Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El concepto de memoria: La memoria, como habíamos dicho, es una de las facultades más
importantes del alma. Todas las cosas exteriores como el sonido, las imágenes, los
movimientos son almacenados en la mente, así como también son almacenados los
movimientos interiores (sentimientos, emociones). Cada uno tiene su propia entrada, pero sus
''puertas'' son distintas entre las exteriores e interiores.
Misterios de la memoria: Para Agustín, los procesos de almacenamiento de la memoria son
un total misterio ¿cómo es que la memoria almacena el contenido? en efecto, uno puede
evocar el color blanco estando en la oscuridad absoluta. No sólo eso, su administración es
mucho más increíble porque si el hombre almacena todas los estímulos del exterior ¿cómo es
que podemos evocar correctamente todas las imágenes, todos los sonidos sin confundir o
mezclar (aunque también podemos mezclarlos a voluntad)? De hecho, el recuerdo puede ser
muy bueno incluso cuando no movemos nuestra lengua o cerramos completamente los ojos.
Lo otro que es fascinante es que la memoria me permite extraer todos los recuerdos de las
cosas que más me agradaron, distinguiendo muy bien una cosa de otra (sabores, sonidos,
olores). También se guardan las habilidades de las artes o disciplinas que se aprenden durante
la vida, pero la diferencia con esto es que las disciplinas no están guardadas como imágenes,
es decir, las matemáticas, la gramática o la dialéctica no son imágenes.
El proceso de recordar
Pero ¿cómo entra esta información? a través de los sentidos, luego, la memoria los almacena
en la mente. Por otro lado, todas las cosas que sentimos tienen una especie de validez en la
memoria, es decir, no sabemos qué es lo dulce hasta que lo probamos, pero pareciera ser que
es el alma quien sabe mucho antes qué es lo dulce antes de que nosotros pudiéramos decir
''esto es dulce''. Este recuerdo de las cosas debe ser constante; por ejemplo, el hombre debe
rememorar las cosas una y otra vez para que no se le olvide. De ahí que la palabra pensar en
latín sea ''cogitare'' que significa ''recoger'', por lo tanto, podríamos decir que se ''recogen'' los
recuerdos. Esto podría recordarnos justamente la teoría de Platón donde aprender significa
efectivamente recordar.
¿Cómo podemos recordar los números? el latín y el griego tienen su propios números, pero en
los dos lenguajes los números tienen algo en común. Es decir, los números se entienden en los
dos lenguajes, pero no es necesario saber latín o griego para tener la noción del número. Esa
noción del número es común a todas las personas sin necesariamente saber el nombre de
cada número (uno, dos, tres...). Quizás a lo que se refiere San Agustín es justamente el
concepto de unidad, en efecto, no hay que tener un aprendizaje especial para saber qué es la
unidad(1).
Ahora, hay muchas cosa que gracias a las imágenes que tenemos de ellas podremos
recordarlas; por ejemplo, si yo recuerdo las palabras piedra o sol, no me servirán de nada si no
tengo la imagen de ellas. Si no es por las imágenes no podríamos saber ni recordar que es
cada cosa. La memoria también puede recordar hechos que nos hicieron alegres y tristes, sin
que necesariamente nos pongamos tristes o alegres. Hay algo similar entre el alma y la
memoria, pues mucho se dice que quien guarda algo en el alma lo guarda en la memoria. Sin
embargo ¿cómo se explica que el alma esté alegre y luego se recuerda algo triste? De aquí se
resuelve que son entes separados.
La teoría del olvido
El olvido es obviamente la privación de la memoria, pero ¿cómo es posible que pueda recordar
el olvido? el olvido está dentro de la memoria, dice Agustín porque de otra manera no
podríamos saber lo que es el olvido. No obstante, queda mucho por resolver en el tema del
olvido, pues ¿cómo se puede recordar algo que consiste en omitir el recuerdo? Agustín asume
que es un tema difícil, pero a la vez también dice que debería saberlo pues en sus palabras ''no
hay nada más cerca de mí que yo mismo'' y aún así ''no puedo saber qué es la memoria que en
efecto, es algo mío''. Además, cuando recordamos el olvido ¿recordamos el olvido mismo o una
imagen del olvido? Agustín dice que el olvido no está retenido en sí mismo en la memoria, sino
que está retenido como una imagen. En efecto, recordamos la cosa olvidada y no el olvido
mismo, pero ¿cómo la memoria nos puede dar una imagen del olvido? Agustín nos dice
finalmente que sólo podemos tener una imagen del olvido por más misterioso e increíble que
parezca este fenómeno del olvido.
¿Trascender la memoria?
El fin último de San Agustín es encontrar a Dios sea por el medio que sea. Ya sabemos que
por el cuerpo es imposible, por lo que lo más cercano que existe para acercarse a Dios sería el
alma. El mismo Agustín dice que se debe trascender la memoria para encontrar a Dios, pero
esto trae un problema. Todo lo que está fuera de la memoria es el olvido; ¿cómo podemos
trascender la memoria si fuera de ella no recordamos? ¿cómo podremos recordar a Dios (y
más aún llegar a él)?
Suele pasar que quien pierde una cosa, por medio de un método de descartes mental
encuentra lo que perdió. ¿Qué nos ayuda a encontrar lo perdido? justamente la imagen de esa
cosa y he aquí que la memoria es importante. Ahora, ¿podemos olvidar algo absolutamente?
No, nada se olvida completamente.
La felicidad y la memoria: Todos quieren una vida feliz, o al menos ese es el fin al que
aspiran la mayoría de los hombres. ¿De dónde viene este recuerdo de la felicidad? ¿cómo los
hombres pueden saber de la felicidad sin nunca haberla tenido? Agustín nos dice que la
felicidad está en el hombre de una forma misteriosa. Si el hombre reconoce la felicidad,
entonces esta debe estar en la memoria, pero si la reconoce significa también que ya la
obtuvo.¿Recordamos la felicidad así como recordamos un número? ¿Recordamos la felicidad
como si fuera una especie de país donde todos están alegres? De ninguna de estas formas
porque la felicidad no es corporal. El único, gozo, la única felicidad es Dios porque Dios no es
corporal o elemental.Ahora, ¿qué pasa con la felicidad? ¿acaso se elige o se tiene por fortuna?
Dios es la felicidad, pero ¿por qué no todos tienen la felicidad? simplemente porque por
voluntad no quieren escogerla, aunque también hay una presión por parte de la carne, es decir,
la carne hace que el ser humano sienta una felicidad ''falsa'' y se conforme con aquella. Sin
embargo, habíamos dicho que la felicidad era un concepto que el hombre ya tenía incorporado
dentro de su memoria. ¿Cómo es que el hombre, sabiendo que es la felicidad, escoge otros
caminos para obtenerla? Es simplemente porque esas cosas que no es la felicidad divina los
detienen y deleitan, haciéndoles querer que esa sea la verdadera felicidad.
Por otro lado, ¿cómo puede el hombre conocer a Dios? ¿Acaso lo tenía en la memoria así
como también tenía la felicidad? San Agustín se preguntaba cómo era posible que tuviera
noción o memoria de Dios sin haberlo nunca conocido. La respuesta es que Dios está en las
cosas verdaderas y que por lo tanto, como todas las cosas que existen son verdad, entre el
hombre y Dios no hay espacio, por lo que se deduce que Dios siempre ha estado con el
hombre.
Conclusión
Nunca el tema de la memoria había sido tratado con tanta verdad en algún filósofo antiguo, de
hecho, esta teoría pasará a la historia para ser tratada por otros filósofos, científicos e incluso
psicólogos que tomarán todos estos conceptos para describir lo que es la memoria. Aunque
hay muchas cosas explicadas sobre ellas, también es increíble reflexionar sobre los grandes
misterios de la memoria. San Agustín fue muy humilde al reconocer las limitantes del por qué
no se puede conocer.
Para tratar de resolver esta duda, Agustín parte diciendo que si el presente no tuviera ni
pasado ni futuro entonces sería eternidad, y por lo tanto no podríamos hablar de tiempo. Así, el
presente necesita del pasado para ser tiempo, pues de otra forma sería eternidad. Ahora, el
presente deja de ser una vez que es pasado; lo que significa, que el presente para existir debe
tener tendencia a no-ser (de otro modo sería eternidad).
Pasado:
Hablado esto, San Agustín se propone analizar el pasado y el futuro. El pasado ya no existe y
el futuro no existe todavía, pero ¿cómo podemos referirnos a ellos como si fuera un tiempo
presente si no existen? No podemos referirnos al pasado de ninguna forma, ni siquier diciendo
que ''fue larga la estancia'', pues dicha estancia ya no existe.
Además, pensemos en lo siguiente: para haber dicho ''fue larga la estancia'' debimos haber
dicho primero ''es larga la estancia''. Por otro lado, algo es largo cuando está colocado en el
presente, cuando ya es parte del pasado ya no existe; por lo tanto, las cosas tienen magnitud
cuando están en el presente y dejan de tenerla cuando están en el pasado (por eso, la estancia
larga ya no existe).
¿Cómo se debería decir algo que ''fue largo''? de la siguiente manera según San Agustín:
''Largo fue aquel tiempo mientras fue presente''.
Forma incorrecta de referirse al pasado: ''fue larga la estancia'' es una forma incorrecta porque
nada que pertenezca al pasado puede tener magnitud.Forma correcta de referirse al pasado:
''Fue larga la estancia mientras fue presente'' es la correcta porque la magnitud existe mientras
está en el presente. Es decir, la única forma de referirse al pasado, es refiriéndose al presente.
Veamos ahora si el alma puede reconocer este tiempo presente con referencia en el pasado.
Presente:
Para entender el presente, San Agustín recurre a un pequeño símil de los cien años.
Imaginemos a un hombre dentro de un intervalo de 100 años:Cuando está en el primer año, el
hombre tiene 99 días futuros.Cuando está en el segundo año, el hombre tiene 98 días futuros y
un día en el pasado. Bajo este razonamiento, podemos determinar que el presente nunca
podrá estar en los 100 años simultáneamente, sino que sólamente en uno de ellos. Lo mismo
pasaría si llevaramos el símil a un año, el hombre en el primer mes tendría 11 meses futuros y
cuando pase al segundo tendrá 10 futuros y 1 pasado.Lo mismo pasaría incluso si reducimos
dichos años y el año en un día. El día tiene horas y minutos que tendrían la referencia de ser
pasado o futuro según en qué hora o minuto nos encontremos; así, ni el día puede ser presente
todo. De este modo, San Agustín define el presente como ''un instante'', pero entonces ¿a qué
podemos llamar largo? ¿cómo es que el presente puede ser largo o puede ''durar'' ciertos
minutos o ciertas horas si es un instante?
Futuro:
Mucho menos podríamos decir que el futuro tiene un intervalo largo, pues aún no existe. Y si
existe, es gracias al presente porque el futuro pasa a ser presente una vez que pasa por él.
Conclusión:
¿Qué diremos pues de estos tres tiempos: pasado, presente y futuro? ¿Acaso tendremos que
decir que el pasado y el futuro no existen por sí solos a menos que pasen por el presente?
Al menos en el pasado, todo lo que tenemos de él nos queda en la memoria. Ahora, si nos
queda en la memoria, entonces está en el presente porque a medida que lo podemos evocar
en la memoria estarán presentes; lo mismo ocurre con el futuro. Todas las cosas que existen
se ven en el presente, pero es la memoria la que también las tiene. Por ejemplo, podemos ver
una aurora y podemos predecir que el sol saldrá. La imagen que tenemos del sol saliendo, es
una imagen presente en nuestra mente y la predicción sería decir ''el sol va a salir''. Por lo
tanto, podemos retener el pasado y el futuro llevándolos al presente por medio de la memoria,
como ya habíamos dicho, el pasado y el futuro sólo pueden existir por medio del presente. De
hecho, podría decirse con justa razón que el pasado y el futuro no existen.