Los impresores de Alemania, Holanda, Francia e Italia trataron de la producción de
libros, con medios Idles como el tipo móvil. En Aviñón (Francia), el orfebre Procopius Waldfoghel intervino en la producción de «alfabetos de acero» en tomo a 1444, aunque sin resultados conocidos. El holandés Laurens Janszoon Coster de Haarlem investigó el concepto de tipo móvil, recortando letras o palabras de sus bloques de madera para volver a utilizarlas. Jan Middendorp, en su obra monumental Dutch Type, publicada en el 2004, afirma que los holandeses. En el siglo XIX se representaron en Paris, Amberes y Londres obras de teatro sobre aquel impresor genial. En Haarlem se organizaron imponentes festivales Coster, en encarnizada competencia con las celebraciones del centenario de Gutenberg en Alemania, y en 1855 se le erigió una estatua en bronce en la plaza principal de Haarlem, que todavía sigue allí. No obstante, el juicio de la historia es que Johann Gensfleisch zum Gutenberg oriundo de Maguncia (Alemania), fue el primero que reunió los complejos sistemas y subsistemas necesarios para imprimir un libro tipográfico en torno al año 1450. Johann Gutenberg fue aprendiz de orfebre y desarrolló las habilidades de metalistería y grabado necesarias para fabricar los tipos. A principios de 1438, Gutenberg creó una sociedad contractual con dos ciudadanos de Estrasburgo: Andreas Dritzehen (que habla aprendido a tallar piedras preciosas con él) y Andreas Hellmann (dueño de una fábrica de papel), y se comprometió a enseñarles un proceso secreto para fabricar espejos para vender en una feria de peregrinos que se celebraría en Aquisgrán al año siguiente. Los espejos eran escasos y difíciles de fabricar. Se vertía plomo fundido sobre vidrio y, cuando se enfriaba, se obtenía una superficie reflectante; lo difícil era evitar que el calor agrie tara el vidrio. A mediados de la década de 1440, Gutenberg regresó a Maguncia, donde resolvió los problemas técnicos administrativos y de producción que habían plagada los intentos previos de impresión tipográfica. Tardó diez años para hacer su primera impresión y veinte para imprimir el primer libro tipográfico: la llamada «Biblia de las cuarenta y dos líneas». La impresión tipográfica no surgió directamente de la impresión en bloques, porque la madera era demasiado frágil. La impresión con bloques de madera siguió siendo popular entre los chinos, porque para ellos la alineación de los caracteres no era crucial y resultaba impensable mantener en orden los más de cinco mil caracteres básicos. En cambio, por la necesidad de alineación exacta y el modesto sistema alfabético de alrededor de dos docenas de letras, la impresión de textos con tipos independientes, móviles y reutilizables resultaba muy conveniente en Occidente. Los primeros impresores trataron de competir con los calígrafos, imitando su trabajo lo más posible. Este tipo de letra sin curvas sutiles estaba tan bien hecho, que los caracteres de la Biblia de cuarenta y dos líneas apenas se distinguen de la buena caligrafía. Lo fundamental del invento de Gutenberg era el molde tipográfico que servía para moldear las letras por separado. Todos los caracteres tenían que ser planos paralelos en todos los sentidos y exactamente de la misma altura. Para los tipos hacía falta un metalla bastante blando como para fundirlo, pero lo bastante duro como para resistir miles de impresiones, y que no se expandiera ni se contrajera al fundirse, al verterse en e1 molde tipográfico ni al regresar al estado sólido al enfriarse. La tipografía se guardaba en cajas compartimentadas de las que se extraía, letra por letra, para componer las líneas. Una vez impresa la página, los tipos se volvían a poner en los compartimentos letra por letra .El impresor en bloques medieval utilizaba una tinta muy diluida acuosa, hecha de agallas de roble. Esta tinta daba muy buenos resultados sobre bloques de madera. Porque esta absorbía la humedad sobrante, pero se corría o formaba charcos sobre los tipos de metal. Existían muchos prototipos en las prensas que se utilizaban vinos, quesos y papel de embalar y, para imprimir, Gutenberg adaptó sus diseños, que se basaban en un tornillo ande que hacia bajar y subir una plancha. La prensa y el sistema Gutenberg se utilizaron durante cuatrocientos años con pequeñas mejoras. Esta máquina de precisión permitía una velocidad de impresión tremenda y una calidad constante. En contraste con el método de tampones manuales utilizado en Oriente y por los primeros impresores en bloque europeos. Entre los primeros ejemplos que se conservan de diseño tipográfico e impresión figura un poema alemán sobre el Juicio Final, cuatro calendarios y una serie de ediciones de una gramática Latina de Donato. En algún momento, a Gutenberg se le ocurrió la idea de imprimir una Biblia. Alrededor de 1452 tuvo que volver a pedir ochocientos florines a Fust «para su beneficio común», estableciendo una sociedad «para la producción de libros». fue necesario un esfuerzo heroico para producir aquel primer libro tipográfico, que también es uno de los mejores ejemplos del arte del impresor. La gran cantidad de caracteres alternativos y ligaduras permitió a Gutenberg alcanzar la riqueza y la variedad de una página manuscrita. Para enriquecerla aún más, se dejaron espacios en blanco para que una escriba a dibujar a posteriormente iniciales decorativas. Fue posible una justificación rigurosa de las columnas porque las palabras latinas se podrían abreviar con facilidad colocando símbolos de abreviación encima de las palabras y se podían sustituir hasta seis letras. Las ventas de las Biblias de cuarenta y dos líneas fueron rápidas y Fust viajó mucho para distribuirlas. Según un autor de la época Fust fue a París con un paquete de Biblias y trató de venderla como manuscritos. La Biblia de cuarenta y dos líneas no tenía portada páginas numeradas ni ninguna otra innovación que la distinguiera de un libro manuscrito. Cuando los franceses observaron la cantidad y la uniformidad de los volúmenes, pensaron que habían inventado la brujería. Para evitar acusaciones y condenas Fust se vio obligado a revelar su secreto. Se supone que este acontecimiento es la base de la historia popular narrada por varios autores, de mago alemán Dr Fausto que, insatisfecho con los límites del conocimiento humano, vendió su alma al diablo a cambio de saber y poder. Las grandes iniciales rojas y azules se imprimieron con planchas de metal de dos partes que o bien se entintaban por separado se volvían a montar y se imprimían con el texto en una impresión de prensa o bien se estampaban después de imprimir el texto. Estas famosas iniciales decoradas en dos colores constituyeron una gran innovación su vitalidad y su elegancia tipográficas compiten con las páginas de los manuscritos más bellos el salterio en latín fue también el primer libro que lleva el pie de imprenta y el sello del impresor la fecha de publicación impresa y el colofón. La traducción de colofón es la siguiente <<Este libro de los salmos adornado con hermosas mayúsculas y con abundancia de rúbricas, ha sido creado mediante el ingenioso invento de la impresión y la estampación sin pluma alguna, y para mayor gloria de Dios, ha sido acabado con diligencia por Johan Fust, ciudadano de Maguncia, y Peter Schōffer de Gernsheim, en el año de nuestro señor de 1457, en vísperas de la fiesta de la Asunción>>. Durante el viaje a Paris que realizo en 1466 para vender libros, Fust murió, probablemente por la peste. El 26 de febrero de 1468 El arzobispo se dio la posesión al doctor Homery que se comprometió a mantener el equipo de Maguncia y a dar preferencia a sus ciudadanos en caso de venderlo en el futuro. Durante algunos años Maguncia fue el centro de la impresión ya que Fusr y Schōffer, Gutenberg y los anteriores aprendices que habían abierto sus propias empresas estaban radicados ahí curiosamente un conflicto sangriento aceleró la rápida difusión de la impresión los nobles alemanes se vieron envueltos en luchas de poder que estallaron en una guerra declarada. El pillaje y el saqueo interrumpieron el comercio gracias a las advertencias procedentes de otras ciudades que Adolfo encontró en su camino numerosos comerciantes y artesanos de Maguncia pudieron cargar como todo lo posible en carros y carretas y salir huyendo muchos impresores jóvenes y aprendices no regresaron y en cambio no tardaron en establecerse imprentas en lugares tan alejados como Francia e Italia.
EL GRABADO EN PLANCHAS DE COBRE
En la actualidad las imágenes del maestro de los naipes se asocian con los iluminadores de Maguncia, entre los cuales figuran artistas que participaron en los trabajos de impresión de Gutenberg durante la década de 1450. Lo que tienen común estos primeros innovadores de la impresión son las ilustraciones de aves, animales, flores y figuras que se repiten en los naipes grabados una Biblia iluminada producida en Maguncia a principios de la década de 1450 y la iluminación añadida a un ejemplar que se conserva de la Biblia de cuarenta y dos líneas. Está evidencia circunstancial plantea posibilidades fascinantes, ¿Se está esforzando Gutenberg por perfeccionar la impresión no solo de las letras de los escribas sino también de la espléndida ornamentación e ilustración de los manuscritos medievales?, ¿Se estaba promoviendo el grabado como un método para imprimir ilustraciones en las páginas tipográficas que a continuación se podían colorear a mano?, ¿Estaba probando Gutenberg el uso de planchas grabadas como moldes para hacer versiones en relieve de modo que las ilustraciones se pudieran imprimir junto con los tipos? . Estas preguntas que nos hacen reflexionar y para las que todavía no tenemos respuestas definitivas indican que la investigación de Gutenberg podía haber llevado al libro impreso en una dirección distinta de la que siguió posteriormente.