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CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA PUNO - Sistema

de Notificaciones Electronicas SINOE


SEDE CENTRAL JULIACA - APURIMAC/PUMACAHUA,
Secretario:CONDORI DELGADO HECTOR /Servicio Digital - Poder
Judicial del Perú
Fecha: 01/09/2017 09:13:36,Razón: RESOLUCIÓN JUDICIAL,D.Judicial:
PUNO / SAN ROMAN,FIRMA DIGITAL - CERTIFICACIÓN DEL
CONTENIDO

PODER JUDICIAL
CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE PUNO
Sala Penal de Apelaciones de la provincia de San Román–Juliaca, con competencia territorial en todo el distrito
judicial de Puno, en los procesos sobre delitos aduaneros, tributarios, de mercado y ambientales, en adición Sala Penal
Liquidadora de la zona norte.

Expediente Nº 00810-2015-32-2111-JR-PE-03
Sentenciados : Nick Fernando Pari Apaza.
Delito : Omisión de auxilio a persona en peligro o aviso a la
autoridad.
Agraviado : Q.E.V.F. Carmen Jhassel Calixta Vargas Palomino.
Procede : Segundo Juzgado Penal Unipersonal de San Román.

SENTENCIA DE VISTA N° 102- 2017

Resolución N° 18-2017.
Juliaca, treinta y uno de agosto
de dos mil diecisiete.
VISTOS; en audiencia pública: La sentencia condenatoria apelada
número ochenta y cinco guión dos mil diecisiete, contenida en la resolución
número once guión dos mil diecisiete de las páginas ciento cincuenta al ciento
sesenta y cinco del dieciséis de junio de dos mil diecisiete (cuaderno de
debate), según las reglas de procedimiento que prevé el artículo 424 del
Código Procesal Penal; y, oídos que han sido el alegato producido; en primer
lugar, al señor abogado del actor civil Carlos Chisan Orihuela a favor del actor
civil Antonio Vargas Mamani; en segundo lugar, al abogado de ahora
sentenciado Julio Santa Cruz a favor del sentenciado Nick Fernando Pari
Apaza; y, al señor Fiscal Superior Waldy Flores Peralta de la Segunda Fiscalía
Superior Penal de San Román - Juliaca, cuyos argumentos, están debidamente
registrados en el sistema de audio que forma parte de la carpeta de apelación;
examinados que han sido los actos de investigación y oídas la actuación de las
pruebas y la secuencia del juicio oral realizado por ante el Segundo Juzgado
Penal Unipersonal de esta provincia de San Román; y, finalizada la audiencia,
con el debate del caso y la votación de la causa, ha llegado la oportunidad de
prolar esta sentencia de vista.
l.- ANTECEDENTES.
1.1 Requerimiento de acusación.
El señor Fiscal Provincial Penal del Cuarto Fiscal de la Segunda
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Fiscalía Provincial Penal Corporativo de la Segunda Fiscalía Provincial Penal
de San Román - Juliaca, doctor Ernesto Rojas Cayllahua, en original de las
páginas dos al veinte y las subsanaciones correspondientes de las páginas
veintiuno al veintitrés y, veinticuatro al y veinticinco del cuaderno de debates,
formuló acusación en contra de Nick Fernando Pari Apaza, como autor del
delito de contra la vida, el cuerpo y la salud, en la modalidad de exposición a
peligro o abandono de personas en peligro y en su forma de omisión de auxilio
a persona en peligro o aviso a la autoridad, previsto y sancionado en el artículo
127 del Código Penal, en agravio de Q.E.V.F. Carmen Jhassel Calixta Vargas
Palomino, representada por su herederos Antonio Vargas Mamani y Elsa
Yolanda Palomino de Vargas, pidiendo sanción de cuatro meses de pena
privativa de libertad y en su momento el actor civil, solicitó el pago de cien mil
soles, por concepto de reparación civil a favor de la agraviada; precisando el
señor Fiscal, como hechos: Precedentes, de la revisión de los actuados, se
tiene que en fecha once de setiembre del dos mil catorce, la Q.E.V.F. Carmen
Jhassel Calixta Vargas Palomino, llegó a su domicilio sito en la urbanización
Magisterial Amauta manzana A seis, lote doce de esta ciudad de Juliaca,
diciéndole a su madre Elsa Yolanda Palomino de Vargas en horas de la
mañana del mismo día que arreglaría su departamento, mostrándose muy
alegre sin precisar la razón, viéndola su madre en un estado perfecto de salud,
quien partió a la ciudad de Puno, para visitar a sus nietos a horas diez
aproximadamente de la fecha antes indicada; existiendo en horas de la
mañana una comunicación constante vía teléfono celular mediante llamadas y
mensajes entre la occisa y el imputado, conforme se verifica del reporte de
llamadas y mensajes entre los números de celular 988-555352, 951-772131,
993-012798 y 992-794480, correspondiente los dos primeros al imputado y los
dos últimos a la finada; concomitantes, es así que, en circunstancias que la
Q.E.V.F. Carmen Jhassel Calixta Vargas Palomino se comunicaba con el
imputado Nick Fernando Pari Apaza, vía teléfono celular, la primera de las
nombradas, en horas de la tarde del día once de septiembre de dos mil
catorce, a través de mensajes de texto (noventa y cinco aproximadamente)
desde las trece horas con tres minutos, hasta las catorce horas con treinta y
cinco minutos, le escribe al imputado diciéndole: “Adiós ojala todo sería broma…o
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chantaje hoy es el día amor no hay sentido sola…Adiós Amor…”, escribiendo el
nombre de dos fármacos (pastillas) “Kysof y sertirina”, indicándole que le dio
una psiquiatra agregando, “Pero ojala aha efecto unos diezepanes ma…ya no seré tu
molestia ni de nadie siento mis ladios adormecidos…”, diciéndole en reiteradas
oportunidades que estaba mal, que se siente muy mal, indicándole además
“De veras q tome uchs pastillas… mi cuerpo se adormese … Toy votando
espumaQ…”, concurriendo el denunciado al domicilio de la finada el mismo día
a las catorce horas con cuarenta minutos aproximadamente, encontrándola en
estado de ebriedad, retirándose del referido domicilio a horas dieciséis con
treinta minutos aproximadamente del mismo día, sin haberla prestado auxilio, a
pesar de los mensajes que le habría escrito, encontrándose en la puerta con el
padre de la finada (señor Antonio Vargas Mamani), a quien como una forma de
prestar auxilio ni si quiera le comunicó que su hija Carmen Jhassel le había
escrito que había ingerido muchas pastillas (sertirina=sertralina), que se sentía
muy mal y mucho menos dio aviso a las autoridades de tales hechos, con lo
que ha omitido prestarle auxilio inmediato a la Q.E.V.F. Carmen Jhassel
Calixta Vargas Palomino, a pesar de no existir riesgo propio o de tercero, en el
momento que se encontró con la finada en su domicilio sito en la urbanización
Magisterial Amauta manzana A seis lote doce guión Juliaca, ya que la finada
se encontraba en estado de grave e inminente peligro, por las pastillas, el
alcohol (cerveza) que habría ingerido y por el estado de depresión en el que se
encontraba; y, posteriores, el imputado Nick Fernando Pari Apaza, luego de
haberse encontrado con el padre de la finada, a quien le indicó que había
venido a visitar a la Q.E.V.F. Carmen Jhassel Calixta Vargas Palomino, el
denunciado se volvió a comunicar con la finada mediante llamadas (ocho) vía
teléfono celular desde las dieciséis horas con cuarenta minutos hasta las
diecinueve horas con cuatro minutos del once de septiembre de dos mil
catorce, continuando la comunicación mediante mensajes de texto, desde las
diecinueve horas con treinta y dos minutos hasta las diecinueve horas con
cuarenta, por medio del cual, el denunciado le dice a la finada “siempre cuando
tienes algo u otras alternativas para ti es fácil decir adiós y votar todo a la basura … Y
si dice que me amas y eliges otras cosas quiere decir que amas más esas cosas… Pero
claro nunca haces nada malo… porque no es malo alejarnos…”; respondiendo la
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finada únicamente “No es así… Amor no puemmmnv NH ctmmi GC… No m.”, no
advirtiéndose ninguna otra comunicación mantenida entre la finada y el
imputado. Al día siguiente, doce de setiembre del dos mil catorce, la madre de
la agraviada a horas siete aproximadamente ingresó a la habitación de su hija
y la encontró en su cama, temblorosa e inconsciente, ingresando a la tienda de
cual es propietaria, pidiendo ayuda a la persona que ingreso, para
posteriormente llamar a un médico que es su vecino y de inmediato trasladar a
la agraviada a la clínica Americana de esta ciudad de Juliaca, ingresando por
emergencia a horas ocho con cincuenta y tres minutos, no respondiendo a los
tratamientos y medicamentos suministrados, para posteriormente fallecer el día
trece de septiembre de dos mil catorce; siendo la causa de muerte: 1.- Falla
Multiorgánica; 2.- Shock Séptico Refractario y 3.- Sepsis Severa (sic).
Acusación que es subsanada por primera vez por el señor Fiscal Provincial,
mediante escrito de las páginas veintiuno al vientres, señala: Los actos de
omisión por parte del acusado Nick Fernando Pari Apaza inician y se
consuman a horas catorce con cuarenta minutos aproximadamente del once
de setiembre del dos mil catorce, en circunstancias en que encontró a la hoy
fallecida Carmen Jhassel Calixta Vargas Palomino, en estado de ebriedad en
su domicilio de esta, siendo que el acusado tenía conocimiento que la hoy
fallecida le había indicado haber ingerido fármacos (pastillas), denominadas
“Kysol y Sertitina”, conforme se puede desprender de la transcripción de los
mensajes entre el acusado y la hoy fallecida; omitiendo prestarle auxilio
inmediato más aun que el acusado en el momento en que se retiraba del
domicilio, se encontró con el señor Antonio Vargas Mamani quien es padre de
la fallecida, a quien ha podido comunicarle la situación de inminente peligro en
que se encontraba su hija, sin embargo, ha tenido la voluntad de no hacerlo, y
de la misma forma ha continuado la comunicación mediante mensajes de
texto, con la hoy fallecida, desde las diecinueve con treinta minutos hasta las
diecinueve con cuarenta minutos, por medio del cual, la finada le responde:
“No es así… Amor no puemmmnv NH ctmmi GC … No m.”; siendo esta última
comunicación, hasta el día siguiente en que encontraron a la hoy fallecida en
su habitación a horas siete horas aproximadamente, por lo que, el acusado no
ha tenido la voluntad de auxiliar o dar aviso a sus padres a fin de que estos le
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presten auxilio. La hoy fallecida, se encontraba en inminente peligro puesto
que había fármacos (pastillas) denominadas “Kyzof y sertirina” y además había
ingerido bebidas alcohólicas lo cual obviamente pudiera ser y fue nocivo para
su vida, conforme se puede desprender del informe Pericial de Parte, de fecha
veintidós de junio de dos mil dieciséis. Que, con respecto a las causas de
muerte, basado en los documentos revisados, los hallazgos clínicos de la
historia clínica y de la necropsia post exhumación, podemos plantear las
siguientes causas de fallecimiento:
CAUSA FINAL FALLA MULTIORGANICA
SHOCK DISTRIBUTIVO
CAUSA INTERMEDIA 2:
REFRACTORIO
CAUSA INTERMEDIA 1: SINDROME SEROTONINERGICO
CAUSA BASICA: INGESTA TOXICA DE FARMACOS
AGENTE CAUSANTE ANTIDEPRESIVO-SERTRALINA

Que, conforme la bibliografía revisada sobre del síndrome serotoninérgico


luego de una ingesta de sertralina, el pronóstico es bueno cuando se
diagnostica y trata de manera temprana y oportuna, con tratamiento las
manifestaciones empiezan a revertir en las primeras veinticuatros horas y por
completo a las noventa y seis horas; situación que en este caso, no fue posible
debido a que Nick Fernando Pari Apaza, no comunicó sobre la ingesta de
fármacos ni los síntomas que presento su pareja a sus familiares. Por lo tanto,
Carmen Jhassel Calixta Vargas Palomino (treinta y siete), a pesar de esta
intoxicada y llegar al hospital en estado de coma, tenía posibilidades de
sobrevivir, pero en este caso no fue posible porque no se comunicó a los
médicos sobre la ingesta de fármacos, de los cuales tenía conocimiento su
pareja. La evidencia científica, señala que la mortalidad disminuye
fundamentalmente cuando la víctima recibe el tratamiento médico oportuno. Al
respecto de los actos de solidaridad que ha debido de efectuar el acusado Nick
Fernando Parí Apaza, la doctrina a decir de Ramiro Salinas Siccha, señala que:
“El deber de prestar auxilio debido está condicionado a que el agente pudiera hacerlo sin
riesgo personal. Esto se explica debido a que si bien el ordenamiento Jurídico impone
deberes a los ciudadanos, este no existe conductas sacrificadas ni heroicas”; en el
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presente caso, el acusado Nick Fernando Pari Apaza ha debido prestar auxilio
directamente a la hoy fallecida o en su defecto, poner de conocimiento del
peligro inminente en que se encontraba la hoy fallecida Carmen Jhassel Calixta
Vargas Palomino, en forma directa o a través de una comunicación telefónica a
los padres de esta, a fin de que estos le presten auxilio, lo cual evidentemente
no representa un riesgo para el acusado, ni mucho menos constituye un
sacrificio o acción heroica, embargo, el acusado no lo ha hecho, lo cual es
corroborado con la declaración del señor Antonio Vargas Mamani, quien
manifiesta haberse encontrado con el acusado el día once de setiembre del
dos mil catorce, a horas dieciséis con treinta minutos aproximadamente, en
circunstancias en que el declarante le menciono que había ido a visitar a su hija
(la finada), sin indicarle en el inminente peligro que se encontraba esta. Por lo
que, se concluye que el acusado Nick Fernando Parí Apaza omitió prestar
auxilio a la hoy fallecida Carmen Jhassel Calixta Vargas Palomino, pese a tener
conocimiento del inminente peligro en que se encontraba. Que, el acusado Nick
Fernando Pari Apaza, pese a tener conocimiento de que la hoy fallecida
Carmen Jhassel Calixta Vargas Palomino, había ingerido fármacos (pastillas)
denominadas “Kyzol y sertirina”, por cuando este se lo comunico mediante
mensajes de texto; e, incluso haberle recomendado que vomitara, tomar agua o
leche, y luego de ello haberla encontrado en su domicilio en estado de
ebriedad, no le ha prestado auxilio, ni ha comunicado a los nadie, pese a tener
la oportunidad de hacerlo por cuanto el acusado estuvo con la finada más de
dos horas y se encontró con el padre de la hoy fallecida en el mismo momento
en que esta se encontraba en tal estado, es decir, en peligro inminente, y de la
misma forma, posteriormente cuando intercambiaban mensajes de texto con la
finada, esta le indica el estado en que se encontraba. Acusación que es
subsanada por última vez por el señor Fiscal Provincial, mediante escrito de
las páginas veinticuatro a veinticinco, en el que señaló: El acusado Nick
Fernando Pari Apaza, sabía que la Q.E.V.F. Carmen J.C. Vargas Palomino,
estaba en eminente peligro debido a que sabía que la finada había tomado
muchas pastillas (Sertralina) y le comunicó que estaba muy mal, que su cuerpo
se adormecía, que sentía frio y que estaba votando espuma, incluso el acusado
le dijo que buscara a su perro Jimbo que era un pastor alemán que lo habían
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matado, que saludara a Alicia Delgado (como es sabido falleció hace mucho
tiempo) y también el acusado le dijo a la finada que tomara harta leche o agua,
esto se deduce de las comunicaciones que ambos han tenido vía mensajes de
texto, por lo que, el acusado tenía pleno conocimiento que ambos han tenido
vía mensajes de texto, por lo que, el acusado tenía pleno conocimiento de que
la finada estaba en inminente peligro, es por ello que este fue a verla a la
finada Carmen J.C. Vargas Palomino a su domicilio sito en la urbanización
Magistarerial Amauta manzana A seis Lote doce guión Juliaca encontrándola
en su dormitorio a horas catorce con cuarenta minutos aproximadamente, en
estado de ebriedad (esto se deduce de la declaración de Antonio Vargas
Mamani corroborado con la declaración del acusado), por lo que, el inminente
peligro en el que se encontraba la finada se había incrementado esto por la
ingesta de alcohol (pues el acusado pudo prever que la vida, la integridad física
corría peligro); sin embargo, a pesar de ello se retiró del referido domicilio a
horas dieciséis con treinta minutos aproximadamente del mismo día (momento
de la consumación), omitiendo con prestarle auxilio inminente a la finada,
tampoco comunicó del inminente peligro en el que se encontraba la finada a
pesar de haberse encontrado al salir del domicilio, con el padre de la misma
(señor Antonio Vargas Mamani), a quien como una forma de prestar auxilio ni
siquiera le comunico que su hija Carmen Jhassel le había escrito mensajes
diciéndole que había ingerido muchas pastillas y mucho menos dio aviso a las
autoridades de tales hechos, pues si bien no quiso producir el resultado (la
muerte) empero ha contado con él, asumiendo el riesgo, ya que la muerte
aparecía como resultado posible. Sobre el momento se realiza la conducta
del procesado, señala: La conducta del procesado Nick Fernando Pari Apaza,
se realiza desde el momento en el que el referido procesado encontró
(momento en el que inicia la conducta) a la Q.E.V.F. Carmen Jhassel Calixta
Vargas Palomino, en su dormitorio sito en la urbanización Magisterial Amauta
manzana A seis lote doce guión Juliaca, siendo las catorce horas con cuarenta
minutos aproximadamente, y sabiendo que la finada se encontraba en
eminente peligro, pues sabía que había tomado muchas pastillas (Sertralina) y
estaba en estado de ebriedad (por haber ingerido cerveza) y en mal estado
emocional (por los mensajes y el alcohol) y a pesar que pudo prever que la
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vida, la integridad física de la finada corrían peligro); sin embargo, a pesar de
ello se retiro del referido domicilio a horas dieciséis con treinta minutos
aproximadamente del mismo día (momento de la consumación).
Éstos hechos así descritos, como constitutivos del delito materia de
acusación, debate y decisión en la sentencia apelada, verificaremos que
hayan sido efectivamente acreditados por el requirente titular de carga de la
prueba y coadyuvadas por la agraviada.
1.2 Control de la acusación y juicio oral.
1.2.1 Citados que fueron las partes a la audiencia de control de la
acusación, ésta se realizó en los términos que aparece en las actas en original
de las páginas ochenta y seis al ochenta y nueve del trece de octubre de dos
mil dieciséis, de las páginas noventa al noventa y cuatro del once de
noviembre de dos mil dieciséis del cuaderno de requerimiento de acusación y
en la audiencia de las páginas veintiséis al treinta de fecha veintiuno de
noviembre de dios mil dieciséis, continuándose por acta de audiencia de las
páginas treinta y uno y treinta y dos del mismo día, fecha en la que se reservo
su pronunciamiento, emitiendo posteriormente la resolución número cero
nueve guión dos mil diecisiete del tres de enero de dos mil diecisiete, por la
que, entre otros, declaró saneada la acusación requerida y dictó auto de
enjuiciamiento en contra del imputado Nick Fernando Pari Apaza, como
presunto autor del delito contra la vida, el cuerpo y la salud, en su modalidad
de exposición a peligro en su forma de omisión de auxilio de persona en
peligro, delito previsto en el artículo 127 del Código Penal, en agravio de
Q.E.V.F. Carmen Jhassel Calixta Vargas Palomino representado por sus
herederos legales Antonio Vargas Mamani y Elsa Yolanda Palomino de
Vargas, admitiendo los medios probatorios del Ministerio Público, del actor civil
y al acusado; y,
1.2.2 El Segundo Juzgado Penal Unipersonal de San Román - Juliaca,
apenas recibido los autos, mediante resolución número cero uno guión dos mil
dieciséis, en original de las páginas cuarenta y seis al cuarenta y ocho del siete
de marzo de dos mil diecisiete, citó a juicio oral al acusado Nick Fernando
Pari Apaza, como autor de la presunta comisión del delito contra la vida, el
cuerpo y la salud, en su modalidad de exposición a peligro en su forma de
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omisión de auxilio de persona en peligro, delito previsto en el artículo 127 del
Código Penal, en agravio de en agravio de Q.E.V.F. Carmen Jhassel Calixta
Vargas Palomino representado por sus herederos legales Antonio Vargas
Mamani y Elsa Yolanda Palomino de Vargas, en fecha inaplazable del once de
abril de dos mil diecisiete y horas dos de la tarde, en la sala de audiencias del
Módulo Penal de la provincia de San Román - Juliaca, con las demás que la
contiene, reprogramándose el inicio del juicio oral para el día doce de junio de
dos mil diecisiete, fecha en la que se inició el juicio oral, por acta de las
páginas ciento dieciocho del doce de junio de dos mil diecisiete (inicio
suspendido) hasta concluir por acta de las páginas ciento sesenta y seis a
ciento sesenta y siete del dieciséis de junio de dos mil diecisiete, oportunidad
en la que, fue leída la sentencia número ochenta y cinco guión dos mil
diecisiete, contenida en la resolución número once guión dos mil diecisiete,
condenando al acusado Nick Fernando Pari Apaza, la que in extenso está
glosada en las páginas ciento cincuenta al ciento sesenta y cinco.
1.3 De la sentencia apelada.
El señor Juez del Segundo Juzgado Penal unipersonal de San
Román-Juliaca, expidieron la sentencia condenatoria en original número
ochenta y cinco guión dos mil diecisiete, contenida en la resolución número
once guión dos mil diecisiete de las páginas ciento cincuenta al ciento sesenta
y cinco del dieciséis de junio de dos mil diecisiete, por la que, condenó al
acusado Nick Fernando Pari Apaza, con la generales de ley que precisa,
como autor del delito contra la vida, el cuerpo y la salud, en su modalidad de
exposición a peligro o abandono de persona en peligro, en su forma de
omisión de auxilio a persona en peligro o aviso a la autoridad, previsto y
sancionado en el artículo 127 del Código Penal, en agravio de Q.E.V.F
Carmen Jhassel Calixta Vargas Palomino, representada por sus herederos
Antonio Vargas Mamani y Elsa Yolanda Palomino de Vargas, imponiéndole
cuatro meses de pena privativa de libertad, con el carácter de suspendida en
su ejecución por el plazo de un año sujeto a reglas de conducta y al pago de la
suma de treinta y cuatro mil trescientos noventa y cuatro soles, por concepto
de reparación civil a favor de la parte agraviada y, con las demás que la
contiene, entre otros, por los fundamentos siguientes: a) En cuanto a la
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modalidad típica de encontrar a un herido o a cualquier otra persona en estado
grave e inminente peligro, de acuerdo a los hechos descritos en las
circunstancias concomitantes, se halla probado, con los mensajes de texto que
intercambiado la agraviada con acusado, conversación que se efectuó desde
las trece horas con tres minutos hasta las diecinueve horas con cuarenta
minutos horas del once de setiembre de dos mil catorce, durante el cual, el
acusado fue a ver a la agraviada y no le prestó auxilio, aspecto que se
encuentra probado con lo señalo por el padre de la difunta agraviada, señor
Antonio Vargas Mamani, también con lo declarado por la testigo Elsa Yolanda
Palomino de Vargas; b) Estando a como se presentan los indicios, los mismos
son plurales y convergentes, está probado que el acusado sabía del mal
estado por el que pasaba la agraviada, se encontró con ella, la misma que se
encontraba en un estado de eminente peligro, por las frases y mensajes que le
decía y no solo eso, estuvo con ella, circunstancia que no se podría tener
como un error de tipo, al pensar que la conversación sea una broma o
manipulación; c) Está probado que el acusado, omitió prestar auxilio a la
agraviada, retirándose del referido domicilio a horas dieciséis con treinta
minutos aproximadamente del mismo día, sin haberla prestado auxilio, a pesar
de los mensajes que le habría escrito, corroborado con la declaración del
padre de la agraviada, quien refiere que cuando estaba punto de abrir me
encontré con Nick, no me dijo nada que mi hija estaba mal, corroborado con lo
señalado por la testigo Elsa Yolanda Palomino de Vargas; al haberse retirado
del domicilio de la agraviada Carmen Jhassel Vargas Palomino, se ha
consumado el delito, no prestando auxilio retirándose del lugar de los hechos;
d) Sobre la conducta dolosa, se advierte en el caso de autos, el conocimiento
de la situación típica, cuando le refirió al padre de la agraviada que sabía que
estaba vomitando; e) Sin perjuicio de lo señalado, ha llegado a la conclusión
de que ambas conversaciones del día once setiembre de dos mil catorce si se
produjeron entre Nick Fernando Pari Apaza y la finada Carmen Jhassel Vargas
Palomino; y, f) Finaliza, que la actuación probatoria en juicio, se ha acreditado
la comisión del delito de omisión de socorro de persona en peligro, tipificado
en el artículo 127 del Código Penal, por lo que, en virtud del artículo VII del
Título Preliminar del Código Penal, concordado con lo señalado en el artículo
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399 del Código Procesal Penal, debe emitirse decisión condenatoria contra el
acusado.
1.4 Recurso de apelación y uso de derecho de réplica.
Al no haber concurrido la defensa del actor civil a la lectura de
sentencia, realizada por acta de las páginas ciento sesenta y seis y, ciento
sesenta y siete del dieciséis de junio de dios mil diecisiete, según el informe de
la Especialista de Audiencias, interpusieron recurso de apelación: la defensa
del actor civil Antonio Vargas Mamani, por escrito de las páginas ciento setenta
y uno al ciento setenta y ocho; y, el sentenciado Nick Fernando Pari Apaza, por
escrito de las páginas ciento ochenta y tres al ciento noventa y seis.
1.4.1 Del recurso de apelación interpuesto por el actor civil.
1.4.1.1 El señor abogado Alberto Chávez Gutiérrez a favor del actor
civil Antonio Vargas Mamani, interpuso recurso de apelación a través del
escrito de las páginas ciento setenta y uno al ciento setenta y ocho del
veintisiete de junio de dos mil diecisiete, pidiendo a la Sala que integramos,
revoque la sentencia en el extremo de la reparación civil y reformándola
declare fundado la reparación civil y ordene el pago de cien mil soles por dicho
concepto –véanse el apartado I y VII de las páginas ciento setenta y uno, ciento setenta y dos y, ciento setenta y
ocho de autos-, en cuyo recurso de apelación y fundamentos, se ratificó el señor
abogado Carlos Chisan Orihuela a favor del actor civil Antonio Vargas Mamani,
sosteniendo, entre otros, en su alegato, lo siguiente: a) Cuestiona solamente
el lucro cesante, porque a su consideración si bien no es fácil para los
magistrados determinar el quantum de la reparación civil, pero los magistrados
con la ponderación, equidad, imparcialidad y basados en las máximas de la
experiencia, pueden discernir el lucro cesante, siendo innecesario incluso
demostrar con documentos; b) Los padres de la víctima dejaron de percibir
aproximadamente dos mil soles al mes, la multiplicada a la fecha, ascendería a
más de sesenta mil soles, con lo cual se estaría justificando su petición;
además, producto de la muerte injusta de la agraviada, la madre de ésta ya no
pudo conducir su tienda de abarrotes, del cual percibía un promedio de mil
quinientos a dos mil al mes; de igual manera, el padre de la víctima trabajaba
en una Empresa como vendedor de libros, teniendo como ganancia mensual
entre mil a dos mil doscientos soles, con los cuales se ayudaban, pero a raíz de
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estos problemas, han dejado de percibir todas esas ganancias, porque la
señora ha decaído en su salud, siendo intervenida conforme a los
documentales que aludió, al igual que el padre de la víctima, dejó de trabajar
en la empresa donde vendía libros y son prácticamente ancianos; y, c) A las
preguntas efectuadas por el Director de debates orales, señala que conforme a
uno de los documentos que ha oralizado, la víctima percibía un promedio de
cuatro mil soles al mes en su condición de Fiscal Adjunta, además calificó para
ser Fiscal Titular, con lo cual iba a incrementar sus ingresos en un promedio de
cuarenta o cincuenta por ciento, la cual dejó de percibir; y, en relación de los
ingresos dejados de percibir por los padres de la víctima, existe constancia de
trabajo del padre de la víctima, otorgada por la Empresa en donde vendía
libros, en la que percibía más de mil quinientos soles, y, la madre de la víctima
tiene una tienda de abarrotes, quien percibía más o menos entre mil, mil
doscientos a mil quinientos soles al mes, respecto del cual presentaron una
licencia de funcionamiento.
1.4.1.1 El señor abogado Julio Santa Cruz, a favor del sentenciado
Nick Fernando Pari Apaza, ejercitando su derecho a réplica, pidió a la Sala
que integramos, declare infundado la impugnación del extremo de la
reparación civil, por lo siguiente: a) La posición que tienen es que su
patrocinado no tiene responsabilidad penal ni civil; b) El objeto de la apelación
escrita es el lucro cesante derivados de gastos por sepelio, exequias y atención
médica; c) Respecto del lucro cesante, se señala que el señor Juez no había
valorado documentos que acreditaban que el apelante se habría desenvuelto
como promotor del Instituto de Desarrollo Gerencial Sucursal de Juliaca, lo
cual, no sería exacto por cuanto el señor Juez, si habría valorado ya que
textualmente éste habría mencionado que los agraviados no han acreditado
con boletas de pago, recibos, boletas de venta el monto que perciben; y, d)
Tampoco han acreditado, el período de tiempo en la que han dejado de laborar,
producto de la afectación emocional.
1.4.2 Del recurso de apelación interpuesto por el sentenciado.
1.4.2.1 El sentenciado Nick Fernando Pari Apaza a través de sus
señores abogados Jhan Carlos Bravo Ferrofino y Katerin Paola Layme Zapana,
interpuso recurso de apelación, pidiendo a la Sala que integramos, revoque la
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sentencia impugnada en todos sus extremos y declare absuelto del delito
imputado o alternativamente declare nula la sentencia por haber incurrido en
indebida motivación –véanse la página ciento ochenta y tres de autos-, en cuyo recurso de
apelación, pretensión impugnatoria y fundamentos, se ratificó el señor abogado
Julio Santa Cruz, sosteniendo, entre otros, en su alegato, lo siguiente:
Nulidad de la sentencia: a) por la indebida motivación de la sentencia, porque
no cumple con las pautas de valoración de la prueba que establece el artículo
393 inciso 2º del Código Procesal Penal, es decir, que primero haya una
valoración individual de la prueba y finalmente una valoración conjunta; e, b)
insiste que, en la sentencia no se hizo esa valoración escalonada, primero la
individual y luego la valoración conjunta, lo cual tiene una lógica intrínseca la
cual es que son dos momentos claramente diferenciados, ya que, en la
valoración individual se hace un examen sobre cada uno de los actos de
prueba practicados y la valoración conjunta supone un control de logicidad
material de todos esos actos de prueba. 2. Revocatoria de la sentencia: a) El
sentenciado, no cometió el delito que se le imputa, porque el primer elemento
del delito consistente en que haya una persona en estado grave y eminente
peligro, no existe, ni está acreditado; b) Conforme a la acusación fiscal en su
página dos, dice que la finada se encontraba en estado grave y eminente
peligro por las pastillas, el alcohol, cerveza que habría ingerido y por el estado
de depresión en que se encontraba, la misma que fue subsanada y aclarada en
etapa intermedia y, en la subsanación de acusación de fecha diecisiete de
noviembre del dos mil dieciséis, en la página dos, se precisa: “Sabiendo que la
finada se encontraba en inminente peligro, porque había tomado muchas pastillas
(certralina), estaba en estado de ebriedad por haber ingerido cerveza y mal estado
emocional por los mensajes y el alcohol, y, a pesar de que pudo prever que la vida y la
integridad física de la finada corrían peligro”; es decir, la imputación consiste en el
peligro derivados de tres causas: ingesta de pastillas, alcohol y mal estado
emocional; sobre este punto, el señor Juez de primera instancia, señala que
está probado el estado de grave e inminente peligro, con los mensajes de texto
actuados en el presente proceso, cuando señala: “La imputación subsumible a
dicho extremo, grave eminente peligro descritas en las circunstancias de la acusación
fiscal son: Concurre el denunciado al domicilio de la finada el mismo día a las catorce
13
cuarenta horas aproximadamente, le encuentra en estado de ebriedad retirándose del
domicilio a las dieciséis treinta aproximadamente el mismo día, sin haberla prestado
auxilio a pesar de los mensajes que le habría escrito, encontrándose con el padre de la
finada, señor Antonio Vargas Mamani a quien con una forma de prestar auxilio, ni
siquiera le comunicó que su hija Carmen Jhassel, le habría escrito que ha ingerido
muchas pastillas (sertirina – sertralina) que se sentía muy mal, imputación que fue
precisada en la subsanación de la acusación: Encontró momento en que inicia la
conducta de la que envida fue Carmen Jhassel en su dormitorio, siendo las catorce
cuarenta horas aproximadamente y sabiendo que la finada se encontraba en eminente
peligro pues sabía que había tomado muchas pastillas y estaba en estado de ebriedad, por
haber ingerido cerveza y mal estado emocional por los mensajes y el alcohol”; indicando
que el grave y eminente peligro, estaría probado con los mensajes de texto que
han intercambiado el acusado con la agraviada; c) En audiencia, se dio lectura
y debate de los mensajes de texto que obran en el acta de transcripción de
intercambio de mensajes de texto, de cuya revisión, no se encuentra una
referencia expresa e inequívoca respecto a que la agraviada hubiera ingerido
sertralina, porque en la página cuatro se habla de “kyzof y sertirina”, tampoco
hay una referencia en los mensajes que denote que haya estado bebiendo
cerveza; por lo que, los mensajes no son prueba de que haya consumido
sertralina y haya estado bebiendo cerveza; toda vez, que para probar que
alguien consumió alcohol o medicamentos, es idónea la prueba científica que
en el caso no existe; d) Es un error que en la sentencia se considere que el
solo hecho de consumir fármacos, alcohol y tener problemas emocionales, es
un estado grave y eminente peligro para la vida; e) Sobre el mal estado
emocional de la señorita Carmen, de la lectura del documento podrían
ciertamente extraerse algunas frases que indiquen que habrían estado en mal
estado emocional, pero también es cierto que hay elementos textuales que
indican que no se está ante una comunicación sería, sino con “animus jocandi”,
cuyas frases precisa; f) En la cuarta página de la transcripción, se menciona
que habría existido un consumo de diazepán, pero en el juicio el doctor Ricardo
Enrique Portugal, refirió que del examen toxicológico, dio negativo para este
fármaco; es decir, que los mensajes que se atribuyen a la agraviada, contienen
mentiras, y ello está probado con la prueba de la propia Fiscalía; g) Respecto
14
de la sertralina, en la audiencia del doce de junio, el Perito Ricardo Enrique
Portugal, mencionó que cuando la señorita llegó a la Clínica para ser atendida,
le han hecho más exámenes de los usuales en el tema toxicológico, porque al
parecer había la sospecha de descartar un envenenamiento y en esos
exámenes, no han detectado ni alcohol, ni la sertralina; además, de haber
consumido algún fármaco por parte de la señorita, lo lógico sería que la
habitación de ésta, se haya encontrado cajas de medicamento o blister, etc.
pero no fue así; h) La causa de la muerte es una sepsis generalizada, es decir,
una infección generalizada, pues ninguno de las causas del peligro que se
imputa como es el consumo de pastillas, alcohol y depresión, pueden causar
sepsis generalizada, porque el propio Perito de la Fiscalía, doctor Ricardo
Enrique Portugal, en la audiencia del doce de junio del dos mil diecisiete,
expresó que no causan sepsis el consumo de medicamentos, ni alcohol,
expresamente dijo que no se envenenó, descartándose esa posibilidad;
asimismo, indicó que tampoco hay venenos, cuyo mecanismo pueda llevar a
una muerte por sepsis; i) En cuanto al estado emocional, no se ha valorado en
la sentencia la prueba actuada que acredita que la señorita Carmen, no estaba
en mal estado emocional, como la declaración de la madre, quien manifestó
que el día de los hechos Carmen estaba feliz y le habría dicho “mami me voy
arreglar a mi apartamento, me voy a la U, comieron con ella y se comió a su
gusto y alegre como siempre”, aspecto no valorado que descartaría el estado
de depresión o al menos constituye un contra indicio consistente; asimismo, en
juicio, también se actuó pruebas respecto a que a la señorita Carmen, le iba
bien profesionalmente, como es la probación ante el Consejo Nacional de la
Magistratura, es decir, no tenía razones profesionales para no estar feliz; j) El
peligro imputado, es el causado por ingesta de pastillas, alcohol y estado
depresión, los que no han sido probados; k) En la página diez de la sentencia,
primer párrafo, el señor Juez indica que la prueba del eminente peligro, es la
consecuencia que se produjo (la muerte); al respecto considera que no existe
relación entre uno y otro, dado a que el peligro imputado es la ingesta de
alcohol, pastillas y depresión y la muerte responde a un curso causal diferente
(sepsis), por lo que, esa aseveración es un que quiebra el principio de
correlación, porque la imputación no fue ni peligro ni muerte por sepsis; l) En
15
juicio respecto de la cadena causal de la muerte de la señorita Carmen Vargas,
fue explicado por el médico Ricardo Enrique Portugal, quien dijo que una
cadena causal es que primero hubo una sepsis, luego un shock séptico, una
falla multiorgánica y finalmente la muerte, en lo que están de acuerdo todos los
Peritos que concurrieron a juicio; asimismo, según el Perito referido, las
características que ha tenido la sepsis en la señorita Carmen Vargas, ha sido
una evolución fulminante, una sepsis muy agresiva, el foco era bastante severo
y toma solo de tres a seis horas para pasar de la sepsis a un shock séptico; por
lo que, si se toma los tiempos que menciona la Fiscalía, esto es, que la señorita
Carmen, ingresó a la Clínica a las ocho y cincuenta y tres del día doce,
entonces considerando los tiempos de seis a tres horas, se habría generado a
las seis de la mañana a las tres de la madrugada el estado de shock séptico,
que sí genera un estado de grave y eminente peligro, pero el momento
comisivo del delito que se le imputa al sentenciado, conforme a la subsanación
de requerimiento de acusación del diecisiete de noviembre, es a las dieciséis
treinta aproximadamente del día once; por lo que, cualquier hecho después de
las dieciséis treinta del día once, no es cargo para el sentenciado; en
consecuencia, el shock séptico agresivo fulminante que ha tenido la señorita
Carmen, está fuera del ámbito temporal de imputación al sentenciado, ya que
ello ocurrió después; m) Los Peritos Bustinza Valer, Aldea Pezo y Portugal, han
coincidido que la causa de la muerte, ha sido shock séptico, entonces si la
causa de la muerte ha sido shock séptico, el peligro que se le podría haber
imputado al sentenciado, es que él conociendo de un estado de shock séptico
no le prestaba auxilio, pero ello no es la imputación ni pudo haberla sido; n) No
hay fundamentación alguna en la sentencia, que indique como es que su
patrocinado haya podido conocer tal estado grave y eminente para la vida
producida por la sepsis, además ello fue a futuro y no podía adivinarlo; o)
Respecto del dolo, cuestiona que en la sentencia se señale que está probado
que el sentenciado sabía que la agraviada, se encontraba en eminente peligro
por los mensajes de texto y porque estuvo con ella, además porque el doce de
setiembre le mencionó al padre de la víctima que en horas de la noche,
Carmen había estado vomitando, pero a su consideración no se podría
considerar que el dolo está probado, ya que previamente debe estar probado la
16
tipicidad objetiva, además no se valoró el “animus jocandi”, ni existe argumento
al respecto y aun si su patrocinado supiera que la agraviada estaba vomitando,
esa no es una situación de inminente peligro; p) En relación a los mensajes de
texto sostenidos por el sentenciado y la víctima, refiere que el documento en el
cual consta, tiene problemas debido a que en juicio se actuó el levantamiento
del secreto de las comunicaciones, donde se señala que entre los número de
Carmen y Nick, no hay llamadas entrantes y salientes; asimismo, el número del
que se hacen las transcripciones se individualiza, pero ni el número ni el código
IMEI corresponde a los mensajes de entrada y de salida, lo que bastaría para
que tal documento no tenga valor probatorio, pero para el Juez obedecería a un
error; por otra parte, según el reporte del secreto de comunicaciones, en el día
once de setiembre del dos mil catorce, desde las catorce horas con trece
minutos y veintiún segundos hasta catorce trece cuarenta y cuatro, lapso en el
cual existió nueve comunicaciones, pero no aparecen sus transcripciones, lo
que evidencia que se omitieron mensajes registrados en el reporte del secreto
de comunicaciones antes aludidos, no existiendo concordancia con la
veracidad del documento.
1.4.1.2 El señor Fiscal Superior de la Segunda Fiscalía Superior Penal
de la provincia de San Román – Juliaca, doctor Waldy Flores Peralta,
ejercitando su derecho a réplica, pidió a la Sala que integramos, confirme la
sentencia materia de impugnación, entre otros, de los registrados en el sistema
de audio, por los siguientes: a) Respecto a la pretensión impugnatoria de la
nulidad, refiere que la declaración de nulidad es de última ratio y está sometida
al principio de taxatividad, siempre que se haya producido un perjuicio cierto,
irreparable, con efectiva indefensión, conforme a lo previsto en el artículo 150
del Código Procesal Penal; b) En autos, no advierte causales de nulidad
absoluta, porque el A-quo ha cumplido con la exigencia constitucional de la
motivación de las resoluciones, concluyendo que existe delito y responsabilidad
penal del sentenciado, como consecuencia de los hechos del caso, las pruebas
aportadas y su valoración jurídica; c) El colegiado, advertirá que el Juez en su
sentencia en la parte considerativa cumplió con examinar el material probatorio,
en forma individual y en forma conjunta, incluso respetando las reglas de la
sana crítica, la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos
17
científicos; d) Respecto a que no estaría acreditado que la víctima haya
ingerido las pastillas sertirina, diazepán y alcohol, así como el estado
depresivo, por lo que, el grave y eminente peligro no estaría acreditado, señala
que en la sentencia recurrida, en la parte considerativa se llega a la convicción
de que el recurrente sabía que la agraviada había consumido no solo la
sertralina, sino también el kysof y para ello, el Juez valoró los mensajes de
texto que la agraviada le envió al sentenciado, posteriormente le decía que
estaba mal, que se estaba muriendo, que estaba botando espuma, por lo que,
el recurrente visitó a la agraviada, lo que no ha sido negado, enterándose in
sito del mal estado de salud de la agraviada, por intoxicación e incluso que
había ingerido cerveza, como refirió el recurrente en su declaración previa, sin
embargo no le prestó auxilio, ni siquiera comunicó este estado de salud y
cuadro clínico a su progenitor con quien se encontró en la puerta de su
vivienda; e) Retomaron las comunicaciones vía celular y también los mensajes
de texto, en la que cada vez que escribía la agraviada lo hacía de modo
incongruente ya que su salud estaba desmejorando a consecuencia de la
intoxicación que estaba padeciendo, mientras que, el recurrente se burlaba de
su pareja; f) El Juez es objetivo al concluir que está probado, sin lugar a dudas
y razonable que el recurrente sentenciado omitió prestar auxilio inmediato a la
agraviada a pesar de no existir riesgo propio o para terceros y que actuó con
dolo eventual, porque el recurrente no quiso la muerte en sí de la agraviada,
pero sí asumió el riesgo, porque sabía que la agraviada se encontraba en
inminente peligro; g) El doctor Portugal Galdós, afirmó que la agraviada ingresó
a la Clínica Americana, en un mal estado de salud que no podía valerse por sí
misma, a consecuencia de sepsis severa que a su vez como consecuencia de
un proceso infeccioso, por el cual no recibió terapia adecuada y oportuna, tal
intoxicación ha evolucionado al cuadro infeccioso incluso al shock séptico, y
por falta de tratamiento, se dio el shock refractario con eminente muerte; h) La
causa de la muerte, fluye del certificado de defunción y del dictamen pericial
número 03-2016, emitido por el médico forense Bustinza Valer, con vista de
protocolo de necropsia post exhumación, fue sepsis severa, shock séptico
refractario, como consecuencia de la falla mutliorgánica que se da en estos
casos, de modo que al no haberse auxiliado oportunamente a la víctima,
18
provocó que el cuadro clínico de una infección, advertido por el recurrente no
solo por mensajes de texto, llamadas telefónicas vía celular, sino in sito con
presencia en la habitación en la cual la agraviada estaba padeciendo este
cuadro clínico, se pudo haber evitado la muerte; i) El tipo penal al que se ha
referido la defensa técnica, está previsto en el artículo 127 del Código Penal, el
cual es un delito de peligro, en donde basta verificar la conducta omisiva, que
sea idónea y apta para poner en riesgo el bien jurídico, transgrediendo la
solidaridad humana que se funda en criterios de humanidad; es decir, el tipo
penal no exige de haber creado el riesgo, solo la situación fáctica de encontrar
a una persona en un eminente peligro, lo que ocurrió cuando el recurrente la
visitó a la agraviada en horas de la tarde in sito, que no era para sarcasmos y
“animus jocandi”, más aun si eran parejas sentimentales, asimismo, para el tipo
penal no se requiere de resultado muerte; y, j) El delito se consumó cual el
recurrente in sito vio el estado grave y eminente peligro de salud en la cual se
encontraba la víctima; en consecuencia, no se advierte incongruencia alguna
en la sentencia recurrida, por lo que solicita se conforme la sentencia en todos
sus extremos.
1.4.2 Autodefensa.
El sentenciado Nick Fernando Pari Apaza, no ejercitó su
autodefensa, al no haber concurrido a la audiencia de apelación de sentencia.
II.- CONSIDERANDO:
Primero.- DELIMITACIÓN DEL PETITORIO.
1.1 Conforme reseñamos en los sub numerales del numeral uno punto
cuatro, establecemos que el apelante Nick Fernando Pari Apaza a través de
su abogado defensor Julio Santa Cruz, pidió a la Sala que integramos,
declaremos nula la sentencia, básicamente por indebida motivación al no
cumplirse con las pautas de valoración de la prueba que establece el artículo
393 inciso 2º del Código Procesal Penal; asimismo, revoque la misma
sentencia y absuelva al recurrente, por insuficiencia probatoria. Por su parte, el
Ministerio Público, pidió que confirmemos la sentencia apelada. Asimismo, el
actor civil Antonio Vargas Mamani a través de su abogado, pidió a ésta Sala,
que revoque el extremo de la reparación civil y reformándola declare fundado
su recurso de apelación, incrementando el monto de la reparación civil en la
19
suma de cien mil soles.
1.2 De lo precisado en el numeral que antecede y en observancia del
principio de reforma en peor previsto en los artículos 409 inciso 1° y 419
inciso 1° del Código Procesal Penal, por el que, restringen la competencia de
la Sala que integramos, cuando prevén que confiere al Tribunal competencia
solamente para resolver la materia impugnada o que atribuye a la Sala Penal
Superior, dentro de los límites de la pretensión impugnatoria, examinar la
resolución recurrida tanto en la declaración de hechos como en la aplicación
del derecho; principio, que es concebido por el intérprete Supremo de la
Constitución1, no sólo como una garantía implícita del debido proceso, sino
también identificada con los derechos de defensa e impugnación; siendo ello
así, la Sala que integramos, sólo está facultada para absolver el grado,
verificando si existe alguna causal de invalidez insubsanable y perjuicio
efectivamente causado, de ser así, declarar la nulidad de la sentencia apelada
y de no existir tal vicio, de revocar la sentencia apelada y reformándola
absolver al apelante Nick Fernando Pari Apaza, confirmar la misma sentencia;
asimismo, revocar en parte la misma sentencia en el extremo de la reparación
civil y reformándola incrementar el monto señalado o en su defecto confirmar la
misma; y,
Segundo.- SUSTENTO NORMATIVO:
2.1 Debido proceso y motivación de las resoluciones judiciales.
a) La Constitución Política del Perú, consagra la tutela jurisdiccional y el
debido proceso, a través de su artículo 139 inciso 3° párrafo prim ero,
desarrollados mediante los artículos I incisos 2° al 5°, VIII y IX del Título
Preliminar del Código Procesal Penal y 7 del Texto Único Ordenado de la Ley
Orgánica del Poder Judicial, que desempeña un papel constitucional e irradia
en la justa solución de los conflictos de relevancia jurídica y en diversas
materias; y,
b) Uno de los elementos del derecho a un debido proceso, está
consagrado en el artículo 139 inciso 5° de la preci tada Constitución Política,

1
Sentencias recaídas en los expedientes números mil novecientos dieciocho guión dos mil dos guión HC/TC, caso
Salazar Montalván, su fecha diez de setiembre del dos mil dos (fundamente jurídico N° 4), cero quinien tos cincuenta y
tres guión dos mil cinco guión PHC/TC, caso Andía Neyra, su fecha cuatro de marzo del dos mil cinco (fundamente
jurídico N°s 2 y 3) y cero novecientos treinta y do s guión dos mil seis guión PHC/TC, caso Michaud Vargas, su fecha
veintidós de febrero del dos mil seis (fundamento jurídico N°4).
20
concordante con los artículos 123 inciso 1° del Cód igo Procesal Penal y 12 del
Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, precisados en su
contenido, alcances y efectos de su omisión, no sólo a través del Acuerdo
Plenario número seis guión dos mil once guión CJ guión ciento dieciséis
(fundamento jurídico número doce), sino por sendas sentencias del Tribunal
Constitucional, por los que, exigen al juzgador la obligación de emitir
pronunciamientos objetivos, coherentes y sustentados sólidamente en razones
jurídicas al resolver el conflicto, esto es, precisando con nitidez los motivos por
los cuales acoge o rechaza las pretensiones de las partes de un proceso
judicial.
2.2 Principio de congruencia entre acusación y sentencia.
a) El artículo 397 inciso 1° del Código Procesal Penal , establece que la
sentencia no podrá tener por acreditados hechos u otras circunstancias que los
descritos en la acusación y, en su caso, en la acusación ampliatoria, salvo
cuando favorezcan al imputado; al respecto, los magistrados de las Salas
Penales Permanentes y Transitorias de la Corte Suprema de Justicia, en el
Acuerdo Plenario número cuatro guión dos mil siete/CJ guión ciento dieciséis,
su fecha dieciséis de noviembre de dos mil siete, en su fundamento décimo,
señalaron: “El Tribunal ha de pronunciarse respecto del hecho punible imputado [una
concreta conducta o hecho histórico atribuido al imputado en todo su alcance: concepto
procesal de hecho, y a su relevancia jurídico penal desde bien jurídico vulnerado], el
mismo que no puede mutar sustancialmente. Desde los principios acusatorios y de
contradicción, los hechos imputados deben respetarse, no pueden alterarse; es
decir la sentencia no puede contener un relato fáctico que configure un tipo
penal distinto o que introduzca circunstancias diferentes o nuevas que agraven
–de oficio, sin necesidad de previo debate, aunque el Tribunal puede incorporar
circunstancias atenuantes- la responsabilidad del acusado [ello no significa una
exactitud matemática entre el hecho acusado y hecho condenado, pues el
Tribunal, -conforme a la prueba actuada y debatida en juicio oral- puede
ampliar detalles o datos para hacer más completo y comprensivo el relato,
siempre que no implique un cambio de tipificación y que exista una
coincidencia básica entre la acusación y los hechos acreditados en la

21
sentencia” (Negrillas nuestros); y,
b) En la doctrina, en relación a la congruencia, Arbulú Martínez2,
señala: “La correlación entre la imputación y fallo debe ser respetada rigurosamente en
la sentencia. Si la enunciación del hecho no es correcta puede sancionarse con la
nulidad. La correlación es estricta por cuanto se trata de establecer el tema factico sobre
el cual corresponde decidir. Su alteración llevaría a violar el derecho de defensa si se
tiene en cuenta que una variación implicaría someter a juzgamiento una conducta sobre
la cual no ha recaído acusación, y por ello no sometida a debate a lo menos legalmente.
La falta de correlación es una forma de violar el derecho de los sujetos procesales. Esta
regla general se asume en el artículo 397.1 (…). Otra regla es que en la sentencia no se
podrá modificar la calificación jurídica del hecho objeto de acusación o su ampliatoria, es
decir, la aplicación de la determinación alternativa, siempre que haya cumplido con el
trámite procesal para esta figura, que está prevista en el artículo 374.1”; por otro lado,
Espinoza Ramos3, al desarrollar las manifestaciones del derecho de defensa,
señala: “El derecho a la defensa es un atributo genérico que comprende un conhorte
múltiple de garantías, que son básicamente las siguientes: (…) vii) principio acusatorio
o de correlación entre acusación y sentencia; (…) La acusación es importante en cuanto
sirve para tres fines: a) delimita el objeto fundamental y el objeto accesorio del proceso;
b) hace posible una defensa adecuada; c) fija los límites de hecho de la sentencia”; más
adelante, citando la jurisprudencia del Tribunal Constitucional y la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, señala: “Tal como queda expuesto en la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional y la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, el principio acusatorio, de coherencia o de correlación entre acusación y
sentencia –como elemento integrante del derecho de defensa- exige identidad entre la
acusación fiscal y la sentencia judicial. La sentencia que sobrepasa los términos de la
acusación fiscal resulta arbitraria y, por tanto, carente de validez”.
2.3 Carga de la prueba y su valoración en el proceso penal.
2.3.1 Carga de la prueba.

2
ARBULÚ MARTÍNEZ, Víctor Jimmy. “Derecho procesal penal-un efoque doctrinario y jurisprudencial”. Gaceta Jurídica
S.A. 1ra Edicion. Lima, mayo de 2015. Tomo II. pp 400 y 401.
3
REVILLA LLAZA, Percy Enrique y otros. “Principios fundamentales del nuevo proceso penal”. Gaceta jurídica S.A.1ra
Edición. Lima, julio de 2013. pp.191 y 92, 205 y 207-208.
22
a) El artículo 159 incisos 4° y 5° de la Constitución Política del Perú,
desarrollado por los artículos IV incisos 1° y 2° d el Título Preliminar del Código
Procesal Penal y 14 del Decreto Legislativo número 52, consagran y
establecen que, el Ministerio Público es titular del ejercicio público de la acción
penal en los delitos y tiene el deber de la carga de la prueba. Asume la
conducción de la investigación desde su inicio; asimismo, está obligado a
actuar con objetividad, indagando los hechos constitutivos de delito, los que
determinen y acrediten la responsabilidad o inocencia del imputado. Con esta
finalidad conduce y controla los actos de investigación que realiza la Policía
Nacional; y,
b) La carga de la prueba que desarrollamos en el numeral que
precede, tiene relación con el derecho a probar de las partes, considerado
como uno de los elementos esenciales del derecho a un debido proceso
consagrado por el artículo 139 incisos 3° y 14° de la Constitución Política,
reafirmada en sus alcances por el intérprete Supremo de la Constitución4.
2.3.2 Valoración de la prueba.
a) Valoración de prueba de modo genérico.
a-1) Respecto de la valoración de la pruebas, desarrollado por el
Tribunal Constitucional, como parte del derecho a probar de las partes,
debemos tener presente que está regulado por el artículo 393 inciso 2° del
Código Procesal Penal, por el que, el Juez Penal para la apreciación de las
pruebas procederá primero a examinarlas individualmente y luego
conjuntamente con las demás. La valoración probatoria respetará las reglas de
4
Sentencias de los expedientes números: a) Cero mil quinientos cincuenta y siete guión dos mil doce guión
HC/TC, caso Ninahuanca Sosa y otros vs Tercera Sala Penal de la Corte Superior de Justicia de Junín, sobre proceso
de hábeas corpus, su fecha cuatro de junio de dos mil doce, fundamento jurídico número dos: “Tal como lo señaló este
Tribunal en la sentencia recaída en el Exp. Nº 010-2002-AI/TC, el derecho a la prueba forma parte de manera
implícita del derecho a la tutela procesal efectiva; ello en la medida en que los justiciables están facultados para
presentar todos los medios probatorios pertinentes, a fin de que puedan crear en el órgano jurisdiccional la convicción
necesaria de que sus argumentos planteados son correctos. En tal sentido, este Tribunal ha delimitado el contenido del
derecho a la prueba: (…) Se trata de un derecho complejo que está compuesto por el derecho a ofrecer medios
probatorios que se consideren necesarios; a que estos sean admitidos, adecuadamente actuados, que se asegure la
producción o conservación de la prueba a partir de la actuación anticipada de los medios probatorios, y que estos sean
valorados de manera adecuada y con la motivación debida, con el fin de darle el mérito probatorio que tengan en la
sentencia. La valoración de la prueba debe estar debidamente motivada por escrito, con la finalidad de que el
justiciable pueda comprobar si dicho mérito ha sido efectiva y adecuadamente realizado (Cfr. STC Exp. Nº 6712-2005-
HC/TC, fundamento 15)”; y, b) Seis mil setecientos doce guión dos mil cinco guión HC/TC, caso Medina Vela y otro
vs Primera Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema, su fecha diecisiete de octubre de dos mil cinco, fundamentos
jurídicos números trece al quince, de los que, transcribimos: “Se trata de un derecho complejo que está compuesto
por el derecho de ofrecer medios probatorios que consideren necesarios, a que estos sean admitidos, adecuadamente
actuados, que asegure la producción o conservación de la prueba a partir de la actuación anticipada de los medios
probatorios y que éstos sean valorados de manera adecuada y con la motivación debida, con el fin de darle mérito
probatorio que tenga en la sentencia. La valoración de la prueba debe estar debidamente motivado por escrito, con la
finalidad de que el justiciable pueda comprobar si dicho mérito ha sido efectiva y adecuadamente realizada”. (Las
negrillas, cursivas y el subrayado es nuestro).
23
la sana crítica, especialmente conforme a los principios de la lógica, las
máximas de la experiencia y los conocimientos científicos; y,
a-2) La norma procesal transcrita a través del literal que precede, no
previó la llamada “prueba privilegiada” o más técnicamente no optó por el
sistema de la prueba legal o tasado y menos prevé las “valoraciones
esenciales y determinantes que sustentan su decisión”, tal conforme establece
expresamente en el artículo 197 segunda parte del Código Procesal Civil
vigente.
En consecuencia, el Código Procesal Penal, optó por el sistema de
libre apreciación razonada; por tanto, no es admisible ni se puede fundar una
decisión a sólo mérito de una prueba documental o de otro medio probatorio,
en una suerte de “prueba privilegiada”, en evidente vulneración del derecho
fundamental a probar de los justiciables.
b) Valoración de pruebas de modo específico en segunda instancia.
b-1) Los artículos 419 inciso 2° y 425 inciso 2° primera parte del literal a)
e inciso 3 segunda parte del literal b) del Código Procesal Penal, es verdad que
no sólo nos facultan a las Salas Penales Superiores del Poder Judicial, declarar
la nulidad en todo o en parte de la sentencia apelada y disponer se remitan los
autos al Juez que corresponda para la subsanación a que hubiera lugar, sino
también, entre otras, de confirmar la apelada o tratándose de sentencias
condenatorias, revocando la de dictar sentencia absolutoria;
b-2) En efecto, el artículo 425 inciso 2° del Código Pro cesal Penal,
establece: “La Sala Penal Superior sólo valorará independientemente la prueba
actuada en la audiencia de apelación, y las pruebas pericial, documental,
preconstituida y anticipada. La Sala Penal Superior no puede otorgar diferente valor
probatorio a la prueba personal que fue objeto de inmediación por el Juez de primera
instancia, salvo que su valor probatorio sea cuestionado por una prueba actuada en
segunda instancia”; es decir, para acceder el pedido del apelante, estamos
facultados para apreciar independientemente, además de las pruebas actuadas
en segunda instancia – audiencia de apelación (en el presente caso, no hubo),
las pruebas pericial, documental, preconstituida y anticipada, incorporadas y
actuadas en el juicio oral, válida y con observancia de las garantías procesales;

24
b-3) Además, respecto de la no posibilidad de otorgar diferente valor
probatorio a la prueba personal, debemos tomar en cuenta los principios
positivisados por dicho Código, a través de sus artículos 356 (sin perjuicio de
las garantías procesales reconocidas por la Constitución y los Tratados de
Derecho Internacional de Derechos Humanos, aprobados y ratificados por el
Perú, rigen especialmente la oralidad, la publicidad, la inmediación y la
contradicción en la actuación probatoria), y I inciso 2° y II del Título Preliminar
(principios de oralidad, publicidad y contradicción y presunción de inocencia),
éstos últimos, prevalecen sobre cualquier otra disposición de dicho Código,
conforme al artículo X del Título Preliminar o para algunos juristas, incluso
tienen el nivel constitucional;
b-4) Las normas procesales que mencionamos en los sub literales a-1)
y b-2) que anteceden de éste considerando, ha sido objeto de conclusión
alternativa arribada por los señores jueces de la Sala Penal Permanente de la
Corte Suprema de Justicia de la República, contenida en el fundamento jurídico
décimo tercero de la sentencia, que recayó en la casación número ciento
noventa y cinco guión dos mil doce, de procedencia Moquegua, su fecha cinco
de setiembre de dos mil trece, continente de doctrina jurisprudencial, en virtual
de la cual, no podríamos modificar la valoración probatoria del Juez de
primera instancia y ubicarnos en su posición (inmediación con la actividad
probatoria personal), durante la audiencia de apelación de sentencia, porque
debiera en todo caso existir repetición de la referida prueba oral, que nos
permita “ver” y “oír” su actuación; y,
b-5) Finalmente, la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de
Justicia de la República, en una reciente sentencia casatoria número
doscientos cincuenta y tres guion dos mil trece, de procedencia Puno, en su
fundamento dos punto tres, su fecha veinte de noviembre de dos mil catorce,
interpretando los alcances del artículo 425 inciso 2° del Código Procesal Penal,
concluyó que incurre en causal de invalidez insubsanable, declarando nula la
sentencia de vista y optó por el reenvió, señalando, entre otros: “En esa línea, la
Sala Penal de Apelaciones, contrario a lo prescrito por dicho artículo, otorga valor
distinto a la prueba personal actuada en juicio, sin que en sede de apelación se la haya
cuestionado con prueba alguna”; agrega: “Se aprecia que sin haber interrogado al
25
citado perito ni haber visualizado el citado video, otorga, a la declaración del referido
perito, un valor distinto al otorgado por el Juzgado Unipersonal, trasgrediendo el
principio de inmediación”; y, finalmente: “Que brindó un valor distinto a la prueba
personal actuada en juicio y afectó el principio de inmediación”.
2.3.3 En relación a la valoración de la prueba indiciaria, se debe tener en
consideración lo dispuesto en el artículo 158 inciso 3) del Código Procesal
Penal, que establece: “La prueba por indicios requiere: a) que el indicio esté probado;
b) que la inferencia esté basada en las reglas de la lógica, la ciencia o la experiencia; c)
que, cuando se trate de indicios contingentes, estos sean plurales, concordantes y
convergentes, así como que no se presente contraindicios consistentes”; ésta norma, ha
sido objeto de desarrollo ampliamente por parte Tribunal Constitucional, en el
expediente cero cero setecientos veintiocho guión dos mil ocho guión HC/TC,
caso Llamoja Hilares que citamos, establecieron: “(…) así, el modelo de la
motivación respecto de la prueba indiciaria se desarrollará según la siguiente
secuencia: hecho inicial-máxima de la experiencia-hecho final. O si se quiere, hecho
conocido-inferencia lógica-hecho desconocido”; asimismo, en su fundamento treinta,
agrega: “(…) el derecho a la presunción de inocencia no se opone a que la convicción
judicial en un proceso penal pueda formarse sobre la base de una prueba indiciaria, pero
para que ésta pueda desvirtuar dicha presunción debe satisfacer las siguientes exigencias
constitucionales. Los indicios han de estar plenamente probados, no puede tratarse de
meras sospechas, y el órgano judicial debe explicitar el razonamiento, en virtud del cual,
partiendo de los indicios probados, ha llegado a la conclusión de que el procesado realizó
la conducta tipificada como delito (…). En definitiva, si existe prueba indiciaria, el
Tribunal de instancia deberá precisar, en primer lugar, cuáles son los indicios probados
y, en segundo término, cómo se deduce de ellos la participación del acusado en el tipo
penal, de tal modo que cualquier otro Tribunal que intervenga con posterioridad pueda
comprender el juicio formulado a partir de tales indicios. Es necesario, pues (…), que el
órgano judicial explicite no sólo las conclusiones obtenidas sino también los elementos
de prueba que conducen a dichas conclusiones y el iter mental que le ha llevado a
entender probados los hechos constitutivos del delito, a fin de que pueda enjuiciarse la
racionalidad y coherencia del proceso mental seguido y constatarse que el Tribunal ha
formado su convicción sobre una prueba de cargo capaz de desvirtuar la presunción de
26
inocencia y, una vez alegada en casación la vulneración del derecho a la presunción de
inocencia, al Tribunal Supremo incumbe analizar no sólo si ha existido actividad
probatoria, sino si ésta puede considerarse de cargo, y, en el caso de que exista prueba
indiciaria, si cumple con las mencionadas exigencias constitucionales”; además, la
valoración de la prueba indiciaria, ha sido desarrollado en el Acuerdo Plenario
número uno guión dos mil seis/ESV guión veintidós, su fecha trece de octubre
de dos mil seis, que ha establecido como principio jurisprudencial de obligatorio
cumplimiento para todas las instancias judiciales el fundamento cuarto de la
Ejecutoria Suprema recaída en el Recurso de Nulidad número mil novecientos
doce guión dos mil cinco, su fecha seis de setiembre de dos mil cinco que
señala los presupuestos materiales legitimadores de la prueba indiciaria, única
manera que permite enervar la presunción de inocencia: “Que, respecto al indicio,
(a) éste – hecho base – ha de estar plenamente probado – por los diversos medios de
prueba que autoriza la ley -, pues de lo contrario sería una mera sospecha sin sustento
real alguno, (b) deben ser plurales, o excepcionalmente únicos pero de una singular
fuerza acreditativa, (c) también concomitantes al hecho que se trata de probar – los
indicios deben ser periféricos respecto al dato fáctico a probar, y desde luego no todos lo
son, y (d) deben estar interrelacionados, cuando sean varios, de modo que se refuercen
entre sí y que no excluyan el hecho consecuencia – no sólo se trata de suministrar
indicios, sino que estén imbricados entre sí– (…); que, en lo atinente a la inducción o
inferencia, es necesario que sea razonable, esto es, que responda plenamente a las reglas
de la lógica y la experiencia, de suerte que de los indicios surja el hecho consecuencia y
que entre ambos exista un enlace preciso y directo”.
2.4 Presunción de inocencia:
a) Tanto el principio de presunción de inocencia como el in dubio pro
reo, son manifestaciones del favor rei5, pues ambos inspiran al proceso penal
de un Estado democrático y su actuación de éstos se realiza en diversas
formas u opera en distintos planos; y,
b) El derecho a la presunción de inocencia consagrado en el artículo 2
inciso 24° literal e) de la Constitución Política d el Perú vigente, concordante

5
BINDER, Alberto. “Introducción al Derecho Procesal Penal”. Buenos Aires – Argentina: Editorial Ad hoc, 1993, p. 123.
Sostiene: “Construir con certeza la culpabilidad significa destruir sin lugar a dudas la situación básica de la libertad de
la persona imputada. Si existe ese grado de certeza, no se puede arribar a la decisión de culpabilidad. Ese es el
principio de favor rei, comúnmente mencionado como in dubio pro reo. Es decir, la situación básica de libertad”.
27
con los artículos 11 inciso 1° de Declaración Unive rsal de Derechos Humanos,
14 inciso 2° del Pacto Internacional de Derechos Ci viles y Políticos y 8 inciso
2° de la Convención Americana de Derechos Humanos d e San José de Costa
Rica, en virtud de los cuales, toda persona es considerada inocente mientras
no se haya declarado judicialmente su responsabilidad; a nivel interno, ha sido
objeto de desarrollo a través del artículo II inciso 1° del Título Preliminar del
Código Procesal Penal, que establece que toda persona imputada de la
comisión de un hecho punible es considerada inocente, y debe ser tratada
como tal, mientras no se demuestre lo contrario y se haya declarado su
responsabilidad mediante sentencia firme debidamente motivada. Para estos
efectos, se requiere de una suficiente actividad probatoria de cargo, obtenida
y actuada con las debidas garantías procesales.
2.5 Delito de omisión de auxilio o aviso a la autoridad.
2.5.1 El artículo 127 del Código Penal, establece: “El que encuentra a un
herido o a cualquier otra persona en estado de grave e inminente peligro y omite
prestarle auxilio inmediato pudiendo hacerlo sin riesgo propio o de tercero o se abstiene
de dar aviso a la autoridad, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de
un año o con treinta a ciento veinte días-multa”.
2.5.2 Elementos constitutivos del delito.
Desde el punto de vista doctrina, hemos tenido a la vista a Salinas
Siccha6, citado en el requerimiento primigenio de acusación de la página
veintitrés y a otros, según los cuales, vienen a ser:
a) Tipicidad objetiva.
El tipo penal recoge dos hipótesis delictivas. La primera que aparece
cuando el agente dolosamente omite prestar auxilio inmediato a un herido o
cualquier otra persona en estado de grave e inminente peligro; y, la segunda,
que se configura cuando el sujeto activo se abstiene de dar aviso a la autoridad
competente respecto del herido o la existencia de una persona en estado de
grave e inminente peligro. Se trata de hechos punibles de omisión propia,
donde se requiere infringir o lesionar una norma de mandato, la misma que
constituye el deber social de auxiliar o prestar ayuda diligente al prójimo que se

6
SALINAS SICCHA, Ramiro. “Derecho Penal Parte Especial”. Volumen 1. Editorial Iustitia, 6ta. Edición, octubre de dos
mil quince. Pp. 316-319.
28
encuentre en circunstancias concretas que encierran peligro para su vida o
salud.
El verbo “encontrar” ha generado en la doctrina discusiones nada
pacíficas. El presupuesto de la hipótesis delictivas descritas consiste en que el
agente debe encontrar al sujeto pasivo en una situación de peligro o riesgo
manifiesto, y grave e inminente para su vida o salud, ya sea herida o no.
Interpretando específicamente y en forma estricta el texto del tipo penal, se
entiende que el sujeto activo debe encontrar, tropezar, topar, coincidir o
chocar con la persona el peligro manifiesto, es decir, el agente debe chocar
físicamente con el sujeto pasivo o, en todo caso, hallarse en presencia física
con aquel. Por el contrario si ello no se produce, el hecho punible no se
configura.
Sujeto activo y pasivo.
El sujeto activo, puede ser cualquier persona y el sujeto pasivo, solo
puede ser una persona herida, es decir, que ha sufrido un daño contra su
integridad física grave, o aquella que se encuentra atravesando una situación
de grave e inminente peligro para su vida o salud. Pero como se ha
mencionado, la herida o el estado de peligro debe ser de magnitud suficiente
que impida valerse por sí sola a la víctima. Si llega a verificarse que la
persona herida o en estado de peligro fácilmente podía ponerse a buen
recaudo, de modo alguno podrá constituirse en víctima del hecho punible.
Villavicencio Terreros7, al desarrollar sobre el delito de omisión
impropia, específicamente sobre la posición de garante, refiere el delito de
omisión propia es una infracción de deber. Son garantes los individuos que
asumen deberes específicos mencionados de acción para evitar que se genere
el resultado típico. Este deber de impedir el resultado, sólo puede ser un
deber jurídico pues no basta el simple deber moral.
Bustos Ramírez, al desarrollar in extenso y descriptivamente sobre “el
deber jurídico de actuar”, sostiene en la doctrina; primero, fundado en fuentes
formales o puramente formales, sin considerar la legitimidad material de la
fuente y sus límites, no podría fundamentar, por ejemplo, un deber de evitar
el resultado entre una pareja de novios o entre tío y sobrino aun cuando

7
VILLAVICENCIO T., Felipe. “Derecho Penal Parte General”. Tercera edición, marzo 2009, Editorial Grigley. p.660.
29
vivieran bajo el mismo techo, pues no hay obligación entre ellos ni de carácter
contractual ni legal, al contrario, sí serviría para fundamentar una
responsabilidad por omisión entre cónyuges no divorciados que llevaran
separados de hecho muchos anos incluso cuando sean incapaces de
reconocerse en la calle; y, otro extremo de su análisis o segundo, al referirse a
fuentes materiales alude que debe determinarse materialmente qué personas
están socialmente en una posición de garante frente a un bien jurídico y agrega
que sólo respecto a éstas personas se consideran los delitos especiales,
porque tienen un deber jurídico específico que deriva de su posición de
protección al bien jurídico protegido, condicionada a su acreditación, luego
clasifica como fuentes de posición de garante que surgen: 1) Deber de
defensa de determinados bienes jurídicos ajenos, porque existe una persona
que no está en condiciones de proteger sus bienes jurídicos, su vida o bienes
por ejemplo, y hay otra que tiene el deber de salvar (deberes derivados de las
relaciones familiares de cuidado –padres con sus hijos y éstos con sus padres
ancianos, entre hermanos, entre cónyuges, etcétera-), de la condición de
representante del titular del bien jurídico –respecto de los bienes jurídicos e
intereses de las personas jurídicas, sólo puede actuar representadas-, de
estrecha relaciones de comunidad –de peligro, grupo de excursionistas y de
techo, personas que viven en común-, en razón de una asunción consentida de
una función de protección –del vigilante de una playa, guía de un excursión- y
asumidos unilateralmente –caso de un herido, de quien ayuda al ciego a cruzar
una calle, asume unilateralmente la protección de su vida y salud individual
frente a la posibilidad de que sea atropellada por un coche, considerada como
demasiada exigencia); y, 2) Deber de supervigilancia de determinadas fuentes
de peligro por cualquier bien jurídico, porque dentro de nuestro ámbito social,
puede haber fuentes de peligro respecto de los cuales tenemos un deber de
vigilancia para evitar que esos peligros se concreten en de los bienes jurídicos
ajenos, señalando como ejemplos: Un perro fiero, un industria que trabaja con
materiales fuertemente contaminantes, un almacén de explosivos, una mina, un
pariente agresivo que sufre una grave enfermedad mental o una enfermedad
grave contagiosa, clasificando a los que están dentro del ámbito de dominio
material (dueños de animales peligrosos, industrias, almacenes de explosivos,
30
en los que, el propietarios sin lugar a dudas tiene el deber de vigilar y tomar en
todo caso, la medidas de precaución) y de la supervigilancia que ha der ejercer
sobre el actuar de terceros que están bajo nuestro cuidado (responsabilidad
por el actuar de un inimputable, del que tiene posición de garante, los padres,
tutores, profesores, etcétera).
Tipicidad subjetiva.
La forma de redacción del tipo penal evidencia que se trata de un delito
netamente doloso. No cae la comisión por culpa. El sujeto activo actúa con
conocimiento de que el sujeto pasivo se encuentra en un grave e inminente
peligro y voluntariamente decide no prestarle el auxilio inmediato que amerita la
situación, sabiendo perfectamente que no corre ningún riesgo personal si
actuara. El error sobre cualquiera de los elementos del tipo anotados, ya sea
vencible o invencible, excluye el dolo, por lo tanto, el hecho sería atípico al no
haberse regulado la omisión de socorro culposo en nuestro Código Penal.
Bien jurídico protegido.
La ubicación sistemática del tipo penal en el corpus juris penale nos indica
claramente que el interés con relevancia jurídica que se pretende proteger con
las hipótesis delictivas lo constituye la vida y salud de las personas, bienes
jurídicos que se encuentran en grave e inminente peligro por el actuar doloso
del sujeto activo, mas no al seguridad de las personas.
Según Peña Cabrera Freyre8, lo que sanciona en la omisión del deber de
socorro es la infracción de deber de auxilio respecto al que se encuentra en
peligro, es decir, la omisión de la ayuda cuando es realmente exigible por
encontrarse el afectado desamparado y en un peligro manifiesto y grave.
2.5.3 Causa de la muerte: Shock séptico o sepsis.
a) Sepsis, sepsis grave y shock séptico9, la primera es el síndrome
causado por una respuesta desproporcionada o inapropiada del organismo
ante una infección, es un proceso complejo que puede afectar a cualquier
paciente, originarse en múltiples lugares y ser causado por diferentes
microorganismos, además se puede presentar con una multitud de
síntomas y signos, ninguno específico, varia en gravedad, desde una leve

8
PEÑA CABRERA PREYRE, Alonso Raúl. “Derecho Penal Parte Especial”. Tomo I. Editorial Idemsa. Tercera edición,
noviembre 2015. Pp.363.
9
FARRERAS, ROZMAN. “Medicina Interna”. Tomo IV. Editorial Elservier, p. 2320.
31
o corta fiebre a un shock séptico fatal; en cuanto a la segunda, es una
sepsis asociada a disfunción orgánica hipoperfusion (acidosis láctica, oliguria o
alteración del estado mental) o hipotensión; y, en cuanto al shock séptico, es
una sepsis grave con hipotensión, pese al aporte adecuado de líquidos (incluye
los pacientes que no están hipotensos, tras recibir fármacos inótropos o vaso
depresores), el aporte adecuado de líquidos se define como una infusión de
veinte a treinta mililitros decoloide. En suma son condiciones que conllevan alta
morbilidad y mortalidad10.
b) Para Achával11, al referirse a la concausa ignorada por el autor (uno
de los supuestos de ruptura del nexo causal o relación de causalidad), a la
septicemia o denominado para otros sepsis, considera como una de las
concausas simultáneas o contemporánea.
Tercero.- ANÁLISIS JURÍDICO FÁCTICO.
3.1 Del pedido de Nulidad de la sentencia.
3.1.1 Debida motivación en la valoración de la prueba.
El señor abogado del sentenciado recurrente, pidió a la Sala que
integramos, declaremos nula la sentencia, básicamente porque: Se habría
incurrido en indebida motivación, al no cumplir con las pautas de valoración de
la prueba que establece el artículo 393 inciso 2º del Código Penal, esto es,
valoración individual y conjunta de las pruebas; al respecto, señalamos:
a) De los argumentos expuestos por el Juez de instancia, en el numeral
nueve de la parte considerativa de la sentencia recurrida, si bien no realiza un
análisis individual y conjunto de las pruebas actuadas en el juicio oral e
inclusive omite valorar algunos medios de prueba, tales como los exámenes de
los Peritos Rosa Elizabeth Cabrera Palao, Henry Rolf Zela Campos, Jorge
Bustinza Valer, entre otros, que importaría una motivación insuficiente e
inobservancia del artículo 139 inciso 5° de la prec itada Constitución Política,
concordante con los artículos 123 inciso 1° del Cód igo Procesal Penal y 12 del
Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que
desarrollamos en el literal b) del numeral dos punto uno, también lo es que el

10
Acta Médica Peruana – sepsis – 3 y las nuevas definiciones, ¿Es tiempo de abandonar SIRS?. Disponible en:
http://wwwscielo.org.pe/scielo.php?pid=S1928-59172016000300008&script=sci_artext. Consulta: 31 de agosto de
2017 a horas:14:30.
11
ACHÁVAL, Alfredo. Manuel de Medicina Legal – Práctica Forense. Buenos Aíres – Argentina: Abeledo–Perrot,
Tercera edición, 1988, p.195.
32
objeto y los alcances de los citados artículos, ha sido precisado en la
Resolución Administrativa número 002-2014-CE-PJ, que hemos citado en el
marco jurídico normativo, de cumplimiento obligatorio, mediante la cual, como
en el presente caso, la sentencia apelada cuestionada en rigor con incidencia a
la valoración de la pruebas o de defectuosa motivación, antes que de
“indebida motivación”, el órgano jurisdiccional de revisión debe absolver el
grado, emitiendo decisión de fondo y que los supuestos defectos en la
motivación como la valoración de la prueba, no pueden ser causal de nulidad,
porque ello atentaría contra la independencia del Juez reconocida por la
Constitución, a través del citado artículo 139 inciso 2° párrafo segundo de la
Constitución Política vigente, desarrollado por el artículo 16 del Texto Único
Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial;
b) Siendo ello así, el fundamento de “indebida motivación” respecto de
la valoración individual y conjunta de los medios de prueba, en rigor no
constituye argumento suficiente que justifique la nulidad de la sentencia
recurrida, por cuanto si bien no existe un análisis individual y conjunto de los
medios de prueba actuados en el juicio oral, empero el señor Juez de instancia,
realizó un análisis de las pruebas que a su juicio son relevantes para dar por
acreditado la realidad del delito y la responsabilidad del sentenciado recurrente,
aun cuando no compartiéramos con dicho razonamiento, que justifican su
decisión;
c) Además, el nuevo Modelo Procesal Penal, no asume ni prevé como
finalidad del proceso la forma por la forma, que obligue al Poder Judicial,
invalidar actos jurídicos procesales (sentencia), por cualquier vicio procesal al
momento de emitir la sentencia apelada; siendo de observancia obligatoria lo
dispuesto en la Resolución Administrativa número 002-2014-CE-PJ de fecha
siete de enero de dos mil catorce, emitida por el Consejo Ejecutivo del Poder
Judicial, debiéndose privilegiar además, la aplicación de los principios de
trascendencia, conservación y celeridad procesal, previstos en los artículos 6
del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, 152 del
Código Procesal Penal y 172 párrafo cuarto del Código Procesal Civil, esto es,
aun cuando existiese errores de hecho o de derecho en la motivación de la
resolución impugnada, nos corresponde emitir decisión de fondo del asunto
33
jurídico, sea revocando o confirmando, todo ello subsanando o corrigiendo
dichos defectos formales del proceso o la motivación insuficiente o indebida
valoración de las prueba; por lo que, en estricta aplicación del principio de
taxatividad regulado en los artículos 149 y 150 del Código Procesal Penal, no
es atendible el pedido de nulidad de la sentencia.
3.1.2 Principio de congruencia entre la acusación y la sentencia.
El señor abogado del sentenciado recurrente, durante sus alegatos
también incidió en la vulneración del principio de correlación, es decir,
incongruencia entre los hechos descritos en la acusación y la sentencia,
específicamente en la causal del peligro inminente; al respecto, sostenemos:
a) De los hechos postulados por el representante del Ministerio Público,
en contra del hoy sentenciado recurrente Nick Fernando Pari Apaza,
advertimos que en el requerimiento de acusación de las páginas dos y
siguientes de autos, específicamente en los hechos atribuidos, en lo respecta a
la causal de peligro inminente de la agraviada Q.E.V.F. Carmen Jhassel Calixta
Vargas Palomino, se señala que habría sido producto de la ingesta de
fármacos “Kysof y sertirina”, ingesta de alcohol (cerveza) y el estado de
depresión en que se habría encontrado la misma, precisando en las
circunstancias posteriores la causa de la muerte, falla multiorgánica, shock
séptico refractario y sepsis severa –véase específicamente las páginas tres y cuatro de autos-;

asimismo, en la subsanación de las páginas veintiuno y siguientes, se señala:


“La hoy fallecida se encontraba en inminente peligro puesto que había ingerido fármacos
(pastillas) denominados “kysof y sertirina” y además había ingerido bebidas alcohólicas
lo cual obviamente pudiera ser y fue nocivo para su vida, conforme se puede desprender
del informe médico pericial de parte de fecha 22 de junio de 2016. Que con respecto a las
causas de la muerte, basado en los documentos revisados, los hallazgos clínicos de la
historia clínica y de la necropsia post exhumación, podemos plantear las siguientes
causas de muerte: Causa final (falla multiorgánica); causa intermedia (shock
distributivo refractorio); causa intermedia (síndrome serotoninergico); y, causa básica:
ingesta toxica de fármacos, agente causante: antidepresivo-sertralina” –véase cuarto párrafo de
la página veintidós-; y, finalmente en la subsanación de la acusación de las páginas
veinticuatro y siguientes, también se hace referencia a la ingesta de pastillas
(sertralina), estado de ebriedad por haber ingerido cerveza y mal estado
34
emocional –véase párrafo segundo de la página veinticinco-; cuya causa de fallecimiento, al
decir del Ministerio Público y del actor civil, respectivamente, tendría relación
con el delito investigado y materia de sentencia condenatoria.
b) Sin embargo, teniendo en cuenta tales hechos descritos en el
requerimiento de acusación y sus correspondientes subsanaciones, en cuanto
a la causal del peligro inminente, con vista de los referidos argumentos
esgrimidos en la sentencia, materia de impugnación, en rigor no afecta al
principio de congruencia entre los hechos descritos en la acusación y los
probados en la sentencia, toda vez que en la examinada acusación,
apreciamos que el Ministerito Público, señala como la causa del peligro
inminente, la ingesta de pastillas “Kysof y Sertirina”, de alcohol y el mal estado
de ánimo, así como también señala como causa de la muerte falla
multiorgánica, shock séptico refractario y sepsis severa, así como ingesta toxica
de fármacos antidepresivo-sertralina; y, en la sentencia recurrida, concluye
como acreditado dicho elemento objetivo del tipo, esto es, encontrar a un
herido o a cualquier otra persona en estado grave e inminente peligro,
refiriéndose a la ingesta de pastillas “Kysof y Sertirina”, de alcohol y el mal
estado de ánimo, cuando analiza los mensajes de texto; y,
c) Estando a la razón expuesta que precede, es de observancia el
Acuerdo Plenario número 4-2007/CJ-116, que precisa el contenido y alcances
del principio de congruencia procesal que debe existir entre los hechos
postulados en la acusación y los hechos materia de sentencia, estableciendo
que la sentencia no puede contener un relato fáctico que configure un
tipo penal distinto o que introduzca circunstancias diferentes o nuevas
que agraven la responsabilidad del acusado, lo que no significa una
exactitud matemática entre el hecho acusado y hecho condenado; por lo que,
los hechos constitutivos del delito materia de acusación y sentencia, no fueron
variados por el magistrado sentenciador, porque tales hechos siempre
existieron y como tal, ha sido objeto de debate contradictorio durante el juicio
oral de instancia, de allí que, no se afectó de modo alguno aquel principio de
congruencia entre acusación y sentencia, previsto en el artículo 397 inciso 1°
del Código Procesal Penal, que desarrollamos con vista de las jurisprudencias
del Tribunal Constitucional y de las Salas de la Corte Suprema de Justicia de la
35
República; en todo caso, corresponde a la Sala que integramos, verificar si
dicha imputación fue acreditada o no con la prueba actuada durante el juicio
oral de instancia.
3.2 Revocatoria de la sentencia.
3.2.1 La sentencia materia de impugnación, en cuanto al elemento
objetivo del tipo, consistente en encontrar a un herido o a cualquier otra
persona en estado grave e inminente peligro, se sustenta esencialmente en
la transcripción de los mensajes de texto intercambiados por el acusado y la
agraviada Q.E.V.F. Carmen Jhassel Calixta Vargas Palomino, de fecha once
de setiembre de dos mil catorce, extremo cuestionado por la defensa del
recurrente, en el sentido de que en dichos mensajes, no existiría una referencia
expresa e inequívoca respecto de que la agraviada hubiera ingerido sertralina,
tampoco que haya estado bebiendo cerveza, así como que existiría en dichos
mensajes un animus jocandi y que no estaría probado con prueba científica
dichos extremos, respecto de los cuales, sostenemos:
a) Según el requerimiento de acusación, tenemos que el estado de
grave e inminente peligro, en que habría estado la agraviada Q.E.V.F. Carmen
Jhassel Calixta Vargas Palomino, en fecha once de setiembre de dos mil
catorce, sería la ingesta de las partillas “Kysof y Sertirina”, alcohol (cerveza) y
depresión, dándose a entender que estos habrían provocado el shock séptico;
y, además, en el antepenúltimo párrafo de la página veintidós, se precisa como
agente causante antidepresivo-sertralina, causa básica ingesta de fármacos;
los que serán materia de examen y verificación en las pruebas actuadas y
debidamente incorporadas en el juicio oral de instancia, a través de esta
sentencia de vista.
b) La defensa cuestionó el aspecto formal de la transcripción de
intercambio de mensajes de texto, de las páginas cincuenta y ocho al sesenta y
dos del expediente judicial, realizado por el Notario Público Jesús Suni Huanca,
señalando que el Juez de instancia, habría justificado que sería un error de que
se haya consignado número de celular y código IMEI diferentes; sin embargo,
este cuestionamiento, no es atendible, toda vez que en efecto conforme lo
sostiene el señor Juez de instancia, existe coherencia lógica en las
conversaciones por mensaje de texto en los minutos y los textos escritos.
36
c) Ahora bien, de aquella prueba documental (transcripción de
intercambio de mensajes de texto), tenemos que la agraviada Q.E.V.F. Carmen
Jhassel Calixta Vargas Palomino, es considerada como “Personaje dos” y el
hoy sentenciado recurrente Nick Fernando Pari Apaza, como “Personaje uno”,
conversaciones que tienen como hora de inicio trece horas con cero tres
minutos del once de setiembre de dos mil catorce, en la que, apreciamos que
la ahora finada agraviada Carmen Jhassel Calixta Vargas Palomino, escribe
texto legibles e incomprensibles, entre otros: “Dormiría gel iz si me dices q me
amas” y el “personaje dos” responde: “Bueno también salúdame a Alicia delgado le
dices que gustan sus canciones” y la agraviada responde “jijiji”; asimismo, más
adelante, el hoy sentenciado recurrente, dice: “ah y por quien ibas a votar en las
lecciones para en tu memoria apoyarlos pe” y la agraviada, dice: “Dolo broma y buena
como se nota q nunca sabes q me esta pasando y q estoy sintiendo en vez q te burles”, a
lo que, el citado sentenciado, responde: “Bueno si eso piensas…caballeros…pero tu
tampoco sabes eso de mí” y la agraviada, dice: “Tonces dejarlo asi amor” y luego
dice: “Uossd te amo sip mi cu3rpo x Dios q se adormece. Te amo esto llegó al final”;
asimismo, advertimos que la agraviada, refiere: “Kysof y sertirina (…) No eso me
dio una psiqioatr (…) Pero ojala aha efecto unos dizepanes ma (…) ya no seré tu
molestia ni de nadie siento mis la dios adormecido as (…) Ojala esto termine asi s9lo
DG (…) Yoy mal amor (…) Ty Mah (…) Siendo frio y sueño no mas creo q ya llego la
hora de la sespediday”; más adelante, la agraviada vuelve a decir al hoy
sentenciado: “Nick estoy mal” y éste le responde: “Yo toy de hambre y ati ni te ha
importado” y ella responde: “Yo me estoy muriendo tampoco te importa”; más
adelante, la agraviada dice: “Estoy mal. De veras q tome uchs pastillas. Mi curpo se
ado se atotmese (…) x Dios”, reiteramos, entre otros mensajes de texto,
concluyendo a horas catorce con treinta y cinco minutos, con el mensaje de
texto enviado por el hoy sentenciado; reanudándose, dichos mensajes de texto
a horas diecinueve con treinta y dos del miso día, concluyendo a horas
diecinueve con cuarenta minutos.
d) Del contexto de toda la conversación, apreciamos que la agraviada
Q.E.V.F. Carmen Jhassel Calixta Vargas Palomino, hay momentos en que
escribe de manera legible y otras ininteligibles, además se denota que esos

37
mensajes, se dan en un contexto de discusión y en ese contexto, pese a que la
agraviada pudo haber estado mal de salud y ello no descarta que los mensajes
haya tenido animus jocandi que refiere la defensa; por lo que, dichos mensajes
de texto, a criterio de la Sala que integramos, por sí solos, no pueden constituir
prueba suficiente que de por acreditado el referido extremo, si no está
corroborado con otros medios de prueba idóneos que revistan las frases ahí
vertidas, en particular la ingesta de fármacos y bebida alcohólica (cerveza).
e) En la sentencia materia de grado, se señala que el intervalo de tiempo
en la que no existen mensajes de texto, sería porque el acusado fue a visitar a
la agraviada, esto es, después de catorce horas con treinta y cinco minutos,
antes de diecinueve horas con treinta y dos minutos, aspecto que da por
acreditado con la declaración de Antonio Vargas Mamani; cuya declaración,
apreciamos que fue prestada en la sesión de juicio oral de fecha doce de junio
de dos mil diecisiete, donde básicamente dijo: “(…) en fecha 11 de setiembre de
2014 en horas de la tarde me encontraba trabajando y a eso de las cuatro llego a mi
casa y vi que la cortina de la sala de mi hija se movía y cuando estaba abriendo
la puerta me abre el señor Nick Fernando me dijo que estaba con mi hija
Carmencita y yo me retiro a la segunda planta porque respeto la privacidad de
mi hija (…) cuando me abrió la puerta el señor Nick no tuve ningún tipo de
comunicación, no me ha dicho en absoluto nada que mi hija estaba mal (…) el 12 de
setiembre del 2014 , en horas de la noche tuve comunicación con el señor Nick Pari
Apaza yo tenía el teléfono de mi hija en el bolsillo escucho una llamada soy Nick me dijo
quiero hablar con Carmencita, le dije Carmencita está acá en la clínica ven vas a
conversar qué le ha pasado le dije, estaba vomitando no más me dijo, nada más me dijo,
la llamada ha sido poco tiempo, después me cortó la llamada (…)”; ésta declaración,
daría cuenta de que el hoy sentenciado, el once de setiembre a horas cuatro de
la tarde, estuvo con la agraviada.
f) Asimismo, en la sentencia se señala que está corroborada con la
declaración de Elsa Yolanda Palomino de Vargas, quien en la referida sesión
de audiencia, dijo esencialmente: “(…) el día 11 de setiembre de 2014 a horas ocho
de la mañana estaba en mi casa yo solita me estaba alistando para ir a Puno, justo mi
hija llegó a las diez, en ese momento me dijo voy a arreglar mi departamento luego voy a

38
la U me dijo, me he preparado un caldito se ha comido en ese momento me despachó ella
misma, ese día me he ido a Puno, regresé las seis a siete más o menos me encontré con
mi esposo que estaba bajando del segundo piso, él me dijo no entres ahí esta Nick me
subí arriba (…)”; la que, en efecto tendría alguna relación con el padre de la
finada agraviada.
g) De las examinadas declaraciones, advertimos que el hoy
sentenciado recurrente, efectivamente visitó a la agraviada Q.E.V.F. Carmen
Jhassel Calixta Vargas Palomino, el once de setiembre de dos mil catorce,
después de catorce horas con treinta y cinco minutos, y se retiró antes de
diecinueve horas con treinta y dos minutos, presumimos por los mensajes de
texto que recibió, pero de modo alguno acredita el grave e inminente peligro en
que se hubiera encontrado la misma.
h) Ahora bien, en los mensajes de texto examinados, revelaría presunta
ingesta de fármacos consistente en kysok, sertirina y diazepán, la que a criterio
del señor Juez de instancia, daría por acreditado el grave e inminente peligro
en que habría estado la agraviada; sin embargo, omite valorar lo referido por el
Perito Jorge Bustinza Valer, quien al ser examinado en la sesión de juicio
oral, respecto del dictamen pericial número 03-2016, glosada en la página
ciento veinticuatro y vuelta del expediente judicial, concluye: “(…) Los hallazgos
en químico toxicológico de animas de descomposición son resultados de la putrefacción
del cuerpo y no encontraron sustancias que le haya provocado la muerte”; y, en
dicho dictamen y conclusiones, el señor perito en mención, se ratificó al ser
examinado en el juicio oral, al ser preguntado por el Juez, dijo: “Cuando se pone
que no hay sustancias toxicológicas que provocan la muerte, me refiero a los fármacos,
yasepan, raticidas, insecticidas o venenos, en ninguna de la muestras se encontró esas
sustancias (…)”. En consecuencia, aquélla supuesta ingesta de fármacos
mencionados en los mensajes de texto, resaltados como parte de los hechos
imputados e inclusive de insistencia en los argumentos del señor Fiscal
Superior, durante la primera sesión de la audiencia de apelación de sentencia,
cuando reiteradamente afirmó que la ingesta de esos fármacos y la cerveza,
provocó una intoxicación, ha sido desvirtuado por la conclusión pericial
transcrita que precede, ratificado y precisado por su otorgante en el juicio oral.

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i) Además, la ingesta de licor (cerveza) a que hace referencia el
representante del Ministerio Público, en su requerimiento de acusación, no
tiene sustento probatorio, toda vez que únicamente existe la afirmación de
Antonio Vargas Mamani, cuando al prestar su declaración durante el juicio oral,
refirió: “Encontró cuatro botellas de cerveza en la habitación de su hija, probablemente
haya tomado mi hija con el señor Nick”; sin embargo, ésta aseveración transcrita,
no está corroborada con ningún otro medio probatorio, tal como alegó la
defensa del recurrente sentenciado, en el sentido que no existe en autos,
prueba pericial alguna, que evidencie la ingesta de cerveza, tampoco ello se
desprende de los mensajes de texto antes referidos, máxime que de la hoja de
interconsulta de la página sesenta y siete que forma parte de la historia clínica
debidamente incorporada en la sesión de juicio oral de la página cientos treinta
y dos del doce de junio de dos mil diecisiete, establecemos que la finada
Carmen Jhassel Calixta Vargas Palomino, presentó mioma uterino gigante que
cursa con shock séptico de rápida evolución refractario a la terapia hídrica e
inotrópica, agregando a ello, el shock séptico de EAD, Acidosis metabólica
severa, disfunción renal aguda y disfunción multiorgánica, que implicaban
infección generalizada ajenas a lo argüido ingesta de fármacos y bebida
alcohólica (cerveza).
j) Igualmente, si bien el señor Fiscal Superior, durante la audiencia de
apelación de sentencia, señaló que el sentenciado recurrente, en su
declaración previa, no habría negado la ingesta de cerveza, presumimos por
parte de la agraviada; sin embargo, durante las sesiones del juicio oral del
Juzgado de primera instancia, dicho recurrente no prestó declaración alguna y
la indicada declaración previa, no ha sido incorporada en el juicio oral al
presente proceso.
k) En la sentencia materia de grado, se tiene como argumento que el
grave e inminente peligro, en que habría estado la agraviada Q.E.V.F. Carmen
Jhassel Calixta Vargas Palomino, el once de setiembre de dos mil catorce,
porque el hoy sentenciado recurrente, el día doce de setiembre de dos mil
catorce y en horas de la noche, mediante teléfono habría manifestado que
Carmencita, estaba vomitando, ello afirma teniendo en cuenta la declaración
prestada por Antonio Vargas Mamani y en efecto dicha afirmación existe –véase

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párrafo primero de la página ciento vientres-, empero nuevamente no está corroborada con
otros medios de prueba, toda vez que la llamada a que hace referencia dicho
testigo, supuestamente habría sido realizada en horas de la noche del doce de
setiembre de dos mil catorce al número celular de la agraviada, la cual según la
documental consistente en el secreto de levantamiento de las comunicaciones
tendría el número 992794486 y el número del sentenciado recurrente, sería el
951772131; sin embargo, de las llamadas entrantes y salientes de las páginas
ciento siete y ciento ocho del expediente judicial, no apreciamos ninguna
llamada entrante ni saliente del número de celular 951772131, de propiedad del
hoy sentenciado al número celular 992794486 y en horas de la noche del día
doce se setiembre de dos mil catorce.
l) El grave e inminente peligro en la que supuestamente la agraviada
Q.E.V.F. Carmen Jhassel Calixta Vargas Palomino, estaba el once de
setiembre de dos mil catorce, no está fehacientemente acreditado, toda vez
que las ingestas de fármacos a que se hace referencia en los mensajes de
texto y que forman parte de la acusación, insistimos no tiene respaldo
probatorio, más aun cuando según el certificado de defunción de la página
setenta y vuelta del expediente judicial, es: sepsis severa, shock séptico
refractario y falla multiorgánica.
ll) El Perito Ricardo Enrique Portugal Galdós, al ser examinado en juicio
oral, entre otros, señaló: “(…) para llegar al diagnóstico de la paciente se
requirió 01 hora debido a que para pasar a shock séptico se requiere 06 horas y el
shock séptico es una causa de mortalidad (…) la sepsis severa es lo que inicia el
proceso, el shock séptico se da porque no responde al tratamiento (…) la sepsis no
siempre es diagnosticada, no es algo sencillo, ha sido un cuadro fulminante, la
enfermedad de la señora Carmen avanza muy rápido (…) el estado emocional
en el caso de la sepsis no influye, no es posible establecer el estado de la sepsis,
que ha sido a su percepción de evolución fulminante (…) la causa de la sepsis no
lograron determinar el lugar donde se originaron la infección, en ello se concluyó por
una inferencia científica de que de alguna forma llegó el germen a su sangre (…)”;
resaltado por la defensa del sentenciado recurrente y no contradicho por el
señor Fiscal Superior ni por la defensa del actor civil, en la primera sesión de
esta audiencia de apelación de sentencia.
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m) En consecuencia, por lo descrito en el literal que precede, el grave e
inminente peligro en la que supuestamente se encontraba la agraviada,
conforme refirió la defensa del sentenciado recurrente, si ésta ingresó a la
clínica a horas cero ocho horas y cincuenta y tres minutos del día doce de
setiembre de dos mil catorce, conforme se tiene de la ficha clínica de atención
de la página sesenta y tres y vuelta del expediente judicial y, si para llegar al
diagnóstico se requirió una horas, la sepsis severa que provoca el proceso,
entonces esta debió haberse producido aproximadamente a horas tres a cuatro
de la mañana del día doce de setiembre de dos mil catorce, máxime si al decir
del Perito antes referido, la sepsis ha sido de cuadro fulminante y de avance
rápido; por lo que, cuando el sentenciado recurrente, visitó a la agraviada
después de catorce horas con treinta y cinco minutos, y antes de diecinueve
horas con treinta y dos minutos del once de setiembre de dos mil catorce, la
agraviada Q.E.V.F. Carmen Jhassel Calixta Vargas Palomino, no pudo haberse
encontrado en un estado de grave e inminente peligro, que haya tenido la
magnitud suficiente que a su vez haya impedido valerse por sí sola o que
el hoy sentenciado recurrente pudiera haber advertido, más aun si el Perito
antes referido, precisó que la sepsis no siempre se diagnostica y con mayor
razón, no pudo haber percibido o presumido de ese estado el sentenciado
recurrente, que la finada tenía una enfermedad tan grave que terminó
falleciendo con sepsis severa.
n) Aunado a ello, con vista de la doctrina que mencionamos en el sub
numeral dos punto cinco punto dos, no debemos perder de vista, entre otras, la
desarrollada por Salinas Siccha, al referirse al sujeto pasivo del delito materia
de imputación, sostiene que si llega a verificarse que la persona herida o en
estado de peligro, fácilmente podía ponerse a buen recaudo, de modo
alguno podrá constituirse en víctima del hecho punible. Si ello es así, la
agraviada de haberse encontrado en grave e inminente peligro desde horas
trece con cero tres minutos, en que se da inicio a la conversación por mensaje
de texto con el sentenciado recurrente, hasta antes de las diecinueve horas con
treinta y dos minutos del día once de setiembre de dos mil catorce, momento
en la que, concluye la conversación, no estaba impedida de valerse por sí sola,
toda vez que si estaba en la posibilidad en enviar mensajes de texto al hoy
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sentenciado, pudo fácilmente ponerse a buen recaudo, llamando a sus padres,
con quienes vivían en la misma casa o en términos de Bustos Ramírez, sus
progenitores estaban inmersos dentro de las fuentes materiales de la posición
de garante, no solamente por los deberes derivados de las relaciones
familiares de cuidado e inclusive por estrechas relaciones de comunidad (de
techo, personas que viven en común), que reseñamos en el sub numeral dos
punto cinco punto dos; siendo así, los referidos progenitores no tenían
impedimento alguno para evitar el grave e inminente peligro en que habría
estado su hija; y,
o) Finalmente, el estado de depresión a que se hace referencia, se tiene
que del examen del Perito Ricardo Enrique Portugal Galdós, no influye en la
sepsis severo, el que es desvirtuado por la madre de la agraviada Q.E.V.F.
Carmen Jhassel Calixta Vargas Palomino, durante el juicio oral, en el sentido
de que “su hija era contenta, alegre, feliz y le dijo nos vamos a ir a Islay me falta un
solo examen me decía” –véase primer párrafo de la página ciento veinticinco de autos-.
En consecuencia, el presunto estado de grave e inminente peligro, en
que habría encontrado el hoy sentenciado a la agraviada Q.E.V.F. Carmen
Jhassel Calixta Vargas Palomino, cuando visitó después de catorce horas con
treinta y cinco minutos, y antes de diecinueve horas con treinta y dos minutos,
por cuanto este delito tiene como verbo rector el de “encontrar” y, en ese
estado de peligro, haya omitido prestarle auxilio inmediato, no está acreditado;
por lo que, corresponde absolverse al sentenciado recurrente Nick Fernando
Pari Apaza.
3.3 En cuanto al recurso de apelación interpuesto por el actor civil
Antonio Vargas Palomino, objeto de debate y contradicción durante la
audiencia de apelación de sentencia, sostenemos que debe declararse
infundado, toda vez que no está acreditada la realidad del delito y mucho
menos la responsabilidad del sentenciado Nick Fernando Pari Apaza; por lo
que, no corresponde imponerse ningún monto por concepto de reparación civil.
Cuarto.- RESPONSABILIDAD Y ANÁLISIS DE LOS ELEMENTOS
DEL DELITO.
En el presente caso, habiendo concluido de manera objetiva que, no
está acreditada la realidad del delito de omisión de auxilio o aviso a la
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autoridad, previsto por el artículo 127º del Código Penal; por tanto, de la
participación en dicho delito por parte del sentenciado apelante Nick Fernando
Pari Apaza, por insuficiencia de pruebas respecto de la realidad del delito, no
corresponde examinar ni analizar los demás elementos del delito:
Antijuridicidad, la culpabilidad, inclusive la subsunción, previo a ellos al tipo
penal que ha precisado el señor Fiscal, en su requerimiento de acusación de
folios uno al siete, esto es, si la conducta es o no reprochable, si es contraria o
no al ordenamiento jurídico, si está o no inmersa en alguna de las causales de
justificación o cancelación de punibilidad; asimismo, no corresponde
fundamentar para los efectos de la individualización de la pena, el tiempo de
duración y su forma de ejecución, así como imponer el monto de la reparación
civil, solicitada por el actor civil Antonio Vargas Mamani.
Quinto.- PRESUNCIÓN DE INOCENCIA.
Por las razones expuestas en los considerandos segundo al cuarto que
anteceden, la presunción de inocencia argüida por el sentenciado apelante
Nick Fernando Pari Apaza, consagrado en el artículo 2 inciso 24° literal e) de la
Constitución Política del Perú de mil novecientos noventa y tres, concordante
con los instrumentos supranacionales sobre derechos humanos que
desarrollamos en el marco jurídico de esta sentencia de vista, no ha sido
descartado ni desvirtuado por el Ministerio Público, más allá de la duda y
mediante actuación de pruebas obtenidas con observancia de las garantías
que hemos analizado.
En conclusión, la Sala que integramos, no tiene otra alternativa que
revocar la sentencia apelada condenatoria, en ejercicio de la atribución
conferida por el precitado artículo 419 incisos 1° y 2° del Código Procesal
Penal.
III.- DECISIÓN:
Por estas consideraciones; impartiendo justicia a nombre del Pueblo de
quien emana esa voluntad y de la jurisdicción que ejerce Sala Superior Penal
de Apelaciones de la provincia de San Román – Juliaca, con competencia
territorial en todo el distrito judicial de Puno, en los procesos sobre delitos
aduaneros, tributarios, de mercado y ambientales, en adición Sala Penal

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Liquidadora de la zona norte de la Corte Superior de Justicia de Puno; por
unanimidad:
3.1 Declararon FUNDADO en parte el recurso de apelación interpuesto
por el sentenciado Nick Fernando Pari Apaza a través de sus señores
abogados Jhan Carlos Bravo Ferrofino y Katerin Paola Layme Zapana, a través
del escrito de las páginas ciento ochenta y tres al ciento noventa y seis,
sustentado en la audiencia de apelación por el señor abogado Julio Santa Cruz
y, en consecuencia,
3.2 REVOCARON la sentencia condenatoria en original número
ochenta y cinco guión dos mil diecisiete, contenida en la resolución número
once guión dos mil diecisiete de las páginas ciento cincuenta al ciento sesenta
y cinco del dieciséis de junio de dos mil diecisiete, por la que, el Juez del
Segundo Juzgado Penal Unipersonal, condenó al acusado Nick Fernando
Pari Apaza, con la generales de ley que precisa, como autor del delito contra
la vida, el cuerpo y la salud, en su modalidad de exposición a peligro o
abandono de persona en peligro, en su forma de omisión de auxilio a persona
en peligro o aviso a la autoridad, previsto y sancionado en el artículo 127 del
Código Penal, en agravio de Q.E.V.F Carmen Jhassel Calixta Vargas
Palomino, representada por sus herederos Antonio Vargas Mamani y Elsa
Yolanda Palomino de Vargas, imponiéndole cuatro meses de pena privativa de
libertad, con el carácter de suspendida en su ejecución por el plazo de un año
sujeto a reglas de conducta y al pago de la suma de treinta y cuatro mil
trescientos noventa y cuatro soles, por concepto de reparación civil a favor de
la parte agraviada; y, con las demás que la contiene; y, REFORMÁNDOLA
dicha sentencia, ABSOLVIERON al precitado acusado Nick Fernando Pari
Apaza, con la generales de ley que precisa, como presunto autor del delito
contra la vida, el cuerpo y la salud, en su modalidad de exposición a peligro o
abandono de persona en peligro, en su forma de omisión de auxilio a persona
en peligro o aviso a la autoridad, previsto y sancionado en el artículo 127 del
Código Penal, en agravio de Q.E.V.F. Carmen Jhassel Calixta Vargas
Palomino, representada por sus herederos Antonio Vargas Mamani y Elsa
Yolanda Palomino de Vargas, ORDENARON el sobreseimiento definitivo de la
causa; consentida o ejecutoriada que sea ésta sentencia y DISPUSIERON la
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anulación de los antecedentes policiales y judiciales derivados con motivo de la
formalización de la investigación preparatoria, respecto del acusado absuelto,
con tal propósito dispusieron remitir copias de ésta sentencia a la Policía
Nacional, al Instituto Nacional Penitenciario y demás comunicaciones de ley.
3.3 Declararon INFUNDADO el recurso de apelación interpuesto por
Antonio Vargas Palomino de las páginas ciento setenta y uno al ciento setenta
y ocho; y,
3.4 ORDENARON la devolución de la presenta carpeta y sus
acompañados al juzgado de origen. Intervino como Juez director de debates y
ponente de esta sentencia Mamani Coaquira. Tómese razón y hágase saber.-
S.S.
MAMANI COAQUIRA

LAYME YEPEZ

GALLEGOS ZANABRIA

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