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Diego Jaramillo Cuartas

Nuestra vocación en
El Minuto de Dios

1997

1
Presentación

El doctor Cayetano Betancourt redactó, en 1958, de los primeros estatutos que rigieron a El
Minuto de Dios. Se pretendía “estructurar una comunidad cristiana con el fin de tratar de dar
solución integral a los problemas sociales de sus afiliados”. Los principios, consignados en los
estatutos e inspirados por el padre García Herreros, se actualizaron en los estatutos de 1976, que
redacté con el doctor José Alejandro Bonivento y con monseñor Jorge Jiménez. Para expresar ese
pensamiento, nos inspiramos en la carta encíclica sobre el Desarrollo de los pueblos (Populorum
Progressio) que en marzo de 1967 había escrito el Papa Pablo VI. Releer este documento ayuda a
comprender qué se quería en ese tiempo. En 1993 hubo una actualización de los estatutos, pero el
objeto de El Minuto de Dios y los objetivos específicos quedaron intactos.

Ese texto me ha servido de base para las cortas reflexiones que, como si fueran Minutos de Dios,
quiero proponer en esta páginas. Con este trabajo pretendo que todas las personas vinculadas a El
Minuto de Dios se empapen del espíritu que imprimió en esta obra el padre Rafael García
Herreros. Me parece elemental que todos podamos expresar con claridad lo que pretendemos
realizar, los principios que nos sirven de fundamento, los objetivos hacia los que tendemos, la
visión que avizoramos para el próximo siglo, la misión que nos hemos fijado.... El texto que se
publica apareció en las ediciones semanales de Noti-Minuto durante el año de 1996, se editó
luego con algunas modificaciones, y ahora se enriquece con nuevas citas del Magisterio
Eclesiástico y con frases extractadas de los escritos del padre García Herreros.

Contenido

Contenido ....................................................................................................................................................................... 2
El Desarrollo Integral ..................................................................................................................................................... 3
Nuestra fe comprometida ............................................................................................................................................... 4
Hijos de Dios.................................................................................................................................................................. 5
Hermanos de los hombres .............................................................................................................................................. 6
Comprometidos con los Pobres ...................................................................................................................................... 7
Amor a los hombres ....................................................................................................................................................... 8
Una exigencia de justicia ............................................................................................................................................... 9
Objetivo: el hombre ..................................................................................................................................................... 10
Distintos e iguales ........................................................................................................................................................ 11
Jesucristo ...................................................................................................................................................................... 12
Renovar la fe en Jesús .................................................................................................................................................. 14
Liberación y Renovación ............................................................................................................................................. 15
Un proceso de concientización..................................................................................................................................... 17
La dignidad humana ..................................................................................................................................................... 18
Los Derechos del Hombre............................................................................................................................................ 19
Palabra y obra .............................................................................................................................................................. 20
Una constante superación............................................................................................................................................. 21
Participación y solidaridad ........................................................................................................................................... 22
Organización de comunidades ..................................................................................................................................... 23
La propiedad de los bienes ........................................................................................................................................... 24
Creatividad social......................................................................................................................................................... 25
Una mesa de diálogo .................................................................................................................................................... 26

2
1. El Minuto de Dios se compromete a velar por el desarrollo integral de la persona humana y de
las comunidades marginadas, tanto urbanas como rurales, a la luz del Evangelio. Se entiende por
desarrollo integral la promoción “de todos los hombres y de todo el hombre” y “el paso, para
cada uno y para todos, de condiciones de vida menos humanas a condiciones más humanas”1.

2. El Minuto de Dios es, pues, la expresión de un compromiso cristiano con los pobres2,
reconocidos como hijos de Dios y hermanos de los demás hombres, y de una exigencia de lucha
por la justicia y un anhelo de lograr la igualdad entre todos los hombres.

3. El Minuto de Dios persigue los siguientes objetivos:

• Proclamar, con la fuerza del Espíritu Santo, a Jesucristo, liberador de mal personal y
social, y renovar la fe en Él.
• Estimular a las personas y a las comunidades para que sean conscientes de la dignidad del
ser humano, de sus derechos, de la realidad social, política y económica en que viven, y
de la participación y solidaridad necesarias para su constante superación.
• Propugnar por la organización social, económica y gremial de las comunidades.
• Promover y apoyar a las comunidades en la búsqueda de nuevas formas de propiedad,
distribución y uso de los bienes materiales y en la realización de proyectos
socioeconómicos específicos.
• Crear, como resultado de los objetivos anteriores, efectos de demostración que sirvan de
modelo y estímulo para cambios estructurales profundos, en la organización del país.

El Desarrollo Integral

Al nivel más amplio posible, sería oportuno que expertos en economía y cuestiones
monetarias, de fama internacional, procedieran a un análisis crítico del orden
económico mundial, en sus aspectos positivos y negativos, de modo que se corrija el
orden actual, y propongan un sistema y mecanismos capaces de promover el desarrollo
integral y solidario de las personas y los pueblos3.

El Sumo Pontífice volvió a recordar que el desarrollo, el progreso es el nuevo nombre de


la paz. Para lograr la paz, los pueblos necesitan un gran avance y bienestar y para
obtener ese bienestar social se requieren grandes cambios4.

4. La encíclica pontificia Populorum progressio (1967) introdujo la expresión “desarrollo


integral”. El Papa enseñó que “el desarrollo no se reduce el simple crecimiento económico. Para
ser auténtico, el desarrollo debe ser integral, es decir, promover a todos los hombres y a todo el
hombre”5.

1
Pablo VI, Carta encíclica Populorum progressio, Nos. 14 y 20 (1967).
2
Cf. III Conferencia del Episcopado Latinoamericano, Documento de Puebla No. 733 (1979).
3
Juan Pablo II, Ecclesia in America, n. 59 (1999).
4
Padre Rafael García Herreros.
5
Pablo VI, Populorum progressio No. 14 (1967).

3
5. Otra expresión del Papa, que también recogen nuestros estatutos, es la definición del desarrollo
verdadero, comprendido como “el paso, para cada uno y para todos, de condiciones de vida
menos humanas a condiciones más humanas6”.

6. Esas frases no sólo son bellas y densas, sino que abren espacio a la actividad de El Minuto de
Dios: no dedicado fundamentalmente a estructurar una comunidad y a satisfacer las necesidades
de sus afiliados, sino a servir a todo el hombre y a todos los hombres.

7. La enseñanza de Pablo VI profundiza la de Juan XXIII y los demás pontífices que le


antecedieron a partir de León XIII, y la del Concilio Vaticano II, que en la Constitución Gaudium
et Spes habla de “la plena perfección humana de los ciudadanos7”.

8. La doctrina social de la Iglesia está focalizada en el hombre, no como objeto sino como
fundamento, sujeto y fin de las actividades económicas. Éstas son cuantificables. El desarrollo
integral, aunque se relaciona con lo económico, no se cuantifica, sino que tiene en cuenta también
algunos imponderables como: el cambio de mentalidad, costumbres y realidades económico-
sociales.

9. El caminar hacia el desarrollo integral implica la superación de condiciones menos humanas8


(carencias de toda índole, estructuras opresoras) a condiciones más humanas9 (espirituales,
morales, culturales o materiales).

10. El Minuto de Dios expresa en sus objetivos unos principios fundamentales en los que
debemos estar de acuerdo todos para que podamos caminar juntos hacia una meta común.

11. Esas fueron las ideas que movieron al padre García Herreros a librar muchas batallas hasta
que logró posicionar a El Minuto de Dios como entidad sin ánimo de lucro, comprometida en el
desarrollo integral de la persona humana.

Nuestra fe comprometida

La Encíclica Ut unum sint destacó después, una vez más, que para un mejor desarrollo
del mundo es necesaria la voz común de los cristianos, su compromiso «para que triunfe
el respeto de los derechos y de las necesidades de todos, especialmente de los pobres, los
marginados y los indefensos»10.

La brevísima vida del hombre en el mundo, sin amor a Jesucristo, sin adoración, sin
alabanza, sin fe, sin compromiso, es una vida desierta, una vida entristecida11.

12. Quienes trabajamos en El Minuto de Dios somos cristianos, es decir, estamos convencidos de
que Jesús de Nazaret es el Cristo, el Hijo de Dios. No creemos en Él como si fuese apenas un

6
Pablo VI, ibid. No. 20.
7
Concilio Vaticano II. Gaudium et spes, Sobre la Iglesia en el mundo actual, No. 86a (1965).
8
Pablo VI, Populorum progressio, No. 21 (1967).
9
Ibid.
10
Benedicto XVI, Deus Caritas est, No. 30 (2005).
11
Padre Rafael García Herreros

4
personaje histórico, sino que afirmamos que resucitó, que está vivo y que pide de cada hombre
una adhesión total, que llamamos fe.

13. La fe cristiana no es una declaración de principios abstractos, sino un motor de la acción. No


se reduce al ámbito de una sacristía, sino que abarca toda la actividad del hombre y todos los
espacios del mundo. No es intimista ni limitada al individuo, sino que tiende a difundirse en
todos los estratos de la sociedad. No establece relaciones superficiales, sino que lleva a
compromisos.

14. Cuanto se realiza en El Minuto de Dios debe ser una consecuencia de nuestra fe, que es la
fuente que nos inspira y el aliento que nos estimula.

15. El Minuto de Dios así lo reconoce, al afirmar:

- Que El Minuto de Dios se define como una entidad comprometida en el desarrollo integral de
las personas y comunidades “a la luz del evangelio”.
- Que El Minuto de Dios manifiesta ser “la expresión de un compromiso cristiano con los
pobres, reconocidos como hijos de Dios y hermanos de los demás hombres”.
- Y que establece como primer objetivo específico: “Proclamar, con la fuerza del Espíritu
Santo, a Jesucristo, liberador del mal personal y social, y renovar la fe en Él”.

16. Cada directivo y cada empleado de El Minuto de Dios puede reflexionar acerca de su trabajo
y en la fuerza inspiradora que lo ha vinculado con las obras que en él se adelantan. Ojalá todos
puedan decir: “Yo estoy aquí porque creo que a través de mi labor estoy sirviendo a Jesucristo, en
quien tengo fe, y a los hombres, a quienes debo amar”.

Hijos de Dios

El propio Verbo encarnado quiso participar de la vida social humana. […] Reveló el
amor del Padre y la excelsa vocación del hombre, evocando las relaciones más comunes
de la vida social […] En su predicación, mandó claramente a los hijos de Dios que se
trataran como hermanos12.

Somos hijos de Dios. Todos. Es una inmensa dignidad. Un hijo de Dios no puede vivir
como mendigo, sin seguridad, sin lo que requiere la vida del hombre moderno para cierta
plenitud. No está de acuerdo con la voluntad de Dios que haya hombres en la miseria13.

17. Los hombres somos hijos de Dios. Esta buena noticia nos la reveló Jesús, quien nos enseñó a
invocar al Creador con el nombre de Padre. Ese es el núcleo del evangelio. El Nuevo Testamento
lo repite sin cansancio. Lo manifiesta a través de los hechos y las palabras del Señor y lo subraya
en la enseñanza de los apóstoles: “Ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús”, dice san

12
Gaudium et spes, 32.
13
Padre Rafael García Herreros.

5
Pablo14. “¡Miren qué amor nos ha tenido el Padre, para llamarnos hijos de Dios, pues lo somos!”,
comenta san Juan15.

18. En consecuencia, formamos parte de la familia del Rey, tenemos sangre azul, pertenecemos a
la aristocracia divina. Dios es nuestro Padre, nosotros somos sus hijos. Esa es nuestra mayor
honra, “un parentesco admirable en demasía”, como dice Kempis16.

19. En la carta a los efesios leemos: “Ustedes ya no son extranjeros advenedizos, sino ciudadanos
de los santos y miembros de la familia de Dios”17. Somos hijos adoptivos, pero a esta palabra le
damos un significado diferente al que empleamos corrientemente. No es una ficción de derecho.
Dios, al adoptarnos, nos da un ser nuevo: “Nos hace participar de la naturaleza divina”, dice san
Pedro18.

20. Esa realidad da sentido a nuestra vida y a nuestra actividad. En ella quiso el padre García
Herreros fundamentar toda la obra de El Minuto de Dios, cuando escribió, en los estatutos de
1958, esta frase: “El Minuto de Dios quiere demostrar que, partiendo de la idea de la filiación
divina y de la fraternidad sobrenatural, se puede lograr una estructura para la solución cabal de
los problemas actuales de la sociedad”.

21. El padre Rafael proponía que su obra atendiera a las aspiraciones espirituales de la persona
humana, “como hombre y como hijo de Dios”. “El Minuto de Dios es la expresión de un
compromiso cristiano con los pobres, reconocidos como hijos de Dios y hermanos de los demás
hombres”.

Hermanos de los hombres

La miseria humana es el signo evidente de la condición de debilidad del hombre y de su


necesidad de salvación. De ella se compadeció Cristo Salvador, que se identificó con sus
«hermanos más pequeños » (Mt 25,40.45)19.

[…] difundiendo más amplia y profundamente la verdad de que somos hijos de Dios, de
que somos hermanos y traduciendo esta verdad en una nueva organización social20.

22. Con frecuencia, el Nuevo Testamento designa con la palabra “hermano” a los discípulos de
Jesús, integrantes de las primeras comunidades cristianas. Pero en ocasiones amplía el sentido de
ese término a todos los hombres y, en especial, a los más necesitados, como cuando el Señor
afirma que fue a Él a quien los bienaventurados dieron de comer o de beber o alojaron, vistieron
y visitaron, al realizar esas obras de misericordia con “sus hermanos”, es decir, “con los más
pequeños”21.

14
Gál 3, 26
15
Primera carta de Juan 3, 1
16
La imitación de Cristo, Libro 2, Capítulo 1
17
Ef 2, 19
18
Segunda carta de Pedro 1, 4
19
Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, No. 183
20
Padre Rafael García Herreros
21
Cf Mt 24, 40.

6
23. El fundamento de la hermandad entre Jesús y nosotros y entre todos los hombres radica en
que Él y nosotros somos hijos del mismo Padre.

24. Decir que los hombres somos hermanos no es una afirmación romántica y futurista, como la
que se canta en el himno de la alegría de Schiller: “Escucha, hermano, la canción... Vive soñando
el nuevo sol, en que los hombres volverán a ser hermanos...”.

25. Nuestra fraternidad no es la idea vaporosa y amañada de la Revolución Francesa, que


desterraba o guillotinaba a “los hermanos” que disentían de los jacobinos. Tampoco equivale a la
solidaridad entre los camaradas de la Revolución Rusa, que fomentaba la lucha hasta que,
después de la historia, se diera una sociedad sin clases sociales.

26. Tampoco se reduce la fraternidad humana a pertenecer a una raza o hablar el mismo idioma o
haber nacido de la misma “madre” patria. Ni siquiera, en el nivel más reducido, a participar en el
mismo clan familiar.

27. La fraternidad de los cristianos brota de nuestra fe en un solo Dios y Padre de todos los
hombres, que a todos da la vida. A ese Dios, único y verdadero, lo llamamos “Padre nuestro”.
Con la palabra “Padre”, reconocemos nuestra filiación divina, y con la palabra “nuestro”
aludimos a la fraternidad universal.

28. De esa fraternidad con todos los hombres brota nuestro compromiso con el prójimo y, de
modo especial, con el que vive en la necesidad, la pobreza o el dolor.

29. “El Minuto de Dios es la expresión de un compromiso cristiano con los pobres, reconocidos
como hijos de Dios y hermanos de los demás hombres...”.

Comprometidos con los Pobres

Hoy más que nunca, la Iglesia es consciente de que su mensaje social se hará creíble
por el testimonio de las obras, antes que por su coherencia y lógica interna. De esta
conciencia deriva también su opción preferencial por los pobres, la cual nunca es
exclusiva ni discriminatoria de otros grupos. Se trata, en efecto, de una opción que no
vale solamente para la pobreza material, pues es sabido que, especialmente en la
sociedad moderna, se hallan muchas formas de pobreza22.

La pobreza beatificada en el Evangelio no es la carencia de lo necesario, sino la libertad


interior del hombre ante las cosas. Carecer de lo necesario no es ser pobre según el
Evangelio. Ser pobre según las bienaventuranzas es ser libre ante las riquezas, ante el
mundo23.

22
Juan Pablo II, Centesimus Annus, n. 57 (1991).
23
Padre Rafael García Herreros.

7
30. El Minuto de Dios es “expresión de un compromiso con los pobres” y “entidad comprometida
en el desarrollo integral de la persona humana y de las comunidades marginadas”. ¿Que implican
los términos “compromiso” y “entidad comprometida”?

31. El compromiso es la actitud de la persona fiel a sus creencias que, para cumplir su misión en
la familia, en la Iglesia o en el mundo, arriesga cuanto es y cuanto tiene.

32. El compromiso es la fuerza que conduce coherentemente de la teoría a la práctica, del


pensamiento a la acción, de la palabra a los hechos. El compromiso es el dinamismo que
quebranta el egoísmo y abre espacios al “otro” por el convivir y el compartir. Es el entusiasmo
que extirpa desalientos y siembra esperanzas, el estímulo que cura parálisis y provoca cambios.

33. El compromiso es la lucidez que impide desviarse de la meta propuesta, pues las convicciones
marcan de modo indefectible el rumbo del actuar. Es lo que se ha dado y debe seguir dándose en
El Minuto de Dios. Nada nos debe desviar de nuestros objetivos: el desarrollo integral de la
persona humana, los pobres, las comunidades marginales.

34. Desde 1955, El Minuto de Dios ha escuchado el grito angustiado de muchas personas, no sólo
en los momentos dramáticos de los terremotos y las avalanchas, de los deslizamientos y las
inundaciones, sino el clamor sordo, permanente, que musita la miseria en los barrios subnormales
de las ciudades.

35. El Minuto de Dios ha respondido a esa llamada del mundo. El pueblo colombiano certifica
que El Minuto de Dios ha estado comprometido en esa lucha contra la miseria y que nuestro
actuar ha sido coherente con nuestras convicciones. Pero esa certificación la debemos conseguir
permanentemente. Nuestro compromiso es incancelable. Cueste lo que cueste, debemos continuar
la faena.

Amor a los hombres

Sólo el amor es capaz de transformar de modo radical las relaciones que los seres
humanos tienen entre sí. Desde esta perspectiva, todo hombre de buena voluntad puede
entrever los vastos horizontes de la justicia y del desarrollo humano en la verdad y en el
bien24.

El verdadero amor a Jesucristo, es obra del Espíritu Santo, se traduce inmediatamente en


amor al hombre con más vigor que cualquier revolución social25.

36. En el libro de Génesis hay dos pecados originales, así llamados porque están en la raíz, en el
origen de todos los demás: la desobediencia del hombre a Dios y el asesinato de un hombre por
su hermano.

24
Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, No. 4.
25
Padre Rafael García Herreros.

8
37. Contra esas faltas radicales, se levanta el doble mandato de la ley, expresado en una placa de
cobre en la puerta central del antiguo templo del Minuto de Dios: “Amarás al Señor, tu Dios, y a
tu hermano el hombre”.

38. El amor que debemos a nuestros semejantes tiene unos criterios muy serios: al prójimo
debemos amarlo como a nosotros mismos... y debemos amarlo como Cristo nos amó.

39. Estos criterios son tan exigentes, que se suele decir que el amor es la palabra más
comprometedora que existe en el diccionario de los cristianos.

40. El amor a los semejantes nos lleva a aproximarnos a ellos, a hacernos sus “prójimos”, sus
próximos, sus cercanos. El prójimo nos es, ante todo, el otro; sino que soy yo mismo, si me
acerco a los otros, si me aproximo para servirles, para ayudarles... como lo hizo el samaritano de
una célebre parábola con el hombre herido por los salteadores26.

41. El Minuto de Dios tiene la vocación de aproximarse a los pobres y a las comunidades
marginadas, urbanas o rurales. Los que sufren deberían sentirnos cercanos, experimentar nuestro
amor y nuestro servicio.

42. Pero no siempre hay que acercarnos al prójimo. Es éste muchas veces quien se aproxima a
nosotros. La utopía cristiana sería que todos los que llegaran se sintieran fraternalmente acogidos;
así alcanzaríamos la perfección de la ley, que es el amor.

Una exigencia de justicia

Prueba de ello es el campo de la doctrina social católica, ampliamente desarrollada en el


arco del último siglo. Siguiendo las huellas de tal enseñanza, procede la educación y la
formación de las conciencias humanas en el espíritu de la justicia, lo mismo que las
iniciativas concretas, sobre todo en el ámbito del apostolado de los seglares, que se van
desarrollando en tal sentido27.

La justicia social es superior a la justicia conmutativa. La justicia social es el fin, la


justicia conmutativa es el medio. Ésta es la auténtica enseñanza de santo Tomás y el
magisterio de la Iglesia desde León XIII28.

43. La acción de El Minuto de Dios es “una experiencia de lucha por la justicia”. Esta es la
consecuencia lógica que debemos asumir los que reconocemos la dignidad del hombre, creado
por Dios y redimido por la sangre de Jesús. De esa dignidad trascendente dimanan los derechos
del hombre, que la justicia social debe salvaguardar.

44. La lucha por la justicia, como cualquier batalla, puede dejar heridas y amarguras en los
combatientes. El antídoto contra ellas es el amor.

26
Cf Luc 10, 25-42.
27
Juan Pablo II, Dives in Misericordia, n. 12 (1980).
28
Padre Rafael García Herreros

9
45. Algunos opinan que justicia social y amor se contraponen. Reducen la justicia al estricto
cumplimiento de las obligaciones que regulan las relaciones entre los hombres, aseguran el
respeto a los derechos de cada persona y la llevan a cumplir sus deberes con los demás (justicia
conmutativa) o a que se acaten las normas que rigen las relaciones entre la sociedad y los
individuos (justicia distributiva). Si queda algún vacío, debido a una violación de la justicia, se
colmaría con el amor, que sería conmiseración ante el sufrimiento que aqueja al prójimo.

46. Esa visión no satisface: para los cristianos, la justicia social y el amor no sólo se
complementan, sino que se compenetran, son inseparables. La justicia social es una forma
concreta de cumplir el mandamiento del amor.

47. El amor dinamiza la justicia, la estimula y la acompaña hasta que corona sus acciones y,
luego, la supera y avanza hasta límites que la justicia social no logra alcanzar.

48. El Minuto de Dios lucha porque en Colombia se erradique la injusticia. Esa es la raíz de
nuestro compromiso, la exigencia para nuestra actividad. A cada colombiano se le deben respetar
sus derechos fundamentales: a la vida, a la educación, a la salud, a la vivienda... no en teoría, sino
en la realidad. Nuestra utopía pretende que en Colombia debe reinar la justicia social para todos
y, con ella y tras ella, el amor fraternal.

Objetivo: el hombre

En el misterio de Cristo, Dios baja hasta el abismo del ser humano para restaurar desde
dentro su dignidad. La fe en Cristo nos ofrece, así, los criterios fundamentales para
obtener una visión integral del hombre que, a su vez, ilumina y completa la imagen
concebida por la filosofía y los aportes de las demás ciencias humanas, respecto al ser
del hombre y a su realización29.

Es necesario que los discípulos de Cristo, es decir los cristianos, usemos de toda la
inteligencia y de toda la energía para afrontar el combate de la liberación del hombre de
una situación que no es querida por Dios. Nuestra búsqueda de lo divino no debe
comprometer, no debe inferir ni estorbar nuestro deber ante los hombres.
Padre Rafael García Herreros

49. Hace varios años, una campaña política usó como eslogan publicitario la frase “Objetivo: el
hombre”. Semejante parece la meta que desde su fundación ha perseguido El Minuto de Dios.
Aquí podríamos repetir: “Nada de lo humano nos es ajeno”.

50. Deseamos servir a todo hombre, a todos los hombres, a todo el hombre, para pasar “de
condiciones menos humanas a condiciones más humanas”.

51. El Minuto de Dios ha querido servir a todo hombre, de cualquier raza, sexo, idioma, cultura o
condición. El Minuto de Dios ha colaborado con indígenas motilones del Catatumbo y paeces de
Tierradentro, con morenos del Chocó, con isleños de San Andrés, con campesinos de diversas

29
Documento de Puebla No. 305

10
regiones, con habitantes de los barrios subnormales de nuestras ciudades, desde Cúcuta hasta el
Pacífico y desde la Costa hasta los Llanos.

52. El Minuto de Dios ha deseado atender a todos los hombres: a los pequeños de la guardería
infantil, a los niños de preescolar, a los estudiantes de primaria y secundaria, a los universitarios,
a los jóvenes y adultos que cursan educación no formal, a las mujeres jefes de hogar, a los
artesanos y a las personas de la tercera edad. También a los leprosos de Agua de Dios y a los
afectados por terremotos, avalanchas, deslizamientos e inundaciones...

53. El Minuto de Dios ha procurado promover al hombre, en todo lo que es, en sus ideas
espirituales y materiales: instrucción intelectual y búsqueda religiosa, vivienda y trabajo, salud y
recreación, vida comunitaria y social. En ningún campo hemos estado ausentes, sino que se ha
perseguido un desarrollo integral. Los pobres, las comunidades marginadas, urbanas o rurales,
han despertado nuestro interés. Ninguna categoría ha sido excluida. Todos han estado
representados entre los comensales de nuestra mesa. A todos se les ha invitado a emprender el
camino de la superación y a vivir dignamente, en un país de hermanos.

Distintos e iguales

No podemos invocar a Dios, Padre de todos, si nos negamos a conducirnos


fraternalmente con algunos hombres, creados a imagen de Dios. La relación del hombre
para con Dios Padre y la relación con los demás hombres, sus hermanos, están de tal
forma unidas que, como dice la Escritura: "El que no ama, no ha conocido a Dios" (1 Jn
4,8). Así se elimina el fundamento de toda teoría o práctica que introduce discriminación
entre los hombres y entre los pueblos, en lo que toca a la dignidad humana y a los
derechos que de ella dimanan30.

He leído últimamente -con nostalgia- los derechos humanos proclamados por la ONU en
1948. Dicen así: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y en
derecho: derecho a la vida, a la libertad, a la seguridad de la persona. Derecho a la
seguridad social, a la satisfacción de las necesidades económicas y culturales; derecho al
trabajo, a la protección contra el desempleo, a la remuneración equitativa”. ¿Tendremos
nosotros la realización de estos derechos inherentes a la persona humana en Colombia?31

54. Somos tan diferentes los hombres, los unos de los otros, por la raza a la que pertenecemos, el
color de la piel, las facciones del rostro, la altura del cuerpo, la proporción de los miembros.
Somos tan distintos en nuestra manera de ser, en nuestros hábitos, en nuestra inteligencia y
nuestro carácter, en nuestras aptitudes y cualidades.

55. Somos tan diversos los unos de los otros, según la educación que recibimos, el lenguaje que
utilizamos, la fe y los valores que orientan nuestra vida. Dios, al crearnos, no usó un molde único.
No nos fabricó en serie. De cada hombre hizo un modelo distinto, una obra maestra. En cada

30
Concilio Vaticano II, Declaración Nostra aetate No. 5 (1965).
31
Padre Rafael García Herreros.

11
individuo brillan la inteligencia y el poder divinos. Como si fuera un poeta, Dios escribe el
poema de la Creación con imaginación impensable.

56. Pero, a pesar de la diversidad de los hombres, si observamos nuestra dignidad de hijos de
Dios y nuestra condición de ciudadanos, todos somos iguales y, ante la sociedad, debemos gozar
de los mismos derechos fundamentales.

57. Todos los hombres deberíamos disfrutar de similares posibilidades. No debería existir un
grupo de privilegiados y un grupo de parias, una franja estrecha a la que se brindan todas las
oportunidades y un estrato anchísimo carente de todo.

58. El Minuto de Dios anhela que se dé la igualdad entre los hombres, que a todos se les respete
el derecho a la vida, que todos tengan acceso a la educación, que todas las familias posean una
vivienda digna, que todos pueden trabajar en un empleo retribuido con justicia, que todos se
puedan beneficiar de la atención médica y hospitalaria, que todos disfruten de expansión y
descanso, que todos puedan expresar su fe y sus creencias religiosas con libertad, que todos se
sientan participantes en la construcción del mundo y sean protagonistas de su propio desarrollo.
Eso es la igualdad soñada, la que deseamos conquistar para todos nuestros hermanos.

Jesucristo

Nuestro Señor Jesucristo predicó la santidad de vida, de la que Él es Maestro y Modelo, a


todos y cada uno de sus discípulos, de cualquier condición que fuesen. "Sean, pues,
ustedes perfectos como su Padre celestial es perfecto" (Mt 5, 48)32.

Jesucristo tan bello, tan impensable, tan cercano, tan humano, tan hombre y, al mismo
tiempo, Verbo de Dios, Hijo de Dios. Jesucristo, el único que da la solución al gran
enigma de la vida, que es la muerte33.

59. Hay dos símbolos de Jesucristo que identifican al Minuto de Dios. Uno lo forman dos leños
rústicos que recuerdan, en su tosquedad, las ramas nudosas de un árbol. Están clavados en cruz,
con el tramo horizontal inclinado, como si el peso de muchos dolores lo mantuviera
desequilibrado. Los unió así un artesano anónimo y los ve el país diariamente en las pantallas de
la televisión.

60. El otro signo de Jesús está elaborado en lámina de hierro y es obra de un célebre artista
panameño. Es un crucifijo de rostro sereno, majestuoso, de facciones varoniles. Es un Cristo vivo
y señorial. Las cuencas vacías de sus ojos dan la impresión de eternidad, de divinidad. Esa
imagen preside la plazuela de nuestro barrio desde noviembre de 1971.

61. Esos símbolos recuerdan que la obra del Minuto de Dios está centrada en Jesucristo. Él es
nuestro ideal. Él es nuestro evangelio. Él es el libertador del mal personal y social. Él clavó en la
cruz los sufrimientos y las esclavitudes de los hombres.

32
Concilio Vaticano II, Constitución Lumen gentium, No. 40 (1964).
33
Padre Rafael García Herreros.

12
62. En El Minuto de Dios queremos proclamar a Jesucristo liberador. Cada casa que construimos,
cada préstamo que otorgamos a los microempresarios, cada clase que se imparte en nuestras
aulas, cada programa que emitimos en radio o televisión expresan nuestra convicción
fundamental. Con cada acción queremos decir que Jesús de Nazaret pasó de la cruz a la gloria
para que los hombres pasáramos de condiciones menos humanas a condiciones más humanas: del
pecado a la gracia, de la enfermedad a la salud, de la ignorancia al conocimiento, de la pobreza al
bienestar, de las limitaciones a la plenitud. Con las realizaciones materiales, hechas por todo el
país, estamos afirmando que el mal se puede vencer, y que el victorioso triunfador es el Señor
Jesús.

Con la fuerza del Espíritu Santo

El Espíritu, que es artífice de comunión en el amor, crea entre los hombres nueva
fraternidad y solidaridad, reflejo verdadero del misterio de recíproca entrega y acogida
propio de la Santísima Trinidad. El mismo Espíritu llega a ser la ley nueva, que da la
fuerza a los creyentes y apela a su responsabilidad para vivir con reciprocidad el don de
sí mismos y la acogida del otro, participando del amor mismo de Jesucristo según su
medida34.

Queremos invitarlos a ustedes a tener la experiencia de Dios en el Espíritu. A tener


momentos de gran silencio en que ustedes y yo, que somos humildes hombres, efímeros
hombres, hombres pecadores, nos sumerjamos en el misterio de Dios, y estemos
tranquilos en Dios tratando de penetrar en el Ser inaccesible de Dios, a través del
Espíritu Santo35.

63. En la iglesia parroquial del Minuto de Dios, en Bogotá, hay una escultura que evoca al
Espíritu Santo. Es una paloma, fundida en plata alemana y bronce, que hace pensar en el
descenso del Espíritu de Dios, cuando Jesús fue bautizado en el río Jordán. Las alas del ave
parecen llamaradas. Son el fuego del Espíritu, que bajó sobre María y los apóstoles, la mañana
de Pentecostés36.

64. Finas varillas de bronce, a modo de plumas, recuerdan, al moverse, el viento recio que
estremeció el aposento donde estaban reunidos los discípulos de Jesús, cuando nació la Iglesia.

69. Paloma, fuego, viento son símbolos del Espíritu Santo y traen a la mente algunas de sus
actividades: Él nos hace hijos de Dios, guía nuestro caminar hacia el Padre, orienta nuestra
oración, ilumina nuestra fe en Jesucristo, nos reúne en Iglesia, enriquece nuestro corazón con el
amor, derrama sobre la comunidad cristiana una lluvia de bendiciones, vivifica todas las
actividades eclesiales: sacramentos, animación y gobierno del pueblo creyente, predicación de la
Palabra de Dios...

34
Juan Pablo II, Carta encíclica Evangelium vitae No. 76 (1995).
35
Padre Rafael García Herreros.
36
Cf Hech 2, 1-4.

13
65. Por el Espíritu Santo, la voz del evangelio llega hasta los confines del mundo. Él abre los ojos
de los fieles para que puedan “ver” a Jesús, luego les posibilita creer, y finalmente les ayuda a
que, de palabra y de obra, testifiquen el mensaje de Jesús, ante los hombres. Él es entrenador de
testigos. A esa acción aluden nuestros estatutos cuando hablan de “Proclamar, con la fuerza del
Espíritu Santo, a Jesucristo...”.

66. Para que esta proclamación se pueda realizar, quienes trabajamos en El Minuto de Dios
debemos implorar la presencia del Espíritu divino en nuestra vidas, diciéndole: “Ven, Espíritu de
Dios, y haz que cada obra que realicemos sea percibida como expresión de nuestro amor por
Jesucristo y por nuestros hermanos, los hombres”.

Renovar la fe en Jesús

No obstante, para llegar a ser una fuente así, él mismo ha de beber siempre de nuevo de la
primera y originaria fuente que es Jesucristo, de cuyo corazón traspasado brota el amor de Dios
(cf. Jn 19, 34)37.

Sálvese usted por la fe, sálvese usted por el amor, sálvese usted por la oración, sálvese usted
haciendo obras de servicio y de amor al prójimo.38.

67. El Espíritu Santo renueva todas las cosas. Renueva la faz de la Tierra. La renovación de la
Iglesia y del mundo es actividad básica del Espíritu de Dios. Es un Espíritu de novedad, un
manantial que siempre fluye, un Espíritu creador, un Dios poeta. Él produce las cosas nuevas,
imprime sello de actualidad, evita en la Iglesia arrugas y vejez.

68. San Pablo afirma que aunque el cuerpo de los creyentes envejece, su espíritu se renueva cada
día, porque no marcha hacia la caducidad, sino a la plenitud.

69. Esa renovación espiritual en la fe es la que nuestros estatutos nos proponen buscar. Para
lograr la que debe ser la primera de nuestras actividades, debemos proclamar a Jesucristo vivo, no
sólo a los que nunca han oído hablar de Él, sino a quienes, aunque ya sean bautizados, necesitan
actualizar su experiencia del Señor. Tal vez tienen los ojos nublados por el sufrimiento y
requieren limpiar la mirada, o tienen el corazón aterido por el frío de la ignorancia y la pobreza, y
deben descubrir el amor de Dios.

70. Ésta no es actividad exclusiva de nuestras parroquias, del Centro Carismático, de las emisoras
o de Lumen 2000. No es monopolio de los presbíteros que vivimos en El Minuto de Dios. Es
tarea de todos. Todos nuestros programas deben estar impregnados de evangelio. El mensaje
cristiano ha de ser componente de todos nuestros esfuerzos y acento de todos nuestros discursos.

71. Nuestra fe no puede reducirse a una oración al iniciar las clases en nuestros colegios, a un
crucifijo en el muro de nuestras oficinas o a alguna insignia colgada al pecho. La presencia de
Jesús debe percibirse en todas nuestras faenas.

37
Benedicto XVI, Carta encíclica Deus caritas est, No. 7 (2005).
38
Padre Rafael García Herreros.

14
72. Quienes comparten nuestros afanes o se benefician de nuestra labor deben comprender que
nuestro primer empeño es compartirles la alegría de creer y ayudarles, si son cristianos, a
renovar su fe en el Señor Jesús.

Liberación y Renovación

La necesidad de asegurar los derechos fundamentales del hombre no puede verse separada de la
justa liberación, la cual ha surgido con la evangelización y con esfuerzos por asegurar
estructuras que salvaguarden las libertades del hombre. Entre estos derechos fundamentales, la
libertad religiosa ocupa un lugar de primera importancia39.

Es necesario que los discípulos de Cristo, es decir, los cristianos usemos de toda la inteligencia y
de toda la energía para afrontar el combate de la liberación del hombre de una situación que no
es querida por Dios. Nuestra búsqueda de lo divino no debe comprometer, no debe inferir ni
estorbar nuestro deber ante los hombres40.

73. En la Iglesia se van delineando, con el correr del tiempo, diversas corrientes de pensamiento
y de experiencias espirituales: doctrinas teológicas, devociones, escuelas de espiritualidad,
movimientos de apostolado, etc.

74. Quizás las líneas de mayor influjo en los últimos años sean la Teología de la Liberación y la
Renovación Carismática.

75. La Teología de la Liberación, originada en Sudamérica, ha escuchado el clamor de los


pueblos del continente, oprimidos por la injusticia y la miseria. La situación que viven evoca la
que soportó Israel durante la esclavitud en Egipto. El libro del Éxodo narra el proceso vivido por
los hebreos para pasar del cautiverio a la libertad. Esta teología coloca su interés en Jesucristo
liberador, que llama a los hombres a luchar y superarse.

76. La Renovación Carismática, nacida en Norteamérica, enfatiza la acción del Espíritu Santo,
que renueva el universo. Todos los aspectos de la vida de la Iglesia son dinamizados por el
Espíritu Divino: la oración, la liturgia, los carismas, la predicación, la vida comunitaria, etc. En la
Renovación, Dios ocupa el centro de todo y vive una relación de amor, de gracia, de don con los
hombres.

77. Esas dos tendencias eclesiales pueden enfrentarse hasta el exterminio mutuo o pueden valorar
sus aspectos complementarios. A veces a los liberacionistas se les tacha de marxistas y a los
carismáticos se les tilda de alineados.

78. El Minuto de Dios ha intentado armonizar ambas tendencias: “Proclamar, con la fuerza del
Espíritu, a Jesucristo, liberador del mal personal y social, y renovar la fe en Él”.

39
Pablo VI, Exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi, No. 39 (1975).
40
Padre Rafael García Herreros.

15
79. Por eso deseamos vivir el título de una de nuestras aulas de reunión: “Justicia y Alabanza”41.
Queremos hablar de Jesús y de su Espíritu. Anhelamos que florezcan la igualdad y el amor. Que
se den justicia para los hombres y alabanzas para Dios.

Persona y comunidad

Signos positivos del mundo contemporáneo son la creciente conciencia de solidaridad de


los pobres entre sí, así como también sus iniciativas de mutuo apoyo y su afirmación
pública en el escenario social, no recurriendo a la violencia, sino presentando sus
carencias y sus derechos frente a la ineficiencia o a la corrupción de los poderes
públicos. La Iglesia, en virtud de su compromiso evangélico, se siente llamada a estar
junto a esas multitudes pobres, a discernir la justicia de sus reclamaciones y a ayudar a
hacerlas realidad sin perder de vista el bien de los grupos en función del bien común42.

Dios no quiere que vivamos miserables. Quiere que haya pobres, ¿qué sería si no
hubieran? Pero quiere que todos vivamos según la dignidad de hombres y de hijos de
Dios43.

80. El Minuto de Dios, en sus principios y objetivos, habla con insistencia de la persona humana
y de la comunidad en que se injerta, del hombre y de la sociedad a que pertenece. Ante ellos está
presente lo singular y lo plural, la acción individual y la colectiva. Recordemos algunos textos:

• “El Minuto de Dios es una entidad comprometida en el desarrollo integral de la persona


humana y de comunidades marginadas...”

• Por desarrollo integral entiende “la promoción de todo el hombre y de todos los hombres”
y “El paso, para cada uno y para todos, de condiciones menos humanas a condiciones más
humanas”.

• “Estimular a las personas y a las comunidades para que sean conscientes de la dignidad
del ser humano...”.

81. De acuerdo con el pensamiento heredado del padre García Herreros, que es el de la Iglesia, la
persona humana debe ser el norte de toda acción social y, por supuesto, de la nuestra. La persona
del hombre debe ser “el principio, el sujeto y el fin de todas las instituciones sociales44”.
Cualquier organización social que conculque la dignidad de la persona comete un abuso
intolerable.

41
Cf Is 61, 11.
42
Juan Pablo II, Carta encíclica Sollicitudo rei socialis No. 39 (1987).
43
Padre Rafael García Herreros.
44
Concilio Vaticano II (1965) Constitución Gaudium et spes, Sobre la iglesia en el mundo actual, No. 25 (1965).

16
82. Este es un principio fundamental. Pero el individuo no es autosuficiente. Por su misma
naturaleza, el hombre necesita de la vida social, no para encontrar en ella cortapisas, sino para
hallar expansión y plenitud.

83. La sociedad existe para el hombre y no el hombre para la sociedad. Pero el desarrollo de la
persona lleva al crecimiento de la sociedad. Por eso, si logramos que cada persona atendida por
El Minuto de Dios crezca integralmente, vamos a tener unas comunidades más plenas, y
viceversa: nuestro esfuerzo por desarrollar las comunidades debe beneficiar a todos los
individuos que las conforman.

Un proceso de concientización

Apoyada en esta fe, la Iglesia puede rescatar la dignidad humana del incesante cambio
de opiniones que, por ejemplo, deprimen excesivamente o exaltan sin moderación alguna
el cuerpo humano. No hay ley humana que pueda garantizar la dignidad personal y la
libertad del hombre con la seguridad que comunica el Evangelio de Cristo, confiado a la
Iglesia. El Evangelio enuncia y proclama la libertad de los hijos de Dios, rechaza todas
las esclavitudes, que derivan, en última instancia, del pecado; respeta santamente la
dignidad de la conciencia y su libre decisión; advierte sin cesar que todo talento humano
debe redundar en servicio de Dios y bien de la humanidad; encomienda, finalmente, a
todos a la caridad de todos45.

La concientización a base de reflexión que busca crear conciencia en las personas, en las
familias y en las comunidades sobre su situación real en los campos espiritual, político,
económico, social y cultural y sobre los recursos que ellos poseen o pueden crear para
modificarlas46.

84. El Minuto de Dios pretende “estimular a las personas y a las comunidades para que sean
conscientes de la dignidad del ser humano, de sus derechos, de la realidad en que vive, y de la
participación y solidaridad necesarias para su constante superación”.

85. La palabra concientización se popularizó en América Latina gracias a los escritos del
brasileño Paulo Freire, quien la definió como un proceso de humanización, mediante el que los
hombres se dan cuenta de su ser y de sus circunstancias y pasan de una actitud pasiva a un
dinamismo transformador.

86. El primer estado de conciencia que nos puede afectar es la pasividad: nada puede cambiar, no
vale la pena luchar, sólo debemos revestirnos de paciencia para soportar el mal. Es una visión
intransitiva ante el mundo y ante la historia. Quien nació pobre, morirá pobre; el analfabeta no
debe estudiar, el que vive en un tugurio no ha de aspirar a una vivienda mejor.

45
Gaudium et spes, No. 41.
46
Padre Rafael García Herreros

17
87. Un segundo estado de conciencia cree en el cambio, pero lo espera a base de mecanismos
inadecuados. Como si toda transformación llegase de afuera y sólo hubiese que recibirla sin
actuar. Es un infantilismo ante un paternalismo. Un asumir ingenuamente la posición de menores
de edad que sólo tienden la mano y piden limosna.

88. Puede haber un tercer estado de conciencia: la de quienes examinar con seriedad su situación
y emprenden acciones para transformarla. Requiere un análisis crítico, que descubra lo que es
injusto e inaceptable, que encuentre posibilidades para llevar a cabo el cambio, que despliegue
energías y ponga en marcha procesos para ir de lo menos humano a lo más humano.

89. El Minuto de Dios pretende estimular esos procesos y acompañar a quienes los vivan a iniciar
la marcha, franquear obstáculos y coronar etapas.

La dignidad humana

La primera inquietud se refiere a la cuestión esencial y fundamental: ¿Este progreso,


cuyo autor y fautor es el hombre, hace la vida del hombre sobre la tierra, en todos sus
aspectos, «más humana»?; ¿la hace más «digna del hombre»? No puede dudarse de que,
bajo muchos aspectos, la haga así. No obstante esta pregunta vuelve a plantearse
obstinadamente por lo que se refiere a lo verdaderamente esencial: si el hombre, en
cuanto hombre, en el contexto de este progreso, se hace de veras mejor, es decir, más
maduro espiritualmente, más consciente de la dignidad de su humanidad, más
responsable, más abierto a los demás, particularmente a los más necesitados y a los más
débiles, más disponible a dar y prestar ayuda a todos47.

Hay mucho lastre en la sociedad, que la está hundiendo. Tierras incultivadas, de


propiedad de alguien insensible; capitales estériles, talentos infecundos, lujo exagerado,
vidas indelebles, trabajo mal retribuido y, sobre todo, desconocimiento de la dignidad de
hijos de Dios48.

90. A lo largo de la historia han surgido muchas teorías acerca de lo que es el hombre, de su
naturaleza, de su ser personal. Unas rayan en la exaltación más desmedida y otras en la más
oscura desesperación. Entre todas sobresale, en profundidad y grandeza, la presentación bíblica.

91. Según el texto sagrado, el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios49, coronado de
gloria y esplendor, inferior apenas a los ángeles y colocado sobre toda la creación50. Del hombre
se puede afirmar, como dice el himno del optimismo cristiano: “Vio Dios cuanto había hecho, y
era bueno en gran manera”51. El hombre quedó constituido en centro y cima de las obras de Dios.

47
Juan Pablo II, Carta encíclica Redemptor hominis No. 15 (1979).
48
Padre Rafael García Herreros
49
Cf Gén 1,26-27; Sab 2, 23.
50
Sal 8, 5-7.
51
Gén 1, 31.

18
92. Esta visión estuvo a punto de malograrse. El hombre no apreció su dignidad. Conoció a Dios,
pero no lo glorificó ni le agradeció. El corazón humano quedó entenebrecido52. El pecado arrojó
un manchón de oscuridad sobre la obra maestra del Creador.

93. Pero Jesucristo restauró al hombre caído. Le dio vida nueva, le ayudó a descubrir su
vocación, y lo constituyó como hijo adoptivo del Padre. Por eso se dice que si Dios había creado
al hombre de modo admirable, de manera más admirable lo regeneró.

94. Por Cristo, el hombre se descubre semejante a Dios y partícipe de la naturaleza divina. Capaz
de conocer y amar, ansioso de libertad, de justicia y de verdad, respetuosa de los demás, y
comprometido con ellos en la construcción del mundo. Descubrir y defender esa dignidad del
hombre es meta para las acciones de El Minuto de Dios.

Los Derechos del Hombre

Ciertamente el recuerdo de un pasado glorioso no puede ignorar las sombras que


acompañaron la obra de evangelización del continente latinoamericano: no es posible
olvidar los sufrimientos y las injusticias que infligieron los colonizadores a las
poblaciones indígenas, a menudo pisoteadas en sus derechos humanos fundamentales.
Pero la obligatoria mención de esos crímenes injustificables -por lo demás condenados
ya entonces por misioneros como Bartolomé de las Casas y por teólogos como Francisco
de Vitoria, de la Universidad de Salamanca- no debe impedir reconocer con gratitud la
admirable obra que ha llevado a cabo la gracia divina entre esas poblaciones a lo largo
de estos siglos53.

¿No será por culpa nuestra, por nuestro egoísmo colectivo y tradicional que tenemos la
mayoría de la población desprovista de los derechos humanos?54

95. Los hombres somos algo más que animales evolucionados. Somos personas que pueden
conocer, pensar y elegir. Seres libres en busca de felicidad y amor, que persiguen una constante
superación. Individuos abiertos al Trascendente.

96. Para alcanzar su pleno desarrollo, los hombres ejercen algunos derechos y se sienten llamados
a respetar los derechos de los demás:

97. Ser respetados como personas, poder vivir, gozar de la integridad corporal, ser libres, fundar
una familia; recibir educación, formación y cultura; trabajar, poseer bienes materiales, participar
en actividades religiosas y políticas, etc., son derechos inalienables de la persona humana.

98. Estos derechos prevalecen ante cualquier organización social. El Estado debe
salvaguardarlos. Por eso cuando se quebrante alguno de ellos, como se conculca en Colombia el
derecho a la vida, se levantan protestas a todo nivel.

52
Cf Rom 1, 21.
53
Benedicto XVI, Audiencia General, miércoles 23 de mayo de 2007.
54
Padre Rafael García Herreros.

19
99. Todo hombre debe concientizarse acerca de sus derechos. El evangelio nos lo recuerda, la
Iglesia lo repite.

100. El 14 de noviembre de 1791, la Asamblea General Francesa publicó una declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano. Estaba inspirada en la Constitución de los Estados
Unidos.

101. Aunque se caracterizaba por un individualismo hirsuto, inspiró la legislación de muchos


países. En Colombia fue divulgada por Antonio Nariño.

102. En diciembre de 1948, la ONU publicó su propia declaración de los Derechos del Hombre.
Nuestra Constitución Nacional reconoce, en su capítulo primero, los derechos fundamentales de
los colombianos.

103. El Minuto de Dios quiere que los individuos y las comunidades conozcan sus derechos y
exijan se les respeten. Ese es un objetivo de nuestra labor.

Palabra y obra

Esta labor tan difundida es una escuela de vida para los jóvenes, que educa a la
solidaridad y a estar disponibles para dar no sólo algo, sino a sí mismos. De este modo,
frente a la anticultura de la muerte, que se manifiesta por ejemplo en la droga, se
contrapone el amor, que no se busca a sí mismo, sino que, precisamente en la
disponibilidad a «perderse a sí mismo» (cf Lc 17, 33 y par.) en favor del otro, se
manifiesta como cultura de la vida55.

Promover la solidaridad fraternal que debe unir a los hijos del mismo Padre, desarrollar
los valores evangélicos de orden social y despertar una mística cristiana que oriente al
cambio de la comunidad56.

104. El Minuto de Dios ha defendido los derechos humanos no sólo en la radio y la televisión
sino, de modo concreto, en sus diversas obras sociales. Entre todos los derechos del hombre, se
ha dedicado especial atención a algunos:

105. El padre García-Herreros habló con frecuencia acerca del derecho a la vida. Para él, matar a
un hombre era algo horrendo, que ensangrentaba las manos asesinas, de modo que no había agua
ni detergente que las pudiera limpiar.

106. Para aliviar a los enfermos y asegurarles cuidados médicos, se fundaron el Centro de Salud y
la Corporación de Salud Minuto de Dios, respondiendo a otro derecho del mundo.

107. Para asegurar a los colombianos la existencia digna a que tienen derecho, se emprendió la
construcción de viviendas de diversa índole, se crearon empleos en artesanías, Confecciones MD,
Tibabuyes, y se ayudó a muchos grupos vulnerables con Manos Fraternas, Ciudadela de Lérida,

55
Deus caritas est, No. 30.
56
Padre Rafael García Herreros.

20
Talita Cumi, Ecoparque Gente Viva, Programa Contigo, Fundases, Guardería Infantil, atención a
los indios motilones…

108. También se ha trabajado por crear condiciones intelectuales que propician el desarrollo
humano: escuelas, colegios, universidad, museo, teatro, taller Nazaret, emisoras, Lumen 2000,
Escuela de Artes y Oficios, Talita Cumi, Gente Viva, grupos musicales.

109. Igual información podemos hacer de otros aspectos espirituales: parroquias, Centro
Carismático, librerías, casa de retiros Shalom, Escuelas de Evangelización, café cristiano,
comunidades cristianas.

110. Los programas de radio y televisión y las publicaciones han participado, aunque
modestamente, en la defensa de la libertad personal y comunitaria: lucha por la paz y la no
violencia, acción en favor de presos colombianos en el extranjero, valores familiares, elección de
estado.

111. Objetivo de El Minuto de Dios es propiciar que las personas y comunidades gocen de los
bienes a que tienen derecho.

Una constante superación

A través de una rica experiencia histórica, llena de luces y de sombras, la gran misión de
la Iglesia ha sido su compromiso en la fe con el hombre latinoamericano: para su
salvación eterna, su superación espiritual y su plena realización humana57.

Primero organizamos, con vuestra ayuda, una pequeña ciudad modelo, donde el vivir es
tranquilo y culto, donde la existencia es decorosa y espiritual. Allí construimos 1.600
viviendas donde se agrupa una comunidad realmente increíble, por su fuerza, por su
cultura y por su superación58.

112. A partir de las viviendas que les fueron asignadoas, muchos de los primeros beneficiados
por El Minuto de Dios mejoraron sus condiciones de vida.

113. Llegaron algunos de ellos a nuestro barrio en condiciones precarias, pero emprendieron el
camino de una superación constante que los condujo a estratos superiores de la organización
social.

114. La vivienda digna les exigió una buena presentación personal: los niños debían calzar sus
pies, la casa debía estar barrida y los antejardines sembrados de flores; la gente colaboraba en el
trabajo comunal.

115. Los adultos no podían dilapidar en cerveza el fruto de su trabajo. La elaboración de


artesanías aumentaba los ingresos familiares. Los muchachos, en el colegio, se capacitaron para
enfrentar las obligaciones de la vida, y en el museo y el teatro se sensibilizaron a la cultura.

57
Puebla, Conclusiones No. 13
58
Padre Rafael García Herreros

21
116. Se construyó el templo, las religiosas colaboraron en la formación espiritual. Se organizaron
los cuidados médicos, la guardería infantil, el expendio de víveres, los talleres de carpintería,
tapetes, talabartería, joyería...

117. La organización del bario en sectores, la Junta Comunal, la Defensa Civil, la Asociación
Comunitaria de los habitantes, los grupos deportivos y las comunidades carismáticas ayudaron a
que muchos se desarrollaran integralmente.

118. Los desafíos que el Minuto de Dios afrontó en los primeros años siguen retándonos en la
actualidad. Cada barrio que emprendemos debe prever, además de las viviendas, la solución a
problemas de orden social, político y económico. Nuestra labor debe estimular a las personas y a
las comunidades a ser conscientes de la realidad que viven, a buscar una superación permanente y
a emprender acciones para lograrla.

Participación y solidaridad

El comprometerse en una presencia en la sociedad humana que, a la luz de la doctrina


social de la Iglesia, se ponga al servicio de la dignidad integral del hombre. En este
sentido, las asociaciones de los fieles laicos deben ser corrientes vivas de participación y
de solidaridad, para crear unas condiciones más justas y fraternas en la sociedad59.

A la comunidad: para que logre la cohesión indispensable que le permita comprender sus
problemas, solucionarlos y lograr una auténtica participación y una adecuada presencia
en la sociedad60.

119. Para que el hombre logre una superación constante, se requiere que participe libremente en
los procesos de transformación y que cuente con la solidaridad de quienes lo rodean.

120. El capitalismo liberal habla de seres autónomos e independientes, pero exagera la libertad
hasta abusar de los débiles; el comunismo habla de igualdad, pero nivela a las personas hasta
degradarlas en su dignidad ante el poder del estado. Ante ambos extremos, la Iglesia proclama la
libertad en la solidaridad.

129. El hombre es hijo de Dios. Goza de dignidad particular. Es libre. Pero no es un ser aislado,
habita la Tierra con otros hermanos y debe vivir con ellos en “comunión y participación”, para
usar los términos que popularizó la Conferencia de Puebla61.

130. Esa comunión y participación debe expresarse aun en lo económico, lo político y lo social
de la vida. Debe proyectarse en las realidades temporales, de modo que el dominio, el uso y la
transformación de los bienes de la tierra, de la cultura, de la ciencia y de la técnica manifiesten un
justo y fraternal señorío del hombre sobre el mundo, pues el amor a Dios y al prójimo implica el
59
Juan Pablo II, Exhortación apostólica Christifideles laici, No. 30 (1988).
60
Padre Rafael García Herreros
61
Conferencia Episcopal Latinoamericana, Puebla, México, 1979.

22
servicio y la promoción de los grupos humanos y de los estratos sociales más desfavorecidos y
humillados, a nivel de personas y de estructuras, hasta llegar a las últimas consecuencias, en el
plano de las realidades temporales. La participación se fundamenta en la solidaridad. Los
hombres formamos un cuerpo sólido, un bloque compacto y deberíamos tener una cohesión tan
fuerte que nada nos debería disgregar.

131. En consecuencia, deberíamos conocer y asumir a los demás con gran empatía y compartir
con ellos cuanto somos y tenemos, empezando por los bienes materiales, que son de todos y para
todos.

132. Los documentos eclesiales afirman que la solidaridad con los pobres es una virtud cercana a
la caridad y que es una de las formas actuales “de decir Dios”.

133. Pablo VI enseñó que “el nuevo nombre de la paz es el desarrollo62”, y Juan Pablo II afirma
que “la paz es fruto de la solidaridad”63. Por lo tanto, si somos solidarios ayudaremos al
desarrollo y cosecharemos paz.

Organización de comunidades

El compromiso con los pobres y los oprimidos y el surgimiento de las Comunidades de


Base han ayudado a la Iglesia a descubrir el potencial evangelizador de los pobres, en
cuanto la interpelan constantemente, llamándola a la conversión y por cuanto muchos de
ellos realizan en su vida los valores evangélicos de solidaridad, servicio, sencillez y
disponibilidad para acoger el don de Dios64.

Pensé íntimamente que esa sí es revolución útil y necesaria para el país. Que en asocio
con los grandes institutos descentralizados del gobierno, como el INCORA, la Caja
Agraria y muchas otras, y con técnicos de alta calidad del INDEC, uniendo las fuerzas de
los párrocos, que son de valor, podríamos hacer una obra constructiva; cada día se ve
más claro que cualquier ensayo a base de violencia paralizaría el país, mientras
esfuerzos de grupos organizados, seriamente orientados hacia la superación de la
marginalidad, son los que están encontrando las rutas adecuadas para el desarrollo y el
progreso anhelados65.

134. Los primeros esfuerzos sociales del padre García Herreros se encaminaron a adjudicar
viviendas a familias de escasos recursos y prole numerosa.

135. Algunas familias beneficiadas, en diversos sectores de la ciudad o en el barrio Minuto de


Dios, quizá por falta de educación, quisieron aprovechar egoístamente la vivienda, sin ofrecer
ninguna colaboración a la obra naciente.

62
Pablo VI, Populorum progressio Nos. 76 y 87 (1967).
63
Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 1987.
64
Puebla No. 1147
65
Padre Rafael García Herreros.

23
136. Eso ayudó a descubrir que el objetivo de El Minuto de Dios no podía reducirse a construir
casas, sino que debía ampliarse a la formación de comunidades organizadas social, económica y
gremialmente, en una constante superación.

137. Es fácil contar los metros cuadrados construidos y los pesos erogados. Más arduo es
contabilizar los logros obtenidos en la organización de una comunidad.

138. Es más fácil pegar ladrillos de arcilla que pulir las piedras vivas que son los hombres, en la
construcción de una sociedad. Sin embargo, ese es el reto. Por eso en cada obra emprendida
debemos defender un componente: el trabajo que realizan las trabajadoras sociales. Su labor es
primordial en El Minuto de Dios. Ellas son motivadoras y educadoras. Ellas deben acompañar a
los técnicos y financistas, asegurando un rostro humanizador a todas las acciones de El Minuto
de Dios.

139. Por supuesto que esa labor educadora no queda reducida a las trabajadoras sociales, sino que
todos debemos contribuir, de acuerdo con nuestras capacidades y nuestro entusiasmo.

La propiedad de los bienes

No hay ninguna razón para reservarse, para uso exclusivo, lo que supera a la propia
necesidad, cuando a los demás les falta lo necesario. En una palabra: «El derecho de la
propiedad no debe jamás ejercitarse con detrimento de la utilidad común, según la
doctrina tradicional de los Padres de la Iglesia y de los grandes teólogos»66.

Todo lo que nosotros tenemos debe cumplir una función social: nuestra inteligencia,
nuestra sensibilidad, nuestra cultura, nuestra riqueza, nuestros bienes67.

140. El padre García Herreros soñaba para su obra un modelo en donde las casas y los talleres
perteneciesen a la comunidad que estaba formado. Algo así como un kibutz israelí o un koljoz
ucraniano.

141. Ese ideal de comunidad propietaria fracasó a causa de resistencias personales o


institucionales.

142. En efecto, todo hombre desea poseer bienes para satisfacer sus necesidades, gozar del fruto
de su trabajo y asegurar estabilidad y autonomía a sí mismo y a su familia. Por eso no acepta
fácilmente que los bienes materiales pertenezcan a la comunidad. Requiere, para admitirlo, una
buena dosis de idealismo.

143. En la carpintería del Minuto de Dios, cuando se la estaba dotando con mucho esfuerzo, se
colocó este letrero: “Este taller es de ustedes, cuídenlo”. Al poco tiempo, un grupo de obreros
quería vender la maquinaria y distribuirse el dinero, alegando títulos de propiedad basados en el
aviso. Un regaño del fundador solucionó el problema.

66
Populorum progressio, No. 23.
67
Padre Rafael García Herreros.

24
144. Lo que no se pudo resolver fue la propiedad comunitaria de las viviendas: el BID concedió
préstamos, a través del Instituto de Crédito Territorial, para la construcción de los sectores 4 y 5,
con la condición de que se escrituraran las casas a los inquilinos.

145. Los reclamos del padre García Herreros sólo lograron que se estableciera un período de
prueba, de dos años, para verificar si los beneficiarios aceptaban las normas comunitarias.

146. El sueño se esfumó, pero la utopía persiste y estamos invitados a buscar “nuevas formas de
propiedad”. ¿Se podría idear para nuestros barrios una solución justa y realista y diferente a la
existente? ¿Podremos encontrar un socialismo aceptable?

Creatividad social

El ejercicio de la solidaridad dentro de cada sociedad es válido sólo cuando sus


miembros se reconocen unos a otros como personas. Los que cuentan más, al disponer de
una porción mayor de bienes y servicios comunes, han de sentirse responsables de los
más débiles, dispuestos a compartir con ellos lo que poseen68.

Que todos descubriéramos en lo más íntimo de nosotros, la fuente primordial,


posiblemente cegada en muchos, de donde brota el amor y el servicio y la creatividad en
favor de Colombia69.

147. El programa “Contigo” concede préstamos a células de artesanos. Quienes las integran
forman grupos solidarios ante el compromiso económico que contraen y ante otros aspectos
relacionados con el éxito de las tareas que cada uno desempeña.

148. Parecida metodología se empleó en 1971 en el Programa de Mejoramiento de Vivienda


(PROMEVI). El préstamo de El Minuto de Dios beneficiaba a células de vecinos que vivieran en
condiciones deplorables. A ellos se les ayudaba con planos, asesoría, mano de obra y materiales,
para construir al menos una habitación y un baño. Ese programa evolucionó luego hacia la
fabricación de casas modulares y después hacia otros programas de mejoramiento de vivienda.

149. Lo fundamental no era levantar muros sino construir células solidarias que pudiesen luego
solucionar otros aspectos de la vida. De modo especial en el barrio Ismael Perdomo se
configuraron, entre los prestatarios, algunos de los primeros grupos de oración, en Bogotá.

150. Esos y otros ensayos que jalonan la vida de El Minuto de Dios traducen la búsqueda de
formas de colaboración que rompen el círculo del egoísmo en el ser, en el saber y en el tener,
única posibilidad de superar la miseria abyecta que oprime a muchos colombianos.

151. Juan Pablo II enseñó que toda propiedad privada está gravada con una hipoteca social70. Los
bienes de la Tierra deben servir a la utilidad y al beneficio de todos. Por eso el dominio que se

68
Sollicitudo rei socialis, No. 39.
69
Padre Rafael García Herreros.
70
Juan Pablo II, Discurso inaugural, III Conferencia del Episcopado Latinoamericano, Puebla, México, 1979.

25
ejerce sobre algunas posesiones no es absoluto ni ilimitado, y nuestro deber es propiciar que la
propiedad cumpla una función social.

152. El Minuto de Dios nos motiva a seguir proponiendo nuevas formas que aseguren a los
pobres acceder a la propiedad o al uso de los bienes materiales. Ojalá encontremos caminos
nuevos para que esos bienes sean justamente disfrutados por todos. Para responder a esos
planteamientos se necesita pensar, idear y crear. Si repetimos incansablemente los mismos
esquemas, nos vamos a anquilosar y se va a petrificar nuestra colaboración al desarrollo del país.

Una mesa de diálogo

El complejo fenómeno de la globalización es una de las características del mundo actual,


perceptible especialmente en América. Dentro de esta realidad polifacética, tiene gran
importancia el aspecto económico. Con su doctrina social, la Iglesia ofrece una valiosa
contribución a la problemática que presenta la actual economía globalizada. Su visión
moral en esta materia «se apoya en las tres piedras angulares fundamentales de la
dignidad humana, la solidaridad y la subsidiariedad»71.

¿Será esto un sueño imposible de realizar? Nosotros tenemos las casas, pero no tenemos
el lugar donde levantarlas. De un momento a otro, Dios llama a un hombre a hacer cosas
grandes en la vida. Nada quita que a alguien me esté oyendo se le conmueva el corazón y
oiga el llamado de Dios, que lo llama a participar en serio en la solución del problema
habitacional de Colombia72.

153. Una característica del padre García Herreros fue su imaginación creativa. Él soñaba utopías
y demostraba con obras que los ensueños son realizables si el esfuerzo y la tenacidad impiden
que se conviertan en quimeras.

154. El padre Rafael imaginó una estatua de la Virgen María en plena bahía de Cartagena, un
programa radial que sólo durara un minuto, unos barrios para marginados que carecían de
terrenos y dinero, un banquete en el que se cenara como pobres y se pagara como acaudalados,
unas visitas a los indígenas motilones en una selva poblada de zancudos, de serpientes y de
flechas. Pensó también que era posible la liberación gratuita de periodistas secuestrados, y la
pacificación del país tras la entrega voluntaria de narcotraficantes y guerrilleros, la repatriación
de colombianos presos en el exterior y la organización de cursos universitarios en las cárceles...

155. En El Minuto de Dios queremos seguir soñando e imaginando la renovación espiritual y el


desarrollo integral de los colombianos. Para ello necesitamos otear horizontes y roturar caminos
que permitan llegar a nuestros objetivos. Si carecemos de medios económicos, quizá encontremos
amigos que apoyen nuestros proyectos. Pero debemos ser creativos y descubrir cómo muchos
hombres cambien de mentalidad y de cultura y lleguen a disfrutar de los bienes espirituales y
materiales de que ahora carecen.

71
Ecclesia in America, No. 55.
72
Padre Rafael García Herreros.

26
156. No se requiere desempeñar la presidencia de la organización o la gerencia de alguna de las
corporaciones, para tener ideas brillantes e idear innovaciones sociales.

157. Toda sugerencia es bienvenida. Todos estamos trabajando al servicio de los pobres y todos
podemos convertir a El Minuto de Dios en una gran mesa de diálogo para ser cada día más
eficaces y más competitivos y más activos en el cambio social y espiritual que requiere
Colombia.

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