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TRANSMISIÓN DE LA VIDA PSÍQUICA ENTRE LAS GENERACIONES - KÄES

El autor plantea que tanto la diferenciación entre los sexos como la diferencia de las generaciones son estructurantes
para el psiquismo humano, puesto que nos enfrenta con la sucesión y con la precesión (antecesores).

La afiliación tiene que ver con hacer nuevos miembros (de un club – de la sociedad). El contrato narcisista es un
contrato simbólico que muestra el encadenamiento generacional, enlazando al infans, la familia y el grupo social. El
contrato narcisista se relaciona con la afiliación, puesto que para poder afiliar nuevos miembros, siendo genitores, el
sujeto debe primero estar seguro de su propia filiación.

La sucesión generacional ubica al sujeto: en el lugar de hijo, reconociéndose como engendrado y con la posibilidad de
ser capaz de engendrar. Por este contrato el sujeto deberá cumplir con ciertas pautas:
* El grupo deberá ser catectizado, o sea continuar las voces de aquellos que ya no pueden hablar, la voz de los
muertos.
*A cambio de prolongar esa voz, el sujeto pide pertenecer en el grupo social que le garantiza que no quedará
esclavizado al veredicto parental (hace que la familia se abra al grupo social)

Cuando este contrato no se cumple, por insuficiencia o desviación, será responsable de una carga incestuosa que
produce un vínculo de ambigüedad en las relaciones entre las generaciones. Su falta de cumplimiento marca a los
vínculos con un sesgo de ambigüedad, de confusión entre las generaciones, donde no se registran las diferencias, la
alteridad, dificultándose la posibilidad de transformación de lo recibido. Cuando sí se cumple lo que pasa a regular los
vínculos es la ambivalencia. La ambivalencia está relacionada con la confrontación, amor que va junto con el odio, o él
o yo, también con la alteridad, posibilidad de transformación de lo legado. Para que la herencia sea heredada y la
transmisión transmitida, la herencia debe ser tomada y transformada.

Textos de Freud sobre la herencia


Freud señala como el narcisismo de los hijos se apuntala en el narcisismo de los padres. Podemos decir que hay un
sujeto dividido: en un ser para sí mismo, y un ser sujetado, un eslabón más de una cadena intersubjetiva que lo
nombra como heredero, beneficiario y servidor.

Kaes indica que no podemos ser puestos en el mundo sin el grupo, no se nos da esa opción, de la misma forma que no
se nos da la opción de no tener un cuerpo. El mundo es cuerpo y grupo. Venimos al mundo por más de un Otro, por
más de un sexo. Somos sujetos del ICC, de la herencia y del grupo (de más de un grupo).
Dentro de esta cadena de sujetos que nos sujetan, algunos son más privilegiados, y nos hacen herederos de sus
sueños no realizados.
Es imposible no transmitir. Lo que se transmite son referencias, identificaciones, mecanismos de defensa, ritos, mitos,
discursos sociales, etc.

Kaes diferencia una doble vertiente en cuanto a la Identificación: Vertiente positiva – Introyección (se puede transforma
desde que el proceso identificatorio está en marcha) y Vertiente negativa –Incorporación (inclusión sin elaborar)

Del mismo modo que hay una urgencia por transmitir, también a veces se presenta la urgencia por interrumpir la
transmisión.
El sujeto sujetado, sostenido por una cadena generacional, una red de significantes, hace imprescindible la
transmisión. Si bien a veces se anhela interrumpirla.
Tenemos las dos vertientes. No habría cultura sin transmisión (+), y por otro lado puede ser legada una carga. Tiene
otra dificultad el superar lo que no pudo ser elaborado por generaciones anteriores. (- )
Objetos transformables (+)
Objetos internos que se trasmiten de generación en generación. La generación siguiente lo transforma al modo de una
arcilla que se despedaza y lo incorpora de forma homogénea.
Objetos no transformables (-)
Son aquellas vivencias traumáticas, aquello que es un objeto de otro que incorporamos sin ningún desmenuzamiento,
sin transformación, algo que no podemos digerir y queda enquistado. Estos objetos fueron transmitidos en bruto, sin
ser elaborados, sin ser puestos en palabra. Kaes dice que es una "transmisión de cosa". Es un afecto, un significante
en bruto, que no se puede metabolizar. Por tanto, en lugar de transformarse en un objeto propio, queda enquistado. Si
aparece algo en sesión producen una ruptura muy violenta, una sensación de extrañamiento. Suelen tener que ver con
secretos, culpas, vergüenzas de alguna generación anterior callados, transmitidos de ICC a ICC.
Así como existe una necesidad de trasmitir a las generaciones subsiguientes. También existe una necesidad de
interrumpir una transmisión. No es que no se transmite, sino que se transmite en negativo, se transmite algo no
inscripto, no simbolizado, no metabolizado.

Kaes toma de Abraham y de Torok los conceptos de cripta y fantasma.


El concepto de “cripta” tiene que ver con la transmisión de formaciones ICC de un sujeto a otro en el que se enquistan
como un fantasma. Lugar donde se esconde lo inconfesable, lugar de los muertos vivos, donde queda lo no dicho. Esto
es transmitido a la generación siguiente, quien algo supone, pero percibe un peso y una prohibición a saber, a
preguntar. En este hijo se configura un fantasma. En él, el contenido (que en su padre era indecible) es innombrable, la
diferencia es que en el hijo éste contenido no tiene una representación verbal (en su padre sí era conciente) y puede
ser motivos de síntomas, sobre todo de aprendizaje.
Si este sujeto a su vez transmite esto a un hijo, éste recibirá un contenido que ahora es impensable, pudiendo provocar
sintomatologías más graves de pensamiento, auto-mutilaciones, trastornos psicosomáticos.
(El encriptado es una de las formas del proceso de incorporación)

UN SINGULAR PLURAL. EL PSICOANÁLISIS ANTE LA PRUEBA DEL GRUPO – KÄES

La cuestión central consiste en comprender cómo el sujeto singular es también un sujeto cuyo icc se sostiene y moldea
en los vínculos intersubjetivos de los cuales parte. El abordaje psicoanalítico de los grupos es uno de los medios para
plantear esta cuestión.

El aparto psíquico grupal es un espacio psíquico común y compartido que se caracteriza por una tópica, una dinámica
y una economía propias. Hay una creación de entidades psíquicas que no se producen sin el agrupamiento. Años más
tarde reformuló estos enunciados, centrándose en las formas de subjetividad que en él se generan. El problema
consistiría en establecer cómo puede pensarse el concepto de grupo con la hipótesis del icc.

Se trata de encontrar en el psicoanálisis la materia y la razón de una teoría general del grupo que pueda tener sentido
para la comprensión de la psique individual y de la psique de grupo. Expuso las características morfológicas de la
situación de grupo (pluralidad, cara a cara, interdiscursividad) para definir sus incidencias en las transferencias, los
procesos asociativos, los mecanismos de defensa y las modalidades de la interpretación.

La concepción del sueño está estrechamente ligada al conocimiento que tenemos de la psique a partir del dispositivo
de la cura individual. Las prácticas psicoanalíticas nos llevaron a tomar en consideración otros órdenes de
determinación del sueño. Los efectos del vínculo en espacios psíquicos comunes y compartidos se inscriben también
en los espacios oníricos y en los sueños mismos, incidiendo en sus contenidos y funciones. Supuso un espacio onírico
común donde el sueño es trabajado por y en una multiplicidad de espacios, tiempos, sentidos y voces. Introdujo la idea
de que existe un segundo ombligo del sueño, un lugar de pasaje en el cual el sueño se sumerge en el ICC de los
vínculos interpsíquicos más antiguos. Esos dos ombligos se fundan en lo desconocido.

Kaes se propuso saber cómo se forma o se transforma la psique del sujeto singular a través de las diversas
modalidades de los vínculos intersubjetivos que lo preceden. Las alianzas ICC son poderosas interfaces entre la
realidad psíquica del vínculo y la de cada sujeto considerado en su singularidad.
El trabajo de Kaes consistió en intentar una articulación entre la realidad psíquica del grupo y la del sujeto singular. El
método psicoanalítico es el método de acceso a un problema fundamental: la consistencia ICC del vínculo
intersubjetivo, el funcionamiento ICC del sujeto en el vínculo y el sujeto del CC en cuando a es sujeto del vínculo.

Los tres pilares del psiquismo


El psiquismo humano se asienta sobre: la sexualidad infantil, la palabra y los vínculos intersubjetivos. Estos tres están
en estrecha interrelación: la larga dependencia inicial del recién nacido determina su sexualidad, sus vínculos y su
acceso a la palabra y al lenguaje. La palabra y el lenguaje llegan al infans marcados por la represión de su sexualidad
infantil y por las condiciones intersubjetivas en las que su primer entorno (la madre) se los aporta. El vínculo
intersubjetivo se inscribe en la sexualidad y en la palabra y las marca con sus efectos. Sexualidad, palabra y vínculo
concurren de manera distinta a la formación del ICC y a la construcción del yo.

Los psicoanalistas podían sentirse implicados por el trabajo psicoanalítico de grupo, por tres razones:
El aporte de la clínica psicoanalítica de grupo y del sujeto en el grupo al tratamiento de sufrimientos psíquicos
“inaccesibles de otro modo”. Podemos decir que hay tres grandes tipos de deficiencias. Un primer conjunto
corresponde a las deficiencias de los dispositivos intersubjetivos de protección antiestímulo y de represión en la
estructuración de los apuntalamientos de la vida pulsional. En lugar de la formación de objetos internos estables y
fiables, se desarrollan formaciones escindidas. En la base de las conductas antisociales hay un intenso sufrimiento
narcisista. Estas deficiencias afectan las condiciones de la formación ICC y del PRCC. Un segundo conjunto está
constituido por las deficiencias en los procesos de formación de las identificaciones y de las alianzas intersubjetivas.
Estas alianzas están en posición meta con relación a las formaciones intrapsíquicas. Consisten en los pactos que
instituyen las prohibiciones capitales. Estas forman los marcos de la subjetividad, son las condiciones del espacio en el
que el yo puede advenir, aseguran la transmisión de la vida psíquica entre las generaciones. Conducen a quienes lo
sufren a deterioros sociales y psíquicos radicales. Un tercer conjunto corresponde a las deficiencias en los procesos de
transformación y mediación, los cuales son condición para la simbolización y la alteridad, también para la capacidad de
amar, trabajar, soñar. Estas formaciones son los más amenazados por las crisis que afectan a los garantes
metapsíquicos. La principal consecuencia es el derrumbe y la desactivación del PRCC, el desmoronamiento de las
representaciones verbales, etc.

El concepto de intersubjetividad y la formación del sujeto en el vínculo, las alianzas ICC y los espacios psíquicos
comunes y compartidos. Entiende por intersubjetividad la experiencia y el espacio de la realidad psíquica especificada
por sus relaciones de sujetos (en cuanto son sujetos del ICC). Es lo que comparten quienes están formados por sus
sujeciones recíprocas a los mecanismos constitutivos del ICC: las represiones y renegaciones en común, las fantasías.
Piera presta preocupación en 3 nociones: por un lado, el contrato narcisista y su función identificatoria; por el otro, la
función portavoz cumplida por la madre, finalmente, los estados de alienación y el tratamiento del deseo de
autoalienación por el colectivo. No podemos no estar en la intersubjetividad: el sujeto se manifiesta y existe tan sólo en
su relación con el otro. Consiste en el reconocimiento y la articulación de dos espacios psíquicos parcialmente
heterogéneos.

La superación epistemológica de la oposición entre individuo y grupo. Entre los problemas que surgen cuando
intentamos pensar en la articulación del sujeto singular con el grupo en el psicoanálisis, la oposición entre el individuo y
el grupo retorna con regularidad. Se trata de un falso problema. Constituir al grupo como un dispositivo de trabajo
psicoanalítico, pensarlo como un espacio donde el ICC produce efectos específicos, es correr el riesgo de introducir
otro paradigma. Pero tomarlo, también significa abrir fronteras. A pesar de muchas resistencias, Freud nunca sostuvo la
oposición entre individuo y grupo. Formuló los primeros momentos de superación de esta oposición. Primero en
“Psicología de las masas”, la idea de una psique de masa. Segundo, en “Introducción al narcisismo”.

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