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EL EGOCENTRISMO DEL SER HUMANO

En el mundo donde vivimos existen muchos tipos de discriminación. Consiste en dar a


alguien menos consideración moral y, por lo tanto, peor trato que a otros de manera
injustificada. Existe discriminación contra determinados seres humanos por su sexo,
color de piel, orientación sexual… El especismo es una de ellas. Es una forma de
discriminación contra quienes no pertenecen a determinada especie. En la mayoría de
sociedades humanas se considera completamente normal discriminar a los animales de
otras especies. Es tan habitual que la mayoría de seres humanos no piensa en
cuestionarlo. Como resultado, los seres humanos explotan a los animales no humanos
en el curso de la vida diaria, usándolos como recursos de diferentes maneras:
maltratados o asesinados por diversión, usados como vestimenta, usados como
materiales en cosméticos... Hay quienes no muestran respeto en absoluto y quienes lo
manifiestan en cierto grado, pero los discriminan y los tratan peor de manera arbitraria
por no ser miembros de su misma especie. Lo mismo ocurre, por ejemplo, en el caso de
las actitudes racistas donde alguien, puede estar en contra de la esclavitud humana,
pero de igual manera ser segregacionista. Se piensa por lo general que solamente los
seres humanos merecen plena consideración moral y se considera aceptable dañar a un
animal mientras suponga un beneficio para ellos.
Pero… ¿Quién eres tú para decidir qué seres merecen o no respeto? ¿Podemos justificar
el especismo? En este momento, el racismo y el sexismo son todavía defendidos por
mucha gente. Sin embargo, muchos de nosotros lo rechazamos a la vez que aceptamos
el especismo. Para ello se muestran diferentes argumentos.
Quienes defienden el antropocentrismo sostienen que se puede justificar simplemente
por el hecho de no pertenecer a la especie humana. Se dan motivos religiosos o
metafísicos que, por el contrario, sí hacen a los humanos merecedores de respeto.
Adoptan la siguiente forma:
(1) Solamente los seres humanos satisfacen una determinada condición (llamada x).
(2) Solamente quienes satisfacen la condición x merecen respeto.
(3) Solamente los seres humanos merecen respeto.
La determinada condición X puede referirse a dos cosas. La primera es el hecho de
considerar que solamente el alma humana es inmortal y posee un valor intrínseco, una
especie de ´´esencia humana``. La segunda es la creencia en un Dios que designó a los
humanos como la especie elegida. El argumento afirma que solamente los seres
humanos deben ser respetados. De cualquier forma, no hay manera de saber si aquellos
requisitos siquiera existen en el mundo real y mucho menos la existencia de un Dios. Por
el mismo motivo, parece extraño asegurar que deberíamos respectar a quienes los
cumplen, porque supondría discriminar a quienes no, basándonos en algo arbitrario. Ni
la primera premisa ni la segunda son aceptables porque no se pueden verificar, pero se
asumen como dadas. Estamos ante un caso de argumento circular. Decir que solamente

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los seres humanos merecen respeto no puede considerarse una posición razonable. El
argumento no es convincente por apelar a una premisa que no podemos aceptar, por lo
que no puede defender la falta de consideración moral para los animales no humanos.
En resumen, nacer de una manera u otra es meramente una circunstancia biológica, tal
como nacer de un sexo o de otro, o con un cierto color de piel. Es completamente
arbitrario, y no puede justificar la discriminación
Otros argumentan que se puede justificar, por dos razones. Una dice que las relaciones
existentes entre los humanos son especiales y no las tienen con el resto de animales. La
otra afirma que los animales carecen de ciertas capacidades intelectuales como el uso
del lenguaje o la capacidad de asumir responsabilidades. Sin embargo, es un hecho la
existencia de seres humanos que no tienen ciertas capacidades intelectuales (como los
niños pequeños o las personas cognitivamente discapacitadas) o relaciones especiales
con el resto. Siguiendo la lógica de la teoría, esta adoptaría la siguiente forma:
(1) Está justificado denegar completa consideración moral a quienes carecen de ciertas
capacidades intelectuales o de una relación especial con el resto.
(2) No todos los seres humanos tienen ciertas capacidades intelectuales o relaciones
especiales con el resto.
(3) Está justificado negar una completa consideración moral hacia lo seres humanos
que carecen de ciertas capacidades intelectuales o que carecen de relaciones
especiales con el resto.
Como resultado de esto, nos enfrentamos a la siguiente conclusión donde seres
humanos no serán completamente respetados. Su propio argumento muestra el fracaso
de sus conclusiones. Incluso si muchos de ellos cumplen las condiciones descritas es
irrefutable que sigue habiendo otros que no. Este argumento de es llamado con
frecuencia “argumento de los casos marginales”, lo que nos conduce a errores. Los seres
humanos sin las capacidades mencionadas suman un número considerable en la
sociedad, por lo que su situación no puede considerarse marginal. Si aceptamos las dos
premisas del argumento, de manera inevitable, debemos aceptar la conclusión. Solo
podemos evitarlo rechazando la visión de la primera. Obviamente, nunca más podemos
usar este argumento para discriminar a los animales no humanos. Lo que nos lleva a
afirmar que, para ser completamente respetados, sencillamente se debe ser sintiente,
condición que tanto humanos como animales cumplen.
Por último, hay defensores que manifiestan una idea donde existen relaciones de poder
en las que el hombre es el fuerte y debe respetar a sus similares, considerando de qué
forma nuestros actos pueden provocar beneficios o perjudicarlos. Quienes defienden el
especismo afirman que debemos defender a los seres humanos. Se tienen en cuenta los
intereses de la otra parte intentando hacer lo mejor para dicho individuo. Si estamos en
una situación en la que podríamos dañarle, nos abstenemos de hacerlo. Si es una
situación en la que corre peligro, ofrecemos ayuda, por ejemplo, si evitamos que se
ahogue. Pero no lo hacen con quienes están por debajo, ya que poseen capacidades
inferiores. Para pedir pleno respeto se debe ser superior, como la especie humana lo es

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frente a la animal. Como acabamos de decir, ellos mismos argumentan que lo que
importa es cómo alguien puede sufrir un beneficio o un perjuicio. Quienes cumple esa
cualidad son los seres sintientes. Siguiendo esta lógica:

(1) Debemos respetar a quienes pueden sufrir beneficios o perjuicios.

(2) Los seres sintientes son quienes pueden sufrir beneficios o perjuicios.

(3) Debemos respetar a los seres sintientes.

Podríamos rechazar este argumento donde la capacidad para sentir es el factor para
decidir quiénes merecen o no respeto, lo que significaría tomar decisiones basadas en
factores irrelevantes. Pero esto parece difícil de aceptar. Supongamos que, los permisos
de conducir se entregasen a los desempleados, y que las prestaciones de desempleo a
quienes pueden conducir. Sería ciertamente absurdo. Si aceptamos esta conclusión,
deberíamos rechazar la posesión del poder como factor relevante y conocer las
circunstancias que hacen que un individuo sea sintiente. Hay tres criterios generales
para manifestar, sufrimiento o disfrute, entendido como dos términos que engloban
todos los tipos de efectos positivos o negativos. Conductuales, (a través del
comportamiento), por ejemplo, una vez te has quemado tiendes a alejarte del fuego.
Evolutivos, (ligadas al comportamiento), por ejemplo, el aumento de masa cerebral.
Fisiológicos, (ligadas a la evolución), por ejemplo, por ejemplo, la presencia de un
sistema nervioso centralizado. La especie animal se considera sintiente. Sin embargo,
existen excepciones, existen muchos individuos que son capaces de tener experiencias,
pero carecen de nociceptores. Esto sería posible en el caso de animales con transmisores
de dolor muy simples.

En conclusión, ¿Por qué la mayoría hombre defiende el especismo? Las razones son
simples. Porque desde la niñez enseñan que los animales de otras especies inferiores y
no merecen mucha consideración. Además, nos beneficiamos de su explotación. Ambas
son razones que no incitan a su cuestionamiento. La sociedad consigue que ideología
sea aceptable y los beneficios que derivan de esta explotación motivan nuestras
creencias. Es cómodo aceptar esta teoría. Pero este punto de vista no puede justificarse.
Cuando se trata de respetar a otros, lo primordial su capacidad de sentir, de vivir
experiencia, como el placer, la satisfacción y el sufrimiento. Por lo tanto, si los animales
pueden sufrir y disfrutar, debemos respetarlos, sin provocar daño intencionado,
utilizarlos como recursos e impedir su sobreexplotación. Negarles respeto porque no
pertenecer a la especie humana es una discriminación arbitraria. Si somos
verdaderamente imparciales y coherentes, rechazaremos todo tipo de discriminación,
incluyendo, por supuesto, el especismo.

MUÑOZ ZAPATEL, SANDRA

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