Está en la página 1de 9

ESTATUTOS ESPECIALES

1) Periodistas profesionales y empleados administrativos de empresas periodísticas

Plenarios de la CNAT
Las sumas que en concepto de “asignación por comida y refrigerio” las empresas pagan en virtud
de lo dispuesto en el art. 68 de la C.C.T. 124/75 tienen carácter salarial. Las mismas deben ser
computadas para el cálculo de la retribución de trabajo extraordinario, vacaciones, otras licencias
pagas y aguinaldo. Plenario 284, 24/6/1994, “Jacobson, Jorge, v. Proartel, s./Salarios”.
En la regulación establecida por el C.C.T. 124/75 no revisten carácter salarial los “plus” que se
reconocen a los periodistas por el art. 36 (por uso, mantenimiento y amortización de automóvil
propio) y por el art. 39 (por afectación y uso de equipos de filmación de imagen y sonido y cámaras
mudas de su propiedad). Plenario 273, 2/4/1990, “Arruebarrena, Olga Esther, v. Producciones
Argentinas S.A. Televisión S.A.C.I.”.
No fueron derogados por la ley 21476 los mayores beneficios en materia de jornada de trabajo
acordados por el convenio colectivo de trabajo 124/75. Plenario 267, 17/5/1989, “Manoni, Walter, v.
Dicón Difusión Contemporánea S.A.”.

Ámbito de aplicación
El art. 2º del Estatuto del Periodista, ampliado por la ley 15.532, ha incorporado a sus normas a las
“empresas…de televisión que…televisen informativos o noticias de carácter periodístico…”.
El Estatuto del Periodista no pretendió reglamentar la actividad de las empresas periodísticas sino
establecer las condiciones de trabajo, remuneración, jornada y previsión de los periodistas, con el
fin de asegurar su desenvolvimiento material y espiritual, por lo que su normativa se aplica a la
tarea periodística y no sólo a la empresa periodística. Sala VI, 13/7/2001, “Ramos, Marcelo E. v.
Televisión Federal S.A. TELEFE”
El régimen estatuido por la ley 12908 prevalece sobre las disposiciones de la LCT. cuando las
últimas sean incompatibles con la naturaleza y la modalidad de las actividades desarrolladas y con
sus específicos regímenes jurídicos o cuando, no existiendo tal incompatibilidad, son más
favorables. Sala X, 28/12/1999, “Bertolini, Ana, v. Editorial Atlántida S.A., s./Despido”.

Generalidades
Si por aplicación del art. 9, LCT., se hizo lugar a la indemnización por fallecimiento (art. 248, LCT.)
a favor de la conviviente de un trabajador amparado por la ley 12908 —situación no comprendida
por el art. 51 de la norma específica—, corresponde que la misma esté sujeta a los topes previstos
por la ley general. Esto es así toda vez que cuando se resuelve un conflicto en base a la norma
más favorable, debe necesariamente desecharse la teoría de la “atomización” y aplicarse la del
“conglobamiento por instituciones”. Sala VIII, 10/9/1999, “Ruiz, Ana, v. Telam S.A., s./Despido”.

Despido. Indemnización.
Corresponde calcular sin tope la indemnización por antigüedad por despido injustificado del
cronista comprendido en el art. 2º del estatuto del periodista profesional, en virtud de lo previsto
por los arts. 2 y 9 de la LCT y lo establecido expresamente en dicho estatuto, al no contener un
tope máximo el art. 43, inc. c)de la ley 12908. 1371 Sala V, 20/2/2001, “Avellaneda, Mario N. v.
Desup SRL s. despido” Ty SS 01-424.
El Estatuto Profesional del Periodista (ley 12908) no contempla expresamente el caso de despido
del trabajador que reingresa a prestar servicios a las órdenes del mismo empleador, en cuanto a la
antigüedad computable y la deducción de las indemnizaciones anteriores. Por ello, en virtud de lo
establecido en el art. 2 de la LCT y 47 del estatuto mencionado, corresponde la aplicación de lo
normado en el art 255 LCT, pues si el régimen especial no regula un instituto sí previsto en la LCT,
ésta es aplicable si supera la debida formulación del juicio de compatibilidad entre ambas
normativas. Sala II, 12/3/2001, “Gayoso, Jorge v. S.A. La Nación s. Despido”
Para liquidar las indemnizaciones por despido de los trabajadores amparados por el Estatuto del
Periodista no corresponde tener en cuenta lo dispuesto por el art. 245, LCT., sino lo determinado
por la norma específica (art. 43 de la ley 12908) la cual no dispone la aplicación de tope alguno.
Por ello, pese a que el Ministerio de Trabajo haya publicado un tope correspondiente a la actividad,
corresponde el cálculo de la indemnización pertinente de conformidad con la ley especial que no
fue derogada. Sala X, 17/2/2000, “Calzón, Neber, v. La Prensa S.A, s./Diferencias de salarios”.
El régimen tarifado sancionado en el art. 43 del Estatuto Profesional del Periodista (ley 12908) se
basa en el promedio de todo lo percibido (rectius, devengado) por el trabajador en el período de
seis meses anteriores al despido o durante el tiempo de prestación de los servicios, si fuese
menor. En ese cálculo entran todos los ingresos (horas extras, comisiones, provisión de alimentos).
Ese promedio mensual es la base indemnizatoria, sin tope máximo alguno. Se multiplica por cada
año de servicios o fracción mayor de tres meses y en ningún caso puede ser menor a dos meses
de dicho promedio. Sala VI, 11/2/2000, “León, Daniel, v. Telam S.A., s./Ley 12908”.
El art. 9 de la LCT. establece un criterio interpretativo al disponer que “en caso de duda sobre la
aplicación de normas legales o convencionales, prevalecerá la más favorable al trabajador,
considerándose la norma o conjunto de normas que rija cada una de las instituciones del derecho
del trabajo”. En consecuencia, si para el despido del personal administrativo de empresas
periodísticas, el régimen especial prevé una indemnización de seis meses por preaviso omitido y
un mes por cada año trabajado para el empleador, debiéndose tomar como base “el último sueldo
devengado por el dependiente” (conf. doctrina plenaria 75 in re “López, Emilio, v. Empresas
Periodísticas Argentinas S.A.”), sin tope alguno, es indiscutible que la mayoría de los aspectos del
régimen especial resultan más beneficiosos que la ley general, por lo que aquel ordenamiento
debe ser considerado en su totalidad (del voto del Dr. Guibourg, en mayoría). Sala III, 13/6/2000,
“Vladimirsky, Liliana, v. Editorial Perfil S.A., s./Despido”.
Para liquidar las indemnizaciones por despido de los trabajadores amparados por el Estatuto del
Periodista no corresponde tener en cuenta lo dispuesto por el art. 245, LCT., sino lo determinado
por la norma específica (art. 43 de la ley 12908, incs. a, b, c, d y e) en cuanto dispone que se
tomará como base el promedio que resulte de lo percibido por el dependiente en los últimos seis
meses. Se incluye el SAC, pues la enumeración que realiza el artículo ya citado no importa la
prohibición legal de tomarlo en consideración, toda vez que es meramente enunciativa. (Del voto
de la Dra. Porta, en mayoría.) Sala III, 25/3/1999, “Caira, Mario, v. Editorial Perfil S.A., s./Despido”.
El art. 43 de la ley 12908, inc. e, establece los rubros a tener en cuenta para determinar la base de
la indemnización por despido, pero no existen razones suficientes para juzgar que se trata de una
enumeración taxativa, en especial si se tiene en cuenta la expresión “todo otro pago en especies”
que abre la inclusión de rubros (en especie) no específicamente enumerados. Y si también se
incluyen las gratificaciones, que son excepcionales y no periódicas ni uniformes, con mayor razón
se debe incluir el SAC como prestación obligatoria y regular. (Del voto del Dr. Guibourg, que
integra la mayoría.) Sala III, 25/3/1999, “Caira, Mario, v. Editorial Perfil S.A., s./Despido”.

2) Encargados y ayudantes de casas de renta


Alcance. Ámbito de aplicación.
El art. 2º de la ley 12981 establece que los peones quedan asimilados a los encargados a los fines
de dicha ley, pero no establece que esta categoría de trabajadores (peones) deban cumplir una
jornada mínima para incluirlos en tales disposiciones ni requiere exclusividad, por lo que el hecho
del desempeño en otro consorcio como encargado no basta para que se lo considere trabajador
dependiente de la accionada, sobre todo cuando no se ha demostrado que ambas prestaciones la
haya cumplido en horarios que se superpongan. Sala I, 29/2/2000, “Bernardi, Néstor A. v.
Consorcio Dr. Luis Beláustegui 3406”, 2001-A, 292.
Aún cuando se comparta que la "exclusividad" prescripta para los trabajadores de la categoría
"asimilada" (art. 7, inc. i del CCT 306/98) se circunscribe exclusivamente al horario de trabajo y no
impide el desarrollo de otro tipo de actividades fuera del mismo, lo cierto es que la ausencia de
sujeción a horarios y de un deber de prestación personal e infungible, y la falta de "permanencia"
como la que tipifican la categoría laboral invocada, impiden considerar su prestación como la de un
trabajador dependiente. Sala IV, 26/3/2001, “Marsicano, Ramón v. Cons. de Prop. Edificio José
Bonifacio 4170 Fernández 510/50/60 y José E. Rodó s./ Despido"
Las indemnizaciones establecidas en el capítulo I del título II de la ley 24013 contemplan los
supuestos de incumplimiento por parte del empleador que no registrare la relación laboral o que lo
hiciera en forma defectuosa. Tales situaciones no están contempladas por la ley 12981, por ello, no
son incompatibles en la medida en que no resultan menos favorables para el trabajador y no
comprometen el orden público laboral. Sala III, 31/8/1998, “Ojeda, Jesús, v. Consorcio de
Propietarios Edificio Uriarte 1246, s./Despido”.

Generalidades
Dado que el trabajo del encargado de un edificio se complica cuando vive en el mismo lugar en
que trabaja, ya que la carga psíquica, positiva o negativa de sus habitantes penetra en su esfera
personal aún cuando duerme, es obligación del empleador intensificar los medios para protegerlo
en todo momento, incluso en su descanso. Sala VI, 7/2/2000, “Colado, Mónica N. v. Consorcio de
propietarios del edificio Wenceslao Villafañe 1093” TySS ‘00-515
Las normas de la ley 12981, en tanto establecen el derecho a la estabilidad en el empleo a partir
de los 60 días, desplazan a las del art. 92 bis de la LCT, por tratarse de un estatuto que regula una
actividad particular y por ser más favorables al trabajador. Sala IV, 11/8/2000, “Martínez, Orlando
C. v. Galerías Larreta S.A. s./ Despido” TySS ‘00-1087.
Si bien la ley 12981 es un régimen especial, pues regula la actividad de los encargados de casas
de renta, la posterior modificación del RCT mediante la ley 24465 que incorporó el art. 92 bis - el
cual establece un período de prueba de tres meses-, derogó implícitamente el plazo de 60 días
dispuesto por el art. 6 del estatuto. Ello porque la ley 24465 establece la imperatividad absoluta del
lapso mínimo del período de prueba, facultando sólo a los convenios colectivos a la introducción de
lapsos mayores. Sala IX, 23/2/2001, "Fernández Oviedo, Jorge v. Consorcio de Propietarios
Edificio Tucumán 994/1000 s./ Despido"
Si el actor fue despedido, cualquiera sea la causa que motivó tal hecho y aun cuando carezca de
ella, al no haberse acreditado la existencia de algún acuerdo que le permitiera permanecer en la
vivienda más allá del plazo de 30 días previsto en el art. 7 del decreto 11296/49, resulta ajustado a
derecho la decisión del a quo de ordenar el desalojo del accionado. Esto es así aun en los casos
en que se hubiera acreditado que el actor poseía acreencia alguna respecto del consorcio, pues
ello tampoco lo autoriza a retener la vivienda toda vez que no se da el supuesto previsto por el art.
3939 del Código Civil, que exige que la deuda tenga su origen en la misma cosa retenida. Sala III,
10/2/1998, “Consorcio de Propietarios del Edificio de Álvarez Thomas 2820, v. Zapata, Carlos,
s./Desalojo”.

3) Docentes de establecimientos privados


Ámbito de aplicación.
Para que pueda considerarse a un "jardín maternal", dedicado al cuidado y atención de niños de
muy corta edad (de 45 días a tres años) como establecimiento "educativo", en los términos de la
ley 13047 e incluso de la ley 24195 es necesario que se encuentre autorizado y supervisado
efectivamente por las autoridades educativas como formando parte integrante del sistema
educativo general, debiendo acreditarse en tal sentido, la actividad formativa específica que se ha
implementado. Sala II, 25/6/2001, "Rey, Andrea v. Cuevas, Vanessa y otro s. despido"
Las guarderías o salas maternales no se encuentran comprendidas dentro de la estructura del
sistema educativo nacional y al no tratarse tampoco de una unidad de prestación de servicios
educativos no formales (tales como los dedicados a la enseñanza de idiomas extranjeros, cultura
musical, computación, artes plásticas, etc) no puede conceptualizarse al establecimiento que
brinda cuidado y atención a niños desde 45 días a tres años, como de "enseñanza general" (art. 2
inc c) ley 13047). No constituye un obstáculo para así decidir el hecho de que la actora tuviera un
título especializado en el área educativa (en el caso profesora de educación preescolar), toda vez
que no siempre coincide la calificación profesional del trabajador con su categoría laboral o
encuadre legal o convencional. Sala II, 25/6/2001, "Rey, Andrea v. Cuevas, Vanessa y otro s.
Despido"

Generalidades
Si la trabajadora admitió expresamente haber gozado de licencia por maternidad conforme los
términos del art. 70, inc. ch) del Estatuto Docente Municipal, que prevé un régimen más
beneficioso para la mujer embarazada (licencia con percepción integra de haberes durante 45
días corridos con prelación al nacimiento y 120 días con posterioridad a su acaecimiento) que el
consagrado en la ley de contrato de trabajo, resulta de aplicación el principio de englobamiento por
institución del art. 9 de la LCT. del cual deriva la prevalencia del Estatuto sobre lo establecido al
respecto en la ley general que rige en materia laboral, en el caso, la trabajador pretendió
ampararse en las disposiciones de la LCT. a los fines de hacer uso del derecho de excedencia que
le acuerda la ley de contrato de trabajo, cuando dicho instituto se encuentra regulado de manera
diferente por las disposiciones del Estatuto Docente de tal modo que, vencido el plazo de licencia
por maternidad, el personal puede optar por hacer uso de la excedencia por 120 días corridos más
sin percepción de haberes. Sala X, 13/2/2001, “Granozio, Marcela E. v. Fundación Educar y otro”.
Un decreto del ámbito municipal que atribuye carácter no remuneratorio a algunos rubros
percibidos por los docentes de establecimientos privados no puede desconocer ni alterar normas
básicas en materia de remuneración como las previstas en los arts. 103 y siguientes de la LCT.
Sala III, 31/5/1999, “Rozenbaum, Gabriela v. Asociación Israelita de Beneficencia, Educación y
Culto David Wolfshon s./despido” TySS ‘00-506

Despido. Estabilidad. Sumario previo.


El art. 13 del Estatuto del Docente Privado establece que el personal sólo podrá ser removido por
las causales que allí se indican y previa sustanciación del correspondiente sumario por autoridad
oficial competente. Por ello, la omisión del sumario previo, por sí, descalifica la posibilidad de
despedir con justa causa. Sala X, 30/5/2000, “Tripodi, Graciela Mónica, v. Instituto Erna Escuela de
Recuperación de Niños Atípicos S.R.L. y otro, s./Despido” (RDL 2000-II-568).
El sumario administrativo previo al despido está contemplado en el art. 13 de la ley 13047 y se ha
establecido en el marco de una regulación normativa específica en la que expresamente se le
garantiza al personal afectado a la actividad docente, el derecho a la estabilidad. Esto implica que
la omisión de tal paso preliminar descalifica la posibilidad de despedir con justa causa. Sala II,
12/7/1999, “Paglilla, Raúl, v. Colegio León XIII, s./Despido”.
El ordenamiento vigente en el ámbito de la enseñanza privada exige como requisito para el
despido con causa que el empleador previamente demuestre los motivos en que se funda para tal
decisión ante el Consejo Gremial de Enseñanza Privada (art. 2, ley 20614). Esta norma debe
aplicarse también cuando se trata de despidos indirectos basados en justa causa. De tal modo, el
docente debe manifestar y demostrar los motivos que avalan su posición, y el empleador puede
exponer sus razones, si las tuviere. El docente que se considera afectado por una injuria del
empleador que le impida continuar la relación debe denunciar la situación ante el Consejo y
solamente después podrá iniciar el camino de la acción judicial. Sala VI, 21/9/1998, “Díaz Moreno,
Graciela, v. Unidad Educacional Instituto Sarmiento S.A., s./Despido”.
Si bien la resolución 220/88 del Consejo Gremial de Enseñanza Privada dispone que la calidad de
“suplente” no genera derecho a indemnización alguna, el art. 2 de la misma resolución asimila al
trabajo realizado por docentes durante las suplencias como un contrato de trabajo eventual. Por
ello, deben computarse también esos lapsos para calcular la indemnización por antigüedad (cfr.
arg. arts. 18 y 100 de la LCT.). Sala VII, 29/12/1999, “Gentile, Adriana, v. Instituto Nuestra Señora
de Gracia y Buen Remedio, s./Despido”.

4) Servicio doméstico
Alcance. Ámbito de aplicación.
El decreto-ley 326/56 –estatuto del servicio doméstico- es una norma de orden público que rige en
todo el territorio de la República Argentina, pues está inspirado en los mismos principios que
orientan la legislación laboral. CLaboral y Paz, Corrientes, 10/4/2000, “Maidana, Zunilda v.
Mosqueda, Miguel A. y otra.”
Es improcedente la pretensión de cobro de indemnización por despido del trabajador del servicio
doméstico si no se probó la prestación de tareas con la frecuencia requerida por el decreto-ley
326/56 –estatuto de servicio doméstico-, pues en tal caso sólo puede tenerse por configurada una
locación de servicios o de obra para la ejecución de trabajos esporádicos en el domicilio del
demandado. CLaboral y Paz, Corrientes, 10/4/2000, “Maidana, Zunilda v. Mosqueda, Miguel A. y
otra.”
En supuestos en que la prestación de servicios domésticos, por la cantidad de horas trabajadas no
encuadra en el estatuto específico, debe declararse la existencia de la relación laboral y aplicarse
los principios generales del derecho del trabajo, como otros institutos no reñidos con los pautados
en la regulación propia, en la medida en que no excedan los que este último prevé para quienes
están incluidos. TS Córdoba, Sala Laboral, 14/9/1999, “Badra, María E. v. Balocco, María” TySS
‘00-432.
La limitación horaria o los días trabajados no impide considerar a la relación habida entre las
partes como un contrato de trabajo, de carácter permanente, con prestación discontinua (en el
caso, tareas domésticas prestadas dos veces por semana, cuatro horas por día en un
establecimiento comercial, es decir, no incluidas en el dec. 326/56). Sala I, 2/3/2000, “Medina,
Susana I. v. Porzio Barros, Juan F. s./ Despido” Ty SS ‘00-440.
Una de las notas decisivas para calificar a un trabajador del servicio doméstico es el ámbito físico
donde presta sus tareas, vale decir dentro de la vida doméstica, entendiéndose por tal el hogar
familiar. Por ello, no puede calificarse de tal la empleada de un consorcio que realizaba tareas de
limpieza en las partes comunes de un consorcio entre dos y tres veces por semana y por un lapso
de tres o cuatro horas por día. Sala VIII, 31/8/1999, “Reyes, Elvira, v. Cons. Prop. Bartolomé Mitre
2525/31/33/35, s./Despido”.
Las labores desempeñadas por un trabajador en el ámbito de un crucero (ya sea amarrado en
puerto o de viaje) no pueden encuadrarse como enmarcadas por el estatuto del servicio doméstico,
sino como reguladas por las normas de la LCT. Estas tareas fueron realizadas fuera del ámbito del
hogar familiar, al que no puede asimilarse un yate por más que sirviera de alojamiento temporal los
fines de semana. Sala III, 16/10/1998, “Velázquez González, Walter, v. Cirio Orestes, Ricardo, y
otros, s./Despido”.

Generalidades
El empleador de personal de servicio doméstico debe expedir los certificados de trabajo y cese de
servicios, pues el art. 2º, inc. f) de la ley 18037 comprende también a las trabajadoras domésticas
por horas. TS Córdoba, Sala Laboral, 14/9/1999, “Badra, María E. v. Balocco, María” TySS,’00-432.

5) Viajantes de comercio y de la industria


Alcance. Ámbito de aplicación.
Viajante de comercio es aquel trabajador que personalmente y en forma habitual realiza
operaciones mercantiles en nombre de uno o más comerciantes e industriales, relativas al negocio
de sus representados conforme a órdenes e instrucciones de éstos, percibiendo por ello una
remuneración (art. 1 de la ley 14546). En tal contexto merece encuadrarse la actividad de la actora
quien vendía el producto de la demandada (en el caso Coca-Cola) a los clientes asignados por la
empresa, controlaba las heladeras y exhibidores, comunicaba las promociones, atendía el
merchandising en los diferentes puntos de venta etc. Para más, la misma tenía asignado un sueldo
fijo más un complemento variable que se establecía de acuerdo a parámetros de cumplimiento
personal y global. Sala III, 16/2/2001, "Ianotti, Viviana v. Coca-Cola. FEMSA de Buenos Aires S.A.
s. Despido"
No puede encuadrarse dentro del Estatuto del Viajante de Comercio (ley 14546) al promotor de
planes de ahorro para la adquisición de automotores. El régimen especial de los viajantes es de
excepción que no puede ser extendido a otras actividades que tienen similitudes pero que no son
las de un viajante de comercio. Sala VI, 9/3/2001, "Insaurralde, Osvaldo v. Niro S.A. y otros s.
Despido"
La especial figura del viajante de comercio requiere un desempeño personal y habitual dentro de la
esfera de subordinación, control, dirección y poderes disciplinarios del principal (art. 2, ley 14546 -
DT 1958-873). C. 2ª Trab. Mendoza, 24/4/1998, “Peschin, José, v. Cristalux S.A. y/o Cristalux
S.A.I.C.” (DT 2000-B-2203).
Si bien la accionada presta un servicio a sus clientes que se materializa a través del suministro de
los tickets y los viajantes que venden servicios están excluidos de la ley 14546 a la luz de la
doctrina plenaria no 148, al haberse extendido la aplicación de dicho cuerpo legal por el C.C.T.
308/75, corresponde considerar al que provee a las diferentes empresas de tickets canasta o
luncheon tickets como viajante de comercio. (Del voto del Dr. Eiras, en mayoría.) Sala III,
17/11/1997, “Diperna, Ariel, v. Luncheon Tickets S.A., s./Despido”.
Es requisito esencial para revestir la calidad de viajante que se efectúen “ventas a nombre o por
cuenta de sus representados” y que las mismas versen sobre “mercaderías” y si bien el art. 1 del
Estatuto del Viajante se refiere a la “concertación de negocios relativos al comercio o industria de
sus representados”, lo cierto es que una interpretación armónica del referido estatuto, demuestra
que en todas sus regulaciones campea la idea de “venta” (art. 2, incs. a y b; art. 5, incs. a, b y c;
art. 7; art. 8; art. 10, incs. d y e; art. 11) de mercaderías. Sala IX, 9/3/1998, “Sagrera, Graciela, v.
Jardín de Paz S.A., s./Despido”.
El art. 2 del C.C.T. 308/75 de viajantes y viajantes placistas deja en claro que la figura de viajante
de comercio ha sido habilitada para acercar oferta y demanda en el sector servicios por vía
convencional. Sala IX, 26/2/1999, “Torres, Eduardo Alberto, v. Teledis S.A. y otro, s./Despido”.
Si la actividad habitual y profesional del actor era la venta por cuenta ajena de los servicios y
equipos de computación de la accionada, tal actividad debe encuadrarse dentro del marco de la ley
14546. Como consecuencia de ello, y toda vez que el trabajador debía trasladarse del domicilio de
uno a otro cliente para el cumplimiento de su cometido, es ajustada a derecho la inclusión del rubro
viáticos en la base correspondiente. Sala IV, 28/4/1997, “Pezz, Omar, v. Sonda Computación S.A. y
otro, s./Cobro de salarios”.
El régimen de la ley 14546 es especial, para determinada categoría laboral, la de los viajantes de
comercio, como sistema de excepción, y en tal sentido, no cabe extender sus disposiciones a otras
actividades que si bien tienen algunas similitudes, no merecen encuadrarse dentro de los viajantes
de comercio. Es el caso de los promotores de tarjetas de crédito para adherir comercios, que sólo
promueven un servicio y acercan a las partes, pero no cumplen con las pautas indicativas
emanadas del art. 2 de la citada ley. Sala I, 9/3/1995, “Machado, Ángel, v. Carta Franca S.A.,
s./Despido”.
Los promotores deben ser tipificados como viajantes de comercio, ya que el “hecho de intermediar
para llevar a cabo la negociación permite asignarles esta condición sin importar que sea la única y
exclusiva artífice de una operación determinada sino que sea una intermediaria necesaria”. Más
allá de quién concrete la operación, el solo hecho de levantar un pedido significa “concretar”,
aproximar a la clientela y realizar una operación en estado de ser cumplida, y ésta es la venta,
para los viajantes de comercio. Sala VI, 26/5/1995, “Domínguez, Gerardo, v. Seven Up
Concesiones S.A., s./Despido”.

Generalidades
Si no se acreditó la existencia de un acuerdo de partes para la inclusión del IVA en el precio de
venta a fin del cálculo de las comisiones, resulta aplicable al caso la doctrina del fallo plenario nº
253, en cuanto establece que "cuando no media convenio de partes u otras fuentes normativas
que así lo considere no debe tenerse en cuenta el IVA como integrante del precio de venta a que
se refiere el art. 7 de la ley 14546 para el cálculo de la comisión del viajante. Sala II, 18/4/2001,
"Piñeiro, Enrique v. Hospital Británico de BS AS Asoc. Civil s/ LEY 14546"
Si bien el estatuto del viajante establece que el comerciante o industrial debe conservar la
instrumental prevista en el art. 10 y caso contrario, ante la declaración jurada del trabajador, se
produce la inversión de la carga de la prueba, dicha declaración tiene que estar apoyada con la
documentación que obra en poder del viajante, y si ésta n o reúne tales requisitos, ni tampoco
observa las modalidades que eran de uso entre las partes, los rubros en ella sustentados no deben
ser admitidos. CApel. Rosario (Santa Fe), Sala III, 23/6/2000, “Buzzoni, Roberto A. v. Plásticos
Entre Ríos S.R.L. s./ cobro de australes” TySS ‘00-935
El art. 4º de la ley 14546 que establece el término de prescripción de cinco años, resultó derogado
en virtud de lo dispuesto por los arts. 1º y 4º de la ley 17709, correspondiendo, en la actualidad –
art. 256 LCT- el plazo de dos años. CApel. Rosario (Santa Fe), Sala III, 2376/2000, “Buzzoni,
Roberto A. v. Plásticos Entre Ríos S.R.L. s./ cobro de australes” TySS ‘00-935.
La forma amplia y permisiva contemplada en la redacción del inc. c del capítulo I del C.C.T. 286/97
deja en indefensión al trabajador, pues en ausencia de un registro especial como el que prevé el
Estatuto del Viajante de Comercio, coloca en cabeza del trabajador la carga (cfr. art. 377 del
CPCCN.) de acreditar la zona asignada, nómina de clientes, porcentajes de comisiones pactadas y
demás condiciones de labor que denuncie en el escrito de demanda y que a su entender debieron
figurar asentados en los registros del empleador. Por ello, y ante la colisión de ambas normativas,
corresponde aplicar la norma más favorable (art. 9, LCT.) en el sentido de que las tareas
desarrolladas por el actor (vendedor placista o viajante de comercio) debían registrarse juntamente
con los actos de comercio que las mismas implicaban en el libro especial previsto por la ley 14546
(arts. 10 y 11). Sala IX, 26/6/2000, “Rosetti, Genaro, v. Bompassy S.A., s./Ley 14546”.
Para acordar eficacia al juramento prestado por el accionante (art. 11, ley 14546) corresponde que
éste acompañe las notas de venta que pretende hacer valer en el escrito inicial, de otro modo se
impediría a la contraparte ejercer adecuadamente el derecho de defensa al tener que aportar
prueba que descalifique la presunción favorable al juramento realizado respecto de las cantidades
globales sin sustento en elementos concretos. Tal situación implicaría un notorio compromiso a la
intangibilidad de sus expectativas en el litigio. Aun en el caso en que la demandada no lleve el libro
especial previsto en el art. 10 de la ley 14546, no corresponde acordar operatividad a la presunción
del art. 11 de la citada norma, si no acompañaron las notas de ventas al escrito inicial,
individualizando concretamente las operaciones que se pretenden impagas. Sala II, 30/6/1995,
“Benzi, Francisco, v. Establecimientos Pingüino S.A., s./Despido”.

Remuneración. Comisiones. Viáticos. Indemnización.


Aunque la cobranza no haya podido concretarse por parte del cobrador de SADAIC, debiendo
recurrirse a la instancia judicial, de todas formas, tratándose de una recaudación correspondiente a
su zona, corresponde se le abonen las comisiones indirectas. Las normas emanadas del C.C.T.
83/75, así como también las expresadas por la ley 14546, en cuanto a las comisiones directas e
indirectas, no imponen ninguna limitación en tal sentido. Sala III, 26/8/1998, “Orlando, Mario, v.
Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música, s./Cobro de salarios”.
No corresponden comisiones indirectas al viajante que estaba a cargo de una zona (art. 6 de la ley
14546) de la cual se habían excluido algunos clientes (nómina) que serían atendidos por otro
empleado o directamente por la patronal. El concepto de “zona”, dentro de la norma citada, no
excluye el de “nómina”, que inclusive puede ampliarse, por medio de pacto expreso (conf. C. Nac.
Apel. Trab., sala V, 18/10/66, “Capotorto, Juan, v. Scholnik S.A.”, JA 1967-II-193; LL 125-338,
citado en viajantes de comercio, “Rev. de J. A.”, Bs. As., 1971, de autoría del Dr. Perugini y del
suscrito, p. 125). Sala X, 28/8/1998, “Pons, Carlos, v. Universitas S.R.L. y otro, s./Despido”.
La condición de viajante de comercio supone necesariamente la realización de tareas fuera del
ámbito de la empresa, lo cual hace presumir razonablemente la realización por parte del trabajador
de diversos gastos para los traslados que debiese efectuar y que, obviamente, no debe soportar de
su propio peculio. Por otra parte, el art. 7 de la ley 14546 dispone claramente que los viáticos
integran en todos los casos la remuneración del viajante. Sala III, 28/6/1996, “Diez, Carmen, v.
López Silva, Claudio, s./Despido”.
El art. 7 de la ley 14546 establece que la remuneración del viajante estará constituida, en todo o en
parte, en base a la comisión porcentual sobre ventas (y eventualmente sobre las cobranzas que
realizara). El hecho de que a continuación diga que, además, o sin perjuicio de aquel rubro salarial
insoslayable, se considerará remuneración a los “viáticos”, no significa que este último rubro deba
existir necesariamente en el contexto retributivo del viajante. Lo que la ley dice es que, cuando ese
rubro existiese, lo considerará como parte de la retribución, pero no lo reputa insoslayable como la
“comisión”. En consecuencia, quien invoca la existencia de viáticos, debe probar convincentemente
que se abonaban sumas a ese título o bien que existía un acuerdo de voluntades que los
instituyera. Pero no basta a ese fin el hecho de que no existiera el libro exigido por el art. 10 de la
ley mencionada o que se prestó juramento en los términos del art. 11. Sala V, 30/6/1995, “Signori,
Miguel A., v. Lácteos Tres S.A., s./Despido”.
Para proceder al cálculo de la indemnización por antigüedad en el caso de los viajantes de
comercio (art. 245, LCT.), no debe recurrirse a un promedio de lo percibido, sino respetando la letra
de la ley, a la “mejor remuneración normal y habitual”, en términos absolutos. Pero este concepto
es inaplicable al preaviso, toda vez que el texto del art. 232, LCT., difiere del antes citado y prevé
un supuesto fáctico distinto toda vez que no hay razones para presumir que durante el plazo del
preaviso omitido el trabajador pudiere devengar una remuneración idéntica a la mejor o a la menor,
y aquí sí se justifica el empleo de un promedio. Sala II, 10/7/1997, “Sertori, Héctor, v. Fideera
Atlántida S.R.L., s./Despido”.
En el campo de la ley 14546 los viáticos, gastos de movilidad, hospedaje, comida y
compensaciones por gastos de vehículo tienen carácter remuneratorio (art. 7 del estatuto
profesional), se abonan con o sin comprobantes y, por ende, deben ser computados para la
determinación de las indemnizaciones legales por despido. Sala V, 15/3/1996, “Ledo, Oscar, v. Ofix
S.A., s./Despido”.
La indemnización por clientela (art. 14 de la ley 14546), al ser una proporción de las
correspondientes por despido intempestivo o injustificado, no existe motivo alguno para adicionarle
la parte proporcional al sueldo anual complementario, careciendo tal proceder de norma alguna
que lo avale, máxime cuando, como en el caso concreto, se tomó como base de cálculo (art. 245,
LCT.) la mejor remuneración normal y habitual percibida mensualmente por el trabajador. Sala II,
20/6/1995, “Morrone, Rubén, v. Cía. Distribuidora de Buenos Aires, s./Cobro de salarios”.

6) Trabajadores a bordo de buques de bandera nacional


No se puede hablar de relación de dependencia entre la Prefectura Naval Argentina y el práctico,
ya que la primera simplemente actúa como un organismo de contralor y regulación de la actividad
de practicaje, dada la naturaleza de servicio público impropio que ésta reviste (conf. art. 2 del
Reglamento de los Servicios de Practicaje y Pilotaje para los Ríos, Puertos, Pasos y Canales de la
República Argentina). Sala V, 26/4/2000, “Guadalupe, Horacio, v. Dirección Nacional del Servicio
de Practicaje y Pilotaje S.A., s./Despido”.
El embarco o “enrolamiento” es el acto por el cual el tripulante queda inscrito en el libro de rol del
buque en que prestará servicios y el desembarco es el acto por el cual se da de baja de dicho libro;
son actos administrativos que se cumplen con intervención exclusiva de la autoridad marítima, por
lo cual no son otra cosa que formalidades tendientes a hacer viable la prestación efectiva de los
servicios a bordo durante el curso del viaje, pero no reinician ni extinguen el vínculo de trabajo. Por
ello, si un tripulante ha sido desembarcado sin haber renunciado o sin haber sido despedido en
forma expresa, debe ser reembarcado oportunamente, en su defecto queda configurado el despido
y el armador queda obligado al pago de las indemnizaciones correspondientes. Sala X,
28/10/1999, “Franchino, Luis, v. Scan S.A., s./Despido”.

Actividad pesquera.
En los casos en que el empleador tenga a su servicio trabajadores que realizan una tarea distinta a
la de su actividad específica (como sucede en el caso concreto en que la demandada se dedica a
la pesca de altura, pero también contrata patrones fluviales y/o marítimos) no deben
considerárselos comprendidos en los C.C.T. 407/75 y 408/75 (conf. plenario 36 “Risso v. Química
Estrella”). Sala V, 23/2/2000, “Centro de Patrones Fluviales de Pesca y Cabotaje Marítimo v. Arzen
Corporation S.A., s./Cobro de aportes y contribuciones”.
El convenio colectivo 155/91, aplicable a la actividad pesquera en alta mar, dispone que el armador
no podrá tener a ningún tripulante por decisión empresaria, en situación “a órdenes” por más de
noventa días corridos, salvo que el tripulante diera expresa conformidad para prorrogar esta
situación por sucesivos períodos adicionales de treinta días corridos cada uno. Vencidos tales
plazos, el armador debe optar entre reembarcarlo o desvincularlo abonándole las indemnizaciones
que pudieran corresponder (art. 58). Pero habiendo excedido el plazo previsto en la norma
convencional citada, la empresa nunca puede hacer valer la supuesta conducta pasiva del
trabajador para utilizarla a su favor cuando ella tampoco realizó ninguna conducta positiva
tendiente a lograr una definición por parte de su dependiente. Sala VII, 12/5/2000, “Ramírez,
Rubén, v. Hansung S.A., s./Despido”.
Las características especiales de la contratación del personal afectado a la actividad pesquera,
que comprende distintos contratos de ajuste que no siempre corresponden a un mes calendario y
perciben salarios aun desembarcados, hace prudente estar al promedio mensual resultante de
dividir la sumatoria de los importes liquidados en el último año por los doce meses en él
comprendidos a efectos del cálculo de la indemnización por despido. Sala II, 14/10/1998, “Benítez,
Mario, v. Conarpesa Continental Armadores de Pesca S.A., s./Despido”.
Frente a lo establecido por el art. 56 del C.C.T. 155/91, para que resulte procedente el pago del
“pilotaje” no es suficiente que no se haya obtenido éxito en las tareas de pesca, toda vez que las
tareas de exploración pesquera también excluirían el pago de dicho rubro. Sala I, 15/11/1999,
“Saucedo, Luis, v. Calanova S.A., s./Cobro de salarios”.

Generalidades
El art. 92 bis, LCT no es aplicable al incumplimiento del contrato de ajuste por viaje, a cuyo
respecto, en el caso, rige –por virtud del art. 2º, LCT-, el tercer párr. del art. 993 del cód. de
comercio. Sala IX, 18/10/2000, “Bagur, Carlos A. v. Explotación Pesquera de la Patagonia S.A.
Pespasa s./ Despido” TySS ‘00-1092
Dado que las divisas tienden a compensar los eventuales mayores gastos que deban afrontar los
tripulantes de buques de navegación internacional, como consecuencia de diferencias de precios
de diversos países, no son, en principio, viáticos remuneratorios, solución que es también la del
CCT 65/92 “E” de aplicación en el caso. Sala VIII, 27/4/2000, “Vega, Julio C. y otro v. La Naviera
S.A. s./ Despido” TySS ‘00-720
El art. 12 de la C.C.T. 219/93 no modificó la naturaleza jurídica del concepto que la doctrina desde
antiguo ha caracterizado como una especie de “viático” no remuneratorio que se otorga al personal
embarcado para afrontar gastos a fin de facilitar la permanencia en los puertos de destino. Sala II,
10/9/1999, “Souza, Leonardo, v. Comando de Trasportes Navales Ara, s./Despido”.
La prestación efectiva de tareas por 181 días está prevista como requisito para el goce de la
licencia anual ordinaria pero no para su indemnización en caso de ruptura del vínculo, rigiendo al
respecto el art. 156 de la LCT. y ello con expresa remisión del art. 43 del C.C.T. 175/75. Sala II,
31/10/1997, “Mendoza, Fabián, v. Empesur S.A., s./Despido”.

7) Jugadores de fútbol profesionales


El art. 12 de la ley 20160 establece que el término de duración de los contratos de los jugadores de
fútbol no podrá ser inferior a un año. Por ello, si en el caso concreto el contrato del actor comenzó
el 1/8/1994, corresponde se le abone al mismo el salario del mes de julio de 1995, pues no se
acompañó debidamente homologado el acuerdo al que llegaron la AFA y la entidad Futbolistas
Argentinos Agremiados en el sentido que todos los contratos finalizan con fecha 30 de junio, pues
en dicha fecha se abre el libro de pases. Sala III, 18/2/1998, “Sánchez, Julio, v. Club Deportivo
Armenio Asoc. Civil, s./Cobro de salarios”.

8) Trabajadores de la industria de la construcción


Plenarios de la CNAT
El art. 30 de la LCT. no es aplicable a una relación regida por la ley 22250. Plenario 265,
27/12/1988, “Medina, Santiago, v. Nicolás y Enrique Hernán Flamingo S.A.”.
El propietario que no se desempeña como constructor de obra no responde en los términos del art.
32 de la ley 22250. Plenario 261, 13/12/88, “Loza, José R. y otro, v. Villalba, Francisco, y otro”.

Ámbito de aplicación
Dentro del ámbito de la industria de la construcción (ley 22250) la aplicación de la normativa del
régimen común (Ley de Contrato de Trabajo) sólo es posible cuando se refiere a aspectos de la
relación laboral no contemplados en la legislación específica y en tanto no resulten incompatibles
ni se opongan a su naturaleza. Para el caso de fallecimiento del trabajador, la ley 22250 establece
una indemnización en su art. 26 y esta disposición torna improcedente la pretensión encaminada a
obtener la reparación contemplada en el art. 248 LCT. Sala II, 29/12/2000, "Ayala, Mónica por sí y
en representación de su hija v. Dragados y Obras Portuarios S.A. s. Ind. por Fallecimiento"

Generalidades
Si un trabajador de la construcción reclamó el pago de horas extras y salarios adeudados, ante el
reconocimiento del derecho respecto de tales conceptos, corresponde acoger su pretensión
indemnizatoria fundada en el art. 19 de la ley 22250 ya que la norma no requiere mayores
especificaciones sino la existencia de intimación fehaciente formulada dentro de los 10 días en que
el crédito se tornó exigible, Sala II, 4/9/2000, “Navarro, Lino M. y otro v. Altairac, Jorge y otro” 2001-
A 644
El fondo de desempleo constituye un patrimonio inalienable e irrenunciable del trabajador (art. 15,
ley 22250), del que recién puede disponer al cesar la relación laboral (art. 17), y ello es así
cualquiera que fuese la causa de la extinción del vínculo (art. 7 del decreto reglamentario 1342/81).
El sistema del “fondo de desempleo” reemplaza el régimen de preaviso y despido de la LCT. Con
respecto a su naturaleza jurídica, se ha señalado que se trataría de un “salario diferido”, el que no
es pagado al trabajador a medida que se devenga, sino que es depositado por el empleador en
una cuenta bancaria individual (cfr. Marigo y Rainolter, Personal de la industria de la construcción,
ps. 124 y ss., y sus remisiones a obras de Vázquez Vialard y Deveali. Véase p. 138). Sup. Trib.
Just. Río Negro, 16/6/1999, “Herrera, José Daniel, v. Ecos S.R.L., s./Reclamo s./inaplicabilidad de
ley” (RDL 2000-II-500).
La ley 24013 establece una modificación sustancial en cuanto a la forma de extinción del contrato
de trabajo en la industria de la construcción. En virtud de la nueva normativa, cuando se intime a la
regularización de la relación en los términos del art. 11, el principal debe abstenerse, por el término
de dos años, de despedir sin causa justificada o, de lo contrario, deberá oblar una suma
equivalente al fondo de desempleo. De tal manera se restringe la amplia facultad rescisoria con
que contaba anteriormente, cuando podía despedir al dependiente sin invocar causa y sin que ello
importara algún tipo de responsabilidad especial por tal decisión. Sala I, 14/7/1998, “Acevedo
Moray, Ladislao, y otro v. Rego, Daniel, y otra, s./Despido”.
Resulta indubitable la integración de las indemnizaciones habilitadas con fundamento en los arts. 8
y 15 de la ley 24013, no sólo con la LCT., sino también con la ley 22250. Esto es así pues en lo
atinente al resarcimiento por obligaciones no registradas (art. 8 de la LNE.) tiende la norma a la
regularización de tales situaciones, sin exclusión de los estatutos particulares (art. 1 del decreto
2725/91). A su vez, la duplicación del art. 15 de la LNE. resulta expresamente integrada al
concepto de resarcimiento del fondo de desempleo (art. 5 del decreto mencionado). Sala II,
15/12/1998, “Aguilar, Vicente, v. Construcciones Arquigrama S.R.L., s./Despido”.
La legislación vigente acepta que la estabilidad en el empleo no podrá ser invocada frente a la
suspensión general de las tareas del establecimiento (art. 51 de la ley 23551) y los magistrados
laborales debemos limitarnos a respetar la voluntad legislativa, y no a socavarla aun cuando
podamos considerar la solución impuesta poco equitativa. La estabilidad en el empleo no podrá ser
invocada en los casos de cesación de actividades del establecimiento o de suspensión general de
las tareas del mismo (art. 51 de la ley 23551). En el caso concreto de la industria de la
construcción, no puede afirmarse que sea tarea de la empleadora enviar al actor a otra obra, ni
tampoco discutir la validez de la decisión de cierre del establecimiento cuando se trata de un
régimen laboral que se caracteriza por su inestabilidad. Todo lo que explica el sistema de aportes
al fondo de desempleo y los restantes beneficios establecidos específicamente para tales
trabajadores. Sala V, 20/12/1995, “Lazarte, Alfredo, v. Construcciones Deferraro S.A., s./Despido”.

Responsabilidad solidaria. Ley 25013.


Ante la contundencia del nuevo texto del art. 30 de la LCT (modificado por el art. 17 de la ley
25013) aplicable a supuestos en los que el principal subcontrata ciertos servicios con terceros, aún
no asumiendo aquél el carácter de empleador directo de los trabajadores del contratista, debe
responder por las obligaciones laborales incumplidas por éste en tanto no adopte las medidas de
contralor que especifica y puntualmente establece el segundo párrafo del art. 30 ya citado, por lo
que la mera inscripción del subcontratista en el registro Nacional de la Industria de la Construcción
resulta a todas luces insuficiente para eximir a la principal de la responsabilidad que en forma
solidaria le impone la norma. Sala II, 4/9/2000, "Navarro, Lino v. Altairac, Jorge y otro s. Ley 22250"

9) Personal aeronavegante de la aviación civil


La especial naturaleza de la actividad desarrollada en el transporte aéreo, impone el pago de
viáticos para compensar un gasto que necesariamente debe ser efectuado por el piloto en virtud
del cumplimiento de tareas fuera del lugar de residencia, por lo que no resulta violatorio de derecho
alguno la disposición convencional que establece que las sumas abonadas en concepto de viáticos
no tienen carácter remunerativo. Sala VI, 22/11/2000, “Macadam, Eduardo L. y otros v. Aerolíneas
Argentinas”.
El régimen convencional aplicable a la actividad desarrollada en el transporte aéreo, atendiendo a
las particularidades de la actividad aeronáutica, prevé un régimen horario distinto del regulado en
la LCT., al que se ajusta la mecánica retributiva de la hora de vuelo por lo que, de conformidad a lo
previsto en el art. 9 de la LCT. no corresponde acceder a la pretensión tendiente a obtener la
aplicación de las disposiciones de los arts. 200 y 201 de dicha ley. Sala VI, 22/11/2000, “Macadam,
Eduardo L. y otros v. Aerolíneas Argentinas”.
El otorgamiento de pasajes por parte de la empleadora al trabajador cuando goza de su licencia
anual constituye una franquicia que no tiene carácter remuneratorio, sino que debe ser
caracterizada como beneficio social. Pero si el dependiente fue despedido arbitrariamente sin que
pudiera gozar de la licencia ordinaria que le correspondía, tiene derecho a que se le entreguen
dichos pasajes (aplicación analógica del plenario 154 “Pereyra, Juan, v. Flota Fluvial del Estado
Argentino”, 15/6/1971) dentro de un plazo que en el proceso de ejecución de sentencia se
considere razonable en virtud de las especiales particularidades de tal franquicia, bajo
apercibimiento de resolverse la obligación en daños y perjuicios (arts. 628, 629 y concordantes del
CCiv.). Sala I, 10/3/2000, “Gentiletti, Juan, v. Aerolíneas Argentinas S.A., s./Diferencias de
salarios”.
El art. 157 de la ley 24241, al establecer que “los trabajadores comprendidos en dichos regímenes
especiales tendrán derecho a percibir el beneficio ordinario cualquiera sea el régimen por el cual
hayan optado”, no formula un derecho, una prohibición o una facultad: se limita a remitir a una
situación de hecho, resultante de la elección el trabajador. Si no existiera otra norma que reglara el
mismo caso, podría interpretarse, quizás, que existe un derecho del trabajador en tal sentido. Pero
la lectura armónica del artículo mencionado y la redacción (posterior) del art. 252, LCT., conduce a
descartar la posibilidad de opción del trabajador, al reglar de modo expreso una facultad a favor del
empleador para extinguir el vínculo cuando el trabajador se encuentre en las condiciones de
acceder a algún beneficio previsional. Sala II, 18/5/2000, “Garabello, Pedro, v. A.A. Aerolíneas
Argentinas S.A., s./Acción de amparo”.

10) Trabajo agrario


Alcance. Ámbito de aplicación.
Por aplicación del art. 1º de la ley 11544, los trabajos agrícolas y ganaderos están excluidos del
ámbito de la jornada diaria. Así lo entiende la doctrina pertinente “…A la inversa de la LCT, el RNTA
no reconoce la existencia de horas suplementarias o extras, sistema que por ser propio del
cómputo horario del trabajo, resulta incompatible con el régimen laboral que propone el proyecto,
según dice el mensaje de remisión de la ley 22248”. Ctrab. Sala IV, Córdoba, 4/6/1990, “Albornoz,
Martín v. Jorge Tale” TySS ‘00-735
El trabajador rural no permanente es tal porque se vincula a explotación cíclica o estacional y no
por ausencia de registro en la planta de personal. CApel. Laboral Santa Fe, Sala I, 31/5/2000,
“Monzón, Amalia I. p.s.h.m. Ramón A. Ojeda v. Abel Redondo y otros s./ laboral (accidente)” TySS
‘00-936

Despido. Indemnización.
El incremento del treinta por ciento sobre la indemnización por despido se encuentra limitado a
aquellos casos en que la relación hubiera alcanzado más de tres meses y menos de dos años. En
cambio, cuando se supera este último plazo, el inciso b) del art 74 de la ley 22248 reformado por
el art 29 de la Res. 170/89 CNTA, limita la reparación a una suma igual a un mes de sueldo. Sala
X, 31/10/2000, "Santa Cruz, Luis v. San Sebastián S.A. s. Despido"
A efectos de calcular la indemnización por despido de un trabajador agrario —en el caso, peón que
se dio por despedido con justa causa—, no corresponde computar como parte integrante del
salario el adicional por vivienda y comida, ya que el art. 36, inc. f, de la ley de trabajo agrario 22248
permite expresamente su deducción y se trata de una prestación que no es obligatoria, sin
perjuicio de que cuando se la brinda, deba serlo en condiciones adecuadas y suficientes. Trib.
Trab. Trenque Lauquen, 20/5/1999, “Marengo, Carlos O., v. Gianolio, Ernesto D.” (DT 2000-B-
2194).
Generalidades
Producida la muerte por accidente del trabajador permanente, corresponde el pago de todos los
rubros determinados por la ley 22248. CApel. Laboral Santa Fe, Sala I, 31/5/2000, “Monzón,
Amalia I. p.s.h.m. Ramón A. Ojeda v. Abel Redondo y otros s./ laboral (accidente)” TySs ‘00-936.

11) Ejecutantes musicales


Si los servicios prestados no eran personales o exclusivos ni estaban sujetos a las directivas del
demandado, por cuanto los accionantes gozaban de plena libertad para gestionar y asumir riesgos
con terceros ajenos a la empresa del demandado, cabe concluir que estas modalidades excluyen
la presencia de una relación laboral en subordinación (arts. 386 y 477 Cód. Procesal y 21, 22 y 23
LCT) -en el caso, los actores, ejecutantes musicales, no sólo actuaban por sí sino también en
nombre y representación del cantante-. Sala VII, 28/12/2000, “Botta, Gustavo E. y otros v.
Costabello, Oscar E.”
Cuando se trata de establecer si la vinculación es estable o permanente es de importancia la
exclusividad, que no se da si los músicos a la vez que actuaban secundando a la accionada,
también lo hacían con otros artistas en esa calidad. 1324. Sala III, 31/8/2000, ”Hatton, Laura A. y
otro v. Parrondo, María C. s. despido” TySS’01-147

12) TRABAJO A DOMICILIO.


Plenarios de la CNAT
Para regir las relaciones entre las partes en el llamado “trabajo a domicilio”, no es de aplicación la
ley 11729; en cambio, probada la relación de dependencia, son de aplicación las disposiciones del
dec. 33302/45 (cap. CXV, ley 12921). El tallerista y el intermediario no pueden invocar los
beneficios de las referidas leyes”.
Probada la relación de dependencia se aplica el título IV del R.C.T. (t.o.) –De la remuneración del
trabajador-. En materia de Sueldo Anual Complementario rige la ley 23041(B.O. del 4/1/1984).
Plenario 34 (C), 24/7/1956, “García de Vila, Palmira v. Alegría y Cía. S.R.L.”

Relación de dependencia. Aplicación de la LCT.


La ley 12713 incluye tanto a los talleristas - casi siempre pequeños empresarios (art. 5 LCT)- como
a los operarios a domicilio, cuyo desempeño puede reunir o no las características de una relación
dependiente (arts. 21 y 22 LCT). Por ello, sólo cuando se trata de un trabajador en los términos del
art. 25 de la LCT, las disposiciones de la mencionada Ley de Contrato de Trabajo serán aplicables
al trabajador a domicilio de acuerdo con lo previsto en el art 2º (ver "Varcárcel de Sanchez, María
C/ Muñoz SA" sent. 40310 del 30/9/80). Sala III, 12/10/2000, "Antico, José v. Macricalz S.A. s.
Despido"

También podría gustarte