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EPIGRAMAS
MADRID
1974
CALfMACO EPIGRAMATISTA
8 Zbidem.
9 A. KORTE y P . HANDEL,Die hellenistische Dichtung, Stuttgart, Ksner,
1960, págs. 321-322.
10 A. RFIES, La filosofía helenística, México, F . C . E., 1965l, pág. 82.
EPIGRAMAS 245
719 Para el desgraciado amor de Polifemo por Galatea, cf. Teócrito XI,
o la maravillosa recreación de Góngora. Posiblemente tanto la pieza de
Calímaco como el idilio teocnteo deriven del famoso KÚKAW de Filóxeno
(Page, Poet. Mel. Gr. 815-824). En XI 80-81 Teócrito se refiere a un tipo
de remedio para el dolor del cíclope: las canciones: 0 B ~ To a l noAú<papoq
. h o [ p a ~ v ~~v 6 tvp o ~ a/ p o r w b 6 o v , ( $ 0 ~ 66 6lÜy' 3 E[ xpvobv E 6 o ~ a v .
Su dinero, en efecto, no podría llevarle más que a soluciones ineficaces.
El canto -poesía- (la o * [ a de 111 4) sí es remedio del desamor y
panacea, ~ a v á ~ ~ contra
t a , los males del siglo (cf. n a v a ~ i q ,v. 4).
1 ~ E UPfeiffer : pou P
4 TGV apogr. : TAV P // o ~ uPfeiffer
' : U& P
SIN DINERO
1 Un fuego oculto, una herida callada (cf. Virgilio, Aen. IV 67 tacitum ...
uulnus). El poeta, bien a su pesar, comprueba cómo su corazón ha caído
de nuevo en las redes del amor.
2 Según Beckby, Calimaco se dirige aquí a Menéxeno, y Menéxeno
no es un b p h p ~ v o q , sino un amigo del poeta. El sentido, pues, es el
siguiente: 'No me abraces (podrías contagiarte tu también, Menéxeno,
de este fuego que me devora por el muchacho X)'. Gow-Page ni siquiera
mencionan esta solución. Mair, por su parte, piensa que el poeta «for
whom the fire of love has burn out, misdoubts that 'still in the ashes
live the wonted fires' and so rejects the advances of a flattereru.
3 Las conclusiones de Gow-Page respecto a Menéxeno son interesantes:
o bien es el responsable de la nueva crisis erótica de Calímaco ( v ~ p [ -
AEKE entonces se traduciría por 'complicar', 'envolver'), y el ZPGS~EVOC
es descrito -o quizá nombrado- en el lugar corrupto del v. 6; o bien
es el propio &APEVO~, y hay que corregir pákn (v. 6) por la 2.a pers.
fi&)inq (pues r ~ p h h .es también una 2.a persona).
Sin embargo, la postura de Beckby (Menéxeno = amigo del poeta, ese
tercero gris que siempre necesita el protagonista para exponerle sus
quejas, la nodriza de Fedra o el «Horatia» de Hamlet) =o deja de ser
atrayente, y posee una lógica impecable.
4 En favor de oryfprn7q Bentley ('que repta, se desliza o se arrastra
sin ruido o en silencio') actúa la metáfora del m ~ a p ó q( + ~ Ú ~ t o qh o -
~ p b y o v )del v. 3. Cf. Renehan, Greek Textual Criticism, Harvard, 1969,
págs. 123-126.
AP XII 149 3 P. Ox. 11 (1899) 221 XV 33 '@Bev-t~oiSoroq' caret P1
«Caerás. Huye, Menécratesn, dije en Panemo ', el veinte,
y en Lool el... ¿cuál? el diez
tornó el buey al arado por su gusto2. i Bien, Hermes
mío 3, bravo!
No me voy a quejar por veinte días.
AP XII 71 caret P1
2 06 o' Ernesti : O ~ KP
1 El sol que pica o pincha como una espada, el sol que abrasa.
2 Cleonico de Tesalia difiere sólo de un esqueleto en que todavía puede
lucir cabellos y barba ( = p i X ~es* ambas cosas), por descuidados que se
hallen aquéllos y ésta.
3 A a i p v : he vertido 'demonio'. En efecto, hasta la Ilustración todos
los afectos de cuerpo y espíritu se atribuían a un determinado demonio,
a un &[pov particular (el «genio» tan común en Las mil y una noches).
Robert Burton, p. ej., en pleno siglo xvn, y en su The Anatomy of the
Melancholy añrma textualmente: «Así ejercen los demonios su poder,
en mil formas distintas, y cada uno es como un león embravecido que
sigilosamente acecha su presa» (traducción de A. Portnoy, Buenos Aires,
1947, pág. 62). Es evidente que los demonios burtonianos están estrecha-
mente ligados a los ó a l ~ o v a qhelenísticos. Pues bien, un demonio retiene
aquí al poeta en su amor -desgraciad- hacia Euxíteo. Es el mismo
demonio que constriñe a su rival, Cleonico, motivándole el deseo e
impidiéndole al mismo tiempo su realización. Ambos han topado, pues,
con una misma xahaxfj e ~ ~ p o p i(v. f l 4). Permanecerán como exclusivos
los goces de la vista: un ó a l ~ o vlo ha prescrito.
4 'Te ha cautivado a ti junto (conmigo)'. De ahí que vierta 'también'
(el al de &ph~mq).
5 Calímaco recuerda la reunión en que pudo observar los síntomas
amorosos de Cleonico. Fue en e1 pasado: en v. 2 el poeta no reconocía
al de Tesalia (ha transcurrido, pues, tiempo).
6 M6~Bqp': 'bribón', entre irónico, despectivo y compasivo.
XIII
4 E T E ~ & V(Ateneo)
~V está avalado por el texto del propio erudito
de Náucratis (XV 669 d). La belleza del texto, caso de aceptar oropárov
(solución un tanto obtusa), radicaría en lo audaz de la metáfora 'todas
las rosas de su boca...'. Tras el surrealismo, todo ha cobrado significa-
ción poética, incluso la lectura rechazada y confinada al aparato critico.
El poeta reconoce los síntomas del amor...
1 Son las rosas con que fue coronado en el simposio el &?VOS (V. 1).
2 Las rosas de la guirnalda caen al suelo. Señal inequivoca de que
su poseedor está enamorado. Cf. Propercio 11 15, 51: Ac ueluti folia aren-
tes liquere corollas.
3 Proverbial.
XIV
.
Athenaeus VI1 318b al< rbv v a w l h o v . . $bpa.raL T L K a M ~ p & x o uTOÜ
Kupqvalou b r i y p a p p a oBroq Exov. 718 EM p. 664, 49 S. U. x a p ~ -
o ~ f m q' B q p a - 'Aporvóq' carent PP1
AP VI 148 caret P1
2 & Meineke : P
4 ~ ~ U E LWilamowitz
C : q+xrq P
1 M ~ v í r a qP : M ~ v ~ i ~P. qOX.
q
3 Tíj Bentley : ~ í P j ~
Menitas el de Lictos'
ha ofrecido este arco,
diciendo: «Ten, te ofrezco
arco y aljaba, Sérapis '.
5 Las flechas las retienen
los habitantes de Hésperism 4.
AP VI 150 caret P1
EL EXVOTO DE IRENE
1 .r&9p8[.ri;lBlomfield : ~ f j' A q p o b i ~ gP
2 Xipov Wilamowitz : u ~ i p o v q P : Ztpóvq Ruhnken // EIKÓV'
abrijq Salmasius : ELKOV a m q P
4 ij pau.ro6q A. Fabri : qpüq T O U ~ P // +íAqu~ P : i.qóAaooa A.
Fabn // .irava [e a a i 6 a Maas] P : ~ a v ó vSchneider // post hunc u.
lacunam statuit Bentley
4 TÓV TE -6 locus desperatus
('that kissed her breasts, her torch, and the thyrsi she once waved,
poor soul, sporting on the mountains').
- Beckby, que también acude a Schneider:
- Gow-Page:
V. 4 ij pamohq icplhqoa f ~ ó vT E x h a
texto conservador. pero elogiable, que he seguido al pie de la letra.
En aparato crítico figura tan sólo Búpouq de Bentley.
AP VI 347 caret P1
AP VI 351 caret P1
1 h s o v r á y ~ ' %va Lobeck : ?,~ovráyxovs ( o ex a) P
Para ti, soberano, que estrangulaste al león1 y al
jabalí mataste 2, me ha consagrado a mí,
maza de roble... -¿Quién? -Arquino 3. ¿Cuál?
-El cretense. -Te acepto.
1 np0 P2 : npbq P
2 E Ú ~ ~ ~ E VP2O :C aU&5p~voqP
3 há99 P : Aá9qar Lumb // ~ a y[LV P : al 6iq prv Tucker : al
p~oBi>vPorson : al T ~ ~ OJacobsV : 710~6, ~ a prv
i Salmasius : náhr
~ a ~ i L Mair
V : al ~ ( v S V prv
) Chamoux
AP VI 149 caret P1
Afirma quien aquí me ha colocado, Evéneto (pues nada
sé yo) que me ha, gallo de bronce, consagrado
a los Tindáridas, para conmemorar victoria propia l.
Y yo le creo, al vástago de Fedro, el hijo de Filóxeno.
AP VI 311 caret P1
1 S&V& P* : Calva P
3 &K &V P : 06 ~ E vWilamowitz : obx Év Mair // 6 ~ 6 a y p & O v P :
6 ~ 6 a u p f v o vBentley // 6 ~ Waltz
~ 4 : iixrar P (T fort. a posteriori inser-
tum inter n et a ) : 67crfj Meineke, fort. recte
AGORANACTE EL RODIO
AP VI 301 caret P1
1 Los grifos son los 'Cabritos', dos estrellas que forman parte de la
constelación del Auriga o Cochero, a menudo asociadas con el mal
tiempo. Los Erifos «se ponen» cuando alcanzan el horizonte, esto es,
cuando parecen sumergirse en el mar. Ello acontece en diciembre (el 22-23
según Columela XI 2). Entre los grecolatinos, los " E ~ Lo ~Haedi
L son
objeto de continuas menciones.
XXXIX
1 Tic 6': Gow-Page opinan (ad loc.) que la partícula 6f sugiere aquí
que T ~ v o v ó ? se considera la respuesta a la pregunta '¿quién eres tú?'.
En contra de este aserto, K. J. McKay, Callimachea (SO XLV 1970,
pág. 47, en su crítica a la pág. 196 del volumen-comentario de Gow-Page),
quien se pregunta por qué 66 es usado aquí en forma diferente a
XLIV 1, donde los propios Gow-Page correctamente anotan que 66
«quite often follows T L ~ , T[, in questions tinged with surprise or indigna-
tion without implying an earlier thoughtn. Suscribo la opinión de McKay
(cf. Denniston. Greek Particles, Oxford, 19542, pág. 173).
T L ~ o no v ~es~ la respuesta a la perplejidad del caminante que se topa
en su camino con una estela funeraria, sino el punto de partida de otra
perplejidad: la que, a partir de ese nombre, en principio vacío para el
poeta, llega a sanarse con los datos familiares consignados en la lápida:
padre y nación ante todo, pues al llegar a Eutímenes ya reconoce, ya
recuerda el caminante-poeta.
2 Ciudad costera del litoral N. de Lesbos, hoy Molivo (aunque hubo
otra Mij0upva cretense, al O. de la isla).
XLI
S A ~ NEL JUSTO
Waltz ad loc.: «Le passant a díi remarquer une tombe qui ne portait
aucun nom, mais seulement des attributs ou un bas-relief ne laissant
aucun doute sur le genre de mort auquel le défunt avait succombé; et
il s'étonne, tout en supposant que cet anonymat provient de ce que le
naufragé avait été enseveli par un étranger qui ne connaissait meme
pas son nom». Contra Waltz: el caminante se interesa, en efecto, por
la tumba anónima del náufrago. Pero el difunto no responde a su
pregunta. Es el propio caminante quien se contesta a sí mismo con los
únicos datos a su alcance, a saber, que Leóntico (un hombre de mar,
a buen seguro conocido n pviori de quien habla) habría recogido y
enterrado un cadáver ahogado en las riberas del océano. Sin duda,
Leóntico vio en el despojo humano una premonición, un signo de
lo que a él ha podido, puede y podrá ocurrirle en cualquier momento.
En su acto de piedad hubo «intereses» personales.
Otra solución sena suponer al marino Leóntico como único interlo-
cutor (en 3.a persona) del epigrama.
¿OSCURIDAD O LUZ?
Cf. H. N. Porter, Hesiod and Aratus (TAPhA LXXVII 1946, pp. 158-
170), estudio métrico del poema.
Nuestro epigrama, como el anterior, parece estar escrito sobre una co-
pia de una obra literaria, en este caso los Fenómenos de Arato.
5 M7) & ~ L K U : sinalefa. Cf. IV 4. Véase también Alceo, fr. 138 Page
T& 117) ' ~ S ~ K U .
Dioniso, una pequeña palabra es suficiente para el poeta
victorioso.
"He vencido" es su más largo discurso.
Pero a quien tú no alientas favorable, si alguien le pregunta
''¿cuál es tu suerte?", dice "las cosas van muy mal".
Para quien urde y teje la injusticia sea tal frase;
para mí, soberano, la braquisilabía.
AP XI 362 caret P1
Feliz Orestes en los viejos tiempos, pues, por loco que fuese,
Léucaro, no lo fue con locura excesiva,
y no ensayó la prueba en el foceo que confirma al amigo.
Un solo drama hubiese representado: al punto
5 habría perdido a su compañero. Es lo que yo he hecho,
y, aunque eran numerosos, no tengo ya más Píla-
des conmigo 4 .
i Cabras ('hijas') del Cinto, monte de Delos d e poco más de cien me-
tros de altura y de honda resonancia literaria (cf. H. Hom. Ap. 1 4 1 y A P
XV 25, 9 s.). Calímaco lo considera gran moqte (v. 3), lo cual prueba (Wil-
amowitz, Hell. Dicht. 1 175) que el poeta nunca estuvo allí. Su recuerdo es
tan sólo literario. Las cabras del monte Cinto eran famosas en la antigüe-
dad: con sus cuernos se hacía el K E P C ~ T ~de
V Delfos (Himno 11 60 s.).
2 Calímaco, que recibiría la historia del cretense Equemas de fuentes
muy antiguas, idearía una ingeniosa etimología para el nombre, muy acor-
de con su oficio: E x w v itercpa (=~Ó.gov).
3 Delos. Cf. H. Hom. Ap. 16. Ortigia es el nombre más antiguo de la
isla.
4 También el H. Hom. Ap., equivocadamente, califica el montículo
de 'grande' (v. 17).
5 Cf. McKay, Mnemosyne XXI 1968, p. 1 7 5 : "Artemis is herself trad-
itionally a huntress' (Hymn 111 8, 81,etc.), while Hymn 11, 60's. refer to
the inroads which she made into the goat population of Kynthos. The un-
certainty of where her sympathies lie inep. 62 Pf. [LXI] nicely dispelsany
momentary sentimental illusions we may entertain about the poet's finer
feelings for his subject". Así, pues, la tregua de la diosa (Artemis) se de-
bía más bien a la jubilación de su arquero -edad, enfermedad- que a cual-
quier otra motivacion ritual o misericorde. Ello no es obstaiculo que empa-
ñe la hermosa ofrenda de la pieza. Cf. XVII (ofrenda de otro arquero cre-
tense).
LXII
i Sin embargo, Erasíxeno, un " bebedor profundo " ( rbv pa&v olvo-
a h q v ) , curiosamente ha muerto por beber dos copas de vino puro, úni-
camente dos. ¿Ironía del poeta? Quizá, como noté en el aparato, la lec-
tura ob de P (antes del corrector) y d e Ateneo sea la adecuada. De ese
modo Erasíxeno, un bebedor superficial, un mal bebedor, moriría al in-
gerir las dos copas colmadas de vino no mezclado. Por otra parte, en X
437 b, Ateneo nos cuenta cómo el hindú que triunfó sobre Alejandro en
un certamen de bebidas ingirió cerca de trece litros (unos cuatro &c.)
de vino, muriendo, como es natural, cuatro días más tarde. Poco vino
puro nos parece para Erasíxeno, poco para borrarlo del mundo de los
vivos. Queda el tamaño d e las copas, o un oportuno ataque al corazón.
Cf. Gow-Page ad loc.
2 En el sentido de 'perderse a lo lejos'.
LXIII
O i í r c ~h v d u a ~ c ,KwvOnmv, WC 2.116 n o ~ i c
~ o ~ p ¿ i o S$av~~ p o i c roio6e napa npoSúpo~r.
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