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¿Cuál es lo más significativo que RoqmJegó a la posteridad? Λ
/ todas laces» fue el primer modelo de *mo*muía universal1*. Ni
los egipcios, Bpos asirios-babilonios, ni a propio Alejandro
Magno'supieron dar cohesión a sos conquisüDM^oiamente Roma
logró reunir á casi todos los pueblos dd mundo
do bajo su manda Muy atrás quedó el
Estadoj.gyçJflQ griegos habían concretado en la minúscula
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r% ΡΈιο es sabido que Roma legó a la posteridadsjgDjnás valioso
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que la
vJIidea de
9 iioa monarquía universal, Roma ha dado a la ^ ▼ i'

zadón de todo «1 mundo una contribución inestimable en el * .


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campo del derecho, que representa su <%eadón más original y
fecunda. No existe pueblo civilizado cuyo derecho no es, en su
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fundamentales, deudor del Peredio
Romano. ' r w
Si la importancia histrica de un pueblo se mide por ehiúmo»
to de valores que ha legado a la humanidad, entonce» es Jfáto
concebir civilización romana como la base dçJoda la civiliza­
ción occidental.

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INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO
DEL PENSAMIENTO ROMANO

ANGEIiO ALTIERI MEGALE

BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA


Facultad de Filosofía y Letras
D ire cció n General de Fomento Editorial
BïMMÊRfT* UNIVERSIDAD AUTONüMA DE PUKFLA

Enrique Doger Guerrero


Rector
Guilîermo Narfs Rôdriguez
Stcrttûriû General
Ricardo Moreno BoleJio
Vicerrector de Extensión χ Difvítón de la Cultura
Roberto Hernández Gramas
Director de b Facultad de Filosofía y Letras.
Ricardo Escárrega Méndez
Director de Fomento Edilanai

Primera edictán; may*) de 2003


Imagen de ta podada: detalle de ta Columna de Trajano
ISBN: % íi 863 64Z 8

© Benemérita Universidad Autónoma de Puebla


2 'Norte 1404.
Puebla. Puebla, México.
C R 72000 TeL(01-222) 2-29-55-00 ext. 5768

Impreso y hecho en México


Printed and made in México
ADVERTENCIA

fin de conferir mayor objetividad a mi exposición, he transcrito (luego


A lie traducido al español) algunos'pasajes entresacados de los libros de
los autores latinos que he consultado, y que constituyen las, fuentes de
Información más interesantes para el presente trabajo.
Desde luego, las pretensiones de la obra que presento a la consideración
tld público lector son más bien modestas: ellas no pueden ir más allá de lo
que es una “introducción0. Sin embargo» a pesar de las inevitables insufi­
ciencias y limitaciones (y quizá precisamente por eso), confío en que ella
Kirva de estímulo para un estudio más profundo y extenso de la multifor­
mi- actividad cultural que caracterizó at genio romano.

A ngblo A ltier ] M .
Puebla de Z., febrero de 2003

7
PRIMERA PARTE
EL ARTE: QUË ENTENDÍAN LOS ROMANOS
POR ARTE; SU DIVISIÓN

1. Definición de 'arte*entre tos romanos

Ars, ut ait Cicero, est praeceptio quae docet certam viam ratibnemque ali­
quid faciendi. Sed» quia omnis praeceptio docet quomodo quid agendum
sit neque ullum est praeceptum quod ab homine non exercitetur ad utilem
vitae finem; idcirco latiore significatione est etiam ipsum exercitium, quo
quisque secundum ea preacepta sive mente sive corpore aliquid molitur et
facit. Èrgo sunt artium duo genera. Sunt enim artes quaedam, quae, ut ait
Quintilianus, positae sunt in sola inspectione ac contemplatione rerum
neque trllum exigunt actum, ut astrologia; sunt vero aliae*quae in agendo
máxime consistunt, ut saltatio. Omnes autem artes, sive mente sive corpo­
re axercentur.sunt earum rerun quae sciuntur) nihil enim arte effici potesl,
nisi is, qui eam tractabit, prius de ea multa perceperit. Ex quo intellegi
potest quantum artifex ab inscio distet- Inscius, enim, etiamsi aliquid
molitur* id sine ulla scientia facit; artifex vero in agendo certa preacepta
sequitur et novi alquid semper creat et gignit.
(El arte, como dice Cicerón* es una enseñanza que señala cierto camino
y cierta razón para hacer ajgo, Pero, ya que toda ënsenanza muestra de qué
manera ha de hacerse algo y ya que nada el hombre persigue que no tenga
alguna utilidad para la vida, pon esto el arte en un sentido más amplio es
también el propio ejercicio medíante el1cual alguien trama y hace algo bien

it
12 ANGELO ALTiERl MEGALE

con la m ente bien con el cuerpo, de acuerdo con- ios preceptos. Hayÿ por
tanto, dos géneros de arte. Hay» en efecto, algunos artes que, como dice
Quintiliano, se hallan tan sólo en el examen y en la contemplación de las
cosas y no exigen acción alguna* como la astrologia; en cambio» hay otros
artes que consisten particularmente en el actuar, como la danza. Sin
embargo, todos los artes, como quiera que se ejerciten, con la mente o con
el cuerpo, son propios de aquellas cosas que son conocidas; nada, en efep
to, puede hacerse con el arte, si el que lo, trata no haya tenido previo cono­
cimiento de é l De ello se deduce cuánto dista el artífice de] ignorante. El
ignorante, en efecto, aunque intente algo* lo’hace sin conocimientó1,al paso
que el artífice sigue ciertos preceptos y crea y produce algo nuevo.)
Esclareciendo mejor lo anterior, el arte, en el concepto de los antiguos,
es, ante'todo, una enseñanza o una teoría que ordena cualquier procedi­
miento con vistas a un determinado efecto; pero, en un sentido más
amplio, arte es también eí propio trabajo humano sostenido en el estudio,
el ingenio y ia práctica.

2. División de los artes

Artes sunt aut liberales aut sordidae. Sunt liberales omnes artes quae
mente vei ingenio exercentur; hoc autem nomen appeiïàtae, sive quia solae
sunt ingenuis hominibus dignae sive quia solae sunt ingenuis11hominibus
dignae sive quia liberum hominem potissimum decent. Sordidae vero,
cum manuum ministerio exerceantur, sunt homine ingenuo indignae et
propriae servorum.
!,(Las artes son o liberales o viles. Son liberales todos los artes que se
ejercen con la mente o el ingenio; se llaman, pues liberales,bien porque son
los únicos dignos de los hombres de noble condición, bien porque convie­
nen especialmente al hombre libre. Por el contrario, los artes viles, ya que
INTRODUCCION AL ESTUDIO DEL PENSAMIENTO ROMANO 13

se ejercen con la ayuda de las manos, son indignos del hombre libre y pro­
pios de los esclavos.)
Artes liberales,quibus erudiuntur ingenui,sunt septem: gramática, dia­
léctica* rhetorica, geometría, arithmetica, astronomía, musica, Gramática
fuit in principio ars emendate loquendi et scribendi; postea docuit etiam
poëtas el históricos legere atque interpretari. Dialéctica est ars disserendi.
Mam dialecticorum est disserere et omne quod eloquimur indicare utrum
verum sit an falsun. Rhetorica, ut ait Quintilianus, est scientia bene dicen­
di. Nam rhetor eloquentiam donat, id est efficit ut aliquls diserte, facunde,
eleganter, asciete eloquatur. Geometria,1quam'Euclides et Arquimedes opti­
me tractaverunt, est ars terram dimidiendi.Sed latius patet vocabulhsigni-
ficatio. Etenim quidquid sive in coelo sive in lerris sive in ipsa mente
dimentionibus finiri pótest, dimetitur geometres. Aritmética est ars num e­
randi. Artonomia est scientia astrorum. Denique musica uno verbo com­
plectitur omnes artes, quibus novem Musae praesunt, id est historiam,
musicam, comoediam, tragediam, choreas, carmen amatorium, carmen
lyricum, astrologiam, carmen epicum.
(Los artes liberales,con los cuales se instruyen los libres, son siete: gra­
mática, dialéctica, retórica, geometría, aritmética, astronomía, música. La
gramática fue en origen el arte de hablar y escribir correctamente; luego
enseñó también a los poetas e historiadores a leer e interpretar. La dialéc­
t i c a s el· arte del descurrin En efecto, es función dé los dialécticos el dis­
cutir y . el señalar si itodo lo que expresárnosles verdadero o falso. La
retórica, como dice Quintiliano, es la ciencia del bien decir. En efecto; el
rétor dona elocuencia, a"saber>hace que'alguien se exprese clara, elocuen­
te y elegantemente. La geometría, que Euclides y Arquímedes cultivaron
excelentemente, es e) arte de medir la Tierra. Pero,el significado es suscep­
tible de mayor aícance,,En efecto, el geómetra mide lodo lo que en el cielo,
en la Tierra o en la propia mente puede determinarse en tres dimensiones.
La aritmética es el arte de contar. La astronomía es el estudio de los astros
!4 ANGELO ALTÏERI MECALE

y las leyes de sus movimientos. Por fin» la música abraza con una palabra
todas las artes que en número de nuevejiresiden las Musas; es decir: la his­
toria, la música* la tragedia, la comedia, la danza, la poesía amatoria, la
poesía lírica, la astrologia, la poesía épica.)
Terendo Varrón (116-27 a, C.) añadió a las citadas siete artes la arqtíi*
lectura y la medicina» que» más tarde, Marciano Capetla (siglo v), en su
obra “De nuptiis Mercurii et Philologiae”, suprimió* al considerarlas no
necesarias para un ser puramente espiritual (o sea, que no tiene cuerpo).
Omnes artes, praeter liberales, sunt “sordidae”»id est viles* non dignae
homine libero* Mercatura, si terçuis est» est sordida; si est magna et copio­
sa» non est admodum vituperanda. Nec quidquam habent dignitatis aut
luctatores aut gladiadores aut ludiones aut huius modi permulti» qui artem
ludicram faciunt. Omnes, autem» qui mercede alquid faciunt quique m er­
cenarii vocantur» ut operarii» sordidam artem excercent. Item improbantur
artes quae ab opificibus manu excercentur; nihil enim ingenii potest habe­
re officina. Postremo omnino improbandae sunt eae artes quae sunt volup­
tatum ministrae: cetarii» lanii, fartores»·coqui, piscatores, ut ait Terentius;,,
adde huc» si placet* unguentarii et saltatores. Civi Romano tantum agricul­
turam et rem militarem Romulus concessit, servis veroet peregrinis artes
sordidae, quibus hoc nomen indutum est, quia animo eorum, a quibus
exercentur laedunt atque offendunt.
(Todos los artes, a excepción de los liberales» son viles, y pór tanto
indignos άύ hombre libre. El comercio, si es exiguo* es arte vil; perovsÍ es
grande y copioso, en absoluto ha de reprobarse. Tampoco tienen dignidad
los luchadores o los gladiadores o los histriones o todos aquellos que de
igual modo practican un arte recreativo. Asimismo, todos los que hacen
algo por recompensa y que se denominan mercenarios* como los opera­
rios, ejercen artes viles. De igual manera son reprobables los artes que son
practicados con la mano por los artesanos; ninguna habilidad tiene (puede
tener) el tallen Por último* son enteramente reprobables los artes que pro­
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL PENSAMIENTO ROMANO 15

porcionan placer -com o los practicados por los pescadores, los carniceros,
los que cuidan las aves, los cocineros,como refiere Terencio; añádanseos!
se quiere, los perfumistas y los bailarines. Rómulo permitió al ciudadano
romano tan sólo la agricultura y el ejército, al paso que reservó, par„a los
esclavos y los extranjeros, las artes viies, a las cuales se les dio este nombre
porque dañan y ofenden los ánimos de los que [os practican.)
Los conceptos anteriores» entresacados principalmente de las obras de
Cicerón, Séneca y Quintiliano, evidencian los perjuicios de la antigüedad
en torna [a los llamados “artes viles”, reprobables por el simple hecho de ser
""manuales"'. En efecto, toda la civilización clásica ha desvalorizado el tra­
bajo; y no sólo el trabajo m anual sino toda actividad tendiente a la conse­
cución de una ganancia. El cristianismo medieval (tanto católico como
protestante) ha revalorizado el trabajo parcialmente, al atribuirle un carác-
ter pedagógico y penal al mismo tiempo (“remediun peccati”)* Felizmente»
en la edad moderna, la distinción entre arles liberales y artes viles ha per­
dido mucho de su importancia, ya que sç ha puesto de manifiesto que
también los artes manuales o mecánicos suponen la acción directriz dé la
razón (no hay actividad ejercida únicamente por el cuerpo) y que tos pro­
pios artes espirituales se han profesionalizado y por tanto tienden a la
ganancia.

3. Las artes bellas

Denomínanse “bellas" ias artes que tienen por objetivo inmediato la crea*
ción de la belleza. Tales son: la literatura, la música y la danza (llamadas
también artes del oído o dtel tiempo); la arquitectura, la escultura y la pin­
tura (llamadas también artes plásticas o figurativas* artes de la vista o de!
espacio). El latín carece de una expresión equivalente, porque los romanos,
como se ha dicho, consideraban viles a todas las artes a excepción de las
16 AtfÔELO ALTlüRJ MEGALE

artes liberales. Se encuentran en los textos algunas expresiones vagas,


como “artificia elegantia", empleada por Cicerón respecto de aquellos artes
manuales que, ejecutados con ingenio y maestría, eran susceptibles de
transformarse en nobles. Conviene empero precisar que solamente en la
edad imperial las artes bellas empezaron a tener reputación entre los
romanos.
LOS NEGOCIOS

1. En el mundo de los negocios: terminología

"Mercatura* ae"; el arte de vender y comprar (comercio); “merx, ercis”: lo


que puede venderse o comprarse {mercancía);41mercator» or is*': el que tra­
fica al por mayor (me reader); Umercatust us": el traficar o el lugar en que se
trafica (mercado); "Mercurio”, el dios del comercio; “negotium, ,ίΓ; cual­
quiera aplicación práctica del hombre (negocio); “negotiosus, a» um": con­
sagrado a ios negocios (activo); “negotiatio, ûnis”: comercio al por mayor,
gran movimiento de caja y crédito (negociación);"negotiator, oris: el gran
comerciante (negociante).
“Mercator” y “negotiator" se emplean indiferentemente en el significado
d e '‘comerciante al por mayor”,
I

2. Negociantes y imercaderes

Florentibus rei públicas temporibus omnes qui magnam mercaturam


faeiebant aut mercatores aut negotiatores appel labantur. Inter quos potis­
simum interfuit, quod mercatores Romae domiciliun habebant, quamvis
negotii causa saepe ab urbe discederent; negotiatores vero domus et fortu­
na cum suarum sedes ac domicilium in provinciis collocare sotebanL

17
\B ANGELO AlXiERl MEGALE

Mercatores m orces quas emissent, ipsi cariore precio vendebant; negotia­


tores, cam essent locupletiores, magis negotiis quam mercibus operam
dabant. Nam, ut negotiosi hominess erant, interdum magnam vini ac fru­
menti copiam undique congestam ceteris venditoribus magno cum lucro
impertiebant, sed sapius pecuniam faenori dabant, et argentariam exerce*
bant. Ubicumque fuit imperium romanun> multi negotiares et mercarores
adibant. Qui in castris non defuerunt, ut quae milites bello cepissent, sta-
tim emerant el deinde exercitui venderent quae eo opus essent.
(En los tiempos florecientes de la República, los que se dedicaban al
comercio al por mayor se denominaban o mercaderes o negociantes y se
diferenciaban entre sí en que los mercaderes residían en Roma, si bien a
menudo salían de la ciudad a causa de sus negocios, al paso que los nego­
ciantes solían tener las casas, ta sede y el domicilio de sus fortunas en ias
provincias. Los mercaderes vendían directamente las mercancías que
habían comprado; los negociantes, siendo ricos, daban más importancia a
los negocios que a las mercancías. En efecto, ya que eran hombres activos,
a veces repartían a los demás vendedores, con grande ganancia, ingente
cantidad de vino y trigo* reunida de todas partes; pero, más a menudo,
prestaban dinero a interés y se convertían en banqueros. Dondequiera se
extendió el imperio romano, allí se hallaban muchos negociantes y merca*
deres. Ellos, por cierto, no faltaban ea los campamentos, a fin de comprar
a ios soldados lo que hubieran conquistado en guerra y luego vender al
ejército lo de que carecían.)

3. Cómo Roma controlaba las finanzas


y la producción del mundo conquistado

Roma controlaba las finanzas y el comercio del mundo conquistado a tra­


vés de las siguientes categorías sociales; 1) el “negotiator” (el que establece
INTRODUCCIÓN M ESTUDIO ÜEl PENSAMIENTO ROMANO \ 9

su domicilio en la provincia, donde ejerce el arte del tambío, dando dinero


a i nterés y especulando en granos, aceite» etcétera); “negociante”; 2) el “ara­
tor” (el que cultiva las líerras del Estado con la obligación de entregar al
erario la décima parte de! rédito): “contratista”, 'arrendatario”; 3) el
“pecuarius” (el que contrata gran des extensiones de terreno perteneciente
al Estado con vistas a la cría del ganado): “ganadero”; 4)' el “colonus” (el
habitante de una colonia, que dispone en su provecho de parte del agro
público): “colono”; 5) e! "publieanus” (ei arrendador de rentas públicas);
"publicano”.
Los colonos eran "civiles”»si consistían en ciudadanos pobres, o "mili:
tares”, si consistían en militares que habían servido fielmente a la patria.
Tanto a los unos como a los otros el Estado concedía la explotación de una
parte del agro público.
El publican oí tenía la concesión de cobrar las rentas públicas» corres­
pondía a nuestro “agenle de impuestos”. Çra tan vejatorio en exigir el pago
de los impuestos y tan poco escrupuloso en enriquecerse a expensas de los
contribuyentes que su nombre se volvió sinónimo de "pecador”.1 Al ver al
Divino Maestro entrar en la casa de Zaqueo,“qui erat princeps publicano-
rum ”'(prindpe o jefe entre los publicanos),“omnes murmuraban, quia ad
ho mi n’eni peccatorem divertisset” (lodos murmuraban porque se había
hospedado en casa de un pecador).

4. El pequeño comercio

Después de haber hablado del comercio al por mayor (“mercatores” y


“negotiatores”), veamos ahora por quiénes está representado ei pequeño
comercio.

1Véanse: “Mateo”, x( 9- i 3; “Lut a s \ xix» t -10.


20 ΛNGËLOALTIER] MEGALE

Mercaturam tenuem, ut ait Cicero, faciunt qui emunt a mercatoribus, ut


statim vendant» ut institores, ut lanii,tlu t caupones, ut salsamentarii, Item,
qui aut in tabernis aut ostiatim aul in vilia venditant; qui mercatus fre*
cuantant emendi veñdedique causa; qui in foris merces proponunt ut a
civibus vel a rusticis comparentur.
(Ejercen el pequeño comercio, como dice Cicerón,los que compran a los
mercaderes para vender en seguida, tales como ios tenderos, los earn Íce-

ros, los taberneros,· los comerciantes de salazones. Asimismo, los que tra­
tan de vender o en las tiendas o de puerta en puerta o en la casa decam po;
los que frecuentan los mercados para comprar o vender; los que exponen
en la plaza Jas mercancías para que puedan ser compradas por los ciuda­
danos o ios campesinos.)
EL CALENDARIO

I. Et primitivo calendaría romano y s u s sucesivas reformas


,[

1ÎI primitivo calendario romano constaba de 10· meses, de los cuales cuatro
tenían 31 días y los restantes 30» por un total de 304 dias,.
Al segundo rey de Roma, Numa Pompilio, se atribuye la primera refor­
ma a este primitivo calendario: se añadieron dos meses,“Januarius” de 29
días y “Februarius” de 28, y se redujeron a 29 días los que antes tenían 30.
Se obluvo, así un año de 355 días; la diferencia, para igualar io que entona
ces se suponía fuera la duración del periplo solajera intercalada a, arbitrio
del "pontifex maximus’\
En tiempos de César, el calendario dé NumaíCStaba ya adelantado sobre
el tiempo real. Fue necesaria una reforma definitiva que, a la vez que corri­
giera los errores del pasado, los-evitara en lo sucesivo: se agregaron 17 días
de una solaf-vez; se fijó la duración del año solar en 365 días y 6 horas; se
ajustó.'el número de días de cada mes, a fin de dar un total de 365 días; se
acordó aumentar un día cada cuatro años para poder absorber las diferen-
ciasanoales de seis horas. Fue ésta la “Reforma juliana”, así llamada por­
que fue promovida por César, bajo el asesor amiento del astrónomo griego
Sosigenes,

21
22 ANGELO ALTI ERI MEGALE

2. El calendario gregoriano

La Reforma juliana, si fue definitiva para el calendario romano, evidenció


con el tiempo su propia deficiencia. El año solar, en efecto, no es de 365 días
y 6 horas, sino de 365 días, 5 horas 48* y 46". Esta diferencia, relativamente
pequeña, conduce a un error de un día en 128 años; en consecuencia, en la
segunda mitad del siglo xv[, ya era factible registrar una discrepancia de 10
días, al caer el equinoccio de primavera el 11 de marzo. La cuestión fue
afrontada y resuelta por iniciativa del Papa Gregorio XIIL Al efecto, se esta­
bleció primeramente que el 5 de octubre de 1582 se tomara como el lS d e
octubre de 1582, con lo cual la fecha del equinoccio de primavera volvió a
ser la real, o sea, el 21 de marzo. Y, para evitar que en fo sucesivo se regis­
trara la misma diferencia, se determinó que, de los años que marcan el tér­
mino de un siglo, fueran bisiesto sólo los divisibles por 400; así, lo ha sido
el 1600, pero no e ll 700, el ISOOyel 1900,y volverá a serlo el 2Ü0Ü. Con estas
modificaciones* el calendario gregoriano, hoy en día universal mente acep
tado, implica el erroi de un día, cuatro horas y 48 minutos en 4000 años.

3. Funciones del calendario romano

Una de las primeras y más importantes funciones del calendario romano


fue la de señalar los “diez fast i” (o> simplemente, “fasti”), o sea, los días en
q,ue se podía adm inistrar la justicia y ejercer el comercio. La lista de estos
días, tan importante para el *nis civile” y toda la vida pública, estuvo por
largo tiempo en poder sólo de los pontífices (y era, por tanto, accesible úni­
camente a los patricios), hasta que Gneo Flavio, escribano del pontífice
máximo Apio Claudio el Ciego, publicó una copia (Livio; 9,46,5). A partir
de esta lista fue formando una más amplia, la cual contenía todos los días
del año con sus acontecimientos más relevantes (nacimientos, muertes,
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEEPENS AM Π·.ΝΊ Ο ROMANO ÍJ

etcétera,) Se dio de esta manera contenido pleno el calendario que» más


tarde, César reformaría.

4. Denominaciones de los meses

Las- denominaciones de los meses del calendario romano, que sobreviven


en las denominaciones del calendario actual, son: “Ianuarius” (de “lanus”,
|ano» el dios romano de las puertas)/'Februarius” (d e ”februusri, purifica­
torio* porque era el mes en que se celebraban las.fiestas expiatoriasJ/'Mar»
tius” (de "Marte”, Marte, el dios de la’g uerra y el padre de los gemelos; no^
hay que olvidar que» antes de la reforma atribuida a Numa Pompilio, marzo
era el primer mes del a ño)/ ‘Aprilis” (de "aperire", abrir, porque en este mes
broiaban las flores); “Maius” (de "Maia”, Maya, la madre de Mercurio),
“lunus” (de “juna”, Juno, la madre y reina de todos los dÍoses)fuluIius” (de
“lulius”, Julio, nomen,de César ^A ugustus” (de “Augustus*, Augusto» agno­
men de Octaviano),uSeptember” (de “septem”, siete, porque era el séplimo
mes del año a partir de marzo), “October” (de “ocio”, ocho» porque era el
octavo mes del año a partir de marzo^ “November" (de "noveirT, nueve,
porque era el noveno mes del año a partir de marzo), “December” (de
“decem”, diez» porque era el décimo mes del,año a partir de marzo).
Los meses de"luiius” y “Augustus" se denom inaban,antes de Augusto,
respec ti va men te, “Quintilis” y “Sextilis”, por ser el quinto y sexto mes del
año a partir de marzo,

5. La división del mes

El calendario romano ignora la semana, la cual, de origen oriental, fue


introducida tardíamente en Occidente por influencia del cristianismo. El
24 ANGELO ALTI ERI MEGALE

mes romano estaba ordenado, por así decirlo* en torno a tres fechas prin­
cipales: “Kalendae, aruirT (el primer día del mes), las “Nonae, arum” (el
quinto día dci mes) y los "Idus* uumrt(el·decimotercero día del mes)* En los
meses de marzo, mayo, julio y octubre las Nonas cafan ei siete y los Idus e]
15 de cada mes.
El térm ino “Kalendae” deriva del verbo "calo” {llamar^convocar, para las
ceremonias religiosas), que, a su vez, procede del griego ctkaíéo’\ ya que en
tiempos de la República el pueblo romano era convocado en el Capitolio el
primer día de cada mes, para ser enterado de cuándo serían las Nonae; en
este día el pueblo tendría que reunirse nuevamente para oír cuáles días
eran fastos y cuáles nefastos, ta s “Nonae" debían su denominación a que
entre ellas y los "Idus1corría una diferenciade nueve días. En fin, los'"Idus'1
derivarían, según Varrón, su nombre del verbo arcaico "Iduo” (dividir),
porque dividían el mes en dos partes aproximadamente iguales.
Ahora bien, para indicar cualquiera de las’ tres fechas señaladas, basta­
ba añadir al nombre común (en ablativo) el nombre propio del mes en cali*
dad de adjetivo; ejemplos: el primero de enero = Kalendis lanuariis, el 5 de
febrero = Nonis Februariis, el 13 de diciembre =* ídibits Decembribus, el 7
de julio = Nonls lulits, el 15 de marzo = Idibus Martiis, etcétera. El día
anterior y el día posterior a las “Kalendae", "Nonae” e^Idus" se expresaban,
respectivamente, con los adverbios “pridie” y “postridie” y el acusativo;
ejemplo el 31 de diciembre — pridie Kalendas Ianuarias* el 4 de enero =
priedic Nonas Iánuarias, el 14 de marzo = pridie Idus Martias> el 16 de
marzo - postredie Idus Martias, etcétera.
Todos los demás días se expresaban con el número (ordinal) que resul­
taba del cómputo de los días que separaban aquel día determinado de las
próminas Kalendae o de las próximas Nonae o de los próximos Idus; en el
cálculo había que incluir tanto el día de partida como el día de llegada
Xtanto elater minus a quo” como el “terminus ad quem”). Ejemplos: el 29 de
enero = quarto die ante Kalendas februarias, el 3 de diciembre = tertio die
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL PENSAMIENTO ROMANO 25

ante nonas decembres, el 11 de marzo = quinto die ante Idus martias, etcé­
tera. Además* si la preposición “ante” se antepone a toda la frase, se obtie­
ne otra equivalente, más usada; eí 27 de marzo - ante diem sextum
Kalendis apriles.
El mes de febrero, normalmente de 28 días, tiene 29 en los años bisies­
tos. Este día se intercalaba después de] 24, algo así como un “24 bis”; y,
puesto*que el 24 era "sexto die ante kalendas marias", el “24 bis” resultaba
consecuentemente “bis-sexto die ante kalendas martias”; de donde, la
denominación de “año bisiesto” al año de 366 días.

6. Dias memorables

El primero de enero se hacen los sacrificios a Ja no; el primero de febrero, a


la diosa Sospita; cl primero de marzo se-enciende el fuego de Vestal; el pri­
mero de mayo se honra a los Lares; el primero de julio se cambia de casa
(“de vetere domo demigratur”); cada primer día del mes (“singulis kalen­
dis”) se pagan tas deudas (“aes alienum”), El 15 de mayo descansan O'agere
festum”) los mercaderes; el 13 de julio, los tocadores de tibia; el 13 de agos­
to Jo s esclavos. Julio César fue muerto el 15 de marzo del año 44 a .C Lucio
Cornelio Escipión el Asiático triunfó el 28 de marzo de: 190 a, C. Virgilio
nació el 15 de octubre del año de 70' a. C, y muríó d 21 de noviembre del
año de 19 a, C
LAS MONEDAS

1. Vocabulario

“Argentum, i”: "plata”, met. Minero”, porque las monedas más usadas
{como los “denarii" y los “sestertii”) eran tie plata; “argentarius, a, um”,
sobr. “negotiator”: el que negocia en dinero bien prestándolo bien cam-
biándoiopiles dec ir, “agen te de cambio’V'banqueroY'argentaria”, sobr. “ars”:
el arte del prestamista o cambista, o sea, del ‘‘banqueroY'argentaria”, sobr.
"taberna”: el lugar donde se ejerce dicho arte» es decir,“baneo”; “nummus,
i1*: “moneda corriente”; “num marius, a, um”: “pecuniario”» “finaciero";
"nummularius, t“; el que cuenta» verifica, registra los dineros, es decir,
“cajero”; “mensa, ae”: tabla del banco sobre la cual se depositan los valores
(monedas, documentos, etcétera) para las operaciones bancarias, es decir,
“banco·*;“mensarius, at um”: lo que atañe al banco,“bancario”; “mensarií”,
sobr. “viri" o “magistratus”: los que estabaa encargados de adm inistrar el
tesoro del Estado, o sea,“banqueros1públicos”,

2. La acuñación de las monedas en Roma

Los romanos, en los primeros tiempos de Romanantes de acuñar pública­


mente la moneda, emplearon el üaes rudis”, consistente en un pedazo de

26
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL PENSAiMlENTO ROMANO 27

cobre calculado según el peso. E) “as”, como unidad monetaria de cobre,


tenía originariamente el peso de una “libra**; de aquí, la denominación de
"as libralis”. Con el tiempo, el as quedó reducido a 1/36 de libra; se dividía
en doce "onzas”.
Según una tradición poco confiable, Servio Tulio, sexto rey de Roma, fue
el primero en ordenar que se acuñaran monedas y se marcaran con figu­
ras de animal, sobre todo de ave y buey; por ello, a la moneda marcada se
le dio el nombre de “pecunia” (de “pecus, oris”; animal, ganado, rebaño). El
"as libralis"estaba marcado con la efigie de[ bíceps Jano (al dios (ano se le
representaba con dos caras, porque tenía el don de ver claramente en lo
pasado y en lo por venir).
Según Livio, después de la conquista de Tarento, cuando toda Italia
gozaba de paz y libertad, el pueblo romano empezó a usar monedas de
plata; ello ocurrió en el año de 269 a, C., cinco años antes dei comienzo de
la primera guerra pánica, y siendo cónsules Quinto Fabio Máximo Pintor
y Lucio Quinctio Sulone (Ley Fabia Ogulnia). Entonces, por primera vez, el
Senado dispuso la acuñación de “denarios”, “quinarios” y "sestercios” con
las figuras de la Diosa-Roma y de los Dióscuros y con ia inscripción, en la
parte baja, de la voz “ roma”.
Por fin,después de la Segunda Guerra Púnica (218-202)>cuando el pue­
blo romano alcanzó un alto grado de prosperidad y potencia, se acuñó la
primera moneda de oro. Puesto que se les prohibió a los privados acuñar
m onédaosla operación quedó reservada al Estado (Ley Cornelia); de aquí,
la aparición de las efigies de los gobernantes, como la del divino Augusto.
La abundancia del dinero circulante hizo florecer en Roma la actividad
bancaria, que produjo grandes ganancias a quienes la ejercían, bien custo­
diando las monedas (ajenas) bien cambiándolas bien prestándolas con
interés.
28 ANGELO ALTJER! 'MEGALE

3. El erario

El erario (“aerariun") era un lugar sagrado y público donde los romanos


depositaban los dineros del Estado. Su nombre se debe a que los romanos,
en tiempos muy antiguos, acumulaban e] bronce (“aes”), todavía no aci>
ñado, en la parte baja del Capitolio, Más tarde se eligióla ese propósito, el
templo de Saturno, tenido por más seguro contra las insidias de los mal-
1
hechores.
También eracostum breguarda^en dichos lugares sagrados, juntam en­
te con el dinero público, el privado, las tabla,s de bronce en qu¡e se hallaban
grabadas la stle y e sj deliberaciones'del Senado, las enseñas militares y
cualquiera otro objeto de oro o plata producto de victorias de tos jefes de
los ejércitos romanos. Los magistrados encargados del cuidado1y la adm i­
nistración del erario se llam aba^ en tiempos de la República, "cuestores
del erario".
LA AGRICULTURA

1. La agricultura entre los romanos ("Resrustica'1)

A compluribus scriptoribus monemur gloriae apud antiquos nostros fuis­


se agrkulturam . Nam Quintius Cincinnatus, qui consulem et exercitum
obsessum liberavit, ab aratro vocatus ad dictaturam, venit, ac, rursus fasci­
tis*deposit is, quos festinantius victor redd iterat quam sumpcserat impera­
tor, ad eosdem iuvencos et quattuor iugerum avitum herediolum rediit.
Item, C. Fabricius et Curius Dentatus, ut fortiter demicaverunt, ita industrie
suum quisque agettum coluerunt Nunc patres familae, falce et aratro relic­
tis, intra urbis moenia vitam socordem degunt,et in agrum aut servos aut
mercennarios annis et viribus saepe defectissimos relegant. Itaque in hoc
Latio el Salurnis Terra, ubi dii cultus agrorum progeniem suma docuerunt
saepe exspectamus, dum ex provinciis advehatur frumentum, ne fame
laboremus.
(Sabemos por muchos escritores, cuán grande fue la estimación que
nuestros antepasados tuvieron por la agricultura. En efecto, Quinto .Cin­
cinnato, quien liberó a un cónsul j¡ .a un ejército romano y, habiendo deja­
do el arado, fue dictador, tan pronto como dejó el cargo, volvió a sus
novillos y a su pequeña-finca,; Igualmente, C. Fabricio y Curio Deritalo, así
como lucharon valientemente, supieron, cada uno por su cuenta* cultivar el
propio cam pito. Ahora los padres de familia, habiendo dejado la hoz ,y el

29
30 ANCKLO ALTIEiRÏ MEGALE

arado» llevan una vida indolente dentro de los muros de la ciudad y enco­
miendan el cuidado del campo a esclavos y mercenarios las más veces fal­
tos de edad y fuerza. En consecuencia, en esta Lacio y en esta tierra de
Saturno» donde los dioses enseñaron a sus descendientes el cultivo de los
campos, sufrimos a menudo el hambre, si no llega el trigo desde las p ro ­
vincias.)
Todo orbe terrarum naturae principatum obtinet Italia situ ac salubri­
tate caeli, benigno ventorum afflatu, aquarum copia, soli fertilitate, pabuli
ubertate. Quisquid est, quo homo carere non potest. Nusquam est praes­
tantius. Sed vite nihil iucundius, quae, quasi regina satorum sedet in colli-
bux lateque luxurians non solum laetissima umbracula texit, sed vinum vel
album vel nigrum affert salubre, quo fruuntur homines viresque corrobo­
rant. Vitem laudant sacram Baccho poetae, vite coronant capita convivae.
(Italia ocupa, en todo el mundo, el primer lugar de la naturaleza por la
posición y salubridad del cielo, por el benigno soplo de los vientos, por la
abundancia de las aguas, por la fertilidad del suelo, por la extensión del
pasto. En parte alguna hay más excelencia de todo lo que el hombre pueda
necesitar. Pero nada más deseable que la vid, la cual, casi reina de los sem ­
bradores, está sentada en las colínas y, en su exuberancia, no solamente teje
agradables sombras, sino que produce vino, sea blanco o negro, del cual
disfrutan los hombres y tonifican sus fuerzas. Los poetas celebran la vid
sagrada a Baco y los comensales adornan con ella sus cabezas*)

2. Terminología

HAger,gri": porción de tierra cultivada (campo); “agricola, ae": el, que culti­
va el campo (agricultor); “agricultura, ae’1: el arte de cultivar los campos
(agricultura); uars agrorum colendorum”: el arte de cómo han de cultivar­
se los campos (agricultura); "agros colere”: cultivar los cam pos;“agricultu-
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL PENSAMIENTO ROMANO 31

rae se dare o studere’1: dedicarse a ía agricultura; “familia rústica”: el con­


junto de tos esclavos que el “dominus" tiene en el campo (familia rústica);
"servitium, íi”: servidumbre* en el sentido colectivo (esclavos); “mancl·
pium* ii”: lo mismo que “servus” (esclavo); “servi soluti aut vincti catenisn:
esclavos a pie libre o ligados a las cadenas,

3. Algunas sentencias de autores famosos

Nibi! est agricultura melius, nihil dulcius, homine libero-dignius* (Nada es


mejor, más dulce quela agricultura, nada más digno del hombre libre.)
Cicerón

Le premier et le plus respectable de tous les arts est la agriculture. (La pri­
mera y la más respetable de todas las artes es la agricultura*)
Rousseau

Vita rustica sine dubitatione est proxima et cuasi consanguinea sapientiae,


(La vida rústica es sin duda muy cercana a la sabiduría y casi es su con­
sanguínea.)
Columella

Beatus ille qui procul negotiis, ut prima gens mortalium, paterna rura
bobus exercet suis, solutus omni feonore! (Dichoso el que> lejos de los
negociosL
*al igual que los hombres primitivos»cultivare! campo· paterno con
sus bueyes, libre de otra preocupación.)
Horacio
32 ANGELO ALTIER1 MEGALE

4, Quiénes escribieron sobre agricultura

a) Marco Porcio Catón (nacido en lúsculo en el año de 234 a. C ) es el más


antiguó escritor de. agricultura» como consta por su obra "De re rustica",
b) Marco Tercncio Varrón (nacido en Roma en el año de 116 a. Oí) es el
más grande erudito de todos losr romanos, como dice Quintiliano; escribió
tres libros sobre agricultura.
*

c) Publio Virgilio Marón (nacido cerca de Mantua en el año de 70 a, Ç.)


ocupa el primer lugar entre los poetas latinos por elegancia y claridad.
Además de la celebrada "Eneida”, escribió las “G eórgica^ e^cuatro libros,
que tratan, respectivamente, del cultivo de los campos» de los árboles» del
ganado y de las abejas.
d) Junio M oderatoColumela (de origen hispánico', quien vivió en-Roma
durante los imperios de Tiberio, Caligula y Claudio) escribió 12 libros
sobre agricultura*de los cuales el décimo, acerca de los árboles, fue redac­
tado en versos_muy elegantes.
LA MEDICINA

I. Definición

Ut alimenta sanis corporibus agricultura, siç sanitatem aegris medicina


promittit. Quae apud omnes populos multum habuit venerationis; mam
etiam imperitissimae gentes herbas aliaque prompta in auxilium vulne­
rum morborumque noverunt. Verum Tamen apud Graecos aliquanto
magis quam in ceteris nationibus exculta est. Aesculapius medicinae
vetuslissimus auctor celebratur. Qui» quoniam adhuc rudem et vulgarem
scientiam paulo subtilius excoluit, in deorum numerum receptus est.
Huius deinde duo filii, Podalirius et Machaon, bello tro ia no ducem Aga-
mmennomem secuti, non mediocrem opem commilitonibus suis attule­
runt. Quos tamen non curasse varia genera morborum», sed ferro et
medicamentis tantummodo^vulneribus mederi solitos esse accepimus* Ex
quo apparet has partes medicinae solas ab antiquis esse tractadas (Celsus),
(Como la agricultura proporciona alimentos a los cuerpos sanos, así la
medicina proporciona salud a los cuerpos'enfermos. Ella ha sido altamen­
te venerada en todos los pueblos; enefecto,aun las poblaciones muy igno­
rantes conocen las hierbas v los demás remedios en beneficio de las
heridas y las enfermedades. Cqn todo, ella fue cultivada entre los griegos
un poco más que entre las restantes naciones. Esculapio es celebrado como
el inventor más antiguo de la medicina. Él» habiendo hasta ahora cultivado

33
34 ANGHLO ALTÍERÍ MÊGAl.E

más cuidadosamente esta ciencia ruda y vulgar, ha sido recibido en el nú­


mero de ios dioses. Dos hijos suyos, Podalirio y Machaon, habiendo segui­
do al general Agamenón en la guerra troyana, dieron una contribución ño
mediocre a sus conmilitones. Sin embargo, tenemos entend ido que ellos no
se interesaron en varios géneros de enfermedades» sino que se interesaron
sólo en curar con el hierro (cirugía) y medicamentos las heridas. De esto se
desprendeque únicamente estas partes de la medicina fueron tratadas por
#
los antiguos.)

2. Fraseología

“Medicinam exerceo, factito, profiteor” = ejerzo la medicina;"bona valetu­


do'* = buena salud; “mala valetudo” = inala salud; “uti medico, medicum
adhibere” = servirse del médico, llam ar al médico; “stare medici praecepi
tis” = atenerse a las prescripciones del médico; *sana re, sanum faíere ali­
quem, mederi alicui'1- curar a alguien; uad sanitatem redeoV*ex morbo
sanus fio” = salgo de una enfermedad.

3. £7 prim er médico que llegó a Roma

Prim ule medicis venit Romart,Peloponneso Archagathus lysaniae filius, L-


Aemilio et Livio consulibus anno quingentésimo tricésimo quirito ab urbe
con ditaJ Et non solum tus Quiritium datum , sed etiam taberna in compito
Acilio empta eSt publice, ut artem suam exerceret. Vulnerarium eum tra­
d u n t fuisse .vocatum mireque gratum adventum eius initio; mox a saevitia
secandi uredique transisse nomen in carnificem et in taedium artem
omnesque medicos (Plinio).
(Archagato, hijo de Lisania, fue el prim er médico que llegó a Roma pro-
INTRODUCCION Al. ESTUDIO DEL PENSAMIENTO ROMANO 35

ccdente del Peloponeso* durante.el consulado de L, Emilio y M. Livio, en el


año de_ 535 a partir de la fundación de la ciudad. Y no sólo le fue concedi­
do el derecho de los Quirites, o sea el derecho civil romano, sino también
un ambulatorio comprado en la encrucijada Acilia con dinero del Estado, a
fin de que pudiera ejercer su arte. Se narra que fue llamado vulnerario* o
sea médico de ias heridas, cirujano y que at principio su llegada fue adm i­
rablemente grata; luego, a causa de la crueldad con la cual cortaba y que­
maba adquirió "el nombre de verdugo y el arte y todos los médicos se
volvieron objeto-de repugnancia.)

4. La medicina como ciencia'dé ía$*hierbas

Lactuca silvestris, trita ex aceto, colluta matutinis horis bis inciense den­
tium dolores prohibet. (La lechuga silvestre, trillada con vinagre, humede­
cida en la mañana dos veces al mes, impide el dolor de los dientes*)
Plinio

Betae sive candidae sive nigrae radix recens et madefacta contra serpen*
tium morsus eficaz esse dicitur. Succus eius capitis dolores veteres et ver­
tigines item sonitum aurium sedat. Coquitur et cum lenticula addilo aceto,
ut ventrem molliat. (Se dice que la raíz nueva y mojada de la acelga, blan­
ca o negra, es eficaz contra las mordeduras., de las'serpientes. Asimismo, su
Jugo caima lo's viejos dolores de la cabeza y el vértigo de las orejas. Se cuece
junto con lenteja y con algo»de vinagre para suavizar el vientre.)
Plinio

Ruta oculos inunges; certum est. (Unta los ojos con ruda; es seguro el
efecto.)
Plinio
36 ANGELO ALT1ERI MEGALE

Ad nervorum dolorem et podagram. Cucumeris silvestris radicem in oleo


decoques,et exinde perunges: sanabuntur. (Para el dolor de los nervios y la
podagra» hierve en aceite Eas raíces de la sandía silvestre y luego frota por
todas partes; los nervios se curarán.
Ignoto

Cui est spirandi difficultas. Sumenda ieiunio potui mulsa aqua, cum qua
vel hyssopus cocta vel contrita capparis radix s it (Para el que tiene dificul­
tad para respirar, se aconseja tomar en ayuno agua con miel y,Juntamente
con ella> el hisopo cocido o la raíz triturada de capero.)
Celsius

Ruta comesta visum acuit· atque idcirco pictores olim eam assidue degus­
taban. (La ruda -hierba am arga- agudiza ia vista; por ello, los pintores la
usaban continuam ente)
Plinio

Mentae ipsius dolor animum excitat et sapor aviditatem in cibis. (El olor de
la propia menta excita el ánimo y el sabor excita la avidez en los alimentos.)
Plinio.

5. El buen sentida, antiguo

Omnis medicina'habet ad tempus amaritudinem, sed postea fructus dolo­


ris sanitate monstratur. (Toda medicina tiene por cl momento amargura,,
pero luego se manifiesta el fruto con la curación del dolor,)
S, Jerónimo

Principiis obsta; sero medicina paratur, cum mala per longas convaluere
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DHL PENSAMIENTO ROMANO 37

moras. (Aguanta los comienzos; la medicina tarda en sus efectos,ya que los
males se curan a través de largas tardanzas.)
Ovidio

Si tibi dcficiant medici, medici tibi fiant haec tria: mens laeta, requies,
moderata diaeta. (Si te fallas Jo s médicos sean, actúen para tr como médi-
eos estas tres cosas: una mente alegre, el descanso, una dieta moderada.) *
Escuela Médica Salernitana

1 Recuérdese a esv propósito Ias palabras del naturalista y poeta italiano francisco Redli
{,1626-1698): “No son’los mëdicos, ni los medicamentos los que curan las enfermedades; los
verdaderos médicos son; ,1a naturaleza y una buena regla de vivir”. Con otras palabras, el
enfermo que ha llevado siempre una vida sobria y regular tiene ya en su propio organismo
una poderosa resistencia al mal y la mejor garantía de curación.
CÓMO ESTABA ORGANIZADA
LA ENSEÑANZA ENTRE LOS ROMANOS

LLü “pergula”

Roma no tuvo durante el tiempo de la República auténticas aulas escolás­


ticas, especialmente para la enseñanza primaria. Éstas empezaron a cons­
truirse durante el Imperio para la enseñanza superior, si bien continuó a
prevalecer el concepto y el uso de aulas al descubierto.
Los edificios destinados a la enseñanza eran construcciones ligeras
afuera de la planta originaria de la casa y casi como su continuación. De
aquí el nombre de “pergulae" (de “pergo” ^_ continuar, proseguir).
A menudo, la “pérgula”era substituida por otros edificios semejantes ya
existentes. Por otro lado, la denominación de “pergula", que fue genérica
para los latinos» ha de expresarse en español diversamente según el arte
que se impartía en ella: “aula escolástica1*(con relación al maestro, gramá-
tico* rétor)/ ‘e studio” (respecto del pintor y del escultor); “am bulatori# o
“clínica* (respecto del médico)/ ‘observatorio?"(respecto del matemático y
fcul
astrónomo), etcétera.
Principio Roríiae nec in honore fuerunt litterae nec in usu litterarum
ludi, cum cives rudes bellicosique tantum artibus militaribus vacarent
Initia exigua exstiterunt; nam antiquissimi magistrorum in triviis pue­
ros e vicinia collectos primis elementis erudire coeperunt; unde, ut ait Quin-
tlianus,huic elementariae disciplinae scientiae trivialis nomen obvenit

38
IINTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL PENSAMIENTO ROMANO 39

Postea magistri* ut solis vis peileretur et imbrium molestias vitarejitur,


docuerunt in pergulis quae iuxta tabernas ve] iuxta domos constructae
artium liberalium professoribus locari solebant Decemvirorum tem pori­
bus, inquit Livius, in taberniserant litterarum ludi. Item L* Furius Camilus,
cum bello perseguendos Tusculanos patres censuissent, ingressus urbem
vidit opifices intentos suo quemque operi et iuxta taberna ludos discen­
tium .vocibus strepentes. Apelles, inquit Plinius, perfecta opera proponebat
in pergula praetereuntibus atque post ipsam tabulam latens vitia quae
notarentur auscultabat. Lucius Cassitius Tarentinus» inquit Suetonius, qui
mültos nobiles* in his lulium Antoiiium Triunviri Filium erudivit, iri per?
gulis. In pergulis docuit. Saturninus, inquit Vopiscus» pergulas magistrales
frecuentare solebat. Quas vero cum populus suadendi causa saepe cir­
cumstaret, praesertim cum suae artis peritiam ostentarent magistri, impe­
rator Theodosius decrevit ut universi qui in publicis ludis discipulos
collectos erudire consuevissem, abotentatione vulgari amoverentur.
(Al principio en Roma no eran apreciadas las letras ni las escuelas al
servicio de las letras, ya que 3os rudos y belicosos ciudadanos se dedicaban
sólo a las armas. Los comienzos fueron modestos; en efecto, íbs más anti­
guos de los maestros empezaron a instruir a los niños de la vecindad con
los primeros elementos en los trivios; de aquí, el que se diera a esta ense­
ñanza primaria el nombre de "ciencia trivial”, cómo dice Quintiliano,
Más tarde, los maestros» para evitar el rigor del soj y el fastidio de la llu­
via enseñaron en escuelas que, estando const ruidás cerca de almacenes o
cerca.de casas;soUan ser entregadas a los profesores de lascarles liberales.
En tiempo, de los Docenviros"(51-5ü a- C.)}narra Livio, las enseñanzas
se efectuaban en Ios-almacenes. Asimismo, Lucio Furio Camilo, habiendo
los senadores decretado que se continuase la guerra contra los Tusculanos,
al entrar en la ciudad» vio a los artesanos dedicados cada uno a su obra y
cerca de los almacenes las aulas de los aprendices vociferantes. Apeles,dice
Plinio, exponía sus obras, una vez acabadas, a los asistentes y él, escondido
ΊΟ ANGÍ.LOALTIERI MEGALE

iras cl cuadro* escuchaba ios defectos que se advertían. Lucio Casicio


Tarentino, dice Suetonio* el cual enseñó a muchos nobles, entre los cuales
Julio Antonio, hijo def Triunviro, dio sus clases en escuelas. Saturnino, na­
rra Vopiáco* solía frecuentar las escuelas magistrales* Pero,ya qué el pueblo
a menudo acudía a escucharlas, sobre todo cuando los maestros ostenta­
ban la habilidad de su arte* el emperador Teodosio decretó que todos los
que enseñaban en las escuelas públicas, se abstuvieran de ostentaciones
i*
vulgares.)

2. Los primeros elementos (leery escribir)

Quidam litteris instituendos pueros, qui minores septem annis essent, no


putaverunt» quod illa prima aetas ñeque disciplinas mtelfigere ñeque labo­
ren pati possit, Melius autem qui volunt nullun tempus vacare studiis; nam
initia litterarum sola memoria constant, quae est in pueris tenacissima,
Doceamus igitur parva parvos, sed quod cuique discendum est, quam pri-
inun discere incipit (Quintiliano), Máxime curanda est lectio. Nam, qui
bene legit> scit aliquid; qui vero male, nihil scire demostrat. Sciat oportet
puer, ubi suspendere spiritum debeat, ubi claudatur sensus, unde incipiat,
quid lentius, celerius, concitatius, lenius dicendum est. Puer qui legendi
scibendique bene adeptus estt facultadem gramatico traditur.
(Algunors estimaron que los niños menores de siete años no fueran ins­
truidos en las letras ya1que aquella primera edad no puede ni comprender
las disciplinas ni soportar la labor. Mejor entonces los que no quieren dedi­
car tiempo alguno a los estudios; en efecto, los principios de las letras se
mantienen firmes sólo con la memoria que eji los niños es muy tenaz.
Enseñemos, pues, cosas pequeñas a los pequeños, pero lo que cada uno
debe aprender que lo empiece a aprender cuando antes. Hay que cuidar al
máximo la lectura, puesto que quien lee bien aprende algo, al paso que
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DHL PENSAMIENTO ROMANO -11

quien lee mal muestra no saber nada. Es preciso que el niño sepa dónde ha
de suspender la voz, dónde se cierra el sentido, dónde empezar, qué debe
decirse más lenta, más rápida, más fogosa, más suavemente. El niño«queha
adquirido la facultad de leer y escribir, es entregado al gramático.)

3. Desarrollo de la enseñanza

La enseñanza en Roma se desarrollaba a través de los siguientes grados:


1) Ludus litterarius”, “litterarum ludus”,“discendi ludus" (lugar donde
se enseñaba a los niños las primeras nociones; "escuela primaria1’);
2) “ludi magister11(el maestro que enseñaba en dicha escuela:'‘maestro
de primaria”);
3) “schola” (cualquier lugar destinado a la enseñaba: “escuela”); “gram ­
maticus”, “rhetor”* “philosophus” (los profesores de enseñaban en las
escuelas superiores: “gramático”, “rétorVfilósofo”),
El término “s,ch ola" (del g r i e g o o l e ”: ocio,^ocupación de estudios),que
se impuso en edad ciceroniana, se refirió en un comienzo11a la enseñanza
superior; de aquí, “schola grammaticorum" (Suet.), 'schola rhetorum”
(Quint.),"schola philosophorum” (Cie,). Más tarde adquirid el significado
de "escuela en general", con el cual ha llegado hasta nosotros.

4. Fraseología

“Dicere litteras” (Cicerón) = pronunciar las letras; “litterarum elementa


discere” ~ aprender a leer y escribir; “litteras scire, nescire” = saber, no
saber leer y escribir;“decore scribere” = escribir con buena caligrafía; “lit-
teris studere" “ estudiar literatura;“studiis litterarum sg tradere11= entre­
garse al estudio de las letras.
42 ANGELO ALTiERI MEGALli

“Ire, itare in ludum litterarium^ = ir a la escuela; “adire scholas* - ir a la


escuela; “agredí ex schola” = salir de Ea escuela; “sedere, assidere in scho­
la”- estar sentado en la escuela; "ludum, scholam aperire” = abrir una
escuela.
4

4. Los, profesores
*

Qui aliquem artem liberalem publice docet, professor est. Quintilianus


geometras, rhetores, grammaticos, ceterarum artium liberalium profeso­
res commémorai. Gelsus ei medicis-hoc tubuit nomen. Tiberius autem,
inquit Suetonius, graecae latinaeque linguae professorum assiduous audi­
tor fuit, quorum pcopia tam magna profluxit adeoque floruit ut nonnulli ex
intima fortuna in ordinem senatorium atque ad summos honores proces­
serint, Ludorum 1itteraf rariorum magistri non sunt professores.
(El que enseña públicamente un arte liberal es un profesor. Quintiliano
menciona a los geómetras, a los rétores, a los gramáticos y a ios demás pro­
fesores de artes liberales. Por su parte, Tiberio» como dice Suetonio, fue asi*
dúo oyente de los profesores de lengua griega y latina, cuyo número fue tan
grande que algunos de íntima cuna ascendieron al orden senatorial y a los
máximos honores. Los maestros de las escuelas literarias no son profeso­
res, o sea, los maestros de primaria no tienen título de profesor: “profesor”,
de “profiteor”,,exponer públicamente,)
SEGUNDA PARTE
LA CASA ROMANA

1. El vestíbulo ("vestibulum”)

En tanto que en las casas modernas la puerta' de entrada está en la talle,


entre tos romanos se dejaba un espacio libre entre la entrada y la calle a
guisa de un pasadizo formado por (as dos partes laterales de la casa: se lla­
maba “ves tibulo”. No tenía techo ni reja, pero estaba adornado por estatuas,
y cuadros; servía como sata de espera de los clientes antes de ser introdu­
cidos a la audiencia con el patrón. Desde este lugar los cónsules y los tri­
bunos arengaban a las masas y desde allí mismo se atentaba, en la
penumbra» contra la vida de los personajes más notables.
Atrás del vestíbulo estaba la entrada (“ostium”). La puerta ( “ianua” o
“fores"), fio era giratoria como las nuestras, sino que estaba provista de
pernios enfilados en el arquitrabe; por ello, al abrirse y al cerrarse, se pro­
ducía un estridor característico que los antiguos expresaban con frases sig­
nificativas (“concrepuere fores*\han hecho ruido las puertas; “concrepant
cardines”, hacen ruido los quicios; étcéíera). Se solicitaba la entrada tocan­
do la campanilla o golpeando con un martillo.
Cerca de”la entrada se encontraba la celda del portero (“ostiarius” o
“¡anitor") y el cuchitril del perro de guardia (“caye canem”, cuídate del
perro).

45
4f> ak ( iI :i .o a i :tiumi meg a le

1 FJ atrio ( “atrium ”)

EI “atrio” (de “ater”, negro, según los antiguos, porque estaba ennegrecido
por el humo) era la parte central de la casa. Quien ha visto los claustros de
los conventos puede formarse una idea de esta gran pieza sin ventanas y
con una abertura en el centro» por donde caía el agua pluvial, la cual luego
se recogía en un depósito situado abajo. Enfrente de la puerta estaba la
cama nupcial (“lectus nuptialis"), la cama más bella, la del padre y de la
madre* símbolo de la autoridad paterna; y>muy cerca el hogar. Alrededor
del hogar se hallaban los "Dioses Larios”>'lo$ genios protectores de la· fami­
lia, los cuales* más tarde, fueron trasladados a un lugar especial, denomi­
nado “Larario* (“Lararium” ). El hogar* bien mirado* era un altar, donde se
desarrollaban no sólo los actos de la vida diaria, sino sobre todo los ritos
de] culto doméstico. En breve, el hogar romano, más que residencia, era
institución. Por otro lado,el fuego, símbolo de la continuidad y vitalidad de
la familia, no se apagaba nunca, salvo (por supuesto) en caso de luto.
Aparte de constituir el centro de la vida familiar, el atrio es el aposento
de la madre, reina de la casa y severa educadora de los hijos. Cornelio
Nepote, en el “Proemio11de ias "Vidas de ¡os capitanes excelentes”, advierte
que, contrariamente a la mujer griega que permanece aislada de la familia
en el gineseo, la mujer romana participa activamente en los convites y en
I

ios círculos de conversaciones, imparte las órdenes a los esclavos y las


esclavas y atiende sobre todo a sus funciones de madre.
Escribe Tácito queden los tiempos gloriosos de la1república (cuando los
romanos, movidos por el afán,de imitación de los griegos, no habían aun
adquirido el mal hábito de contratar nodrizas o pedagogos) la madre no
renunció al derecho de ser la únka educadora de sus hijos, a los que habla­
ba con el lenguaje de amor y fe heredado de sus padres. Y la madre está
siempre cerca del hijo; le suministra los primeros juguetes para qué se
divierta, pero, a] propio tiempo, le inculca moderación. La vida, le advier-
INTRODUCCION AL ESTUDIO DHL PENSAMIENTO ROMANO 47

le, no es toda un juego, sino también deber. El niño ha de saber que dos
conceptos han convertido a Roma en grande y temida: “pietas et virtus”.
Desde pequeños hemos de acostumbrarnos a ser buenos, modestos,
laboriosos; es decir, hemos de empezar a construir el gran sacrificio de la
moralidad. Cosa muy dulce, como dice Horacio, es levantarse temprano y
respetar a los ancianos. En breve, tener moderación en los placeres, amar a
los padres, venerar a los dioses, emular a los que saben más que nosotros,
conservar el culto de los muertos: en esto consiste el umos patrius”, la base
tradicional de la educación romana,
Además de cuidar a los hijos, la madre romana atendía a otros queha­
ceres domésticos. Desde antiguo, dice Plutarco, la mujer romana casada
“aeque molere atque coquere debebat” (debía igualmente moler y cocer).
Por supuesto» estaba exenta de las labores serviles (hacer el pan, limpiar y
barrer los aposentos, lavar los platos, etcétera); por ello, era “señora’y no
“esclava”. Su laboratorio era el atrio y su labor la de la lana (“lanificium”),
que ejecutaba con amor, en especia] con vistas a adornar los cojines y los
lechos familiares, así como los vestidos de las jóvenes esposas.
Pur lo anterior se colige que el atrio constituía fundamentalmente la
habitación de los "Visivos*’; en efecto* el lecho nupcial, el hogar, la mesa per­
tenecen a la familia visible, Pero, entre los romanos, había también una
familia invisible integrada por “Manes*, los espíritus de los muertos
(“agnatí’^cog.natiY ^ffm es”), a tos cuales el jefe de la casa no solamente
ofrece cada día ías primicias de los alimentos y las bebidas, sino asigna
también dos aposentos, uno a la derecha yel otro a la izquierda del atrio
(“alae”), donde residen bajo la forma de imágenes (“imágenes maiorum”}:
Como cantó Propercio, “sunt aliquid Manes: letun non omnia fmitv: A
saber, la muerte no ha ‘s uprimido a los mayores, sino los ha tan sólo trans­
formado; de hombre que eran ios ha hecho dioses, los dioses de la casa, Y
este nuevo estado no los ha envanecido; por el contrario, son, buenos, vigi­
lan para que nada falte y nada turbe la paz y la tranquilidad de la familia
ANCIiUI ALTI BRIM £C A LI·

visible. Por éllo, el “pater familias” se pone los vestidos sacerdotales e


implora que los hijos tengan las mismas virtudes de los antepasados. De
esta manera, Manlio Torcuato, Escípión, Virgilio temblaron de conmoción
ante las virtudes de sus mayores. He aquí por quéRoma fue grande, he aquí
por qué el pueblo romano supo conservarse sano, fuerte, glorioso, «

3. Las pártes accesorias de la casa

De )as partes accesorias de la casa merecen mención especial la cocina


(“culina”) y ei comedor ("tricicliniuirf’).
Muy frugal fue la vida de los primeros romanos. Por ejemplo,, Menenio
Agripa, famoso por haber logrado conciliar los intereses del Senado con los
de la plebe, era tan pobre que, una vez muerto, necesitó de una pública
subscripción para sus extremos honores. Inclusive los grandes que condu­
jeron sus legiones hacia hacia la conquista del mundo fueron parsimonio-
sL En las casas de los Fabios> los Emilios* los Escipiones, los Fabricios,
etcétera, se obsevaba una vida austera, cierta indigencia, digna del
Capitolio* como dice Séneca: "Capitolio digna paupertas”. Sin embargo,
después de las guerras asiáticas» las costumbres» sufrieron un profundo
cambio; el contactaron los pueblos adictos a la molicie y debilitados por el
ocio influyó negativamente en el ánimo de los romanos, de manera que
poco a poco los vicios de los vencidos se convirtieron en vicios de los ven*
cedores. La vida modesta, la honestidad hasta el sacrificio* la frugalidad
empezaron a ser subestimadas; en contra, las riquezas acumuladas por
derecho de guerra fomentaron el deseo de una vida cómoda y placentera.
Las casas se embellecieron según el criterio de lujo más retinado; pero el
vicio de la gula fue ciertamente el que sugirió los gastos más locos y que
pervirtió más que cualquier otro el sentido moml de los romanos.
Por entre las innovaciones que vinieron desde el Oriente, señalaremos
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL PENSAMIENTO ROMANO 49

especialmente dos: la de los “panaderos” (“pistores” y la de los “cocineros”


(“coqui” ). Ambos vocablos son latinos y muy antiguos, pero originaria-
mente tuvieron otro significado. Con la introducción de la levadura (“fer­
mentum*, los panaderos empezaron a producir y vender no sólo pan
fresco, sino cualquier género de pastelería. Por su parte, los cocineros, que
anteriormente eran esclavos, se volvieron representantes apreciados y bus­
cados de un nuevo arte, el arte culinario (“ars culinaria”). Se trataba de un
arte difícil que, como todos los artes, tenía una preceptiva propia que era
severamente aplicada. En consecuencia, tareade], cocinero no era precisa­
mente preparar los alimentos tradicionales, sino más bien guisar platillos
deliciosos para deleíte de los amos e invitadbs.
En tiempos del decaimiento de los romanos, la cocina surgió cerca del
peristilio: era amplia, luminosa y dotada de todas las comodidades y todos
los utensilios muebles, instrumentos necesarios para su mejor funciona­
miento y con vistas a complacer plenamente la voracidad y glotonería de
los comensales* Varrón escribe que los antiguos tenían colgados de las
paredes del atrio los vasos y otros utensilios en verdad útiles, no los que
eran materia de lujo (“expenderse solebant quae utilitas postularet, non
quae luxuriae causa essent parata”), Pero, a causa de las nuevas exigencias
gastronómicas, Ja vieja olla ("olla") y los viejos platos de madera o de arci­
lla, fueron substituidos con otros enseres indispensables para una buena
cocina. Los cocineros públicos esperaban en las inmediaciones del merca­
do a los clientes eventuales. Y cobraban mucho por sus servicios. Plmio
refiere que m uchosse quejaban de que los cocineros resultaran más costo­
sos que los caballos. Con todo, hay que reconocer que el arte culinario era
muy difícil: su éxito dependía, como atestigua Marcial en uno de sus epi­
gramas, no sólo de la pericia y buena voluntad del cocinero, sino de la gula
siempre insaciable de quien lo contrataba.
La palabra “triclinium” tiene comúnmente, entre los escritores, signifi­
cado colectivo, esto es, denota no un lecho único sino tres lechos dispues­
SO ANGELO ALTIERJ MEGALE

tos alrededor déla mesa. Ello parece estar confirmado por la frase “sterne­
re triclinium” (preparar la mesa). En lo tocante a la distribución de los
lugares, el lecho de en medio era considerado como el más honorífico; le
seguían por importancia el de arriba y el de abajo.“Triclinium" acabó por
significar también “comedor", o sea, lugar en donde se encuentra el “tricli­
nium”. E rtrid in iu rrí'su ele ser descrito como la pieza más bella y suntuo­
sa de la casa. En él se verificaba, entre otras ceremonias, la “cena
#
triunphalis” (la comida oficial del vencedor). Para ello, se contrataban los
mejores cocineros y un ambiente de fiesta se extendía por toda la casa.
LA VICLA ROMANA

1.La villa romana


I

La vil la „roma na (“villa”, casa de campo), según -Columella, tenía tres par­
tes bien definidas: la “villa rüsticaM a “villa fructuaria” y la “villa urbana”,
Llamábase "villa rustica” ía parte más modesta* construida para las
necesidades rurales; allí estaban las habitaciones del cápataz (“villicus”) y
de los esclavos. En la parte central de la construcción había uno o dos
patios con una cisterna; y alrededor del patio se hallaban las habitaciones
de los esclavos ("cellae”)* los establos» la cocina y Jas despensas. Por deba­
jo de la habitación del capataz estaba la temida cárcel de los esclavos fugi­
tivos o rebeldes, llamada “ergastulum”, La villa rústica correspondía
aproximadamente a nuestra casa colónica.
La “villa fructuaria” era la parte déla villa donde se depositaban los pro­
ductos del año, Comprendía un molino de "aceitunas ("celia olearia”), una
prensa para la uva (“torcularia” ), una cantina-(“celia vinaria”),™ granero
("horreum”), una,, tahona (“pistrinum”).
La “yilla urbana”era la parte reservada al dueño de la finca, la más her­
mosa y cómoda, construida poco más o menos como una casa de ciudad.
A veces se le añadía un local para el juego de la pelota u otros ejercicios
("palaestra”), un corredor para el verano y una torre que permitiera al ojo
extenderse a todo lo ancho dei horizonte.

51
52 ANGELO ALTI ERI MEGALE

2. La vitia en las postrimerías del Imperio

A partir del siglo tv el imperio romano cayó en tina crisis» cada vez m ás
grave, hasta gue precipitó en una ruina extrema: crisis moral y religiosa,
erisis "de gobierno, crisis demográfica, crisis agraria, crisis financiaría, De
ello solamente se salvaban las clases más altas, que valiéndose de su poder
político o corrompiendo a los funcionarios, lograban substraerse al pago
de la mayor parte de los impuestos en detrimento de los grupos producti­
vos de agricultores y artesanos, empujados inexorablemente a engrosar las
filas 'del proletariado. De esta manera, al propio tiempo que las maisas
populares se volvían siempre más míseras y las ciudades declinaban, se
ensanchaban los latifundios tanto más que los propios poderosos abando­
naban los centros urbanos, a causa de la inseguridad allí reinante, γ se
refugiaban en sus "villas”, que fortificaban y protegían con esbirros. A los
pequeños propietarios de antaño no les quedaba m ás que renunciar a su
libertad y ponerse bajo la protección de algún se ñ o r La villa acabó por
dividirse en dos partes: la “parte masaricia" (“para massa ritia”), cultivada
por los “masarlos” o colonos, y la ‘‘parte señoril” (*'‘para dominica”), culti­
vada también por colonos en razón de cierto número de prestaciones. Cada
villa era como un pequeño mundo au tosu fielente, donde producía todo lo
necesaria para la vida.
En resumen, las villas del tardío imperio preludian lo que sería uh día
el “feudo medieval1’■
LAS DIVERSIONES

1. Las artes que sirven para la diversión Cartes ludicrae**)

Las “artes ludicrae1’-comprendían dos especies de diversiones: las diversio­


nes públicas o espectáculos públicos, a cargo del Estado* para todo el pue­
blo (“ludí”); las diversiones privadas que cada ciudadano podía promover
por su propia iniciativa,dentro o fuera de su casa, a fin de proporcionarse a
sí mismo y otros un agradable pasatiempo (“ludionesV saltatores1V'circu-
latoresw,etc.) Las diversiones publicas estaban estrictamente ligadas al cul­
to religioso; antes bien*constituían ellas mismas parte integral de la función
religiosa. Las diversiones privadas tenían claro carácter familiar y popular*

2. Los espectáculos públicos

Los espectáculos públicos ("ludí") comprendían: los espectáculos del circo


("ludi circenses”),, como" el combate de los gladiadores (“gladiatores”,
“munus” o “spectaculum gladiatorum”); las luchas con las fieras (“vena­
tio”), pero sobre todo las carreras de la s“bigas” (carros de dos caballos) y
de las “cuadrigas” (tiro de cuatro caballos enganchados de frente). Había,
además, representaciones escénicas, tales, como comedias y tragedias
("fabulae"), farsas ("mimT), danzas (“saltationes1’), etcétera.
W ANGELO ALXlERi MEGALE

Con el empleo de los anfiteatros (Am phitheatra",lit."teatro doble”), en


un primer momento de madera, como e! de César (46 a. C )4luego de píe-
dra y mármol, como el anfiteatro Flavio (80 d. C ), el circo, de forma elípti­
ca sirvió casi exclusivamente para las carreras de caballos o carros, al paso
que las luchas de los gladiadores se llevaban a cabo en el anfiteatro.

3 .El circo

"Circus, graece “hippodromus”, Maximus quoque dictuswut a ceteris Roma


circis distingeretur, Inter. Palatiaim et Aventinum a Servio Tullio exstruc­
tus et ab Julio Caesare ab utraque perte productust locus fuit orbiculatus,
longior tamen quam latior, gradus habens complures, in quibus ludicro­
rum spectatores ita sedebant ut alter alterum prospectu non impediret. In
Circo multa dabantur spectacula, ut ferarum venationes* athetlarum
gymnica certamina, alicuando et scaenici ludi, sed bigarum et quadriga­
rum primum fuit atque praecipuum certamen* Nam in Circo, inquit varo,
equi currunt. Unde hunc morem sumpserint Romani, non satis est com­
pertum*
Plhiius bigas Phrygibus tribuit, Vergilius, in tertio Georgicon libro, qua­
drigas tribuit Erichthonio Athiensium regi.
»{E1 circo, llamado en griego hipódromo, denominado también Máximo
a fin de diferenciarlo de los demás circos de Roma, construido entre el
Palatino y el Aventino por Servio Tulio y ampliado por Julio César en
ambas partes, fue un lugar redondo, sin embargo más largo que anchoa que
temYun gran número de gradas, en las cuales los espectadores de los jue­
gos se sentaban de manera de no impedirse mutuamente la vísta. En el
circo se representaban muchos espectáculos, como cazas de fieras, compe­
tencias gimnásticas de atletas, inclusive a veces juegos escénicos, pero el
primero y principal certamen fue el de las bigas y cuadrigas. En efecto,
INTRODUCCION AL ESTUDIO DHL PENSAMIENTO ROMANO 55

como dice Varrón, los caballos corren en el circo. No está suficientemente


explicado de dónde los romanos trajeron esta costumbre.
Plinio atribuye las bigas a ios Frigios. Virgilio en el tercer libro de las
Geórgicas, atribuye las cuadrigas a Erictonio, rey de Atenas.)

4. Las luchas contra las fieras ( “venationes”)

El espectáculo era doble; o las fieras, en gran número, luchaban entre sí


(leones, panteras, tigres, lobos, jabalíes1} o también hombres (muchos por
profesión, otros porque condenados “ad bestias”) bajaban a la arena· a
luchar contra las fieras.
Marcos Fulvio Nubilior instituyó los juegos, que había prometido en la
guerra etólica. Según Tito Livio» fue entonces cuando se ofreció por prime*
ra vez a los romanos la lucha de atletas; asimismo,la caza de leones y pan­
teras.
Bajo el consulado de Marcio Filipo y Servüio o Capón, y siendo ediles
curules Cornelio Escípión Nasica y Publio Lentulo, lucharon en el circo 60
panteras y 40 osos y elefantes.
Pompeyo el Grande, según Plinio, ordenó en el circo una lucha de 500
leones.

5. Las diversiones privadas

Según Séneca, llámanse artes recreativas las que tienden al placer de los
ojos y los oídos; ejercen, por tanto* tales artes no sólo los que corren en el
Circo, sino también los comediantes (“hÍstriones”)Jo s bailarines (“salta-
lores1’), los luchadores ("luctatores”), los saltabancos (“circulatores”); es
decir, lodos los que ejercen un arte recreativa.
56 ANGELO ALTI ERI MEGALE

Los saltabancos suelen entretener a la plebe, reunida en el cirtd* con


muchos juegos y engaños» por lo cual se íes conoce también con el nombre
de “charlatanes” (“praestigiàtores”). Así tratan de vender maravillosos y
misteriosos medicamentos, ofrecen al publico crédulo serpientes y monos
y hacen juegos de mano. Con estos ojos (dice Apuleyo) he visto a un salta­
bancos devorar una espada ecuestre y luego hacer lo mismo con una lanza:
Mención-especial merece él “funámbulo” (“funambulus”), el que, como
el nombre apunta, anda sobre una cuerda, hace ejercicios en ella o en el
alambre. El funámbulo
r‘ no solamente
■■ camina sino baila al sonido de la
flauta e inclusive canta y;se desliza a loi largo de la cuerda. Es desde luego
un espectáculo admirable, pero terrorífico. Hubo espectáculos aun más
maravillosos, como aquél que ios funámbulos eran elefantes y.noi hombres.
CÓMO VESTÍAN LOS ROMANOS*

En lo antiguo» el vestido de los romanos se componía-de una túnica y, enci­


ma, de una toga.
La túnica era una camisa de lana, sin mangas o con medías mangas,
larga hasta las rodillas y con un cordón alrededor de la cintura. Más tarde
empezó a usarse» debajo de la túnica, otra camisa también de lana; las
camisas de lino se emplearon no antes del siglo iv a. G La toga, el vestido
romano por excelencia, consistía en una grande faja de ia lana blanca. Al
principio, sirvió para protegerse del frío (por ello era de tela gruesa); luego,
prevaleció el lujo. Los sacerdotes y los adolescentes hasta b edad viril lle­
vaban la “toga Praetexta” con rayas rojas; César fue el primero en ponerse
una toga de púrpura, la que iba a ser, a su tiem po,et uniforme de los empe­
radores.
Los romanos no se cubrían la cabeza; en caso de lluvia se protegían con
uno de los extremos de la toga; durante un viaje, añadían una capucha a su
capa; por fui, contra losi rayos del sol usaban sombreros con am plias alas.
.Muchas eran las especiesíde calzado; sandalias, botinas,.etcétéra; variaban
según la dignidad, la condición social, etcétera. Por ejemplo, los que habían
desempeñado una magistradura llevaban botines de cuero rojo; los sena­
dores tenían zapatos de cuero negro, con una hebilla en forma de luna; los

’ El presente capítulo ha sido una versión libre de un escrito de Salomón Reinaxh.

57
58 ANGELO ALTIERI MEGALE

caballeros y los ciudadanos simples, zapatos de cuero negro, sin otra Cósa.
Los campesinos y los esclavos llevaban botinas altas y»las más veces, chan­
clos. Los romaífbs de los prim eros tiempos tenían pelo y barba largos^en
el año 300 a. C. llegó â Roma» procedente de Sicilia, el primer peluquero; y,
según Plinio, Escipión Emiliano fue el primero en usar la navaja.
Ai igual que los etruscos y los latinos* los romanos llevaban un anillo en
el anular de la mano izquierda; si era de oro, indicaba la dignidad de los
_ 4
senadores y de los caballeros* Más larde, el emperador Severo concedió el
mismo derecho a veteranos y Justiniano lo extendió a todos los hombres
libres.
El vestido de la mujer se componía de una camisa (“túnica interior”),
de una estola y de una larga túnica exterior. La estola* con medias mangas»
llegaba hasta ios pies. Antiguamente, las mujeres se cubrían la cabeza con
un velo; luego, lo usaban sólo en seftal de luto o en las solemnidades reli­
giosas. Asimismo» las mujeres acostumbraban llevar el pelo alisado sobre
la cabeza, con un nudo simple en la nuca/Pero, con el imperio, los hombres
y las mujeres empezaron a usar los· pelos fingidos» en especial de color
rubio, que importaban de la Germania. £1 calzado de las mujeres acabó por
ser semejante al de los hombres» pero más lujosos y de colores vivaces.
LA FAMILIA ROMANA*

L El padre

Dado el carácter monogamo-patriarcal de la familia romana (tipo de fami*


lia donde el gobierno era ejercjdo por el jefe varón más viejo), el “pater
familias” gozaba de un poder casi ilimitado, no sólo sobre las cosas
(“dominium”) y los esclavos ("potestas dominica"), sínó también sobre la
madre y los hijos (“patria potestas”).
Como jefe religioso, el padre era responsable del perpetuarse del culto y,
por consiguiente, de la familia; de él sólo dependía este prim er cuidado y
este primer deber. En fuerzade esta especie de investidura, podía: 1) reco­
nocer o repudiar a tos hijos, ya que la filiación, aunque fuera inconteslada,
no era suficiente para entrar en el círculo sagrado déla familia; 2 ) repudiar
a la esposa, máxime en caso de esterilidad; 3) casar a loshíjos, en especial
a los varones, con vistas a asegurar la continuidad de la familia; i ) adoptar,
o sea, introducir a un extraño en el hogar; 5) designar, al morir, a un tutor,
parai la esposa e hijos. Todos estos derechos estaban reservados para el
padre, con la exclusión de los demás miembros de la familia.

* Sobre d temo, se aconseja la lectura de Fuste! de Coulanges: “U familia romana" y de R,


Menard γ C.V, Sauvageot; uLa vie privée des anciens*.

59
60 ANGELO ALTI ER! MEGALE

Si se toma eh cuenta que en origen la propiedad se concedía como per^


teneciente a toda la familia» en el ejercicio del derecho de propiedad el pa­
dre se hallaba en cierto modo 1imitado. Siendo por su propia naturaleza
indivisible, la propiedad en cada familia era intocable. Sin embargo, el
padre estaba investido del derecho d e i^ in is tr a r la , en todas sus espedís.
Inclusive los bienes dotales aportados por la esposa, estaban bajo su cul·
dado.
Claro está que este poder del padre; absoluto en teoría, en la práctica
quedaba mitigado por diversas causas: por el temor de castigos por parte
del Estado en caso de abusos demasiado graves; por ¡influencia del· senti­
miento religioso o de cualquier otro de índole moral; por los lazos de amor
hacia la esposa y los hijos.Sentimientos, estos últimos, fáciles de brotar en
el ánimo de un pueblo que no conocía la poligamia. He aquí por qué* si en
las circunstancias ordinarias de la vida el padre exigía respeto y obedien­
cia, era al mismo tiempo marido y padre con plena conciencia de sus obli-
gaciones morales hacia los que dependían de él.

2 . La esposa

Si se consulta a los juristas, los cuales ordinariamente estudian las institu­


ciones en los textos legislativos, la esposa y madre es representada con los
colore_s más hoscos: privada de todaslas garantías, abandonada sin defen­
sa al despotismo del marido, que tiene sobre ella derecho de vida y m uer­
te. Pero, si dejamos a un lado por un instante las fórmulas jurídicas y
reflexionamos en lo que la mujer representaba en la vida social* en las cos­
tumbres, es decir, en la realidad, la escena cambia totalmente: ella ya no es
la esclava impotente* sino la matrona, la madre de familia, respetada por el
marido y venerada por los hijos y los esclavos.
De hecho, la esposa participaba de los derechos del marido. De aquí, las
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO D a PENSAMIENTO ROMANO lLú]

palabras sacramentales que la esposa dirigía al mardio: "Ubi tu, Gaius, ibi
ego, Gaia” (Allá donde tú estás, oh Gayo, estoy también yo, Gaya). Y,en efec­
to, la esposa se convertía en dueña de todo lo que pertenecía al marido. En
la casa ,todos la llamaban "domina", incluso el marido; y Catón el Censor*
exagerando esta situáción, decía: “Dondequiera los hombres gobiernan a
los hombres; y nosotros, los romanos, que gobernamos a todos los hom ­
bres, somos gobernador por nuestras mujeres”.

3. Los hijos

Para los romanos constituía un día de fiesta el nacimiento de un hijo. El


regocijo de los padres se manifestaba públicamente con la decoración
exterior de la casa, cuya puerta se adornaba con coronas de flores. En el
interior se notaba una incesante sucesión de visitas (parientes y amigos),
quienes se congratulaban con ei padre y la madre, al propio tiempo que
participaban en los festejos dispuestos para la ocasión.
La crianza del niño quedaba normalmente al cuidado de nodrizas. El
día en que se ponía encima la “toga viril" (alrededor de Jos 17 años cum ­
plidos el niño entraba en sociedad y era admitido entre los ciudadanos
activos). Ai colocarse la blanca toga viril, el jovencito se quitaba la “bulla”
(bola de oro que los hijos de los patricios llevaban al cuello hasta la edad
viril). En seguida era acompañado al foro, donde se verificaba su represen­
tación al puebla
Los hijos tenían en el padre un juez dotado de un poder sin límite, que
II

los sujetaba a una rigurosa disciplina; pero tenían,en él también"una guía


diligente que no descuidaba nada para educirlos «y asegurar su futuro
moral y material. No hay que olvidar empero que, cuando ios hijos come­
tían actos de vileza y traición en perjuicio del Estado* el padre no vacilaba
en castigarlos personalmente o en consentir que se les aplicaran las penas
62 ANGELO ALT1EÏU MEG ALÉ

previstas, inclusive de muerte* ¡Tan grande era el sentimiento de absoluta


subordinación del individuo a la patria y al deberí
En brevçja familia romana constituía un todo perfectamente estructu-
rado, un factor eficaz de equilibrios y seguridad al servicio del Estado.

4. Las diversasform as de matrimonio entre los romanos

En Roma» la primera condición para contraer matrimonio legal era la


posesión de la ciudadanía romana. Existían tres formas de matrimonio: la
"confarreatio”, la "coemptio11y ef "usus”.
La “confarreatio” era la forma de matrimonio más solemne y, al mismo
tiempo,, religiosa y civil. La ceremonia lenía lugar en ia casa de la esposa en
presencia de diez testigos» del pontífice máximo y del flamen dial; sola­
mente los hijos de tal matrimonio podían aspirar a los cargos sacerdotales.
El flamen entrelazaba las manos de los prometidos» que se hallaban
sentados en una silla de dos lugares» y declaraba su unión. Después de un
sacrificio ofrecido por el esposo a la diosa |unot que presidía los m atrim o­
nios, los recién casados comían la mitad de un pan de trigo (“far”; de
donde,"confarreatio”), traído por la joven y libaban con dulce vtno y leche.
La “coemptio” era la forma de matrimonio mis frecuente entre los ple­
beyos. Ella consistía en un contrato de venta simulada» mediante el cual los
contrayentes se vendían mutuamente.
'|
Ei “usus” era una declaración de vida común, exenta dé toda formali­
dad, hecha por los contrayentes ddante de testigos; después de un año de
cohabitación» dicho matrimonio era reconocido como legal y los hijos
podían^en consecuencia,aspirar a la ciudadanía romana. Esta forma biza­
rra de matrimonio era tal vez un recuerdo de] rapto de las Sabinas.
LA RELIGIÓN ROMANA*

1. Sentimiento religioso, colegios sacerdotales


y supersticiones entre los antiguos romanos

Es admirable la importancia que los antiguos rojnanos concedían a la reli­


gión. La casa era, para dlos> lo que para nosotros es el templo. En ella te­
nían a sus dioses y su culto; su hogar con sus muros y puertas era una
divinidad; la tumba era un altar y sus antepasados eran seres divinos. Cada
acción de cada día era un rito» un sacrificio a los Penates. El romano sacri­
ficaba a sus dioses,en su casa,cada día; en su curia,cada mes; en su*gens”
o en su tribu, muchas veces al año. Puede decirse que en Roma había más
dioses que ciudadanos* Se sacrificaba para agradecer a ta divinidad los
favores recibidos o aplacar su ira.
Cada uno, hallándose en contacto directo con el dios, podía llevar a cabo
ofertas y sacrificios; sin embargo, al complicarse con el tiempo las ceremo­
nias del culto, se hizo necesaria la intervención de personas especialmente
dedicadas a ello. Se fue,así, formando la casta de los sacerdotes, los cuales,

* Consultar: E. Royston Pike, Diccionario de religiones, adaptación de Eisa Cecilia Frost,


México, FCE, 1966; Evarista Breccia, “Las religiones in Roma*, in // Monda Antico, Napoü,
Lofïredo, 1975; Evaristo Breccia,“II Cristianismo nei suoi Rapport! con la societá e Γ impe­
ro romano*, in L'impero di Roma, Napoli, Loffredo, 1976: Fuste! de Coulanges, "La religidrv
en la vida de un romano'".,in Letture 5foríf/í^ Milano,Gasperoni-'íbdertmo-Mondatori.

63
64 ANGELO ALTÏERI MEGALE

según su función específica, se distribuían en “Colegios": el de los “Flami-


nes’\ el de lo s“Salii’\ e l de los “Fetiales”, el de las vírgenes “Vestales”*el de
los “Pontífices”. Se daba el nombre de “Flamines” a los quince sacerdotes
encargados» de hacer los sacrificios diarios a las divinidades más impor­
tantes; se cree .que este colegio sacerdotal era de origen sabino y la leyejida
atribuye su institución a veces a Rómulo y otras veces a Numa Pompilio.
Los “Salii” formaban un colegio de doce sacerdotes de Marte (posterior­
mente se dobló el número): custodiaban los “escudos sagrados” y hacían
cada año una procesión alrededor de la ciudad bailando (de donde, el
nombre: “salto”, bailar). Los “Fetiales” integraban un colegio de 20 sacer­
dotes* a los cuales estaba encomendada la defensa del derecho internacio­
nal: consagraban tratados de paz, armisticios, alianzas, etcétera. Las seis
jóvenes doncellas “Vestales” tenían por oficio conservar el fuego sagrado
que no debía extinguirse; debían ser libres y vírgenes, por lo cual las que
quebrantaban su voto de castidad eran enterradas vivas. Los “Pontífices”
debían vigilar todos los cultos y fijar el calendario, jefe supremo de los
colegios era el Pontífice Máximo,
Tal vez los romanos derivaron de los etruscos las supersticiones, como la
creencia en los presagios y el arte adivinatorio. Antes de emprender cual­
quiera acción, observaban los auspicios, es decir, interpretaban determ ina­
dos signos: el vuelo de las aves, la manera de picotear de los pollos
sagrados* el estado de las entrañas (especialmente de! hígado) en los ani­
males sacrificados, o también la dirección del viento, los relámpagos, los
rayos. Es evidente que los adivinos ejercían una acción considerable, no
siempre benéfica, en Ja vida de los ciudadanos y, cuando actuaban por
cuenta del Estado, podían influir en la suerte de los partidos, en los asuntos
de política exterior y, en general, en toda la vida pública. Grande era el culto
de las almas de los muertos, espíritus poderosos ("Manes”), capaces de
atormentar y castigar a los vivos; a fin de apaciguarlos, eran necesarios
sacrificios, libaciones y ruegos que los romanos cumplían cuidadosamente.
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL PENSAMIENTO ROMANO 65

2. La religión de los antiguos romanos

La religión de los antiguos romanos reflejaba la simple e ingenua fe de los


rústicos latinos. Los latinos eran “animistas” o "polidemonístas”* o sea>
atribuían un alma viva o espíritu a los objetos inanimados y a los fenóme­
nos naturales. A estos espíritus se les dio el nombre de “numen”: (“num en':
“voluntad”, voluntad divina, potencia divina, orden). Se creía que estos
númenes^ benignos o malignos, rondaban por todas partes. En la casa, por
ejemplo, Jano (representado con dos caras: con una veía el pasado y con la
otra el porvenir).guardaba la puerta (“ianua”: puerta); tos penates» la des*
pensa; Ves ta, el fuego de! hogar Con el tiempo los penates se asociaron n,]os
lares como espíritus de la casa. El culto de los lares, bien mirado, era el
culto de los antepasados, que (se pensaba) seguían velando el hogar.
Particular importancia tuvo, entre los romanos, et dios Quirino, la divi­
nidad que guardaba la colina del Quirinal y que, con Júpiter y Marte, formó
la prim era gran tríada divina. Se discute todavía si era originalmente un
dios sabino o si fue, desde un principio, el .nombre de Rómulo deificado.
Antiguo es, también el cuito de "Saturno”, identificado por los romanos con
el “Cronos” griego. Se trata, probablemente, de uno de los primitivos reyes
del Lacio, del cual se dice qu^introdujo la agricultura en la región e inau-
guró una “Edad de Oro" de paz y abundancia. Los “Saturnalia”, celebrados
en Roma del 17 al 19 de diciembre, eran un período de regocijo general en
'el que las restricciones habituales quedaban abolidas. A la figura de
Saturno está ligada la “Faunus”, su nieto y padre de “Latino”, quien enseñó
a sus súbditos la agricultura y los hizo civilizados; después de su muerte,
empezó a ser venerado como un dios profótico de los campos y de las sel­
vas; más tarde, acabó por ser confundido con “Pan”, el dios griego de los
pastores.
66 ANGELO ALTI ERI MEGALE

3. Desarrollo de la religion en Row a

A medida que Roma se fue engrandeciendo, su sencillo culto primitivo,


doméstico y agrícola, se fue transformando en la religion de un Estado
fuerte e imperialista. Los dioses aumentaron en majestad y poder. Graride
fue, desde luego, ía influencia ejercida por Grecia en este proceso, pero fue
también notable la ejercida por los demás pueblos conquistados.
Por entré las deidades importadas desde Grecia sobresalen: “luppiter”
(Júpiter; en Grecia, "Zeus”J^lu n o ” (Juno; en Grecia/'Hera*), “Neptunus”
(Neptuno; en Grecia, “Poseidón”), "Piulo*1 (Pintón; en Grecia* "Hades”),
“Mars” (Marte: en Grecia* “Ares” ^ “Apollo* o “Phoebus’*(Apolo; en Grecia,
“Apollon” o “Foibos”), “Diana”1(Diana; en Grecia, "Artemis”), "Minerva”
(Minerva; en Grecia, “Atenea”), “Venus*’ (Venus; en Grecia, “Afrodita”),
"Mercurius 11 (Mercurio; en Grecia, “Mermes”), “Vulcanus” (Vulcano; en
Grecia “Hefestos”), etcétera.
Júpiter, hijo de Saturno, hermano de Neptuno y Plutón, marido de su
hermana Juno, es la primera deidad de la religión oficial romana. Era con­
cebido como señor del cielo (y* por tanto, como autor de las lluvias* la nieve,
el rayo, el relámpago, el trueno y el rocío) y protector del Estado, la familia
y la casa. Su título principal era “Optimus et Maximus1' (el mejor y el más
grande). Su nombre “luppiter” era contracción de “lovis Pater” (Padre
Jove), que significa “cíelo brillante’' y que está emparentado etimológica­
mente con el "Dyas" de los “Vedas”, el “Zeus" griego y el “Tiuas1’ de las tri*
bus germanas. Juno, hermana y esposa de Júpiter, era la reina de los dioses
y la protectori’de las mujeres y el matrimonio. Neptuno era el dios del mar,
identificado con el griego “Poseidon”; su festividad (“Neptunales”) se cele­
braba el 23 de julio, en cuyo día"descansaban caballos y asnos por estar
bajo la protección del dios. Plutón, dios del mundo» inferior, era un juez
inflexibíede los muertos; raptó auCore?,o “Perséfone”J a hija deuDeméter*\
y la hizo su esposa, si bien sólo permanecía con él tres meses al año. Marte,
INTRODUCCION AL ESTUDIO DEL PENSAMIENTO RON!AN O 67

dios de ía guerra, era considerado como el padre de los gemelos (Rómulo


y Remo) y por ende de lodos los romanos, que lo llamaban“ Pater” equipa­
rándolo a Júpiter (es probable que Marte fuera en un principio el dios
supremo y que perdiera luego su primado a causa de la influencia griega).
Apolo, hijo de Jupiter y Latona {Leto, para los griegos), era el dios del sol y
de la luz, de la medicina, de la profecía, de la música y de la poesía (y por
ello jefe de las Musas), y dé otras actividades intelectuales y físicas, Diana,
la herm ana de Apolo, era la diosa de la luna, de los bosques, de la cacería y
de la naturaleza salvaje; aunque era virgen, concedía partos felices a los que
la invocaban. Minerva, divinidad tal vez de origen,etrusco, fue identificada
más tarde con la griega “Atenea’1; en tal virtud, fue la diosa de la sabiduría,
de la inteligencia y la reflexión, de las artes y las ciencias, e inclusive de la
guerra (ya queésta se conduce con la guía déla mente). Venus, diosa de la
belleza"y del amor, era la encarnación de la hermosura femenina; con todo·
las matronas la invocaban como inspiradora de la castidad. Mercurio, hijo
de Júpiter y de Maya, era el mensajero de los dioses, el heraldo de la pala­
bra fácil,el inventor de la lira, el proveedor de la prosperidad y riqueza,dios
del comercio, la astucia y los negocios, guía de las almas de los muertos.
Vulcano, dios dei fuego, fabricaba armas, rayos, etcétera* para los dioses y
los héroes, con la ayuda de los Cíclopes, en su fragua bajo el monte Etna.
En la época de las guerras púnicas fue introducido en Roma, proceden­
te de Frigia (Asia Menor), el culto de “Cybeles” (Cibeles; en griego , 11Kybe-
len). Cibeles, llamada la "Magna Mater'1(“Gran Madre" o la “Madre de los
dioses” ) era una diosa^de la naturaleza, cuyo culto iba acompañado*dé
orgías sexuales que se suponían necesarias para la fertilidad de la tierra. A
todas luces, la díosa Cibeles es una duplicación de “Rea”, la esposa de
Saturno, Poco después llegó el culto de Dionisos, que quedó suprimido en
186 a, C. a causa de sus extravagancias, que llamaron la atención de las
autoridades. Con la conquista de Egipto (31 a, C ), cayó dentro de la órbita
romana el culto de "Isis” y “Osiris”. Este cuito fue acogido con gran gozo
6A AN'CELOALTIERï MEGALE

por los romanos» pues OSiris, concebido cómo un dios que moría y resuci­
taba anualmente, daba a los hombres una esperanza de resurrección* de
una vida de ultratumba.
Mediante este proceso de importaciones sucesivas, puede decirsetjue,
durante el Imperio, había en Roma un centenar de religiones. El Estado
mostraba hacía ellas una amplia tolerancia, con la que no se alterara el
orden. El único culto impuesto a todos era et del "emperador”, A causa de
esta fusión entre religión y política (que implícitamente negaba la„distin-
ción evangélica:“Dad a César lo que es de César y a Dios lo que es d_e Dios’*)
el imperio romano ádoptó una actitud hostil· frente al cristianismo e inició*
en su contra, una larga serie de repercusiones*. Para los romanos J a religión
no era un'acto de fe, sino· una "expresión de fidelidad política’*. Por consi­
guiente, quien adoraba a Júpiter Capitalino y al emperador reconocía la
autoridad de Roma, Pues bien, si el Estado exigía el tributo y el cum pli­
miento de sus leyes (como el servicio militar), los cristianos se m ostraban
obsecuentes; pero, si pretendía la adoración del César, ellos se rehusaban,
aún a costa de su vida* porque lal acto era reservado al dios único. He aquí
por qué el cristianismo, reacio al culto oficial, se convertía inevitablemen­
te en negador del poder del Estado, traidor de la patria» rebelde contra las
más sagradas tradiciones religiosas y políticas.
EL EJÉRCITO*

Todo ciudadano romanoiestaba obligado a prestar servicio 1militar a sus


expensas; quedaban excluidos los ciudadanos cuyos haberes no rebasaban
las 400 dramas, Rstos estaban destinados a la- marina. Durante lá edad
regia el ejército estaba integrado por 3 000 soldados de infantería y 300"
caballeros. Durante la República la fuerza del ejército fue elevada a dos
legiones y, al termino de la segunda guerra sanítica, a cuatro (dos para
cada cónsul).
Los más jóvenes y menos ricos formaban los “vélites”, o sea, los de
'"armadura ligera”; les seguían* por orden de edad y vigor» los “hasfati"* o
sea, los arm ados de lanza* los ‘principes”, o sea, los soldados de primera
línea, y los “tria ri", o sea, los soldados que peleában en la tercera fila y cons­
tituían una fuerza de reserva. Los más inteligentes y fieles integraban el
cuerpo de los “centuriones” (cada uno de los cuales, como el nombre apun­
ta, tenia 100 soldados bajo su mando). A cada cónsul, se le asignaba gene*
raímenle dos legiones y la mitad de los aliados.
La legión se dividía en 30 “manípulos71; 10 de “astados” (por un total de
1200 hombres), 10 de “príncipes” (por un total de 1200 hgmbres) y 10 de
“triarios” (por un total de 600 hombres). Los “velites” se hallaban distri­
buidos en número igual (normalmente de 10) entre los demás grupos. Los

* Sobre eí argumento tratado aquí, consúltese las uHistoríasrtd< Políbio.

69
TO ANGJELO ALTIERI MEGALE

manípulos solían disponerse en un solo frente, con un espacio entre ellos,


o bien en profundidad sobre tres líneas» según las tres armas.
La disciplina militar romana era de una severidad terrible, pero el valor
era reconocido honestamente y recompensado generosamente con prom o­
ciones en la carrera, distinciones honoríficas y premios. Por lo demás* los
jefes eran los primeros en dar el ejemplo del sentido del honor, del valor y
del amor por el riesgo.
TERCERA PARTE
LOS COMICIOS

Los “comicios” (en latín, “comitia” de “co-eo”: reunirse) eran, en Roma, las
reuniones del pueblo con atribuciones legislativas, electorales y judiciales.
Se dividían en: “comitia tributa’*»“comitia curiata* y1’“com iLia centuriata”,
según que el pueblo votaba por “tribus”, por "curiae” o por “centuriae’*.
En la primera edad monárquica, la clase patricia estaba distribuida en
cierto número de "gentes”, es decir, en uniones de familias aristocráticas
que descendían, o pretend (a ni descender, de un único tronco. Las gentes, a
su vez, estaban agrupadas en unidades mayores, las “Curiae”, y las "Curiae”
en unidades aún mayores, denominadas “Tribus**. Las “Curiae” eran trein­
ta y cada una comprendía diez gentes. Las tres “Tribus*se distinguían por
su nacionalidad: la “Ramnes”, de estirpe latina; la “Tities”, de origensabi-
noi la “Luceres”, tal vez de origen etrusco. Con la reforma atribuida a Servio
Tulio, toda la población quedó distribuida en “ 100 clases” y "193 cen­
turias”. Las antiguas asambleas “por curias” perdieron su primitiva im ­
portancia y continuarjn a subsistir con finalidades exclusivamente
religiosas. Par&lofisucesi_voi las verdaderas asambleas políticas fueron los
“comicios por tribus” y los “comidos por centurias”: en los primeros, se
elegían los magistrados menores (tribunos de la plebe, cuestores, ediles) y,
en,los segundos, se elegían los magistrados mayores (pretores, censores,
cónsules).

73
LAS MAGISTRATURAS MENORES

1. El Tribunado de la plebe

La caída de la,.monarquía (509 a. C«) había sido deseada y llevada a cumpli­


miento por los patricios para su exclusivo beneficio; las condiciones tanto
económicas como políticas de los plebeyos eran más graves que antes, Ello
los indujo a organizarse, casi como un estado dentro del Estado, con asam­
bleas propias ( “concilia plebis"), donde se tomaban decisiones obligatorias
para la sola plebe, con "tribuni plebis” (dos en origen y aumentados en
seguida hasta a cinco y diez). Los tribunos, extraídos de la clase plebeya o
(más tarde) de las filas del partido popular, fueron reconocidos oficialmen­
te por el Senado en el año de 471 a. C , luego de una prolongada resistencia*
Los tribunos eran elegidos en los comicios tributos por la duración de
un año. Gozaban de inviolabilidad, es decir, no podían ser acusados de
delito o falta alguna mientras se hallaban en el ejercicio de sus funciones.
Asimismo* adquirieron con el tiempo el derecho de ‘Veto*’ (eintercessio·’’)
contra cualquier acto 1de las demas magistraturas. Aunque su poder era
sobre todo “prohibitivo”, los tribunos de la plebe eran los encargados de
convocar las asambleas paralas elecciones de los magistrados y la votación
de los “plebiscita” (deliberaciones del pueblo; con más exactitud, de la
plebe); más tarde, en época no precisada, tuvieron también el derecho de
convocar al Senado. Los tribunos tenían también la facultad de aplicar

74
INTRODUCCIÓN AL ESTUPÎO DEL PENSAMIENTO ROMANO 75

multas y de apresar a todos ios magistrados, inclusive a los cónsules. Su


“potestas” empero caducaba a mil pasos de distancia de Roma y sus cole­
gas tenían el derecho de oponérseles.

2. La Cuestura

La Cuestura fue instituida probablemente junto con el consulado. Los cues­


tores (inicialmente, dos; fueron elevados progresivamente a cuatro, ocho,
20 y 40),sc dividían en urbanos, militares e itálicos. Eran responsables·del
"aerarkim” y de los archivos relativos, efectuaban ios pagos y recibían los
ingresos.
En un principio, eran elegidos por los cónsules; a partir de la época de
los Dece nv i ros (451 -50), lo fueron en los comicios tributos* No se podía ser
cuestor antes de los 25 años; su mandato duraba un año.

3. La Edibilidad

La Edibilidad (de “aedes”: casa) fue instituidad después de la Paz del


Monte Sacro (260-294), junto con el tribunado. En origen hubo dos “aedi­
les plebis" o “plebeír3. En el año de 388-366 se agregaron dos "aediles curu­
les” (o sea, pertenecientes a la case patricia); por fin, en 710-44 César
nombró otros dos-ediles de condición plebeya, los‘aediles cereales*', con la
exclusiva función de vigilar el1'mercado de los granos y cuidar el abasteci­
miento de la ciudad ("cura urbís”).
Por lo general, tos ediles eran los responsables de los archivos, los cultos
extranjeros, tas casas que amenazaban ruina, los acueductos y todo tipo de
obra pública. Su poder, al igual que el de los tribunos* quedaba circunscri­
to a los límites urbanos ("potestas domi").
76 ANGELO ALTIERI MEGALE

En el añu de 454, la "Ley tarpeya” confirió a los ediles el derecho de: acu­
sar y aplicar multas. Al volverse, así, magistrados independientes, los edi­
les podían tratar con el pueblo. Duración del cargo: un año.
LAS MAGISTRATURAS MAYORES

\*La Pretura „

La Pretura, magistratura de fundamental importancia en la historia con s-


titucional romana, fue creada con las "Leges-Liciniae-Sexüaedil 367 a.
C , como órgano de justicia ;1 con anterioridad» el poder judicial era una
atribución (entre otras) del consulado. El pretor era nombrado el mismo
día y bajo los mismos auspicios que ei cónsul, dei cual era considerado un
"hermano menor". El primer pretor tuvo la “iurisdtetio urbana", o sea, la
facultad de dirim ir los litigios entre romanos y romanos; de aquí, la deno­
minación de "Praetor urbunus”. A causa de la gran afluencia de extranje­
ros a Roma, se hizo necesaria, en el año de 242 a. C, J a creación un segundo
pretor, denominado "praetor peregrinus”, con "jurisdiction inter cives roma­
nos ac peregrinos". En 227 a. G eLnúmero de pretores fue;elevado a cuatro
(dos de los cuales para tas Provincias de Cerdeña y Sicilia), Treinta años

1 Las “Leges Licmiae-Sextiae”, promovidas por los tribunos Cayo Licini Es Estalón y Lucio
Sextíolaterano (de dande/el nombre de “Lidniae-Sextiae”), significaron un notable pro­
greso para· -los plebeyos* tanto en lo económico como en lo político. En lo económico, se
obtuvo la reducción de las deudas o, ctiando menos, e! emplazamiento de su cobro; asimis­
mo* se"fijó en 500 fanegas la extensión de tierra que un ciudadano romano pudiera poseer.
l*n lo p o liticise permitió el acceso de los plebeyos at consulado F.1 primer cónsut plebeyo
fue precisamente Lucio Sextio Laterano. Una vçz alcanzado el consulado, les fue fácil a los

77
78 ANGELO ALT1ERI MEGALE

después se crearon oíros dos pretores para las provincias españolas; y, por
fin» bajo la dictadura de Sila, quedaron en ocho. Al salir de su cargo, los pre­
tores podían ser enviados a alguna provincia con el nombre de “propraeto­
res”. Los pretores juzgaban en el Foro y aun fuera de él, si se trataba,de
pleitos de poca importancia.
Las distinciones inherentes al cargo de pretor eran iguales a las del cón­
sul: en Roma, losupretores eran acompañados por dos lictores; fuera, por
seis. Llevaban la “toga praetexta *1(propia de Tos sacerdotes, magistrados,
senadores y jóvenes nacidos libres hasta la edad viril). Los pretores dura­
ban en el cargo un año y la edad lega! para su elección era de 40 años.
Cuando los cónsules se ausentaban,, lo substituían.

2. £/ consulado

Para la caída de la monarquía y el surgimiento de la república J a tradición


señala un hecho, la expulsión de los Tarquinios, y precisa una fecha el año
de 509 a. C. Es probable que la caída de la monarquía no haya ocurrido de
golpe mediante una revolución improvisa, sino que haya sido la culm ina­
ción de un proceso de disminución o pérdida de prerrogativas y de pode­
res de la institución monárquica. Como' quiera que sea, parece cierto· que a
fines del siglo vjt en lugar de un solo rey vitalicio, como acontecía con ante­
rioridad, fueron nombrados dos magistrados por la duración de un solo
año y con poderes más restringidos. Primeramente, fueron escogidos úni­
camente entre los patricios; pero* a partir de! 367 a. C.,también entre los
plebeyos. Los cónsules se alternaban cada mes (en tiempo de guerra, cada
día) en el ejercicio de sus funciones, con mutuo control (estons, cada uno

plebeyos conquistar poco a poco tas (íemíis magistraturas que daban derecho a entrar en el
Senado,
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL PENSAMIENTO ROMANO 79

podía oponerse al otro haciendo uso del derecho de "veto"). La duración


del cargo, inicial mente anual, se fue reduciendo durante el Imperio a
semestral, cuatrimestral y a veces inclusive bimestral.
En su calidad de jefes del Estado* los cónsules convocaban y presidían
al Senado y a todas las Asambles populares, proponían las leyes y las ha­
cían ejecutivas. Como jefes del ejército, promovían iodo lo necesario a su
buen desempeño (reclutamiento, nombramiento de oficiales» etcétera).
Los cónsules, al igual que los demás magistrados mayares, estaban
exentos de control político sobre sus actos, pero, al expirar su mandato,
debían rendir cuenta de su gestión. Célebres son los procesos contra los
Escipiones (Publio Cornelio el Africano y Lucio Cornelio el Asiático), acu­
sados injustamente de corrupción (a saber, de haber recibido dinero de
Antíoco, rey de Siria). Las progresivas limitaciones del Consulado, en espe­
cia! la exclusión del gobierno de las provincias, y la supresión, efectuada
por Sila, de su “imperium milítae”, acabaron por convertirlo en una magis­
tratura ciudadana o cuando mucho itálica. Pero también en esta nueva
dimensión sufrió ulteriores reducciones de su “imperium”, bien mediante
la creación de magistraturas menores que absorbieron parle de sus fun­
ciones, bien con el aumento de la autoridad e influencia del Senado en
detrimento de la magistratura suprema, que le quedó sometida.

3. La Censura

La Censura es una magistratura romana integrada por dos personas (ori­


ginariamente, ambos patricios; luego, un patricio y un plebeyo.y, también
a veces los dos plebeyos), que se elegían cada cinco años (más tarde, cada
año y medio). Los censores se nombraban en los comicios centuriados,
bajo la presidencia de un cónsul, Solamente eran elegibles los que ya habí­
an sido cónsules; los primeros censores fueron precisamente los cónsules
SO ANGELO ALXlfcR! MEGALE

que habían dejado de serlo el año anterior. Nadie podía ejercer la censura
dos veces.
Los censores estaban encargados del ucenso”t o sea, del control y el
registro de los haberes y de la condición civil dejos ciudadanos romanos.
Más detalladamente, las funciones de los censores eran: el censo» la elec1
ciór> de los senadores y los caballeros; asimismo, la vigilancia de las cos­
tumbres y de las obras y servicios públicos en general.
Para la elección de los senadores y los caballeros los censores procedían
leyendo en alta vo¿ los nombre$"de los afortunados* En cuanto·a la vigilan­
cia· de las,costumbres, era incumbencia de los censores perseguir,todos los
actos “moralmente” rechazables, aunque no fueran “legalmente” punibles.
Por ello Cicerón definía la censura como “fa maestra del pudor y de la
modestia". Toda pena impuesta par los censores quedaba escrita en el
registro del censo (“tabulae censoriae”) junto con el motivo que la había
originado. La pena más grave consistía en la, expulsión del Senado y la
retrocesión a la categoría más baja; lo mismo ocurría con los caballeros.
Las mujeres no estaban sometidas a la jurisdicción de los censores.
LAS MAGISTRATURAS ESPECIALES*

LLa Dictatura

La Dictadura es una magistratura de remoto origen patricio, El dictador


era nombrado, entre los patricios ex cónsules, por el cónsul o por los 1
“Tribuni militum consulari potestate”» Iras propuesta del Senado; sólo
durante el siglo m a. C. fue algunas veces nombrado en los comicios centu­
riados, El dictador era un magistrado extraordinario elegido cuando un
peligro exterior ("dictatura rei gerendae causa”) o interior ('‘dictatura sedi­
tionis sedendae el rei gerendae causa”) amenazaba a la ciudad. ΛΙ cumplir
la tarea que se le había encomendado, el dictador volvía a [a vida civil; por
otra partea su mandado no podía excederse de los seis meses.
Los poderes del dictador eran amplísimos: como jefe del ejército, nom ­
braba al “praetectus, urbis'' (el gobernador de la ciudad) f al “magister
equitum" (el1comandante de la caballería); las demás magistraturas, aun­
que no se suspendían,quedaban subordinadas a sus'órdenes;<sus actos no
eran susceptibles de "intercessio” de parte de los tribunos; sus decretos
tenían valor de Ley y eran inapelables».

* Consultar: Paul Janet, Historia ¿ir la ciencia política, Madrid, Corro Editor, 1910; Robbîo y
Matteucd. Diccionario de Política, México. Siglo XX1 edil ores. I960; Conrado Barga lio
BargalW Roma anltcaMormo; UTET, 1931.

81
82 ANGELO ALTIERl MEGALE

Los poderes del dictador» por más amplios que fueran no eran empero
ilimitados: no podía cambiar la constitución» declarar la guerra, imponer
nuevos impuestos a los ciudadanos romanos, entre otras restricciones.Ade­
más* hay que tener presente que la institución de la dictadura estaba ligada
sobre todo a la conducción de guerras dentro de la península y generalmen*
te de corta duración (de aquí, la temporalidad del cargo), £s comprensible,
pues,que, al ensancharse los límites territoriales de Roñia y la frecuencia de
alzamientos,,dentro y fuera de Italia, recurrir a la dictadura resultaba cada
vez más- inoperante. En Jas terribles sediciones y guerras civiles del último
siglo de la República, la Dictadura, ya moribunda, muy poco habría ayuda­
d o r salvar la .crisis. Por ello acabó por desaparecer del escenario político.
A, todas luces, muy distinta de la romana es la dictadura moderna. Su
único lazo de unión es la concentración y el carácter absoluto del poder. En
efecto, la dictadura niega [os límites que reconocía la dictadura romana.

La dictadura moderna no está autorizada por normas constitucionales: se


instaura “de fado" o de todas maneras transforma el orden político pre­
existente* La extensión de su poder no está predeterminada por la constitu­
ción; su poder no sufre límites jurídicos. Su duración no está fijada con
anticipación; la dictadura moderna es una forma de gobierno durable, cuya
permanencia, como la de cualquier otro régimen, depende de las vicisitu­
des históricas. No está subordinada al fin de defender de un peligro emi­
nente al sistema político del"cual forma parte: ella misma es un sistema
poUlicoflquefdefine autónomamente sus propios fines,En resumen, la dic­
tadura romances un órgano·.excepcional y temporal; Ja dictadura moderna
es una forma de estado normal y pema nenie, Tenganse presentes, a título
de ejemplos* de dictaduras modernas» la fascista en Italia J a nazista* en
Alemania, la franquista en España y la que domina en países comunistas,1

1Víase: Bobbio y Matteucci, “Dictadura \ en Diccionario depolítica* México, Siglo XXI, 1981.
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DHL PENSAMIENTO ROMANO «3

2. El Decenvirato

En el año de 451 a. C.,bajo la presión de la plebe, que anhelaba mejorar sus


condiciones tanto en el campo económico como en el político, en lugar de
los dos cónsules, fue elegida una junta de 10 hombres (“Decenvirato”)* la
cual, a lo largo del año, debía fijar por escrito un conjunto de leyes como
base del derecho privado y público: “Decem viri»consulari imperio, legibus
scribendis* (Diez hombres ilustres nom brados,(con fautoridad consular»
para redactar leyes); Dentro del año fueron redactadas 1diez" Tablas, a las
cuales los Decenyiros, elegidos una segunda vez en, lugar de los cónsules»
añadieron atrasados. La redacción de estas/am osas Xíí Tablas no es en
absoluto legendaria: es un hecho histórico del cual no es lícito dudar. Se
trata de una obra de gran importancia, manifestación del genio latino y
que ha inspirado en gran parte ias legislaciones modernas.

3. Los Tribuni militum consulari potestate

Con el propósito de facilitar a jos plebeyos el acceso a las altas magistratu­


ras del Estado, se acordó, hacia mediados del siglo v a. Celegir, en lugar de
ios cónsules, unos magistrados especiales denominados “Tribuni militum
consulari postdate" (Tribunos militares con la potestad consular). Su
número, inicialmente de tres, fue aumentando progresivamente a cuatro y
a seis. Los “Fastos” (o·sea, las tablas en que seigrababannen orden cronoló­
gico los nombres de los cónsules, dictadores, censores y triunfadores11)
señalan que en el año de 400 a .C por lo menos tres de seis tribunos con­
sulares fueron plebeyos. En el año de*366 a. C , se restableció definitiva­
mente el sistema consular. Uno de los cónsules tenía qué ser plebeyos
nombramiento que» como se ha dicho en otro lugar, recayó en Lucio Sextio
Laterano.
IM ANGELO ALTTER] MEGALB

4. El Triunvirato

En Roma hubo varios colegios de tres miembros (“Tres viri*, escrito tanv
bíén “Illviri*'), tales como^Tres viri epulones", que cuidaban de los públi­
cos y solemnes banquetes en honor de los dioses; “Tres viri capitales*»
encargados de la vigilancia en las prisiones, de las ejecuciones de las sen-
tencias capitales y de la seguridad pública; "Tres viri coloniae deducen­
dae”, cuyo oficio era conducir alos colonos a su destinó 1y repartir la tierra
^ I

entre ellos; "Tres viri nocturni”, que vigilaban durante la noche afin de evi­
tar peligros de incendios y otros daños; “Tres viri monetales**, directores de
]a casa deJmoneda; “Tres viri mensarii*, encargados 1de las operaciones
financieras del Justado; etcétera. Sin embargo, cuando hablamos a secas de
''triunvirato”, nos referimos al acuerdo político entre César, Pompeyo y
T

Craso y, sobre todo, a los “Tres viri reipublicae cnnslituendae'- (Antonio,


Lépido y Octaviano)» con vistas a la pacificación y al ordenamiento del
Estado.
El denominado “Primer triunvirato” (59-48) consistió en un acuerdo
privado entre Césart Pompeyo y Craso para una amigable repartición de los
altos cargos del Estado; sin embargo, la muerte de Craso (53) combatien­
do contra los Partos y la subsecuente lucha mortal entre César y Pompeyo*
que se resolvió a fayor dle! primero, hicieron que deJ citado acuerdo queda­
ra sólo el recuerdo de un buen deseo. Por otra parte, a causa de su carácter
privado, el Primer Triunvirato, ni siquiera merecería ser considerado como
una magistratura aunque fuera 1 especial. lrMuy distinto es el caso del
Segundo Triunvirato (43-31), integrado por Antonio, ISépido y Octaviano*
Los “Très viri reipublicae constituendi” fueron reconocidos por una ley que
les confería los poderes por Ja duración de tinco años. Pero también aquí
surgieron discrepancias y rivalidades: ei primero en desaparecer de la
escena fue Lépido, quien quedó relegado a la decorosa pero impotente
(políticamente) posición de “Pontífice Máximo” (36); años más tarde (31),
INTRODUCCIÓN AL RSTUDIÜ DEL PENSAMIENTO ROMANO #5

Antonio, derrotado en la Batalla de Atrio, se quitó la vida. De esta manera,


Octaviano quedó como único árbitro de la suerte del Estado, que, con £l,se
encaminó decididamente hacia la forma monárquica.

5. Propetura y preconsulado

El pretor* al concluir su mandato, era enviado a gobernar una provincia, sin


el mando m ilitar
Precónsul era aquél que, habiendo sido ctínsul (yya veces, aun sin haber­
lo 1sido) gobernaba nn=a provincia en lugar del cónsul, investido de autori­
dad1*civil y militar, o bien estaba bajo un gobernador con la sola autoridad
militar»
El SENADO*

El Senado fued único órgano de la Constitución Republicana, desde el ini­


cio hasta el Principado, qu£ mantuvo constantes su estructura y su^fun-
ción. Ei Senado era una especie de Consejo de Estado, consistente en una
reunión de hombres señalados por edad, experiencia y sabiduría, escogí-
dos en origen por entre el más antiguo patriciado, con la función de ¡velar
por el bien det Estado. Sólo más tarde, comó se ha dicho arriba» quedó
abierto también para los plebeyos.
El numero de los senadores varió mucho al correr de ios tîëmpos: de
100 en el primer siglo de Roma, pasaron a 300 en la época de los Gracos, a
600 por la Reforma Silana, a 900 bajo César, a 1000 durante el Segundo
Triunvirato; Augus]o volvió al número de 600,
Las reuniones no podían efectuarse ni antes del surgir ni después del
ponerse del sol; generalmente* duraban todo el día. Al principio, tenían
lugar en la "Curia Hostiia”, en el Foro; César construyó la “Curia Julia”, Sus
deliberaciones se denominaban, según los casos, “auctoritas”, "decretum”
"senatus consultum",“sententia”. EISenado se reunía por invitación y bajo
presidencia de los magistrados “cum imperio” y de los tribunos de la plebe.

* Consultar: Teodoro Mommsen* Historia de Roma\ Conrado Barbagailo, Roma antica,


Torino, UTET, 1931.

86
INTRODUCCIÓN AUESTUDIO DEL PENSAMIENTO ROMANO 87

Antes de empegar la función, el presidente ofrecía un sacrificio. No


había una tribuna para los oradores; cada uno hablaba desde su propio
asiento y podía inclusive leer su discurso* Era obligatorio el silencio de
parte de los oyentes. Con todo, no eran raras las reuniones tumultuosas»
con eí consecuente castigo para los perturbadores. Había libertad absoluta
de palabra, sin límite de tiempo; pero, por regla los discursos eran breves*
precisos, sin divagaciones inútiles.
El presidente era el único en tener el derecho de invitar al Senado s dis­
cutir sobre un determinado argumento.La moción que se proponía empe­
zaba siempre con esta fórmula: “Padres conscriptos, en el interés del
pueblo romano, sometemos a su consideración cuanto sigue*.” y term ina­
ba con la pregunta:“Acerea de tal,argumento, ¿qué conviene hacer?’1. El pre­
sidente podía expresar y motivar su opinión personal o conferir a otros eí
encargo de hacerlo. Los senadores no podían pedir la palabra; era el propio
presidente el que los interpelaba “querárquicamente”, según las magistra*
turas que habían ejercido (ex cónsules, ex censores, ex pretores» ex ediles,
ex cuesto res, ex tribunos). En el año de 208 a. C. quedó abolido el privile­
gio de “hablar primero”, del cual gozaba el más anciano de los patricios,
llamado precisamente ‘‘princeps senatus”. El presidente ,no estaba obliga­
do a escuchar a todos los senadores; cuando Juzgaba que la cuestión había
sido discutida suficientemente, ya no interrogaba a otros. Pedir su parecer
a un senador se decía: “rogare o interrogare sententiam”; expresar su pro­
pio parecer sedecía: “sententiam dicere”.
La votaciónlLnoi se efectuaba por escrutinio o levantando la mano, como
suele hacerse hoy en día» sino por “división” (“discessio”). Es decir: el pre-
]r
sidente invitaba a los senadores que sostenían una determinada opinión a
sentarse en los bancos de derecha, y a los otros en los banco de Í2q,uierda;
luego observaba de que parte estaba la mayoría y proclamaba el resultado
de la votación. Cuando todo estaba terminado, el presidente levantaba la
sesión con las palabras: "Padres conscriptos, ya no los detendremos más”.
B* ANGELO ALTIERI MEGALE

La más usual e importante jurídicamente de las competencias del


Senado era la aprobación de las Leyes y los plebiscitos* la “patrum auctori­
tas*1; en su origen, la aprobación senatorial suponía la aprobación comicial*
pero luego, en virtud de la Ley L, Publinia Phüonia del 359 a* C , se volvió
preventiva. En'cualquier otro campo el Senado se limitaba a expresar su
parecer acerca de las propuestas que los magistrados sometían libremente
a su consideración. A causa de la creciente expansión territorial de Roma*
+
esta práctica serhizo cada vez más frecuente, especialmente de parte de los
magistrados jóvenes que no tenían una tradición política familiar» ni una
experiencia suficiente, para hacer frente con solvencia a la responsabilidad
inherente a sus cargos; en tontra el Senado; compuesto por ex magistrados
avezados en asuntos de política, aseguraba, con sus consejos* continuidad
en la conducción de la República, Eran también atribuciones del Senado la
recepción en Roma de nuevas divinidades (acto: de notable importancia
política y religiosa» en virtud de la nacionalidad de los cultos de mundo
antiguo), el gobierno de la ciudad (a menudo especialmente durante las
guerras civiles, suspendió las garantías constitucionales, con tal de asegu­
rar la legalidad) y el gobierno militar y provincial
A principios del último siglo de la República; el Senado dirige de hecho
toda la política romana. Contra su supremacía lucharon infructuosamente
los Gracos» Mario y otros paladines de las causas populares.'Con todo, con
el advenimiento del "Principado”*su autoridad empezó a declinar sensi­
blemente.
EL PRINCIPADO*

L E I reordinamiento'del Estada
por obra de Octaviáno; la “diarqúta”

Después de la eliminación de'Emilio Lépido (confinado, en e] año de 36;en


la decorosa pero impotente posición de “Pontífice Máximo”) y del suicidio
de Marco Antonio (derrotado en aguas de Accio el 2 de septiembre de 31 ),
Octaviano, ya único árbitro de los destinos de Roma, celebró, desde el 13 al
15 de agosto de 29, un espléndido triunfo a causa de sus victorias decena­
les. Mientras tanto, quedaban en vigor las decisiones del Triunvirato y él
continuaba a tener el cargo de “imperator* (jefe del ejército), que le había
sido conferido en el año de 38, y a conservar la inviolabilidad inherente a
la "potestas tribunicia”, que había recibido dos años más tarde. De impro­
viso, en el año de 27, renunció, ante el Senado expresamente convocado, a
todos ios poderes extraordinarios que había venido acumulando paulati­
namente. Muchos his"toriadores*$e han preguntado si dicha renuncia fue
sincera o si más bien fue una simulación con yistas a obtener un reconoci­
miento más efectivo y una consolidación del poder Sea como sea, lejos de
aceptar la renuncia, el Senado rogó a Octaviano que reasumiera todos los

* Consultar sobres este rema: Evaristo Breccia, Limpero di Roma, Naptili, Loffrredo, 1976;
Tácito, ¿os anales.
90 ANGtXQ ALTI ERI MEGALE

poderes extraordinarios de ios que había gozado hasta entonces; entre


ejlos; el “imperium proconsulare infinitum" (el mando proconsular infini­
to, allí donde era necesario mantener un ejército) y la "potestas tribunicia”
(el poder de veto). Además, Octaviano aceptó el título de “Augusto” (el
venerable), que se convirtió en su apelativo más usual,y convirtió el titule
de “imperator” en un sobrenombre personal (el que quedó también para
sus sucesores)* Este nuevo sistema de gobierno ha sidp denominado udiar-
quía” (gobierno de dos poderes), o sea, gobierno compartido de Augusto y
el Senado. En efecto, Augusto se mostró siempre muy deferente hacia la
autoridad del Senado, del cual se consideró simplemente el “princeps” (el
principal); de aquí eí nombre "principado” al complejo sistema de gobier­
no entonces creado. Después de la muerte de Emilio Lépído (13 a. C ),
Octaviano fue elegido también (“Pontífice Máximo”)-

2. División administrativa del Principado

Desde el año de 27 a. C las provincias romanas habían sido divididas en


“senatoriales” e “imperiales”. Senatoriales*o sea, las administradas por el
Senado, eran las que se hallaban enteramente pacificadas y que, por consí*
guíente, no requerían un presidio de tropas regulares; a saber: Bélica,
España Ulterior, Cerdeña y Córsega, Sicilia, [lírico, Macedonia, Acaya y
Cirenaica. Presidían a taies provincias, con el título de propretores, gober­
nadores del orden senatorial. De las provincias· más importantes, Asia y
África, podía ser gobernador, con título de procónsul, sólo quien hubiera
tenido el cargo de cónsul o de propetor en una de las provincias.
Al emperador se le asignaron las provincias de frontera y que todavía se
encontraban militarmente ocupadas; a saber: Galia Narbonense, Galia
Lugdunense (Aquitania, Bélgica), Hispania Citerior y Tarraconense, Lusi­
tanis, Siria, Cilicia y Chipre; a !a cabeza de cada una de ellas se hallaba un
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL PENSAMIENTO ROMANO 91

“legatus Augusti”. Dependía también directamente del emperador, si bien


con características distintas de todas las demás, la provincias Egipto, que
era gobernado por un “prefecto” extraído del orden ecuestre.
Es de notar que Augusto consideró a Italia netamente separada del resto
de los dominios de Roma y la convirtió en el vivero de ios funcionarios
destinados a las provincias. ELterritorio de la península, a excepción de
Roma, quedó dividido en las siguientes regiones: Lacio y Campania, Apulia
y Calabria, Brucio y Lucania, Sanio y Sabina, Piceno, Unbria, Emilia
Liguria, Véneto e Istria y Transpadana.

3. Las magistraturas

La elección de las antiguas magistraturas, con duración de un año (consu­


lado, pretura, tribunato de la plebe, etcétera) quedó encomendada a las
asambleas populares, con la reserva de que Augusto podía proponer a los
candidatos. En cambio, los titulares de las nuevas magistraturas eran
designados directamente por el emperador y permanecían en el cargo por
tiempo indeterminado. Tales nuevas magistraturas eran: el “prefecto de la
ciudad”, que comandaba las cohortes de soldados distribuidas en las
catorces regiones en que Roma estaba dividida, y que además estaba
encargado del servicio de policía; e luprefecto de los bomberos”, distribuí*
dos en siete estaciones; el “prefecto de la anona”, encargado del abastecí*
miento de trigo· y de los servicios relativos a la venta y a distribuciones
gratuitas; él “prefecto del pretorio” o comandante de lastres cohortes de
1000 soldados de infantería y 100 caballeros cadá una, que constituían la
guardia personal del emperador.
9Z ANGELO ALTER] MEGALE

4* Influendas de Augusto en las costumbres y en la cultura en general·

Grande fue la preocupación de Augusto por moralizar las costumbres


públicas y privadas. En consecuencia no pudo aprobar cualquier forma de
conducta que violara su programa de restauración moral y matrimonial.
Se explica, así, su indignación cuando, en Jos”últimos años de su gobierno,
vio crecer en la sociedad aristocrática y en su propia familia la corrupción
que él había creído haber erradicado con leyes e instituciones. Recuér­
dense las escandalosas aventuras de adulterio de Fas dos Julias, la hija y la
nieta del mismo emperador: la1-primera mirrió» de penuria en Reggio, de
Calabria,, relegada por Tiberio, a causa de su deshonestidad; la segunda fue
enviada por Augusto a la isla de Tremerá donde murió .1
No fue menor la influencia que Augusto, ejerció en las letras y en las
artes. Al efecto,se valió de la colaboración de dos“adiutores imperii” (auxi­
liares del imperio), Marco Vipsanio Agripa y Cayo Cilnio Mecenas. Agripa,
quien se había distinguido anteriormente como general al servicio de
Augusto, promovió de diversas maneras el embellecimiento edilicio de la
ciudad. Con ello, dio cumplimiento al desço del propio Augusto, de que
Roma, centro y símbolo del inmenso imperio* asumiera un aspecto exte­
rior digno de su grandeza y su misión. Sobresalen, por entre los edificios,
el “Panteón” (templo dedicado al culto de todos los dioses; luego, sucesiva­
mente, iglesia católica y sepulcro de hombres ilustres) y el teatro de
Marcelo; y; entre las esculturas el “Ara Pacis Augusteae” (el altar de la Paz
augustea). Mecenas, un escritor modesto pero dotado de buen.gusto, fue el
protector de los literatos, a los cuales ayudó y favoreciógenerosamente. Fue
el periódo áureo^de Ja literatura latina, cuando brilló, de luz intensa, "el
genio de Virgilio (70-19); Horacio (65-8) y Tito Livio (59 a, C.-17 d. C ).

1Véase: Tácilo:*Los anales", cap.LUl


EL IMPERIUM*

l> Síntesis histórica del Imperio: su nacimiento^ desarrollo y muerte

A la muerte cié Augusto (19 de agosto de 14 d. C )t no había ley alguna que


convirtiera el prirttipado en una monarquía hereditaria. Sin embargo, así
ocurrid*,casi naturalmente. El Senado se apresuró a otorgar a Tiberio, hijo
adoptivo de Augusto, la "potestas tribunicia", el "imperium proconsulare
infinitum" y el'título de “princeps" del propio Senado. Sustancialm ènte, era
el nacimiento del Imperio. Esta misma modalidad, de la proclamación del
emperador de parte del Senado (a veces con el previo consentimiento del
"praetorium") duró de hecho hasta la muerte de Domiciano (96 d. C.)t
cuando Marco Coceyo Nerva resolvió el espinoso problema d e ja sucesión
mediante la ‘"designación" del sucesor. Habiendo adoptado a Marco Ulpio
Trajano, que era gobernador de Germania, eliminó toda incertidumbre y

* Consultar: Teodoro Mommsen; Historia de Rnmay ias provincias ¡romana y Derecho poW
íícíí romartoi Evaristo B r e e d s L'imperô di Romat Napoli, Loffrredo¡ 1976: Corrado
Barbagallo, Roma antice: ¡'impero, Torino, u tet, 1932; Antonio Abbruzzese, ¡I mondo antico,
Palermo, Sandron Editore; Paul Ianet,ifiifiïrw de la riettcitt politico Madrid, forro Editor;
Bobbio y Matteucci: Diccionario de politica, Méxkti, Siglo XXI editores; Eugene Petii,
Tratado elemental de demho romano^ México, Editorial Época, 1977; Mario Launa. Corso di
diritto romano* Napoli, Morano Editore.

93
94 ANGEÎjÛ ALT1ER1 MEGALË

rivalidad, al propio tiempo que aseguró la tranquila transmisión del poder;


al Senado no le quedaba sino la formalidad de la confirmación.
Con la elección de ios emperadores Trajano» Adriano, Antonino, Marco
Aurelio y Setimio Severo, el gobierno de Roma conoció un periodo próspe­
ro y pacífico. Pero después de CaracaEa, famoso por haber concedido la ciu*
dadanía romana a casi todos los súbditos del imperio (“Constitución
antoniana” del 2 1 2 d. O.), comenzó una época de “anarquía militar”, de ase­
sinatos, de luchas civiles y de decaimiento general; la sociedad romana ya
no volvería a ser la·de antes* El Imperio, fortalecido en cierta medida por
las reformas de Diocleciano y Constantino (fines del si'^lo \\i y comienzos
del siglo iv), recayó al declinar el siglo iv,en una crisiscada vez más grave,
hasta precipitar en la extrema ruina (476 d, C ).

2. La monarquía absoluta

El imperio Romano fue transformándose en '‘Monarquía absoluta’^ m edi­


da que los órganos tradicionales de gobierno (comicios, magistraturas*
Senado) iban perdiendo fuerza y menor era su participación en la conduc­
ción del Estado.
Los “comitia centuriata”, los “comitia curiata”, ios "comitia tributa” y los
'com itia plebis” perdieron toda importancia política en épocas diversas,
pero no más allá dejos primeros decenios del Imperio. Con el Imperio des­
aparecieron algunas magistraturas republicanas’, lates como la Dictadura y
ia Censura (esta última se convirtió, a partir de Domiciano, en un cargo
exclusivo del emperador). Las demás sobrevivieron, pero con una notable
disminución de sus funciones y de su autonomía. Los cónsules, por ejem­
plo, eran designados por el emperador al Senado, que los proponía a ios
comicios. Es triste comprobar cómo el Consulado, la mayor m agistratura
republicana, quedó reducida con el tiempo au n cargo poco más que hono*
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL PENSAMIENTO ROMANO 95

rífico. Algo análogo ocurrió con la Pretura y la Cuestura, El Tribunato,


magistratura política por excelencia, quedó desvirtuado, al transferirse al
emperador sus elementos constitutivos más significativos; la “tribunicia
potestas'* y la “inviolabilidad”. Está de más señalar que los magistrados,
aunque eran nombrados directamente por el Senado, debían ser del agra­
do del emperador. La historia del Senado muestra su progresiva subordi­
nación a la autoridad imperial; poco a poco fue despojado incluso del
gobierno y la administración de Italia y algunas provincias, que Augusto le
había asignado. La sola atribución que se le conservó fue la "aclamación” a]
emperador. En tiempos de los'Sverost casi en compensación de su pérdida
de autoridad, el Senado, fue honrado con el apelativo de “amplissimus
ordo”. En breve la actitud sumisa de los senadores, en los primeros siglos
del Imperio, contribuyó a la consolidación y a la justificación jurídica del
poder im perial
Durante el Imperio (especialmente por iniciativa de Constantino y su
hijo) fueron creados los “oficia palati na" (cargos palatinos), unos de corte
y otros de gobierno. Entre ellos sobresalían: el "praepositus sacri cubiculi”,
generalmente un eunuco, adscrito a la persona del emperador y de la
emperatriz y encargado de la administración de la corte y de una parle de
los bienes imperiales; el “magister officiorum"* o sea, el funcionario mayor
del imperio y ministro de confianza del emperador; el “quaestor sacri pala­
tii”, cuya atribución normal era vigilar la redacción de las medidas jurídi­
cas y de las normas imperiales, generales y particulares; el "comes
sacrarum largitiorum”, que tenía la dirección del “fiscus imperialis”; el
“comes rerum privatarum”, responsable del patrim onio‘privado del empe­
rador; etcétera.
Desde el punto de vista administrativo, el Imperitim, después de
Diocleciano y Constantino, quedó dividido en cuatro extensas "praefectu­
ras”, dos occidentales (ltalia-Africa y GaÍia-España-Britania) y dos orien­
tales (Crecia-ílírico y Oriente). Presidían las prefecturas cuatro “praefecti
% AKCetjOAbflBRI MEGALE

pretorio”, de su jurisdicción quedaban excluidas solamente las ciudades de


Roma y Constantinopla, cada una de las cuales tenía su propio “praefectus
u rb f\ Las prefecturas se dividían» a su vez» en circunscripciones menos
vastas, llamadas “dioeceses”, gobernadas por "vicarii”»dependientes de sus
respectivos prefectos. Por fin, las diócesis se subdívidían en “provincia*”,
regidas por “rectores” o “praesides”. La administración de la ciudad estaba
encomendada a una especie de senado ciudadano, denominado “curia”,
n
Sus jefes (“Decunvirí” o “decuriones”) tenían a su cargo la exacción de los
impuestos; la dirección efectiva de la vida de la ciudad, en cambio, se halla­
ba 1en las rñanos deK'cu ra tor? ci vi tatisl\ nombrado por el gobierno-central.
Este magistrado no ha de confundirse con el “defensor civitatis”, encarga­
do de proteger a la parte más humilde de la poblaciónX“plebs,¥) contra los
abusos de los funcionarios imperiales y contra los recaudadores de los
impuestos.
Durante el lmperio.la milicia se volvió una profesión, por lo cual el ejér­
cito esíaba formado casi enteramente por “mercerarios" (recuérdese que
Cayo Mario había abierto, desde la Guerra yugurtina, 110-105, las filas del
ejército a los^ voluntarios). Los jefes ejercían sólo los poderes militares; en
casos muy graves (especialmente en las provincias fronterizas o en caso de-
guerra) asumían también los poderes civiles. Además del general supremo,
el ejército tenía un “magisten equitum *1(comandante de la caballería) y uñ
“magister peditum” (comandante de- la infantería). Dependían directa­
mente del generalísimo los mandos'territoriales, regidos por “dUces”.
En las postremerías del Imperio, él emperador ya no es, como Augusto,
un “princeps11, sino un verdadero y auténtico soberano de tipo oriental: su
poder de mando es ilimitado y es venerado como un dios. Es de lamentar
que insignes jiurisconlulfós, que difundieron ideas insignes y favorables a
la humanidad, la justicia y el derecho, acabaron por exaltar el principio del
poder absoluto. Decía, por ejemplo, el sabio Ulpiano (170-228 d. C.):
“Quidquid principi placuit, legis habet vigorem” (Lo que place al principe^
INTRODUCCION AL ESTUDIO DEL PENSAMIENTO ROMANO 97

tiene fuerza de Ley). Dicho más*crudamente: "El capricho del soberano es


la Ley".
Sin embargo* un poder absoluto, “qui ñulli subest, superiorem non
recognoscens” (el cual no está sometido a otro y no reconoce otro mayor),
no logró detener el proceso de djsgregación y la caída definitiva del inmen­
so Imperio Romano de Occidente, a causa de las presiones* Infiltraciones e
invasiones de poblacione$ barbáricas, asimismo a causa de la compleja cri­
sis interior (crisis religiosa y moral, crisis del ejército^crisis, demográfica,
crisis agraria, crisis financiera* etcétera).
LA CONSTITUCIÓN ROMANA. REPUBLICANA
EN SUS RASGOS GENERALES*

La República tenía dos cabezas: el Senado y el pueblo: senatus po pu lu sq u e

rom anus ( sp q r ). Los magistrados constituían un tercer poder, ya que no


solamente eran independientes entre sí, con funciones y derechos bien'
definidos, sino que lo eran ta mbién.· mien Iras duraban en,su cargo, respec*
to deï Senado y del pueblo. Había una jerarquía, más honorífica que real,
entre los magistrados: aun cuando tos cónsules eran considerados los jefes
de Estado, cada magistfado tr a soberano dentro de los límites de sus
poderes. En consecuencia» por dignidad, los magistrados inferiores nó
estaban supeditados a los superiores; ei concepto de subordinación de tas
magistraturas fue adoptado por los romanos sólo en la época del Imperio.
Huelga decir que cada magistrado debía rendir cuenta de su actuación, al
expirar su mandato.
Polibio: nos ha dejado,i en sus “Historias1*, un análisis admirable de Ja
Constitución Romana Republicana. Descubre en ella la combinación de las
tres formas dé gobierno; es monárquica por los cónsules, aristocráctica
por el Senado y democrática por el pueblo, Por su parte* Cicerón, en su

* Consultar; Paul faneí, Historia de tu ciéñete poiítkUi Madrid, Corro Editor, l9lO; Bobbioiy
Mutteucci, Dkdonmo Je política, México, Siglo XXi, 198; Evaristo Breccia, Roma e i! monda
antico, Napoli, Loffredo, I960; Amonio Ahbnizztsç, H momio áulico* Palermo* Sandron;
Franco Angosiiní ybtros,“Hl mundo antiguo", en Historia universal, México, GrijaJbo, 1984;
Mario Lauria, Diritto rommo, Napoti. Morano Editore, 1970.

98
INTRODUCCIÓN AL ÊSTUDÎO DEL PENSAMIENTO ROMANO

“República”, defendió la institución del tribunado de ta plebe; como un


freno contra las intemperancias de la oligarquía senatorial: él creía firme­
mente que una aristocracia moderada por el poder popular y por una auto­
ridad parecida a la de los reyes valía más que una sencilla aristocracia.
Las consideraciones de Polibio y Cicerón son apreciables, sobre todo en
virtud de la autoridad indiscutible de sus autores. Sin embargo, la consti­
tución reconocía en el pueblo e] poder supremo del cual todos los demás
traían origen. En efecto, el pueblo en los comicios podía deshacer lo que
habían hecho el Senado y los magistrados: dar o quitar el mando de las
provincias y d eio s ejércitos, declarar la guerra, juzgar a jo s funcionarios
públicos, en una palabra, era soberano. Pero* (y aquí radicaba su debilidad)
esta soberanía carecía del derecho de iniciativa y de acción: para resolver
cualquier cuestión, era necesario, que el pueblo fuera interpelado por un
cónsul o un tribuno; además» sus órdenes debían ejecutarse por otros. Ello
explica también por qué Augusto, más tarde, pudo convertirse en amo de
Roma con sólo obtener el consulado y el tribunado de por vida; cuando asf
le convenía no convocaba ni al Senado ni a los comicios y> consecuente­
mente, sus decisiones se vojvíari órdenes (leyes).
CONCLUSIÓN. LA HERENCIA DE ROMA*
U

Si I» importancia histórica de un pueblo se mide por el número de valores


que ha legado a la humanidad, entonces es lícito concebir a ¡a civilización
(romana como la base de toda la civilización occidental· No me parece váli­
da ia tesis de algunos Historiadores que conciben a la civilización romana
como la síntesis de diversas culturas de la antigüedad; en este sentido, la
función de la romanidad se habría limitado a servir de trámite entre el
mundo antiguo y el mundo medieval y moderno. Desde luego, no hay estu­
dioso serio que pueda negar el hecho de la recepción de parte de Roma, de
elementos de la civilización griega y de otras civilizaciones mediterráneas.
Pero tal recepción tuvo siempre el carácter de una. recepción creadora, ya
que los elementos extraños,lejos de sofocar las energías internas, las trans­
formaron en fermentos de concepciones del todo originales.
Ahora bien, prescindiendo del acervo literario y, en general, del ingente
patrimonio artístico, ¿cuál es lo más significativo que Roma legó a la pos­
teridad? A todas luces, fue el primer modeló de “monarquía universal”. Ni
los egipcios, ni los asirios-babilonios, ni el propio Alejandro Magno supie­

* Consultar: Píetro de Francisa, “La civiltá di Roma”, en Continuitá di Roma, Roma,


Cremorese Editors 1935; Alfonso Mana res i, Storia Medievale, Milano, Casa Editrice
Travesini; Pietro Fedele,“La unilá romana rieostituíta nella Chiesa", en ί ϋ tradiziam? di
ftomi'Tai de¡ Linceé 1934,

101
102 ANGELO ALTI ERI MEGALE

ron dar cohesión a sus conquistas; solamente Roma logró reunir a casi
todos los pueblos del mundo entonces conocido bajo su mando. Muy atrás
quedó e! concepto primitivo de Estado, que los griegos habían concretado
en la minúscula “polis", Si, por tanto, el imperio romano se deshizo a causa
de las irrupciones barbáricas, no por ello desapareció la idea de un^
monarquía universal. Ella persistió en el imperio romano de Oriente o
imperio bizantino hasta su caída (453 dX .) y de allí pasó a las poblaciones
eslavas, en primera línea a los rusos, cuyos soberanos, a partir de Iván el
Terrible ( 1530-1584),, ostentaron el título d é 'tz a rs 1’ (de “caesar”). Recuér­
dese que Sofía, nieta del ultimo .emperador de Oriente, Constantino XIII,
casó con iván el Grande (1441-1505) y le llevó* a manera de dote, el
Patrimonio cultural de Bízancio. Como consecuencia de este encuentro, la
iglesia rusa se convirtió en la continuadora de la Iglesia de Estado bizanti­
na y* como ésta, reconoció en el Soberano a su propio jefe (“cesara-
papismo”).
Pero también en Occidente* donde todo lo relativo a la gloria de Ja anti­
gua Roma parecía haberse perdido definitivamente, fa idea de una monar­
quía universal revivió a través de la organización de la Iglesia y la
instauración del Sacro Romano Imperio.
Una vez triunfante, luego del largo periodo de persecusiones (en el año
de 380 los emperadores Graciano y Teodosio publicaron un edicto en que
se declaraba que la única religión del Imperio era la que el divino apóstol
Pedro había transmitido a los romanos), la Iglesia se organizó conforme al
modelo de universalidad heredado de Roma. Y cuando la capital se trasla­
dó a Bízancio (330) el obispo de Roma ganó con el cambio. La Iglesia se
volvió romana no sólo porque en Roma tenía su centro, sino porque los
romanos, amenazados política y nacionalmente por las hordas barbáricas,
se estrechaban en torno al obispo de Roma, como a su jefe natural.
Inocencio I (402-417) fue el primer obispo de Roma en reclamar la sobe­
ranía sobre toda la cristiandad occidental; León 1 (440-461) sostuvo pie-
INTRODUCCIÓN M ESTUDIO DHL PENSAMIENTO ROMANO 103

namente tal pretensión; Gregorio el Grande (590-604) estableció firme­


mente el primado de Roma. Lamentablemente* jamás, a pesar de los nume­
rosos intentos, se logró extender dicha soberanía a las comunidades
cristianas de Oriente. Por entre los factores que acercan el ordenamiento de
la Iglesia al ordenamiento de la antigua Roma sobresalen: a Jas antiguas
legiones corresponde un bien disciplinado ejército de sacerdotes; la indu­
mentaria litúrgica recuerda las vestiduras romanas; la lengua oficial es
todavía el latín; las provincias se llaman “diócesis* y se habla de “prefectu-
ras apostólicas"; los embajadores llámanse “nuntii” o ‘legati1*; a la cabeza
de las provincias se hallan los obispos; la iglesia tiene úna propia jurisdic­
ción* er'derecho canónico", que comprende las “decretales”, [as “bulas”, las
resoluciones de los concilios/etcétera. Muchas otras analogías con las
estructuras administrativas y políticas de ]a antigua Roma podrían encon­
trarse en la organización de la Iglesia y del Papüdo.
El Sacro Romano Imperio surgió a fines del siglo vi π por iniciativa con­
junta del pontífice León ΙΠ y del rey Franco Carlomagno. Dueño de gran
parte de Europa, Carlomagno ya no se podía contentar con el título de
“Patricius Romanorum”, o sea, de simple representante del emperador de
Oriente, sino que anhelaba ser reconocido como soberano absoluto y legí­
timo de sus dominios. Al e/ecto, era preciso romper todo lazo de depen­
dencia de la autoridad imperial de Oriente y fundar la legitimidad de sus
conquistas en una autoridad más solida, cual era ía de la Iglesia. La crea­
ción del Sacro Romano Imperio la noche de Navidad de] año de 800 (para
lo cual el pontífice coronó a Carlomagno como “magno el pacifico impera­
tori”) significó 1 plenamente el cumplimiento de las aspiraciones de
Carlomagno. Por su parte, León III adquirió a un poderoso protector de la
Iglesia. Pero ninguno de los dos se percató de la fragilidad de esta "m onar­
quía dualista”»donde cada uno de los dos exponentes quería imponer su
voluntad al otro (el emperador por medio de la fuerza militar y el obispo
de Roma por medio del anatema). La lucha entre el Papado y el Imperio
104 ANGELO ΑΠΊÊR1 MEGALE

constituyó la nota dolorosa de toda la Edad Media. Bien mirado, el Sacro


Romano Imperio de “romano” y de ‘‘sacro” tuvo solamente el nombre; en
rigor, fue una grande monarquía germánica,que dominó el curso de la his­
toria hasta su extinción por el “Congreso de Viena” (noviembre de 1814-
junio de 1915).
Pero es sabido que Roma legó a la posteridad algo más valioso que la
¡dea de una monarquía universal, Roma ha dado a ia civilización de todo el
I

mundo una contribución inestimable en el campo del derecho, que repre­


senta su creación más original y fecunda. No existe pueblo civilizado cuyo
derecho nó es, en su esencia y en sus pr incipi os'fundamentales, deudor del
Derecho Romano,
La historia del Derecho Romano comienza con las XII Tablas, que fue­
ron las primeras leyes escritas, formuladas por la magistratura especial de
los Decenviros (451-450), En tomo a dichas leyes se fue elaborando una
entera legislación a Jo largo de varios siglos por obra de los Comicios del
pueblo del Senado (“Senatus consulta” ^ decretos de! Senado) y, más tarde
del emperador ("instituciones1^ disposiciones ¡“decreta" = decretos). Pero
las fuentes mayores del derecho fueron los “edicta” (edicto de los pretores
que se renovaban anualmente). Mientras tanto, nació la “jurisprudencia, o
sea, la interpretación de las leyes por los juristas. Durante el Imperio, los
principales juristas fueron: Paulo, Gayo, Papiniano y Ulpiano, Sin embargo,
la diversidad de las fuentes de la ley entre los romanos, las innumerables
disposiciones emitidos por los gobernadores de las provincias, la impor­
tancia y ePenormé número de los “responsa prudencia" (opiniones de los
peritos) no pudieron menos que causar un sentido de confusión,que podía
despejarse sólo mediante una “compilación oficiar, que depurara y orde­
nara este inmenso material. Surgió, así,entre otras colecciones de leyes, el
“Corpus iuris1’, que se considera todavía como la síntesis del genio jurídico
de los romanos. Fue debido a la iniciativa del emperador de Oriente,
Justiniano (527-565), el cual tuvo la fortuna de contar con un considerable
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL PENSAMIENTO ROMANO 105

número de juristas» bajo la guía de Triboniano» cuestor deJ sacro palacio y


sumo maestro en las disciplinas jurídicas, El“Corpus iuris’Vque empezó a
u

redactarse en el año de 528 d C. consta de cuatro partes: “Instituciones”,


en cuatro libros, una especie de tratado de derecho romano; "Digesta” o
*Pandectes“ (Colección), en 50 Jibros, reunión de las sentencias más
importantes de los juristas romanos; “Codex histinianus", en doce libros,
que comprende las leyes imperiales desde Adriano hasta Justiniano, es
decir, desde 117-138 hasta 534; “Novellae constitutiones” o simplemente
“Novellae” (las nuevas o recientes, ordenanzas), que comprende las leyes
emanadas por el propio Justiniano después del 534, Ya que, bajo el imperio
de Justiniano, Oriente y Occidente volvieron a unirse, el "Corpus iuris” fue
redactado parte en griego y parte en latín. En conclusión, la colección jus-
tiniana quedó en los siglos como un monumento de la sabiduría jurídica
de Roma* En Italia se conserva, en la Biblioteca Laurenciana de Florencia,
el manuscrito más antiguo del “Corpus".
INDICE

ADVERTENCIA... .............................................................................................. 7

PRIMERA PARTE
El arte: qué entendían los romanos por arte; su división............... ....... I I
Los negocios.............................................................. ..................................17
El calendario.................................................................................................21
Las monedas................................................................................................ 26
La agricultura.......................................... ......... ..........................................29
La medicina................................................................................................. 33
Cómo estaba organizadala enseñanza entre los romanos.......................38

SEGUNDA PARTE
La casa romana........................................................................................... 45
La villa romana..*................................................ ........................................Si­
ta s diversiones............................................................................. .............. 53
Cómo vestían los romanos........................... ................................... ........ 57
La familia romana................... ................................................................. .59
La religión r o m a n a ............................................................................. „.,63
El ejército............................ ...... .............. ......................... ..........................69

TERCERA PARTE
Los comicios................................................................................................ 73
- I I

Las magistraturas menores............................. ..........................................74


Las magistraturas mayores........................................................................ 77
Las magistraturas especiales....................................................... ..............81
El Senado.»*................................................................................................. 86
EI Principado........................;............................... ................................ *.,.89
EI Im perium ...............................................................................................,.93
La constitución romana republicana en sus rasgos generales,*.............98
«
CONCLUSIÓN. La herencia de Roma...*........................................................101
De $oma. Introducción al estudio cteî pensatnien-
* 4Γ * v

to romano de Angelo Altieri Mcgalc^la Facultad


de Filosofía y Letras y la Dirección General, de
Fomento Editorial de la Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla tiraron mil ejemplares más
sobrantes el 31 de mayo de 2003» en los talleres
de Siena Editores, con domicilio en calle Jade
4305, colonia Villa Posadas, Puebla, Pue. Tel/fax
756 82 20/756 82 21.

El cuidado de la edición estuvo a cargo del


autor y de la Dirección General de Fomento
Editorial. El diseño y la composición
tipográfica son de Jorge HuixUaea Quintana

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