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SENTENCIA

CASACIÓN N° 6895-2014 HUAURA

El recurso de casación es interpuesto por el demandante Luis Alberto Rivera Quispe contra la
sentencia de vista que confirma la apelada y que; en primear instancia fue declarada
Improcedente en el proceso de Petición de Herencia, para efectos de que se le reconozca su
derecho de concurrir con los demás herederos de su causante, doña Eusebia Quispe Viviano.

Esta demanda fue declarada Improcedente tanto en primera como en segunda instancia por
considerar que el actor Luis Alberto Rivera Quispe no ha logrado probar en este proceso ser
hijo de doña Eusebia Quispe Viviano, dado que el reconocimiento contenida en la partida de
nacimiento la cual anexó como medio de prueba en su demanda no ha sido realizado por la
propia causante; sino por una tercera persona, además el actor ni ha presentado ninguna
resolución judicial que acredite que esa persona tiene una relación de filiación o legitimidad
para realizar tal declaración; dado que este reconocimiento solo es posible por la ausencia o
impedimento de los padres, lo cual esto no ha sido acreditado.

La Sala Civil en sede de instancia va a analizar el caso y va a establecer las formas de


reconocimiento de filiación extramatrimonial que están normados en nuestro Código Civil
Vigente y menciona que esta filiación puede ser probada de dos modos: 1) Por reconocimiento
voluntario y 2) Por declaración judicial que así lo declare.
En efecto, el Art. 818 del Código Civil Vigente menciona:
“Todos los hijos tienen iguales derechos sucesorios respecto de sus padres. Esta disposición
comprende a los hijos matrimoniales, a los extramatrimoniales reconocidos
voluntariamente o declarados por sentencia, respecto a la herencia del padre o la madre y
los parientes de estos, y a los hijos adoptivos “.
En este caso el señor Luis Alberto Rivera Quispe afirma ser hijo extramatrimonial de la
causante Eusebia Quispe Viviano y presenta para acreditar su entroncamiento la partida de
nacimiento que contiene el reconocimiento voluntario; sin embargo como hemos apreciado
las instancias inferiores han desestimado la idoneidad de esta partida debido a que el acto de
reconocimiento no fue realizado por la causante, sino por un familiar de la misma causante sin
que se haya acreditado alguna condición excepcional para que justifique este acto.
Si bien es cierto que la doctrina nacional menciona que el reconocimiento voluntario de un
hijo extramatrimonial es un acto jurídico unilateral, formal, facultativo, personal, individual,
puro e irrevocable; pues no es menos cierto que, por regla general se ha reconocido que el
acto de reconocimiento de hijo extramatrimonial debe ser llevado a cabo por el propio padre
o la propia madre y solo por ellos como sujetos activos naturales de tal acto, tal como lo
menciona el Art. 388 del Código Civil Vigente.
“El hijo extramatrimonial puede ser reconocido por el padre y la madre, conjuntamente o por
uno solo de ellos”, se ha admitido que, en circunstancias excepcionales, este acto puede ser
efectuado por una persona que, a pesar de no tener tal condición, se encuentra legitimado por
la ley para tal fin.
Siguiendo esta misma línea el Ar. 389 del Código Civil Vigente permite que el acto de
reconocimiento de hijo extramatrimonial puede ser practicado por los abuelos o las abuelas
de la respectiva línea cuando el padre o la madre hayan fallecido, se encuentren
desaparecidos, sean menores de 14 años o se encuentren en las causales de incapacidad
absoluta previstas en los incisos 2 y 3 de su At. 43 o de incapacidad relativa previstas en sus
incisos 2 y 3 de su Art. 44.
Esta misma regla fue recogida en el Art. 353. Del Código Civil de 1936 en los siguientes
términos:
“En caso de muerte o de incapacidad permanente del padre o la madre, el hijo ilegítimo puede
ser reconocido puede ser reconocido por el abuelo paterno o por el abuelo materno,
respectivamente, cuando estos son padres legítimos del premuerto o del incapaz”.
Es justamente el contenido normativo de este artículo el que debe ser aplicado a la solución
del presente caso, toda vez que el acto de reconocimiento contenida en la partida de
nacimiento presentada como sustento de su petitorio fue practicado durante el periodo de
vigencia de este cuerpo normativo (1941).
En efecto y en el caso concreto, se puede observar que en la partida de nacimiento se
evidencia lo siguiente:
- La partida de nacimiento contiene el acto de reconocimiento de filiación
extramatrimonial de la causante Eusebia Quispe Viviano, respecto al ahora
demandante, practicado el veintitrés de agosto de mil novecientos cuarenta y uno.
- No obstante, este reconocimiento no es practicado por la propia causante, sino por su
padre, el señor Teodoro Quispe Apumayta, quien firmo como declarante.

Además no debe de perderse de vista que en el momento en que se realizó el reconocimiento


la causante tenía 13 años de edad y en atención a lo prescrito por el Art. 9 del Código Civil de
1936 –tenía la condición de incapaz absoluta, encontrándose impedida de realizar el
reconocimiento por sí misma.
Por último el Art. 353 del Código Civil de 1936 hace referencia a “incapacidad permanente”
del padre o la madre, debe entenderse se debe entender que aquí el legislador buscaba
restringir la aplicación del supuesto de legitimidad extraordinaria, impidiendo que pueda ser
empleada en aquellos supuestos en los que la incapacidad del padre o la madre fuera
momentánea o fugaz y, por tanto, fuera fácilmente superable.
Siendo esto así se desprende que, al haber considerado inapropiado la partida de nacimiento
para acreditar que el demandante es hijo extramatrimonial de la causante, el Ad-quem ha
vulnerado lo previsto en el Art. 353 del Código Civil de 1936, incurriendo en la infracción
normativa de carácter material denunciada por el recurrente.
En merito a esto y al haberse evidenciado la existencia de infracción normativa material en la
sentencia de vista objeto de impugnación, este colegiado actúa en sede de instancia y Declara
FUNDADO el recurso de Casación interpuesto por Luis Alberto Rivera Quispe; en
consecuencia CASARON la sentencia de vista y REVOCARON la sentencia apelada que declaró
improcedente la demanda y REFORMÁNDOLA, la declaran FUNDADA; en consecuencia,
declararon que don Luis Alberto Rivera Quispe a) Tiene condición de heredero de quien en
vida fue doña Eusebia Quispe Viviano, y b)Tiene derecho a concurrir con los demás herederos
de esta última sobre las acciones y derechos correspondientes al predio rustico denominado
Parcela N° 43 del Fundo Pacasmayo, a razón de un 25% de las acciones y derechos del bien;
ordenando la inscripción de esta decisión en el Registro de Sucesiones Intestadas y el Registro
de la Propiedad Inmueble respectivos.

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