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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN

FRENTE AL MURO”

INVESTIGACIÓN:

LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO


CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN FRENTE AL MURO.

Documento Metodológico
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Índice.

INTRODUCCIÓN I

1.- JUSTIFICACIÓN DE LA IMPORTANCIA DEL TEMA DE INVESTIGACIÓN. X

2. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN. XV

3. PLANTEAMIENTO Y DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA. XVII

4. PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN. XXI

5. MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL DE REFERENCIA. XXII

6. FORMULACIÓN DE HIPÓTESIS. LV

7.- PRUEBA EMPÍRICAS O CUALITATIVAS DE LAS HIPÓTESIS. LVII

CONCLUSIONES Y NUEVA AGENDA DE INVESTIGACIÓN. XC

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA. CIII


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FRENTE AL MURO”

INTRODUCCIÓN

A través de su historia la política exterior de México ha gozado de un amplio prestigio


internacional al enarbolar una serie de principios que otorgan sentido y propósito a
la actuación externa de México y son universalmente aceptados para la convivencia
pacífica de los países.

Consagrados en la fracción X del artículo 89 de la Constitución Mexicana, los siete


principios de la política exterior de nuestro país son: la autodeterminación de los
pueblos; la no-intervención; la solución pacífica de controversias; la proscripción de
la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad
jurídica de los Estados; la cooperación internacional para el desarrollo; y la lucha
por la paz y la seguridad internacionales.

Dichos principios tienen su fundamento histórico en el azaroso camino que México


recorrió durante el siglo XIX tras lograr su independencia de España con las
continuas intervenciones de las grandes potencias a nuestro territorio y la pérdida
de Texas luego de la guerra con Estados Unidos y se concretaron tras la Revolución
de 1910 en las Doctrinas Carranza y Estrada.

A las primeras tres décadas de la vida independiente de nuestro país podemos


reconocerlo como un período de anarquía, caracterizado por la inestabilidad
reinante traducida en 45 administraciones presidenciales, definitivas o interinas; 3
constituciones, cerca de 100 pronunciamientos, motines y rebeliones, la pérdida de
territorio y un sinnúmero de problemas con el exterior, como lo fueron las diversas
intervenciones extranjeras y conflictos bélicos de importancia; periodo en el que en
realidad no podemos hablar de una Política Exterior del Estado Mexicano, sino de
Relaciones Internacionales de México, debido a que, ante la falta de un proyecto

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nacional consolidado y una facción hegemónica que lo llevase a cabo, no existe una
formulación de Política Exterior.

No obstante, se delinearon ciertos objetivos básicos como la búsqueda de los


reconocimientos del Estado mexicano y la obtención de préstamos internacionales.
De hecho, los primeros objetivos de las Relaciones Internacionales de México están
definidos por la necesidad de obtener el reconocimiento de Estado por parte de las
potencias de la época y un préstamo. Asimismo, se plantearía la defensa de la
soberanía del país, traducida en independencia e integridad territorial.

Es con el triunfo liberal de la Reforma que se sientan las bases del Estado Nación
mexicano, al terminar de lleno con los restos del sistema colonial y triunfar frente a
la facción conservadora. Vendría entonces el triunfo sobre la Intervención Francesa
y el Imperio de Maximiliano con el surgimiento de un proyecto nacional y de una
Política Exterior, cuyos principios serían formulados a partir de la experiencia
histórica del país. Surge entonces la Doctrina Juárez sobre la no-intervención y el
respeto a la soberanía de los Estados.

Sería con el régimen de Díaz, sustentado en la ideología positivista con el lema


"orden, paz y progreso", que se consolida el Estado Nación en México. En este
sentido, encontramos una concepción acabada de Política Exterior, que, vía la
promoción a la inversión extranjera y la política de contrapesos, correspondió al
proyecto de desarrollo porfirista.

Finalmente, las dos grandes doctrinas que han regido la actuación internacional de
nuestro país durante el siglo XX (Doctrina Carranza y Doctrina Estrada) surgen tras
la lucha revolucionaria de 1910, nuevamente resultado de la amenaza
intervencionista de Estados Unidos hacia nuestro país.

En este contexto, se desarrolla la relación bilateral entre México y Estados Unidos,


la cual ha sido difícil durante los siglos XIX y XX, ya que existen innumerables

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registros que documentan el resultado de la relación de poder que se da entre la


nación más fuerte contra la más débil. Las expresiones traumáticas de su destino
manifiesto, hicieron que nuestro país perdiera gran parte de su territorio y padecer
el acoso constante de una política exterior avasalladora.

Desde el siglo XIX, han existido los conflictos por el constante interés de Estados
Unidos para ser él quien vigila el curso de la democracia en nuestro continente y en
especial con gran atención en nuestro país.

El sentido de pertenencia de parte de la Unión Americana del territorio continental


siempre ha sido una constante, por eso se llaman americanos en alusión al
continente, su ansiedad de exportar su forma de ser, ha friccionado la complejidad
cultural de los países latinoamericanos.

La constante de su relación con México se ha caracterizado por la imposición,


intromisión e insolencia respecto a la nación mexicana, desde su naciente vida
independiente, hasta la Expropiación Petrolera de 1938, dio paso a la llamada
“relación especial” al fin de la Segunda Guerra Mundial.

Durante todo ese periodo, intentaron y en algunos casos lograron, modificar la vida
política de México, que, como país menos desarrollado, tuvo que hacer un trabajo
mayúsculo para aminorar las presiones de su vecino del Norte, quien consideraba
a nuestras estructuras sociales, políticas y económicas, inmaduras para elegir
adecuadamente su horizonte ideológico, aunado a las constantes sucesiones en la
silla presidencial.

Los recursos naturales de México fueron el principal interés de Estados Unidos,


forzando las diferentes etapas de cooperación que después se han convertido en
conflicto o viceversa.

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Los momentos más difíciles de México ante los Estados Unidos, fueron
protagonizados por diplomáticos mexicanos de gran habilidad y sensibilidad política
como: Matías Romero, Isidro Fabela, Genaro Estrada, entre otros, quienes pusieron
al servicio de la Nación, sus mejores propósitos por buscar una relación digna y
respetuosa.

Para los Estados Unidos, México se convierte en punto de interés sólo cuando
considera que su seguridad territorial es amenazada. Sabedores del origen
nacionalista de la política exterior mexicana, plasmado en el espíritu de la
Constitución de 1917, se han acercado amistosamente sólo en momentos
coyunturales, como la Segunda Guerra Mundial, donde su participación como
proveedor de insumos era importante para sus intereses estratégicos.

La “relación especial” terminó como empezó, con medidas unilaterales del interés
de Washington, siendo el primer aviso la conclusión del Acuerdo Bracero en 1964 y
posteriormente con la puesta en marcha de la “Operación Interception” de 1969.

Al tiempo y ante los importantes descubrimientos petroleros en el Sureste del país,


hicieron que la Casa Blanca y los congresistas, vieran a México como una fuente
de oportunidades y buscan mejorar el nivel de amistad entre ambos pueblos. En
paralelo, la cooperación se daba también en diversos temas de creciente
importancia como el narcotráfico, con la “Operación Cóndor” financiada y asesorada
por los Estados Unidos, dando por cierto buenos resultados.

El 5 de marzo de 1985 tuvo lugar en Guadalajara, el asesinato de Enrique


Camarena Salazar un agente de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA
por sus siglas en inglés), acontecimiento que tuvo un fuerte impacto en la relación
bilateral, motivando la segunda “Operación Interception”.

Desde entonces, la presión de Estados Unidos ha crecido para erradicar la


producción y tránsito de enervantes que se realiza en México. Sin embargo, sólo

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hasta el encuentro de los presidentes electos Carlos Salinas de Gortari y George


Herbert Walter Bush, el 22 de noviembre de 1988 en la ciudad de Houston Texas,
se dibujó una nueva atmósfera de cooperación conocida como el “Espíritu de
Houston”.

Sin duda alguna, Estados Unidos ocupa un papel primordial en el proceso de toma
de decisiones de la política exterior de México. Inclusive, muchas veces se confunde
la política exterior de México con su relación bilateral con Estados Unidos. Por ello,
en el proceso de formulación de la política exterior de México, Estados Unidos
recibe un trato especial. Es decir, el gobierno mexicano siempre asumirá una
posición diferente ante este país que con respecto a los otros miembros de la
comunidad internacional.

Las razones que explican la preeminencia de Estados Unidos en el proceso de toma


de decisiones de la política exterior de México son:

1) El pasado accidentado de la relación bilateral en donde Estados Unidos ha


invadido, presionando e interviniendo en México.
2) El carácter conflictivo de la relación, especialmente en los temas de
migración y narcotráfico.
3) La creciente interdependencia entre ambas economías expresada de
manera arquetípica a través del TLCAN.
4) El fin de la Guerra Fría y el contexto posterior a los atentados terroristas del
11 de septiembre de 2001 a Estados Unidos, en donde México ha
incrementado su posición estratégica en el marco de la política de seguridad
estadounidense.
5) El número de temas y actores involucrados en la relación bilateral, entre
otras.

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La influencia de Estados Unidos ha provocado que la política exterior mexicana se


centre en la relación bilateral con su vecino del norte, dejando a un lado otros temas.

De este modo, los resultados de la presente investigación se articulan en el presente


documento, del siguiente modo:

En el primer capítulo, hacemos un repaso de los principales conceptos que integran


el objeto de estudio que implica la política exterior, iniciando con la revisión de las
principales teorías de las relaciones internacionales, así como especificando los
conceptos de política internacional, soberanía nacional y el interés nacional,
particularmente relevante es comprender el concepto de seguridad nacional en el
ámbito nacional y sus diversas ramificaciones.

Lo anterior resulta de particular interés en el caso de las relaciones con los Estados
Unidos dado que en los últimos años el tema recurrente y de mayor interés por parte
de ese país, se centra sobre ese tema, ya sea con el de detener el tráfico de droga,
como la migración de personas de forma indocumentada.

Finalizamos este capítulo con una breve revisión de los principios y elementos que
integran el tema del comercio bilateral y las políticas implementadas para facilitarlo
en ambos lados de la frontera, así como algunos temas que definen el carácter
interdependiente de la relación.

Para el capítulo 2, hacemos un breve repaso de los que a nuestro juicio constituyen
los hechos y procesos históricos más destacados de la relación bilateral,
comenzando desde el siglo XIX donde para ambos países comienza el despegue
como naciones en ciernes.

Particularmente interesante es la forma en que se constituye la relación con los


Estados Unidos a partir de la consolidación del estado mexicano que surgió de la
Guerra de Reforma y su consolidación institucional con el régimen de Porfirio Díaz.

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El análisis nos llevara del carácter íntimamente colaboracionista en los hechos, pero
independiente en el discurso de los gobiernos surgidos de la revolución mexicana.
Hasta la época de la firma del TLCAN en el cual se reconoce la inserción productiva
de la economía mexicana al resto de Norteamérica, particularmente a los EEUU.
Asicomo el surgimiento del tema de la seguridad nacional afectada por el trasiego
de drogas a través de la frontera entre ambas naciones.

En el tercer capítulo, examinaremos las primeras consecuencias de la relación


asimetría del comercio entre México y los EEUU, cual pasa por reconocer los
negativos efectos del tráfico de drogas y de personas a través de la frontera con
México; particularmente relevante a partir de los ataques terroristas del 11 de
septiembre. En este sentido, se debe reconocer el crecimiento en la dependencia
de la planta productiva nacional con respecto a la demanda de productos de los
Estados Unidos, convirtiéndose en el importador del más del 80% de la producción
nacional que se comercia en el extranjero. Sin embargo, y pese a la existencia del
TLCAN, los Estados Unidos no ha dejado de implementar a discreción medidas
proteccionistas. Finalmente se presentan las conclusiones, misma que incluyen
propuestas de líneas de investigación para profundizar en los aspectos señalados
anteriormente.

El diseño de la investigación es de naturaleza cualitativa, no experimental,


descriptiva y observacional, es decir, se han identificado y descrito los principales
elementos y características que definen el origen y devenir histórico de la situación
de la política de las relaciones exteriores con los estados Unidos, para lo cual, se
requirió la consulta y revisión de fuentes y bases de datos del pasado; en particular
se utilizó los elementos que ofrecen las fuentes bibliográficas y hemerográficas
disponibles, proponiendo una visión crítica sobre el material seleccionado para
evitar cualquier sesgo ideológico.

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Debe señalarse que las fuentes bibliográficas consultadas se encuentran


adecuadamente registradas en el apartado Bibliografía, pese a que en algunos
casos no se consideraron para la integración en el cuerpo de la investigación, sin
embargo, facilitaron elementos para contrastar, validar o refutar la información
obtenida en otras fuentes.

Asimismo, en cuanto al diseño de la investigación se encuentra el haber sido de


carácter retrospectivo y transversal, dado que se trabajó con información obtenida
con anterioridad al proyecto y con fines ajenos al trabajo de investigación, así como
el que se mide una sola vez las variables en un momento determinado.

De esta manera el tipo de estudio se caracteriza por ser de tipo exploratorio, el cual
permite “preparar el terreno” para investigaciones posteriores de mayor profundidad
y con objetivos más precisos, conforme a la definición que indique Movimiento
Ciudadano como línea de profundización y donde requiera análisis más puntuales,
con el fin de ofrecer a simpatizantes, militantes y ciudadanía en general, elementos
de juicio para definir su postura política – ideológica sobre este tema.

En este sentido, el diseño de la investigación busco ante todo allegarse de una


visión integral de las variables, actores y circunstancia que rodean al problema de
las relaciones complejas y diversas con el gobierno de los estados unidos y que dan
cauce para la definición de una política de estado, distinguiendo su problemática y
las áreas de oportunidad para insertarse como elemento de desarrollo y justicia
social.

En esta parte, se realizó una revisión exhaustiva de la bibliografía y fuentes


disponibles con el fin de discernir el material que atendiera de mejor manera el
objetivo y propósito encomendado para la investigación, en este sentido, fue
necesario prescindir de algunas de ellas en razón de la dificultad manifiesta de
acceder al material y también debido a que la profundidad y contenido del material

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difería sustancialmente del perfil definido para la investigación. No obstante, se


integró una base de datos bibliográficos que pudiera ser útil para futuras
investigaciones, conforme la línea de investigación definida con Movimiento
Ciudadano.

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1.- JUSTIFICACIÓN DE LA IMPORTANCIA DEL TEMA DE INVESTIGACIÓN.

El elemento continuo de la política exterior de México hacia Norteamérica, en


particular los Estados Unidos a partir de la década de los setenta es el interés de
México de establecer un esquema dónde se trata de equilibrar esta relación que
para el gobierno americano no puede ser otra de vasallaje y sometimiento a las
políticas por ellos establecidas, y del lado mexicano parece que esta se basa en
preservar la estabilidad de la zona fronteriza, en materia de seguridad: narcotráfico
e inmigración indocumentada; lejos se han encontrado la necesidad de un desarrollo
vía mecanismos de cooperación, a fin de paliar aunque sea parcialmente la
inseguridad y retraso de dicha zona.

Desde la crisis de principios de los ochenta, México aprendió una amarga lección
de la integración en condiciones desiguales y que los problemas de sus países
vecinos deben ser considerados como un asunto propio, sin duda de seguridad
nacional. A partir de entonces, se empezaron a buscar mecanismos que permitiesen
consolidar la cooperación en la región como el medio para solucionar y prevenir los
problemas comunes. Es por ello que México prestó más atención y creó las
instituciones necesarias para que la cooperación fuera provechosa.

A partir de la década de los noventa, resultado de las condiciones del sistema


internacional, de la política interna de México (con la reestructuración económica en
el marco del modelo neoliberal) la política exterior de México transitó de una política
basada fundamentalmente en instrumentos político-diplomáticos y de cooperación
para promover la paz a una basada en las relaciones económicas orientadas
fundamentalmente a la promoción de la liberalización comercial y a la cooperación
para el desarrollo. Lo anterior bajo la amenaza que el permitir una escalada mayor

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en la relación esta pudiera significar una mayor intervención de los Estados Unidos
en la vida interna del país.

En consecuencia, las condiciones no han dejado de empeorar, las relaciones de


México con Norteamérica no deben responder solo a una lógica de ampliar las
relaciones comerciales entre los integrantes, sino a la creación de condiciones
necesarias, vía la cooperación, para el desarrollo integral de la región y para
convertirla en zona atractiva de recepción de nuevas inversiones extranjeras.

México ha tenido como circunstancia favorable la situación geográfica, en donde se


encuentra estratégicamente, haciendo una analogía diríamos que se encuentra con
un pie en américa del norte y otro en Centroamérica, esta situación no sea ha
tomado en cuenta con el interés que reviste, pese a que siempre ha estado en la
agenda de los gobierno federales; la última expresión sin duda, en que se configuro
como uno de los proyectos más ambiciosos fue al inicio de la administración de
Vicente Fox, con el Plan Puebla Panamá (PPP), proyecto de cooperación e
integración que incluyó a nueve entidades federativas de México (Puebla, Guerrero,
Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Tabasco, Yucatán, Campeche y Chiapas), y a los siete
países de Centroamérica (Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua,
Costa Rica y Panamá) y cuya finalidad era proponer un esquema de multilateralidad
dar respuesta al rezago endémico en esa región que tiene una estructura productiva
muy elemental, problemas sociales extremos y, paradójicamente, una riqueza en
recursos naturales de gran relevancia.

Objetivos que, dicho sea de paso, prevalecen como metas pendientes,


fundamentalmente en las comunidades contiguas a la frontera, sufren un grave
rezago social y económico, así como la escasez de infraestructura. Estas
comunidades comparten problemas serios y complejos de magnitudes alarmantes,
escasez en los servicios de salud, limitado acceso a la educación, desempleo,
población dispersa y con ingresos de subsistencia por debajo de los requerimientos

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mínimos. Es así que una parte considerable de la población de la región vive en


pobreza extrema y se encuentra encerrada en un círculo vicioso que tendrá que ser
atacado de fondo y no con soluciones paliativas como de costumbre.

La mayoría de la población no cuenta con servicios de salud, por lo que una


población enferma no aprende y no va a la escuela, lo que provoca fuertes niveles
de descalificación laboral, esto aunado a la escasa oferta laboral genera bajos
ingresos que no permiten salir de ese mencionado círculo vicioso de la pobreza.

Por otra parte, la región cuenta con un vasto catálogo de recursos estratégicos:
petróleo, gas natural, uranio y minerales no metálicos, mantos de agua subterránea
y ríos de alto potencial hidroeléctrico, bosques maderables y sobre todo
biodiversidad (de interés creciente para la pujante ingeniería genética dada la
progresiva biologización de la actividad productiva).

Aún cuando podría haberse supuesto que la firma del TLCAN implicaría una mayor
flexibilidad respecto a los flujos migratorios entre México y Estados Unidos la
realidad dio las pruebas de lo contrario, de esta manera, mientras el TLCAN entraba
en vigor en el mes de enero de 1994 en agosto del mismo año inició la Operación
Guardián, primer esquema de carácter formal de control físico de fronteras, a partir
de la concepción de que la migración indocumentada es un problema de seguridad.

De 1994 al año 2000 el comercio entre ambos países se incrementó en 159%, al


pasar de 106 mil millones de dólares en 1994 a 275 mil millones en el año 2000. Sin
embargo, en el mismo periodo se registraron altos números en las muertes de
indocumentados que trataron de cruzar la frontera norte de México hacia Estados
Unidos, las más de 2000 muertes registradas alarmaron a las autoridades
mexicanas, sobre todo, ya que para Estados Unidos estas muertes sólo fueron
responsabilidad de los llamados polleros, quienes han lucrados con el paso ilegal
de migrantes a diario. En este sentido, en el año de 1995 el número de intentos por

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cruzar la frontera oscilaba entre dos y tres, pero para el año de 1999, la cifra
aumentó de diez a doce. (Luis M. Herrera-Lasso, 2002).

Desde 1993 la Patrulla Fronteriza ha más que duplicado su tamaño y sus recursos
y los “operativos de control” buscan cubrir la mayoría de los puntos de cruce más
concurridos entre el Océano Pacífico y el Golfo de México. Vehículos utilitarios,
sensores electrónicos, visores nocturnos, luces potentes y “cercas infranqueables”
conforman un nuevo panorama en la frontera, con todos los adelantos de la
tecnología al servicio del control migratorio, lo que sugiere con claridad que el
énfasis se ha puesto en el segundo de los términos de la estrategia de facilitation
and control. La meta declarada es dificultar el cruce de la frontera lo suficiente como
para disuadir a los migrantes de intentarlo siquiera.

El número de detenciones en las áreas y sectores donde se concentran los recursos


permite interpretar que se ha obtenido éxito al perturbar las rutas tradicionales de
los migrantes mexicanos no autorizados. Sin embargo, no parecería que la mayor
dificultad para el ingreso haya logrado desalentar el flujo a Estados Unidos (General
Accounting Office, 1997; Suro, 1998).

En 1996, entra en vigor en ese país la Ley de Reforma de la Inmigración Ilegal y de


Responsabilidad del Inmigrante (IIRIRA), pieza principal de la estrategia legislativa
dirigida a crear condiciones más difíciles para la inmigración, en general, y para la
inmigración de indocumentados en particular. (Convergencia, 2002).

Realizar una investigación sobre la política exterior de México respecto a los


Estados Unidos responde a dos intereses fundamentales de Movimiento Ciudadano
por una parte, el conceptualizar brevemente la política exterior de México hacia la
región con el objetivo de evaluarla y generar propuestas de acción futura; y, por otra
analizar los esfuerzos de integración regional como estrategia de desarrollo de la
frontera mexicana, a la luz de un sistema internacional caracterizado por la

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globalización, pero de la pobreza y la explotación cada vez más presente en


nuestros países.

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2. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN.

Identificar y examinar los factores más significativos que caracterizan la política


exterior de México hacia los Estados Unidos, a fin de detectar los elementos
contradictorios y aquellos que dificultan la integración y desarrollo de la zona
fronteriza como un polo de desarrollo y bienestar para los habitantes de la zona
fronteriza y la población migrante.

Objetivos Específicos

 Identificar los elementos que componen la teoría sobre las relaciones


internacionales y la política exterior en México.
 Describir los principales conceptos que componen las teorías que explican el
fenómeno de la integración nacional: soberanía, interés nacional, seguridad,
interdependencia, entre otras.
 Distinguir y detallar la evolución histórica de la política exterior de México
hacia Norteamérica.
 Examinar la política exterior de México hacia la región durante los sexenios
identificados con el liberalismo económico.
 Establecer los elementos que definieron la posición de México en materia de
seguridad e interés nacional hacia frontera durante los años del TLC.
 Determinar la posición de México frente a los migrantes indocumentados
Centroamericanos y nacionales.
 Destacar el papel de México como defensor de los derechos fundamentales
de los migrantes en los Estados Unidos.

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 Identificar y describir las limitaciones y potencialidades de propiciar una zona


de desarrollo económico de la frontera México - EEUU.
 Examinar la génesis del problema del narcotráfico como un problema de
carácter bilateral.
 Identificar los principios y postulados de seguridad nacional de los EEUU y
su incidencia en el trato a los emigrantes indocumentados.
 Establecer los posibles impactos en el intercambio comercial entre los países
del TLCAN.

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3. PLANTEAMIENTO Y DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA.

Indudablemente, la relación con los Estados Unidos es la vinculación con el exterior


más relevante de nuestro país, y espacio único de convivencia y reforzamiento de
la cultura latinoamericana; sin embargo, a pesar de su cercanía geográfica y de los
lazos históricos que comparten México y el sur de los Estados Unidos, la política
exterior mexicana hacia esta región ha sido de muy baja intensidad, ya que se
históricamente se ha concentrado en los temas de interés del gobierno de los
Estados Unidos. Desde la última década del siglo pasado las relaciones bilaterales
de México y Estados Unidos han tenido en el TLCAN su expresión más importante
y relevante, principalmente porque este acuerdo contemplo como uno de sus
objetivos la integración, no solo económica, del bloque de países de América del
Norte.

Tal es así, que la visión de la política exterior de México frente a su vecino del norte,
es indicativa de la principal agenda del país, y por lo tanto es revisada con el mayor
cuidado, no obstante, la intensificación del intercambio social relativo a la existencia
de instrumentos de integración comercial y económica.

Desde sus orígenes el TLCAN llamó la atención de los académicos e investigadores


en la medida en que un proceso de integración entre socios tan dispares no tenía
precedente.

La negociación del TLCAN no estuvo libre de debate. De hecho, en Estados Unidos


sus opositores pronosticaban masivos flujos de capital hacia México para
aprovecharse de los salarios más bajos y de los menores estándares ambientales
en perjuicio para sus propios trabajadores. Por el contrario, para los defensores del
acuerdo en los tres países, tal perspectiva era positiva por los beneficios implícitos
para las empresas. Por ello, se comprometieron a liberalizar las condiciones para la

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inversión en el marco de garantías a los inversionistas por los compromisos de trato


nacional y no discriminatorio, y en la convicción de que el tratado aumentaría la
competitividad internacional de las empresas de los países signatarios. Se acordó
un trato justo y equitativo con plena seguridad y protección acorde a derecho
internacional.

En este contexto, el TLCAN para México fue postulado como un mecanismo para
establecer un proyecto económico de apertura de la economía que se venía
impulsando desde inicio de los años ochenta como respuesta a la crisis por la deuda
externa. El acuerdo evitaría revertir el nuevo modelo de apertura y de crecimiento
basado en la exportación. Generaría más confianza en el país, con lo cual se
atraería un mayor flujo de inversión extranjera y se crearían incentivos para el
regreso de capitales nacionales.

Naturalmente, se defendió la postura de que el TLCAN tendría un efecto positivo


sobre el empleo y los salarios; se aseguró que tenía el enorme potencial de
convertirse en un mecanismo para favorecer la creación de comercio e inversión en
la región y compensar el desequilibrio en cuenta comente que aqueja tanto a México
como a Canadá y a Estados Unidos. (Gustavo Vega Cánovas, 1991)

El objetivo de la política exterior mexicana fue la pacificación de la región, ya que el


conflicto amenazaba directamente la seguridad nacional del país. El Conflicto
Centroamericano dio las pautas para la consideración de la seguridad nacional en
términos de soberanía, integridad territorial y estabilidad interna. Los graves efectos
que la prolongación del conflicto pudiese tener en nuestro país iban desde la
desestabilización de la frontera sur dado el flujo de centroamericanos que huían de
sus países y las incursiones del ejército guatemalteco en el mismo, hasta una
intervención abierta por parte de Estados Unidos que "minara la soberanía misma
del país" (Alma Rosa Cruz, p. 273), así como una modificación sustancial del orden
interno del régimen priísta.

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Ante la crisis de 1982 la política exterior de México hacia Centroamérica dio un giro.
Si bien se continuó con la búsqueda de una solución negociada y pacífica, se pasó
de dar un apoyo directo a las revoluciones centroamericanas a la de mediador entre
los países en conflicto y el gobierno norteamericano.

Al inicio del sexenio de Salinas Centroamérica continuaba siendo una fuente de


preocupación para nuestro país, dada la inestabilidad imperante en la frontera sur.
El impulso a la promoción de los acuerdos de pacificación, las iniciativas de
cooperación con el área, la posterior convocatoria a la Cumbre de Tuxtla y de los
acuerdos de paz de El Salvador tendrían una doble vertiente: al tiempo que se
pretendía garantizar la seguridad territorial del país y la viabilidad del esquema de
desarrollo económico, se envió un mensaje claro a los grupos de izquierda al interior
del país, contrarios a la firma del TLCAN: las crecientes relaciones con Estados
Unidos no comprometerían la independencia diplomática de México.

En este sentido, Rozental señalaba que "la promoción el desarrollo económico y


social de Centroamérica contribuye directamente a fortalecer la seguridad
mexicana. Sin esta garantía de paz y estabilidad, el desarrollo de México podría
verse comprometido." (Andrés Rozental, 1995. p. 19)

Es así como en 1988, el gobierno salinista puso en marcha el Programa Integral de


Cooperación con Centroamérica, creando dos años más tarde la Comisión
Mexicana para la Cooperación con Centroamérica, como la instancia coordinadora
de los acuerdos, programas y proyectos de cooperación con el área. A partir de
dicha administración, la promoción de la cooperación económica con la región
continuó bajo la misma lógica: dar impulso a la liberalización comercial como
objetivo fundamental y paralelamente llevar adelante programas de cooperación
con la región en cuestiones de educación y cultura.

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Finalmente, al inicio del gobierno de Vicente Fox se lanzó un ambicioso proyecto de


integración y desarrollo regional como promotor y motor del desarrollo económico
de la región.

De esta manera, la región integrarse en el proceso de globalización, a través de la


intensificación de los procesos de integración, la implantación de políticas públicas
coordinadas y de proyectos de inversión pública y privada en la infraestructura
regional, en el fomento a la inversión productiva, aprovechando las ventajas
comparativas de la región, los recursos naturales y la abundante mano de obra, todo
lo cual le dará competitividad a la región en el marco de la economía internacional
globalizada.

Dentro del Plan se incluyeron las ocho iniciativas de cooperación cuya definición se
había venido trabajando con la Comisión Económica para América Latina (CEPAL)
y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

XX
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

4. PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN.

 ¿Históricamente cómo se ha manifestado el interés del gobierno de México


en la región fronteriza con Norteamérica?
 ¿Cuáles elementos fueron considerados prioritarios para el diseño de la
política exterior de México hacia Norteamérica durante los recientes
gobiernos de corte neoliberal?
 ¿Existe evidencia sobre el impacto obtenido a partir de la intervención del
gobierno mexicano contra el narcotráfico?
 ¿Cuál fue la respuesta del gobierno de México frente al flujo de migrantes
centroamericanos?
 ¿Qué papel desempeña el gobierno mexicano en el control y combate al
narcotráfico?
 ¿Cuál ha sido la cooperación que los gobiernos mexicanos y de los EEUU
han establecido en relación a la implementación de los controles migratorios?
 ¿Cuál ha sido la estrategia de la política de integración que ha propuesto
México hacia los Estados Unidos en los últimos gobiernos federales?
 ¿Existen propuestas de integración de las comunidades fronterizas del lado
de los Estados Unidos?
 ¿Cuál es la novedad de las acciones pro-muro y de negociación del TLCAN
desplegada por el gobierno de los EEUU?

XXI
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

5. MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL DE REFERENCIA.

CAPÍTULO 1 MARCO CONCEPTUAL DE POLÍTICA EXTERIOR.

1.1. LAS RELACIONES INTERNACIONALES.

Esta disciplina nos ayuda a entender las relaciones sociales que se producen dentro
de la estructura mundial, las cuales pueden ser entre Estados; y bajo determinados
supuestos entre individuos o grupos internacionales que pertenecen a los diferentes
miembros de la sociedad internacional. (Plano Jack, Olthen Ray 1985).

El Diccionario de política internacional define a las Relaciones Internacionales como


el conjunto de interacciones de los sujetos de la sociedad internacional; que
mediante un enfoque multi e interdisciplinario (político, económico, jurídico, social,
cultural y militar) estudia, analiza y evalúa los diversos aspectos de la política
internacional.

El desarrollo y aparición del derecho internacional, coincide con la aparición del


Estado soberano, y es la primera disciplina que se ocupa de manera sustancial de
la sociedad internacional; posteriormente aparecen la diplomacia y la historia
diplomática .Pero es a partir de la Primera Guerra Mundial cuando se dan los
primeros esbozos de las Relaciones Internacionales, una ciencia que aspira a
aprehender los fenómenos internacionales; desde una perspectiva global y no
particular, como las materias antes citadas.

Es en este momento donde se empieza a gestar un nuevo orden mundial, basado


en relaciones interestatales más estrechas, en aspectos tan importantes como el
comercio y la política, surgiendo de esta manera un nuevo esquema internacional
de características y dinámicas diferentes.

XXII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

En la actualidad podemos ver con mayor claridad el surgimiento de una sociedad


mundial; producto de la globalización e interdependencia compleja, además del
derrumbe del modelo clásico de Estado-Nación, y en consecuencia, el
debilitamiento progresivo de la distinción entre lo interno y lo internacional y por
consiguiente la necesidad de buscar nuevas formas de organización política,
económica y social.

El objetivo de esta ciencia es reflejar con absoluta exactitud los cambios cada vez
más profundos y radicales que experimenta la realidad internacional e interpretarlos
adecuadamente como forma de ofrecer soluciones a los problemas del futuro.

Se acepta la denominación de Relaciones Internacionales ya que la expresión


abarca todo tipo de relaciones sociales que configuran y afectan de modo esencial
a la sociedad internacional. Eso nos permite englobar otras expresiones como
relaciones transnacionales, interestatales, intergubernamentales, interculturales,
etc., que pueden servir para individualizar un tipo concreto de relaciones
internacionales. (Del Arenal Celestino, 1990).

Hay autores que consideran que nuestra disciplina es una rama de la ciencia
política, y se encargaría de los procesos y fenómenos de poder de los Estados en
sus relaciones reciprocas. Esta es una concepción restrictiva, ya que tiende
ineludiblemente a reducirlas a la política internacional, siendo que esta disciplina no
solamente se enfoca en ese campo de la convivencia interestatal, sino en aspectos
no necesariamente políticos, como lo son los comerciales, y los económicos entre
otros, sin considerar estos elementos se tendrían lagunas sustanciales para el buen
entendimiento del área internacional.

1.1.1. TEORÍAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES.

XXIII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Desde el siglo XVII hasta fecha relativamente reciente, un único paradigma se ha


mantenido dentro del campo de estudio de las relaciones internacionales: es la
concepción tradicional, el realismo. Los cambios experimentados a partir de la
década de los sesenta, a raíz del nuevo clima de distensión, además de la
insatisfacción de la capacidad del paradigma idealista para dar una adecuada
interpretación de la sociedad internacional, cada vez más compleja, da lugar a la
aparición de nuevas visiones; la dependencia (universalista) y el de
interdependencia compleja (internacionalista)

Sin embargo, ninguno de ellos puede aspirar hoy a ser exclusivamente el paradigma
de las relaciones internacionales, dado que cada modelo se basa en una dimensión
importante, pero no profundiza en otros factores sustanciales de la sociedad
internacional, por lo cual los distintos paradigmas serían, en realidad, más
complementarios que opuestos. Frente a las high politics, pilar del paradigma
tradicional, ya que se refiere a la actividad diplomático-estratégica, están las low
politics que hacen hincapié principalmente en las actividades económicas,
científico-técnicas y culturales, elementos principales de las visiones universalista e
internacionalista.

1.1.1.1. TEORÍA TRADICIONAL.

Este paradigma se centra en la guerra, el orden y la seguridad y sus principios son


los siguientes:

♦ Los actores fundamentales son los Estados y los estadistas, los


ciudadanos sólo cuentan como miembros de este.

♦ Entroniza al Estado como suprema unidad política y al dividir la


vida social en dos mundos contrapuestos, uno, el nivel interno,

XXIV
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

en el que se presupone que a través del pacto social reina el


orden, la Ley y la paz; y otro, el de la sociedad internacional, en
el que reina la anarquía, el estado de naturaleza y la ley del más
fuerte, determina una realidad internacional en la que el Estado
y el poder se transforman en el actor y el factor de referencia
para la política y la teoría.

♦ Las relaciones internacionales son y deben considerarse como


relaciones interestatales conflictivas, basadas en la lucha por el
poder, y al no existir un ente superior al Estado, estos han de
velar por su propia seguridad.

♦ La característica específica de las relaciones internacionales


está en la legitimidad del recurso a la fuerza armada por parte
de los Estados, y en la separación de las esferas de la política
interna y la política internacional. En ésta, las motivaciones
humanas no son importantes, los Estados operan
“racionalmente” en función del interés nacional y de la relación
de fuerzas. El poder se transforma, así, en el factor decisivo de
las relaciones internacionales; y el equilibrio del poder en la
dinámica y la política asegura un mínimo orden que tiene como
fin la supervivencia y perpetuación de los propios Estados.
(Barbé Esther. 2003).

Se afirma que este paradigma carece de utilidad en nuestros días, debido a la


pérdida de fuerza estatal y a los sustanciales cambios que han experimentado la
estructura, los actores, los factores, los intereses y la interpretación de la sociedad
internacional. Sin embargo, el Estado como ente superior ha retomado su
importancia en las relaciones internacionales, a través de la lucha por el poder, y la
protección de la seguridad nacional.

XXV
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

1.1.1.2. LA TEORÍA DE LA INTERDEPENDENCIA COMPLEJA

Esta visión se centra sobre el manejo de la interdependencia y la necesidad de dar


respuesta global a los problemas internacionales comunes, y sus principios son:

♦ El Estado ha perdido significación como entidad soberana, como


estructura capaz de garantizar el bienestar y la seguridad de sus
ciudadanos; por lo tanto, han aparecido nuevos actores tanto
intergubernamentales como no gubernamentales, a nivel
nacional e internacional, que tienden a limitar aún más el margen
de maniobra de los Estados, se ha perdido el carácter estado
céntrico.

♦ Dados los cambios que se han producido en el campo social,


económico y de las comunicaciones no se puede hablar ya
exclusivamente de una sociedad de Estados con relaciones
limitadas prácticamente al campo diplomático y militar, sino que
responden a un modelo basado más en factores culturales,
tecnológicos y económicos. Esto ha favorecido a la aparición de
una creciente interdependencia y cooperación, una
transformación en la sociedad mundial; fenómeno que ha dado
lugar al surgimiento de nuevos valores e intereses comunes al
conjunto de esa sociedad internacional.

♦ Ha desaparecido la tradicional distinción y separación entre la


esfera interna y la internacional. La interdependencia y la
necesidad de atender a las demandas de desarrollo económico
y social han obligado al Estado a abrirse cada vez más al

XXVI
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

exterior, acrecentando aún más esa interdependencia, y


restringiendo su margen de autonomía.

♦ La sociedad internacional ya no es esencialmente conflictiva,


sino también cooperativa. Al clásico problema de la guerra y la
paz se añaden problemas derivados de las relaciones
económicas y culturales; del desarrollo y del subdesarrollo; de la
desigualdad y de las privaciones socio-económicas; entre otras.

♦ Se produce un cambio en los valores imperantes; de aquellos


exclusivamente individualistas y nacionales del pasado se
transforma a la afirmación de valores comunes y universales.

Esto ocurre como consecuencia del carácter global de los problemas y de la


comunidad de intereses. (Barbé Esther, 2003).

1.1.1.3 TEORÍA DE LA DEPENDENCIA

Emerge como una respuesta a las teorías del desarrollo económico, que inspiran la
teoría y la política durante los años cincuenta y sesenta. Aunque su centro de
atención son las relaciones económicas internacionales, su interpretación de las
mismas se plantea principalmente en términos de dependencia, desigualdad y
dominación, está sustentada en los siguientes principios:

♦ Los actores son fundamentalmente, las empresas


transnacionales, las organizaciones no gubernamentales y los
movimientos de liberación nacional. Se afirma también el papel
decisivo del Estado en las relaciones de explotación y
dominación que caracterizan al sistema.

XXVII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

♦ La naturaleza de las relaciones internacionales es conflictiva y


se considera que la causa de ello está en los intereses y en la
naturaleza del propio sistema mundial, el cual constituye la
unidad principal de análisis, ya que todos los procesos y
relaciones se producen en su seno y vienen determinados por
una estructura internacional. Se afirma que no es posible un
cambio radical en las estructuras de un Estado sin que tenga
lugar un cambio en el sistema.

♦ La visualización del mundo como un único sistema económico


dominado por el capitalismo transnacional. El sistema mundial
se caracteriza principalmente por la desigualdad económica
entre el centro y la periferia, por la explotación y la dominación,
por lazos de dependencia entre el centro y la periferia.

♦ No existe distinción entre la esfera estatal y la internacional.

♦ No hay valores, intereses y objetivos comunes y globales en el


ámbito de todo el sistema global y de todos los actores, sólo
existe la afirmación de valores e intereses de naturaleza
particular; principalmente económicos (Barbé Esther, 2003).

1.1.2 EL PROCESO DE DESARROLLO DE LAS RELACIONES


INTERNACIONALES

La teoría internacional se inicia con las primeras interpretaciones de nuestro mundo,


desde los tiempos más remotos de la historia, problemas relativos a la convivencia
de los pueblos han sido objeto de la reflexión humana. La disciplina, aunque tiene

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

antecedentes a lo largo de la Edad Moderna europea, su camino como tal sólo se


inicia después de la Primera Guerra Mundial.

Hasta principios del siglo XX las Relaciones Internacionales se presentaban


fundamentalmente como una extensión de la Ciencia Política, sin que hubiera una
concientización plena sobre la importancia de estudiar e interpretar los problemas
mundiales no solamente desde una perspectiva estatal, sino también, desde la
visión de la sociedad internacional; esto a su vez ha originado un constante cambio
en las fases de los paradigmas; no debemos olvidar que el hecho de que se hable
de fases no significa que el paso de una a otra suponga la desaparición de las
orientaciones científicas características de la anterior, sino simplemente se
producen a nivel general cambios en la teoría dominante.

Desde la Primera Guerra Mundial el estudio de nuestra disciplina ha pasado por


cuatro etapas; la idealista y normativa, durante la década de los treinta; la segunda,
realista y empírico-normativa, abarca los años cincuenta; en cambio la behaviorista-
cuantitativa, caracteriza el decenio de los sesenta; mientras que la etapa
posbehaviorista, se consolida durante los siguientes diez años.

Mientras que en los siguientes años y hasta nuestros días, no existe un modelo
predominante, debido a que los problemas actuales se pueden abordar de forma
particular, o bien, mediante la fusión ideológica de diversas teorías. (Del Arenal
Celestino. 1990).

♦ Fase Idealista

La Primera Guerra Mundial había demostrado la fragilidad de la diplomacia europea


internacional como medio para asegurar el orden y la paz internacional. Las
enormes pérdidas humanas y materiales habían creado una opinión pública a nivel

XXIX
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

internacional que era partidaria de la erradicación de la guerra como instrumento de


la política de los Estados; y del establecimiento de un sistema global de seguridad
colectiva capaz de evitar futuras contiendas. La creación de la Sociedad de
Naciones contribuirá aún más a acentuar el optimismo de cara al futuro del sistema
internacional.

La teoría internacional dominante se orienta por los caminos del idealismo, de los
proyectos de organización internacional, de la puesta en marcha de mecanismos
tendientes a la solución pacífica de los conflictos y de planes de desarme.

♦ Fase Realista

Se trata de una reacción de los especialistas a las insuficiencias teóricas de los


idealistas, que las convulsiones internacionales de los años treinta y la propia
Segunda Guerra Mundial han puesto de manifiesto.

Para los realistas, las llamadas a la razón y a la opinión pública se han demostrado
incapaces para prevenir la guerra, por lo que se hace necesario volver a las ideas
de seguridad nacional y de fuerza militar como soporte de la diplomacia. Sólo a
través de un poder efectivo los Estados pueden asegurar la paz internacional y el
arreglo pacífico de las controversias.

La concepción realista, pretende comprender el mundo tal como es y no cambiarlo,


es la que proporciona a las Relaciones Internacionales los rasgos definitorios de su
carácter científico y autónomo, haciendo del poder la clave para entender y explicar
los fenómenos internacionales (Del Arenal Celestino. 1990).

♦ Fase Behaviorista

XXX
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

La perspectiva behaviorista o conductista se basa en la aplicación de métodos


cuantitativos-matemáticos, se justifica esto sobre la base de que, sin la acumulación
de conocimiento verificable, los medios para la consecución de los objetivos serían
tan inciertos que convertían la acción en un juego inútil.

♦ Fase Posbehaviorista

La fase Posbehaviorista o nueva revolución de la ciencia política se produce debido


a la insatisfacción que ocasionaba la enseñanza behaviorista, en cuanto a la
investigación política y la carencia de poder aplicarla a los conflictos internacionales.

1.1.3. LA IDEA DEL REALISMO POLÍTICO

Esta teoría sobre las Relaciones Internacionales tiene como clave de su concepción
al poder, y sus más reconocidos exponentes son: Maquiavelo, Hobbes y
Morgenthau. Considera que a causa de lo conflictivo y anárquico del sistema
internacional, la tendencia natural del Estado es la obtención, acumulación y
preservación del poder basado en el interés nacional; que se identifica con la
seguridad del mismo; por lo tanto, la política internacional se define en última
instancia como la lucha por el poder, esta puede ser un medio para un fin como un
fin mismo. (Del Arenal Celestino. 1990).

♦ El estado naturaleza de Hobbes

El estado de naturaleza se entiende como la necesidad o la obligación de perseguir


los intereses nacionales basándose en la creencia que los demás estados harán

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

igual, mediante la utilización de la fuerza si es necesario sin ninguna consideración


de los intereses de otros actores o de la comunidad internacional.

Hobbes dice que no hay morales efectivas en el estado de la naturaleza, ya que se


necesitaría un poder común para que cada individuo respete las leyes, y para
lograrlo sería necesario establecer acuerdos y un ambiente de cordialidad; sin
embargo, la cooperación es ineficaz en un entorno donde predominen los intereses
particulares.

Hobbes confirma que no es posible que dos naciones compartan intereses


comunes, ya que las coaliciones son peligrosas; pero si existieran su formación
sería corta, debido a la falta de complementación, que ocasionaría fricciones entre
las dos partes; las alianzas funcionan como mecanismos para establecer la balanza
del poder. (Hans-Joachin Leu. 1978).

♦ El Realismo político de Morgenthau

La formulación de su modelo responde a la realidad internacional de la Guerra Fría,


basándose en esto aporta los seis principios fundamentales que constituyen el
credo del realismo político y que son plataforma de su teoría internacional. (Merle
Marcel, 1997).

 La política es gobernada por leyes objetivas que tienen sus raíces


en la naturaleza humana.
 Los estadistas piensan y actúan dentro de los términos de un interés
definido que proporcione continuidad y unidad a las distintas
políticas exteriores de los diferentes Estados, con ello se establece
que el poder es siempre el fin inmediato.

XXXII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

El poder es el dominio del hombre sobre las mentes, y sobre las


acciones de otros hombres. Por poder político se entiende las
relaciones de dominio entre los Estados es una relación psicológica
entre aquellos que lo ejercen y aquel sobre los cuales es ejercido.

 La clase de interés determinante de las acciones políticas en un


período particular; depende del contexto político y cultural dentro del
cual se formula la política exterior. El interés nacional puede
identificarse con la supervivencia del Estado contra los ataques de
otros Estados, sólo una vez asegurada la misma, el Estado puede
perseguir intereses de menor rango.
 En su persecución del interés nacional, los Estados están sometidos
a una moralidad diferente a la de los individuos en sus relaciones
personales. No puede haber moralidad política sin prudencia, y ésta
ha de entenderse como la consideración de las consecuencias
políticas de una acción aparentemente moral. La ética política juzga
las acciones humanas de acuerdo con sus consecuencias dentro de
este ámbito.
 El realismo político se niega a identificar las aspiraciones morales
de una nación particular, con las leyes morales que gobiernan el
universo.
 Afirma la autonomía de la esfera política, ya que estas acciones
deben juzgarse por criterios de la misma índole.

Esa lucha constante y perpetua por el poder que caracteriza la política se puede
materializar a través de tres tipos de política internacional:

 Política de statu quo.

XXXIII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Se utiliza cuando se busca conservar el poder; es aquella acción que a través de la


política exterior de un Estado va a intentar frente a otros países mantener el poder
evitando el cambio. Es una buena política cuándo un país no tiene el poder real para
enfrentar a otro, y por eso busca mantener el equilibrio.

 Política imperialista:

Es indispensable cuando se anhela incrementar el poder; es aquella acción


orientada a adquirir el mayor poder posible por medio de un cambio de la
distribución de poder.

 Política de prestigio:

Es cuando se pretende demostrar el poder; por lo cual depende más de la imagen


plasmada en el ámbito internacional que del poder político. Es la política exterior de
un Estado que tiende a demostrar un cierto poder, que puede llegar a no existir en
la realidad. No es intrínseco, viene de afuera. (Merle Marcel, 1997).

El Realismo Político aplicado al narcotráfico

Esta teoría es la mejor vía para analizar el problema del narcotráfico, ya que tiene
una visión realista del fenómeno, y considera que la cooperación solamente se ha
alcanzado debido a una complementación fortuita de intereses, la preocupación por
la seguridad nacional, es decir, mientras los Estados Unidos se preocupa por bajar
la demanda dentro de su territorio, así como salvaguardar sus fronteras y atacar
una posible alianza entre el narcotráfico y el terrorismo; en cambio nuestro país se
enfoca principalmente en la erradicación de cultivos y la disminución de la violencia
causada por este fenómeno; por lo tanto los dos países han intensificado su lucha
contra el narcotráfico.

XXXIV
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

En el caso del narcotráfico, el enfoque realista está plasmado principalmente en el


aspecto conflictivo, y de choque de intereses originados por la falta de
complementación de objetivos en la relación política entre estas dos naciones.

El obstáculo básico para alcanzar niveles más exitosos de cooperación en las


relaciones mexicano-estadounidenses ha sido precisamente la asimetría de poder
entre los dos países, y el problema del tráfico de drogas ha demostrado
particularmente, como el poder y la vulnerabilidad siguen siendo determinantes en
la conducta de los Estados Unidos hacia el exterior.

Si las capacidades de poder son desequilibradas, la cooperación plasmada en


acuerdos o en el establecimiento de instituciones formales será difícil de alcanzar y
preservar, ya que se culpará al país con menor presencia de ser el culpable del
problema; y así deslindarse de cualquier responsabilidad, además se buscará
primordialmente satisfacer los intereses particulares, por lo tanto, se deberá buscar
un punto de fusión en cuanto a objetivos nacionales, para poder llegar a una relación
benéfica para ambos países.

1.2. EL REGIONALISMOS EN LA ESFERA INTERNACIONAL.

Tradicionalmente el concepto de región en el sistema capitalista fue definido a partir


de su connotación espacial cuyas limitaciones se circunscribían al ámbito de los
estados nacionales una derivación de la caracterización de las regiones es el
regionalismo. (María Cristina Rosas, 1996).

Actualmente cuando se habla de región y regionalismos se hace referencia a


invocar agrupaciones de estados-nacionales que por diversas razones se han
convertido en la implantación de mecanismos de cooperación e integración que les

XXXV
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

permitan, en última instancia, buscar la elevación de los niveles de vida de sus


pueblos. (María Cristina Rosas, 1996).

En consecuencia, cuando hablamos de regiones y regionalismos, nos referimos a


un grupo de Estados con contigüidad geográfica que han decidido incrementar sus
niveles de cooperación y su relación económica, generalmente mediante un
proceso de integración que inicia con la liberalización comercial. Asimismo, la región
puede ser considerada como un sistema social que involucra relaciones
translocales de naturaleza social, política, cultural y económica entre las
sociedades.

En el inacabado orden de la posguerra fría apreciamos un incremento de los niveles


de regionalización. El regionalismo se ha convertido en una alternativa conceptual,
tanto complementaria como alternativa, a la perspectiva global de los problemas de
desarrollo económico y social.

Desde la perspectiva de Rosas, los procesos de regionalización a nivel planetario


no constituyen un elemento nuevo en el sistema internacional, señalando como
antecedente al mercantilismo del siglo XVII. Para esta investigadora, son tres los
factores que explican el surgimiento de los regionalismos a finales de la década de
los ochenta y principios de los noventa:

1. El estancamiento de las negociaciones comerciales multilaterales,


especialmente porque ni el entonces Acuerdo General sobre
Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) ni la Conferencia de las
Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (UNCTAD) lograron
trascender el proteccionismo de los países más ricos y liberalizar el
comercio internacional, buscando mejores condiciones de
intercambio para los países en desarrollo.

XXXVI
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

2. El fin de la guerra fría que contribuyó a la disminución de las


presiones hegemónicas globales (entendiendo por ello la rivalidad
entre Estados Unidos y la Unión Soviética) y el nacimiento de
poderes regionales en el marco del surgimiento de poderes
económicos regionales, como Japón en Asia Pacífico y Alemania
en Europa.
3. El relativo declive de la hegemonía de Estados Unidos. (María
Cristina Rosas, 1996).

Actualmente diversos teóricos de las Relaciones Internacionales, reconocen que


estamos frente al tránsito los regímenes internacionales a los regionales y que la
construcción regional es la que prima en el marco de la globalización. (Ver: John
Baylis, pp. 257-258). Desde esta perspectiva, las fortalezas regionales se erigen
como el mejor escudo de defensa frente a los embates de la globalización en contra
del Estado Nación, por lo que la región y los regionalismos se perfilan a principio de
milenio como el vehículo, el catalizador y la gran opción para el desarrollo y la
supervivencia del Estado. (Alejandro Chanona, 2005).

1.2.1. EL PARADIGMA DE LA INTEGRACIÓN REGIONAL Y LOS FONDOS


ESTRUCTURALES

De una manera básica, la integración es definida como un término polisémico; sería


incorrecto limitarlo exclusivamente al ámbito de la economía. Integrar significa
componer, constituir o completar un todo o un conjunto con sus partes diversas. Se
trata de una acción constructiva cuya dificultad está directamente relacionada con
el número y la diversidad de las partes a integrar. (María Moliner, cit. por. José
Antonio Nieto Solís 2001).

XXXVII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Integración es un compuesto de acciones, reflejos y respuestas mutuas dentro de


una situación histórica dada. Estas reacciones ocurren simultáneamente, pero con
un pacto variable y con diferentes reflejos en tres distintos niveles; en el individuo,
en el Estado territorial y en el sistema regional. Integración es, por definición un
fenómeno sistemático y multifacético. (Michael O´Neill, 1996).

Para Karl Deutsch la integración es la consecución de un territorio de un sentido de


comunidad y de instituciones y prácticas suficientemente fuertes y extensas para
asegurar, por un largo período, expectativas de cambio pacífico entre la población
del mismo territorio. (Gülnur Aybet, 2001). Según este autor, por sentido de
comunidad entenderíamos la construcción de acuerdos para resolver los problemas
comunes, siendo la integración condición para lograrlo.

Para Ernst Hass, la integración es entendida como los procesos que culminarán en
una comunidad política, es decir, un proceso por el cual los agentes políticos en
diversos entornos nacionales diferentes están convencidos de cambiar su lealtad,
expectativas y actividades políticas hacia un nuevo centro, cuyas instituciones
poseen o exigen jurisdicción sobre los Estados nacionales preexistentes entonces
la integración describirá el proceso de aumento de la interacción y de la
interpretación de forma tal de oscurecer las fronteras entre el sistema de
organizaciones internacionales y el entorno suministrado por sus Estados-nación
miembros. (Ver: E.B. Hass, 1968.).

León N. Lindberg define a la integración como: a) los procesos por los cuales las
naciones anteponen el deseo y la capacidad para conducir políticas exteriores e
internas clave de forma independiente entre sí, buscando por el contrario tomar
decisiones conjuntas o delegar su proceso de toma de decisiones a nuevos órganos
centrales; b) el proceso por el cual los agentes políticos de diversos escenarios
están convencidos de cambiar sus expectativas y actividades políticas a un nuevo
centro. (Nicolás Mariscal, 2003).

XXXVIII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Para Finn Laursen, una manera de ver la integración es verla como un proceso de
toma de decisiones conjuntas. Algunas tomas de decisiones conjuntas pueden ser
mediadas en varias dimensiones. En la literatura clásica de la integración europea
tres dimensiones son consideradas especialmente importantes: el alcance
funcional, la capacidad institucional, y el dominio geográfico. (Fin Laursen,
“Comparando los esquemas de integración regional. ¿Regímenes internacionales o
aspirantes a Estados?, en: Alejandro Chanona, 2005).

El balance funcional se refiere a los temas incluidos en los programas de


integración; la capacidad institucional es la capacidad de toma de decisiones en el
sentido completo, incluida la capacidad de implementar y aumentar las decisiones,
así como la capacidad para resolver problemas comunes.

Dentro de todas estas definiciones encontramos características comunes:

I. Lealtad hacia un nuevo centro;


II. Expectativas de recompensas; y
III. Comunicación entre los miembros.

Asimismo, encontramos un común denominador que en el principio de la integración


europea fue fundamental: la expectativa de que la integración traerá una
autoconciencia de abstenerse del uso de la fuerza. En el caso de América del Norte
la expectativa se centra en la idea de que la integración potenciará las
oportunidades de desarrollo económico.

La integración puede fundamentarse en grados de compromiso muy distintos y tiene


una evolución no lineal, en la medida en que se trata de un proceso histórico. Las
características de la evolución del proceso de integración dependen de los
compromisos, objetivos e instrumentos desplegados por los socios o
coprotagonistas del fenómeno integrador.

XXXIX
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Desde una visión clásica (Teoría Clásica de las Uniones Aduaneras) las etapas de
la teoría de la integración se encuentran más bien vinculadas al proceso económico,
mismas que finalmente derivarán en la unión política:

1. Zona de Libre comercio

Para la teoría tradicional de la integración económica, una Zona de Libre Comercio


es la primera etapa de un proceso de integración, que compromete a los países que
lo impulsan a eliminar los aranceles entre sí, manteniendo, sin embargo, su propio
arancel ante terceros.

2. Unión Aduanera

Una Unión Aduanera es una ampliación de los beneficios derivados de una zona de
libre comercio. Además de eliminarse los aranceles internos para los países
miembros de la Unión, en una unión aduanera se crea un arancel externo común
(AEC) para todos los países.

Entre los beneficios de la conformación de una Unión Aduanera se resumen en lo


que se conoce como “ganancia de horizonte” para la actuación de los diferentes
agentes privados o públicos, en el circuito económico de los países integrantes:

 La Unión Aduanera significa la existencia de un mayor tamaño


del mercado para el comercio y los proyectos de inversión.
 Un AEC, por su condición comunitaria, favorece la estabilidad de
mediano plazo.
 Se establece de manera directa una mayor disciplina en la
administración del arancel.

XL
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

 La reducción o eliminación de diferencias arancelarias entre los


países socios genera condiciones de competencia más
equitativas para el comercio entre ellos.
 Favorece la credibilidad económica y política de los países
miembros.
 Se facilita la aplicación de otras normas de índole que se
relacionan con la política arancelaria.

3. Mercado Común

El Mercado Común es la siguiente fase de la integración económica y se caracteriza


por la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas. Con su
conformación, se busca formar un solo mercado interior, que constituya un único
territorio económico, capaz de multiplicar las oportunidades comerciales, de
inversión y empleo, para empresarios y trabajadores andinos y de terceros países
y garantizar una mejor inserción en la economía mundial.

4. Unión Económica y Monetaria

Representa el grado último de la integración económica entre distintos países.


Además de los beneficios derivados de la Unión Aduanera y del Mercado Común,
se produce una integración económica plena por medio de la coordinación de
políticas macroeconómicas y la eliminación de las distintas monedas de los países
integrantes de la unión, creándose un único Banco Central para todos ellos.

De esta clasificación por etapas se desprende una clasificación general que abarca
dos sentidos; por un lado, la integración negativa, que sería la supresión parcial o

XLI
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

total de formas de discriminación entre países y que se relaciona más con los
aspectos económicos; y por el otro, la integración positiva, que se trata no sólo de
la eliminación de formas de discriminación en las relaciones entre países, sino
además la puesta en funcionamiento de instrumentos de actuación regional,
basados en la creación y aplicación de políticas y acciones comunes. (Alejandro
Chanona).

El establecimiento de fondos estructurales en un proceso de integración regional


traspasa los aspectos de la integración negativa, entendida únicamente como la
liberalización comercial, e incursiona en el marco de lo que se conoce como
integración positiva al poner en marcha instrumentos de carácter
intergubernamental para promover el desarrollo de los participantes en el proceso
de integración.

Se trata pues de la convergencia de la visión socialdemócrata de la economía con


la concepción de la integración en su sentido positivo. Conforme a la
socialdemocracia, el libre mercado es considerado necesario para lograr el
crecimiento y desarrollo económico de un Estado, sin embargo se reconoce su
incapacidad para crear por sí mismo las condiciones de desarrollo equitativo (tanto
al interior de los países como en un proceso de regionalismo), de allí la necesidad
de impulsarlo vía mecanismos y programas de desarrollo específicos (adecuados a
las necesidades de cada economía) llevados adelante ya por el país (en el caso de
las políticas de desarrollo y crecimiento económico) ya por las instituciones
supranacionales (en el caso de la UE).

El fundamento de la llamada “política de solidaridad” europea se desprende de esta


consideración socialdemócrata sobre la necesidad de que el Estado intervenga para
mitigar los desequilibrios que genera el libre mercado y la importancia que reviste
en un proceso de integración que todos sus participantes se beneficien con el mismo

XLII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

y accedan a niveles de desarrollo superiores. Al respecto, los documentos oficiales


de la UE señalan que:

El empleo; la formación; la competitividad de las empresas; la


inversión en las infraestructuras, en la sociedad de la información,
en la investigación, en la calidad del medio ambiente, son
competencia ante todo de las autoridades y de los agentes
económicos de cada Estado miembro y región. Sin embargo, no
solamente. En efecto, en el preámbulo del Tratado de la Unión
Europea se menciona la solidaridad europea. El Tratado precisa
que la Comunidad actúa para fortalecer su cohesión económica y
social y en particular para reducir la diferencia entre los niveles de
desarrollo de las diversas regiones. Por ello, los Estados miembros
participan en una política regional europea cofinanciada por fondos
europeos los Fondos Estructurales y el Fondo de Cohesión, que
concretan la solidaridad comunitaria. (Comisión Europea, 2004).

Por otra parte, resulta necesario reconocer las limitaciones que la teoría clásica de
la integración económica regional tiene para explicar la integración positiva en cuyo
marco se desarrollan los fondos estructurales.

Como reiteradamente hemos señalado, en el caso de la UE existe una larga


tradición teórica que se ha desarrollado a la par del proceso de integración, por ello
no existe un enfoque único capaz de explicar holísticamente la dinámica que se
presenció en la UE a partir de la segunda mitad de los años ochenta, en la medida
en que la UE tiene un carácter multidimensional adaptable a todos los enfoques
dada su síntesis histórica. (Alejandro Chanona, “El debate contemporáneo de las
teorías de la integración regional”, en: Alejandro Chanona y Roberto Domínguez
(coodrs.) 2000.) Los análisis de la integración regional en Europa han sido
dominados por dos enfoques: intergubernamentalismo y neofuncionalismo.

XLIII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

El intergubernalismo reclama que los Estados miembros son actores claves en


determinar cualquier resultado de la integración. Independientemente de los niveles
de institucionalización de la integración regional, esta perspectiva mantiene que sólo
se atribuyen a los Estados las decisiones cruciales. Por ello, las negociaciones
políticas entre los Estados determinan el carácter de la cooperación y los alcances
y límites de las instituciones de la UE. Bajo este enfoque los procesos por observar
son: las capacidades de los Estados, las negociaciones entre ellos y los resultados
de las negociaciones.

Para el neofuncionalismo o supranacionalismo, los actores claves son las élites


económicas y políticas y los grupos de interés (burocracias, partidos políticos,
sindicatos, etc.), así como las instituciones supranacionales de la UE, en las que
dichos actores participan. Su prioridad es observar los vínculos entre las élites que
toman las decisiones a través de las fronteras y que enfatizan la importancia de las
instituciones europeas comunitarias.

Como tal, los neofuncionalistas caen en el terreno de la tradición pluralista


enfocándose en las actividades de los grupos sociales más que en las
negociaciones entre los gobiernos. Los supranacionalistas conciben la integración
como un proceso gradual en el cual los Estados parte seden sus decisiones
soberanas a las instituciones que crean a lo largo del proceso de integración, por lo
que la decisión de las instituciones está por encima de la de los Estados.

El modelo de los fondos estructurales europeos es prácticamente supranacional.


Los fondos estructurales son considerados parte de la política regional de la UE, su
presupuesto y las normas de base de su utilización los decide el Consejo Europeo
(Formado por los distintos representantes de rasgo ministerial de los Estados
Miembros y con sede en Bruselas, el Consejo de Ministros de la UE es conocido
como el Consejo de la UE.

XLIV
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Conforme a lo establecido en el Tratado de Niza el Consejo tiene las siguientes


responsabilidades básicas:

1. aprobación de las leyes europeas [legislación en común con el


Parlamento]
2. coordinación de las políticas económicas generales de los
Estados miembros. (Consejo de Asuntos Económicos y
Financieros, ECOFIN),
3. conclusión de acuerdos internacionales de la UE;
4. probación del presupuesto [junto con el Parlamento];
5. desarrollo de la Política Exterior y de Seguridad Común PESC
[Segundo Pilar de la UE] y
6. coordinación de la cooperación entre tribunales nacionales y
policías en materia penal [Tercer Pilar de la UE]

Las cuatro primeras funciones son referentes a ámbitos comunitario o supranacional


[en los que se ha cedido soberanía por lo que la toma redecisiones la concentran
las instituciones de la Unión] mientras que los dos últimos son de carácter
intergubernamental.

La Presidencia del Consejo es rotatoria y tiene una duración de seis meses.

El procedimiento de votación más común en el Consejo es la toma de decisiones


por mayoría cualificada, sin embargo, en algunos ámbitos particularmente sensibles
tales como la PESC, la fiscalidad, el asilo o la inmigración, las decisiones del
Consejo tienen que ser unánimes. Hasta el 1 de mayo del 2004 el número mínimo
de votos requerido para alcanzar una mayoría cualificada era de 62 (de 87, es decir,
el 71,3%). Tras la adhesión de los 10 nuevos miembros a la UE, la mayoría
cualificada se alcanza: si una mayoría de Estados miembros lo aprueba (en algunos
casos basta una mayoría de dos tercios) y si se reúne un mínimo de 232 votos, lo

XLV
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

que supone el 72.3% del total. Además, un Estado miembro puede pedir
confirmación de que los votos a favor representan al menos el 62% de la población
total de la Unión.

El número de votos depende del tamaño de la población del país, número que se
ajusta en favor de los países menos poblados, a partir de una propuesta de la
Comisión Europea (La Comisión, designada cada cinco años, elabora las distintas
propuestas legislativas a discutir por el Parlamento y el Consejo de Ministros,
[derecho de iniciativa bajo el principio de subsidiariedad], asimismo gestiona y aplica
las políticas de la UE y el presupuesto; se encarga de velar por el cumplimiento de
los tratados de la UE y la representa en las relaciones económicas con otros países
o con organismos internacionales.

La Comisión es la única responsable de elaborar propuestas de nueva legislación


europea, que presenta al Parlamento y al Consejo. Comisión está en contacto
permanente con una amplia gama de grupos de interés y con dos organismos
consultivos, el Comité Económico y Social (compuesto por empresarios y
sindicatos) y el Comité de las Regiones (compuesto por representantes de
autoridades locales y regionales). También pide las opiniones de parlamentos y
gobiernos nacionales.

Hasta antes de la ampliación (1 de mayo de 2004) la Comisión estaba compuesta


por 20 Comisarios: dos de cada uno de los Estados miembros más grandes
(Alemania, España, Francia, Italia y el Reino Unido) y uno de cada país pequeño
(Bélgica, Dinamarca, Grecia, Irlanda, Luxemburgo, Países Bajos, Austria, Portugal,
Finlandia y Suecia), con un mandato de cinco años. A partir del 1 de noviembre de
2004 (fecha en que inició funciones la Comisión 2004-2009) el número de
Comisarios se redujo a 25, uno por país. El Tratado de Niza prevé que cuando
Bulgaria y Rumania se adhieran a la UE, el Consejo fijará por unanimidad el número
máximo de Comisarios que deberá ser menor a 27, por lo que su nacionalidad se

XLVI
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

decidirá con arreglo al sistema de rotación.) negociada con el Parlamento) (mundo.


Celebra elecciones cada cinco años a las que cualquier ciudadano de la Unión
puede ser electo.

El Parlamento tiene tres funciones principales:

1.- Legislativa. [El hecho de que sus miembros sean directamente


electos garantiza la legitimidad democrática de la legislación de la
UE. El parlamento comparte con el Consejo la función legislativa a
través del procedimiento de “codecisión” (aplicado a una amplia
gama de campos); debe ser consultado en otro tipo de propuestas,
se requiere su aprobación para determinadas decisiones políticas
o institucionales e impulsa nueva legislación al tener la posibilidad
de pedir a la Comisión la presentación de propuestas];

2.- Control democrático. [El Parlamento tiene la potestad de aprobar o


rechazar el nombramiento de Comisarios y derecho a pedir la
dimisión de la Comisión (que es políticamente responsable ante el
en su conjunto. Asimismo, supervisa el trabajo de la Comisión (vía
el examen de sus informes) y el del Consejo con quien colabora en
áreas como la PESC, la cooperación judicial y problemas de interés
común como la política de asilo e inmigración y las medidas para
combatir el tráfico de estupefacientes y la delincuencia] y

3.- autoridad presupuestaria de la UE [Una vez concluido el


procedimiento presupuestario, el Parlamento adopta o rechaza el
presupuesto en su conjunto].

En cuanto a la composición del Parlamento, el Tratado de Niza fijó en 732 los


escaños del parlamento. Cada Estado miembro tiene como mínimo una
representación de 6 diputados. Si bien requiere para su funcionamiento del

XLVII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

intergubernamentalismo (negociaciones de los Estados respecto a aportaciones al


presupuesto general de la UE y voluntad para llevarlos adelante en sus territorios).

El recuento teórico realizado hasta este momento nos permite realizar las siguientes
precisiones respecto a nuestras unidades de análisis:

▪ Los regionalismos se han fortalecido en el sistema internacional de


guerra fría como una vía para llevar adelante los intereses de los
Estados (como puede ser el desarrollo económico, la
competitividad, mayores ventajas comerciales, pactos en materia
de seguridad, etcétera).
▪ La inclusión de fondos estructurales en un proceso de integración
regional únicamente podrá darse en un modelo de integración
positiva que, además de las cuestiones relativas a la apertura
económica incluye normas e instrumentos comunes.
▪ Teóricamente los fondos estructurales se sustentan en la
convergencia entre la visión socialdemócrata de la economía
(necesidad de mecanismos que corrijan las distorsiones del libre
mercado y promuevan el desarrollo) y el modelo de integración
positiva.
▪ La integración en América del Norte se encuentra en una etapa de
nacimiento. El TLCAN corresponde al primer nivel de la integración
regional (la creación de un área de libre comercio).
▪ El modelo de la UE corresponde a una visión de la integración
comprehensiva (amplia) que incluye el establecimiento del
entramado institucional y la política regional de donde se
desprenden los fondos estructurales.

XLVIII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Marco de Referencia

INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO 1 MARCO CONCEPTUAL DE POLÍTICA EXTERIOR.

1.1. LAS RELACIONES INTERNACIONALES.

1.1.1. TEORÍAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES.

1.1.1.1. TEORÍA TRADICIONAL.

1.1.1.2. LA TEORÍA DE LA INTERDEPENDENCIA COMPLEJA

1.1.1.3 TEORÍA DE LA DEPENDENCIA

1.1.2 EL PROCESO DE DESARROLLO DE LAS RELACIONES


INTERNACIONALES

1.1.3. LA IDEA DEL REALISMO POLÍTICO

1.2. EL REGIONALISMOS EN LA ESFERA INTERNACIONAL.

1.2.1. EL PARADIGMA DE LA INTEGRACIÓN REGIONAL Y LOS FONDOS


ESTRUCTURALES

1.3. LA POLÍTICA EXTERIOR.

1.4. EL CONCEPTO DE POLÍTICA INTERNACIONAL

1.5. EN CONCEPTO DE SOBERANÍA NACIONAL

XLIX
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

1.6. LA ZONA DE INFLUENCIA Y ZONA ESTRATÉGICA.

1.7. LO QUE ES EL INTERÉS NACIONAL.

1.8. EL TEMA DE LA SEGURIDAD EN EL ÁMBITO INTERNACIONAL.

1.8.1. LA SEGURIDAD EN EL SENTIDO TRADICIONAL

1.8.2. LA SEGURIDAD COMO TEMA MULTIDIMENSIONAL.

1.8.3. SEGURIDAD HUMANA EN EL CONTEXTO INTERNACIONAL.

1.8.4. LA SEGURIDAD VISTA DESDE LOS PARADIGMAS DE LAS


RELACIONES INTERNACIONALES.

1.8.4.1. EL ´PARADIGMA REALISTA Y LA SEGURIDAD.

1.8.4.2. EL INSTITUCIONALISMO LIBERAL Y LA SEGURIDAD DEMOCRÁTICA.

1.8.4.3. LOS SISTEMAS DE SEGURIDAD REGIONAL.

1.8.4.4. LAS COMUNIDADES DE SEGURIDAD

1.8.5. LA IMPORTANCIA DE LA SEGURIDAD NACIONAL

1.8.5.1. LA POLÍTICA DE SEGURIDAD NACIONAL.

1.9. CONCEPTO DE FRONTERA.

1.9.1. FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS

1.9.2. LA SEGURIDAD EN LA FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS.

1.10. EL PARADIGMA DE LA INTERDEPENDENCIA.

L
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

1.11. LA COOPERACIÓN A NIVEL INTERNACIONAL.

1.12. EL PARADIGMA DEL COMERCIO INTERNACIONAL.

1.12.1 Teorías Liberales.

1.12.2. TEORÍAS NACIONALISTAS.

1.12.3. EL NUEVO PARADIGMA LA POLÍTICA COMERCIAL ESTRATÉGICA.

1.13. POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO-EEUU

1.13.1. EL SISTEMA MUNDIAL MODERNO

1.13.2. LA INTERDEPENDENCIA.

CAPITULO 2 LA TRUCULENTA HISTORIA DE LA RELACIÓN ENTRE MÉXICO Y


ESTADOS UNIDOS.

2.1 ASPECTOS HISTÓRICOS RELEVANTES EN LA RELACIÓN BILATERAL

2.1.1 LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX.

2.1.2. LA REFORMA EL SURGIMIENTO DE LA POLÍTICA EXTERIOR DE


MÉXICO.

2.1.3. LA CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO, EL PORFIRIATO.

2.1.4. LA POLÍTICA EXTERIOR DURANTE LA REVOLUCIÓN MEXICANA.

2.1.5. EL TEMA PETROLERO.

LI
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

2.1.6. RELACIÓN ESPECIAL ENTRE 1940-1969

2.1.6.1. EL TEMA DE LA MIGRACIÓN

2.1.6.2. EL ESTADO DE LA POLÍTICA EXTERIOR.

2.1.6.3. EL NARCOTRÁFICO DENTRO DE ESTA RELACIÓ BILATERAL.

2.1.7. EL CAMBIO DE ESTRATEGIA 1970-1994

2.1.7.1. EL SEXENIO DE LUIS ECHEVERRIA, 1970-1976

2.1.7.2. LA PRESIDENCIA DE JOSE LÓPEZ PORTILLO, 1976-1982

2.1.7.3. LA ADMINISTRACIÓN DE MIGUEL DE LA MADRID HURTADO1982-


1988.

2.1.7.4. EL TRIUNFO DEL NEOLIBERALISMO LA PRESIDENCIA DE CARLOS


SALINAS 1988-1994.

2.1.8. EL PRINCIPIO DE LA INTEGRACIÓN, LOS NOVENTA: TLCAN,


INTERDEPENDENCIA Y NARCOTRÁFICO.

2.1.8.1. EL COMERCIO INTERNACIONAL EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO.

2.1.8.2. SEGURIDAD REGIONAL Y LA CUESTIÓN DEL NARCOTRÁFICO.

2.1.8.3. EL TEMA DE LA MIGRATORIOS EN LA RELACIÓN BILATERAL.

2.2. LA HISTORIA DEL NARCOTRÁFICO Y LA RELACIÓN BILATERAL

CAPITULO 3 LA EXPERIENCIA EN EL ULTIMO CUARTO DE SIGLO

3.1 LA RELACIÓN MÉXICO ESTADOS UNIDOS EN MATERIA ECONOMICA.

LII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

3.1.1. LA DISPARIDAD ENTRE ECONOMÍAS.

3.1.2. ALGUNOS RESULTADOS DEL LIBRE COMERCIO.

3.1.3. LA BALANZA COMERCIAL ENTRE MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS.

3.1.4. EL ESTADO COMO GARANTE DE LA SEGURIDAD DEL MERCADO.

3.1.5. LAS MEDIDAS PROTECCIONISTAS DE EEUU DESPUÉS DEL 11-S.

3.1.6. ESTADOS UNIDOS Y LAS MEDIDAS PROTECCIONISTAS DENTRO DE


LA OMC.

3.1.7. MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS DESPUÉS DE 9/11.

3.1.8. LA SOCIEDAD PARA LA PROSPERIDAD.

3.2. LA POLITICA EXTERIOR Y EL NARCOTRAFICO EN LA RELACIÓN


BILATERAL.

3.2.1 EL NARCOTRÁFICO Y LA RELACIÓN BILATERAL.

3.2.2. COOPERACIÓN O UNILATERALISMO, EL CAMBIO DE SIGLO.

3.2.3 NARCOTRÁFICO Y TERRORISMO, EL CAMBIO DE ESCENARIO.

3.2.4 EL NUEVO RUMBO DE LA COOPERACIÓN CONTRA EL


NAORCOTRAFICO

3.2.5. EL PRESENTE Y EL FUTURO LA INICIATIVA MÉRIDA.

3.3. EL CAMBIO DE ESCENARIO, TRUMP.

3.3.1. SEGURIDAD Y MIGRACIÓN IRREGULAR

LIII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

3.3.2. SEGURIDAD EL TEMA DEL NARCOTRÁFICO.

3.3.3. EL PUNTO MÁS ÁLGIDO EL CAMBIO DEL TLCAN.

CONCLUSIONES.

BIBLIOGRAFÍA.

LIV
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

6. FORMULACIÓN DE HIPÓTESIS.

Hipótesis central

Desde la década de los setenta, la política exterior de México hacia Norteamérica


se ha determinado por razones de económica, principalmente con los Estados
Unidos; sin embargo, la realidad es que la naturaleza de esta relación supera a uno
solo de los elementos, sino que debe incluir una visión integrar que incluya
elementos culturales, sociales y familiares. Sin embargo, la estrategia de los
gobiernos mexicanos ha sido el negociar aceptando la agenda y las condiciones
impuestas por el gobierno de los Estados Unidos, lo que ha provocado la baja
efectividad en el impacto de las condiciones que enfrentan las comunidades
migrantes, el bajo impacto en la reducción de la violencia en la frontera y la asimetría
social que prevalece del lado mexicano de la frontera.

Hipótesis secundarias

a. A partir de la década de los noventa, la política exterior de México hacia


Norteamérica transitó de una política basada fundamentalmente en
instrumentos político-diplomáticos y de integración económica para
favorecer el intercambio comercial con los Estados Unidos, hacia cada más
compleja relación de seguridad de la frontera en particular relativo a la
migración ilegal y el narcotráfico, lo cual es indicativo de la ausencia de
políticas públicas eficaces en la prevención, y menos aún, en la solución de
las problemáticas que enfrenta las comunidades de la frontera.
b. Las relaciones de México con los Estados Unidos no responden solamente
a una lógica de intercambio comercial, sino que se integra con una gran red

LV
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

de relaciones económicas, sociales y culturales que existen independientes


de los acuerdos y tratados comerciales, el fracaso de las acciones
implementadas ha carecido de la debida cooperación para la integración de
la región y para convertirla en una zona activa de desarrollo y la recepción
de nuevas inversiones y acciones de colaboración, lo cual reducirá la
movilidad que provoca la asimetría económica de la región.

LVI
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

7.- PRUEBA EMPÍRICAS O CUALITATIVAS DE LAS HIPÓTESIS.

Desde la década de los setenta, la política exterior de México hacia


Norteamérica se ha determinado por razones de económica,
principalmente con los Estados Unidos; sin embargo, la realidad es que
la naturaleza de esta relación supera a uno solo de los elementos, sino
que debe incluir una visión integrar que incluya elementos culturales,
sociales y familiares. Sin embargo, la estrategia de los gobiernos
mexicanos ha sido el negociar aceptando la agenda y las condiciones
impuestas por el gobierno de los Estados Unidos, lo que ha provocado
la baja efectividad en el impacto de las condiciones que enfrentan las
comunidades migrantes, el bajo impacto en la reducción de la violencia
en la frontera y la asimetría social que prevalece del lado mexicano de
la frontera.

La hipótesis se corrobora mediante la argumentación sustentada en un análisis


cuidadoso de literatura especializada sobre el tema de las relaciones entre los
Estados Unidos y México. Esto es posible porque la hipótesis es correcta, dado que
existen numerosos documentos que refieren experiencias específicas, encuentros
y coloquios entre ambos gobiernos y organizaciones de la sociedad civil, que
enfatizan que la incorporación del enfoque de seguridad de la región como el más
relevante, ha venido a complicar el proceso, ya que depende de factores que han
escapado de la posibilidad de control por el gobierno mexicano, y que han afectado
negativamente los esfuerzos integracionistas.

Para comprobar la hipótesis central que guío esta investigación se desarrolló en


primer lugar el marco conceptual necesario para identificar aquellos rasgos que
definen lo que identificamos como política exterior, seguridad y su relación con los

LVII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

niveles de coordinación y cooperación entre los estados, por lo que en los capítulos
1 y 2, se desarrolla el marco teórico-histórico, en donde definimos los agentes que
interactúan en el deterioro de los niveles de seguridad de la frontera afectan la
opinión pública y que de ese modo son responsables de la transmisión de
determinados contenidos que inciden en la legitimidad frente a la sociedad, de forma
que el estado de violencia en la frontera aleja la posibilidad de integración de la
comunidad de la frontera, entendiendo a esta como el conjunto de actos y
pensamiento que afectará la relevancia del acto político. Lo anterior significa que es
necesario la identificación de aquellas acciones políticas determinadas y
socialmente compartidas, que logran fortalecer la percepción de que se está
atendiendo el problema de la inseguridad, como son la creación de organismos y la
detección de personajes relevantes del crimen organizado, que sin embargo no
tienen efectos visibles en la cotidianidad de las personas; por otra parte, los grupos
criminales al identificar que el escenario de la lucha contra la autoridad se encuentra
en los medios y a imagen púbica, participa con acciones contundentes de mayor
impacto mediático que afectan el grado de legitimidad del estado, donde al parecer
llevan la delantera.

Sin embargo, los pequeños éxitos en la “lucha contra las drogas”, no tendrá impacto
alguno en resolver la situación de atraso de la frontera en tanto, no se superen las
condiciones asimétricas en la economía y los derechos sociales, es por ello que la
hipótesis se puede considerar correcta, y más aún cuando observamos que toda
acción de política pública tiende a ligarse con la atención a la violencia.

En este sentido, nos centramos en el papel del estado mexicano en el momento


más álgido de la lucha entre el dominio de los carteles mexicanos, en particular en
lo manifestado a través de la política exterior oficial. Para posteriormente orientar el
análisis con los gobiernos neoliberales que centraron su interés en el ámbito
comercial y la atención a las demandas de intervención de los Estados Unidos.

LVIII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Ya con este conocimiento fue posible entender la relevancia que tiene el definir
acciones específicas de impacto en la problemática de inseguridad, como lo son el
recudir los márgenes de impunidad, trastocar la relación de protección e infiltración
de los cuerpos policiacos de seguridad por el crimen organizado, un marco mínimo
de conducción ética y responsabilidad social de la estrategia económica, entre otros;
sin embargo poco se avanzado, y más bien se insiste respecto a un tipo de
asociación comercial que se transmite a través de los medios masivos de
comunicación, y aunque se evade el tema de la seguridad regional y la percepción
del grado de seguridad y por lo tanto de la legitimidad, por lo tanto se comprueba la
hipótesis que nos ocupa.

Ya en la segunda parte de este trabajo, se desarrolló el análisis de las estrategias


del gobierno mexicano para legitimar la forma en que se ha ido construyendo un
acercamiento institucional y normativo para establecer diferentes plataformas de
colaboración entre ambas naciones. En este sentido hemos podido constatar que la
asociación entre países ha tenido que pagar los errores y omisiones de los órganos
de gobierno incapacitados para ofrecer alternativas y de colocar en la agenda el
desarrollo de acciones que conciban a la frontera como una sola región.

Lo anterior permitió identificar momentos históricos que han definido los causes
normativos por los que se trata de responder a la situación de inseguridad, que a su
vez permiten identificar pautas especificas resultado de esta situación, y por lo tanto
su relevancia para el desarrollo del sistema político mexicano y su legitimidad,
confirmándose de esta forma la hipótesis general. Se reconoce que estas acciones
no han asumido con eficacia la atención la problemática que pretenden atacar, la
situación de violencia e inseguridad en la frontera, tiene su manifestación en temas
como el narcotráfico, la trata de personas, y las victimas migrantes. Tal vez una de
la acciones reconocida es la necesidad del surgimiento de una conciencia colectiva
respecto a las necesidad de participación, y en algunos casos más graves, ha
facilitado el surgimiento de grupos armados como forma de protección, asumiendo

LIX
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

las tareas de seguridad pública e impartición de justicia que es responsabilidad


exclusiva de los estados, por lo que reconocemos como una afectación grave a la
legitimidad del estado, lo cierto es que la situación no puede ser resuelta solo a
través de una estrategia mediática, dado que implica garantizar en los hecho la
seguridad a las personas y las comunidades.

Asimismo en este trabajo, se analizó la eficacia de los medios que ha utilizado el


estado para el promover el desarrollo regional, reconociendo que los buenos
propósitos no se han visto reflejados en un cambio en la situación de inseguridad,
particularmente en los estados como Tamaulipas y Baja California, por mencionar
los más importantes; aun con la apertura democrática de la última década, la
situación de los cuerpos de seguridad y la administración de la justicia tiene graves
rezagos en estas zonas.

Lo anterior confirma la necesidad de desarrollar instrumentos y políticas tendientes


a promover una real integración con los países norteamericanos para facilitar el
desarrollo de tareas comunes, a partir de la utilización de los medios con los que
cuenta el estado, promoviendo el fortalecimiento de los valores de la participación
ciudadana, la democracia, el fomento de una cultura cívica en la población.
Confirmándose así la segunda parte de la hipótesis planteada.

De esta forma, consideramos que la hipótesis planteada es correcta quedando


demostrado en el desarrollo del trabajo de investigación documental:

Para ello pasamos por una primera aproximación en los capítulos 2 y 3, al identificar
los elementos constituyentes de la política exterior y su impacto en los sistemas de
seguridad nacional para su análisis posterior relativo a su fragilidad o bien los
elementos perniciosos que pueden representar al presentarse omisiones o
contradicciones evidentes entre las diversas estrategias, en particular a aquellos

LX
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

referidos a la administración de la justicia, por su impacto en la legitimidad de los


gobiernos que emanan de ellos.

Es efectivamente, la asimetría entre el desarrollo en ambos lados de la frontera


provoca una mayor migración de las regiones socioeconómicamente menos
desarrolladas hacia las más avanzadas, y que, en sentido ascendente en las
condiciones de bienestar, operan tanto la selectividad positiva de los migrantes bajo
la perspectiva del lugar de origen, como las desiguales condiciones de inserción
social en los lugares de destino. No obstante, en los desplazamientos entre zonas
de situación socioeconómica similar o que impliquen un descenso en las
condiciones de bienestar promedio de las regiones, aunque la selectividad positiva
se mantenga, la inserción social de los migrantes puede ser favorable, en el sentido
de mejores condiciones que entre los no migrantes en los lugares de destino, en
este sentido, la estrategia de integrar social y económicamente la frontera tiene el
beneficio de trastocar los fundamentos de los procesos negativos de la migración.

a. A partir de la década de los noventa, la política exterior de México


hacia Norteamérica transitó de una política basada
fundamentalmente en instrumentos político-diplomáticos y de
integración económica para favorecer el intercambio comercial con
los Estados Unidos, hacia cada más compleja relación de seguridad
de la frontera en particular relativo a la migración ilegal y el
narcotráfico, lo cual es indicativo de la ausencia de políticas públicas
eficaces en la prevención, y menos aún, en la solución de las
problemáticas que enfrenta las comunidades de la frontera.

Esta hipótesis se ha identificado como cierta, ya que se puede constatar desde


verificar la política económica y de desarrollo de la frontera ha tenido una presencia
relevante el concepto de la integración como de carácter puramente comercial, y en
los últimos años tal estrategia se ha orientado a la percepción de la importancia y

LXI
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

sentido de la seguridad en la ciudadanía, particularmente en el sentido que le quiere


dar el gobierno federal de los Estados Unidos; en este sentido, se observa un
impacto negativo en cuanto la percepción de que el crimen organizado actúa con
ramificaciones de un ente que no hace su trabajo, y que finalmente afecta la
seguridad de los estados fronterizos de la unión americana, lo que sin duda reduce
el interés de población americana por acciones de integración, respondieron a
intereses políticos que inciden precisamente en que la batalla está perdida en los
medios, dicha situación pone de manifiesto la necesidad de desarticular las
estructuras de corrupción, protección e impunidad que la propia estructura un
discurso público que a la vez que no niegue el problema de la seguridad, promueva
las virtudes humanas en favor de la seguridad de los migrantes que todos los días
transitan por la frontera.

Por lo tanto, queda establecido en los resultados de la presente investigación que


sin tocar las causas origen de los problemas en materia de seguridad, el impacto
positivo de algunas medidas se diluye ante la presencia creciente en los mismos
medios de situaciones de violencia e inseguridad que se levantan como los
principales cuestionadores sobre la eficacia y capacidad de las instituciones
gubernamentales y las ventajas de la integración.

En este sentido, el desarrollo democrático, exige grados mínimos de consenso para


el sostén de la políticas públicas, cuando la legitimidad del estado se ve limitada,
aún por la percepción pública, debe venir acompañado con un mayor compromiso
de la acción gubernamental en el fomento de la participación ciudadana y la cultura
de la legalidad, los vacíos de la autoridad en el sentido de olvidar que las ventajas
de la integración supera lo meramente económico, contrasta con el compromiso con
los Estados Unidos de evitar el paso de los migrantes y los grupos de delincuentes;
la falta de consistencia entonces afecta el grado de legitimidad de la acción pública,
si no va de la mano de medidas integrales, específicas y consistentes que afecten
la capacidad organizativa y operativa de las organizaciones criminales.

LXII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Finalmente, con respecto a nuestra hipótesis secundaria 2:

b. Las relaciones de México con los Estados Unidos no responden solamente


a una lógica de intercambio comercial, sino que se integra con una gran red
de relaciones económicas, sociales y culturales que existen independientes
de los acuerdos y tratados comerciales, el fracaso de las acciones
implementadas ha carecido de la debida cooperación para la integración de
la región y para convertirla en una zona activa de desarrollo y la recepción
de nuevas inversiones y acciones de colaboración, lo cual reducirá la
movilidad que provoca la asimetría económica de la región.

Para comprobar esta hipótesis se revisó en los capítulos 2 y 3, tanto la estrategia


de cooperación comercial y económica, promovido por el gobierno mexicano,
identificando sus orígenes, así como sus efectos más negativos en los márgenes
de acción en materias como democracia y gobernabilidad, inversiones,
infraestructura, entre otras.

Sin embargo, los resultados alcanzados en materia de colaboración reportan


resultados diversos, muchos de ellos divergentes. La lucha armada entre los grupos
de narcotraficantes surgidos en la zona forman parte de una lógica de poder que
busca recuperar los espacios que le han sido arrebatados al estado, y donde nuevos
grupos legitimados por el uso de las armas, asumen el papel de la autoridad; la
relevancia de esas conclusiones son de primer orden, ya que a partir de considerar
el grado de penetración que tienen estas situaciones en la forma de la organización
comunitaria, resulta indispensable, entender que el problema de la frontera es de
mayor envergadura y el insistir sobre la necesidad de que las acciones del estado
tengan un alcance en múltiples materias: educación, salud, justicia, protección civil,
con el fin de reconstruir el tejido social.

LXIII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Lamentablemente la hipótesis se comprueba al observa que los problemas de


seguridad agravados por la simulación con la que se ha pretendido resolverlo, ha
ido mermando las estructuras sociales básicas en amplias regiones, afectando
gravemente la estructura social, económica y política, significando un costo social
enorme y la percepción de un estado fallido. La solución no puede ser otra más que
la implementación de acciones que impacten de forma multifactorial a los
problemas, reconociendo con la mayor objetividad posible la naturaleza de los
problemas, con una cobertura incluyente, participando de esta manera que la
población vaya haciendo suyas las aspiraciones democráticas y de la legalidad,
fomentando su participación en la renovación de las cuestiones políticas de nuestro
país y fomentando la cultura política. Y sumar a esta estrategia a nuevos actores de
la Unión Americana.

Sin embargo, el camino parece minado, y las autoridades reducen sus objetivos al
ámbito de sus intereses, en donde prefieren reducir los ámbitos de integración al
ámbito comercial con las sabidas consecuencias negativas en el ámbito social,
económico y cultural, tal y como ocurre con el TLC con américa del norte.

LXIV
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Objetivo Objetivos
Preguntas Hipótesis Desarrollo
General específicos
Identificar y  Identificar los  ¿Históricamente Hipótesis central CAPÍTULO 1 MARCO
examinar los elementos que cómo se ha CONCEPTUAL DE
factores más componen la manifestado el POLÍTICA EXTERIOR.
significativos teoría sobre las interés del
Desde la década de 1.1. LAS
que relaciones gobierno de
los setenta, la política RELACIONES
caracterizan la internacionales y México en la región
exterior de México INTERNACIONALES.
política la política exterior fronteriza con
hacia Norteamérica se
exterior de en México. Norteamérica?
ha determinado por 1.1.1. TEORÍAS DE
México hacia  Describir los  ¿Cuáles
razones de LAS RELACIONES
los Estados principales elementos fueron
económica, INTERNACIONALES.
Unidos, a fin conceptos que considerados
principalmente con los
de detectar los componen las prioritarios para el
Estados Unidos; sin 1.1.1.1. TEORÍA
elementos teorías que diseño de la
embargo, la realidad TRADICIONAL.
contradictorios explican el política exterior de
es que la naturaleza
y aquellos que fenómeno de la México hacia 1.1.1.2. LA TEORÍA DE
de esta relación
dificultan la integración Norteamérica LA
supera a uno solo de
integración y nacional: durante los INTERDEPENDENCIA
los elementos, sino
desarrollo de soberanía, interés recientes COMPLEJA
que debe incluir una
la zona nacional, gobiernos de corte
visión integrar que
fronteriza seguridad, neoliberal? 1.1.1.3 TEORÍA DE LA
incluya elementos
como un polo interdependencia,  ¿Existe evidencia DEPENDENCIA
culturales, sociales y
de desarrollo y entre otras. sobre el impacto
familiares. Sin 1.1.2 EL PROCESO
bienestar para  Distinguir y obtenido a partir de
embargo, la estrategia DE DESARROLLO DE
los habitantes detallar la la intervención del
de los gobiernos LAS RELACIONES
de la zona evolución histórica gobierno mexicano
mexicanos ha sido el INTERNACIONALES
fronteriza y la de la política contra el
negociar aceptando la
población exterior de México narcotráfico?
agenda y las 1.1.3. LA IDEA DEL
migrante. hacia  ¿Cuál fue la
condiciones impuestas REALISMO POLÍTICO
Norteamérica. respuesta del
por el gobierno de los
 Examinar la gobierno de
Estados Unidos, lo que
política exterior de México frente al

LXV
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

México hacia la flujo de migrantes ha provocado la baja 1.2. EL


región durante los centroamericanos? efectividad en el REGIONALISMOS EN
sexenios  ¿Qué papel impacto de las LA ESFERA
identificados con desempeña el condiciones que INTERNACIONAL.
el liberalismo gobierno mexicano enfrentan las
económico. en el control y comunidades 1.2.1. EL PARADIGMA

 Establecer los combate al migrantes, el bajo DE LA INTEGRACIÓN

elementos que narcotráfico? impacto en la REGIONAL Y LOS

definieron la  ¿Cuál ha sido la reducción de la FONDOS

posición de cooperación que violencia en la frontera ESTRUCTURALES

México en materia los gobiernos y la asimetría social


1.3. LA POLÍTICA
de seguridad e mexicanos y de los que prevalece del lado
EXTERIOR.
interés nacional EEUU han mexicano de la
hacia frontera establecido en frontera.
1.4. EL CONCEPTO
durante los años relación a la
DE POLÍTICA
del TLC. implementación de
INTERNACIONAL
 Determinar la los controles
Hipótesis
posición de migratorios? 1.5. EN CONCEPTO
secundarias
México frente a  ¿Cuál ha sido la DE SOBERANÍA
los migrantes estrategia de la NACIONAL
indocumentados política de
Centroamericanos integración que ha c. A partir de la 1.6. LA ZONA DE
y nacionales. propuesto México década de los INFLUENCIA Y ZONA
 Destacar el papel hacia los Estados noventa, la política ESTRATÉGICA.
de México como Unidos en los exterior de México
defensor de los últimos gobiernos 1.7. LO QUE ES EL
hacia
derechos federales? INTERÉS NACIONAL.
Norteamérica
fundamentales de  ¿Existen transitó de una
1.8. EL TEMA DE LA
los migrantes en propuestas de política basada
SEGURIDAD EN EL
los Estados integración de las fundamentalmente
ÁMBITO
Unidos. comunidades en instrumentos
INTERNACIONAL.
 Identificar y fronterizas del lado político-
describir las de los Estados diplomáticos y de
limitaciones y Unidos? integración
potencialidades

LXVI
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

de propiciar una  ¿Cuál es la económica para 1.8.1. LA SEGURIDAD


zona de desarrollo novedad de las favorecer el EN EL SENTIDO
económico de la acciones pro-muro intercambio TRADICIONAL
frontera México - y de negociación comercial con los
EEUU. del TLCAN Estados Unidos, 1.8.2. LA SEGURIDAD

 Examinar la desplegada por el hacia cada más COMO TEMA

génesis del gobierno de los compleja relación MULTIDIMENSIONAL.

problema del EEUU? de seguridad de la


1.8.3. SEGURIDAD
narcotráfico como frontera en
HUMANA EN EL
un problema de particular relativo
CONTEXTO
carácter bilateral. a la migración
INTERNACIONAL.
 Identificar los ilegal y el
principios y narcotráfico, lo
1.8.4. LA SEGURIDAD
postulados de cual es indicativo
VISTA DESDE LOS
seguridad de la ausencia de
PARADIGMAS DE LAS
nacional de los políticas públicas
RELACIONES
EEUU y su eficaces en la
INTERNACIONALES.
incidencia en el prevención, y
trato a los menos aún, en la 1.8.4.1. EL
emigrantes solución de las ´PARADIGMA
indocumentados. problemáticas que REALISTA Y LA
 Establecer los enfrenta las SEGURIDAD.
posibles impactos comunidades de la
en el intercambio frontera. 1.8.4.2. EL
comercial entre INSTITUCIONALISMO
los países del LIBERAL Y LA
TLCAN. SEGURIDAD
DEMOCRÁTICA.

d. Las relaciones de
1.8.4.3. LOS
México con los
SISTEMAS DE
Estados Unidos
SEGURIDAD
no responden
REGIONAL.
solamente a una
lógica de

LXVII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

intercambio 1.8.4.4. LAS


comercial, sino COMUNIDADES DE
que se integra SEGURIDAD
con una gran red
de relaciones 1.8.5. LA

económicas, IMPORTANCIA DE LA

sociales y SEGURIDAD

culturales que NACIONAL

existen
1.8.5.1. LA POLÍTICA
independientes
DE SEGURIDAD
de los acuerdos y
NACIONAL.
tratados
comerciales, el
1.9. CONCEPTO DE
fracaso de las
FRONTERA.
acciones
implementadas 1.9.1. FRONTERA
ha carecido de la MÉXICO-ESTADOS
debida UNIDOS
cooperación para
la integración de 1.9.2. LA SEGURIDAD
la región y para EN LA FRONTERA
convertirla en una MÉXICO-ESTADOS
zona activa de UNIDOS.
desarrollo y la
recepción de 1.10. EL PARADIGMA
nuevas DE LA
inversiones y INTERDEPENDENCIA.
acciones de
1.11. LA
colaboración, lo
COOPERACIÓN A
cual reducirá la
NIVEL
movilidad que
INTERNACIONAL.
provoca la
asimetría

LXVIII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

económica de la 1.12. EL PARADIGMA


región. DEL COMERCIO
INTERNACIONAL.

1.12.1 Teorías
Liberales.

1.12.2. TEORÍAS
NACIONALISTAS.

1.12.3. EL NUEVO
PARADIGMA LA
POLÍTICA
COMERCIAL
ESTRATÉGICA.

1.13. POLÍTICA
EXTERIOR DE
MÉXICO-EEUU

1.13.1. EL SISTEMA
MUNDIAL MODERNO

1.13.2. LA
INTERDEPENDENCIA.

CAPITULO 2 LA
TRUCULENTA
HISTORIA DE LA
RELACIÓN ENTRE
MÉXICO Y ESTADOS
UNIDOS.

LXIX
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

2.1 ASPECTOS
HISTÓRICOS
RELEVANTES EN LA
RELACIÓN
BILATERAL

2.1.1 LA PRIMERA
MITAD DEL SIGLO
XIX.

2.1.2. LA REFORMA
EL SURGIMIENTO DE
LA POLÍTICA
EXTERIOR DE
MÉXICO.

2.1.3. LA
CONSOLIDACIÓN
DEL ESTADO, EL
PORFIRIATO.

2.1.4. LA POLÍTICA
EXTERIOR DURANTE
LA REVOLUCIÓN
MEXICANA.

2.1.5. EL TEMA
PETROLERO.

2.1.6. RELACIÓN
ESPECIAL ENTRE
1940-1969

2.1.6.1. EL TEMA DE
LA MIGRACIÓN

LXX
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

2.1.6.2. EL ESTADO
DE LA POLÍTICA
EXTERIOR.

2.1.6.3. EL
NARCOTRÁFICO
DENTRO DE ESTA
RELACIÓ BILATERAL.

2.1.7. EL CAMBIO DE
ESTRATEGIA 1970-
1994

2.1.7.1. EL SEXENIO
DE LUIS
ECHEVERRIA, 1970-
1976

2.1.7.2. LA
PRESIDENCIA DE
JOSE LÓPEZ
PORTILLO, 1976-1982

2.1.7.3. LA
ADMINISTRACIÓN DE
MIGUEL DE LA
MADRID
HURTADO1982-1988.

2.1.7.4. EL TRIUNFO
DEL
NEOLIBERALISMO LA
PRESIDENCIA DE
CARLOS SALINAS
1988-1994.

LXXI
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

2.1.8. EL PRINCIPIO
DE LA INTEGRACIÓN,
LOS NOVENTA:
TLCAN,
INTERDEPENDENCIA
Y NARCOTRÁFICO.

2.1.8.1. EL
COMERCIO
INTERNACIONAL EL
TRATADO DE LIBRE
COMERCIO.

2.1.8.2. SEGURIDAD
REGIONAL Y LA
CUESTIÓN DEL
NARCOTRÁFICO.

2.1.8.3. EL TEMA DE
LA MIGRATORIOS EN
LA RELACIÓN
BILATERAL.

2.2. LA HISTORIA DEL


NARCOTRÁFICO Y LA
RELACIÓN
BILATERAL

CAPITULO 3 LA
EXPERIENCIA EN EL
ULTIMO CUARTO DE
SIGLO

3.1 LA RELACIÓN
MÉXICO ESTADOS

LXXII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

UNIDOS EN MATERIA
ECONOMICA.

3.1.1. LA DISPARIDAD
ENTRE ECONOMÍAS.

3.1.2. ALGUNOS
RESULTADOS DEL
LIBRE COMERCIO.

3.1.3. LA BALANZA
COMERCIAL ENTRE
MÉXICO Y ESTADOS
UNIDOS.

3.1.4. EL ESTADO
COMO GARANTE DE
LA SEGURIDAD DEL
MERCADO.

3.1.5. LAS MEDIDAS


PROTECCIONISTAS
DE EEUU DESPUÉS
DEL 11-S.

3.1.6. ESTADOS
UNIDOS Y LAS
MEDIDAS
PROTECCIONISTAS
DENTRO DE LA OMC.

3.1.7. MÉXICO Y
ESTADOS UNIDOS
DESPUÉS DE 9/11.

LXXIII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

3.1.8. LA SOCIEDAD
PARA LA
PROSPERIDAD.

3.2. LA POLITICA
EXTERIOR Y EL
NARCOTRAFICO EN
LA RELACIÓN
BILATERAL.

3.2.1 EL
NARCOTRÁFICO Y LA
RELACIÓN
BILATERAL.

3.2.2. COOPERACIÓN
O UNILATERALISMO,
EL CAMBIO DE
SIGLO.

3.2.3 NARCOTRÁFICO
Y TERRORISMO, EL
CAMBIO DE
ESCENARIO.

3.2.4 EL NUEVO
RUMBO DE LA
COOPERACIÓN
CONTRA EL
NAORCOTRAFICO

3.2.5. EL PRESENTE
Y EL FUTURO LA
INICIATIVA MÉRIDA.

LXXIV
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

3.3. EL CAMBIO DE
ESCENARIO, TRUMP.

3.3.1. SEGURIDAD Y
MIGRACIÓN
IRREGULAR

3.3.2. SEGURIDAD EL
TEMA DEL
NARCOTRÁFICO.

3.3.3. EL PUNTO MÁS


ÁLGIDO EL CAMBIO
DEL TLCAN.

LXXV
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Hipótesis secundarias

Objetivo Objetivos
Preguntas Hipótesis Desarrollo
General específicos
Identificar y  Identificar los  ¿Históricamente Hipótesis CAPÍTULO 1 MARCO
examinar los elementos que cómo se ha secundarias CONCEPTUAL DE
factores más componen la manifestado el POLÍTICA EXTERIOR.
significativos teoría sobre las interés del
que relaciones gobierno de 1.1. LAS
b. A partir de la RELACIONES
caracterizan la internacionales y México en la región
década de los INTERNACIONALES.
política la política exterior fronteriza con
noventa, la política
exterior de en México. Norteamérica?
exterior de México 1.1.1. TEORÍAS DE
México hacia  Describir los  ¿Cuáles
hacia LAS RELACIONES
los Estados principales elementos fueron
Norteamérica INTERNACIONALES.
Unidos, a fin conceptos que considerados
transitó de una
de detectar los componen las prioritarios para el
política basada 1.1.1.1. TEORÍA
elementos teorías que diseño de la
fundamentalmente TRADICIONAL.
contradictorios explican el política exterior de
en instrumentos
y aquellos que fenómeno de la México hacia 1.1.1.2. LA TEORÍA DE
político-
dificultan la integración Norteamérica LA
diplomáticos y de
integración y nacional: durante los INTERDEPENDENCIA
integración
desarrollo de soberanía, interés recientes COMPLEJA
económica para
la zona nacional, gobiernos de corte
favorecer el
fronteriza seguridad, neoliberal? 1.1.1.3 TEORÍA DE LA
intercambio
como un polo interdependencia,  ¿Existe evidencia DEPENDENCIA
comercial con los
de desarrollo y entre otras. sobre el impacto
Estados Unidos, 1.1.2 EL PROCESO
bienestar para  Distinguir y obtenido a partir de
hacia cada más DE DESARROLLO DE
los habitantes detallar la la intervención del
compleja relación LAS RELACIONES
de la zona evolución histórica gobierno mexicano
de seguridad de la INTERNACIONALES
fronteriza y la de la política contra el
frontera en
población exterior de México narcotráfico?
particular relativo 1.1.3. LA IDEA DEL
migrante. hacia  ¿Cuál fue la
a la migración REALISMO POLÍTICO
Norteamérica. respuesta del
ilegal y el
 Examinar la gobierno de
narcotráfico, lo
política exterior de México frente al

LXXVI
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

México hacia la flujo de migrantes cual es indicativo 1.2. EL


región durante los centroamericanos? de la ausencia de REGIONALISMOS EN
sexenios  ¿Qué papel políticas públicas LA ESFERA
identificados con desempeña el eficaces en la INTERNACIONAL.
el liberalismo gobierno mexicano prevención, y
económico. en el control y menos aún, en la 1.2.1. EL PARADIGMA

 Establecer los combate al solución de las DE LA INTEGRACIÓN

elementos que narcotráfico? problemáticas que REGIONAL Y LOS

definieron la  ¿Cuál ha sido la enfrenta las FONDOS

posición de cooperación que comunidades de la ESTRUCTURALES

México en materia los gobiernos frontera.


1.3. LA POLÍTICA
de seguridad e mexicanos y de los
EXTERIOR.
interés nacional EEUU han
hacia frontera establecido en
1.4. EL CONCEPTO
durante los años relación a la
DE POLÍTICA
del TLC. implementación de
INTERNACIONAL
 Determinar la los controles
posición de migratorios? 1.5. EN CONCEPTO
México frente a  DE SOBERANÍA
los migrantes NACIONAL
indocumentados
Centroamericanos 1.6. LA ZONA DE
y nacionales. INFLUENCIA Y ZONA
 Destacar el papel ESTRATÉGICA.
de México como
defensor de los 1.7. LO QUE ES EL
derechos INTERÉS NACIONAL.
fundamentales de
1.8. EL TEMA DE LA
los migrantes en
SEGURIDAD EN EL
los Estados
ÁMBITO
Unidos.
INTERNACIONAL.

LXXVII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

1.8.1. LA SEGURIDAD
EN EL SENTIDO
TRADICIONAL

1.8.2. LA SEGURIDAD
COMO TEMA
MULTIDIMENSIONAL.

1.8.3. SEGURIDAD
HUMANA EN EL
CONTEXTO
INTERNACIONAL.

1.8.4. LA SEGURIDAD
VISTA DESDE LOS
PARADIGMAS DE LAS
RELACIONES
INTERNACIONALES.

1.8.4.1. EL
´PARADIGMA
REALISTA Y LA
SEGURIDAD.

1.8.4.2. EL
INSTITUCIONALISMO
LIBERAL Y LA
SEGURIDAD
DEMOCRÁTICA.

1.8.4.3. LOS
SISTEMAS DE
SEGURIDAD
REGIONAL.

LXXVIII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

1.8.4.4. LAS
COMUNIDADES DE
SEGURIDAD

1.8.5. LA
IMPORTANCIA DE LA
SEGURIDAD
NACIONAL

1.8.5.1. LA POLÍTICA
DE SEGURIDAD
NACIONAL.

1.9. CONCEPTO DE
FRONTERA.

1.9.1. FRONTERA
MÉXICO-ESTADOS
UNIDOS

1.9.2. LA SEGURIDAD
EN LA FRONTERA
MÉXICO-ESTADOS
UNIDOS.

1.10. EL PARADIGMA
DE LA
INTERDEPENDENCIA.

1.11. LA
COOPERACIÓN A
NIVEL
INTERNACIONAL.

LXXIX
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

1.12. EL PARADIGMA
DEL COMERCIO
INTERNACIONAL.

1.12.1 Teorías
Liberales.

1.12.2. TEORÍAS
NACIONALISTAS.

1.12.3. EL NUEVO
PARADIGMA LA
POLÍTICA
COMERCIAL
ESTRATÉGICA.

1.13. POLÍTICA
EXTERIOR DE
MÉXICO-EEUU

1.13.1. EL SISTEMA
MUNDIAL MODERNO

1.13.2. LA
INTERDEPENDENCIA.

CAPITULO 2 LA
TRUCULENTA
HISTORIA DE LA
RELACIÓN ENTRE
MÉXICO Y ESTADOS
UNIDOS.

LXXX
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

2.1 ASPECTOS
HISTÓRICOS
RELEVANTES EN LA
RELACIÓN
BILATERAL

2.1.1 LA PRIMERA
MITAD DEL SIGLO
XIX.

2.1.2. LA REFORMA
EL SURGIMIENTO DE
LA POLÍTICA
EXTERIOR DE
MÉXICO.

2.1.3. LA
CONSOLIDACIÓN
DEL ESTADO, EL
PORFIRIATO.

2.1.4. LA POLÍTICA
EXTERIOR DURANTE
LA REVOLUCIÓN
MEXICANA.

2.1.5. EL TEMA
PETROLERO.

2.1.6. RELACIÓN
ESPECIAL ENTRE
1940-1969

2.1.6.1. EL TEMA DE
LA MIGRACIÓN

LXXXI
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

2.1.6.2. EL ESTADO
DE LA POLÍTICA
EXTERIOR.

2.1.6.3. EL
NARCOTRÁFICO
DENTRO DE ESTA
RELACIÓ BILATERAL.

2.1.7. EL CAMBIO DE
ESTRATEGIA 1970-
1994

2.1.7.1. EL SEXENIO
DE LUIS
ECHEVERRIA, 1970-
1976

2.1.7.2. LA
PRESIDENCIA DE
JOSE LÓPEZ
PORTILLO, 1976-1982

2.1.7.3. LA
ADMINISTRACIÓN DE
MIGUEL DE LA
MADRID
HURTADO1982-1988.

2.1.7.4. EL TRIUNFO
DEL
NEOLIBERALISMO LA
PRESIDENCIA DE
CARLOS SALINAS
1988-1994.

LXXXII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

2.1.8. EL PRINCIPIO
DE LA INTEGRACIÓN,
LOS NOVENTA:
TLCAN,
INTERDEPENDENCIA
Y NARCOTRÁFICO.

2.1.8.1. EL
COMERCIO
INTERNACIONAL EL
TRATADO DE LIBRE
COMERCIO.

2.1.8.2. SEGURIDAD
REGIONAL Y LA
CUESTIÓN DEL
NARCOTRÁFICO.

2.1.8.3. EL TEMA DE
LA MIGRATORIOS EN
LA RELACIÓN
BILATERAL.

2.2. LA HISTORIA DEL


NARCOTRÁFICO Y LA
RELACIÓN
BILATERAL

LXXXIII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Segunda hipótesis secundaria

Objetivo Objetivos
Preguntas Hipótesis Desarrollo
General específicos
Identificar y  Distinguir y  ¿Cuál fue la Hipótesis CAPITULO 2 LA
examinar los detallar la respuesta del secundaria TRUCULENTA
factores más evolución histórica gobierno de HISTORIA DE LA
significativos de la política México frente al RELACIÓN ENTRE
que exterior de México flujo de migrantes MÉXICO Y ESTADOS
e. Las relaciones
caracterizan la hacia centroamericanos? UNIDOS.
de México con
política Norteamérica.  ¿Qué papel
los Estados 2.1 ASPECTOS
exterior de  Examinar la desempeña el
Unidos no HISTÓRICOS
México hacia política exterior de gobierno mexicano
responden RELEVANTES EN LA
los Estados México hacia la en el control y
solamente a RELACIÓN
Unidos, a fin región durante los combate al
una lógica de BILATERAL
de detectar los sexenios narcotráfico?
intercambio
elementos identificados con  ¿Cuál ha sido la
comercial, sino 2.1.1 LA PRIMERA
contradictorios el liberalismo cooperación que
que se integra MITAD DEL SIGLO
y aquellos que económico. los gobiernos
con una gran XIX.
dificultan la  Establecer los mexicanos y de los
red de
integración y elementos que EEUU han
relaciones 2.1.2. LA REFORMA
desarrollo de definieron la establecido en
económicas, EL SURGIMIENTO DE
la zona posición de relación a la
sociales y LA POLÍTICA
fronteriza México en materia implementación de
culturales que EXTERIOR DE
como un polo de seguridad e los controles
existen MÉXICO.
de desarrollo y interés nacional migratorios?
independientes
bienestar para hacia frontera  ¿Cuál ha sido la 2.1.3. LA
de los
los habitantes durante los años estrategia de la CONSOLIDACIÓN
acuerdos y
de la zona del TLC. política de DEL ESTADO, EL
tratados
fronteriza y la  Determinar la integración que ha PORFIRIATO.
comerciales, el
población posición de propuesto México
fracaso de las
migrante. México frente a hacia los Estados 2.1.4. LA POLÍTICA
acciones
los migrantes Unidos en los EXTERIOR DURANTE

LXXXIV
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

indocumentados últimos gobiernos implementadas LA REVOLUCIÓN


Centroamericanos federales? ha carecido de MEXICANA.
y nacionales.  ¿Existen la debida
 Destacar el papel propuestas de cooperación 2.1.5. EL TEMA

de México como integración de las para la PETROLERO.

defensor de los comunidades integración de


2.1.6. RELACIÓN
derechos fronterizas del lado la región y para
ESPECIAL ENTRE
fundamentales de de los Estados convertirla en
1940-1969
los migrantes en Unidos? una zona
los Estados  ¿Cuál es la activa de
2.1.6.1. EL TEMA DE
Unidos. novedad de las desarrollo y la
LA MIGRACIÓN
 Identificar y acciones pro-muro recepción de
describir las y de negociación nuevas 2.1.6.2. EL ESTADO
limitaciones y del TLCAN inversiones y DE LA POLÍTICA
potencialidades desplegada por el acciones de EXTERIOR.
de propiciar una gobierno de los colaboración,
zona de desarrollo EEUU? lo cual reducirá 2.1.6.3. EL
económico de la la movilidad NARCOTRÁFICO
frontera México - que provoca la DENTRO DE ESTA
EEUU. asimetría RELACIÓ
 Examinar la económica de BILATERAL.
génesis del la región.
problema del 2.1.7. EL CAMBIO DE
narcotráfico como ESTRATEGIA 1970-
un problema de 1994
carácter bilateral.
2.1.7.1. EL SEXENIO
 Identificar los
DE LUIS
principios y
ECHEVERRIA, 1970-
postulados de
1976
seguridad
nacional de los
2.1.7.2. LA
EEUU y su
PRESIDENCIA DE
incidencia en el
JOSE LÓPEZ
trato a los

LXXXV
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

emigrantes PORTILLO, 1976-


indocumentados. 1982
 Establecer los
posibles impactos 2.1.7.3. LA

en el intercambio ADMINISTRACIÓN

comercial entre DE MIGUEL DE LA

los países del MADRID

TLCAN. HURTADO1982-1988.

2.1.7.4. EL TRIUNFO
DEL
NEOLIBERALISMO
LA PRESIDENCIA DE
CARLOS SALINAS
1988-1994.

2.1.8. EL PRINCIPIO
DE LA
INTEGRACIÓN, LOS
NOVENTA: TLCAN,
INTERDEPENDENCIA
Y NARCOTRÁFICO.

2.1.8.1. EL
COMERCIO
INTERNACIONAL EL
TRATADO DE LIBRE
COMERCIO.

2.1.8.2. SEGURIDAD
REGIONAL Y LA
CUESTIÓN DEL
NARCOTRÁFICO.

2.1.8.3. EL TEMA DE
LA MIGRATORIOS

LXXXVI
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

EN LA RELACIÓN
BILATERAL.

2.2. LA HISTORIA
DEL NARCOTRÁFICO
Y LA RELACIÓN
BILATERAL

CAPITULO 3 LA
EXPERIENCIA EN EL
ULTIMO CUARTO DE
SIGLO

3.1 LA RELACIÓN
MÉXICO ESTADOS
UNIDOS EN
MATERIA
ECONOMICA.

3.1.1. LA
DISPARIDAD ENTRE
ECONOMÍAS.

3.1.2. ALGUNOS
RESULTADOS DEL
LIBRE COMERCIO.

3.1.3. LA BALANZA
COMERCIAL ENTRE
MÉXICO Y ESTADOS
UNIDOS.

3.1.4. EL ESTADO
COMO GARANTE DE

LXXXVII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

LA SEGURIDAD DEL
MERCADO.

3.1.5. LAS MEDIDAS


PROTECCIONISTAS
DE EEUU DESPUÉS
DEL 11-S.

3.1.6. ESTADOS
UNIDOS Y LAS
MEDIDAS
PROTECCIONISTAS
DENTRO DE LA
OMC.

3.1.7. MÉXICO Y
ESTADOS UNIDOS
DESPUÉS DE 9/11.

3.1.8. LA SOCIEDAD
PARA LA
PROSPERIDAD.

3.2. LA POLITICA
EXTERIOR Y EL
NARCOTRAFICO EN
LA RELACIÓN
BILATERAL.

3.2.1 EL
NARCOTRÁFICO Y
LA RELACIÓN
BILATERAL.

3.2.2.
COOPERACIÓN O

LXXXVIII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

UNILATERALISMO,
EL CAMBIO DE
SIGLO.

3.2.3
NARCOTRÁFICO Y
TERRORISMO, EL
CAMBIO DE
ESCENARIO.

3.2.4 EL NUEVO
RUMBO DE LA
COOPERACIÓN
CONTRA EL
NAORCOTRAFICO

3.2.5. EL PRESENTE
Y EL FUTURO LA
INICIATIVA MÉRIDA.

3.3. EL CAMBIO DE
ESCENARIO,
TRUMP.

3.3.1. SEGURIDAD Y
MIGRACIÓN
IRREGULAR

3.3.2. SEGURIDAD
EL TEMA DEL
NARCOTRÁFICO.

3.3.3. EL PUNTO
MÁS ÁLGIDO EL
CAMBIO DEL TLCAN.

LXXXIX
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

CONCLUSIONES Y NUEVA AGENDA DE INVESTIGACIÓN.

Los tiempos recientes de las relaciones entre México y los Estado Unidos se
encuentran ligados a tres vertientes: la migración, el narcotráfico y el comercio
bilateral. En este sentido, tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001
Estados Unidos puso en marcha una nueva doctrina de seguridad y defensa a fin
de hacerle frente a lo que ha identificado como la mayor amenaza para su
seguridad: el terrorismo. El establecimiento del Comando del Norte y el desarrollo
de los Acuerdos de Fronteras Inteligentes, tanto con Canadá como con México,
forman parte de la estrategia de reorganización de la política de seguridad de
Estados Unidos que aplica con particular vehemencia en la frontera con México.

Aun pese a que los tres países de América del Norte reconocen que su seguridad
es interdependiente, dado el carácter transnacional de las amenazas a la misma, lo
que hace que se amplíen los efectos de seguridad nacional al espacio de seguridad
regional, lo que sin duda ratifica el carácter de la integración de América del Norte,
situándola más allá de un simple acuerdo de integración comercial en el marco del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

En efecto, la zona de Norteamérica se está construyendo como región económica,


política, social y de seguridad a través de una serie de dinámicas que han rebasado
el acuerdo comercial, y lo adecuado para los participantes sería comenzar hablar
incluso de una Comunidad de América del Norte.

Dentro de este contexto, es factible y deseable pensar en la implementación de un


plan de desarrollo en el marco del TLCAN; necesario si se quiere que este acuerdo
comercial signifique algo más que el beneficio económico de las grandes empresas
que participan en él, sin embargo la realidad es que hasta nuestros días aún no se
ha contemplado un programa de apoyos sectoriales entre los países que lo integran,

XC
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

debido a que el bloque está constituido por dos países altamente desarrollados
como Estados Unidos y Canadá y uno con un notable grado menor de desarrollo,
México, las disparidades sociales son enormes.

A pesar de que en el preámbulo del Tratado se establecen los objetivos de “crear


nuevas oportunidades de empleo, mejorar las condiciones laborales y los niveles de
vida en sus respectivos territorios”, el incremento esperado en el empleo y la calidad
de vida de los ciudadanos de América del Norte se basa en la teoría liberal del
comercio internacional, que supone que el incremento en el intercambio de bienes
servirá para elevar el nivel de actividad económica de los países, lo que a su vez,
traerá consigo el aumento del empleo y de los niveles de vida. Lo cual,
evidentemente no ha sucedido o mínimamente ha sido insuficiente para lograr el
desarrollo equilibrado de la región.

La integración económica regional implica importantes modificaciones en las


economías de los estados miembros, sin embargo, como menciona Ramón
Tamames, los beneficios que la integración intergubernamental debe lograr es una
aceleración del desarrollo económico y social, y no simplemente un crecimiento
económico que solo ha llevado a una inequitativa distribución de la riqueza.

En este contexto, se vuelve necesario la intensificación del estudio sobre el


desarrollo regional que permita realizar una eficaz planeación nacional para
favorecer la economía de México, Estados Unidos y Canadá. Dada la evidente y
creciente interdependencia de estos socios. Los problemas económicos y sociales
que se presentan en varias zonas del país, en el caso mexicano, afectan la
seguridad económica y social de las zonas más desarrolladas. Por ello, es
indispensable acotar las profundas disparidades en los países en el ámbito de las
leyes y su aplicación, por ejemplo, para con ello aspirar a plantear objetivos,
estrategias y metas de carácter supranacional para enfrentarlos. Cualquier
posibilidad de implementar fondos estructurales en México implica la necesidad de

XCI
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

conocer a profundidad tanto las causas como los indicadores de la desigualdad en


México.

La integración en América del Norte está en construcción, por ello es necesario


trascender la visión economicista que reduce el proceso a la zona de libre comercio
del TLCAN y abrazar la visión de la comunidad norteamericana que permite plantear
una serie de intereses comunes a largo plazo que se lograrían gracias a la
integración, en este caso el objetivo último de hacer del bloque norteamericano una
zona de desarrollo y estabilidad social, con mayores niveles de convergencia entre
las economías.

El precario desarrollo que viven algunas regiones de nuestro país, la creciente


migración de nuestros connacionales dirigida hacia los países del norte, entre otros
aspectos, son problemas estratégicos que deben resolverse, en la medida en que
generan tanto desequilibrios en la economía nacional como en las de los integrantes
del TLCAN.

La protección del medio ambiente, la óptima utilización de los recursos naturales y


una sana economía son los objetivos que deberían considerarse en la aplicación de
programas que permitan el desarrollo económico de las zonas más atrasadas. Estos
aspectos proporcionan la productividad y la competitividad en esas regiones,
favoreciendo la economía nacional y la economía de América del Norte en su
conjunto, y, finalmente se logre una mayor competitividad a nivel internacional. De
esta manera, se solucionarían problemas nacionales y regionales como la migración
y posiblemente se pueda plantear para México una posterior diversificación de
mercados en el ámbito mundial. Logrando consolidar primeramente su estructura
interna y su relación con sus mayores socios y, posteriormente, favoreciendo el
intercambio con otras zonas.

XCII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

En este sentido, se plantea la primera acción específica en materia de políticas,


relativas a las relaciones con Estados Unidos.

Plantear la actualización y ampliación del tratado comercial con los Estados


Unidos de forma que además de corregir las omisiones lascivas para el medio
ambiente, el incluir se incluya la debida articulación de medidas sociales,
políticas y culturales de carácter local, es decir que el tratado comercial
incluya compromisos específicos en materia de desarrollo democrático, los
derechos humanos y ambientales, la lucha contra la corrupción, el respeto a
la diversidad cultural de los pueblos originarios y seguridad nacional. Entre
avanzando hacia la consolidación en el mediano plazo de una verdadera
Comunidad de Naciones de Norteamérica.

En este sentido, Estados Unidos ha incentivado la cooperación a nivel bilateral


(México-EEUU/ Canadá-EEUU) a fin de hacer frente a los nuevos retos. Al compartir
la frontera más transitada del mundo con Estados Unidos, México indiscutiblemente
forma parte del perímetro de seguridad de ese país.

México intentará mantener la seguridad de Estados Unidos intensificando su interés


en organizar las fronteras inteligentes y cooperando ampliamente en la materia,
como han demostrado los operativos implementados en los aeropuertos nacionales.

A grandes rasgos, podríamos afirmar que los acuerdos entre México y Estados
Unidos sobre la definición de la seguridad y las amenazas a la misma son mínimos:
el reconocimiento de que el terrorismo, así como el tráfico de personas, drogas y
armas constituyen amenazas que por su carácter de transnacional requieren de la
cooperación de ambos Estados para ser enfrentados, por lo que los mecanismos
de cooperación desarrollados a nivel bilateral responden a este acuerdo mínimo,
dejando subsumida cualquier posibilidad de avanzar en acuerdos en materia de

XCIII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

seguridad hídrica, económica o alimentaria, tan necesarios para la franja fronteriza


en su conjunto.

Sin embargo, este acuerdo de fronteras inteligentes está claramente orientado a


garantizar el tránsito comercial y eficientar los cruces legales, lo que es marginal si
consideramos a fondo la complejidad fronteriza que incluye una gama de temas
pendientes como el uso sustentable del agua, la violencia generada por las bandas
de narcotraficantes traducidas en ejecuciones, los feminicidios en Ciudad Juárez y
el peligro que enfrentan miles de indocumentados al cruzar por territorios cada vez
más complicados en aras de alcanzar el “sueño americano”. En consecuencia,
consideramos que esta investigación aporta un panorama general sobre el estado
de la estructura y relaciones entre México y Estados Unidos a partir del cual se
vuelve urgente desarrollar nuevas líneas de investigación como, por ejemplo, en el
tema de la sustentabilidad en la cuestión del agua, o la situación precaria que
significa las formas de empleos de los trabajadores de la industria maquiladora en
la frontera, sólo por mencionar dos casos; lo anterior contrasta con el discurso
oficial, que además de omitirlos, no presenta iniciativas específicas y necesarias
centrándose exclusivamente en acciones relativas a la seguridad.

Asimismo, el hecho de que Estados Unidos no renuncie a acciones unilaterales en


aras de la protección de sus fronteras, valida nuestra hipótesis sobre la primacía de
las medidas de carácter unilateral sobre las de colaboración, el hecho de que
Estados Unidos cada vez endurezca sus controles fronterizos estaría en contra de
la perspectiva que enarbolan los promotores de la Comunidad de Seguridad. Lo que
existe, desde nuestra perspectiva, es una serie de acuerdos mínimos que no tienen
aparejados programas ni recursos en ambos países, por lo que no derivará en la
construcción de identidades comunes ni de una comunidad de seguridad en la
medida en que la cooperación no necesariamente significa unidad. Desde nuestra
perspectiva, si bien es cierto que paulatinamente se está adquiriendo esta visión
regional, aunque no de forma explícita, optándose por un trabajo pausado, temático,

XCIV
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

práctico e inmediato, Estados Unidos no renunciará a la posibilidad de actuar


unilateralmente.

Estados Unidos ha reforzado la seguridad de su frontera sur y las políticas contra


los trabajadores indocumentados, ejemplos de ello son el operativo Arizona Border
Control (ABC) (cuya finalidad es endurecer la vigilancia fronteriza e incluye el uso
de balas de goma y gas mostaza por parte de la Patrulla Fronteriza contra los
migrantes) y la deportación unilateral a lo largo de la frontera de los indocumentados
detenidos en Estados Unidos en el marco del Programa de Repatriación Lateral. Lo
anterior niega una realidad explicita que más allá de las fronteras entre ambos
países, cultural y socialmente hablando dichas fronteras se encuentran cada vez
más unidas, dado que los vasos comunicantes se extienden a diversas vertientes
familiares, comerciales y económicas.

En la medida en que la seguridad y sus adjetivos tienen significados distintos para


México y Estados Unidos, y ante la oposición de construir una identidad común en
la materia, a lo que se agregan las cuestiones de soberanía y cultura, tampoco es
viable hablar de una comunidad de seguridad entre México y Estados Unidos.

Al respecto, bien vale la pena resaltar las implicaciones del carácter asimétrico y
aparentemente distante entre México y Estados Unidos, como dicen González y
Haggard:

“En las relaciones asimétricas, los retos a la seguridad no son de


carácter tradicional militar. La cooperación dependerá de la
voluntad y capacidad de la parte débil al manejar las externalidades
trans-fronterizas que las colocan como una amenaza. Tres de estos
temas sobresalieron en 80’s 90’s; los ambientales, drogas e
inmigración. Cada uno caracterizado por niveles diferentes de

XCV
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

cooperación, institucionalización y confianza.” (Guadalupe


González y Stephan Haggard, 1998, pp. 295-331).

Así, vemos como los niveles de cooperación dependen de múltiples variables,


tiempo, participación y voluntad de los actores, institucionalidad de la relación,
coyuntura política interna, niveles de interacción, dimensiones del problema, entre
otros. Es decir, dependiendo de la temática, necesariamente nos encontramos con
la fortaleza, o debilidad, de las instituciones internas para responder a los acuerdos
y hacer efectiva la cooperación. Sumado al hecho de que la asimetría
necesariamente obliga a que las acciones de México a ser más o menos
compatibles con las de Estados Unidos, en cuanto al manejo internacional de cierta
temática.

Siguiendo a González y Haggard las:

“Preocupaciones clásicas de seguridad han jugado un rol


importante en la coincidencia de seguridad de México y Estados
Unidos, (...)Pero una necesaria (aunque no suficiente) precondición
para la cooperación es la convergencia: la extensión de las políticas
que México adopta y que son conducentes a las de Estados
Unidos”. (Ibíd., p. 325).

Dicha convergencia ni es lineal, ni necesariamente institucionalizada y en este caso


tampoco forzosamente cooperativa. En consecuencia, no podemos hablar de una
comunidad de seguridad, en el sentido en que los teóricos que presentamos en el
primer capítulo la entienden (como una identidad común e identificación automática
de amenazas comunes). Aunque como dice García la tendencia va en un sentido
de coincidencia:

“A pesar de que el concepto de comunidad de seguridad sugiere


que los dos países desarrollen una convergencia de objetivos de

XCVI
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

seguridad suficientes para desempeñar cooperación mutua


significativa en temas de seguridad, la observación empírica revela
que esto no ocurre entre México y Estados Unidos en lo que
concierne a las operaciones de seguridad en su frontera común. (No
obstante) Sí se vislumbran tendencias a largo plazo que la
encaminan en esa dirección.” (José Z. García, México 2003. p. 386).

En consecuencia, dado que Estados Unidos considera a la migración ilegal uno de


los principales retos a su seguridad y dada su preocupación por la porosidad
fronteriza.

De esta forma, se articula la segunda estrategia específica, relativa a:

Establecer una estructura integral de protección a la población migrante


sustentada en acciones de difusión y promoción en los Estados Unidos, sobre
todo en aquellas regiones donde la integración económica y social es
importante, para lograr que líderes de opinión, así como organizaciones
interesadas, establezcan públicamente la posibilidad de ampliar la
colaboración y la complementariedad de las comunidades fronteriza, y que
esa campaña articule los diversos ámbitos de colaboración y coordinación
necesarios para facilitar la integración de una verdadera comunidad fronteriza
que comparte intereses y destinos comunes. En el foco de atención debe
prevalecer la necesidad y ventajas de que esta relación ocurra con respeto a
la ley, la diversidad y los derechos humanos.

México debe generar la estrategia adecuada para que se logre un acuerdo general
lo más pronto posible. Y esto debe incluir acciones de cabildeo en el Congreso de
los Estados Unidos, tal y como sucede en otras materias por grupos de interés. De
lo contrario, nuestros trabajadores indocumentados seguirán siendo perseguidos y
tratados como “delincuentes” no sólo por las autoridades estadounidenses sino por

XCVII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

un cada vez número mayor de ciudadanos de ese país que alimentan los
sentimientos racistas y xenófobos.

Así, podemos señalar que más allá del debate, lo que enfrentamos claramente es
un doble proceso de reconfiguración de las fronteras regionales en América del
Norte: por una parte, un movimiento de cierre relativo con mayores controles y
vigilancia entre Estados Unidos y México; por el otro, un movimiento de ampliación
de la frontera concebida en términos de seguridad, producción, culturalmente y
socialmente, para considerar como una sola entidad a los integrantes de América
del Norte.

De esta manera, las cuestiones de seguridad y los desafíos que son preocupación
mutua para México y Estados Unidos son numerosos e incluyen a) el desarrollo de
un concepto de seguridad y amenazas común, b) la gestión compartida de la
frontera, c) la atención de temas prioritarios para el desarrollo fronterizo como el
manejos sustentable del medio ambiente y el impulso al desarrollo de las ciudades
del lado mexicano, d) el monitoreo de terroristas internacionales y de organizaciones
criminales; e) la colaboración anti-narcóticos; f) programas conjuntos de disuasión
de la proliferación de armas de destrucción masiva; g) contrainteligencia y h)
cooperación general en aplicación de justicia.

Y en este contexto el reto para México es tener un acercamiento más integral a la


sociedad de los Estados Unidos que garantice el resguardo de los intereses
nacionales y el desarrollo de la cooperación. La intención es superar las
restricciones que ha impuesto el gobierno de los EEUU y hacer valer los lazos
comunicantes en la región, independientemente de que el resto de los Estados
Unidos tenga claro que México es su socio y aliado en los diferentes frentes, México
debe utilizar los canales diplomáticos correspondientes para impulsar mayores
puentes de diálogo con la comunidad, sectores y líderes de opinión de los Estados
Unidos a fin de promover la idea de la necesidad de invertir recursos en la frontera

XCVIII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

en una ecuación donde seguridad y prosperidad garanticen, sin duda, la estabilidad


de ambos países.

Sin duda, el interés político y la utilidad mediática que ha demostrado Estados


Unidos en el tema de México debe ser aprovechado por el país para concretar
acuerdos de desarrollo económico y obtener recursos necesarios para impulsar
programas de desarrollo, y por esta razón es necesario enfatizar las relaciones de
beneficio mutuo en los responsables de la política interna en los Estados Unidos.

México tiene que promover ante Estados Unidos la idea de que la estabilidad interna
del país depende directamente de las condiciones socioeconómicas que imperan
en el mismo, por lo que es de suma importancia generar proyectos de desarrollo
locales, perfectamente planificados, para impulsar el desarrollo de dichas zonas
marginadas de nuestro país como un primer paso para el mantenimiento de la
estabilidad. Si los países de Norteamérica tienen la finalidad de erigirse en el bloque
económico más competitivo del mundo y se ha asumido que la seguridad es una
condición para lograrlo, México entonces debería promover una agenda de
cooperación norteamericana que le permita acceder a recursos económicos para tal
fin, como ejemplo se puede retomar la experiencia en los procesos de integración
de la Comunidad Europea.

De esta forma identificamos que existen intereses comunes entre México y Estados
Unidos que obligan a este último a pensar en la estabilidad mexicana:

a) La creciente comunidad de origen mexicano en Estados Unidos,


que independientemente de las diferencias entre ellos, significan
un elemento influyente dentro de la política estadounidense,
ejemplo del poder que puede ejercer México en los Estados
Unidos, siempre y cuando se elaboren las estructuras y las
instituciones necesarias para encausar la participación en el

XCIX
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

sentido de reconocimiento de dichos actores y la congruente acción


propia para cumplir con estos fines.
b) La necesaria convergencia energética, sobre todo en la zona
fronteriza, pues si bien México es productor de petróleo se hace
imperante desarrollar otras formas de energía, como la explotación
del gas y la producción de electricidad; de las cuales es necesario
establecer un enfoque regional favorable para ambas naciones.

La convergencia en materia de seguridad debe abarcar una cantidad mayo de


temas, como es la migración, el intercambio comercial, el cuidado de la
biodiversidad, el cual debe darse en forma creciente, siempre que se fomente el
acercamiento y conocimiento entre las distintas comunidades y agentes productivos
que integran la región, entre las cuales el recurso poco inteligente, que se soporta
solo en la fuerza ha quedado excluido como canal para hacer prevalecer los
intereses del más poderoso, pero en el que los condicionamientos y los mecanismos
de coerción pueden estar a la orden del día.

De esta forma, establecemos la tercera medida específica de acción en materia de


políticas públicas:

México debe plantear a los gobiernos estatales de los Estados Unidos que
integran la frontera, la necesidad de contar con acuerdos regionales y en
áreas específicas en el ámbito educativo, cultural, social y familiar que
faciliten e incentiven el intercambio social y económico en la región, con el
propósito de que estos acuerdos se conviertan en experiencias objetivas y
exitosas de integración regional, mismos que sumarán apoyo político para la
ampliación de dichos acuerdas a nivel nacional.

Al final del día, el interés de Estados Unidos sobre la forma en que se integra la
economía mexicana a sus intereses ha sido permanente, la virtud debe consistir en

C
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

utilizarlo para beneficio mexicano. Por ello es hora de que el TLCAN transcienda la
barrera meramente económica, lo cual requiere establecer de manera clara los
beneficios que esto conlleva cada uno de los socios.

De manera inmediata, en materia migratoria México no sólo debe renovar sus


esfuerzos en el apoyo a los migrantes ilegales, sino realizar un esfuerzo por
promover la migración legal en condiciones adecuadas de seguridad que soporte el
ejercicios de los derechos humanos y laborales de los migrantes, y eso involucra el
trabajo de formación de preferencias anterior del Congreso y en la presidencia sobre
la importancia de que Estados Unidos cuente con una identificación certera que dé
claridad y soporte de las personas que emigran, para que puedan atender su
problemática de seguridad, sobre quién está en su territorio para lo cual se
requeriría un paquete integral de reformas en el área de la migración bajo los
siguientes argumentos:

 La necesidad de proveer servicios legales de entrada y salidas a los


migrantes indocumentados,
 Fortalecer los propósitos de la seguridad estadunidense al
proporcionar datos ciertos concernientes a millones de residentes
que migraron y actualmente se encuentran invisibles.

Una reforma a la visión actual de la relación bilateral que proporcionara ingreso


legal al país eliminaría la industria del tráfico de personas, reduciendo
significativamente los temores del gobierno de que las redes ilegales de
contrabando de personas pudieran ser utilizadas por los terroristas, evitando los
cientos de muertes anuales de migrantes.

Asimismo, en materia de cooperación contra el narcotráfico, es importante


reconocer la necesidad de transformar la perspectiva con la que se atiende dicha
problemática, la cual ha dejado en segundo término aspectos tan relevantes como

CI
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

el financiamiento de dichas actividades, que sin duda es necesario atacar, partiendo


de la idea de responsabilidad compartida, los tres pilares del narcotráfico señalados
por Luis González Souza, a saber: "uno, la demanda real y creciente de narcóticos
a cargo de EU, complicada por su esquizofrénica actitud de ostentarse como el
adalid mundial contra las drogas, pese a ser su principal mercado. Dos, la oferta de
estupefacientes, también real y creciente, que proceden de México en la misma
medida en que crecen su narcoeconomía y su narcopolítica. Tres, y a manera de
bisagra clave, las todavía no muy claras complicidades --técnicas o políticas, por
acción u omisión-- que crecen entre cúpulas (no sólo cárteles) de ambos países, y
que lógicamente alimentan la interacción demanda-oferta." (Luis González Sousa).

Finalmente, debemos concluir sobre la necesidad de retomar experiencias exitosas


de integración como es el caso del funcionamiento de los llamados Fondos
Estructurales de la Unión Europea, lo cuales significan recursos que reciben los
países menos adelantados de la Unión, a fin de mejorar las condiciones generales
de su economía y el desarrollo de infraestructura en sus países. La negociación de
estos fondos sería el primer paso para una sana integración por lo que se requiere
del desarrollo de mecanismos semejantes para que las relaciones de la región
promuevan el desarrollo integral de las comunidades que las habitan.

CII
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

INVESTIGACIÓN:

LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO


CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN FRENTE AL MURO.

Desarrollo de la Investigación
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 1

CAPÍTULO 1 MARCO CONCEPTUAL DE POLÍTICA EXTERIOR. 10


1.1. LAS RELACIONES INTERNACIONALES. 10
1.1.1. TEORÍAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES. 11
1.1.1.1. TEORÍA TRADICIONAL. 12
1.1.1.2. LA TEORÍA DE LA INTERDEPENDENCIA COMPLEJA 13
1.1.1.3 TEORÍA DE LA DEPENDENCIA 15
1.1.2 EL PROCESO DE DESARROLLO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES 16
1.1.3. LA IDEA DEL REALISMO POLÍTICO 19
1.2. EL REGIONALISMOS EN LA ESFERA INTERNACIONAL. 23
1.2.1. EL PARADIGMA DE LA INTEGRACIÓN REGIONAL Y LOS FONDOS
ESTRUCTURALES 25
1.3. LA POLÍTICA EXTERIOR. 37
1.4. EL CONCEPTO DE POLÍTICA INTERNACIONAL 40
1.5. EN CONCEPTO DE SOBERANÍA NACIONAL 41
1.6. LA ZONA DE INFLUENCIA Y ZONA ESTRATÉGICA. 42
1.7. LO QUE ES EL INTERÉS NACIONAL. 42
1.8. EL TEMA DE LA SEGURIDAD EN EL ÁMBITO INTERNACIONAL. 43
1.8.1. LA SEGURIDAD EN EL SENTIDO TRADICIONAL 44
1.8.2. LA SEGURIDAD COMO TEMA MULTIDIMENSIONAL. 44
1.8.3. SEGURIDAD HUMANA EN EL CONTEXTO INTERNACIONAL. 46
1.8.4. LA SEGURIDAD VISTA DESDE LOS PARADIGMAS DE LAS RELACIONES
INTERNACIONALES. 47
1.8.4.1. EL ´PARADIGMA REALISTA Y LA SEGURIDAD. 47
1.8.4.2. EL INSTITUCIONALISMO LIBERAL Y LA SEGURIDAD DEMOCRÁTICA. 49
1.8.4.3. LOS SISTEMAS DE SEGURIDAD REGIONAL. 52
1.8.4.4. LAS COMUNIDADES DE SEGURIDAD 53
1.8.5. LA IMPORTANCIA DE LA SEGURIDAD NACIONAL 57
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

1.8.5.1. LA POLÍTICA DE SEGURIDAD NACIONAL. 58


1.9. CONCEPTO DE FRONTERA. 60
1.9.1. FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS 62
1.9.2. LA SEGURIDAD EN LA FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS. 63
1.10. EL PARADIGMA DE LA INTERDEPENDENCIA. 64
1.11. LA COOPERACIÓN A NIVEL INTERNACIONAL. 69
1.12. EL PARADIGMA DEL COMERCIO INTERNACIONAL. 71
1.12.1 Teorías Liberales. 71
1.12.2. TEORÍAS NACIONALISTAS. 75
1.12.3. EL NUEVO PARADIGMA LA POLÍTICA COMERCIAL ESTRATÉGICA. 77
1.13. POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO-EEUU 79
1.13.1. EL SISTEMA MUNDIAL MODERNO 80
1.13.2. LA INTERDEPENDENCIA. 82

CAPITULO 2 LA TRUCULENTA HISTORIA DE LA RELACIÓN ENTRE MÉXICO


Y ESTADOS UNIDOS. 86
2.1 ASPECTOS HISTÓRICOS RELEVANTES EN LA RELACIÓN BILATERAL 86
2.1.1 LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX. 86
2.1.2. LA REFORMA EL SURGIMIENTO DE LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO. 99
2.1.3. LA CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO, EL PORFIRIATO. 104
2.1.4. LA POLÍTICA EXTERIOR DURANTE LA REVOLUCIÓN MEXICANA. 110
2.1.5. EL TEMA PETROLERO. 116
2.1.6. RELACIÓN ESPECIAL ENTRE 1940-1969 120
2.1.6.1. EL TEMA DE LA MIGRACIÓN 122
2.1.6.2. EL ESTADO DE LA POLÍTICA EXTERIOR. 123
2.1.6.3. EL NARCOTRÁFICO DENTRO DE ESTA RELACIÓ BILATERAL. 127
2.1.7. EL CAMBIO DE ESTRATEGIA 1970-1994 131
2.1.7.1. EL SEXENIO DE LUIS ECHEVERRIA, 1970-1976 131
2.1.7.2. LA PRESIDENCIA DE JOSE LÓPEZ PORTILLO, 1976-1982 135
2.1.7.3. LA ADMINISTRACIÓN DE MIGUEL DE LA MADRID HURTADO1982-1988.
139
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

2.1.7.4. EL TRIUNFO DEL NEOLIBERALISMO LA PRESIDENCIA DE CARLOS


SALINAS 1988-1994. 144
2.1.8. EL PRINCIPIO DE LA INTEGRACIÓN, LOS NOVENTA: TLCAN,
INTERDEPENDENCIA Y NARCOTRÁFICO. 150
2.1.8.1. EL COMERCIO INTERNACIONAL EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO. 150
2.1.8.2. SEGURIDAD REGIONAL Y LA CUESTIÓN DEL NARCOTRÁFICO. 153
2.1.8.3. EL TEMA DE LA MIGRATORIOS EN LA RELACIÓN BILATERAL. 178
2.2. LA HISTORIA DEL NARCOTRÁFICO Y LA RELACIÓN BILATERAL 180

CAPITULO 3 LA EXPERIENCIA EN EL ULTIMO CUARTO DE SIGLO 184


3.1 LA RELACIÓN MÉXICO ESTADOS UNIDOS EN MATERIA ECONOMICA. 184
3.1.1. LA DISPARIDAD ENTRE ECONOMÍAS. 184
3.1.2. ALGUNOS RESULTADOS DEL LIBRE COMERCIO. 185
3.1.3. LA BALANZA COMERCIAL ENTRE MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS. 187
3.1.4. EL ESTADO COMO GARANTE DE LA SEGURIDAD DEL MERCADO. 190
3.1.5. LAS MEDIDAS PROTECCIONISTAS DE EEUU DESPUÉS DEL 11-S. 196
3.1.6. ESTADOS UNIDOS Y LAS MEDIDAS PROTECCIONISTAS DENTRO DE LA
OMC. 213
3.1.7. MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS DESPUÉS DE 9/11. 214
3.1.8. LA SOCIEDAD PARA LA PROSPERIDAD. 216
3.2. LA POLITICA EXTERIOR Y EL NARCOTRAFICO EN LA RELACIÓN BILATERAL.
220
3.2.1 EL NARCOTRÁFICO Y LA RELACIÓN BILATERAL. 220
3.2.2. COOPERACIÓN O UNILATERALISMO, EL CAMBIO DE SIGLO. 228
3.2.3 NARCOTRÁFICO Y TERRORISMO, EL CAMBIO DE ESCENARIO. 230
3.2.4 EL NUEVO RUMBO DE LA COOPERACIÓN CONTRA EL NAORCOTRAFICO 233
3.2.5. EL PRESENTE Y EL FUTURO LA INICIATIVA MÉRIDA. 241
3.3. EL CAMBIO DE ESCENARIO, TRUMP. 245
3.3.1. SEGURIDAD Y MIGRACIÓN IRREGULAR 245
3.3.2. SEGURIDAD EL TEMA DEL NARCOTRÁFICO. 247
3.3.3. EL PUNTO MÁS ÁLGIDO EL CAMBIO DEL TLCAN. 248
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

CONCLUSIONES. 251

BIBLIOGRAFÍA. 264
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

INTRODUCCIÓN

A través de su historia la política exterior de México ha gozado de un amplio prestigio


internacional al enarbolar una serie de principios que otorgan sentido y propósito a
la actuación externa de México y son universalmente aceptados para la convivencia
pacífica de los países.

Consagrados en la fracción X del artículo 89 de la Constitución Mexicana, los siete


principios de la política exterior de nuestro país son: la autodeterminación de los
pueblos; la no-intervención; la solución pacífica de controversias; la proscripción de
la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad
jurídica de los Estados; la cooperación internacional para el desarrollo; y la lucha
por la paz y la seguridad internacionales.

Dichos principios tienen su fundamento histórico en el azaroso camino que México


recorrió durante el siglo XIX tras lograr su independencia de España con las
continuas intervenciones de las grandes potencias a nuestro territorio y la pérdida
de Texas luego de la guerra con Estados Unidos y se concretaron tras la Revolución
de 1910 en las Doctrinas Carranza y Estrada.

A las primeras tres décadas de la vida independiente de nuestro país podemos


reconocerlo como un período de anarquía, caracterizado por la inestabilidad
reinante traducida en 45 administraciones presidenciales, definitivas o interinas; 3
constituciones, cerca de 100 pronunciamientos, motines y rebeliones, la pérdida de
territorio y un sinnúmero de problemas con el exterior, como lo fueron las diversas
intervenciones extranjeras y conflictos bélicos de importancia; periodo en el que en
realidad no podemos hablar de una Política Exterior del Estado Mexicano, sino de
Relaciones Internacionales de México, debido a que, ante la falta de un proyecto

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

nacional consolidado y una facción hegemónica que lo llevase a cabo, no existe una
formulación de Política Exterior.

No obstante, se delinearon ciertos objetivos básicos como la búsqueda de los


reconocimientos del Estado mexicano y la obtención de préstamos internacionales.
De hecho, los primeros objetivos de las Relaciones Internacionales de México están
definidos por la necesidad de obtener el reconocimiento de Estado por parte de las
potencias de la época y un préstamo. Asimismo, se plantearía la defensa de la
soberanía del país, traducida en independencia e integridad territorial.

Es con el triunfo liberal de la Reforma que se sientan las bases del Estado Nación
mexicano, al terminar de lleno con los restos del sistema colonial y triunfar frente a
la facción conservadora. Vendría entonces el triunfo sobre la Intervención Francesa
y el Imperio de Maximiliano con el surgimiento de un proyecto nacional y de una
Política Exterior, cuyos principios serían formulados a partir de la experiencia
histórica del país. Surge entonces la Doctrina Juárez sobre la no-intervención y el
respeto a la soberanía de los Estados.

Sería con el régimen de Díaz, sustentado en la ideología positivista con el lema


"orden, paz y progreso", que se consolida el Estado Nación en México. En este
sentido, encontramos una concepción acabada de Política Exterior, que, vía la
promoción a la inversión extranjera y la política de contrapesos, correspondió al
proyecto de desarrollo porfirista.

Finalmente, las dos grandes doctrinas que han regido la actuación internacional de
nuestro país durante el siglo XX (Doctrina Carranza y Doctrina Estrada) surgen tras
la lucha revolucionaria de 1910, nuevamente resultado de la amenaza
intervencionista de Estados Unidos hacia nuestro país.

En este contexto, se desarrolla la relación bilateral entre México y Estados Unidos,


la cual ha sido difícil durante los siglos XIX y XX, ya que existen innumerables

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

registros que documentan el resultado de la relación de poder que se da entre la


nación más fuerte contra la más débil. Las expresiones traumáticas de su destino
manifiesto, hicieron que nuestro país perdiera gran parte de su territorio y padecer
el acoso constante de una política exterior avasalladora.

Desde el siglo XIX, han existido los conflictos por el constante interés de Estados
Unidos para ser él quien vigila el curso de la democracia en nuestro continente y en
especial con gran atención en nuestro país.

El sentido de pertenencia de parte de la Unión Americana del territorio continental


siempre ha sido una constante, por eso se llaman americanos en alusión al
continente, su ansiedad de exportar su forma de ser, ha friccionado la complejidad
cultural de los países latinoamericanos.

La constante de su relación con México se ha caracterizado por la imposición,


intromisión e insolencia respecto a la nación mexicana, desde su naciente vida
independiente, hasta la Expropiación Petrolera de 1938, dio paso a la llamada
“relación especial” al fin de la Segunda Guerra Mundial.

Durante todo ese periodo, intentaron y en algunos casos lograron, modificar la vida
política de México, que, como país menos desarrollado, tuvo que hacer un trabajo
mayúsculo para aminorar las presiones de su vecino del Norte, quien consideraba
a nuestras estructuras sociales, políticas y económicas, inmaduras para elegir
adecuadamente su horizonte ideológico, aunado a las constantes sucesiones en la
silla presidencial.

Los recursos naturales de México fueron el principal interés de Estados Unidos,


forzando las diferentes etapas de cooperación que después se han convertido en
conflicto o viceversa.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Los momentos más difíciles de México ante los Estados Unidos, fueron
protagonizados por diplomáticos mexicanos de gran habilidad y sensibilidad política
como: Matías Romero, Isidro Fabela, Genaro Estrada, entre otros, quienes pusieron
al servicio de la Nación, sus mejores propósitos por buscar una relación digna y
respetuosa.

Para los Estados Unidos, México se convierte en punto de interés sólo cuando
considera que su seguridad territorial es amenazada. Sabedores del origen
nacionalista de la política exterior mexicana, plasmado en el espíritu de la
Constitución de 1917, se han acercado amistosamente sólo en momentos
coyunturales, como la Segunda Guerra Mundial, donde su participación como
proveedor de insumos era importante para sus intereses estratégicos.

La “relación especial” terminó como empezó, con medidas unilaterales del interés
de Washington, siendo el primer aviso la conclusión del Acuerdo Bracero en 1964 y
posteriormente con la puesta en marcha de la “Operación Interception” de 1969.

Al tiempo y ante los importantes descubrimientos petroleros en el Sureste del país,


hicieron que la Casa Blanca y los congresistas, vieran a México como una fuente
de oportunidades y buscan mejorar el nivel de amistad entre ambos pueblos. En
paralelo, la cooperación se daba también en diversos temas de creciente
importancia como el narcotráfico, con la “Operación Cóndor” financiada y asesorada
por los Estados Unidos, dando por cierto buenos resultados.

El 5 de marzo de 1985 tuvo lugar en Guadalajara, el asesinato de Enrique


Camarena Salazar un agente de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA
por sus siglas en inglés), acontecimiento que tuvo un fuerte impacto en la relación
bilateral, motivando la segunda “Operación Interception”.

Desde entonces, la presión de Estados Unidos ha crecido para erradicar la


producción y tránsito de enervantes que se realiza en México. Sin embargo, sólo

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

hasta el encuentro de los presidentes electos Carlos Salinas de Gortari y George


Herbert Walter Bush, el 22 de noviembre de 1988 en la ciudad de Houston Texas,
se dibujó una nueva atmósfera de cooperación conocida como el “Espíritu de
Houston”.

Sin duda alguna, Estados Unidos ocupa un papel primordial en el proceso de toma
de decisiones de la política exterior de México. Inclusive, muchas veces se confunde
la política exterior de México con su relación bilateral con Estados Unidos. Por ello,
en el proceso de formulación de la política exterior de México, Estados Unidos
recibe un trato especial. Es decir, el gobierno mexicano siempre asumirá una
posición diferente ante este país que con respecto a los otros miembros de la
comunidad internacional.

Las razones que explican la preeminencia de Estados Unidos en el proceso de toma


de decisiones de la política exterior de México son:

1) El pasado accidentado de la relación bilateral en donde Estados Unidos ha


invadido, presionando e interviniendo en México.
2) El carácter conflictivo de la relación, especialmente en los temas de
migración y narcotráfico.
3) La creciente interdependencia entre ambas economías expresada de
manera arquetípica a través del TLCAN.
4) El fin de la Guerra Fría y el contexto posterior a los atentados terroristas del
11 de septiembre de 2001 a Estados Unidos, en donde México ha
incrementado su posición estratégica en el marco de la política de seguridad
estadounidense.
5) El número de temas y actores involucrados en la relación bilateral, entre
otras.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

La influencia de Estados Unidos ha provocado que la política exterior mexicana se


centre en la relación bilateral con su vecino del norte, dejando a un lado otros temas.

De este modo, los resultados de la presente investigación se articulan en el presente


documento, del siguiente modo:

En el primer capítulo, hacemos un repaso de los principales conceptos que integran


el objeto de estudio que implica la política exterior, iniciando con la revisión de las
principales teorías de las relaciones internacionales, así como especificando los
conceptos de política internacional, soberanía nacional y el interés nacional,
particularmente relevante es comprender el concepto de seguridad nacional en el
ámbito nacional y sus diversas ramificaciones.

Lo anterior resulta de particular interés en el caso de las relaciones con los Estados
Unidos dado que en los últimos años el tema recurrente y de mayor interés por parte
de ese país, se centra sobre ese tema, ya sea con el de detener el tráfico de droga,
como la migración de personas de forma indocumentada.

Finalizamos este capítulo con una breve revisión de los principios y elementos que
integran el tema del comercio bilateral y las políticas implementadas para facilitarlo
en ambos lados de la frontera, así como algunos temas que definen el carácter
interdependiente de la relación.

Para el capítulo 2, hacemos un breve repaso de los que a nuestro juicio constituyen
los hechos y procesos históricos más destacados de la relación bilateral,
comenzando desde el siglo XIX donde para ambos países comienza el despegue
como naciones en ciernes.

Particularmente interesante es la forma en que se constituye la relación con los


Estados Unidos a partir de la consolidación del estado mexicano que surgió de la
Guerra de Reforma y su consolidación institucional con el régimen de Porfirio Díaz.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

El análisis nos llevara del carácter íntimamente colaboracionista en los hechos, pero
independiente en el discurso de los gobiernos surgidos de la revolución mexicana.
Hasta la época de la firma del TLCAN en el cual se reconoce la inserción productiva
de la economía mexicana al resto de Norteamérica, particularmente a los EEUU.
Asicomo el surgimiento del tema de la seguridad nacional afectada por el trasiego
de drogas a través de la frontera entre ambas naciones.

En el tercer capítulo, examinaremos las primeras consecuencias de la relación


asimetría del comercio entre México y los EEUU, cual pasa por reconocer los
negativos efectos del tráfico de drogas y de personas a través de la frontera con
México; particularmente relevante a partir de los ataques terroristas del 11 de
septiembre. En este sentido, se debe reconocer el crecimiento en la dependencia
de la planta productiva nacional con respecto a la demanda de productos de los
Estados Unidos, convirtiéndose en el importador del más del 80% de la producción
nacional que se comercia en el extranjero. Sin embargo, y pese a la existencia del
TLCAN, los Estados Unidos no ha dejado de implementar a discreción medidas
proteccionistas. Finalmente se presentan las conclusiones, misma que incluyen
propuestas de líneas de investigación para profundizar en los aspectos señalados
anteriormente.

El diseño de la investigación es de naturaleza cualitativa, no experimental,


descriptiva y observacional, es decir, se han identificado y descrito los principales
elementos y características que definen el origen y devenir histórico de la situación
de la política de las relaciones exteriores con los estados Unidos, para lo cual, se
requirió la consulta y revisión de fuentes y bases de datos del pasado; en particular
se utilizó los elementos que ofrecen las fuentes bibliográficas y hemerográficas
disponibles, proponiendo una visión crítica sobre el material seleccionado para
evitar cualquier sesgo ideológico.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Debe señalarse que las fuentes bibliográficas consultadas se encuentran


adecuadamente registradas en el apartado Bibliografía, pese a que en algunos
casos no se consideraron para la integración en el cuerpo de la investigación, sin
embargo, facilitaron elementos para contrastar, validar o refutar la información
obtenida en otras fuentes.

Asimismo, en cuanto al diseño de la investigación se encuentra el haber sido de


carácter retrospectivo y transversal, dado que se trabajó con información obtenida
con anterioridad al proyecto y con fines ajenos al trabajo de investigación, así como
el que se mide una sola vez las variables en un momento determinado.

De esta manera el tipo de estudio se caracteriza por ser de tipo exploratorio, el cual
permite “preparar el terreno” para investigaciones posteriores de mayor profundidad
y con objetivos más precisos, conforme a la definición que indique Movimiento
Ciudadano como línea de profundización y donde requiera análisis más puntuales,
con el fin de ofrecer a simpatizantes, militantes y ciudadanía en general, elementos
de juicio para definir su postura política – ideológica sobre este tema.

En este sentido, el diseño de la investigación busco ante todo allegarse de una


visión integral de las variables, actores y circunstancia que rodean al problema de
las relaciones complejas y diversas con el gobierno de los Estados Unidos y que
dan cauce para la definición de una política de estado, distinguiendo su
problemática y las áreas de oportunidad para insertarse como elemento de
desarrollo y justicia social.

En esta parte, se realizó una revisión exhaustiva de la bibliografía y fuentes


disponibles con el fin de discernir el material que atendiera de mejor manera el
objetivo y propósito encomendado para la investigación, en este sentido, fue
necesario prescindir de algunas de ellas en razón de la dificultad manifiesta de
acceder al material y también debido a que la profundidad y contenido del material

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

difería sustancialmente del perfil definido para la investigación. No obstante, se


integró una base de datos bibliográficos que pudiera ser útil para futuras
investigaciones, conforme la línea de investigación definida con Movimiento
Ciudadano.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

CAPÍTULO 1 MARCO CONCEPTUAL DE POLÍTICA EXTERIOR.

1.1. LAS RELACIONES INTERNACIONALES.

Esta disciplina nos ayuda a entender las relaciones sociales que se producen dentro
de la estructura mundial, las cuales pueden ser entre Estados; y bajo determinados
supuestos entre individuos o grupos internacionales que pertenecen a los diferentes
miembros de la sociedad internacional. (Plano Jack, Olthen Ray 1985).

El Diccionario de política internacional define a las Relaciones Internacionales como


el conjunto de interacciones de los sujetos de la sociedad internacional; que
mediante un enfoque multi e interdisciplinario (político, económico, jurídico, social,
cultural y militar) estudia, analiza y evalúa los diversos aspectos de la política
internacional.

El desarrollo y aparición del derecho internacional, coincide con la aparición del


Estado soberano, y es la primera disciplina que se ocupa de manera sustancial de
la sociedad internacional; posteriormente aparecen la diplomacia y la historia
diplomática .Pero es a partir de la Primera Guerra Mundial cuando se dan los
primeros esbozos de las Relaciones Internacionales, una ciencia que aspira a
aprehender los fenómenos internacionales; desde una perspectiva global y no
particular, como las materias antes citadas.

Es en este momento donde se empieza a gestar un nuevo orden mundial, basado


en relaciones interestatales más estrechas, en aspectos tan importantes como el
comercio y la política, surgiendo de esta manera un nuevo esquema internacional
de características y dinámicas diferentes.

En la actualidad podemos ver con mayor claridad el surgimiento de una sociedad


mundial; producto de la globalización e interdependencia compleja, además del
derrumbe del modelo clásico de Estado-Nación, y en consecuencia, el

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

debilitamiento progresivo de la distinción entre lo interno y lo internacional y por


consiguiente la necesidad de buscar nuevas formas de organización política,
económica y social.

El objetivo de esta ciencia es reflejar con absoluta exactitud los cambios cada vez
más profundos y radicales que experimenta la realidad internacional e interpretarlos
adecuadamente como forma de ofrecer soluciones a los problemas del futuro.

Se acepta la denominación de Relaciones Internacionales ya que la expresión


abarca todo tipo de relaciones sociales que configuran y afectan de modo esencial
a la sociedad internacional. Eso nos permite englobar otras expresiones como
relaciones transnacionales, interestatales, intergubernamentales, interculturales,
etc., que pueden servir para individualizar un tipo concreto de relaciones
internacionales. (Del Arenal Celestino, 1990).

Hay autores que consideran que nuestra disciplina es una rama de la ciencia
política, y se encargaría de los procesos y fenómenos de poder de los Estados en
sus relaciones reciprocas. Esta es una concepción restrictiva, ya que tiende
ineludiblemente a reducirlas a la política internacional, siendo que esta disciplina no
solamente se enfoca en ese campo de la convivencia interestatal, sino en aspectos
no necesariamente políticos, como lo son los comerciales, y los económicos entre
otros, sin considerar estos elementos se tendrían lagunas sustanciales para el buen
entendimiento del área internacional.

1.1.1. TEORÍAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES.

Desde el siglo XVII hasta fecha relativamente reciente, un único paradigma se ha


mantenido dentro del campo de estudio de las relaciones internacionales: es la
concepción tradicional, el realismo. Los cambios experimentados a partir de la

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

década de los sesenta, a raíz del nuevo clima de distensión, además de la


insatisfacción de la capacidad del paradigma idealista para dar una adecuada
interpretación de la sociedad internacional, cada vez más compleja, da lugar a la
aparición de nuevas visiones; la dependencia (universalista) y el de
interdependencia compleja (internacionalista)

Sin embargo, ninguno de ellos puede aspirar hoy a ser exclusivamente el paradigma
de las relaciones internacionales, dado que cada modelo se basa en una dimensión
importante, pero no profundiza en otros factores sustanciales de la sociedad
internacional, por lo cual los distintos paradigmas serían, en realidad, más
complementarios que opuestos. Frente a las high politics, pilar del paradigma
tradicional, ya que se refiere a la actividad diplomático-estratégica, están las low
politics que hacen hincapié principalmente en las actividades económicas,
científico-técnicas y culturales, elementos principales de las visiones universalista e
internacionalista.

1.1.1.1. TEORÍA TRADICIONAL.

Este paradigma se centra en la guerra, el orden y la seguridad y sus principios son


los siguientes:

♦ Los actores fundamentales son los Estados y los estadistas, los


ciudadanos sólo cuentan como miembros de este.

♦ Entroniza al Estado como suprema unidad política y al dividir la


vida social en dos mundos contrapuestos, uno, el nivel interno,
en el que se presupone que a través del pacto social reina el
orden, la Ley y la paz; y otro, el de la sociedad internacional, en
el que reina la anarquía, el estado de naturaleza y la ley del más

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

fuerte, determina una realidad internacional en la que el Estado


y el poder se transforman en el actor y el factor de referencia
para la política y la teoría.

♦ Las relaciones internacionales son y deben considerarse como


relaciones interestatales conflictivas, basadas en la lucha por el
poder, y al no existir un ente superior al Estado, estos han de
velar por su propia seguridad.

♦ La característica específica de las relaciones internacionales


está en la legitimidad del recurso a la fuerza armada por parte
de los Estados, y en la separación de las esferas de la política
interna y la política internacional. En ésta, las motivaciones
humanas no son importantes, los Estados operan
“racionalmente” en función del interés nacional y de la relación
de fuerzas. El poder se transforma, así, en el factor decisivo de
las relaciones internacionales; y el equilibrio del poder en la
dinámica y la política asegura un mínimo orden que tiene como
fin la supervivencia y perpetuación de los propios Estados.
(Barbé Esther. 2003).

Se afirma que este paradigma carece de utilidad en nuestros días, debido a la


pérdida de fuerza estatal y a los sustanciales cambios que han experimentado la
estructura, los actores, los factores, los intereses y la interpretación de la sociedad
internacional. Sin embargo, el Estado como ente superior ha retomado su
importancia en las relaciones internacionales, a través de la lucha por el poder, y la
protección de la seguridad nacional.

1.1.1.2. LA TEORÍA DE LA INTERDEPENDENCIA COMPLEJA

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Esta visión se centra sobre el manejo de la interdependencia y la necesidad de dar


respuesta global a los problemas internacionales comunes, y sus principios son:

♦ El Estado ha perdido significación como entidad soberana, como


estructura capaz de garantizar el bienestar y la seguridad de sus
ciudadanos; por lo tanto, han aparecido nuevos actores tanto
intergubernamentales como no gubernamentales, a nivel
nacional e internacional, que tienden a limitar aún más el margen
de maniobra de los Estados, se ha perdido el carácter estado
céntrico.

♦ Dados los cambios que se han producido en el campo social,


económico y de las comunicaciones no se puede hablar ya
exclusivamente de una sociedad de Estados con relaciones
limitadas prácticamente al campo diplomático y militar, sino que
responden a un modelo basado más en factores culturales,
tecnológicos y económicos. Esto ha favorecido a la aparición de
una creciente interdependencia y cooperación, una
transformación en la sociedad mundial; fenómeno que ha dado
lugar al surgimiento de nuevos valores e intereses comunes al
conjunto de esa sociedad internacional.

♦ Ha desaparecido la tradicional distinción y separación entre la


esfera interna y la internacional. La interdependencia y la
necesidad de atender a las demandas de desarrollo económico
y social han obligado al Estado a abrirse cada vez más al
exterior, acrecentando aún más esa interdependencia, y
restringiendo su margen de autonomía.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

♦ La sociedad internacional ya no es esencialmente conflictiva,


sino también cooperativa. Al clásico problema de la guerra y la
paz se añaden problemas derivados de las relaciones
económicas y culturales; del desarrollo y del subdesarrollo; de la
desigualdad y de las privaciones socio-económicas; entre otras.

♦ Se produce un cambio en los valores imperantes; de aquellos


exclusivamente individualistas y nacionales del pasado se
transforma a la afirmación de valores comunes y universales.

Esto ocurre como consecuencia del carácter global de los problemas y de la


comunidad de intereses. (Barbé Esther, 2003).

1.1.1.3 TEORÍA DE LA DEPENDENCIA

Emerge como una respuesta a las teorías del desarrollo económico, que inspiran la
teoría y la política durante los años cincuenta y sesenta. Aunque su centro de
atención son las relaciones económicas internacionales, su interpretación de las
mismas se plantea principalmente en términos de dependencia, desigualdad y
dominación, está sustentada en los siguientes principios:

♦ Los actores son fundamentalmente, las empresas


transnacionales, las organizaciones no gubernamentales y los
movimientos de liberación nacional. Se afirma también el papel
decisivo del Estado en las relaciones de explotación y
dominación que caracterizan al sistema.

♦ La naturaleza de las relaciones internacionales es conflictiva y


se considera que la causa de ello está en los intereses y en la

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

naturaleza del propio sistema mundial, el cual constituye la


unidad principal de análisis, ya que todos los procesos y
relaciones se producen en su seno y vienen determinados por
una estructura internacional. Se afirma que no es posible un
cambio radical en las estructuras de un Estado sin que tenga
lugar un cambio en el sistema.

♦ La visualización del mundo como un único sistema económico


dominado por el capitalismo transnacional. El sistema mundial
se caracteriza principalmente por la desigualdad económica
entre el centro y la periferia, por la explotación y la dominación,
por lazos de dependencia entre el centro y la periferia.

♦ No existe distinción entre la esfera estatal y la internacional.

♦ No hay valores, intereses y objetivos comunes y globales en el


ámbito de todo el sistema global y de todos los actores, sólo
existe la afirmación de valores e intereses de naturaleza
particular; principalmente económicos (Barbé Esther, 2003).

1.1.2 EL PROCESO DE DESARROLLO DE LAS RELACIONES


INTERNACIONALES

La teoría internacional se inicia con las primeras interpretaciones de nuestro mundo,


desde los tiempos más remotos de la historia, problemas relativos a la convivencia
de los pueblos han sido objeto de la reflexión humana. La disciplina, aunque tiene
antecedentes a lo largo de la Edad Moderna europea, su camino como tal sólo se
inicia después de la Primera Guerra Mundial.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Hasta principios del siglo XX las Relaciones Internacionales se presentaban


fundamentalmente como una extensión de la Ciencia Política, sin que hubiera una
concientización plena sobre la importancia de estudiar e interpretar los problemas
mundiales no solamente desde una perspectiva estatal, sino también, desde la
visión de la sociedad internacional; esto a su vez ha originado un constante cambio
en las fases de los paradigmas; no debemos olvidar que el hecho de que se hable
de fases no significa que el paso de una a otra suponga la desaparición de las
orientaciones científicas características de la anterior, sino simplemente se
producen a nivel general cambios en la teoría dominante.

Desde la Primera Guerra Mundial el estudio de nuestra disciplina ha pasado por


cuatro etapas; la idealista y normativa, durante la década de los treinta; la segunda,
realista y empírico-normativa, abarca los años cincuenta; en cambio la behaviorista-
cuantitativa, caracteriza el decenio de los sesenta; mientras que la etapa
posbehaviorista, se consolida durante los siguientes diez años.

Mientras que en los siguientes años y hasta nuestros días, no existe un modelo
predominante, debido a que los problemas actuales se pueden abordar de forma
particular, o bien, mediante la fusión ideológica de diversas teorías. (Del Arenal
Celestino. 1990).

♦ Fase Idealista

La Primera Guerra Mundial había demostrado la fragilidad de la diplomacia europea


internacional como medio para asegurar el orden y la paz internacional. Las
enormes pérdidas humanas y materiales habían creado una opinión pública a nivel
internacional que era partidaria de la erradicación de la guerra como instrumento de
la política de los Estados; y del establecimiento de un sistema global de seguridad
colectiva capaz de evitar futuras contiendas. La creación de la Sociedad de

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Naciones contribuirá aún más a acentuar el optimismo de cara al futuro del sistema
internacional.

La teoría internacional dominante se orienta por los caminos del idealismo, de los
proyectos de organización internacional, de la puesta en marcha de mecanismos
tendientes a la solución pacífica de los conflictos y de planes de desarme.

♦ Fase Realista

Se trata de una reacción de los especialistas a las insuficiencias teóricas de los


idealistas, que las convulsiones internacionales de los años treinta y la propia
Segunda Guerra Mundial han puesto de manifiesto.

Para los realistas, las llamadas a la razón y a la opinión pública se han demostrado
incapaces para prevenir la guerra, por lo que se hace necesario volver a las ideas
de seguridad nacional y de fuerza militar como soporte de la diplomacia. Sólo a
través de un poder efectivo los Estados pueden asegurar la paz internacional y el
arreglo pacífico de las controversias.

La concepción realista, pretende comprender el mundo tal como es y no cambiarlo,


es la que proporciona a las Relaciones Internacionales los rasgos definitorios de su
carácter científico y autónomo, haciendo del poder la clave para entender y explicar
los fenómenos internacionales (Del Arenal Celestino. 1990).

♦ Fase Behaviorista

La perspectiva behaviorista o conductista se basa en la aplicación de métodos


cuantitativos-matemáticos, se justifica esto sobre la base de que, sin la acumulación

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

de conocimiento verificable, los medios para la consecución de los objetivos serían


tan inciertos que convertían la acción en un juego inútil.

♦ Fase Posbehaviorista

La fase Posbehaviorista o nueva revolución de la ciencia política se produce debido


a la insatisfacción que ocasionaba la enseñanza behaviorista, en cuanto a la
investigación política y la carencia de poder aplicarla a los conflictos internacionales.

1.1.3. LA IDEA DEL REALISMO POLÍTICO

Esta teoría sobre las Relaciones Internacionales tiene como clave de su concepción
al poder, y sus más reconocidos exponentes son: Maquiavelo, Hobbes y
Morgenthau. Considera que a causa de lo conflictivo y anárquico del sistema
internacional, la tendencia natural del Estado es la obtención, acumulación y
preservación del poder basado en el interés nacional; que se identifica con la
seguridad del mismo; por lo tanto, la política internacional se define en última
instancia como la lucha por el poder, esta puede ser un medio para un fin como un
fin mismo. (Del Arenal Celestino. 1990).

♦ El estado naturaleza de Hobbes

El estado de naturaleza se entiende como la necesidad o la obligación de perseguir


los intereses nacionales basándose en la creencia que los demás estados harán
igual, mediante la utilización de la fuerza si es necesario sin ninguna consideración
de los intereses de otros actores o de la comunidad internacional.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Hobbes dice que no hay morales efectivas en el estado de la naturaleza, ya que se


necesitaría un poder común para que cada individuo respete las leyes, y para
lograrlo sería necesario establecer acuerdos y un ambiente de cordialidad; sin
embargo, la cooperación es ineficaz en un entorno donde predominen los intereses
particulares.

Hobbes confirma que no es posible que dos naciones compartan intereses


comunes, ya que las coaliciones son peligrosas; pero si existieran su formación
sería corta, debido a la falta de complementación, que ocasionaría fricciones entre
las dos partes; las alianzas funcionan como mecanismos para establecer la balanza
del poder. (Hans-Joachin Leu. 1978).

♦ El Realismo político de Morgenthau

La formulación de su modelo responde a la realidad internacional de la Guerra Fría,


basándose en esto aporta los seis principios fundamentales que constituyen el
credo del realismo político y que son plataforma de su teoría internacional. (Merle
Marcel, 1997).

 La política es gobernada por leyes objetivas que tienen sus raíces


en la naturaleza humana.
 Los estadistas piensan y actúan dentro de los términos de un interés
definido que proporcione continuidad y unidad a las distintas
políticas exteriores de los diferentes Estados, con ello se establece
que el poder es siempre el fin inmediato.

El poder es el dominio del hombre sobre las mentes, y sobre las


acciones de otros hombres. Por poder político se entiende las

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

relaciones de dominio entre los Estados es una relación psicológica


entre aquellos que lo ejercen y aquel sobre los cuales es ejercido.

 La clase de interés determinante de las acciones políticas en un


período particular; depende del contexto político y cultural dentro del
cual se formula la política exterior. El interés nacional puede
identificarse con la supervivencia del Estado contra los ataques de
otros Estados, sólo una vez asegurada la misma, el Estado puede
perseguir intereses de menor rango.
 En su persecución del interés nacional, los Estados están sometidos
a una moralidad diferente a la de los individuos en sus relaciones
personales. No puede haber moralidad política sin prudencia, y ésta
ha de entenderse como la consideración de las consecuencias
políticas de una acción aparentemente moral. La ética política juzga
las acciones humanas de acuerdo con sus consecuencias dentro de
este ámbito.
 El realismo político se niega a identificar las aspiraciones morales
de una nación particular, con las leyes morales que gobiernan el
universo.
 Afirma la autonomía de la esfera política, ya que estas acciones
deben juzgarse por criterios de la misma índole.

Esa lucha constante y perpetua por el poder que caracteriza la política se puede
materializar a través de tres tipos de política internacional:

 Política de statu quo.

Se utiliza cuando se busca conservar el poder; es aquella acción que a través de la


política exterior de un Estado va a intentar frente a otros países mantener el poder

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

evitando el cambio. Es una buena política cuándo un país no tiene el poder real para
enfrentar a otro, y por eso busca mantener el equilibrio.

 Política imperialista:

Es indispensable cuando se anhela incrementar el poder; es aquella acción


orientada a adquirir el mayor poder posible por medio de un cambio de la
distribución de poder.

 Política de prestigio:

Es cuando se pretende demostrar el poder; por lo cual depende más de la imagen


plasmada en el ámbito internacional que del poder político. Es la política exterior de
un Estado que tiende a demostrar un cierto poder, que puede llegar a no existir en
la realidad. No es intrínseco, viene de afuera. (Merle Marcel, 1997).

El Realismo Político aplicado al narcotráfico

Esta teoría es la mejor vía para analizar el problema del narcotráfico, ya que tiene
una visión realista del fenómeno, y considera que la cooperación solamente se ha
alcanzado debido a una complementación fortuita de intereses, la preocupación por
la seguridad nacional, es decir, mientras los Estados Unidos se preocupa por bajar
la demanda dentro de su territorio, así como salvaguardar sus fronteras y atacar
una posible alianza entre el narcotráfico y el terrorismo; en cambio nuestro país se
enfoca principalmente en la erradicación de cultivos y la disminución de la violencia
causada por este fenómeno; por lo tanto los dos países han intensificado su lucha
contra el narcotráfico.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

En el caso del narcotráfico, el enfoque realista está plasmado principalmente en el


aspecto conflictivo, y de choque de intereses originados por la falta de
complementación de objetivos en la relación política entre estas dos naciones.

El obstáculo básico para alcanzar niveles más exitosos de cooperación en las


relaciones mexicano-estadounidenses ha sido precisamente la asimetría de poder
entre los dos países, y el problema del tráfico de drogas ha demostrado
particularmente, como el poder y la vulnerabilidad siguen siendo determinantes en
la conducta de los Estados Unidos hacia el exterior.

Si las capacidades de poder son desequilibradas, la cooperación plasmada en


acuerdos o en el establecimiento de instituciones formales será difícil de alcanzar y
preservar, ya que se culpará al país con menor presencia de ser el culpable del
problema; y así deslindarse de cualquier responsabilidad, además se buscará
primordialmente satisfacer los intereses particulares, por lo tanto, se deberá buscar
un punto de fusión en cuanto a objetivos nacionales, para poder llegar a una relación
benéfica para ambos países.

1.2. EL REGIONALISMOS EN LA ESFERA INTERNACIONAL.

Tradicionalmente el concepto de región en el sistema capitalista fue definido a partir


de su connotación espacial cuyas limitaciones se circunscribían al ámbito de los
estados nacionales una derivación de la caracterización de las regiones es el
regionalismo. (María Cristina Rosas, 1996).

Actualmente cuando se habla de región y regionalismos se hace referencia a


invocar agrupaciones de estados-nacionales que por diversas razones se han
convertido en la implantación de mecanismos de cooperación e integración que les

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

permitan, en última instancia, buscar la elevación de los niveles de vida de sus


pueblos. (María Cristina Rosas, 1996).

En consecuencia, cuando hablamos de regiones y regionalismos, nos referimos a


un grupo de Estados con contigüidad geográfica que han decidido incrementar sus
niveles de cooperación y su relación económica, generalmente mediante un
proceso de integración que inicia con la liberalización comercial. Asimismo, la región
puede ser considerada como un sistema social que involucra relaciones
translocales de naturaleza social, política, cultural y económica entre las
sociedades.

En el inacabado orden de la posguerra fría apreciamos un incremento de los niveles


de regionalización. El regionalismo se ha convertido en una alternativa conceptual,
tanto complementaria como alternativa, a la perspectiva global de los problemas de
desarrollo económico y social.

Desde la perspectiva de Rosas, los procesos de regionalización a nivel planetario


no constituyen un elemento nuevo en el sistema internacional, señalando como
antecedente al mercantilismo del siglo XVII. Para esta investigadora, son tres los
factores que explican el surgimiento de los regionalismos a finales de la década de
los ochenta y principios de los noventa:

1. El estancamiento de las negociaciones comerciales multilaterales,


especialmente porque ni el entonces Acuerdo General sobre
Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) ni la Conferencia de las
Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (UNCTAD) lograron
trascender el proteccionismo de los países más ricos y liberalizar el
comercio internacional, buscando mejores condiciones de
intercambio para los países en desarrollo.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

2. El fin de la guerra fría que contribuyó a la disminución de las


presiones hegemónicas globales (entendiendo por ello la rivalidad
entre Estados Unidos y la Unión Soviética) y el nacimiento de
poderes regionales en el marco del surgimiento de poderes
económicos regionales, como Japón en Asia Pacífico y Alemania
en Europa.
3. El relativo declive de la hegemonía de Estados Unidos. (María
Cristina Rosas, 1996).

Actualmente diversos teóricos de las Relaciones Internacionales, reconocen que


estamos frente al tránsito los regímenes internacionales a los regionales y que la
construcción regional es la que prima en el marco de la globalización. (Ver: John
Baylis, pp. 257-258). Desde esta perspectiva, las fortalezas regionales se erigen
como el mejor escudo de defensa frente a los embates de la globalización en contra
del Estado Nación, por lo que la región y los regionalismos se perfilan a principio de
milenio como el vehículo, el catalizador y la gran opción para el desarrollo y la
supervivencia del Estado. (Alejandro Chanona, 2005).

1.2.1. EL PARADIGMA DE LA INTEGRACIÓN REGIONAL Y LOS FONDOS


ESTRUCTURALES

De una manera básica, la integración es definida como un término polisémico; sería


incorrecto limitarlo exclusivamente al ámbito de la economía. Integrar significa
componer, constituir o completar un todo o un conjunto con sus partes diversas. Se
trata de una acción constructiva cuya dificultad está directamente relacionada con
el número y la diversidad de las partes a integrar. (María Moliner, cit. por. José
Antonio Nieto Solís 2001).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Integración es un compuesto de acciones, reflejos y respuestas mutuas dentro de


una situación histórica dada. Estas reacciones ocurren simultáneamente, pero con
un pacto variable y con diferentes reflejos en tres distintos niveles; en el individuo,
en el Estado territorial y en el sistema regional. Integración es, por definición un
fenómeno sistemático y multifacético. (Michael O´Neill, 1996).

Para Karl Deutsch la integración es la consecución de un territorio de un sentido de


comunidad y de instituciones y prácticas suficientemente fuertes y extensas para
asegurar, por un largo período, expectativas de cambio pacífico entre la población
del mismo territorio. (Gülnur Aybet, 2001). Según este autor, por sentido de
comunidad entenderíamos la construcción de acuerdos para resolver los problemas
comunes, siendo la integración condición para lograrlo.

Para Ernst Hass, la integración es entendida como los procesos que culminarán en
una comunidad política, es decir, un proceso por el cual los agentes políticos en
diversos entornos nacionales diferentes están convencidos de cambiar su lealtad,
expectativas y actividades políticas hacia un nuevo centro, cuyas instituciones
poseen o exigen jurisdicción sobre los Estados nacionales preexistentes entonces
la integración describirá el proceso de aumento de la interacción y de la
interpretación de forma tal de oscurecer las fronteras entre el sistema de
organizaciones internacionales y el entorno suministrado por sus Estados-nación
miembros. (Ver: E.B. Hass, 1968).

León N. Lindberg define a la integración como: a) los procesos por los cuales las
naciones anteponen el deseo y la capacidad para conducir políticas exteriores e
internas clave de forma independiente entre sí, buscando por el contrario tomar
decisiones conjuntas o delegar su proceso de toma de decisiones a nuevos órganos
centrales; b) el proceso por el cual los agentes políticos de diversos escenarios
están convencidos de cambiar sus expectativas y actividades políticas a un nuevo
centro. (Nicolás Mariscal, 2003).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Para Finn Laursen, una manera de ver la integración es verla como un proceso de
toma de decisiones conjuntas. Algunas tomas de decisiones conjuntas pueden ser
mediadas en varias dimensiones. En la literatura clásica de la integración europea
tres dimensiones son consideradas especialmente importantes: el alcance
funcional, la capacidad institucional, y el dominio geográfico. (Fin Laursen,
“Comparando los esquemas de integración regional. ¿Regímenes internacionales o
aspirantes a Estados?, en: Alejandro Chanona, 2005).

El balance funcional se refiere a los temas incluidos en los programas de


integración; la capacidad institucional es la capacidad de toma de decisiones en el
sentido completo, incluida la capacidad de implementar y aumentar las decisiones,
así como la capacidad para resolver problemas comunes.

Dentro de todas estas definiciones encontramos características comunes:

I. Lealtad hacia un nuevo centro;


II. Expectativas de recompensas; y
III. Comunicación entre los miembros.

Asimismo, encontramos un común denominador que en el principio de la integración


europea fue fundamental: la expectativa de que la integración traerá una
autoconciencia de abstenerse del uso de la fuerza. En el caso de América del Norte
la expectativa se centra en la idea de que la integración potenciará las
oportunidades de desarrollo económico.

La integración puede fundamentarse en grados de compromiso muy distintos y tiene


una evolución no lineal, en la medida en que se trata de un proceso histórico. Las
características de la evolución del proceso de integración dependen de los
compromisos, objetivos e instrumentos desplegados por los socios o
coprotagonistas del fenómeno integrador.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Desde una visión clásica (Teoría Clásica de las Uniones Aduaneras) las etapas de
la teoría de la integración se encuentran más bien vinculadas al proceso económico,
mismas que finalmente derivarán en la unión política:

1. Zona de Libre comercio

Para la teoría tradicional de la integración económica, una Zona de Libre Comercio


es la primera etapa de un proceso de integración, que compromete a los países que
lo impulsan a eliminar los aranceles entre sí, manteniendo, sin embargo, su propio
arancel ante terceros.

2. Unión Aduanera

Una Unión Aduanera es una ampliación de los beneficios derivados de una zona de
libre comercio. Además de eliminarse los aranceles internos para los países
miembros de la Unión, en una unión aduanera se crea un arancel externo común
(AEC) para todos los países.

Entre los beneficios de la conformación de una Unión Aduanera se resumen en lo


que se conoce como “ganancia de horizonte” para la actuación de los diferentes
agentes privados o públicos, en el circuito económico de los países integrantes:

 La Unión Aduanera significa la existencia de un mayor tamaño


del mercado para el comercio y los proyectos de inversión.
 Un AEC, por su condición comunitaria, favorece la estabilidad de
mediano plazo.
 Se establece de manera directa una mayor disciplina en la
administración del arancel.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

 La reducción o eliminación de diferencias arancelarias entre los


países socios genera condiciones de competencia más
equitativas para el comercio entre ellos.
 Favorece la credibilidad económica y política de los países
miembros.
 Se facilita la aplicación de otras normas de índole que se
relacionan con la política arancelaria.

3. Mercado Común

El Mercado Común es la siguiente fase de la integración económica y se caracteriza


por la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas. Con su
conformación, se busca formar un solo mercado interior, que constituya un único
territorio económico, capaz de multiplicar las oportunidades comerciales, de
inversión y empleo, para empresarios y trabajadores andinos y de terceros países
y garantizar una mejor inserción en la economía mundial.

4. Unión Económica y Monetaria

Representa el grado último de la integración económica entre distintos países.


Además de los beneficios derivados de la Unión Aduanera y del Mercado Común,
se produce una integración económica plena por medio de la coordinación de
políticas macroeconómicas y la eliminación de las distintas monedas de los países
integrantes de la unión, creándose un único Banco Central para todos ellos.

De esta clasificación por etapas se desprende una clasificación general que abarca
dos sentidos; por un lado, la integración negativa, que sería la supresión parcial o

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

total de formas de discriminación entre países y que se relaciona más con los
aspectos económicos; y por el otro, la integración positiva, que se trata no sólo de
la eliminación de formas de discriminación en las relaciones entre países, sino
además la puesta en funcionamiento de instrumentos de actuación regional,
basados en la creación y aplicación de políticas y acciones comunes. (Alejandro
Chanona).

El establecimiento de fondos estructurales en un proceso de integración regional


traspasa los aspectos de la integración negativa, entendida únicamente como la
liberalización comercial, e incursiona en el marco de lo que se conoce como
integración positiva al poner en marcha instrumentos de carácter
intergubernamental para promover el desarrollo de los participantes en el proceso
de integración.

Se trata pues de la convergencia de la visión socialdemócrata de la economía con


la concepción de la integración en su sentido positivo. Conforme a la
socialdemocracia, el libre mercado es considerado necesario para lograr el
crecimiento y desarrollo económico de un Estado, sin embargo se reconoce su
incapacidad para crear por sí mismo las condiciones de desarrollo equitativo (tanto
al interior de los países como en un proceso de regionalismo), de allí la necesidad
de impulsarlo vía mecanismos y programas de desarrollo específicos (adecuados a
las necesidades de cada economía) llevados adelante ya por el país (en el caso de
las políticas de desarrollo y crecimiento económico) ya por las instituciones
supranacionales (en el caso de la UE).

El fundamento de la llamada “política de solidaridad” europea se desprende de esta


consideración socialdemócrata sobre la necesidad de que el Estado intervenga para
mitigar los desequilibrios que genera el libre mercado y la importancia que reviste
en un proceso de integración que todos sus participantes se beneficien con el mismo

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

y accedan a niveles de desarrollo superiores. Al respecto, los documentos oficiales


de la UE señalan que:

El empleo; la formación; la competitividad de las empresas; la


inversión en las infraestructuras, en la sociedad de la información,
en la investigación, en la calidad del medio ambiente, son
competencia ante todo de las autoridades y de los agentes
económicos de cada Estado miembro y región. Sin embargo, no
solamente. En efecto, en el preámbulo del Tratado de la Unión
Europea se menciona la solidaridad europea. El Tratado precisa
que la Comunidad actúa para fortalecer su cohesión económica y
social y en particular para reducir la diferencia entre los niveles de
desarrollo de las diversas regiones. Por ello, los Estados miembros
participan en una política regional europea cofinanciada por fondos
europeos los Fondos Estructurales y el Fondo de Cohesión, que
concretan la solidaridad comunitaria. (Comisión Europea, 2004).

Por otra parte, resulta necesario reconocer las limitaciones que la teoría clásica de
la integración económica regional tiene para explicar la integración positiva en cuyo
marco se desarrollan los fondos estructurales.

Como reiteradamente hemos señalado, en el caso de la UE existe una larga


tradición teórica que se ha desarrollado a la par del proceso de integración, por ello
no existe un enfoque único capaz de explicar holísticamente la dinámica que se
presenció en la UE a partir de la segunda mitad de los años ochenta, en la medida
en que la UE tiene un carácter multidimensional adaptable a todos los enfoques
dada su síntesis histórica. (Alejandro Chanona, “El debate contemporáneo de las
teorías de la integración regional”, en: Alejandro Chanona y Roberto Domínguez
(coodrs.) 2000.) Los análisis de la integración regional en Europa han sido
dominados por dos enfoques: intergubernamentalismo y neofuncionalismo.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

El intergubernalismo reclama que los Estados miembros son actores claves en


determinar cualquier resultado de la integración. Independientemente de los niveles
de institucionalización de la integración regional, esta perspectiva mantiene que sólo
se atribuyen a los Estados las decisiones cruciales. Por ello, las negociaciones
políticas entre los Estados determinan el carácter de la cooperación y los alcances
y límites de las instituciones de la UE. Bajo este enfoque los procesos por observar
son: las capacidades de los Estados, las negociaciones entre ellos y los resultados
de las negociaciones.

Para el neofuncionalismo o supranacionalismo, los actores claves son las élites


económicas y políticas y los grupos de interés (burocracias, partidos políticos,
sindicatos, etc.), así como las instituciones supranacionales de la UE, en las que
dichos actores participan. Su prioridad es observar los vínculos entre las élites que
toman las decisiones a través de las fronteras y que enfatizan la importancia de las
instituciones europeas comunitarias.

Como tal, los neofuncionalistas caen en el terreno de la tradición pluralista


enfocándose en las actividades de los grupos sociales más que en las
negociaciones entre los gobiernos. Los supranacionalistas conciben la integración
como un proceso gradual en el cual los Estados parte seden sus decisiones
soberanas a las instituciones que crean a lo largo del proceso de integración, por lo
que la decisión de las instituciones está por encima de la de los Estados.

El modelo de los fondos estructurales europeos es prácticamente supranacional.


Los fondos estructurales son considerados parte de la política regional de la UE, su
presupuesto y las normas de base de su utilización los decide el Consejo Europeo
(Formado por los distintos representantes de rasgo ministerial de los Estados
Miembros y con sede en Bruselas, el Consejo de Ministros de la UE es conocido
como el Consejo de la UE.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Conforme a lo establecido en el Tratado de Niza el Consejo tiene las siguientes


responsabilidades básicas:

1. aprobación de las leyes europeas [legislación en común con el


Parlamento]
2. coordinación de las políticas económicas generales de los
Estados miembros. (Consejo de Asuntos Económicos y
Financieros, ECOFIN),
3. conclusión de acuerdos internacionales de la UE;
4. probación del presupuesto [junto con el Parlamento];
5. desarrollo de la Política Exterior y de Seguridad Común PESC
[Segundo Pilar de la UE] y
6. coordinación de la cooperación entre tribunales nacionales y
policías en materia penal [Tercer Pilar de la UE]

Las cuatro primeras funciones son referentes a ámbitos comunitario o supranacional


[en los que se ha cedido soberanía por lo que la toma redecisiones la concentran
las instituciones de la Unión] mientras que los dos últimos son de carácter
intergubernamental.

La Presidencia del Consejo es rotatoria y tiene una duración de seis meses.

El procedimiento de votación más común en el Consejo es la toma de decisiones


por mayoría cualificada, sin embargo, en algunos ámbitos particularmente sensibles
tales como la PESC, la fiscalidad, el asilo o la inmigración, las decisiones del
Consejo tienen que ser unánimes. Hasta el 1 de mayo del 2004 el número mínimo
de votos requerido para alcanzar una mayoría cualificada era de 62 (de 87, es decir,
el 71,3%). Tras la adhesión de los 10 nuevos miembros a la UE, la mayoría
cualificada se alcanza: si una mayoría de Estados miembros lo aprueba (en algunos
casos basta una mayoría de dos tercios) y si se reúne un mínimo de 232 votos, lo

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

que supone el 72.3% del total. Además, un Estado miembro puede pedir
confirmación de que los votos a favor representan al menos el 62% de la población
total de la Unión.

El número de votos depende del tamaño de la población del país, número que se
ajusta en favor de los países menos poblados, a partir de una propuesta de la
Comisión Europea (La Comisión, designada cada cinco años, elabora las distintas
propuestas legislativas a discutir por el Parlamento y el Consejo de Ministros,
[derecho de iniciativa bajo el principio de subsidiariedad], asimismo gestiona y aplica
las políticas de la UE y el presupuesto; se encarga de velar por el cumplimiento de
los tratados de la UE y la representa en las relaciones económicas con otros países
o con organismos internacionales.

La Comisión es la única responsable de elaborar propuestas de nueva legislación


europea, que presenta al Parlamento y al Consejo. Comisión está en contacto
permanente con una amplia gama de grupos de interés y con dos organismos
consultivos, el Comité Económico y Social (compuesto por empresarios y
sindicatos) y el Comité de las Regiones (compuesto por representantes de
autoridades locales y regionales). También pide las opiniones de parlamentos y
gobiernos nacionales.

Hasta antes de la ampliación (1 de mayo de 2004) la Comisión estaba compuesta


por 20 Comisarios: dos de cada uno de los Estados miembros más grandes
(Alemania, España, Francia, Italia y el Reino Unido) y uno de cada país pequeño
(Bélgica, Dinamarca, Grecia, Irlanda, Luxemburgo, Países Bajos, Austria, Portugal,
Finlandia y Suecia), con un mandato de cinco años. A partir del 1 de noviembre de
2004 (fecha en que inició funciones la Comisión 2004-2009) el número de
Comisarios se redujo a 25, uno por país. El Tratado de Niza prevé que cuando
Bulgaria y Rumania se adhieran a la UE, el Consejo fijará por unanimidad el número
máximo de Comisarios que deberá ser menor a 27, por lo que su nacionalidad se

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

decidirá con arreglo al sistema de rotación.) negociada con el Parlamento) (mundo.


Celebra elecciones cada cinco años a las que cualquier ciudadano de la Unión
puede ser electo.

El Parlamento tiene tres funciones principales:

1.- Legislativa. [El hecho de que sus miembros sean directamente


electos garantiza la legitimidad democrática de la legislación de la
UE. El parlamento comparte con el Consejo la función legislativa a
través del procedimiento de “codecisión” (aplicado a una amplia
gama de campos); debe ser consultado en otro tipo de propuestas,
se requiere su aprobación para determinadas decisiones políticas
o institucionales e impulsa nueva legislación al tener la posibilidad
de pedir a la Comisión la presentación de propuestas];

2.- Control democrático. [El Parlamento tiene la potestad de aprobar o


rechazar el nombramiento de Comisarios y derecho a pedir la
dimisión de la Comisión (que es políticamente responsable ante el
en su conjunto. Asimismo, supervisa el trabajo de la Comisión (vía
el examen de sus informes) y el del Consejo con quien colabora en
áreas como la PESC, la cooperación judicial y problemas de interés
común como la política de asilo e inmigración y las medidas para
combatir el tráfico de estupefacientes y la delincuencia] y

3.- autoridad presupuestaria de la UE [Una vez concluido el


procedimiento presupuestario, el Parlamento adopta o rechaza el
presupuesto en su conjunto].

En cuanto a la composición del Parlamento, el Tratado de Niza fijó en 732 los


escaños del parlamento. Cada Estado miembro tiene como mínimo una
representación de 6 diputados. Si bien requiere para su funcionamiento del

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

intergubernamentalismo (negociaciones de los Estados respecto a aportaciones al


presupuesto general de la UE y voluntad para llevarlos adelante en sus territorios).

El recuento teórico realizado hasta este momento nos permite realizar las siguientes
precisiones respecto a nuestras unidades de análisis:

▪ Los regionalismos se han fortalecido en el sistema internacional de


guerra fría como una vía para llevar adelante los intereses de los
Estados (como puede ser el desarrollo económico, la
competitividad, mayores ventajas comerciales, pactos en materia
de seguridad, etcétera).
▪ La inclusión de fondos estructurales en un proceso de integración
regional únicamente podrá darse en un modelo de integración
positiva que, además de las cuestiones relativas a la apertura
económica incluye normas e instrumentos comunes.
▪ Teóricamente los fondos estructurales se sustentan en la
convergencia entre la visión socialdemócrata de la economía
(necesidad de mecanismos que corrijan las distorsiones del libre
mercado y promuevan el desarrollo) y el modelo de integración
positiva.
▪ La integración en América del Norte se encuentra en una etapa de
nacimiento. El TLCAN corresponde al primer nivel de la integración
regional (la creación de un área de libre comercio).
▪ El modelo de la UE corresponde a una visión de la integración
comprehensiva (amplia) que incluye el establecimiento del
entramado institucional y la política regional de donde se
desprenden los fondos estructurales.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

1.3. LA POLÍTICA EXTERIOR.

Analiza la manera en que un Estado establece sus relaciones con otros países; la
formulación, implementación y evaluación de las opciones exteriores partiendo
desde su perspectiva interior, sin entender a la sociedad internacional como tal.
(Celebra elecciones cada cinco años a las que cualquier ciudadano de la Unión
puede ser electo.

El Parlamento tiene tres funciones principales:

a) Legislativa. [El hecho de que sus miembros sean directamente electos garantiza
la legitimidad democrática de la legislación de la UE. El parlamento comparte con el
Consejo la función legislativa a través del procedimiento de “codecisión” (aplicado
a una amplia gama de campos); debe ser consultado en otro tipo de propuestas, se
requiere su aprobación para determinadas decisiones políticas o institucionales e
impulsa nueva legislación al tener la posibilidad de pedir a la Comisión la
presentación de propuestas];

b) Control democrático. [El Parlamento tiene la potestad de aprobar o rechazar el


nombramiento de Comisarios y derecho a pedir la dimisión de la Comisión (que es
políticamente responsable ante el) en su conjunto. Asimismo, supervisa el trabajo
de la Comisión (vía el examen de sus informes) y el del Consejo con quien colabora
en áreas como la PESC, la cooperación judicial y problemas de interés común como
la política de asilo e inmigración y las medidas para combatir el tráfico de
estupefacientes y la delincuencia] y

c) autoridad presupuestaria de la UE [Una vez concluido el procedimiento


presupuestario, el Parlamento adopta o rechaza el presupuesto en su conjunto]. En
cuanto a la composición del Parlamento, el Tratado de Niza fijó en 732 los escaños
del parlamento. Cada Estado miembro tiene como mínimo una representación de 6
diputados.).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Este concepto se ha ido modificando debido a los cambios que han existido en las
Relaciones internacionales. Dicha materia era utilizada principalmente para
defender la soberanía del pueblo, actualmente ya no está limitada a ese tema, sino
que abarca diferentes elementos de interés nacional, como lo son: la migración,
derechos humanos, la seguridad, comercio, cultura, entre otras, estas
transformaciones han sido utilizadas en función de las necesidades internas y
externas de un Estado.

Rafael Velásquez en su libro Introducción al estudio de la política exterior de México


aporta las características de esta disciplina, las cuales son: posiciones, actitudes,
decisiones y acciones que adopta un Estado, estas se fundamentan en el interés y
la seguridad nacional. Por lo tanto, se determina por factores internos como
externos y sigue las pautas de política de poder y la política de presión. (Velásquez
Flores Rafael. 1999).

La política exterior es diseñada y manejada de manera independiente y libre,


buscando siempre la vía más conveniente de hacerlo y que les brinde los mejores
resultados sin la necesidad de realizar grandes sacrificios de sus recursos para el
alcance de sus objetivos. La formulación de acciones esta materia está
condicionada por una realidad compleja que delimita su ámbito de acción y sus
alcances. (Ojeda, Mario. 1976).

El Diccionario de Relaciones Internacionales define a esta disciplina como una


estrategia o programa de actividad planeado y desarrollado por los creadores de
decisiones de una nación frente a otras similares a ella o entidades internacionales
encaminadas a alcanzar metas específicas en términos de los intereses nacionales.
Además, la política exterior emprendida por un Estado refleja las iniciativas del
mismo o como una reacción de las acciones emprendidas por los otros. Por lo tanto,
la disciplina comprende un proceso de interpretaciones sobre los intereses

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

nacionales y sobre la situación del medio internacional para desarrollar una


estrategia adecuada. (Hernández Vela, Edmundo. 1999).

Los elementos principales de la política exterior son los siguientes:

 Conversión de las consideraciones de los intereses nacionales en


metas y objetivos específicos.
 La determinación de los factores de situación nacionales e
internacionales basándose en lo político
 El análisis de la capacidad del Estado para lograr los resultados
deseados.
 Desarrollo de un plan o estrategia para utilizar la capacidad del
Estado; además el manejo de los factores variables a fin de alcanzar
las metas.
 Ejecución de las acciones requeridas para alcanzar los fines
deseados.
 Revisión y valoración periódica del progreso obtenido para lograr los
resultados deseados.

De esta forma la política exterior puede ser definida como el conjunto de decisiones
y acciones por las que cada sujeto de la sociedad internacional [Estado] define su
conducta y establece metas y cursos de acción en todos los campos que
trascienden sus fronteras; así como las medidas y acciones emprendidas en su
realización. (Edmundo Hernández-Vela, 2002).

Para Blanca Heredia, investigadora del Colegio de México, la política exterior se


sitúa en la intersección entre lo doméstico y lo internacional, en la medida que
responde al proyecto de nación y mantiene una relación inevitable y estrecha con la
política interior. Es monopolio de la élite gubernamental, misma que define el interés
nacional y los objetivos, por tanto, puede ser empleada para acercarse o alejarse

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

de ciertos grupos, intentando con ello reafirmar su identidad ideológica o ampliar su


espacio de maniobra, movilizando y favoreciendo a ciertos sectores en detrimento
de otros. (Blanca Heredia, “La relación entre política interna y política exterior: una
definición conceptual. El caso de México”, en: Garza Elizondo Humberto, 1986).

Desde su perspectiva, la política exterior de México es el producto de un proceso


de conciliación entre los planteamientos del Derecho Internacional y las presiones
provenientes de factores de poder nacional y extranjeros. Por tanto, su elaboración
y sus objetivos expresan una compleja relación de fuerzas cuya dirección no se
articula única y exclusivamente en función de su capacidad legitimadora. (Blanca
Heredia, “La relación entre política interna y política exterior: una definición
conceptual. El caso de México”, en: Garza Elizondo Humberto, 1986).

Conforme a la fracción X del artículo 89 de la Constitución mexicana, el presidente


de la República tiene la facultad de dirigir la política exterior y celebrar tratados
internacionales, sometiéndolos a la aprobación del Senado, observando los
siguientes principios normativos, conocidos como Principios de Política Exterior de
México o Doctrina Carranza: la autodeterminación de los pueblos; la no
intervención; la solución pacífica de controversias; la proscripción de la amenaza o
el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los
Estados; la cooperación internacional para el desarrollo; y la lucha por la paz y la
seguridad internacionales.

1.4. EL CONCEPTO DE POLÍTICA INTERNACIONAL

La expresión política internacional se refiere al conjunto de las relaciones


interestatales que constituyen al sistema de naciones. La perspectiva no es la de un
país, sino la de ese sistema en su conjunto.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Cuando las naciones se relacionan para vivir en común proponen, explícita o


implícitamente, una serie de objetivos de esa vida social y los medios para lograrlos.
Aquellas relaciones que se establecen en orden a la determinación de los objetivos
de la sociedad humana por una parte, a la creación y uso de los métodos para lograr
esos objetivos por otra, y a la dinámica de la evaluación y reformulación de fines y
medios, las llamamos relaciones políticas.

A la política internacional le afecta considerablemente los constantes cambios de


factores de poder en el contexto internacional, ya que su campo de estudio se ve
alterado, debido a que anteriormente el interés de esta disciplina giraba sobre el
tema del territorio: expansión, conservación, defensa, pero con el paso del tiempo
estos factores han ido evolucionando, actualmente está centrada en los temas: de
la globalización, asimilación, interdependencia, narcotráfico, seguridad nacional,
comercio economía, derechos humanos, entre otros.

Dicha disciplina es el conjunto de interacciones de cada sujeto y actor de la sociedad


internacional con los demás, como resultados de los objetivos específicos de su
política exterior.

1.5. EN CONCEPTO DE SOBERANÍA NACIONAL

Conforme al artículo 39 de la Constitución Mexicana, “la soberanía nacional reside


esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se
instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable
derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”. (Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, artículo 39).

El término soberanía aparece a fines del s. XVI junto con el de Estado, se define
como un concepto político-jurídico que indica el poder de mando en última instancia

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

relacionado estrechamente con la paz y la guerra. Para Bobbio, la soberanía es un


poder supremo, exclusivo y no derivado que pretende ser una racionalización
jurídica del poder (transformar el poder de hecho en poder de derecho) (Norberto
Bobbio y Nicola Matteucci. 1976).

Para los efectos de esta investigación tomaremos la definición de Rafael Ramírez


Aguilera, que señala que la soberanía de un Estado se desdobla en lo interno y
externo. Hacia la interior soberanía significa que el Estado ejerce el oportuno poder
sobre todos los individuos, mientras que la soberanía externa se refiere a la defensa
del Estado y su capacidad de sobrevivencia, por lo que significa el mantenimiento
de la independencia, la libertad y la relación con los demás Estados. (Rafael
Ramírez Aguilera, 1997).

1.6. LA ZONA DE INFLUENCIA Y ZONA ESTRATÉGICA.

La zona de influencia es “un ámbito geográfico dentro del cual una potencia ejerce
su poder hegemónico” (Rafael Ramírez Aguilera y Rafael Ramírez Victoriano, Breve
Diccionario de la Política. España, Editorial Mensajero, 1997. p. 1231), entendido
este último en términos militares, económicos, políticos y hasta culturales.

A diferencia de la zona de influencia, donde se ejerce poder directamente, la zona


estratégica se define a partir de consideraciones más amplias ligadas al interés y la
seguridad nacionales, que guiarán la política a seguir hacia dicho espacio
geográfico.

1.7. LO QUE ES EL INTERÉS NACIONAL.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

El interés nacional es la meta fundamental de un Estado encaminada a proporcionar


los requerimientos sociales, políticos y económicos de su población a fin de
preservar la existencia del mismo. (Rafael Velázquez Flores, 1995) Ligados
profundamente a la conformación y ejecución de toda política exterior, los intereses
nacionales tienen un carácter histórico concreto y son determinantes en la
configuración de la política exterior de un Estado.

El interés nacional es el principal criterio de política exterior, dado que “en función
de él el Estado juzga acerca de los factores de situación, determina la preferencia
relativa que conviene dar a la consecución de los fines y establece y valora la
conducta que adoptará.

La pregunta controversial es: ¿Quién y cómo se define el interés nacional?

Teóricamente, los intereses son de carácter nacional en la medida en que son


definidos por los gobernantes respondiendo siempre a las expectativas ciudadanas,
en el entendido que en un régimen democrático la ciudadanía confiere este poder
vía la elección de sus representantes.

Sin embargo, la corriente crítica señala que el grupo en el poder es el que se


encarga de determinar el interés nacional, a partir de su propio interés de grupo y
de las alianzas que tenga con parte de la sociedad, por ejemplo, con grandes grupos
económicos.

1.8. EL TEMA DE LA SEGURIDAD EN EL ÁMBITO INTERNACIONAL.

El origen etimológico de la palabra seguridad es del latín securitas o securus, que


deriva de sine cura, donde sine significa sin y cura preocupación, problema o
atención; por lo que securitas quiere decir libre de preocupaciones o problemas en

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

palabras de Bárcena, éste es un concepto esencialmente subjetivo, que se


determina en gran medida por percepciones y no necesariamente por situaciones
objetivas. (Martha Bárcena de Coqui, 2000).

1.8.1. LA SEGURIDAD EN EL SENTIDO TRADICIONAL

Tradicionalmente la seguridad se ha concebido a partir del enfoque militar-político


centrado en la viabilidad y el resguardo (sobrevivencia) del Estado. De acuerdo a
esta visión, por definición la seguridad es y debe de ser concebida a partir del Estado
mismo que es y debe ser concebido a partir de la seguridad (Barry Buzan, 1998), lo
que genera una dialéctica indisoluble entre Estado/seguridad.

Durante la Guerra Fría primó esta visión de la seguridad, por lo que su estudio
estuvo prácticamente centrado en cuestiones relacionadas con el control, amenaza
o uso de la fuerza entre los Estados.

1.8.2. LA SEGURIDAD COMO TEMA MULTIDIMENSIONAL.

Tras el término de la Guerra Fría, algunos intelectuales, especialmente europeos


conocidos como la Escuela de Copenhague, reflexionaron sobre necesidad de
ampliar el concepto tradicional de seguridad para incorporar cuestiones
económicas, ambientales y sociales, en la medida en que consideraban que durante
la contienda entre Estados Unidos y la Unión Soviética se habían dejado fuera de
la agenda de seguridad amenazas que se encontraban latentes. En consecuencia,
incluyeron en sus estudios las amenazas transnacionales como el crimen
organizado, los grupos terroristas, movimientos étnicos o religiosos de carácter
transestatal o subnacional; así como cuestiones de carácter global como la

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

degradación ambiental o la escasez de recursos y la creciente importancia de las


regiones e instituciones como nuevos actores de la seguridad. (Ver: Richard &
Schultz, "Introduction to International Security", en: Schultz, 1997).

De esta manera, el concepto de la seguridad tradicional, centrada en las cuestiones


militares del Estado evolucionó durante la década de los ochenta dando paso al
concepto más amplio que se conoce como seguridad multidimensional al incorporar
nuevos elementos a su esfera. Por lo que, desde esta perspectiva, la seguridad está
relacionada con las condiciones de existencia [del Estado] e incluye la capacidad
de los Estados de mantener su identidad independiente, su integridad y
funcionalidad contra fuerzas que sean vistas como hostiles. (Barry Buzan).

Dichas condiciones de existencia del Estado abarcan varias esferas, por lo que la
seguridad multidimensional abarca toda serie de aspectos que señalamos a
continuación (Barry Buzan, Ole Wæver 1987 y Bjorn, Moller, 1993).

 Militar, [capacidades ofensivas y defensivas de los Estados y


las percepciones de éstos sobre las intenciones de los otros];
 Política, [que tiene que ver con la organización estatal, el
adecuado funcionamiento de las instituciones y la
legitimidad/legalidad de las mismas];
 Económica, [referente a asegurar el acceso a los recursos,
mercados y finanzas necesarios para sostener los niveles de
bienestar de la población y la estabilidad del Estado]
 Ambiental, [es decir, el respeto al medio ambiente y la
promoción del desarrollo sostenido]
 Social, [o societal entendida como la capacidad de la
sociedad de mantener los elementos de su identidad cultural
y nacional como las costumbres, el lenguaje y la religión]

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Las amenazas por su parte, dejarían de ser percibidas como una posible
conflagración mundial a causa de las armas nucleares o de alguna intervención
armada entre Estados y serían definidas como todos aquellos elementos que
atentan contra la estabilidad, viabilidad y existencia de cualquiera de las esferas de
la seguridad (Alejandro Chanona, 2004).

En consecuencia, además de las amenazas centradas en algún posible ataque


militar al Estado aparecen dos tipos de amenazas extras:

a) las provenientes de actores no estatales y de carácter


transnacional como la delincuencia organizada transnacional, el
terrorismo, el narcotráfico, el tráfico ilícito de armas, el lavado de
dinero e incluso la corrupción y los ataques contra la seguridad
cibernética; y
b) las relacionadas con los problemas mismos del desarrollo de las
naciones como la pobreza extrema y la exclusión social; los
desastres naturales y los de origen humano; el VIH/SIDA y otras
enfermedades; el deterioro del medio ambiente; los desastres
naturales y la trata de personas. (OEA, 2003).

Como veremos, es este concepto ampliado de la seguridad, conocido como


multidimensional, el que México asume abiertamente desde la administración de
Ernesto Zedillo, señalado en el Plan Nacional de Desarrollo como el sentido de la
seguridad nacional.

1.8.3. SEGURIDAD HUMANA EN EL CONTEXTO INTERNACIONAL.

El término seguridad multidimensional se utiliza como sinónimo de seguridad


humana dadas sus convergencias sobre el concepto de seguridad. Sin embargo,

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

consideramos pertinente realizar la diferenciación conceptual de ambos términos a


fin de evitar confusiones dentro de la investigación.

El concepto seguridad humana fue acuñado en 1993, por el Programa de Naciones


Unidas para el Desarrollo (PNUD), quien un año más tarde lo desarrolló en forma
extensa dentro de su Informe de Desarrollo Humano de 1994.

De conformidad con el PNUD, la seguridad humana tiene dos componentes


principales:

a) seguridad ante amenazas crónicas como el hambre, la enfermedad


y la represión, y
b) protección contra alteraciones súbitas o violentas en el modo de
vida. (PNUD, 1994.).

Son siete esferas o categorías las que comprende la seguridad humana, a saber:
seguridad económica, política, alimentaria, en salud, ambiental, personal y de la
comunidad. Desde esta perspectiva, la ONU insiste que el concepto de seguridad
debe cambiar urgentemente de dos formas: de un enfoque exclusivo en la seguridad
territorial a uno mayor sobre la seguridad de las personas, y de la seguridad a través
del armamentismo hacia la seguridad mediante el desarrollo humano.

1.8.4. LA SEGURIDAD VISTA DESDE LOS PARADIGMAS DE LAS


RELACIONES INTERNACIONALES.

1.8.4.1. EL ´PARADIGMA REALISTA Y LA SEGURIDAD.

Es un hecho el predominio de la escuela realista en la explicación de los temas de


seguridad en las relaciones internacionales, influencia que se vio reflejada en
aspectos como su predominio en las definiciones de seguridad nacional e

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

internacional, para los efectos de esta investigación es de suma importancia realizar


una breve revisión de los postulados básicos del realismo político sobre la
seguridad, en la medida en esta visión que sustenta la doctrina y acciones de
Estados Unidos en materia de política exterior, en este caso respecto a las
cuestiones de seguridad.

Entre las características principales del realismo están las de concebir al mundo
como un sistema anárquico conformado por Estados caracterizados por la lucha por
el poder, por lo que se encuentran en lucha constante por garantizar su seguridad
aún a expensas de otros Estados.

El resultado de la lucha de competencia entre los Estados son los conflictos (o


enfrentamientos) que se convierten en una característica intrínseca de las
relaciones internacionales. Como no hay comunicación eficaz entre los Estados, la
única manera de perseguir la seguridad es el fortalecimiento militar.

En 1950 un destacado pensador de la escuela realista John Hertz acuñó el concepto


de “dilema de seguridad” (security dilemma) que afirma que el aumento del potencial
de poder de un Estado que apunta a elevar la propia seguridad puede ser percibido
por otros Estados como una amenaza de su seguridad. Los esfuerzos de una de las
partes por ganar mayor seguridad conducen a esfuerzos en el mismo sentido del
otro lado, los que la mayoría de las veces no sólo superan la ganancia de seguridad
de la primera parte, sino que más allá de ello, la ponen en tela de juicio. (Herz cit.
por. John Baylis).

A partir de la década de los setentas, la corriente realista se renovó dando origen a


lo que conocemos como neorrealismo o realismo estructural. Retomando los
postulados básicos del realismo, estos teóricos aceptan que la cooperación entre
los Estados puede existir, pero siempre con sus limitantes, dado que es sumamente

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

difícil sostenerla. Para los neorrealistas, el sistema internacional posguerra fría se


caracteriza por la desconfianza y constante competencia.

Desde la perspectiva de autores como Waltz y Mearsheimer, las instituciones


internacionales, sostén decisivo de la evolución de las relaciones internacionales,
son marionetas de los grandes poderes con efectos marginales a nivel de regulación
del comportamiento de los actores estatales. Desde su perspectiva la distribución
de poder en el sistema internacional es un elemento básico para comprenderlo.

Frente a esta perspectiva, Stephen Walt y Charles Glaser consideran más


importante considerar el nivel y el tipo de amenazas para la existencia de un Estado
sobre el elemento de distribución de poder. (Michael Brown, 1995).

Desde esta perspectiva, toda interacción entre México y Estados Unidos es


producto de la imposición del más fuerte, viendo en las relaciones de estos dos
países un ejemplo del dominio estadounidense y de la subordinación mexicana
(Celia del Toro "La política mexicana contra el narcotráfico: un instrumento de
Política Exterior" en: Mónica Verea, 1998). Los argumentos de este enfoque se
encuentran en la larga historia de presiones norteamericanas hacia el gobierno de
nuestro país en materia de combate a las drogas.

De acuerdo a este enfoque, la cooperación bilateral contra el narcotráfico es un


eufemismo fastidioso, calificando los acuerdos suscritos como claudicaciones,
pruebas del escaso poder de México frente a Estados Unidos (Celia del Toro "La
política mexicana contra el narcotráfico: un instrumento de Política Exterior" en:
Mónica Verea, 1998).

1.8.4.2. EL INSTITUCIONALISMO LIBERAL Y LA SEGURIDAD DEMOCRÁTICA.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Dentro del paradigma liberal de las relaciones internacionales, consideramos


interesante explorar las posturas del institucionalismo liberal y las tesis sobre la paz
democrática alrededor de la cuestión de la seguridad. En el contexto internacional
posterior a los ataques terroristas del 11 de septiembre México ha mantenido su
tradicional postura en torno a la no intervención y el respeto a la soberanía, sin
embargo, frente a las preocupaciones de Estados Unidos en torno a la seguridad
fronteriza nuestro país prefiere la vía de la cooperación para evitar cualquier medida
de carácter unilateral de Estados Unidos que afecte a nuestro país.

Por ello, es importante revisar las herramientas analíticas que puede


proporcionarnos la visión del institucionalismo liberal, al igual que la tesis sobre la
paz democrática, sustentada en que los Estados comparten ciertos valores
fundamentales que posibilitan la solución de problemas comunes por diversas vías
en las que la opción militar no está incluida.

El institucionalismo liberal, desarrollado entre otros autores por Keohane y Nye,


(Robert Keohane 1977, Robert Keohane, 1988 y Robert Keohane, 1989.), acepta la
premisa realista de que el sistema internacional es anárquico y en definitiva carece
de una instancia de regulación central, donde los Estados como actores racionales
persiguen meramente sus intereses de corto plazo. Sin embargo, acepta la
posibilidad del cambio pacífico, cuyos agentes son las instituciones internacionales.

De acuerdo con Keohane y Martin, las instituciones facilitan la cooperación en la


medida en que proveen de información, reducen los costos de transacción,
canalizan los conflictos de distribución y, lo más importante, en la medida en que
reducen para todos los actores la posibilidad de ser engañados por los otros.
(Robert Keohane 1995).

Sin embargo, también el institucionalismo neoliberal atribuye a las instituciones sólo


una importancia limitada respecto a las tendencias de transformación en las

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

relaciones internacionales, dado que los neoinstitucionalistas liberales comparten la


premisa básica del neorealismo de que las instituciones reflejan el reparto de poder
en el sistema internacional y de que son condicionadas por aquel. (Robert Keohane
1995). Además, al momento de crear instituciones, los actores estatales se guían
por sus propios intereses, así como por sus estrategias y aspiraciones. En ese
sentido, cabe preguntarse si las instituciones internacionales pueden forzar los
intereses e identidades nacionales en forma considerable.

Si bien el neoinstitucionalismo liberal renuncia a algunas premisas del neorealismo


(el Estado como actor único, el poder como motivo central), sigue considerando el
propio interés de los Estados como la máxima que conduce su comportamiento.
Aún en el caso de que los actores estatales guiados por el principio del egoísmo
entren en negociaciones institucionalizadas, en última instancia la anarquía como
condición determinante de las relaciones interestatales no puede ser superada; los
motivos que inducen la cooperación política más allá de la convergencia casual de
intereses de los actores estatales no encuentran aquí una explicación satisfactoria.

Asimismo, dentro de los enfoques sobre la seguridad del paradigma liberal destaca
también el conocido como el de la “paz democrática”, cuyos máximos exponentes
son Richard Doyle y Bruce Russet, quienes afirman que los Estados democráticos
tienden a no confrontarse entre sí. Desde la perspectiva de Doyle, el sistema
democrático, el compromiso con los derechos humanos y la interdependencia
transnacional pueden explicar las tendencias de paz entre los Estados
democráticos, especialmente centra su atención en argumentar que los Estados
democráticos tienden a resolver sus controversias de forma pacífica (vía los
instrumentos diplomáticos) antes de utilizar la fuerza militar entre ellos. (John
Baylis).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

1.8.4.3. LOS SISTEMAS DE SEGURIDAD REGIONAL.

La Teoría de los Sistemas de Seguridad Regional, desarrollada por Barry Buzan y


Ole Wæver es una especie de síntesis entre los enfoques neoliberales y
neorrealistas, partiendo de la consideración de que existen importantes puntos de
encuentro entre ambos enfoques sobre la sociedad internacional y los regímenes
internacionales.

Desde la perspectiva de Buzan, durante los años ochenta y noventa presenciamos


la emergencia gradual de una “anarquía madura” en la que los estados reconocieron
el inmenso daño que podría provocar continuar con la carrera armamentista y la
competencia agresiva en un mundo nuclear. De esta manera, Buzan argumenta que
existe un creciente reconocimiento entre los Estados “maduros” de la
interdependencia en materia de seguridad, por lo que existen numerosas razones
(de seguridad) para tomar en consideración los intereses de los Estados vecinos.

La Teoría de los Sistemas de Seguridad Regional parte de la concepción del


realismo político sobre el carácter anárquico del sistema internacional y de la
interdependencia entre los Estados en materia de seguridad. De acuerdo a esta
visión, gracias a la integración regional se transita de un conjunto de Estados
anárquicos a la estabilidad en la medida en que se constituye un solo actor en el
sistema internacional. (Alejandro Chanona, 1994).

De acuerdo a Buzan un sistema de seguridad regional está integrado por un


conjunto de Estados cuyas principales percepciones de seguridad y referentes
están interconectadas por lo que no pueden ser razonablemente analizadas o
resueltas unas independientemente de otras y cuyas seguridades son lo
suficientemente interdependientes para hacer de ellas una especie de subsistema
dentro del modelo general de la seguridad internacional. (Barry Buzan).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

La construcción y dinámica de los sistemas de seguridad son el resultado de los


niveles de interdependencia entre sus miembros, de la percepción de seguridad que
cada uno tenga, de la distribución de poder entre los mismos y de las relaciones de
amistad-enemistad entre ellos.

De esta manera, los sistemas de seguridad regional pueden construirse y funcionar


a partir de:

a) La visión negativa de los miembros, donde la


interdependencia parte del miedo, la desconfianza y la
rivalidad.
b) Una posición media, en la que los Estados perciben
amenazas entre ellos, pero llegan a acuerdos para reducir los
problemas de seguridad entre ellos y provenientes del
exterior.
c) Una visión positiva o de "comunidad plural de seguridad" en
la que los Estados no tienen expectativas o intención de usar
la fuerza entre ellos, situación a la que se ajustaría el caso de
las relaciones entre México y Estados Unidos.

1.8.4.4. LAS COMUNIDADES DE SEGURIDAD

Por su parte, la perspectiva de las comunidades de seguridad se enmarca en la


llamada escuela constructivista. El adjetivo de “constructivismo” para designar un
programa de investigación en Relaciones Internacionales alternativo a los
existentes fue acuñado por Nicholas Onuf en 1989, en su obra World of Our Making.
El autor más representativo de esta corriente es Alexander Wendt, quien en 1987
planteó el tema central de la problemática constructivista: la mutua constitución de
las estructuras sociales y los agentes en las relaciones internacionales. Los

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

constructivistas consideran que las estructuras sociales (incluyendo las que regulan
las interacciones internacionales.

Están socialmente construidas. De acuerdo a Baylis, el constructivismo considera


válidas muchas de las premisas neorrealistas como el aceptar el carácter anárquico
del sistema internacional y el que los Estados, principal referente de estudio de la
disciplina de las relaciones internacionales, generalmente cuentan con capacidades
ofensivas, no pueden tener certeza absoluta sobre las intenciones de los otros
Estados, tienen un deseo innato de sobrevivencia y actúan racionalmente en el
sistema internacional.

Sin embargo, a diferencia de los neorrealistas (que ven a la estructura internacional


como resultado de la distribución de las capacidades materiales), los
constructivistas consideran que la estructura internacional es resultado de las
estructuras sociales construidas por diversos elementos como el conocimiento, los
recursos materiales, las normas y las prácticas.

En consecuencia, consideran que el término “política de poder” utilizado por los


neorrealistas, no ayuda a describir el comportamiento interestatal, ni el hecho de
que los Estados están influenciados en su accionar internacional por otras ideas
como el respeto a la ley y la importancia de la cooperación vía las instituciones.
(John Bailys, 1997) de las relaciones internacionales.

Desde la visión de los teóricos constructivistas las estructuras configuran las


identidades e intereses de los actores, por lo que un cambio de dinámica es posible
a través de largos procesos de interacción entre los actores, que llevarían a redefinir
sus identidades e intereses. En esta tesitura, el security dilemma de Herz es una
estructura social compuesta por entendimientos intersubjetivos en la que los
Estados son tan desconfiados que construyen sus percepciones sobre las
intenciones de otros a partir de considerar las peores intenciones, por lo que como

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

resultado definen sus intereses en términos de autoayuda (self-help). Por el


contrario, una Comunidad de Seguridad es una estructura social diferente,
compuesta por conocimientos compartidos (mutuo conocimiento) en el que los
Estados confían en los otros para resolver sus diferencias por vías pacíficas. (John
Bailys, 1997).

Retomando las reflexiones de Karl Deutsch sobre las Comunidades de Seguridad,


desarrollada en el marco de la guerra fía, Emmanuel Adler y Richard Barnett
construyeron su modelo teórico sobre las Comunidades de Seguridad.

Para comprender cabalmente el modelo teórico de las Comunidades de Seguridad


es indispensable hacer referencia al pensamiento de Deutsh, cuyas reflexiones se
cuentan entre los primeros intentos después de la Segunda Guerra Mundial sobre
la posibilidad de un cambio pacífico en las relaciones internacionales. Para Deutsch,
los Estados pueden conseguir superar el estado básico de anarquía de las
relaciones internacionales por medio de la interacción estatal y social, de procesos
de socialización que cada vez en mayor medida se tornan transfronterizos y de
identidades crecientemente comunes. Las percepciones comunes y la construcción
de identidades colectivas son los agentes del cambio pacífico. Estos procesos
explican por qué crecen la interdependencia y la responsabilidad mutua entre los
Estados, que finalmente conducen a no considerar más el uso de la violencia física
entre ellos como un mecanismo legítimo de resolución de conflictos.

De acuerdo a Deutsch una comunidad de seguridad es un grupo que se ha


integrado, donde la integración se define como el logro de un sentido de la
comunidad, acompañado por las instituciones o las prácticas formales o informales,
suficientemente fuerte y extenso de asegurar el cambio pacífico entre miembros de
un grupo con certeza razonable en un período largo de tiempo. Las identidades
colectivas son los agentes del cambio pacífico, lo que explica por qué crecen la
interdependencia y la responsabilidad mutua entre los Estados, que finalmente

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

conducen a no considerar más el uso de la violencia física entre ellos como un


mecanismo legítimo de resolución de conflictos. (Karl W, Deutsch, 1961).

Adler y Barnet definen una comunidad a partir de tres elementos: a) los miembros
de una comunidad comparten identidades, valores y percepciones que son la base
de la comunidad; b) los miembros de la comunidad mantienen relaciones directas,
constantes y estrechas por diversas vías (gobiernos, empresarios, sociedad civil) y
c) las comunidades muestran reciprocidad, que se expresa en algún grado de
intereses comunes a largo plazo (expresado a partir del conocimiento mutuo) y de
altruismo (entendido como el sentido de obligación y responsabilidad mutua).
(Emanuel Adler y Michael Barnett, “A framework for the Study of Security
Communities”, en: Emanuel Adler y Michael Barnett).

Asimismo, los autores distinguen entre comunidades de seguridad fusionadas


(amalgamated), que se caracterizan por la fusión política de sus miembros, y
comunidades de seguridad pluralistas (pluralistic), donde los Estados conservan su
independencia y su soberanía construyendo una región transnacional que
mantienen expectativas de cambios pacíficos (Emanuel Adler y Michael Barnett, “A
framework for the Study of Security Communities”, en: Emanuel Adler y Michael
Barnett) modelo al que se ajustarían las relaciones entre México y Estados Unidos.

Conforme al modelo de evolución de las comunidades de seguridad desarrollado


por estos autores, México, Estados Unidos y Canadá (en el marco del TLCAN) se
encontrarían en la etapa de nacimiento, en la que los gobiernos manifiestan su
intención de coordinar sus relaciones a fin de mejorar su situación de seguridad
respectiva, reducir sus costos de transacción y promover el comercio y otras
interacciones provechosas para ambas partes, por lo que se los Estados
involucrados crean organizaciones e instituciones con dos objetivos fundamentales:
a) profundizar las interacciones y b) crear instancias de control que posibiliten el
cumplimiento de las obligaciones mutuas. (Emanuel Adler y Michael Barnett, “A

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

framework for the Study of Security Communities”, en: Emanuel Adler y Michael
Barnett).

1.8.5. LA IMPORTANCIA DE LA SEGURIDAD NACIONAL

El concepto seguridad nacional surgió en Estados Unidos tras la Segunda Guerra


Mundial. Tradicionalmente la seguridad está relacionada con la existencia y
preservación (sobrevivencia del Estado), teniendo altas connotaciones de carácter
militar.

Para Edmundo Hernández-Vela, la seguridad nacional es el conjunto de políticas,


estrategias, normas, instituciones y acciones que tienden a la armonización plena
de los elementos constitutivos del Estado, protegiéndolos y salvaguardándolos de
actos o situaciones de cualquier naturaleza, internos o externos, que perjudiquen o
afecten de alguna manera su integridad o su óptimo desempeño y aprovechamiento
en el impulso del proceso de desarrollo y el progreso del país en todos los órdenes
se desenvuelve en diferentes esferas de la vida nacional o internacional de un
Estado: social, económica, jurídica, política, estratégico-militar, etcétera,
destacando o sobresaliendo alguna o varias de ella según el desarrollo de la
situación. (Edmundo Hernández-Vela, 2002).

Para Rafael Velásquez, la seguridad nacional puede definirse como un conjunto de


condiciones políticas, económicas, militares, sociales y culturales necesarias para
garantizar la soberanía, la independencia y la promoción del interés de la Nación.
(Rafael Velázquez Flores, 1995).

Para los efectos de este trabajo, por seguridad nacional entendemos la actividad
del Estado-Nación para preservarse así mismo, expresada en dos grandes ámbitos:
el interno y el externo. Mientras que en el ámbito interno se ubica en la seguridad

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

interior, donde se vela por preservar el orden interno y el Estado de derecho para
evitar la escalada de problemas (políticos, económicos, sociales y militares) que
atenten contra el Estado; en el ámbito externo la seguridad nacional se refiere a la
prevención y combate de las amenazas de origen externo (Comunidad
Internacional) que puede sufrir un Estado, derivándose la defensa nacional.
(Alejandro Martínez Serrano, 2004.).

1.8.5.1. LA POLÍTICA DE SEGURIDAD NACIONAL.

La Política de Seguridad Nacional, es la política del Estado encaminada a lograr los


objetivos de seguridad que permitan garantizar la existencia del Estado,
neutralizando antagonismos y presiones, internas y externas, a través de normas
directivas, doctrinas y estrategias.

Narcotráfico.

Es un fenómeno económico, social y político que tiene una realidad y lógica propias;
pero también por su misma dinámica tiene la capacidad de incidir y condicionar otros
aspectos del entorno social.

Al prohibirse el libre consumo de determinadas drogas surge de manera impulsiva


el comercio clandestino, es decir, lo que hoy se conoce como tráfico ilícito de drogas.
Asimismo, existen diferentes percepciones sobre el tema dependiendo en que
entorno se desarrolle, criterio moral específico (permisible o no permisible); jurídico
(penal); o político (certificación). Esto quiere decir que el narcotráfico provoca
conflictos en las relaciones políticas internacionales, así como en el tejido social,
debido a su influencia multidimensional. (Santana Adalberto. 2004).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

La problemática del tráfico ilícito de drogas, ha tenido un carácter transnacional


desde el inicio de su historia, y su desarrollo ha estado, y está, condicionado por
una serie de factores, fuerzas y procesos de tipo económico, social, políticos y
jurídicos, tanto nacionales como internacionales y por sus interacciones.

Este fenómeno se ha transformado en una de las más grandes organizaciones


internacionales, ya que se ha consolidado como el mejor negocio del orbe, con la
capacidad de movilizar cientos de millones de dólares diariamente, y va atacando
al mundo como si fuera una epidemia.

Para entender el concepto de narcotráfico es necesario considerar las fases de


producción, el tránsito, la comercialización, la distribución y el consumo dentro de
los ámbitos nacional e internacional.

Desde sus inicios, este problema funcionaba como un elemento de presión en las
relaciones interestatales, por ello su evolución ocasionó que se convirtiera en una
de las más grandes organizaciones internacionales, capaz de movilizar grandes
cantidades de dinero, de mermar la soberanía financiar grupos subversivos y
alimentar el terrorismo. (Hernández, Vela, 2002).

El narcotráfico es una actividad ilícita sumamente redituable y por lo tanto atrae a


los criminales más agresivos, violentos y sofisticados. Las agencias de procuración
de justicia enfrentan enormes retos para proteger a su población y su territorio de
dicho problema.

Trasciende fronteras; por lo cual sus efectos llegan a todos los rincones del mundo,
la confrontación al problema debe de establecer relaciones conjuntas en diferentes
niveles como lo son: el bilateral, y el multilateral, ya que ningún país puede
enfrentarlo aislado, ni considerarse inmune. México acepta su compromiso
internacional y se encuentra comprometido a combatir el problema en todas sus

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

ramificaciones; en la demanda, en la oferta, en la aplicación de sanciones más


severas, sustitución de cultivos, políticas de rehabilitación, entre otras.

El tráfico ilícito de drogas se ha definido como un proceso económico y social que


abarca tanto el “consumo de narcóticos estimulantes y alucinógenos; y su
satisfacción mediante una oferta creciente y diversificada”, por lo cual es un
problema de dos variantes. (Santana Adalberto. 2004).

Últimamente esta problemática ha emergido con gran fuerza y violencia en el marco


político y socio-económico, ya que está en conflicto constante con la normalidad y
las instituciones del sistema dominante, a su vez se ha consolidado a través del
tiempo debido al alto consumo, que implica una mayor producción por lo tanto, la
lucha deberá extenderse a la demanda, pero es necesario subrayar que este
fenómeno no puede ser visto fuera del contexto del desarrollo de modelos
económicos, tecnológicos, sociales y políticos contemporáneos, de la creciente
globalización y sus consecuencias en la comunicación, y en la transformación de
estilos de vida y valores tradicionales. (El consumo de drogas en México:
diagnostico, tendencias y acciones, 1999).

El tráfico de drogas constituye el problema más destructivo que ha enfrentado el


hombre en su historia contemporánea debido a que ha invadido los más diversos
ámbitos de la vida cotidiana (economía, cultura, sociedad…) que afectan de manera
significativa la estabilidad de un país; por lo tanto es necesario analizar y entender
las diferentes fases de este fenómeno, tales como: producción, tránsito, consumo,
comercialización y distribución en el entorno nacional e internacional, y con ello
poder establecer medidas eficaces de prevención y combate.

1.9. CONCEPTO DE FRONTERA.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Dos son las visiones para conceptualizar el término frontera (Luis Alberto Oliveros,
en internet en: http://www.comunidadandina.org/documentos/docIA/IA13-2-02.htm):

a) Linealidad o línea limítrofe

Conforme a esta noción, desde su fundación, los Estados modernos


se definen como entidades espaciales soberanas, por lo que la
necesidad de establecer la cobertura territorial de dicha soberanía
postula, el conocimiento preciso de los límites (linealidad) de esa
porción de territorio dentro de los cuales el Estado ejerce su
jurisdicción. Por esa razón, la noción de linealidad o de línea limítrofe
tiene una connotación fundamentalmente jurídica que se hace
perfectamente tangible con la suscripción de los tratados
internacionales de límites y su consecuente ejecución.

b) Zonalidad

Desde esta perspectiva, frontera es un término que posee una


acepción social y económica, en el sentido de constituir la
manifestación, en una porción de territorio situado en los confines de
un Estado, de fuerzas organizadas que actúan de un lado al otro del
límite y cuyos vectores son la población y los acondicionamientos de
todo tipo (por ejemplo, senderos, carreteras u otras vías de
comunicación; líneas de transmisión de energía eléctrica;
explotaciones agrícolas o pecuarias; implantaciones industriales;
centros educativos o de salud; etc.), todo lo cual estimula un
movimiento e intercambio de personas, bienes y servicios, procesos

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

con base a los cuales se construyen en el tiempo solidaridades e


intereses comunes que van perfilando, dentro de ciertos ámbitos
espaciales, "lo fronterizo".

Para los efectos de esta investigación entendemos frontera desde esta visión de
zonalidad, por lo que en esta definición “amplia” del término destaca su contenido
sociológico y económico, por lo que constituye la concreción de una intensa relación
y hasta una interdependencia en las diversas manifestaciones de la vida en
sociedad, promovida y ejecutada por poblaciones asentadas a uno y otro lado del
límite entre dos países.

1.9.1. FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS

México y Estados Unidos comparten una frontera de 3,152 kilómetros de longitud.


La Comisión para Asuntos de la Frontera Norte de la Presidencia de la República
define a la franja fronteriza entre México como todos aquellos municipios y ciudades
que se encuentren dentro del territorio comprendido entre la línea divisoria
internacional y la línea paralela ubicada a una distancia de 105 Kms. hacia el interior
del país (Presidencia de la República, 2001).

Mientras que por región fronteriza se entiende, los seis estados colindantes con los
Estados Unidos de Norteamérica (Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila,
Nuevo León y Tamaulipas) (Presidencia de la República 2001), que comprenden el
40% de la superficie total del país con 16.5 millones de habitantes, que representan
el 17% del total del país y producen el 23% del Producto Interno Bruto nacional. Por
parte de Estados Unidos, los estados fronterizos con México son California, Arizona,
Nuevo México y Texas.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

1.9.2. LA SEGURIDAD EN LA FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS.

El tema de la seguridad fronteriza entre México y Estados Unidos ha causado


sendas investigaciones desde la década de los noventa, especialmente en torno al
narcotráfico y el tráfico de ilegales, mismas que se han incrementado a raíz de los
atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 dado que el tema de la seguridad
se ha convertido en el prioritario para Estados Unidos tanto en su política interna
como exterior y en la medida en que México ha tenido que responder a los desafíos
de compartir la frontera con la potencia mundial que ha extremado las medidas de
seguridad en cualquier punto de ingreso a su país.

Una vez delineadas las dos grandes visiones sobre la seguridad que sin duda nos
ayudan a comprender la forma en que tanto Estados Unidos como México visualizan
el problema y configuran sus respectivas políticas de seguridad, defensa e
internacional (realista para Estados Unidos e institucionalista liberal para México)
consideramos necesario situar el debate de la seguridad fronteriza en el marco de
la teoría de la interdependencia, dado que ambos países han reconocido
abiertamente que el tipo de amenazas que se enfrentan (esto es el terrorismo y el
tráfico ilegal de personas, armas y narcóticos como principales amenazas) afectan
por igual a ambos lados de la frontera por lo que son de carácter interdependiente.
Asimismo, en la medida en que se trata de una lucha contra actores que se
encuentran fuera de la órbita estatal, se ha reconocido que la cooperación será la
única vía para enfrentarlas. Sin embargo, es menester aclarar nuevamente que ello
no significa que Estados Unidos renuncie a la capacidad de imponer las medidas
que considere necesarias para garantizar su seguridad fronteriza sin consultar a
México, anteponiendo la unilateralidad a la cooperación.

Desde nuestra perspectiva, la teoría de la interdependencia nos proporciona el


marco adecuado para el estudio de las amenazas y los riesgos de la región

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

fronteriza, mientras que la perspectiva realista nos guiará para demostrar que las
medidas unilaterales priman (y seguirán primando) sobre las de cooperación.

Sin embargo, a fin de apoyar nuestro proceso de constatación y falsedad de las


hipótesis consideramos importante hacer referencia a dos nuevas perspectivas
sobre las relaciones de cooperación ente los Estados centradas en la construcción
de sistemas de seguridad regional o comunidades de seguridad, visiones
sumamente importantes dado que no podemos perder de vista que México y
Estados Unidos (al lado de Canadá) se encuentran inmersos en un proceso de
integración económica vía en Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN) y que, desde esta perspectiva, serán las relaciones de cooperación y la
generación de una identidad común en materia de seguridad lo que llegue a primar.

De esta manera, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y la puesta en


marcha del Acuerdo de Fronteras Inteligentes entre ambos países los estudiosos se
han orientado a analizar si estamos frente a la construcción de un sistema de
seguridad regional o una comunidad de seguridad, utilizando para ello la propuesta
teórica de los sistemas de seguridad regional desarrollada por Barry Buzan y la de
las comunidades de seguridad desarrollada por Adler y Barnet como es el caso de
Alejandro Chanona y Raúl Benítez, entre otros. (Raúl Benítez Manaut 2004).

1.10. EL PARADIGMA DE LA INTERDEPENDENCIA.

A fin de proporcionar un panorama amplio de la Teoría de la Interdependencia así


como su uso práctico en el estudio de las relaciones entre México y Estados Unidos
en este apartado describiremos los principales postulados de dicha teoría y haremos
referencia cómo los investigadores mexicanos incorporaron a sus estudios la noción
de interdependencia. (Alejandro Chanona, 1994).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Desde la perspectiva de la Teoría de la Interdependencia, el mundo pude ser visto


como una totalidad, un sistema que contempla partes o actores interdependientes;
en el que el Estado es el actor privilegiado de las relaciones internacionales. En esta
interpretación de la realidad internacional, los Estados Nacionales continúan
desempeñando el papel de actores privilegiados. No obstante, se reconoce la fuerza
de las empresas transnacionales; mientras que las organizaciones internacionales
son concebidas como elementos suplementarios del sistema mundial.

Interdependencia, significa mutua dependencia concebida no a partir de la


subordinación, sino del hecho de que las interacciones entre los Estados y las
sociedades producen efectos para todos los actores que participan.

El debate de la interdependencia fue introducido por primera vez en Estados Unidos


a finales de los sesentas. No obstante, éste se convirtió en un enfoque prominente
en la Economía Política Internacional con la publicación, en 1977, del trabajo de
Keohane y Nye, Poder e Interdependencia, quienes definen la interdependencia en
términos de interacciones o transacciones que tienen efectos recíprocamente
costosos para las partes. (Keohane y Nye, cit. por., Celestino del Arenal, 1993).

De esta manera, los autores definen la interdependencia como dependencia mutua,


que aplicada a la política internacional se refiere a situaciones caracterizadas por
efectos recíprocos entre países o entre actores en diferentes países. (Robert O.
Keohane, 2001).

Desde la perspectiva de nuestros autores, hay que tomar en cuenta los principios
de sensibilidad y vulnerabilidad (Robert Keohane, 2001) entre los países
interdependientes; el primero se refiere a qué tan rápido los países tienen que hacer
cambios internos ante la dinámica internacional y que tan profundos son éstos;
mientras que la vulnerabilidad da por hecho la necesidad de aplicar dichos cambios,

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

por lo que la vulnerabilidad se mide en relación a los costos de las alternativas de


estas políticas.

Esto lo explican a través de la creación de un tipo ideal de relación como lo es la


“interdependencia compleja” que tiene tres principales características:

a) La existencia de múltiples canales conectando las sociedades


(relaciones interestatales, transgubernamentales y transnacionales)
b) Ausencia de jerarquía en la agenda de las relaciones interestatales
(la seguridad militar no domina la agenda)
c) La fuerza militar no es usada por los gobiernos respecto de otros
gobiernos dentro de la región o respecto de los problemas.
(Celestino del Arenal, 2001).

Sin embargo, hay que aclarar que interdependencia no es necesariamente


simétrica, por el contrario, porque es asimétrica es que puede constituir una causa
del poder para uno de los actores en su trato con otro. Los actores menos
dependientes pueden frecuentemente usar la relación de interdependencia como
una causa de poder en la negociación sobre un asunto y quizá afectar otros.
(Alejandro Chanona, 1994) Al respecto, los autores sostenían que:

Debemos ser sumamente cuidadosos en no definir


interdependencia totalmente en de una situación de
dependencia mutua términos de una situación de mutua
dependencia regularmente equilibrada. Existen asimetrías en
la dependencia que son más indicadas para suministrar las
fuentes de influencia para los actores en su trato con otros.

Aún dentro de las relaciones que son benéficas para todas las
partes involucradas, la interdependencia puede ser altamente
asimétrica: un actor puede depender de otro a un grado mayor

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

que a la inversa. Tales relaciones asimétricas son cada vez


más comunes en la política mundial contemporánea,
particularmente entre países desarrollados y menos
desarrollados, o entre los Estados Unidos y la mayoría de los
otros Estados. La asimetría es políticamente importante. Ser
menos dependiente que otros actores en el sistema
interdependiente puede ser una fuente importante de poder.
(Robert Keohane, 2001).

El poder es central para entender las “asimetrías” de la interdependencia. Nos


enfrentamos con el problema clásico de la estrategia política: cómo podemos tomar
ventaja de los recursos de los que disponemos en situaciones de negociación. De
hecho, la asimetría no puede desasociarse de la interdependencia. Dada su
flexibilidad y carencia de un significado fijo, su habilidad para producir un análisis
más profundo e innovador de las “relaciones asimétricas” depende de cada caso de
estudio particular.

En el caso de los estudios sobre las relaciones entre México y Estados Unidos, el
debate entre dependencia e interdependencia es introducida hasta la segunda
mitad de los años setenta. Desde la perspectiva de Alejandro Chanona, esta visión
[la de la interdependencia] de la relación mexicano-estadounidense era más
optimista sobre el papel jugado por México, toda vez que Estados Unidos también
es visto como “dependiente” (aunque en menor grado) de México. Este enfoque de
“dependencia mutua” intentó dar una visión diferente sobre el manejo y sobre los
resultados potenciales de las relaciones México-Estados Unidos. (Alejandro
Chanona, 1994).

En esta época, Mario Ojeda y Carlos Rico, académicos del Colegio de México,
debatían fuertemente que la noción de interdependencia pudiese ser utilizada para
referirse a las relaciones bilaterales México-Estados Unidos, debido a las

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

características propias de la relación y la acentuación de la dependencia de la


economía mexicana a la de Estados Unidos en dicho momento histórico. Siguiendo
a Chanona:

La escuela de “El Colegio de México” [Ojeda y Rico] interpreta la


interdependencia, pero sobre todo de carácter asimétrico y lo
plantea como casi equivalente a la dependencia. La retórica de la
interdependencia, sostiene Rico, tiende a esconder las relaciones
de “dependencia” entre México y Estados Unidos.

Cuando Ojeda se refiere a la Frontera Norte sostiene que la


“interdependencia asimétrica” entre México y Estados Unidos
(favoreciendo a Estados Unidos) es una estructura de dependencia.
Ojeda termina en esos años por tomar dependencia e
interdependencia asimétrica como sinónimos.

Por su parte, hacia el inicio de la década de los ochenta, Carlos Rico


señala que la noción de interdependencia “fue introducida para
referirse al proceso de integración de facto de la economía
mexicana a la estadounidense o a situaciones de dependencia en
esta relación. (Alejandro Chanona, 1994 ).

Por otro lado, los académicos estadounidenses defendían la “interdependencia”


aunque “asimétrica”, argumentando que su enfoque era más útil y pragmático en el
análisis de esta relación. Desde su perspectiva:

La perspectiva de la dependencia exagera que los problemas


internos de México emanan básicamente de las relaciones
exteriores de Estados Unidos y que el orden global debe ser
transformado para transformar los problemas domésticos de
México. Además, la perspectiva de la dependencia tiende a

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

promover resentimiento y desconfianza, impidiendo comunicación y


cooperación. (Así) el síndrome de la dependencia tiende a inhibir
negociaciones y ciega a los individuos de las posibilidades para
manejar asuntos o construir interdependencia (entre México y
Estados Unidos) frente a una gran asimetría. (Alejandro Chanona,
1994).

Este debate entre dependencia e interdependencia se cerraría a partir de 1986


cuando la atención de estos académicos empezó a centrarse en el proceso de
integración entre las economías de México y Estados Unidos, especialmente las de
la frontera norte del país. A partir de entonces la comunidad académica ha
reconocido que ambos países son interdependientes, aún con la persistencia de las
asimetrías.

1.11. LA COOPERACIÓN A NIVEL INTERNACIONAL.

La cooperación es el comportamiento de varios sujetos que obran en colaboración


para alcanzar un objetivo, comportamiento que entraña un interés común, supone
una combinación de esfuerzos hacia un fin concreto del que todos los participantes
esperan un beneficio real o imaginado. (David L. Sills. 1974).

Ernesto Soria (Ernesto Soria Morales, 1999) ha desarrollado la siguiente tipología


sobre la cooperación internacional:

a) Por el grado de desarrollo de los países. Se refiere a la


posición internacional de las partes, que puede ser vertical
(Norte-Sur) y horizontal (Sur-Sur). En relación a quién da y quién
recibe las acciones de cooperación se les distingue como parte
donadora y parte receptora.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

b) Por el ámbito de cooperación. En términos del área en la que


se pretende cooperar, la cooperación internacional tiene su
ámbito de acción en un sinnúmero de áreas, tantas como en las
que las relaciones internacionales se pueden desarrollar, por lo
que puede ser económica, política, cultural, social, etc. De la
combinación de estos ámbitos de acción, pueden surgir formas
más complejas de cooperación como la militar, técnica, científica
y la que nos referiremos en esta investigación, la cooperación
internacional para el desarrollo.
c) Por el número de participantes. La cooperación internacional
en términos del número de partes involucradas puede ser
bilateral (dos actores) multilateral (otorgada o coordinada por
una organización internacional) y regional (que surge de una
región determinada en conjunto y coexiste con los demás tipos
de cooperación). En el caso que nos ocupa, la cooperación de
México con los países de Centroamérica se hace tanto en el
ámbito bilateral como regional, en el marco del Mecanismo de
Tuxtla y el Plan Puebla Panamá, sin embargo, nos enfocaremos
a las acciones de carácter regional.
d) Por la naturaleza de los actores e instrumentos de
formalización. La cooperación internacional puede ser
gubernamental o pública, no gubernamental o privada, y mixta.
e) Por las obligaciones generadas, o bien el costo de las
acciones. Puede ser reembolsable y no reembolsable.

Cooperación para el Desarrollo.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Mientras que la Cooperación para el Desarrollo puede definirse como “el conjunto
de acciones, proyectos, programas o convenios de colaboración establecidos por
dos o más actores internacionales [en este caso Estados] con la finalidad de
promover el progreso, fortalecer la capacidad de desarrollo económico y contribuir
a elevar el nivel de vida de la población de la parte receptora, y al mismo tiempo
generar beneficios para la parte oferente. [...] Comprende desde acciones de ayuda,
asistencia y colaboración técnica, transferencias de recursos financieros a través de
donativos, préstamos blandos y créditos; hasta la transferencia de conocimientos y
tecnología e incluso el acceso a mercados e inversiones”. (Ernesto Soria Morales,
México, 1999, p. 17).

1.12. EL PARADIGMA DEL COMERCIO INTERNACIONAL.

1.12.1 TEORÍAS LIBERALES.

Si bien la teoría liberal del comercio ha cambiado en contenido y forma desde las
ideas sencillas de Adam Smith hasta las formulaciones matemáticas de nuestros
días, en última instancia descansa en la creencia en que la especialización
económica produce ganancias en la eficiencia productiva y en el ingreso nacional.

En su libro La Riqueza de las Naciones, Smith planteó que la clave de la riqueza y


el poderío nacionales era el crecimiento económico, que, de acuerdo al autor, es
primordialmente una función de la división del trabajo, lo cual, a su vez, depende de
la dimensión del mercado. Es por ello que Smith afirmaba que cuando un Estado
mercantilista levantaba barreras contra el intercambio de bienes y la ampliación de
los mercados restringía el bienestar interno y el crecimiento económico. (Alfred
Schüller). En este sentido, sostenía que el comercio debía ser libre y que las
naciones se debían especializar en lo que podían hacer mejor, para que pudiesen
volverse ricas y poderosas. Las ventajas de una división territorial del trabajo basada

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

en la ventaja absoluta, constituye la base de la teoría de Adam Smith sobre el


comercio.

Smith planteó que el comercio internacional se basaba en una ventaja absoluta; es


decir que cuando un país es más eficiente que otro en la producción de un bien
(ventaja absoluta) pero es menos eficiente que el otro país en la producción de un
segundo bien (desventaja absoluta) entonces ambos países están en la capacidad
de obtener una ganancia si cada uno de ellos se especializa en la producción del
bien en el que tienen ventaja absoluta e intercambia con el otro país parte de su
producción por el bien en el cual tiene desventaja absoluta. (Dominik Salvatore,
1995). De acuerdo al autor, este proceso permite que los recursos se utilicen de
forma eficiente, lo que lleva a un incremento en la producción de ambos bienes y a
mayores ganancias.

En 1817 David Ricardo publicó su libro Principios de Economía Política y Tributación


en la cual planteó la primera demostración "científica" de que el comercio
internacional es benéfico para todos los Estados. A partir de las ideas de Smith,
Ricardo desarrolló su Ley de la ventaja comparativa o de los costos comparativos
en la que demostró que el flujo comercial entre los países está determinado por el
costo relativo (no absoluto) de los bienes producidos.

De acuerdo a Ricardo, la división internacional del trabajo se basa en los costos


comparativos y los países tenderían a especializarse en aquellos bienes cuyos
costos fueran comparativamente más bajos. De este modo, aunque una nación
pudiese tener una ventaja absoluta sobre las otras en la producción de todos los
bienes, especializarse en los que tienen el costo comparativo más bajo permitiría a
todos los países ganar más en el intercambio. Esta idea de los beneficios
universales de la especialización basada en los costos comparativos continúa
siendo la clave de la teoría liberal del comercio. (Dominik Salvatore 1995).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Las críticas y correcciones que sufrió la teoría clásica a finales del siglo, la
modificaron en diversos aspectos importantes. Los autores neoclásicos agregaron
el costo del transporte, postularon una mayor movilidad de los factores de
producción entre los países, le prestaron gran atención a la naturaleza dinámica de
los costos comparativos y se ha elaborado una teoría por medio

Esta reformulación neoclásica es conocida como la Teoría Heckscher-Ohlin-


Samuelson, misma que señala que los costos comparativos de una nación están
determinados por la abundancia relativa y la combinación más provechosa de sus
diversos factores de producción, tales como capital, mano de obra, los recursos, la
administración y la tecnología.

De esta manera "un país exportará (importará) aquellos bienes que son intensivos
en el uso de su factor abundante (escaso)". (Ali El-Agra, 1991).

El modelo H-O continúa siendo a teoría más importante para explicar el comercio
interindustrial e igualmente es aplicable en la explicación del comercio Norte - Sur.
No obstante se han desarrollado nuevas teorías como la de la brecha tecnológica
de Posner, o la teoría del ciclo del producto de Vermon, que ponen énfasis en la
tecnología, las economías de escala y la naturaleza dinámica de los costos
comparativos.

Mientras que el énfasis de la teoría del comercio desde Ricardo hasta Hecksher-
Ohlin recaía en el comercio entre las industrias, las nuevas teorías se centran en el
comercio intraindustrial, intraempresario e interempresario.

Las teorías clásicas y neoclásicas daban por sentado que la mano de obra y el
capital eran inmóviles, los costos comparativos estáticos y sólo se intercambiaban
productos terminados. En cambio, las nuevas teorías parten de un mundo en el cual
el capital es altamente móvil y los productos se intercambian en todos los estados

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

del proceso de producción, desde el conocimiento tecnológico, hasta bienes


intermedios e insumos del mismo producto final.

A diferencia de las teorías anteriores, que descuidaban la inversión extranjera


directa y la producción en el exterior, estas nuevas teorías ven al comercio de
exportación y a la producción extranjera como aspectos complementarios de las
estrategias propias de las empresas multinacionales (Rober Gilpin "La Política del
Comercio Internacional" en: Robert Giilpin, 1997).

En cuanto al efecto del comercio en la política internacional, los liberales sostienen


que éste es una "fuerza a favor de la paz"; al argumentar que "la interdependencia
económica crea lazos positivos entre los pueblos y promueve una armonía de
intereses entre las sociedades". (Ali El-Agra, 1991).

Es importante señalar que el sustento ideológico de la firma del Tratado de Libre


Comercio de América del Norte lo encontramos precisamente en las tesis ortodoxas
del liberalismo económico, de acuerdo a las cuales el libre comercio conlleva la
especialización, la competitividad, un aumento global de la producción y del
consumo; en suma el bienestar de todos sus participantes. Sin embargo, esta teoría
ortodoxa del comercio internacional no reconoce la existencia de países
desarrollados y subdesarrollados, de las diferencias tecnológicas y de otros actores
como las empresas transnacionales o el Fondo Monetario Internacional.

La retórica de la teoría liberal del comercio internacional sirvió para justificar el


Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, pero debemos recordar
que la preocupación de esta teoría se centra en la maximización global de la
eficiencia o del bienestar y no considera los efectos de la redistribución del ingreso
del libre comercio.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

1.12.2. TEORÍAS NACIONALISTAS.

Frente a los exponentes de las teorías liberales, los nacionalistas económicos ponen
énfasis sobre el costo del comercio para los grupos y los Estados particulares y
favorecen el proteccionismo económico y el control del Estado sobre el comercio
internacional.

Aunque las raíces del nacionalismo económico pueden encontrarse en los


mercantilistas de los siglos XVII y XVIII, el Informe sobre el tema de las manufacturas
de Alexander Hamilton, presentado en 1797 a la Cámara de Representantes de los
Estados Unidos, contiene los orígenes intelectuales del nacionalismo económico
moderno y la defensa clásica del proteccionismo.

A partir de las bases mercantilistas, Hamiliton desarrolló una teoría dinámica del
desarrollo económico, basada en la superioridad de las manufacturas sobre la
agricultura, planteando lo que hoy conocemos como la sustitución de importaciones.
(Robert Gilpin 1997).

De acuerdo a Hamilton y los subsiguientes defensores del nacionalismo económico,


los gobiernos pueden transformar la naturaleza de sus economías y así cambiar su
posición en la economía internacional a través de políticas industriales. Igualmente,
la inversión extranjera directa se concibe como necesaria dentro de la estrategia de
industrialización, orientada básicamente a los sectores que el Estado considerase
adecuados.

En el siglo XIX, las ideas de Hamilton tuvieron su máxima influencia en Alemania


donde autores como Friedich List, Wilhelm Roscher y Gustav Schmoller fundaron la
Escuela Histórica Alemana de análisis económico, cuyas ideas encontrarían una
rápida aceptación en una Alemania cuyas industrias tradicionales estaban sufriendo
el ataque de una verdadera inundación de importaciones británicas de bajo costo.
(Robert Gilpin, 1997).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

En su libro El Sistema Nacional de la Economía Política List argumentaba que las


teorías del comercio de los economistas británicos clásicos eran la política
económica de los fuertes, que no había ninguna división internacional del trabajo
"natural" basada en la ley de los costos comparativos de Ricardo y que la división
del trabajo era simplemente una situación histórica resultante de una utilización
previa del poder económico y político: (Ali El-Agra 1991).

De acuerdo a List, los británicos habían utilizado el poder del Estado para proteger
sus nacientes industrias de la competencia extranjera, al tiempo que debilitaban a
sus opositores mediante la fuerza militar; volviéndose promotores del libre comercio
tras haber adquirido supremacía tecnológica o industrial sobre sus rivales. En este
sentido, al ganar acceso irrestricto a los mercados nacionales, los británicos
únicamente mejoraban sus propios intereses.

Es por ello que los exponentes de la Escuela Alemana abogaban por la unificación
política, la construcción de vías férreas, el fortalecimiento del mercado interno y la
erección de fuertes barreras proteccionistas que fortalecieran la naciente industria
para de esta manera crear un fuerte Estado. Más tarde, sería el éxito alemán el
encargado de legitimar las tesis del nacionalismo económico.

Resulta claro que la corriente nacionalista da por sentada la superioridad de la


industria, tanto sobre la agricultura como sobre la producción de productos básicos.
En esta línea, se concibe que la industria no sólo es valiosa en sí misma, por que
contribuye con un alto valor agregado a la producción nacional, sino que se le
atribuyen una serie de poderosos efectos secundarios que estimulan toda la
economía y aceleran el crecimiento económico en general. Sus efectos en la calidad
de la fuerza del trabajo, la capacidad empresarial y las opciones generales de la
sociedad hacen de la industrialización un objetivo por propio derecho. (Ali El-Agra,
1991).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

A fines del siglo XX los partidarios del nacionalismo económico continúan


anteponiéndose a la tesis de que los costos comparativos son relativamente
estáticos; al sostener que la ley de los costos comparativos es en esencia una
racionalización de la división internacional del trabajo en vigencia (Robert Gilpin,
1997), al tiempo que señalan la necesidad de implementar una política comercial
que favorezca el desarrollo orientado hacia la sustitución de importaciones.

Frente al énfasis que los liberales económicos hacen de la ganancia absoluta en la


riqueza global, los nacionalistas económicos subrayan la distribución internacional
de las ganancias del comercio. En este sentido, los nacionalistas destacan que, en
un mundo de libre comercio, los términos del comercio tienden a favorecer la
economía más avanzada desde el punto de vista industrial, ante el desigual
intercambio de manufacturas de alta tecnología por materias primas, alimentos y
manufacturas de bajo valor agregado.

De la misma manera, los nacionalistas creen que el libre comercio socava la


autonomía nacional y el control estatal sobre la economía al exponer la economía a
las vicisitudes e inestabilidades del mercado mundial y a la explotación por parte de
otras economías más poderosas. Afirman que la especialización, sobre todo en el
caso de las exportaciones de productos básicos, reduce la flexibilidad, incrementa
la vulnerabilidad de la economía ante acontecimientos adversos, subordina la
economía interna a la internacional y amenaza a las industrias nacionales de las
cuales dependen la seguridad nacional, los empleos estables y otros valores.
(Robert Gilpin 1997).

1.12.3. EL NUEVO PARADIGMA LA POLÍTICA COMERCIAL ESTRATÉGICA.

77
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Lo que se conoce como "la nueva economía internacional" es el modelo


contemporáneo, dinámico y oligopolístico del comercio que apareció a finales de los
años setenta y se puso en boga ante el auge de Japón.

La concepción se nos presenta como una especie de amalgama entre las teorías
liberales y nacionalistas en cuanto que demuestra que bajo circunstancias
correctas, los subsidios a las exportaciones y las restricciones a las importaciones
pueden incrementar el comercio y el bienestar de la nación, reconociendo también
que esto será a menudo a costa de otros países.

Igualmente, se reconoce la necesidad de una activa participación del gobierno en


los mercados internacionales al crear, subsidiar y proteger industrias nacionales con
atributos específicos.

Los postulados de los rendimientos crecientes a escala y la ventaja comparativa,


propios de la teoría liberal del comercio, son bases fundamentales de este modelo.
De hecho, el libre comercio no se ve como descartado, sino como un ideal al que
se puede acceder tras haber creado las suficientes ventajas comparativas
apoyándose en el proteccionismo y en las llamadas políticas comerciales
estratégicas, que recogen los postulados de los nacionalistas acerca de la
protección a las industrias nacientes. (Melvin Burke, 1995).

Por política comercial estratégica se entiende el intento, por parte de un Estado, de


utilizar el entorno estratégico internacional, de tal manera que le de ventaja a las
empresas de su país, a través de la protección, el subsidio y otras políticas.
Igualmente los Estados pueden intentar influir en la naturaleza de la competencia
internacional y la política comercial; mientras que las relaciones comerciales se
caracterizan por una serie de interacciones estratégicas. (Paul Krugman).

78
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Al afirmar que una política comercial activa puede beneficiar a un país relativamente
más que lo que hace una política de libre comercio la teoría estratégica comercial
desafía a la ortodoxa teoría liberal del comercio internacional.

En este campo, es necesario señalar que esta política estratégica comercial


argumenta que el Estado, además de conseguir beneficios para sus empresas vía
subsidios y protección, tiene un poderoso incentivo para intervenir en las relaciones
comerciales, dado que la innovación tecnológica se ha convertido en un factor
central en la competencia internacional y los costos comparativos son, en gran
medida, arbitrarios; por lo que el conocimiento generado en un sector puede
beneficiar a otros sectores y elevar el nivel tecnológico general de la economía.
(Paul Krugman Política). De tal manera, el Estado debería apoyar y proteger
aquellos sectores industriales que, además de producir ganancias, se consideren
estratégicos para la competencia internacional.

1.13. POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO-EEUU

A fin de tener una visión amplia para poder analizar la política exterior de México, a
partir de la consideración de seguridad que señalamos, consideramos necesario
hacer uso de dos teorías de relaciones internacionales: el Sistema Mundial
Moderno, que nos ayudará a comprender no sólo el lugar que México y EEUU tienen
en el sistema internacional en su conjunto, la Teoría de la Interdependencia que nos
ayudará a comprender mejor la interacción de México y EEUU.

Ambos enfoques teóricos se fundan en las premisas desarrolladas por la Teoría de


Sistemas, bajo la idea de que el mundo pude ser visto como una totalidad, un
sistema que contempla partes o actores interdependientes; en el que el Estado es
el actor privilegiado de las relaciones internacionales.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Sin embargo, la diferencia fundamental radica en sus fundamentos metodológicos


e ideológicos: mientras que la Teoría del Sistema Mundial Moderno tiene sus raíces
en el pensamiento marxista, la de la Interdependencia responde al paradigma liberal
de las Relaciones Internacionales.

1.13.1. EL SISTEMA MUNDIAL MODERNO

El enfoque del Sistema Mundial Moderno (Economía-Mundo) de Immanuel


Wallerstein (Octavio Ianni, 1999) nos lleva a reflexionar y concebir la estructura
mundial de forma histórica mediante el proceso del desarrollo del capitalismo,
mismo que es considerado como una unidad indisoluble cuyas contradicciones y
desigualdades son parte característica e intrínseca del mismo.

Para desarrollar su propuesta teórica, Wallerstein parte de la historia misma, de las


condiciones que se fueron creando desde la consolidación del sistema capitalista
con el Sistema Europeo de Estados y los Grandes Descubrimientos; a partir de lo
cual explica la incorporación de los Estados del Sur a este sistema en condiciones
de desventaja total al de las potencias, en una condición de dependencia, de atraso
tecnológico, de rezago en las formas de producción; mismas que los condicionan y
los confieren a la llamada periferia.

El centro es capaz de resistir las fuerzas externas del mercado, encauzarlas para
su beneficio y manejar con eficiencia su economía, mientras que la periferia está a
merced de las fuerzas del mercado. El sistema tiende a reproducirse a sí mismo: el
rico se vuelve más rico, mientras que en el otro extremo se da el desarrollo del
subdesarrollo.

La explicación de la Economía Mundo toma en cuenta la relación de


interdependencia existente entre el desarrollo mismo del sistema capitalista y el

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

desarrollo interno de los Estados. Ambas situaciones se condicionan e influyen entre


sí.

El Sistema Mundial es entonces una estructura internacional de Estados desiguales


que mantiene la división internacional del trabajo y es responsable de la
acumulación de capital en los Estados desarrollados y el ciclo de atraso y
subdesarrollo en los demás.

Encontramos tres estratos de Estados, jerárquicamente ordenados y estrechamente


vinculados que se diferencian entre sí por la posición que han podido obtener en el
orden rapaz del mercado: el centro dominante; la periferia dependiente y la
semiperiferia que separa los dos extremos del bienestar material, explotadora de la
periferia y explotada por el centro, cuyo papel político es de suma relevancia.

Las relaciones de poder, que regularmente son de carácter encubierto y de origen


estructural están igualmente condicionadas por las ventajas que el centro tiene
sobre periferia y semiperiferia y las condiciones del sistema.

El centro es capaz de resistir las fuerzas externas del mercado, encauzarlas para
su beneficio y manejar con eficiencia su economía, mientras que la periferia está a
merced de las fuerzas del mercado. El sistema tiende a reproducirse a sí mismo: el
rico se vuelve más rico, mientras que en el otro extremo se da el desarrollo del
subdesarrollo.

Partiendo del esquema de Wallerstein, podemos concebir a México como un Estado


que se encuentra en la semiperiferia y a Centroamérica ubicado en la periferia,
constituyendo el espacio de influencia y dominio directo de nuestro país; partiendo
del hecho de que la semiperiferia depende profundamente del centro (Estados
Unidos) pero a su vez ejerce explotación y dominio sobre la periferia
(Centroamérica), que constituiría la región más atrasada y explotada.

81
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Como quiera que sea, frente a los problemas de nuestro país los de Centroamérica
son mayores: la pobreza, el analfabetismo y la violencia callejera se hacen
presentes en esta región de América Latina; al tiempo que México se erige como el
país más desarrollado de la región.

Cabe señalar que esta perspectiva teórica ha sido utilizada por muchos detractores
del Plan Puebla Panamá, para referirse a México como la “correa de transmisión”
de la apertura económica y la liberalización comercial en el marco de la estrategia
de Estados Unidos de construir el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Desde nuestra perspectiva, la propuesta teórica de Wallerstein nos ayuda a situar


a México dentro del contexto capitalista mundial y nos proporciona elementos
explicativos de la superioridad de nuestro país y la capacidad de acción de México
frente a la región.

1.13.2. LA INTERDEPENDENCIA.

La Teoría de la Interdependencia, se funda en las premisas desarrolladas por la


Teoría de Sistemas, bajo la idea de que el mundo pude ser visto como una totalidad,
un sistema que contempla partes o actores interdependientes; en el que el Estado
es el actor privilegiado de las relaciones internacionales.

En esta interpretación de la realidad internacional, los Estados Nacionales


continúan desempeñando el papel de actores privilegiados. No obstante, se
reconoce la fuerza de las empresas transnacionales; mientras que las
organizaciones internacionales son concebidas como elementos suplementarios del
sistema mundial.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Para comprender este enfoque teórico, resulta necesario aclarar primero qué se
entiende por dependencia. El concepto de dependencia surge en América Latina
durante la década de los setenta, como el resultado del proceso de discusión sobre
el tema del subdesarrollo y el desarrollo, dando origen a la Teoría de la
Dependencia. Entendemos por dependencia una relación de subordinación,
específica o global, que guardan entre sí los sujetos de la sociedad internacional en
consonancia con su poder la dependencia y la dominación son consecuencia del
devenir histórico. (Edmundo Hernández Vela, 1999).

Interdependencia, significa mutua dependencia concebida no a partir de la


subordinación, sino del hecho de que las interacciones entre los Estados y las
sociedades producen efectos para todos los actores que participan.

El debate de la interdependencia fue introducido por primera vez en Estados Unidos


a finales de los sesentas. No obstante, éste se convirtió en un enfoque prominente
en la Economía Política Internacional con la publicación, en 1977, del trabajo de
Keohane y Nye, Poder e Interdependencia, quienes definen la interdependencia en
términos de interacciones o transacciones que tienen efectos recíprocamente
costosos para las partes. (Keohane y Nye, cit. por., Celestino del Arenal, 1993).

Sin embargo, hay que aclarar que interdependencia no es necesariamente


simétrica, por el contrario, porque es asimétrica es que puede constituir una causa
del poder para uno de los actores en su trato con otro. Los actores menos
dependientes pueden frecuentemente usar la relación de interdependencia como
una causa de poder en la negociación sobre un asunto y quizá afectar otros.
(Alejandro Chanona, 2004). Al respecto, los autores sostenían que:

Debemos ser sumamente cuidadosos en no definir


interdependencia totalmente en de una situación de
dependencia mutua términos de una situación de mutua

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

dependencia regularmente equilibrada. Existen asimetrías en


la dependencia que son más indicadas para suministrar las
fuentes de influencia para los actores en su trato con otros.

Aún dentro de las relaciones que son benéficas para todas las
partes involucradas, la interdependencia puede ser altamente
asimétrica: un actor puede depender de otro a un grado mayor
que a la inversa. Tales relaciones asimétricas son cada vez
más comunes en la política mundial contemporánea,
particularmente entre países desarrollados y menos
desarrollados, o entre los Estados Unidos y la mayoría de los
otros Estados. La asimetría es políticamente importante. Ser
menos dependiente que otros actores en el sistema
interdependiente puede ser una fuente importante de poder.
(Robert Keohane y Joseph Nye, cit. por. Alejandro Chanona,
2004).

El poder es central para entender las “asimetrías” de la interdependencia. Nos


enfrentamos con el problema clásico de la estrategia política: cómo podemos tomar
ventaja de los recursos de los que disponemos en situaciones de negociación. De
hecho, la asimetría no puede desasociarse de la interdependencia. Dada su
flexibilidad y carencia de un significado fijo, su habilidad para producir un análisis
más profundo e innovador de las “relaciones asimétricas” depende de cada caso de
estudio particular.

El modelo de la Interdependencia Compleja de Keohane y Nye tiene tres principales


características:

a) La existencia de múltiples canales conectando las sociedades


(relaciones interestatales, transgubernamentales y transnacionales)

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

b) Ausencia de jerarquía en la agenda de las relaciones interestatales


(la seguridad militar no domina la agenda)
c) La fuerza militar no es usada por los gobiernos respecto de otros
gobiernos dentro de la región o respecto de los problemas.
(Celestino del Arenal, 1990).

Como podrá observarse a lo largo del estudio, las consideraciones estratégicas que
EEUU toma en consideración para formular su política exterior hacia la región se
basan en la visión de la interdependencia donde la estabilidad de la región impacta
directamente la seguridad del sur de Estados Unidos. Asimismo, tanto EEUU como
México han reconocido que cuestiones como el tráfico de personas o drogas no
pueden ser tratados de forma independiente, dada su complejidad y características
que involucran una serie de factores que comparten todos los países de la región.

La Teoría de la Interdependencia nos da el sustento teórico para comprender la


dinámica de la cooperación México-EEUU, tanto a nivel bilateral como regional, en
la medida en que esta Teoría señala a la cooperación como un instrumento
privilegiado de la política exterior.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

CAPITULO 2 LA TRUCULENTA HISTORIA DE LA RELACIÓN ENTRE MÉXICO


Y ESTADOS UNIDOS.

2.1 ASPECTOS HISTÓRICOS RELEVANTES EN LA RELACIÓN BILATERAL

2.1.1 LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX.

Firmados los Tratados de Córdoba en 1821, México nacía a la vida independiente.


La construcción del Estado Nación le llevaría un largo y doloroso camino de
aprendizaje y construcción durante la primera mitad del siglo XIX. Con la
Independencia, México no sólo rompió formalmente con los vínculos establecidos
con su metrópoli, sino que se produjo una total desarticulación del sistema
económico colonial a la par de una ruptura de los lazos de dominación establecidos
al interior del país. (Gloria Abella 1992).

La Herencia Colonial, al lado de una economía reducida a la mitad, la minería a una


tercera parte y la naciente industria y comercio dañados; la fragmentación; así como
la progresiva militarización del poder expresada con el surgimiento de una serie de
caudillos regionales y la ausencia de una facción hegemónica que llevase adelante
el proyecto de nación, trajo consigo la imposibilidad de crear un mercado interno y
de centralizar el poder. (Luis Alberto de la Garza, 1986) "Sociedad Fluctuante" llama
Jesús Reyes Heroles a este grupo de hombres que, con un mismo objetivo, la
creación del Estado -Nación, se debaten entre diversos proyectos enfrascándose
en luchas interminables para llevar adelante su proyecto nacional. En este sentido,
Luis Alberto de la Garza señala que el proceso político de la primera mitad del s.
XIX es la lucha por la creación de un centro de poder autónomo que fuera controlado
por cierto tipo de hombres en una inmensa extensión territorial determinada por
vagas fronteras (Jesús Reyes Heroles cit. por. Luis Alberto de la Garza 1986).

En cuanto a las relaciones con el exterior, se plantearon dos objetivos inmediatos


incuestionables:

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

I. Obtener el reconocimiento de México como país independiente por


parte de los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, España y el
Vaticano: Cuando surge un nuevo Estado es necesario que los demás
Estados le den su reconocimiento, esto es, que acepten su existencia
y entablen relaciones con él. Conforme al derecho internacional, el
reconocimiento es un acto discrecional de los Estados, que pueden
negarse a otorgarlo, sin que se establezca una obligación particular al
respecto; sin embargo, como señala Seára Vázquez el no
reconocimiento por parte de un Estado particular no le da derecho de
considerar que el Estado que acaba de nacer no existe y no le permite
intervenir, por ejemplo, en sus asuntos internos.
El reconocimiento puede darse de dos formas: a) la expresa, o de jure¸
por la cual otro Estado declara (por medio de un tratado o una
declaración) que considerará al otro Estado como sujeto de Derecho
Internacional; y b) En forma tácita o de facto si el Estado empieza a
tener relaciones con el nuevo Estado. Modesto (Seára Vázquez, 1997);
II. Obtener un préstamo que sería utilizado para la compra de armas y
organizar la defensa del país ante la amenaza de un intento de
reconquista de parte de la Corona Española.

Como lo señala Bosch, en tanto que la guerra de Independencia era considerada


como una guerra civil por el resto del mudo, la necesidad de obtener el
reconocimiento de jure de las potencias se hizo indispensable para garantizar la
independencia del país y hasta cierto punto, su integridad territorial. (Carlos Bosch
García. 1986).

Para las potencias de la época, el acto del reconocimiento del gobierno de México
se convertiría en una importante arma de presión para promover sus intereses en
nuestro país. Es claro que, en el caso de Gran Bretaña y Francia, la posibilidad de
acceder a los mercados mexicanos con grandes beneficios delineó el desarrollo de

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

este proceso; mientras que, en el caso de Estados Unidos, el reconocimiento se


otorgó como una forma de contención a la amenaza expansionista, vía económica,
de la Gran Bretaña. La España absolutista de Fernando VII, por su parte, mantuvo
la decisión de no reconocer la independencia del país planteando en repetidas
ocasiones su voluntad de recobrar a la más rica de sus colonias; por lo que el
reconocimiento fue otorgado hasta la muerte del monarca y el ascenso de la
ideología liberal en 1836.

El reconocimiento de los Estados Unidos se consideraba indispensable, ya que,


dadas sus condiciones históricas y su cercanía a nuestro país., un sector importante
de nuestros compatriotas veía este país a un aliado y apoyo "natural". El
reconocimiento del vecino del Norte sería otorgado en diciembre de 1823, acto que,
junto a la enunciación de la Doctrina Monroe, donde señalan su reconocimiento al
derecho de independencia de América Latina, la oposición al sistema monárquico y
se abrogan el derecho de intervenir en los asuntos de América si hubiera una
intervención europea, lo cual sería considerado como un acto hostil para ellos;
deben ubicarse en el contexto del temor y la competencia de Estados Unidos hacia
Gran Bretaña.

En el ámbito de las relaciones con Europa el reconocimiento inglés y francés eran


vistos por los que desconfiaban de los Estados Unidos como base fundamental del
contrapeso que debería darse en nuestro país.

Dado que Gran Bretaña era la potencia económica de la época su reconocimiento


se veía imprescindible para lograr la obtención de un préstamo; además de la visión
mexicana de que sólo los ingleses, por su poderío y reputación, podrían
contrarrestar la política de Rusia, en el marco de la Santa Alianza, en contra del
liberalismo (Carlos Bosch García. 1986). Este reconocimiento sería otorgado en
abril de 1825 con la firma de un Tratado de Amistad y Comercio.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Por otra parte, el reconocimiento francés resultaba necesario para frenar un posible
intento de reconquista española apoyado por la Santa Alianza. (Carlos Bosch
García, 1986) Los tratos para lograr el reconocimiento francés se iniciaron desde
1824, obteniendo un permiso a barcos mexicanos para tocar puertos franceses en
1826. Para 1827, debido fundamentalmente a que Francia necesitaba de un nuevo
mercado para su creciente industria, se firmó un acuerdo comercial, llamado
"Declaración", donde se otorga el reconocimiento de facto que no fue aceptado por
el ultraconservador gobierno francés.

Quizá el reconocimiento francés fue el que estuvo más marcado por la serie de
intereses económicos y políticos que el país europeo tenía en nuestro país: el pago
de reclamaciones de particulares por daños sufridos durante las revueltas de la
época y la pretensión de obtener una serie de privilegios en materia comercial como
el comercio de menudeo. Por ello, el reconocimiento de jure se otorgaría una vez
finalizada la llamada Guerra de los Pasteles de 1838, tras la llegada de un monarca
liberal a Francia, mediante el acuerdo de Paz concretado en 1839 entre ambos
países. (Carlos Bosch García. 1986).

Ante el desconocimiento por parte de España de los Tratados de Córdoba y las


continuas amenazas de reconquista, cristalizadas por Isidro Barradas en noviembre
de 1829, las labores para lograr el reconocimiento de la antigua metrópoli fueron
intensas desde su inicio en 1822.

Sin embargo, la idea de que había que reconocer la independencia de América


Latina se aceptaría en España tras la evolución liberal que vivió a principios de 1833;
las conversaciones encaminadas hacia ello iniciarían tras la muerte, en ese mismo
año, de Fernando VII, bajo la regencia liberal de María Cristina. Sería hasta el 21
de diciembre de 1836 cuando España otorgaría el reconocimiento a nuestro país,
mediante la firma de un Tratado de Paz y Amistad, en el que México reconocía como

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

propias las deudas contraídas por el Imperio Español durante su mandato. (Josefina
Zoraida, 1981).

Asimismo, en un pueblo tradicionalmente cristiano, donde el catolicismo era un


importante factor de cohesión nacional, el reconocimiento del Vaticano resultaba
también necesario, al considerarse una fuente de legitimidad externa. A pesar de
que los diferentes gobiernos mexicanos buscaron por todos los medios la obtención
de este reconocimiento, éste solo se dio en noviembre de 1836, siendo el
reconocimiento español la llave para obtener el del Vaticano, dados los lazos
existentes entre éste y la Corona Española. (Carlos Bosch, 1986).

Por otro lado, el acceso a préstamos internacionales se concebía como fundamental


ante la bancarrota del erario y, como ya lo mencionamos, la necesidad de comprar
armas y organizar la resistencia ante el peligro de una empresa de reconquista
española.

Durante las guerras napoleónicas se operó un cambio profundo en las relaciones


entre Inglaterra y los demás países, con el resultado de que Inglaterra surgió como
el principal prestamista del mundo (Jean Banzat, 1982).

Para 1824 se consiguieron dos préstamos de esta nación: el Glodschmidt y el


Barclay, cada uno comprometía al gobierno mexicano a emitir bonos de deuda por
16 millones, aunque las cantidades recibidas fueron de $5 586 187.00 y $8 339 134
pesos respectivamente, mimas que fueron gastadas en más de un 50% en la
burocracia, al lado de la compra de equipo naval y militar y la amortización de
aduanas y préstamos forzosos. (Jean Banzat, 1982).

Ambos préstamos fueron garantizados por el gobierno mexicano con el pago de


todos los ingresos en general y en particular con una tercera parte de todos los
derechos pagaderos en las aduanas marítimas. (Jean Banzat, 1982).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

DOS PROYECTOS DE NACIÓN: LIBERALES VS. CONSERVADORES.

Tanto la corriente liberal, como la conservadora, insertaban en sus proyectos las


relaciones de nuestro país frente al exterior. De esta manera, el proyecto económico
liberal luchaba abiertamente por el libre cambio, siguiendo las tendencias marcadas
por la época. El Estado aparece al margen de desarrollo económico mientras que
veían inminente la necesidad de terminar con los restos del sistema colonial,
representados por el clero y la milicia, al verse como impedimentos para el
desarrollo y distribución natural de la riqueza. Para los liberales, la inserción de
México al Sistema Internacional sería por la vía del libre comercio, en tanto Estados
Unidos, Gran Bretaña y Francia eran los modelos para seguir. En el plano político,
se propugnó por el establecimiento del federalismo, tomando como modelo al vecino
del Norte. (Luis Alberto de la Garza, 1986).

Por su parte, el proyecto conservador defendía la forma de gobierno central al


considerarla la única vía de imponer orden y lograr la centralización del poder
político. Su proyecto económico veía al Estado como rector de la vida económica
del país. Señalaba la necesidad de impulsar la industrialización del país, mediante
acciones proteccionistas, la atracción de inversión extranjera y la clara intervención
del Estado en el fomento y regulación de la misma. De ahí la aprobación del
proyecto del Banco de Avío, convertido en Ley el 16 de octubre de 1830, y de la
Dirección General de Industrias en 1836. Para Alamán, había que impulsar la
independencia productiva, formar un mercado nacional competitivo que posibilitara
arribar a un intercambio más igualitario con el exterior el proteccionismo selectivo
de Alamán buscaba reforzar la autosuficiencia económica del país y convertir a
México en una nación competitiva frente al exterior. (Gloria Abella 1992).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

En adelante, el interés de este personaje estaría orientado al fomento de la industria,


visión íntimamente vinculada con la de soberanía nacional. En cuanto a la
promoción del centralismo como forma de ordenamiento político del país, Alamán
argumentaba que la debilidad de la Nación mexicana ante la política expansionista
de los Estados Unidos consistía en no contar con las instituciones políticas
adecuadas que permitieran unir a la población mexicana y resistir las amenazas y
ataques del exterior (Gloria Abella, 1992).

EL MÉXICO INDEPENDIENTE Y EL INICIO DE SUS RELACIONES


INTERNACIONALES.

Son dos los principales problemas internacionales que el país enfrentará en esta
etapa: el asunto de las reclamaciones de particulares extranjeras convertidas en
reclamaciones de Estado a Estado que llevarían a la guerra con Francia en 1838 y
que estarían presentes en la relación con Estados Unidos; y la guerra con los
Estados Unidos de 1846 a 1848, precedida por la independencia y guerra de Texas
en 1836 y finalizada con la firma de los Tratados de Guadalupe Hidalgo el 2 de
febrero de 1848.

Desde el inicio de la vida independiente de México las relaciones con nuestro vecino
del norte se caracterizaron por fricciones en torno a la definición de la frontera.
Mientras que las potencias europeas estaban enfocadas a la obtención de ventajas
comerciales en los recién independizados países latinoamericanos, los Estados
Unidos veían en la posesión de la tierra un elemento fundamental para su desarrollo
interno. De ahí la idea de transcontinentalidad, la posesión de la tierra de un océano
a otro para suplir sus carencias frente a las potencias europeas con la mimas.,
mediante el incremento de su desarrollo agrícola y en base a éste propulsar el
desarrollo industrial. (Carlos Bosch García, 1973).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Por el Tratado Transcontinental o Adams-Onis de 1819 se fijó la línea fronteriza


entre la Nueva España y los Estados Unidos el paralelo 42 justo en la
desembocadura del Río Sabines. Mientras que los gobiernos posindependientes
tenían clara la validez de dicho Tratado; los Estados Unidos reclamaban para sí el
territorio comprendido hasta el lago Sabines condicionando la firma de un acuerdo
comercial a la de un nuevo tratado fronterizo. Las intenciones de Estados Unidos
por adquirir Texas se hicieron patentes desde el nombramiento del primer ministro
plenipotenciario en México, Joel R. Poinsett, que traía instrucciones de comprar
dicha provincia. Posteriormente, Andrew Jackson, presidente de Estados Unidos,
nombraría en sustitución de Poinsett, a Anthony Butler, que sin capacidad de
negociación y de manera abierta exigía a las autoridades mexicanas que se
desprendieran de tan lejano territorio.

México respondió con normas legislativas para la colonización de Texas. La ley de


colonización de marzo de 1825 rigió para el establecimiento de colonos en esa
porción del estado. El aumento de la población texana a partir de 1825 fue evidente;
por lo que, en abril de 1830, el gobierno mexicano expidió una nueva ley de
colonización con el fin de contrarrestar la inmigración anglosajona, que ponía en
riesgo la integridad del territorio mexicano.

Esta ley tuvo como antecedente una expedición realizada en 1828 por el general
Manuel de Mier y Terán. Dicha ley de abril de 1830 tenía el propósito de alentar la
colonización por mexicanos y extranjeros católicos e impedir el establecimiento de
nuevos colonos norteamericanos. Pero si aún en la actualidad las leyes expedidas
en Estados Unidos contra la inmigración que viene del sur no han impedido que olas
humanas continúen cruzando su frontera, menos podemos imaginar de qué manera
las autoridades mexicanas de aquella época vigilarían el buen acatamiento de dicha
ley.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Mientras que los colonos angloamericanos argumentaban que era una ley injusta y
contraria a los principios básicos de libertad y soberanía de los estados que impedía
su desarrollo; las autoridades mexicanas perseguían un legítimo control
administrativo y militar de la provincia de Texas que, apenas si pertenecía a la
república, principalmente por las dificultades de transporte y comunicación con la
alejada provincia. Los esfuerzos por retener Texas aceleraron un proceso que era,
inevitable. Los colonos de dicha provincia, a la sombra del gobierno de Estados
Unidos, estaban dispuestos a todo por defender sus tierras que ya producían
ganancias; se enfrentaron al ejército mexicano.

Ante tales pretensiones el gobierno de México vio en la población de estos territorios


la única vía de evitar que fuesen anexados por los Estados Unidos, de aquí la serie
de Leyes de Colonización orientadas a proporcionar tierras gratis a toda familia de
colonos, con las únicas condiciones de profesar la religión católica y respetar la Ley
de Vientre Libre. El territorio de Texas fue poblado mayoritariamente por
norteamericanos que disfrutaban de las concesiones que les hacía el gobierno
mexicano como la exención de impuestos y la libertad de comercio.

La Ley de Colonización de 1830 pretendió hacer frente a las irregularidades de los


asentamientos de la región, al prohibir la entrada de más colonos norteamericanos
y dejar el control en manos de la Federación. (Josefina Zoraida, 1993). No obstante,
los problemas iniciarían en 1832 con el establecimiento de las primeras aduanas,
que provocó la protesta de los colonos que más tarde se reunirían en las
Convenciones de San Felipe.

Hasta este momento, la anexión hacia Estados Unidos tenía pocos partidarios, dada
la política liberal de tierras del gobierno mexicano. Mientras que la Primera
Convención se orientó a pedir la abolición de la Ley de 1830, la concesión de tres
años más de exención de impuestos, el cierre de las aduanas abiertas, la
separación de Texas de Coahuila y la expedición de títulos para colonos irregulares;

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

la durante la Segunda, en 1833, se redactó la Constitución de Texas. (Josefina


Zoraida, 1993).

En defensa del territorio Santa Anna ganaría la batalla del Álamo el 6 de marzo
sufriendo el 22 de abril la derrota en la batalla de San Jacinto tras lo cual ordena el
retiro de las tropas más allá del Río Grande, que sin fundamento fue declarado
frontera. Mientras que Estados Unidos declaraba neutralidad, los Estados
fronterizos apoyaron abiertamente a Texas en su guerra con México.

Ese año fueron firmados los Tratados de Velasco mediante los cuales se declararon
terminadas las hostilidades y se estableció el compromiso de retirar a las tropas
mexicanas al otro lado del Río grande del norte, así como pagar toda propiedad y
servicio texano utilizado durante la guerra. En su parte secreta, el tratado contenía
el compromiso de Santa Anna de lograr el reconocimiento del gobierno mexicano
de la independencia texana. (Josefina Zoraida, 1993).

Por otra parte, uno de los principales logros del Ministro Plenipotenciario de los
Estados Unidos en México, Buttler fue el convertir una serie de reclamaciones de
particulares en reclamaciones de Estado a Estado. A partir de 1837 este tipo de
reclamaciones constituyó un serio problema para nuestro país, siendo la Guerra de
los Pasteles en 1838 clara prueba de ello. Si bien las relaciones entre México y los
Estados Unidos no se truncaron sino hasta marzo de 1845, el 20 de octubre de 1842
Jones ya había invadido Monterrey de California.

Las relaciones entre ambos países continuaron tensas y en una carta fechada el 23
de agosto de 1843, el ministro de Relaciones Exteriores de México, José María
Bocanegra, señala a Thompson, ministro plenipotenciario de Estados Unidos que,
el Congreso de su país trató de someter a deliberación una propuesta para
incorporar Texas a su territorio. Si así fuese, México consideraría como una
declaración de guerra la incorporación de Texas al territorio de los Estados Unidos.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Para el 21 de abril de 1845, Luis G. Cuevas, ministro de Relaciones de México, pidió


autorización al Congreso para iniciar la negociación sobre el problema de Texas.
Hacia el 16 de junio, el Congreso texano había rechazado las condiciones
expuestas por México. El 21 del mismo mes, Cuevas proponía que la guerra fuera
declarada en el momento en que el presidente de los Estados Unidos firmara el acta
de admisión de Texas a su país. El 15 de octubre, a través del nuevo ministro de
Relaciones, Manuel de la Peña y Peña, el gobierno aceptaba recibir a un
comisionado norteamericano para resolver los asuntos pendientes entre ambos
países: el de Texas y el de la deuda.

Para ello, el secretario de Estado norteamericano, James Buchanan, entregó a John


Slidell instrucciones sobre cuál era su misión en México como ministro
plenipotenciario. Algunas de éstas fueron:

a) El primer asunto que requerirá la atención de usted es el de las


reclamaciones de nuestros ciudadanos contra México. Es
demasiado bien sabido en el mundo --opinaba Buchanan--, que el
gobierno mexicano no está en condiciones de satisfacer estas
reclamaciones pagándolas en dinero.
b) Debe considerarse como un hecho consumado la independencia
de Texas y no debe ponerse en duda.
c) Respecto a los derechos de Texas a la frontera del río [Bravo] del
Norte desde su desembocadura hasta El Paso, no puede haber, se
comprende, ninguna duda seria.
d) Parece igualmente de interés para ambas potencias, que Nuevo
México pertenezca a los Estados Unidos.
e) Desea el presidente que emplee usted sus mejores esfuerzos para
obtener la cesión de esa provincia de México [California] a los
Estados Unidos. (David M. Pletcher, 1973).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Mientras tanto, México enfrentaba una nueva crisis interna cuando el general
Mariano Paredes y Arrillaga, que se encontraba al frente de las tropas destinadas a
la campaña de Texas, se rebeló en San Luis Potosí contra un gobierno que
consideraba tibio en su actitud ante Estados Unidos. El presidente Herrera, salió de
la ciudad y Paredes designó una asamblea con el propósito de elegir un presidente
interino, y él fue designado.

Otra de las causas de la fragilidad mexicana era, la intervención de los países


europeos en los asuntos de México. De hecho, a mediados de 1845 Francia e
Inglaterra intercedieron ante el gobierno del presidente José Joaquín de Herrera con
el fin de que éste reconociera la independencia de la República de Texas. Por otra
parte, el retiro de los agentes franceses e ingleses de la escena mexicana propició
que su lugar fuese ocupado por nuevos actores; en este caso, españoles, los cuales
contribuyeron de manera decisiva al desastre mexicano en su guerra con Estados
Unidos.

Texas no representaba ya un tema de discusión por parte de Estados Unidos. El


presidente Polk había firmado el 29 de diciembre del año anterior el decreto de
anexión del estado que México todavía consideraba rebelde. A principios de agosto
de 1845, el general Zachary Taylor se encontraba instalado en Corpus Christi,
Texas, y había concentrado una fuerza importante. El 13 de enero de 1846, el
Ejecutivo norteamericano ordenó a Taylor invadir el territorio mexicano.

Nuevamente la situación política de México era bastante complicada y las


propuestas para resolver los problemas de la República eran muy diversas. Se
seguían forjando las ideas, por un lado, de liberales y por otro de conservadores
con el fin de terminar con la inestabilidad existente y hacer posible la realidad que
ambos bandos vislumbraban para el país.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

La firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo puso fin a la guerra con los Estados
Unidos, al establecer la frontera en el paralelo 32, la cancelación de todas las
reclamaciones existentes y la indemnización de México mediante 15 millones de
pesos. Se impusieron además compromisos respecto a la vigilancia fronteriza y las
garantías de los derechos y propiedades de mexicanos en los territorios cedidos.
(Josefina Zoraida, 1995).

Es evidente que la guerra mexicano-estadounidense provocó una nueva división del


poder geopolítico en el hemisferio occidental. Y, que la influencia diplomática de los
europeos resultara en una coyuntura por demás favorable para los intereses
estratégicos de Estados Unidos. Pero es este conflicto, a todas luces desventajoso
para nuestro país, los objetivos norteamericanos, fueron guiados por la sed
expansionista. Al fin y al cabo, los Estados Unidos se habían anexado Texas, para
la creación de nuevo capital. Igualmente, la guerra permite observar la incapacidad
de defensa ante la amenaza externa, dada la debilidad de los lazos internos de
identidad frente al enemigo (carencia de sentimiento nacional).

La guerra ocurrió en un país desintegrado en múltiples elementos, fragmentado en


regiones que anteponían sus intereses a los del conjunto, con un gobierno central
sin fuerzas ni recursos para imponer su autoridad, con el predominio de grupos sin
sentimiento de solidaridad por una élite dividida en dos sectores sociales opuestos.
(Juan Felipe Leal).

La inestabilidad externa puso en evidencia la fragilidad de la vida nacional: era


imposible tomar medidas efectivas para encarar la invasión (Juan Felipe Leal).

El Tratado de la Mesilla de 1853, cerraría el ciclo de expansión terrestre


norteamericana al ceder México, bajo las presiones de las reclamaciones
norteamericanas y el avance de las tropas hacia la frontera, el territorio de la Mesilla
a cambio de 10 millones de pesos. Mediante este Tratado los Estados Unidos

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

también consiguieron el derecho a navegación por el Río Colorado y el Golfo de


California.

2.1.2. LA REFORMA EL SURGIMIENTO DE LA POLÍTICA EXTERIOR DE


MÉXICO.

Con el triunfo de la Revolución de Ayutla de 1854 inició el ascenso del liberalismo


mexicano, con la llegada de los civiles al poder, apoyados por una nueva generación
de militares liberales, el liberalismo nace con la nación y ésta surge con él.

En la Reforma es el momento en que existen los planteamientos necesarios para la


consolidación del Estado -Nación, al implementar una serie de medidas que tienen
como objetivo la introducción y consolidación del capitalismo en el país. La Reforma
constituye el punto de partida del desquebrajamiento de un prolongado período
colonial que no fue cancelado por el movimiento de Independencia en la Reforma
se definen las bases del nuevo Estado Mexicano a partir de los planteamientos del
liberalismo, dirigidos a implantar la secularización política y a promover la riqueza
económica (Leonor Luddlow, 1986).

Las disposiciones adoptadas entre 1855 y 1857 como la ley Juárez, mediante la
cual se reorganizaba el sistema judicial, la Ley La fragua o de la libertad de imprenta,
la Ley Lerdo o de la desamortización de los bienes del clero y de las comunidades
indígenas, la Ley Iglesias o ley para prohibir la obligatoriedad en el pago de servicios
de los sacramentos religiosos; estuvieron orientadas a terminar con los restos del
sistema colonial que impedían la consolidación del Estado-Nación. Así, el fin de la
desamortización de los bienes del Clero era la movilización de la riqueza y la
producción, dentro de un esquema de repartición de tierras que fomentara la
pequeña y mediana propiedad. (Leonor Luddlow, 1986).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Mediante la secularización política, el Estado es puesto por encima de cualquier


interés particular. Gracias al pacto que se realizó entre los civiles y la nueva
generación de militares liberales se logró la centralización del poder político en la
figura del Ejecutivo Fuerte. Es en la Constitución liberal de 1857 donde el sistema
federal, las libertades y derechos del hombre, considerados como naturales y
superiores a la autoridad, a la ley a la sociedad misma y no simples limitaciones al
poder político (Lilia Díaz, 1994); y el proyecto de desarrollo capitalista del país
aparecen claramente establecidos.

La Guerra de los Tres Años o Guerra de Reforma estalló tras el pronunciamiento de


Zuloaga en contra de la Constitución mediante el Plan de Tacubaya en diciembre
de 1857. Durante esta época los liberales y conservadores se disputaron
militarmente el dominio político del país, al tiempo que buscaron alianzas con el
exterior para conseguir el triunfo, lo que derivó en la firma, por parte de los liberales,
del Tratado Mc-Lane Ocampo con Estados Unidos y del Tratado Mon Almonte con
España, signado por los conservadores.

En un principio los Estados Unidos reconocieron al gobierno de Zuloaga, para más


tarde romper relaciones con el mismo y reconocer, en diciembre de 1858 al gobierno
de Juárez. Entre las instrucciones de McLane, nuevo Ministro de Estados Unidos
en México, destacaba la oferta de compra de Baja California hasta por 10 millones
y la negociación de un Tratado de Comercio y Límites en el que se incluyera el
privilegio de libre tránsito a los estadounidenses por varias zonas del país. (Josefina
Zoraida, 1995).

Dada la necesidad de obtener un préstamo para continuar con la guerra, en


diciembre de 1859 fue firmado el Tratado McLane-Ocampo, que , a cambio 4
millones, le otorgaba a Estados Unidos el derecho de tránsito a perpetuidad por el
Istmo y la autorización para que interviniera en la región en caso de ruptura de la
neutralidad garantizada por el Tratado, mismo que incluía el libre tránsito

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

norteamericano por varios puntos que unían la frontera con el Golfo de México y de
California y sería rechazado por el Congreso de Estados Unidos. (Josefina Zoraida,
1995).

Los conservadores por su parte reanudarían las relaciones con España mediante la
firma del Tratado Mon Almonte por el cual se acordó la ratificación del convenio
celebrado 1853, bajo la presidencia de Santa Anna, referente al pago de
reclamaciones y deudas particulares, y México se obligó a pagar una suma
considerable para indemnizar a los súbditos españoles por delitos cometidos en San
Vicente y Dimas de Durango en 1856. (Lilia Díaz, 1994).

Las Leyes de Reforma: Nacionalización de Bienes Eclesiásticos, Matrimonio y


Registro Civil, Secularización de Cementerios y Libertad de Cultos, entre otras,
serían promulgadas ese mismo año y más tarde incorporadas a la Constitución de
1857

Para el enero de 1961 Juárez retomaba las riendas del país, mientras que la
Secretaría de Relaciones Exteriores anunciaba que se oirían todas les
reclamaciones y ofreció garantías a los extranjeros. En junio de ese año, dada la
difícil situación del erario, Juárez se vio obligado a anunciar la suspensión del pago
de la deuda externa, lo que llevaría a que Francia, España y Gran Bretaña
celebraran la Convención de Londres en octubre, con el fin de exigir el pago a
México el pago de la deuda.

La Convención establecía el envío de expediciones a México para ocupar


posiciones militares y las aduanas del litoral mexicano a fin de garantizar sus
intereses; no pretender ventajas particulares, no adquirir territorio y no ejercer
influencia alguna en los asuntos internos de México que pudiera afectar el derecho
de la nación mexicana de elegir y constituir libremente la forma de su gobierno e

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

integrar con sus respectivos representantes, una comisión para distribuir las sumas
recaudadas en las aduanas. (Lilia Díaz, 1994).

Las flotas de las potencias llegaron a Veracruz en diciembre de 1861 y enero de


1862, ante ello, el gobierno de Juárez inició las negociaciones pertinentes para que
se pague la deuda, lo que lleva a la firma en 1862 de los Preliminares de la Soledad,
mediante los cuales las tres potencias otorgaron su reconocimiento implícito al
gobierno de Juárez, al tiempo que afirmaban que los aliados no atentarían en contra
de la independencia, la soberanía y la integridad del territorio mexicano.

Las negociaciones iniciarían en Orizaba y se dio autorización para que, durante las
mismas, las tropas aliadas ocuparan las ciudades de Orizaba, Córdoba y Tehuacán,
a condición de que en caso de rompimiento de las negociaciones volverían a sus
puestos anteriores. (Lilia Díaz, 1994). En el momento en que se rompen las
negociaciones, las escuadras inglesa y española se retiran cumpliendo lo
establecido en los Tratados de Soledad, mientras tanto, la tropa francesa,
atendiendo a los deseos expansionistas de Napoleón III en consonancia con su
panlatinismo promovido principalmente por su ministro Chevalier, permaneció en
nuestro país dando paso a la segunda intervención y al posterior establecimiento
del Imperio de Maximiliano.

En el momento que el país libraba la guerra con Francia, los conservadores


gobernaron mientras tanto en la llamada Junta de Notables, en espera del príncipe
extranjero que diera garantías a sus privilegios, al tiempo que justificaban la
expansión francesa por la promesa de explotar las grandes riquezas. (Leonor
Ludlow, 1986).

En abril de 1864, Maximilano de Habsburgo aceptó la corona ofrecida por los


conservadores y fue proclamado en el Castillo de Miramar Emperador de México.
Los Tratados de Miramar, serían la firma de los acuerdos que previamente había

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

establecido con Napoleón III, que establecían en 38 mil el número de soldados de


Francia en México, además de su tiempo de permanencia; y el compromiso de
Maximilano a reembolsar a Francia 270 millones de francos por gastos de la
expedición francesa y 76 millones por un futuro empréstito, además de declarar al
Imperio como francés. (Lilia Díaz, 1994).

El 28 de mayo del mismo año Maximilano llegaría a México para establecer un


Imperio de corte liberal: anunció la libertad de cultos y prensa además de no dar
marcha atrás a las reformas de los liberales y mantuvo la separación Iglesia-Estado.
Maximiliano pensó en hacer desaparecer el odio de los partidos y atraer a todos a
colaborar con él (Lilia Díaz. 1994).

Dado que los Estados Unidos se encontraron inmersos en su Guerra de Secesión


de 1861 a 1865, misma que sería definitoria para el futuro de ese país, se
mantuvieron al margen frente a la intervención francesa. Sin embargo, tanto los
Estados de la Confederación (Sur) como los de la Unión (Norte) buscarían el apoyo
del gobierno de Juárez para utilizar los territorios mexicanos del Norte ya sea en
beneficio propio o en contra del enemigo; ante lo que el gobierno mexicano
declararía "neutralidad", aunque en la práctica se llevaron a cabo acciones a favor
del Norte. (Josefina Zoraida, 1995).

Entre tanto, los liberales continuaban luchando mediante las guerrillas, esta vez el
sentimiento de unidad nacional estuvo presente. Una serie de factores internos y
externos se conjugarían para poner fin al Imperio. En el ámbito internacional, tanto
el fin de la Guerra de Secesión de los Estados Unidos en 1865 y sus declaraciones
a Francia acerca de la defensa a Doctrina Monroe y los reveses de Francia en la
guerra Franco-prusiana obligaron a Napoleón, en 1866, a retirar sus tropas del
Imperio. Mientras que, en lo interno, destaca la cohesión nacional dado el rechazo
generalizado a la invasión.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

La derrota y posterior fusilamiento de Maximiliano, en junio de 1867, le otorgaron a


nuestro país otro status en el Sistema Internacional: la independencia y soberanía
de México quedaban claras para todas las naciones, nunca más se plantearía la
posibilidad de intervenir directamente en nuestro país para poner un gobierno.
Asimismo, la derrota del Imperio significó la consolidación de la unidad nacional.

Desde el triunfo de la facción liberal en la Guerra de Reforma podemos hablar de


una Política Exterior de México, en la medida que esta facción vencedora establece
un proyecto definido de nación tanto en el plano interno como en el externo.

Durante el Imperio, el interés nacional se definió a partir de salvaguardar al país


frente a la intervención; existiendo ya una formulación de Política Exterior. Es en
esta etapa de la historia de México en que los principios rectores de la Política
Exterior Mexicana se delinean con mayor claridad: la no intervención en los asuntos
internos de las naciones y el respeto por la autodeterminación de los pueblos, serían
señalados por Juárez en su Doctrina, donde se califica el triunfo sobre el Imperio
"como una segunda independencia nacional"; señalando igualmente la disposición
del gobierno de México de establecer relaciones equitativas con los demás Estados
y la disposición de México de proteger los intereses de los extranjeros, que deberían
someterse a la legislación nacional, renunciando a la protección diplomática de sus
gobiernos. (Daniel Cosío Villegas, 2002).

Tras el triunfo liberal sobreviene lo que se conoce en la historia de nuestro país


como la República Restaurada, que comprende el período de 1867 a 1876. Bajo la
presidencia de Juárez y Lerdo de Tejada las medidas de secularización y de
nacionalización de bienes del clero serán puestas en marcha. La centralización del
poder político sería posible y el control sobre el territorio se afirmaría.

2.1.3. LA CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO, EL PORFIRIATO.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Una vez sentadas las bases del Estado Nación, su consolidación se dará durante el
régimen de Porfirio Díaz. En nombre del respeto a la Constitución de 1853, Díaz
encabezó en 1876 la Revolución de Tuxtepec que lo llevaría al poder. Su régimen
significa la continuación del régimen liberal en el que los principios de Orden, Paz y
Progreso se presentaron como los más altos intereses de la nación.

Durante esta época se consolidaría un capitalismo de carácter oligárquico y


excluyente, caracterizado por la subordinación tanto en lo interno como hacia el
exterior. Es en esta etapa de su historia que México comienza su proceso de
inserción a la división internacional del trabajo.

La base ideológica del régimen de Díaz está dada en el positivismo que, justificaba
la dureza del régimen en base al darwinismo social y mediante una interpretación
muy peculiar de la historia nacional: dado que los primeros años de la vida
independiente del país habían sido "un período de anarquía", caracterizado por el
caso, el orden aparecía como base fundamental para lograr el progreso del país. Si
para los liberales del 57 la libertad constituía un valor supremo, el orden lo es para
los positivistas.

La ciencia, para los positivistas tenía una función doble: demuestra lo que es la
realidad en sí misma y, a través de la demostración, ayuda a conciliar las opiniones,
fundadas en los sentimientos o en la creencia. (Arnaldo Córdoba, 1983). En la
medida en que se aseguraba que el pueblo no podía tener juntos la libertad y la
seguridad, los positivistas señalaban lo "ilusorio" del proyecto liberal de 1857 y su
inviabilidad dadas las condiciones mismas del país. Por la paz, se decía, bien valía
hacer todos los sacrificios (Arnaldo Córdoba, 1983).

En el plano de las relaciones internacionales, la figura del Dictador era necesaria


frente al peligro exterior: si México se desintegraba como nación, sería presa fácil
para los que amenazaban sus fronteras; mientras que la paz y el orden interno

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

proporcionados por la dictadura proporcionarían el trato igualitario con los demás


Estados. (Arnaldo Córdoba, 1983).

Los planteamientos de los liberales de 1857 sobre la pequeña y mediana propiedad


en el campo quedan abortados ante la existencia de las grandes haciendas,
producto de la venta de las tierras desamortizadas a los grandes propietarios. Ante
la estabilidad del régimen de Díaz y su política favorable las inversiones extranjeras,
las potencias económicas de la época, inmersas en la fase monopolista del
capitalismo, vieron en el país un campo propicio para su expansionismo. Es la época
de la expansión del capital y la formación de monopolios. (José Luis Ceceña, 1974).

De acuerdo con las líneas trazadas durante el porfiriato, el capital extranjero


resultaba necesario para acrecentar la capacidad productiva del país y promover el
desarrollo. Por su parte, el progreso material representaba la posibilidad de
crecimiento económico, de llevar adelante el proceso de modernización y como una
forma de resistencia hacía el extranjero, por ello, el ferrocarril se convirtió en ícono
de la modernización mexicana.

Si bien los Estados Unidos eran vistos como "la locomotora del progreso" a la que
había que engancharse, Díaz trató de lograr un equilibrio dentro de las inversiones
extranjeras, dada la desconfianza y las reservas que el caudillo mostraba hacia el
vecino del norte. En el aspecto intelectual y artístico, Europa seguiría siendo el
modelo a seguir durante todo el régimen porfirista. Dadas las condiciones de
implantación de este capitalismo tardío, es importante señalar que la economía
mexicana creció conforme a las necesidades y expansión del capital, subordinada
a los intereses de las potencias inversoras. La inversión extranjera, que
representaba el 77% del capital en el país, se encontraba concentrada en las
actividades minero - agrícolas.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Las inversiones de los Estados Unidos, que representaban el 44% del total de
inversiones extranjeras, se concentraban en áreas como la minería (62%), los
ferrocarriles (47.3%), los bienes raíces (41.9%) y el petróleo (38.5%). La
competencia con la Gran Bretaña era clara al concentrar ésta sus inversiones en
los servicios públicos (87%), el petróleo (55%), bienes raíces (46.8) y ferrocarriles
(55%). En tanto que Francia controlaba los bancos, con un 60% de capital y la
industria, con una participación del 65.5%. (José Luis Ceceña, 1974).

Es en este período cuando se sientan las bases de la integración productiva de


nuestro país con los Estados Unidos, dados los niveles de inversión norteamericana
y la concentración del comercio, habiendo desde entonces un "empate" en las
estructuras productivas de ambos países, en palabras de Rosenzeweig, la
economía mexicana se vuelve complementaria de la de Estados Unidos
(Rosenzeweig cit. por Josefina Zoraida, 1995).

Una serie de medidas acompañaron este proceso de crecimiento de las inversiones


extranjeras en el país como fueron el Código de Minería de 1887, el Código de
Comercio de 1889, la Ley referente a la propiedad de los hidrocarburos y el carbón
del subsuelo de 1892 y la Ley de 1898 referente a la autorización de la extracción
de petróleo por parte del Ejecutivo, entre otras. (Josefina Zoraida, 1995).

Mientras que en el país existía una inversión extranjera directa de aproximadamente


3, 400 millones de pesos, el capital nacional representaba únicamente un 23% en
la economía del país. Concentrando un 14% del mismo, el gobierno mexicano
participaba en los ferrocarriles mientras que el capital privado, con su 9%, se
orientaba en los bancos, el comercio y la industria. (Jose L. Cerceña, 1974).

Díaz recurrió a una serie de préstamos extranjeros para financiar obras materiales
y realizar operaciones financieras como la obtención, en 1908, de Ferrocarriles
Nacionales de México. Las principales fuentes de este financiamiento serían

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Ginebra, Amsterdam, Bruselas, Ginebra,


Francfort, etc. sumando en total a la deuda mexicana la cantidad de 50 millones de
libras esterlinas. (Jose L. Cerceña, 1974).

Dos terceras partes de los bonos de la deuda pública se concentraban en manos


francesas, en tanto que el control del 88% la deuda externa estaba en manos de las
naciones de Europa. Durante el régimen de Díaz los conflictos con los Estados
Unidos aparecen aminorados. Los problemas tradicionales de la frontera como las
incursiones filibusteras de uno y otro lado continúan, al lado del problema de las
reclamaciones.

Dadas las condiciones en las que Díaz llegó al poder, se enfrentó a la necesidad de
buscar el reconocimiento de su gobierno por parte de los Estados Unidos. Si bien el
gobierno de Grant estuvo dispuesto a continuar con la tradición de reconocer en
México al gobierno de facto, una vez que Díaz realizó el primer pago de la deuda
de las reclamaciones, el Ministro Foster decidió presionar a favor de un arreglo de
otros asuntos pendientes sobre todo el del bandolerismo en la frontera como
condición de establecer relaciones diplomáticas normales". (Josefina Zoraida,
1995).

La situación del reconocimiento del gobierno de Díaz se agravaría en marzo de 1876


con la llegada de Hayes a la presidencia de los Estados Unidos, quien ansioso de
distraer la atención de su nación, propuso al Congreso estadounidense establecer
un protectorado en el país al tiempo que en la prensa se hablaba nuevamente de la
cuestión fronteriza y se mencionaba la anexión de los territorios de Sonora, Baja
California, Chihuahua, Coahuila, parte de Nuevo León y Durango.

Por su parte, el gobierno de Díaz utilizó el interés de los inversionistas


norteamericanos en el país para presionar acerca del reconocimiento de su
gobierno, mismo que sería otorgado el 18 de abril de 1878.Encaminados ya en su

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

proceso industrial, los Estados Unidos dejaron a un lado sus ambiciones territoriales
para dar prioridad al comercio y las inversiones, con lo que inicia su proceso de
penetración económica en el país, prueba de ello es el Tratado de Reciprocidad
Comercial entre Estados Unidos y México realizado en enero de 1883, que no se
llegaría a ratificar en sus términos originales.

El problema fronterizo fue finalmente resuelto mediante la firma de una Convención


el 12 de noviembre de 1884, mediante la cual se reconoció una frontera única
invariable. En tanto que la utilización de las aguas de los ríos Gila y Bravo, la
Convención Internacional de Límites de 1886 falló a favor de México y recomendó
la realización de un Tratado sobre el tema, a pesar de las protestas y
recomendaciones, la situación no se regularizó y México tuvo que firmar en 1906
una Convención en la que se legalizaba la situación existente, favorable a los
intereses de los Estados Unidos.

Entre 1852 y 1854 el cauce del Río Bravo se fue desplazando de forma gradual
hacia el Sur, intensificándose en 1864 y 1868 lo que provocó que la inundación de
los terrenos y que El Chamizal quedara de lado de los Estados Unidos (Josefina
Zoraida, 1995). Para 1910 el problema fue llevado a un Tribunal que falló a favor de
México, sin embargo, la sentencia se daría cuando Díaz ya no se encontraba en el
poder.

En cuanto a la frontera sur, el dictador guatemalteco Justo Rufino Barrios, reclamó


el territorio del Soconusco en Chiapas, y se mostró dispuesto a ceder a los Estados
Unidos esta región, o lo que obtuviese de México, a cambio de apoyo en caso de
una guerra con nuestro país. El gobierno estadounidense vio la oportunidad de
construir su canal en Nicaragua, aprovechando las ventajas que Guatemala le
brindaba, por lo que se propuso como mediador en el conflicto, lo cual fue rechazado
por el gobierno mexicano. Finalmente, para septiembre de 1882 se firmó un Tratado
mediante el cual se aceptaba la negociación directa entre ambos países.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

En los inicios del siglo XX Estados Unidos continuaba su expansión económica en


el país, mediante las inversiones y los préstamos; sin embargo, la élite política
empezaba ya a dar ciertas muestras de preocupación por las consecuencias de la
escasa institucionalización del régimen, temores que fueron compartidos por
algunos norteamericanos. Díaz tenía 74 años y aún no creaba los canales
adecuados para una transmisión pacífica del poder (Josefina Zoraida, 1995).

La situación interna de México llevó a que, en noviembre de 1910 se iniciara un


movimiento armado para impedir que Díaz permaneciera en la presidencia, por
séptima vez, para el período de 1910-1916. El régimen de Díaz dejaba de ser
funcional para los Estados Unidos, mientras que los miembros de la clase
acomodada del país, como Madero, buscaban el acceso al poder al lado del
descontento social derivado del capitalismo excluyente del régimen.

2.1.4. LA POLÍTICA EXTERIOR DURANTE LA REVOLUCIÓN MEXICANA.

En marzo de 1908, tratando quizá de congraciarse con el gobierno del presidente


William Howard Taft, el presidente Porfirio Díaz concedió una entrevista al periodista
norteamericano James Creelman, del Pearson's Magazine, la cual se convirtió en
la chispa que prendió la mecha de los opositores al régimen, ya que en ella el
dictador anunciaba que vería con beneplácito la aparición de grupos de oposición
para las elecciones de 1910 y que respetaría los resultados de las mismas.
Reconocía, además, que el país se encontraba ya preparado para ejercer la
democracia.

Uno de los grupos que creyeron en las declaraciones de Díaz, fue encabezado por
Francisco Indalecio Madero. Este se trasladó eventualmente al vecino país del
Norte, desde donde inició su movimiento político y militar para derrocar al porfirismo.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

También fue en territorio norteamericano donde se llevaron a cabo encuentros de


importancia fundamental para los maderistas.

Como se sabe, producto del descontento social, la Revolución Mexicana inicia el 20


de noviembre de 1910, como lo señala Jesús Velasco Márquez, la revolución
mexicana de 1910 fue un movimiento sumamente complejo y fracturado. El
levantamiento armado, dirigido a restablecer la legalidad electoral, la legitimidad del
gobierno y promover la apertura democrática, pronto giró hacia la reivindicación de
las demandas de los grupos sociales que habían sido marginados por el proyecto
modernizador de Porfirio Díaz. (Olga Pellicer, 1998).

En 1910 junto con el festejo del centenario de la Independencia, Porfirio Díaz era
declarado nuevamente presidente electo y como vicepresidente a Ramón Corral.
En ese año, Henry Lañe Wilson se acreditó como embajador de los Estados Unidos
en México, ante Porfirio Díaz.

A raíz del triunfo revolucionario de Ciudad Juárez, el embajador Wilson trató de


acercarse a Francisco I. Madero, pero el coahuilense jamás lo aceptó de buen
grado. Debido a las asonadas y rebeliones, Wilson siempre protestaba por los
ataques sufridos por los norteamericanos residentes reales o imaginarios, cuyos
intereses tenía que defender.

El gobierno estadounidense observó con calma y hasta con complacencia la caída


del régimen porfirista, la lucha armada, el interinato de León de la Barra y, desde
luego, reconoció a Madero como presidente.

Sin embargo, la actitud de los norteamericanos empezó a variar casi de inmediato.


El Maderismo no satisfizo los intereses y las ambiciones de Estados Unidos, y su
embajador, Henry Lañe Wilson, propició activamente un complot para derrocar al
presidente Francisco I. Madero, el político idealista que había desencadenado la
propia Revolución. (Rosario Green, 1988).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Al iniciarse la Decena Trágica, Henry Lañe Wilson empezó a participar de manera


más directa, con el pretexto de defender los intereses de los Estados Unidos y de
sus nacionales.

Cuando Thomas Woodrow Wilson fue presidente electo de los Estados Unidos,
Madero notificó al nuevo mandatario que el embajador había sido declarado
persona "non grata" y que procedía su salida del país.

Después de la muerte de Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez, el


gobierno norteamericano pasaba de manos del Partido Republicano a las del
Demócrata, cuando Woodrow Wilson llegó a la presidencia el 4 de marzo de 1913,
una de sus acciones más favorables hacia México fue el cese de su embajador
Henry Lañe Wilson. (Rosario Green, 1988).

El presidente norteamericano no conocía ni por asomo la historia de México, pero


se consideraba con la misión de enseñar a las repúblicas sudamericanas a elegir
buenos hombres y por tanto con el derecho de interferir en sus asuntos, sin
embargo, nunca reconoció a Victoriano Huerta como presidente, pese a los
desesperados esfuerzos que el mexicano hizo por satisfacer las demandas del
presidente de los Estados Unidos. (Rosario Green, 1988).

El gran proyecto de Wilson fue entonces usar el caso de México como ejemplo para
mostrar de qué manera la influencia directa de Estados Unidos, podría servir para
reedificar en un sentido positivo la estructura social de un país periférico. (Lorenzo
Meyer, 1998).

Por otro lado, la invasión al puerto de Veracruz en 1914 fue producida para evitar
que un barco alemán abasteciera de armas a las fuerzas de Victoriano Huerta. Las
fuerzas estadounidenses invadieron el puerto, no sin antes ser defendido
heroicamente el 21 de abril de ese año, por el pueblo y los cadetes de la H. Escuela
Naval.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Con el apoyo internacional de Argentina, Brasil y Chile, se llevaron a cabo las


negociaciones de Niágara Falls en Canadá, con el beneplácito de México y Estados
Unidos para tratar de buscar una solución diplomática al conflicto.

Las fuerzas estadounidenses salieron del país cuando Huerta había sido derrotado
y los constitucionalistas ya se encontraban en la Ciudad de México. La política
intervencionista estadounidense no había cesado. Los intereses imperialistas
seguían interfiriendo en el desarrollo de la vida nacional.

Las relaciones con Estados Unidos habían sido tan irregulares y complicadas a lo
largo de la historia de México, y constituían, sin embargo, una de las más
importantes, para nosotros por el peso político y comercial; para ellos por cuestiones
de segundad e inversiones principalmente en minas y petróleo.

Asimismo, la reglamentación de la propiedad establecida por la nueva Constitución


de 1917 afectaba muy seriamente los intereses extranjeros en México. Aun antes
de que el triunfo político se defiera con claridad y con pretexto de proteger a sus
nacionales, el gobierno americano ordenó la ocupación militar del puerto de
Veracruz. Intentaba ganar al capitalismo inglés la primacía de su dominio en el
territorio mexicano.

Una segunda ocasión, que permitió manifestar la clara posición soberana del
gobierno carrancista en la política exterior, fue ante la Expedición Punitiva motivada
por el asalto de Doroteo Arango Arámbula registrado en la historia como Francisco
Villa, al pueblo fronterizo de Columbus en Estados Unidos el 9 de marzo de 1916.

A principios de 1916, cuando el movimiento revolucionario se enfrentaba a


definiciones, traiciones, desviaciones y concesiones, el general Francisco Villa
envió una carta al general Emiliano Zapata para señalar a los Estados Unidos como
el enemigo 'común' y 'eterno' de México y para Invitarlo a consumar el único ataque

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

militar de América Latina al poderoso imperio norteamericano en toda la historia: la


destrucción de Columbus, Nuevo México. (Carlos Ramírez, 1978).

En consecuencia, los vecinos mandaron seis días después a 10,000 hombres y su


primer escuadrón aéreo de su historia al mando del general John Joseph Pershing,
para buscar y castigar al Centauro del Norte, y al no conseguirlo sus tropas dejaron
el suelo mexicano, el mismo día que se promulgó la Constitución de la República,
el 5 de febrero de 1917; con ello México definió gradualmente principios y criterios,
fundamentalmente los de autodeterminación de los pueblos y la no intervención,
que habrían de definir su posición ante los problemas internacionales. (Claude
Heller, 2002).

En su mensaje al Congreso de la Unión en septiembre de 1918 (Véase, el discurso


pronunciado por el Presidente Carranza el 10 de septiembre de 1918), Carranza
presentó al pueblo mexicano las bases de su doctrina en materia de política exterior,
dejando sentado que todos los países son iguales y deben respetar mutua y
escrupulosamente sus instituciones, sus leyes y soberanía, y ningún país debe
intervenir en ninguna forma y por ningún motivo en los asuntos interiores de otro,
sometiéndose estrictamente y sin excepción al principio universal de la "no
intervención".

Por su experiencia histórica México definió gradualmente los principios y criterios


fundamentales como los de autodeterminación de los pueblos y la no intervención,
que habrían de definir su posición ante los problemas internacionales. (Claude
Heller, 2002).

La presión diplomática ejercida por los Estados Unidos consistió en negarse a


otorgar el reconocimiento al gobierno de Carranza, pero no logró, en principio, una
modificación en la política mexicana.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Durante la Revolución Mexicana, la actividad diplomática se distinguió por la


práctica del Derecho Internacional, éste se usó como la herramienta de defensa de
los intereses nacionales, ante las nuevas amenazas e intromisiones del exterior.

Algunos analistas como Mario Ojeda consideran que con la Revolución se inició una
nueva etapa de la diplomacia mexicana. Durante este período, la política exterior se
convirtió en la línea de defensa externa de las reformas que produjo dicho
movimiento (Mario Ojeda, 1984).

Por la falta de recursos, los compromisos financieros, la reestructuración de las


fuerzas políticas internas y el propio aislacionismo de la política exterior, el ámbito
internacional fue relegado a un segundo plano, como lo explica Lorenzo Meyer:

"...la intervención sistemática de Estados Unidos en el


proceso revolucionario mexicano no alcanzó el fin que
buscaba, pero en cambio fue determinante para que el nuevo
régimen revolucionario formulara una política que hizo del
principio de no intervención en los asuntos internos de un
estado y de la igualdad jurídica de los estados, el punto central
de un supuesto código de conducta que debía gobernar la
relación de los estados nacionales entre sí" (Lorenzo Meyer
Cossío).

La Revolución Mexicana tardó muchos años en realizar los cambios estructurales


por los que se había luchado. Las fuerzas armadas responden al Estado, a sus
proyectos y a sus líderes. Durante el siglo XX las instituciones castrenses
convivieron con armonía con el régimen de la Revolución por una razón muy
sencilla: los militares escribieron las leyes, construyeron las instituciones y
establecieron los equilibrios del poder con el resto del aparato gubernamental entre
1917 y 1940. (Raúl Benítez Manaut, 2003).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Durante todo el proceso armado, la característica común fue el reconocimiento a los


diferentes gobiernos por parte de Estados Unidos y paradójicamente, la defensa a
la soberanía. Como señala Sergio Aguayo la Revolución mexicana venía cargada
de un fuerte sentimiento nacionalista alimentado por los abusos cometidos por
extranjeros y en especial, por estadounidenses (Sergio Aguayo Quezada, 1998).

Para el ex embajador Jeffrey Davidow, en los años veinte, una vez que México se
estabilizó después de la sangrienta revolución, Estados Unidos mantuvo su
participación al mínimo durante mucho tiempo (Jeffrey Davidow,2004).

En los años posteriores, Raúl Benítez Manaut considera que: el conflicto se da por
la debilidad mexicana ante el poder del norte, lo que provoca la construcción y
posterior fortalecimiento de una ideología 'nacionalista'. La cooperación se observa
en muchos momentos históricos decisivos, lo que resulta en una relación bilateral
discontinúa e inestable (Raúl Benítez Manaut, 2003).

2.1.5. EL TEMA PETROLERO.

El presidente Lázaro Cárdenas del Río, impulsó y defendió una política exterior
digna, justa y valerosa ante las demostraciones de abuso y atropello de las grandes
potencias, esta actitud de noble hidalguía le fue reconocida ampliamente. Los casos
de Etiopía y España son buen ejemplo de ello, particularmente el último, en el que
México brindó no solamente su apoyo político al gobierno republicano español, sino
también cierto tipo de ayuda material. (Mario Ojeda, 1984).

Por otra parte, el artículo 27 de la Constitución Política Mexicana fue siempre


materia de conflicto entre los Estados Unidos y México. Aquel país buscaba
garantizarse la no retroactividad de la nueva legislación y, de hecho, a través del
amparo interpuesto por una compañía petrolera en 1921 y fallado en su favor por la

116
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Suprema Corte de Justicia de la Nación, no se había hecho realidad la


nacionalización del subsuelo, minerales e hidrocarburos que proclamaba nuestra
Carta Magna. (Lorenzo Meyer, 1981).

México se destacó por su independencia del exterior. Se caracterizó por la influencia


enorme de los intereses provenientes del extranjero en las ramas agraria, minera e
industrial, especialmente en estas dos últimas. De donde se desprende que tanto el
reparto de la tierra, como la sindicalización creciente de los trabajadores y su lucha
por compensar el desequilibrio en el salario y sus niveles de vida, derivan del
enfrentamiento con grupos empresariales extranjeros de enorme poder político y
económico.

Se trataba de grupos de acción tradicional que recurrían a sus gobiernos con objeto
de exigir una justicia extralegal y, así, recuperar su posición o lograr altas
indemnizaciones.

Las reclamaciones extralegales, a base de presión gubernamental extranjera,


fueron múltiples en el período cardenista. Se dieron como es explicable, en todos
los órdenes de la vida nacional. Pero adquirieron un dramático perfil en el caso de
los intereses petroleros.

Las compañías petroleras presionaron jurídica y políticamente al gobierno


cardenista, para impedir la firma de un contrato colectivo del trabajo, que concediera
salarios y prestaciones justas como lo demandaba el sindicato petrolero.

Después de una serie de procedimientos judiciales, la Junta de Conciliación y


Arbitraje, emitió un fallo a favor de los trabajadores, mismo que es ratificado por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En consecuencia, las compañías petroleras se niegan adoptar el fallo del máximo


tribunal de justicia del país, por lo que el presidente Cárdenas, interviene tratando

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

de buscar un acuerdo justo para las partes; sin embargo, las compañías petroleras
imaginan que el general michoacano iba a rectificar su dirección nacionalista.

Ante el desplante y la arrogancia de las compañías petroleras, finalmente el 18 de


marzo de 1938 (Véase el discurso de la Expropiación Petrolera, en Guillermo
Garcés Cantú, 1982), los mexicanos validaron su compromiso con el nuevo reto,
que asumieron ante la presión externa de no renunciar a un desarrollo nacionalista
para la industria petrolera.

En consecuencia, el nacionalismo, fue el elemento ideológico que nutrió la política


de unidad nacional, clave de la estabilidad interna. (Mario Ojeda, 1984).

Por otro lado, dadas las condiciones mundiales, es el propio presidente


estadounidense Franklin Delano Roosevelt, quien estableció la política del 'buen
vecino', cuya esencia era la no intervención (Rosario Green y Peter H. Smith, 1988),
actuó prudentemente por consejo de su embajador en México, Josephus Daniels,
quien tenía comunicación directa con él, pues había sido su jefe al inicio de la
carrera administrativa de Roosevelt. (Rafael Fernández de Castro y Jorge I.
Domínguez, 2001).

La actitud del "buen vecino" del presidente Roosevelt se debe, por una parte, a que
deseaba cuidar su frente del Sur, su frente latinoamericano, y, a la vez que también
tenía, en ese preciso momento, conflictos con los grandes capitales del país.

Después de la expropiación petrolera México se ve forzado a vender su crudo a


países como Alemania, Italia y Japón, en contra de cuya política fascista, agresiva
y prepotente había estado en todo momento, al tiempo que se conserva un
acercamiento con los Estados Unidos, que incluso se incrementa hacia el final del
sexenio cardenista.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

En consecuencia, fue la lucha antifacista la que propició dicho acercamiento, pues


la estrategia estadounidense era evitar que México se alineara con el Eje Berlín-
Roma-Tokio, durante la Segunda Guerra Mundial. (Rafael Fernández de Castro y
Jorge I. Domínguez, 2001).

La praxis cardenista se ubica en el contexto del proceso que estaban sufriendo las
relaciones de América Latina y los Estados Unidos. Esa flexibilidad fue posible
porque aun cuando la expropiación petrolera fue el punto culminante del
nacionalismo mexicano, Lázaro Cárdenas tuvo un cuidado extremo de no ir más allá
de los límites no escritos del interés estadounidense. (Sergio Aguayo Quezada,
1998).

La coincidencia política de "buen vecino" de Roosevelt, tenía la clara intención de


limar asperezas existentes con sus vecinos del Sur. El desenvolvimiento de los
regímenes fascistas y militaristas obligaba estratégicamente, a cuidarse las
espaldas de América Latina.

El presidente Roosevelt actuó con base en la seguridad nacional de su país, pues


si hubiera apoyado a las compañías petroleras, hubiera tenido un probable enemigo
al Sur, por lo que Alemania y los países del Eje un aliado. (Raúl Benítez Manaut,
1998).

La necesidad objetiva se impuso a la posición ideológica. Por lo demás, en ese


momento y hasta la conflagración mundial, las compañías petroleras
norteamericanas suministraron petróleo a las potencias totalitarias, con el pleno
consentimiento de los gobiernos de los Estados Unidos e Inglaterra, e incluso una
vez que estalló el conflicto en Europa, aquellos continuaron con sus ventas. Así para
ellas la política exterior ha sido una fuente de triunfo y no una lucha por la
supervivencia (Rosario Green y Peter Smith, 1988).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

La dependencia de México frente al exterior obligaba a tener una actitud que fuera
de pleno apoyo a las transformaciones en marcha. Pero a la vez, el término defensa
no implicaba la adopción de una actitud pasiva, sino al contrario de plena iniciativa
y ductibilidad.

La exigencia del respeto de la no intervención y autodeterminación de los pueblos


son parte del legado cardenista, en la historia del país.

2.1.6. RELACIÓN ESPECIAL ENTRE 1940-1969

Durante casi tres décadas 1940-1969, México y Estados Unidos disfrutaron una
relación especial.

La alianza entre México y Estados Unidos durante la segunda Guerra Mundial,


aunque no exenta de fricciones, fue básicamente un periodo donde los intereses
nacionales de ambos países, tal y como lo definieron sus respectivos gobiernos,
coincidieron como pocas veces. (Josefina Zoraida Vázquez y Lorenzo Meyer, 1995).

Lo anterior sirvió para normalizar las relaciones diplomáticas de México con el


exterior, el reconocimiento pleno del régimen de la Revolución Mexicana, y superar,
mediante procesos legales, todos los litigios pendientes con las empresas
expropiadas en 1938. (Raúl Benítez Manaut, 2003).

México y Estados Unidos mantuvieron un acuerdo de fado, el primero no apoyaría


la tendencia comunista rusa y el segundo no intervendría en los asuntos de su
vecino. (Rafael Fernández de Castro y Jorge I. Domínguez, 2001).

Para nuestro país, la política no es una cuestión puramente interna, ya que


constituye la base para la totalidad de las relaciones exteriores de la nación.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Lo mismo puede decirse sobre la política interna de Estados Unidos, que conforma
la estrategia macroeconómica y albergó otras posiciones como la lucha contra el
narcotráfico, el proteccionismo comercial y, de modo más general, las
ramificaciones de un creciente nacionalismo económico. Cada una de estas
posiciones tiene un importante efecto en la relación México-Estados Unidos.

La naturaleza aglutinante de lo interno y lo externo, de la política y de la economía,


son temas fundamentales para las acciones recíprocas entre las medidas de
política, es también necesaria para comprender la relación entre los dos países.

Mario Ojeda describe la estructura dentro de la cual se dan las relaciones entre
México y Estados Unidos, se caracterizan al menos, por tres elementos básicos:

1) contigüidad territorial la cual crea implicaciones de carácter


estratégico militar, significando para México una obvia limitación a
su propia autonomía de facto;

2) asimetría de poder lo cual significa que México es el socio débil


de la relación, y

3) dependencia económica y tecnológica de México respecto de los


Estados Unidos lo cual significa una gran vulnerabilidad de México
respecto de decisiones tomadas por el gobierno de Washington o
por las empresas transnacionales. (Mario Ojeda, "El futuro de las
relaciones entre México y Estados Unidos", en Carlos Tello y Clark
Reynolds.1981).

La "relación especial" entre México y Estados Unidos estuvo marcada por grandes
tensiones, principalmente en temas de migración, relaciones hemisféricas y
narcotráfico, estas diferencias separaron a los dos países, en tanto que su extrema

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

dependencia los une. La relación no siempre ha sido fácil y es posible que nunca
llegue a ser amistosa, pero es inevitable.

Para Mario Ojeda, es obvio que el valor estratégico de la relación le ha dado a


México una capacidad para negociar, a su vez, con los Estados Unidos, ciertas
compensaciones a esta limitación que la vecindad le impone a su libertad de acción:
una "relación especial" dentro de la "relación especial" ya otorgada a la América
Latina en general (Mario Ojeda, 1984).

A continuación, se describirán brevemente los principales puntos de estos temas,


que ilustran el grado de cooperación entre ambos países:

2.1.6.1. EL TEMA DE LA MIGRACIÓN

El fenómeno migratorio ha estado influido por las oportunidades de empleo, la


distribución del ingreso y el nivel salarial, la carga del servicio de la deuda, una
cuestión económica, por tanto, es para México un importante tema de política
interna.

La migración laboral en masa de mexicanos a Estados Unidos se originó a finales


del siglo XIX; surgió como tema de debate nacional en ambos países en los
primeros años del siglo XX.

La contratación unilateral de trabajadores mexicanos agrícolas durante la Primera


Guerra Mundial, tal vez sea el primer paso en que la migración fue objeto de
medidas gubernamentales.

Durante los primeros años de la Gran Depresión, fue expulsado un buen número de
mexicanos que se habían introducido ilegalmente y otros en forma legal; los motivos

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

de la coacción norteamericana eran abrir plazas de trabajo para sus nacionales y


reducir la carga de manutención que soportaban los gobiernos estatal y federal.

En 1942, el gobierno mexicano aceptó una invitación de Estados Unidos para


celebrar un acuerdo migratorio, con el propósito de administrar conjuntamente la
migración de trabajadores agrícolas, posteriormente al término de la Segunda
Guerra Mundial, el acuerdo fue renovado en agosto de 1951. Los gobiernos de
México y Estados Unidos firmaron un nuevo acuerdo sobre la contratación de
trabajadores mexicanos, pero a la firma le precedieron meses de difíciles
negociaciones (Josefina Zoraida Vázquez y Lorenzo Meyer, 1995), mismo que se
conoció como "Programa Bracero", hasta que Estados Unidos lo terminó
unilateralmente en 1964.

Una aportación importante es la que hace el ex embajador Jeffrey Davidow, al


señalar que el rostro de Norteamérica comenzó a cambiar en 1965, cuando el
congreso aprobó una vasta ley para reformar la inmigración, según la cual se
eliminaba el trato preferencial dado a los inmigrantes europeos, (Jeffrey Davidow,
2004), abriendo el juego a otras minorías como los latinoamericanos, africanos y
asiáticos.

2.1.6.2. EL ESTADO DE LA POLÍTICA EXTERIOR.

La política interna es un condicionante en la política exterior de cualquier país. En


México esta dualidad se ha reflejado en la alta incidencia de inconformidades con
los Estados Unidos, particularmente en situaciones que los sectores radicales de la
población -especialmente la juventud- han intervenido, esto ha ocasionado que en
las grandes decisiones nacionales el factor estadounidense esté ominosamente
omnipresente y que se le considere con criterio preventivo. (Edmundo Hernández,
1985).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

El diplomático mexicano Claude Heller, hace un análisis muy importante al estudio


de la participación de nuestro país, en los conflictos más significativos de la segunda
mitad del siglo XX, donde la diplomacia mexicana consolidó sus principios en la
materia al señalar que:

El interés nacional de México ha estado determinado en lo


fundamental por su ubicación estratégica excepcional en el
continente americano y la evolución de sus relaciones con los
países vecinos. Después de la segunda guerra mundial, los
principios de no intervención y de autodeterminación de los
pueblos definieron la posición de México en las diversas crisis
de las relaciones interamericanas que opusieron a Estados
Unidos con países de la región, como fueron los casos de
Guatemala en 1954, Cuba desde 1960, la República
Dominicana en 1965, Chile en 1970. (Claude Heller, 2002).

Los conflictos en Guatemala, Cuba y Santo Domingo, no llegaron a significar un


rompimiento entre México y los Estados Unidos, lo cual llevó a algunos
observadores a considerar que de hecho existía una "relación especial" entre los
gobiernos de México y Washington.

Otro aspecto sobresaliente de la política exterior en el sexenio de López Mateos es


el acercamiento a los países no alineados. López Mateos visitó Egipto, India,
Indonesia y Yugoslavia, y sostiene entrevistas con los grandes líderes del
movimiento. (Mario Ojeda, 1984).

Sin embargo, ciertas decisiones de Estados Unidos bruscas y unilaterales, llevaron


a que, al finalizar el periodo bajo estudio, se empezara a poner en duda la existencia
de esta singularidad con el trato con los Estados Unidos (Josefina Zoraida Vázquez
y Lorenzo Meyer,1995).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

El movimiento revolucionario cubano fue un punto de cooperación de México con


los Estados Unidos, tal como lo afirma el ex embajador Robert C. Hill (1957-1961):

“Trabajé muy de cerca con los representantes del FBI en México.


Ellos fueron muy cooperativos con la Embajada. Estaban allí con
el completo entendimiento del Gobierno Mexicano. Las razones
de su presencia en México eran bien conocidas por el Gobierno
Mexicano (Testimonio de Robert C. Hill, quien fuera embajador
de Estados Unidos en México, ante la subcomisión senatorial
norteamericana constituida para investigar la administración de
la Ley de Seguridad Interna, en "Communist Treta to the United
States Through the Caribbean", Committee on the Judiciary,
United States Senate, Part 12, Washington, 12 de junio de 1961,
p. 819. Citado en Mario Ojeda, 1984).

Por otra parte, el ex presidente Cárdenas encabezó un mitin de protesta por la


invasión , a playa Girón, frente a Palacio Nacional el 18 de abril de 1961 y anunció
su decisión de viajar a La Habana, para apoyar al régimen de Castro, aunque
después rectificó, dejando de manifiesto que México se mueve dentro de una
realidad política concreta que le da el hecho de ser vecino directo de los Estados
Unidos y de ser altamente dependiente de ese país (Testimonio de Robert C. Hill,
quien fuera embajador de Estados Unidos en México, ante la subcomisión senatorial
norteamericana constituida para investigar la administración de la Ley de Seguridad
Interna, en "Communist Treta to the United States Through the Caribbean",
Committee on the Judiciary, United States Senate, Part 12, Washington, 12 de junio
de 1961, p. 819. Citado en Mario Ojeda, 1984).

En otra arista, se puede considerar que, en la postura mexicana frente al caso


cubano, más que una razón de simpatía y solidaridad en defensa de su revolución
gravitó un objetivo de defensa del principio de no intervención (Mario Ojeda, 1984).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Esta negligencia pactada como lo refieren Rafael Fernández de Castro y Jorge


Domínguez, era un acuerdo para que México mantuviera su casa en orden. (Rafael
Fernández de Castro y Jorge I. Domínguez, 2001).

Muchos políticos mexicanos de la época consideraban que una "política exterior


independiente frente a los Estados Unidos coadyuva a la estabilidad política interna
al legitimar a un régimen que se ostenta como emanado de una revolución
antiimperialista ante los nacionalistas, y tiende a desactivar gran parte de las críticas
de la izquierda radical." (Mario Ojeda, 1984).

Es así como se crean y consolidan las principales características de la política


exterior de México que reflejan, además del peso de nuestra cultura política, los
factores históricos de primera importancia, condicionantes tanto de orden interno
como externo más estrechamente ligados a las realidades concretas de cada uno
de estos períodos de nuestra política exterior.

En los escenarios de la Guerra Fría, como lo señala Raúl Benítez Manaut, México
se mantuvo al margen de la conflagración bipolar. Sin embargo, se logra redactar y
firmar el Tratado de Tlatelolco (Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares
en América Latina), en febrero de 1967 (Raúl Benítez Manaut, "La Revolución
Mexicana y la Seguridad Internacional", en Jaime Bailón Corres, 2000).

El régimen político vivía un período de desmilitarización y consolidación de los


liderazgos políticos civiles y México no se sumó a la "guerra contra el comunismo"
que Estados Unidos generalizó en el hemisferio occidental. (Raúl Benítez Manaut,
"La Revolución Mexicana y la Seguridad Internacional", en Jaime Bailón Corres,
Carlos Martínez Assad y Pablo Serrano Álvarez, 2000).

Por lo anterior, la política exterior de México en este período podría caracterizarse


como pasiva, defensiva y juridicista. (Mario Ojeda, 1984). Esto resultó evidente por

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

la importancia para fortalecer el proceso productivo nacional y consolidar el llamado


desarrollo estabilizador.

Para Mario Ojeda Gómez, la independencia relativa de la política exterior obedece


a que México le resulta más difícil mantener su identidad como nación frente al país
más poderoso del mundo, debido a la vecindad geográfica directa (Mario Ojeda,
1984).

Los anteriores criterios influyeron para que México tuviera una política exterior de
no alineamiento, aunque de forma implícita, no fue necesario desarrollar un sistema
de defensa de alta tecnología, debido a que nos encontramos bajo el 'paraguas de
seguridad' de Estados Unidos (Raúl Benítez Manaut).

2.1.6.3. EL NARCOTRÁFICO DENTRO DE ESTA RELACIÓ BILATERAL.

Debido a la posición geográfica de México y sus condiciones propicias para el cultivo


de narcóticos, los Estados Unidos siempre han deseado que la política mexicana
contra las drogas se adhiera lo más posible a su actitud. Sin embargo, en su
búsqueda de armonizar las políticas de ambos países se ha transgredido en
múltiples ocasiones la soberanía mexicana. (Raúl Benítez Manaut).

En cuanto al narcotráfico -uno de los temas que más fricciones provocan en la


relación, no es posible pensar en el consumo de drogas en ciudades
estadounidenses sin considerar el programa de erradicación de narcóticos en
México, los factores que influyen en la demanda en Estados Unidos, las ganancias
generadas por el tráfico y la corrupción que en ambos países se hace posible por
las vastas sumas de dinero involucradas.

127
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Otro obstáculo para la cooperación es que la relación no es cálida; el estilo de los


intercambios gubernamentales es formal. Esto parece inevitable; Estados Unidos
es una potencia mundial, mientras que México es un país en desarrollo.

Por lo que respecta a los inicios de la problemática del narcotráfico, Raúl Benítez
comenta que la prohibición del consumo de drogas provino de Estados Unidos. Ello
se debió al aumento del comercio de estas sustancias desde el oriente a partir de
la segunda mitad del siglo XIX, lo que se consideró una amenaza para las
costumbres y valores de una sociedad puritana y conservadora. (Raúl Benítez
Manaut, 2001).

A propuesta del gobierno de Estados Unidos, la Convención Internacional del Opio


de 1912, formuló el principio fundamental del régimen internacional del control de
drogas: limitar la producción y el consumo de narcóticos exclusivamente para
propósitos médicos y científicos, estableciendo así un régimen prohibicionista
contra la producción, distribución y ventas no autorizadas de opio.

Desde que los Estados Unidos convencieron al presidente Francisco I. Madero, de


que suscribiera la Convención Internacional de La Haya de 1912, han tratado
continuamente de adaptar la política mexicana contra las drogas a sus propias
normas, ya sea mediante acuerdos bilaterales o multilaterales.

Como resultado de la Convención de La Haya, México impuso controles sobre el


cultivo ilícito del opio. Nuestro país no asistió a la Conferencia del Opio de Ginebra
(1924-1925), pero estableció medidas de control rígidas que implicaban una
aceptación tácita de la política internacional de penalización. (Clint E. Smith).

Entre 1920 y 1940, la mayor parte de las actividades de control de drogas realizadas
por el gobierno mexicano se centraron en la prohibición de flujos ilegales en la
frontera. (Jorge Bustamante, "Migración indocumentada y seguridad nacional", en
Sergio Aguayo y Bruce Bagley).

128
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

El cultivo y tráfico de drogas aumentaron después de la Segunda Guerra Mundial y


fue entonces cuando México lanzó su primera campaña de combate al narcotráfico
a nivel nacional. (Durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos promovió el
cultivo de la amapola en Sinaloa, debido a sus cualidades para reducir las dolencias
de los soldados en los frentes de guerra. Los propios ex solados del ejército de
Estados Unidos se volvieron los generadores de la demanda. Posteriormente, el
mismo cultivo que impulsaron se declaró ¡legal y comenzó una era de estrategias
fracasadas para intentar lograr la llamada "rotación de cultivos". (Raúl Benítez
Manaut).

Sin embargo, cabe destacar que esta campaña fue iniciada y lanzada después de
que las presiones se incrementaron. La campaña fue ineficiente y los Estados
Unidos protestaron ante el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas, por lo
que consideraban negligencia del gobierno mexicano.

Cuando nuestro país se comprometió a intensificar sus esfuerzos Estados Unidos


retiró su protesta, los programas antidrogas mexicanos en esa época, se enfocaron
en las actividades de intercepción sobre todo en la frontera Norte del país, como
medida para disuadir al gobierno estadounidense de realizar expediciones punitivas
unilaterales en territorio mexicano. Además, esta colaboración ha sido la más amplia
y prolongada que la de cualquier otro país (Gregory F. Traverton, "Los narcóticos
en la relación de México y Estados Unidos", en Riordan Roett, 1989). La pauta de
presión respuesta de la política antinarcóticos de Estados Unidos y México se puede
considerar que data de esa época. (Richard B. Craig, La política antidrogas de
Estados Unidos hacia México: consecuencias en la sociedad estadounidense y en
las relaciones bilaterales, en Guadalupe González y Martha Tienda).

En enero de 1961, un informe interdepartamental indicaba que la gran mayoría de


los estupefacientes ilícitos que se encontraban en el mercado estadounidense
provenían de México. (Richard B. Craig, "La política antidrogas de Estados Unidos

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

hacia México: consecuencias en la sociedad estadounidense y en las relaciones


bilaterales", en Guadalupe González y Martha Tienda).

Por lo anterior, Washington comenzó a proporcionar el equipo necesario para llevar


a cabo una campaña efectiva, y aunque sus resultados fueron positivos, México
seguía siendo el mayor abastecedor en el mercado estadounidense de drogas, por
lo que hacía 1969 la presión diplomática de Washington se intensificó y culminó con
el lanzamiento el 21 de septiembre de ese año, de la Operación Intercepción

La Operación Intercepción fue el virtual cierre de la frontera entre ambos países


decretado por Richard Nixon en 1969. Según la administración norteamericana,
México no estaba haciendo lo suficiente por detener el tráfico de drogas hacia los
Estados Unidos. (Richard B. Craig, "La política antidrogas de Estados Unidos hacia
México: consecuencias en la sociedad estadounidense y en las relaciones
bilaterales", en Guadalupe González y Martha Tienda), diseñada para detener la
entrada de marihuana a Estados Unidos y terminando así con otra porción de
"relación especial" con México.

La estrategia fue instrumentada de manera unilateral y para inducir a México hacia


la cooperación utilizaron el chantaje económico. El 11 de octubre de 1969, esta
operación fue sustituida por la Operación Cooperación que constituyó un arreglo
binacional diseñado para guardar las apariencias y produjo varios desarrollos
positivos ulteriores, el esfuerzo binacional de México y Estados Unidos contra las
drogas pareció mejorar año con año hasta 1985. (Richard B. Craig).

El primer factor que impulsó a las autoridades estadounidenses a considerar un


cambio de estrategia en materia de narcotráfico fue el reconocimiento de que el
reducir la entrada de drogas al territorio no se había conseguido. Este
reconocimiento llevó a evaluar los programas que contenía la estrategia general

130
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

anterior de combate a las drogas, con lo que se concluyó que dichos programas no
habían sido eficaces.

Un ejemplo concreto de los programas tradicionales para el combate a las drogas,


han sido las campañas de erradicación de cultivos de los países productores de
estupefacientes, financiadas en gran parte por las autoridades estadounidenses.
Además de que esos programas no dieron los resultados esperados, provocaron
efectos adversos en los países en que se aplicaron. Las campañas de erradicación
de cultivos dieron origen al surgimiento de la violencia y el descontento entre los
campesinos, cuya subsistencia depende de los cultivos. (Clint E. Smith).

El análisis de los efectos negativos llevó a las autoridades a determinar que los
intereses estadounidenses no estaban avanzando mediante la estrategia de lucha
contra el narcotráfico y que resultaba obvia la urgencia de adoptar un nuevo
enfoque.

Como resultado de la revisión de los programas, se propuso el cambio de la visión


tradicional de un mundo dividido entre países productores y países consumidores.
En este contexto fue necesario analizar minuciosamente el papel de México, no sólo
como productor sino también como punto de tránsito para el tráfico de drogas hacia
territorio estadounidense.

2.1.7. EL CAMBIO DE ESTRATEGIA 1970-1994

2.1.7.1. EL SEXENIO DE LUIS ECHEVERRIA, 1970-1976

El nuevo activismo de la política exterior de México tuvo su origen en el sexenio de


Luis Echeverría Álvarez. De esta nueva praxis internacional, la relación con los
Estados Unidos cambió por dos aspectos fundamentales. El primero, fue por el

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

desacuerdo con los Estados Unidos al impuesto del 10% aplicado en agosto de
1971 a todas las importaciones estadounidenses y el segundo, por un activismo
desconocido en la actuación internacional de México, dando así por terminada la
llamada "relación especial" entre ambos países.

Para la administración del presidente Echeverría, buscar nuevos mercados para los
productos mexicanos fue la palanca para promover el desarrollo del país, sin
embargo, la sobretasa fiscal a todas las importaciones aprobada por el presidente
Richard Nixon, tomó por sorpresa al gobierno mexicano y puso al descubierto la
gran vulnerabilidad del país frente a las acciones unilaterales de los Estados Unidos.
(Mario Ojeda, 1984).

Apegado a una conducta histórica, el gobierno mexicano buscó seguir los


lineamientos de la "relación especial" y de la buena vecindad, solicitando una
excepción ante tales políticas, sin conseguirlo. Para el ex senador George
MeGovern la relación especial, que muchos funcionarios norteamericanos
preconizan para tratar con México, es una trampa. Es simplemente el otro nombre
de la dependencia. México debe rechazarla. (Rafael Rodríguez Castañeda, 1979).

Otro aspecto fundamental, fue romper el aislacionismo del país. Esta nueva posición
doctrinaria constituyó un viraje profundo de la política exterior, en el sentido de que
sacó al país de su prolongado letargo. (Rafael Rodríguez Castañeda, 1979). La
defensa del pluralismo ideológico se consolidó en poco tiempo como una de las
características centrales de la nueva política exterior. En octubre de 1971,
Echeverría llevó al cabo su primer viaje al exterior; en esa ocasión visitó la
Organización de las Naciones Unidas.

Este viaje fue como la señal de arranque para una serie de giras que lo llevaron
prácticamente a todos los confines del globo (Rafael Rodríguez Castañeda, 1979).
El presidente Echeverría trató de ampliar el horizonte económico y político de

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

México; para ello viajó por 36 países, se entrevistó con 64 jefes de Estado e
intercambió representantes diplomáticos con 67 naciones (Josefina Zoraida
Vázquez y Lorenzo Meyer, 1995). Es importante recordar que el equilibrio de
fuerzas en el orden internacional en los años setenta tiende hacia la multipolaridad,
pero en términos políticos y económicos (Mario Ojeda, 1984).

Este nuevo rol de participación pretendía diversificar la dependencia y precipitar


cambios en el sistema internacional que lo volvieran más justo y equitativo para las
naciones del tercer mundo (Louis Henkin, 1986), o lo que se ha dado en llamar el
Nuevo Orden Económico Internacional.

El 12 de diciembre de 1974, la XXIV Asamblea General de Naciones Unidas aprobó


la iniciativa del presidente Echeverría la llamada “Carta de los Derechos y Deberes
Económicos de los Estados", concebida para la defensa de la soberanía económica
de los países en desarrollo y la regulación de las relaciones económicas
internacionales sobre bases de mayor justicia y equidad. Sobre la actividad
tercermundista de Echeverría (Eugenio Anguiano, 1977).

Para esto se establecieron una serie de lazos con naciones en vías de desarrollo y
el presidente Echeverría hizo uso extensivo de los foros internacionales para
difundir de sus mensajes de transformación internacional. Una de las descripciones
mejor logradas del activismo internacional del presidente Echeverría, está en el
trabajo de Mario Ojeda.

La relación bilateral en el sexenio 1970-76 tuvo muchos desacuerdos políticos, pero


también mantuvo ciertos momentos de cooperación, sobre todo en materia de
narcotráfico y de seguridad nacional.

Para Luis Herrera Lasso y Guadalupe González la seguridad nacional es el conjunto


de condiciones -políticas, económicas, militares, sociales, y culturales- necesarias

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

para garantizar la soberanía, la independencia y la promoción del interés de la


nación (Sergio Aguayo y Bruce Bagley)

Al respecto, Sergio Aguayo señala que en Estados Unidos se insiste en que el papel
de México en el tráfico de drogas es un problema de seguridad nacional para
Estados Unidos. Para los mexicanos, el consumo de estupefacientes en Estados
Unidos es lo que ha creado un problema de seguridad nacional para México. (Sergio
Aguayo, "México en transición y Estados Unidos: ¿Un problema de percepciones o
de Seguridad Nacional?", en Riordan Roett, 1989).

Por encima del gravamen a las importaciones, las cuestiones más relevantes en el
plano bilateral, eran en buena medida una herencia de administraciones anteriores.
Destacaban, por ejemplo, la salinidad del Río Colorado y la mano de obra migrante.

Treinta y cinco años después de que el Presidente Cárdenas nacionalizara la


industria del petrolera en 1938, México había llegado a importar petróleo. El brusco
aumento en los precios del petróleo a mediados de la década de 1970 impulsó a
PEMEX a intensificar sus exportaciones, y para 1976 los tecnócratas habían
empezado a darse cuenta de que las reservas de México eran mucho mayores de
lo que nadie había pensado. (Jorge G. Castañeda y Robert Pastor, 1989).

El descubrimiento de importantes reservas petroleras en el Sureste del país, le


otorgó a México un gran respaldo en sus negociaciones con Estados Unidos al final
del sexenio de Echeverría. El cual le sirvió para plantear al menos, un nuevo
acuerdo bracero en los momentos en que las consecuencias del boicot petrolero
árabe sobre la economía estadounidense eran evidentes.

Para algunos analistas la estrategia de Echeverría guardaba cierto equilibrio


pragmático. Nunca hubo un rompimiento abierto. Echeverría fue cuidadoso en ir
demasiado lejos, y Washington tuvo cuidado de controlarse. Ambos sonreían en
público, pero las relaciones no eran buenas. (John M. Goshko, 1977).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

2.1.7.2. LA PRESIDENCIA DE JOSE LÓPEZ PORTILLO, 1976-1982

El activismo en el ámbito internacional de los primeros dos años, sufrió un abandono


para buscar un nuevo entendimiento con los Estados Unidos, similar al de la
"relación especial", basada en la inevitabilidad de la dependencia norteamericana.

En la administración de Echeverría se buscó diversificar las relaciones políticas y


económicas del país, sin embargo, después de la devaluación del mes de
septiembre de 1976, el país dependía aún más del exterior.

José López Portillo y Pacheco asume la presidencia de la República, en medio de


una severa crisis económica. En su período presidencial claramente se definen dos
aristas:

En la primera se busca regresar a la bilateralidad acostumbrada, para tratar de


solucionar los problemas de orden financiero, pues se necesitaba del apoyo
norteamericano en los meses que siguieron a la devaluación del peso en 1976.
Algunos de los aspectos más relevantes de la situación que asumió el nuevo
gobierno, se relacionaron con los compromisos financieros contraídos, que
generaban una clara dependencia de México en ese terreno frente al gobierno de
Estados Unidos, su banca privada y sus proveedores.

La segunda se caracterizó por el aumento de las reservas petroleras, así la política


exterior adquirió una nueva dimensión, caracterizada por la independencia relativa
de México en temas internacionales en los conflictos centroamericanos.

El gobierno mexicano sabía que su vecino estadounidense, jugaba un papel


destacado, en la búsqueda de nuevas alternativas para solucionar sus problemas
financieros. Sin duda la economía fue mejorando significativamente, gracias a las

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

grandes expectativas creadas por las reservas del petróleo, pues para el ex senador
Edward Kennedy eran la mejor noticia de la década en particular para Estados
Unidos. (Rafael Rodríguez Castañeda, 1979).

Como resultado del buen entendimiento entre los presidentes López Portillo y
James Earl Cárter Jr. al principio de su relación, se logran hacer grandes
abastecimientos del petróleo mexicano en las reservas estratégicas de los Estados
Unidos, (Claudia Franco, 1986) y también el presidente Cárter ordena elaborar el
Presidential Review Memorándum (PRM) número 41, cuyo objetivo central era
desarrollar un enfoque coordinado y bien integrado sobre cada uno de los
principales problemas de Estados Unidos con nuestro país, aunque después el
gobierno norteamericano se negó a cumplir una serie de compromisos para comprar
grandes cantidades de gas mexicano al precio establecido, causando una gran
inconformidad al presidente López Portillo, quien en febrero de 1979, durante una
recepción en honor de su homólogo en la Ciudad de México, lo recriminó así:

Entre vecinos permanentes y no ocasionales, las medidas


sorpresivas o el súbito engaño o el abuso son frutos ponzoñosos
que tarde o temprano tienen efectos reversivos. (Josefina
Zoraida Vázquez y Lorenzo Meyer, 1995).

El descubrimiento de enormes reservas petroleras (Mario Ojeda, 1980), le brindó a


la administración del presidente López Portillo, la fuerza necesaria para ganar
credibilidad interna y proyectar un modelo más firme de política exterior orientada a
objetivos concretos. Uno de ellos fue la búsqueda de alternativas a la crisis de
Centroamérica, iniciado con el derrocamiento del gobierno militar de Nicaragua y el
ascenso del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en 1979, acercó a las
fronteras del Sur de México elementos de gran inestabilidad geopolítica, que no se
habían visto desde la Crisis de los Misiles en 1962. (Raúl Benítez Manaut).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Como lo señala Jorge G. Castañeda Gutman, la participación de México en los


procesos centroamericanos mostraron el camino para una política exterior asertiva
y ambiciosa, que se libera de la camisa de fuerza que representa la defensa de los
principios por sí mismos, permitiéndole a México involucrarse directamente en un
problema que lo afectaba, la inestabilidad centroamericana. (Jorge G. Castañeda y
Robert Pastor, 1989).

El régimen apoyó activamente la Revolución Sandinista, parecía indicar que México


estaba dispuesto a sacrificar su tradicional orientación juridicista por el compromiso
político abierto. (Mario Ojeda, 1986) Fue un período de innovación doctrinaria, ya
que las posiciones asumidas se alejaban de la posición principal que había
defendido tradicionalmente. (Claude Heller, 2002).

Además, decidió reconocer, junto con el gobierno de Francia, al Frente Farabundo


Martí para la Liberación Nacional en 1981, dándole a este último una legitimación y
una estatura internacional que de otro modo nunca hubiera alcanzado. (Jorge G.
Castañeda y Robert Pastor, 1989) Esta medida fue entendida en Washington, como
una nueva diferencia en la relación bilateral.

La Declaración Franco-Mexicana sobre El Salvador en 1981 constituyó un hito,


siendo la primera vez que el gobierno mexicano se pronunciaba abiertamente sobre
un conflicto armado interno, proponiendo explícitamente la vía de una solución
negociada mediante el reconocimiento de la guerrilla, el FMLN, y su frente
diplomático, el FDR, como una fuerza política representativa, y el establecimiento
del diálogo del gobierno con la guerrilla como único medio para poner fin al conflicto
armado en ese país.

La diplomacia mexicana hacia Centroamérica se sustentó en el hecho de que el


país tenía intereses legítimos que defender en Centroamérica, bajo la premisa de
que el quebrantamiento del derecho internacional (Claude Heller, 2002) y ello

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

aumentó el prestigio internacional del país, además derivó en una capacidad mayor
de negociación frente a Estados Unidos.

De esta manera, el activismo de la política exterior vinculó dos aspectos


fundamentales: el peso político de México a nivel regional, y aislar un
enfrentamiento político-económico con los Estados Unidos, dada la inestabilidad
financiera que sufrió el Estado mexicano al final del sexenio. (Joseph Kraft, 1984).

Cabe destacar que, a partir de 1981, el aumento mundial en las tasas de interés
marcó el fin del breve período de autonomía financiera del cual el Estado mexicano
había disfrutado. Ello produjo una caída abrupta en la capacidad del gobierno para
enfrentar las tensiones que aumentaban entre crecimiento y soberanía. (Blanca
Heredia, 1997).

Mario Ojeda realiza un análisis muy preciso de los balances en la relación bilateral,
al señalar que:

Estados Unidos reconoce y acepta la necesidad de México a


disentir de la política norteamericana en todo aquello que le
resulte fundamental a México, aunque para los Estados Unidos
sea importante, más no fundamental. A cambio de ello México
brinda su cooperación en todo aquello que, siendo fundamental
o aún importante para los Estados Unidos, no lo es para el país.
(Mario Ojeda, 1984).

El ex canciller Jorge Castañeda Álvarez y de la Rosa, señaló que, en los difíciles


años por venir, México debería seguir una política exterior de poco ruido. Cabe
recordar la Conferencia de Cancún, que en 1981 congregó a veintidós jefes de
Estado y de gobierno con el objetivo de lograr mejor comprensión de los problemas
de cooperación y desarrollo y dar impulso a las negociaciones globales, las cuales,
a fin de lograr acuerdos integrados en materia de comercio, energía, alimentación y

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

finanzas, venían siendo promovidas por los países del Grupo de los 77 en las
Naciones Unidas. (Olga Pellicer, 1986).

En consecuencia, -como señala Jorge Chabat- la política exterior de López Portillo


buscó influir en sus relaciones con Estados Unidos, a través del poder negociador
del petróleo. Negociaciones globales, las cuales, a fin de lograr acuerdos integrados
en materia de comercio, energía, alimentación y finanzas, venían siendo
promovidas por los países del Grupo de los 77 en las Naciones Unidas. (Olga
Pellicer, 1986).

2.1.7.3. LA ADMINISTRACIÓN DE MIGUEL DE LA MADRID HURTADO1982-


1988.

En los primeros años de la década de los ochenta, varios países de distintas


regiones del mundo tuvieron un auge económico en el mismo momento en que
América Latina se hundía en una grave depresión económica que duró hasta finales
de la década. (Rafael Fernández de Castro y Jorge I. Domínguez, 2001).

En 1982, el país parecía encontrarse, en la percepción norteamericana, al borde del


precipicio, tanto financiero como político. (Carlos Rico, “Relaciones México-Estados
Unidos y paradoja del precipicio”, en Humberto Garza Elizondo) Después, el
flamante gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado asumió serias precauciones en
su relación con los Estados Unidos. Ronald Wilson Reagan había relevado en el
cargo a James Cárter y las primeras señales de su administración no eran las
mejores para México.

Contrariamente a la opinión generalizada, la nueva administración republicana no


era igual que la anterior. Durante el gobierno de Reagan México y Estados Unidos
estuvieron en desacuerdo permanente sobre temas macroeconómicos y de política

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

exterior. Washington consideraba al país vecino como poco cooperador, e Incluso


abiertamente hostil a su guerra contra el comunismo en Centroamérica.

El orden en las finanzas públicas fue vital para consolidar el proyecto de Miguel de
la Madrid, se enfocó notablemente en el aspecto económico, se permitió la
elaboración de un esquema donde el recorte al presupuesto y la reconversión de la
industria, jugaron la parte esencial de la estrategia por hacer al país más dinámico
y competitivo. Al respecto, Lorenzo Meyer opina que:

La crisis económica de 1982 ya no pudo ser tratada como un


mero desajuste en un proceso de desarrollo fundamentalmente
bien encaminado, sino que debió enfrentarse como la etapa
terminal de un modelo de desarrollo, el de la sustitución de
importaciones dentro de un mercado protegido surtido por una
industria ineficiente. (Lorenzo Meyer, 1998).

Sin embargo, entre 1983 y 1986, la vulnerabilidad del Estado mexicano frente a la
comunidad financiera internacional, se vio amortiguada por el control directo sobre
los considerables ingresos generados por las exportaciones petroleras. A partir de
1985, sin embargo, los precios internacionales del petróleo empezaron a caer hasta
que, en 1986, la caída se convirtió en desplome.

Con la crisis, desaparecieron las condiciones que en el pasado favorecieron una


política exterior activa (con su deformación, el activismo), politizada y con
disposición para asumir grandes compromisos y riesgos. La crisis de la década de
1980 en el comercio, el narcotráfico, las migraciones y las políticas hacia
Centroamérica forzaron a ambos gobiernos a buscar nuevas formas para
relacionarse. (Rafael Fernández de Castro y Jorge I. Domínguez, 2001).

Pero no fue sino hasta el agravamiento de la crisis de 1985, cuando se puso en


marcha una reforma económica tendiente a liberalizar el aparato productivo. La

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

punta de lanza de estas reformas económicas fue el desmantelamiento del


proteccionismo comercial.

La participación de nuestro país en el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio


(GATT por sus siglas en inglés) en 1985, reforzó la estrategia del cambio estructural
y el divorcio con los postulados de la Revolución Mexicana, tan mencionados por
todos los gobiernos anteriores. Al respecto Blanca Heredia señala que:

Al acelerarse el proceso de internacionalización de la economía,


la distinción entre lo interno y lo exterior se vuelve cada vez más
borrosa. La política interna sigue captando la mayor parte de la
atención y los recursos, pero refleja la nueva situación porque el
medio internacional aparece como factor omnipresente de la
definición de sus objetivos, sus límites y sus posibilidades.
(Blanca Heredia, "Relación entre política interna y política
exterior: una definición conceptual. El caso de México", en
Humberto Garza Elizondo, 1986).

Ante el nuevo escenario económico internacional, la relación bilateral entró en una


nueva faceta. Los analistas Josefina Zoraida y Lorenzo Meyer, la puntualizan en 4
aspectos: Centroamérica, narcotráfico, migración y lo que se llamó la agenda
informal, es decir los problemas internos del sistema político mexicano. (Josefina
Zoraida Vázquez y Lorenzo Meyer, 1989).

Las divergencias se ahondaron en torno del papel de México en Centroamérica, ya


que el gobierno de Miguel de la Madrid jugaba un rol preponderante desde la
creación del Grupo de Contadora (La crisis centroamericana y la política
norteamericana hacia la región en la segunda mitad de 1982, dieron amplios
motivos a Colombia, México, Panamá y Venezuela, para diseñar y promover el
juego alternativo de estrategias políticas, con el fin de resolver la crisis a través de

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

negociaciones diplomáticas). para buscar la pacificación en la región, proponiendo


un conjunto de alternativas para contrarrestar la política intervencionista de
Washington.

Esta posición mexicana no tuvo un buen recibimiento en la administración de


Reagan, ya que la consideraba un acto contrario a los intereses norteamericanos.
México, junto con los países del Grupo Contadora, se ganó el apoyo casi universal
de la comunidad internacional, (Mario Ojeda, 1986), por lo que el tono general de la
relación bilateral sufrió un cambio súbito: de la negligencia negociada al conflicto.
(Rafael Fernández de Castro y Jorge I. Domínguez, 2001).

Poco a poco la participación de México en el grupo se fue opacando, los problemas


macroeconómicos que la administración Delamadrita padecía hicieron su efecto. El
Newsweek, lo resumió de la siguiente forma: El precio de continuar la ayuda
económica a México es el apoyo a las políticas de Washington en Centroamérica,
(Newsweek, 2 de abril de 1984. Citado en Mario Ojeda, 1986), pronto Contadora
dejó de ser la posibilidad real de lograr la paz mediante la concertación y el diálogo
entre las partes en conflicto.

La relación bilateral tuvo un momento de gran tensión en 1985, por el secuestro y


asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena Salazar. El deterioro marcado
de la imagen del gobierno en los círculos políticos y financieros de Estados Unidos,
fue el resultado de esta acción que tuvo un costo muy alto para el gobierno
mexicano. (Josefina Zoraida y Lorenzo Meyer, 1995).

El caso Camarena tuvo un gran impacto en la relación bilateral en 1986, por


ejemplo, la “Ley para el Control de Drogas" que creó el proceso de certificación de
la cooperación en la lucha contra las drogas, la cual facultaba al Congreso de
Estados Unidos a revisar anualmente la medida de cooperación de otros países

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

incluido México; e incluso a revocar la decisión presidencial de certificación e


imponer sanciones. (Rafael Fernández de Castro y Jorge I. Domínguez, 2001).

Para Rafael Fernández de Castro, las críticas del congresista Jesse Helms -a las
que calificó, de autoritarias, arrogantes y carentes de sofisticación lo habían
convertido en el villano favorito del nacionalismo mexicano de las últimas dos
décadas (Jeffrey Davidow, 2004), marcando el momento más difícil en el manejo de
la relación. (Jorge G. Castañeda y Robert Pastor, 1989).

Las audiencias Helms tuvieron la participación de varios funcionarios connotados,


en las "Audiencias Helms", participaron funcionarios como el Secretario de Estado
Asistente para Asuntos Interamericanos, Elliot Abrams, el Comisionado de Aduanas
del Departamento del Tesoro, William Von Raab y el Administrador de la Agencia
para el Control de Narcotráfico, David Westrate. Quienes se ocuparon
principalmente de la inviabilidad del sistema político mexicano que, en su parecer el
cáncer de la corrupción lo estaba aniquilando; incluso un columnista de “777e
Washington Post", Jack Anderson, afirmó que De la Madrid era un millonario con
una cuenta secreta en un banco suizo. (Rafael Fernández de Castro y Jorge I.
Domínguez, 2001).

Las declaraciones de importantes funcionarios como el secretario de Estado,


George Schultz y el procurador general, Edwin Mease, manifestaron que era
necesario mantener relaciones cordiales con el gobierno mexicano, el respeto a las
instituciones mexicanas y el reconocimiento a los esfuerzos realizados por el país y
se avocaron a contribuir a la solución de los problemas económicos de México,
dando inicio a una etapa en el mejoramiento de la relación bilateral.

Al respecto, Enrique Berruga Filloy reflexiona que el reordenamiento económico


interno y el avance genuino de la democracia del país constituyen factores
esenciales para fortalecer la política exterior de México. (Jorge Chabat,

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

"Condicionantes del activismo de la política exterior mexicana (1960-1985)", en


Humberto Garza Elizondo (compilador) 1986).

Al final del sexenio de Miguel de la Madrid, se hizo evidente que los asuntos
económicos, habían ganado importancia en la agenda bilateral: la reestructuración
de la deuda externa, la entrada en el GATT y la negociación de numerosos acuerdos
comerciales bilaterales hicieron que los organismos económicos pasaran a ser
actores centrales en las relaciones entre México y los Estados Unidos. (Rafael
Fernández de Castro y Jorge I. Domínguez, 2001).

Como resultado de la problemática expuesta en la relación bilateral, especialmente


en el comercio, el narcotráfico, las migraciones o la política hacia Centroamérica
forzaron a ambos gobiernos a buscar formas nuevas para relacionarse (Rafael
Fernández de Castro y Jorge I. Domínguez, 2001). Evidentemente que el nuevo
modelo de desarrollo económico, cuyas bases se construyeron en este período,
abrió la posibilidad de internacionalizar más la economía mexicana, lo que tiempo
después se comprobaría con una mayor integración de ésta con los Estados Unidos,
mediante la negociación y puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio.

2.1.7.4. EL TRIUNFO DEL NEOLIBERALISMO LA PRESIDENCIA DE CARLOS


SALINAS 1988-1994.

Con el ascenso a la presidencia de Carlos Salinas de Gortari y su grupo de


economistas en diciembre de 1988, el cambio económico se aceleró y profundizó.
(Lorenzo Meyer). Se puso en práctica la "economización" de la política exterior de
México, que básicamente consistía en el crecimiento económico sostenido, que se
manifestó para privilegiar el libre mercado. (Jorge Chabat, 1990). El Tratado de Libre
Comercio (TLC) fue la gran estrategia política que resultaba la mejor opción, ante la
falta de otras alternativas factibles para el desarrollo económico de México.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

El TLCAN se ofrece en México como una alternativa ante las dificultades para seguir
creciendo con el modelo anterior. (Bertha E. Lujan, 1997). Bernardo Sepúlveda
Amor, estudioso de la política exterior de México, lo ejemplifica de la siguiente
manera:

La política exterior entendida en su sentido más amplio como


todo el espacio que comprende la acción internacional del
Estado mexicano, se convirtió así en un instrumento destinado a
apuntalar un proyecto de desarrollo, centrado en la economía de
mercado, que depositaba en la negociación económica
internacional un peso considerable. Pero el punto de inflexión en
esta nueva estrategia es la suscripción del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN), instrumento que a
partir de 1994 ha ejercido una influencia determinable en el
comportamiento económico mexicano y en su relación con el
exterior. (Bernardo Sepúlveda Amor, 2001).

Un cambio de visión y actitud de los presidentes Salinas-Bush, fue la


institucionalización de los asuntos intergubernamentales, el esfuerzo bilateral más
serio que se realizó para manejar la relación entre ambos países y principalmente
fomentar el libre comercio. (Rafael Fernández de Castro y Jorge I. Domínguez,
2001).

El TLC fue propuesto originalmente por el presidente Carlos Salinas de Gortari. Este
punto debe enfatizarse para contrarrestar la impresión negativa de que el TLC es,
de alguna manera, resultado del desequilibrio de poder entre México y Estados
Unidos, o una imposición de éste hacia nuestro país, ya que la estrategia mexicana
con el exterior evolucionó con los cambios que se produjeron en el país,
convirtiéndose su política exterior en un elemento central para la ejecución de la
nueva estrategia económica. (Bernardo Sepúlveda Amor, 2001).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Los objetivos del TLC eran facilitar el comercio, aumentar las inversiones y en
general como un elemento esencial, mejorar la competitividad internacional de las
compañías mexicanas, canadienses y estadounidenses. La firma del tratado
representa el punto de institucionalización de un proceso que se venía dando
sigilosamente desde muchos años antes. (Bertha E. Lujan, 1997).

Las negociaciones reflejaron de alguna manera la asimetría de poder entre México


y Estados Unidos. Canadá desempeñó un papel integral en el proceso, apoyando
en ocasiones a México o Estados Unidos. En las negociaciones se llegó al
entendimiento de que la cuestión de la asimetría debería ser tratada en términos de
la implantación gradual del acuerdo.

La abrumadora propaganda gubernamental que presentó al TLC como un


gigantesco paso hacia la modernización, combinada con la importancia política
suprema que el presidente Salinas confirió a su iniciativa, produjo un reforzamiento
de las tradicionales limitaciones autoritarias al flujo de la información y a la libertad
de expresión en México. (Rafael Fernández de Castro y Jorge I. Domínguez, 2001).

El entorno politizado en que se realizaron las negociaciones del TLC, provocó que
tanto sus defensores como sus detractores dieran demasiada importancia a los
resultados que a corto plazo se obtendrían al instrumentar el tratado. (David R.
Mares, "Intereses estratégicos en la relación México-Estados Unidos", en Sergio
Aguayo Quezada y John Bailey, 1997).

En Estados Unidos el TLC era visto originalmente por sus promotores, como una
oportunidad de recompensar al gobierno de México, por sus radicales reformas
económicas. La realidad mostraba cooperación en los dos países, y con el TLC, las
tendencias indicaban claramente una mayor integración. (Jeffrey Davidow, 2004).

Al respecto, se pensaba que el desarrollo económico fue primordialmente una


estrategia para crear un número considerable de empleos permanentes, bajo el

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

supuesto de que la creación de empleos industriales mejoraría la distribución del


ingreso en México. Michael J. Dziedzic, señala que a medida que el sistema
posterior a la Guerra Fría ha tomado forma, la importancia geoeconómica de México
ha tomado preeminencia. Prueba de esto es el Tratado de Libre Comercio de
América del Norte (TLC). (Michael J. Dziedzic, "México y la gran estrategia de
Estados Unidos: Eje geoestratégico para la seguridad y prosperidad", en Sergio
Aguayo Quezada y John Bailey 1997).

También el TLC era visto como una oportunidad para ganar acceso a los
abundantes recursos naturales mexicanos, particularmente el petróleo, y para
aprovechar un mercado laboral extenso y económico. Por ejemplo, para Richard
Milhous Nixon, la salvación económica y política de México estribaba en el libre
comercio con Estados Unidos:

Un Tratado de Libre Comercio podría ser el catalizador para


impulsar a México hacia la democratización política. Si no
colaboramos con el presidente Salinas para desarrollar la
economía mexicana, sólo llevaríamos las relaciones México-
Estados Unidos a una barrena. Enviaríamos a Salinas a una
prematura tumba política y entregaríamos a sus enemigos a la
izquierda el martillo para remachar los clavos de su ataúd.
(Rafael Rodríguez Castañeda, 1992).

El formato del TLC, presentaba la ventaja crucial para Estados Unidos, de hacer
que la mano de obra barata mexicana estuviera disponible en México y no a través
del controvertido proceso migratorio. Por ello, el TLC era presentado como lo mejor
de dos mundos: sería a la vez un instrumento para reducir la inmigración y una
manera de aprovechar la abundante mano de obra y los bajos salarios mexicanos.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Desde un principio, Estados Unidos condicionó su participación en las


negociaciones del TLC, a que se excluyera cualquier decisión sobre la movilidad
laboral a través de la frontera y a que se incluyera el petróleo mexicano en la agenda
de comercio e inversión.

El proceso de negociación del Tratado de Libre Comercio definía seis áreas que
regirían la negociación del Tratado:

1) acceso a los mercados;

2) reglas de comercio;

3) servicios;

4) inversión;

5) propiedad intelectual; y

6) solución de controversias.

Sobre esa base, el gobierno de México creó 17 grupos de negociación que serían
los encargados de llevar adelante las pláticas en las reuniones ministeriales. (Jaime
Serra Puche 1991).

Los 17 grupos de trabajo se constituyeron en torno a los siguientes temas: A.


Acceso a los mercados, Aranceles y barreras no arancelarias, Reglas de origen,
Compras gubernamentales, Agricultura, Automóviles, Otros sectores. B. Reglas de
comercio, Salvaguardas, subsidios y leyes contra prácticas desleales de comercio,
Estándares. C. Servicios, 9. Principios generales para la negociación de servicios,
Servicios financieros, Servicios de seguros. 12. Transporte terrestre. 13.
Telecomunicaciones. 14. Otros servicios. D. 15. Inversión (principios y
restricciones). E 16. Propiedad intelectual. F. 17. Solución de controversias.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Las discusiones sobre el TLC, se centraron en última instancia en perspectivas


contrastantes sobre la definición de intereses nacionales. En cada país el tema del
interés nacional despertado por el TLC, siguieron su propio curso. Sin embargo, los
miedos y las expectativas se retroalimentaron hasta conseguir un escenario político
muy singular alrededor del TLC.

El resultado de la elección presidencial en los Estados Unidos en 1992, creó un


problema difícil para el TLC. El presidente Clinton no estaba dispuesto en aceptar
el tratado negociado por su oponente. La política partidista lo forzó a demandar la
participación de su administración en el producto final de los "acuerdos paralelos",
los cuales se centraban en dos problemas: el medio ambiente y las condiciones
laborales.

En términos de problemas ambientales había pocos desacuerdos. Los dos lados


compartían básicamente las mismas definiciones a nivel gubernamental y social,
por lo que ningún país quería hacer nada que pudiera ser interpretado como nocivo
para el medio ambiente. Algunas personas en Estados Unidos creían
equivocadamente que el pueblo mexicano, permitiría al gobierno negociar el TLC
con base en estándares más bajos de regulación ambiental.

Aunque el aspecto migratorio no se incluyó en la mesa de negociaciones, se tenía


la esperanza de que se pudiera llegar a un acuerdo independientemente de las
diferencias fundamentales, el gobierno mexicano inició una estrategia cuya primera
premisa era verificar la credibilidad de datos sobre los costos y beneficios de la
migración.

Las críticas al TLCAN fueron apagadas tímidamente o deliberadamente silenciadas


por el gobierno. Sin embargo, existían varias áreas sobre las que se había
expresado preocupación, como fue la soberanía, pues se creía que México estaba
entregando sus reservas petroleras a intereses de Estados Unidos y que el país

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

estaba renunciando a los poderes regulatorios necesarios para diseñar políticas de


desarrollo, industriales y agrícolas, hasta la convicción absoluta de que por culpa
del TLCAN, México estaba siendo sometido a la influencia política y estratégica de
Washington.

2.1.8. EL PRINCIPIO DE LA INTEGRACIÓN, LOS NOVENTA: TLCAN,


INTERDEPENDENCIA Y NARCOTRÁFICO.

2.1.8.1. EL COMERCIO INTERNACIONAL EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO.

Con el fin de la Guerra Fría, México y Estados Unidos comenzaron a compartir


nuevas formas de tratar los asuntos de seguridad. La frontera se convirtió en un
tema central: la cuestión de los trabajadores migrantes mexicanos y la lucha contra
el narcotráfico se convirtieron en temas centrales de una relación bilateral signada
por la interdependencia.

En este cambio de escenario internacional que significó el desmembramiento de la


Unión Soviética, México optó por buscar la integración regional norteamericana
iniciando por la institucionalización de la relación económica con los Estados Unidos
a través del TLCAN, dicha acción significó un cambio drástico no en la relación
económica, ni social, pues ambas economías estaban muy interrelacionadas desde
tiempo atrás y la interacción social es muy fluida; sino en la percepción hacia los
Estados Unidos y la opción de consolidar este acercamiento a través de las
instituciones antes que a acuerdos coyunturales, pragmáticos o de otra índole;
claridad e institucionalización de la cual ambos Estados han salido beneficiados.

Como señala el embajador Andrés Rozental, en la relación de México y Estados


Unidos durante el periodo presidencia de Carlos Salinas de Gortari destacan una

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

serie de puntos que hablan de la dinámica de interdependencia de las relaciones


de ambos países, como:

- El reconocimiento de la inexorable vecindad.


- Un creciente volumen de intereses compartidos en todos los
ámbitos.
- se propuso el proyecto de liberalización comercial.
- Se establece un entendimiento político básico entre ambos
gobiernos. (Andrés Rozental, 1993).

Las razones de política interna del gobierno de Salinas de Gortari culminaron en la


reestructuración de la deuda externa en el año de 1989, en el plano comercial, se
profundizó la apertura y se intensificó la promoción de las exportaciones. En diez
años, México había pasado de ser una de las economías más cerradas del mundo,
a ser una de las más abiertas.

Tomando en cuenta el ambiente internacional y, destacando a la globalización,


México decidió insertarse en los bloques económicos regionales, esto lo hizo
comprendiendo que para competir exitosamente por flujos de inversión y alentar
todavía más la incipiente repatriación de capitales del sector privado nacional, tenía
que adaptarse a la nueva dinámica internacional.

De esta manera, el mes de agosto de 1992 los Presidentes de Estados Unidos


(Bush) y México (Salinas) junto con el Primer Ministro de Canadá (Mulroney)
anunciaron el fin de la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLCAN) que representa un cambio importante en las relaciones y la
conformación de América del Norte, fue de hecho el inicio de la visión de ésta como
una región en una época de globalización, donde los marcos ideológicos y políticos
que habían sido la referencia durante medio siglo, perdían vigencia; como menciona
Klepak:

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Se requerían nuevas iniciativas que, al tiempo que se aceptan


las nuevas reglas del juego en un mundo unipolar y en un
hemisferio y continente aún más unipolares, pudieran dar
esperanzas de seguir controlando las asimetrías de la
coexistencia norteamericana. El TLCAN, dentro de este
contexto, puede considerarse como una de estas iniciativas. (Hal
Klepak, 2000).

Alejandro Chanona ha caracterizado al TLCAN como el instrumento que permitió el


tránsito de la integración informal (desarrollada a partir de patrones de interacción
intensos son la intervención de las decisiones de los gobiernos) a la formal en
América del Norte, definida a partir de la intervención y negociación entre los dos
gobiernos, con el objetivo de regular y promover el proceso anteriormente informal
y si es necesario para fortalecer otras áreas [por ello, la integración formal] también
debe ser entendida como el resultado de la compleja interacción entre las políticas
económicas exteriores de México, Canadá y Estados Unidos. Esto es, como un
proceso a través del cual dos o más Estados comunes articulan sus estrategias con
el objetivo de lograr fines comunes de integración. (Alejandro Chanona).

En 1994 el surgimiento de la guerrilla zapatista concentró la atención de los


intelectuales y militares encargados de formular las estrategias de seguridad de
Estados Unidos, sin embargo, el tratamiento del conflicto en Chiapas ha sido tratado
en el marco del respeto a la soberanía mexicana, oficialmente los diplomáticos de
Estados Unidos han declarado total respeto hacia los mexicanos para enfrentar el
problema local bajo sus propias leyes y con su propia política.

Esta nueva faceta de la relación con los Estados Unidos ha tenido resultados
contradictorios, pues hay un sector de la economía mexicana que ha salido muy
beneficiado de éste, y otro muy amplio que ha visto cómo su nivel de vida cae de

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

forma importante, debido a que las libres fuerzas de mercado no son atemperadas
con la acción social que es responsabilidad estatal.

Como vemos, el TLCAN es producto de una sintonía con los tiempos de


consolidación de bloques regionales económicos de la posguerra fría, significando
importantes cambios en la relación bilateral, pero sobre todo en la percepción que
México como país tiene de sí mismo, dilema aún no resuelto a pesar de la transición
política del año 2000.

2.1.8.2. SEGURIDAD REGIONAL Y LA CUESTIÓN DEL NARCOTRÁFICO.

LA INTERDEPENDENCIA.

El enfoque interdependista que México enarbola frente a Estados Unidos, "permite


explicar las campañas mexicanas contra el narcotráfico y los acuerdos entre México
y Estados Unidos como una política de cooperación con el vecino" (Del Toro, 1999).
En este sentido, se argumenta que la interacción entre la oferta y demanda de las
drogas constituye la prueba de la interdependencia de los mercados de narcóticos,
por lo que países productores y consumidores deben compartir la responsabilidad,
que además se traduce en una influencia mutua en las políticas de ambas naciones.
Es así como se llega al supuesto de que ambos gobiernos pueden vencer al
narcotráfico mediante la sustitución de las políticas de carácter unilateral por
políticas bilaterales, entendidas como acciones conjuntas.

Este enfoque tuvo una gran aceptación en ambas naciones durante la década de
1980. La política exterior norteamericana orientada durante esta época a la
promoción de acuerdos internacionales de combate al narcotráfico, esgrimió un

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

argumento similar: era necesaria la cooperación internacional para reducir el


consumo de drogas. Por su parte, el gobierno mexicano insistía en la necesidad de
hacer la cooperación "más equitativa", en el marco de la política de "solidaridad con
otros países".

No obstante, este enfoque cooperacionista se enfrentó a una realidad distinta a la


concebida: a pesar de la cooperación entre ambos Estados los conflictos bilaterales
se encontraban en ascenso, cada vez más frecuente e intenso, al igual que el
incontenible tráfico de estupefacientes.

De entre la serie de argumentos esgrimidos por los teóricos de la interdependencia


para explicar dichas situaciones; destaca el planteamiento de que nuestro país
debía entender su esfuerzo por impedir la exportación de estupefacientes como una
colaboración necesaria con el gobierno del vecino, ya fuese por razones prácticas,
dada la imposibilidad de detener sólo el contrabando, o por razones estratégicas
"conceder" en esta materia podía traer beneficios para México en negociaciones
más importantes con los Estados Unidos (Jorge Chabat cit. por. Celia del Toro,
1999).

Para Celia del Toro, si bien los acuerdos de lucha antinarcóticos están inscritos
dentro del marco de dominio, explicándose igualmente con el argumento de la
cooperación interdependentista; el realizar dichos compromisos de cooperación
responde a la necesidad mexicana de proteger su esfera de acción doméstica,
orientados fundamentalmente a frenar las políticas norteamericanas, especialmente
el despliegue de agentes de la DEA en nuestro país.

EL NARCOTRÁFICO COMO PROBLEMA DE SEGURIDAD BINACIONAL.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

De ser un problema policiaco, el narcotráfico ha pasado a ser un asunto de Estado


porque su acción socava las bases mismas de la convivencia, propicia la corrupción
o se sirve de ella, se infiltra en los aparatos de procuración de justicia, en los medios
de comunicación, en el Ejército y en los partidos políticos sin distinción de
ideologías. De esta manera, el tráfico de estupefacientes está considerado como un
problema de seguridad nacional tanto por el gobierno de México como por el de los
Estados Unidos.

Sin embargo, cuando se analizan las realidades, podemos distinguir claramente que
mientras que en México el narcotráfico se ha constituido en un poder paralelo al del
Estado, infiltrándose en el aparato institucional, generando corrupción y violencia,
la idea de seguridad nacional de los Estados Unidos se desdobla en dos claras
esferas: al interior, el combate al tráfico de drogas es un combate contra el
"enemigo" al orden establecido, dado que, desde su perspectiva, sus instituciones
son incorruptibles y el problema radica en el poder paralelo creado que atenta contra
las estructuras y, de acuerdo a esta visión, daña a su población expuesta a las
grandes cantidades de oferta en el mercado. La otra esfera, la encontramos fuera
de las fronteras de la Unión Americana, el narcotráfico es un problema dado que
atenta directamente contra la estabilidad de las naciones, especialmente de
Latinoamérica, receptoras de las inversiones y préstamos de nuestro vecino
afectando directamente sus intereses nacionales.

Está claro para ambos países que en México el problema del tráfico de drogas se
ha traducido en corrupción y narcopolítica. De hecho, la lista de funcionarios
mexicanos involucrados es amplia: Flavio Romero Velasco, ex gobernador de
Jalisco, Manlio Favio Beltrones, ex gobernador de Sonora, Jorge Carrillo Olea, ex
gobernador de Morelos, Mario Villanueva Madrid, ex gobernador de Quintana Roo;
el mismo Raúl Salinas de Gortari, etc. y si a ello agregamos nombres como el de
Gutiérrez Rebollo y otros generales implicados, el panorama resulta devastador,
dado que los cuerpos encargados de luchar contra el tráfico de narcóticos están

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

claramente infiltrados, argumento utilizado con frecuencia por los Estados Unidos
para no informar a las autoridades mexicanas de algunos operativos realizados en
territorio nacional, tal como sucedió con la llamada "Operación Casa Blanca".

Los analistas señalan que para Estados Unidos el problema presenta dos facetas:
la doméstica, donde la censura a la droga aparece relacionado con la idea del
paradigma prohibicionista, mientras que el dinero generado no entra al ciclo
económico como tal y el fenómeno aparece como desafiante al orden establecido;
y la externa, donde la persecución de la oferta de narcóticos centra su atención en
la desestabilización que esta actividad entraña para los países donde hay intereses
nacionales; por tanto, y de acuerdo a estas ideas, el narcotráfico influye en las
guerrillas y los movimientos que atentan contra la seguridad de las inversiones
norteamericanas; de la misma manera, esta promoción de la "lucha contra las
drogas" implica necesariamente la venta o donación de armamento, lo que mantiene
productiva al complejo militar-industrial norteamericano, parte fundamental de la
economía de nuestro vecino. (Richard Craig "Mexican Narcotics Traffic: Binational
Security Implications" en: Mabry, Donald 1989).

Constantemente asociamos el impulso a la lucha contra el tráfico de drogas con el


término de la Guerra Fría, en el marco de lo que llaman "Nuevos Temas de la
Agenda Internacional". No obstante, resulta importante señalar que la aparición de
la lucha antinarcóticos como una prioridad de la política exterior de Estados Unidos
hacia América Latina no se dio con el fin de la Guerra Fría, en palabras de
Castañeda, esta lucha había desempeñado un papel significativo en la política de
Estados Unidos hacia México y los países andinos, o hacia Colombia y Cuba, hacía
varios años papel que había sido rigurosamente "intervencionista" como lo es la
presencia tradicional de agentes de la DEA en México y las formas de cooperación
sumamente intrusivas. (Jorge G. Castañeda "América Latina y el Fin de la Guerra
Fría" en: Castañeda, Jorge, 1993).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Es en el siglo XX cuando se inaugura la preocupación, tanto de México como de


Estados Unidos, por el problema de los estupefacientes, siendo la Conferencia de
Shangai de 1909 y la Convención Internacional del Opio de la Haya, celebrada en
1911-1912, los primeros instrumentos internacionales en que uno y otro país
manifiestan propósitos de restricción a la producción de estupefacientes.

Como veremos a continuación, de 1930 a 1970 México se erigió como uno de los
principales "proveedores" de heroína y marihuana a los Estados Unidos. No
obstante, las regiones de siembra de la goma de opio estaban localizadas en
Sinaloa, Durango, Chihuahua y Sonora; mientras que la marihuana era producida
en Michoacán, Jalisco y Nayarit y las organizaciones se identificaban con los
nombres de las familias Ávilez Pérez, Valenzuela, Araujo; mismos que no se
consideraban cárteles, a diferencia de sus contrapartes colombianos.

De este modo, la década de los treinta estuvo caracterizada por la prohibición de la


exportación de opio en México y la sugerencia constante de los Estados Unidos
hacia nuestro país de adoptar una política restrictiva en la producción de
estupefacientes. Así, por ejemplo, la producción de narcóticos aumentó de manera
importante en el decenio de 1940, a raíz de la inmigración china, que determinó un
importante aumento en el cultivo de opio. Ante tal situación, los Estados Unidos
presentaron una protesta ante el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas
por lo que consideraban "una negligencia de la parte mexicana"; a lo que el gobierno
de México respondió con la promesa de implementar una política antidrogas más
activa. (Celia del Toro, 1998).

Durante las décadas de 1950 y 1960 el 75% de la marihuana consumida en los


Estados Unidos era de origen mexicano, mientras que se cubría un 10 o 15% de la
demanda de heroína, cifra que se elevó a 80% para mediados de la década
posterior, debido principalmente a la ruptura de la "Conexión Francesa" mediante la
cual Turquía enviaba la droga hacia Estados Unidos. (Peter H. Smith, 1998).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Quedaba claro que la lucha contra la producción y el tráfico de drogas en México


resultaba imposible sin los aditamentos técnicos necesarios como aviones, pilotos
especializados, insecticidas, etc., para exterminar los cultivos de opio y marihuana.
Situación, que al lado de un informe interdepartamental de los Estados Unidos que
indicaba que México se erigía como el principal proveedor de estupefacientes de
aquel país, da la pauta para iniciar la llamada cooperación técnica entre ambos
Estados.

Mientras que en los Estados Unidos la demanda continuaba creciendo de forma


exponencial, se incrementó la presión sobre los países productores, particularmente
hacia México, es así como para septiembre de 1969, la administración Nixon
implementa la llamada "Operación Intercepción" considerada como la operación de
registro y confiscación más grande realizada por civiles en tiempos de paz, con el
propósito de detener la entrada de marihuana a los Estados Unidos en una sola
maniobra masiva. (Celia del Toro, 1998). Un mes más tarde se llevó a cabo la
"Operación Cooperación" en la que ambos gobiernos asumen la responsabilidad de
confiscación conjunta de estupefacientes en la frontera.

Consecuentemente, para 1975, bajo la presión constante del gobierno


norteamericano, el gobierno de nuestro país inicia la "Campaña Permanente Contra
las Drogas". Vendría entonces la Operación Cóndor, instrumentación conjunta que
consistió en el rocío aéreo de estupefacientes y disolución de las organizaciones
con intervención directa de elementos estadounidenses y dirigida contra
campesinos y narcotraficantes.

Los resultados de la Campaña y de las operaciones realizadas son importantes: se


redujo la participación de la marihuana de origen mexicano en el mercado
estadounidense de más de 75% en 1976 a 11% en 1979, 8% en 1980 y menos el
4% para 1981; mientras que la participación de la heroína descendió de un 67% en
1976 a 25% en 1980. (Peter Smith, 1988).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Sin embargo, durante la década de 1980 el proceso se revierte y nuevamente se


registra un aumento en la producción y exportación de marihuana, opio y heroína,
dando como resultado que, para mediados del decenio de 1990, México producía
entre el 20 y 30% de la heroína consumida en Estados Unidos (Peter Smith, 1988).
Igualmente, nuestro país se convirtió, a partir de 1984-5, en la principal vía de
tránsito de la cocaína proveniente de Colombia al tiempo que se asistió a la
conformación de verdaderos cárteles y, en años recientes, la producción y
comercialización de otras drogas como las anfetaminas.

Indudablemente, 1989 es un año clave para nuestro estudio. Tras el fin de la Guerra
Fría, Estados Unidos se presenta como el poder hegemónico del Sistema
Internacional asumiendo el papel de garante y promotor de la paz y seguridad
internacionales comprometidos con la promoción de la democracia, el combate al
tráfico ilícito de drogas y al terrorismo internacional (Josep Nye cit. por. Castañeda,
1993). En adelante, el narcotráfico se erigirá como uno de los principales enemigos
a vencer, justificando así su constante intervencionismo y cuestiones como la
donación o venta de armas y equipo a las naciones latinoamericanas, esencial para
mantener el complejo industrial-militar de nuestro vecino.

Además de renovar su lucha contra las drogas, la invasión de Estados Unidos a


Panamá en diciembre de 1989 y la posterior detención del General Noriega en enero
del siguiente año, significó la afirmación, por parte de Washington, de su derecho a
perseguir individuos fuera de su jurisdicción, valiéndose de cualquier medio para
llevar ante la justicia a cualquier individuo que se considerase un criminal (Jorge G.
Castañeda 1993). El sustento jurídico de estas acciones lo encontramos en una
decisión tomada por la Suprema Corte norteamericana el 28 de febrero del mismo
año, donde se dispuso que las operaciones de caza y captura llevadas a cabo en el
extranjero por agentes de la ley norteamericanos, personal militar u otras agencias
del gobierno contra los extranjeros, no estaban restringidas por las disposiciones de

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

la cuarta enmienda constitucional. (Jorge G. Castañeda, 1993), tendencia


confirmada en 1992 con el fallo a favor de la DEA del secuestro de Álvarez Machain.

EL PROCESO DE CERTIFICACIÓN: ¿UNILATERALIDAD O COOPERACIÓN?

En la medida que el narcotráfico se considera una amenaza para la seguridad


nacional de los Estados Unidos, y argumentando la necesidad de adoptar medidas
que protegiesen a su población de dicho mal; ante la crisis que estaba causando el
alto consumo de cocaína dentro de la población de nuestro vecino, bajo la premisa
de que el problema está en los Estados productores y de tránsito de droga; el
Congreso estadounidense aprobó una serie de Leyes a fines de la década de los
ochenta, siendo la implementación del Proceso de Certificación.

Cada año, aproximadamente el 1º de marzo, el Presidente anuncia sus decisiones


de certificación, lo cual causa un debate inevitable sobre la utilidad del proceso. Sin
embargo, resulta claro que la mayoría de los países se esfuerzan para asegurar que
recibirán la certificación completa de Estados Unidos, y por tanto el monto de ayuda
que dicho gobierno les provea.

El marco legal del proceso está en el Antidrug Abuse Act de 1988, enmienda de las
secciones 481 y 490 de la Foreign Assistance Act de 1961 [La Ley señala en su
sección principal y subsecciones que el Presidente de los Estados Unidos está
obligado a certificar a cada país que ha sido previamente identificado por un informe
del Departamento de Estado como un país productor o tránsito de narcóticos
ilegales.

El Presidente decide si ese país ha cooperado completamente con los Estados


Unidos en materia de antinarcóticos, o ha emprendido acciones propias para

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

observar los objetivos contenidos en la Convención de 1988 de las Naciones Unidas


contra el Tráfico Ilícito de Narcóticos y Substancias Psicotrópicas.

De no ser así, la Ley estipula que no se otorgará asistencia financiera y se votará


en su contra en los foros multilaterales de financiamiento internacional a fin de que
no se le proporcionen préstamos. La única salvedad que permite la Ley es la de
certificar a un país por razones de seguridad nacional o la de no certificar sin, por
las mismas razones, votar contra él en los foros multilaterales de financiamiento ni
dejarle de otorgar la ayuda económica que garantice el presupuesto fiscal para el
año de la certificación.

La Defense Authorization Act (1989) [en la que se define el papel activo que debe
desempeñar el sector militar en las campañas antinarcóticos] y la Foreing
Assistance Appropiations Act (1989) [que determina la reproducción de los dos
mecanismos anteriores en el extranjero, vía el Departamento de Estado], aprobado
originalmente en 1986 e implementado a partir de 1989, una herramienta importante
dentro de la estrategia norteamericana dentro de la lucha antinarcóticos, al ser
considerada por el Departamento de Estado no como un juicio hacia los otros
países, sino como el uso de nuestros instrumentos de política exterior para proteger
a nuestro propio pueblo. (Departamento de Estado cit. por. Navarro Lucio Jorge en:
www.planet.com.mx/macroeconomia/macro57/certificacion.htm Consultado el día
28 de febrero de 2005, 14.50 horas).

EL PROCESO DE CERTIFICACIÓN.

De acuerdo a la legislación de Estados Unidos, un país está sujeto al proceso de


certificación en tanto sea considerado como un Estado principal productor o de
tránsito de estupefacientes; en este sentido se define como principal productor de
drogas ilícitas a un país en el cual:

161
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

a) Se cultivan o cosechan en un año 1.000 hectáreas o más de


adormidera ilícita;
b) Se cultivan o cosechan en un año 1.000 hectáreas o más de coca
ilícita; o
c) se cultivan o cosechan en un año 5.000 hectáreas o más de
cannabis ilícito, a menos que el Presidente determine que esa
producción de cannabis ilícito no afecta en forma significativa a
Estados Unidos. (Departamento de Estado cit. pos. Navarro Lucio
Jorge en:
www.planet.com.mx/macroeconomia/macro57/certificacion.htm).

Asimismo, un país principal de tránsito de drogas se define como:

a) Una fuente directa significativa de drogas psicotrópicas o de


narcóticos ilícitos o de otras sustancias controladas que afecten a
Estados Unidos en forma significativa; o
b) Un país en el cual se transportan esas drogas o sustancias.
(Departamento de Estado cit. pos. Navarro Lucio Jorge en:
www.planet.com.mx/macroeconomia/macro57/certificacion.htm).

Basado en las recomendaciones del Secretario Adjunto encargado de Asuntos


Internacionales de Narcóticos y Ejecución de la Ley, el presidente puede optar por
una de las siguientes opciones al certificar cada uno de los países que figuran en la
lista de "principales":

a) Certificación Plena

Para otorgar la certificación plena, el Presidente norteamericano debe


determinar que éste cooperado plenamente con Estados Unidos, o ha
adoptado medidas adecuadas propias, para alcanzar las metas y
objetivos antinarcóticos establecidos por la Convención de las

162
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Drogas Narcóticas y


Sustancias Psicotrópicas de 1988. (Certificación de países productores
de drogas, p. 4).

Si un país recibe certificación plena tiene derecho a la ayuda


económica de los Estados Unidos, y en el caso de que dicha ayuda
hubiese sido suspendida anteriormente, se autoriza el envío de
recursos a dicho país.

b) Certificación por razones de intereses nacionales vitales (Certificación


de países productores de drogas, p. 5).

Si un país no ha cumplido con las normas de certificación plena, el


Presidente puede otorgarle la certificación si determina que intereses
nacionales vitales de Estados Unidos requieren que se provea, o que
no se suspenda la ayuda, y puede decidir que Estados Unidos no vote
en contra de la ayuda que los bancos de desarrollo multilaterales
quieran brindar a ese país.

Cuando un país recibe la certificación por razones de "intereses


nacionales vitales", se le provee ayuda como si se le hubiera otorgado
la certificación plena.

c) No certificación (Certificación de países productores de drogas, p. 7).

En el caso que un país de tránsito y/o productor no sea seleccionado


por el Presidente, o bien sea rechazado por el Congreso, se hará
acreedor a sanciones automáticas, en primer término y discrecionales
de acuerdo con el caso. Dichas sanciones se encaminan a evitar la
llegada de recursos estadounidenses al lugar, hasta el momento en que
el país obtenga la certificación.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Así, la no certificación de un país exige que Estados Unidos niegue a ese país:

 Toda venta o financiación conforme a la Ley de Control de


Exportación de Armas;
 Ayuda no alimentaria conforme a la Ley Pública 480;
 Financiamiento por intermedio del banco de exportaciones e
importaciones

Las sanciones incluyen la suspensión de la mayor parte de la ayuda según la Ley


de Ayuda Exterior de 1961, exceptuando la ayuda humanitaria y los antinarcóticos
que se haya especificado; así como el voto estadounidense en contra de los
préstamos propuestos en los bancos de desarrollo multilaterales.

Las relaciones México-Estados Unidos en el marco del proceso de


Certificación

En 1988 varios acontecimientos coadyuvaron a que el cuerpo de la mencionada


Foreign Assistance Act de 1961 fuera enmendado; por un lado, el foro multilateral
Contra el Tráfico Ilícito de Narcóticos, por el otro, el endurecimiento de la política
antinarcóticos de los Estados Unidos encabezada por Ronald Reagan quien desde
1985, año en que fue asesinado el agente antinarcóticos Enrique Camarena y su
piloto Alfredo Zavala, se quejaba de la poca cooperación que recibía
internacionalmente para combatir el narcotráfico.

Como resultado de estas políticas, un año después de aprobada la enmienda, se


procedía a la primera certificación. Si bien ésta fue otorgada por el Presidente, el
Comité de Relaciones Exteriores del Senado votó el 14 de abril de 1989 una
resolución para rechazar la decisión presidencial, donde se señalaba que las
autoridades mexicanas no habían cooperado plenamente en la lucha contra el

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

tráfico internacional de narcóticos. A México, decía la iniciativa, no debería


otorgársele apoyo financiero. (Navarro Lucio Jorge en:
www.planet.com.mx/macroeconomia/macro57/certificacion.htm).

La resolución promovida por el senador Jesse Helms fue derrotada por 14 votos.
Algunos analistas pensaron que las autoridades mexicanas, encabezadas por el
procurador Enrique Álvarez del Castillo, habían detenido a Felix Gallardo,
considerado por la DEA como el comandante del cártel responsable de introducir
de introducir a los Estados Unidos de 2 a 4 toneladas mensuales de cocaína, con el
único fin de lograr el consenso a favor de México en el proceso de rechazo a la
certificación que se ventilaba en el Senado norteamericano. Efectivamente así
pareció, ya que el 8 de abril de ese año en se detuvo a Félix Gallardo en Guadalajara
y el ejército arrestó a unos 300 policías municipales y estatales que, de acuerdo a
la versión oficial, protegían a Gallardo en su ciudad natal de Culiacán, Sinaloa. A
Gallardo se le acusó de narcotráfico. (Navarro Lucio Jorge en:
www.planet.com.mx/macroeconomia/macro57/certificacion.htm).

De acuerdo con los analistas, con esta detención se estableció el modelo mexicano
de entregar a un capo de la droga cada vez que los Estados Unidos evalúan si
certifican o no a México.

Asimismo, el 11 de abril de 1989, las autoridades mexicanas anunciaron la


obtención de un préstamo del Fondo Monetario Internacional por 3.64 mil millones
de dólares, monto que sería usado para reestructurar la deuda externa del país, en
crisis en ese momento. Si el país no hubiese recibido la certificación seguramente
con el voto norteamericano en contra el préstamo hubiera sido rechazado por el
FMI. (Navarro Lucio Jorge en:
www.planet.com.mx/macroeconomia/macro57/certificacion.htm).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Desde que el mecanismo de certificación fue implementado y hasta su reciente


eliminación en el año 2001, nuestro país ha recibido siempre la llamada
"Certificación Plena", lo que le da "derecho" a beneficiarse de la ayuda exterior
proporcionada por el gobierno estadounidense. No obstante, la certificación plena a
México ha sido al mismo tiempo objeto de debate dentro del Congreso
Norteamericano, especialmente en el seno del Senado donde personajes como
Jesse Helms, Diane Feinstein, Richard Gephardth y Paul Coverdell han jugado un
papel relevante en la promoción de iniciativas encaminadas generalmente a no
certificar o "Certificación por Cuestiones de Seguridad Nacional" a nuestro país.

Sin duda, 1997 fue un año crítico en la relación bilateral, la corrupción e implicación
de importantes funcionarios mexicanos salieron a flote: al inicio el año el general
Gutiérrez Rebollo, titular del Instituto Nacional de Combate a las Drogas, fue
detenido por nexos con el narcotráfico. Para febrero, el periódico New York Times
señalaba a Manlio Fabio Beltrones, gobernador de Sonora, y a Jorge Carrillo Olea,
gobernador de Morelos, de mantener nexos como Amado Carrillo, jefe del cártel de
Juárez. (Jim Cason y David Brooks 1997).

Mientras que en el seno del Congreso de Estados Unidos se hablaba de la


posibilidad de otorgar la certificación "por razones de seguridad nacional", el
entonces Secretario de Relaciones Exteriores, José Ángel Gurría expresaba que: si
el gobierno de Estados Unidos no reconoce objetivamente el enorme esfuerzo de
nuestro país para combatir el tráfico de estupefacientes, se creará una fractura en
este tema (Jesús Aranda y Elena Gallegos 1997), señalando igualmente que el
proceso no nos es neutral dado que afecta la imagen de México a nivel
internacional, y puede tener efectos en los mercados. (Jesús Aranda y Elena
Gallegos, 1997).

Las declaraciones de Gurría son muestra fiel de la importancia que el gobierno de


nuestro país otorgaba a la certificación norteamericana, poniendo nuevamente en

166
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

entredicho las declaraciones de nuestro gobierno en el sentido de que México lucha


contra los narcotraficantes por sus propios intereses nacionales y coopera con
Estados Unidos en la lucha antidrogas a pesar del proceso de certificación y no con
base en él, (Jim Cason, 1997), proceso que discursivamente no ha sido "aceptado"
por el gobierno mexicano al considerarlo "unilateral , intervencionista, divisorio y
recriminatorio" (Jim Cason, 1997). En este sentido, destaca la incoherencia entre
las acciones y el discurso.

Finalmente, la certificación plena fue otorgada a nuestro país, al igual que un


presupuesto de 8 millones de dólares para el Instituto Nacional de Combate a las
drogas y 28 millones de dólares destinados a la asistencia a las fuerzas armadas.
(Mireya Cuéllar 1997). Asimismo, México se erigió como el principal beneficiario de
América Latina de los fondos de capacitación otorgados por el programa Educación
y Capacitación Militar Internacional del Departamento de Estado, que
principalmente financia el estudio de militares de nivel medio, al acceder a un millón
de dólares para 1998. Además de contar con otro millón de dólares para la
"promoción de la democracia" y recibir 63 helicópteros, en el marco del programa
"Artículos Sobrantes de Defensa" (Jim Cason, 1997).

Para 1998, como reconocimiento a su "compromiso total" para la lucha contra el


narcotráfico" (Jose Manuel Nava, 1998), el gobierno de México recibió nuevamente
la Certificación Plena de los Estados Unidos. Igualmente, el patrón mexicano de
declaraciones anticertificación -sometimiento se repitió.

De esta manera, frente a las declaraciones de la entonces Canciller Rosario Green,


en el sentido de que México está comprometido a avanzar firmemente en la lucha
contra el tráfico de narcóticos evitando juicios y medidas unilaterales, lo hace por
convicción y necesidad propias, no por la calificación que nos conceda Estados
Unidos; (Jose Manuel Nava, 1998), al tiempo que reiteraba la tradicional postura
discursiva del gobierno mexicano al señalar que la certificación es proceso unilateral

167
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

y contrario al espíritu de cooperación internacional. (Jose Manuel Nava, 1998).


Aparece la necesidad de nuestro país de obtener recursos de los Estados Unidos
para mantener la llamada lucha contra el narcotráfico, por lo que aceptó someterse
al "Monitoreo del Uso Final" que es la supervisión de Washington sobre el uso y
destino de la asistencia antidrogas que recibe México, incluyendo asistencia, equipo
y entrenamiento de miembros del Ejército Mexicano.

Para el año de 1999 había dos visiones totalmente opuestas dentro de los mandos
de la administración Clinton, por un lado, el administrador de la DEA, Thomas
Constantine, señalaba que la situación del narcotráfico en México seguía
empeorando sin una respuesta del Gobierno Federal (José Manuel Nava, 1999),
mientras que la Secretaria de Justicia Janet Reno defendía la línea de otorgar la
Certificación Plena, no sin dejar de señalar el estado crítico de corrupción imperante
en el país.

Por su parte, el embajador Jeffrey Davidow, daba a conocer cuatro programas de


apoyo al gobierno mexicano en las áreas de la reforma judicial y la capacitación
para combatir el narcotráfico; unidades especiales de la PGR; investigación
nacional sobre el uso de las drogas y la unidad de la Secretaría de Hacienda para
combatir el lavado de dinero. (Mónica Martín, 1999.).

Nuevamente la Certificación Plena sería otorgada al gobierno de México, un país


blanco de una "narcoamenaza extremadamente seria", pero comprometido en la
lucha por nuestra vida (José Manuel Nava, 1999), de acuerdo a Clinton.

El Reporte de la Estrategia Internacional Antinarcóticos de ese año y en el


documento nombrado "Decisiones de Certificación de 1999" (Certification
Decisions, 1999), señalan que en febrero de 1998 se implementó la Estrategia
Binacional Antidrogas y se dieron nuevos trabajos del Grupo de Nivel de Alto
Contacto. Mientras que el apresamiento de Jesús y Luis Amezcua, los llamados

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

"reyes de las anfetaminas”, 20 miembros del cártel de Juárez y dos jefes policiacos,
al lado de la sentencia del general Gutiérrez Rebollo y de Ernesto Fonseca Carrillo,
se enuncian como muestra del interés del gobierno mexicano en la cooperación
antinarco. Asimismo, el Departamento de Estado indicó que continuaba habiendo
serios problemas en el proceso de extradición de fugitivos mexicanos buscados por
la justicia estadunidense.

El informe también señala los esfuerzos mexicanos de combatir la oferta, traducidos


en el aseguramiento de 22.6 toneladas métricas de cocaína y más de 1000
toneladas métricas de marihuana.

Por su parte, la versión 2000 del Informe, señaló a 1999 como un año positivo en la
lucha contra las drogas ante la creciente cooperación en el ámbito de las
persecuciones marítimas, la creación de la Policía Federal Preventiva, la concreción
de más de 8 000 arrestos, incluyendo los de Oscar Benjamín García Dávila, Juan
Quintero Payán y Jaime Aguilar Gastelum; la extradición de 14 fugitivos, el
establecimiento de un Nuevo Grupo de Cooperación y Trabajo Antinarcóticos en el
marco del Grupo de Contacto de Alto Nivel.

Igualmente se señala que la erradicación de marihuana se incrementó en 39% y la


de goma de opio se incrementó en 10% respecto a 1998. Mientras que se destinaron
500 mdd. a la adquisición de nuevo equipo y 900 mdd. para impulsar los programas
de seguridad pública y antinarcóticos. (Certification Decisions 2000).

En cuanto a la cooperación entre ambos países, se señala que durante el año 2000
la cooperación en el terreno marítimo tuvo un empuje sin precedentes, dado que el
22 de enero de ese año se decomisaron 22.5 toneladas métricas de cocaína,
mediante una acción conjunta entre la Armada de México y los Guarda Costas de
Estados Unidos. (James B. Foley, en:
http://secretary.state.gov/www/statements/2000/html).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Finalmente, el pasado 1º de marzo el gobierno de Bush otorgó la certificación plena


al gobierno mexicano, al tiempo que en el Congreso Norteamericano empezó a
abrirse la posibilidad de suspender el proceso anual de certificación, argumentando
principalmente que se reconocía sus pocos logros, además de que, de acuerdo con
los Estados Unidos, el "cambio democrático" en México da la posibilidad de
implementar una serie de trabajos conjuntos, dada la "gran confianza" que se está
depositando en la presente administración, considerada incorruptible y dispuesta a
continuar la lucha contra las drogas de manera enérgica y total.

Cómo podemos observar, colaboración y unilateralidad alternan dentro de la


relación bilateral en esta materia. Sin embargo, encontramos algunas
convergencias sobre criterios generales, como el señalar al narcotráfico como un
"problema de seguridad nacional", compartiendo el paradigma prohibicionista que
sustenta la Guerra Contra las Drogas estadounidense; y el combatir la producción
y el tráfico, principalmente fuera de Estados Unidos, dejando a un lado la demanda.

Del mismo modo, se señala que existe un cierto tipo de consenso silencioso entre
las dos administraciones: nuca mencionan los fracasos de esta política los culpables
de que el problema crezca y se diversifique con las debilidades humanas, la
corrupción o la maldad de los narcotraficantes. (Vélez Quero, Silvia 2001).

El principal disenso en la relación es la llamada defensa de la soberanía del discurso


del gobierno mexicano, que ha señalado como intrusivas acciones como la
certificación o las operaciones de inteligencia realizadas por la DEA en territorio
nacional. Constantemente minimizada por Estados Unidos y señalados como
"muestras de extrema sensibilidad (Vélez Quero, Silvia, 2001).

Es así como podemos caracterizar la década de los noventa como de doble discurso
del gobierno mexicano, ya que al tiempo de señalar constantemente que el proceso
de certificación es unilateral, extraterritorial e injerencista y que la lucha contra el

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

narcotráfico es una decisión soberana e independiente de dicho proceso; no sólo


coopera plenamente con Estados Unidos y comparte ciertas visiones del mismo,
sino que realiza todas las acciones necesarias para lograr la "calificación
aprobatoria" de los Estados Unidos, señalando al mismo tiempo que la negación de
la misma dañaría la relación bilateral, y con miras a recibir la ayuda económica
brindada por aquél gobierno, sin olvidar las "donaciones" que se reciben para
aprovisionar el ejército sometiéndose, igualmente, al llamado "monitoreo de uso
final".

OPERACIÓN CASABLANCA: UNILATERALIDAD SOBRE SOBERANÍA

El lavado de dinero es definido por el Grupo de Acción Financiera Internacional


como el procesamiento de ingresos delictivos a fin de encubrir su origen ilegal
implica el encubrimiento de activos financieros de modo que ellos puedan ser
usados sin que se detecte la actividad ilegal que los produce. Mediante el mismo, la
delincuencia transforma los ingresos económicos derivados de actividades
criminales en fondos de fuente aparentemente legal, mediante la adquisición de
otros bienes, de consumo o inversión que tengan esa calidad (Grupo de Trabajo de
Acción Financiera sobre Lavado de Dinero (GAFI), 2000).

Tales actividades criminales pueden ser narcotráfico, tráfico de armas, actos de


corrupción administrativa y cualquier modo de crimen organizado. Asimismo, se
menciona que el lavado de dinero tiene efectos terribles sobre los países debido a
que evita la detección de actividades criminales, provee nuevos recursos a las
actividades delictivas, distorsiona los mercados financieros y destruye la actividad
económica real generando un capitalismo virtual. (Grupo de Trabajo de Acción
Financiera sobre Lavado de Dinero (GAFI), 2000).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad de Florida, el lavado de dinero


proveniente del narcotráfico y de actividades ilegales como la evasión de impuestos
en la frontera México-Estados Unidos fue de casi 10 por ciento del comercio total
entre los dos socios del Tratado de Libre Comercio (TLC) durante el 2000. De
acuerdo al reporte, de los 246 mil 836 millones de dólares de comercio bilateral
registrados el año pasado, más de 22 mil millones de dólares fueron producto del
blanqueo a través de precios inflados o reducidos en la facturación. (Notimex, 2001).

Mientras que en Estados Unidos la lucha contra el lavado de activos inició en la


década de 1980 bajo dos leyes fundamentales para prevenir el lavado de dinero
dentro de su sistema financiero la Bank Secrecy Act y la Money Laundering Control
Act.

En su sección 5318, la Bank Secrecy Act menciona que todos los bancos de la
Unión Americana están obligados a formular programas para evitar el lavado de
dinero, incluyendo como mínimo el desarrollo de políticas internas, procedimientos
y controles; la designación de una oficina especial, la capacitación para sus
empleados; y el someterse a auditorías externas.

Asimismo, la Ley le otorga al Secretario del Tesoro la facultad de exigir a las


instituciones financieras reportes de las transacciones que le parezcan
sospechosas.

Mientras que la Money Laundering Control Act, aprobada por el Congreso en 1986,
fue la primera en el mundo en codificar el lavado de dinero como un delito,
prohibiendo a cualquier persona involucrarse en una transacción financiera de
recursos provenientes de actividades ilícitas, sean éstas el tráfico de drogas, la
evasión fiscal, robo, fraude a bancos extranjeros, etc. (Senado de Estados Unidos,
1999).

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

En 1996 México reformó su Código Penal Federal para incorporar el lavado de


dinero como delito específico; antes de esa fecha, dentro del Código Fiscal de la
Federación, promulgado por vez primera en 1990, se tipificaba como delito el
realizar operaciones con ganancias provenientes de una actividad ilegal, sean estas
compra, administración, venta, custodia, garantía, inversión, transportación o
transferencia de las mismas. (Grupo de Trabajo e Acción Financiera sobre Lavado
de Dinero (GAFI), 2000).

Desde la perspectiva mexicana, la reforma estaría encaminada a intensificar los


esfuerzos de la cooperación internacional en el combate a la delincuencia
organizada y reforzar las dependencias gubernamentales responsables en la
prevención, detección y combate a este delito (Grupo de Trabajo e Acción
Financiera sobre Lavado de Dinero (GAFI), 2000), entre las que destacan la
Comisión Bancaria y de Valores, la Comisión nacional de Seguros y Fianzas y la
Dirección General Adjunta de Investigación de Operaciones, de la Secretaría de
Hacienda.

El lunes 18 de mayo de 1998 se dio a conocer desde Washington la llamada


"Operación Casablanca", misma que, de acuerdo a los Estados Unidos permitió
desmantelar una red internacional de lavado de dinero procedente del narcotráfico,
en la cual se encontraban involucrados funcionarios de tres importantes bancos
mexicanos: Bancomer, Banca Serfín y Confía.

El anuncio fue hecho en conferencia de prensa conjunta por el Secretario del


Tesoro, Robert Rubín y la Procuradora de Justicia de los Estados Unidos, Janet
Reno, quienes describieron la operación como la mayor en la historia de la policía
de Estados Unidos, en materia de lavado de dinero. (Grupo de Trabajo e Acción
Financiera sobre Lavado de Dinero (GAFI), 2000) Asimismo, indicaron que era la
primera vez que bancos mexicanos y funcionarios de los mismos eran vinculados

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

directamente con el blanqueo de narcodólares de los cárteles de Cali, Colombia, y


Ciudad Juárez, México.

Durante ese fin de semana, el servicio de aduanas detuvo a 27 ejecutivos de bancos


mexicanos en las Vegas y California, dado que estos funcionarios recibieron una
invitación a una fiesta que se celebraría en un casino de Nevada. Dicha invitación
fue extendida por los agentes del servicio de aduanas, quienes durante casi tres
años trabajaron por infiltrar a los carteles de Juárez y Cali, así como a la red bancaria
haciéndose pasar como intermediarios entre los traficantes y los bancos.

Más tarde serían detenidos 14 miembros del cartel de Juárez en Chicago, Nueva
York, El Paso y Los Ángeles, mientras que dos colombianos del cartel de Cali fueron
detenidos en Aruba.

Asimismo, el gobierno norteamericano multó a Bancomer con 15.8 millones de


dólares; Banca Confía con 12.2 millones; Serfin con 9.6; Banamex con 3.3; Bital con
3.1; Promex con dos; Banpaís con 1.8; Banorte con 1.4; Banoro con 1.1; Santander
con 900 mil; BBV con 200 y la casa de cambio CBI con un millón de dólares. (Cruz
López, Héctor, 2001).

La Operación Casa Blanca se inició en noviembre de 1995 cuando agentes de


aduanas de los Ángeles descubrieron que los cárteles estaban lavando dinero
proveniente del tráfico de drogas a través de agencias de bancos mexicanos en las
ciudades vecinas a la frontera con México. Razón por la cual, las investigaciones
fueron realizadas por el servicio de aduanas que depende del Tesoro, con la
colaboración de la Reserva Federal y agencias policiales federales y locales.

Los agentes trabajaron por medio de entrevistas con funcionarios bancarios


mexicanos, a quienes se les ofrecieron comisiones para realizar operaciones de
dinero, sin que preguntaran de donde provenían los fondos; por lo que parte de
estas actividades se realizaron en México, lo que igualmente demuestra la

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

vulnerabilidad del sistema financiero mexicano a estos ilícitos, ya que ni la Comisión


Nacional Bancaria y de Valores, ni la Secretaria de Hacienda se percataron de la
operación de lavado de dinero.

Días después México de que el gobierno estadounidense diera a conocer la


Operación, el gobierno de nuestro país presentó una protesta, argumentando el
rompimiento de la cooperación bilateral en la lucha contra el narcotráfico y porque
no se le informó de dicha operación. En este sentido, el entonces el presidente,
Ernesto Zedillo mencionaba se trataba de una violación a la soberanía, un atropello
a las leyes mexicanas de una acción que iba en contra del Derecho Internacional
vulnerando las bases de la cooperación bilateral. (Ernesto Zedillo cit. pos. El Nuevo
Heraldo "Zedillo rechaza tácticas de Casablanca" 23 de mayo de 1998).

Mientras Zedillo aseguraba que México respondería con todos los medios que da el
Derecho Internacional y la Diplomacia; la canciller Rosario Green informaba que la
Secretaria de Estado, Madeleine Albright, le comunicó su desacuerdo con el
procedimiento de que no se notificara a México a tiempo de la investigación,
interpretando esto como una disculpa.

Por su parte, Estados Unidos argumentó que el gobierno mexicano no fue notificado
de la Operación por temor de poner en peligro a los agentes encubiertos, ya que
con frecuencia las operaciones antinarcóticos mexicanas son infiltradas por las
bandas de narcotraficantes.

Sin embargo, el éxito de esta operación se vio disminuido, si bien se confiscaron


más de 58 millones de dólares a narcotraficantes, los 9 bancos y a una casa de
cambio; además de 2 toneladas de cocaína y 4 de marihuana, otros intentos más
de confiscación fracasaron. De la gran cantidad de detenciones realizadas,
únicamente 40 personas fueron procesadas, destacando cinco ex-directivos
bancarios detenidos en México, el 25 de mayo de 1998, cuya sentencia fue dictada

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

el pasado 4 de abril: tras cumplir 10 años y 4 meses de cárcel serán extraditados a


los Estados Unidos, donde se les celebrará un juicio por delitos financieros. (Cruz
López, Héctor, 2001).

Cabe señalar que, de acuerdo a un agente de la DEA, el operativo resultó turbio, ya


que el principal confidente del gobierno estadounidense: Fred Mendoza, un
colombiano-americano con historial de lavado de dinero y narcotráfico, que fungió
como agente encubierto del servicio de aduanas, haciéndose pasar por agente de
lavado de dinero del cartel de Cali en sus viajes por Estados Unidos, México y
Venezuela. (El Nuevo Heraldo. El gobierno se queda corto en la lucha antidrogas.
13 de agosto de 2000.)

A este hombre se le pagó alrededor de 2 millones de dólares, y entre 200 y 300 mil
dólares por concepto de gastos por sus servicios. Pagos que representaron un
porcentaje de lo que el gobierno confiscó en los casos en los que él cooperó.

Ciertamente, la Operación reportó en realidad beneficios pequeños comparados


con las ganancias que producen las ventas de drogas en Estados Unidos. Aún
algunos diarios de Estados Unidos como el Wall Street Journal y el Miami Herald
cuestionaron al Departamento de Justicia por no investigar a los propios
estadounidenses que facilitan el tráfico de drogas en ese país; no obstante,
mencionaban que el empeño en la lucha antidrogas no debe conocer límites, ni
siquiera sus propias fronteras. (La Jornada” WSJ y Miami Herald exigen indagar a
instituciones estadounidenses. 22 de mayo de 1998).

El tema Casablanca también se tocó en la Trigésimo Séptima Reunión


Interparlamentaria, en el cruce de acusaciones de esta reunión se puede ver cómo
entienden la situación las dos partes: mientras México argumentó la violación a la
soberanía durante los tres años que duró la investigación; los estadounidenses
señalaban que los mexicanos ponían a la soberanía como pretexto para no combatir

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

el narcotráfico. (“En el encuentro México-EU, cruce de acusaciones”, en: La


Jornada, 21 de junio de 1998).

En este aspecto, debemos señalar que Operación Casablanca, fue un acto que,
dentro del discurso de los gobiernos priístas mexicanos, se considera como
violatorio de la soberanía de México; concepto que se ha relacionado con la
independencia, no intervención y autodeterminación del país. Sin embargo, cabría
preguntarse si puede nuestro país considerarse soberano., ¿cómo se define y
defiende la soberanía de un país y su independencia, cuando, por poner sólo un
ejemplo, los recursos y el aprovisionamiento propio de su Ejército, guardián de la
paz y la estabilidad, dependen en gran medida de los recursos que el vecino del
Norte dona?

Finalmente debemos mencionar que a raíz del caso Casablanca se llevaron a cabo
búsquedas de solución de los problemas de narcotráfico y lavado de dinero. De este
modo, tras la reunión de la Asamblea Especial de la Organización de las Naciones
Unidas Contra las Drogas del 8 de junio de 1998, los procuradores de ambos países
firman en Brownsville, Texas, un Convenio de Coordinación y Cooperación en el
Combate al Narcotráfico, Lavado de Dinero y Organizaciones Criminales (“Madrazo:
el acuerdo no garantiza que no haya más acciones Casablanca”, La Jornada, 2 de
julio de 1998).

Dicha Convención señala la voluntad de ambos Estados de trabajar con una


estrecha comunicación para conocer cualquier actividad transfronteriza de las
agencias federales encargadas de la procuración de justicia, para evitar malos
entendidos, además de considerar los medios legales más apropiados para
combatir en sus respectivos países las actividades delictivas, estableciendo
asimismo que de realizarse cualquier operativo o investigación que afecte a México,
se deberá informar al responsable de la PGR.

177
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Igualmente, se acordó conocer mejor los sistemas legales y los procedimientos de


procuración de justicia de cada país para fortalecer el combate contra la
delincuencia, y un programa de capacitación entre las agencias federales de ambos
países para evitar que una investigación se pueda convertir en un delito.

2.1.8.3. EL TEMA DE LA MIGRATORIOS EN LA RELACIÓN BILATERAL.

La migración de mexicanos hacia Estados Unidos se incrementó durante la década


de los noventa resultado de las condiciones económicas de nuestro país,
especialmente dado el abandono del campo y los bajos salarios de los obreros
mexicanos. Sin embargo, Estados Unidos ha considerado a estos trabajadores
mexicanos como peligrosos para su seguridad nacional, especialmente tras el 11
de septiembre de 2001, dada la posibilidad de que algún terrorista se interne a su
territorio vía México, dentro de alguno de estos grupos de trabajadores.

En el presente apartado haremos una referencia breve a la cuestión migratoria.


Dado que Convergencia ya realizó un estudio sobre el tema (La migración de
mexicanos a los Estados Unidos, 1990–2004: impacto social, económico y político,
una aproximación) consideramos necesario únicamente enfocarnos a la cuestión de
seguridad y no entrar en una descripción mayor del tema migratorio.

Aún cuando podría haberse supuesto que la firma del TLCAN implicaría una mayor
flexibilidad respecto a los flujos migratorios entre México y Estados Unidos la
realidad dio las pruebas de lo contrario, de esta manera, mientras el TLCAN entraba
en vigor en el mes de enero de 1994 en agosto del mismo año inició la Operación
Guardián, primer esquema de carácter formal de control físico de fronteras, a partir
de la concepción de que la migración indocumentada es un problema de seguridad.

178
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

De 1994 al año 2000 el comercio entre ambos países se incrementó en 159%, al


pasar de 106 mil millones de dólares en 1994 a 275 mil millones en el año 2000. Sin
embargo, en el mismo periodo se registraron altos números en las muertes de
indocumentados que trataron de cruzar la frontera norte de México hacia Estados
Unidos, las más de 2000 muertes registradas alarmaron a las autoridades
mexicanas sobre todo, ya que para Estados Unidos estas muertes sólo fueron
responsabilidad de los llamados polleros, quienes han lucrados con el paso ilegal
de migrantes a diario. En este sentido, en el año de 1995 el número de intentos por
cruzar la frontera oscilaba entre dos y tres, pero para el año de 1999, la cifra
aumentó de diez a doce. (Luis M. Herrera-Lasso, 2002).

Desde 1993 la Patrulla Fronteriza ha más que duplicado su tamaño y sus recursos
y los “operativos de control” buscan cubrir la mayoría de los puntos de cruce más
concurridos entre el Océano Pacífico y el Golfo de México. Vehículos utilitarios,
sensores electrónicos, visores nocturnos, luces potentes y “cercas infranqueables”
conforman un nuevo panorama en la frontera, con todos los adelantos de la
tecnología al servicio del control migratorio, lo que sugiere con claridad que el
énfasis se ha puesto en el segundo de los términos de la estrategia de facilitation
and control. La meta declarada es dificultar el cruce de la frontera lo suficiente como
para disuadir a los migrantes de intentarlo siquiera.

El número de detenciones en las áreas y sectores donde se concentran los recursos


permite interpretar que se ha obtenido éxito al perturbar las rutas tradicionales de
los migrantes mexicanos no autorizados. Sin embargo, no parecería que la mayor
dificultad para el ingreso haya logrado desalentar el flujo a Estados Unidos (General
Accounting Office, 1997; Suro, 1998).

En 1996, entra en vigor en ese país la Ley de Reforma de la Inmigración Ilegal y de


Responsabilidad del Inmigrante (IIRIRA), pieza principal de la estrategia legislativa

179
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

dirigida a crear condiciones más difíciles para la inmigración, en general, y para la


inmigración de indocumentados en particular. (Convergencia, 2002).

2.2. LA HISTORIA DEL NARCOTRÁFICO Y LA RELACIÓN BILATERAL

Hasta el momento hemos podido desmontar algunos los principales componentes


sobre los que se fundamenta la teoría y la práctica del fenómeno del tráfico de
drogas ilegales en México. Queda sin embargo la necesidad de recomponerlos de
nuevo: una reconstrucción en el sentido de Haber más. Entrelazarlos para llamar la
atención sobre la forma como se conecta el proceso político mexicano y su
interacción con el sistema político estadounidense; con base en esos dos
elementos, entender las condiciones de posibilidad para que el tráfico y los
traficantes de drogas ilegales operaran en el territorio mexicano. Es también
importante aclarar las principales características internas y externas de este proceso
a partir de que el tema de las drogas ilegales fuera considerado como un asunto de
seguridad nacional. En la parte final, sin duda, será fundamental juzgar la forma
como encajó la participación colombiana en esta ecuación, dejando ver en el fondo
el surgimiento de lo que aquí hemos denominado “el eje Washington – Bogotá –
México”.

En este apartado daremos cuenta de este sinuoso y complejo proceso. Por su


amplitud, es necesario subdividirlo en periodos concretos, con constelaciones de
poder y funcionalidad específicas que variaron con el correr del tiempo. Aunque
aceptamos que cualquier periodización es un tanto anárquica en cuanto la dificultad
determinar con exactitud a partir de qué momento, tomando en cuenta que
condiciones, o considerando la participación de qué actores se marca el fin de una
era y el inicio de otra, no hay opciones para aproximarnos al tema de otra manera:

180
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

es necesario reconstruir al fenómeno bajo la premisa básica de una dinámica que


evoluciona, que muta a partir de la introducción de diversas variables.

El presente apartado hablaremos de un primer periodo que va desde 1914 hasta


1947, se observa como el surgimiento de los primeros intentos de regulación en
Estados Unidos tiene repercusiones inmediatas en México que, a su vez, decidió
enfrentar al problema como un problema de salud pública hasta 1947. Este periodo
coincide con el paso del caudillismo revolucionario a la formación de los
mecanismos de intermediación partidista del México autoritario (PNR, PRM, PRI).
1947 marcó un punto de inflexión por dos factores. Si por un lado se trasladó el
manejo del tema de las drogas ilegales del Departamento de Salubridad a la PGR,
por el otro nació la Dirección Federal de Seguridad.

Esto nos introduce de lleno a un segundo periodo que inicia en 1947 y culmina en
1985 y es donde se observa en su mayor esplendor la profunda imbricación entre
políticos, policías y traficantes mexicanos. Este periodo también es coincidente con
el aumento del consumo en los Estados Unidos, la Operación Intercepción (1969) y
el cambio en las primeras rutas de comercialización de cocaína en su momento
encabezadas por chilenos y cubanos, dando paso al ascenso y la consolidación de
los traficantes colombianos. Se observan además importantes variaciones en el
campo político en México que pasa un presidencialismo civil autoritario en auge
(1946 – 1968) hasta la apertura gradual de los espacios de participación
democrática, proceso que inicia en 1977.

Un tercer periodo se origina entre los años de 1985 y 1986 y se extiende hasta el
año 2000. Aunque es evidente la existencia de antecedentes que ayudan a entender
la modificación de las condiciones de entendimiento entre los traficantes y el poder
político, durante esos años se aceleraron vertiginosamente los reacomodos en
diferentes frentes.

181
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

La documentación disponible hace suponer que se estiró a un grado intolerable la


corrupción institucionalizada en la DFS, al comprobarse que diversos grados de
involucramiento de algunos de sus agentes en el caso Camarena.
Consecuentemente algunos sectores dentro del entramado institucional
estadounidense pugnaron por medidas más enérgicas en México. Desapareció la
DFS y con ello se perdió uno de los instrumentos privilegiados por el régimen para
la intermediación con los traficantes. A la par, en Colombia, la guerra de Pablo
Escobar contra el Estado alcanzó niveles alarmantes. Ya entrado en 1986 en los
Estados Unidos se declaró al tráfico de drogas ilegales como un problema de
seguridad nacional, teniendo réplicas inmediatas tanto en México como en
Colombia. En México, este proceso se entrelazó con una incontenible apertura
política que desembocó en la llegada de partidos de alternancia no solo a las
gubernaturas estatales sino a la misma presidencia de la república en el año 2000.

Que se haya producido la llegada de un partido político diferente al PRI, a la


presidencia de la republica fue sin duda el resultado de un largo camino para la
construcción de la democracia en México. En el año 2000 inicia entonces un cuarto
periodo en el que se inauguran oficialmente los primeros años del post autoritarismo
presidencial. Sin embargo, en el campo del tráfico de drogas la problemática se hizo
más compleja. A la fragmentación del poder político, se siguió un mayor grado de
involucramiento estadounidense, preocupado por el deterioro del orden interno de
México. Los traficantes mantuvieron e incluso incrementaron su poder
estableciendo alianzas estratégicas para sobrevivir y expandirse. Ante la falta de
confianza en las autoridades civiles, los militares asumieron el liderazgo en la lucha
contra las drogas ilegales. Mientras en Colombia el gobierno de Uribe logró la
recuperación parcial del Estado, en México, se produjo el efecto inverso pues la
presencia del Estado se comenzó a ver amenazada por el enorme poder de los
traficantes. En el decenio que va del 2000 al 2010 México y Colombia vivieron
procesos encontrados.

182
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Queda entonces reconstruir el recorrido.

183
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

CAPITULO 3 LA EXPERIENCIA EN EL ULTIMO CUARTO DE SIGLO

3.1 LA RELACIÓN MÉXICO ESTADOS UNIDOS EN MATERIA ECONOMICA.

Desde la última década del siglo pasado las relaciones bilaterales de México y
Estados Unidos han tenido en el TLCAN su expresión más importante y relevante,
principalmente porque este acuerdo contemplo como uno de sus objetivos la
integración, no solo económica, del bloque de países de América del Norte.

Es así que, si queremos tener una verdadera visión de la política exterior de México
frente a su vecino del norte, debemos revisarlo que ha significado para esta relación
la existencia de este instrumento de integración comercial.

3.1.1. LA DISPARIDAD ENTRE ECONOMÍAS.

Desde sus orígenes el TLCAN llamó la atención de los académicos e investigadores


en la medida en que un proceso de integración entre socios tan dispares no tenía
precedente.

La negociación del TLCAN no estuvo libre de debate. De hecho, en Estados Unidos


sus opositores pronosticaban masivos flujos de capital hacia México para
aprovecharse de los salarios más bajos y de los menores estándares ambientales
en perjuicio para sus propios trabajadores. Por el contrario, para los defensores del
acuerdo en los tres países, tal perspectiva era positiva por los beneficios implícitos
para las empresas. Por ello, se comprometieron a liberalizar las condiciones para la
inversión en el marco de garantías a los inversionistas por los compromisos de trato
nacional y no discriminatorio, y en la convicción de que el tratado aumentaría la
competitividad internacional de las empresas de los países signatarios. Se acordó

184
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

un trato justo y equitativo con plena seguridad y protección acorde a derecho


internacional.

En este contexto, el TLCAN para México fue postulado como un mecanismo para
establecer un proyecto económico de apertura de la economía que se venía
impulsando desde inicio de los años ochenta como respuesta a la crisis por la deuda
externa. El acuerdo evitaría revertir el nuevo modelo de apertura y de crecimiento
basado en la exportación. Generaría más confianza en el país, con lo cual se
atraería un mayor flujo de inversión extranjera y se crearían incentivos para el
regreso de capitales nacionales.

Naturalmente, se defendió la postura de que el TLCAN tendría un efecto positivo


sobre el empleo y los salarios; se aseguró que tenía el enorme potencial de
convertirse en un mecanismo para favorecer la creación de comercio e inversión en
la región y compensar el desequilibrio en cuenta comente que aqueja tanto a México
como a Canadá y a Estados Unidos. (Gustavo Vega Cánovas, 1991).

3.1.2. ALGUNOS RESULTADOS DEL LIBRE COMERCIO.

Las consecuencias de estos cambios y de la mayor Inversión Extranjera Directa


(lED) se extenderían a la economía en general por un incremento del crecimiento
económico y generarían una mejoría sustancial en las condiciones de vida de los
trabajadores nacionales. La base de esta premisa es que la mayor cantidad de IED
incrementa la productividad y la calidad de los bienes producidos. El impacto en la
productividad, con sus efectos sobre el empleo, debe constituir un parámetro central
de evaluación de los efectos sobre el bienestar que propicie este tratado.

Con su objetivo de integración de una zona de libre comercio, el TLCAN se


constituye así en un medio para apoyar el proceso de modernización económica de

185
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

cada país miembro, especialmente México. Es un instrumento de la estrategia para


satisfacer las exigencias internas del desarrollo y responder a la nueva realidad
internacional impuesta por la globalización. En el cumplimiento de estos objetivos y
del debate sobre los efectos de la integración regional no se puede dejar de
considerar que este proceso tiene la característica propia de ser un acuerdo de
integración entre economías altamente asimétricas El TLCAN es esencialmente un
acuerdo Norte-Sur.

Asimismo, el comercio exterior mexicano ha presentado un incremento paulatino en


los últimos treinta años. No obstante, al inicio de la década de los noventa registraba
estancamiento y déficit. Sin embargo, la actividad comercial mexicana tuvo un
impulso definitivo con el inicio del TLCAN con Estados Unidos y Canadá,
permitiéndole desde 1994 una participación exitosa en la competencia internacional.
El marco normativo del TLCAN ha impactado considerablemente en el crecimiento
tanto de las importaciones como de las exportaciones de México hacia EU. Las
primeras son ahora 312% más grandes que en 1993, mientras que las
exportaciones avanzaron 845% más. El comercio exterior de México en 2016 se
realizaba en 89 por ciento con los países del TLCAN. Asimismo, las exportaciones
se concentraron 85% en EU.

Asimismo, como resultado de la firma del TLCAN y la apertura comercial de México,


se constató un incremento del 157 por ciento del comercio entre México y Estados
Unidos en el periodo 1994-2000. En este lapso, México recibió un flujo de inversión
extranjera directa de 84,913 millones de dólares, y para 2016 alcanzó la cifra de
317,021.9 millones de dólares, lo que significa un promedio anual de 14,410
millones de dólares.

A partir de estos datos sobre el incremento del comercio y de la inversión en la zona


del TLCAN la conclusión podría ser que el tratado ha cumplido su cometido de hacer
de México un país de libre comercio e inversión. De hecho, durante los años de

186
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

vigencia del TLCAN el 50 por ciento de los flujos de IED ha provenido de los países
signatarios del Tratado.

El TLCAN, como principal vía de fomento del comercio mexicano con EU, al captar
inversión extranjera directa del propio Estados Unidos, de países de la Unión
Europea y del sudeste asiático, con el propósito de exportar a EU desde territorio
mexicano, ha propiciado un saldo favorable de la balanza comercial de México con
su vecino país del norte. De esta manera, el beneficio más importante derivado de
la integración comercial es la contribución el crecimiento económico del país.

En la actualidad, a más de veinte años de la entrada en vigor del TLCAN, el peso


de las exportaciones mexicanas se basa en la industria manufacturera, donde la
industria maquiladora de exportación juega un papel determinante en el dinamismo
de las mismas. Asimismo, entre los sectores afectados por la mayor competencia
internacional, con pérdida de participación dentro del mercado norteamericano o
nulo crecimiento, están: la industria de plásticos (juguetes), prendas de vestir,
textiles, muebles, calzado, entre otros; esto por la fuerte competencia de otros
países con bajos costos de mano de obra como China, que a su vez, ha ganado
participación en detrimento generalmente de otros países asiáticos exportadores.

3.1.3. LA BALANZA COMERCIAL ENTRE MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS.

Las exportaciones mexicanas hacia EU son ahora 5.8 veces más grandes que al
inicio del periodo y 7.0 veces mayores que en 1993 -un año antes de la entrada en
vigor del TLCAN-, lo que permite ver el gran impulso que tiene la desgravación
arancelaria sobre el comercio internacional entre ambas naciones. Al mismo tiempo,
las exportaciones hacia nuestro país crecieron a un ritmo menor, de 1994 al 2016
aumento 3.2 veces más, mientras que si consideramos los niveles de 1993 el
aumento es de 3.9 veces más, lo que representa un saldo deficitario para ese país

187
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

en su balance con el nuestro; así, para 2016, el déficit alcanzó los 123 mmd (El
déficit comercial que guardó EU con México fue el cuarto más grande, sólo detrás
de los déficits con China, Japón y Canadá). El saldo de la balanza comercial ha
favorecido históricamente a México, ya que dentro de los años estudiados sólo en
cuatro el superávit corresponde a EU –de 1991 a 1994-, lo que puede explicar la
importancia de México de firmar un tratado de libre comercio con ese país.

El año 2014 fue el mejor año en la exportación de productos mexicanos hacia EU,
alcanzando los 318.9 mmd, el mayor crecimiento desde 1995 con una tasa de 6%
anual, con relación del año anterior, teniendo un promedio de crecimiento durante
los 22 años de casi el 9 % anual.

Además, como ya se dijo, las importaciones provenientes de México en todo el


periodo registraron un gran crecimiento, lo que se refleja en el hecho que los
productos mexicanos han encontrado en EU un mercado para su colocación,
aunque gran parte de esas exportaciones se debe a la manufactura-maquiladora
que se instala en territorio nacional precisamente con ese fin (Banco de México).

Por su parte las importaciones de productos de EU hacia que ingresan a nuestro


país, se han visto aumentadas como ya se señaló, sin embargo, no en la misma
proporción, en estos últimos 22 años del TLCAN las importaciones mexicanas
provenientes del vecino del norte han pasado de 54,834,155 miles de dólares en
1994, a significar en 2016 la cantidad de 179,507,190 miles de dólares, teniendo un
crecimiento en este periodo de más de 3 veces.

En este orden de ideas, el año en que las importaciones mexicanas provenientes


del norte américa fue más alta, fue nuevamente el año 2014, ya que este
intercambio comercial significo alrededor de 195.2 mmd, reportando un crecimiento
con respecto del año anterior de solo el 4.2 %, si se considera que durante el periodo

188
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

en que se ha conservado vigente el tratado el crecimiento promedio anual a


significado 7.2 % anual.

350,000,000.0
Miles de Dolares
318,365,502.0

300,000,000.0 302,575,327.0

250,000,000.0

195,278,358.0
200,000,000.0

185,101,145.0 Exportaciones
179,507,190.0
Inportaciones
150,000,000.0

112,433,820.0
100,000,000.0

54,834,155.0

50,000,000.0
51,618,594.0

0.0
19941995199619971998199920002001200220032004200520062007200820092010201120122013201420152016

Fuente: Estadísticas del Banco de México.

Por su parte el desenvolvimiento de la balanza comercial también reporta grandes


cambios durante estos 22 años de vigencia, es así que en 1994, al iniciar la entrada
en vigor del tratado, la balanza fue favorable a Estados Unidos por 3.2 mmd,
mientras que para el año 2016, esta situación se revirtió colocándose la balanza a
favor de México por la cantidad de 123 mmd.

189
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Balanza Comercial
Miles de Dorales
140,000,000.0

123,068,137.0
120,000,000.0

100,000,000.0

80,000,000.0
72,667,325.0

60,000,000.0 Balanza comercial

40,000,000.0

20,000,000.0

0.0
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
-3,215,561.0

-20,000,000.0

Fuente: Estadísticas del Banco de México.

3.1.4. EL ESTADO COMO GARANTE DE LA SEGURIDAD DEL MERCADO.

Dentro de las facultades que tienen el Estado, es el de proporcionar seguridad a los


consumidores y a las empresas para que los primeros puedan gozar de libertad
para escoger y las segundas tener libertad de competencia.

La dinámica que tiene actualmente el comercio internacional está acompañada de


una serie de medidas que mucho tienen que ver con la seguridad (económica,
comercial, ambiental, militar y civil) de los países. (Spero, Joan, 1997).

En este sentido, una de las acciones más importantes del Estado es brindar
protección y seguridad al mercado para que éste pueda crecer y desarrollarse. En

190
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

este contexto, ante mayor mecanismos de seguridad (jurídica, de inversión, de


propiedad intelectual, de derechos de propiedad, de seguridad física), los costos de
oportunidad de las empresas se fortalecen y por lo tanto pueden consolidarse las
ventajas competitivas de las empresas en esos mercados.

Como ejemplo de esto se puede considerar los trágicos acontecimientos del 11 de


septiembre (Rensselaer Lee y Raphael Perl, 2002) provocaron en el cuarto trimestre
de 2001 una nueva erosión de la ya débil economía estadounidense que afectó la
confianza de los consumidores y del sector empresarial, reflejándose en una
reducción temporal de los precios del mercado de valores, una perturbación a corto
plazo de las importaciones de mercancías de los Estados Unidos y un brusco
declive del sector del transporte aéreo. La principal –repercusión comercial de los
acontecimientos del 11 de septiembre en el año 2001 fue su incidencia negativa en
el sector del transporte aéreo y en el turismo que depende del transporte aéreo.

191
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Resultado de esta caída, en 2001 el volumen de las exportaciones mundiales de


mercancías se redujo un 1 por ciento tras haber aumentado un 11 por ciento en
2000. El incremento del PIB mundial fue ligeramente superior al 1 por ciento en 2001
y había sido de cerca del 4 por ciento el año anterior.

Las estimaciones por trimestres ponen de manifiesto que se produjo un declive


ininterrumpido del comercio (sobre una base ajustada para tener en cuenta las
variaciones estacionales) desde el tercer trimestre de 2000 hasta el último trimestre
de 2001, en que se alcanzaron de nuevo los niveles comerciales del cuarto trimestre
de 1999.

El efecto de la desaceleración y del fenómeno del 11-S, se calcula que el comercio


mundial de servicios comerciales disminuyó en un 1 por ciento, hasta llegar a 1.4
billones de dólares EE.UU. en 2001. Esta primera disminución de las exportaciones
de servicios comerciales en el mundo desde 1983 afectó a todas las categorías de
servicios y a todas las principales regiones. Según los datos disponibles, se estima
que las entradas de servicios de viajes y de transporte disminuyeron en el 3 y el 2
por ciento, respectivamente. Las exportaciones de las principales categorías de
servicios (incluidas las comunicaciones, los seguros, los servicios financieros y las
regalías y pagos de licencias) estuvieron estancadas en 2001.

Las importaciones de servicios comerciales de los Estados Unidos disminuyeron en


un 7 por ciento en 2001, tras un aumento del 16 por ciento el año precedente. Se
observó una marcada reducción en todas las categorías de importaciones de
servicios en los Estados Unidos, que se acentuó a raíz del impacto de los
acontecimientos del 11 de septiembre. La contracción de las importaciones de los
Estados Unidos tuvo repercusiones importantes en las exportaciones de servicios
de sus asociados en el TLCAN, el Canadá y México que registraron una caída de
sus exportaciones de servicios comerciales del 5 y el 7 por ciento, respectivamente.

192
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Los gastos en viajes de los Estados Unidos se redujeron notablemente después del
11 de septiembre y fueron inferiores en un 9 por ciento a los del año anterior. El
temor general asociado con el transporte aéreo afectó gravemente a muchas
economías que dependen en gran medida para obtener sus divisas de los turistas
que llegan por aire.

En 2001 se registró una desaceleración inesperadamente pronunciada del


crecimiento de la producción mundial y una contracción del comercio. El PIB
mundial, que en el año anterior había registrado su tasa de crecimiento anual más
elevada en más de un decenio, sólo aumentó en alrededor del 1,5%. El comercio
mundial disminuyó en un 1,5% tras aumentar en un 11% en el año anterior. Por
primera vez desde 1982 se registró un crecimiento negativo del comercio mundial.
La desaceleración del crecimiento de la producción mundial puede imputarse a la

193
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

contracción de los mercados de los grandes países industriales y las economías de


Asia Oriental con una participación elevada de industrias de tecnologías de la
información en su producción total.

Si se sitúa la reciente desaceleración en una perspectiva histórica, se observa que


las tres contracciones anteriores de la actividad económica mundial registradas
desde 1970 fueron más pronunciadas que la de 2001, y en los tres casos el
crecimiento demográfico mundial fue mayor que el crecimiento de la producción, lo
que no se ha observado, en cambio, en 2001. Los gobiernos y los bancos centrales
de las economías principales consiguieron atenuar las repercusiones de la
desaceleración de las inversiones y del consumo y amortiguar el impacto que la
conmoción del 11 de septiembre tuvo en la confianza de las empresas y los
consumidores. La debilidad de la actividad económica mundial no fue causada por
la introducción de políticas monetarias más restrictivas (como en 1981) ni por el
recurso de los países industriales a políticas fiscales rigurosas. Entre 2000 y 2001,
los presupuestos generales de los países.

Las repercusiones económicas inmediatas en la economía mundial de los trágicos


acontecimientos del 11 de septiembre en los Estados Unidos se manifestaron en la
conmoción de los mercados bursátiles mundiales y afectaron gravemente a la
confianza empresarial y de los consumidores. Las perturbaciones del transporte de
pasajeros y de mercancías, especialmente en todas las fronteras estadounidenses,
afectaron a la actividad comercial dentro de los Estados Unidos y entre éstos y otros
países. Los costos directos de los daños económicos para el sector de los seguros
se han estimado entre 30.000 y 58.000 millones de dólares EE.UU.

Las repercusiones a mediano y largo plazo de los ataques terroristas sobre las
corrientes comerciales internacionales son de difícil cuantificación, pero en
cualquier caso difieren considerablemente según los sectores y las regiones. Entre
los sectores más afectados se cuentan los de los seguros, el transporte aéreo y la

194
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

aeronáutica, y el turismo. Se prevé que las corrientes comerciales con los países y
regiones a los que se considera más directamente relacionados con los
acontecimientos del 11 de septiembre se verán más afectados que los intercambios
con regiones más distantes. Las consecuencias a largo plazo de las inversiones
adicionales en medidas de seguridad en los aeropuertos y puertos y el aumento de
las primas de los seguros redundarán inevitablemente en un incremento de los
costos de transacción del comercio internacional. En las semanas posteriores a los
ataques terroristas, algunos observadores estimaron “que el endurecimiento de las
inspecciones en frontera podría incrementar de 1 a 3 puntos porcentuales” los
costos de las transacciones comerciales en América del Norte, por efecto de las
demoras, el aumento del papeleo y la aplicación estricta de las normas.

La evolución real de las primas de seguros y los costos del transporte desde
septiembre de 2001 indica que esas estimaciones iniciales eran demasiado
pesimistas, incluso en lo que se refiere al comercio norteamericano. En el conjunto
del comercio mundial, las repercusiones fueron todavía menores que para las
corrientes comerciales en las que intervienen los Estados Unidos. Sin embargo, no
cabe duda de que un aumento de los costos de transacción puede afectar
gravemente a algunos productos y sectores y a determinados países de origen. Los
productos con elevados costos de transporte (por ejemplo, fruta fresca o flores
cortadas transportadas por avión), los viajes turísticos que entrañan transporte
aéreo a larga distancia, especialmente en regiones relacionadas con el conflicto, y
los productos originarios de regiones en las que se considera que existe un
problema de seguridad serán probablemente los más afectados por un incremento
de los costos y una reducción del crecimiento de la demanda. Si, en contra de las
actuales expectativas, aumentan en medida considerable los costos de transacción
internacionales, registrará también una tendencia estructural general a la
disminución de la elasticidad-ingreso del comercio internacional, lo que entrañará
una desaceleración del proceso de globalización.

195
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

3.1.5. LAS MEDIDAS PROTECCIONISTAS DE EEUU DESPUÉS DEL 11-S.

Uno de los frentes de defensa contra el terrorismo lo constituye el comercio exterior,


pues es sabido que los contenedores en que arriban las mercancías importadas son
vehículos que buscan los terroristas para internar armas, explosivos y hasta agentes
a un país determinado.

En este contexto, a raíz de los atentados terroristas del pasado 11 de septiembre


de 2001, el gobierno de Estados Unidos tuvo que tomar medidas de seguridad
extremas. Se crea el Departamento de Seguridad Interna (U.S. Department of

196
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Homeland Security, DHS por sus siglas en inglés), conformada por 170,000
funcionarios y con recursos de 37’000,000,000 de dólares, esta dependencia que
tiene como objetivo proteger y salvaguardar la integridad de los ciudadanos que
habitan ese país, y se le han encomendado tres misiones:

 Prevenir Ataques Terroristas


 Reducir la vulnerabilidad de los Estados Unidos
 Minimizar el daño que puedan causar ataques terroristas o desastres
naturales.

Con esa encomienda el DHS, considero necesario establecer medidas inmediatas


que le permitieran tener un control más estricto en sus fronteras, aeropuertos y
puertos, por lo que se han creado una serie de programas, o en su caso innovando
las que ya existían, para prevenir riesgos en su propio territorio (Toby B. Gooley,
2005). Entre estos programas destacan:

1. Ley sobre Seguridad en Salud Pública, Preparación y Respuesta


Contra el Bioterrorismo (Ley Contra el Bioterrorismo)
2. C-TPAT (Customs-Trade Partnership Against Terrorism);
3. FAST (Fast and Secure Trade);
4. U. S. Visit (U. S. Visitor and Inmigrant Status Indicador
Technology);
5. IDENT (Automated Biometric Identification System);
6. CSI (Container Security Iniciative Locations);
7. ISPS (International Ship and Port Security Code) ello aunado a las
medidas ya existentes como el,
8. BASC (Business AntiSmuggling Coalition);
9. (CIP) Programa Iniciativa de Transporte;
10. (LRI) la Iniciativa de Importadores de Bajo Riesgo; y
11. OCS (Operation Safe Commerce).

197
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Ley sobre Seguridad en Salud Pública, Preparación y Respuesta Contra el


Bioterrorismo.

La primera medida que adopta Estados Unidos para proteger su mercado es la Ley
sobre Seguridad en Salud Pública, Preparación y Respuesta Contra el
Bioterrorismo, cuyo objetivo es que todas los fabricante de alimentos, procesadores,
envasadores, almacenadores, distribuidores, exportadores y transportadores que
vendan productos alimenticios destinados a los EE.UU. para el consumo humano o
de animales, obligadamente tiene que estar registrada ante la Food and Drug
Administration. Si el Agro Empresario no cumple con las disposiciones de esta Ley,
no podrá vender sus productos en el mercado más grande del mundo.

La Ley tiene tres etapas, la de registro inició el 12 de diciembre de 2003, la de


transición se programó para el 13 de mayo de 2004 y la de rigidez que tendrá
vigencia a partir del 12 de agosto de 2004 en adelante.

Esta Ley autoriza a la FDA a retener un artículo alimentario si existen pruebas o


información fidedigna que indiquen que dicho artículo representa una amenaza de
consecuencias negativas graves para la salud o de muerte para personas o
animales.

Por el impacto que tiene esta ley para las empresas mexicanas agroalimentarias,
se recomienda tomar en cuenta las figuras que intervienen en esta normatividad.

Los alimentos que estarán bajo la jurisdicción de la FDA, entre otros son: alimentos
y aditivos alimenticios; bebidas, incluso alcohólicas y agua; frutas y verduras;
pescado y Mariscos; lácteos; huevos de cáscara; golosinas y confitería; productos
crudos para uso como alimentos o componentes de alimentos; comida enlatada;

198
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

materiales que entran en contacto con el alimento; productos de panadería y


repostería; fórmulas infantiles, etc.

C-TPAT (Customs-Trade Partnership Against Terrorism).

Este programa se trata de un mecanismo integrado por los Departamentos de


Aduanas, Migración y Agricultura de Estados Unidos, integrando un solo para
reportar y tener un mejor control en un solo Departamento.

El C-TPAT tuvo sus inicios en noviembre de 2002, en la frontera con Canadá, y para
su creación sirvieron de base otros programas ya existentes como lo son: el
Programa Iniciativa de Transporte (CIP), Coalición Empresarial Anticontrabando
(BASC), Iniciativa Americana Anticontrabando (ACSI) y la Iniciativa de Importadores
de Bajo Riesgo (LRI).

El C-TPAT es un “programa voluntario”, no tiene costo alguno por parte del gobierno
estadounidense, sin embargo, como cualquier otro esquema, las empresas que
deseen adherirse al C-TPAT deberán cubrir gastos internos para adecuarse a los
lineamientos de seguridad que establece este esquema.

De igual forma, tiene como finalidad implementar el modelo de seguridad en cada


segmento de la cadena de abastecimiento, es decir que exista comunicación y
control entre el producto, el transportista, el importador y el distribuidor, para que la
autoridad aduanera estadounidense cuente con información de los envíos que
llegan a ese país, además de contar con toda la información de todos y cada uno
de los actores involucrados.

199
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Actualmente el programa C-TPAT, está integrado por 11,400 socios, entre los
cuales se encuentran: importadores, transportistas, agentes aduanales, empresas
de logística, autoridades portuarias y productores en el exterior.

En este sentido C-TPAT, lo que pretende es concentrar la información de las


empresas registradas y tener una especie de padrón que le garantice que la cadena
logística utilizada para el producto es confiable.

Las empresas que deseen inscribirse en C-TPAT, deberán llenar un contrato


voluntario, el cual es un acuerdo entre el productor-aduana, importador-aduana,
transportista-aduana, el cual consta de un cuestionario que recaba información
sobre el perfil de la empresa, la seguridad física de las instalaciones (cámaras,
enrejados, cercas, guardias, información sobre los empleados, manuales de
seguridad, etc.), información también sobre sus transportistas, chóferes, vehículos.

Quien realice la solicitud de inscripción, tendrá respuesta en un término de 60 días.


No obstante, la autoridad de ese país, se reserva el derecho de revisar y constatar
a través de una visita que la información es verídica.

Alguno de los beneficios que el programa ofrece como beneficios a sus socios
son:

• Contar con una cadena de abastecimiento más eficiente y


segura
• Reducción de Inspecciones por parte del personal de la
Aduana americana
• Contar con un administrador de cuentas asignado (funcionario
aduanero que sirve de punto de contacto entre la aduana y la
empresa)
• Procesos basados en cuentas (pagos mensuales)

200
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

• Autoevaluación de políticas (a través del proceso que llevará


el contar con el C-TPAT, la empresa podrá contar con
información que le permita autoevaluarse)
• Incorporarse al programa FAST (Free and Secure Trade)

FAST (Free and Secure Trade Program).

El programa FAST, es uno de los mejores beneficios con el que cuentan las
empresas que se inscriben en el C-TPAT.

El objetivo del FAST es armonizar y facilitar el despacho aduanal de bienes, a través


de un carril específico para las empresas registradas en el C-TPAT, con un tiempo
promedio de 20 minutos para el cruce fronterizo de las mercancías. Es decir, antes
de que el transportista arribe a la aduana, ésta ya contará con toda la información
de la operación.

Actualmente el carril FAST está operando en El Paso y Laredo, Texas, y


próximamente se abrirá en otras aduanas como Hidalgo y Brownsville, Texas; Mesa
de Otay y Calexico, California; y Nogales, Arizona.

U. S. Visit (U. S. Visitor and Inmigrant Status Indicador Technology).

La seguridad (o vulnerabilidad) de los Estados Unidos y de sus ciudadanos, es una


preocupación real que ha motivado una serie de medidas y acciones que en primera
instancia parecen afectar a quienes tienen la necesidad, gusto o intención de
ingresar a dicho país.

201
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Para ello, a partir del primero de enero de 2005, el Departamento de Seguridad


Nacional de Estados Unidos implementó en 50 puntos de cruces fronterizos
terrestres el programa U. S. Visit (U. S. Visitor and Inmigrant Status Indicador
Technology) que contempla una serie de acciones para garantizar que, quienes
ingresan a los EEUU, e incluso quienes salgan del país, por sus fronteras con
México y Canadá, no son personas peligrosas (léase terroristas) y están
perfectamente identificadas y registradas ante los departamentos correspondientes.

Oficialmente, los objetivos de este programa, de acuerdo al Departamento de


Seguridad Interna (US Department of Homeland Security) son los siguientes:

I. fortalecer la seguridad de los ciudadanos norteamericanos y


los visitantes a este país;
II. facilitar los viajes y el comercio internacional;
III. asegurar la integridad del sistema de inmigración y,
IV. salvaguardar la privacidad de los visitantes a los EEUU.

Es importante destacar que la primera fase del programa fue puesta en marcha a
principios del 2004 en 115 aeropuertos y 12 puertos marítimos, derivándose de la
Reforma a la Inmigración de 1996, en su sección 110. De los 50 puertos terrestres
que empezarán con el programa el primer día del 2005, a través de los cuales
ingresa el 94% del total de visitantes extranjeros a los EEUU, 33 corresponden a la
frontera entre México y nuestros vecinos del norte.

Entre esos 33 puertos de entrada se encuentran, en segundo lugar, el Puente


Juárez-Lincoln (Puente II), en séptimo lugar el Puente de las Américas (Puente I),
en el lugar 45 el puente solidaridad, en Colombia, N.L., y en lugar 50 el Puente del
Comercio Mundial (Puente III).

La estadística de cruces fronterizos anuales es de más de 104 millones al año


teniéndose registrados a 6.8 millones de ciudadanos mexicanos con la visa para el

202
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

cruce fronterizo. Los ciudadanos canadienses no requieren visa para ingresar a los
EEUU (salvo aquellos que se circunscriben a dos casos especiales, las visas E y
K), pudiéndose quedar en este país hasta por 6 meses.

Durante el año 2002, por ejemplo, se registraron 358 millones de inspecciones en


los cruces terrestres, un 80% del total, mientras que 78 millones se efectuaron en
los aeropuertos y 12 millones en los puertos terrestres.

En Laredo, Texas, durante el año 2003, se registraron 8.5 millones de cruces de


peatones, 14.1 millones de cruces de vehículos de pasajeros, 2.7 millones de
vehículos de carga (importación a los EEUU) y 394 mil 2002 vagones de ferrocarril.

En su primer año de operación, el programa U. S. Visit fichó o registró a más de 14


millones de extranjeros que ingresaron a Estados Unidos por sus 14 puertos
marítimos, 115 aeropuertos o por sus 50 garitas terrestres más importantes.

A partir de enero de 2005 el programa se aplica en los 165 puertos de entrada por
carretera que tiene la Unión Americana en sus fronteras norte y sur. Cidras del DHS
indican que 440 millones de visitantes extranjeros de México y Canadá ingresan a
Estados Unidos cada año por la vía terrestre, de los cuales alrededor de 300
millones lo hacen desde las fronteras mexicanas.

Con el nuevo programa se expiden los nuevos permisos I-94, para las personas que
ingresan por tierra y requieren ir más allá de 40 kilómetros dentro de territorio
estadounidense o permanecer más de 30 días.

IDENT (Automated Biometric Identification System).

Para la operación del U. S. Visit, el gobierno de los EEUU utiliza nuevas tecnologías,
como son las biométricas, que contemplan el registro e identificación de huellas

203
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

dactilares (sin tinta) y las fotografías digitales para acelerar este proceso, además
de los datos personales del solicitante, el cual contempla, según se afirma, tiempos
de respuesta de 10 a 15 segundos en aquellos puntos donde ya se está efectuando.

La información recabada a través de estos registros será contrastada con la ya


preexistente sobre la persona que aplicó para una visa para ingresar a los EEUU,
actualizándose de acuerdo a como se requiera. Los datos quedan registrados en
una base de datos que se enlaza con las agencias policiacas para detectar si el
visitante tiene antecedentes delictivos en Estados Unidos.

La información biométrica permitirá al oficial de aduanas determinar si la persona


que solicita el ingreso a Estados Unidos es la misma a quien el Departamento de
Estado expidió la visa.

Para el caso de los ciudadanos mexicanos con visa láser, la BBC (tarjeta de cruce
fronterizo) o la visa B1/B2, éstos ya realizaron oportunamente todos los trámites
ante las autoridades norteamericanas para obtener este documento, entre ellas el
registro fotográfico y el de las huellas dactilares.

Las facilidades que recibirán quienes poseen estas visas, les permitirán ingresar a
los EEUU durante un plazo de 72 horas, dentro de la zona fronteriza (25 millas en
Texas, California y Nuevo México y 75 millas en Arizona). En caso de desear
internarse más allá de esa zona, habrá de someterse a la revisión secundaria que
marca la ley.

BASC (Business AntiSmuggling Coalition).

La Coalición Empresarial Anticontrabando o BASC es un mecanismo de


cooperación internacional entre la iniciativa privada y organismos gubernamentales,

204
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

aduanas, transportistas, maquiladoras y puertos para velar por la seguridad del


intercambio comercial a lo largo de todo su ciclo.

El sistema BASC nació en 1996 de la necesidad de algunos líderes empresariales


colombianos de resguardar contra el tráfico de drogas sus embarques de
mercancías. Para ello aplicaron un sistema que venía tomando forma en las
operaciones de Mattel en Tijuana, empresa que había diseñado un estricto “código
de conducta empresarial” para impedir que sus embarques fueran utilizados como
Caballo de Troya por narcotraficantes. El ejemplo de Mattel impuso el modelo y en
junio de 1996 la Border Trade Allliance dio su reconocimiento a la iniciativa BASC.

Ante las restricciones del gobierno estadounidense para el ingreso de mercancías


y productos a su país, BASC México ha iniciado negociaciones con el sistema
aduanal de EU, a fin de que las empresas que cuenten con la Norma BASC sean
mayormente consideradas en sus procesos de certificación a los programas que
ellos han establecido.

El sistema BASC es de suma importancia para las empresas transportistas


mexicanas ya que en la zona fronteriza con Estados Unidos representa al menos
$22,000 millones de dólares de exportaciones anuales si tomamos en cuenta que
se realizan más de medio millón cruces anuales a Estados Unidos, solamente
Tijuana y Nuevo Laredo, concentran tres mil 500 y cuatro mil 700 cruces diarios en
las operaciones de tráfico comercial, por lo que las empresas certificadas BASC en
México, representan un gran mercado de negocios confiable para el gobierno del
vecino país. Y es que las compañías mexicanas, así como sus cadenas de
proveedores han entendido la necesidad de mantener sus mercancías seguras, sus
embarques, así como su logística, con lo que han ganado confianza ante sus
clientes estadounidenses, latinoamericanos, europeos y asiáticos.

205
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Las empresas transportistas que están participando en este proceso de logística,


así como las agencias aduanales, generan mayor confiabilidad ya que así en
ninguna parte de la cadena se podrá venir abajo todo el esfuerzo que el resto de los
proveedores y productores ha realizado, pues al estar certificados se cuenta con un
paso preferencial porque por ser una empresa verificable, aumentando con ello los
contratos puesto que las alertas de la frontera no podrán afectar la distribución de
mercancías.

Actualmente 490 empresas mexicanas están vinculadas a la a la “Solución BASC”,


por lo que también pueden ser aprobadas más fácilmente para entrar dentro del
programa C-TPAT. De estas 490, al menos el 60% están ubicadas en Monterrey,
Nuevo León.

En esta frontera, 320 empresas transportistas y corporativos de maquila decidieron


apostarle a la certificación para agilizar y darle seguridad a las operaciones de
comercio exterior, pero sobre todo de cumplimiento y calidad en las entregas de sus
embarques al otro lado de la frontera, lo que mantiene la competitividad para las
empresas que se dedican a la exportación.

La norma BASC, cuya certificación tiene un costo de $3,000 dólares revisa puntos
de seguridad y logística en patio de contenedores, operadores, en almacenes,
aeropuertos, zonas marítimas, en unidades como trenes, transporte carretero,
aéreo y otras áreas más.

Mediante el sistema BASC se busca certificar a más de 800 empresas transportistas


en México. Actualmente existen en el país más de 800 empresas afiliadas a la
Coalición Empresarial pro Libre Comercio y que participan en el programa de
certificación.

Con la creación del C-TPAT en el 2002, la aduana estadounidense ha buscado


instalar un filtro de seguridad al flujo de importaciones que reciben, siendo el sistema

206
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

BASC un mecanismo que sirve para tal propósito, ya que las empresas adscritas a
BASC son auditadas periódicamente y sus productos están sujetos a un estricto
monitoreo y controlen cada punto del proceso de manufactura, empaquetado,
transporte y exportación. También prevé también medidas rigurosas como el
chequeo de antecedentes de los trabajadores y la restricción del acceso de las
áreas de embarque y recepción.

En virtud de que el terrorismo tiene su objetivo bien trazado, busca objetivos


estadounidenses y el transporte es un medio de acceso. BASC Es un programa de
seguridad en los procesos de exportación a través del cual se buscan que éstos
sean seguros y los hagan predecibles de las amenazas del terrorismo y de las
amenazas de filtraciones de narcotráfico, ya que el peligro de que las unidades de
transporte sean tomadas para cometer actos terroristas es muy alto.

CSI (Container Security Iniciative Locations).

Este programa inició el 17 de enero de 2002 y es implementado por el U.S. Customs


Service Border Protection (CBP), bajo la supervisión del Department of Homeland
Security (DHS). Inició operaciones en 18 puertos de Estados Unidos.

Posteriormente se expande y funciona alrededor del mundo para disminuir riesgos


del terrorismo que tentativamente pudieran utilizar contenedores para introducir a
territorio estadounidense armas letales o biológicas.

El CSI incrementa medidas de seguridad antiterrorista sin adoptar mecanismos que


obstaculicen el intercambio de mercancías.

El CSI trabaja de manera coordinada con el CBP para facilitar la supervisión en los
puertos de entrada a EEUU, con lo que se depura con mayor facilidad la información

207
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

para detectar posibles riesgos terroristas a través de una mayor regulación en el


tráfico de contenedores a los puertos de EEUU, para ello se ha implementado un
equipo sofisticado para detectar cualquier elemento extraño ajeno a lo declarado al
interior del contenedores. El CSI establece un sistema automático que coordina el
U.S. Customs and Border Protection que determina qué puertos pueden ser los más
vulnerables.

La importancia del CSI para la economía estadounidense es muy grande ya que


cada año recibe aproximadamente 200 millones de contenedores, de ahí la
vulnerabilidad que pueden tener los puertos de EEUU, ya que Al Qaeda puede
ingresar a través de sus fronteras marítimas.

Sin embargo, el peligro no solamente es para Estados Unidos, sino para cualquier
país que Al Qaeda pudiera considerarlo como enemigo, ya que el 90 por ciento de
la carga mundial se mueve a través de contenedores. De hecho, hay países como
Reino Unido, Japón y Corea que el 90 por ciento de su intercambio comercial lo
realizan vía marítima. De ahí el objetivo de intensificar las medidas de seguridad
conternizada.

Las medidas internacionales que ha adoptado el CSI son:

a) Intensificar la revisión mundial de los contenedores en el


puerto de origen antes de que sean embarcados al puerto de
destino.
b) Incluir todo tipo de factores para aumentar la seguridad
nacional portuaria.
c) Sensibilizar a la industria para que coopere en estas medidas.
d) Adoptar mecanismos de inteligencia para identificar aquellos
contenedores que pudieran representar riesgo alguno para la
seguridad de EEUU.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

e) Preseleccionar contenedores para revisión en un posible


punto intermedio.
f) Aumentar la seguridad en el sistema comercial global.
g) Emplear tecnología sofisticada para determinar la
peligrosidad de determinados contenedores.

Para las empresas navieras que participan en el esquema del CSI tienen diversas
ventajas, entre las que destacan; mayor seguridad portuaria; seguridad global;
otorga ventaja competitiva en el comercio internacional con relación a las empresas
que están fuera de este mecanismo.

Por ello es que las medidas del CSI se han internacionalizado, por lo que ya opera
en puertos de:

Canada: Vancouver, Montreal, and Halifax.

Europa: Rotterdam, Amberes; Le Havre, Bremerhaven y Hamburg,


Germany; Genova, La Spezia, Napoles; Felixstowe; Göteborg;
Piraeus, Algeciras.

Este de Asia and the East: Hong Kong; Singapore; Busan;


Yokohama, Tokyo, Nagoya; Kobe; Port Kelang y Tanjung Pelepas;
Laem Chabang.

África: Durban.

Europe: Thamesport/Tilbury, Liverpool y Southampton; Marsella;


Zeebrugge. Livorno y Gioia Tauro.

En Este de Asia: Shenzhen y Shanghai; Colombo.

209
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

ISPS (International Ship and Port Security Code).

Los sucesos del 11-S han puesto en evidencia la falta de mecanismos que brinden
seguridad portuaria y marítima contra ataques terroristas. Para adoptar nuevas
medidas y con ello proteger a los países del terrorismo marítimo se utilizó el
Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar 1974
(SOLAS), de la Organización Marítima Internacional, dependiente de la ONU.

Las medidas de seguridad marítimos internacionales de gran envergadura fueron


desarrolladas y adoptadas por la OMI en respuesta a los ataques terroristas de 11-
S, que coadyuvan a implementar las acciones llevadas a cabo por el Container
Security Iniciative Locations de Estados Unidos. Estas medidas fueron adoptadas
en el marco de la Conferencia sobre Seguridad Marítima en diciembre de 2002 y
representan el primer marco regulador internacionalmente convenido y dirigido a la
aplicación crucial de la seguridad marítima, las cuales entraron en vigor el 1 de julio
de 2004.

Estas medidas que, a través de una enmienda al Convenio SOLAS se agrega el


Capítulo XI-2 “Medidas Especiales para Incrementar la Protección Marítima”
creándose el “Código Internacional para la Protección de los Buques y de las
Instalaciones Portuarias”, Código PBIP o Código ISPS (the International Ship and
Port Facility Security Code) cuyo objetivo es la seguridad marítima a bordo de las
naves y en las instalaciones de interfase buque/puerto.

Los objetivos del presente Código son:

1. Establecer un marco internacional que canalice la cooperación


entre Gobiernos Contratantes, organismos gubernamentales,
administraciones locales y sectores naviero y portuario a fin de
detectar las amenazas a la protección y adoptar medidas
preventivas contra los sucesos que afecten a la protección de los

210
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

buques o instalaciones portuarias utilizados para el comercio


internacional.
2. Definir las funciones y responsabilidades respectivas de los
Gobiernos Contratantes, los organismos gubernamentales, las
administraciones locales y los sectores naviero y portuario, a
nivel nacional e internacional, con objeto de garantizar la
protección marítima.
3. Garantizar que se recopila e intercambia con prontitud y eficacia
información relacionada con la protección.
4. Ofrecer una metodología para efectuar evaluaciones de la
protección a fin de contar con planes y procedimientos que
permitan reaccionar a los cambios en los niveles de protección,
y
5. Garantizar la confianza de que se cuenta con medidas de
protección marítima adecuadas y proporcionadas.

Con objeto de alcanzar los objetivos del presente Código, se incluyen en él varias
prescripciones funcionales, entre las que se encuentran, sin que esta enumeración
sea exhaustiva, las siguientes:

a) recopilar y evaluar información sobre las amenazas a la


protección marítima e intercambiar dicha información con los
Gobiernos Contratantes interesados;
b) exigir el mantenimiento de protocolos de comunicación para
los buques y las instalaciones portuarias;
c) evitar el acceso no autorizado a los buques e instalaciones
portuarias y a sus zonas restringidas;
d) evitar la introducción en los buques e instalaciones portuarias
de armas no autorizadas, artefactos incendiarios o explosivos;

211
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

e) facilitar los medios para dar la alarma cuando se produzca una


amenaza para la protección marítima o un suceso que afecte
a dicha protección;
f) exigir planes de protección para el buque y para las
instalaciones portuarias basados en evaluaciones de la
protección; y
g) exigir formación, ejercicios y prácticas para garantizar que el
personal se familiariza con los planes y procedimientos de
protección.

El código ISPS determina tres niveles de protección:

- "Nivel de protección 1": el nivel en el cual deberán mantenerse


medidas mínimas adecuadas de protección en todo momento.
- "Nivel de protección 2": el nivel en el cual deberán mantenerse
medidas adecuadas de protección adicionales durante un
periodo de tiempo, como resultado de un aumento del riesgo de
que ocurra un suceso que afecte a la protección marítima.
- "Nivel de protección 3": el nivel en el cual deberán mantenerse
más medidas concretas de protección durante un periodo de
tiempo limitado cuando sea probable o inminente un suceso que
afecte a la protección marítima, aunque no sea posible
determinar el blanco concreto.

El presente Código se aplica a los siguientes tipos de buques dedicados a viajes


internacionales:

a) Buques de pasaje, incluidas las naves de pasaje de gran


velocidad;
b) Buques de carga, incluidas las naves de gran velocidad, de

212
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

arqueo bruto igual o superior a 500; y


c) Unidades móviles de perforación mar adentro; y a las
instalaciones portuarias que presten servicio a tales buques
dedicados a viajes internacionales.

El Código ISPS obliga a las empresas de servicios portuarios a obtener la


Evaluación de la Instalación Portuaria para lo cual deberán presentar un Plan de
Protección de la Instalación Portuaria, el cual deberá inmediatamente proceder a su
aplicación.

Mediante este plan se determinará el grado de dificultad para acceder a la


instalación portuaria; la posibilidad de que un incidente de protección ocurra;
determinar cuando el buque no cumple las disposiciones del Capítulo XI-2 del
Convenio SOLAS y el Código PBIP, o cuando los datos u otra información recibida
indican que el buque constituye una amenaza o está expuesto a una amenaza.

3.1.6. ESTADOS UNIDOS Y LAS MEDIDAS PROTECCIONISTAS DENTRO DE


LA OMC.

Las medidas que EU adopto para proteger su seguridad nacional en torno a posibles
nuevos ataques terroristas, aunque pareciera lo contrario, cumplen con la
normatividad que regula al comercio multilateral ya que ese proteccionismo
antiterrorismo, no es unilateral ya que no contraviene lo dispuesto por la
Organización Mundial de Comercio.

Al respecto, el artículo 2.1 del Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio de


la OMC establece que no debe impedirse a ningún país que adopte las medidas
necesarias para la protección de sus intereses esenciales en materia de seguridad;
asimismo, los países miembros pueden establecer las medidas necesarias para

213
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

proteger la salud y la vida de las personas y de los animales o la preservación de


los vegetales, para la protección del medio ambiente. Siempre y cuando no las
aplique en forma tal que constituyan un medio de discriminación arbitrario o
injustificado o una restricción encubierta del comercio internacional, y de que en lo
demás sean conformes a las disposiciones del Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos.

En este contexto, Estados Unidos no está adoptando medidas discriminatorias ni se


utilizando un proteccionismo encubierto, ya que, con base en la Cláusula de la
Nación más Favorecida, aplica las mismas condiciones a los productos importados
del territorio de cualquiera de los Miembros un trato no menos favorable que el
otorgado a productos similares de origen nacional y a productos similares originarios
de cualquier otro país.

Por ende, no está adoptando o apliquen reglamentos técnicos que tengan por objeto
o efecto crear obstáculos innecesarios al comercio internacional para alcanzar
objetivos legítimos que son, entre otros: los imperativos de la seguridad nacional; la
protección de la salud o seguridad humanas, de la vida o la salud animal o vegetal,
o del medio ambiente.

El Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio trata de garantizar que las


reglamentaciones se deben basar en principios científicos. Además, no deben
discriminar de manera arbitraria o injustificable entre países en que prevalezcan
condiciones idénticas o similares.

3.1.7. MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS DESPUÉS DE 9/11.

El intercambio comercial de México con Estados Unidos tiene a partir de 20041 una
nueva dinámica ya que a raíz del 11-S, el gobierno de Estados Unidos está
adoptando medidas para proteger su territorio de nuevos ataques terroristas. Es

214
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

importante acotar que el 94 por ciento de las transacciones comerciales México-


EE.UU se realiza a través de transporte terrestre.

En este contexto, hoy la reducción de distorsiones en el comercio y la eliminación


de obstáculos al comercio y facilitación de la circulación transfronterizo de bienes y
servicios tiene variantes en la logística comercial resultado de que Estados Unidos,
con base en Acuerdo de Obstáculos Técnicos al Comercio del GATT 94 y al amparo
del artículo 904 del TLCAN, fijo niveles de protección en aras de brindar seguridad
a la vida o salud humana, animal o vegetal, así como del medio ambiente o de los
consumidores, por lo que las empresas mexicanas se vieron en la necesidad de
cumplir los requisitos que el C-TPAT, FAST; U. S. Visit, IDENT, CSI, ISPS y BASC
imponen.

Estas medidas tienen como objetivo incrementar los mecanismos de seguridad en


el transporte de alimentos; de materiales peligrosos; de contenedores. Por lo que
los programas de seguridad antiterrorismo aplicadas por Estados Unidos obligan al
exportador mexicano a informarle al gobierno estadounidense sobre su cadena de
suministro.

En su memento, México fue el segundo proveedor de mercancías al mercado


estadounidense por lo que el no cumplir con las normas post 11-S que el gobierno
de Estados Unidos implemento habría una gran pérdida para el sector exportador
mexicano en ciertos rubros.

En materia agroalimentaria el comercio internacional de alimentos tiene un peso


específico en la economía internacional, ya que en 2003 representó 1 billón 161 mil
366 mil millones de dólares, siendo Estados Unidos el segundo importador de
alimentos que para el mismo año de referencia adquirió alimentos por un monto total
de 41 mil 045 millones de dólares, de los cuales México le exportó 4 mil 734 millones
de dólares.

215
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Los productos agroalimentarios más representativos que México exportó a EEUU


en 2003 fueron: café verde; cocoa en grano, azúcar de caña; productos de carne,
avícolas ya animales comestibles; productos lácteos y huevos; frutas y preparados;
aceites y grasas de alimentos; productos de panadería y confitería; pescados y
mariscos.

En este contexto, es importante destacar que durante 2004, la Food and Drug
Administration reportó que 202 mil empresas de todo el mundo ya estaban
registradas en su padrón, de éstas 105 mil 161 son extranjeras y 97 mil 492 propias
de EEUU; 5 mil 363 son de México.

3.1.8. LA SOCIEDAD PARA LA PROSPERIDAD.

En septiembre de 2001, surge de la iniciativa de los presidentes Vicente Fox y


George W. Bush en torno a la Sociedad para la Prosperidad que está enfocada a
crear una agenda de cooperación que permita desencadenar el potencial
económico de todos los ciudadanos de la región, haciendo extensivos los beneficios
del libre comercio y la inversión.

La Sociedad para la Prosperidad fue concebida como un esfuerzo compartido para


desencadenar el potencial económico de todos los ciudadanos, para que cada uno
pueda contribuir plenamente a cerrar la brecha económica que existe entre y al
interior de nuestras naciones. Así, los presidentes George W. Bush y Vicente Fox
acuerdan comenzar los trabajos formales para articular la Sociedad para la
Prosperidad. Esta iniciativa estaría enfocada a la creación de alianzas público-
privadas que permitieran potenciar los recursos, experiencias y compromisos del
sector privado, para impulsar el crecimiento económico y la creación de empleos en
las regiones menos desarrolladas de México.

216
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

La constitución de la Sociedad para la Prosperidad, que tiene como objetivo


consolidar los fuertes vínculos que unen a Estados Unidos y a México a fin de que
ambos países gocen de una prosperidad compartida, mayor cooperación
económica, mejores niveles de vida y seguridad común.

Resultado de esa iniciativa, el 23 de marzo, en Waco, Texas, se reunieron los


Mandatarios de México, Canadá y Estados Unidos para anunciar el establecimiento
de la Alianza para la Seguridad y la prosperidad de América del Norte (ASPAN) que
servirá para coordinar, nuevas medidas para enfrentar la amenaza del terrorismo y
reforzar la seguridad de nuestros habitantes.

Esta Alianza alcanzará estos objetivos mediante un esfuerzo trilateral para


aumentar la seguridad, la prosperidad y la calidad de vida en los tres países. Esta
tarea se llevará a cabo bajo el principio de que nuestra seguridad y nuestra
prosperidad son mutuamente dependientes y complementarias, y reflejará nuestra
convicción en la libertad, las oportunidades económicas y los valores e instituciones
democráticas. Asimismo, se pretende que la Alianza contribuya a la consolidación
de nuestros esfuerzos, en el marco de América del Norte, a fin de enfrentar los retos
económicos y de seguridad, y promover el gran potencial de nuestros pueblos al
atender las disparidades regionales existentes.

LA ASPAN tiene como enfoque común la seguridad a fin de proteger a América del
Norte de amenazas externas, prevenir y enfrentar amenazas internas, así como
facilitar la seguridad y eficiencia del tráfico legítimo y de bajo riesgo a través de
nuestras fronteras compartidas. Como parte de nuestros esfuerzos, los tres países
trabajan en torno a:

 Instrumentar estrategias comunes de seguridad fronteriza y bio-


protección;

217
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

 Mejorar la protección de infraestructura importante e


implementar un modelo común de respuesta ante emergencias;
 Instrumentar mejoras en la seguridad aérea y marítima, hacer
frente a amenazas extra-regionales y mejorar las alianzas en
materia de información de inteligencia;
 Implementar una estrategia de agilización fronteriza a fin de
aumentar la capacidad instalada para mejorar el movimiento
legítimo de personas y mercancías en nuestras fronteras.

En materia de la calidad de vida en los tres países se pretende, con base al ASPAN:

 Aumentar la productividad mediante la cooperación en materia


de regulación, a fin de generar crecimiento, manteniendo al
mismo tiempo altos estándares para la salud y la seguridad;
 Promover la cooperación sectorial para facilitar la actividad
empresarial en sectores tales como energía, transporte,
servicios financieros y tecnología, entre otros, e invertir en
nuestros pueblos;
 Reducir los costos de las exportaciones e importaciones
mediante el movimiento eficiente de bienes y personas;
 Fortalecer nuestro compromiso con el cuidado del medio
ambiente, y crear un suministro más confiable y seguro de
alimentos, lo que facilitará el comercio de productos agrícolas y
protegerá a nuestra población contra enfermedades.

Estos compromisos se han venido realizando a través de alianzas público-privadas,


en donde el Gobierno actúa como facilitador para potenciar la experiencia y recursos
del sector privado y profundizar los lazos entre nuestros países. La Sociedad ha
constituido un foro ideal para un dialogo franco sobre objetivos económicos claros,

218
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

proyectos conjuntos y nuevas ideas. Este modelo de cooperación está fomentando


la inversión, productiva y el empleo en la región.

La Sociedad para la Prosperidad ha sido un catalizador de acciones conjuntas entre


los gobiernos y el sector privado. Como complemento de los programas financiados
por el gobierno, la Sociedad intenta apalancar y dar mayor valor a las relaciones
que han construido las empresas mexicanas y estadounidenses, sumando su
experiencia, y su compromiso para desarrollar proyectos orientados a generar un
mayor desarrollo económico en México.

La Sociedad se ha enfocado en varias estrategias para hacer realidad esta visión:


ampliar el acceso al capital, transferencia de tecnología y mejora de procesos,
desarrollo de capacidad instalada para el futuro, y vincular instituciones con metas
comunes.

La Sociedad para la Prosperidad ha identificado claramente sus prioridades y ha


dado resultados. En tan sólo dos años, la Sociedad ha logrado consolidar una
agenda bilateral con iniciativas de carácter positivo. Los gobiernos de ambos países
han trabajado estrechamente con el sector privado para identificar oportunidades
en materia de servicios financieros, vivienda, inversión, infraestructura física,
desarrollo de pequeñas y medianas empresas, empresas innovadoras, capital
humano y responsabilidad social empresarial.

Esta expectativa se basa en el principio de que una región integrada tendrá mayor
estabilidad y prosperidad. Es necesaria una comunidad vinculada de forma muy
estrecha para establecer una región más segura y próspera.

En diciembre de 2001 y febrero de 2002, se celebraron seminarios en Mérida y


Washington, con la participación de líderes empresariales, académicos y
funcionarios públicos de alto nivel. Se realizó una lluvia de ideas para definir las

219
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

áreas temáticas y los proyectos concretos que podrían integrarse en el marco de la


Sociedad para la Prosperidad.

3.2. LA POLITICA EXTERIOR Y EL NARCOTRAFICO EN LA RELACIÓN


BILATERAL.

La problemática del narcotráfico en la relación México - Estados Unidos es de vital


importancia, al ser considerada una amenaza a la seguridad nacional
estadounidense, percepción que tiene su origen durante la década de los sesenta
cuando se consolida la demanda en ese país. Además de convertirse en el nuevo
enemigo de la política exterior, al terminarse la Guerra Fría y la desaparición del
comunismo, que justificará las acciones unilaterales estadounidenses a favor de la
seguridad nacional y la estabilidad mundial.

3.2.1 EL NARCOTRÁFICO Y LA RELACIÓN BILATERAL.

La historia de la cooperación en la lucha contra las drogas entre México y Estados


Unidos se remite a la adhesión de nuestro país a la Convención de la Haya en 1912,
a petición precisamente del gobierno estadounidense; desde entonces se ha
establecido una cooperación binacional constante en la materia. (Toro María Celia,
1983).

Si bien durante las Convenciones realizadas a principio del siglo anterior, las dos
naciones habían establecido cierta relación con respecto al tema del narcotráfico,
es hasta 1916 cuando se consolidan acciones nacionales contra este fenómeno,
especialmente contra la exportación de opio a los Estados Unidos, es la primera vez
que se ven inmiscuidos las dos partes directamente. (Toro María Celia, 1983).

220
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

En 1923 con la llegada a la presidencia de Álvaro Obregón se prohíbe la exportación


de todos los narcóticos, dos años después se establece la primera relación formal
para disminuir la entrada de drogas a territorio estadounidense; lamentablemente
este acuerdo sólo duró un año, debido a que Estados Unidos deseaba implementar
sus propias leyes.

Un antecedente importante en la cooperación bilateral contra el narcotráfico es el


Convenio para el intercambio Directo de Determinada Información relativa al Tráfico
de Drogas firmado en 1930, junto con el tratado signado en 1990, son los únicos
acuerdos especializados en este tema.

Durante los años cuarenta el gobierno de México permitió un aumento en el cultivo


de amapola para satisfacer los requerimientos de opiáceos (morfina) durante la
Segunda Guerra Mundial; los campesinos mexicanos vieron en la siembra de
drogas un negocio más rentable debido a la extensa demanda es por ello que el
gobierno estadounidense emprende medidas para limitar la oferta y tráfico de
drogas. (Astorga Luis, 2003).

Si bien, el tema del narcotráfico dentro de la relación bilateral comenzó a abordarse


durante la década de los treinta, las estrategias derivadas de estas reuniones no se
llevaban a cabo debido a que ambos países consideraban que la mejor forma de
enfrentar a este problema, era a través de acciones particulares.

Después de treinta años se vislumbra la necesidad de establecer una cooperación


bilateral; ya que el consumo estaba aumentando en Estados Unidos, mientras que
nuestro país se erigía como uno de los principales productores de droga y una de
las principales rutas de tránsito.

Pese al aumento del flujo de drogas hacia los Estados Unidos a través de México,
las relaciones se habían mantenido cordiales hasta finales de los sesenta.

221
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

A partir de entonces, la Unión Americana se erigió como el principal consumidor


mundial de drogas, así como nuestro país se consolidó como uno de los principales
productores mundiales. Por eso en 1969, el Presidente Nixon diseña y pone en
práctica una estrategia unilateral para combatir el problema del narcotráfico en sus
fronteras con México; la Operación Intercepción, cuyo propósito era eliminar el
ingreso de drogas a territorio estadounidense mediante revisiones exhaustivas tanto
a peatones, como a vehículos, lo cual causó innumerables fricciones bilaterales.
(González Jaime, 2003).

Esto provocó en territorio nacional, el surgimiento de la llamada Operación Dignidad,


que tenía como puntos fundamentales ir a los Estados Unidos solamente si era de
vital importancia. Una de las pancartas que se podían ver durante las
manifestaciones era: “pensar que todos los mexicanos son contrabandistas, sería
aceptar que todos los estadounidenses son drogadictos”.

Desde su aparición, el narcotráfico ha sido un tema permanente en la relación


bilateral que ha enfrentado diferentes niveles de conflicto y cooperación; debido a
los conflictos que originó la Operación Intercepción, se llega a la conclusión que la
mejor forma de atacar el problema del narcotráfico es a través de una cooperación
plena y eficiente, las dos naciones hicieron patente su deseo de buscar que la
armonía sustituyera a la confrontación. Así, surge la Operación Cooperación, misma
que ante la total disposición para combatir al narcotráfico mediante decisiones
conjuntas se tienen resultados sobresalientes en disminución de oferta y demanda.

En 1975, tras el recrudecimiento del problema, y la aparición de agencias


especializadas en los dos países; los gobiernos estrechan aún más su relación con
una campaña masiva de erradicación llamada Operación Cóndor; teniendo como
base principal, por primera vez, una plena lucha antinarcóticos bilateral; mediante
la intercepción, la disminución de oferta y la erradicación de cultivos, entre otras.
Esta operación redujo de manera significativa la producción de marihuana y opio en

222
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

México; aunque propició que narcotraficantes de otros países satisficieran


inmediatamente la demanda de esas drogas en Estados Unidos, reemplazando a la
droga mexicana a esto se le llama efecto globo; si se presiona a un país, la
producción de esta baja y ese vacío es llenado inmediatamente por otra nación
productora de drogas. (Jorge Chabat, 2000).

En general todas las estrategias implementadas en las décadas de los sesenta y


setenta se centraban en programas de erradicación e intercepción para que las
drogas no llegaran a territorio estadounidense, y eliminarlas desde el país de origen;
se brindaba apoyo técnico, helicópteros, agentes y proporcionaba capacitación al
personal mexicano; pero faltaba el sentido de corresponsabilidad; característico de
las primeras acciones estadounidenses; mientras en nuestro país se desarrollaba
el programa Campaña permanente contra el tráfico de drogas (Toro María Celia,
1983).

El hecho de que el narcotráfico estuviera operando desde fuera del sistema y sobre
todo muy de cerca de los movimientos guerrilleros del sur del país, durante los años
setenta hacía que el gobierno mexicano considerara al fenómeno como una
amenaza a la seguridad nacional, convirtiéndola así en un tema protagónico de la
política nacional.

Durante la década de los setenta la estrategia bilateral consistió en la disminución


o erradicación, en los mejores de los casos de la producción mexicana, sin
considerar aún, la influencia que suscita la demanda estadounidense en el
desarrollo del narcotráfico dentro de la relación bilateral.

Después de la Operación Intercepción en 1969; las dos naciones deciden establecer


un plan formal de cooperación, el cual estableció los pilares de la actual relación
bilateral. Durante quince años, el narcotráfico se mantenía como un tema de bajo
nivel, pero a mediados de la década de los ochenta se suscita un viraje en la

223
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

relación, el asesinato de un agente antidrogas en territorio mexicano,


transformándola en conflictiva.

Una vez que el crimen organizado logra conformar los grandes carteles de las
drogas entre 1982 y 1984, los Estados Unidos redoblan sus esfuerzos para tratar
de frenar este problema social, mediante políticas nacionales y cooperación
internacional.

El 28 de enero de 1982, el vicepresidente George Bush anuncio la formación de la


Fuerza de Tarea del Sur de Florida, un esfuerzo multiagencial que enfatizó la lucha
antidrogas, un año después la Casa Blanca lanza el Sistema Nacional de
Interdicción de Narcóticos de la frontera (NNBIS, por sus siglas en ingles) el cual
extendería las acciones del programa antes mencionado a otros cinco centros
regionales; manteniendo una clara posición en la lucha contra las drogas, se crea
la Operación Alianza, en 1986, una iniciativa de interdicción en la frontera suroeste
diseñada y manejada por el Departamento de Justicia, la DEA, la Patrulla Fronteriza
y oficiales de Aduanas.

Si bien habíamos dicho que el narcotráfico por sí mismo no había bastado para
enfrentar a los gobiernos de México y Estados Unidos durante la década de los
ochenta y que la experiencia de la Operación Intercepción había llevado a ambos
gobiernos a hacer expresa la necesidad de que la cooperación sustituyera a la
confrontación, después del asesinato de Camarena; este tema contribuyó cada vez
más significativamente al deterioro de las relaciones bilaterales.

Pero sin duda, el caso del secuestro y asesinato en territorio mexicano del agente
antidrogas estadounidense; en febrero de 1985, por parte de narcotraficantes
mexicanos fue el mayor problema en esta cadena de desencuentros. El 15 de
febrero de 1985, el comisionado de aduanas de Estados Unidos implementó la
llamada Operación Camarena en toda la frontera con México, la idea era que los

224
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

agentes de aduanas cuestionaran a la gente que pasaba por los puntos de revisión
sobre el caso Camarena. Después de un año, la DEA participó en el secuestro de
René Verdugo Urquídez y más tarde en 1990 del Dr. Humberto Álvarez Macháin
por el supuesto vínculo con el secuestro y asesinato de dicho agente. Confirmando
así que los Estados Unidos no respetarían las jurisdicciones nacionales en la
consecución de objetivos elevados como la lucha contra el narcotráfico Así, a sólo
diez días del incidente Camarena el gobierno estadounidense anuncia lo que se
conoció como la Segunda Operación Intercepción que contemplaba las mismas
medidas que la estrategia diseñada en 1969, con la diferencia de que sería realizado
un cierre parcial en la frontera, y la suspensión temporal de expediciones de visa,
con el objetivo de detener el flujo de drogas hacia los Estados Unidos procedente
de nuestro país.

De estas acciones se desprende la Ley contra el abuso de drogas de 1986, que


pone las bases para la aparición del proceso de certificación; método de evaluación
destinado a aquellos países productores de droga; que al no tener una lucha clara
contra el narcotráfico, se le retirara la ayuda económica y el apoyo en otros sectores.
No obstante, el gobierno mexicano siempre rechazó este proceso por considerarlo
unilateral y contrario al derecho internacional. La administración del Presidente Fox
solicitó expresamente al Presidente Bush y al Congreso de Estados Unidos la
eliminación de la “certificación”. Estos esfuerzos derivaron en la suspensión por un
año (2002) del referido proceso, y su posterior suspensión indefinida, a partir de
2003. (Álvarez Josefina Tráfico, 1991).

Además de la cooperación bilateral, estos dos países han participado en diversas


acciones multilaterales, para disminuir la problemática del narcotráfico y expandir el
espectro de acción, tal es el caso, de la Comisión Interamericana para el Control del
Abuso de Drogas (CICAD) que fue creada en 1986 dentro de la Organización de los
Estados Americanos (OEA), con el objetivo de enfrentar el problema de las drogas
en el hemisferio, y canalizar los esfuerzos colectivos de los Estados miembros para

225
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

reducir la producción, tráfico, el uso y el abuso de drogas en el continente


americano; promover la cooperación multilateral en la lucha contra las drogas.
(Álvarez Josefina Tráfico, 1991).

En 1987, un año después, de que Ronald Reagan declarara al narcotráfico un


asunto de seguridad nacional, su homólogo mexicano Miguel de la Madrid hizo lo
propio acelerando el proceso de militarización y reformas institucionales en todo el
sistema de justicia. Durante el mandato de Reagan solamente, la producción y el
tráfico de drogas adquieren la categoría de asunto prioritario en la agenda
diplomática estadounidense y reforzando su cooperación con países inmiscuidos en
la producción, México principalmente.

Cabe mencionar que durante el periodo 1980-1988 las confrontaciones entre


México y los Estados Unidos por el tema del narcotráfico estuvieron enmarcadas
dentro de diferencias transversales de la política internacional como el conflicto
centroamericano donde ambos países sostuvieron posiciones casi antagónicas. El
narcotráfico entonces, sirvió durante esta época, para expresar o canalizar las
presiones que se desarrollaban en otros temas, como la migración y el comercio,
por citar algunos. (González Guadalupe, 1989).

En 1988 era ya totalmente evidente que la relación en lo sucesivo dejaría de ser


conflictiva, ya que se comenzaba a lucubrar el Tratado de Libre Comercio de
América del Norte que argumentaba la necesidad de enfatizar los aspectos positivos
de la relación a fin de alcanzar metas comunes; con ello el narcotráfico, desapareció
como un tema conflictivo, y adquirió un carácter de negociación dentro de la agenda
bilateral.

En la reunión realizadas en Houston, mejor conocida como el espíritu de Houston


el 22 de noviembre de 1988 se replantean los temas más importantes a futuro en la
relación bilateral, y se concluye que las finanzas, el comercio, la migración, y el

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

narcotráfico, serían los tópicos a tratar, en especial en este último se vio reflejado la
coincidencia de intereses entre ambos proyectos gubernamentales, que eran la
disminución de la producción y el consumo, dichas acciones estrecharon más la
relación.

A pesar de ello, se consolida en 1989 el Acuerdo de Cooperación para combatir el


narcotráfico y la farmacodependencia, que tenía como objetivos principales:
reducción de oferta, de demanda; erradicación de cultivos, entre otros.

Este acuerdo propició que las estrategias nacionales, persiguieran puntos en


común, para agilizar la cooperación, en especial la institucionalización de agencias
especializadas, las cuales deberán comprometerse en una plena cooperación
científica, técnica, y jurídica, con la finalidad de lograr una cooperación bilateral
integral y eficiente, sustentados en el principio de corresponsabilidad.

La Agencia Antidrogas estadounidense participa en abril de 1990 en el secuestro


del Dr. Álvarez Macháin en territorio mexicano por la supuesta participación de las
autoridades gubernamentales, en el caso Camarena. La reacción mexicana fue
ambivalente; se vertió una airada protesta del gobierno por este acontecimiento, con
la intención de calmar los ánimos de la opinión pública, aunque mantenía una
cooperación en la lucha antidrogas, que era esencial para Estados Unidos, y así
poder controlar a la opinión pública, y justificar el apoyo explícito de su gobierno a
los esfuerzos antidrogas mexicanos.

Otro caso álgido dentro de la relación fue cuando la Suprema Corte en Estados
Unidos autoriza el secuestro de extranjeros sospechosos para que sean procesados
en aquel país sin importar que esto viole el derecho internacional. La reacción
mexicana ante estas decisiones de la Suprema Corte fue prohibir las actividades de
la DEA en México (sólo por 24 horas). Además se incrementaron las penas para los

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

nacionales que colaboraran en el secuestro de personas que fueran procesadas en


el extranjero; y rechazó el apoyo estadounidense en la lucha contra las drogas.

El narcotráfico es caótico para la relación debido a que el tratamiento que se le da


en las dos naciones, es desigual y asimétrica, ya que cuando las cosas se tornan
difíciles, Estados Unidos actúa de manera unilateral, sin importar si existen
acuerdos; además de estar dominado por la evasión de responsabilidad.

La ayuda económica que destinó el gobierno estadounidense a México no sólo se


mantuvo, sino que incluso se incrementó en los años sucesivos a 1990.

3.2.2. COOPERACIÓN O UNILATERALISMO, EL CAMBIO DE SIGLO.

Durante la última década del siglo pasado se crearon nuevos mecanismos como: el
Grupo de Contacto de alto Nivel (GCAN) para el combate a las drogas (1996), y la
Alianza México-Estados Unidos Contra las Drogas (1997).

Fue el Operativo Casablanca, en 1998 realizado en territorio nacional sin previo


aviso a las autoridades mexicanas, con el objetivo de analizar la situación del
narcotráfico en las esferas más importantes de nuestro país, que rompió con la
armonía en la relación bilateral. Esta operación se escapó del contexto y el espíritu
de cooperación entre ambos países, y demuestra la unilateralidad tremenda por
parte de Estados Unidos, y evidencia la falta de colaboración e información
binacional que México suponía estaba pactada. (Fernández Menéndez, Jorge,
2001)

Esta operación fue diseñada para provocar y detectar el lavado de dinero en


instituciones bancarias mexicanas, subestimando la información emitida por la
Oficina Nacional para el Control de las Drogas de los Estados Unidos, en el sentido

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

de que más de 56 billones de dólares son lavados anualmente en los bancos de su


propio país. Este delito debe perseguirse de acuerdo a las leyes internas de cada
país y en estricto apego al derecho internacional, en este sentido, los Estados
Unidos deben de combatir decididamente este ilícito en sus respectivos sistemas
financieros.

Durante esta época, el narcotráfico en sus vertientes del consumo y oferta,


representaba no solo un grave riesgo para la salud de los afectados, sino la
consolidación como amenaza para la seguridad nacional en ambos países. Es por
ello que los presidentes Zedillo y Clinton realizan la estrategia bilateral contra las
drogas fundamentándose en la disminución del consumo y la oferta; respetando
ante todo la soberanía y jurisdicción territorial; así como la reciprocidad en las
acciones emprendidas de los dos países. (Presidencia de México, 1998).

Debido a la constante preocupación por este fenómeno en el continente americano,


se crea en la Cumbre de las Américas de 1998; El Mecanismo de Evaluación
Multilateral (MEM) cuyo fin sería establecer un sistema estandarizado para medir
periódicamente la evolución de las acciones antidrogas de los 34 Estados miembros
de la CICAD, así como de la región en su totalidad y su objetivo es: fortalecer en
forma directa la confianza mutua, el diálogo y la cooperación hemisférica para hacer
frente con mayor eficacia a los diversos aspectos del problema de las drogas.

En el año 2000, cuando Vicente Fox como presidente electo visitó por primera vez
los Estados Unidos, declaró que el narcotráfico no era considerado una amenaza a
la seguridad nacional de nuestro país, solamente un problema policial, además de
que se retiraría al ejército de cualquier actividad relacionada con la problemática,
estas declaraciones desataron una campaña de desprestigio en los medios de
comunicación estadounidenses, y preocupación en su gobierno, ya que el
presidente Bush había declarado "México y Estados Unidos son más que vecinos,

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

somos socios en la construcción de un hemisferio más seguro, más democrático y


más próspero”. (Embajada de los Estados Unidos, 2005).

Por lo cual, el gobierno mexicano cambia su perspectiva y adopta la visión de que


el narcotráfico es un problema de seguridad nacional, más por presiones externas,
que por deseos internos, con el único objetivo de que Estados Unidos no interviniera
en las decisiones de nuestro país. (Fernández Menéndez, Jorge, 2001).

En el marco de la "Declaración de Guanajuato" (16 de febrero de 2001), los


Presidentes Vicente Fox y George W. Bush expresaron diversos principios y
compromisos de colaboración bilateral contra las drogas y el crimen organizado
transnacional. Desde entonces, el esfuerzo bilateral se ha intensificado debido a la
necesidad de coordinar acciones desde una perspectiva integral. Como resultado
de los compromisos expresados en dicha declaración, ambos países adoptaron una
nueva estructura institucional del régimen de colaboración contra las drogas y el
crimen organizado.

3.2.3 NARCOTRÁFICO Y TERRORISMO, EL CAMBIO DE ESCENARIO.

El narcotráfico ha sido desde la década de los sesenta, el problema más cáustico


de la relación, hasta los atentados ocurridos el 11 de septiembre de 2001, con la
aparición de una nueva amenaza a la seguridad nacional estadounidense, el
terrorismo, aunque en realidad dentro del continente americano, el principal temor
que tiene dicha nación sigue siendo el tráfico de drogas. Por ello se ha llegado a la
conclusión de investigar un posible nexo entre estos dos fenómenos, y así
incrementar su rango de injerencia en la región.

Debido a los atentados terroristas, en Estados Unidos se plasmó un temor extremo


a todo lo exterior en particular a todo aquello que pusiera en riesgo la seguridad

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

nacional, es por ello que temas no relacionados a este ámbito se fueron relegando
de su política exterior; en cambio elementos amenazantes a este tuvieron un
carácter prioritario, como fue el caso del narcotráfico.

Después de lo ocurrido, se han incrementado investigaciones a nivel bilateral;


equipos especializados se reúnen regularmente para diseñar operaciones
encaminadas a la lucha contra el narcotráfico. Existen muchas oportunidades para
intensificar la cooperación bilateral, particularmente en las áreas de erradicación y
reducción de la oferta y la demanda. (Embajada de los Estados Unidos, 2005).

Las medidas binacionales contra el narcotráfico se incrementaron tiempo después


del 11 de septiembre de 2001, como resultado de una nueva perspectiva en la
relación política entre los dos países, debido a que la presencia de este fenómeno
está aumentando en todos los aspectos, principalmente, lo social, político y
económico.

NARCOTERRORISMO.

Casi un año después de los atentados, varios expertos, encuentran en el fenómeno


del narcotráfico un problema extremadamente peligroso para la seguridad nacional
estadounidense, se teme que se esté aliando con el terrorismo, con el objetivo de
desestabilizar al sistema y así tener un rango mayor de acción; a pesar de que estos
dos elementos no tienen las mismas metas; ya que el primero solo busca
incrementar sus actividades, no importando las características del gobierno
receptor; al terrorismo, en cambio sí le preocupa mermar al sistema; la preocupación
de los Estados Unidos reside que estos dos fenómenos tienen un punto en común
son amenazas a la seguridad nacional.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Se puede afirmar que el narcotráfico hoy en día es el principal desafío de la


seguridad nacional en México, esto se debe no solo a coyunturas nacionales, sino
también a la relación con Estados Unidos, el principal país consumidor de drogas;
la mayor economía del mundo; potencia mundial y el principal socio comercial de
México, y donde se quedan la mayor parte de los recursos provenientes del
narcotráfico; una potencia que suele seguir viendo a la guerra contra el narcotráfico
como una agresión externa, no como un problema de su propia sociedad.

Asa Hutchinson, jefe de la DEA, se quejó de que el acento que está poniendo el
gobierno estadounidense en el terrorismo les está permitiendo a los narcotraficantes
latinoamericanos introducir más mercancía a los Estados Unidos. (DEA, 2005)

Debido a que el gobierno estadounidense ha sometido a una exhaustiva vigilancia


en sus fronteras, el narcotráfico por algún tiempo no tuvo presencia en su territorio,
pero la incrementó en nuestro país, elevando el consumo y la ola de violencia
principalmente en los estados fronterizos, convirtiéndose en una amenaza que ha
ido mermando la capacidad estatal de ofrecer seguridad a sus ciudadanos. Es por
ello que el gobierno, a partir de entonces ha implementado medidas en la lucha
contra el narcotráfico, una de las cuales es que el ejército se encargue de la
seguridad en aquellos estados. (Monge Raul)

Las agencias estadounidenses después de los atentados terroristas, pusieron todas


sus energías en contrarrestar estas amenazas, por lo tanto, algunas de ellas
descuidaron sus temas principales, no fue el caso de la DEA, surgió la preocupación
en base a datos confiables, que se estaba consolidando el narcoterrorismo. Dicha
agencia sustenta que para ser más efectivos en la lucha contra el terrorismo se
requiere un mejor nivel de cooperación con sus aliados y obstaculizar la alianza y el
financiamiento por parte de otras organizaciones criminales como el narcotráfico.
(DEA, 2005)

232
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Además, define al narcoterrorismo como una organización que fusiona el dinero del
narcotráfico y las estrategias del terrorismo, para desestabilizar al gobierno de su
país.

A pesar de ser catalogado en territorio estadounidense como amenaza a la


seguridad nacional, en nuestro país el tráfico de droga no es considerado un
problema en esta materia, condición atribuida principalmente al poco consumo de
droga; la percepción cambió después de lo ocurrido en 2001; como una medida de
cooperación con los Estados Unidos, si bien no se apoyó en la invasión a Irak, sí se
respaldó en la aplicación de estrategias conjuntas para preservar la seguridad, una
de ellas fue poner más atención a la zona fronteriza, y en toda posible amenaza a
dicho tema; aunado al incremento en el consumo y la violencia en territorio nacional.

3.2.4 EL NUEVO RUMBO DE LA COOPERACIÓN CONTRA EL


NAORCOTRAFICO

La Estrategia Nacional para el Control de Drogas del gobierno de los Estados


Unidos para el año 2002, dibujo un panorama de la situación del narcotráfico dentro
del continente; y señala lo siguiente; el dinero generado por la producción y el tráfico
de los narcóticos está a disposición de grupos antidemocráticos bien armados. La
misma estrategia indica que este país y sus aliados, principalmente, México,
atacarán el poder y las finanzas de las organizaciones internacionales terroristas y
delictivas que amenacen la seguridad nacional.

Tiempo después de los actos terroristas, el gobierno estadounidense declaró que


mantendría, la cooperación bilateral para erradicar las drogas y el reforzamiento de
las fronteras y así detener la entrada a su territorio. (US Embassy, 2005) Además
de una efectiva estrategia bilateral, para reducir la demanda y la oferta; prevención
y rehabilitación; e intercepción.

233
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Una de las medidas contra las amenazas a la seguridad nacional es permitir que
policías viajen como pasajeros en las aerolíneas mexicanas, también se
implementaron las denominas fronteras inteligentes que incluyen el uso de
tecnología de punta para el control de entradas y salidas de visitantes, de
automóviles, transporte de carga y ferrocarriles; para la lucha contra el narcotráfico.

Se implementó la Coalición Empresarial Anticontrabado, surgida tras la unión de la


aduana estadounidense y el sector exportador mexicano, que consiste en un
riguroso control de bienes que cruzan la frontera; como una medida más de
preservar la seguridad nacional, esto ha permitido descubrir el creciente tráfico de
drogas en el transporte de la industria maquiladora; ya que los narcotraficantes se
han infiltrado, por medio del chantaje y la amenaza. (Gutiérrez Alejandro)

La política estadounidense tras los actos terroristas no aceptaba neutralidad alguna,


esto propició que existieran diferencias entre el secretario de Gobernación Santiago
Creel, y el secretario de Relaciones Exteriores Jorge G. Castañeda, el primero
expresaba que México no debía someterse a intereses extranjeros; mientras que el
segundo opinaba que se debería aliarse a la política estadounidense mostrando el
respaldo al buen vecino del norte, algunos opinan que esto fue una estrategia
gubernamental que tenía la finalidad de tener armonía en el interior del país al
defender los principios de la política exterior, y con los Estados Unidos al declarar
que nuestro país estaba dispuesto a apoyar la lucha contra el terrorismo; pero no
fue suficiente para el gobierno estadounidense que quería una decisión clara sin
ambivalencia, sin embargo no fue la se esperaba, ocasionando un bache
nuevamente en la relación política bilateral.

Durante el 2003 autoridades mexicanas y norteamericanas desarrollaron un plan


común en las reuniones del Grupo Bilateral Colectivo del Suroeste (Bilateral
Southwest Collective Targeting Group) dirigido contra las grandes organizaciones
del narcotráfico.

234
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

A partir de este momento se abrió un espacio de diálogo en las Relaciones


Internacionales, debido a que no reconoce fronteras y no respeta soberanías, por lo
cual es necesario establecer un ámbito de cooperación plena e integral.

Los dos países han aceptado el hecho de que al mismo tiempo son productores,
consumidores y punto de tráfico de drogas, y han promovido el intercambio técnico,
y el desarrollo de proyectos de cooperación en el área de erradicación de cultivos,
así como de diversos programas de cooperación institucional.

México y los Estados Unidos están trabajando conjuntamente para reducir la


demanda ilícita de drogas a través de programas de rehabilitación, educación,
prevención, investigación y capacitación. Esta colaboración se extiende al lavado
de dinero; el tráfico de armas; tratados de extradición; combate a organizaciones
criminales; y asistencia jurídica mutua.

ESTRATEGIAS.

Las estrategias actuales están enfocadas a diversos objetivos entre ellos destacan:

 La reducción de la oferta y la demanda; enfocándose


principalmente en la prevención, investigación, recolección de
datos, tratamiento, educación, capacitación, intercambio de
información, logística y cooperación técnica.
 Otro punto relevante es la eliminación de cultivos ilícitos; en este
rubro México es líder mundial en este rubro. Las acciones
bilaterales se encaminan principalmente en implementar
programas efectivos de sustitución de cultivos que sean
interesantes para las poblaciones afectadas por la erradicación.
 Combate a Organizaciones Delictivas, esto es indispensable para
mantener la estabilidad de la seguridad nacional, y para ello es
necesario un plan de cooperación entre las agencias de

235
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

procuración de justicia de ambos países, así como instituciones


relacionadas en temas fronterizos, tales como, la DEA, FBI, AFI,
PGR, Departamento de Justicia, Servicio de Aduanas, entre otras,
sus objetivos son, una plena cooperación en intercambio de
inteligencia, desarticulación de las organizaciones delictivas,
desarrollo de investigaciones en forma coordinada.
 Extradición de fugitivos está encaminada a agilizar los
procedimientos, para que los criminales sean entregados a la
justicia, así como un mejor entendimiento en dicha materia.
 Asistencia Jurídica Mutua es una herramienta fundamental para
el combate a la delincuencia organizada estipulada dentro del
Tratado de Cooperación México- Estados Unidos de dicha
materia.

Existen otras estrategias para erradicar o disminuir la problemática del narcotráfico,


como lo son, acciones contra el tráfico de armas, contra el lavado de dinero, y contra
organizaciones delictivas.

La colaboración entre México y Estados Unidos en materia de aseguramiento y


decomiso de bienes producto del narcotráfico y sus delitos conexos, responde a la
convicción mutua de que la mejor forma de combatir a las organizaciones de
narcotraficantes es privarlos de las ganancias de sus actividades ilícitas, y de los
negocios aparentemente lícitos que les sirven para ocultar sus verdaderas
actividades, para ello es necesario implementar las siguientes acciones:

 Intercepción: A partir del establecimiento de la Estrategia Bilateral,


la colaboración entre agencias de ambos países para detectar y
detener el tráfico ilícito de drogas se ha incrementado. En particular
se han logrado consolidar los sistemas de enlace e intercambio de
información entre agencias de ambos países para la intercepción

236
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

aérea, terrestre y marítima de droga. Estos mecanismos han sido un


factor importante no sólo para incrementar los decomisos de drogas,
sino para disuadir el tráfico internacional de drogas en algunas
regiones.

La cooperación bilateral se ha fortalecido con el establecimiento, en junio del 2000,


del Grupo Bilateral de Cooperación en Materia de Intercepción México-Estados
Unidos. Este Grupo se reúne periódicamente con el fin de intercambiar y discutir
información táctica, con el objetivo de incrementar la efectividad de los esfuerzos de
intercepción de ambos países

 Capacitación: El gobierno mexicano y su contraparte


estadounidense han reconocido que la profesionalización y la
especialización de los funcionarios en las distintas áreas de control
de drogas constituyen factores fundamentales para obtener mejores
resultados en el combate al fenómeno. Es por ello que ambos países
han desarrollado una extensa colaboración bilateral en el diseño de
programas de cooperación técnica y capacitación en materia de
lavado de dinero, tráfico ilícito de armas, control de precursores
químicos y procuración de justicia.
 Cooperación Multilateral en los últimos cinco años, México y Estados
Unidos han promovido que los organismos internacionales
coadyuven en la adopción de instrumentos internacionales que
incentiven la reducción de la demanda ilícita de drogas, y permitan
fortalecer el combate al lavado de dinero, al tráfico ilícito de armas y
a la delincuencia organizada.

México y Estados Unidos tienen una visión común respecto al problema de las
drogas, comparten la idea de que es necesario enfrentar simultáneamente el

237
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

problema desde un enfoque integral que incorpore políticas dirigidas tanto a la


reducción de la demanda, como a la oferta de drogas ilícitas.

Las formas de conseguir buenos resultados se plasmaron en la Conferencia


Binacional México- Estados Unidos sobre Reducción de la Demanda serían las
siguientes.

 Conducir los esfuerzos en reducción de la demanda de un enfoque


sobre programas a uno integral basado en las políticas nacionales.
 Continuar nuestro contacto bilateral entre funcionarios de alto nivel
 Incorporar nuevas formas para obtener apoyo público y financiero (a
través de la legislación, etc.)
 Continuar nutriendo mejores políticas que apoyen las metas de
nuestros países, reducir el abuso de drogas.

La ayuda militar de Estados Unidos a América Latina se ha incrementado en un


24% desde el 11 de septiembre de 2001, que se ha justificado bajo la bandera de
la guerra al terrorismo. La política internacional antidrogas estadounidense requiere
reforzar la cooperación bilateral, con aquellos países que tengan un problema de
producción, ya que terminar con el flujo de drogas sigue manteniéndose como
objetivo dentro de su política internacional. (DEA, 2005).

En años recientes, la relación bilateral ha comenzado a distanciarse de los patrones


negativos, que la caracterizaron en el pasado y, lentamente está desarrollando un
notable nivel de cooperación. Desde el inicio de sus mandatos, los Presidentes Fox
y Bush asumieron la relación bilateral como una prioridad de sus gobiernos, si bien
difieren en el orden de sus prioridades ambas naciones comparten una serie de
preocupaciones urgentes.

Al mismo tiempo, a consecuencia de los eventos del 11 de septiembre de 2001, las


agencias policíacas y de Justicia de Estados Unidos están experimentando cambios

238
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

institucionales para anticipar y prevenir actos terroristas y reforzar la lucha contra el


narcotráfico.

El gobierno del presidente George W. Bush brindó cientos de millones de dólares


para apoyar a sus aliados más cercanos en América Latina. La asistencia a México
incluye apoyo para mejorar la capacidad en el control de sus fronteras y en la lucha
contra el narcotráfico.

♦ Políticas nacionales

Los Estados Unidos dentro de su Informe Nacional de Control de Drogas 2005


persiguen una enérgica estrategia tripartita para combatir el problema del consumo
ilegal de drogas ilícitas; mediante programas de rehabilitación, desbaratar las
operaciones de los narcotraficantes; e interrumpir el flujo de drogas desde la nación
de origen. (US Embassy, 2006).

Este país considera que el gobierno mexicano ha mantenido su lucha contra el


narcotráfico teniendo excelentes resultados, pero argumenta que estas acciones se
ven empañadas por el virus de la corrupción en las instituciones nacionales.

Por su parte México combate al narcotráfico por las siguientes razones; defender la
seguridad nacional; evitar la corrupción de las estructuras institucionales; y
fortalecer la cooperación internacional. (PGR, 2006).

Nuestro país confronta el problema del narcotráfico desde dos perspectivas; en el


frente nacional: controlando y erradicando la producción de drogas ilícitas; y
reduciendo su consumo; y en el frente internacional, mediante esfuerzos de
cooperación para la eliminación e intercepción de drogas ilícitas producidas en otros
países y que llegan a transitar por territorio nacional con destino a su mercado de
consumo.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Programa Nacional para el Control de Drogas 2001–2006

• Reducción de la demanda de drogas ilícitas

• Reducción de la oferta de drogas ilícitas

• Combate a delitos asociados al narcotráfico

• Cooperación internacional

La cooperación bilateral, entre México y Estados Unidos es indispensable para


combatir eficazmente el cultivo, la producción, el tráfico y el consumo de drogas.
Los dos países están trabajando conjuntamente para reducir la demanda ilícita de
drogas a través de programas de concientización y educación pública, de
prevención, tratamiento, investigación y capacitación.

 Prevención y control de la demanda; disminuir los índices de


consumo de drogas, a través de programas de educación,
rehabilitación y tratamiento.
 Prevención y control de la oferta; aplicar programas conjuntos
de erradicación, en las zonas productoras por excelencia
además de instalar programas de sustitución de cultivos.
 Cooperación Bilateral; fortalecimiento en los aspectos de
intercambio de información y realización de investigaciones
coordinadas respecto a organizaciones criminales vinculadas
al desvío y producción de precursores y sustancias químicas
(PGR, 2006)

No es posible dentro de la relación bilateral enfrentar el problema de las drogas


desde una perspectiva individual; por lo tanto, se hace imperativa la conservación y
el fortalecimiento de los mecanismos cooperativos entre los dos países.

240
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Con todo lo anterior la problemática del narcotráfico prevalecerá como el tema


prioritario dentro de la relación bilateral, ya que es el tema de seguridad nacional
por excelencia; dentro del continente, debido a que el consumo de drogas en
Estados Unidos no ha disminuido como se esperaba, además de poner en evidencia
la falta de vigilancia o encubrimiento en las fronteras, en cuanto a México el
consumo interno cada vez tiene más fuerza y la ola de violencia por ajuste de
cuentas en nuestro territorio afectan cada día más la estabilidad nacional. Es por
ello que los dos países deberán luchar contra el narcotráfico desde una perspectiva
de corresponsabilidad, donde no se releguen obligaciones, si bien este problema
afecta en diferentes campos, consumo y demanda, es algo común y por ende se
deberá operar de manera coordinada.

3.2.5. EL PRESENTE Y EL FUTURO LA INICIATIVA MÉRIDA.

Es claro que es el contexto de seguridad después de los atentados del 9/11 generó
las condiciones para un proyecto como la Iniciativa Mérida ya que esta, en esencia
buscaba reforzar la seguridad ante el narcotráfico (problema histórico con México)
y el terrorismo (nueva coyuntura). Lo es también que el programa se diseñó para
México y Centroamérica con más beneficios para México que para estos últimos,
sin embargo, el producto final siempre se reflejaría en la frontera norteamericana.
Pese a lo limitado de los recursos (lectura mexicana) y a las formas en las que se
aprobó y operó por parte del senado norteamericano (con reticencias y demoras),
el programa marcó un proceso de cooperación en donde a diferencia del pasado se
dio la confianza mutua entre México y Estados Unidos en torno al combate del
narcotráfico (lectura norteamericana).

El Programa de Cooperación entre México-Estados Unidos Contra la Delincuencia


Organizada conocido como Iniciativa Mérida se diseña en octubre de 2007, con

241
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

cuatro objetivos principales: 1) combatir el poder y la impunidad de las


organizaciones criminales; 2) reforzar el control de la frontera, de la zona aérea y
de la región marítima; 3) mejorar las capacidades de los sistemas de justicia en la
región; y 4) restringir las actividades de las pandillas, así como reducir la demanda
local de droga (Ribando C. / Finklea K.; 2012).

Es un programa diseñado desde para México y Centroamérica, solo lo concerniente


al presupuesto solo le asignaba a 50 de los 1400 millones de dólares a estos
últimos, siendo por ello motivo de debate y protesta de los siete países que lo
componían.

La primera propuesta contemplaba 1400 millones de dólares como paquete de


apoyo para combatir el narcotráfico dividido en paquetes de entrega, programando
el último para 2010 (Arámbula A.; 2008).

La mayor parte del acuerdo en 2007 se diseñó para cubrir cuestiones del área
fronterizas y las solicitudes financieras iniciales para la Iniciativa se enfocaron en
entrenamientos y equipamiento para las fuerzas militares y de seguridad de México,
esto significo que se utilizara el 64 % para el área fronteriza; seguridad pública
implicaba 24%; y creación y mejoramiento de instituciones 15% (Olson E.; 2012).

Con todo ello la constante dentro de la implementación del mismo se ha centrado


en el ámbito político, ya que desde su aprobación los estire y afloje tanto del lado
norteamericano como del mexicano han sido constantes.

En Estados Unidos el Congreso no tenía noción de los montos asignados y no


fueron informados ni consultados lo cual durante todo el tiempo desde su
implementación, generó una tensión política que retrasó su aprobación y las
entregas de los paquetes hacia México.

242
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Incluso de acuerdo a Isacson Adam, colaborador del WOLA para el 2013 la Iniciativa
Mérida contaba ya en total con 2800 millones de dólares asignados, de los cuales
sigue congelados 600 millones porque el gobierno del Peña Nieto no los ha
solicitado (Isacson A.; 2013).

Es así que en la práctica parecía ser una política más de palos y zanahorias ya que
en México siempre se discutió sobre los efectos que tenía sobre la soberanía
nacional y sobre el si Estados Unidos cumpliría su parte; del otro lado el Congreso
norteamericano siempre pugno por la medición de los resultados de la Iniciativa
recordando que uno de los problemas era el que México no contaba con mucha de
la contraparte institucional necesaria para recibir dicha ayuda; pese a todo eso el
discurso de ambos siempre fue el de la responsabilidad compartida (Olson E.;
2012).

De esta forma entre 2007 y 2009, periodo en el que se diseñó la Iniciativa Mérida
con los objetivos de modernización y capacitación de recursos y en el que el
gobierno de Obama los sesgo hacia objetivos de fortalecimiento institucional y
cuidado de los derechos humano, la cifra de homicidios producto de la violencia del
crimen organizado pasó de 2819 en 2007 a 9612 en 2009 (Valdés G.; 2013; p. 286).

Para 2009 con la elección del gobierno demócrata de Obama y con tres años de
iniciada la guerra contra el narcotráfico en México, el gobierno norteamericano
continuo con el apoyo de la Iniciativa Mérida; sin embargo, junto con el presidente
Calderón replantearon sus prioridades durante reuniones realizadas entre los años
2009 y 2010, quedando las particularidades de la siguiente forma:

Eje 1.- Calderón dio una lista de 36 criminales de los cuales ya había
arrestado a 26 y EE.UU. se comprometió a mermar las
capacidades logísticas y financieras de estas (tómese como el

243
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

compromiso de controlar el flujo de armas de Estados Unidos


hacia México).

Eje 2.- Se dio preferencias a las reformas institucionales que a las


transferencias de equipo.

Eje 3.- La frontera del siglo XXI; se buscaron programas confiables para
transportar personas y mercancías, pasando de una dinámica
con tendencia a la modernización y capacitación, a una de
fortalecimiento institucional y de reconstrucción de ciudades
fronterizas, así como de respeto a derechos humanos. Dicho
acuerdo fue conocido como Mérida 2.0.

Cabe destacar que en su momento se manejaba que el WOLA daba reportes en los
que se contemplaba que México ya tenía 7 mil denuncias en la Comisión Nacional
de Derechos Humanos relacionadas con la política de combate a las drogas (Olson
E.; 2012).

Para muchos es claro que el objetivo principal de Estados Unidos dentro de estos
mecanismos de cooperación es esencialmente la prevención del riesgo a partir de
la seguridad fronteriza y si bien pueden incluir otras áreas y ámbitos, esta es una
fuerza centrípeta de que guía de la política y el interés.

En el caso de México este interés debió haberse canalizado hacia la creación de un


sistema de impartición de justicia; atención al problema de la migración; el
fortalecimiento de instituciones dedicadas a la seguridad y la modernización y
capacitación de personal desde una óptica de neo institucionalismo neoliberal.

Ahora bien, debe de reconocerse que por su posición de frontera más grande y
vulnerable México tuvo prioridad con respecto a Canadá, lo cual se observa con la
prioridad que se le da a la Iniciativa Mérida a diferencia del resto de los programas

244
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

de fortalecimiento fronterizo; en esa medida, en teoría al menos en disposición, que


no en presupuesto, sin dejar de ver los problemas y presionar por las soluciones
pertinentes a cada caso, la percepción del contexto 2006 - 2012 debió haber estado
a favor de la actividad que se realizaba en México en lo que respecta a la lectura
hecha por los norteamericanos de la operación de la PFDGCN y por el lado de
México debió de haber estado a favor de una actitud diferente de cooperación de
Estados Unidos.

Eje 4.- Pretende construir comunidades fuertes principalmente en las


ciudades fronterizas afectadas por la delincuencia: Tijuana;
Juárez y Monterrey (Olson Eric / Wilson Christopher; 2010).

Lo particular en lo que respecta a la frontera en este contexto se debe a que la


frontera se convierte en un área común de riesgo y vulnerabilidad entre México y
Estados Unidos ya que para Estados Unidos implica una puerta que no puede cerrar
por los distintos beneficios que le da y por tanto se convierte en un riesgo que tiene
que correr sin descuidar; y para México es una vulnerabilidad ya que no la controla
y representa una meta a la que aspiran muchos actores que además requieren
caminos para llegar a ella, y que a su vez los narcotraficantes tienen controlada y
disputada con los territorios; rutas y áreas vinculadas a ella.

3.3. EL CAMBIO DE ESCENARIO, TRUMP.

3.3.1. SEGURIDAD Y MIGRACIÓN IRREGULAR

A partir del 2001, se ha fortalecido la interdependencia de las políticas de Estados


Unidos en materia de seguridad nacional, seguridad fronteriza, seguridad pública,
gestión fronteriza, narcotráfico, lavado de dinero y tráfico de armas.

245
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Lo que trae como consecuencia que el Estado mexicano debe de fortalecer una
eficaz gestión binacional, transfronteriza y fronteriza de esta agenda con Estados
Unidos, según sus prioridades nacionales bajo una agenda multinivel.

Derivado de la nueva administración en el vecino país del norte, se ha visto


afectadas las relaciones entre Estados Unidos y México. Como ejemplo de esto
podemos recordar algunas de las principales propuestas en el proceso electoral y
de la administración Trump:

 La construcción de un gran muro a lo largo de la frontera.


 Tolerancia cero para inmigrantes que cometan crímenes.
 Bloquear los fondos federales para las ciudades que no reporten
la presencia de inmigrantes irregulares en sus comunidades.
 Revertir las órdenes ejecutivas sobre inmigración decretadas por
Barack Obama
 Reforma del sistema de inmigración que beneficie a los
estadounidenses, en particular aquellos con bajos salarios.

Estas propuestas se fueron fortaleciendo en el transcurso del proceso político y


electoral estadounidense, ante una débil influencia nacional en los círculos
decisorios de Estados Unidos.

Así estas iniciativas han enfrentado la administración actual con el gobierno


mexicano y con las ciudades estadounidenses en donde se localizan la mayor parte
de la población mexicana irregular y regular, lo que significa cerca de un 70 %.

Cabe señalar que en el caso de las ciudades, han asistido a los tribunales con el fin
de impedir que la administración Trump renueve la implementación de la política de
Comunidades Seguras, que implica una mayor colaboración con las autoridades
migratorias federales para detener y deportar a los migrantes irregulares.

246
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Sin embargo, el Ejecutivo, nuevamente, propuso su implementación en el


Memorándum de febrero de 2017 donde se restablece el denominado programa
287g. aunque gracias a la suspensión se han impedido expulsiones masivas de
migrantes que se esperaban en los primeros meses del presente gobierno.

De esta forma la política actual de seguridad fronteriza de Estados Unidos ha


fortalecido los enfoques de control fronterizo y de criminalización hacia los
migrantes. El fundamento legal de dicha política es la Ley de Inmigración y
Nacionalidad (8 U.S.C. 1101 et seq.) (INA), la Ley del Cerco Seguro de 2006 (Ley
pública 109367) (Ley del Cerco Seguro), y la Ley de Reforma de la Inmigración
Ilegal y de Responsabilidad del Inmigrante de 1996 (Ley pública 104208 Div. C)
(IIRIRA), orientadas a garantizar la seguridad y la integridad territorial de Estados
Unidos.

3.3.2. SEGURIDAD EL TEMA DEL NARCOTRÁFICO.

Desde el inicio de la administración Trump, se ha asociado la construcción del Muro


como una alternativa para reducir el tráfico de drogas procedente de México, en
especial cocaína, metanfetaminas y heroína.

Sin embargo, se deja de combatir el consumo interno, ya que se ha incrementado


en los últimos cinco años, ante deficientes políticas de prevención y de intercepción
de Estados Unidos.

En atención a esta realidad se requiere una redefinición de la estrategia del Estado


mexicano, en el manejo de las agendas militar y naval en conjunto con los Estados
Unidos, según las prioridades nacionales en materia de seguridad nacional y
fronteriza y acorde a una agenda multidimensional del propio Estado.

247
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos ha reiterado en múltiples ocasiones,


su preocupación por, la cantidad de muertes de consumidores habituales de heroína
en los últimos años. Adicionalmente ha expresado su interés por atender el
problema del tráfico de armas y lavado de dinero en la frontera con México.

Debido a lo anterior, resulta fundamental la definición de una estrategia del Estado


mexicano, que permita reducir los efectos negativos de tales procesos.

Cabe señalar, que, aunque ha aumentado la inseguridad y violencia en la frontera


norte de México, llegando a significar que el 30% de los delitos de orden federal se
cometen en las entidades de la frontera norte, no se han reducido las dinámicas
transfronterizas en temas tales como: comerciales, económicas y turísticas y en
particular el crecimiento de la industria maquiladora mexicana.

Además, se debe señalar que un factor el cual favorece que la inseguridad de la


frontera norte mexicana no afecte las dinámicas transfronterizas, es el hecho de que
las ciudades fronterizas estadounidenses han disminuido de manera radical la
incidencia delictiva en los últimos años.

De esta forma, durante el 2015, el promedio de homicidios en los municipios


mexicanos fronterizos fue de 20.8 por cada 100,000 habitantes, a diferencia de los
condados fronterizos en Estados Unidos, en donde la tasa fue de 3.2, incluso más
bajo que el promedio nacional estadounidense que en el mismo lapso fue de 5.3.

3.3.3. EL PUNTO MÁS ÁLGIDO EL CAMBIO DEL TLCAN.

La renovación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), resulta
de una visión proteccionista y nacionalista que sostiene el actual gobierno
estadounidense, contrario a la tradición económica estadounidense que se ha

248
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

caracterizado bajo procesos de globalización, que han permitido el crecimiento de


la economía.

Dentro de este tema se han polarizado las posiciones del gobierno de americano, e
donde se argumenta que los bajos salarios en México son causa de la fuga de
industrias estadounidenses, que tiene como consecuencia, la no generación de
empleos en Estados Unidos.

En este contexto, se transforma en algo marginar el largo proceso de integración


comercial, financiera y de inversiones que ambos países desarrollaban. Del cual se
estima que cerca de 14 millones de empleos se han generado como producto de la
integración comercial y productiva del TLCAN.

Dentro de las negociaciones se vislumbra el tema del porcentaje de las reglas de


origen, el cual es un tema escabroso entre los dos países, así Estados Unidos
propone una mayor integración, con la finalidad de promover un mayor valor
agregado y con ello, la generación de empleo en ese país.

Sin embargo, es posible que sea el sector empresarial de los propios Estados
Unidos que se encuentran vinculados con el TLCAN, los que no están a favor de
una relocalización industrial, ya que los beneficios de las ventajas comparativas que
provee la frontera norte y en general, la relación comercial y productiva con México
se verían disminuidos.

En este contexto, las posiciones del presidente Trump reflejan su interés de atender
las demandas de su electorado y otras del establishement político, principalmente
en lo asociado a su particular agenda de seguridad nacional. De tal forma que la
gestión de dichos contextos y de la identificación de los actores claves, permitiría la
definición de estrategias nacionales con Estados Unidos.

249
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Es así que resulta importante, vincular la agenda binacional de combate contra el


terrorismo con el TLCAN, esto en razón a las consideraciones a la creciente
influencia militar en la agenda de seguridad nacional en Estados Unidos (DHS,
Pentágono y Coordinación de Gabinete).

Bajo este contexto es posible permitirse, para ambas naciones, un diálogo más
estratégico entre las prioridades nacionales en materia de seguridad nacional y
fronteriza, que podría disminuir la polarización en el resto de la agenda.

En este sentido la posibilidad de que Estados Unidos decida salirse del TLCAN
planteará el reto importante para el Estado mexicano de cómo seguir fomentando y
favoreciendo la competitividad industrial, productividad y bienestar de la economía
y sociedad mexicana.

250
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

CONCLUSIONES.

Los tiempos recientes de las relaciones entre México y los Estado Unidos se
encuentran ligados a tres vertientes: la migración, el narcotráfico y el comercio
bilateral. En este sentido, tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001
Estados Unidos puso en marcha una nueva doctrina de seguridad y defensa a fin
de hacerle frente a lo que ha identificado como la mayor amenaza para su
seguridad: el terrorismo. El establecimiento del Comando del Norte y el desarrollo
de los Acuerdos de Fronteras Inteligentes, tanto con Canadá como con México,
forman parte de la estrategia de reorganización de la política de seguridad de
Estados Unidos que aplica con particular vehemencia en la frontera con México.

Aun pese a que los tres países de América del Norte reconocen que su seguridad
es interdependiente, dado el carácter transnacional de las amenazas a la misma, lo
que hace que se amplíen los efectos de seguridad nacional al espacio de seguridad
regional, lo que sin duda ratifica el carácter de la integración de América del Norte,
situándola más allá de un simple acuerdo de integración comercial en el marco del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

En efecto, la zona de Norteamérica se está construyendo como región económica,


política, social y de seguridad a través de una serie de dinámicas que han rebasado
el acuerdo comercial, y lo adecuado para los participantes sería comenzar hablar
incluso de una Comunidad de América del Norte.

Dentro de este contexto, es factible y deseable pensar en la implementación de un


plan de desarrollo en el marco del TLCAN; necesario si se quiere que este acuerdo
comercial signifique algo más que el beneficio económico de las grandes empresas
que participan en él, sin embargo la realidad es que hasta nuestros días aún no se
ha contemplado un programa de apoyos sectoriales entre los países que lo integran,
debido a que el bloque está constituido por dos países altamente desarrollados

251
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

como Estados Unidos y Canadá y uno con un notable grado menor de desarrollo,
México, las disparidades sociales son enormes.

A pesar de que en el preámbulo del Tratado se establecen los objetivos de “crear


nuevas oportunidades de empleo, mejorar las condiciones laborales y los niveles de
vida en sus respectivos territorios”, el incremento esperado en el empleo y la calidad
de vida de los ciudadanos de América del Norte se basa en la teoría liberal del
comercio internacional, que supone que el incremento en el intercambio de bienes
servirá para elevar el nivel de actividad económica de los países, lo que a su vez,
traerá consigo el aumento del empleo y de los niveles de vida. Lo cual,
evidentemente no ha sucedido o mínimamente ha sido insuficiente para lograr el
desarrollo equilibrado de la región.

La integración económica regional implica importantes modificaciones en las


economías de los estados miembros, sin embargo, como menciona Ramón
Tamames, los beneficios que la integración intergubernamental debe lograr es una
aceleración del desarrollo económico y social, y no simplemente un crecimiento
económico que solo ha llevado a una inequitativa distribución de la riqueza.

En este contexto, se vuelve necesario la intensificación del estudio sobre el


desarrollo regional que permita realizar una eficaz planeación nacional para
favorecer la economía de México, Estados Unidos y Canadá. Dada la evidente y
creciente interdependencia de estos socios. Los problemas económicos y sociales
que se presentan en varias zonas del país, en el caso mexicano, afectan la
seguridad económica y social de las zonas más desarrolladas. Por ello, es
indispensable acotar las profundas disparidades en los países en el ámbito de las
leyes y su aplicación, por ejemplo, para con ello aspirar a plantear objetivos,
estrategias y metas de carácter supranacional para enfrentarlos. Cualquier
posibilidad de implementar fondos estructurales en México implica la necesidad de

252
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

conocer a profundidad tanto las causas como los indicadores de la desigualdad en


México.

La integración en América del Norte está en construcción, por ello es necesario


trascender la visión economicista que reduce el proceso a la zona de libre comercio
del TLCAN y abrazar la visión de la comunidad norteamericana que permite plantear
una serie de intereses comunes a largo plazo que se lograrían gracias a la
integración, en este caso el objetivo último de hacer del bloque norteamericano una
zona de desarrollo y estabilidad social, con mayores niveles de convergencia entre
las economías.

El precario desarrollo que viven algunas regiones de nuestro país, la creciente


migración de nuestros connacionales dirigida hacia los países del norte, entre otros
aspectos, son problemas estratégicos que deben resolverse, en la medida en que
generan tanto desequilibrios en la economía nacional como en las de los integrantes
del TLCAN.

La protección del medio ambiente, la óptima utilización de los recursos naturales y


una sana economía son los objetivos que deberían considerarse en la aplicación de
programas que permitan el desarrollo económico de las zonas más atrasadas. Estos
aspectos proporcionan la productividad y la competitividad en esas regiones,
favoreciendo la economía nacional y la economía de América del Norte en su
conjunto, y, finalmente se logre una mayor competitividad a nivel internacional. De
esta manera, se solucionarían problemas nacionales y regionales como la migración
y posiblemente se pueda plantear para México una posterior diversificación de
mercados en el ámbito mundial. Logrando consolidar primeramente su estructura
interna y su relación con sus mayores socios y, posteriormente, favoreciendo el
intercambio con otras zonas.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

En este sentido, se plantea la primera acción específica en materia de políticas,


relativas a las relaciones con Estados Unidos.

Plantear la actualización y ampliación del tratado comercial con los Estados


Unidos de forma que además de corregir las omisiones lascivas para el medio
ambiente, el incluir se incluya la debida articulación de medidas sociales,
políticas y culturales de carácter local, es decir que el tratado comercial
incluya compromisos específicos en materia de desarrollo democrático, los
derechos humanos y ambientales, la lucha contra la corrupción, el respeto a
la diversidad cultural de los pueblos originarios y seguridad nacional. Entre
avanzando hacia la consolidación en el mediano plazo de una verdadera
Comunidad de Naciones de Norteamérica.

En este sentido, Estados Unidos ha incentivado la cooperación a nivel bilateral


(México-EEUU/ Canadá-EEUU) a fin de hacer frente a los nuevos retos. Al compartir
la frontera más transitada del mundo con Estados Unidos, México indiscutiblemente
forma parte del perímetro de seguridad de ese país.

México intentará mantener la seguridad de Estados Unidos intensificando su interés


en organizar las fronteras inteligentes y cooperando ampliamente en la materia,
como han demostrado los operativos implementados en los aeropuertos nacionales.

A grandes rasgos, podríamos afirmar que los acuerdos entre México y Estados
Unidos sobre la definición de la seguridad y las amenazas a la misma son mínimos:
el reconocimiento de que el terrorismo, así como el tráfico de personas, drogas y
armas constituyen amenazas que por su carácter de transnacional requieren de la
cooperación de ambos Estados para ser enfrentados, por lo que los mecanismos
de cooperación desarrollados a nivel bilateral responden a este acuerdo mínimo,
dejando subsumida cualquier posibilidad de avanzar en acuerdos en materia de

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

seguridad hídrica, económica o alimentaria, tan necesarios para la franja fronteriza


en su conjunto.

Sin embargo, este acuerdo de fronteras inteligentes está claramente orientado a


garantizar el tránsito comercial y eficientar los cruces legales, lo que es marginal si
consideramos a fondo la complejidad fronteriza que incluye una gama de temas
pendientes como el uso sustentable del agua, la violencia generada por las bandas
de narcotraficantes traducidas en ejecuciones, los feminicidios en Ciudad Juárez y
el peligro que enfrentan miles de indocumentados al cruzar por territorios cada vez
más complicados en aras de alcanzar el “sueño americano”. En consecuencia,
consideramos que esta investigación aporta un panorama general sobre el estado
de la estructura y relaciones entre México y Estados Unidos a partir del cual se
vuelve urgente desarrollar nuevas líneas de investigación como, por ejemplo, en el
tema de la sustentabilidad en la cuestión del agua, o la situación precaria que
significa las formas de empleos de los trabajadores de la industria maquiladora en
la frontera, sólo por mencionar dos casos; lo anterior contrasta con el discurso
oficial, que además de omitirlos, no presenta iniciativas específicas y necesarias
centrándose exclusivamente en acciones relativas a la seguridad.

Asimismo, el hecho de que Estados Unidos no renuncie a acciones unilaterales en


aras de la protección de sus fronteras, valida nuestra hipótesis sobre la primacía de
las medidas de carácter unilateral sobre las de colaboración, el hecho de que
Estados Unidos cada vez endurezca sus controles fronterizos estaría en contra de
la perspectiva que enarbolan los promotores de la Comunidad de Seguridad. Lo que
existe, desde nuestra perspectiva, es una serie de acuerdos mínimos que no tienen
aparejados programas ni recursos en ambos países, por lo que no derivará en la
construcción de identidades comunes ni de una comunidad de seguridad en la
medida en que la cooperación no necesariamente significa unidad. Desde nuestra
perspectiva, si bien es cierto que paulatinamente se está adquiriendo esta visión
regional aunque no de forma explícita, optándose por un trabajo pausado, temático,

255
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

práctico e inmediato, Estados Unidos no renunciará a la posibilidad de actuar


unilateralmente.

Estados Unidos ha reforzado la seguridad de su frontera sur y las políticas contra


los trabajadores indocumentados, ejemplos de ello son el operativo Arizona Border
Control (ABC) (cuya finalidad es endurecer la vigilancia fronteriza e incluye el uso
de balas de goma y gas mostaza por parte de la Patrulla Fronteriza contra los
migrantes) y la deportación unilateral a lo largo de la frontera de los indocumentados
detenidos en Estados Unidos en el marco del Programa de Repatriación Lateral. Lo
anterior niega una realidad explicita que más allá de las fronteras entre ambos
países, cultural y socialmente hablando dichas fronteras se encuentran cada vez
más unidas, dado que los vasos comunicantes se extienden a diversas vertientes
familiares, comerciales y económicas.

En la medida en que la seguridad y sus adjetivos tienen significados distintos para


México y Estados Unidos, y ante la oposición de construir una identidad común en
la materia, a lo que se agregan las cuestiones de soberanía y cultura, tampoco es
viable hablar de una comunidad de seguridad entre México y Estados Unidos.

Al respecto, bien vale la pena resaltar las implicaciones del carácter asimétrico y
aparentemente distante entre México y Estados Unidos, como dicen González y
Haggard:

“En las relaciones asimétricas, los retos a la seguridad no son de


carácter tradicional militar. La cooperación dependerá de la
voluntad y capacidad de la parte débil al manejar las externalidades
trans-fronterizas que las colocan como una amenaza. Tres de estos
temas sobresalieron en 80’s 90’s; los ambientales, drogas e
inmigración. Cada uno caracterizado por niveles diferentes de

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

cooperación, institucionalización y confianza.” (Guadalupe


Gonzalez y Stephan Haggard, 1998, p. 317).

Así, vemos como los niveles de cooperación dependen de múltiples variables,


tiempo, participación y voluntad de los actores, institucionalidad de la relación,
coyuntura política interna, niveles de interacción, dimensiones del problema, entre
otros. Es decir dependiendo de la temática, necesariamente nos encontramos con
la fortaleza, o debilidad, de las instituciones internas para responder a los acuerdos
y hacer efectiva la cooperación. Sumado al hecho de que la asimetría
necesariamente obliga a que las acciones de México a ser más o menos
compatibles con las de Estados Unidos, en cuanto al manejo internacional de cierta
temática.

Siguiendo a González y Haggard las:

“Preocupaciones clásicas de seguridad han jugado un rol


importante en la coincidencia de seguridad de México y Estados
Unidos,(...)Pero una necesaria (aunque no suficiente) precondición
para la cooperación es la convergencia: la extensión de las políticas
que México adopta y que son conducentes a las de Estados
Unidos.” (Ibíd., p. 325).

Dicha convergencia ni es lineal, ni necesariamente institucionalizada y en este caso


tampoco forzosamente cooperativa. En consecuencia, no podemos hablar de una
comunidad de seguridad, en el sentido en que los teóricos que presentamos en el
primer capítulo la entienden (como una identidad común e identificación automática
de amenazas comunes) Aunque como dice García la tendencia va en un sentido de
coincidencia:

“A pesar de que el concepto de comunidad de seguridad sugiere


que los dos países desarrollen una convergencia de objetivos de

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

seguridad suficientes para desempeñar cooperación mutua


significativa en temas de seguridad, la observación empírica revela
que esto no ocurre entre México y Estados Unidos en lo que
concierne a las operaciones de seguridad en su frontera común. (No
obstante) Sí se vislumbran tendencias a largo plazo que la
encaminan en esa dirección.” (José Z. García, México 2003. p. 386)

En consecuencia, dado que Estados Unidos considera a la migración ilegal uno de


los principales retos a su seguridad y dada su preocupación por la porosidad
fronteriza.

De esta forma, se articula la segunda estrategia específica, relativa a:

Establecer una estructura integral de protección a la población migrante


sustentada en acciones de difusión y promoción en los Estados Unidos, sobre
todo en aquellas regiones donde la integración económica y social es
importante, para lograr que líderes de opinión, así como organizaciones
interesadas, establezcan públicamente la posibilidad de ampliar la
colaboración y la complementariedad de las comunidades fronteriza, y que
esa campaña articule los diversos ámbitos de colaboración y coordinación
necesarios para facilitar la integración de una verdadera comunidad fronteriza
que comparte intereses y destinos comunes. En el foco de atención debe
prevalecer la necesidad y ventajas de que esta relación ocurra con respeto a
la ley, la diversidad y los derechos humanos.

México debe generar la estrategia adecuada para que se logre un acuerdo general
lo más pronto posible. Y esto debe incluir acciones de cabildeo en el Congreso de
los Estados Unidos, tal y como sucede en otras materias por grupos de interés. De
lo contrario, nuestros trabajadores indocumentados seguirán siendo perseguidos y

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

tratados como “delincuentes” no sólo por las autoridades estadounidenses sino por
un cada vez número mayor de ciudadanos de ese país que alimentan los
sentimientos racistas y xenófobos.

Así, podemos señalar que más allá del debate, lo que enfrentamos claramente es
un doble proceso de reconfiguración de las fronteras regionales en América del
Norte: por una parte, un movimiento de cierre relativo con mayores controles y
vigilancia entre Estados Unidos y México; por el otro, un movimiento de ampliación
de la frontera concebida en términos de seguridad, producción, culturalmente y
socialmente, para considerar como una sola entidad a los integrantes de América
del Norte.

De esta manera, las cuestiones de seguridad y los desafíos que son preocupación
mutua para México y Estados Unidos son numerosos e incluyen a) el desarrollo de
un concepto de seguridad y amenazas común, b) la gestión compartida de la
frontera, c) la atención de temas prioritarios para el desarrollo fronterizo como el
manejos sustentable del medio ambiente y el impulso al desarrollo de las ciudades
del lado mexicano, d) el monitoreo de terroristas internacionales y de organizaciones
criminales; e) la colaboración anti-narcóticos; f) programas conjuntos de disuasión
de la proliferación de armas de destrucción masiva; g) contrainteligencia y h)
cooperación general en aplicación de justicia.

Y en este contexto el reto para México es tener un acercamiento más integral a la


sociedad de los Estados Unidos que garantice el resguardo de los intereses
nacionales y el desarrollo de la cooperación. La intención es superar las
restricciones que ha impuesto el gobierno de los EEUU y hacer valer los lazos
comunicantes en la región, independientemente de que el resto de los Estados
Unidos tenga claro que México es su socio y aliado en los diferentes frentes, México
debe utilizar los canales diplomáticos correspondientes para impulsar mayores
puentes de diálogo con la comunidad, sectores y líderes de opinión de los Estados

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Unidos a fin de promover la idea de la necesidad de invertir recursos en la frontera


en una ecuación donde seguridad y prosperidad garanticen, sin duda, la estabilidad
de ambos países.

Sin duda, el interés político y la utilidad mediática que ha demostrado Estados


Unidos en el tema de México debe ser aprovechado por el país para concretar
acuerdos de desarrollo económico y obtener recursos necesarios para impulsar
programas de desarrollo, y por esta razón es necesario enfatizar las relaciones de
beneficio mutuo en los responsables de la política interna en los Estados Unidos.

México tiene que promover ante Estados Unidos la idea de que la estabilidad interna
del país depende directamente de las condiciones socioeconómicas que imperan
en el mismo, por lo que es de suma importancia generar proyectos de desarrollo
locales, perfectamente planificados, para impulsar el desarrollo de dichas zonas
marginadas de nuestro país como un primer paso para el mantenimiento de la
estabilidad. Si los países de Norteamérica tienen la finalidad de erigirse en el bloque
económico más competitivo del mundo y se ha asumido que la seguridad es una
condición para lograrlo, México entonces debería promover una agenda de
cooperación norteamericana que le permita acceder a recursos económicos para tal
fin, como ejemplo se puede retomar la experiencia en los procesos de integración
de la Comunidad Europea.

De esta forma identificamos que existen intereses comunes entre México y Estados
Unidos que obligan a este último a pensar en la estabilidad mexicana:

a) La creciente comunidad de origen mexicano en Estados Unidos,


que independientemente de las diferencias entre ellos, significan
un elemento influyente dentro de la política estadounidense,
ejemplo del poder que puede ejercer México en los Estados
Unidos, siempre y cuando se elaboren las estructuras y las

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

instituciones necesarias para encausar la participación en el


sentido de reconocimiento de dichos actores y la congruente acción
propia para cumplir con estos fines.
b) La necesaria convergencia energética, sobre todo en la zona
fronteriza, pues si bien México es productor de petróleo se hace
imperante desarrollar otras formas de energía, como la explotación
del gas y la producción de electricidad; de las cuales es necesario
establecer un enfoque regional favorable para ambas naciones.

La convergencia en materia de seguridad debe abarcar una cantidad mayo de


temas, como es la migración, el intercambio comercial, el cuidado de la
biodiversidad, el cual debe darse en forma creciente, siempre que se fomente el
acercamiento y conocimiento entre las distintas comunidades y agentes productivos
que integran la región, entre las cuales el recurso poco inteligente, que se soporta
solo en la fuerza ha quedado excluido como canal para hacer prevalecer los
intereses del más poderoso, pero en el que los condicionamientos y los
mecanismos de coerción pueden estar a la orden del día.

De esta forma, establecemos la tercera medida específica de acción en materia


de políticas públicas:

México debe plantear a los gobiernos estatales de los Estados Unidos que
integran la frontera, la necesidad de contar con acuerdos regionales y en
áreas específicas en el ámbito educativo, cultural, social y familiar que
faciliten e incentiven el intercambio social y económico en la región, con el
propósito de que estos acuerdos se conviertan en experiencias objetivas y
exitosas de integración regional, mismos que sumarán apoyo político para la
ampliación de dichos acuerdas a nivel nacional.

261
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Al final del día, el interés de Estados Unidos sobre la forma en que se integra la
economía mexicana a sus intereses ha sido permanente, la virtud debe consistir en
utilizarlo para beneficio mexicano. Por ello es hora de que el TLCAN transcienda la
barrera meramente económica, lo cual requiere establecer de manera clara los
beneficios que esto conlleva cada uno de los socios.

De manera inmediata, en materia migratoria México no sólo debe renovar sus


esfuerzos en el apoyo a los migrantes ilegales, sino realizar un esfuerzo por
promover la migración legal en condiciones adecuadas de seguridad que soporte el
ejercicios de los derechos humanos y laborales de los migrantes, y eso involucra el
trabajo de formación de preferencias anterior del Congreso y en la presidencia sobre
la importancia de que Estados Unidos cuente con una identificación certera que dé
claridad y soporte de las personas que emigran, para que puedan atender su
problemática de seguridad, sobre quién está en su territorio para lo cual se
requeriría un paquete integral de reformas en el área de la migración bajo los
siguientes argumentos:

 La necesidad de proveer servicios legales de entrada y salidas a los


migrantes indocumentados,
 Fortalecer los propósitos de la seguridad estadunidense al
proporcionar datos ciertos concernientes a millones de residentes
que migraron y actualmente se encuentran invisibles.

Una reforma a la visión actual de la relación bilateral que proporcionara ingreso


legal al país eliminaría la industria del tráfico de personas, reduciendo
significativamente los temores del gobierno de que las redes ilegales de
contrabando de personas pudieran ser utilizadas por los terroristas, evitando los
cientos de muertes anuales de migrantes.

262
“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
FRENTE AL MURO”

Asimismo, en materia de cooperación contra el narcotráfico, es importante


reconocer la necesidad de transformar la perspectiva con la que se atiende dicha
problemática, la cual ha dejado en segundo término aspectos tan relevantes como
el financiamiento de dichas actividades, que sin duda es necesario atacar, partiendo
de la idea de responsabilidad compartida, los tres pilares del narcotráfico señalados
por Luis González Souza, a saber: "uno, la demanda real y creciente de narcóticos
a cargo de EU, complicada por su esquizofrénica actitud de ostentarse como el
adalid mundial contra las drogas, pese a ser su principal mercado. Dos, la oferta de
estupefacientes, también real y creciente, que proceden de México en la misma
medida en que crecen su narcoeconomía y su narcopolítica. Tres, y a manera de
bisagra clave, las todavía no muy claras complicidades --técnicas o políticas, por
acción u omisión-- que crecen entre cúpulas (no sólo cárteles) de ambos países, y
que lógicamente alimentan la interacción demanda-oferta." (Luis González Sousa,
1997).

Finalmente, debemos concluir sobre la necesidad de retomar experiencias exitosas


de integración como es el caso del funcionamiento de los llamados Fondos
Estructurales de la Unión Europea, lo cuales significan recursos que reciben los
países menos adelantados de la Unión, a fin de mejorar las condiciones generales
de su economía y el desarrollo de infraestructura en sus países. La negociación de
estos fondos sería el primer paso para una sana integración por lo que se requiere
del desarrollo de mecanismos semejantes para que las relaciones de la región
promuevan el desarrollo integral de las comunidades que las habitan.

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“LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO CON LOS EEUU, EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO: UNA REFLEXIÓN
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