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Dialnet TeoriaFeminista 3141540 PDF
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* El vínculo ineludible entre teoría fe- cio y la experiencia de las mujeres ba-
minista y movimientos sociales marca el sándose en personajes femeninos de la
inicio de estos tres volúmenes de Teoría mitología y la historia. Sin superar del
Feminista, en los que sus editoras Celia todo la mentalidad feudal de su tiempo,
Amorós y Ana de Miguel Álvarez pro- mantiene que la mujer posee las capaci-
ponen un recorrido por las distintas eta- dades necesarias para aprender las cien-
pas, reivindicaciones, logros y dificulta- cias; sin embargo, no postula de estas
des que ha pasado esta teoría crítica de la afirmaciones la exigencia del ejercicio
sociedad a lo largo de sus tres siglos de del conocimiento por parte de todo el gé-
tradición. La teoría feminista —cuyo de- nero femenino. Poullain de la Barre, dis-
sarrollo no ha sido precisamente lineal ni cípulo de Descartes, será una de las voces
uniforme— ha ido acompañada de una que continuará la crítica contra el prejui-
militancia activa de los distintos grupos cio de la desigualdad entre los sexos y
de mujeres, convirtiéndose de este modo los intereses que lo sustentan. Su afán por
en agente de cambio social. El feminis- aplicar el método cartesiano a problemas
mo, «tradicionalmente ignorado por la éticos, políticos o sociales, y su relación
historia de las ideas y de los movimientos con el círculo del movimiento de las Pre-
sociales»1, se constituye como un para- ciosas, le lleva a traspasar el umbral de lo
digma que, desde sus nuevas y propias ético para adoptar un sentido más político
categorías, pone al descubierto los idea- en su idea de igualdad. Siendo uno de los
rios sexistas, racistas y patriarcales que principales teóricos del contrato social,
funcionan en tantos discursos (filosófi- no puede sin embargo estar más lejos del
cos, científicos o políticos) y prácticas discurso de Rousseau, para quien las di-
sociales. Es así como la mirada feminista ferencias entre los sexos condicionan por
nombra, hace visible y pública la opre- completo la moral y educación de unos y
sión de las mujeres que, tradicionalmente otras. La igualdad será para Poullain de la
silenciadas y esclavizadas en el espacio Barre el rasgo más característico del lla-
privado de lo doméstico, han vivido sin mado «estado de naturaleza», igualdad
ningún tipo de reconocimiento. que con la extensión de la familia y la no
Bajo el subtítulo «De la Ilustración al participación de las mujeres en las gue-
segundo sexo» se presenta el primer vo- rras sería sustituida por la interiorización
lumen, que arranca con la narración del de las desigualdades.
llamado «memorial de agravios» para se- Las incoherencias de la ideología de
guir más tarde con la formulación de las la Revolución Francesa serán puestas en
vindicaciones feministas. Ya en 1405, en evidencia por los grupos de mujeres que,
su obra La cité des dames, Christine de autodesignadas como «Tercer Estado
Pizan2 llevaba a cabo una defensa del jui- dentro del Tercer Estado», reivindicaron
su derecho a la ciudadanía y exigieron
* Recensión realizada en el marco del pro- una y otra vez su inclusión en los discur-
yecto de investigación HUM2007-65099. sos sobre igualdad, libertad y fraternidad.
1
Celia Amorós y Ana de Miguel, «Introduc-
ción», vol. 1, p.56.
Autoras como Olympe de Gouges —que
2
Celia Amorós y Rosa Cobo, «Feminismo e fue guillotinada en 1793, dos años des-
Ilustración», vol. 1, p. 95. pués de escribir la «Declaración de los
EMPIRIA. Revista de Metodología de Ciencias Sociales. N.o 15, enero-junio, 2008, pp. 185-208.
ISSN: 1139-5737
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queda dividido. Estos debates internos tural y el análisis «de la dinámica social
darán lugar a algunas reformulaciones del en las sociedades del capitalismo del bie-
feminismo socialista y a nuevas propues- nestar»12 de Nancy Fraser, que intentará
tas como la del feminismo cultural que, conciliar las generalizaciones que se rea-
contra posiciones anteriores, mantendrá lizan sobre la base de género con las
que desde la ecuación mujer-naturaleza diferencias raciales, sociales y de com-
frente a varón-cultura pueden establecer- portamiento sexual. Desde un multicul-
se «vínculos directos entre las vidas de turalismo crítico, se propone así desve-
las mujeres, sus cuerpos y el orden natu- lar los subtextos de género que anidan en
ral» 11. Esta noción del cuerpo femenino las culturas. Y es que los profundos cam-
—han señalado las críticas— cae en la bios que desde hace unas décadas se vie-
trampa del esencialismo, repitiendo las nen produciendo en las sociedades a nivel
mismas técnicas ideológicas que some- mundial, y los que se están gestando en el
ten a las mujeres. Será éste un debate marco neoliberal globalizado en que vi-
muy vivo en el seno del feminismo de la vimos, hacen pensar en una fuente inago-
igualdad (en su redefinición de la tradi- table de desigualdades que propician fe-
cional división entre lo público y lo pri- nómenos como los dramáticos «flujos
vado), del feminismo de la diferencia y su migratorios», la emergencia de los fun-
crítica al logofalocentrismo y los femi- damentalismos o la llamada feminización
nismos posmodernos y postcoloniales. de la pobreza. Por todo ello, algunas vo-
Es en el tercer volumen de esta Teoría ces feministas apelan a una crítica con-
feminista, «De los debates sobre género al junta basada en la construcción de redes,
multiculturalismo», donde se detallan las en la solidaridad y el diálogo de mujeres
controversias en torno al concepto de gé- a nivel global.
nero. Las críticas de la antropóloga ameri- En suma, estos tres volúmenes —de
cana Gayle Rubin al psicoanálisis, al mar- imprescindible lectura para comprender
xismo y a las estructuras de parentesco de las dinámicas de las luchas de las muje-
las teorías de Lévi-Strauss, las denuncias res desde sus inicios— se hacen eco de
de Adrienne Rich a la «heterosexualidad los teorías y movimientos feministas que
obligatoria», la perspectiva de los perfor- han sometido a crítica las prácticas cul-
mativos de Judith Butler o los movimien- turales, políticas, sociales y religiosas pa-
tos queer son algunos de los frentes —por triarcales, y que aún hoy siguen desfa-
mencionarlos de manera muy sumaria— voreciendo a las mujeres en todo el
que conforman este debate. mundo.
Los problemas de género constituyen
también el eje vertebral de la crítica cul- Dácil Álamo Santana
12
11
Raquel Osborne, «Debates en torno al fe- Ramón del Castillo, «Crítica cultural y gé-
minismo cultural», vol. 2, p. 229. nero en el capitalismo tardío», vol. 3, p. 66.
EMPIRIA. Revista de Metodología de Ciencias Sociales. N.o 15, enero-junio, 2008, pp. 185-208.
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