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AMES

3º Análisis Matemático para Estadística

Grado en Matemáticas y Estadística

Facultad de Ciencias Matemáticas


Universidad Complutense de Madrid

Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su
totalidad.
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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

FACULTAD DE CIENCIAS MATEMÁTICAS

DEPARTAMENTO DE ANÁLISIS MATEMÁTICO Y MATEMÁTICA

APLICADA

ANÁLISIS MATEMÁTICO PARA ESTADÍSTICA

Profesor:

Gustavo Adolfo Muñoz Fernández

MANUAL DE LA ASIGNATURA

Doble Grado en Economía – Matemáticas y Estadística

Grado en Matemáticas y Estadística

Madrid, septiembre de 2018

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Índice general

1. Funciones de Variable Compleja 5


1.1. El cuerpo de los números complejos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
1.2. Representación de números complejos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
1.3. Métrica y topología de C . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
1.3.1. Nociones topológicas en C . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
1.3.2. Límite y continuidad de funciones complejas . . . . . . . . . . . . . . . . 10
1.4. Derivabilidad compleja . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
1.4.1. Condiciones de Cauchy-Riemann . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
1.5. Series de potencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
1.5.1. Cálculo de límites . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
1.6. Funciones complejas elementales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
1.6.1. Producto de series . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
1.6.2. El logaritmo complejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
1.6.3. Potencias de números complejos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
1.6.4. Derivabilidad de la función logaritmo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

2. Integración Compleja 25
2.1. Conceptos previos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
2.2. Integrales con valores en C . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
2.3. Integrales complejas sobre caminos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
2.4. Teorema de Cauchy-Goursat . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
2.5. Existencia de primitivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
2.6. Fórmula Integral de Cauchy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
2.6.1. Analiticidad de las funciones holomorfas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
2.6.2. Teorema Fundamental del Álgebra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
2.7. Otros resultados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41

3. Teorema de los Residuos y Aplicaciones 43


3.1. Homotopía de caminos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
3.2. Teorema de Laurent . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
3.3. Singularidades aisladas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
3.3.1. Clasificación de singularidades aisladas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
3.4. Teorema de los Residuos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
3.5. Cálculo de residuos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
3.6. Aplicaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63

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ÍNDICE GENERAL

3.6.1. Cálculo de integrales racionales trigonométricas . . . . . . . . . . . . . . 63


3.6.2. Integrales impropias sin singularidades en R . . . . . . . . . . . . . . . . 65
3.6.3. Cálculo de Transformadas de Fourier . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
3.6.4. Integrales impropias con polos simples en R . . . . . . . . . . . . . . . . 71

4. Análisis de Fourier en Espacios de Hilbert 77


4.1. Espacios métricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
4.2. Espacios normados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
4.3. Espacios de Hilbert . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
4.4. Teorema de la Proyección Ortogonal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
4.5. Series de Fourier en Espacios de Hilbert . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
4.5.1. Bases de Hilbert . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
4.6. Análisis de Fourier en L2 ([−π, π]) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
4.6.1. Cálculo de series numéricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
4.7. Series de Fourier en senos y cosenos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
4.8. Teoremas de convergencia  . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
4.9. Series de Fourier en L2 − P2 , P2 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101

5. Transformada de Fourier 103


1
5.1. La Transformada de Fourier en L (R) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
5.2. Fórmulas para el cálculo de Transformadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106

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Capítulo 1

Funciones de variable compleja. Teoremas


fundamentales.

1.1. El cuerpo de los números complejos

El conjunto de los números complejos, que denotaremos por C, no es más que R2 , donde se
consideran las siguientes operaciones:
1. Suma: (a, b) + (c, d) = (a + c, b + d) con a, b, c, d ∈ R.
2. Producto por escalares: λ(a, b) = (λa, λb) con λ, a, b ∈ R.
3. Producto complejo: (a, b) · (c, d) = (ac − bd, ad + bc) ∀ a, b, c, d ∈ R.

Nota 1.1. Cuando representamos un número complejo como un par de números reales de-
nominamos a dicha representación afijo, y no es la habitual. En forma de afijo, un número
complejo cualquiera (a, b) admite una representación en el plano cartesiano. Para referirnos al
plano complejo, al eje de abscisas lo llamaremos eje real y al de ordenadas eje imaginario.

Definición 1.2. Sea z = (a, b) ∈ C. Diremos que a es la parte real de z y b es su parte


imaginaria, y las denotaremos por:
a = Re(z)
b = Im(z)

Definición 1.3 (Forma binómica de un número complejo). Si identificamos a = (a, 0),


b = (b, 0) e i = (0, 1), podemos escribir un número complejo z = (a, b) como:

z = (a, b) = (a, 0) + (0, b) = (a, 0) + b(0, 1) = a + bi

A la representación z = a + bi se la denomina forma binómica de z. Con esta representación,


las operaciones de suma y producto en C quedarían definidas como:

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CAPÍTULO 1. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA

(a + bi) + (c + di) = (a + c) + (b + d)i

(a + bi) · (c + di) = (ac − bd) + (ad + bc)i

La definición del producto, por tanto, se sigue de la propiedad distributiva y del hecho de que
i2 = −1.

Proposición 1.4. Se verifica que i2 = −1.

Demostración. i2 = i · i = (0, 1) · (0, 1) = (−1, 0) = −1 + 0i = −1 ∈ R

En general, se tiene para k ∈ N:



 1 si n = 4k
i si n = 4k + 1

in =

 −1 si n = 4k + 2
−i si n = 4k + 3

Teorema 1.5. (C, +, ·) es un cuerpo. Es decir, con la suma y el producto de números complejos,
se verifican las siguientes propiedades para z1 , z2 , z3 ∈ C:
1. Conmutatividad de la suma: z1 + z2 = z2 + z1 .
2. Asociatividad de la suma: (z1 + z2 ) + z3 = z1 + (z2 + z3 ).
3. Existencia de elemento neutro para la suma: hay un elemento e ∈ C tal que z1 +e = e+z1 = z1 .
Además, e = (0, 0).
4. Existencia de elemento opuesto: dado z1 ∈ C, hay un elemento z2 ∈ C tal que z1 + z2 =
z2 + z1 = e. Si z ∈ C, denotaremos al opuesto por −z.
5. Conmutatividad del producto: z1 · z2 = z2 · z1 .
6. Asociatividad del producto: (z1 · z2 ) · z3 = z1 · (z2 · z3 ).
7. Existencia de elemento neutro para el producto: hay un elemento n ∈ C tal que n · z1 =
z1 · n = z. Este n viene identificado por el afijo (1, 0) = 1 ∈ R.
8. Existencia de elemento inverso: dado z1 ∈ C \ {0}, existe otro número complejo tal que
z1 · z2 = z2 · z1 = 1. Para un z ∈ C cualquiera, este elemento se llama inverso de z1 y se
representa por z −1 .
9. Propiedad distributiva: z1 · (z2 + z3 ) = z1 · z2 + z1 · z3

La demostración del teorema anterior es pesada, pero es inmediata a partir de las propiedades
de cuerpo de los números reales.

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1.2. REPRESENTACIÓN DE NÚMEROS COMPLEJOS

Corolario 1.6. Dado un número complejo z = a + bi, su inverso explícito es

a − bi
z −1 =
a2 + b 2

o, sin separar la parte real e imaginaria:

z
z −1 =
|z|2

donde z̄ denota el conjugado complejo y |z| el módulo del número complejo (que aún no se han
definido).
Con estas propiedades, ya podemos comenzar a realizar operaciones elementales con números
complejos.

z
Cociente de números complejos El cociente con w 6= 0 se define como
w
z
= z · w−1
w

Potencias en forma binómica Si aplicamos la fórmula del Binomio de Newton (podemos,


por las propiedades de cuerpo de C), se tiene que:

n  
n
X n
(a + bi) = an−k · (bi)k
k=0
k

Ya desde el principio se ve que la fórmula del Binomio de Newton es poco operativa para calcular
potencias de exponente muy grande. Por ello, daremos otra forma equivalente de representación
de los números complejos, en la que algunas de estas operaciones sean más sencillas.

1.2. Representación de números complejos


Definición 1.7. Dado un número complejo z = a + bi, se define su módulo como

√ p
|z| = a2 + b2 ⇐⇒ |z| = (Re(z))2 + (Im(z))2

Definición 1.8 (Argumento principal). Dado un z ∈ C, existe un único número entre −π y


π tal que z = |z| · (cos θ + i sen θ). Este número θ se llama argumento principal de z y se denota
habitualmente por Arg(z).

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CAPÍTULO 1. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA

Nota 1.9. La igualdad z = |z| · (cos θ + i sen θ) se verifica para cualquier θ = Arg(z) + 2kπ con
k ∈ Z. Todos estos θ se llaman argumentos de z y se denotan por arg(z).

La representación z = |z| · (cos θ + i sen θ) se llama forma trigonométrica de z.

Definición 1.10 (Conjugado complejo). Dado z ∈ C, z = a + bi, se define su conjugado


complejo como
z = a − bi

Teorema 1.11. Se verifican las siguientes propiedades del módulo y el conjugado para todo
z, w ∈ C:
1. |z|2 = z · z
2. |Re(z)| ≤ |z|, |Im(z)| ≤ |z|
3. |z| = |z|
4. z · w = z · w
5. z + w = z + w
z z
6. = con w 6= 0
w w
7. |z · w| = |z| · |w|
z |z|
8. = con w 6= 0

w |w|
9. |z + w| ≤ |z| + |w| (Desigualdad triangular)
10. ||z| − |w|| ≤ |z − w| (Desigualdad triangular inversa)

Al igual que antes, la demostración es tediosa pero inmediata (son simples comprobaciones).

Corolario 1.12. Dado z ∈ C, se verifican las relaciones:

z + z = 2 · Re(z) y z − z = 2 · Im(z)i

Forma polar de un número complejo. Cálculo de potencias y raíces. Sea z ∈ C \ {0}


con |z| = r y argumento α, la representación polar de z es rα .

Teorema 1.13 (Operaciones en forma polar). Dados rα y sβ , se verifican las siguientes


propiedades:
(a) (rα ) · (sβ ) = (r · s)α+β
rα  r 
(b) =
sβ s α−β

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1.2. REPRESENTACIÓN DE NÚMEROS COMPLEJOS

(c) (rα )n = (rn )nα (Fórmula de De Moivre)

Demostración. Para (a), si pasamos a forma trigonométrica tenemos:

(rα ) · (sβ ) = r(cos α + i sen α) · s(cos β + i sen β) =

= rs · [(cos α cos β − sen α sen β) + i(sen α cos β + cos α sen β)] =

= rs · (cos(α + β) + i sen(α + β)) = (r · s)α+β


 
−1 1
Para (b), probamos que, si s 6= 0 y β ∈ R, entonces (sβ ) =
s −β
En efecto,
   
1 1
(sβ ) · = s· =1
s −β s β−β

Combinando este hecho con (a), tenemos automáticamente el resultado.


La demostración de (c) la hacemos por inducción sobre n. Si n = 1, el resultado es cierto.
(rα )1 = rα = (r1 )1·α
Ahora:
(rα )n+1 = (rα )n · rα = rα · (rn )nα = (rn+1 )(n+1)α

En la penúltima igualdad hemos usado la hipótesis inductiva, y en la última hemos usado


(a).

Teorema 1.14 (Raíces de números complejos). Sea z ∈ C \ {0} y sea n ∈ N. Entonces,


z tiene exactamente n raíces distintas. Además, si r = |z| y α = arg(z), entonces las n raíces
distintas de z son:

( n r) α+2kπ con 0 ≤ k ≤ n − 1 (1.1)
n

Demostración. Dados z1 = rα y z1 = sβ , se tiene z1 = z2 ⇐⇒ r = s y α − β = 2kπ con k ∈ Z.



Por otra parte, se tiene z2 = n z1 ⇐⇒ z2n = z1 . Con la fórmula de De Moivre, se tiene:

z2n = (sn )nβ = rα = z1 ⇐⇒ sn = r ∧ nβ − α = 2kπ

√ α + 2kπ
Despejando de la expresión, s = n
ryβ= con n ∈ N, k ∈ Z.
n
Aunque puede haber infinitos argumentos posibles para las raíces, sólo hay n de ellos entre 0
y 2π, por lo que basta con tomar n números enteros consecutivos. Por ejemplo, podrían ser
k = 0, 1, 2, . . . , n − 1.

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CAPÍTULO 1. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA

1.3. Métrica y topología de C


Considérese la aplicación d : C × C → R+ tal que (z, w) 7→ d(z, w) = |z − w|, para todo
z, w ∈ C.
Con coordenadas, si z = a + bi y w = c + di, se tiene:

p
d(z, w) = |z − w| = |a + bi − c − di| = |(a − c) + (b − d)i| = (a − c)2 + (b − d)2

Está claro que la aplicación definida es una métrica porque es exactamente la distancia euclídea,
d2 , considerada en R2 . Esta métrica induce la topología usual de R2 , por lo que todas las nociones
topológicas en este espacio son perfectamente aplicables directamente al caso complejo.

1.3.1. Nociones topológicas en C

Definición 1.15. Se define el disco centrado en z0 ∈ C con radio r > 0 como:


D(z0 , r) = {z ∈ C : |z − z0 | < r} (1.2)
Definición 1.16. Un subconjunto Ω ∈ C es abierto cuando ∀ z ∈ Ω ∃r > 0 : D(z, r) ⊂ Ω.

Nota 1.17. Si C \ Ω es abierto, decimos que Ω es cerrado.

Definición 1.18. Sea (zn )∞


n=1 una sucesión compleja convergente a z0 ∈ C. Entonces se verifica:

∀ε > 0 ∃N ∈ N : n ≥ N ⇒ |zn − z0 | < ε

Nota 1.19. Sean zn = an + bn i, z0 = a0 + b0 i. Se tiene que

lı́m zn = z0 ⇐⇒ lı́m an = a0 y lı́m bn = b0


n→+∞ n→+∞ n→+∞

Pk
Nota 1.20. Sean zn = an + bn i, z0 = a0 + b0 i. Sea la suma parcial k-ésima, Sk = n=1 zn . Se
tiene que


X ∞
X ∞
X
zn = lı́m Sk = z0 ⇐⇒ an = a0 y bn = b0
k→+∞
n=1 n=1 n=1

1.3.2. Límite y continuidad de funciones complejas

Definición 1.21 (Límite de una función). Sea A ∈ C y sea z0 ∈ A. Sea f : A → C. Se dice


que el límite de f en z0 existe y es L ∈ C, es decir, lı́mz→z0 f (z) = L cuando:

∀ε > 0 ∃δ > 0 : z ∈ D(z0 , δ) ⇒ |f (z) − L| < ε

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1.4. DERIVABILIDAD COMPLEJA

Nota 1.22. Como la imagen de un z = x + iy ∈ C es otro número complejo, tenemos que


f (z) = u(x, y) + v(x, y), por lo que establecemos la continuidad como:

lı́m f (z) = a + bi ⇐⇒ lı́m u(x, y) = a y lı́m v(x, y) = b


z→z0 (x,y)→(x0 ,y0 ) (x,y)→(x0 ,y0 )

Definición 1.23 (Continuidad de una función). Sea A ∈ C y sea z0 ∈ A∩A. Sea f : A → C.


Se dice que la función f es continua en z0 cuando:

∀ε > 0 ∃δ > 0 : z ∈ D(z0 , δ) ⇒ |f (z) − f (z0 )| < ε

Nota 1.24. Al igual que con el límite, la continuidad en z0 equivale a la continuidad de sus
partes real e imaginaria.

A la vista de las definiciones anteriores y los resultados obtenidos, podría parecer que no hay
diferencias entre el análisis complejo y el análisis real en dos variables. Sin embargo, hay que
tener en cuenta que aún no ha entrado en juego el producto complejo que distingue al plano
complejo del plano real. Veamos lo que ocurre con la derivabilidad en sentido complejo.

1.4. Derivabilidad en sentido complejo

Definición 1.25. Sea Ω ∈ C abierto, sea z0 ∈ Ω y sea f : Ω → C. Se dice que la función f es


derivable en sentido complejo en z0 cuando existe el siguiente límite:

f (z) − f (z0 )
lı́m
z→z0 z − z0

Cuando este límite existe, escribimos:

f (z) − f (z0 )
f 0 (z0 ) = lı́m
z→z0 z − z0

A f 0 (z0 ) lo llamamos derivada de f en z0 .

Definición 1.26 (Función holomorfa). Dado Ω ∈ C abierto, diremos que f es derivable en


Ω cuando es derivable en todo punto z ∈ Ω. Equivalentemente, diremos que f es una función
holomorfa en Ω.
El conjunto de funciones holomorfas en un abierto Ω se denota por H(Ω).

Definición 1.27 (Función entera). Si la función f es holomorfa en todo el plano complejo,


es decir, si f ∈ H(C), entonces se dice que f es una función entera.

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CAPÍTULO 1. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA

1.4.1. Condiciones de Cauchy-Riemann

Sería interesante buscar unas condiciones semejantes a las del análisis real para establecer la
holomorfía de la función f en Ω. Estas condiciones vienen dadas por un sistema de ecuaciones
en derivadas parciales conocido como Condiciones de Cauchy-Riemann.

Teorema 1.28 (Condiciones de Cauchy-Riemann). Sea Ω ∈ C un conjunto abierto. Sea


z0 = x0 + iy0 ∈ Ω y sea f : Ω → C. Considérense Ref = u(x, y) e Imf = v(x, y) ∀ x + iy ∈ Ω.
Entonces f es derivable en sentido complejo en z0 si y sólo si:
1. u y v son diferenciables en sentido real en (x0 , y0 ) ∈ R2 .
∂u ∂v ∂u ∂v
2. Se verifica que (x0 , y0 ) = (x0 , y0 ) y (x0 , y0 ) = − (x0 , y0 ).
∂x ∂y ∂y ∂x

Demostración. La función f será derivable cuando

f (z) − f (z0 ) − f 0 (z0 )(z − z0 )


lı́m =0
z→z0 z − z0

Equivalentemente:

f (z) − f (z0 ) − f 0 (z0 )(z − z0 )


lı́m =0
z→z0 |z − z0 |

Usando que f = u + iv con v = v(x, y) y u = u(x, y), se tiene que el siguiente límite es igual a
0:

u(x, y) + iv(x, y) − u(x0 , y0 ) − iv(x0 , y0 ) − [Ref 0 (z0 ) + iImf 0 (z0 )]((x − x0 ) + i(y − y0 ))
lı́m p
(x,y)→(x0 ,y0 ) (x − x0 )2 + (y − y0 )2

Separando las partes real e imaginaria, que también deben ser 0, obtenemos:

u(x, y) − u(x0 , y0 ) − Re(f 0 (z0 ))(x − x0 ) + Im(f 0 (z0 ))(y − y0 )


lı́m p =0
(x,y)→(x0 ,y0 ) (x − x0 )2 + (y − y0 )2

v(x, y) − v(x0 , y0 ) − Re(f 0 (z0 ))(y − y0 ) − Im(f 0 (z0 ))(x − x0 )


lı́m p =0
(x,y)→(x0 ,y0 ) (x − x0 )2 + (y − y0 )2

De las expresiones anteriores y la definición de aplicación diferenciable en sentido real en R2 ,


es inmediato que:
(a) u es diferenciable en (x0 , y0 ) y ∂u
∂x
(x0 , y0 ) = Re(f 0 (z0 )), ∂u
∂y
(x0 , y0 ) = −Im(f 0 (z0 ))

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1.5. SERIES DE POTENCIAS

(b) v es diferenciable en (x0 , y0 ) y ∂v


∂x
(x0 , y0 ) = Im(f 0 (z0 )), ∂v
∂y
(x0 , y0 ) = Re(f 0 (z0 ))
Las igualdades de (a) y (b) nos dan que

∂u ∂v
(x0 , y0 ) = (x0 , y0 )
∂x ∂y

∂u ∂v
(x0 , y0 ) = − (x0 , y0 )
∂y ∂x

Corolario 1.29. La derivada compleja se puede expresar como:


∂u ∂u
1. f 0 (z0 ) = (x0 , y0 ) − (x0 , y0 )i
∂x ∂y
∂v ∂v
2. f 0 (z0 ) = (x0 , y0 ) + (x0 , y0 )i
∂x ∂y

Demostración. Es inmediata a partir de la demostración del teorema anterior.

1.5. Series de potencias


Para formalizar la definición de las funciones holomorfas más habituales (como la exponencial,
el logaritmo o las funciones trigonométricas), necesitaremos dar unas nociones de series de
potencias complejas.

Definición 1.30 (Serie de potencias). Una serie de potencias es una expresión de la forma

X
an · (z − z0 )n , donde los an se llaman coeficientes de la serie y z0 centro de la serie. Las series
n=0
de potencias sirven para representar funciones, que podemos expresar como:

X
f (z) = an · (z − z0 )n (1.3)
n=0

Nota 1.31. El dominio de la función f no tiene por qué ser todo el plano complejo. La teoría
(totalmente extensible del caso real al caso complejo) demuestra que Domf es el disco D(z0 , R)
donde R se llama radio de convergencia.

X
Definición 1.32 (Radio de convergencia). Dada una serie de potencias an · (z − z0 )n ,
n=0
definimos p
ρ = lı́m n |an |
n

A partir de ρ, definimos el radio de convergencia como

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CAPÍTULO 1. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA



 0 si ρ = +∞
 1
R= si 0 < ρ < +∞ (1.4)

 ρ
 +∞ si ρ = 0

Definición 1.33 (Disco de convergencia). Dado el radio de convergencia R, se define el


disco de convergencia de la serie como el disco centrado en z0 ∈ C cuyo radio es R. Es decir,
D(z0 , R).

1.5.1. Cálculo de límites

En muchos casos, no es necesario calcular el límite superior de la definición debido al hecho de


que la serie es convergente. Si esto ocurre, el cálculo se limita a:

p p
lı́m n |an | = lı́m n |an |
n n

Además, del curso de variable real puede ser útil recordar el siguiente resultado:
|an+1 |
Proposición 1.34. Dada la sucesión (an ), si existe lı́m = L, entonces existe el límite
n→∞ |an |
p
lı́m n |an | y también vale L.
n→∞

Demostración. Usaremos en la demostración el Criterio de Stolz para la convergencia, que nos


dice que

xn+1 − xn xn
lı́m = L ⇒ lı́m =L
n→∞ yn+1 − yn n→∞ yn

|an+1 |
Partimos de que lı́m = L. Aplicando logaritmos, se tiene:
n→∞ |an |

|an+1 |
lı́m = L ⇐⇒ lı́m [log(|an+1 |) − log(|an |)] = log(L) ⇐⇒
n→∞ |an | n→∞

log(|an+1 |) − log(|an |)
⇐⇒ lı́m = log(L)
n→∞ n+1−n

En este punto, aplicamos el criterio de Stolz y obtenemos:

log(|an+1 |) − log(|an |) log(|an |)


lı́m = log(L) ⇐⇒ lı́m = log(L)
n→∞ n+1−n n→∞ n

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1.5. SERIES DE POTENCIAS

Aplicando las propiedades del logaritmo, se tiene:

log(|an |) 1
lı́m = log(L) ⇐⇒ lı́m log(|an |) n = log(L)
n→∞ n n→∞

Aplicando ahora la exponencial, que conmuta con el límite (es una aplicación continua), tene-
mos:

1 p
n
lı́m |an | n = L ⇐⇒ lı́m |an | = L
n→∞ n→∞
como se quería probar.

Teorema 1.35 (de Cauchy-Hadamard). Si tenemos una serie de potencias de la forma


X∞
an · (z − z0 )n con radio de convergencia R, entonces:
n=0

(a) Si R = +∞, la serie ∞ n


P
n=0 an · (z − z0 ) converge absolutamente en todo el plano complejo.
Además, la serie es uniformemente convergente en todo disco cerrado de C centrado en z0 .
(b) Si 0 < R < +∞, la serie converge absolutamente en D(z0 , R) y lo hace de modo uniforme
en todo disco cerrado contenido en D(z0 , R). La serie no converge fuera del disco. En general
no se puede decir nada sobre lo que ocurre en los puntos z tales que |z − z0 | = R.
(c) Si R = 0, la serie sólo converge en z0 .

Demostración. La demostración es la misma que en variable real.

Damos a continuación un resultado que nos permite determinar la convergencia uniforme de


las series de funciones.
P
Teorema 1.36 (Criterio M de Weierstrass). Sea fn una serie de funciones de Ω en
C tal que para P cada n ∈ N exista Mn > 0 de forma que |fn | ≤ Mn P para todo z ∈ Ω. Si la
serie numérica Mn es convergente, entonces la serie de funciones fn es uniformemente
convergente en Ω.

Nota 1.37. Dado que la serie de potencias converge uniformemente en todo disco cerrado
contenido en el disco de convergencia y centrado en z0 y que la serie de las derivadas tiene
el mismo radio de convergencia que la serie original, las series de potencias se pueden derivar
término a término. Así, la derivada de f (z) dada por una serie de potencias es:


X
0
f (z) = n · an · (z − z0 )n−1
n=1

Cabe preguntarse si la representación de una función en serie de potencias es única. En efecto,


lo es, y los coeficientes vienen determinados por los coeficientes del polinomio de Taylor. Así,
la serie de potencias es similar, de alguna manera, a un “polinomio de Taylor infinito”.

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CAPÍTULO 1. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA


X
Teorema 1.38 (Serie de Taylor). Sea f (z) = an · (z − z0 )n para todo z ∈ D(z0 , r) con
n=0
r < R donde R denota el radio de convergencia de la serie. Entonces f es infinitas veces
derivable en D(z0 , r) y

f (n) (z0 )
an = ∀n≥1 (1.5)
n!

y, para n = 0, a0 = f (z0 ).

Demostración. Apliquemos la derivación término a término a

f (z) = a0 + a1 (z − z0 ) + a2 (z − z0 )2 + . . .

f 0 (z0 ) = a1 + 2a2 (z − z0 ) + 3a3 (z − z0 )2 + . . .

Es inmediato comprobar que el radio√ de convergencia de la serie de las derivadas es el mismo


que el de la serie original (ya que n → 1).
n

Volviendo a derivar:

f 00 (z0 ) = 2a2 + 3 · 2(z − z0 ) + . . .

f (n) (z0 )
Repitiendo el proceso se obtiene que an = y adoptamos el convenio de que a0 = f (z0 ).
n!

Nota 1.39. Acabamos de ver que las funciones dadas por una serie de potencias son infinita-
mente derivables (condición muy restrictiva). Veremos que, en el análisis complejo, la derivabi-
lidad infinita es equivalente a la holomorfía. Antes de seguir con esta idea, formalicémosla con
algunas definiciones previas.

En lo que sigue, K denotará R o C indistintamente.

Definición 1.40 (Función C ∞ ). Sea Ω ∈ K abierto, y sea f : Ω → K. Diremos que f es de


clase C ∞ si f es infinitas veces derivable en Ω. El conjunto de funciones C ∞ en Ω se denota por
C ∞ (Ω).

Definición 1.41 (Función analítica). Decimos que una función f es analítica en Ω cuando:


X
∀z0 ∈ Ω ∃ r > 0 : D(z0 , r) ⊂ Ω y f (z) = an · (z − z0 )n
n=0

Dicho de palabra, las funciones analíticas son aquéllas que vienen dadas localmente mediante
una serie de potencias.

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1.6. FUNCIONES COMPLEJAS ELEMENTALES

Denotamos por A(Ω) al conjunto de funciones analíticas en el abierto Ω.

Definición 1.42. Sea Ω ∈ K abierto, y sea f : Ω → K. Diremos que f es de clase C k si f es


k veces derivable en Ω con derivada continua. El conjunto de funciones C k en Ω se denota por
C k (Ω).

Nota 1.43. Si K = R, se tiene:

A(Ω) ⊂ C ∞ (Ω) ⊂ C k (Ω)

Si K = C, se tiene:

A(Ω) = C ∞ (Ω) = C k (Ω)

1.6. Las funciones complejas elementales


En este apartado trataremos de definir las versiones complejas de las funciones exponencial,
logarítmica, seno, coseno, así como las potencias complejas. Nos gustaría que la definición de
estas versiones complejas fuera coherente, esto es, que, al restringir la función de C a R se
mantuviesen las propiedades ya conocidas de sus versiones reales.

Definición 1.44 (Exponencial compleja). La función exponencial de variable compleja viene


dada por la serie de potencias

z
X zn
e = ∀z ∈C (1.6)
n=0
n!

Definición 1.45 (Seno complejo). La función seno de variable compleja viene dada por la
serie de potencias

X (−1)n
sen(z) = · z 2n+1 ∀ z ∈ C (1.7)
n=0
(2n + 1)!

Definición 1.46 (Coseno complejo). La función coseno de variable compleja viene dada por
la serie de potencias

X (−1)n
cos(z) = · z 2n ∀ z ∈ C (1.8)
n=0
(2n)!

Nota 1.47. Es fácil comprobar (se propone como ejercicio) que el radio de convergencia de las
tres series es R = +∞, por lo que el disco de convergencia es C.

Demostraremos algunas propiedades de la exponencial compleja, pero para ello necesitamos


introducir algunos resultados relacionados con el producto de series.

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CAPÍTULO 1. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA

1.6.1. Producto de series

Trabajando con sumas finitas, para multiplicarlas podemos aplicar la propiedad distributiva.
En general, esto no es cierto al multiplicar dos sumas infinitas. El hecho de aplicar la propiedad
distributiva al producto de series infinitas es lo que da lugar al concepto de Producto de Cauchy
de dos series, que pasamos a definir.

Definición 1.48 (Producto de Cauchy). Dadas dos series numéricas ∞


P P∞
n=0 an y n=0 bn ,
definimos su producto de Cauchy como
∞ X
X n
ak · bn−k (1.9)
n=0 k=0

Es fácil comprobar que el producto de Cauchy es lo que obtendríamos si pudiéramos aplicar


la propiedad distributiva. Sin embargo, se nos presenta un problema: incluso aunque las dos
series sean convergentes, nada nos asegura que el producto de Cauchy sea convergente en
general.

Ejemplo 1.49. Considérese



X (−1)n

n=0
n+1
La serie es condicionalmente convergente, pero el producto de Cauchy de la serie por sí misma
no es convergente.

Aunque hemos visto que el producto de dos series convergentes no es, en general, igual a su
producto de Cauchy −que incluso podría no estar definido−, hay una situación en la que sí
se da la igualdad. Si una de las dos series es absolutamente convergente (una gran cantidad
de sucesiones son absolutamente convergentes, por lo que no es una condición excesivamente
restrictiva), entonces podremos identificar el producto de las series con la serie producto de
Cauchy.

Teorema 1.50 (de Mertens). Sean las series ∞


P P∞
n=0 an y n=0 bn convergentes en C. Sea, al
menos, una de ellas absolutamente convergente. Entonces se verifica:


! ∞
! ∞ X
n
X X X
an · bn = ak · bn−k
n=0 n=0 n=0 k=0

Pasamos a ver un resultado relativo a caracterizaciones y propiedades de las funciones expo-


nencial, seno y coseno complejas.

Teorema 1.51. Sea z ∈ C. Se verifican las siguientes propiedades:


(a) e0 = 1
(b) ez+w = ez · ew

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1.6. FUNCIONES COMPLEJAS ELEMENTALES

(c) ez 6= 0 y (ez )−1 = e−z


(d) ex+iy = ex · (cos y + i sen y)
(e) (ez )0 = ez
(f) ez = 1 ⇐⇒ z = 2kπi con k ∈ Z
(g) ez = ew ⇐⇒ z − w = 2kπi para algún k ∈ Z
eiz + e−iz eiz − e−iz
(h) cos(z) = y sen(z) = (Relaciones de Euler)
2 2i
(i) (cos(z))0 = − sen(z) y (sen(z))0 = cos(z)

z
z2 z3
Demostración. (a) e = 1 + z + + + . . . y, evaluando en z = 0, se tiene que el valor es
2! 3!
0
02 03
e = 1 + 0 + + + · · · = 1.
2! 3!
P∞ zn  P∞ wn 
(b) ez · ew = n=0 n! n=0 n! . Ambas series son absolutamente convergentes en C por
el teorema de Cauchy-Hadamard. La convergencia absoluta de ambas series permite utilizar el
teorema de Mertens para convertir este producto en la serie producto de Cauchy. Así:


! ∞
! ∞ X
n ∞ n
X zn X wn X zk wn−k X 1X n!
= · = z k wn−k =
n=0
n! n=0
n! n=0 k=0
k! (n − k)! n=0 n! k=0 k!(n − k)!

∞ n   ∞
X 1X n k n−k X (z + w)n
= z w = = ez+w
n=0
n! k=0 k n=0
n!

(c) Probamos que ez · e−z = 1. En efecto, ez · e−z = e(z−z) = e0 = 1 ⇒ ez 6= 0 y e−z 6= 0.


(d) Evaluemos eiy con y ∈ R. Tenemos:


X (iy)n (iy)2 (iy)3 y2 y3
eiy = = 1 + iy + + + · · · = 1 + iy − − i + . . .
n=0
n! 2! 3! 2! 3!

Reagrupando los términos, llegamos a que

∞ ∞ ∞
X (iy)n X (−1)n 2n
X (−1)n
= ·z +i· · z 2n+1 = cos(y) + i · sen(y)
n=0
n! n=0
(2n)! n=0
(2n + 1)!

Como ex ∈ R, es inmediato que ex+iy = ex · (cos(y) + i · sen(y))


(e) Como la exponencial compleja viene dada en serie de potencias que converge en C, se puede
derivar término a término.

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CAPÍTULO 1. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA

!0 ∞
z 0
z2 z3 z2 z3 X zn
(e ) = 1 + z + + + ... = 1 + z + + + ··· = = ez
2! 3! 2! 3! n=0
n!

(f) z = x + iy ⇒ ez = 1 ⇐⇒ ex (cos y + i sen y) = 1 ⇐⇒ ex cos y = 1 ∧ sen y = 0 ⇐⇒ x =


0 ∧ y = 2kπ con k ∈ Z. Por tanto, z = 2kπi con k ∈ Z.
(g) ez = ew ⇐⇒ ez−w = 1 ⇐⇒ z − w = 2kπi con k ∈ Z.

X (iz)n
(h) eiz = = cos z + i sen z. Por otra parte, también es fácil probar la igualdad dada
n=0
n!

−iz
X (−iz)n
por e = = cos z − i sen z. Si sumamos, tenemos
n=0
n!

eiz + e−iz
eiz + e−iz = 2 cos z ⇐⇒ cos z =
2
Si restamos,
eiz − e−iz
eiz − e−iz = 2i sen z ⇐⇒ sen z =
2i

(i) Sólo hay que hacer la comprobación y derivar utilizando la regla de la cadena. Damos la del
seno, y la del coseno es análoga.

!0
eiz − e−iz 1 eiz + e−iz
(sen z)0 = = · (eiz · i − e−iz · (−i)) = = cos z
2i 2i 2

Nota 1.52. Podemos expresar la fórmula de De Moivre en términos de la exponencial compleja.


En efecto, un número complejo en forma polar z = rθ se puede expresar en forma trigonométrica
como z = r · (cos θ + i sen θ). Esto es equivalente a z = r · eiθ . Si |z| = r, entonces z =
cos θ + i sen θ = eiθ y se tiene que

z n = rn · (cos θ + i sen θ)n = rn · (eiθ )n = rn · einθ = rn · (cos(nθ) + i sen(nθ))

1.6.2. El logaritmo complejo

Al igual que en el caso real, dado un z ∈ C, buscamos un w ∈ C tal que ew = z. A este tal w
lo llamaremos logaritmo de z.

Teorema 1.53 (Logaritmo complejo). Dado un número complejo no nulo z, se tiene:

log(z) = {w ∈ C : ew = z} = {log |z| + i · [Arg(z) + 2kπ] : k ∈ Z} (1.10)

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1.6. FUNCIONES COMPLEJAS ELEMENTALES

Demostración.

ew = z ⇐⇒ ew = |z|(cos Arg(z) + i sen Arg(z)) ⇐⇒ ew = elog |z| · eiArg(z) ⇐⇒

⇐⇒ w − log |z| + iArg(z) = 2kπi ⇐⇒ w = log |z| + i · [Arg(z) + 2kπ]


con k ∈ Z.

Definición 1.54 (Logaritmo principal). Si z es un número complejo no nulo, se define su


logaritmo principal como:

Log(z) = log |z| + i · Arg(z) (1.11)

1.6.3. Potencias de números complejos

En general, en R las potencias de exponente real se definen usando logaritmos. Si a > 0 y b ∈ R,


se define:

ab = eb log a

Usaremos la misma idea para definir potencias de números complejos.

Definición 1.55. Sean z ∈ C, z 6= 0, w ∈ C. Se define:


(a) z w = ew log z
(b) DP (z w ) = ewLogz

Nota 1.56. La expresión del apartado (b) de la definición anterior se llama Determinación
Principal de la potencia compleja, y la diferencia es que usa el logaritmo principal, que es
una función y no un conjunto de valores como el logaritmo complejo en general. De este modo,
DP (z w ) es un valor concreto, y no un conjunto (generalmente infinito).

1.6.4. Derivabilidad de la función logaritmo

Recordamos un resultado fundamental que nos será útil para hallar la derivada del logarit-
mo.

Teorema 1.57 (de la Función Inversa). Sea Ω ⊂ C. Sea f ∈ H(Ω) una biyección entre Ω
y Ω∗ , ambos abiertos de C. Sea f 0 (z) 6= 0 para cualquier z ∈ Ω. Entonces, f −1 ∈ H(Ω∗ ) y se
verifica:

1
(f −1 )0 (z) = (1.12)
f 0 (f −1 (z))

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CAPÍTULO 1. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA

Demostración. Fijemos z0 ∈ Ω∗ . Entonces,

−1 0
f −1 (z) − f −1 (z0 )
(f ) (z) = lı́m
z→z0 z − z0

Haciendo el cambio de variable w = f −1 (z) ⇐⇒ f (w) = z, se tiene:

f −1 (z) − f −1 (z0 ) 1 1 1
lı́m = lı́m = 0 = 0 −1
z→z0 z − z0 w→w0 f (w) − f (w0 ) f (w0 ) f (f (z0 ))
w − w0

Nota 1.58. La exponencial compleja no es inyectiva en todo el plano complejo. Sin embargo,
es posible encontrar subconjuntos de C donde sí lo sea, para que así sea posible hablar de una
función inversa (que no puede ser otra que el logaritmo, por construcción).

En efecto, definamos los conjuntos:

H1 = {x + iy : x ∈ R, y ∈ (−π, π)}

H2 = C \ (−∞, 0]

Se puede probar que ez es una biyección entre ambos conjuntos, ambos abiertos de C. De este
modo, el logaritmo es derivable en H2 y se tiene la siguiente fórmula.

Proposición 1.59 (Derivada del logaritmo). Dado z ∈ H2 , Log(z) es derivable en z y se


verifica:

1
(Log(z))0 = (1.13)
z

Demostración. Por el teorema de la función inversa, se tiene

1 1 1
(Log(z))0 = = =
(eLog(z) )0 eLog(z) z

Proposición 1.60. Log(z) no está definida en z = 0, y lo está en z ∈ (−∞, 0) pero en la


semirrecta real negativa no es continua.

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1.6. FUNCIONES COMPLEJAS ELEMENTALES

Demostración. La exponencial compleja no se anula nunca, por lo que el logaritmo complejo


no está definido en z = 0.
Veamos que no es continua en el intervalo (−∞, 0) ⊂ R. Sea x0 < 0, x0 ∈ R. Caracterizando la
continuidad por sucesiones, tenemos que:

1
zn = |x0 | · ei(π− n ) → x0

1
wn = |x0 | · e−i(π− n ) → x0

Sin embargo, las imágenes:

Log(zn ) = log |x0 | + i(π − 1/n) → log |x0 | + iπ

Log(wn ) = log |x0 | − i(π − 1/n) → log |x0 | − iπ

Si la aplicación fuese continua, las sucesiones de las imágenes deberían converger al mismo
número. Desde luego, la aplicación no es continua para x0 ∈ (−∞, 0).

Proposición 1.61 (Desarrollo en serie del logaritmo). Si |z| < 1 se tiene el siguiente
desarrollo en serie:

X (−1)n+1
Log(1 + z) = zn (1.14)
n=1
n

Demostración. Sólo hay que calcular los primeros términos del polinomio de Taylor y demostrar
la fórmula general por inducción.

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Capítulo 2

Integración compleja. Teorema Integral de


Cauchy.

2.1. Conceptos previos

Definición 2.1 (Curva). Llamamos curva en un subconjunto Ω ⊂ C a una aplicación continua


γ definida en un intervalo cerrado [a, b] ⊂ R con valores en Ω. A γ(a) se lo llama punto inicial
de la curva y a γ(b) punto final. Si γ(a) = γ(b), se dice que la curva es cerrada.

Definición 2.2 (Traza de una curva). El conjunto γ ∗ = γ([a, b]) = {γ(t) : t ∈ [a, b]} se
denomina traza de γ.

Definición 2.3 (Camino en C). Llamamos camino en Ω ⊂ C a toda curva γ : [a, b] → Ω


tal que exista una partición {t0 = a, t1 , . . . , tn−1 , tn = b} de [a, b] de modo que para cada
j = 1, . . . , n la restricción de γ al intervalo [tj−1 , tj ] sea de clase C 1 en dicho intervalo.

Definición 2.4 (Reparametrización). Sea γ : [a, b] → C un camino. Consideremos la función


ϕ : [c, d] → [a, b], biyectiva y C 1 en [c, d] tal que ϕ(c) = a y ϕ(d) = b. Entonces, a la función
Γ = γ ◦ ϕ : [c, d] → C se la llama reparametrización de γ.

Definición 2.5 (Cambio de sentido). Sea γ : [a, b] → C un camino. Consideremos la función


ϕ : [c, d] → [a, b], biyectiva y C 1 en [c, d] tal que ϕ(c) = b y ϕ(d) = a. Entonces, a la función
Γ = γ ◦ ϕ : [c, d] → C se la llama cambio de sentido de γ.

Nota 2.6. Nótese que el cambio de sentido Γ recorre el mismo camino que γ, pero en sentido
contrario y con distinta velocidad.

Ejemplo 2.7. El camino γ(t) = z0 + Reit parametriza una circunferencia de centro z0 ∈ C y


radio R > 0 .

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CAPÍTULO 2. INTEGRACIÓN COMPLEJA

2.2. Integrales de variable real con valores en C


Rb
Si tenemos una función h : [a, b] ⊂ R → C, tenemos que definir qué se entiende por a
h. Como
h = h1 + ih2 , podemos definirla así:

Z b Z b Z b
h := h1 + i h2
a a a

cuando h1 y h2 sean Riemann-integrables en [a, b]. Las propiedades de esta integral, que nece-
sitaremos más adelante, se obtienen aplicando directamente las propiedades de la integral de
Riemann para funciones reales de variable real. Veámoslas:

Teorema 2.8. La integral de variable real con valores complejos definida anteriormente verifica
las siguientes propiedades:
Z b Z b Z b
1. (h + k) = h+ k para cualesquiera h y k : [a, b] → C integrables.
a a a
Z b Z b
2. (λh) = λ h para cualquier h : [a, b] → C integrable y λ ∈ C.
a a

3. Si h : [a, b] → C es integrable en [a, b] y c ∈ (a, b), entonces h es integrable en [a, c] y [c, b] y


se verifica que:
Z b Z c Z b
h= h+ h
a a c

4. Si h : [a, b] → C es integrable en [a, b] y se define, para cada t ∈ [a, b], la aplicación:


Z t
H(t) = h(x)dx
a

entonces H es continua en [a, b] y derivable en los puntos de continuidad de h en [a, b], verificando
H 0 (t) = h(t) (Teorema Fundamental del Cálculo).
5. Si h : [a, b] → C es continua, entonces tiene una primitiva en [a, b], y es (salvo constante) la
función:

Z t
H(t) = h(x)dx
a

6. Si h : [a, b] → C es integrable en [a, b] y tiene una primitiva H en [a, b], entonces:

Z b
h = H(b) − H(a)
a

Este resultado es una extensión de la Regla de Barrow para funciones reales.

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2.3. INTEGRALES COMPLEJAS SOBRE CAMINOS

7. Si ϕ es una función de clase C 1 entre dos intervalos [a, b] y [c, d] y h es continua en [c, d],
entonces

Z ϕ(b) Z b
h(s)ds = h(ϕ(t)) · ϕ0 (t)dt
ϕ(a) a

Este es el Teorema de Cambio de Variable.


8. Si h : [a, b] → C es integrable en [a, b], entonces |h| es integrable en [a, b] y se verifica

Z b Z b

h ≤ |h|

a a

Este resultado se conoce también como Desigualdad de Minkowski.


Rb
Demostración. Damos la demostración de 8. Como a
h(t)dt ∈ C, tendrá un módulo y un
argumento θ. Entonces:

b
Z Z b Z b

h(t)dt = h · (cos θ + i sen θ) = h · eiθ
a a a

De esta expresión obtenemos:

Z b Z b Z b Z b Z b
−iθ −iθ
e−iθ h(t)dt


h = e · h(t)dt ⇒ h = e h(t)dt = Re
a a a a a

Por la construcción de la integral, tenemos:

Z b Z b
−iθ
Re e h(t)dt = Re(e−iθ h(t))dt
a a

Estamos trabajando con integrales reales, por lo que sabemos:

Z b Z b Z b
−iθ −iθ
Re(e h(t))dt ≤ |e h(t)|dt = |h|
a a a

2.3. Integrales complejas sobre caminos


Definición 2.9 (Integral a lo largo de un camino). Sean γ un camino y f una función
compleja continua en su traza. Se define la integral de f a lo largo de γ como

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CAPÍTULO 2. INTEGRACIÓN COMPLEJA

Z Z b
f= f (γ(t))γ 0 (t)dt
γ a

Puede ocurrir que la derivada γ 0 (t) no exista en un número finito de puntos de [a, b], ya que
hemos tomado el camino C 1 a trozos. En tal caso, la integral se entiende como:

Z b n Z
X tj
0
f (γ(t))γ (t)dt = f (γ(t))γ 0 (t)dt
a j=1 tj−1

Teorema 2.10 (Propiedades de la integral a lo largo de un camino). Sea el camino


parametrizado γ : [a, b] → C, sean las funciones f, g continuas en la traza de γ con valores en
C y sea λ ∈ C.
1. Se verifica:
Z Z Z
(f + g) = f+ g
γ γ γ

2. Se verifica:
Z Z
(λf ) = λ f
γ γ

n
[
3. Sean los caminos γ1 , . . . , γn . Considérese su concatenación γk . En tal caso, se verifica:
k=1
Z n Z
X
Sn
f= f
k=1 γk k=1 γk

4. Se tiene la siguiente cota para el valor absoluto de la integral:

Z Z b
|γ 0 (t)|dt

f ≤ sup{|f (z)| : z ∈ γ([a, b])} ·

γ a

Demostración. Probamos 4. En efecto:

Z Z b Minkowski Z b
0
z}|{
|f (γ(t)) · γ 0 (t)|dt =

f =
f (γ(t)) · γ (t)dt ≤

γ a a

Z b Z b
0
= |f (γ(t))| · |γ (t)|dt ≤ sup |f (z)| · |γ 0 (t)|dt
a z∈γ ∗ a

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2.3. INTEGRALES COMPLEJAS SOBRE CAMINOS

Rb
Definición 2.11 (Longitud de un camino). El valor de a |γ 0 (t)|dt se llama longitud del
camino γ y se denota por long(γ). Llegamos a esta definición de la misma manera que en
el caso de curvas parametrizadas en R2 , aproximando la curva por trayectorias poligonales y
tomando límites utilizando el teorema de Darboux.

Teorema 2.12. Si γ : [a, b] → C es un camino y {fn } es una sucesión de funciones continuas


en la traza de γ con valores en C que converge uniformemente a una función f en γ ∗ , entonces:
Z Z Z
lı́m fn = lı́m fn = f (2.1)
n→+∞ γ γ n→+∞ γ

Demostración. Dado ε > 0, sea N ∈ N tal que para todo n ≥ N :

ε
|fn (z) − f (z)| < ∀ z ∈ γ([a, b])
long(γ) + 1

Entonces se tiene:
Z Z Z

fn − f = (fn − f ) ≤ sup{|fn (z) − f (z)| : z ∈ γ([a, b])} · long(γ) < ε

γ γ γ

Corolario 2.13. Si γ : [a, b] → C es un camino y {fn } es una sucesión de funciones continuas


uniformemente a una función f en γ ∗ ,
P
en la traza de γ con valores
P∞ R en C tal que f n converge
entonces la serie n=1 γ fn converge y se verifica
∞ Z
X ∞
Z X Z
fn = fn = f (2.2)
n=1 γ γ n=1 γ

Por último, damos un resultado relativo al cambio de signo de la integral de camino por repa-
rametrizaciones y cambios de sentido.

Proposición 2.14. Sea Ω ⊂ C, f : Ω → C y γ : [a, b] → C. Entonces:


Z Z
1. f = f si Γ es una reparametrización de γ.
γ Γ
Z Z
2. f =− f si Γ es un cambio de sentido de γ.
γ Γ

Demostración. Supongamos Γ : [c, d] → Ω y ϕ : [c, d] → [a, b] biyectiva y derivable, con


Γ = γ ◦ ϕ. Sea ϕ(c) = a y ϕ(d) = b. Entonces:

Z Z d Z d Z b Z
0 0 0 0
f= f (Γ(t)) · Γ (t)dt = f (γ(ϕ(t))) · γ (ϕ(t)) · ϕ (t)dt = f (γ(s)) · γ (s)ds = f
Γ c c a γ

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CAPÍTULO 2. INTEGRACIÓN COMPLEJA

Si Γ fuera un cambio de sentido, la única diferencia es que ϕ(c) = b y ϕ(d) = a. Así:

Z Z d Z d Z a Z
0 0 0 0
f= f (Γ(t)) · Γ (t)dt = f (γ(ϕ(t))) · γ (ϕ(t)) · ϕ (t)dt = f (γ(s)) · γ (s)ds = − f
Γ c c b γ

2.4. El Teorema de Cauchy-Goursat para triángulos

Una de las cuestiones principales del análisis complejo (y que nos interesará bastante) es el hecho
de que la integral de una función holomorfa sobre un camino cerrado es nula. Este resultado nos
lo da el Teorema Integral de Cauchy. Sin embargo, antes podemos dar una serie de resultados
más débiles pero relacionados.

Proposición 2.15 (Regla de Barrow). Sea γ : [a, b] → C un camino, sea f una función
continua en γ ∗ con valores en C. Supongamos que f tiene una primitiva F . Entonces, se verifica:
Z Z
f = F 0 = F (γ(b)) − F (γ(a)) (2.3)
γ γ

Demostración.
Z Z b Z b
0 0 0
F = F (γ(t))γ (t)dt = (F ◦ γ)0 (t)dt = (F ◦ γ)(b) − (F ◦ γ)(a) = F (γ(b)) − F (γ(a))
γ a a

Z
Corolario 2.16. Si γ es cerrado, entonces f = 0.
γ

Demostración. En efecto, si el camino es cerrado se tiene que γ(a) = γ(b). Por la proposición
anterior:

Z
f = F (γ(b)) − F (γ(a)) = F (γ(b)) − F (γ(b)) = 0
γ

Nota 2.17. Todos los polinomios complejos tienen antiderivada. Del mismo modo, las funciones
elementales como el seno, el coseno o la exponencial compleja también tienen antiderivada.

Teorema 2.18 (de Cauchy-Goursat para triángulos). Sea Ω un abierto de C. Sea w0 ∈ Ω


y sea f una función continua en Ω y holomorfa en Ω \ {w0 }. Entonces, para todo triángulo ∆
contenido en Ω se verifica que

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2.4. TEOREMA DE CAUCHY-GOURSAT

Z
f =0
∂∆

donde ∂∆, la frontera de ∆, es un camino formado por la concatenación de los lados de ∆. No


importa la orientación del camino.

Demostración. Podemos, sin perder generalidad, orientar ∂∆ positivamente. Consideremos los


triángulos ∆1 , ∆2 , ∆3 , ∆4 que surgen de considerar los puntos medios de los lados de ∆.
Sabemos que, al menos, uno de estos triángulos, supongamos ∆1 verifica:
Z Z


f ≤ 4
f
∂∆ ∂∆1

R R
1 con 1 ≤ k ≤ 4. En
Si ninguno cumpliera esta desigualdad, se tendría que ∂∆k f < f

4 ∂∆
ese caso, se tendría:

Z 4 Z
X 4 Z Z
X
f = f ≤ f < f


∂∆ ∂∆k
k=1 ∂∆k k=1 ∂∆

Desde luego, esto es absurdo. Hemos llegado a una contradicción.


Podemos repetir el argumento anterior para ∆1 y así obtener un triángulo ∆01 tal que
Z
1 Z
1
Z

f ≥ f ≥ 2 f

∂∆01 4 ∂∆1 4 ∂∆

Podemos reiterar este proceso y así obtener una sucesión {∆n }∞


n=1 de triángulos anidados que
verifican:
R R
1. 41n ∂∆ f ≤ ∂∆n f

1
2. long(∂∆n ) ≤ 2n
long(∂∆)
Como los ∆n son compactos
T∞ anidados (∆ ⊃ ∆1 ⊃ ∆01 . . . ) sabemos que la intersección es no
vacía, es decir, ∃ z0 ∈ k=1 ∆k
Ahora, distinguimos casos:

Primer caso. w0 6∈ ∆.
Como w0 no está en el triángulo, podemos decir que w0 6= z0 y que f es derivable en z0 . Esto
nos dice que

∀ε > 0 ∃δ > 0 : z ∈ D(z0 , δ) ⇒ |f (z) − f (z0 ) − f 0 (z0 )(z − z0 )| < ε · |z − z0 |

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CAPÍTULO 2. INTEGRACIÓN COMPLEJA

Como los triángulos son cada vez más pequeños (es decir, la sucesión de longitudes tiende a
cero), existirá un N ∈ N a partir del que ∆n ⊂ D(z0 , r). De este modo, se tiene:

Z Z Z
n
n


f ≤ 4 f = 4 f − 0
∂∆ ∂∆n ∂∆n

Sin más que aplicar la Regla de Barrow al polinomio f (z0 ) + f 0 (z0 )(z − z0 ), se tiene que:

Z
[f (z0 ) + f 0 (z0 )(z − z0 )]dz = 0
∂∆n

Aplicando esta igualdad a la expresión anterior, tenemos:

Z Z
0
n
n

4 f − 0 = 4 (f (z) − f (z0 ) − f (z0 )(z − z0 )) ≤
∂∆n ∂∆n

≤ 4n · sup {|f (z) − f (z0 ) − f 0 (z0 )(z − z0 )|} · long(∂∆n ) <


z∈∂∆n

< 4n · ε · sup {|z − z0 |} · long(∂∆n ) ≤ 4n · ε · (long(∂∆n ))2 =


z∈∂∆n

1
= 4n · ε · · long(∂∆)2 = ε(long(∂∆))2
4n
R
La arbitrariedad de ε nos da que ∂∆
=0
Segundo caso. w0 es un vértice de ∆. La continuidad de f en el compacto ∆ implica que
existe un M > 0 tal que |f (z)| ≤ M para todo z ∈ ∆. Elegimos puntos x, y ∈ D(w0 , r) en los
lados adyacentes a w0 de tal forma que se generan tres triángulos, ∆1x,y , ∆2x,y y ∆3x,y .
Orientando positivamente las fronteras de los triángulos, los lados interiores se recorren una
vez en cada sentido y se obtiene:

Z 3 Z
X
f= f
∂∆ k=1 ∂∆k

Suponemos que w0 6∈ ∆2x,y y w0 6∈ ∆3x,y y, aplicando el caso anterior, tenemos que

Z Z
f= =0
∂∆2x,y ∂∆3x,y

R
Veamos ∂∆1x,y
f . El hecho de que f esté acotada en el triángulo nos da:

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2.5. EXISTENCIA DE PRIMITIVAS

Z Z


f = f ≤ sup |f (z)| · long(∂∆1x,y ) ≤ M · long(∂∆1x,y )


∂∆ 1
∂∆x,y z∈∂∆1x,y

Z

Si (x, y) → w0 , se tiene que long(∂∆1x,y ) → 0 y así f = 0
∂∆

Tercer caso. w0 está en un lado de ∆. Lo único que tenemos que hacer es dividir ∆ en dos
triángulos ∆1 , ∆2 uniendo el punto w0 con el vértice del triángulo que no está en el lado en el
que está w0 . Así, w0 es vértice de los dos triángulos y acabamos de demostrar que la integral
sobre estos dos triángulos es nula. Por lo tanto, tenemos:
Z Z Z
f= f+ f =0
∂∆ ∂∆1 ∂∆2

Cuarto caso. w0 está en el interior de ∆. Sólo tenemos que considerar los tres triángulos
que determinan w0 (unimos w0 con los vértices del triángulo). Orientando adecuadamente las
fronteras de los triángulos ∆1 , ∆2 y ∆3 y, como w0 es vértice de los tres triángulos a la vez, se
tiene:

Z 3 Z
X
f= f =0
∂∆ k=1 ∂∆k

Este resultado no tiene interés por sí mismo, pero sí es importante para demostrar otros teore-
mas.

2.5. Existencia de primitivas en abiertos convexos


Definición 2.19. Dados dos puntos a, b ∈ C, definimos el segmento que los une como

[a, b] = {(1 − λ)a + λb : λ ∈ [0, 1]}

Nota 2.20. El camino γ(t) = (1 − t)a + tb con t ∈ [0, 1] es una parametrización del segmento
que une a con b.

Definición 2.21. Un conjunto Ω ⊂ C se dice convexo si, para todo par de puntos a, b ∈ Ω, el
segmento [a, b] ⊂ Ω.

Si tuviéramos un k ∈ C:

Z Z 1 Z 1
0
kdz = k · γ (t)dt = k(b − a) = k · (b − a)
[a,b] 0 0

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CAPÍTULO 2. INTEGRACIÓN COMPLEJA

Utilizaremos este hecho para demostrar el teorema de existencia de primitivas en abiertos


convexos.

Teorema 2.22 (de existencia de primitivas en abiertos convexos). Sea Ω un abierto


convexo de C. Sea w0 ∈ Ω y sea f ∈ C(Ω) ∩ H(Ω \ {w0 }). Entonces existe F ∈ H(Ω) tal que
F 0 = f en Ω.

Demostración. Fijemos un punto a ∈ Ω. Definamos ahora la función


Z
F : z ∈ Ω 7→ F (z) = f (w)dw
[a,z]

Esta función está bien definida por la convexidad de Ω. Comprobemos que es derivable y que
su derivada es f en Ω. Para ello, fijemos un z0 ∈ Ω. Evaluemos:
R R
F (z) − F (z )
0

[a,z] f (w)dw − [a,z0 ]
f (w)dw
− f (z0 ) = − f (z0 ) =

z − z0 z − z0

R R

[a,z] f (w)dw − [a,z0 ]
f (w)dw − f (z0 )(z − z0 )
= =

z − z0

R R R

[a,z] f (w)dw − [a,z0 ]
f (w)dw − [z0 ,z]
f (z0 )dw
(∗)
= =
z − z0

R R R
∂∆ f (w)dw − [z,z0 ] f (w)dw − [z0 ,z] f (z0 )dw

= =
z − z0

R R R
[z0 ,z] f (w)dw − [z0 ,z] f (z0 )dw [z0 ,z] (f (w) − f (z0 ))dw

= = ≤
z − z0 z − z0

sup{|f (w) − f (z0 )| : w ∈ [z, z0 ]}


≤ · long([z0 , z]) = sup{|f (w) − f (z0 )| : w ∈ [z, z0 ]}
|z − z0 |
R
En (∗) se ha cerrado el triángulo sumando y restando [z,z0 ] f (w)dw. Como f es continua en z0 ,
dado un ε > 0 arbitrario, existe un δ > 0 tal que D(z0 , δ) ⊂ Ω y además |f (w) − f (z0 )| < 2ε
para todo w ∈ D(z0 , δ). De este modo, se tiene:

F (z) − F (z ) ε
0
− f (z0 ) ≤ < ε

z − z0 2

para cualquier w ∈ D(z0 , δ). Queda, por tanto, probado, que

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2.6. FÓRMULA INTEGRAL DE CAUCHY

F (z) − F (z0 )
F 0 (z) = lı́m = f (z0 )
z→z0 z − z0

Definición 2.23. Dado un conjunto Ω ⊂ C, se dice que es estrellado si existe un z0 ∈ Ω tal


que ∀ z ∈ Ω se tiene que [a, z] ⊂ Ω.

Proposición 2.24. Cualquier conjunto convexo es estrellado.


La demostración es trivial (la definición de conjunto convexo es más restrictiva que la de
conjunto estrellado). Nótese que el recíproco no es, en general, cierto.

Corolario 2.25 (Teorema Integral de Cauchy, versión local). Sea Ω ⊂ C un conjunto


abierto convexo. Sea w0 ∈ C y sea f ∈ H(Ω \ {w0 }) ∩ C(Ω). Entonces, para todo camino cerrado
de Ω, γ, se tiene:
Z
f =0
γ

Demostración. Como estamos bajo hipótesis del teorema de existencia de primitivas, podemos
afirmar que existe una función F ∈ H(Ω) tal que F 0 = f en Ω. Sin más que aplicar la Regla de
Barrow, concluimos que la integral es nula.

Nota 2.26. Al igual que el teorema de existencia de primitivas, el Teorema Integral de Cauchy
puede extenderse a conjuntos estrellados.

2.6. La Fórmula Integral de Cauchy


Para comprender la Fórmula Integral de Cauchy necesitamos introducir un concepto previo y
dar una breve interpretación geométrica.

Definición 2.27. Sea γ un camino cerrado en C y sea z ∈ C, z 6∈ γ([a, b]). Se define el índice
de z respecto de γ como

1 1
Z
Indγ (z) = dw (2.4)
2πi γ w−z

Nota 2.28 (Idea geométrica). Se puede probar que Indγ (z) ∈ Z y que es el número de vueltas
que da γ alrededor de z (con signo positivo si el sentido es antihorario). La traza es una curva
cerrada simple que divide al plano en dos componentes con frontera común (la propia curva).
Así, si el punto z no está en el interior de la curva, el índice es 0.

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CAPÍTULO 2. INTEGRACIÓN COMPLEJA

Teorema 2.29 (Fórmula Integral de Cauchy, versión local). Sea el conjunto Ω ⊂ C


abierto y convexo (o estrellado). Sea γ un camino cerrado en Ω. Entonces, si f ∈ H(Ω) y
z ∈ Ω \ γ ∗ , se tiene:

1 f (w)
Z
f (z) · Indγ (z) = dw (2.5)
2πi γ w−z

Demostración. Consideremos la función G : Ω → C, definida como:


 f (w) − f (z)
G(w) = si w 6= z
w−z
f 0 (z) si w = z

En Ω \ {z} la función G es derivable, por ser cociente de funciones derivables y no anularse el


denominador. Además, la función es continua en z porque, por definición:

f (w) − f (z)
lı́m = f 0 (z)
w→z w−z

Tenemos, por tanto, que G ∈ H(Ω \ {w0 }) ∩ C(Ω) Ry estamos bajo las condiciones del Teorema
Integral de Cauchy, lo que nos lleva a afirmar que γ G = 0.
Esto es:

f (w) − f (z) 1 f (w) − f (z)


Z Z
dw = 0 ⇒ dw = 0 ⇒
γ w−z 2πi γ w−z

1 f (w) 1 1
Z Z
⇒ dw − f (z) dw = 0 ⇒
2πi γ w−z 2πi γ w−z

1 1 1 f (w)
Z Z
⇒ f (z) dw = dw
2πi γ w−z 2πi γ w−z

Con la definición de índice, hemos llegado a

1 f (w)
Z
f (z) · Indγ (z) = dw
2πi γ w−z

como se quería probar.

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2.6. FÓRMULA INTEGRAL DE CAUCHY

Corolario 2.30. Sea D(z0 , r) ⊂ Ω. Denotemos por ∂D(z0 , r) la circunferencia de radio r


y centro z0 recorrida una sola vez en sentido positivo. En este caso, la Fórmula Integral de
Cauchy adopta la forma siguiente:

1 f (w)
Z
f (z) = dw (2.6)
2πi ∂D(z0 ,r) w−z

para todo z ∈ D(z0 , r).

2.6.1. Analiticidad de las funciones holomorfas

Demostramos ahora un importante resultado que ya habíamos anunciado en 1.43.

Teorema 2.31 (de Analiticidad de Funciones Holomorfas). Sea Ω ⊂ C un abierto arbi-


trario. Sea f ∈ H(Ω) y sea z0 ∈ Ω arbitrario. Denotemos por R > 0 la distancia de z0 a ∂Ω (la
frontera de Ω). Entonces, la función f se puede expresar mediante una serie de potencias


X
f (z) = an · (z − z0 )n ∀ z ∈ D(z0 , r), 0 < r < R
n=0

Además,

1 f (w)
Z
an = dw (2.7)
2πi ∂D(z0 ,r) (w − z0 )n+1

Demostración. En primer lugar, por la Fórmula Integral de Cauchy se tiene que

1 f (w)
Z
f (z) = dw
2πi ∂D(z0 ,r) w−z

para todo punto z ∈ D(z0 , r) con 0 < r < R.


Por otro lado, para un w ∈ ∂D(z0 , r) se tiene:

z − z |z − z |
0 0
= <1

w − z0 r

De este modo, si tenemos w ∈ ∂D(z0 , r) y z ∈ D(z0 , r):

Serie geométrica ∞
!n
1 1 1 1 1 X z − z0
· ·
z}|{
= = z−z0 =
w − z w − z0 − (z − z0 ) w − z0 1 − w−z 0
w − z0 n=0 w − z0

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CAPÍTULO 2. INTEGRACIÓN COMPLEJA

Si llevamos esta última expresión a la Fórmula Integral de Cauchy, tenemos:


!n
1 1 1 1 z − z0
Z Z X
f (z) = f (w) · dw = f (w) · · dw
2πi ∂D(z0 ,r) w−z 2πi ∂D(z0 ,r) w − z0 n=0 w − z0

Como |z−zr
0|
< 1, aplicando el Criterio M de Weierstrass tenemos que hay convergencia uniforme
en el disco, por lo que podemos intercambiar la suma y la integral. Así, llegamos a:

∞ ∞
"Z #
1 X f (w) 1 f (w)
Z X
n
n+1
· (z − z0 ) = dw · (z − z0 )n
2πi n=0 ∂D(z0 ,r) (w − z0 ) n=0
2πi ∂D(z0 ,r) (w − z0 )n+1

1 f (w)
Z
Renombrando dw = an , el resultado queda probado.
2πi ∂D(z0 ,r) (w − z0 )n+1

Corolario 2.32 (Fórmula para las derivadas sucesivas). Por la unicidad del desarrollo
en serie de potencias, se tiene:

f (n) (z0 ) 1 f (w)


Z
= dw (2.8)
n! 2πi ∂D(z0 ,r) (w − z0 )n+1

Demostración. Como el desarrollo en serie es único, el desarrollo del teorema 2.31 coincidirá
con el desarrollo de Taylor. De esta idea se sigue el resultado.

El teorema que acabamos de demostrar es muy importante, pues afirma que, cuando trabajamos
con variable compleja, el hecho de que una función se pueda derivar una vez en un punto ya
implica que, en un entorno de dicho punto, viene dada como una serie de potencias, con todos
los beneficios que ello conlleva.
Vamos a obtener ahora una cota para las derivadas sucesivas de las funciones holomorfas que
nos permitirá demostrar resultados importantes.

Teorema 2.33 (Desigualdades de Cauchy). Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto. Sea f ∈ H(Ω).


Sean z0 ∈ Ω y r > 0 tal que D(z0 , r) ⊂ Ω. Entonces:

n!
|f (n) (z0 )| ≤ · sup{|f (w)| : |w − z0 | = r} (2.9)
rn

para todo n = 0, 1, 2 . . . y adoptando el convenio f (0) (z0 ) = f (z0 ).

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2.6. FÓRMULA INTEGRAL DE CAUCHY

Demostración. Del corolario 2.32 se tiene

f (n) (z0 ) 1 f (w)


Z
= dw
n! 2πi ∂D(z0 ,r) (w − z0 )n+1

Tomando módulos:
Z
f (n) (z ) n! f (w)
0
= · dw ≤

n! 2π ∂D(z0 ,r) (w − z0 )n+1


( )
n! f (w)
(∗)
≤ · long(∂D(z0 , r)) · sup : |w − z0 | = r =

2π (w − z0 )n+1

1
= n! · · sup{|f (w)| : |w − z0 | = r}
rn
En (∗) se ha usado que long(∂D(z0 , r)) = 2πr. Además, esta última expresión nos da que
precisamente

n!
|f (n) (z0 )| ≤ · sup{|f (w)| : |w − z0 | = r}
rn

Como ya sabemos, las funciones holomorfas en todo el plano complejo (es decir, f ∈ H(C))
se denominan funciones enteras. Damos ahora un (sorprendente) resultado relativo a dichas
funciones.

Teorema 2.34 (de Liouville). Toda función entera y acotada es constante.

Demostración. Como f ∈ H(C), sabemos que se puede expresar como la serie de Taylor de f
en torno a z = 0 en todo el plano complejo. Esto es:


X f (n) (0)
f (z) = · zn ∀ z ∈ C
n=0
n!

De las desigualdades de Cauchy se sigue que:

n!
|f (n) (0)| ≤ · sup{|f (w)| : |w| = r}
rn
Como f está acotada en C, ∃ M > 0 tal que |f (z)| ≤ M ∀ z ∈ C. Por lo tanto:

n!
|f (n) (0)| ≤ ·M
rn

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CAPÍTULO 2. INTEGRACIÓN COMPLEJA

y de aquí se sigue que f (n) (0) = 0 ∀ n ≥ 1 (nótese que lı́m rn = +∞ y trabajamos en C).
r→∞

De este modo, al sustituir en la serie de Taylor nos queda que f (z) = f (0) ∀ z ∈ C, por lo que
f es constante.

Utilizando este teorema podemos ver que las funciones seno y coseno complejas no están acota-
das (al contrario que en el caso real) ya que, de estarlo, serían constantes (y esto es falso).

2.6.2. El Teorema Fundamental del Álgebra

El Teorema de Liouville nos permite demostrar un resultado de gran relevancia, como el Teo-
rema Fundamental del Álgebra.

Teorema 2.35 (Fundamental del Álgebra). Todo polinomio P de grado n ≥ 1 tiene, al


menos, una raíz compleja.

Demostración. Supongamos que P no tiene raíces en C. Entonces, como no se anula nunca, la


1
función f (z) = está bien definida y es entera.
P (z)
Como P (z) es una función polinómica de grado n, P (z) = an z n + an−1 z n−1 + · · · + a1 z + a0 con
an 6= 0. Se tiene, por tanto:

1 1 1
f (z) = = ·h i
P (z) an z n 1 + an−1
· 1
+ ··· + a0
· 1
an z an zn

g(z)
Si renombramos el segundo factor como g(z), tenemos que f (z) = cuando z 6= 0. Es
an z n
inmediato comprobar que lı́m |g(z)| = 1, de donde se sigue que, para un cierto ε > 0
|z|→+∞
(podemos tomar ε = 1), existe un número real M > 0 tal que

||g(z)| − 1| < 1

si |z| > M . Esto implica que −1 < |g(z)| − 1 < 1 y, en particular, que |g(z)| < 2 ∀ z con
|z| > M .
Además, si |z| > M se tiene que |z|1n < M1n , lo que nos muestra que, si z es suficientemente
grande, la función f está acotada. En efecto, si tomamos z con |z| > M :

1 1 1 1
|f (z)| = · n · |g(z)| < · n·2
|an | |z| |an | M

Nos falta probar que la función está acotada cuando |z| ≤ M , pero esto es trivial. Si tomamos
D(0, M ) tenemos una función continua en un conjunto compacto, por lo que sabemos que está
acotada.

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2.7. OTROS RESULTADOS

En definitiva, tomando como cota de la función la mayor de las dos, tenemos que f es una
función entera y acotada, por lo que debe ser constante y, en consecuencia, P también. Esto es
absurdo, ya que para que un polinomio sea constante su grado debe ser 0 y hemos supuesto el
grado mayor o igual que 1.

Corolario 2.36. P tiene exactamente n raíces complejas.

Demostración. Se ha probado que el polinomio P tiene, al menos, una raíz compleja, por lo que
el polinomio será de la forma P (z) = (z − z1 ) · Q(z). Si aplicamos el resultado anterior a Q(z),
tenemos que Q(z) tiene, al menos, una raíz compleja, por lo que P (z) = (z − z1 )(z − z2 )R(z).
Aplicando reiteradamente el teorema 2.35, finalmente llegaremos a un polinomio irreducible,
por lo que resultará que P (z) = (z − z1 )(z − z2 ) . . . (z − zn ) y que P tiene n raíces, que son
z1 , z2 , . . . , zn .

2.7. Otros resultados interesantes del análisis complejo


En este apartado vamos a dar unos cuantos resultados relevantes del análisis complejo que
pueden ser de interés para el lector. Por falta de tiempo los damos sin demostración, pero no
es difícil encontrarlas en los textos habituales de variable compleja.

Definición 2.37. Si Ω ⊂ C es un abierto conexo, se dice que Ω es un dominio.

Teorema 2.38 (Principio del Módulo Máximo). Sea Ω ⊂ C un dominio. Sea f ∈ H(Ω).
Si existe un z0 ∈ Ω en el que la aplicación |f | alcanza su máximo, entonces f es constante.

De este teorema deducimos un importante corolario.

Corolario 2.39. Si Ω es un dominio tal que Ω es compacto y f ∈ H(Ω) ∩ C(Ω), entonces:

máx|f (z)| = máx|f (z)|


z∈Ω z∈∂Ω

El principio del módulo máximo y su corolario nos vienen a decir que es absurdo buscar los
máximos de |f | en el interior del dominio, ya que siempre se encontrarán en la frontera.

Se dice que una aplicación es abierta cuando la imagen directa de un abierto es otro abierto.
Puede que el lector recuerde (de la demostración del teorema de la función inversa para funciones
de varias variables reales) que, en el caso real, a una aplicación f : A ⊂ Rn → Rn había que
pedirle que fuese de clase C 1 e inyectiva en el abierto A y, además, que el jacobiano no se anulase
en ningún punto de A. Pues bien, en el caso complejo basta con que la función sea holomorfa,
como afirma el siguiente teorema.

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CAPÍTULO 2. INTEGRACIÓN COMPLEJA

Teorema 2.40 (de la Aplicación Abierta). Si Ω es un dominio y f ∈ H(Ω), entonces f (Ω)


es un abierto de C.

El siguiente resultado, relativo a la convergencia de sucesiones de funciones, tampoco es, en


general, cierto para funciones reales.

Teorema 2.41 (de Weierstrass). Si {fn }∞ n=1 es una sucesión de funciones holomorfas en un
abierto Ω que converge uniformemente a una función f en los compactos de Ω, entonces para
todo k = 1, 2 . . . se tiene
fn(k) → f (k)

uniformemente en los compactos de Ω con f holomorfa.

Por último damos un teorema de derivación de funciones complejas definidas mediante una
integral. Es, básicamente, la regla de derivación bajo la integral de Leibniz (ya conocida del
curso de Cálculo Integral en Rn ).
Aunque ya se tiene una fórmula para las derivadas sucesivas de una función holomorfa (hallada
en la demostración del teorema 2.33), este teorema proporciona una vía alternativa para llegar
a las derivadas sucesivas y puede utilizarse también para calcular integrales de camino.

Teorema 2.42 (de derivación bajo el signo integral). Sea Ω ⊂ C abierto. Sean γ un
camino en C y una aplicación ϕ : Ω × γ ∗ ⊂ C2 → C. Si ϕ es continua en su dominio, lo es en
Ω la aplicación
Z
f (z) = ϕ(z, w)dw con z ∈ Ω
γ

∂ϕ
Además, si para todo punto (z, w) ∈ Ω × γ ∗ existe ∂z
y la función

∂ϕ
(z, w) ∈ Ω × γ ∗ 7→ (z, w)
∂z
es continua, entonces f ∈ H(Ω) y

∂ϕ
Z
0
f (z) = (z, w)dw con z ∈ Ω
γ ∂z

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Capítulo 3

Teorema de los Residuos de Cauchy.


Aplicaciones.

Hasta ahora hemos considerado principalmente resultados relacionados con las funciones que
son holomorfas en subconjuntos abiertos del plano complejo. Sin embargo, podría ocurrir que
la función no fuera derivable en un punto (o varios) de un cierto subconjunto abierto Ω ⊂ C
(podría ocurrir que la función no fuese continua o que ni siquiera estuviese definida en tal punto,
de hecho).

Para estudiar el comportamiento de estas funciones contamos con poderosas herramientas como
el desarrollo en Serie de Laurent o el Teorema de los Residuos de Cauchy, con aplicaciones no
sólo al análisis complejo sino también al cálculo de integrales reales mediante técnicas complejas
(principalmente integrales de funciones racionales, que requieren de bastante trabajo para ser
resueltas mediante técnicas de integración real).

3.1. Homotopía de caminos

Definición 3.1 (Caminos abiertos homótopos). Considérese un subconjunto Ω de C (no


necesariamente abierto) y dos puntos a, b ∈ Ω. Sean γ0 , γ1 : [0, 1] ⊂ R → Ω caminos continuos
en Ω que unen a y b. Se dirá que los caminos γ0 y γ1 son homótopos en Ω si existe una función
continua H : [0, 1] × [0, 1] ⊂ R2 → Ω que verifica:

a) H(0, t) = γ0 (t) ∀ t ∈ [0, 1]

b) H(1, t) = γ1 (t) ∀ t ∈ [0, 1]

c) H(s, 0) = a ∀ s ∈ [0, 1]

d) H(s, 1) = b ∀ s ∈ [0, 1]

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CAPÍTULO 3. TEOREMA DE LOS RESIDUOS Y APLICACIONES

Figura 3.1: Homotopía de caminos abiertos

Nota 3.2 (Interpretación de la función H). Eligiendo un s ∈ [0, 1] fijo, podemos definir el
camino γs (t) = H(s, t) ∀ t ∈ [0, 1], que desde luego es continuo y une a con b en Ω. El hecho de
que γ0 y γ1 sean homótopos en Ω viene a decir que “podemos transformar de forma continua (es
decir, sin romperlo) el camino γ0 hasta convertirlo en γ1 a través de los caminos γs intermedios”.
Así, si elegimos s = 0 recuperamos γ0 y si elegimos s = 1 recuperamos γ1 .

Definición 3.3 (Caminos cerrados homótopos). Sean Ω ⊂ C (no necesariamente abierto)


y dos caminos cerrados γ0 , γ1 parametrizados en [0, 1]. Se dirá que los caminos γ0 y γ1 son
homótopos en Ω cuando exista una función continua H : [0, 1] × [0, 1] ⊂ R2 → Ω verificando:

a) H(0, t) = γ0 (t) ∀ t ∈ [0, 1]

b) H(1, t) = γ1 (t) ∀ t ∈ [0, 1]

c) H(s, 0) = H(s, 1) ∀ s ∈ [0, 1]

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3.1. HOMOTOPÍA DE CAMINOS

Figura 3.3: Caminos no homótopos

Figura 3.2: Homotopía de caminos cerrados

Nota 3.4 (Interpretación de la función H). Si fijamos un s ∈ [0, 1] y definimos γs (t) = H(s, t)
∀ t ∈ [0, 1], entonces γs es un camino cerrado y continuo en Ω. Además, para s = 0 el camino
es γs = γ0 y para s = 1 el camino es γs = γ1 . Por lo tanto, podremos deformar γ0 mediante los
caminos intermedios γs de manera continua hasta “transformarlo” en γ1 . Lo que representa la
función H es, por tanto, una familia de caminos indexada por el parámetro s y parametrizada
por t.
Teorema 3.5 (de Deformación). Sea Ω ⊂ C abierto y f ∈ H(Ω). Sean γ0 y γ1 caminos
homótopos en Ω parametrizados en [0, 1]. En el caso de que los caminos sean abiertos, se
supone que verifican γ0 (0) = γ1 (0) y γ0 (1) = γ1 (1). Entonces
Z Z
f= f
γ0 γ1

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CAPÍTULO 3. TEOREMA DE LOS RESIDUOS Y APLICACIONES

Figura 3.4: Caminos homótopos en un dominio no simplemente conexo

El concepto de homotopía nos permite extender la Fórmula Integral de Cauchy, como ya se


había anunciado, desde abiertos convexos (o estrellados) hasta una clase más general de abiertos,
los dominios simplemente conexos.

Definición 3.6 (Dominio simplemente conexo). Se dice que un abierto Ω ⊂ C es un


dominio simplemente conexo cuando todo camino cerrado en Ω es homótopo a un punto.

Nota 3.7. Intuitivamente se entiende que un dominio simplemente conexo “no tiene agujeros”.
Teorema 3.8 (Fórmula Integral de Cauchy, versión global). Sea Ω un dominio de C.
Sea f ∈ H(Ω). Sea γ un camino cerrado en Ω homótopo a un punto en Ω. Entonces:

1 f (w)
Z
f (z) · Indγ (z) = · dw ∀ z ∈ Ω \ γ ∗ (3.1)
2πi γ w−z

Corolario 3.9. Si Ω es un dominio simplemente conexo, f ∈ H(Ω) y γ es un camino cerrado


en Ω, se tiene
Z
1 f (w)
f (z) · Indγ (z) = · dw
2πi γ w − z

para todo z ∈ Ω \ γ ∗ .

Aunque no probaremos el teorema por la complejidad de la demostración, intuitivamente se


puede ver que, por ser el camino homótopo a un punto, es homótopo a una circunferencia que
encierra una región convexa, donde sabemos que funciona la Fórmula Integral de Cauchy.

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3.2. TEOREMA DE LAURENT

3.2. El Teorema de Laurent


Una vez obtenida la Fórmula Integral de Cauchy en su versión global estamos prácticamente
en condiciones de probar el Teorema de Laurent, una especie de extensión del Teorema de
Analiticidad de funciones holomorfas. Sin embargo, antes vamos a establecer la notación a
utilizar para un tipo especial de conjuntos que aparecerán con bastante frecuencia a partir de
ahora.

Definición 3.10 (Coronas circulares en C). Sean r1 , r2 ∈ R tales que 0 ≤ r1 < r2 ≤ +∞.
Se define la corona circular abierta de centro z0 ∈ C, radio interior r1 y radio exterior r2 como

C(z0 , r1 , r2 ) = {z ∈ C : r1 < |z − z0 | < r2 } (3.2)

Del mismo modo, se define la corona circular cerrada asociada a la corona abierta (3.3) como

C(z0 , r1 , r2 ) = {z ∈ C : r1 ≤ |z − z0 | ≤ r2 } (3.3)

Teorema 3.11 (de Laurent). Sea f una función holomorfa en la corona C(z0 , r1 , r2 ) con
0 ≤ r1 < r2 ≤ +∞ y z0 ∈ C. Entonces la función f se puede desarrollar de manera única
como:
∞ ∞
X
n
X bn
f (z) = an (z − z0 ) + ∀ z ∈ C(z0 , r1 , r2 ) (3.4)
n=0 n=1
(z − z0 )n

Además, dados ρ1 , ρ2 tales que r1 < ρ1 < ρ2 < r2 , los coeficientes de las series son

1 f (w)
Z
an = dw n = 0, 1, 2, . . . (3.5)
2πi γ1 (w − z0 )n+1

1
Z
bn = f (w)(w − z0 )n−1 dw n = 1, 2, . . . (3.6)
2πi γ0

donde γ0 (t) = z0 + ρ1 e2πit y γ1 (t) = z0 + ρ2 e2πit con t ∈ [0, 1].

Demostración. Considérese la corona C(z0 , ρ1 , ρ2 ) en la que se verifica que

0 ≤ r1 < ρ1 < ρ2 < r2 ≤ +∞

Sea z ∈ C(z0 , ρ1 , ρ2 ). Sea L un segmento que une un punto cualquiera de γ0 con uno de γ1 y
que no contiene a z.
Ahora podemos considerar el camino

Γ = γ0 ∪ (−γ1 ) ∪ L ∪ (−L)

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CAPÍTULO 3. TEOREMA DE LOS RESIDUOS Y APLICACIONES

Figura 3.5: Construcción de Γ

El camino Γ, tal como lo hemos definido, es cerrado y se recorre en sentido horario, por lo que
IndΓ (z) = −1 por estar z contenido en la región delimitada por Γ.
Por otro lado, Γ es homótopo a un punto de C(z0 , r1 , r2 ). Aplicando la versión global de la
Fórmula Integral de Cauchy:

1 f (w) 1 f (w) f (w)


Z Z Z
f (z) = − dw = − dw + dw
2πi Γ w−z 2πi γ0 w−z γ1 w−z

R f (w) R f (w)
Nótese que −L w−z
dw = − L w−z
dw, por lo que las integrales se cancelan.
Veamos qué ocurre con la primera integral. Si tomamos w ∈ γ0 , tenemos |w − z0 | = ρ1 . Por
w−z0 w−z0
otro lado, |z − z0 | > ρ1 y el cociente z−z0 verifica z−z0 < 1.

Operando, llegamos a:


!n
1 1 1 1 1 X w − z0
= =− · =− ·
w − z w − z0 − (z − z0 ) z − z0 1 − w−z
z−z0
0
z − z0 n=0 z − z0


Como w−z 0
< 1, la serie está mayorada por otra serie geométrica y del criterio M de Weiers-

z−z0
trass se deduce que la serie converge uniformemente en los discos cerrados contenidos en el
disco de convergencia. Se tiene, por tanto, que:


!n
1 f (w) 1 f (w) X w − z0
Z Z
− · dw = · dw =
2πi γ0 w−z 2πi γ0 z − z0 n=0 z − z0

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3.2. TEOREMA DE LAURENT

∞ Z
1 1 X
= · · f (w)(w − z0 )n dw =
2πi (z − z0 )n+1 n=0 γ0

1 1
X Z
= · f (w)(w − z0 )n dw =
(z − z0 )n+1 n=0 2πi γ0

1 1
X Z
· f (w)(w − z0 )n−1 dw =
(z − z0 )n n=1 2πi γ0

1 1
X Z
f (w)(w − z0 )n−1 dw ·
n=1
2πi γ0 (z − z0 )n

y se tiene el desarrollo con los coeficientes anunciados en (3.6).


A la hora de estudiar la integral sobre γ1 , el razonamiento es el mismo que en el teorema 2.31,
por lo que


f (w) 1 f (w)
Z X Z
dw = dw · (z − z0 )n
γ1 w−z n=0
2πi γ1 (w − z0 )n+1

que es el desarrollo con los coeficientes anunciados en (3.5).

Nota 3.12. Al igual que con el desarrollo en serie de Taylor, la convergencia de la serie de
Laurent es absoluta en la corona y uniforme en los compactos de la corona C(z0 , r1 , r2 ).

Nota 3.13. El teorema asegura la existencia de un desarrollo similar a una serie de potencias de
la función f centrándola en un punto z0 (no se dice si z0 ∈ Ω, sólo que es un número complejo).

Definición 3.14 (Serie de Laurent). Al desarrollo (3.4) se lo denomina Serie de Laurent y


en esta expansión se admite la existencia de potencias de exponente negativo. De hecho, a la
parte que contiene a estas potencias se la denomina parte principal de la Serie de Laurent (de
la función f alrededor de z0 ).

Nota 3.15. Si z0 ∈ Ω, entonces se recupera el Teorema 2.31 de Analiticidad de Funciones


Holomorfas y todos los coeficientes bn = 0. De hecho, los exponentes serán positivos (o cero)
sólo en el caso en el que z0 esté en el dominio de la función, Ω.

Nota 3.16. Aunque no es imposible, suele ser bastante costoso calcular los coeficientes de la
serie de Laurent a partir de las fórmulas de (3.5) y (3.6) debido al hecho de que no se tiene
(n)
una expresión similar a f n!(z0 ) (la función puede no estar definida en z0 por lo que no será
derivable). Por eso, será más práctico (debido a la unicidad del desarrollo en serie de Laurent)
manipular la función para obtener la serie directamente.
1
Ejemplo 3.17. Hallar el desarrollo en serie de Laurent de la función f (z) = en torno a
1−z
z0 = 0 con z ∈ C(0, 1, +∞).

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CAPÍTULO 3. TEOREMA DE LOS RESIDUOS Y APLICACIONES

Solución. La función es holomorfa en la corona, por lo que admite un desarrollo en serie


de Laurent centrado en 0 en la corona C(0, ρ1 , ρ2 ) con 1 < ρ1 < ρ2 < +∞. Si tomamos
1
z ∈ C(0, ρ1 , ρ2 ), en particular tenemos que |z| > ρ1 > 1, con lo que |z| < 1. De este modo:

∞ ∞ ∞
1 1 1 1 1 X 1 X 1 X 1
f (z) = =− =− · 1 =− · n
= − n+1
= − n
1−z z−1 z 1− z
z n=0 z n=0
z n=1
z

y ésta es la expansión en serie de Laurent de la función f . Obsérvese que aparecen infinitas


potencias negativas y no aparecen potencias positivas.

3.3. Singularidades aisladas

Introducimos en esta sección el concepto de singularidad de una función en un punto y vemos


las consecuencias del Teorema de Laurent en el estudio de éstas.

Definición 3.18. Sean f una función compleja y z0 ∈ C. Se dirá que z0 es una singularidad
aislada de f si existe un radio r > 0 tal que f ∈ H(D(z0 , r) \ {z0 }).

Nótese que el conjunto D(z0 , r)\{z0 } es una corona circular que tiene por centro z0 y por radios
r1 = 0 y r2 = r, por lo que podemos aplicar el Teorema de Laurent. De este modo, se puede
escribir

∞ ∞
X bn X
f (z) = + an (z − z0 )n ∀ z ∈ D(z0 , r) \ {z0 }
n=1
(z − z0 )n n=0

Definición 3.19. Se dirá que la función f tiene una singularidad no aislada en f cuando la
función no sea derivable en z0 y, además, exista una sucesión (zn ) de puntos donde f no es
derivable tal que lı́m zn = z0 .
n→+∞

Veamos a continuación un par de ejemplos de funciones con singularidades tanto aisladas como
no aisladas.
1
Ejemplo 3.20. Considérese la función f (z) = z(z−1) 2 . Es inmediato comprobar que esta función

sólo tiene singularidades en z0 = 0, z0 = 1, puntos en los que el denominador se anula (no es


que no sea derivable en los puntos, es que no está ni definida. Del hecho de que el número de
singularidades sea finito se deduce que son todas aisladas.
1
Ejemplo 3.21. El denominador de la función f (z) = sen( z1 )
no está definido en z0 = 0 y se
1
anula en los puntos zk = con k ∈ Z. Hay infinitas singularidades, por tanto. Las singulari-

,
1
dades zk son aisladas, pero se observa que la singularidad z0 = 0 no lo es. En efecto, kπ →0
cuando k → ∞, por lo que se puede encontrar una singularidad tan cerca como se quiera de 0.

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3.3. SINGULARIDADES AISLADAS

A partir del desarrollo en serie de Laurent podemos introducir una clasificación de las singula-
ridades aisladas, así como el concepto de residuo de una función en un punto.

3.3.1. Clasificación de singularidades aisladas

En lo que sigue, supondremos que z0 es una singularidad aislada de una cierta función f que
se puede desarrollar en serie de Laurent, es decir, se puede escribir como

∞ ∞
X bn X
f (z) = n
+ an (z − z0 )n ∀ z ∈ D(z0 , r) \ {z0 }
n=1
(z − z0 ) n=0

Si estudiamos los coeficientes de la parte principal de la serie, podemos diferenciar tres ca-
sos:

Singularidades evitables

Supongamos que bn = 0 para todo n ∈ N. En este caso, la serie de Laurent no tiene parte
principal y la función se expresa como


X
f (z) = an (z − z0 )n ∀ z ∈ D(z0 , r) \ {z0 }
n=0

La función es, esencialmente, analítica. Sin embargo, no se sabe cómo está definida en z0 . En
este caso, se puede simplemente redefinir f (z0 ) = a0 para que la función sea analítica en todo
el disco. Si esto ocurre, se dirá que f tiene una discontinuidad evitable en z0 .
−1 2
Ejemplo 3.22. La función f (z) = zz−1 tiene una singularidad evitable en z0 = 1. En efecto,
se puede factorizar el numerador para ver que, en realidad, f (z) = z + 1 es una función entera.

Polos

Supongamos que bn = 0 para n > k, con bk 6= 0. En este caso se dirá que f tiene un polo (de
orden k) en z0 .
1 1
Ejemplo 3.23. La función f (z) = (z−1)2
+ z−1
tiene un polo de orden 2 en z0 = 1.

Singularidades esenciales

Si hay infinitos bn 6= 0, se dirá que f tiene en z0 una singularidad esencial.

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CAPÍTULO 3. TEOREMA DE LOS RESIDUOS Y APLICACIONES

1
Ejemplo 3.24. La función f (z) = e z tiene una singularidad esencial en z0 = 0. Si desarro-
llamos en serie de potencias la exponencial en torno a 0, obtenemos el desarrollo en serie de
Laurent:

∞ ∞
1
X 1 X 1
e =
z
n
=1+
n=0
n!z n=1
n!z n

La parte analítica de la serie de Laurent es simplemente 1, y la parte principal tiene infinitos


términos no nulos (ya que n!1 6= 0). Concluimos que la singularidad es esencial.

3.4. El Teorema de los Residuos


Definición 3.25 (Residuo). Sea z0 una singularidad aislada de la función f , que admite
desarrollo en serie de Laurent

∞ ∞
X bn X
f (z) = + an (z − z0 )n ∀ z ∈ D(z0 , r) \ {z0 }
n=1
(z − z0 )n n=0

Se define el residuo de f en z0 como el coeficiente b1 y se denota por Res(f, z0 ).

Nota 3.26. Si se integra el desarrollo de Laurent de la función f , la convergencia uniforme


permite intercambiar la suma y la integral. Al integrar término a término, todas las integrales
se anulan excepto la que tiene como potencia z −1 . El coeficiente que acompaña a z −1 es lo que
hemos definido como residuo porque es “lo que queda” de la función al integrarla.

Tanto la clasificación como la definición de residuo sólo se aplican a singularidades aisladas


(es decir, a discos perforados), y no a desarrollos de Laurent en coronas circulares de radio
interior positivo. Una vez conocido el concepto de residuo, pasamos a introducir el Teorema de
los Residuos de Cauchy, viendo antes una versión (muy) débil de dicho resultado.

Lema 3.27. Sea z0 una singularidad aislada de f . Supongamos que f admite un desarrollo en
serie de Laurent centrado en z0

∞ ∞
X bn X
f (z) = + an (z − z0 )n ∀ z ∈ D(z0 , r) \ {z0 }
n=1
(z − z0 )n n=0

para un cierto r > 0. Considérese una circunferencia de radio s ∈ (0, r) centrada en z0 que se
recorre una sola vez en sentido positivo, parametrizada por γs (t) = z0 + se2πit con t ∈ [0, 1].
Entonces se verifica

Z
f (z)dz = 2πi · Res(f, z0 ) (3.7)
γs

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3.4. TEOREMA DE LOS RESIDUOS

Demostración. La convergencia uniforme en γs∗ permite intercambiar suma e integral (2.13).

∞ ∞ ∞
bn bn
Z Z X Z X Z X
n
f (z) dz = dz + an (z − z0 ) dz = dz =
γs γs n=1 (z − z0 )n γs n=0 γs n=1 (z − z0 )n
∞ Z
bn 1
X Z
= dz = b1 · dz = b1 · 2πi · Indγs (z0 ) = 2πi · Res(f, z0 )
n=1 γs (z − z0 )n γs z − z0

Para probar un resultado más potente y general, necesitaremos hacer uso del teorema 3.5 de
Deformación, que nos aseguraba que la homotopía preserva el valor de las integrales.

Teorema 3.28 (de los Residuos de Cauchy). Sea Ω ⊂ C abierto. Sean z1 , . . . , zk sin-
gularidades aisladas de f en Ω, con f ∈ H(Ω \ {z1 , . . . , zk }). Sea γ un camino cerrado en
Ω \ {z1 , . . . , zk }. Entonces:
Z n
X
f = 2πi · Res(f, zk ) · Indγ (zk ) (3.8)
γ k=1

Demostración. Haremos la demostración del caso en el que el camino γ es una curva cerrada
simple orientada positivamente. Sin perder generalidad, supondremos que todas las singulari-
dades están contenidas en el interior de la región delimitada por el camino, por lo que tendrán
todas índice 1. Si alguna no lo estuviera, no aportaría nada a la suma puesto que el índice sería
0.
Alrededor de las singularidades zk construimos circunferencias de radio rk > 0, de manera que
las circunferencias no se corten entre sí ni se corten con γ. Ahora unimos la circunferencia
centrada en z1 con la circunferencia centrada en z2 mediante un segmento L1 . Repetimos el
proceso hasta unir la circunferencia centrada en zn−1 con la circunferencia centrada en zn
mediante un segmento Ln−1 . Ahora orientamos positivamente el camino (cerrado) que hemos
formado y lo llamamos Γ.
Como γ y Γ son caminos cerrados homótopos en Ω \ {z1 , . . . , zk }, en virtud del Teorema de
Deformación se tiene
Z Z
f= f
γ Γ

De este modo,
Z n Z
X
f= f
γ k=1 γk

donde γk es el camino que parametriza la circunferencia de radio rk centrada en zk orientándola


en sentido positivo y recorriéndola una sola vez.

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CAPÍTULO 3. TEOREMA DE LOS RESIDUOS Y APLICACIONES

Figura 3.6: Construcción del camino Γ

Nótese que los segmentos Lk se recorren una vez en cada sentido, por lo que la integral sobre
ellos es nula.
Por el lema 3.27, se tiene:

Z n
X n
X
f= 2πi · Res(f, zk ) · Indγk (zk ) = 2πi · Res(f, zk ) · Indγ (zk )
γ k=1 k=1

y el resultado queda probado.

Como acabamos de ver, el cálculo de integrales de funciones que presentan singularidades


aisladas se realiza a partir de los residuos. Esto nos hace buscar técnicas para el cálculo de
residuos que apliquemos a la hora de calcular integrales.

3.5. Cálculo de residuos


Con frecuencia, encontraremos funciones definidas como cociente de funciones holomorfas de la
forma
g(z)
f (z) =
h(z)
cuyas singularidades son, precisamente, las raíces (o ceros) del denominador.
Para clasificar estas singularidades necesitamos introducir, antes de seguir, el concepto de orden
de una raíz.

Definición 3.29. Sea Ω ⊂ C abierto y sea f una función holomorfa en Ω. Se dirá que z0 ∈ Ω
es una raíz de orden n ∈ N si f (z0 ) = f 0 (z0 ) = · · · = f (n−1) (z0 ) = 0 pero f (n) (z0 ) 6= 0.

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3.5. CÁLCULO DE RESIDUOS

Si f (z0 ) 6= 0, entonces diremos que z0 es una raíz de orden 0 (esto es, que no es raíz).

Con el objetivo de fijar la definición que acabamos de ver, damos un ejemplo.

Ejemplo 3.30. Considérese f (z) = 1 − cos(z) y z0 = 0. Identificar el orden de la raíz.


Solución. Desde luego, f es holomorfa en, supongamos, Ω = D(0, 1). Por construcción, z0 ∈ Ω.
Se tiene:
f (0) = 1 − cos(0) = 1 − 1 = 0
por lo que la raíz será de orden estrictamente positivo. Si seguimos derivando:

f 0 (z) = sen(z) ⇒ f 0 (0) = 0

f 00 (z) = cos(z) ⇒ f 00 (0) = 1 6= 0


Concluimos, entonces, que la función tiene una raíz de orden 2 en z0 = 0.

Una vez conocido el concepto de orden de una raíz, pasamos a relacionarlo con el de polo a
través de la siguiente proposición:

Proposición 3.31 (Orden de un polo). Sean g y h funciones holomorfas en un cierto abierto


Ω de C. Supongamos que z0 ∈ Ω es raíz de orden k de g y raíz de orden n de h, con n ≥ k.
Entonces, la función

g(z)
f (z) =
h(z)

tiene un polo de orden n − k en z0 .

Demostración. Como g y h son holomorfas son analíticas y admiten desarrollo en serie de Taylor
en un cierto disco D(z0 , r) ⊂ Ω para r > 0. Se tiene, por tanto:

∞ ∞
X X
j
g (j) (z0 )
g(z) = aj (z − z0 ) = (z − z0 )j (3.9)
j=0 j=0
j!

∞ ∞
X
j
X h(j) (z0 )
h(z) = bj (z − z0 ) = (z − z0 )j (3.10)
j=0 j=0
j!

Como z0 es una raíz de orden k de g y de orden n de h, entonces:

g(z0 ) = g 0 (z0 ) = · · · = g (k−1) (z0 ) = 0 pero g (k) (z0 ) 6= 0


h(z0 ) = h0 (z0 ) = · · · = h(n−1) (z0 ) = 0 pero h(n) (z0 ) 6= 0

55

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CAPÍTULO 3. TEOREMA DE LOS RESIDUOS Y APLICACIONES

En el disco perforado D(z0 , r) \ {z0 }, se tiene


h i
g (j) (z0 ) g (k) (z0 ) g (k+1) (z0 )
− z0 ) + . . . (z − z0 )k
P∞
g(z) n=0 (z − z0 )j k!
+ (k+1)!
(z
j!
f (z) = = P∞ h(j) (z0 ) =h i
h(z) (z − z0 )j h(n) (z0 ) (n+1) (z )
+ h (n+1)! 0
(z − z0 ) + . . . (z − z0 )n
n=0 j! n!

h i
g (k) (z0 ) g (k+1) (z0 )
k!
+ (k+1)!
(z − z0 ) + . . .
Renombrando F (z) = h i, se tiene que
h(n) (z0 ) h(n+1) (z0 )
n!
+ (n+1)!
(z − z0 ) + . . .

F (z)
f (z) =
(z − z0 )n−k

Como el denominador de la función F no se anula, ésta es holomorfa en el disco D(z0 , r) y


admite un desarrollo en serie de potencias centrado en z0 . Por lo tanto, podremos escribir:

∞ ∞
X X F (j) (z0 )
F (z) = cj (z − z0 )j = (z − z0 )j
j=0 j=0
j!

g (k) (z0 ) n!
Además, c0 = F (z0 ). Evaluándola directamente, obtenemos F (z0 ) = · 6 0 en un
=
h(n) (z0 ) k!
entorno de z0 (por ejemplo, en el disco).
En consecuencia,
F (z) c0 + c1 (z − z0 ) + c2 (z − z0 )2 + . . .
f (z) = = =
(z − z0 )n−k (z − z0 )n−k
c0 c1 c2
= + + + ...
(z − z0 )n−k (z − z0 )n−k−1 (z − z0 )n−k−2

Hemos hallado, por tanto, la serie de Laurent de f centrada en z0 . Como c0 6= 0 y, a partir del
término n − k-ésimo todos los coeficientes de la parte principal son nulos, concluimos que z0 es
un polo de orden n − k.

Nota 3.32. Si el polo es de orden 0, lo que se tiene es, en realidad, una singularidad evitable.

Veamos un ejemplo de aplicación de esta proposición.


1−z
Ejemplo 3.33. Sean f (z) = y z0 = 0. Demostrar que z0 es un polo de f y hallar
1 − cos(z)
su orden.
Solución. En este caso, las funciones son g(z) = 1 − z y h(z) = 1 − cos(z).
Como g(0) = 1 6= 0, 0 es una raíz de orden 0 de g, el numerador. En el caso del denominador,
hemos visto en el ejemplo 3.30 que 0 es una raíz de orden 2 de h.
Aplicando la proposición anterior, obtenemos que z0 = 0 es un polo de orden 2 de f .

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3.5. CÁLCULO DE RESIDUOS

Una vez sabemos reconocer y clasificar polos de funciones racionales podemos pasar al cálculo
de residuos propiamente dicho. Antes de seguir, debemos aclarar que los términos polo de orden
1 y polo simple son equivalentes.

Teorema 3.34 (Fórmula para el cálculo de residuos en polos simples). Sean g y h


funciones holomorfas en un abierto Ω de C. Supongamos que z0 ∈ Ω es raíz de orden k de g y
g(z)
raíz de orden k + 1 de h. Entonces la función f (z) = h(z) tiene un polo simple en z0 y además:

g (k) (z0 )
Res(f, z0 ) = (k + 1) · (3.11)
h(k+1) (z0 )
adoptando el convenio g (0) (z0 ) = g(z0 ).

Demostración. Que la función tiene un polo simple en z0 se deduce inmediatamente de la


proposición 3.31, por lo que sólo tenemos que probar la fórmula de (3.11). Contamos con el
desarrollo:
00 (k)
g(z) g(z0 ) + g 0 (z0 )(z − z0 ) + g 2!(z0 )
(z − z0 )2 + · · · + g k!(z0 ) (z − z0 )k + . . .
f (z) = =
h(z) h(z0 ) + h0 (z0 )(z − z0 ) + h00 (z0 ) (z − z0 )2 + · · · + h(k+1) (z0 ) (z − z0 )k+1 + . . .
2! (k+1)!

en un cierto entorno de z0 .
Como z0 es una raíz de orden k del numerador y de orden k + 1 del denominador, entonces:
h i
g (k) (z0 ) g (k+1) (z0 )
1 k!
+ (k+1)!
(z − z0 ) + . . .
f (z) = ·h i
z − z0 h(k+1) (z0 ) + h(k+2) (z0 )
(z − z0 ) + . . .
(k+1)! (k+2)!

Como en la demostración de la proposición 3.31, renombramos


h (k) i
g (z0 ) g (k+1) (z0 )
k!
+ (k+1)!
(z − z0 ) + . . .
F (z) = h (k+1) (k+2)
i
h (z0 ) h (z0 )
(k+1)!
+ (k+2)!
(z − z0 ) + . . .

y tenemos que
F (z)
f (z) =
z − z0
Como F es holomorfa, admite desarrollo en serie de potencias y se tiene, para un cierto entorno
de z0 , P∞ n
n=0 cn (z − z0 )
f (z) =
z − z0
g (k) (z0 ) · (k + 1)
con c0 = F (z0 ) = , como ya se había comprobado anteriormente.
h(k+1) (z0 )
En conclusión, hemos probado que
c0
f (z) = + c1 + c2 (z − z0 ) + c3 (z − z0 )2 + . . .
z − z0

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CAPÍTULO 3. TEOREMA DE LOS RESIDUOS Y APLICACIONES

y, por la definición de residuo, se tiene

g (k) (z0 )
Res(f, z0 ) = (k + 1) · (k+1)
h (z0 )

Corolario 3.35. Si, en las condiciones del teorema anterior, z0 es una raíz simple de h y de
orden 0 de g, entonces la fórmula de cálculo del residuo es:

g(z0 )
Res(f, z0 ) = (3.12)
h0 (z0 )

Veamos algunos ejemplos de aplicación de estas fórmulas de cálculo de residuos.


z+1
Ejemplo 3.36. Calcular Res(f, z0 ) para z0 = 0 y f (z) = .
ez − 1
Solución. En este caso g(z) = z + 1 y h(z) = ez − 1. Se tiene que g(0) = 1 6= 0 por lo que 0 es
una raíz de orden 0 de g. Además, h(0) = e0 − 1 = 1 − 1 = 0. Como h0 (z) = ez ⇒ h0 (0) = 1 6= 0,
se tiene que 0 es una raíz simple de la función h. Aplicando el corolario 3.35, la singularidad es
un polo simple y

1
Res(f, 0) = =1
1

z
Ejemplo 3.37. Calcular el residuo en z0 = 0 de la función f (z) = .
1 − cos(z)
Solución. Sean g(z) = z y h(z) = 1−cos(z). Se tiene que g(0) = 0 y que g 0 (z) = 1 ⇒ g 0 (0) = 1,
por lo que g tiene una raíz de orden 1 en 0.
Como ya se vio en el ejemplo 3.30, h tiene una raíz de orden 2 en 0. Podemos aplicar, por tanto,
la fórmula del teorema 3.34 con k = 1 para obtener

g 0 (0) 1
Res(f, 0) = 2 · 00
=2· =2
h (0) 1

Las fórmulas que hemos hallado funcionan bien y simplifican el cálculo de residuos (hallar el
desarrollo en serie de Laurent para identificar el orden del polo puede complicarse bastante),
pero son muy restrictivas. Por ello, es importante contar con un procedimiento que se pueda
aplicar cuando las singularidades sean polos de orden mayor que 1. Damos un resultado que
también se puede aplicar en polos simples, pero sirve para polos de orden arbitrario.

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3.5. CÁLCULO DE RESIDUOS

Teorema 3.38 (Cálculo de residuos en polos de orden superior). Supongamos que


f ∈ H(Ω) tiene un polo de orden k en z0 ∈ Ω. Entonces la función auxiliar definida por:

(z − z0 )k · f (z) si z 6= z0
G(z) =
bk si z = z0

es holomorfa en un entorno de z0 y verifica:


G(k−1) (z0 )
Res(f, z0 ) = (3.13)
(k − 1)!

Demostración. Como f tiene un polo de orden k en z0 , su desarrollo en serie de Laurent será


bk b1 X
f (z) = + ··· + + aj (z − z0 )j
(z − z0 )k z − z0 j=0

Así, si z 6= z0 , se tiene:

G(z) = bk + bk−1 (z − z0 ) + bk−2 (z − z0 )2 + · · · + b1 (z − z0 )k−1 + a0 (z − z0 )k + a1 (z − z0 )k+1 + . . .

en un entorno de z0 . Como G viene dada por una serie de potencias, es analítica y, por tanto,
holomorfa en dicho entorno. En particular, será infinitamente derivable, por lo que tendremos

G0 (z) = bk−1 + 2bk−2 (z − z0 ) + 3bk−3 (z − z0 )2 + · · · + (k − 1)b1 (z − z0 )k−2 + . . .

de donde se obtiene que G0 (z0 ) = 1! · bk−1 .


Volviendo a derivar, tendremos:

G00 (z) = 2bk−2 + 6bk−3 (z − z0 ) + · · · + (k − 1)(k − 2)b1 (z − z0 )k−3 + . . .

de donde se obtiene que G00 (z0 ) = 2! · bk−2 .


Derivando una vez más:

G000 (z) = 3! · bk−3 + 4! · bk−4 (z − z0 ) + . . .

de donde se obtiene que G000 (z0 ) = 3! · bk−3 .


Ya se intuye una fórmula para las derivadas sucesivas de la función G. Si reiteramos el proceso
(recordemos que nos interesa que quede como término independiente el residuo), llegamos a

G(k−1) (z0 ) = (k − 1)! · b1

Por lo tanto,
G(k−1) (z0 )
Res(f, z0 ) =
(k − 1)!

59

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CAPÍTULO 3. TEOREMA DE LOS RESIDUOS Y APLICACIONES

Comprobemos que este método funciona con un par de ejemplos.


1
Ejemplo 3.39. Calcular Res(f, z0 ) con z0 = i y f (z) = .
(z 2 + 1)2
Solución. Sean g(z) = 1 y h(z) = (z 2 + 1)2 . Para el numerador, g(i) = 1 6= 0 por lo que i es
una raíz de orden 0 de g.
Por otro lado, h(i) = 0. Derivando, h0 (z) = 4z 3 + 4z ⇒ h0 (i) = −4i + 4i = 0. Derivando otra
vez, h00 (z) = 12z 2 + 4 ⇒ h00 (i) = −12 + 4 = −8 6= 0 por lo que h tiene en i una raíz de orden
2. La proposición 3.31 nos da que f tiene en i un polo de orden 2.
1 (z−i)2 1
Definiendo G(z) = (z−i)2 ·

= 2 = , podemos aplicar la fórmula
(z 2 + 1)2 (z−i) · (z + i)2 (z + i)2

del teorema anterior.

G0 (i)
Res(f, i) = = G0 (i)
(2 − 1)!

Simplemente tenemos que derivar G y evaluarla en i.


2 1 i i
G0 (z) = ((z + i)−2 )0 = − = = − . Por lo tanto, Res(f, i) = − .
(i + i)3 4i 4 4

1
Ejemplo 3.40. Calcular Res(f, z0 ) con z0 = 0 y f (z) = .
1 − cos(z)
Solución. 0 es una raíz de orden 0 del numerador y, por el ejemplo 3.30, es raíz de orden 2 del
denominador. Por lo tanto, f presenta un polo de orden 2 en z0 = 0. Definimos la función

z2
G(z) = z 2 · f (z) =
1 − cos(z)

En este caso, la simplificación no es trivial (al contrario que en el ejemplo anterior), pero
podemos utilizar el desarrollo en serie de potencias del coseno, que nos da:

z2 z2 1
G(z) = z2 z4
= z2 z4 z6
= 1 z2 z4
1− 1− 2!
+ 4!
+ ... 2!
− 4!
+ 6!
+ ... 2!
− 4!
+ 6!
+ ...

Aplicando la fórmula del teorema 3.38, se deduce que Res(f, 0) = G0 (0). Derivando G:

 
−2z 4z 3
4!
+ 6!
+ ...
G0 (z) = − 2
1 z2 z4
2!
− 4!
+ 6!
+ ...

Si la evaluamos en 0, obtenemos que Res(f, 0) = G0 (0) = 0.

60

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3.5. CÁLCULO DE RESIDUOS

Aunque hayamos visto fórmulas explícitas de cálculo de residuos, evidentemente también se


pueden calcular los residuos en un punto obteniendo directamente la serie de Laurent (como ya
se sabía) o simplemente calculando los primeros términos de la misma. Para concluir la sección,
pasamos a ilustrar esto último mediante ejemplos.

Ejemplo 3.41. Calcular los primeros términos no nulos de la serie de Laurent y el residuo de
1
la función f (z) = centrada en z0 = 0.
Log(1 + z) − z
Solución. El numerador no se anula en z0 = 0, por lo que tiene una raíz de orden 0. Por otra
parte, si llamamos h(z) = Log(1 + z) − z:

h0 (0) 1 h00 (0) 1


Log(1 + 0) − 0 = 0 −−→ − 1 = 0 −−−→ − 6= 0
1+0 1

y el denominador tiene una raíz de orden 2 en z0 = 0. Por lo tanto, f tiene un polo de orden 2
en z0 = 0. Esto quiere decir que la serie de Laurent tendrá la forma

b2 b1
f (z) = + + a0 + a1 z + a2 z 2 + . . .
z2 z

en un cierto entorno de 0.
Tenemos dos expresiones para f , por lo que las podemos igualar. Así:

b2 b1 1
2
+ + a0 + a1 z + a2 z 2 + · · · =
z z Log(1 + z) − z

en un entorno perforado de 0, en el que se tendrá, por tanto:

!
b2 b1
(Log(1 + z) − z) + + a0 + a1 z + a2 z 2 + . . . =1
z2 z

Como el desarrollo en serie de Log(1 + z) es conocido (por la proposición 1.61):

! !
z2 z3 z4 b2 b1
− + − + ... + + a0 + a1 z + a2 z 2 + . . . =1
2 3 4 z2 z

Ambas series convergen absolutamente en el entorno en el que trabajamos (el logaritmo por
el teorema de Cauchy-Hadamard y la serie de Laurent por el teorema de Laurent), por lo que
podemos aplicar el teorema de Mertens y calcular la serie producto de Cauchy. En realidad sólo
calcularemos los, por ejemplo, 3 primeros términos.

z 2 b2 b2
c0 = − · 2 = −
2 z 2

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CAPÍTULO 3. TEOREMA DE LOS RESIDUOS Y APLICACIONES

!
b1 b2
c1 = − + z
2 3

!
a0 b 1 b 2 2
c2 = − + − z
2 3 4

Nótese que estamos resolviendo un sistema de ecuaciones de infinitas incógnitas. Igualando


coeficientes:

b2
= 1 ⇒ b2 = −2
2

b2 b1 4
− = 0 ⇒ b1 = −
3 2 3

b 2 b 1 a0 1
− + − = 0 ⇒ a0 =
4 3 2 9

Ya tenemos los primeros términos de la serie de Laurent y el residuo de la función en el punto,


4
que es Res(f, 0) = − .
3
Una vez ya conocemos herramientas de cálculo de residuos, estamos en condiciones de utilizar
el Teorema de los Residuos de Cauchy para realizar el cálculo efectivo de integrales. Veamos
un ejemplo:
1 1 it
Z
Ejemplo 3.42. Calcular z
dz, siendo γ(t) = e con 0 ≤ t ≤ 2π.
γ z(e − 1) 2
Solución. Lo primero que tenemos que hacer es identificar las singularidades de f , que son las
raíces del denominador, es decir, las raíces de la función h(z) = z(ez − 1). Dichas singularidades
son z0 = 0 y z0 = 2kπi con k ∈ Z y k 6= 0. La única que está en la región delimitada por el
camino es 0, por lo que la integral es:

1
Z
dz = 2πi · Res(f, 0)
γ z(ez − 1)

Con las técnicas que hemos estudiado anteriormente podemos comprobar que el numerador
tiene una raíz de orden 0 en 0 y el denominador tiene una raíz de orden 2 en 0, por lo que f
tiene un polo de orden 2 en 0.
z2
Por el teorema 3.38, podemos afirmar que Res(f, 0) = G0 (0), donde G(z) =
z(ez − 1)
Con el desarrollo en serie de la exponencial, se tiene que

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3.6. APLICACIONES

z2
G(z) = z z2

z2 1 + 2!
+ 3!
+ ...

por lo que

1 2z
0
+ + ... 1
G (z) = − 2 3!
2 ⇒ G0 (0) = −
1+ z
+ z2
+ . . . 2
2! 3!

1
Hemos llegado a que Res(f, 0) = − . Por lo tanto, se tiene finalmente que
2

1
Z
z
dz = −πi
γ z(e − 1)

3.6. Aplicaciones del Teorema de los Residuos


En esta sección veremos algunas aplicaciones del Teorema de los Residuos al cálculo de integrales
reales en determinados casos. Lo primero que debe quedar claro es que este teorema se utiliza
principalmente, como es natural, para calcular integrales de funciones complejas sobre caminos.
Sin embargo, el teorema permite relacionar, en determinadas ocasiones, la integral sobre un
camino deZ una función compleja
Z con la integral de una función real sobre un intervalo de R, de
b Z +∞
la forma g(x)dx o incluso g(x)dx = g(x)dx.
a R −∞

El hecho de disponer de técnicas de integración compleja para conocer el resultado de integrales


reales será especialmente práctico cuando no se disponga de una primitiva elemental (como ya
se vio en el curso de Cálculo Integral con las funciones gaussianas). Sin embargo, el análisis
complejo no sólo nos facilitará el trabajo en estos casos sino también en algunos otros (como el
cálculo de transformadas integrales de Fourier), como veremos a continuación.

3.6.1. Cálculo de integrales racionales trigonométricas


Z 2π
Estudiaremos cómo calcular integrales de la forma R(cos t, sen t)dt donde R : R2 → R es
0
una función racional continua.
!
1 z + z −1 z − z −1
Teorema 3.43. Sea R(x, y) una función racional y sea f (z) = ·R , .
iz 2 2i
Supongamos que f no tiene singularidades en ∂D(0, 1) y que tiene un número finito de ellas,
z1 , . . . , zk , en D(0, 1). Entonces:
Z 2π n
X
R(cos t, sen t)dt = 2πi · Res(f, zk ) (3.14)
0 k=1

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CAPÍTULO 3. TEOREMA DE LOS RESIDUOS Y APLICACIONES

Demostración. Consideremos la parametrización de ∂D(0, 1) dada por γ(t) = eit en la que


t ∈ [0, 2π]. Aplicando el teorema 3.28 de los Residuos a la función f se tiene que

Z n
X
f = 2πi · Res(f, zk )
γ k=1

Por otro lado, si aplicamos la definición de integral de camino, tenemos que

1 1
!
Z Z 2π Z 2π
1 γ(t) + γ(t)
γ(t) − γ(t)
f= f (γ(t)) · γ 0 (t)dt = ·R , · γ 0 (t)dt =
γ 0 0 iγ(t) 2 2i

!

1 eit + e−it eit − e−it 2π
Z Z
it
= ·R , ·
ie dt = R(cos t, sen t)dt
0
it
ie
 2 2i 0

Se tiene, por tanto,

Z 2π n
X
R(cos t, sen t)dt = 2πi · Res(f, zk )
0 k=1


1
Z
Ejemplo 3.44. Calcular el valor de la integral real dt.
0 2 + sen t
Solución. Simplemente tenemos que seguir las indicaciones del teorema anterior. Para ello,
consideramos la función
! !
1 1 1 2i 2
f (z) = · −1 = · =
iz 2 + z−z2i iz 4i + z − z −1 z 2 + 4iz − 1

Como ya sabemos, los polos de la función f estarán en los ceros del denominador, que denotamos
por h(z) = z 2 + 4iz − 1.


− 4i ± 3i √
z= = −2i ± 3i
2

Obtenemos dos
√ soluciones (es decir, la función tiene dos polos en C), pero podemos despreciar
z0 = (−2 −√ 3)i porque está fuera de D(0, 1). De este modo, sólo nos quedamos con el polo
z0 = (−2 + 3)i.
√ √
Es fácil comprobar que es un polo simple, ya que h0 (z) = 2z + 4i ⇒ h0 ((−2 + 3)i) = 2 3i 6= 0.
√ 2 1
Así, por el corolario 3.35 se tiene que Res(f, (−2 + 3)i) = √ = √
2 3i 3i

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3.6. APLICACIONES

Conocido el residuo, calculamos directamente la integral:

Z 2π
1 √ 1 2π
dt = 2πi · Res(f, (−2 + 3)i) = 2πi · √ = √
0 2 + sen t 3i 3

Nota 3.45. Aunque estemos utilizando técnicas complejas, el valor de una integral real es
siempre un número real. En ningún caso se puede obtener un valor complejo aunque se utilice
el Teorema de los Residuos (se advierte al lector de que, si esto ocurre, tendrá que buscar su
error en los cálculos).

3.6.2. Integrales impropias sin singularidades en R

Antes de dar los resultados fundamentales de esta sección, tenemos que introducir notación y
dar alguna definición.

Definición 3.46. Denotaremos a los semiplanos superior e inferior de C (que, como ya se


sabe, son conjuntos abiertos) por H + = {z ∈ C : Im(z) > 0} y H − = {z ∈ C : Im(z) < 0}.

Definición 3.47 (Valor Principal de Cauchy). Sea f : R → R una función continua


a trozos Zen cualquier intervalo [a, b] ⊂ R. Se define el Valor Principal de Cauchy de la
+∞
integral f (x)dx como
−∞
Z +∞ Z r
VP f (x)dx = lı́m f (x)dx (3.15)
−∞ r→+∞ −r

Z +∞
Proposición 3.48. Si la integral impropia f (x)dx es convergente, entonces
−∞
Z +∞ Z +∞
f (x)dx = VP f (x)dx
−∞ −∞

R +∞ R0 R +∞
Demostración. Como −∞
f (x)dx es convergente, lo son −∞
f (x)dx y 0
f (x)dx. Entonces

Z +∞ Z 0 Z +∞ Z 0 Z r
f (x)dx = f (x)dx + f (x)dx = lı́m f (x)dx + lı́m f (x)dx
−∞ −∞ 0 r→+∞ −r r→+∞ 0

Z 0 Z r  Z r Z +∞
= lı́m f (x)dx + f (x)dx = lı́m f (x)dx = VP f (x)dx
r→+∞ −r 0 r→+∞ −r −∞

Nota 3.49. El Valor Principal de Cauchy nos permite asignar un valor finito a integrales que
podrían, en principio, no ser convergentes. Por esta razón, la implicación anterior no es una
equivalencia.

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CAPÍTULO 3. TEOREMA DE LOS RESIDUOS Y APLICACIONES

Ejemplo 3.50. Dada f (x) = x, su integral en toda la recta real y su valor principal no
coinciden.

" #r
+∞
x2
Z
VP xdx = lı́m = lı́m 0 = 0
−∞ r→+∞ 2 r→+∞
−r

Sin embargo,

" #r
+∞
x2 r2
Z
xdx = lı́m = lı́m = +∞
0 r→+∞ 2 r→+∞ 2
0

R +∞
luego en ningún caso −∞
xdx es convergente porque no está ni siquiera definida.

Teorema 3.51. Sea Ω un abierto tal que H + ⊂ Ω. Si f ∈ H(Ω \ {z1 , . . . , zk }) con las singula-
ridades z1 , . . . , zk ∈ H + y existen:

1. α > 1 2. M > 0 3. R > 0

tales que

M
|f (z)| ≤
|z|α

para todo z ∈ H + con |z| > R, entonces:

Z +∞ n
X
f (x)dx = 2πi · Res(f, zk )
−∞ k=1

Demostración. Sea r > 0 tal que r = máx{R, |zk | : 1 ≤ k ≤ n}. Sea γr (t) = reit con t ∈ [0, π]
(es decir, la semicircunferencia superior) y sea el segmento (intervalo, en realidad) L = [−r, r],
recorrido de izquierda a derecha.

Considérese el camino cerrado Γr = γr ∪ [−r, r].

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3.6. APLICACIONES

Figura 3.7: Construcción del camino Γr

Como todas las singularidades están contenidas en el interior de la región delimitada por Γr ,
podemos aplicar el Teorema de los Residuos a f para obtener

Z n
X
f = 2πi · Res(f, zk )
Γr k=1

Por otro lado, como Γr = γr ∪ [−r, r], sabemos que


Z Z Z Z Z r
f= f+ f= f+ f (x)dx
Γr γr [−r,r] γr −r

Tomando límites, se tiene


Z Z Z r
lı́m f = lı́m f + lı́m f (x)dx
r→+∞ Γr r→+∞ γr r→+∞ −r

Como no hay más singularidades fuera del camino, sabemos que la integral es independiente
de dicho camino, por lo que

Z n
X
lı́m f = 2πi · Res(f, zk )
r→+∞ Γr k=1
R
Nos falta probar que lı́mr→+∞ γr
f = 0. Para ello, utilizamos la cota que tenemos de la integral.
Z
f ≤ long(γr ) · sup{|f (z)| : z ∈ γr∗ } = π · r · sup{|f (z)| : z ∈ γr∗ ∩ H + } ≤


γr

( )
M M π · M r→+∞
≤ π · r · sup : |z| = r, z ∈ H + =π·r· = α−1 −−−−→ 0
|z|α r α r

67

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CAPÍTULO 3. TEOREMA DE LOS RESIDUOS Y APLICACIONES

Por lo tanto, queda probado que

Z r n
X
lı́m f (x)dx = 2πi · Res(f, zk )
r→+∞ −r k=1

Nota 3.52. Estamos calculando la integral como su valor principal de Cauchy. Por tanto,
necesitamos que la integral impropia sea convergente para que el método funcione y coincida con
su valor principal. Esto siempre ocurrirá gracias a las condiciones de acotación que imponemos.
Con ellas, todas las funciones sin asíntotas verticales son integrables en todo R y el Valor
Principal de Cauchy de la integral coincide con ésta.

Si los polos de la función sólo se encontrasen en H − , el procedimiento para calcular integrales


reales sería simétrico al demostrado, como veremos a continuación.

Teorema 3.53. Sea Ω un abierto tal que H − ⊂ Ω. Si f ∈ H(Ω \ {z1 , . . . , zk }) con las singula-
ridades z1 , . . . , zk ∈ H − y existen:
1. α > 1 2. M > 0 3. R > 0
tales que
M
|f (z)| ≤
|z|α
para todo z ∈ H − con |z| > R, entonces:

Z +∞ n
X
f (x)dx = −2πi · Res(f, zk )
−∞ k=1

Demostración. Siguiendo la notación del teorema 3.51, en este caso la semicircunferencia que
trazamos en el semiplano inferior complejo hereda la orientación del eje [−r, r] (de izquierda
a derecha, como siempre que integramos en la recta real), que resulta ser la horaria. De este
modo, la demostración es totalmente análoga pero, para cada zk , IndΓr (z) = −1 y se tiene el
resultado.

Nota 3.54. Los teoremas 3.51 y 3.53Z sirven no sólo para calcular integrales reales sino también
+∞
para calcular integrales de la forma f (x)dx donde f : R → C.
−∞

Nota 3.55. En los teoremas 3.51 y 3.53 necesitamos las hipótesis de acotación, que pueden
ser pesadas de comprobar. Sin embargo, hay una clase (bastante amplia) de funciones que
las verifican. Nos referimos a las funciones racionales sin polos reales en las que el grado del
denominador es, al menos, dos unidades mayor que el del numerador. Esto es, funciones de la
forma
P (x)
f (x) =
Q(x)

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3.6. APLICACIONES

donde P y Q son polinomios en la variable x que verifican ∂Q − ∂P ≥ 2.

Como siempre, es importante no sólo conocer los teoremas principales sino también saber utili-
zarlos y aprovecharlos para el cálculo de integrales. Veamos un ejemplo para fijar las ideas:
Z +∞
1
Ejemplo 3.56. Calcular 2 3
dx.
−∞ (1 + x )

1
Solución. La función del integrando es f (x) = , que verifica las hipótesis del teorema
(1 + x2 )3
puesto la función es holomorfa en todo C salvo en z0 = i, z0 = −i y el grado del denominador
es 6 unidades mayor que el del numerador (que es 0). Podemos aplicar el teorema 3.51 y,
considerando la única singularidad de f en H + :

+∞
1
Z
dx = 2πi · Res(f, i)
−∞ (1 + x2 )3

G00 (i) (x − i)3


Calculemos Res(f, i) = , con G(x) = (ya que i es de orden 3).
2 (x + i)3 (x − i)3
12 3i
Derivando dos veces la función G, se tiene que G00 (x) = 5
. Evaluando, G00 (i) = − .
(x + i) 8
Z +∞
3i 1 3π
Se tiene que Res(f, i) = − y, por tanto, el valor de la integral es 2 3
dx = .
16 −∞ (1 + x ) 8

3.6.3. Cálculo de Transformadas de Fourier

El Teorema de los Residuos de Cauchy (y, en particular, los dos últimos teoremas que se han
visto) sirven también para calcular Transformadas de Fourier. Aunque dedicaremos un tema
al cálculo de dichas Transformadas, definimos ahora (sin ningún tipo de motivación) lo que
son.

Definición 3.57 (TransformadaR +∞ de Fourier). Dada una función f : R → R, bajo determi-


−2πisx
nadas condiciones la integral −∞ f (x)e dx converge y está bien definida para todo s ∈ R.
Se define la Transformada de Fourier de f como la función
Z +∞
F{f } = fˆ(s) = f (x)e−2πisx dx (3.16)
−∞

La integral anterior puede llegar a ser muy difícil de calcular, pero en algunos casos el Teorema
de los Residuos facilita dicho cálculo. Veamos un ejemplo con una función “sencilla”, para darnos
cuenta de la complejidad del cálculo de la integral.

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CAPÍTULO 3. TEOREMA DE LOS RESIDUOS Y APLICACIONES

1
Ejemplo 3.58. Calcular la Transformada de Fourier de la función f (x) = .
1 + x2
Z +∞
Solución. Aplicando la definición, fˆ(s) = f (x)e−2πisx dx. Podemos distinguir tres casos:
−∞
Z +∞
1. s = 0. Se tiene fˆ(0) = f (x) dx = arctan x]+∞
−∞ = π.
−∞

e−2πisz
2. s < 0. Si definimos g(z) = , comprobemos que g cumple las hipótesis de acotación.
1 + z2
1
1+x2
está acotada
−2πisz
|e | z}|{ M · |e−2πisz |
|g(z)| = ≤
|1 + z 2 | |z|2

Si suponemos z = x + iy, entonces

M · |e−2πisz | M · |e−2πisx · e2πsy | M 2πsy M


= = · e <
|z|2 |z|2 |z|2 |z|2

cuando z ∈ H + y |z| > R. Nótese que, en H + , como y > 0, la exponencial es estrictamente


menor que 1, de donde se deduce la desigualdad. La integral se reduce, por tanto, a calcular
fˆ(s) = 2πi · Res(g, i).
Con las técnicas de cálculo de residuos que ya conocemos, y sabiendo que i es un polo simple
e2πs
de la función g, se tiene que Res(g, i) = . Por lo tanto, la transformada es
2i
Z +∞
fˆ(s) = f (x)e−2πisx dx = πe2πs = πe−2π|s|
−∞

El cambio de s a |s| se debe a que, como s < 0, se tiene s = −|s|. El motivo de este cambio es
simplemente unificar la fórmula que se obtenga.
e−2πisz
3. s > 0. Si definimos g(z) = , comprobemos que g cumple las hipótesis de acotación.
1 + z2
1
1+x2
está acotada
−2πisz
|e | z}|{ M · |e−2πisz |
|g(z)| = 2

|1 + z | |z|2

Si suponemos z = x + iy, entonces

M · |e−2πisz | M · |e−2πisx · e2πsy | M M


2
= 2
= 2 · e2πsy < 2
|z| |z| |z| |z|

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3.6. APLICACIONES

cuando z ∈ H − y |z| > R. Nótese que, en H − , como y < 0, la exponencial es estrictamente


menor que 1, de donde se deduce la desigualdad. La integral se reduce, por tanto, a calcular
fˆ(s) = 2πi · Res(g, −i).
e−2πs
Análogamente al caso 2, Res(g, −i) = y la transformada es:
−2i
+∞
e−2πs
Z
fˆ(s) = f (x)e−2πisx dx = −2πi · i = πe−2πs = πe−2π|s|
−∞ 2

En este caso, como s > 0, s = |s|.


Si juntamos los 3 casos, tenemos que la Transformada de Fourier es fˆ(s) = πe−2π|s| . Nótese que
fˆ(0) = π, como se había calculado.

3.6.4. Integrales impropias con polos simples en R

En esta sección, la última del capítulo, veremos que el Teorema de los ResiduosZ de Cauchy
+∞
proporciona un método para calcular el Valor Principal de Cauchy de una integral f (x)dx
−∞
en la que el integrando tiene singularidades reales.
Como, en este caso, las funciones que consideremos tendrán singularidades en el eje real, nece-
sitamos una definición adicional:

Definición 3.59 (Valor Principal de Cauchy). Sea f : R → C una función con asíntotas
verticales
Z +∞ en x1 , x2 , . . . , xn ∈ R. Se define el Valor Principal de Cauchy de la integral
f (x)dx como
−∞

Z +∞ Z x1 −ε Z x2 −ε Z +∞ 
VP f (x)dx = lı́m+ f (x)dx + f (x)dx + · · · + f (x)dx (3.17)
−∞ ε→0 −∞ x1 +ε xn +ε

Ya se sabe que, si la integral converge, su valor coincide con el de su valor principal. Sin
embargo, la integral puede no converger (ni siquiera existir) y el Valor Principal ser un número
finito.

Ya estamos casi en condiciones de calcular integrales reales de funciones con polos simples
reales. Vamos a dar, antes de demostrarlo, un lema que aligerará la demostración.

Lema 3.60. Sea Ω ⊂ C abierto, sea R > 0 y sea f ∈ H(Ω \ {z0 }) donde z0 es un polo simple.
Dado el camino parametrizado por γr (t) = z0 + reit con t ∈ [θ0 , θ0 + α] de forma que γr∗ ⊂ Ω ∀
r ∈ (0, R), se tiene:
Z
lı́m+ f (z) dz = iα · Res(f, z0 ) (3.18)
r→0 γr

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CAPÍTULO 3. TEOREMA DE LOS RESIDUOS Y APLICACIONES

Demostración. La función admite un desarrollo en serie de Laurent de la forma

b1
f (z) = + g(z)
z − z0
P∞
donde g(z) = n=0 an (z − z0 )n es la parte regular o analítica del desarrollo. Así, integrando:

1
Z Z Z
f (z)dz = b1 dz + g(z)dz
γr γr z − z0 γr

Z
Probemos, en primer lugar, que lı́m+ g(z)dz = 0. Como la función es continua en el compacto
r→0 γr
D(z0 , R), existirá un M > 0 tal que |g(z)| ≤ M ∀ z ∈ D(z0 , R). Entonces, se tiene

Z
r→0+
g(z) dz ≤ long(γr ) · sup{|f (z)| : z ∈ γr∗ } ≤ αrM −
−−→ 0
γr

Por otro lado,

1 θ0 +α
γr0 (t) α
i
reit α
Z Z Z Z
dz = dt = it
dt = idt = iα
γr z − z0 θ0 γr (t) − z0 0 z0 + 
 re −
z0 0

Se tiene, por tanto,

Z
lı́m f (z) dz = αi · b1 = iα · Res(f, z0 )
r→0+ γr

Teorema 3.61. Sea un abierto Ω ⊂ C que contiene a H + y una función f holomorfa en


Ω \ {x1 , . . . , xn , z1 , . . . , zm } de la que x1 , . . . , xn ∈ R son polos simples y z1 , . . . , zm ∈ H + son
singularidades. Si existen M, R > 0 y α > 1 tales que

M
|f (z)| < ∀ |z| ∈ H + , |z| > R
|z|α

entonces se tiene:
Z +∞ m
X n
X
VP f (x) dx = 2πi · Res(f, zk ) + πi · Res(f, xi ) (3.19)
−∞ k=1 i=1

Demostración. Dado r > 0 y ε > 0, consideremos el camino Γr,ε , definido como sigue:

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3.6. APLICACIONES

Figura 3.8: Construcción del camino Γr,ε

Las semicircunferencias pequeñas γk,ε tienen radio ε > 0, que tomamos lo suficientemente
pequeño como para que no se corten entre sí. La semicircunferencia grande γr tiene radio
r > 0, lo suficientemente grande como para que el interior del camino contenga a todas las
singularidades complejas. Está claro que:

Γr,ε = Lr1,ε ∪ Lr2,ε ∪ · · · ∪ Lrn+1,ε ∪ γ1,ε ∪ γ2,ε ∪ · · · ∪ γn,ε ∪ γr

con γr centrada en 0, con radio r y orientada en sentido positivo. Los segmentos Lrk,ε están
recorridos de izquierda a derecha y las γk,ε están centradas en x1 , . . . , xn respectivamente, con
radio ε y recorridas en sentido horario.
Si aplicamos el Teorema de los Residuos de Cauchy:

Z m
X
f (z)dz = 2πi · Res(f, zk )
Γr,ε k=1

Por otro lado, como la integral de la concatenación es la suma de las integrales:

Z n Z
X n+1 Z
X Z
f (z)dz = f (z)dz + f (z)dz + f (z)dz
Γr,ε k=1 γk,ε k=1 Lrk,ε γr

Tomando límites cuando r → +∞ y ε → 0+ , se tiene:

Z m
X
lı́m f (z)dz = 2πi · Res(f, zk )
r→+∞ Γr,ε
ε→0+ k=1
y
Z n Z n Z Z 
X X 
lı́m f (z)dz = lı́m f (z)dz + lı́m f (z)dz + lı́m f (z)dz

r→+∞ Γr,ε r→+∞ γk,ε r→+∞ Lrk,ε r→+∞ γ
ε→0+ ε→0+ k=1 ε→0+ k=1 ε→0+
 r


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CAPÍTULO 3. TEOREMA DE LOS RESIDUOS Y APLICACIONES

donde el último límite es 0, como ya se ha demostrado anteriormente (Teorema 3.51).


Si aplicamos el lema 3.60, como la amplitud del ángulo es de π radianes y las semicircunferencias
se recorren en sentido horario, se tiene

n Z
X n
X
lı́m f (z)dz = −πi · Res(f, xi )
r→+∞ γk,ε
ε→0+ k=1 i=1

Además, se observa que

n Z
X Z +∞
lı́m f (z)dz = VP f (x)dx
r→+∞ Lrk,ε −∞
ε→0+ k=1

Por lo tanto, sustituyendo en la expresión:

Z +∞ m
X n
X
VP f (x) dx = 2πi · Res(f, zk ) + πi · Res(f, xi )
−∞ k=1 i=1

como se quería probar.

Como en el cálculo de integrales impropias sin polos reales, disponemos de un resultado similar
que considera las singularidades de f en H − .

Teorema 3.62. Sea un abierto Ω ⊂ C que contiene a H − y una función f holomorfa en


Ω \ {x1 , . . . , xn , z1 , . . . , zm } de la que x1 , . . . , xn ∈ R son polos simples y z1 , . . . , zm ∈ H − son
singularidades. Si existen M, R > 0 y α > 1 tales que

M
|f (z)| < ∀ |z| ∈ H − , |z| > R
|z|α

entonces se tiene:
Z +∞ m
X n
X
VP f (x) dx = −2πi · Res(f, zk ) − πi · Res(f, xi ) (3.20)
−∞ k=1 i=1

Demostración. Es igual que la del teorema anterior, con la salvedad de que al orientar γr en el
sentido contrario, el signo de las integrales cambia.

+∞
1
Z
Ejemplo 3.63. Calcular el valor principal de la integral impropia dx.
−∞ x4 − 1
Solución. Se puede factorizar x4 − 1 = (x + 1)(x − 1)(x + i)(x − i), por lo que se ve que
la función tiene dos polos simples reales y dos polos simples imaginarios. Como el grado del

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3.6. APLICACIONES

denominador supera al del numerador en más de dos unidades, se verifican las hipótesis de
acotación y podemos aplicar la fórmula del teorema. Usaremos la singularidad z0 = i ∈ H + . Si
llamamos f a la función del integrando:
i 1 1
Res(f, i) = , Res(f, −1) = − y Res(f, −1) = . Por lo tanto:
4 4 4
+∞
1 π πi πi π
Z
VP dx = − +  −  = −
−∞ x4 −1 2 4 4 2

El resultado es totalmente coherente, puesto que el valor de la integral es real y, como la función
no es positiva en todo su dominio, la integral no tiene por qué ser positiva.

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Capítulo 4

Análisis de Fourier en Espacios de


Hilbert

Hasta ahora, todo lo que hemos estudiado en el curso se encuadra dentro del bloque de Análisis
de Funciones de Variable Compleja. Con este capítulo abandonamos esta parte del temario y
nos introducimos en el estudio del Análisis Armónico o Análisis de Fourier.
El análisis armónico es uno de los campos de investigación de las matemáticas más activos, con
aplicaciones a muchas ramas diferentes de las matemáticas, como la resolución de ecuaciones en
derivadas parciales, el análisis funcional o la teoría de la probabilidad. No son las matemáticas
la única área de aplicación del análisis armónico, sino también otras como la Economía, prin-
cipalmente en la corrección de datos desestacionalizados y de análisis de series temporales. Es
a partir de este momento que nos podremos familiarizar con objetos matemáticos que ya son
conocidos (como la Transformada de Fourier) pero también con otros que son nuevos.
Para comenzar, debemos sentar las bases sobre las que construir toda la teoría posterior, co-
menzando por el estudio de un tipo bastante especial de espacios topológicos, los Espacios de
Hilbert. Estos espacios constituyen una extensión natural a la dimensión infinita de los espa-
cios vectoriales euclídeos de dimensión finita que se estudian en un primer curso de Álgebra
Lineal.

4.1. Espacios métricos


Definición 4.1. Se llama métrica sobre un conjunto arbitrario X a cualquier aplicación d :
X × X → [0, +∞) que verifique:
1. d(x, y) = 0 ⇐⇒ x = y para todo x, y ∈ X.
2. d(x, y) = d(y, x) para todo x, y ∈ X.
3. d(x, y) ≤ d(x, z) + d(z, y) para todo x, y, z ∈ X. Esta relación se conoce como desigualdad
triangular.

Definición 4.2. Al par (X, d) se lo llama espacio métrico.

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CAPÍTULO 4. ANÁLISIS DE FOURIER EN ESPACIOS DE HILBERT

Nota 4.3. Todas las propiedades que podemos atribuir intuitivamente a una distancia se de-
ducen de los tres axiomas considerados.

Definición 4.4. Sea (X, d) un espacio métrico y sea x0 ∈ X. Con el objetivo de dotar al espacio
de una topología, se definen:
1. Bola abierta de centro x0 y radio r > 0:

B(x0 , r) = {x ∈ X : d(x, x0 ) < r}

2. Bola cerrada de centro x0 y radio r > 0:

B(x0 , r)c = {x ∈ X : d(x, x0 ) ≤ r}

Nota 4.5. Nótese que no estamos denotando la bola cerrada como B(x0 , r). Reservaremos esta
notación para la adherencia de la bola que, como ya se sabe, en espacios métricos arbitrarios
no tiene por qué coincidir con la bola cerrada, que denotaremos por B(x0 , r)c .

Ejemplo 4.6. Si en un espacio X consideramos la métrica discreta, tenemos que la bola abierta
unidad es B(0, 1) = {0}, que su adherencia es B(0, 1) = {0} y que la bola cerrada unidad es
B(0, 1)c = X.

Definición 4.7. Sea (X, d) un espacio métrico. Considérense los subconjuntos U, F ⊂ X.


(a) Se dirá que U es un abierto en X si para todo x ∈ U existe rx tal que B(x, rx ) ⊂ U .
(b) Se dirá que F es un cerrado en X si su complementario X \ F es abierto en X.

Podemos probar que, si (X, d) es un espacio métrico, entonces los abiertos de X cumplen una
serie de propiedades:
1. El conjunto vacío y el total son abiertos.
2. La unión de una colección arbitraria de abiertos es un abierto.
3. La intersección de una colección finita de abiertos es un abierto.

Precisamente estas tres propiedades definen una topología en X, permitiéndonos definir en


este espacio conceptos topológicos como la adherencia, el conjunto de puntos de acumulación,
la frontera y el interior de un conjunto, la convergencia de sucesiones, la continuidad y la
continuidad uniforme de funciones...

Ejemplo 4.8. Vamos a ver a continuación algunos ejemplos de métricas:


1. Sea X = R. Si se considera la aplicación d : R × R → [0, +∞) que lleva el par de puntos
(x, y) 7→ d(x, y) = |x − y| (es decir, el valor absoluto), es inmediato comprobar que es una
métrica.
2. Sea X = C. Si se considera la aplicación d : C × C → [0, +∞) que lleva el par de puntos
(x, y) 7→ d(x, y) = |x − y| (es decir, el módulo), es inmediato comprobar que es una métrica.

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4.1. ESPACIOS MÉTRICOS

3. Sea X = R. Si se considera la aplicación d : R × R → [0, +∞) que lleva el par de puntos


(x, y) 7→ d(x, y) = ı́nf{|x − y|, 1}, se puede comprobar que es una métrica. Hagámoslo:

Demostración. Tenemos, por una parte, la distancia d(x, y) = |x − y| y, por otro, la distancia
d0 (x, y) = ı́nf{d(x, y), 1}. En el caso en el que d(x, z) ≥ 1 o d(z, y) ≥ 1, se tiene:

d0 (x, z) + d0 (x, z) ≥ 1 ≥ d0 (x, y)

En el caso en el que d(x, z) < 1 y d(z, y) < 1, se tiene:

d0 (x, z) + d0 (z, y) = d(x, z) + d(z, y) = |x − z| + |z − y| ≥ |x − y| = d(x, y) ≥ d0 (x, y)

y queda demostrado.

4. Si X es un conjunto no vacío, la función dada por d : X × X → [0, +∞) con


0 si x = y
d(x, y) =
1 6 y
si x =

es una métrica y se denomina métrica discreta.


|x − y|
5. Sea X = R. La aplicación d2 : R × R → [0, +∞) que lleva (x, y) 7→ d2 (x, y) = es
1 + |x − y|
una métrica. De hecho, comprobémoslo:

Demostración. Vamos a llamar a esta métrica d2 y al valor absoluto d, que ya sabemos que es
métrica en R.
d(x, y) d(x, y) + 1 − 1 1
d2 (x, y) = = =1−
1 + d(x, y) 1 + d(x, y) 1 + d(x, y)
Como d(x, y) ≤ d(x, z) + d(z, y) porque el valor absoluto es una métrica en R, entonces se tiene
que
1 1 1 + d(x, z) + d(z, y) − 1
1− ≤1− = =
1 + d(x, y) 1 + d(x, z) + d(z, y) 1 + d(x, z) + d(z, y)

d(x, z) + d(z, y) d(x, z) d(z, y)


= = + ≤
1 + d(x, z) + d(z, y) 1 + d(x, z) + d(z, y) 1 + d(x, z) + d(z, y)

d(x, z) d(z, y)
≤ + = d2 (x, z) + d2 (z, y)
1 + d(x, z) 1 + d(z, y)

y la desigualdad triangular queda demostrada, por lo que d2 es también una métrica.

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CAPÍTULO 4. ANÁLISIS DE FOURIER EN ESPACIOS DE HILBERT

Nota 4.9. Aunque en un espacio métrico esto no es cierto en general, en espacios normados sí
que se tiene que B(x0 , r) = B(x0 , r)c .

A nosotros en realidad no nos interesan los espacios métricos en toda generalidad, sino un tipo
específico de éstos, los espacios normados.

4.2. Espacios normados


Definición 4.10. Sea E un K-espacio vectorial, donde K es un cuerpo que denotará indistin-
tamente R o C. Se dirá que una aplicación k·k : E → [0, +∞) es una norma si cumple:
1. kxk = 0 ⇐⇒ x = 0 para todo x ∈ E.
2. kλxk = |λ| · kxk ∀ λ ∈ K y ∀ x ∈ E. Esto se conoce como propiedad de homogeneidad.
3. kx + yk ≤ kxk + kyk ∀ x, y ∈ E. Esta relación se conoce como desigualdad triangular.

El concepto de norma viene a representar la longitud de un vector en un espacio vectorial, y no


sólo están definidas para espacios de dimensión finita, sino también de dimensión infinita.

Ejemplo 4.11. Veamos algunos ejemplos de normas:


n
X
1. k(x1 , . . . , xn )k1 = |xk | ∀ x = (x1 , . . . , xn ) es una norma en Kn .
k=1
v
u n n
! 21
uX X
2. k(x1 , . . . , xn )k2 = t |xk |2 = |xk |2 ∀ x = (x1 , . . . , xn ) es la norma euclídea estándar
k=1 k=1
en Kn .
3. k(x1 , . . . , xn )k∞ = máx{|xk | : 1 ≤ k ≤ n} ∀ x = (x1 , . . . , xn ) es una norma en Kn .
4. Sea C([a, b]) el espacio de funciones continuas f : [a, b] ⊂ R → K, con a, b ∈ R y a < b. En
este espacio podemos definir la norma
s  21
Z b Z b
2
kf k2 := |f (x)|2 dx = |f (x)| dx
a a

Nótese que en este caso la dimensión del espacio no es finita.

Por supuesto, tampoco estamos interesados en cualquier espacio normado ni en cualquier norma.
El Análisis de Fourier se construye en espacios normados euclídeos, esto es, espacios con norma
y con un producto interno o escalar.

Definición 4.12. Sea E un K-espacio vectorial. Se dirá que una función h·, ·i : E × E → K es
un producto escalar o interno si se verifican las siguientes propiedades:
1. hx, xi ≥ 0 ∀ x ∈ E

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4.2. ESPACIOS NORMADOS

2. hx, xi = 0 ⇐⇒ x = 0 ∀ x ∈ E
3. hx, yi = hy, xi ∀ x, y ∈ E.
4. hαx + βy, zi = αhx, zi + βhy, zi ∀ α, β ∈ K y ∀ x, y, z ∈ E.

Nota 4.13. Si E es un espacio vectorial real, entonces el producto escalar es una forma bilineal
simétrica definida positiva. Esto es, podemos escribir la tercera propiedad como

hx, yi = hy, xi ∀ x, y ∈ E

y la cuarta como
hx, αy + βzi = αhx, yi + βhx, zi
para todo α, β ∈ K y para todo x, y, z ∈ E.

Ejemplo 4.14. Veamos algunos ejemplos de productos escalares:


1. Sea A ∈ Mn (R) una matriz simétrica definida positiva. En ese caso, la expresión

hx, yi = x · A · y T = x · A · y ∗ (4.1)

define un producto escalar en Kn , con x = (x1 , . . . , xn ), y = (y1 , . . . , yn ) ∈ Kn .


Por supuesto, si A = In (la matriz identidad de dimensión n), recuperamos el producto escalar
usual.
2. Si nuestro espacio es C([a, b]) con a, b ∈ R, a < b, entonces la expresión
Z b
hf, gi = f (t)g(t)dt (4.2)
a

define un producto escalar (de hecho, vendría a ser una especie de versión continua del producto
escalar anterior).

El primer caso ya es conocido, pero nos faltaría probar que el segundo caso es, en realidad, un
producto escalar. No es difícil demostrar las propiedades, salvo quizás que hf, f i = 0 si y sólo
si f ≡ 0. Para demostrarlo, necesitaremos la siguiente proposición.

Proposición 4.15. Sea f : [a, b] ⊂ R → R una función continua no negativa en [a, b]. Entonces
Z b
f (x)dx = 0 ⇐⇒ f ≡ 0
a

es decir, la integral es nula si y sólo si f es la función idénticamente nula en el intervalo [a, b].

Demostración. La implicación hacia la izquierda es trivial, ya que por ser f ≡ 0 una función
no negativa la integral representa el área bajo la curva que define la función, que es justamente
0.
Para probar la implicación hacia la derecha, ya se sabe que la integral de una función no
negativa es no negativa y que la integral de una función positiva es positiva. Razonando por

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CAPÍTULO 4. ANÁLISIS DE FOURIER EN ESPACIOS DE HILBERT

reducción al absurdo, supongamos que existe una función continua y no negativa en [a, b] tal
que su integral sobre dicho intervalo es nula.
Como la función es no negativa y no es la idénticamente nula, existirá un x0 ∈ [a, b] donde
f (x0 ) > 0. Como el signo se conserva en un cierto intervalo abierto (x1 , x2 ) ⊂ [a, b], en este
intervalo se tendrá que f (x) > 0.
Está claro que [a, b] = [a, x1 ] ∪ (x1 , x2 ) ∪ [x2 , b]. Como la integral es aditiva en su dominio, se
tiene que
Z b Z x1 Z x2 Z b
f= f+ f+ f
a a x1 x2
R x2
y hemos llegado a una contradicción, ya que x1
f > 0 pero suponíamos que la integral en [a, b]
era nula.

Vamos a demostrar que, en el caso real, la integral de (4.2) define un producto escalar. Só-
lo merece la pena demostrar la propiedad que mencionábamos antes, ya que las demás son
inmediatas.
Rb
Demostración. ⇒ Partimos de que hf, f i = a f (t)2 dt = 0. Como f (t)2 es mayor o igual que 0
para todo t ∈ [a, b], entonces f 2 es no negativa. Por la proposición anterior, como la función es
continua y no negativa en el intervalo [a, b], se tiene que la función es la función 0. El espacio de
funciones continuas que tratamos tiene estructura de anillo (con el producto y la suma puntual,
que es la que estamos utilizando) en el que no hay nilpotentes no nulos, por lo que concluimos
que f 2 ≡ 0 ⇐⇒ f ≡ 0.
Rb
⇐ Si f ≡ 0 en [a, b], se tiene que hf, f i = h0, 0i = a 0 dt = 0 porque la integral de la función
idénticamente nula es 0 (como también aparece en la proposición anterior).

Un hecho muy relevante es que los espacios dotados de un producto escalar son espacios nor-
mados. Esto quiere decir que podemos definir una norma a partir del producto escalar. Para
ello, antes demostraremos un importante resultado conocido como Desigualdad de Cauchy-
Schwarz.

Teorema 4.16 (Desigualdad de Cauchy-Schwarz). Sea E un K-espacio vectorial dotado


de un producto interno. En ese caso, para cualesquiera x, y ∈ E se tiene
p p
|hx, yi| ≤ hx, xi · hy, yi (4.3)

Demostración. Si y = 0, entonces hx, yi = 0 y la desigualdad es trivial. Supongamos que y 6= 0.


Si, dados unos ciertos λ, µ ∈ K, tomamos la combinación λx − µy, entonces sabemos que

0 ≤ hλx − µy, λx − µyi = λλhx, xi − λµhx, yi − µλhy, xi + µµhy, yi =

= |λ|2 hx, xi − µλhx, yi − λµhy, xi + |µ|2 hy, yi

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4.2. ESPACIOS NORMADOS

Como x 6= 0, podemos tomar λ = hy, yi y µ = hx, yi. Teniendo en cuenta que hx, xi = hx, xi y
que, por lo tanto, es un valor real positivo, sustituyendo en la expresión anterior se tiene:

|hy, yi|2 hx, xi − 2hx, yihx, yihy, yi + |hx, yi|2 hy, yi =

= hy, yi2 hx, xi − 2hy, yi|hx, yi|2 + |hx, yi|2 hy, yi =

= hy, yi2 hx, xi − hy, yi|hx, yi|2 ≥ 0

Por tanto, se observa que


hy, yihx, xi ≥ |hx, yi|2
Como estamos trabajando con números reales positivos, tomando raíces cuadradas se tiene el
resultado.

Una vez conocida esta desigualdad, podemos demostrar que todo producto escalar induce una
norma en el espacio E.

Proposición 4.17. Sea (E, h·, ·i) un K-espacio vectorial con producto interno. Entonces, dado
un x ∈ E, se tiene que p
kxk = hx, xi
es una norma, que se denomina norma inducida por el producto escalar.

Demostración. Las dos primeras propiedades son triviales y sólo requiere demostración la de-
sigualdad triangular. Para probarla, tomemos x, y ∈ E arbitrarios y veamos que, efectivamente,
kx + yk ≤ kxk + kyk.

kx + yk2 = hx + y, x + yi = hx, xi + hx, yi + hy, xi + hy, yi =


(1) (2)
= kxk2 + 2Re(hx, yi) + kyk2 ≤ kxk2 + 2|hx, yi| + kyk2 ≤
(2)
≤kxk2 + 2kxkkyk + kyk2 = (kxk + kyk)2

En (1) hemos usado que Re(z) ≤ |z| y en (2) la desigualdad de Cauchy-Schwarz. Tomando
raíces cuadradas, queda probada la desigualdad triangular y, por tanto, que la norma inducida
es realmente una norma.

Existen muchos tipos de normas, pero son especialmente importantes las que provienen de
un producto escalar, que denominaremos normas euclídeas. Como es natural, no siempre
sabremos si una norma proviene de un producto escalar y, por tanto, no sabremos si es euclídea
de primeras. Sin embargo, existen bastantes resultados que caracterizan a las normas euclídeas.
Veremos aquí uno de los más famosos, el teorema de Jordan-Von Neumann.

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CAPÍTULO 4. ANÁLISIS DE FOURIER EN ESPACIOS DE HILBERT

Teorema 4.18 (de Jordan-Von Neumann). Sea (E, k·k) un K-espacio vectorial normado.
Entonces, la norma k·k será euclídea si y sólo si se verifica que

kx + yk2 + kx − yk2 = 2(kxk2 + kyk2 ) (4.4)

para todo x, y ∈ E. Esta relación se conoce como identidad del paralelogramo.


Una de las implicaciones es casi inmediata y la otra es complicada y técnica (hacen falta algunos
lemas para aligerar la prueba), por lo que omitimos la demostración.
Una vez hemos solucionado el problema de determinar si una norma proviene de un producto
escalar, nos surge la cuestión de cuál es el producto escalar del que proviene nuestra norma, en
el caso de que sólo proviniese de uno. Podemos afirmar que no hay distintos productos escalares
que induzcan la misma norma y, de hecho, podemos recuperar el producto escalar a partir de
la norma, como vemos en las siguientes proposiciones:

Proposición 4.19 (Identidad de Polarización Compleja). Sea E un espacio vectorial


complejo y k·k una norma euclídea. Entonces el producto interno que la induce viene dado para
cualesquiera x, y ∈ E por:

1 
kx + yk2 − kx − yk2 + i kx + iyk2 − kx − iyk2
  
hx, yi = (4.5)
4
Demostración. Sólo se trata de hacer las operaciones correspondientes, teniendo en cuenta que
la norma está inducida por un producto escalar.
Parte real. kx + yk2 − kx − yk2 = 2hx, yi + 2hy, xi = 4Re(hx, yi).
 
Parte imaginaria. i · (kx + iyk2 − kx − iyk2 ) = 2 hx, yi − hx, yi = 4Im(hx, yi)i.

De la suma de las partes real e imaginaria se sigue el resultado.

Corolario 4.20 (Identidad de Polarización Real). Sea E un espacio vectorial real y k·k
una norma euclídea. Entonces el producto interno que la induce viene dado para cualesquiera
x, y ∈ E por:

1
kx + yk2 − kx − yk2

hx, yi = (4.6)
4

4.3. Espacios de Hilbert


En esta sección introduciremos por fin de manera rigurosa el concepto de espacio de Hilbert
y veremos que, como ya se ha anunciado, son una clase bastante específica de espacios donde
podemos demostrar resultados útiles y que no se cumplen en clases más generales de espa-
cios.
Antes de nada, es necesario revisar algunos conceptos (ya familiares de otros cursos de Análisis)
de convergencia de sucesiones y completitud de normas.

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4.3. ESPACIOS DE HILBERT

Definición 4.21 (Sucesión de Cauchy). Sea (E, k·k) un espacio normado. Se dirá que la
sucesión (xn ) es una sucesión de Cauchy cuando

∀ ε > 0 ∃ N ∈ N : m, n ≥ N ⇒ kxm − xn k < ε

Proposición 4.22. Sea (E, k·k) un espacio normado. Se verifica:


1. Si (xn ) es de Cauchy, entonces es acotada.
2. Si (xn ) es convergente, entonces es de Cauchy.
Además, si el espacio es de dimensión finita, también se verifica que toda sucesión de Cauchy
es convergente.

Demostración. 1. Como (xn ) es de Cauchy, tomando ε = 1 se tiene que, tomando m = N y


n > N , xn ∈ B(xN , 1). Como sólo un número finito de elementos de la sucesión ha quedado
fuera de la bola, tomemos como r > 0 el máximo de las distancias de xN a x1 , . . . , xN −1 .
Entonces todos los elementos de la sucesión están contenidos en la bola B(xN , r + 1), como
queríamos probar.
ε
2. Por ser la sucesión convergente, sabemos que, dados m, n ≥ N , kxm − x0 k < (donde x0 es
2
ε
el límite de la sucesión) y kxn − x0 k < . Por lo tanto
2
ε ε
kxm − xn k = kxm − x0 + x0 − xn k ≤ kxm − x0 k + kxn − x0 k < + =ε
2 2

Definición 4.23. Sea (E, k·k) un espacio normado. Si toda sucesión de Cauchy es convergente
en este espacio, se dirá que la norma es completa.

Definición 4.24 (Espacio de Banach). Si (E, k·k) es un espacio normado en el que toda
sucesión de Cauchy es convergente, se dice que es un espacio de Banach.

Definición 4.25 (Espacio de Hilbert). Si la norma de un espacio de Banach es euclídea,


entonces se dice que es un espacio de Hilbert.

Es natural pensar que, si estos tipos particulares de espacios poseen un nombre que los distin-
gue del resto, deben tener algún tipo de característica especial única. En efecto, veamos que
existen espacios normados que no son de Banach y, en particular, espacios euclídeos que no son
completos (por supuesto, en dimensión infinita; no encontraremos ningún espacio normado de
dimensión finita que no sea completo).

Ejemplo 4.26. Sea el espacio euclídeo de las funciones continuas en [0, 1] con valores reales.
R  12
1
Esto es, (E, k·k) = C([0, 1]) con la norma euclídea kf k2 = 0 f 2 (x)dx . Comprobar que el
espacio no es completo.

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CAPÍTULO 4. ANÁLISIS DE FOURIER EN ESPACIOS DE HILBERT

Solución. Consideremos la sucesión de funciones (con n ≥ 2) fn : [0, 1] → R donde el término


general es


 0 si 0 ≤ x ≤ 21
fn (x) = n(x − 2 ) si 21 ≤ x ≤ 12 + n1
1

1 si 21 + n1 ≤ x ≤ 1

Probemos primero que la sucesión es de Cauchy. Tomemos m, n ∈ N arbitrarios, con m > n.


Entonces
Z 1  12
2
kfm − fn k2 = (fm (x) − fn (x)) dx =
0

1  Z 1+ 1 !1
 2
Z Z 1
2  2 n
= (f −f (x))2 dx +

(fm (x) − fn (x))2 dx + −fn (x))2 dx

(x) (fm(x) =

m n 
0  1 1 1 

2 2+n


1 1
! 21 1 1
! 21
+n +n
1 n→∞
Z Z
2 2
(fm (x) − fn (x))2 dx ≤ 1dx ≤ √ −−−→ 0
1
2
1
2
n

por lo que, en efecto, la sucesión es de Cauchy. Nótese que las integrales se cancelan porque
las funciones son idénticamente 0 o idénticamente 1 en los intervalos escogidos (como m > n,
1
n
> m1 ).
Probemos ahora que la sucesión no es convergente en (C([0, 1]), k·k2 ). Razonando por reducción
al absurdo, supongamos que (fn ) converge a una función f ∈ C([0, 1]). Entonces, para todo
ε > 0 existirá un N ∈ N tal que kfn − f k < ε si n ≥ N .
Veamos que f ≡ 0 en 0, 12 . Para ello, tomando n ≥ N , se tiene
 

1
! 12 1
! 21  12
Z
2
Z
2
Z 1
(∗)
f 2 (x)dx = (fn − f )2 (x)dx ≤ (fn − f )2 (x)dx = kfn − f k < ε
0 0 0

donde en (∗) hemos usado que fn ≡ 0 en el intervalo 0, 21 .De la arbitrariedad de ε, se deduce


 

que
Z 1 ! 12 Z 1
2 2 (1)
2
f (x)dx =0⇒ f 2 (x)dx = 0 ⇒ f 2 (x) = 0 ⇒ f ≡ 0
0 0

en el intervalo 0, 21 . En (1) hemos usado la proposición 4.15.


 

Veamos ahora que f ≡ 1 en 12 , 1 . Para ello, tomemos a ∈ 12 , 1 . Como 12 + n1 → 12 ≤ a,


   

entonces existe un N 0 ∈ N tal que 12 + n1 < a cuando n ≥ N 0 . Tomemos n ≥ máx{N, N 0 }.


Entonces:
Z 1  21 Z 1  21 Z 1  12
(1 − f (x))2 dx = (fn (x) − f (x))2 dx ≤ (fn (x) − f (x))2 dx = kfn −f k < ε
a a 0

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4.4. TEOREMA DE LA PROYECCIÓN ORTOGONAL

Como ε es arbitrario, 1 − f (x) ≡ 0 en [a, 1]. Haciendo tender a a 12 , se tiene que f ≡ 1 en 12 , 1 .


 

La función límite que hemos obtenido es χ[ 1 ,1] (la función indicatriz del intervalo 12 , 1 ), que
 
2
desde luego no es continua en [0, 1]. Hemos llegado, por tanto, a una contradicción que viene
de suponer que la función límite es continua.

4.4. El Teorema de la Proyección Ortogonal

El Teorema de la Proyección Ortogonal que enunciaremos y demostraremos es un resultado


fundamental que nos permitirá construir las series de Fourier en un espacio de Hilbert que sea
separable (aunque todavía no sabemos qué significa esto).
Antes de dicho resultado, necesitamos introducir una serie de conceptos relacionados con la
ortogonalidad que, por otra parte, diferencian a los espacios de Hilbert de los más generales
espacios de Banach. Estas propiedades requieren de la existencia de un producto escalar y gene-
ralizan las nociones ya conocidas de la geometría euclídea, que acercan la intuición geométrica
de espacios conocidos como Rn a los espacios de Hilbert.

Definición 4.27 (Ortogonalidad en espacios euclídeos). Sea E, h·, ·i un espacio vectorial


sobre K.
1. Dados x, y ∈ E, se dirá que x, y son ortogonales, x ⊥ y, cuando hx, yi = 0.
2. Dados dos subconjuntos X, Y ⊂ E, se dirá que X, Y son ortogonales, X ⊥ Y , cuando
hx, yi = 0 para todo x ∈ X y para todo y ∈ Y .
3. Si B ⊂ E, se dice que es un sistema ortogonal si x ⊥ y para todo x 6= y ∈ B.
4. Si B ⊂ E es un sistema ortogonal y sus elementos están normalizados (esto es, para todo
x ∈ B se verifica que kxk = 1) entonces se dice que B es un sistema ortonormal.

Podemos hacer un par de observaciones a estas definiciones, bastante fáciles de probar.

Nota 4.28. Hay un único vector ortogonal a todos los demás, que es 0E .

Nota 4.29. Si B es un sistema ortogonal y sus elementos son no nulos, entonces B es un


sistema linealmente independiente. En particular, los sistemas ortonormales son linealmente
independientes ya que la norma de todos los elementos es 1 y, por tanto, distinta de 0.

Gracias a la noción de sistema ortogonal podemos dar una versión más general de un famoso
resultado de geometría elemental.

Teorema 4.30 (de Pitágoras, versión generalizada). Si (E, k·k) es un espacio euclídeo y
{x1 , . . . , xn } es un sistema ortogonal, entonces

Xn X n
2
xi = kxi k2 (4.7)



i=1 i=1

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CAPÍTULO 4. ANÁLISIS DE FOURIER EN ESPACIOS DE HILBERT

Demostración. Si h·, ·i es el producto escalar que induce la norma k·k, entonces se tiene
n n n
X
2
X (∗) X X
x = hx + · · · + x , x + · · · + x i = hx , x i = hx , x i = kxi k2

i 1 n 1 n i j i i

i=1 1≤i,j≤n i=1 i=1

usando en (∗) que el sistema es ortogonal y, por tanto, el producto escalar de dos elementos
distintos es nulo.

Una vez conocidos estos conceptos sobre ortogonalidad en un espacio euclídeo, estamos en
condiciones de probar que en un espacio de Hilbert es posible minimizar la distancia entre un
punto y un conjunto cerrado y convexo.
Como lo vamos a necesitar en la demostración, vamos a “rescatar” una caracterización del ínfimo
de un conjunto que seguramente resulte familiar.

Proposición 4.31 (Caracterización ε del ínfimo). Si A es un conjunto acotado inferior-


mente, entonces α es el ínfimo de A si y sólo si:
1. α es una cota inferior de A.
2. Para cada ε > 0 existe un aε ∈ A que verifica α + ε > aε .

Teorema 4.32 (de la Proyección Ortogonal sobre convexos cerrados). Sea H un espacio
de Hilbert, sea x ∈ H y sea C un conjunto convexo, cerrado y no vacío. Entonces existe un
único punto u ∈ C tal que
kx − uk = ı́nf{kx − vk : v ∈ C}

Demostración. Como el teorema demuestra la existencia y la unicidad del ínfimo, haremos la


demostración en dos pasos.
Existencia: Lo primero que supondremos es que x 6∈ C, puesto que si x perteneciese a C, la
distancia sería 0. Por ser C un conjunto cerrado, la distancia será estrictamente positiva.
Llamaremos d = ı́nf{kx − vk : v ∈ C}. Con la proposición 4.31, si elegimos ε = n1 , tenemos que
para cada n ∈ N existe un un ∈ C que verifica kx − un k < d + n1 ⇐⇒ kx − un k2 < d2 + n1 .
Tenemos, por tanto, una sucesión (un ) de elementos de C que verifica

1
d2 ≤ kx − un k2 < d2 + (4.8)
n
Por ser el espacio H de Hilbert (y, por tanto, completo), nos bastará ver que la sucesión (un )
es de Cauchy. Para ello, utilizaremos la identidad del paralelogramo aplicada a a = x − un y
b = x − um . Tendremos, por tanto:

kx − un + x − um k2 + kx − un − x + um k2 = 2kx − un k2 + 2kx − um k2

expresión que equivale a

k2x − (un + um )k2 + kum − un k2 = 2kx − un k2 + 2kx − um k2

88

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4.4. TEOREMA DE LA PROYECCIÓN ORTOGONAL

2 2
Por un lado, sabemos que 2kx − un k2 + 2kx − um k2 < 4d2 + + . Por otro lado, podemos
n m
deducir de la convexidad de C que
2
2
un + um
k2x − (un + um )k = 4 x − ≥ 4d2

2

Así, resulta que


s
2 2 2 2
4d2 + kum − un k2 < 
4d2 + + ⇒ kum − un k < + ∀ m, n ∈ N
n m n m


Tomando el límite cuando n, m → +∞, se sigue que la sucesión es de Cauchy y, por tanto,
convergente. Desde luego, como C es cerrado, lı́m un = u ∈ C. Tomando límites en (4.8), se
n
tiene !
1
d2 ≤ lı́mkx − un k2 = kx − lı́m un k2 = kx − uk2 ≤ lı́m d2 + = d2
n n n n
y, como kx − uk = d, queda probada la existencia del punto de distancia mínima.

Unicidad: Supongamos que existen u01 , u02 ∈ C tales que kx − u01 k = kx − u02 k = d. Tomando
a = x − u01 y b = x − u02 en la identidad del paralelogramo, tenemos

k2x − (u01 + u02 )k2 + ku02 − u01 k2 = 2kx − u01 k2 + 2kx − u02 k = 4d2

y, razonando igual que en la demostración de la existencia, llegamos a


2
0 0
u 1 + u2
ku02 − u01 k2 + 
4d2 ≤ 4 x − + ku02 − u01 k2 = 2kx − u01 k2 + 2kx − u02 k = 
4d2

2

de donde se obtiene que ku02 − u01 k2 ≤ 0 ⇒ u01 = u02 .

El resultado que acabamos de probar es bastante general, y nosotros lo aplicaremos a un tipo


más concreto y reducido de conjuntos cerrados convexos: los subespacios vectoriales cerrados
(que ya se sabe que son convexos). En estas condiciones, está justificada la siguiente defini-
ción:

Definición 4.33. Sea H un espacio de Hilbert y sea E un subespacio vectorial cerrado. Se


define la proyección ortogonal de x ∈ H sobre E como πE (x) = u, siendo u el punto de
distancia mínima de x a E.

No es difícil darse cuenta de que esta definición no es manejable. Por lo tanto, nos vendría
bien contar con una caracterización del punto de distancia mínima que nos facilite el traba-
jo. El siguiente teorema no nos va a dar información directa, pero sí nos permitirá aclarar
indirectamente algunas cosas.

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CAPÍTULO 4. ANÁLISIS DE FOURIER EN ESPACIOS DE HILBERT

Teorema 4.34 (Caracterización de πE (x)). Sea H un espacio de Hilbert y sea E ⊂ H un


subespacio vectorial cerrado. Dado x ∈ H, son equivalentes:
1. u ∈ E es el punto de distancia mínima a x ∈ H, es decir, u = πE (x).
2. El vector x − u es ortogonal a E, es decir, (x − u) ⊥ E.

Demostración. ⇒ Supongamos que (x − u) 6⊥ E. En tal caso, existirá un v ∈ E, v 6= 0 (que


podemos suponer normalizado) que verifica hx − u, vi =
6 0. Si llamamos α = hx − u, vi, entonces
podemos tomar el vector w = u + αv ∈ E. Se tiene que

kx − wk2 = hx − w, x − wi = h(x − u) − αv, (x − u) − αvi =

= h(x − u) − αv, (x − u)i + h(x − u) − αv, −αvi =


= kx − uk2 − αα − αα + |α|2 = kx − uk2 − |α|2 < kx − uk2
y hemos llegado a una contradicción, pues suponíamos que u minimizaba la distancia.
⇐ Sea v ∈ E. Se tiene que

(∗)
kx − vk2 = k(x − u) + (u − v)k2 = kx − uk2 + ku − vk2 ≥ kx − uk2

En (∗) hemos usado el teorema de Pitágoras, ya que (x − u) ⊥ (u − v). Tomando raíces


cuadradas, hemos obtenido que kx − vk ≥ kx − uk ∀ v ∈ E, por lo que u minimiza la distancia
de x a E.

Como ya hemos hecho en ocasiones anteriores, a partir del concepto de punto de mínima
distancia podemos definir una función que a cada punto x ∈ H le asigna πE (x) y podemos,
además, caracterizarla.

Teorema 4.35 (Propiedades de πE (x)). Si H es un espacio de Hilbert y E ⊂ H es un


subespacio cerrado, se tiene
1. πE (αx + βy) = απE (x) + βπE (y) ∀ x, y ∈ H y ∀ α, β ∈ K.
Esto es, la función πE es lineal.
2. πE2 = πE ◦ πE = πE .
Es decir, la función πE es idempotente y, por tanto, es una proyección.
3. kπE (x) − πE (y)k ≤ kx − yk ∀ x, y ∈ E.
Esto es, πE es un función lipschitziana con constante de lipschitzianidad K = 1.

Demostración. 1. Estamos buscando un vector v ∈ E que verifique [αx + βy − v] ⊥ E que,


usando la caracterización del teorema 4.34, debe ser πE (αx + βy). Veamos que se tiene preci-
samente que v = απE (x) + βπE (y) y, por tanto, que

{αx + βy − [απE (x) + βπE (y)]} ⊥ E

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4.4. TEOREMA DE LA PROYECCIÓN ORTOGONAL

Dado v ∈ E, de la caracterización de la proyección se deduce que [x − πE (x)] ⊥ E y que


[y − πE (y)] ⊥ E, por lo que hx − πE (x), vi = hy − πE (y), vi = 0. Simplemente teniendo en
cuenta este hecho y haciendo uso de las propiedades del producto escalar, tenemos

hαx + βy − [απE (x) + βπE (y)] , vi = αhx − πE (x), vi + hy − πE (y), vi = 0

2. Sólo tenemos que tener en cuenta que, si v ∈ E, entonces πE (v) = v. Es inmediato que
πE (πE (x)) = πE (x), de donde se sigue la afirmación.
3. Sea x ∈ H. Entonces [x − πE (x)] ⊥ E. Como sabemos que πE (x) ∈ E, simplemente

(∗)
kxk2 = kx − πE (x) + πE (x)k2 = kx − πE (x)k2 + kπE (x)k2 ≥ kπE (x)k2

En (∗) hemos usado el teorema de Pitágoras y, como estamos trabajando con números reales no
negativos, tomando raíces cuadradas a ambos lados de la desigualdad se tiene que kπE (x)k ≤
kxk para cada x ∈ H.
Si ahora tomamos x, y ∈ H, llegamos a
(1)
kπE (x) − πE (y)k = kπE (x − y)k ≤ kx − yk

A pesar de todo el trabajo que hemos hecho, aún no sabemos calcular, dado un vector, su
proyección ortogonal sobre un subespacio cerrado. Sin embargo no hay problema porque, si el
espacio es de dimensión finita (pero arbitraria), podemos deducir una fórmula explícita para
πE (x).

Lema 4.36. Sea H un espacio (no es necesario que sea de Hilbert) dotado de un producto
interno h·, ·i. Sea {e1 , . . . , en } un sistema ortonormal. Entonces, para cada x ∈ H y λ1 , . . . , λn ∈
K, se tiene
2
X n Xn n
X
x − λk ek = kxk2 − |hx, ek i|2 + |λk − hx, ek i|2 (4.9)


k=1 k=1 k=1

Demostración. Simplemente se trata de hacer los cálculos. En efecto, partiendo del miembro
de la izquierda, se tiene:

n
2 * n n
+
X X X
x − λk ek = x − λk ek , x − λk ek =


k=1 k=1 k=1
n n
X
2
X X (δij )
= kxk + hx, λk ek i + hλk ek , xi + λk λj hek , ej i =
k=1 k=1 1≤j,k≤n

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CAPÍTULO 4. ANÁLISIS DE FOURIER EN ESPACIOS DE HILBERT

n n
2
X X (∗)
= kxk + 2Re (hλk ek , xi) + |λk |2 =
k=1 k=1

n
X n
X
2 2
|λk |2 + 2Re (hλk ek , xi) + |hx, ek i|2 =
 
kxk − |hx, ek i| +
k=1 k=1

n
X n
X
2 2
= kxk − |hx, ek i| + |λk − hx, ek i|2
k=1 k=1

En (δij ) hacemos referencia que en el último sumando, por estar trabajando con un sistema
ortonormal, todos los productos escalares son nulos si i 6= j (es decir,
P si ei 6= ej ) y son justamente
1 si i = j. Por otra parte, en (∗) estamos sumando y restando nk=1 |hx, ek i|2 . Con esto, queda
demostrado el lema.

Teorema 4.37 (Fórmula de proyección sobre espacios de dimensión finita). Si H


es un espacio con producto interno h·, ·i y {e1 , . . . , en } es un sistema ortonormal, entonces la
proyección sobre el espacio generado por dicho sistema viene dada por
n
X
πE (x) = hx, ek iek (4.10)
k=1

Demostración. Por el lema anterior, la distancia de x ∈ H a un punto cualquiera de lg(e1 , . . . , en )


es 2
Xn Xn n
X
2 2
x − λk ek = kxk − |hx, ek i| + |λk − hx, ek i|2


k=1 k=1 k=1

Pn se minimiza 2precisamente cuando λk = hx, ek i para cada k ∈


El lado derecho de la igualdad
{1,
Pn2, . . . , n} y, por tanto, k=1 |λk − hx, ek i| = 0. Sin más que operar, se deduce que πE (x) =
k=1 hx, ek iek .

Corolario 4.38 (Identidad de Bessel). En las condiciones del teorema, se tiene que
n
X n
X
kx − hx, ek iek k2 = kxk2 − |hx, ek i|2 (4.11)
k=1 k=1

o, equivalentemente,
n
X
kx − πE (x)k2 = kxk2 − |hx, ek i|2 (4.12)
k=1

Demostración. Basta con sustituir λk = hx, ek i en (4.9).

92

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4.5. SERIES DE FOURIER EN ESPACIOS DE HILBERT

4.5. Series de Fourier en Espacios de Hilbert


Una vez hemos estudiado los espacios hilbertianos y nos resultan familiares, podemos realizar
una construcción rigurosa de las series de Fourier en ellos.

Teorema 4.39 (Desigualdad de Bessel). Sea H un espacio de Hilbert y sea {ek : k ∈


P∞un sistema
N} ortonormal numerable en H. Entonces se tiene que para todo x ∈ H la serie
2
k=1 |hx, ek i| es convergente y que

X
|hx, ek i|2 ≤ kxk2 (4.13)
k=1

Demostración. Para un n ∈ N arbitrario, si aplicamos la identidad de Bessel a {e1 , . . . , en }


tenemos que 2
n
X X n
x − hx, ek iek = kxk2 − |hx, ek i|2


k=1 k=1

Por ser el miembro de la izquierda no negativo, también habrá de serlo el de la derecha. En


particular, nk=1 |hx, ek i|2 ≤ kxk2 ∀ n ∈ N. Como las sumas parciales están acotadas, tenemos
P
que la serie es convergente y, por tanto, (4.13).

4.5.1. Bases de Hilbert

Definición 4.40. Si H es un espacio de Hilbert, se dice que un subconjunto B ⊂ H es completo


si el único vector ortogonal a todos los demás es el 0, esto es,

hx, ei = 0 ∀ e ∈ B ⇐⇒ x = 0 (4.14)

El siguiente resultado que damos nos permite relacionar el concepto de completitud de un


conjunto con lo que más adelante definiremos como desarrollo en serie de Fourier.

Teorema 4.41. Sea H un espacio de Hilbert y sea B = {en : n ∈ N} un conjunto ortonormal


numerable. Entonces, son equivalentes
1. B es completo.
P∞
2. ∀ x ∈ H se verifica que x = n=1 hx, en ien

Demostración. 1 ⇒ 2 Sabemos, por la desigualdad de Bessel, que ∞ 2


P
n=1 |hx, en i| es conver-
gente. En particular, es una sucesión de Cauchy, de lo que deducimos que, para m > n, ambos
mayores que un cierto N ∈ N, se tiene que Sm − Sn < ε2 , donde (Sn ) representa la sucesión de
sumas parciales n-ésimas.

Pn
P∞ pues, considerar la sucesión de sumas parciales (Sn ) = k=1 hx, ek iek asociadas a la
Podemos,
serie k=1 hx, ek iek y demostrar que es de Cauchy. Con el mismo N ∈ N de antes, consideremos

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CAPÍTULO 4. ANÁLISIS DE FOURIER EN ESPACIOS DE HILBERT

2
m
X m
X
∗ ∗ 2
kSm − Sn k = hx, ek iek = |hx, ek i|2 < ε2


k=n+1 k=n+1

de donde, tomando raíces, se deduce que kSm − Sn∗ k < ε con m y n suficientemente grandes.

Por lo tanto, la sucesión (Sn ) es de Cauchy y, por ser el espacio hilbertiano, convergente.
Nótese que esto implica que ∞
P
k=1 hx, ek iek = y para algún y ∈ H, por lo que la demostración
no está completa. Nos falta por probar que este y ∈ H es exactamente nuestro x.
Para ello, si llamamos λn = hx, en i ∀ n ∈ N. Multiplicando escalarmente hx − y, en i tenemos,
por las propiedades del producto escalar y por la propia definición de y
*∞ +
X (∗)
hx − y, en i = hx, en i − hy, en i = λn − hy, en i = λn − λk ek , ek =
k=1


(∗) X (δij )
=λn − λk hek , en i = λn − λn = 0
k=1

para todo n ∈ N. En (∗) hemos usado el hecho de que el producto escalar es una aplicación
continua para intercambiarlo con el símbolo de suma infinita, y en (δij ) la notación habitual de
las deltas de Kronecker por ser el conjunto ortonormal.
Como B es un conjunto completo, el único vector que cumple esta propiedad es el vector nulo.
Esto significa que x − y = 0 ⇒ x = y, como queríamos demostrar.

2 ⇒ 1 Esta implicación esPmucho más sencilla de demostrar. Sea x ∈ H tal que hx, en i = 0 ∀

n ∈ N. Por hipótesis, x = n=1 hx, en i en , de donde es inmediato que B es completo.
| {z }
0

Nota 4.42. La desigualdad triangular inversa (|kxk−kyk|≤ kx−yk para cualesquiera x, y ∈ H)


demuestra que la norma no es sólo una aplicación continua, sino que además es una aplicación
lipschitziana con constante K = 1. Las identidades de polarización permiten expresar el pro-
ducto escalar como combinación de normas, por lo que éste también es una aplicación continua.

Definición 4.43 (Base de Hilbert). Si H es un espacio de Hilbert, llamaremos base de


Hilbert de H a un conjunto ortonormal, numerable y completo.

Definición 4.44 (Serie de Fourier). Si B = {en : n ∈ N} es una base de Hilbert de H,


entonces cualquier elemento x ∈ H se podrá escribir como la serie

X
hx, en ien (4.15)
n=1

que se llama Serie de Fourier de x en la base B. Para cada número natural, a los hx, en i se
los llama coeficientes de Fourier de x en la base B.

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4.6. ANÁLISIS DE FOURIER EN L2 ([−π, π])

Como es lógico pensar, habrá espacios que, tal como la hemos definido, no tengan base de
Hilbert (no podemos asegurar la existencia de un tal conjunto en cualquier espacio hilbertiano).
Aquéllos que dispongan de una tal base se denominan Espacios de Hilbert separables.
Ya probamos la desigualdad de Bessel en espacios de Hilbert, y podemos mejorarla aún más, ya
que bajo ciertas condiciones podemos alcanzar la igualdad. Veamos bajo qué condiciones.

Teorema 4.45 (Identidad de Parseval). Si H es un espacio de Hilbert y B = {en : n ∈ N}


es una base de Hilbert, entonces

X
|hx, ek i|2 = kxk2 (4.16)
k=1

Demostración. Simplemente se trata de hacer los cálculos. En efecto,

*∞ ∞
+
X X (∗)
kxk2 = hx, xi = hx, ek iek , hx, ej iej =
k=1 j=1

∞ ∞ ∞ ∞
(∗) X X (δij ) X X
= hx, ek ihx, ej ihek , ej i = hx, ek ihx, ej i = |hx, ek i|2
k=1 j=1 k=1 k=1

donde hemos usado en (∗) la continuidad del producto escalar para intercambiarlo con el su-
matorio.

Ya hemos dicho que H admite una base si y sólo si es separable. En sentido topológico, se
dice que H es separable si y sólo si posee una sucesión densa, es decir, (xn ) ⊂ H tal que
{xn : n ∈ N} = H.
En particular, nos interesará un espacio de Hilbert separable bastante particular, el espacio
de funciones de cuadrado integrable o L2 . Fue, de hecho, en este espacio donde se empezó a
estudiar el desarrollo de funciones en serie de Fourier. Nos centraremos, por tanto, en el estudio
de las series de Fourier en este espacio.

4.6. Análisis de Fourier en L2([−π, π])

Ya estudiamos en el ejemplo 4.26 que el espacio (C([a, b]), k·k2 ) no es completo. Sin embargo,
dado que, como vimos, el problema que teníamos era que la función límite no era continua, se
podría intentar hallar un espacio (H, k·k) tal que
1. C([a, b]) ⊂ H.
2. k·k es una extensión de k·k2 .
3. C([a, b]) = H.

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CAPÍTULO 4. ANÁLISIS DE FOURIER EN ESPACIOS DE HILBERT

Para formalizar la definición de un tal espacio (y, en realidad, de L2 ([−π, π])) necesitamos
algunos conceptos previos.

Definición 4.46. Sean (X, k·ka ), (Y, k·kb ) dos espacios normados.
1. Se dirá que los espacios son isomorfos cuando exista una función T : X → Y lineal,
biyectiva, continua y con inversa continua. Dos espacios isomorfos son, desde el punto de vista
topológico, el mismo espacio.
2. Se dirá que los espacios son isométricos cuando sean isomorfos y, además, el isomorfismo
preserve las normas. Esto es, kT (x)kb = kxka para todo x ∈ X. A todos los efectos, dos espacios
isométricos son el mismo espacio.

Teorema 4.47 (Compleción de un espacio). Si (X, k·kX ) es un espacio métrico, entonces


existe (salvo isometrías) un único espacio normado completo (X̂, k·kX̂ ) verificando
1. X ⊂ X̂.
2. X ⊂ X̂.
3. kxkX = kxkX̂ para todo x ∈ X.
Al espacio (X̂, k·kX̂ ) lo llamaremos compleción de (X, k·kX ).

Definición 4.48. Definimos L2 ([a, b]) como la compleción del espacio (C([a, b]), k·k2 ). De este
modo, L2 ([a, b]) contiene a las funciones continuas, pero, más en general, está formado por las
funciones f : [a, b] ⊂ R → K tales que
Z b
|f (x)|2 dx < +∞
a

y ésta es la razón por la que también se conoce como espacio de funciones de cuadrado integrable.

Por razones de comodidad en los cálculos (y porque con un cambio de variable adecuado se
puede pasar fácilmente de [−π, π] a cualquier intervalo [a, b]) nos centraremos en el espacio
L2 ([−π, π]), compleción de C([−π, π]).
Para entender qué es la igualdad en casi todo punto de L2 ([−π, π]), nos serán útiles algunos
conceptos de medida nula en dicho espacio

Definición 4.49. Se dice que un subconjunto A ⊂ R tiene medida nula cuando

∀ε > 0 ∃ In = {(an , bn ) : n ∈ N}

(siendo In un recubrimiento de A por intervalos abiertos) que verifica



X ∞
X
long(In ) = (bn − an ) < ε
n=1 n=1

Definición 4.50. Se dice que dos funciones f, g : R → R son iguales en casi todo punto
(f = g c.t.p.) si existe un A ⊂ R de medida nula de modo que f (x) = g(x) ∀ x ∈ R \ A.

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4.6. ANÁLISIS DE FOURIER EN L2 ([−π, π])

En L2 ([−π, π]), dos funciones iguales en casi todo punto tienen la misma norma, por lo que a
todos los efectos las podemos considerar como la misma función.
En este espacio, podemos encontrar un par de bases de Hilbert bastante concretas, que nos
permitirán llevar a cabo los desarrollos en serie de Fourier de funciones de cuadrado integra-
ble.

Teorema 4.51 (Bases de Hilbert de L2 ([−π, π])). Los siguientes conjuntos son bases de
Hilbert de L2 ([−π, π]).
( )
einx
1. E = √ : n ∈ Z

( )
1 sen(nx) cos(nx)
2. R = √ , √ , √ :n∈N
2π π π

Demostración. En las hojas de ejercicios se prueba que los conjuntos son ortonormales. Com-
probar que, efectivamente, son completos y, por tanto, bases de Hilbert excede al nivel de este
curso, por lo que se omite la demostración.

Corolario 4.52. Si f ∈ L2 ([−π, π]), entonces se puede desarrollar como


+∞
X
1. f (t) = ck eikt en la base E.
k=−∞

a0 X
2. f (t) = + (ak cos(kt) + bk sen(kt)) en la base R.
2 k=1
En estos desarrollos, los coeficientes son
1 π
Z
ck = f (s)e−iks ds ∀ k ∈ Z
2π −π
1 π
Z
ak = f (s) cos(ks)ds ∀ k = 0, 1, 2, . . .
π −π
1 π
Z
bk = f (s) sen(ks)ds ∀ k = 0, 1, 2, . . .
π −π

y se denominan coeficientes clásicos de la serie de Fourier.

Demostración. Demostramos primero 1. Como E es una base de Hilbert de L2 ([−π, π]), entonces
cada función de dicho espacio se puede expresar como su serie de Fourier en esta base. Por lo
tanto

* + ∞ ∞
X eikt eikt X 1 (∗) X
f (t) = f, √ √ = hf, eikt ieikt = ck eikt
k=−∞
2π 2π k=−∞
2π k=−∞

y en (∗) hemos usado el producto escalar del que está dotado el espacio, que es precisamente
la integral del producto en el intervalo [−π, π].

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CAPÍTULO 4. ANÁLISIS DE FOURIER EN ESPACIOS DE HILBERT

Ahora demostramos 2. Como R es una base de Hilbert de L2 ([−π, π]), entonces cada función
de dicho espacio se puede expresar como su serie de Fourier en esta base. Por lo tanto
* + ∞
* + ∞
* +
1 1 X cos(kt) cos(kt) X sen(kt) cos(kt)
f (t) = f, √ √ + f, √ √ + f, √ √ =
2π 2π k=1 π π k=1
π π

∞ ∞
1 X 1 X 1
= hf, 1i + hf, cos(kt)i cos(kt) + hf, sen(kt)i sen(kt) =
2π k=1
π k=1
π

a0 X
= + (ak cos(kt) + bk sen(kt))
2 k=1
donde hemos definido
π π
1 1 1
Z Z
a0 = hf, 1i = f (x)1dx = f (x)dx
π π −π π −π

π π
1 1 1
Z Z
ak = hf, cos(kx)i = f (x)cos(kx)dx = f (x) cos(kx)dx
π π −π π −π
π π
1 1 1
Z Z
bk = hf, sen(kx)i = f (x)sen(kx)dx = f (x) sen(kx)dx
π π −π π −π

para cada k = 0, 1, 2, . . .

Ejemplo 4.53. Desarrollar en serie de Fourier, en la base R, la función



−1 si − π ≤ x ≤ 0
f (x) =
1 si 0≤x≤π

Solución. Como −π f (x)2 dx = 2π < +∞, entonces f ∈ L2 ([−π, π]), espacio en el que sabemos
calcular la serie de Fourier de una función. Hagamos los cálculos:
π
1
Z
a0 = f (x)dx = 0
π −π

π
1
Z
ak = f (x) cos(kx)dx = 0
π −π

con ambas integrales nulas por ser los integrandos funciones impares y el recinto simétrico. Por
otro lado

" #π
π π π
1 2 2 2 − cos(kx)
Z Z Z
bk = f (x) sen(kx)dx = f (x) sen(kx)dx = sen(kx)dx = =
π −π π 0 π 0 π k
0

2 2
= · (1 − cos(kπ)) = · (1 − (−1)k+1 )
kπ kπ

98

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4.6. ANÁLISIS DE FOURIER EN L2 ([−π, π])

4
y se tiene, por tanto, que b2k−1 = y b2k = 0 con k ∈ N. De este modo, se tiene
π(2k − 1)
∞ ∞
X 2 2X sen(2kx)
f (x) = sen(2kx) = c.t.p. x ∈ [−π, π]
k=1
kπ π k=1 k

Por razones históricas, los coeficientes a0 , ak , bk que hemos calculado es lo que normalmente
llamamos coeficientes de la serie de Fourier. Sin embargo, éstos no coinciden exactamente con
los coeficientes del desarrollo de Fourier en sentido abstracto que hemos visto anteriormente,
aunque están relacionados. En cualquier caso, con los coeficientes clásicos tenemos las siguientes
identidades de Parseval.

Teorema 4.54 (Identidades de Parseval en L2 ([−π, π])). Para cada f ∈ L2 ([−π, π]) se
tiene

1 π
|a0 |2 X
Z
2
 2
|ak | + |bk |2

|f (x)| dx = + (4.17)
π −π 2 k=1

π +∞
1
Z X
2
|f (x)| dx = |ck |2 (4.18)
2π −π k=−∞

con (4.17) en la base R y (4.18) en la base E.

4.6.1. Cálculo de series numéricas

Ya hemos visto en el ejemplo 4.53 que los coeficientes clásicos del desarrollo de

−1 si − π ≤ x ≤ 0
f (x) =
1 si 0≤x≤π

son ak = 0 para todo k = 0, 1, 2, . . . y

4


si k impar
bk =
0 si k par

Usando la identidad (4.17), tenemos

∞ ∞
1 π
16 1 π2
Z X X
2= 1dx = ⇒ =
π −π k=1
(2k − 1)2 π 2 k=1
(2k − 1)2 8

99

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CAPÍTULO 4. ANÁLISIS DE FOURIER EN ESPACIOS DE HILBERT

4.7. Series de Fourier en senos y cosenos


a0
P∞
Si f ∈ L2 ([−π, π]), se ha visto que f (x) = 2
+ k=1 (ak cos(kx)+bk sen(kx)) con los coeficientes
del corolario 4.52.
Si la función fuera par, entonces bk = 0 para todo k ∈ N, de modo que

a0 X
f (x) = + ak cos(kx)
2 k=1

Análogamente, si la función fuera impar se tendría que ak = 0 para todo k = 0, 1, 2, . . . con lo


que quedaría

X
f (x) = bk sen(kx)
k=1

Consideremos ahora una función f ∈ L2 ([0, π]) y veamos que admite un desarrollo de Fourier
en senos y otro en cosenos. Definamos, pues,


f (x) si x ∈ [0, π]
fi (x) =
−f (x) si x ∈ [−π, 0]

f (x) si x ∈ [0, π]
fp (x) =
f (−x) si x ∈ [−π, 0]

Salvo lo que ocurra en x = 0, las funciones fi y fp son, respectivamente, impar y par en [−π, π].
Además, como f ∈ L2 ([0, π]), entonces fi , fp ∈ L2 ([−π, π]). Como fi es impar, en su desarrollo
de Fourier no aparecen cosenos. Del mismo modo, en el desarrollo de Fourier de fp no aparecen
senos por ser par. Esto es:
fi (x) = ∞
P
k=1 bk sen(kx) c.t.p. x ∈ [−π, π].

fp (x) = a20 + ∞
P
k=1 (ak cos(kx) + bk sen(kx)) c.t.p. x ∈ [−π, π].

Los coeficientes del desarrollo son


1Rπ
a0 = fp (x)dx
π −π
1Rπ
ak = fp (x) cos(kx)dx
π −π
1Rπ
bk = fi (x) sen(kx)dx
π −π
con k ∈ N. Teniendo en cuenta que fp (x), fp (x) cos(kx), fi (x) sen(kx) son funciones pares para
cada k ∈ N:
2Rπ
a0 = f (x)dx
π 0

100

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4.8. TEOREMAS DE CONVERGENCIA

2Rπ
ak = f (x) cos(kx)dx
π 0
2Rπ
bk = f (x) sen(kx)dx
π 0
Si en los desarrollos anteriores consideramos x ∈ [0, π], entonces
f (x) = ∞
P
k=1 bk sen(kx) c.t.p. x ∈ [0, π].

f (x) = a20 + ∞
P
k=1 (ak cos(kx) + bk sen(kx)) c.t.p. x ∈ [0, π].

y estos son los desarrollos en senos y cosenos respectivos de f en [0, π].

4.8. Teoremas de convergencia


Hasta ahora hemos visto que una función f ∈ L2 ([−π, π]) admite un desarrollo en serie de
Fourier de la forma ∞
a0 X
f (x) = + (ak cos(kx) + bk sen(kx))
2 k=1
y la igualdad se cumple c.t.p. x ∈ [−π, π]. Se pueden establecer hipótesis para que la igualdad
se dé en todo punto, es decir, ∀ x ∈ [−π, π].

Teorema 4.55 (de convergencia puntual de Series de Fourier). Si f ∈ L2 ([−π, π]) es


de clase C 1 a trozos en [−π, π], entonces

a0 X f (x+ ) + f (x− )
+ (ak cos(kx) + bk sen(kx)) =
2 k=1 2

para todo x ∈ [−π, π], donde a0 , ak y bk son los coeficientes de Fourier de f y


f (x− ) = lı́m− f (t) (f (π − ) = f (−π))
t→x

f (x+ ) = lı́m+ f (t) (f (π + ) = f (π))


t→x

Corolario 4.56. Si f ∈ L2 ([−π, π]) ∩ C([−π, π]) y f (−π) = f (π), entonces



a0 X
f (x) = + (ak cos(kx) + bk sen(kx))
2 k=1

en todo punto x ∈ [−π, π], siendo a0 , ak y bk los coeficientes de Fourier en [−π, π].

 P P 
4.9. Series de Fourier en L2 −2, 2

Como ya avisamos, elegíamos el intervalo [−π, π] por comodidad en los cálculos pero toda la
teoría vista se puede generalizar mediante un sencillo cambio de variable a cualquier intervalo

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CAPÍTULO 4. ANÁLISIS DE FOURIER EN ESPACIOS DE HILBERT

simétrico de longitud P > 0 (trabajábamos con funciones de período T = 2π y ahora pasamos


a trabajar con funciones de período T = P ).
En efecto, sea f ∈ L2 − P2 , P2 , con P > 0. Definimos g(t) := f 2π P
  
t con t ∈ [−π, π].
Evidentemente, g ∈ L2 ([−π, π]), con lo que esta función admitirá un desarrollo de Fourier en
la base E. En consecuencia:
1 π
X Z
g(t) = ikt
ck e c.t.p. t ∈ [−π, π], siendo ck = g(t)e−ikt dt.
k∈Z
2π −π

P

Como g(t) = f 2π t ∀ t ∈ [−π, π], entonces

π  Z P2 Z P
 
1 1 2π 1 2
Z
P 2πiks 2πiks
ck = f t e−ikt dt =  · f (s)e− P ds = f (s)e− P ds
2π −π 2π 2π P − P2 P − P2

P
t, que transforma [−π, π] en − P2 , P2 . De
 
El cambio de variable de t a s viene de que s = 2π
P
este modo, si hacemos el cambio x = 2π t, tendremos
2πikx
X X
f (x) = g(t) = ck eikt = ck e P

k∈Z k∈Z

para casi todo x ∈ − P2 , P2 , siendo


 

P
1
Z
2 2πiks
ck = f (s)e− P ds
P − P2

para todo k ∈ Z.
− P2 , P2
 
De una forma similar, se prueba también que, si f ∈ L2 , entonces
∞     
a0 X 2πkx 2πkx
f (x) = + ak cos + bk sen
2 k=1 P P

siendo P
2
Z
2
a0 = f (s)ds ∀k ∈Z
π − P2
P  
2
Z
2 2πks
ak = f (s) cos ds ∀ k = 0, 1, 2, . . .
π − P2 P
P  
2
Z
2 2πks
bk = f (s) sen ds ∀ k = 0, 1, 2, . . .
π − P2 P
para todo k ∈ N.

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Capítulo 5

Transformada de Fourier

En el tema anterior estudiamos el desarrollo en serie de Fourier de funciones en L2 ([−π, π]),


muy útil en el sentido de que permite desarrollar funciones discontinuas en serie, algo que
desde luego no se podía hacer con el desarrollo de Taylor. Sin embargo, el desarrollo en serie
de Fourier “funciona bien” cuando la función es periódica. Si la función no fuera periódica,
deberíamos buscar un modo alternativo de aproximarnos a dicho desarrollo.

5.1. La Transformada de Fourier en L1(R)


Definición 5.1. Se define el espacio L1 (R) como
 Z +∞ 
1
L (R) = f : R → C : f integrable con f < +∞ (5.1)
−∞

Como ya hicimos en capítulos anteriores, podemos definir la transformada de Fourier de una


función, esta vez de manera más rigurosa.

Definición 5.2. Si f ∈ L1 (R), podemos definir su Transformada de Fourier como la fun-


ción
Z +∞
ˆ
F{f (x)}(s) = f (s) = f (x)e−2πisx dx (5.2)
−∞

para todo s ∈ R.

En la anterior definición que dimos de la transformada de Fourier dijimos que la integral estaba
bien definida bajo ciertas condiciones. Pues bien, veamos que el hecho de que f ∈ L1 (R) hace
que la integral que define fˆ(s) sea finita para todo s ∈ R. Efectivamente
Z +∞
Z +∞ Z +∞ L1
−2πisx (∗)
|f (x)||e−2πisx | dx =
z}|{

f (x)e dx ≤ f (x) dx < +∞
−∞ −∞ −∞

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CAPÍTULO 5. TRANSFORMADA DE FOURIER

y en (∗) hemos usado que el módulo de la exponencial compleja sin parte real es 1.

Veremos ahora una demostración informal del llamado Teorema de Inversión, que nos ayuda a
obtener la transformada de la transformada de Fourier de una función. Esto, a su vez, motivará
la definición de la transformada de Fourier.

Teorema 5.3 (de Inversión). Sea f ∈ L1 (R) ∩ C(R). Entonces


Z +∞
f (x) = fˆ(s) · e2πisx ds (5.3)
−∞

− P2 , P2
 
Demostración. Si P > 0, entonces f ∈ L2 . Por lo tanto, f admitirá un desarrollo en
P P

serie de Fourier en − 2 , 2 :
" #
X 2πikx
X 1 Z P2 2πikt 2πikx
f (x) = ck e P = f (t)e− P dt e P
k∈Z k∈Z
P − P2

Tomando P suficientemente grande, tenemos


P
Z
2
Z +∞
− 2πikt 2πikt
f (t)e P dt ∼ f (t)e− P dt
− P2 −∞

con lo que
" # " #
X 1 Z P2 2πikt 2πikx
X 1 Z +∞ 2πikt 2πikx
f (t)e− P dt e P ∼ f (t)e− P dt e P
k∈Z
P − P2 k∈Z
P −∞

1 k
Llamando ∆s = P
y Sk = P
, se tiene
X Z +∞  X
f (x) ∼ f (t)e −2πiSk t
e2πiSk x ∆s = fˆ(Sk )e2πiSk x ∆s
k∈Z −∞ k∈Z

En este punto, hemos llegado a una suma de Riemann de la función fˆ(s)e2πisx en R para la
partición {Sk : k ∈ Z}, que divide R en intervalos de longitud ∆s. Si ∆s → 0 (P → +∞), la
suma de Riemann aproxima la integral y se tiene
Z +∞
f (x) ∼ fˆ(s)e2πisx ds
−∞

ˆ
Con esto probamos, además, que fˆ = f (−x) (Fórmula de Inversión).

Definamos es (t) = e−2πist para cada s, t ∈ R. Entonces, si f ∈ L1 (R), se tiene:


Z +∞
ˆ
f (s) = f (t)e−2πist dt = hf, es i
−∞

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5.1. LA TRANSFORMADA DE FOURIER EN L1 (R)

con h·, ·i definido en L1 (R) mediante


Z +∞
hf, gi = f (t)g(t)dt
−∞

siempre que la integral exista. Así:


Z +∞ Z +∞
f (x) = fˆ(s)e2πisx ds = hs, es ies (x)ds
−∞ −∞

Se puede observar así que toda función f ∈ L1 (R) se puede expresar como una “suma continua”
de funciones exponenciales es , imitando lo que ocurre en el caso discreto con el desarrollo en
serie de Fourier X
f (x) = hf, ek iek
k∈Z

Veamos algunos ejemplos de cálculo de transformadas de Fourier a partir de la definición.

Ejemplo 5.4. Calcular la Transformada de Fourier de f (x) = e−2π|x| .


R +∞
Solución. Se comprueba que −∞ |f | < +∞. Una vez hecho,
Z +∞ Z +∞ Z 0
ˆ
f (s) = e−2π|t| −2πist
e dt = e −2π(1+is)t
dt + e−2π(−1+is)t dt =
−∞ 0 −∞
" #+∞ " #0
1 1 1
= − e−2π(1+is)t + − e−2π(−1+is)t =
2π(1 + is) 2π(−1 + is) π(s2 + 1)
0 −∞

Ejemplo 5.5. Calcular la Transformada de Fourier de la función χ[−b,b] (x), que vale 1 en
[−b, b] y 0 en el resto de la recta real.
Solución. La transformada de Fourier es
" #b
e−2πist
Z +∞ Z b
ˆ
f (s) = χ[−b,b] (t)e −2πist
dt = e−2πist dt = − =
−∞ −b 2πis
−b

e−2πisb e2πisb 1 1
=− + =− [cos(−2πbs) + i sen(−2πbs)] + [cos(2πbs) + i sen(2πbs)] =
2πis 2πis 2πis 2πis
sen(2πbs)
= 2b = 2b sin c(2πbs)
2πbs
sen x
siendo sin c(x) = si x 6= 0 y sin c(0) = 1. Estamos suponiendo que s 6= 0. Si s = 0, desde
x
luego fˆ(0) = 2b. Poniéndolo todo junto, se tiene

 sen(2πbs)
fˆ(s) = 2b si s 6= 0
2πbs
 2b si s = 0

por lo que fˆ(s) = sin c(2πbs).

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CAPÍTULO 5. TRANSFORMADA DE FOURIER

5.2. Fórmulas para el cálculo de Transformadas


En general, no se suele utilizar la definición para calcular Transformadas de Fourier debido
principalmente a la complejidad de los cálculos. Por la dificultad de los problemas de integración,
se recomienda el uso de fórmulas como las que veremos a continuación.

Nota 5.6. Utilizaremos en estas fórmulas la notación F{f (x)}(s) y no la notación fˆ(s), aunque
ambas son válidas.

Teorema 5.7 (Fórmulas para calcular Transformadas de Fourier en L1 (R)). Si las


funciones f, g ∈ L1 (R), entonces se tiene
1. Transformada de la modulación.

F{e2πiax f (x)}(s) = fˆ(s − a) (5.4)

2. Transformada de una traslación.

F{f (x − a)}(s) = e−2πias fˆ(s) (5.5)

3. Transformada de una homotecia.


!
1 s
F{f (bx)}(s) = fˆ (5.6)
|b| b

En particular, si b = −1,

F{f (−x)}(s) = fˆ (−s) (5.7)

4. Transformada de la función conjugado.

F{f (x)}(s) = fˆ(−s) (5.8)

5. Si f es derivable y f 0 ∈ L1 (R), entonces

F{f 0 (x)}(s) = 2πisfˆ(s) (5.9)

6. Si xf (x) ∈ L1 (R), entonces


1 ˆ0
F{xf (x)}(s) = − (f ) (s) (5.10)
2πi

7. Si f, f 0 ∈ L1 (R) pero f tiene discontinuidades de salto finito en x1 , . . . , xN , entonces


N
X
F{f (x)}(s) = 2πisfˆ(s) −
0
Jf (xk )e2πisxk (5.11)
k=1


donde Jf (xk ) = f (x+
k ) − f (xk ) es el salto de la función f en xk , con k = 1, 2, . . . , n.

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