Augusto Boal nació el 17 de marzo de 1931 en Rio de Janeiro y falleció el 2 de mayo
de 2009 es considerado como uno de los pensadores teatrales más importantes del siglo XX cuya percepción y propuestas teórico-prácticas siguen vigentes en la actualidad. Boal construye un concepto fascinante e impactante como lo es el teatro del oprimido, crea una relación crítica entre la realidad en una sociedad y esta como se puede reflejar y transformar en el teatro. Desarrolló la teoría del teatro del oprimido durante su exilio político entre los años 1971 y 1986 con la finalidad de otorgar la palabra a las clases oprimidas. Con esta teoría le da un giro a la historia del teatro, le da paso a ser un instrumento para la transformación social. Este teatro propone visualizar, comprender y buscar alternativas a las diferentes problemáticas sociales lo que hace que los participantes, que Boal llama espect- actores, reflexionen sobre su pasado y como pueden transformar su presente para que esto a su vez influya en su futuro, y es que la propuesta de Boal impacta y es necesaria en una sociedad que día a día se ve permeada por actos violentos, corruptos, escasez de recursos, etc. Y no solo en Brasil o en Colombia, estas problemáticas se encuentran en cualquier país y en la actualidad es necesario que teorías como las que plantea Boal sean un instrumento se podría decir que hasta pedagógico para buscar posibles soluciones a esas problemáticas que nos agobian y que de cierta manera no nos dejan progresar. El teatro del oprimido propone algo fascinante y es no quedarse en los problemas y en la búsqueda de la resolución de conflictos aprender y ser conscientes de nuestra realidad. Boal nos menciona que “ciudadano no es aquel que vive en sociedad, ciudadano es aquel que la transforma. Y creo que el Teatro del Oprimido ha dejado alguna cosa para el mundo” y considero que desde la posición de docente en formación, la propuesta de Boal es muy necesaria en los colegios en la actualidad, la escuela es el lugar donde aprendemos a socializar, donde más allá de educar nos formamos como personas que pertenecen a una sociedad, personas conscientes de nuestra cultura, política y las necesidades que se pueden presentar en determinados contextos, muchos niños y jóvenes viven en situaciones alarmantes, algunos no tienen un plato de comida para desayunar antes de ir a clase, otros viven con sus padres maltratadores, otros hasta pueden verse conectados con los delincuentes del barrio porque alguno le propuso trabajar vendiendo droga o guardando armas; y está el otro extremo en el que los niños y jóvenes tienen todo tipo de comodidades, van a las mejores escuelas y viven en las mejores casas pero no encuentran en sus padres el afecto y la compañía que necesitan. Ambos extremos se podrían ver conectados por ciertas sensaciones y sentimientos: el agobio, la tristeza, incertidumbre, etc. pero mediante ciertos espacios que ofrezca el colegio y por medio del teatro, muchos de estos niños y jóvenes pueden transformar su postura frente a estos problemas. Otro aspecto importante de resaltar es la propuesta que nos hace Boal sobre transformar el espectador “pasivo” en espect-actor y sujeto-creador, Boal lo veía desde la posición de que el espectador solo ve y asiste, mientras que el espect- actor ve y actúa pero no solo en la escena sino en la vida misma, esto nos deja claro que cualquier persona puede participar en este ejercicio transformador, crear la consciencia de inclusión y diferentes formas de aprendizaje, de que estas técnicas y prácticas propuestas por Boal nos pueden llevar a reflexionar sobre las relaciones de poder mediante las experiencias de cada uno y que esto a su vez nos conduce a ser personas críticas en una sociedad. La propuesta de Boal no solo es una teoría o filosofía del teatro sino una metodología lo que expande sus posibilidades de acción, basada en el reconocimiento del cuerpo y el trabajo colectivo, lo que nos lleva a mencionar las modalidades del teatro del oprimido. Como primera modalidad encontramos el teatro periodístico, este teatro nace en plena dictadura militar como un instrumento de concientización y educación. Como su nombre lo indica, este teatro parte del periódico, consta de un proceso de analizar la noticia y las implicaciones sociopolíticas y sacarla del contexto, darle otra dimensión. Otra modalidad que podemos encontrar es la del teatro invisible, considerada otra propuesta de concientización frente a las dictaduras, consiste en montar escenas fuera del teatro, en espacios públicos y ante personas que no saben que son espectadores. Las escenas están construidas en base a las injusticias sociales y pretende generar una discusión en el público, generar debates frente a las diferentes problemáticas que se pueden reflejar en la escena. El teatro imagen es otra modalidad que plantea Boal en la cual no se hace uso de la palabra sino que se le da privilegio al lenguaje corporal, a las expresiones faciales y la posible interacción de sujeto y objeto. En esta modalidad se visualiza diferentes situaciones reflejadas en el cuerpo, en la imagen como tal y por medio de ella también se dan pistas sobre posibles soluciones en esa adecuada relación de la imagen en movimiento. En el teatro foro se evidencia la construcción colectiva y esta a su vez se puede ver como una gran influencia educativa y transformadora, se resalta la importancia del espectador en la intervención de las escenas; para motivar la participación de los espectadores Boal menciona dos aspectos necesarios, el primero es que el tema propuesto sea de interés para el espectador, y el segundo menciona la importancia de un calentamiento basado en juegos y ejercicios. El objetivo de esta modalidad es desarrollar en los espect-actores la toma de conciencia social y política. Las problemáticas opresivas suelen ser diversas en diferentes lugares del mundo, por ejemplo entre América Latina y Europa; en América Latina se ve esa lucha constante por el sustento diario, por mantener los recursos suficientes para la satisfacción de las necesidades, una lucha enfocada en intereses políticos y económicos, mientras que en Europa las situaciones que generaban los debates estaban enfocadas en temas sociales y hasta psicológicos como la soledad, el sentido de la vida, las desigualdades, entre otros. Esto dejó como conclusión que “la verdad de un foro implica a hombres y a mujeres individual y colectivamente: psicológica y socialmente”. Esta situación lleva a Boal generar un nuevo enfoque en el Teatro del Oprimido adaptando ciertas técnicas al contexto europeo. Se prioriza el individuo, sus opresiones interiorizadas con la intención de desarrollar una capacidad reflexiva, de esta manera surge el Arco Iris del Deseo. Boal luego de esta modalidad vuelve a centrarse en mejorar la vida de los colectivos menos favorecidos, crea una modalidad enfocada en el contexto político con el objetivo de fortalecer la democracia, esto lo hace con la modalidad del teatro legislativo. Él lo explica de la siguiente manera: El teatro del oprimido transforma al espectador en actor mientras que el teatro legislativo transforma al ciudadano en legislador. De esta manera, más allá de una visión teórica del teatro, Boal nos dejó un legado para la vida, para la sociedad, el no victimizarnos y quedarnos en los problemas es un llamado necesario para la humanidad, para los niños y jóvenes que se están formando y pierden cada día el sentido ético y moral de la vida; la mentalidad que se ha construido en torno a lo material, el consumismo y como nuestra vida se ha trasformado en un acto mecanizado es algo lamentable, algo que inhibe nuestra capacidad de personas críticas que se cuestionan frente a una realidad que nos afecta a todos. La propuesta que nos hace Boal sobre ver a los ciudadanos como artistas y actores tanto en una escena como en la vida real es un acto de empoderamiento que considero refleja el poder transformador tan grande que tiene el arte y que es necesario resaltar en nuestra sociedad, pasar la página de ser una sociedad de opresores y opresivos para poder progresar individual y colectivamente. “Todos debemos hacer teatro para averiguar quiénes somos y descubrir quiénes podemos llegar a ser” (Boal, 2006).