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Reconocimiento de existencia

DECLARACIÓN DE LA MUERTE PRESUNTA

Nuestro ordenamiento civil desarrolla en su normatividad teorías principistas que atañen a la


realidad socio-jurídica del Perú, tal es el caso del Art. 1 del Código al afirmar que la persona
humana es sujeto de derecho desde su nacimiento y le reconoce el derecho a la vida desde su
concepción en todo en lo que le favorece , pero la atribución de los derechos patrimoniales esa
condición que nazca vivo, con esta declaración principista el Código Civil sienta las bases de la
teoría del nacimiento de nuestro Derecho Civil, Teoría insumida dentro de nuestra realidad
social y política del derecho. Esta teoría es contraria a la Teoría de la Concepción porque
juzgamos que es irreal, pero que se exhibe como muy buena y justificada en Art. I del T.P. el
Código de los Niños y los Adolescentes al señalar que la niñez empieza con la concepción que
comprende hasta los 12 años. Si aceptamos esta teoría tendremos que saber la fecha en la que
hemos sido concebidos para delimitar nuestra edad. Este imposible deja mucho que decir,
pues no se trata de la vida, que empieza con la concepción que también lo admite nuestro C.C.
sino más bien se trata de hacer del concebido un sujeto de derecho. Desde antes que haya
nacido o sea expulsado del claustro materno1.
Dejamos precisado que la persona aparece en la escena jurídica con su nacimiento como
sujeto de derecho y hasta cuándo, pues, nuestro ordenamiento Civil lo tiene sancionado
en su Art. 6l al precisar que la vida termina con la muerte, sala textual izar “La muerte
pone fin a la persona” y a partir de allí qué somos, la doctrina nos dice que somos un
objeto de especial consideración, no somos una cosa, he ahí el respeto y efectivamente
la consideración de los deudos para con el fallecido.
Ahora bien, si la muerte es el fin de la vida a partir de ésta nada somos, pues concluyó
nuestra existencia. Pero se da el caso que este infausto evento, resulta de dos supuestos
que resultan de la muerte natural y de la muerte presunta., en ambos casos se produce el
fin de la vida.
La muerta presunta. - Es el fin de la vida como consecuencia de algún evento
catastrófico, del que todas las personas sin excepción estamos expuestas por
circunstancias imprevistas
De acuerdo con la doctrina son eventos catastróficos que generan desgracias indecibles
entre otros los siguientes: la guerra, el hundimiento de embarcaciones, los terremotos y
hundimientos terráqueos, la caída de aviones, sobre todo en el mar, el desplome de los
socavones en las faenas mineras.
Procedencia de la declaración de la muerte presunta. - La solicitud de la declaración
de la, muerte presunta procede en los siguientes casos:
1.- Cuando hayan transcurrido 10 años desde las últimas noticias del desaparecido o de
5 años si el desaparecido tuviere más de 80 años de edad.
2.- Cuando hayan transcurrido 2 años si hubieran existido circunstancias constitutivas
de peligro de muerte. El plazo corre a partir del momento de la cesación del evento
catastrófico.
3.- Cuando exista certeza de la muerte de la persona sin que el cadáver sea encontrado o
reconocido.
De las hipótesis señaladas se puede advertir que para la declaración de la muerte
presunta no se requiere la declaración de ausencia, pues, existen condiciones de orden
superior que coexisten con la realidad relacionadas con el tiempo transcurrido que son
10, 5 y 2 años, respectivamente, contados desde el momento de la desaparición, según
el caso, así como las circunstancias que pudieron generar la muerte del desaparecido.
Estas circunstancias permiten el juzgador para que en la sentencia de declaración de la
muerte presunta llegue a declarar no sólo la muerte sino también para indique la fecha
probable de la muerte, incluso del lugar de la ocurrencia que se toma la del evento
catastrófico del desaparecido.
Ahora bien, en el supuesto que las pruebas aportadas al proceso no demostrasen a
criterio del juez la veracidad de lo que se demanda o solicita, el juzgador puede declarar
la ausencia insumiendo en dicha resolución lo señalado en el artículo 49 concordante
con el Art. 66 del C. C.
Consecuencias de la declaración de la muerte presunta. - Declarada la muerte presunta,
por el hecho de convalidarla con la muerte natural, resultan las siguientes
consecuencias:
1.- Declarada la muerte presunta el vínculo matrimonial queda disuelto, por
consiguiente, el viudo o la viuda, según el caso, queda en libertad para contraer nuevo
matrimonio.
2.- Fallecida la persona en aplicación de lo prescrito en el artículo 660 del C.C. se abre
la acción sucesoria.
Reconocimiento de la existencia de la persona fallecida. - Aparecida la persona cuya
muerte ha sido declarada judicialmente, nuevamente puede ser reconocida como
existente, cuyo proceso es ante el mismo juez que declaró la muerte presunta y el titular
de la acción es cualquier persona que tenga interés, el Ministerio Público o la misma
persona interesada. El sujeto pasivo o parte emplazada es la persona que solicitó la
declaración de la muerte presunta.
Declara la existencia de la persona, el matrimonio de su ex cónyuge es válido, por
cuanto al contraerse, se ejerció bajo el principio de la buena fe. Respecto al patrimonio
declarada la existencia de la persona, esta tiene la facultad de reivindicar sus bienes en
el estado en que se encuentren.
El proceso civil para la declaración de muerte presunta y el proceso de la declaración de
existencia es de proceso no contencioso como lo señala el artículo 749 Inc.5 del C.P.C.
La demanda o solicitud.-. Como cualquier demanda o solicitud que se presenta ante el
órgano jurisdiccional judicial se tienen en cuenta los supuestos que tienen señalados los
artículos 130, 131, 132,133, 424 y 425 del C.P.C. para los efectos de la admisibilidad y
para la procedencia de la acción, se debe acreditar las condiciones de la acción que se
relacionan con la titularidad del derecho y la legitimidad y el interés para obrar.Al
investigar sobre el reconocimiento de existencia, se pretende no sólo ampliar mi
conocimiento jurídico personal, sino de una u otra forma ayudar al enriquecimiento del
conocimiento colectivo; y, mostrar la importancia jurídica y social que acarrea el
reconocimiento de existencia de una persona declarada muerta presunta.
Si la declaración de muerte presunta produce los efectos de la muerte natural. El
reconocimiento de la existencia busca dejar sin efecto la declaración de muerte
presunta. El reconocimiento de existencia no es una figura jurídica muy utilizada, pero
si existente; es un procedimiento que registra la sentencia judicial que declare la
existencia de una persona declarada fallecida.
Es importante saber las observancias formales para el reconocimiento de existencia de
una persona: El oficio y parte con resolución judicial que corresponda, exhibir el DNI
del solicitante; en casos de extranjeros presentar original y copia simple del Carné de
extranjería o pasaporte y, el pago en cualquier agencia del Banco de la Nación o Banco
de Crédito del Perú.
En lo que respecta a los bienes. Se deja sin efecto la sucesión, y los bienes retornan a
posesión del propietario en el estado que se encuentren en el momento que se produce la
declaración (Según el Art. 69 del C.C.). El juez debe apreciar la buena y mala fe de las
personas que adquirieron los bienes. Si se actuó de buena fe, el reconocido no podrá
solicitar el retorno de los bienes enajenados. Si se actuó de mala fe el reconocido puede
solicitar su reivindicación.
No pasa lo mismo cuando se trata del matrimonio; ya que, si el cónyuge ha contraído
nuevo matrimonio, éste permanece válido a pesar del reconocimiento de existencia.
Pero si el cónyuge no ha contraído matrimonio, el matrimonio con la persona que
reaparece será válido (Según el Art. 68 del C.C.). El reconocimiento de la existencia es
un proceso no contencioso (ausencia de litis y controversia) que procede sólo cuando se
trate de una declaración de muerte presunta. Con el reconocimiento de la existencia se
readquiere la categoría de sujeto de derecho, la única prueba que se debe acreditar es el
de la supervivencia.
La prueba de supervivencia no requiere sólo la presencia física, sino también una
manera idónea que reivindique sus derechos; podría constituirla también el
nombramiento de un representante con posterioridad a la declaración de muerte
presunta.
Según el artículo 67 del Código Civil:
“La existencia de la persona cuya muerte hubiera sido judicialmente declarada, puede
ser reconocida a solicitud de ella, de cualquier interesado, o del Ministerio Publico. La
pretensión se tramita como proceso no contencioso, con citación de quienes solicitaron
la declaración de muerte presunta.”
El artículo 67 se refiere a la declaración de existencia de la persona cuya muerte
presunta se declaró judicialmente. La persona que reaparece está en aptitud de solicitar
la declaración de existencia. Para el efecto debe aportar la prueba de supervivencia. En
general, considero que cualquier interesado o el ministerio público están facultados para
accionar en el mismo sentido.
El artículo en referencia, bajo el supuesto de la urgente necesidad de la persona de que
se declare su existencia a fin de readquirir formalmente su categoría como sujeto de
derecho, prescribe que tal declaración se hará sin más trámite que la prueba de la
supervivencia.
Se discute en doctrina que si la declaración de existencia requiere necesariamente la
presencia física de la persona en el lugar de su domicilio o es suficiente que de alguna
manera idónea reivindique sus derechos y pruebe su supervivencia, aun encontrándose
en el extranjero y valiéndose de un representante.
Ante lo mencionado, considero que el artículo en mención no exige el retorno físico de
la persona al lugar de su domicilio por lo que será suficiente, como lo señala el indicado
artículo, que pruebe su supervivencia.
La declaración de existencia debe ser requerida ante el juez que declaró la muerte
presunta; y tramitada dentro del mismo proceso (como proceso no contencioso) en el
que se declaró su muerte. En el procedimiento respectivo deben ser citadas aquellas
personas que solicitaron tal declaración, y con citación de las personas que intervinieron
en dicho trámite, o sus herederos según el caso.
Una vez reconocida jurídicamente su existencia, sin más prueba que la certificación de
su supervivencia, la persona está expedita para reivindicar los bienes que estén en poder
de otras personas. Cuando se reconoce la existencia de la persona declarada con muerte
presunta, se le restituyen todos los derechos que con, la declaración mencionada, se
habían extinguido.
La persona vuelve a ser sujeto de derecho, centro de imputación de deberes y derechos,
y conserva los estatus jurídicos obtenidos hasta antes de su ausencia. Lo mencionado no
aplica en caso de nuevas nupcias del cónyuge; ya que el estatus matrimonial se extingue
con la declaración de muerte presunta si el cónyuge ha decidido volver a casarse (el
nuevo matrimonio es válido).

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