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Planificar la calidad
Consiste en evaluar la ejecución completa del proyecto de forma regular para tener
plena confianza en que el proyecto cumplirá las normas de calidad relevantes. Implica
identificar las normas de calidad y legales relevantes para el proyecto. Para ello hay que
tener en cuenta la política de calidad de la organización y la descripción del producto.
Garantizar la calidad
Son las actividades implementadas en el sistema de calidad para aportar la confianza de
que el proyecto satisfará las normas de calidad importantes. Las auditorias de calidad,
entre otras, son herramientas a tener en cuenta.
Controlar la calidad
Consiste en controlar resultados específicos del proyecto para determinar si se cumple
con las normas de calidad e identificar medios para eliminar causas de ejecución no
satisfactoria. Las listas de comprobación (checklists), la inspección, las muestras
estadísticas y los análisis de tendencias basados en experiencias anteriores pueden ser
útiles en esta fase.
Una vez disponemos de todos los datos, se puede hacer un diagrama que incluya los
posibles riesgos, los bienes y servicios de que disponemos y el personal con el que
contamos. Elementos como la lógica, experiencias anteriores, duraciones cuantitativas,
juicios expertos o incluso tiempo reservado para contingencias, etc., serán de gran
ayuda para que el diagrama sea fiable.
Control de plazos
En esta tarea hay que tener en cuenta los factores de influencia que pueden generar y
determinar los cambios y luego tener capacidad de gestionarlos, actualizándolos cuando
sea necesario.
Las organizaciones perciben los riesgos en función de si son amenazas al éxito. Los
riesgos que son amenazas pueden ser aceptados si tienen una recompensa que los
justifique.
Para tener éxito, las organizaciones deben gestionar los riesgos durante todo el proyecto.
Las etapas en la gestión de riesgos son la planificación e identificación, el análisis, y la
respuesta y control.
Planificación e identificación de riesgos.
Hay que decidir cómo abordar y planificar las actividades de gestión de riesgo para el
proyecto; para ello es conveniente crear responsables de resolución de riesgos. Hay que
conocer la categoría de riesgo a la que nos enfrentamos (técnico, de calidad o de
ejecución). También hay riesgos internos (de la propia organización: coste, tiempo,
objetivos, etc.) y externos (imperativos legales, climáticos, etc.).
Análisis de riesgos
Tras su identificación, hay que conocer exactamente en qué consiste cada uno de los
riesgos, para determinar cuáles pueden afectar el proyecto y cuál es su posible impacto
(económico, de tiempo). Asimismo, habrá que identificar las posibles soluciones que
podemos aplicar.
Respuesta al riesgo
Control de riesgos
Consiste en supervisar los riesgos residuales, identificar nuevos riesgos, ejecutar los
planes de reducción de riesgos y evaluar su efectividad durante el ciclo de vida del
proyecto. Permite conocer si la respuesta se ha aplicado correctamente y si ha generado
los beneficios esperados, pero a la vez debe dar a conocer si los riesgos aparecidos hasta
el momento habían sido identificados con anterioridad. También debería incluir la
elección de estrategias alternativas, las acciones correctivas o el replanteamiento del
proyecto.
Este análisis se basa en el cálculo de todos los recursos que deberemos utilizar para
llevar a buen término un proyecto determinado (personal, aparatos, programas, etc.);
además, tendrá en cuenta las decisiones que se vayan tomando a lo largo de todo el
proceso y estudiará cuidadosamente el efecto de cada una de ellas sobre el gasto final.
Limitar el número de revisiones del diseño puede reducir el importe del proyecto a
costa de un aumento del precio de uso por parte del usuario (un precio de origen
bajo, pero un elevado precio de mantenimiento de un producto puede resultar a la
larga poco beneficioso para el productor).
Esta visión más amplia de la gestión de costes de un proyecto suele recibir el nombre de
«coste del ciclo de vida». El coste del ciclo de vida se usa para reducir costes y tiempo,
para mejorar la calidad y el proceso de ejecución del proyecto y para optimizar la toma
de decisiones.
Control de costes
Pueden usarse tanto los gráficos de barras como los lineales. Los gráficos de barras
relacionan por lo general los costes presupuestados con los actuales por subtareas,
mientras que los gráficos lineales relacionan los costes del proyecto acumulados y
planificados con los costes actuales durante un periodo de tiempo determinado.
CEPA
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