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Gran cantidad de criollos habían conocido las nuevas ideas filosóficas, políticas y sociales que
prosperaban en Europa. La filosofía de la ilustración o iluminismo, había prendido en el espíritu de
los criollos. La razón paso a ser considerada como la gran facultad humana, y se buscó una
explicación racional para los hechos sociales, políticos y científicos.
Muchos patriotas simpatizaban con la idea del despotismo ilustrado, según la cual el gobierno debe
estar en mano de las minorías cultas y selectas, pero debe gobernarse para el pueblo.
En lo económico, se siguen las ideas de los fisiócratas y del francés Francois Quesnay, quien
sostenía que la iniciativa individual, ejercida libremente (Laissez faire), permite lograr un justo
punto de equilibrio económico, pues las leyes naturales son universales e inmutables, y existen
para producir la felicidad humana en lo físico y en lo moral.
Paralelamente a este naturalismo, el mercantilismo goza también de prestigio en Europa y se imita
en América. La principal riqueza en un país es la riqueza monetaria y los metales preciosos, y esas
riquezas metalíferas permiten lograr un equilibrio en el comercio y una riqueza interna nacional.
Para esto, deben crearse industrias de elaboración, levantar grandes manufacturas, y obtener
materias primas para que esas manufacturas funcionen y puedan intercambiarse con otras
naciones.
NEOCLASICISMO EN LAS LETRAS: En la literatura estas ideas tenían su equivalente en el movimiento
denominado neoclasicismo, o, según la denominación de otros autores, seudoclasicismo.
En poesía, los caracteres del neoclasicismo hispanoamericano, escuetamente enumerados, son los
siguientes:
Influencia española del siglo XVIII (Quintana, Meléndez Valdés, Cienfuegos y cadalso
principalmente), pero se agrega ahora la imitación de otros autores europeos: Francia
(Rousseau, Voltaire y Montesquieu, y los prerrománticos Chateaubriand, Mme. De Stael y los
románticos Lamartine y Víctor Hugo); Inglaterra (Milton Young, Pope y el romántico Byron);
Italia (Metastasio, Alfieri, Foscolo y Manzoni); Estados Unidos (Thomas Paine, Jefferson,
Franklin, Hamilton, Adam Smith, Madison, Jay, o sea los autores de EL FEDERALISTA); Alemania
(Schiller, Goethe y Lessing).
Influencia de maestros de la antigüedad latina (Virgilio, Horacio, Ovidio, Lucrecio) y griega
(Anacreonte, Homero), en particular el virgilianismo o contemplación serena de la naturaleza y
alabanza del campo y sus faenas, influencia también de los libros de la biblia.
Auge de la poesía patriótica, en forma de odas e himnos heroicos, sobre los hechos de guerra
de la Independencia.
Poesía de contenido ligero, sobre el tema del amor, y poesía civil sobre el progreso y las
ciencias.
Renacimiento de la fábula, el epigrama y otras composiciones festivas o moralizantes.
Preeminencia del paisaje americano como motivo descriptivo, incluida en su flora y su fauna.
Entrada en el vocabulario literario de formas regionales o vocablos locales.
Nacimiento de la poesía gauchesca en el Río de la plata.
En prosa, los fenómenos literarios pueden enumerarse así:
Aparición del periodismo político, social y económico, como medio de difusión de las nuevas ideas y
de divulgación del espíritu revolucionario.
Preferencia por los ensayos, proclamas, historias y discursos;
Nacimiento de la verdadera novela realista hispanoamericana en México.
En teatro, sin embargo, no hubo grandes novedades. Se representaron las comedias y tragedias del
repertorio clásico español (Lope de Vega, Calderón, o del Siglo XVIII, como Moratín), y a veces se llevaron a
escenas traducciones de los italianos (Alfieri, Goldoni, Metastasio).
NEOCLASICISMO EN ARGENTINA:
Finales del Siglo XVIII-principios del XIX:
Llega la imprenta a Buenos Aires. Se hace más posible las difusiones.
A finales del siglo los letrados eran gente que se había educado en letras españoles que eran
Neoclasicismo Español.
El neoclasicismo en Latinoamérica tiene una mirada PATRIOTICA, una mirada hacia la tierra,
marcada por la originalidad y la representatividad.
ODA: ya nos da una pauta de la imitación.
Lenguaje intelectual para unos pocos.
Se aprendía a escribir copiando.
Neoclásico es una copia de ese neoclasicismo.
MANUEL LAVARDEN: ODA AL PARANÁ
MANUEL JOSÉ LAVARDEN
Filósofo y poeta argentino. Nació el 9 de junio de 1754 en Buenos Aires.
Hijo de Juan Manuel de Lavardén, abogado nacido en Charcas, asesor de los virreyes Pedro de
Ceballos y Juan Manuel de Vértiz.
Estudió leyes en las universidades de Chuquisaca, Granada, Toledo y Alcalá de Henares. Miembro
del cabildo de Buenos Aires y de la Junta de Temporalidades, que se encargaba de administrar los
bienes de los expulsados Jesuitas.
Escribió las obras: SIRIPO (TRAGEDIA) – ODA AL PARANÁ (POEMA).
Falleció en Colonia del Sacramento (Uruguay) el 31 de octubre de 1808 (54 años).
1 de abril de 1801, entre las páginas 4 y 7 de El Telégrafo Mercantil Rural, Político e Historiográfico del Río
de la Plata, el primer periódico que se publicó en Buenos Aires, el porteño Manuel José Lavardén firmó su
inmediatamente famoso poema “Al Paraná”.
Oda:
98 versos endecasílabos asonantes dedicada al “primogénito ilustre del océano”.
Por un lado, respondía tardíamente a las convenciones neoclásicas que habían dado su nota más
alta en la lit. europea del siglo XVIII y despuntaba, por otro, la novedad absoluta del color local.
Cargado de adjetivos.
Poema escrito en verso ENDECASÍLABO –ASONANTE.
POEMA: hace referencia a ambientes geográficos y ambientes naturales.
Perlita: cuenta la historia que cuando escribe la ODA estaba preocupado por el mercado en el río,
del cuidado marítimo.
Con el poema de Lavardén y la gauchesca vamos a encontrar los primeros “cielitos” y canciones
patrias.
LAVARDÉN va a utilizar la belleza y la utilidad del rio para describir- cantar esta Oda. ODA: canto
que se elevan a algo que nos da placer).
Publica la oda en el diario el “Telégrafo mercantil”. Lavardén fue un poeta comprometido con la
decisión de reafirmar los derechos de los criollos en el lugar.
Participa abiertamente en contra de las invasiones inglesas.
Martin Prieto:
Esa ambivalencia, esa condición que señala Juan de la C. Puig en el prólogo a su Antología de los
poetas argentinos como propia del neoclasicismo de la América española- saber ser original al
mismo tiempo que imitador-, es sino de “Al Paraná”. Lavardén es imitador, aunque tardío, porque
escribe una obra según las convenciones genéricas, formales y retoricas consagradas en Europa en
el siglo anterior. Esto es: preeminencia del verso sobre la prosa, voluntad de objetividad y
equilibrio- contra la profusión barroca y rococó-, tendencia a la ejemplificación, y privilegio de los
héroes y deidades de las obras clásica grecolatinas como grandilocuentes términos de
comparación. Julio Caillet-Bois en su indispensable estudio sobre la literatura colonial, hay todavía
en “Al Paraná” remanentes barrocos en sus imágenes rebuscadas y en la composición de algunas
de sus frases. Esa alteración, en vez de desestabilizar el componente derivativo del poema, no hace
sino confirmarlo y volverlo anacrónico por partida doble. (sabemos que el barroco no había tenido
en el Río de la Plata La enorme difusión que tuvo en Europa y otras partes de América). Pero
Lavardén también es original, porque instala, por primera vez, de un modo retraído pero neto y
hasta provocativo, temas, paisajes y vocabularios americanos, según puede verse, por ejemplo, en
esa “banda silvestre camalote” que cruza la frente del “Augusto Paraná, sagrado río” y lo obliga a
anoticiar al pie del verso a los lectores de El Telégrafo Mercantil que “el camalote es un conocido
yerbazo que se cría en los remansos del Paraná”.
El poema refiere al “raro fenómeno” del repliegue “en los cincos años pasados” del crecimiento
ordinario del Paraná del que “no hay noticia y se ignora su causa” y al que el poeta, como anota
Juan María Gutiérrez, “le finge retraído por los horrores de la pasada guerra extranjera”, refiriendo
de este modo al bloqueo de los ingleses en 1797. El poeta, considerando que tal retracción atentó
contra las dos funciones utilitarias del río- NAVEGACIÓN Y RIEGO- y supuso entonces una merma
estimable del comercio interior y de la cría de ganados, invita al río a que descienda “en su carro de
nácar refulgente, tirado de caimanes”, desde su urna de oro, echando a su paso “frescor y pródiga
abundancia” y “dando socorro a sedientos campos”.
POEMA:
1. Es un concentrado de las preocupaciones poéticas, filosóficas y políticas de la época.
2. Forma: oda- canción.
3. Verso endecasílabo.
4. Imagen: RÍO- RODEADO DE CÉFIROS, NINFAS Y CORONADO DE LIRIOS y, aun, la
interpolación, en la geografía litoreña, de las montañas griegas de Pindo y de la figura
mitológica de Jano, el furioso costero de Troya, dan las notas del poema neoclásico
americano.
5. Su carácter unitario, que tiende no solo a la naturaleza como paisaje, sino también a la
economía de la naturaleza, es tributario del asimismo contemporáneo ideario filosófico de
los fisiócratas y de la escuela progresista del español Gaspar Melchor de Jovellanos, que
tenía en el Río de la Plata, además de Lavardén, otros aventajados discípulos como Manuel
Belgrano e Hipólito Vieytes.
6. CIERRE DEL POEMA: Insólitamente excluido de muchas antologías-, anota que el Paraná, en
su carro de triunfo, llevará guarnecidos de diamantes “y de rojo rubíes, dos retratos, /dos
rostros divinales, que conmueven: / uno de Luisa es, otro de Carlos “. Esto es: de los
entonces reyes de España Carlos IV y María Luisa. De este modo, el que se postulaba, más
debido a su asunto que a su forma, como primero poema argentino, resulta ser, todavía, un
poema español. Pero claro que no podía, como parecen exigirlo los censores de las últimas
estrofas, ser argentino un poema escrito en el año 1801, cuando la Argentina era – y para
algunos pocos entre los que no se contaba Lavardén- apenas una ensoñación.
7. El poema de LAVARDÉN: es, el emblema de ese largo período de transición que va desde la
creación del Virreinato del Río de la Plata, el 8 de agosto de 1776, hasta la Revolución de
Mayo de 1810, en el que, según se desprende de sus manifestaciones literarias, fueron las
acciones del imperio británico, primero con el bloqueo de 1797 y luego con las dos
invasiones de 1806 y 1807, las que, por reacción, van destilando americanismo,
argentinismo e ideas de ruptura y libertad en el mismo cuerpo social e ideológico que seguía
definiéndose como español y monárquico.
LOS POEMAS SOBE LAS INVASIONES INGLESAS:
A la luz de la cada vez más activa vida política del virreinato, se inscribe primero la saga de los poemas
sobre las invasiones inglesas y apenas después la de los poemas de la Revolución y la Independencia.
Primer grupo:
1- PANTALEÓN RIVAROLA:
POEMA: ROMANCE HEROICO.
TRATA: el asunto es la reconquista de la ciudad de Buenos Aires el día 12 de agosto de 1806 por las
tropas reales al mando del virrey Santiago de Liniers, llamado Marte en el poema, siguiendo el
modelo neoclásico.
SIMBOLOGÍA: el Río de la Plata es llamado, directamente, el argentino, retomando la designación
de Del Barco Centenera, y el mismo adjetivo, ahora como gentilicio, “el pueblo argentino”, aparece
al año siguiente usado por el mismo autor en unas octavas. “los guerreros de la patria” y el “pueblo
argentino” pasan en el poema de Rivarola a ser sinónimos, como un correlato de esa suerte de
efervescencia protopatriótica y libertina que comienza a manifestarse en Buenos Aires al calor de la
doble victoria consecutiva contra los ingleses.
Pero hoy el más reconocido poeta de la saga es, Vicente López y Planes, a quien le cabe el mérito de ser
tanto autor de cantos de los triunfos contra la armada británica como, casi inmediatamente, del más
famoso contra el imperio español.
Segundo grupo:
2- VICENTE LÓPEZ Y PLANES:
POEMA: EL TRIUNFO ARGENTINO.
Un romance heroico en endecasílabos en memoria de la defensa de Buenos Aires contra el ejército
de 12.000 hombres que la ataco del 2 al 6 de Julio de 1807. López y planes primero pide la venia del
“hijo de Apolo”, esto es, de Manuel José Lavardén, según se lo tenía por esos años en Buenos Aires
al autor de “Al Paraná”, y luego se despacha con una larguísima tirada de versos retóricos y
amanerados que, como anota Puig con cierta perplejidad, obligan a preguntarse “si aquello está
escrito para pueblos de habla castellana o para pueblos de Horacio y Virgilios”.
MARCHA PATRIÓTICA- VICENTE LÓPEZ Y PLANES
VICENTE LÓPEZ Y PLANES: Alejandro Vicente López y Planes (Buenos Aires, 3 de mayo de 1784 - 10 de
octubre de 1856) fue un escritor, abogado y político argentino, autor de la letra del Himno Nacional Argentino,
adoptado el 11 de mayo de 1813, y Presidente Provisional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, entre
el 7 de julio y el 18 de agosto de 1827. Inició sus estudios primarios en la Escuela San Francisco, cursando los
secundarios en el Real Colegio San Carlos, hoy Colegio Nacional de Buenos Aires. Obtuvo el doctorado en
leyes en la Universidad de Chuquisaca.
Y entonces, la estrofa remata con la enfática respuesta que esos “MORTALES”, llamados “LIBRES
DEL MUNDO”, emiten al anunciar la buena nueva:
“Y los libres del mundo responden:
¡Al Gran Pueblo Argentino, salud!
Desarmada la estrofa, los versos pierden PATHOS y emoción, nota con la que carga todo el nuevo
poema de 1900 que, comprimido de su versión original, pierde su condición, señalada por Buch,
“de relato de un combate y de una victoria”, y el resultado de esa victoria, que es el levantamiento
de “Una nueva y gloriosa Nación; /Coronada su sien de laureles / Y a sus plantas rendido un león”.
30 de marzo de 1900: se sanciona una ley para que esta MARCHA PATRIOTICA fuera cantada por
todos los actos públicos.
Música hecha por Blas Parera. Muchos aseguran que esta SEMI-COPIADO por algunas de las
famosas óperas italiana.
Mariquita Sánchez de Thompson: patriota argentina, cuya tertulia convocó los principales
personajes de su tiempo. Es ampliamente recordada en la tradición histórica argentina porque LA
MARCHA PATRIÓTICA (actual Himno Nacional Argentino) fue cantada por primera vez en su casa, el
14 de mayo de 1813.
Blas Parera Morat1 conocido como Blas Parera (Murcia, 3 de febrero de 1776-Mataró, 7 de
enero de 1840) fue músico y compositor español, célebre por ser el autor de la música del Himno
Nacional Argentino. Llegó a Buenos Aires en 1797. Era organicista en la Iglesia de San Ignacio y luego
en la iglesia de La Merced.
Contenido:
1- PRIMERA PARTE: anuncia a la nación.
2- SEGUNDA PARTE: hace alusión a todas las guerras.
3- TERCERA PARTE: saluda a los pueblos libres.
4- CUARTA PARTE: coro (es importante ya que cada vez que hable significaría lo que dice EL PUEBLO
que le asignan decir.
Género lirico.
Pertenece a la poesía cívico patriótica.
Personaje: PUEBLO: ser heroico.
Se manifiesta un sentimiento adverso contra España (LEÓN)
Simbología: LAUREL (figura retórica: corresponden a lo heroico)
Alusión a las guerras patrióticas, batallas libradas que conjugan con el grito de libertad.
Hay alusión a todos los pueblos libres.
1810-1811: pueblos latinoamericanos que eran libres.
LENGUA CULTA/ REVERENCIAL: neoclásica y con frase retórica que lo hace más rebuscado.
El texto del himno fue adaptado en la asamblea de 1813.
Marcha: IDEOLOGICAMENTE LIBERALISTA (proveniente de la Rev. Francesa de 1750). Liberalismo se
cruza con ideología liberalista del comercio. Fueron estas ideas que se plasma: IGUALDAD,
FRATERNIDAD, LIBERTAD. Las mismas ideas que adoptaron los pueblos americanos y
latinoamericanos.
Antecedentes del himno: en la marsellesa (Himno Francés)-canto guerrero para los asturianos.
ASAMBLEA DE 1813:
Conocida como Asamblea General Constituyente y soberana. Fue un congreso de diputados de las Provincias Unidas del Río
de la Plata convocada por el Segundo Triunvirato, que sesionó en Buenos Aires desde el 31 de enero de 1813- 24 de enero de
1815. Su objetivo era:
o Los representantes de los pueblos libres reconocieran la soberanía del pueblo, proclamaran la independencia de las
Provincias Unidas y redactaran la Constitución que definiese el sistema institucional del nuevo Estado.
Se estableció: