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EL JUEGO MÍMICO EN EL AULA

Hoy vamos a hablar de teatro en el aula. Generalmente cuando decimos esa palabra nos
imaginamos un escenario con actores y una obra para representar, sin embargo el teatro tiene
muchísimas otras facetas y no siempre debe terminar con una representación. El juego dramático
se puede emplear en la clase sin necesidad de público -espectador y sin que se tengan que
memorizar textos o hacer trabajosos ensayos. El juego dramático es sencillamente eso, un juego, y
cómo tal lo podemos utilizar dentro del aula para diferentes fines, por ejemplo, relajarnos después
de las tareas que requieren mucha atención del intelecto, para desentumecer los músculos y la
mente.

Uno de los juegos más interesantes y que a los niños les gusta mucho es el de la mímica. La
mimica consiste en expresar situaciones y sentimientos por medio del cuerpo, a través del
movimiento, el gesto o la expresión facial, sin utilizar las palabras o a lo sumo echando mano sólo
de alguna onomatopeyas. Con este juego aprenderán, ante todo, a conocer su propio cuerpo,
tomar conciencia de sus partes, la importancia de cada una, y después a diferenciar sentimientos y
mejorar sus relaciones con el grupo.

Frente a otros juegos que necesitan un espacio amplio, éste lo podemos hacer dentro de la
clase, y en un periodo de tiempo corto, no superior a cinco minutos.

¿Cómo empezamos?

Primero es necesario crear un ambiente tranquilo que nos ponga en situación y nos aleje de
la tarea anterior que estuviéramos haciendo. Se pueden bajar las persianas para que la clase
quede a media luz y poner una música suave que invite a relajarnos. Cuando ya hemos conseguido
el clima adecuado, el profesor va explicando una situación y los niños la van interpretando con
gestos mímicos corporales o faciales.

Aquí os dejo dos situaciones muy interesantes por si queréis hacer la prueba en clase. Veréis
que bien se lo pasan y cómo lo agradecen después de un esfuerzo intelectual. Puede que las
primeras veces se rían y no se centren mucho, pero si lo hacemos habitualmente se
acostumbrarán y terminarán centrándose y disfrutando de la actividad

EL VIAJE

Me levanto temprano porque salimos de viaje. El despertador acaba de sonar. Sin abrir los ojos,
alargo la mano y lo apago¡Uf, qué pereza! Levanto mi cuerpo, me siento. Estiro los brazos. ¡Qué
gustito me da! Pongo un pie en el suelo, después el otro...todavía están adormilados. Me quedo
así un ratito para que se despierten. Ahora... me acerco a la ventana y miro las estrellas ¡Qué
bonitas son!. Pero mi cabeza está pesada. Giro el cuello para desentumecerla.Primero hacia un
lado...luego hacia el otro...je,je, parece una peonza...Me gusta este juego, pero me marea...¡De
repente siento frío! Me encojo.Voy hacia el armario y saco mi vieja chaqueta de lana. Me la pongo
con cuidado...¡Ah, qué calorcito siento! ¡Cómo me gusta! Salgo de la habitación y veo a mamá en
el pasillo. me sonríe y yo me acerco para darle un beso. Se lo doy y la digo que la quiero mucho. Al
final del pasillo oigo llorar a mi hermanito.... ( así podemos continuar hasta que terminemos el
episodio)

(Fuente consultada: El Globo Rojo. Teatro para niños)

EL HELADO

Un vendedor de helados está colocando su mercancía afanoso. En ese momento llega una
niña. Pide un helado. El vendedor le pregunta de qué sabor. La niña se lo dice relamiéndose de
gusto. El vendedor se lo pone, hace el ademán de entregárselo pero en ese momento la niña,
después de vacilar un rato, le pide otro sabor. El vendedor se lo coloca encima del anterior. Así
ocurre sucesivas veces. El helado cada vez se va haciendo más alto. Tiene que hacer equilibrios
para que no se caiga. Se lo entrega a la niña.Ésta quiere pagar pero no`puede hacerlo con una sola
mano, y vuelve a pasar el helado al vendedor. Entre los dos, evitan que se caiga. Al final la niña
paga. Recoje su helado y se relame de gusto. Cuando trata de comerlo ve que no puede. Es
demasiado alto y cualquier movimiento le puede tirar al suelo. Pero ella sigue empeñada y lo
intenta de una manera y de otra. En ese momento viene un niño leyendo un cómic, se tropieza
con ella y el helado cae al suelo. La niña se queda muda de asombro, luego se pone a llorar y se
marcha llorando. En ese momento vienen dos o tres perros y se comen el helado.

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