Ensayos de Derecho

La pensión alimenticia y su continuidad frente al seguimiento de

estudios de postgrado

O en términos más coloquiales ¿Mis padres deben pagarme la maestría?

Respecto a este caso, se deben analizar los distintos requisitos -generales y

específicos- de la pensión alimenticia, y consecuentemente, contraponer lo que
manda la norma con la interpretación jurisprudencial de la misma.

Primero, debemos iniciar por definir a la pensión alimenticia o alimentos:

según el articulo 472 de nuestro Código Civil “Se entiende por alimentos lo
que es indispensable para el sustento, habitación, vestido y asistencia médica,
según la situación y posibilidades de la familia. Cuando el alimentista es
menor de edad, los alimentos comprenden también su educación, instrucción
y capacitación para el trabajo.” Vemos que los alimentos comprenden una
serie de conceptos que no se limitan únicamente a víveres o comida, sin
embargo, todos estos conceptos se hallan contenidos en el monto fijado
voluntaria o judicialmente como pensión alimenticia.

Podemos decir que los alimentos son una obligación única en su género, pues
a diferencia de otras obligaciones dinerarias comunes, los alimentos se
encuentran fuertemente vinculados a derechos fundamentales como la vida,
integridad física, salud, desarrollo del proyecto de vida, entre otros, y es
debido a su importancia que quien no cumple con los alimentos comete un
delito llamado Omisión a la asistencia familiar.

Ahora, ¿A quién puedo demandar por Alimentos?

Respecto a esta cuestión existen ciertos ordenes de prelación entre los

parientes a quienes se les puede exigir el cumplimiento de la obligación
alimentaria-los mismos también nos indican quienes son los obligados-, estos
están establecidos en el articulo 475° del Código Civil: “Los alimentos, cuando
sean dos o más los obligados a darlos, se prestan en el orden siguiente: 1.- Por
el cónyuge. 2.- Por los descendientes. 3.- Por los ascendientes. 4.- Por los
hermanos.”

La norma nos coloca frente a alternativas de observancia obligatoria, pues con

el orden nos indica que los familiares ubicados en ordenes inferiores estarán
exentos de cumplir con la obligación alimentaria, siempre que el de orden
superior tenga posibilidades de cumplirla y -evidentemente- exista.

Teniendo todo esto en consideración, debemos analizar en que casos los hijos
mayores de edad pueden recibir una pensión alimenticia:

1. El hijo mayor de edad que adolece de una incapacidad física o mental:

este supuesto lo establece el articulo 473 de nuestro Código Civil, dicha
normativa demanda que la incapacidad física o mental cause la
imposibilidad, por parte del alimentista, de atender a su propia
subsistencia; en consecuencia, de encontrarnos frente a un caso en el
que la incapacidad no interfiera con el medio por el cual la persona
genera ingresos y se sustenta, no podríamos hablar de una pensión
alimenticia válidamente exigida1
2. El hijo soltero, mayor de edad y que sigue con éxito estudios de una
profesión u oficio: este supuesto esta contenido en el artículo 424 de
nuestro Código Civil, el cual establece: “Subsiste la obligación de
proveer al sostenimiento de los hijos e hijas solteros mayores de
dieciocho años que estén siguiendo con éxito estudios de una profesión
u oficio hasta los 28 años de edad;(…)” de la redacción legal podemos
desmenuzar los siguientes requisitos
a. El rango de edad: el rango de edad esta definido desde los 18
años hasta los 28, es en este margen temporal donde se deben
cumplir con los demás requisitos.
b. La condición de soltero o soltera: como hemos visto líneas arriba
en los órdenes de prelación el cónyuge es el primer obligado al
cumplimiento de la obligación alimentaria, de modo que, si el
hijo es casado ya no se podría discutir acerca de una obligación
entre padres e hijos, sino de una obligación entre cónyuges.
Sin embargo, surge la siguiente interrogante ¿Qué sucede si el
hijo no está casado, pero si convive? Ante esta interrogante,
debemos remitirnos al
c. El éxito en los estudios:

1
Por ejemplo, el caso de un artista famoso que queda ciego, pero que puede seguir componiendo e
interpretando, por lo que genera ingresos que le posibilitan su autosustento.