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Subtemas:
El miedo escénico, causas y síntomas
Cómo manejarlo
Desarrollo:
El miedo escénico, causas y
síntomas
Son varias las
desenvolvimiento adecuado de quien quiere hablar en público. El
miedo es uno de los principales, y paradójicamente al que más le temen las personas
cuando les toca “enfrentar” a casi cualquier tipo de público.
El miedo escénico es una emoción y un estado psicofísico que inhibe el proceso
comunicacional, y dificulta la capacidad expresiva y la conducta naturales de quien lo
sufre. En otras palabras, que la comunicación sea fácil, natural y efectivo, con el menor
esfuerzo. Este miedo puede ir desde una simple timidez hasta el pánico o la fobia, y
solo surge en presencia de grupos de personas o como consecuencia de pensamientos
acerca de nuestra actuación frente a ellos. Es considerado uno de los miedos más
poderosos en las
personas.
Causas
Este es provocado por el mismo orador:
Al imaginarse que, de alguna manera, las cosas van a salir mal. Esto puede suceder
por alguna mala experiencia que haya tenido o visto, y le haya quedado fuertemente
grabada.
Al subestimarse, porque piensa que no podrá hablar al público exitosamente.
Al
sobre exigirse y no poder aceptar sus errores.
Al “sentir” que lo observan, lo
juzgan, lo critican y, al final, no lo van a apreciar (lo van
a rechazar).
Otras causas posibles pueden ser:
Desconocimiento parcial del tema.
Poca convicción en lo que va a decir.
Falta de preparación psicológica y técnica previa.
Miedo a lo inesperado y a no poder manejarlo.
causas que
obstaculizan el
Y en lo
Falla de la memoria (lagunas mentales) Pensamientos pesimistas
Confusión de
ideas
Fallas en la concentración
Auto exigencia excesiva
Vergüenza, pena
Temor al rechazo, al error, al fracaso y/o al
ridículo
conductual, los comportamientos más vistos son:
Evitación de la acción
Intentos de huida
Movimientos torpes
Tics nerviosos y otros
automatismos Falla del habla
Tartamudez
Atropellamiento verbal
Reducción de volumen de la voz
Silencios
frecuentes o largos
Llanto o risa
En algunos casos, uso voluntario de licor y drogas
tranquilizantes
Material propiedad de MCA Business & Postgraduate School Higher Education 2
Cómo manejarlo
Falsas técnicas para manejar el miedo escénico
Son muchos los intentos que se han hecho para controlar, manejar o suprimir este
miedo, y es justamente en esta tentativa que han surgido “técnicas” inapropiadas que,
aunque parecen efectivas, en el fondo constituyen realmente desviaciones u
obstáculos de un proceso que debería ser real y efectivo. Entre ellas tenemos:
X No mirar al público: Creer que no fijarse en las expresiones, las miradas y las
reacciones del público evitarán que la persona se ponga nerviosa.
X Imaginarlos desnudos: Pensar que al “ver” a las personas en una situación
incómoda o que les “dé” vergüenza no le observarán de manera crítica o les quitará su
poder hacia quien habla.
X Imaginarlos en el sanitario: Esta falsa técnica es similar a la anterior y consiste en
imaginar a todo el auditorio sentado en el sanitario haciendo una necesidad fisiológica
que les “ponga” en una situación vergonzosa.
X Aguantar la respiración: Realizar actos orgánicos que desvíen la atención del
miedo y la dirijan hacia otra cosa. Esta práctica es muy contraproducente debido a que
disminuye la cantidad de oxígeno del cuerpo y del cerebro, justo cuando más se
necesita.
X Tener algo en las manos: Usada para canalizar la energía nerviosa hacia el objeto
que se tenga en las manos. Aparenta ser una buena práctica, pero realmente limita la
expresión de las manos y, tarde o temprano, el público notará el nerviosismo porque
puede caerse el objeto, temblar en las manos del orador o enredarse con él.
X Provocarse dolor: Es similar al de aguantar la respiración; la intención es desviar la
atención del evento y del miedo. Además de ser una técnica falsa, no se puede uno
infligir dolor en todo momento antes de la presentación, mucho menos durante esta.
X Tomarse un trago de alcohol: Una de las peores maneras de manejar el miedo
escénico. Entre los perjuicios están la mayor tendencia a la adicción, dependencia
negativa (cuando no haya alcohol, no habrá control), y todos los perjuicios orgánicos
que pueda traer el hacerse asiduo a estas bebidas.
X Fijarse en una sola persona: Centrarse en una persona que esté atenta y que
apruebe la presentación. Esto perjudica en que la mirada se dirige mucho a ella y se
descuide al resto y, si la persona cambia de actitud, le quita la falsa seguridad
obtenida.