En este ensayo se busca presentar las definiciones que hace diferente a los términos de Violencia y Agresión realizando un abordaje investigativo desde el punto de vista de varios autores, de tal manera que se resalten sus conceptualizaciones. Son muchos los estudios que se han desarrollado en torno a la violencia y la agresión, así como diversos autores que desarrollan dichos términos; pese a ello, no se ha logrado establecer una definición consensual de ambos conceptos, debido a que estos pueden asumir diversas significaciones y niveles de abstracción dependiendo del contexto de su uso. (Martínez, 2016). Primeramente, de acuerdo a la etimología de la palabra agresividad, esta proviene del latín ferox, que significa el ser fuera de su modo, estado o situación natural. Por su parte, la violencia que proviene del latín violentus, se define como cualquier conducta que intenta lastimar a alguna persona, a uno mismo o a un objeto, de forma intencional. De esta forma, empezando por la idea general de violencia, la cual radica en aquella línea que destaca el uso de la fuerza o rudeza para causar daño y que “se centra en relaciones de poder mediadas por el desequilibro o desigualdad, donde unos buscan, por medio de métodos coercitivos, forzar la voluntad de los demás con el ánimo de obtener sus propios fines”, difiriendo de la agresión; la cual no está inmersa necesariamente en el ejercicio del poder. (Ramírez & Arcila 2013). Según la investigación realizada por Ortega & Mora (1997), se plantea la diferenciación entre la agresividad como componente natural, y la violencia, como comportamiento cruel y socialmente destructivo. La conducta agresiva en determinadas circunstancias es adaptativa y, en cualquier caso, constituye un elemento normal del repertorio de conductas del ser humano. Esto quiere decir que existen patrones agresivos naturales que incluyen aspectos psicobiológicos que se transforman en rasgos psicosociales del carácter. De acuerdo con punto anterior, Noroño & Otros (2002), describen la agresividad como aquella forma en la que la conducta se manifiesta de manera inadecuada y donde se encuentre un daño físico o psicológico, y que, en algunos casos, la causa de agresividad en niños es dada por problemas familiares, tales como: peleas entre pareja, alcoholismo, hijos no deseados, trastornos mentales, entre otros. Las conductas agresivas son parte de toda especie viva ya que existen estructuras biológicas que al ser estimuladas disparan una respuesta agresiva que pueden aparecer en situaciones de amenaza de territorio, alimentación, o la vida, es decir es una conducta de defensa al perder algo vital. Por tanto, la conducta agresiva no necesariamente supone una manifestación de anomalías. Las conductas violentas están muy influidas por dos factores inherentes a cualquier sociedad. Por un lado, se considera que son susceptibles de adquirirse y mantenerse a través del aprendizaje social. Por otro lado, se ha demostrado que la cultura regula el uso de la violencia a través de las normas sociales, lo que explica las grandes diferencias que existen entre las distintas culturas en las tendencias a manifestar agresión. En adición, el objetivo de una persona violenta es obtener control y poder, no necesariamente defender algo vital. Toda forma de violencia pretende mantener el poder o aumentarlo. Boggon (2006) afirma: “La violencia va hacia una persona que está en una posición inferior. Lo marca el dominio del abusador y la indefensión de la víctima atemorizada. La violencia siempre es utilizada para dominar a otro. Se reconoce en la base de todo acto violento la presencia de la discriminación, y es en la búsqueda de eliminar esas diferencias -por no poder soportarlas- que se acude a la violencia como solución”. La violencia no es un comportamiento natural del ser humano, sino que se trata de un producto cognitivo y sociocultural alimentado por los roles sociales, los valores, las ideologías, los símbolos, etc. La violencia es, por tanto, una conducta aprendida y con una gran carga de premeditación e intencionalidad (la agresividad, en cambio, es inconsciente). Podemos decir entonces que la violencia es la transformación de la agresividad para hacer daño a otro ser humano, y que genera disfunción social, es relacional y utilitaria y la encontramos en diferentes ámbitos, como por ejemplo ante el abuso sexual, el maltrato familiar, el acoso laboral, el maltrato escolar, el terrorismo, entre otros. Las personas violentas se sientes agraviadas constantemente y por aspectos que para la mayoría resultan insignificantes, reaccionan de forma desproporcionada ante situaciones de conflicto, imprevistos, cuando se les exige responsabilidades o cuando cometen un error. En conclusión, la agresividad es un instinto innato en el hombre y en los animales, mientras que la violencia es un producto humano fruto de la socialización y la cultura. Referencias Bibliográficas
Martínez, A. (2016). La violencia. Conceptualización y elementos para su estudio.
Revista Política y cultura, 46, pp. 7-31. Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/267/26748302002.pdf Noroño, N., Segundo, R., Cadalso, R. y Fernández, O., (2002). Influencia del medio familiar en niños con conductas agresivas. En: Revista Cubana de Pediatría. (74) 2. Pp. 138 – 144. Ortega Ruiz, R., & Mora Merchán, J. A. (1997). Agresividad y violencia: el problema de la victimización entre escolares. Revista de Educación, 313, 7-27. Ramírez-López, C. A., & Arcila-Rodríguez, W. O. (2013). Violencia, conflicto y agresividad en el escenario escolar. Educación y Educadores, 16(3), 411-429. Boggon, L. (2006). Violencia, agresividad y agresión: una diferenciación necesaria. XIII Jornadas de Investigación y Segundo Encuentro de Investigadores en Psicología del Mercosur. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.