ta chilena de antropología, n~.1, 1978 : 125- 162. Santiago.

(CAVADA CONTRERAS, Darío) N.N.N. Chiloé. Ancud, Chile: Imp. "El Austral",l896,
83 p .

OLGUIN BAHAMONDE , Carlos . Instituciones políticas y administrativas de Chiloé


en el siglo xviii . Santiago, Chile: Edi torial Jurídica de Chile,
1971 , 143 p.

QUINTANA MANSILLA , Bernardo . Chiloé mitológico . Mitos - pájaros agoreros - ce-


remonias mági cas de la provincia de Chiloé. Padre Las Casas , Chile:
Imp . "San Francisco", 1972, 173 p.
166
URSINA BURGOS , Rodolfo. La periferia meridional indiana . Chiloé en el sigl o
XVIII. Valpar aíso , Chi l e : Ediciones Universitarias. de Valpar a í so ,
1983 , 246 p .

URIBE VELASQUEZ, Mario César. Cr ón icas de Chiloé . Santiago , Chile: Alfabeta


I mpresores, 1982 , 149 p.

3. BIBLIOGRAFIA SOBRE LOS HUILLICHES

CAÑAS PI NOCHET, Alejandro . . Estudi os de la lengua veliche. Su probable origen .


Vocabular io. Santiago , Chile: Vol XI del 4 ~ Congreso Cient í fico (1~
panamericano) , 191 1 , pp . 143 - 330 .

CARDENAS ALVAREZ , Renato."Los huilliches de Chiloé" . Revist a Cultural , II , nov.


1984 : 25 - 28 . Castr o, Cl ub de Lectores del Liceo BN- 34 .

DIAZ c. , Christian . "Algunas consideraciones del pasado indígena de Chiloé".


Bol etín Informativo de l Museo Regional de Castro , f eb . 1967 : 18- 24.

DIAZ VASQUEZ , M. Ar nol do y otros. Prese ntación del ámbi to cul tural que carac-
teriza a las localidades de Chiloé en que habitan l os hui l liches y
algunas de sus expresiones artísticas musicales . Ancud , Chile: Univ.
Aus t ral de Chile (Tesis de Grado i nédita, prof. patr. Héc t or Pér ez
A.) 1980 , 58 p.

ERIZE, Es t eban . Di ccionari o comentado mapuche-español . Araucano , pehuenche,


pampa , pi.cunche, rancülche , huilliche. Buenos Aires: Editorial Peu-
ser (Cuadernos del Sur , Univ . Nacional del Sur) , 1960 , 550 p .

FAIVRE DUPAIGRE, Benoit y DAMAIS , Gilles. Estudio del sistema agrario del sur
de la isla d e Chiloé . Diagnóstico económico de la agricultura en la
zona de traba j o del proyec t o Yal dad - OPDECH. Santiago? , Chile: INA-
PG , OPDECH , AGRARI A (Memor i a para l a obtención del Diploma de Agro-
nomía Profundizada , Mención Desarr ollo Agrícola del Instituto Agr~
nómico de París), 1985 , 223 p .

LENZ , Rodolfo. Estudios Araucanos. IV Trozos menores en picunche i huilliche .


Santiago , Chile : Imp . "Cervantes" (separat a) , 1896 .

MARI NO M. , Maur i cio . "Los huil liches de Chiloé : una realidad desconocida " .
Chiloé , n~. 1 , dic . 1983 : 6-9 . Centr o Chi lote de Concepción.

MEYER SOTO, Antonio Luis y o t ros. Presencia hu ill i che actual en las comunida-
de s de San Antonio de Chadmo , Pureo y Compu. Ancud : Univ.Austral de
Chile, I nvestigación inédita realizada en los años 1980 y 1981.

MOESBACH , Ernesto Wilhelm de y .MEYER RUSCA , Walterio . Los huilliches a través


de sus apellidos. Estudio etimológ i co de l os pat ronímicos aboríge -
nes sur eños. Padre Las casas (Cautín) , Chi le : Imp. "San Francisco"
(Editor W. Meyer Rusca , Osorno), 1953 , 227 p.

OYARZUN (Navarro) , Aureliano . "Cultura aborigen de Chiloé". Revista Chilena de


Historia y Geogr a fía , t omo LXXVI, n ~ . 83 , 1934 : 235- 259 . Santiago.

STARK, Louisa R. "Acer ca de los huilliches . Documento de la primera mitad del


s . XVII (Georg Margraf : ' Sobr e l os chi lenos ' ) ". Estudios Filológicos ,
n~ . 15, 1980: 193-2 13 . Valdivia, Univ . Austral de Chile.

167

También podría gustarte