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Embolsado

Embolsado

Foto: Nicolas Fégeant, UGPBAN


El embolsado consiste en colocar, sobre el racimo, una bolsa que proteja el fruto del
daño ocasionado por insectos y otros animales, por el roce de las hojas o por la
aplicación de productos químicos[1][2]. Esta práctica innovadora, que surgió en
Guatemala en 1956 y se le atribuye a Carlos Gonzáles Fajardo, ya se ha extendido a
todas las plantaciones de exportación y se considera esencial para aumentar el
rendimiento y mejorar la calidad de la fruta. La bolsa crea un microclima que mantiene
una temperatura alta alrededor del racimo y evita que éste se dañe con el frío. Según
el estudio, en un período de 24 horas, la temperatura dentro de la bolsa aumenta un
promedio de 0.5°C[3] y en las horas más calidas puede aumentar en 7°C[4]. Este
microclima puede reducir el intervalo desde la floración hasta la cosecha en muchos
días (entre 4 y 14 días, dependiendo del tipo de bolsa y de las condiciones
ambientales), y aumentar el peso de los racimos.
Contents

 Metodología
 La bolsa
Material
Perforaciones
Grosor
Color
 Colocación de la bolsa
 Bolsas impregnadas de insecticida
 Reciclaje
 Solución de problemas
 Referencias
 Ver también en este sitio

Metodología
Existen dos tipos de embolsado: el tradicional (en el cual se coloca la bolsa en la
última mano horizontal, cuando las brácteas se han caído) y el embolsado
temprano (cuando todavía no se ve ninguna mano). Esta última práctica requiere
eliminar las brácteas caídas que se atascan en el interior de la bolsa e impiden lograr
los beneficios de la técnica si no se eliminan a tiempo. El embolsado temprano se
recomienda cuando hay problemas de trips.

Embolsado tradicional

Embolsado temprano
El embolsado también se puede asociar a la desfloración, a la eliminación de manos
falsas y al rotulado. Otras prácticas que pueden proteger el racimo y mejorar la
calidad de la fruta, incluyen la doble bolsa, el embolsado semi-temprano, el
embolsado individual de manos, los protectores de racimo Daypa y los protectores de
cuello.
Embolsado individual de manos

Protectores de racimo Daypa

La bolsa
La bolsa por lo general se fabrica en polietileno de 0.08 mm de grueso, perforado
cada 76 mm. Cada hueco mide 2.7 mm de diámetro. La bolsa tiene 90 cm de diámetro
y 155 cm de largo. También se han desarrollado bolsas biodegradables, que se han
probado en varios países, como las bolsas a base de ácido poliláctico y las totalmente
biodegradables que se pueden enterrar en el suelo.
Material
El polietileno es el tipo de plástico más comúnmente utilizado para cubrir los racimos
de banano. Los primeros modelos eran de polietileno de baja densidad, pero más
recientemente se han desarrollado modelos de alta densidad, más delgados y
resistentes, y por ello más adecuados para el embolsado temprano, en tanto
mantienen una temperatura elevada durante un período de tiempo más largo.
Perforaciones
La presencia de huecos en la bolsa es importante para evitar que los hongos se
multipliquen. Si la bolsa no tuviera huecos, la humedad relativa dentro de ella sería
demasiado alta. El tamaño de los huecos varía: 12.7 mm cada 76 mm; 8 mm o 6 mm
cada 10 cm; 3 mm o microperforaciones.
Grosor
El grosor de la bolsa no afecta la eficacia sino más bien el costo y el impacto en el
medio ambiente. El grosor depende de las condiciones de viento y temperatura del
lugar, variando, por lo general, entre 12 y 25 micras. Según estudios realizados, las
bolsas de más de 130 micras ofrecen una mejor protección contra el frío, pero pueden
causar malformaciones y quemaduras por el sol.
Color
Se han probado varios colores de bolsa, desde el transparente hasta el rosa, verde,
azul, blanco y negro. El color filtra la radiación fotosintéticamente activa (RFA), para
longitudes de onda que varían entre 400 y 700 nm, las cuales se utilizan durante la
fotosíntesis. La industria por lo general utiliza bolsas azules o transparentes. Las
bolsas azules permiten la entrada de 73% de las longitudes de onda RFA, mientras
que las transparentes permiten la entrada del 93% de ellas. Las bolsas azules
producen racimos más pesados, en tanto permiten el calor y bloquean los rayos
ultravioleta (UV), evitando que se presenten quemaduras. En las Islas Canarias, por
ejemplo, las bolsas azules se prefieren hasta para sitios de gran altitud. Las bolsas
azules no endurecen la cáscara de los racimos, lo cual es una desventaja del
embolsado. Algunas bolsas transparentes tratadas para bloquear los rayos UV e
infrarrojos se comportan tan bien como las azules.
Colocación de la bolsa

Foto: Nicolas Fégeant UGPBAN


La bolsa se introduce por la parte inferior y se despliega hacia arriba, cuidando de no
dañar los frutos. Sobre la cicatriz de la primera bráctea se hace un nudo, que debe ser
alto y tenso para evitar que se acumule agua en las primeras manos, hecho que
podría producir quemaduras al magnificar los rayos del sol.
La abertura inferior de la bolsa a veces se cierra. Aunque se desconoce el impacto,
esta práctica podría interferir en la aireación de los racimos, dependiendo de las
perforaciones que tenga la bolsa.
Bolsas impregnadas de insecticida
Para proteger mejor el fruto de los insectos, en la década de los 70 se inventaron las
bolsas impregnadas con insecticida. Concentraciones de 0.5, 1 y 2% controlan
eficazmente áfidos, trips, polillas y escarabajos. Los insecticidas utilizados son el
clorpirifós (1%) o la bifentrina (0.1%).
Algunas plantaciones, como las que maneja Dole, han reducido el uso de bolsas
impregnadas de clorpirifós, e introducido en las bolsas bandas impregnadas de
insecticida. Actualmente se experimenta con nuevas moléculas como el buprofezín, lo
cual podría reducir aún más el uso de clorpirifós, excepto cuando no hay otra
alternativa, como en el caso de las cochinillas.
En la producción de banano orgánico se usan bolsas impregnadas con una mezcla
clavos de olor, ajo y pimienta.
Reciclaje
En muchas plantaciones, las bolsas plásticas se reutilizan o se reciclan. Cuando los
trabajadores seleccionan los racimos para cosecha, los bajan y levantan las bolsas
con cuidado para evitar que se dañen. Las bolsas plásticas se ponen dentro de una
bolsa grande y se llevan a un centro de acopio, donde se clasifican. Las que se
pueden reutilizar se lavan con agua y jabón y se pasan a un tanque donde se
sumergen durante un tiempo para quitarles las manchas y residuos. Luego se
escurren y se ponen a secar en una cuerda. Cuando ya están secas, se guardan en
bolsas grandes, durante 4 semanas, antes de reutilizarlas. Las bolsas plásticas se
reutilizan 3 o 4 veces, tras lo cual se envían a una planta de reciclaje de plástico para
convertirlas en esquineros (protectores de bordes).

Solución de problemas
Ejemplos de los daños que pueden presentarse cuando los racimos no se embolsan o
cuando las bolsas no se utilizan correctamente.
Quemaduras causadas por el roce de la bolsa contra los frutos.

Daños causados por el roce de las hojas con los frutos.

Quemaduras causadas por el sol (puntas amarillas).

Daños causados por los trips.

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