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Módulo 3

Actos Procesales.
1. El poder de acción
1.1. La acción procesal: definición y
caracteres.
Ferreyra De la Rua sostiene que el concepto más abarcativo de acción que
es que la presenta como “el poder de presentar y mantener ante el órgano
jurisdiccional una pretensión fundada en hechos jurídicamente relevantes
con el fin de obtener una decisión concreta y en su caso conseguir la
ejecución de la misma hasta su agotamiento”.

De tal modo, se manifiesta con la solicitud de actuación dirigida a los


órganos jurisdiccionales, a través del empleo de instrumentos técnicos
adecuados (demanda, requisitoria fiscal); pero no se agota en un mero
peticionar sino que además requiere su mantenimiento hasta la
finalización del trámite por el dictado de la sentencia y su ejecución.

Ello se ve claramente en el proceso civil, que por su carácter dispositivo


requiere el impulso inicial y también el posterior o de mantenimiento por
parte del interesado; distinto es en el proceso de familia o laboral, por ej.,
donde el impulso inicial es formulado por el actor (demanda laboral o de
familia) pero posteriormente, es el juez quien mantiene vivo y da impulso
al procedimiento hasta su efectiva finalización. En efecto, en estos fueros el
impulso procesal es de oficio (art. 41 Ley 7676 y 17 Ley 7987).

En materia penal, en razón del interés público involucrado, la acción es


ejercida por órganos del estado, esto es el Ministerio Público Fiscal, quien
promueve las actuaciones y ordena las medidas necesarias de investigación
y de prueba. Ello, más allá de la figura del Querellante Particular (art. 91 y 7
del CPP Cba.), que acuerda la posibilidad al ofendido de constituirse al lado
del órgano estatal, en una suerte de litisconsorte, pero que no excluye ni
limita en lo más mínimo los poderes y dirección del proceso que efectúa el
Fiscal.

Ahora bien, este poder con fundamento constitucional que significa la


acción procesal, se hace necesario atribuirle un contenido (pretensión) y a
la vez efectuar un deslinde en relación a otros institutos procesales que
resultan correlativos y complementarios: la pretensión y la demanda, que
representan respectivamente su contenido y su vía de realización.

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Así, acción-pretensión-demanda, son instituciones correlativas y que se
vinculan en forma recíproca para explicar el fenómeno judicial, que no
puede ser entendido de modo integral sino con la conjunción de tales
conceptos: advierte que la demanda consiste materialmente en un acto
procesal formal y documental cuya presentación al juez implica el ejercicio
de la acción y que resulta ser el continente de un contenido necesario: la
pretensión.

En el ámbito penal, en cambio, el acto de promoción efectiva se configura


en principio con el requerimiento que formula el Ministerio Público Fiscal,
quien ejercita en nombre del Estado una pretensión penal (art. 341 y 355
CPPCba).

En cuanto a caracteres de la acción procesal, señalamos:

 Autónoma: existe con independencia del derecho material


invocado que sirve de fundamento a la pretensión planteada.
Prueba de ello es que puede promoverse efectivamente el poder de
acción, tramitarse íntegramente un juicio y la sentencia resultar en
definitiva desestimatoria de la pretensión deducida en juicio.

 Pública: se dirige a un órgano público y persigue fines de idéntica


naturaleza con independencia del fundamento sustancial, que sirve
de base a la pretensión esgrimida. Es así que puede tener
basamento en pretensiones públicas de derecho penal o privadas
que hacen al derecho privado común.

 Realizadora: del derecho sustantivo del fondo.

La pretensión: Definición. Elementos.


Como lo adelantáramos, es el contenido de la acción procesal. Expresa
Clariá que se trata de un contenido inomitible e irreemplazable, sin el cual
la acción sería vacua y por ende ineficaz, esta pretensión jurídica debe
mostrar su fundamento en la posibilidad de estar efectivamente fundada
en derecho. Si esa posibilidad faltara, no habría sobre qué decidir. Por ello,
debe admitirse la existencia de un vínculo entre la acción y el
ordenamiento jurídico.

Devis Echandia define a la pretensión como “el efecto jurídico concreto


que el demandante persigue con el proceso, efecto al cual se quiere
vincular al demandado”. Pero la pretensión no sólo tiene como efecto
someter a su voluntad al demandado: la sujeción de éste y la obligación
emanan de la sentencia.

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El objeto de la pretensión es lo que se pide en la demanda. El objeto
litigioso no se confunde con la pretensión, sino que es el objeto de ésta,
pues sobre un mismo objeto litigioso pueden existir pretensiones diversas
o análogas, pero con distinto fundamento o causa. De allí que el objeto de
la pretensión no se identifica con el objeto del derecho material que el
actor declara tener.

Elementos:

 Elemento subjetivo:

La pretensión consta de tres sujetos:

 El actor que la formula

 El demandado frente a quien se formula y

 La persona ante quien se formula.

Los dos primeros son los sujetos activos y pasivos de la pretensión y el


tercer sujeto es el órgano destinatario de esa pretensión que tiene el deber
de satisfacerla.

 Elemento objetivo:

 Objeto de la pretensión: está constituido por el determinado


efecto jurídico que con ella se persigue y que puede ser visto
desde dos aspectos: inmediato, esto es la clase de
pronunciamiento que se reclama (condena, declaración,
ejecución, etc.); o mediato, es decir el bien sobre el cual
debe recaer el pronunciamiento (cosa mueble o inmueble
cuya restitución se solicita, suma de dinero, relación jurídica
cuya existencia o inexistencia debe declararse, etc.)

 La causa, fundamento, título o razón: es la concreta


situación de hecho a la cual el actor asigna una determinada
consecuencia jurídica. La pretensión está individualizada por
los hechos afirmados, no por el derecho que se invoca en la
demanda. Se trata del conjunto de hechos que constituyen
el relato histórico de las circunstancias de donde se cree
deducir lo que se pretende y a la afirmación de su
conformidad con el derecho en virtud de determinadas
normas subjetivas. Se trata de la causa pretendida de la
demanda, es la razón aparente que sirve de fundamento a la
pretensión.

 La actividad que la pretensión involucra: y que se


desenvuelve en las dimensiones de lugar, tiempo y forma

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que coincidirán, necesariamente con las del proceso en que
la pretensión se haga valer.

Teoría de la identificación de las pretensiones:


definición, postulados básicos. Acumulación objetiva
en los diferentes tipos de procesos.
El concepto de la pretensión interviene en el estudio de los siguientes
institutos procesales: la demanda, la cosa juzgada y la Litis pendencia, la
excepción, congruencia de procesos y peticiones en una misma demanda.

Para la determinación de la cosa juzgada y de la Litis pendencia se hace


preciso cuando dos pretensiones son idénticas, es decir son una misma.

La teoría encarna el análisis de tres elementos: sujetos, objetos y causas, y


entiende que si confrontadas dos pretensiones, éstas tienen iguales
sujetos, objetos y causas (triple identidad) serán idénticas.

 Identidad de sujetos

Para que dos pretensiones sean idénticas es menester que involucren los
mismos sujetos activo y pasivo (se excluye el órgano jurisdiccional). Este
análisis mira la cualidad jurídica en que dichos sujetos han intervenido en
cada caso, no siendo suficiente que se trate físicamente de las mismas
personas: Pedro puede demandar a Juan a nombre propio a raíz de un
contrato y a la vez demandarlo como representante legal de su hijo menor
en razón del mismo contrato en tanto los involucra a ambos.

 Identidad de objeto

Debe tratarse del mismo objeto (inmediato y mediato) de la pretensión. Si


el objeto inmediato es la condena, el mediato resulta de la naturaleza de la
prestación que se demande y será necesario distinguir según se trate de
obligaciones de dar, hacer o no hacer.

No habrá identidad si el objeto de una pretensión puede concebirse


inmediatamente del objeto de la otra.

En materia penal la identidad debe darse respecto del hecho, del


acontecimiento histórico fijado en el primer proceso y que dio lugar a la
persecución.

 Identidad de causa

Como el objeto de la pretensión puede ser debido por diversas razones, se


hace necesario que haya identidad de causa: deberá identificarse la fuente
del objeto de la pretensión. En muchos casos la misma coincide con la

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fuente de la obligación material: tal es el caso de la locación, la
compraventa, etc. pero en el ámbito de las pretensiones reales se advierte
una distinción importante: en la reivindicación la causa inmediata es el
dominio, pero el hecho constitutivo de éste puede variar según que derive
de una compraventa, una donación o que haya sido adquirido por
prescripción. En este sentido advierte Alsina que respecto a la pretensión
procesal, lo que está en juego es el dominio mismo y no el modo de
adquisición y por eso no varía la acción por el hecho de que se invoque una
causa mediata distinta, y así, rechazada la reivindicación por no haberse
acreditado el dominio que se dijo adquirido por donación, no podría
intentarse nuevamente alegando que el dominio se adquirió por
prescripción, pues ya en el primer caso se declaró que el reivindicante no
era propietario.

Postulados básicos o condiciones para el ejercicio de la acción

La pretensión procesal debe reunir determinados requisitos:

I- REQUISITOS DE ADMISIBILIDAD

1. Extrínsecos:

a- Procesales: este grupo se refiere a los requisitos previstos para los


sujetos, el objeto, la causa y la falta de concurrencia de Litis pendencia
o cosa juzgada.

 Respecto de los sujetos

o Tribunal: debe tener capacidad tanto sustancial como


procesal. La sustancial se refiere a la observancia de las
normas constitucionales y de las legales que sean su
consecuencia para la válida constitución del tribunal (juez
natural), designación del juez o de los jueces, etc. La
procesal se refiere a la competencia, el territorio, el grado y
el turno, salvo la posibilidad de prórroga (en general en
materia de competencia territorial).

o Partes: deben tener capacidad para ser parte (aptitud para


ser titular de derechos y deberes procesales) y a la vez
capacidad procesal (aptitud para realizar personalmente, o
por medio de un mandatario convencional, actos procesales
válidos). Los defectos en esas capacidades autorizan a
oponer la excepción dilatoria de “falta de personería”.

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 Respecto del objeto

o Idoneidad: el objeto debe resultar idóneo con relación al


tipo de proceso en el cual la pretensión se ha deducido (no
resulta idóneo cuestionar la existencia de un contrato de
compra y venta como fuente de una obligación caratular en
un juicio ejecutivo).

Carga menciona con exactitud la “cosa demandada” y


formular la “petición en términos claros y precisos”. No
deben surgir dudas acerca de lo que se pide pues la
oscuridad, la deficiencia en la exposición atenta contra el
derecho de defensa, lo que conduce al rechazo in limine de
la demanda o la interposición de la excepción de “defecto
legal” por parte de quien tiene derecho de defenderse.

 Respecto de la causa

La pretensión debe estar fundad en hechos de los cuales


surja, prima facie, su carácter de jurídicos, es decir, hechos
contemplados por el derecho.

 Respecto a la actividad

o Lugar: la pretensión debe deducirse ante el tribunal


competente por razón de la materia.

o Tiempo: existen limitaciones de naturaleza sustancial y


procesal respecto de las distintas pretensiones. Existen
derechos que no pueden ser ejercidos transcurrido cierto
transcurso del tiempo (prescripción). A la vez la demanda
debe interponerse en días y horas hábiles, en el horario de
atención al público de los tribunales.

o Forma: los códigos procesales establecen formas para la


presentación de la demanda y de la contestación, las cuales
deben ser observadas bajo sanción de inadmisibilidad.

b- Extrínsecos Fiscales: la falta de pago de la tasa de justicia y aportes


debidos por los profesionales trae aparejado, en la práctica, la no
admisión de la demanda en el ámbito civil y comercial, a pesar de que
el CPCCba. en su art. 86 dispone que antes de efectuar algún rechazo
por este motivo, los tribunales deben emplazar a la parte para que lo
haga.

2. Intrínsecos

a- Sujetos: además de la amplitud genérica APRA ser parte y capacidad


procesal, se requiere que los intervinientes como parte del proceso sean

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quienes deban figurar en ese proceso concreto asumiendo tal calidad.
Se trata de la amplitud jurídica denominada legitimación para obrar o
legitimación procesal y que se entiende como aquel requisito en cuya
virtud debe mediar una coincidencia entre las personas que
efectivamente actúan en el proceso y las personas a las cuales la ley
habilita especialmente para pretender y contradecir al respecto de la
materia sobre la cual versa el proceso. La pauta para determinar esta
legitimación está dada por la titularidad, activa o pasiva, de la relación
jurídica sustancial controvertida en el proceso.

b- Objeto: que el objeto de la pretensión sea jurídicamente posible: no


lo será aquella pretensión tendiente a obtener el pago de una deuda de
juego, pues se trata de una pretensión que versa sobre un objeto acerca
del cual se encuentra vedada cualquier decisión judicial.

c- Interés: los adagios “si interés no hay acción” y “el interés es la


medida de las acciones” no son caprichosos; el interés es la base
genética del proceso, el presupuesto para el ejercicio del derecho de
acción.

II- REQUISITOS DE FUNDABILIDAD

Una vez admitida la demanda y desarrollado el proceso, el juez estará en


condiciones de pronunciarlas sobre el mérito de la pretensión, es decir
sobre si ésta es o no fundada. Para esa tarea el juez fija el hecho y aplica el
derecho, pudiendo prescindir de las normas invocadas por las partes y
suplir las omisiones de fundamentación en que hubiesen incurrido. Sin
embargo las partes son las encargadas mediante la institución de la carga
procesal de probar mediante la aportación de pruebas los hechos
controvertidos.

Acumulación objetiva de las pretensiones

Expresa Palacio que por proceso acumulativo se entiende aquel que sirve
para la satisfacción de dos o más pretensiones. La acumulación tiene dos
fundamentos:

 Evitar el desgaste jurisdiccional y el ahorro de tiempo.

 Evitar la eventualidad de dos pronunciamientos contradictorios en


razón de tratarse de pretensiones conexas.

En el ámbito penal, la acumulación produce un desplazamiento de


competencia.

Para la acumulación objetiva originaria, las pretensiones se proponen


conjuntamente desde el comienzo del proceso. Permite reunir en una

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misma demanda distintas pretensiones que el actor tenga contra el
demandado en la medida que:

o No se excluyan entre sí, es decir una contradiga a la otra.

o Correspondan a la competencia del mismo juez, es decir,


competencia material: no puede acumularse una pretensión civil,
con una laboral o comercial.

o Pueden sustanciarse por los mismos trámites, por razones de orden


procesal, no es posible acumular una pretensión ordinaria con una
ejecutiva, pues los trámites son distintos, los plazos también.

Los requisitos exigidos para que proceda la acumulación difieren de los del
ámbito penal, en donde la acumulación produce el desplazamiento de la
competencia del tribunal en cuanto su fundamente atiende a otras
razones, como la necesidad de que se produzca aunque no la acumulación
de procesos, si la acumulación d penas y esta se resuelva en la misma
sentencia, atendiendo el interés del estado en la investigación y el interés
del individuo en el ejercicio de su derecho de defensa.

1.2. Medidas preparatorias en el


proceso civil y penal. Definición,
contenido y manifestaciones.
Las medidas preparatorias se limitan a los trámites requeridos para salvar
jurisdiccionalmente los obstáculos que impiden presentar válida y
derechamente la demanda. Esta instancia preparatoria implica ya el
ejercicio del poder de acción.

Las medidas preparatorias están reguladas en el art. 485 del CPC Cba, el
que dispone:

“1- El juicio ordinario podrá prepararse por la persona que pretenda


iniciarlo, solicitando que:

2- La persona contra quien se dirija la demanda, preste declaración jurada


sobre hechos relativos a su personalidad y sin cuyo conocimiento no sea
posible promover el juicio.

3- Se exhiba la cosa mueble que fuere objeto del pleito y se deposite a la


orden del tribunal, en poder del mismo tenedor o de un tercero.

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4- Se exhiba algún testamento, cuando el solicitante se crea heredero,
coheredero, legatario o albacea y a quien fuere necesario para comenzar la
demanda.

5- El vendedor o el comprador, en caso de evicción, exhiba los títulos u otros


documentos relativos a la cosa vendida.

6- El socio, comunero o quien tena en su poder los documentos o cuentas


de la sociedad o comunidad, los presente o exhiba.

7- El tutor, curador o administrador de bienes, presente las cuentas de su


administración

8- Se nombre tutor o curador para el juicio de que se trate

9- Se practique mensura del inmueble objeto de la demanda

10- La persona que pueda ser demandada por reivindicación u otra acción
sobre cosa determinada que exija conocer si la ocupa y el carácter en que lo
hace, exprese si reconoce tenerla en su poder y a qué título la tiene.

11- Si el eventual demandado tuviere que ausentarse del país, constituya


domicilio dentro del plazo que el tribunal fije, bajo apercibimiento de
rebeldía.

Se cite para el reconocimiento de la obligación de rendir cuentas.

Salvo los casos de los inc. 8 y 10, no podrán invocarse las diligencias
decretadas si no se dedujere la demanda dentro de los treinta días de su
realización. En relación al inc. 1, si el reconocimiento fuere ficto el plazo
correrá desde que hubiere quedado firme la declaración que lo declare”

1.3. El ejercicio de la acción en el


procedimiento civil, penal, laboral y de
familia. Requisitos, contenido, efectos.
Alsina define a la demanda, en su acepción estricta, como “el acto procesal
por el cual el actor ejercita la acción solicitando al tribuna la protección, la
declaración o la constitución de una situación jurídica”.

Palacio, define a la demanda como un acto que se funde con la pretensión


del actor, de modo simultáneo, “es la petición encaminada a lograr la
iniciación de un proceso, a cuyo efecto quien la formula ejerce y agota el
derecho de acción que le compete”.

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En definitiva, es un acto procesal, un acto jurídico voluntario. A la vez es un
acto formal que debe cumplir una serie de requisitos mínimos establecidos
por las leyes procesales: ser escrito y firmado. De esta manera constituye
un documento que tiene la siguiente importancia:

 Es el acto inicial que da origen a la relación procesal e influye en su


desarrollo.

 Abre la instancia y a partir de su admisión se cuenta el plazo para la


perención de la instancia.

 Pone en ejercicio a la jurisdicción y, con ella, a los poderes del juez,


pero al mismo tiempo los limita en tanto aquél no puede
pronunciarse sobre peticiones que no estén deducidas en la
demanda.

 Establece lo relativo a la prueba.

Contenido y requisitos
Contiene las afirmaciones de hechos jurídicamente relevantes que
justifiquen la pretensión del actor. En su esencia la demanda constituye un
silogismo: la premisa mayor es la norma jurídica invocada, la menor, la
relación de los hechos y la conclusión, es el resultado al que arriba el actor
entre ambas premisas y se exterioriza en la petición.

Posee sujetos (actor y demandado), objeto (que conste en la petición),


causa (fundamento de la pretensión expuesta) y finalidad (fin perseguido
por el actor). El contenido de la demanda es la petición, de allí que cuando
la pretensión no existe, es imposible, ilícita o inmoral, la demanda debe ser
rechazada in limine, de oficio por el tribunal.

Nuestro CPCCba establece en su artículo 175 que la demanda se deducirá


por escrito y expresará:

 El nombre, domicilio real, edad, estado civil del demandante; tipo


número de documento de identidad.

 El nombre y domicilio del demandado

 La cosa que se demande designada con exactitud. Si se reclamase el


pago de una suma de dinero, deberá establecerse el importe
pretendido, cuando lo fuese posible, inclusive respecto de aquellas
obligaciones cuyo monto depende del prudente arbitrio judicial.

 Los hechos y el derecho en que se funde la acción.

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 La petición en términos claros y precisos.

Para una mejor comprensión, exponemos a continuación el siguiente


modelo de demanda ordinaria por daños y perjuicios:
Señor Juez: ..., abogado, CPACF,... con domicilio legal en patrocinado por el Dr. ...
con igual domicilio legal a V.S. digo:

1. PERSONERIA: actúo por... según poder general cuya fotocopia adjunto y que
juro está vigente en su totalidad bajo los términos de la fotocopia.

2. Domicilio actora: el domicilio real de la actora es en esta ciudad, en...

3. Antecedentes instrumentales: individualizo en este mismo Juzgado y Secretaría


los juicios que, sobre desalojo por un lado, y sobre cobro ejecutivo por otro lado,
sigue contra la demandada. Integran el juicio de cobro ejecutivo y el presente
también, los fiadores solidarios principales pagadores. A los efectos del presente
juicio oportunamente se tendrán a la vista para sentenciar, esos expedientes y la
documentación que forma parte de los mismos, contrato de locación, carta
documental, demanda, contestaciones, sentencia, etc.

4. Demandados: son demandados solidarios en este proceso por restitución de


dinero y daños de rescisión, la locataria... domiciliada en... de esta ciudad;... y...

5. Monto de este juicio: el monto estimativo del presente juicio se establece en la


suma de... pesos ($...) o lo que en más o en menos resulte de la prueba que se
rinda, más intereses, costas, costos, hasta el momento de su efectivo pago. La
estimación se funda en lo siguiente: a) Valor locativo real de mercado a la fecha
del inmueble dado en locación a ..., pesos ... y meses faltantes de contrato ... (...),
total: $ ... b) Impuestos y tasas adeudadas y sus intereses y multas estimativos a la
fecha $ ... Total, en más o en menos, son ... pesos en las condiciones y con las
sujeciones arriba descriptas (sobre monto actual sin accesorios de tasas e
impuestos, ver fotocopia que agrego de carta documental también referida).

6. HECHOS Y DERECHO: el contrato de locación vencía el... pero queda rescindido


en... por culpa de la demandada por falta de pago según surge de los otros dos
juicios de este mismo Juzgado y Secretaría. La locataria y sus fiadores solidarios
principales pagadores responden del daño causado por la rescisión con causa
(daño emergente y lucro cesante) hasta el fin del contrato; además de tener que
restituir montos de impuestos y tasas a su cargo que como se aprecia y sostengo
no se han pagado. Sin perjuicio de otras deudas posteriores por esos conceptos,
daños en el inmueble, etc., que serán materia de otro juicio. Dispone el art. 1579
CCRA que si el locatario no paga los alquileres es pasible de desalojo y debe
indemnizar los daños y perjuicios causados. Este es el caso. La responsabilidad se
extiende a los demandados fiadores principales pagadores conforme a los
términos del contrato de locación, ver cláusula... La jurisprudencia ha estimado
prudente establecer el monto de los daños por permanencia indebida o por los
meses no utilizados, en el monto de los alquileres reales multiplicados por el lapso
comprendido. Esos parámetros ha tomado mi cliente.

7. PRUEBA: a) instrumental la individualizada y toda la actuación de ambos juicios


individualizados que se requerirán de V.S. por oficio, se certificará, testimoniará,

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etc., conforme a las exigencias de este proceso; b) confesión de los demandados y
sometimiento de reconocimientos de sus respectivas firmas; caso de negativa
desde ya pido prueba pericial caligráfica; c) prueba pericial de arquitecto para que
dictamine sobre el valor locativo de mercado del inmueble objeto del juicio habida
cuenta de sus características, objeto y bondades; d) reconocimiento judicial; e)
oficios a Correo Argentino para autenticidad, remisión y recepción de la carta
documental agregada al juicio de desalojo cuya fotocopia obra en autos; a Aguas
Argentinas y Municipalidad para que informe sobre montos, pagos y no pagos de
tasas e impuestos de la unidad objeto del juicio a partir de las cuotas de ...
debiéndose informar sobre intereses y multas. Diligenciará el oficio el suscripto.
Designo como consultor técnico al Arq. ..., con domicilio en... Otro oficio: al
Registro de la Propiedad para que informe sobre la titularidad del dominio del bien
objeto de la locación rescindida.

PETITORIO: 1) se me tenga por parte, presentado, domiciliado; 2) por ofrecida


prueba e individualizados los documentos; 3) en el carácter invocado iniciada esta
acción; 4) Se dé traslado a la demanda bajo apercibimiento; 5) se tengan
presentes las reservas; 6) en su hora se haga lugar a la acción en todas sus partes
y se condene solidariamente a los demandados al pago de lo reclamado, con más
intereses y costas o a lo que en más o en menos resulte de la prueba que se rinda
en autos, con costas. SERA JUSTICIA.

Efectos de la demanda
 Sustanciales: aquellos que se relacionan con la validez y vigencia de
las normas positivas de fondo:

o Interrupción de la prescripción: surge del art. 3986 del CC que la


presentación de la demanda tiene por efecto la interrupción del
curso de la prescripción adquisitiva contra el poseedor y de la
prescripción liberatoria contra el deudor.

o Caducidad de ciertos derechos: son casos especiales regulados


por el derecho de fondo, y que implican caducidad de
derechos, casos relacionados con el derecho de familia (acción
de nulidad de matrimonio).

o Extinción de las opciones del actor: la presentación de la


demanda produce efectos respecto de diversas opciones que
puede realizar el actor desde que, elegida una, ya no le es
posible solicitar la otra prevista en la misma norma. Se trata de
obligaciones alternativas, en las cuales se obliga a optar 8arts.
635, 641, 646 y 648 CC).

o Incapacidad de derecho para la compra de cosas litigiosas: la


interposición de la demanda produce el efecto previsto en el
art. 1361 del CC que establece la prohibición queresa para los
abogados, jueces, fiscales, defensor de menores, procurador,

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escribanos y tasadores de adquirir, aun en remate, los bienes
mencionados en la demanda, los que adquieren la calidad de
litigiosos.

 Procesales: se relacionan con normas establecidas en la ley


procesal específica que regula el proceso:

o Apertura de instancia: la demanda es el acto mediante el cual


se pone en ejercicio el poder de acción, medio por el cual
queda abierto el juicio pues provoca la excitación de la
jurisdicción, referida al acceso al primer grado de instrucción
del proceso y de conocimiento de sus actos por el juez. Para el
actor aparece la carga procesal del impulso procesal para evitar
la perención de la instancia.

o Estado de litispendencia: con la interposición de la demanda,


aun antes de su notificación, se produce el estado de
litispendencia, el que será perfeccionado con la respectiva
notificación.

o Competencia del juez respecto del actor: el actor al interponer


la demanda, hace una elección que puede implicar una
prórroga de competencia en razón del territorio.

o Objeto litigioso: salvo excepciones, el actor no podrá modificar


el objeto de la demanda. El demandado, mientras no
reconvenga, deberá limitarse a contestar sobre el objeto
litigioso, sin poder variarlo. Además establece un límite a los
poderes del juez en la sentencia, quien deberá pronunciarse
sobre éste, manteniendo el principio de congruencia.

o Confesión: interpuesta la demanda, los hechos expuestos por el


actor pueden implicar confesión de su parte, respecto de
aquellos acontecimientos lícitos no contrapuestos a la prueba
rendida.

Hipótesis práctica.
El caso: el peticionante de las medidas preparatorias apeló la resolución
del juez de primera instancia que denegó el pedido de devolución de la
documental acompañada en sustento de las medidas solicitadas fundado
en la oposición del futuro demandado (que compareció
espontáneamente). La Cámara revocó la resolución y ordenó la restitución
de la documental requerida por el oferente.

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1. En el sistema de la ley procesal las medidas preliminares y prueba
anticipada (art. 485 y 486 C.P.C.) tienen un régimen recursivo muy estricto
conforme al cual sólo es apelable la resolución denegatoria de la diligencia.
Esto es así no solo porque lo establece la norma específica que regula el
régimen impugnativo de las medidas (art. 487 C.P.C.), sino por aplicación
del régimen legal de los recursos (ausencia de gravamen irreparable). Sin
embargo ello no obsta la interposición del recurso de reposición,
impugnación ésta que constituye el instrumento apto para cuestionar
resoluciones que hayan sido dictadas sin sustanciación y no causen
gravamen irreparable.

2. La decisión de resguardar la documental a despecho de la voluntad del


oferente, antes de imprimir trámite a las medidas peticionadas, en
principio, debe considerarse una resolución respecto de las cual solo cabe
el recurso de reposición. Sin embargo, las particular situación planteada,
donde la decisión adoptada respecto de la documental, lo ha sido luego de
oír al enunciado como futuro demandado, nos inclina a admitir la
apelabilidad habida cuenta que la decisión es susceptible de ocasionar
gravamen irreparable, máxime si se repara en que ha mediado imposición
de costas.

3. Las diligencias preliminares no contienen una acción extraída del


derecho sustancial dirigida contra persona alguna, sino que entrañan una
pretensión fundada en normas adjetivas que autorizan el diligenciamiento
de aquellas sólo en los supuestos excepcionales mencionados. Es decir que
la solicitud de medidas preliminares es una petición de tipo procesal, cuya
admisibilidad depende del juicio del tribunal como director del proceso y
que sólo incumbe a la eventual contraria en la medida que el rito le otorga
la posibilidad de oponerse mediante la reposición en contra del decreto
que haya admitido el pedido.

4. La denegatoria a la restitución de la documental adoptada por el


tribunal, ponderando la oposición del futuro adversario a la entrega de los
originales adjuntados por el peticionante, importó admitir una suerte de
sustanciación incidental con intervención de un tercero que ninguna
injerencia puede tener en la fase previa a que el tribunal decrete la
diligencias.

5. Si ponderamos que las diligencias preliminares no constituyen una


demanda introductiva del proceso y que la citación de la contraria no
significa que constituya un conflicto de intereses, debemos concluir que la
oposición de esta última antes de que el tribunal despache las medidas
peticionadas, era inviable.

6. El peticionante de las diligencias preliminares es soberano en orden a


delimitar aquellos actos procesales que quiera realizar con anterioridad a la
demanda tendientes a asegurar la eficacia o evitar la frustración de las

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etapas introductoria y probatoria. Ergo es el único habilitado para decidir
acerca de las medidas que solicita tendientes a la preparación del futuro
proceso de conocimiento (medidas preparatorias) o a la conservación de
las pruebas (prueba anticipada) sin que el futuro contradictor ni el propio
Jugador puedan limitarlo en tal libertad.

Cám. 2ª Civ. y Com. Cba. A. 119 10/04/2008 “Bernal Cornejo, Gabriel


Esteban c/ Chali, Jorge Alberto – Otras acciones societarias – Medidas
preparatorias”.

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2. Excepción procesal.
2.1. Definición. Contenido. Caracteres.
Ejercicio.
Se identifica con el derecho de defensa atribuido a toda persona que es
demandada o sindicada como autor de un delito y se ejerce en las
oportunidades fijadas por la ley ritual. Se presenta, precisamente, como
una facultad o atribución de concurrir ante el juez para contradecir la
acción, en sentido amplio.

El poder de excepción como tal corresponde exclusivamente al demandado


o al perseguido penalmente y se ejerce en el ámbito del proceso. Por ello,
cierta parte de la doctrina entiende ver en el poder de excepción “un
diverso aspecto del derecho de acción”.

Según Clariá Olmedo, en una acepción genérica, la excepción “es un poder,


es toda defensa que el demandado opone a la pretensión del actor
esgrimiendo hechos modificativos, impeditivos o extintivos”.

Por su parte, Couture atribuye a la excepción un significado más amplio,


expresando que “es el poder jurídico de que se halla investido el
demandado para oponerse a la acción promovida en su contra”.

Este poder genérico de defensa también se manifiesta en el proceso penal


y le asiste muy especialmente al imputado. En efecto, el sujeto perseguido
penalmente como consecuencia del ejercicio de la acción y aún antes, esto
es durante la investigación fiscal preparatoria, se encuentra mundo del
poder de plantear pretensiones con fundamento opuesto o diverso al de la
imputación, postulando se lo absuelva o se dé una declaración de menor
responsabilidad. También puede pretenderse la eliminación, la paralización
o el cierre de proceso, por no ser viable el ejercicio de la acción o mediar
algún impedimento para resolver sobre el fondo.

Por ello se nos presenta la acción con el poder de atacar y la excepción


como la expresión del derecho a oponerse.

La excepción encuentra fundamento específico en el art. 18 CN que


expresa “es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos”,
abarcando dicho derecho la garantía del debido proceso, que no se agota
con el mero ejercicio de la jurisdicción sino que, además, requiere de otros
aditamentos que se actúan durante el trámite, comprensivo del derecho de
audiencia y de prueba. En este sentido, la doctrina ha señalado que “la
garantía de defensa en juicio consiste, en último término, en no ser privado

16
de la vida, libertad o propiedad sin la garantía que supone la tramitación de
un proceso desenvuelto en la forma que establece la ley”.

El poder de excepción, al igual que la acción, constituye un poder de


carácter abstracto pero con contenido determinado que denominamos
“pretensión”. Es así que el contenido del poder de excepción está
constituido por la afirmación de hechos con relevancia jurídica opuestos a
la pretensión del actor, que respecto de aquel presentan similitudes y
diferencias.

De tal modo, la acción o la postulación del actor debe ser ineludiblemente


formulada: en cambio, la pretensión del demandado, puede consistir en
afirmaciones de hechos opuestos con relevancia jurídica o estos hechos
pueden estar representados por simples actitudes omisivas. Estas
situaciones también configuran la pretensión del demandado y establecen
el vínculo entre el poder de excepción y las normas del derecho sustancial.
Es así que quien se defiende y ejerce el derecho de excepción en sentido
amplio, lo hace conforme al plexo jurídico sustancial, que regulan los
códigos de fondo, v.gr. el Civil, Penal, de Comercial, etcétera. No es posible
realizar oposición para satisfacer aspiraciones ajenas al orden jurídico.

Determinado el origen constitucional del poder de excepción, como su


necesaria vinculación con el derecho sustancial, cabe señalar, las vías
procesales para su ejercicio que se especifican en los códigos formales.

Técnicamente y utilizando un acepción restringida, el vocablo “excepción”


se refiere a ciertos tipos de defensas regladas por la ley procesal y en otros
casos, por la sustancial. Nos estamos refiriendo al concepto de excepción
en sentido estricto que reconocen identidad conceptual y nominación
expresa en el sistema jurídico.

La oposición de excepciones, en sentido estricto, importa para el


demandado una posibilidad de introducir objeciones fundadas en la falta
de algún presupuesto procesal, o dirigidas a poner de manifiesto alguna
obstancia sustancial. Tal sucede con las posibilidades previstas en los
códigos de fondo, para resistir la pretensión jurídica contra él ejercida que
se viabiliza a través de modos reglados por la ley sustancial (v.gr. los
medios extintivos de las obligaciones consagrados en el art. 724 C.C., la
prescripción liberatoria, etc.). Así podrá el demandado alegar ante un
reclamo de carácter patrimonial, el haber pagado o que la obligación se
encuentra prescripta.

Por otro lado, se señala que el ejercicio del poder de excepción en sentido
estricto se manifiesta en diferentes oportunidades, ya sea que se ejercite
en el proceso civil o en el proceso penal. Sin embargo, en forma
coincidente, sea cual fuere el tipo de proceso, la ley señala la secuencia o
tiempo en que debe ser puesto en acto.

17
En cuanto al órgano a quien corresponde este poder, se identifica con el
sujeto posicionado en la faz pasiva de la relación jurídica procesal.

La realización o desenvolvimiento del poder de excepción, exige de su


titular que ostente capacidad procesal.

En el proceso penal, en cambio, el titular del poder de excepción es


cualquier persona que debe soportar la persecución penal.

2.2. Oposición a la pretensión. Formas


en el procedimiento civil.
Contingencias resultantes de la conducta del demandado en la
contestación de la demanda.

Contestación de la demanda. Definición.


Notificada la demanda, nace para el demandado la “carga” de contestarla.
El demandado debe realizar este acto procesal dentro del plazo legal según
el tipo de procedimiento de que se trate si no desea ser declarado rebelde;
se trata de un plazo improrrogable pero no perentorio, de allí que una vez
finalizado no precluye la oportunidad, salvo que el actor acuse rebeldía y el
juez la declare, a partir de esa declaración firme de rebeldía, precluye para
el demandado la facultad de contestar.

La doctrina mayoritariamente entiende que la contestación de la demanda


constituye un acto jurídico procesal que importa el ejercicio del derecho de
defensa. Palacio define a la contestación de la demanda como “el acto
mediante el cual el demandado alega, en el proceso ordinario, aquellas
defensas que no deban ser opuestas como de previo y especial
pronunciamiento, y en los procesos sumario y sumarísimo (se refiere al CPC
de la nación), toda clase de defensas que intente hacer valer contra la
pretensión procesal”.

La contestación de la demanda, consiste en un acto que exterioriza el


ejercicio del derecho de excepción procesal y, como tal, se dirige al
juzgador, al estado, de allí que se entienda al traslado de la demanda como
una interrogación que el juez hace al demandado acerca de su deseo de
ejercer su respectivo poder de excepción, y con él, su derecho de defensa.

Se la ha definido como un “acto procesal mediante el cual quien ha sido


demandado (convenido) opone a la pretensión del actor la propia
pretensión de sentencia declarativa de certeza negativa: desestimación de
la demanda”.

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 Ante la notificación de la demanda, el demandado puede:

 No comparecer, por lo que a pedido del actor puede incurrir en


rebeldía.

 Comparecer, pudiendo luego de ello:

a- Oponer excepciones previas.

b- No contestar el traslado de la demanda o hacerlo de modo no


correcto.

c- Allanarse, lo que implica aceptar la demanda en todos sus


términos; el allanamiento también puede ser parcial, es decir,
acepta alguno de los hechos.

d- Niega cada uno de los hechos.

e- Reconoce algunos hechos y niega otros.

f- Reconoce hechos pero les niega trascendencia en el derecho


pretendido.

g- Reconoce hechos pero alega otros impeditivos o extintivos de la


relación jurídica como la prescripción o el pago.

h- Responde con afirmaciones que se oponen o resultan negativas a


las efectuadas por el actor.

i- Reconviene, es decir, contrademanda.

En nuestro CPCCba se encuentra contemplada en el art. 192, el que


expresamente señala que “en la contestación, el demandado deberá
confesar o negar categóricamente los hechos afirmados en la demanda,
bajo pena de que su silencio o respuestas evasivas puedan ser tomadas
como confesión.

La negativa general no satisface tal exigencia.

Deberá también reconocer o negar categóricamente la autenticidad de los


documentos acompañados que se le atribuyan y la recepción de las cartas y
telegramas a él dirigidos que se acompañen, bajo pena de tenerlos por
reconocidos o recibidos, según el caso”.

 Manifestación sobre los hechos: confesión o negación categórica: El


demandado debe efectuar sus manifestaciones sobre cada uno de los
hechos expresados en la demanda, de una manera rotunda y terminante,
sin vacilaciones ni reservas. Esas manifestaciones pueden consistir en
afirmaciones, aserciones o confesión. Reconocido un hecho por el

19
demandado se excluye respecto de él la prueba, puesto que desaparece
respecto de ese hecho el carácter controvertido.

Si la manifestación consiste en una negación u oposición estamos ante la


expresión amplia de la defensa, que se exterioriza como la oposición al
progreso de la pretensión del actor. La negación debe serlo de cada uno de
los hechos en particular, o de un conjunto de hechos que constituyan una
unidad. La negativa general, lo dice el art. 192, no satisface la exigencia y
produce al demandado el perjuicio señalado para el caso de silencio o
respuestas evasivas.

El perjuicio consiste en crear una presunción en contra del demandado, en


tanto supone confesión de los hechos sobre los que guardó silencio, vaciló
o incluyó en una negación genérica. Estas situaciones pueden ser tomadas
por el juez como confesión, lo que dependerá de los demás elementos de
valoración en el momento de dictar sentencia. Ahora bien, es distinta esta
situación de la que se presenta en el caso de reconocimiento de firma o
absolución de posiciones, para los cuales la ley establece, de manera
definitiva, que si el demandado no comparece o contesta evasivamente, se
lo tendrá por confeso.

 Manifestación sobre los documentos: el demandado tiene la carga de


manifestar acerca de ellos, debiendo distinguirse entre documentos
privados y públicos.

 Respecto a los primeros, si se le atribuyen deberá expresar si son


auténticos; en cuanto a la firma y al contenido. El código prevé la
pericial caligráfica e subsidio en caso de no reconocimiento del
documento.

 Respecto a los públicos; habrá que distinguir si se trata de falsedad


material, en cuyo caso habrá que plantear el incidente de
redargución de falsedad, lo que implica un ataque directo al oficial
público interviniente; si se trata de falsedad ideológica (respecto de
los dichos de los intervinientes acerca de los hechos no
presenciados por el oficial público) bastará el procedimiento
seguido para los instrumentos privados.

Defensas y excepciones no previas


El demandado puede reconocer el hecho y el derecho invocados, pero
alegar un hecho impeditivo o extintivo de la relación sustancial. Es con la
contestación de la demanda cuando el demandado puede oponer todas
aquellas excepciones que no han sido calificadas por la ley procesal como

20
de previo y especial pronunciamiento, debido que para su constatación se
requiere la apertura a prueba de la causa.

Dentro de estas llamadas defensas están la de espera, compensación,


falsedad o inhabilidad de título, nulidad, inconstitucionalidad, pago,
novación, remisión de deuda, etc.

De tal modo, queda trabada la Litis, es decir, se integra y perfecciona la


relación jurídica procesal. Se pierde el derecho a oponer la prescripción y
se establece de modo definitivo el aspecto fáctico del debate, respecto del
cual recaerá la prueba y la sentencia; es decir, fija las pautas del objeto
litigioso.

Reconvención
Alsina dice que se trata de “una demanda que introduce el demandado en
su contestación, y constituye un caso de pluralidad de Litis en un proceso
entre las mismas partes”. Pluralidad de Litis en tanto se trata de
pretensiones distintas, la reconvenida puede o no tener relación con la
planteada por el actor.

Es una contestación, que además de negar los hechos, el demandado


asume una posición de ataque hacia el actor. Es una acción que puede
ejercerse de modo independiente, pero que se admite en el presente
proceso por cuestiones de economía procesal, y por la cual el demandado
asume el carácter de sujeto activo.

Produce los mismos efectos procesales y sustanciales que la demanda. Se


traba una nueva Litis a resolverse en la sentencia definitiva, conjuntamente
con la demanda, pero en forma independiente al resultado de ésta.

2.3. La defensa en el proceso penal.


La excepción en materia penal, por las características de orden público que
el proceso penal involucra, determina que en la mayoría de los casos el
imputado penal tiene el deber legal de comparecer o en otros hasta puede
ser detenido a tal efecto, o inclusive su ausencia puede determinar la
paralización del proceso. Estas circunstancias determinan que no pueda
asignarse la categoría de carga procesal, Standard indiscutible en el
proceso civil, son que según las contingencias del caso concreto podrá
manifestarse como un poder y a la vez como un deber.

En este enfoque, el primer deber esencial del imputado es el de


comparecer ante el llamado del juez, aunque el incumplimiento de ese

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deber no da lugar a sanciones procesales ni disciplinarias; no puede dar
origen a caducidad alguna, puesto que la defensa es inviolable y no hay
juicio en rebeldía del imputado, sin perjuicio de los efectos que pueda
producir.

El segundo deber se manifiesta en la sujeción a medidas coercitivas. Tiene


el deber de someterse a ellas, no obstante su simple condición de
sospechoso.

Por otra parte, también el imputado es titular de poderes que inciden


sobre el contenido formal del proceso y que responden a intereses
tutelados jurídicamente.

En este sentido le compete el derecho de defensa, concepto que abarca


tanto la defensa material como la formal. Constituyen expresión de estos
poderes el de presentarse a declarar, el de abstenerse de declarar, el de
elegir defensores y hablar con ellos, el de proponer pruebas, el de
interponer excepciones durante la investigación preparatoria, dirigir
preguntas a los tetaos durante el debate, por intermedio de su abogado, el
de hablar por última vez, antes de cierre del debate y el de recurrir. Ello
amén del poder que se manifiesta en el derecho a la libertad personal que
se ejerce conforme las disposiciones adjetivas fijadas al efecto, como
garantía del imputado.

Sin embargo, es posible señalar que la excepción penal sigue la tendencia


civilista, marcándose cada vez más nítidamente la diferencia entre
defensas y excepciones. En este sentido encontramos la regulación
específica de las denominadas excepciones que reconocen articulación
como de previo y especial pronunciamiento (art. 17 C.P.P.Cba).

El contenido del poder de excepción en este sector jurídico se manifiesta


con similar alcance al atribuido en el proceso civil, esto es en sentido
amplio o restringido, en este último caso con la oposición de específicas
excepciones.

En la primera modalidad, podrá expresarse desde la simple negativa que


formule el imputado de haber cometido el hecho antijurídico o la
participación que se le adjudica en éste, o también podrá invocar
circunstancias que atenúen o excluyan su responsabilidad penal.

En cuanto a las excepciones en sentido estricto que consagra nuestro CPP,


el mismo permite articular cuestiones previas que impiden la decisión
sobre el fondo y también cuestiones perentorias.

Las excepciones que pueden oponerse en forma de previo son por regla
general, la incompetencia de jurisdicción, falta de acción y extinción de la
pretensión penal.

22
La primera constituye un argumento susceptible de fundar la oposición al
haberse violado las normas procesales que delimitan el ámbito territorial
de la actuación del fiscal de instrucción.

La falta de acción alude a la inexistencia de la pretensión punitiva en el


sujeto que ejercita la acción penal lo cual determina la absolución del
imputado. Es el caso de cuando el ejercicio de la acción se verifica por
quien no se encuentra autorizado para ello (por ej., un fiscal de instrucción
intenta promover una acción privada -art. 73 del C.P.-, cuyo ejercicio está
reservado exclusivamente al ofendido penal).

Las causas extintivas se encuentran contenidas en la ley penal de fondo.


Pueden consistir en hechos naturales como la muerte, o en el transcurso
del tiempo (prescripción) o en actos de realización oficial directa (amnistía)
o en determinadas conductas (pago de la multa).

El efecto que produce el acogimiento de una excepción dilatoria es el


archivo del proceso y la libertad del imputado, sin perjuicio de que se
declaren las nulidades que correspondan.

El proceso continuará tan luego se salve el obstáculo formal al ejercicio de


la acción (art. 23 CPPCba).

En cambio si la excepción que se plantea es perentoria, dado el efecto


extintivo de esas defensas, determinará el dictado del sobreseimiento del
imputado y se ordenará ponerlo en libertad si estuviera detenido (art. 22
CPPCba).

2.4. Oposición a la pretensión en el


proceso laboral y de familia.
Las excepciones en el proceso de familia responden a la misma sistemática
del proceso civil y son tratadas como incidentes y resueltas por el juez de
familia, con apelación por ante la cámara.

La ley del fuero establece la oportunidad para su planteamiento y rige al


respecto el principio de eventualidad y la regla de la preclusión para las
que no sean allí introducidas. Opera como ley supletoria el CPCCba.

En el proceso laboral, las excepciones encuentran un trato especial en el


art. 38 de la ley 7987. El mandato especifica qué defensas pueden
deducirse como de artículo previo aunque presentan ribetes particulares.

De este modo, el juez debe relevar y ordenar subsanación de cualquier


deficiencia de la que adolezca la demanda o el trámite en general. Así,

23
debe verificar la legitimación procesal de las partes; si la demanda
adoleciera de algún defecto, el juez tiene el deber de indicar cuál es la
deficiencia y ordenar en el plazo que determine su subsanación, bajo
apercibimiento de tenerle por desistido.

2.5. Las excepciones en sentido


estricto en los distintos fueros.
 Incompetencia: Se trata de un reclamo por falta de presupuesto de
competencia, constituyendo un impedimento procesal. Cuando la
competencia es prorrogable, la cuestión debe oponerla el interesado en el
plazo legal, la falta oportuna de planteamiento de la excepción de
competencia comporta sumisión tácita a la jurisdicción del juez
interviniente. La incompetencia absoluta debe ser declarada de oficio por
el juez, sin perjuicio de que la parte lo pida.

 Falta de personería: tanto en el actor como en el demandado sólo puede


fundarse en que la parte carece de capacidad civil para estar en juicio, o en
que la representación invocada no existe o es insuficiente. Tal es el caso del
actor que es menor de edad y no está suficiente o debidamente
representado o cuando el mandato adolece de defectos de forma o la
demanda se dirige a una persona distinta de la indicada en el poder.

 Litis Pendencia: Se origina cuando existe otro proceso pendiente entre las
mismas partes, en virtud de la misma causa y por el mismo Objeto (triple
identidad). La excepción, además de evitar un desgaste jurisdiccional
innecesario, se funda en la necesidad de impedir el pronunciamiento de
fallos contradictorios.

Palacio señala los requisitos para que prospere la excepción:

o Existencia de triple identidad

o Que el primer trámite ante otro tribunal competente (en el mismo).


No procederá si en el proceso invocado para fundarla recayó
declaración de incompetencia firme, o se ha operado la caducidad
de instancia.

o Que el traslado de la demanda del primer proceso haya sido


notificada.

o Que ambos procesos sean susceptibles de sustanciarse por los


mismos trámites.

o Que las partes actúen con la misma calidad en ambos procesos.

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 Defecto legal: Tiende a lograr el cumplimiento de las formalidades
prescriptas para la interposición de la demanda, de modo de permitir el
eficaz ejercicio del derecho de defensa. Existe defecto legal cuando la
demanda es oscura, lo que impide conocer o comprender lo que se
demande, o no se precisa la cosa demandada.

Esta circunstancia vulnera el ejercicio del derecho de defensa, pues es


imposible defenderse de lo que no se conoce.

 Arraigo: Consiste en una garantía que reclama el demandado al actor que


no tiene domicilio ni bienes en la República, para que afiance su pedido, en
virtud de las eventuales responsabilidades del juicio.

 Cosa juzgada: Es el reclamo por la que se pretende que una cuestión sobre
la que recayó decisión jurisdiccional firme no sea nuevamente planteada
entre las mismas partes y por la misma causa. Firme es la resolución
jurisdiccional que no admite recurso o impugnación alguna.

Los requisitos son la triple identidad de sujeto, objeto y causa.

 Transacción: es un medio de extinción de las obligaciones y un medio


anormal de terminación del proceso. Tiene el efecto de cosa juzgada
respecto de los derechos transigidos, esto es, los dudosos y litigiosos,
aunque también admite renuncia de derechos.

 Conciliación: es como la transacción un acuerdo de partes, pero en


general, a diferencia de aquella, está prevista sólo para cuestiones de
hecho dudosas, que no impliquen la renuncia de los derechos protegidos
por el orden público –derechos no disponibles (laboral, familia).

 Desistimiento del derecho: es un acto unilateral por el cual se renuncia al


derecho que se pretendía hacer valer mediante el proceso. Al ser
unilateral, no requiere conformidad de la otra parte, pero el juez debe
examinar si el derecho renunciado es disponible.

 Pago, es el cumplimiento de la prestación que constituya el objeto de la


obligación, sea de hacer o de dar. Constituye una forma típica de extinguir
las obligaciones, el abono de una suma de dinero debida. El efecto más
importante del pago es la liberación del deudor la extinción de la
obligación, haciendo ilusorio, entonces, el derecho que se reclame en
juicio.

 Novación: Como una de la formas de extinción de las obligaciones,


consistente en la transformación de una en otra, supone una obligación
anterior que le sirve de causa y que es, la que con sus accesorias queda
extinguida. Puede referirse al cambio en el objeto o en las personas
obligadas: al del anterior deudor por otro o al del acreedor precedente por
uno distinto.

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 Renuncia: dimisión o dejación voluntaria de una cosa que se posee o de un
derecho que se tiene, está referida a toda clase de bienes, de derechos
públicos o privados o de acciones procesales. Si no tiene, si no hay
voluntad no tiene razón de ser el proceso.

 Prescripción: Establece el art. 3947 del CC: “los derechos reales y


personales se adquieren y se pierden por la prescripción. Es un medio de
adquirir un derecho o de liberarse de una obligación por el transcurso del
tiempo”. Esta disposición hace referencia a dos tipos de prescripciones: la
adquisitiva y la liberatoria, pudiendo ambas oponerse. El efecto sustancial
de la prescripción es el de extinguir la acción (la pretensión) pero no el
derecho (la obligación prescripta se transforma en obligación natural).

Nuestro CC prescribe que debe oponerse al contestar la demanda o en la


primera presentación en el juicio que haga quien intente oponerla.

2.6. Rebeldía.
En materia civil la noción de rebeldía atiende al silencio del demandado, a
su conducta omisiva planteada mediante respuestas evasivas o negativa
genérica y que procesalmente implican ausencia de contestación de la
demanda.

Las consecuencias de esta conducta pueden consistir, según las distintas


legislaciones, en:

 Tener al demandado por confeso en cuanto a los hechos de la demanda y


por aceptado el derecho expuesto por el actor. Mediante este sistema se le
impone al demandado el ejercicio del poder de excepción, con lo que
rompe la igualdad sustancial. Nuestro código de procedimiento civil,
soluciona este inconveniente.

 Tener al demandado por confeso en cuanto a los hechos de la demanda,


entendiendo esta confesión como presunción que será valorada en
conjunto con las otras pruebas reunidas. Ese sistema considera que el
silencio del demandado genera una presunción en su contra, pero al actor
le cabe la carga de probar sus afirmaciones, si no lo hace la sola presunción
no es suficiente para condenar al demandado.

Será el juez el encargado de decidir en base a los elementos de prueba


introducidos al proceso.

- Establece el art. 192 CPCCba.: Considerar la actitud omisiva como


negación de los hechos y el derecho expuestos por el actor.

¿Y quiénes pueden ser declarados rebeldes?

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Establece el art. 110 del CPCCba.: “será declarado rebelde:

o El demandado que no hubiere comparecido a estar a derecho en el


plazo que se le hubiere acordado.

o La parte que habiendo comparecido a juicio no constituyera


domicilio en el radio que corresponda.

o La parte que actuando por apoderado o representante, fuere


emplazado de acuerdo con los art. 96 o 97 (renuncia, muerte o
incapacidad del apoderado), y no compareciere en el plazo
otorgado.

o La parte que revocando el poder que hubiere otorgado no


compareciere por sí o por apoderado.

La rebeldía será declarada por decreto, a petición de parte, salvo


disposición en contrario.”

Hipótesis Práctica.
Fecha: 16/07/1982

Materia: Civil y Comercial

Carátula: Sucesión de José M. Martinoli c/ Municipalidad de Córdoba


(daños y perjuicios).

Cám. Civ. y Com. de 7ª Nom. (Córdoba)

Citar este artículo con el código: 3108

EXCEPCIÓN DE LITIS PENDENTIA - Fundamentos - Requisitos para su


procedencia –

EXCEPCIÓN DE DEFECTO LEGAL - Requisito para su procedencia.

Sumario

1. La Litis pendentia, en nuestro sistema procesal, se funda en la


posibilidad jurídica de que en dos procesos se juzgue una misma situación
de hecho y derecho, lo que puede llegar a provocar el dictado de
sentencias contradictorias, dejando librado al prudente criterio del
juzgador, según las constancias acompañadas, para que determine la
posibilidad del dictado de fallos contradictorios. Debe tratarse de dos
procesos en los cuales concurren las tres identidades clásicas de sujeto,
objeto y causa, en los que por razones de conexidad dan la posibilidad del

27
dictado de sentencia contradictorias, lo que hay que evitar para la
seguridad jurídica de las partes.

2. Si la pretensión concreta de los actores, formulada en la demanda


contenciosa administrativa sustanciada ante el Excmo. Tribunal Superior de
Justicia, es la declaración de inconstitucionalidad de una ordenanza y que
se deje sin efecto un Decreto expedido por la Comuna de esta Capital,
haciéndose la reserva de los daños y perjuicios y de la acción de
expropiación, en tanto en el sub-lite se acciona por daños y perjuicios,
resulta evidente que no existe identidad de objeto entre la pretensión del
juicio tramitado ante el Excmo. Tribunal Superior de Justicia y el presente.

3. Las exigencias del efectivo cumplimiento de las formalidades prescriptas


por el art. 155 del C.P.C. que deben tenerse en cuenta al interponer una
demanda, tienden a permitir a la contraria el eficaz ejercicio del derecho de
defensa.

4. Para la procedencia de la excepción de defecto legal, es necesario que la


demanda no sea lo suficientemente clara y precisa, colocando a la
demandada en una situación que le impida o dificulte la refutación de la
misma o la producción de las pruebas pertinentes, tratando de asegurar
que la demandada sepa lo que se solicita y que el Juez condicione el fallo a
la acción deducida.

5. Si en el sub-examen los actores no determinaron en forma clara y


concreta cada uno de los rubros indemnizatorios, lo que, indudablemente,
imposibilitó a la contraparte refutar y probar los hechos controvertidos,
resulta procedente la excepción de defecto legal planteada.

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3. Sujetos del proceso.
3.1. Sujetos Procesales: esenciales y
eventuales. Atribuciones y sujeciones.
El título de sujetos necesarios o esenciales y eventuales, se trata en forma
directa con el concepto lógico de proceso, es decir, son necesarios para la
existencia de un proceso dos partes que debaten en perfecto pie de
igualdad ante un tercero que reviste el carácter de autoridad y que es
como ya se ha dicho imparcial e independiente.

Son necesarios y esenciales

o la parte actora, o quien acusa,

o el demandado o ante quien se acusa o imputado en el


proceso penal;

o y ante quien ese acusa o ante quien se dirime la cuestión,


el tribunal.

Son esenciales estos tres sujetos.

Son sujetos principales o esenciales los sujetos que no pueden dejar de


intervenir en determinado proceso para que éste sea válido, aunque esta
intervención tenga cumplimiento por representación oficial, como ocurre
en los casos de rebeldía. Lo característico de estos sujetos esenciales es
que la ausencia o falta de intervención de uno de ellos, a lo menos
potencial, implica carencia o defecto de un presupuesto procesal. De aquí
que la primera parte del procedimiento judicial deba dirigirse a la
integración de todos ellos para no incurrir en invalidez de toda la actividad
posterior, y se den las condiciones para dictar la sentencia sobre el fondo.

Deben intervenir necesariamente en el proceso otras personas, aunque no


sean sujetos procesales. Se trata de colaboradores esenciales del juez y de
las partes, como lo son el secretario, el defensor penal y los asistentes
letrados de las partes privadas. Junto con estos colaboradores, lo esencial
de los sujetos integrados que podría significarse como el trípode subjetivo
integrado por el Tribunal y las dos partes iniciales: demandante o acusador,
y demandado o imputado.

No obstante lo expuesto, también nos encontramos en el escenario


procesal otros sujetos intervinientes, que serían los eventuales, como los
testigos o el querellante particular o actor civil en sede penal.

29
Los sujetos eventuales o secundarios son aquellos que pueden ingresar en
el proceso, pero que éste se puede desplegar sin su presencia. Su presencia
no resulta indispensable para el válido cumplimiento del trámite procesal y
del pronunciamiento sobre el fondo.

De tal modo, si bien sigue siendo cierto que el proceso, continuará siendo
válido aun sin la presencia de estos sujetos eventuales, cuando su
intervención está autorizada por la ley en los casos específicos y se han
cumplido las condiciones establecidas, no puede ser evitada ni restringida
por el tribunal porque se así ocurriera se caerá en nulidad.

En efecto, si una parte pide la citación de un tercero conforme a lo previsto


por la ley civil, el tribunal debe proveer a la citación observando todos los
recaudos legales para asegurar su regular intervención a los fines de que
pueda ser alcanzado por los efectos de la cosa juzgada. Lo mismo puede
ocurrir con la llamada intervención espontánea. En ambos casos la nulidad
no ha de tener más extensión que la referida a esa intervención.

Estos sujetos eventuales aparecen mejor definidos en el proceso penal.


Atento el carácter accesorio de la acción civil cuando es ejercida en el
proceso penal, los sujetos que se introducen exclusivamente con motivo de
la cuestión emergente del supuesto hecho delictuoso son considerados
eventuales. Tal es el caso del actor civil y el tercero civilmente demandado.
También resulta ser eventual o secundario el querellante particular cuando
se autoriza su intervención en los procesos penales por delitos
perseguibles por acción pública.

3.2. Sujetos en el proceso civil,


familiar y laboral: las partes:
definición, legitimación procesal y
sustancial, diferencias. Legitimación
individual y colectiva (intereses
difusos). Sustitución y sucesión
procesal. Cargas procesales.
El concepto de parte viene determinado por la titularidad de las
pretensiones y prestaciones conflictivas que, faltando la realidad del
conflicto, se reducen a la pretensión estrictamente procesal. Puede
tratarse de un individuo físico o una persona jurídica.

30
El carácter de parte debe ser esencialmente de carácter formal, con total
independencia de la relación material debatida.

Según Chiovenda, parte es la que demanda en nombre propio (o en cuyo


nombre se demanda) una actuación de la ley y aquél frente al cual ésta es
demandada.

En el marco de los sujetos procesales sólo es parte el titular de la


pretensión (quien demanda y aquél contra quien se demanda) y no quien
lo hace por otro, de allí que no es parte procesal el abogado patrocinante
ni el apoderado o representante de la parte propiamente dicha.

El concepto formal de parte es evidente en el plano procesal.

En lo que hace a caracteres, le son propios los siguientes:

 Son duales: siempre son dos, actor y demandado, siempre hay


alguien que pretende (actor) y otro contra quien se pretende
(demandado). Las partes siempre son dos por más que en cada polo
existe más de una persona.

 Son antagónicas: siempre se encuentran enfrentadas, una pretende


y la otra se resiste a esa pretensión, de lo contrario “no hay proceso
si las partes inicialmente están de acuerdo entre ellas”.

 Son iguales: la igualdad deriva de la manda constitucional de


declaración de igualdad ante la ley.

Legitimación procesal y sustancial. Definición.


Diferencias
Generalmente existe una confusión entre los conceptos de legitimación y
capacidad, denominándose generalmente a la capacidad procesal como
legitimatio ad procesum.

En cuanto a la legitimatio ad causam, surge el derecho sustantivo,


planteando el interrogante de si su estudio es propio de la materia
procesal. La legitimatio ad causam es presupuesto del acto a sentenciar,
pues el ejercicio de la acción es independiente de la titularidad del
derecho.

Devis Echandia afirma que puede ser parte en el proceso quien no lo sea en
la relación sustancial…porque puede demandarse sin derecho o sin
legitimación en la causa e interés sustancial y que influyen en la suerte de
las pretensiones y en el contenido de la sentencia, pero no presupuestos
de la acción ni de la calidad de parte.

31
Se deduce la conveniencia de definir a la legitimación como: “la titularidad
de la pretensión sin titularidad del derecho”

La legitimación es en realidad un presupuesto de la sentencia que acogerá


o no la pretensión, en cuanto se haya confirmado dicha titularidad, lo cual
no significa que si quien pretendió no tuvo derecho y, por ende, se le
rechazó en sentencia su pretensión, no haya sido “parte”, calidad que
revistió durante todo el proceso.

La legitimación ad causam es la condición especial que exige la ley para ser


parte. Esta legitimación resulta de la imputación normativa sustancial
mediante la cual se establece si cualquiera de las partes, o ambas, son
quienes hubieron de demandar o ser demandadas útilmente, por ello:
“como se puede apreciar, no se trata aquí de investigar si el actor o el
demandado tienen capacidad jurídica para ser parte procesal, sino si uno o
los dos son las personas ante las cuales cabe emitir útilmente la sentencia”

Legitimación ad processum

Es la “capacidad para comparecer en juicio, o sea para realizar actos


procesales con efectos jurídicos en nombre de o representado a otro”

Se trata de capacidad procesal, lo cual resulta independiente de la


legitimación. Se puede actuar, efectivamente como parte sin estar
legitimado, legitimación que surge resuelta al momento de sentenciar.

Legitimación individual y colectiva (intereses difusos)


La legitimación para actuar en el proceso y para ejercer determinadas
funciones o cargos puede manifestarse en forma individual o colectiva, es
decir, representada la parte que pretende por personas individuales,
reclamando derechos adquiridos o intereses subjetivos.

En el nuevo proceso colectivo se protegen derechos o intereses difusos.


Son aquellos derechos colectivos, que pertenecen a toda la comunidad, son
los derechos que tiene un grupo humano determinado o indeterminado de
personas, de vivir en el ambiente sano y libre de peligros que afecten a su
calidad de vida, la calidad del medio donde habitan o comparten la calidad
de vida de la generaciones futuras. Sobre todo en lo referido a los derechos
ambientales y los que tienden a proteger el medio ambiente, a evitar el
llamado daño ambiental, lo referido a la utilización racional de los recursos
naturales, la preservación del patrimonio cultural y de la diversidad
biológica, a la información y educación ambientales.

Este derecho colectivo a reclamar tiene rango constitucional, incorporado


en los art. 41, 42 y 43 C.N.

32
La acción de amparo, por ejemplo, puede ser interpuesta por el defensor
del pueblo y las asociaciones que propendan a la protección de los
derechos del ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor contra
cualquier forma de discriminación, y lo referido a los derechos de
incidencia colectiva.

De tal modo, los legitimados en el proceso son:

 El afectado: cualquiera que se sienta afectado por una


contaminación ambiental.

 El defensor del pueblo: organismo que defiende y representa en


juicio los intereses de la comunidad.

 Asociaciones con fines protectorios no lucrativos.

Sucesión procesal
Existe sucesión procesal cuando “el sujeto que ocupa efectivamente una de
las posiciones procesales originarias es reemplazado por otro u otros, a
consecuencia de un acto entre vivos o por causa de muerte que transmite
los derechos litigiosos –con consiguiente pérdida de legitimación- y
convierte al reemplazante en el nuevo legitimado para obtener una
sentencia de mérito.

En efecto, se enumeran los siguientes casos de sucesión procesal:

 La sucesión de una parte por sus herederos mortis causae. Es a


título universal.

 La sucesión de una parte que muere por el legatario del derecho


litigioso o del bien objeto del proceso. Es una sucesión mortis
causae a título particular.

 La sucesión de una parte por el cesionario mediante actos entre


vivos. La sucesión procesal se produce por convención entre quien
es parte y un tercero, a quien se le ceden y transfieren los derechos
litigiosos o el objeto mismo del litigio mediante venta, donación,
permuta, dación en pago, etc. Ahora bien, si la parte contraria no
acepta la sustitución, tradente y cesionario continúan como partes
litisconsorciales.

 La sucesión de una persona jurídica extinguida por quienes reciben


los derechos o asumen sus obligaciones discutidas en el proceso.

33
La sustitución procesal
Es el fenómeno que se produce cuando la parte procesal es reemplazada
por un tercero al cual la ley legitima a intervenir en el proceso a los fines de
ejercitar un derecho o asumir una obligación de garantía o contractual.

Estos terceros no son los “representantes” que actúan en nombre de la


parte, ni tampoco son los sucesores ni a título universal ni particular, los
cuales se manifiestan en el fenómeno de la sucesión procesal.

Es un reemplazo mediante sustitución (no continúa a la parte, sino que la


sustituye), como ocurre en el caso de la acción subrogatoria o en la citación
en garantía, en los cuales el tercero se trata en rigor de un nuevo
legitimado, con poderes propios en el proceso.

Cargas procesales
Goldschmidt afirma que “sólo existe en el proceso “cargas”, es decir
situaciones de necesidad de realizar determinado acto para evitar que
sobrevenga un perjuicio procesal. Se trata de imperativos de propio
interés. Las cargas procesales se hallan en una estrecha relación con las
posibilidades procesales, puesto que toda posibilidad impone a las partes
la carga de ser diligente para evitar su pérdida. El que puede, debe: la
ocasión obliga (es decir grava) y la más grave culpa frente a sí mismo, es la
de haber perdido la ocasión”

Las partes ingresan al proceso a los fines de debatir conforme a


determinadas reglas conocidas de antemano y a las cuales se someten.

Alvarado Velloso señala que la carga “es un imperativo que la parte tiene
respecto de sí misma”

Y nadie puede compelerla a que la cumpla, no se trata de una obligación,


pues la obligación supone que otro sujeto tiene un derecho correlativo con
esa obligación y que por ende puede exigir su cumplimiento.

El incumplimiento de la carga no genera una sanción, sino la consecuencia


de preclusión y un efecto contrario a su situación procesal.

34
3.3. Sujetos en el proceso penal.
El Tribunal
Es uno de los sujetos esenciales del proceso penal. En esta materia se
debate entre un órgano técnico (jueces de derecho), o el cumplimiento de
un mandato constitucional que es el de la institución del jurado.

El juez técnico evalúa los hechos y resuelve conforme a las reglas de la sana
crítica racional. Funda su decisión legalmente.

En el juicio por jurados, el tribunal está compuesto por ciudadanos no


letrados en derecho que resuelven la existencia del hecho conforme a su
íntima convicción, solamente expresan la inocencia o culpabilidad del
imputado.

Ahora bien, nuestro CPPCba., en su art. 369 establece que si el máximo de


la escala penal prevista para el o los delitos contenidos en la acusación
fuere de quince años de pena privativa de la libertad o superior, el tribunal
–a pedido del ministerio público, del querellante o del imputado-,
dispondrá su integración con dos jurados”

Así, junto al jurado existe el juez técnico en derecho, cuya función consiste
en dirigir el proceso, proceso que es observado por el jurado previa
decisión.

Luego de la decisión y tras la deliberación (secreta y reservada) el jurado


emite su decisión acerca de la inocencia o culpabilidad del acusado, y será
recién el juez técnico quien aplicará la ley penal mediante el
pronunciamiento de la condena fundada en derecho.

Acusador fiscal
Comprende la función procesal del ministerio público en el proceso penal,
en el cual la acción penal es asumida por el Estado en forma exclusiva.

El ministerio público tiene a su cargo el ejercicio de la acción penal, y para


ello, la fiscalía ejerce dos grandes actividades:

 Por un lado, practica la investigación penal preparatoria

 Por otro, el ejercicio de la acción penal mediante la acusación

En síntesis, es el órgano estatal competente para la persecución penal.

Así, la investigación penal preparatoria debe impedir que el delito


cometido produzca consecuencias ulteriores y reunir las pruebas útiles

35
para dar base a la acusación o determinar el sobreseimiento (art. 302
CPPCba)

De tal suerte, tiene por objeto comprobar si existe un hecho delictuoso,


establecer las circunstancias que lo califiquen, agraven o atenúen,
individualizar sus responsables, verificar las condiciones personales de los
mismos, comprobar la extensión del daño causado por el delito (art. 303
CPPCba)

Así, tras la investigación penal preparatoria, el fiscal puede solicitar el


sobreseimiento del imputado (art. 348 y 350) o determinar la elevación de
la causa a juicio (en este último caso, siempre que hubiere elementos de
convicción suficientes para sostener como probable la participación
punible del imputado en el hecho intimado (art. 354)

Promovida la acción penal, ya en el juicio la Fiscalía queda en posición de


“parte actora”, es decir acusador en contra del imputado “parte acusada”,
en un perfecto pie de igualdad entre ambas, en contradicción y duales.

Entre ellas se desarrollará el debate, ante el tribunal, quien dirige el


proceso, estándole prohibido al tribunal el despliegue de actividad
probatoria de oficio, y teniendo participación activa recién el tribunal en el
acto de sentenciar.

El imputado
Es el polo pasivo de la pretensión penal, quien es acusado por un delito.

Se mantiene en estado de inocencia hasta el momento en que se dicte


sentencia declarándolo culpable del delito del cual se le imputa, y del cual
ha otorgado el derecho de defensa.

Es sobre quien recaerá la pretensión punitiva, siendo necesario


obviamente un proceso con garantías y eficacia.

Su declaración es un elemento de descargo, siendo el principal momento


de su defensa.

En el ejercicio de su defensa, el imputado tiene derechos activos de


intervención, pudiendo hacer valer sus derechos desde el primer momento
de la persecución penal dirigida en su contra, pudiendo incluso formular
sus instancias defensivas ante el funcionario encargado de la custodia.

36
Sujetos eventuales:
El querellante particular: es el ofendido penalmente por un delito de acción
pública, sus representantes legales o mandatarios, quienes tienen la
facultad de actuar en el proceso para acreditar el hecho delictuoso y la
responsabilidad penal del imputado.

Se trata de una función coadyuvante y que no es parte, la intervención de


una persona como querellante particular no la exime del deber de declarar
como testigo, aunque en caso de sobreseimiento o absolución podrá ser
condenado por las costas que su intervención causare.

El actor civil: Puede acontecer que, con motivo de la afirmación de la


existencia de un hecho delictivo, pueda generar la afirmación de una
persona de ser titular de un derecho resarcitorio derivado de la
responsabilidad del hecho delictivo investigado.

Surge así que se puedan acumular dos procesos mediante la acumulación


pretensional de una pretensión civil de resarcimiento en el marco de un
proceso donde se debate la pretensión punitiva del Estado.

Se está frente a una demanda que contiene una acción o pretensión civil.

El actor civil es quien despliega esta pretensión indemnizatoria en el


proceso penal.

En el sistema de la provincia de Córdoba, la víctima o sus herederos


pueden constituirse en actor civil aun cuando no estuviere individualizado
el imputado; y si son varios los imputados, la pretensión resarcitoria puede
dirigirse contra alguno de ellos o contra todos.

El actor civil puede actuar en el proceso para acreditar el hecho delictuoso,


la existencia y extensión del daño pretendido y la responsabilidad civil del
demandado (art. 107 CPPCba).

3.4. Partes con pluralidad de sujetos.


Las partes son dos (actor y demandado). Una de las partes pretende y la
otra reacciona contra esa pretensión. Por eso el carácter dual de las partes,
sólo dos.

Pero, en cada una de las partes (polo activo y pasivo) puede existir más de
una persona pretendiendo o reaccionando, e incluso en ambas partes
puede existir también más de un sujeto.

Cuando en una, otra o ambas partes existe más de un sujeto, el derecho


procesal lo denomina partes con pluralidad de sujetos.

37
La parte con pluralidad de sujetos es el género, el litisconsorcio o relación
litisconsorcial es la especie. Digamos que siempre que existe litisconsorcio
(especie) nos encontramos ante una parte con pluralidad de sujetos, pero
no siempre que exista una situación de partes con pluralidad de sujetos
estaremos frente a un litisconsorcio.

El Litisconsorcio: existe litisconsorcio cuando entre varios sujetos que


ocupan una misma posición procesal se presenta un vínculo de conexidad
causal o de afinidad. Está contemplado en el art. 181 del CPCCba, el cual
trata la posibilidad de acumulación de acciones (pretensiones) en la
demanda, estableciendo que “podrá, igualmente acumularse y ejercitarse
simultáneamente las acciones que uno tenga contra varias personas o varis
contra una sola, siempre que emanen de un mismo título o se funden en
una misma causa de pedir”.

Es necesaria la conexidad causal a los fines de que esa parte con pluralidad
de sujetos se constituya en un litisconsorcio.

El mismo puede ser:

 Activo: cuando se manifiesta en el polo actor

 Pasivo: En el polo demandado

 Mixto: en ambos

 Facultativo: cuando su formación obedece a la libre voluntad de las


partes. Los actos de cada litisconsorte son independientes en sus
efectos de los demás sin beneficiar ni perjudicar al litisconsorte, la
rebeldía de uno no perjudica a los otros, los costos de pruebas
como los peritos, oficios, son a cargo del oferente. Estos efectos se
dan por tratarse de relaciones jurídicas escindibles (divisibles) y en
realidad nos encontramos ante procesos acumulados.

 Necesario: cuando lo impone la ley o la característica de


inescindibilidad de la relación o situación jurídica que constituye la
causa de la pretensión, lo que produce que al litigio resulte
imposible decidirlo válidamente sin la concurrencia de la
integración de la relación litisconsorcial. Entre varios sujetos existe
una relación sustancial única e inescindible, y la sentencia sólo
puede dictarse útilmente frente a todos los integrantes de la
relación jurídica sustancial controvertida en el proceso. Los actos
procesales de uno de los litisconsortes beneficial o perjudican a los
otros, la prueba, acreditación o confirmación de un hecho, se
analiza y valora para todos.

38
Intervención de Terceros.
Es un instituto que permite que quien es tercero al momento inicial del
proceso se incorpore a éste adquiriendo la calidad de parte.

Se trata de otorgar el derecho de defensa en sentido amplio a aquella


persona que siendo tercero acredita determinado interés a los fines de que
se le otorgue la participación de ley.

De tal modo, nuestra ley ritual establece que “declarada admisible la


intervención del tercero, éste asume la calidad de parte con sus derechos,
obligaciones, cargas, facultades y deberes, porque el propósito de la
institución consiste en brindar a aquél la protección judicial de un derecho
o interés propio”.

Clases
 Intervención espontánea o voluntaria: La intervención del tercero
es facultativa cuando el tercero se incorpora al proceso por su
propia, libre y espontánea voluntad. Adquiere las formas de :

o Adhesiva autónoma o litisconsorcial: Este tipo de intervención


implica que el tercero que ingresa al proceso lo hace
asumiendo la calidad de parte y posee independencia de
estrategia actividad procedimental respecto del sujeto con el
cual conforma el litisconsorcio.

o Adhesiva coadyuvante: este tercero al solicitar su intervención


no lo hace en forma principal. Su intervención se debe a hacer
valer un interés que puede verse perjudicado por el dictado de
una sentencia contraria a una de las partes. No adquiere una
calidad de parte plena en las mismas condiciones, sino que su
intervención es a los fines de ayudar o coadyuvar a la parte en
su relación procesal, por ello, su participación es secundaria o
accesoria a la parte y sus poderes y cargas se ven supeditadas a
la estrategia procesal de la parte a la cual coadyuvan.

o Ad excludendum: es una intervención principal, mediante la


cual el tercero opone una pretensión en contra de ambas
partes. Su intervención es autónoma respecto de ambas partes,
pues sus intereses son contrarios a los intereses de ambas
partes. El caso típico se da cuando las partes discuten su
derecho posesorio sobre un determinado inmueble. El tercero
interviene interponiendo su derecho de propiedad que excluye
para un segundo plano la discusión entre las partes para el

39
momento posterior a la determinación de la pretensión del
tercero principal o ad exludendum. Se dicta un
pronunciamiento único respecto de las tres relaciones.

 Intervención provocada o coactiva: se deriva de la citación que


realiza el tribunal a este tercero a los fines de que integre la
relación procesal adquiriendo la calidad de parte.

Esta citación puede ser efectuada, conforme las legislaciones procesales,


de oficio o a petición de parte, vinculando al tercero como consecuencia de
dicha citación a la relación procesal originaria. La sentencia que se dicte lo
vinculará con los efectos del caso juzgado.

Tercerías. Concepto, clases.


La doctrina mayoritaria trasladó el concepto a la faz subjetiva, es decir,
teniendo en cuenta a un sujeto que siendo tercero se ve perjudicado en un
derecho e intenta hacerlo valer en el proceso, en el cual se ha afectado el
dominio de un bien de su propiedad o hacer valer un derecho privilegiado a
los fines de su cancelación mediante el producido de la venta de un
determinado bien en subasta.

Su incorporación al proceso se realiza mediante la forma accidental, siendo


que el tercerista no adquiere la calidad de parte, como acontece con la
denominada intervención de terceros.

Su legitimación no es ad causam en cuanto al debate procesal, sino que


interviene accidentando el proceso, interponiendo en forma de cuya una
pretensión en contra de las partes procesales derivadas de la afectación de
un bien de su propiedad (tercería de dominio) y solicitando el preferente
pago con el producido de la subasta de un bien determinado (tercería de
mejor derecho).

Clases

 Tercería de dominio: se denomina así a la pretensión deducida en


proceso por un tercero que, en virtud de haberse afectado un bien
de su propiedad por una medida cautelar dictada en proceso,
solicita el levantamiento de dicha medida.

Está regulado en el CPCCba a partir del art. 436, prescribiendo el


art. 437 que “el tercerista debe acreditar, con instrumentos
fehacientes, conforme se trate la tercería o la clase de los bienes de
que se trate, la verosimilitud del derecho invocado, o dar garantías
por los perjuicios que pueda ocasionar la suspensión del proceso
ejecutorio, todo bajo sanción de inadmisibilidad.”

Puede incorporarse en cualquier momento mientras no haya sido


otorgada la posesión de los bienes, no obstante, si ella fuera

40
interpuesta con posterioridad a los diez días de haberse conocido la
traba cautelar o de la ejecución, o desde el rechazo del
levantamiento de embargo sin tercería, el tercerista cargará con las
costas causadas por su presentación tardía.

Se tramita por cuerda separada y en ella interviene el tercerista y


las dos partes principales del proceso.

El efecto de la interposición de la tercería de dominio, una vez


admitida ésta, es la de suspender el trámite del remate.

 Tercería de mejor derecho: procede cuando un tercero al proceso,


hace valer un privilegio o un derecho de preferencia sobre el bien o
patrimonio del ejecutado.

La finalidad no es el levantamiento de la medida cautelar, sino que


con el producido de la subasta se le pague preferentemente el
crédito que aduce con privilegio.

También se sustancia por pieza separada con la participación del


tercerista y del ejecutante y ejecutado, por el trámite del juicio
declarativo que corresponda.

El efecto es la suspensión del pago, a diferencia de la suspensión de


la subasta que es el fin de la tercería de dominio.

Interpuesta la tercería de mejor derecho, y aun no resuelta, se


procede a la subasta, pues ésta no ha sido suspendida, lo que sí se
suspende en el pago del producido de la subasta, tal cual lo
preceptúa el art. 438 del CPCCba.

Hipótesis Práctica
El caso: En grado de apelación se decidió declarar perimida la primera
instancia de la presente tercería de dominio. El tercerista dedujo recurso
de casación invocando el supuesto previsto en el inc. 3° art. 383 CPC,
esgrimiendo que se ha subsumido erróneamente el procedimiento de
tercería en la hipótesis normativa del inc. 2° del art. 339 del C. de P.C., o
sea que se la ha calificado como un incidente, y por consiguiente se ha
estimado equivocadamente que el plazo de caducidad de instancia que le
es aplicable es el de seis meses previsto en el precepto para este tipo de
trámites. Consideró que la tercería de dominio constituye al contrario un
procedimiento autónomo e independiente frente al juicio donde se trabó
el embargo cuyo levantamiento se pretende, razón por la cual debe ser
encuadrada en el supuesto del inc. 1° del art. 339, ib., y en consecuencia

41
está sometida a un término de perención de un año. La Sala Civil del TSJ
rechazó la casación.

1. La tercería de dominio es un procedimiento de naturaleza incidental que


encuadra en el "factum" del inc. 2° del art. 339 CPC., porque la propia ley
procesal ha catalogado a la tercería como un incidente en cuanto ha
incluido el capítulo III en el cual se contienen todas las normas que la
regulan dentro del título V del código, el que justamente se denomina
"incidentes" y en cuyo seno se agrupan en forma ordenada y sistemática
todos los preceptos legales correspondientes, comenzando por un régimen
general que es común a todos los incidentes (art. 426/430) y siguiendo con
una serie de capítulos destinados a regir distintas categorías de incidentes,
entre los cuales se cuentan las tercerías.

2. La tercería es susceptible de encuadrarse dentro del concepto general de


incidente que, con arreglo a las enseñanzas de la ciencia procesal, se define
en el art. 426 del C. de P.C., de modo que inversamente no es posible
calificarla como un proceso autónomo respecto del juicio principal, porque
a pesar de las características particulares que ella reviste y teniendo
presente la amplitud y generalidad que es propia del instituto del
incidente, en cuyo ámbito es dable incluir articulaciones de los más
variados tipos, es de considerar que en ella concurren los dos elementos
esenciales de los incidentes.

3. La tercería se suscita o sobreviene durante el desarrollo de un juicio


preexistente en cuanto el embargo dispuesto en éste para garantizar el
resultado práctico de la demanda motiva al tercero a presentarse en el
pleito para impetrar el levantamiento de la medida arguyendo ser el
verdadero propietario del bien afectado. Configúrase así la típica dualidad
que es connatural a los incidentes, esto es, la promoción de un
procedimiento secundario o accesorio que se inserta en un procedimiento
en curso, el que pasa, en consecuencia, a revestir el carácter de principal
frente a aquél.

4. La subordinación de la tercería al juicio principal, y por tanto su perfil


incidental, es tan acusada que una eventual extinción anormal y anticipada
del proceso donde se dispuso el embargo, por ejemplo por desistimiento
del accionante o por perención de la instancia, llevará consigo la extinción
de la tercería que no podría subsistir por sí misma al margen del principal, a
diferencia de lo que ocurre con los procesos que son verdaderamente
autónomos, la existencia de los cuales no está ligada a otro juicio (cfr. CPC.,
art. 348).

5. La pretensión del tercerista guarda inocultable conexión con el pleito


pendiente porque como es sabido persigue la cancelación de un embargo
trabado en el mismo para asegurar la eficacia del derecho que allí se
ventila. Tanto es así que de avanzar normalmente el juicio en cuyo seno se

42
decretó la medida, no podrá subastarse el bien gravado ni satisfacerse el
crédito del acreedor accionante hasta que concluya la tercería y se dilucide
definitivamente quién es el verdadero propietario de aquél (art. 438).

6. Por reunir la tercería notas tipificantes de los procesos incidentales no es


posible conceptuarla como un proceso independiente, y si bien ella reviste
algunos rasgos especiales, es de entender que éstos son irrelevantes a los
fines que nos ocupan y no empecen a la calificación que se propicia. La
circunstancia de que el tercero impetra la declaración judicial de un
derecho subjetivo que se atribuye, concretamente el dominio que invoca
respecto del bien embargado, de donde resulta que el procedimiento que
se inicia comporta un juicio declarativo o de conocimiento en cuyo ámbito
se ventila un litigio nuevo y diferente del que se canaliza en el pleito en el
cual se decretó el embargo y el que concluirá por providencia que pasará
en autoridad de cosa juzgada sustancial. Justamente en esta característica
de las tercerías se funda la tesitura que las conceptúa como un
procedimiento autónomo y las subsume en la hipótesis del inc. 1° del art.
339.

7. El hecho de que en el procedimiento se discutan cuestiones materiales y


aun cuando en él se controvierta una relación jurídica distinta de la que se
ventila en el juicio donde se ordenó el embargo, pudiendo la decisión que
recaiga a su término pasar en cosa juzgada, es indiferente a los fines de
desentrañar la naturaleza de la tercería, porque el carácter incidental de un
procedimiento no depende del tenor de las cuestiones que en él se
proponen, sino que proviene única y exclusivamente de la relación en que
él se encuentra frente al proceso preexistente de que se trata. Es sólo esa
vinculación de carácter puramente formal o procesal la que resulta
determinante a estos efectos, con abstracción de la naturaleza de las
cuestiones que puedan constituir su objeto, las que no por ser de carácter
sustancial desvirtúan aquel vínculo de dependencia y subordinación que es
esencial para tipificar los procedimientos incidentales.

8. Es irrelevante la circunstancia de que en la tercería se ventile una acción


diversa de la que se hace valer en el pleito central, en tanto lo dirimente
para identificar un incidente es la posición que el procedimiento
sobrevenido ocupa respecto del juicio en curso.

9. Carece de importancia el hecho de que las tercerías tramiten como juicio


declarativo (art. 439, 1° par.) pues éste es un aspecto puramente
extrínseco del procedimiento derivado en la circunstancia de que en él se
debate una relación jurídico sustancial que, empero, no ejerce gravitación
alguna sobre la clase de vinculación que la tercería mantiene con el pleito
en desarrollo, lo que resulta definitorio para efectuar una adecuada
diagnosis jurídica de ella; aparte de que la propia ley resta trascendencia al
trámite con que deben sustanciarse los incidentes (art. 427).

43
10. La captación de los efectos que la perención de la tercería de dominio
provoca, permite corroborar la naturaleza incidental que es dable
reconocerle. Diversamente de lo que ocurre con los procesos
verdaderamente independientes cuya caducidad no impide promoverlos
de nuevo (art. 346, inc. 1°) la tercería que ha sufrido perención no puede
ser iniciada nuevamente, tal como sucede con los auténticos incidentes
(art. 346, inc. 2°).

11. Desde el punto de vista axiológico si bien la deducción de la tercería no


suspende el desenvolvimiento del juicio principal, el que puede continuar
tramitándose normalmente, en especial durante su etapa de conocimiento
(art. 429), con todo, su pendencia impide la realización de la subasta del
bien embargado, la cual quedará suspendida hasta que la tercería concluya
y se esclarezca en forma definitiva quién es realmente el propietario de la
cosa en vía de enajenación (art. 438, inc. 1°). Por consiguiente, causando la
tercería la suspensión del remate e impidiendo por tanto la satisfacción
forzada del derecho de crédito ventilado en el juicio principal, el que
deberá esperar la terminación de la tercería, cuyo trámite puede
eventualmente transitar dos instancias y hasta radicarse en sede
extraordinaria (art. 384, 1° par.), es enteramente razonable sustraerla al
término largo de caducidad previsto por el inc. 1° del art. 339 y someterla
al contrario al plazo breve de seis meses captado en el inc. 2° del art. 339.

12. Con la contemplación de la suspensión de la subasta que se verifica en


virtud de la pendencia de la tercería y con sólo imaginar que en tal caso
pudiera ésta estar paralizada válidamente por el lapso de un año,
prolongando por añadidura durante igual tiempo aquella suspensión, se
pone en evidencia la naturaleza accesoria y secundaria que no puede dejar
de reconocerse en la tercería a pesar de las características particulares que
ella reviste, se advierte la conveniencia y oportunidad de asignarle un plazo
de perención cuya brevedad cause el menor retardo posible en el
desenlace final del pleito central.

TSJ -Sala Civil- Cba. AI 29 17/2/2005 Trib. de origen: Cám. 1° Civ. y Com.
Cba. "Tercería de dominio de Caram Manzur en autos: Bco. Francés S.A. c/
Aldo Antonio Villarreal Ejecución hipotecaria Recurso de casación"

44
4. Actos procesales.
4.1. Actos Procesales. Definición.
Elementos. Clasificación.
Alsina sostiene que en forma objetiva el acto procesal se presenta como un
hecho o una omisión, es un acontecimiento que influye en la relación
procesal; sin embargo, admite, hay ciertos hechos que influyen en ella y no
son actos procesales.

Palacio conceptualiza al acto jurídico procesal a los hechos voluntarios que


tienen por efecto directo e inmediato la constitución, el desenvolvimiento
o la extinción del proceso, sea que proceda de las partes o de los auxiliares,
del órgano judicial o de sus auxiliares, o de terceros vinculados a aquel con
motivo de una designación, citación o requerimiento destinados al
cumplimiento de una función determinada.

Este último autor citado expone los elementos del acto procesal de la
siguiente manera:

 Sujetos: se requiere que los sujetos que realizan el acto procesal


tengan aptitud para producirlo, el órgano judicial debe ser
competente, y las partes o sus representantes, ser procesalmente
capaces.

 Objeto: es la materia sobre la cual el acto procesal recae y debe ser:


idóneo (apto para lograr la finalidad) y jurídicamente posible, es
decir, no prohibido por la ley.

 Actividad: el conjunto de actos orientados hacia determinada


finalidad. La actividad procesal está constituida por una serie
gradual, progresiva y concatenada de actos jurídicos procesales,
que se conciben como una unidad coordinada y adaptable a un
proceso cualquiera. Es procesal debido a la naturaleza del objeto y a
su finalidad. Se trata de una actividad que tiende al inicio,
desarrollo y conclusión del proceso judicial y que tiene los
siguientes caracteres:

o Complejidad en su estructura

o Fraccionamiento en su contenido

o Progresividad en su desarrollo

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o Concatenación,

Clasificación
La clasificación de los actos es siempre parcial, depende de la esencia
diferenciadora. La doctrina mayoritaria la realiza desde la siguiente
distinción:

 Actos de iniciación: el acto de iniciación por excelencia es la demanda,


pero nuestro proceso civil permite la realización de una serie de actos
procesales, que pueden ser anteriores a la demanda, tales como las
medidas cautelares (por ej. el embargo preventivo).

 Actos de desarrollo: son los actos, que una vez iniciado el proceso, tratan
de conducirlo hacia un determinado fin, que no es otro que sentenciarlo y
hacer cumplir lo decidido en la causa. Estos actos requieren, a diferencia de
los de iniciación, la intervención de dos o más órganos, es decir, aunque
emanen de las partes, o sus auxiliares, o de terceros, es necesaria la
intervención del tribunal y sus auxiliares para la eficacia del acto. Ejemplo:
cuando una de las partes formula una petición, el tribunal debe ordenar el
traslado a la contraria, y si se notifica a domicilio debe realizarse la
providencia mediante un oficial notificador. Es necesaria una sub-
clasificación en:

o Actos de instrucción: importan dos actividades, por un lado que las


partes o auxiliares introduzcan al proceso datos de hecho y de
derecho y por otro lado tales datos deben ser compulsados, es decir
probados.

o Actos de dirección: son aquellos que tienen por finalidad posibilitar


la realización de los actos de instrucción y pueden subdividirse en:
actos de ordenación, de comunicación, de documentación y
cautelares.

 Actos de conclusión: tiene por objeto concluir con el trámite del proceso.
El acto de conclusión por excelencia es la sentencia que lleva siempre una
declaración de derechos, sin embargo algunas no se agotan con esa simple
declaración y necesitan de algo más, es decir, su “ejecución” que no es otra
cosa que hacer cumplir lo decidido en la causa, para lo cual es necesario, a
veces, una actividad procesal posterior, que se denomina “ejecución de
sentencia”.

46
4.2. Comunicación procesal.
Definición. Modos.
Etimológicamente es la acción y efecto de notificar.

De la Rúa la entiende como el acto procesal mediante el cual se hace


conocer de una manera auténtica una resolución jurisdiccional.

Es un acto procesal de participación de conocimiento, por lo tanto


comprende todos los medios de hacer saber a un litigante lo acordado por
el tribunal, abarcando la citación, el emplazamiento y el requerimiento.

 Comunicación o transmisión interna: dentro del proceso la


comunicación entre el tribunal, las partes y el resto de los sujetos
procesales no es directa, salvo la que se produce en los
procedimientos orales. Este tipo de comunicación, que se realiza
por distintos medios, es lo que se conoce como interna, y alcanza a
todo sujeto que se halle vinculado a la decisión del juez.

Los medios de comunicación interna son: los traslados, las vistas y


las notificaciones.

 Comunicación o transmisión externa: es la comunicación del


tribunal con autoridades o entidades ajenas al proceso y que no
pueden ser traídas dentro de él, si bien contribuyen a éste en
alguna medida. Los medios de comunicación externa son el oficio y
el exhorto.

La comunicación entre jueces (provincial, nacional e


internacional):
La comunicación es el documento de un juez o tribunal con objeto de
informar, pedir o notificar algo a otra autoridad judicial.

El exhorto es la comunicación librada por un juez y dirigida a otro juez de su


misma categoría, pero diferente jurisdicción, a fin de que practique alguna
diligencia (notificación, embargo, declaración de testigos) que deba
realizarse en la jurisdicción de éste.

Se llama mandamiento cuando se pide algo a un juez de inferior categoría,


mientras que suplicatoria a uno de mayor (v.gr. de un juez de primera
instancia a un juez de cámara).

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La notificación en el proceso. Definición. Formas.
Es uno de los actos de comunicación interna, es el acto mediante el cual se
pone en conocimiento de las partes o de terceros, el contenido de una
resolución judicial, asegurando la vigencia del principio de contradicción y
estableciendo el punto de partida para el cómputo de los plazos. La
notificación va dirigida a quien tiene el derecho de conocer la resolución o
la obligación de cumplirla.

Puede asumir diversas formas dicha notificación, según la importancia de la


resolución a comunicar:

 Notificación personal: Se la conoce como notificación “en la oficina” y la


lleva a cabo el interesado mediante diligencia en el expediente, suscripta
personalmente por él, su apoderado o patrocinante. Esta notificación suple
a cualquiera de las otras especies.

 Notificación por cédula: la cédula es un documento que consta de un


original y de una copia, y que debe contener:

o Nombre, y apellido de la persona a notificar, o designación que


corresponda; su domicilio

o Juzgado y secretaría donde se tramita el juicio.

o Carátula del asunto por su objeto.

o Transcripción del decreto o de la parte resolutiva del auto o


sentencia.

o Si se acompañan documentos, hacer la mención

o Firma del apoderado o del letrado patrocinante, síndico, tutor o


curador ad litem, en su caso con aclaración de firma. Firma del
secretario cuando fuere conveniente por razones de urgencia o por
el objeto de la providencia, o cuando la notificación fuere de oficio.

Una vez diligenciada la cédula por el notificador, el letrado retira la


copia y la agrega al expediente.

 Notificación por ministerio de la ley: es una notificación ficta, en tanto no


existe un acto real de transmisión y sólo por ficción de la ley se la tiene por
realizada.

Nuestro CPCCba establece en su art. 153 que “salvo los casos en que
proceda la notificación a domicilio, las resoluciones se considerarán
notificadas, por ministerio de la ley, el primer martes o viernes posterior al
día en que hubieren sido dictadas, o el siguiente hábil, si alguno de aquellos
fuere inhábil. No se considerará cumplida la notificación si el expediente no

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se encontrare en secretaría y se hiciere constar esa circunstancia en el libro
especial que se llevará al efecto, bajo la firma del letrado o de la parte y del
secretario”

 Notificación por edictos: aquella que se practica mediante publicaciones


por la prensa, tendientes a hacer conocer una resolución judicial a alguna
persona incierta o cuyo domicilio se ignore.

Establece el art. 152: “cuando no fuese conocido el domicilio de la persona


que deba notificarse o fuera incierta, las notificaciones se efectuarán por
edictos, cuyo texto deberá contener en forma sintética las enunciaciones
indispensables, de conformidad con la reglamentación que dicte el TSJ. Los
edictos se publicarán en el Boletín Oficial y en un diario de la ciudad que sea
sede de la circunscripción judicial donde se tramite el juicio.”

 Notificación por telegrama o carta documento: establece el art. 149 del


CPCCba: “cuando la notificación deba practicarse a personas que se
domicilian en otras localidades de la provincia, podrá hacerse por medio de
telegrama copiado o colacionado, carta documento, o carta certificada con
aviso de recibo. En el último caso a petición de parte.

Los telegramas y cartas documentos se confeccionarán de acuerdo con las


normas que rijan al respecto y contendrán los requisitos del art. 146.”

 Notificación tácita:

o Por retiro de expediente: establece el art. 151 del CPCCba: “el retiro
del expediente por el apoderado o el patrocinante, importará
notificación de todo lo actuado”.

Se diferencia de la notificación ficta en cuanto ésta se tiene por


producida sin tener en cuenta el efectivo conocimiento que el
interesado pueda tener. La tácita, atiende a que dadas
determinadas circunstancias, el interesado resulta anoticiado, en
tanto su fundamento responde a principios de celeridad y buena fe
procesales.

o Por retiro de copias de escritos por al parte, o su apoderado o


letrado, implica notificación personal de traslado que respecto del
contenido de aquellos se hubiere conferido.

o Por presentación de cédula en secretaría: establece el art. 146


CPCCba: “….la presentación de la cédula a los fines de su
diligenciamiento importará la notificación de la parte que la
suscribe, si no se hubiere notificado con anterioridad por otro
medio…”

 Notificación a miembros del ministerio público: art. 154 CPCCba.: “los


integrantes del MP serán notificados en sus despachos, debiendo

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acompañarse el respectivo expediente. A tal fin se expedirá a quien lo
presentare un control numérico en el que se hará constar la fecha de su
recepción.”

4.3. El tiempo en el proceso. Plazos


procesales.
Concepto
Son los modos de computar los intervalos en el proceso. La dimensión
temporal del proceso no es otra cosa que ese conjunto de lapsos
destinados al cumplimiento de cada acto procesal en particular. A dichos
lapsos, el código procesal les denomina “plazos”, que es el lapso que media
entre la fecha que se ordena la realización del acto procesal y aquella en
que ese se realiza, a diferencia de “término” que constituye el extremo
legal del plazo.

El art. 45 del CPCCba nos indica la forma de computar el inicio del plazo
que es a partir de su notificación (o de la última si son comunes), no
contándose el día en que se practicó la diligencia de notificación.

El art. 46 determina que “en los plazos señalados en días, se computarán


solamente los días hábiles y los fijados por meses y años se contarán sin
excepción de día alguno”.

El art. 23 prescribe que los días, meses y años se contarán para todos los
efectos legales, por el calendario gregoriano, y el art. 43 especifica que
debe entenderse por “días hábiles” todos los del año, con excepción de los
sábados, domingos y feriados o los declarados inhábiles por leyes, decretos
y resoluciones del TSJ. A diferencia del código civil que computa de
medianoche a medianoche (art. 24), el código procesal determina que las
horas hábiles son las comprendidas entre las siete y las veinte.

Clasificación. Efectos
 Si tomamos en cuenta la forma de fijación, podemos hablar de:

o Plazos legales: aquellos cuya duración se halla expresamente


establecida por la ley.

o Judiciales: aquellos que la ley permite su fijación por el tribunal.

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o Convencionales: aquellos que, por delegación legal, se le acuerda a
las partes la facultad de fijarlos de común acuerdo.

 Si vemos sus efectos, hablamos de plazos fatales y no fatales, o


prorrogables y no prorrogables: por regla general se establece que los
plazos procesales son improrrogables, pero las partes pueden cumplir el
acto motivo de la diligencia, no obstante estar vencidos, mientras no se les
haya acusado la rebeldía, salvo que fueren fatales (art. 47 CPCCba), que
son aquellos que una vez transcurrido el tiempo establecido, no puede
realizarse el acto de que se trata válidamente, es decir no se admite en
juicio la acción, excepción, recurso o derecho para que estuvieren
concedidos. Estos plazos fenecen por el mero transcurso del tiempo, sin
necesidad de declaración judicial ni de petición de parte y con ellos los
derechos que se hubieren podido utilizar.

 Si tenemos en cuenta a quienes se otorgan, distinguimos entre:

o Individuales: los plazos que se conceden independientemente a


cada parte para la ejecución de los actos procesales determinados.

o Comunes: aquellos plazos que se acuerdan en forma conjunta a


ambas partes a fin de que realicen uno o más actos procesales de la
misma índole.

 También podemos distinguir los plazos en:

o Ordinarios: cuando se encuentra previsto para los casos comunes y


normales.

o Extraordinarios: cuando atienden a circunstancias especiales, tales


como la distancia existente entre el domicilio de las partes y la sede
del tribunal.

4.4. Sanciones procesales. Definición,


clasificación. Inadmisibilidad y nulidad.
Definición. Principio y efectos.
Son conminaciones de invalidez que se ciernen sobre los actos procesales
tendientes a resguardar la regularidad del trámite. (Zinny)

Nuestro ordenamiento procesal ha receptado el sistema privatista,


mediante el cual la sanción debe ser peticionada por parte interesada,
siempre que el vicio del acto le haya producido un perjuicio; otro criterio es
el judicialista, por el cual corresponderá al juez la decisión sobre el alcance

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del vicio y la existencia del perjuicio para imponer la sanción, haya o no
habido petición de parte, según el vicio de que adolece el acto vulnere
intereses privados o, además de aquellos, se violen principios de orden
público; otro sistema es el de la legalidad, en cuanto sólo puede ser
sancionado determinado acto cuando la ley expresamente conmine con
sanción la inobservancia específica o genérica de la conducta procesal
cumplida.

Clasificación
 Caducidad: se entiende a aquella sanción que produce la ineficacia
de un acto producido extemporáneamente, es decir, fuera del plazo
perentorio o fatal dentro del cual debía realizarse. Ej.: contestar la
demanda una vez declarada la rebeldía.

 Inadmisibilidad: es la sanción por la cual se impide ab initio la


producción de efectos procesales con respecto a los actos de las
partes y sus auxiliares o de algunos terceros, no provocados por el
Tribunal, cumplidos sin observar determinados requisitos de forma
o sin tener la facultad para actuar eficazmente.

 Preclusión: sanción que produce la ineficacia de un acto procesal


porque su ejecución resulta incompatible con una conducta
procesal anterior. Ej.: oponerse a la citación del tercero hecha por la
contraparte y más tarde solicitar su citación.

 Nulidad: sanción por la cual se elimina un acto por inobservancia de


un requisito modal extrínseco relativo a su estructura exterior.

Es importante señalar que para un sector de la doctrina (Clariá Olmedo,


Alsina, Palacio) existen sólo dos sanciones procesales: la nulidad, como
sanción genérica que produce la ineficacia del acto ya cumplido, y la
inadmisibilidad, que es específica e impide que un acto viciado pueda
cumplirse válidamente. La caducidad y la preclusión serían vicios, no
sanciones, que dan lugar a la sanción de nulidad o de inadmisibilidad,
según el acto sancionable, que tiene vicios, pero puede o tiene efectos en
el proceso; y el acto inexistente, que no tiene ni puede tener efectos
jurídicos dentro del proceso (Ej. de este último, una demanda sin firma de
parte ni letrado).

Inadmisibilidad y nulidad
Inadmisibilidad es la sanción por la que se impide el ingreso jurídico del
acto al proceso y consecuentemente, que produzca efectos en él (Zinny)

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 Admite dos causales:

o Vicios en la estructura del acto, por no adecuarse al esquema legal


regulado imperativamente.

o Vicios de poder, consistente en la ausencia de la atribución para


realizar la actividad que se pretende cumplir, sea porque se ha
extinguido la posibilidad de actuar (operó la caducidad) o por
haberse agotado por su ejercicio anterior (preclusión).

 La inadmisibilidad es declarable de oficio o a petición de parte.

Nulidad: es la sanción que involucra a todas las demás que puedan ingresar
a una clasificación. Cuando el acto viciado es admitido por el tribunal, ya la
admisibilidad no puede ser aplicada, desde que el acto ha tenido ingreso
jurídico al proceso y ha producido efectos, por lo que para hacerlos cesar
deberá producirse su invalidación mediante la declaración de nulidad.

 La nulidad tiene por objeto quitar eficacia a un acto que ha ingresado al


proceso y producido efectos jurídicos procesales. Debe estar expresa en la
ley. No hay nulidades implícitas. La ley las puede establecer de modo
genérico (para todo acto) o específico (para un acto en particular).

Establece el art. 76 CPCCba: “procederá la nulidad de los actos procesales


cuando la ley prevea expresamente esa sanción o cuando el acto carezca de
los requisitos indispensables para la obtención de su finalidad, salvo que, no
obstante su irregularidad, el acto haya logrado la finalidad a la que estaba
destinado.”

 La nulidad de un acto no importará la de los anteriores o posteriores que


sean independientes de dicho acto; ni la de una parte del acto afectará las
otras partes que sean independiente de aquélla.

 Las nulidades se clasifican en:

o Genéricas, son las conminadas para todos los actos procesales. Tal
la que obliga al uso del idioma nacional, fecha de los actos
procesales, etc.

o Específicas: son las previstas de modo expreso para cada caso en


particular: nulidad de las notificaciones, nulidad de la declaración
del imputado, etc.

o Nulidades absolutas: cuando un interés público indisponible


aparece comprometido en la observancia de la forma (la forma
protege la vigencia en el proceso de los derechos y garantías
constitucionales). Revisten esencial importancia en sede penal,

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aunque las hay en civil, por ej.: no intervención del ministerio
pupilar en juicios donde están en juego intereses de los incapaces, y
tiene los siguientes caracteres:

- Son declarables de oficio en cualquier estado o grado del


proceso.

- No son subsanables

- No pueden ser consentidas ni expresa ni tácitamente

- No puede peticionarla quien dio lugar a la nulidad

Sin embargo, en todo caso, la nulidad tiene que haber producido un


perjuicio.

o Nulidades relativas:

- Nulidad declarable de oficio: aquellas nulidades provocadas por


un vicio que afecta el interés público, pero disponible por la
naturaleza de los intereses en juego (patrimoniales), ej juez la
puede declarar sin necesidad de petición de parte, pero el vicio
puede ser subsanado por el consentimiento de los interesados.

- Nulidad declarable a petición de parte: la declaración de nulidad


sólo es procedente en la medida que la parte agraviada
peticione la sanción.

Establece el art. 77 CPCCba: “la nulidad se declarará a petición


de parte, quien al promover el incidente deberá expresar el
perjuicio sufrido del que derivare el interés en obtener la
declaración o mencionar la defensa que no ha podido oponer…”

El art. 78 establece las condiciones para la procedencia del incidente de


nulidad: “el incidente debe ser promovido dentro de los cinco días de
conocido el acto viciado”.

Transcurrido dicho plazo se entenderá que ha sido consentido por la parte


interesada en la declaración de nulidad.

 No se admitirá el pedido de nulidad cuando:

o Hubiere transcurrido el plazo previsto en el art. citado.

o Fuere manifiestamente improcedente.

o El peticionante de la nulidad haya dado lugar a la misma.

o No concurran los requisitos exigidos por dicho artículo, consistentes


en:

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- Existencia de un vicio en alguno de los elementos del acto
procesal.

- Demostración de interés jurídico en la invalidación del acto;


existencia de agravio; mencionando las defensas que no se han
podido oponer con motivo de la nulidad.

- Que la nulidad no sea imputable a quien la pide.

- Falta de convalidación del acto viciado

 Las formas de alegar una nulidad son:

o El incidente: expresa Palacio que el incidente constituye la única vía


adecuada para plantear la nulidad de cualquier acto procesal
realizado en el curso de la instancia, aun cuando se haya dictado
alguna resolución interlocutoria o definitiva.

o El recurso: que en nuestro caso es absorbido por el recurso de


casación y tiende a obtener la nulidad de la sentencia por vicio de
forma o procedimiento.

o La excepción de nulidad: que prevé el CPC Nación como excepción


admisible en el juicio ejecutivo frente a la hipótesis de que mediare
incumplimiento de las normas establecidas para la preparación de
la vía ejecutiva. En nuestro código se utiliza directamente la vía
incidental.

o La acción de nulidad: vía autónoma (absorbida en el CPCCba. por el


recurso de revisión) tendiente a obtener la nulidad total o parcial de
un proceso.

 Efectos: La nulidad de un acto importa la nulidad de aquellos que sean


dependientes, que sean consecuencia directa del acto anulado.

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