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FERNÁNDEZ
LA EMPRESA
COMO REALIDAD ESTÉTICA
C U A D E R N O S
EMPRESA Y HUMANISMO
I N S T I T U T O
68
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ANA FERNÁNDEZ LA EMPRESA COMO REALIDAD ESTÉTICA
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 68
INDICE
entre los ingresos y los cobros. Como afirma J. 2. LA EMPRESA COMO REALIDAD 4
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 68
Cuando las empresas buscan una imagen Ahora bien, ¿cabe reconocer en la organi- 5
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desde dos puntos de vista: el del artista y el del espectáculo del mundo, se hacen una.” 6
espectador.
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R. Beiner, que ha estudiado en profundidad
El empresario guarda una relación de ana- el pensamiento de Arendt y Gadamer, mani-
logía con el artista en cuanto que ambos son fiesta cómo también existe una analogía entre
creadores de una realidad nueva. Pero esta la experiencia estética y la política puesto que
realidad no tiene sentido si no es contemplada ambas tienen una dimensión pública eminen-
por alguien. Tanto los miembros de la empresa temente representativa. Esta dimensión
como los observadores externos, es decir, la pública es lo que hace que sean fenómenos
sociedad en general, mantienen con la representativos de una cultura y que necesiten
empresa unas relaciones análogas a las que de un espectador-receptor para asegurar su
suscita la obra de arte en el espectador. supervivencia. En su libro El juicio político,
Reconocidos estudiosos de la experiencia Beiner recoge aportaciones decisivas del pen-
estética como son H. G. Gadamer y H. Arendt, samiento de Arendt como la siguiente:” Las
afirman que la obra de arte como manifes- artes representativas tienen, en realidad, una
tación reclama un sujeto, un espectador a poderosa afinidad con la política. Los artistas
quien se le revele la obra como tal. Para representativos necesitan un público para
Gadamer, el arte es “crear algo ejemplar sin mostrar su virtuosismo, así como los hombres
produci-lo meramente por reglas. Y en ello, que actúan necesitan la presencia de otros
desde luego, no hay que separar nunca real- ante los cuales puedan aparecer; unos y otros
mente la determinación del arte como cre- necesitan un espacio públicamente organizado
ación del genio y la cogenialidad del receptor. para su trabajo, y unos y otros dependen de los
En ambos casos se da un juego libre.”5 demás para la ejecución misma.”7
H. Arendt mantiene la misma opinión que Seguidamente, continua Beiner: “Este
Gadamer. Para Arendt existe una unidad entre interés por el espectador que juzga se sigue
los dos puntos de vista, el de quien juzga -el directamente de la definición de política que
espectador- y el de quien actúa -el creador-: hace Arendt en función del virtuosismo o
“La máxima del actor y la máxima, la regla, de desempeño. Los hechos del actor necesitan del
juicio del espectador, tanto como los de cual- pueda generarse un “espacio público” com- 7
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común. No solamente existe para uno, sino Pero crear algo bello implica un gran 8
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para una comunidad, porque como plexo es esfuerzo. Platón ya nos hablaba de la belleza
como “lo difícil”. No se trata de que sea difícil
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construido y es comprensible por muchos. La
convivencia humana no es un hecho fortuito. cognoscitivamente hablando, sino de lo difícil
El hombre forma sociedad en tanto que en el sentido de lo arduo y costo- so, de lo que
articula su conducta práctica. Dicha articu- supone el abandono de la realidad en que se
está cómodamente instalado para enfrentarse
lación es inherente a su naturaleza.” 11
al anuncio de algo que no se sabe si se conse-
guirá.
2.2. Primer término de la analogía: la La creación es, en este sentido, una con-
experiencia estética quista. Supone el descubrimiento de algo que
no se posee ya, al modo como se posee cual-
Seguidamente, es conveniente explicitar los quier objeto doméstico. En este caso, se trata
rasgos más significativos que podemos de medios y herramientas. Lo propio de estos
encontrar en la obra de arte para ver si pueden objetos es que su producción se puede repetir
ser compartidos por las organizaciones empre- siempre, puesto que resultan fácilmente susti-
sariales. tuibles por otros con sólo tener en cuenta la
función que desempeñan. Por el contrario, la
obra de arte es insustituible. Y esto sigue
A) Creación siendo igualmente cierto en una época en la
que nos hemos acostumbrado a vivir con las
En sentido amplio, el arte es toda actividad reproducciones o las copias. Estas también son
humana creadora de belleza. Cuando el intercambiables.
hombre crea muestra su voluntad de hacer que En consecuencia, el artista es un factor de
existan cosas nuevas. Al crear el hombre trans- renovación en el orden cultural. Descubre posi-
forma una materia, dotándola de unas formas bilidades inéditas más allá de sí mismo, a la vez
y unos significados que antes no tenía. “Arte que es capaz de actualizar las potencialidades
es, pues, toda obra cultural dotada de de la naturaleza según un orden, que ya no es
belleza.” 12 de la naturaleza sino del espíritu. El artista es
obra de arte estriba en su “estar presente.” utilitario que busca la posesión inmediata del 11
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Con esto se quiere decir que la presencia de la objeto o su disfrute. El objeto artístico, en este
obra de arte es necesaria para poder evocar un sentido, nunca llega a instrumentalizarse
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mundo de significados. La razón es evidente: como ocurre con tantos otros objetos de uso
la obra de arte es un símbolo. cotidiano, sino que es único e irrepetible.
El carácter simbólico de la obra de arte nos Esta actitud ante la obra de arte es calificada
remite a algo que no está dado de modo inme- por Gadamer de “satisfacción desinteresada”:
diato en la mera visión de la obra. Ese “algo” a ”Evidentemente, satisfacción desinteresada
que nos remite también puede darse de modo quiere decir aquí: no tener ningún interés
inmediato. Lo que se nos aparece en un objeto práctico en lo que se manifiesta o en lo repre-
particular como un fragmento de realidad sentado. Desinteresado significa aquí tan sólo
anuncia la promesa de complementarse con lo que caracteriza al comportamiento estético,
una totalidad. Para Gadamer,”la experiencia por lo cual nadie haría con sentido la pregunta
de lo bello y, en particular, de lo bello en el por el para qué, por la utilidad: ¿Para qué sirve
arte, es la evocación de un orden íntegro sentir goce en aquello en lo que se siente
posible, dondequiera que éste se encuentre.” goce?.” 16
15
Esta satisfacción desinteresada puede equi-
Ahora bien, el carácter simbólico de la obra pararse a la actitud del entusiasmo. La expe-
de arte nos abre a un mundo de significados, riencia estética es siempre gozosa. La visión de
pero no es suficiente con que exista un signi- la belleza conduce al hombre a la salida de sí
ficado para el creador. El significado no llega a mismo, a abandonar su cómoda instalación en
comunicarse si no existe un espectador que lo el mundo ante una realidad que le supera. Sin
recibe y lo juzga como tal. Eso es así por el embargo, esta relación presidida por el desin-
carácter desinteresado de la obra de arte. terés entre el espec-tador que juzga y la obra
de arte es activa, inmediata y libre. Es el desin-
C) Desinterés terés ante la obra de arte lo que hace que los
hombres sean capaces de compartir un mundo.
La actitud de una persona que contempla Por tanto, el desinterés es la condición nece-
una obra de arte no es un interés práctico o saria y suficiente para que los hombres sean
Esto supone liberarse de los propios intereses podemos compartir y comunicar un mundo de
privados y atender al objeto independiente- significados con los demás y, por ello, conver-
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mente de su utilidad. tirnos en hipotéticos representantes de cual-
Precisamente es el desinterés lo que provoca quiera de aquéllos que comparten la misma
la pureza de la intención en la experiencia experiencia.
estética y su alcance universal. Para Arendt, La validez de esta forma de conocimiento
esta actitud para experimentar la obra de arte nunca puede ser la de las proposiciones cientí-
tal como lo haría cualquier otro hombre se ficas. La obra de arte no puede ser experi-
funda en el hecho de que el mundo, la rea- mentada como tal si se la clasifica sin más
lidad que comparece, es un dato objetivo, dentro de una cadena de relaciones causales.
compartido intersubjetivamente, con exclusión La verdad de la obra de arte no radica en una
de todo interés. 17 conformidad a leyes universales, ni se mani-
El desinterés que preside el juicio estético fiesta en una relación lógica causal. Gadamer
hace que tenga lugar una ampliación de nos plantea así la cuestión: “¿Qué verdad
sentido, obra de la imaginación, que considera encontramos en lo bello que se hace comuni-
potenciales puntos de vista distintos al cable? Con seguridad, ninguna verdad y
nuestro. Se trata de una nueva forma de cono- ninguna universalidad en las que podamos
cimiento representativo o simbólico y, a la vez, emplear la universalidad del concepto o del
universalizante, en el que se consideran posibi- entendimiento. Y, sin embargo, la clase de
lidades inéditas. verdad que nos sale al encuentro en la expe-
riencia de lo bello reivindica de modo ine-
quívoco que su validez no es meramente sub-
d) Juicio universalizante jetiva.” 18
Cuando se comparte un mundo de signifi- Jamás se podrá obligar a nadie a que esté de
cados se tiene una relación de interdepen- acuerdo en un juicio de gusto contra su
dencia con los demás. El mutuo entendimiento voluntad. La verdadera dimensión del juicio
entre los participantes de esta relación pasa a estético no está en que se imponga por la
ser un fin en sí mismo. Este es el carácter uni- fuerza a los demás, sino en que sea capaz de
comunicarse de manera universal. Esta exi- misma. Esto mismo es precisamente lo que 13
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de uno mismo al tomar conciencia de estar juntos sin más, sino de una común intención 15
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ante una realidad que nos supera. Se trata de que une a todos los que se reúnen para
una experiencia gozosa e indiscernible de la
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celebrar algo y que les impide dispersarse en
experiencia de la propia finitud. Por ello, la vivencias individuales. La fiesta como cele-
obra de arte provoca un entusiasmo tanto en bración sólo tiene sentido para el que participa
su creador como en su receptor. La razón no es en ella porque “las fiestas son formas de repre-
otra que el desinterés que preside su contem- sentación de la vida cotidiana y su sentido es
plación. que ésta se presenta a nuestros ojos aligerada
Así como la comunicabilidad universal de la y enriquecida estéticamente. Son la represen-
experiencia estética podía equipararse al tación comunitaria de algo que está configu-
juego, el entusiasmo puede equipararse a la rando la manera de vivir la comunidad.” 25
fiesta. En ambos, como señala Almarza, tiene La obra de arte, al igual que la fiesta,
lugar el fenómeno que Gadamer calificaba también tiene la capacidad de emitir un
como una “transmutación en forma”:”Lo que
mensaje y lograr una comunicación de sentido,
se conserva así, como juego o como fiesta, no
a pesar de las diferencias de clase o de nivel
es un acto cualquiera sino uno que deseamos
que perviva y se haga presente mediante su cultural, puesto que “de este carácter de
representación. Lo que se quiere conservar, sea encuentro se deriva su condición luminosa,
un juego, sea una fiesta, necesita un ‘tras- bella, simbólica, festiva.” 26
mutarse en forma’. Transformarse en una Ya hemos señalado el hecho de que en la
forma supone co-vertir en una idealidad los experiencia estética la utilidad práctica nos
actos repetidos del juego o el acont-cimiento resulta indiferente. Ahora bien, su contem-
que quiere conservarse. Con ello el juego o la plación implica un placer universalmente
fiesta no es sólo una actividad (energeia) sino comunicable. Cuando el espectador reflexiona
una obra (érgon).” 24 sobre el objeto dado, el entusiasmo le impide
En toda fiesta existe un elemento inte- representarse dicho objeto por su utilidad
grador, que consigue la unión de todos los que pragmática. También la contemplación de la
participan y se rechaza el aislamiento de unos propia naturaleza es capaz de generar este
hacia otros. En una fiesta no se trata de estar sentimiento. Piénsese, por ejemplo, en una
violenta tormenta. En sí mismo este aconteci- siasmo, en tanto que sentimiento del deber 16
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la vez, la obra de arte tiene poder para con- parece que hay una cierta contraposición,
vocar una comunidad de sentido, un “espacio puesto que el destino de la obra de arte es ser
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público”, en el que los hombres pueden com- contemplada, y la del producto o servicio el ser
partir significados comunes. En estas dos carac- de utilidad, es decir, satisfacer unas determi-
terísticas reside la base de la analogía entre la nadas nece-sidades. En ambos casos es nece-
creación artística y la experiencia empresarial. saria la presencia de un receptor.
Del mismo modo que la obra de arte se Del mismo modo que la obra de arte hace
caracteriza por su individualidad, las empresas posible desde sí la apertura de un espacio
también tienden a desarrollar aspectos dife- comunicativo a los juicios apreciativos de cual-
renciadores a través de productos o servicios quier espectador que la contemple, la empresa
que les proporcionen una individualidad única tampoco puede constituirse como tal si no
frente a otras empresas del sector. Pero a la abre un espacio social en el que puedan darse
vez, todos aquellos que, de alguna manera, juicios acerca de sus servicios y prestaciones.
guardan una relación con la empresa, tienden Incluso podemos afirmar que la mi-ma
a identificarse con ese producto o servicio, que noción de cliente, como receptor de los pro-
pasa a formar parte de una determinada ductos o servicios de la empresa, se queda
cultura empresarial. corta . Utilizando la terminología de la comu-
El primer paso a la hora de considerar la nicación, sería mejor hablar de un “receptor-
analogía entre la experiencia práctico-directiva enjuiciador” o “estimador” de prestaciones
y la experiencia artística es atender a la fina- ajenas, con lo cual el concepto de receptor
lidad de las mismas. Para ello, es necesario que puede extenderse a la sociedad en general.
superemos nuestra natural tendencia a oponer Sin embargo, para un pensador como M.
lo bello a lo útil, conceptos que, en apariencia, Heidegger no existe oposición entre lo bello y
parecen contradictorios. lo útil porque su finalidad última es el “ser de
Es bien cierto que el resultado final de la confianza”.”El ser del útil consiste sin duda en
actividad artística es la obra de arte, mientras servir para algo. Pero este mismo servir para
que el resultado final de la actividad empre- algo descansa en la plenitud de un más
sarial es un determinado producto o servicio, esencial ser del útil. Vamos a llamarlo el ser de
confianza. (...) El servir para algo el útil sólo es, minos que tengan un sentido para nuestra 18
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fines de la naturaleza y del alma sólo en su vista, la empresa puede considerarse una insti- 19
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relación a los hombres, sin tener en cuenta los tución social, en tanto que está formada por
demás aspectos de éstos.” 31 personas, consideradas como seres libres y
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En este punto conviene retomar la pregunta conscientes, que se asocian para llevar a cabo
formulada con anterioridad: ¿Cómo conciliar un propósito común que repercuta en favor
una realidad económica, que implica la maxi- de la sociedad. 32
mización del beneficio, con la experiencia Si la empresa es una institución social no
estética, que tiene algo de desinteresado? puede renunciar a formar parte de la sociedad.
Desde una perspectiva pragmática, la fina- Por tanto, la empresa tiene una misión dentro
lidad de la empresa ha sido descrita en todos de la sociedad y esta misión ha de estar
los manuales de economía como la “maximi- orientada al bien común. Si la finalidad de la
zación de los beneficios”. Numerosos autores empresa está en contribuir al bien común, -
señalan que la meta de la empresa es maxi- esto es “ser de confianza” y no sólo “servir
mizar la riqueza de sus propietarios o accio- para algo”-, debe tener en cuenta las necesi-
nistas. La utilidad de este argumento ha sido dades de la sociedad en general. Pero la
demostrada en todos los análisis operativos empresa contribuye al bien común desde la
que se han hecho de la empresa. Aunque acep- actividad que la define propiamente: la orga-
temos la validez de este argumento, no nización de recursos y personas con el fin de
podemos negar su carácter medial o instru- satisfacer las necesidades de los grupos
mental, puesto que la maximización de los humanos relacionados con su actividad.
beneficios siempre es un medio para conseguir Cuando la empresa ha asegurado su supervi-
otras cosas. vencia, la obtención de beneficios, realiza su
¿Cuál es, entonces, la finalidad de la finalidad si satisface las necesidades y deseos
empresa? Para responder a esta cuestión ten- de todos sus partícipes en orden al bien
dremos que considerar la empresa como una común. Esta finalidad de la empresa excluye
asociación libre de personas dentro de la maximizar el interés de un grupo particular, ya
sociedad, organizadas con un propósito sea el de accionistas, directivos o empleados.
común. La empresa desarrolla su ciclo vital Como ha escrito Pérez López: “En una visión
dentro de la sociedad. Desde este punto de institucional de la empresa nunca se hablará
de que la empresa tenga que maximizar nada. las similitudes entre los rasgos significativos de 20
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veces, no comprenden. Para Sánchez Asiáin, o sistema formal de una empresa. Por ello es
“hay que reconocer que la capacidad humana tan importante la creación de un estilo que
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para percibir diferencias entre los diversos facilite la participación y comunicación entre
estilos de productos y actitudes, y para optar los miembros de la organización. Sin embargo,
por algo en función no sólo de criterios de uti- como en el caso de la obra de arte, no hay unas
lidad sino de criterios estéticos, está siendo uti- determinadas reglas que aseguren un
lizada excesivamente por las emp esas, en sus resultado seguro. Se trata, también en este
esfuerzos, muchas veces irracionales, por incre- caso, de una conquista.
mentar el consumo de sus productos y ser- Por otro lado, al igual que la actividad del
vicios. Y esta subversión conceptual, que pone artista no puede reducirse a una mera pro-
lo bello al servicio de lo útil, este esfuerzo por ducción o técnica, lo mismo ocurre en el caso
crear nuevos estilos de consumo, puede del directivo. Para ambos es algo más que una
hacerse exasperante.” 37 cuestión de técnica, en la que, dado el fin, sólo
El estilo no se limita a crear un producto o se trata de saber cuáles son los medios de que
servicio propio, sino que llega a configurar una hay que disponer para alcanzarlo. Lo proble-
determinada cultura empresarial siempre que mático para el artista es saber las posibilidades
haya sido interiorizada e interpretada por inéditas que puede descubrir, y, para el
todos los miembros de la organización. Es aquí directivo, en muchos casos, a qué fin debe diri-
donde tiene gran importancia la función del girse.
directivo, puesto que es el que tiene poder En este sentido, resulta muy útil la distinción
para influir en los comportamientos de los aristotélica entre los diferentes tipos de activi-
demás. El directivo realiza una labor creativa dades. 38 Aristóteles distingue entre activi-
cuando intenta estimular el logro simultáneo dades que no son fines en sí mismas, como es
de objetivos individuales y organizacionales. el caso de los procesos naturales, y actividades
Es necesario tener presente que esta labor que son fines en sí mismas, como las opera-
creativa tiene lugar dentro del sistema espon- ciones. El conocimiento, que puede ejemplifi-
táneo o informal de la organización, en el que carse en la famosa frase aristotélica “al ver se
se desarrolla la coordinación de las acciones ve y se tiene lo visto”.
Pero también existen actividades que son la nesis -la prudencia-, en oposición al entendi- 22
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como pueden infundirse esos valores en los ante la influencia de factores distorsionantes 23
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de los miembros de la misma. Así como en el Etica, en la que trata de justificar una ética
juego se necesita de la participación de los material de los valores. Lo que nos interesa de
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jugadores y de los espectadores para que éste Scheler es la defensa que hace de los valores
se lleve a cabo, también en la empresa se como universalmente comunicables. Así
necesita de la participación de sus miembros afirma:”Una obra de cultura espiritual puede
para poder llevar a cabo su propósito. ser aprehendida por muchos y, a la vez, sentida
La perdurabilidad de la empresa como insti- y gozada en su valor. Pues es de esencia de los
tución exige la presencia de unos valores. valores de esta clase ser comunicables ilimita-
Cuando estos valores son compartidos pueden damente sin fraccionamiento ni mengua.” 44
ser universalmente comunicables. Es, entonces, Hoy por hoy, son frecuentes los debates
cuando cada miembro de la organización entre “ética de mínimos- ética de máximos”,
puede convertirse en hipotético representante “ética pública-ética privada” o “éticas rea-
de los demás, es decir, puede ponerse en el listas-éticas relativas”. Sin entrar en los orí-
lugar del otro. La razón es que los valores no genes de estos debates, recogemos la afir-
están sujetos a la fugacidad de los intereses mación de Scheler de que los valores son, inde-
materiales, que perduran mientras son útiles pendientemente del tiempo, los mismos. La
para servir a un determinado propósito. Por ética es una, si bien se compone de normas,
ello, una comunidad de intereses suele tradu- valores y virtudes. Lo que cambia es la postura
cirse en contratos o convenios puntuales que humana frente a los valores puesto que la
duran el tiempo que dure el contrato. Otra adhesión a los mismos es libre y voluntaria.
manera de entenderlo es el concepto kantiano Para Scheler, siempre que exista una comu-
de “mentalidad ampliada” para referirse al nidad de personas los valores pueden compar-
potencial acuerdo con otros que se produce en tirse. No tiene sentido la distinción entre
la experiencia estética. valores individuales y colectivos dentro de una
La razón de la pervivencia de los valores es organización puesto que “si atiendo a los
que están encarnados en la persona; por ello, valores míos propios, pueden ser estos a su vez
su duración se ajusta a la decisión libre de la valores individuales o colectivos; valores, por
persona de mantenerlos. En este sentido, cabe así decir, que me son propios como miembro o
representante de una clase social, de una pro- Algo tan pragmático y apegado a las reali- 26
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conviene que retomemos nuestra argumen- marco articulado dentro de una relación ética 27
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añada una comprensión global a las meras El trabajo tiene una importante dimensión 29
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CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 68
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1987; p. 37. 18.- GADAMER, H. G., La actualidad de lo
bello. Paidós, Barcelona, 1996; pp. 57-58.
7.-ARENDT, H., What is freedom?, en
Between past and future: eight exercises in 19.- Uno de los primeros en tratar la cate-
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formas de orientación de la acción fue M.
8.-BEINER, R., El juicio político. Fondo de
Weber, para el que las cuestiones de gusto
Cultura Económica, México, 1987; p. 41. implican una orientación hacia las normas e
9.- ARENDT, H., Entre el pasado y el futuro: incluyen elementos de valor, como es el caso
ocho ejercicios sobre la reflexión política. del vestir. Cfr. WEBER, M., Economy and
Península, Barcelona, 1996; p. 254. society. Bedminister Press, Nueva York, 1968.
20.- ALMARZA, J.M., La experiencia herme- pero también es un ámbito de realidad porque 35
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néutica del arte según H.G. Gadamer en ofrece posibilidades lúdicas. Así ocurre con un
Estudios Filosóficos, vol. XLV. San Esteban, barco, con el mar o con un piano. Como afirma
37
Salamanca, mayo-agosto 1996; p. 337. López Quintás: “Un piano es un mero objeto,
un mueble, para la mujer de la limpieza; pero
21.- GADAMER, H.G., Verdad y método.
constituye un ámbito para quien sabe realizar
Sígueme, Salamanca, 1984; p. 145. el juego estético de interpretar obras pianís-
22.- bidem, pp. 149-150. ticas y está en disposición de asumir las posibi-
23.- Ibidem, pp. 153-154. lidades lúdicas que ofrece dicho instrumento
musical. El entreveramiento que tiene lugar
24.- ALMARZA, J.M., La experiencia herme- entre el pianista, el piano y la partitura da
néutica del arte según H.G. Gadamer en lugar a un acontecimiento de encuentro en el
Estudios Filosóficos, vol. XLV. San Esteban, cual se alumbra la obra en cuestión.” Cfr.
Salamanca, mayo-agosto 1996; p. 352. LOPEZ QUINTAS, A., El conocimiento de los
25.- Ibidem, p. 346. valores. Verbo Divino. Estella, (Navarra), 1992;
p. 22.
26.- LOPEZ QUINTAS, A., El conocimiento de
30.- SANCHEZ ASIAIN, J.A., La empresa
los valores. Verbo Divino. Estella, (Navarra),
como realidad estética. Real Academia de
1992; p. 22.
Bellas Artes de San Fernando, Madrid, 1991; p.
27.- HEIDEGGER, M., Arte y poesía. Fondo 23.
de Cultura Económica, México, 1958; p. 49. 31.-SCHELER, M. Conocimiento y trabajo.
28.- Ibidem, pp. 33-34. Nova, Buenos Aires, 1969;P. 98
27.- HEIDEGGER, M., Arte y poesía. Fondo 32.- J.L. Fernández distingue una doble fina-
de Cultura Económica, México, 1958; p. 49. lidad en la empresa: por un lado está la moti-
vación subjetiva del “emprendedor”, es decir,
28.- Ibidem, pp. 33-34.
los objetivos particulares que busca el empre-
29.- Cualquier útil es un objeto, en el sario individual a la hora de poner en marcha
sentido de que puede ser percibido por los sen- la empresa; y, por otro, está la finalidad
tidos y situarse en el tiempo y en el espacio, objetiva de la propia empresa: “Esta no es otra
47 Un ejemplo, señalado por F.F. Reichheld, 51.- POLO, L., Etica. Universidad Paname- 37
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 68
lo tenemos en la State Far Insurance, mutua ricana, Publicaciones Cruz, México, 1993; p.
americana que es propiedad de sus empleados. 230.
37
La compañía tiene asegurados a más del 20% 52.- BOURDIEU, P., Cosas dichas. Gedisa, Bar-
de los hogares del país y su liderazgo en el celona, 1993; p. 26.
mercado de acciones va en aumento.
Reichheld señala que el éxito de esta empresa 53.-YEPES STORK, R., Fundamentos de
se basa en una dirección basada en el valor de antropología. Eunsa, Pamplona, 1996; p. 349.
la lealtad aplicado a las medidas, incentivos, 54.- Cfr. LLANO, A., ALVIRA, R., BASTONS, M.
selección de agentes, adiestramiento, pro- y MARTINEZ ESTERUELAS, C., El humanismo en
moción, adquisición de clientes, productos, la empresa. Rialp, Madrid
publicidad etc. Como resultado, los agentes
permanecen en State Farm más del doble de lo
que lo hacen con sus competidores y alcanzan
unos niveles de productividad un 40% más
altos de lo normal. Cfr. REICHHELD, F.F., El
efecto lealtad. Ariel, Barcelona, 1996; pp. 23-
24.
48.- SCHELER, M., Etica. Revista de Occi-
dente, Madrid, 1941. Tomo I, p. 140.
49.- POLO, L., Etica. Universidad Paname-
ricana, Publicaciones Cruz, México, 1993; pp.
215-216.
50.- Para profundizar en esta temática tan
actual puede consultarse LOPEZ FRANCO, J., La
ética del management: ¿un signo más de los
tiempos de la moda? Icade, Madrid, 1990, nº
19; pp. 109-137.