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ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN FONOAUDIOLÓGICA PARA NIÑOS CON SÍNDROME DE

DOWN
08.07.2012 00:00

El trabajo que realizan los fonoaudiólogos con los niños Down consiste en ejercicios para fortalecer los músculos de la boca y la
garganta involucrados en los procesos de deglución y pronunciación. De esta forma se intenta tanto corregir la postura lingual, que
favorece una respiración por nariz y mejora la ventilación de los oídos, como ejercitar el futuro desarrollo del habla.
"Cuando son muy chiquitos, lo quese hace es una intervención directa metiendo los dedos en la boca o trabajando con el chupete.
Cuando son más grandes, se trata de que se ejerciten imitando muecas. También es importante trabajar con las mamás sobre la
forma en que deben darle de amamantar y la mamadera.
Pero más allá de los ejercicios, la intervención de los fonaudiólogos en el tratamiento del Síndrome de Down contribuye además a
regularizar los controles audiológicos a fin de advertir un posible deterioro de la audición de los chicos.
En los niños Down, el desarrollo del lenguaje tanto en los compresivo como en lo expresivo se encuentra desfasado con respecto a
los chicos sin patologías. Pero con una intervención temprana, esta función puede evolucionar permitiendo un mejor
desenvolvimiento. Los chicos tratados profesionalmente en forma temprana se integran con mucha mayor facilidad a las actividades
que propone el jardín para su edad.

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Tratamiento del Menor con Síndrome de Down


Ana María Allendes

Educadora Diferencial

Pamela García Espinoza

Educadora de Párvulos

Se puede señalar que muchos de los niños con sin drome de down, se destacan por un buen nivel
memorístico, desarrollando un vocabulario adecuado, y llegando a pronunciar correctamente;
todo esto se logra con paciencia y con la aplicación de ejercicios concretos y reiterativos.

De la organización y dirección de las actividades de los niños dependerá la efectiva asimilación de


los contenidos y el conjunto de conductas que deberá desarrollar para conseguir los objetivos
fijados dependiendo del período de maduración.

Estas actividades presentan ciertas categorías:

a) Automatismo: Patrón de conductas seleccionadas que permiten desafiar de manera rápida y


económica situaciones comunes en su trabajo; a eta categoría corresponde: los hábitos, las
destrezas y las habiolidades.

b) Elementos cognitivos: Es la información y conocimiento sistematizado que se debe adquirir, para


resolver situaciones o conflictos.
c) Elementos afectivos o emotivos: Son la base de la integración a la vida social – escolar y
profesional los que comprenden las actitudes, preferencias e ideales.

Las actividades van desde activar la función madurativa básica hasta aprendizajes complejos de
tipo escolar; desde la estimulación temprana hasta el final del proceso de la recuperación
funcional; centrándose en funciones de senso – percepción, atención, memoria, razonamiento,
imaginación, orientación témpo – espacial, etc,; en habilidades motoras finas y gruesas, y en
técnicas de auto cuidado.

Para el logro de los objetivos deben planificarse en forma segura las actividades que deben
empezar en la cuna:

Estimular la fijación y seguimiento visual. Mostrar al niño un objeto por vez, cambiando tamaños
y colores, un muy cerca de sus ojos y tratando de que tenga la cabeza derecha. Luego cuando ya
haya logrado fijar sus ojos en los objetos, irlos desplazando primero lento y luego más rápido

Estimular la percepción auditiva. Buscar objetos que emitan sonidos diferentes, y agradables, y
luego pasárselos para que los manipule.

Estimular la coordinación visomotora. Acostar al niño en una colchoneta y mostrándole los


objetos y estimulándolo para que los tome. A medida que el niño va creciendo ponerlo cada vez a
más distancia y luego poner a su disposición distintos objetos y juguetes.

Ejercitación auditiva y rítmica:

 Ejecutar melodías sencillas con pasajes fuertes y suaves.


 Tocar en diferentes tonalidades un pandero.
 Golpear sobre una mesa con un martillo de madera con pasajes suaves, agitando los
brazos en los pasajes fuertes.Utilizar canciones infantiles en forma repetitiva.
 Repetir una y otra vez una poesía.
 Hacer que el niño imite sonidos como por ejemplo: ruidos de campanas, de un reloj,
onomatopeya de animales, palabras monosílabas, sonidos emitidos por el adulto.
Ejercitación previa a la marcha:
 Masaje con la palma de la mano, comenzando desde el cervical al sacro, esto puede ser
con guantes de seda, terciopelo, tocuyo, etc. Luego en piernas, brazo, torso, espalda.
 Mantener al niño en un corral trenzado, lo que le permitirá desplazarse y afirmándose con
sus manos, cuyo borde debe ser acolchado.
 Usar andadores fijos que le permitan el desplazamiento con los pies.
 Hacer rodar al niño con ayuda de otra persona.
Marcha del equilibrio:
 Dar pasos agarrado de un bastón presentado horizontalmente por el adulto.
 Caminar al lado de una línea trazada con tiza.
 Llevar sobre la cabeza un saquito de arena.
 Pasar por encima de obstáculos como: botellas, neumáticos, trozos de madera, etc.
 Caminar derecho hacia delante, teniendo las manos tendidas al frente, llevando un objeto
en sus manos.
 Levantarse sobre la punta de los pies, apoyándose en la mesa.
 Quedarse de pie, inmóvil, con ojos cerrados.
 Quedarse de pie, con ojos cerrados, y luego levantar durante un segundo una pierna.
 Avanzar a lo largo de una cuerda.
 Correr de un muro a otro.
 Andar pasos cortos y largos.
En posición de rodillas:
 Levantar y después bajar los brazos hacia delante y luego lateralmente.
 Dar palmadas delante de la cara y por encima de la cabeza.
 Movimiento de tronco brazos y manos:
 Posición derecha con piernas separadas.
 El tronco derecho.
 Ambos brazos hacia atrás
 Manos a lo largo del cuerpo.
 Manos a las caderas.
 Pulgares hacia atrás.
 Dedos hacia delante.
 Manos a la nuca.
 Manos detrás del cuello.
 Tocarse la punta de los dedos.
 Codos hacia atrás.
Movimientos de los pies:
 Mover los dedos de los pies, doblar un pie, después el otro.
 Separar las piernas, doblarlas, extenderlas y bajarlas.
 Levantar una pierna por encima de un palo sostenido horizontalmente por el adulto.
 Tomar una pelota entre los pies.
Desplazamiento sobre el suelo:
 La Cabra: En posición a cuatro patas, el niño debe golpear con la cabeza una pelota,
haciéndola que avance.
 La Carretilla: El niño tiene las manos apoyadas en el suelo, y piernas extendidas, el adulto
coge los muslos del niño, bloqueando las rodillas, bajo sus brazos. El niño debe levantar bien la
cabeza y avanzar con las manos.
 El Conejo: En posición agachada, el niño apoya las manos sobre el suelo, las adelanta un
poco, las mantiene quietas, haciendo que sigan los pies junto con un pequeño salto (este ejercicio
prepara el salto de pie).
Fonoaudiología
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El objetivo fonoaudiológico fundamental es posibilitar al niño con Síndrome de Down a adquirir patrones lingüísticos adecuados a los diversos
contextos.

Para cumplir con este objetivo se abordan en general dos aspectos, por un lado la terapia miofuncional orofacial que tiene como propósito establecer
funciones musculares adecuadas. Y por otro el manejo de habla y lenguaje propiamente tal, en todos sus niveles; fonético-fonológico, semántico,
morfosintáctico y pragmático.

El área fonoaudiológica trabaja desde los primeros indicios comunicativos enfatizando la aparición y desarrollo de las conductas precursoras (por
ejemplo funciones prelingüísticas, imitación, estimulación auditiva).

Desde la edad de cuatro años se opta por trabajar de manera más directa el nivel pragmático (contacto ocular, proxemia, toma de turnos, respeto y
mantención de tópicos, reparación de quiebres comunicativos, etc.) y morfosintáctico (principalmente el discurso), indispensables para una adecuada
integración escolar.

Atención Temprana y Síndrome de Down:una terapia para


construir en familia
Guía Pediátrica / Julio 2012

Más que ningún otro, el bebé con Síndrome de Down requiere de un


cuidado especial, que si es bien guiado tendrá un impacto positivo en su
desarrollo e integración futura. Por esta razón, se debe intervenir desde el
inicio, con una activa participación en equipo de los padres y
profesionales.
A la hora de comer, Amanda exige escuchar su música preferida: el rock. Al
ritmo de la batería, el bajo y la guitarra, mueve su brazo como si tuviera una
baqueta en la mano, gesto técnico aprendido del papá.
Amanda, de dos años, tiene Síndrome de Down. Desde los tres meses asiste al
Programa de Atención Temprana del Laboratorio de Neurorehabilitación
Pediátrica de Red Salud UC, con notorios avances.
Al año y tres meses de su diagnóstico inicial se sumó una leucemia. Pese a su decaimiento y a las quimioterapias, sus padres y los
especialistas siguieron reforzando el área cognitiva mediante la lectura, juegos de encaje y cantos.
Su buen humor y los besitos que Amanda lanzaba con la mano demostraron que ella no se agobiaba con las actividades. Luego de la
última quimioterapia, su recuperación fue progresiva. por lo que retomó sus atenciones en marzo de 2012. Así, antes de cumplir los dos
años, aprendió a caminar. Su madre, Jimena Thayer, ha participado en este proceso y ha sido testigo de los progresos de su hija: “Tengo
tres niños mayores y el desarrollo de Amanda es casi similar al de ellos a la misma edad”.
Según el Manual de Atención Temprana para Niños con Síndrome de Down -editado por la doctora Macarena Lizama, pediatra de Red Salud
UC- esta terapia se entiende como el conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil, y a su familia, desde el nacimiento. Su
objetivo es responder a las necesidades que presentan los niños y niñas con alguna dificultad en su desarrollo.
Hoy existen diversas técnicas que se aplican según el área de intervención, la edad y las necesidades de cada menor. Por lo general, la
estimulación se realiza en sesiones de trabajo que incluyen a los padres y se dividen en: kinesiología, terapia ocupacional, educación
diferencial, fonoaudiología y psicomotricidad.
Camino hacia la integración
En la terapia ocupacional se estimulan las capacidades sensitivo motoras, de aprendizaje e interacción. Busca promover un mayor
desarrollo cerebral. Ayuda al control de esfínteres, alimentación, movilidad, aseo e higiene, entre otros.
La fonoaudiología apoya la comunicación y las habilidades prelingüísticas para el posterior desarrollo del lenguaje y el habla.
La educación diferencial impulsa la estimulación de funciones cognitivas (atención sostenida y asociación lógica) para favorecer el
razonamiento, la resolución de problemas y la futura inclusión educativa y social del niño.
La kinesiología permite que el niño aprenda a controlar la cabeza, a sentarse, ponerse de pie y caminar, hasta lograr su máxima
independencia motora.
Otra área en la que se trabaja es la psicomotricidad, que ayuda al menor a aprender a valerse, conocerse, sentirse y mostrarse para que
interactúe y se integre al medio. Esto se logra a tráves del juego libre en sus etapas sensitivo motora, simbólica y relacional. La
intervención comienza cuando el niño ya se mueve solo, por ejemplo cuando gatea.
Todas estas dimensiones se abordan en el Programa de Red Salud UC. Éstas se adaptan a cada niño y al ritmo de avance individual. La
doctora Lizama asegura que los progresos no dependen solo del número de sesiones, sino de lo que se pueda reforzar día a día con la
familia. “La estimulación es solo un eslabón más dentro de las diversas actividades para facilitar el desarrollo de las personas”.
Ejemplo de esto es Isidora, de dos años, quien desde el primer mes de vida recibe atención temprana. En marzo entró al jardín. Su madre,
Paola Lezana, esperaba que su hija llorara y la extrañara, al menos en la primera semana. “Al tercer día me dijo adiós con su mano y me
cerró la puerta. Ella nunca lloró. El programa es muy completo e Isidora demuestra que con Fe; primero en Dios y luego en ella, todo es
posible”, asegura orgullosa.
Con Amanda ocurre algo similar. En las reuniones sociales es la reina de la fiesta. Aprendió a bailar cumbia, moviendo su “popo”, como ella
misma dice. Isidora, por otro lado, cuando escucha alguna canción que le gusta, toma a todos de la mano y los pone a bailar. “Los
problemas de relaciones sociales son del resto de las personas, que no entienden la sensibilidad y belleza de los niños con Síndrome de
Down”, concluye Jimena, madre de Amanda.
La importancia de la familia
Fabiana Sevilla, fonoaudióloga de Red Salud UC, recalca que la eficacia de una terapia de estimulación está basada en el trabajo en equipo
realizado entre los mediadores
(padres y especialistas). Es fundamental entregar estrategias para que los papás las utilicen junto a sus hijos en la vida cotidiana. “El futuro
de la familia cambia cuando se asiste a programas de atención temprana. Aquí reciben las herramientas específicas para el desarrollo de
las diferentes áreas y se trabaja en la creencia de las capacidades de los niños y niñas. El grupo familiar genera las oportunidades para
construir el futuro de su hijo y desarrollar en él habilidades para que adquiera autonomía en la adultez”.
Actividades de estimulación para reforzar en casa

Actividad Trabajo Etapa

Acueste al niño de espalda, tómelo de los hombros e incentívelo a llegar a la posición sentado. 3a6
Motricidad gruesa
Cuando él logre controlar la cabeza, puede comenzar a tomarlo desde las manos y llevarlo a meses
sentarse.

Siéntese en el suelo a jugar con una pelota frente a él. La idea es empujarla y hacerla rodar por el 9 a 12
Motricidad fina
suelo de un sentido al otro. meses

Pásele un cuento. Ayúdelo a reconocer objetos a través de preguntas (¿dónde está el perro?) o Comunicación y 12 a 18
motívelo para que los señale a través de una instrucción sencilla (toca al perro). lenguaje meses

Ponga música y bailen. La danza favorecerá el desarrollo de la expresión corporal y gestual. Cambie 18 a 24
Psicomotricidad
los ritmos y muéstrele las diferentes posibilidades de expresión. meses

Puede enseñarle a clasificar según los conceptos opuestos. Un ejemplo es pararse frente al espejo y 24 a 36
Cognitiva
decir: “¡La mamá es grande y tú pequeño! meses

Fuente: Manual de Atención Temprana para niños y niñas con Síndrome de Down.

SÍNDROME DE DOWN

ENFOQUE SEMÁNTICO - PRAGMÁTICO Y COMUNICATIVO


Dice el Fonoaudiólogo colombiano Néstor Pardo Rodriguez que dominar la expresión y
comprensión de mensajes por medio de las modalidades oral y escrita constituye el eje central de
todo aprendizaje. El desarrollo de competencias lingüísticas es un factor determinante en la
elaboración de procesos de comunicación y conceptualización. Este hecho literalmente debe ser el
objeto de una atención particular por parte de los padres, así como de profesionales y educadores,
interesados en la educación de los niños, jóvenes y adultos con síndrome de Down.

Para los niños y jóvenes con síndrome de Down, sin embargo, esta acción que se lleva a cabo
dentro del curso normal de las actividades del hogar, la clase o de la comunidad, se hacen
insuficientes o ineficaces. Ellos requieren en efecto una atención precoz y durable en el tiempo, a
veces más allá del período de su primera infancia y escolaridad.

Muchas veces la formación de los profesionales especializados en temas de la comunicación


humana se centra en los aspectos teóricos de la lengua y la actividad de los órganos
fonoarticuladores, pero no se profundiza o no se los entrena para evaluar las habilidades
metalingüísticas de los niños y jóvenes con síndrome de Down y sus reales niveles en el dominio
de la expresión y comprensión de mensajes por medio de las diversas modalidades comunicativas.

En la actualidad los enfoques de atención en el área del lenguaje, compactan un perfil pragmático -
semántico - comunicativo, con la perspectiva de la reorganización cerebral y la participación de la
familia y la comunidad. Se considera que estimulando el lenguaje, en forma natural, por medio del
diálogo y el juego, el cerebro puede aprender. Si hay zonas del lenguaje dañadas, otras zonas
pueden tomar la función de éstas. Lo importante es el estímulo constante, sistemático, adecuado a
las condiciones del niño y su familia, desde las etapas más tempranas del desarrollo.

Podemos plantear que el desarrollo del lenguaje y la comunicación en la persona con síndrome de
Down se ven afectados por elementos madurativos y de desarrollo del cerebro, pero más por una
inadecuada estimulación proporcionada por los padres, educadores y terapeutas, que centran más
su atención en cómo los niños articulan las palabras y cuántos sustantivos manejan, que en la
riqueza de los conceptos tratados a través de diálogos significativos, los cuales permiten el análisis
de la realidad y la solución de problemas, que en último término contribuyen a la autonomía y
autodeterminación. Esto es lo que nos lleva a proponer la aplicación de un Enfoque Semántico –
Pragmático – Comunicativo.

Aprendizaje y síndrome de Down

Según Flórez (1997), en el síndrome de Down se manifiesta una alteración generalizada del
Sistema Nervioso Central, debido a las consecuencias de la trisomía en el par 21. Especialmente
afecta los procesos de comunicación interneuronales. El cerebro es más pequeño que el de otros
niños y hay variaciones en tamaño y funcionamiento de algunos lóbulos. Quizás uno de los
aspectos más importantes es que aumenta la latencia en el tiempo de respuesta del cerebro ante
los estímulos del medio.

Por lo general, en las personas con síndrome de Down se encuentra afectada significativamente la
corteza prefrontal, que es la zona de la capacidad de administración cognitiva de todo el cerebro.
En el 75% de los niños ésta comienza a funcionar a los 5 años, gracias a la mediación del lenguaje
y los adultos que lo acompañan. La corteza prefrontal ocupa la cumbre jerárquica desde la cual se
organiza la estructuración de una conducta, la toma de decisiones y la iniciación de una acción. La
conceptualización interna o programación del movimiento antes de realizarlo y el discurso interno
no verbalizado, van acompañados de la activación de la corteza prefrontal.

También la zona prefrontal es la que permite monitorear cognitivamente nuestras emociones


ajustándolas a la situación; elegir conductas adaptativas, controlar las conductas ansiosas,
impulsivas como pueden ser agresiones e ingesta compulsiva de comida, entre otros. Controla el
temperamento, permite la reflexión y utilizar la memoria de experiencias.
Una de las consecuencias típicas del infrafuncionamiento de la zona prefrontal es la limitación para
programar actos cognitivos y conductas que sean nuevos y vayan dirigidos hacia el logro un
objetivo determinado, sobre todo si hay que diseñar una nueva forma de conducta, que esté
basada en el análisis de una situación o en la elección, especialmente si esto exige una nueva
secuencia de actos.

El niño con síndrome de Down inicialmente repite acciones que ya ha visto a otros para solucionar
problemas de la vida diaria. Después, quizás su planeación de acciones se da con base en
imágenes, lo cual no le permite inferir los posibles resultados no esperados de las mismas. La
dificultad, entonces, para desarrollar nueva acciones, se encuentra en la estructura de la secuencia
de pensamiento mediada por el lenguaje. Al no poseer suficiente cantidad de conceptos y poderlos
ordenar en un orden temporal, crear un nuevo procedimiento para llegar al objetivo deseado
constituye todo un reto, difícil de alcanzar.

Otra de las áreas afectadas es la temporal. Los lóbulos temporales se asocian significativamente
con habilidades de la memoria y están involucrados con la organización primaria de la entrada
sensorial, tanto auditiva como visual, al igual que en la categorización de la información verbal y
gráfica.

Kolb & Wishaw (1990) han identificado, entre otras las siguientes dificultades como consecuencia
de disfunción en los lóbulos temporales del cerebro: alteraciones en la sensación y percepción
auditiva; de la atención selectiva para la captación de información auditiva y visual; de la
percepción visual; de la organización y clasificación del material verbal; de la comprensión del
discurso; y en la memoria a largo plazo.

Las lesiones o disfunciones del lado izquierdo ocasionan limitaciones en la memoria del contenido
verbal y visual, incluyendo la percepción de discurso.

El lóbulo temporal derecho está vinculado a diversas actividades, tales como lectura de
expresiones faciales; procesamiento de tonos y ritmos; y aprendizaje visual y auditivo global. Las
lesiones o disfunciones de éste, dan lugar a deficiencias en la memoria de material no verbal; el
reconocimiento de facciones físicas de las personas; y la disminución en la capacidad para el
reconocimiento de secuencias tonales. De otro lado, pueden causar una pérdida de inhibición del
hablar.

Daniel Guzmán - Fonoaudiólogo MN 7646

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