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CASTAÑAS

Bertholletia excelsa
La castaña amazónica (Bertholletia excelsa) es una especie nativa de los
bosques altos de la Amazonía y se encuentra en concentraciones significativas
solo en Perú, Bolivia y Brasil. Madre de Dios es la única zona del Perú que
cuenta con árboles de castaña en concentraciones suficientes para su
aprovechamiento.
Estos árboles pueden alcanzar los 50 metros de altura, siendo entre los más
altos de la foresta. Cumplen un rol esencial en la conservación de
los bosques amazónicos, debido a que sólo producen en un ecosistema de
selva primaria.
Las castañas se regeneran de forma natural gracias al añuje, única especie de
roedor capaz de romper el duro coco en el cual están contenidas las castañas.
Una vez satisfecha su hambre, estos roedores entierran las semillas sobrantes,
las que luego germinan en un ciclo ininterrumpido de reproducción, con un
proceso de regeneración natural.
De acuerdo a la conceptualización del Forest Stewardship Council (FSC), los
bosques castañeros pertenecen a la categoría de Bosques con Alto Valor de
Conservación (BAVC), por ser zonas forestales con concentraciones
importantes de valores de biodiversidad, que albergan ecosistemas raros y
especies en vía de extinción, proporcionan servicios básicos de la naturaleza
en situaciones críticas (protección de cuencas, control de la erosión) y son
fundamentales para la satisfacción de las necesidades básicas de las
comunidades locales. Es gracias a este peculiar ecosistema que el
Departamento de Madre de Dios ha ganado el título de “Capital Nacional de la
Biodiversidad”.
Los frutos de los árboles de castaña son cocos con un diámetro entre 10 y 15
cm, dentro los cuales crecen las castañas (sus semillas), envueltas de una
cascara dura y leñosa. En cada coco se encuentran aproximadamente 18-20
castañas.
Entre diciembre y marzo, los cocos caen de los árboles; los recolectores de
castaña (conocidos como castañeros) se mudan vivir en el medio de los
bosques amazónicos, donde construyen sus campamentos y recorren vastas
áreas de selva en búsqueda de los cocos. Posteriormente los abren con un
machete, y colocan las semillas en unos sacos, que luego trasportan hasta las
plantas de procesamiento, en las ciudades cercanas (Puerto Maldonado, en el
caso del Perú).
La castaña, comercialmente conocida como Brazil nut, es la única especie en
el mercado de las nueces que proviene de la recolección silvestre, pues no es
un cultivo.
A través de su programa orgánico, CANDELA contribuye a la conservación de
los bosques castañeros y de su gran valor ambiental y social.
Beneficios y usos: Las castañas amazónicas son ricas en calorías, vitaminas,
antioxidantes y minerales. Su alto contenido calórico deriva de grasos mono-
insaturos, como el ácido oleico, que ayudan a aumentar el “colesterol bueno”
en la sangre. Entre sus vitaminas, destaca en particular la vitamina E, que da a
esta nuez propiedades antioxidantes. Las castañas amazónicas tienen altos
niveles de selenio, aliado en la prevención de cáncer y de enfermedades
circulatorias. Además del selenio, contienen otros minerales como manganeso,
potasio, calcio, hierro, fósforo y zinc y son además una excelente fuente de
vitaminas del complejo B, como la tiamina. Está demostrado que el consumo
de dos o tres castañas al día ayuda a prevenir la formación de células
cancerígenas. Pueden consumirse como un snack energético, así como en
postres y ensaladas.

La castaña es la única especie en el mercado mundial de las nueces que no se


cultiva, sino crece de manera espontánea en la foresta. Por lo tanto, quien se
dedica a esta actividad, realiza un trabajo de recolección silvestre: entre
diciembre y marzo, durante la temporada de lluvias, los castañeros y
castañeras se mudan a vivir en los campamentos que ellos mismos construyen
en la foresta y recorren amplias áreas en búsqueda de los cocos caídos.
Recolectan los cocos, los “chancan”, o sea los abren con ayuda de un machete
para encontrar las castañan y colocan las mismas en los sacos. Finalmente
llevan los sacos a nuestra planta de procesamiento de Puerto Maldonado,
capital de la región, donde procedemos con el proceso de pelado y selección
de las nueces, garantizando trazabilidad desde el bosque hasta la venta.

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