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Helicobacter pylori

Helicobacter pylori

Taxonomía
Reino: Bacteria
Filo: Proteobacteria

Clase: Epsilon Proteobacteria

Orden: Campylobacterales
Familia: Helicobacteraceae
Género: Helicobacter
H. pylori
Especie: (MARSHALL ET AL. 1985) GOODWIN ET AL.
1989)

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Helicobacter pylori es una bacteria que infecta el epitelio gástrico humano. Muchas úlceras
y algunos tipos de gastritis se deben a infecciones por H. pylori. En muchos casos, los
sujetos infectados nunca llegan a desarrollar ningún tipo de síntoma. Esta bacteria vive
exclusivamente en el estómago humano, siendo el único organismo conocido que puede
subsistir en un ambiente tan extremadamente ácido. Es una bacteria espiral (de esta
característica morfológica deriva el nombre de la Helicobacter) y puede «atornillarse»
literalmente por sí misma para colonizar el epitelio estomacal.1

Índice
 1 Origen del nombre
 2 Historia
o 2.1 Primeras evidencias
o 2.2 Redescubrimiento y caracterización
o 2.3 Implicación en patogénesis
 3 Implicaciones en las migraciones humanas prehistóricas
o 3.1 Distribución filogeográfica
o 3.2 Presencia en América prehispánica
 4 Estructura de la bacteria
 5 Infección
o 5.1 Vía de infección
o 5.2 Epidemiología
 6 Diagnóstico
o 6.1 Problemas en el diagnóstico
 7 Prevención
 8 Tratamiento
o 8.1 Infección asintomática
o 8.2 Infección sintomática
 9 Cáncer y H. pylori
o 9.1 Mecanismos de acción
 10 Reflujo ácido y cáncer de esófago
 11 Estudios genómicos de diferentes cepas
o 11.1 Isla Cag de patogenicidad
 12 Referencias
 13 Bibliografía
 14 Enlaces externos

Origen del nombre


La bacteria fue llamada inicialmente Campylobacter pyloridis, después Campylobacter
pylori (al corregirse la gramática latina) y en 1989, después de secuenciar su ADN, se vio
que no pertenecía al género Campylobacter, y se la reemplazó dentro del género
Helicobacter. El nombre pylori viene del latín pylorus, que significa ‘guardabarrera’, y
hace referencia al píloro (la apertura circular del estómago que conduce al duodeno).

Historia
Primeras evidencias

En 1875, científicos alemanes descubrieron bacterias espirales en el epitelio del estómago


humano. Estas bacterias no podían ser cultivadas, y por consiguiente este descubrimiento se
olvidó en aquel momento.2 En 1892, el investigador italiano Giulio Bizzozero describió una
serie de bacterias espirales que vivían en el ambiente ácido del estómago de perros.

El profesor Walery Jaworski, de la Universidad Jaguelónica en Cracovia, investigó


sedimentos de lavados gástricos obtenidos de humanos en 1899. Además de unas bacterias
alargadas, también encontró bacterias con una característica forma espiral, a las cuales
llamó Vibrio rugula. Este investigador fue el primero en sugerir la participación de este
microorganismo en enfermedades gástricas. Aunque este trabajo fue incluido en el Manual
de enfermedades gástricas, no tuvo mucho impacto, debido a que estaba escrito en polaco.3

Redescubrimiento y caracterización

Esta bacteria fue redescubierta en 1979 por el patólogo australiano Robin Warren, quien en
investigaciones posteriores (a partir de 1981), junto a Barry Marshall, aisló este
microorganismo de las mucosas de estómagos humanos y fue el primero que consiguió
cultivarla.4 En el trabajo original, Warren y Marshall afirmaron que muchas de las úlceras
estomacales y gastritis eran causadas por la colonización del estómago por esta bacteria, y
no por estrés o comida picante, como se sostenía hasta entonces.5

Implicación en patogénesis

La comunidad médica reconoció muy recientemente el hecho de que esta bacteria fuese la
causante tanto de úlceras estomacales como de gastritis, ya que se creía que las bacterias no
podían sobrevivir por mucho tiempo en el medio ácido del estómago. La comunidad
empezó a cambiar de idea con base en estudios posteriores que reafirmaron esta idea,
incluyendo uno en el que Marshall bebió un cultivo de H. pylori, desarrollando una gastritis
y recobrando la bacteria de su propio revestimiento estomacal; con esto, satisfizo 3 de los
cinco postulados de Koch. La gastritis de Marshall se curó sin ningún tratamiento.

Marshall y Warren posteriormente descubrieron que los antibióticos eran efectivos para el
tratamiento de la gastritis. En 1994, los Institutos Nacionales de Salud de los Estados
Unidos informaron que las úlceras gástricas más comunes eran causadas por H. pylori, y
recomendaron el uso de antibióticos, siendo incluidos en el régimen de tratamiento.6 En
2005, Warren y Marshall fueron galardonados con el Premio Nobel de Medicina por sus
trabajos acerca de H. pylori.7

Antes de comprobarse la implicación de H. pylori en enfermedades estomacales, las úlceras


estomacales eran tratadas con medicamentos que neutralizaban la acidez. Esto hacía
muchas veces que las úlceras reaparecieran después de dejar el tratamiento. La medicación
tradicional frente a la gastritis eran las sales de bismuto (subcitrato de bismuto coloidal o
subsalicilato de bismuto).8 Este tratamiento a menudo era efectivo, pero su efectividad
disminuía con un uso prolongado, además de desconocerse el mecanismo de acción de este
fármaco. Todavía no está claro si el bismuto puede actuar como antibiótico. Actualmente,
muchas úlceras son tratadas de forma efectiva utilizando antibióticos frente a H. pylori
(2006).

Mientras H. pylori sigue siendo la bacteria más importante conocida que habita en el
estómago humano, algunas especies más del género Helicobacter han sido identificadas
ahora en otros mamíferos y en algunas aves. Se ha comprobado que algunas de éstas
pueden infectar a humanos. Existen especies de Helicobacter que son capaces de infectar el
hígado de ciertos mamíferos, causando, por tanto, diversas enfermedades hepáticas.
Implicaciones en las migraciones humanas prehistóricas
Cada población humana posee una distribución característica de cepas de H. pylori que
típicamente infectan a miembros de su población. Esta característica ha llevado a los
investigadores a usar H. pylori para estudiar los patrones de migración en humanos. Así
pues las variedades encontradas estarían relacionadas con el origen de los humanos
modernos y sus migraciones prehistóricas.

A medida que los grupos humanos originados en África se extendieron por el planeta,
disgregándose y diversificando gradualmente sus características genéticas, las poblaciones
de H. pylori que llevaban consigo hicieron lo mismo. Así pues la cepa que infecta a los
habitantes de Europa, por ejemplo, es la hpEurope, mientras que las cepas hpAsia2 y
hpEastasia están en la población asiática.9 En Oceanía hay dos tipos principales: hpSahul
que se originó hace entre 31 000 y 37 000 años en el continente Sahul y es típico de nativos
australianos y papúes, y la cepa hspMaori relacionada con la cepa hpEastAsia y que al
parecer salió de Taiwán hace unos 5000 años y se extendió con los pueblos malayo-
polinesios.10

Distribución filogeográfica

Como se ha mencionado, H. pylori se encuentra presente en la mitad de la población


mundial y ha sido posible relacionarla con las migraciones humanas y su distribución
global, identificando las siguientes cepas:11

 hpAfrica1
o hspSAfrica: Típico del África Austral
o hspWAfrica: Común en África y en afroamericanos. Típico del África
Occidental.
 hpAfrica2: Común en África Austral.
 hpNEAfrica: Típico del Cuerno de África y de pueblos nilosaharianos. Poco en
Europa y Asia.
 hpEurope: Típico de Eurasia Occidental, lo que incluye Europa, Cercano Oriente,
Asia Central y parte del Norte de África. La colonización europea lo dispersó en
todo el mundo.
 hpEastAsia
o hspEAsia: Típico del Extremo Oriente.
o hspAmerind: Típico de pueblos indígenas americanos.
o hspMaori: Típico de los pueblos malayo-polinesios.
 hpAsia2: En el Subcontinente indio, parte del Sudeste de Asia y otras zonas de
Eurasia.
 hpSahul: En nativos australianos y papúes.

Presencia en América prehispánica


Se puede establecer que las cepas de H. pylori en nativos amazónicos tienen su origen en el
este de Asia, más que en Europa, lo que sugiere que estas poblaciones llegaron a América
al menos hace 11 000 años.

Un estudio realizado por expertos del Departamento de Microbiología y Parasitología de la


Facultad de Medicina de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) liderados
por Gonzalo Castillo, y publicado en BMC Microbiology e impulsado por el INAH
(Instituto Nacional de Antropología e Historia de México), sugiere la presencia de H. pylori
en las sociedades prehispánicas. Durante la investigación se usaron muestras del tejido
estomacal de 6 momias (5 procedentes de la cueva La Ventana en Chihuahua y otra de
Durango, México) que datan de 1350.12

Estructura de la bacteria

Estructura de H. pylori

H. pylori es una bacteria Gram negativa de forma espiral, de alrededor de 3 micras de largo
y con un diámetro aproximado de unas 0,5 micras. Tiene unos 4–6 flagelos. Es
microaerófila, es decir, requiere oxígeno pero a más bajas concentraciones de las
encontradas en la atmósfera. Usa hidrógeno y metanogénesis como fuente de energía.
Además es oxidasa y catalasa positiva.
Modelo molecular de la enzima ureasa de H. pylori.

Con su flagelo y su forma espiral, la bacteria "taladra" literalmente la capa de mucus del
estómago, y después puede quedarse suspendida en la mucosa gástrica o adherirse a células
epiteliales ya que produce adhesinas, (que son proteínas fijantes). H. pylori produce una
enzima llamada "ureasa" que transforma la urea en amoniaco y en dióxido de carbono
mediante la reacción: CO(NH2)2 ---> 2NH3 + CO2, y es el amoniaco que va neutralizar
parcialmente la acidez gástrica (que sirve para disolver los alimentos y matar la mayor parte
de bacterias digeridas). Lamentablemente el amoniaco es tóxico y va a maltratar la
superficie de las células epiteliales y provocar el proceso de formación de las úlceras.

Infección

Tinción inmunohistoquímica de Helicobacter procedente de una biopsia estomacal.


La infección por H. pylori puede ser sintomática o asintomática (sin efectos visibles en el
enfermo); se estima que más del 70 % de las infecciones son asintomáticas. En ausencia de
un tratamiento basado en antibióticos, una infección por H. pylori persiste aparentemente
durante toda la vida. El sistema inmunitario humano es incapaz de erradicarla.

Vía de infección

La bacteria ha sido aislada de las heces, de la saliva y de la placa dental de los pacientes
infectados, lo cual sugiere una ruta gastro-oral o fecal-oral como posible vía de transmisión.

Epidemiología

Se estima que más de dos tercios de la población mundial se encuentra infectada por esta
bacteria. La proporción de infección varía de nación a nación. En el mundo occidental
(Oeste de Europa, Norteamérica y Australia) la proporción es de alrededor de un 25 por
ciento de la población, siendo mucho mayor en el tercer mundo. En este último caso es
común encontrar infecciones en niños, probablemente por las malas condiciones sanitarias.
En los Estados Unidos la infección se da principalmente en personas de edad avanzada
(más del 50 por ciento de éstas ocurren en personas de más de 60 años, frente a un 20 por
ciento que se presentan en personas de menos de 40) y en los sectores más pobres.

Estas discrepancias se atribuyen a una mayor higiene y al mayor uso de antibióticos en los
países más ricos. De cualquier forma, en los últimos años están apareciendo cepas de H.
pylori que presentan resistencia a antibióticos. En el Reino Unido hay incluso cepas
resistentes a metronidazol.

Modo de infección de H. pylori:


1. H. pylori penetra la capa mucosa del estómago y se adhiere a la superficie de la capa
mucosa epitelial gástrica.
2. Produce amoníaco a partir de la urea, para neutralizar el ácido gástrico.
3. Migración y proliferación de H. pylori al foco de infección.
4. Se desarrolla la ulceración gástrica con destrucción de la mucosa, inflamación y muerte
de las células mucosas.

Diagnóstico
Existen diferentes métodos para diagnosticar una infección de H. pylori. Uno es detectando
anticuerpos específicos en una muestra de sangre del paciente o de heces, utilizando
antígenos. También se utiliza la prueba del aliento con urea, en la cual el paciente bebe urea
marcada con 14C o 13C, produciéndose posteriormente (debido al metabolismo de la
bacteria) dióxido de carbono marcado, el cual es detectado en la respiración. Otro método
de diagnóstico es la biopsia, en la cual se mide la ureasa activa en la muestra extraída (el
denominado "test rápido de la ureasa"). Otra forma de diagnosticar una infección de H.
pylori es por medio de una muestra histológica o de un cultivo celular. Uno de los métodos
de detección más sensibles corresponde a la PCR (reacción en cadena de la polimerasa), la
cual permite también identificar genes asociados a virulencia (CagA y VacA), genes
asociados a adhesión (BabA) y genes de resistencia a antibióticos (Claritromicina).

Problemas en el diagnóstico

Ninguno de estos métodos es completamente infalible. La prueba de anticuerpos


sanguíneos, por ejemplo, tiene tan sólo entre un 76 y un 84 por ciento de sensibilidad. La
medicación, por otro lado, puede afectar a la actividad de la ureasa y dar falsos positivos en
los métodos basados en ella.

Pruebas
Ventajas Desventajas
endoscópicas
Costoso. Requiere tinciones
∗1. Histología Excelente sensibilidad y especificidad. especiales infraestructura y
personal capacitado.
Barato y proporciona resultados rápidos. Sensibilidad se redujo
∗2. Prueba de Especificidad excelente y muy buena significativamente en la
rápida de ureasa sensibilidad en pacientes debidamente configuración de
seleccionados. postratamiento.
Costoso, difícil de realizar ya
que requiere tejido y crece en
Excelente especificidad. Permite la
∗3. Cultivo ambiente microaerofílico y no
determinación de sensibilidad antibiótica.
es ampliamente disponible.
Sólo marginal sensibilidad.
∗4. Reacción en
Excelente sensibilidad y especificidad. Metodología no estandarizado
cadena de
Permite la determinación de sensibilidad a través de laboratorios y no
polimerasa
antibiótica. ampliamente disponible.
(PCR)
Pruebas no
Ventajas Desventajas
endoscópicas
1. Anticuerpos Miden anticuerpos no antígeno, por lo que PPV dependiente de fondo
pruebas reporta contacto, no enfermedad actual, prevalencia de H. pylori. No
(cuantitativos y VNA barato, ampliamente disponible, se recomienda después del
cualitativos) muy bueno. tratamiento de H. Pylori.
Identifica la infección activa por H. pylori,
con resultados cuantitativos. Excelente
∗2. Pruebas de PPV y VNA independientemente de la
aliento de urea prevalencia de H. pylori. Útil antes y
(13 y 14 C) después del tratamiento de H. pylori, con
ciertas condiciones del paciente para
evitar falsos negativos.
Identifica la infección activa por H. pylori.
Excelentes valores positivos y negativos Prueba monoclonal parece
∗3. Prueba del
predictivos independientemente de la fiable antes y después del
antígeno fecal
prevalencia de H. pylori. Útil antes y tratamiento antibiótico.
después del tratamiento de H. pylori

∗Sensibilidad de endoscópicas y no endoscópicas, todas las pruebas que identifican la


infección activa por H. pylori es reducido por el uso reciente de PPI, bismuto o antibióticos;
PPI = inhibidor de la bomba de protones; PPV = valor predictivo positivo; NPV = valor
predictivo negativo; UBT = test de aliento de urea.

Prevención
Un estudio publicado en 2008 en el Diario Coreano de Microbiología y Biotecnología
reveló que el kimchi (platos tradicionales coreanos a base de verduras fermentadas)
contiene una cepa de un tipo de bacteria "que muestra una fuerte actividad antagonista
contra la H. pylori." Se demostró que la variedad aislada de la bacteria del kimchi,
designada Lb. plantarum NO1, reduce la actividad de la ureasa de la H. pylori en un 40-
60 % y anula el desarrollo de células cancerígenas en más de un 33 %.13 Un estudio de
2009 develó que el té verde puede prevenir la inflamación producida por la H. pylori.14 15

Tratamiento
Inicialmente se utilizaba metronidazol, el cual presenta actualmente resistencia en más del
80% de los casos. Posteriormente se trataba sólo cuando se presentaba infección
sintomática, en cuyo caso se utilizaba claritromicina, amoxicilina y tetraciclina. En la
actualidad la terapia triple que consiste de un inhibidor de bomba de protones (IBP)
(omeprazol, lansoprazol, pantoprazol, rabeprazol y otros), mas dos antibióticos:
amoxicilina y claritromicina es el tratamiento de elección, cuando las resistencias a
claritromicina por Helicobacter no superan el 20%. En caso de alergia a la penicilina, puede
sustituirse la amoxicilina por el metronidazol. La erradicación se consigue en el 80-84 % de
los casos.16
Una vez que el H. pylori es detectado en pacientes con una úlcera péptica, el procedimiento
normal es erradicarla y permitir que sane la úlcera. La terapia tradicional de primera línea
es una semana de terapia triple consistente en los antibióticos amoxicilina y claritromicina,
y un inhibidor de bomba de protones como el omeprazol.17 El gastroenterólogo Thomas
Borody de Sídney, Australia, inventó la primera terapia triple en 1987.18 Al paso de los
años, se han desarrollado variaciones de la triple terapia, tales como el uso de diferentes
inhibidores de la bomba de protones, como el pantoprazol o el rabeprazol, o cambiando la
amoxicilina por metronidazol para las personas que son alérgicas a la penicilina.19 Tales
terapias han revolucionado el tratamiento de las úlcera pépticas y han hecho posible la cura
de la enfermedad.

Se ha encontrado que cada vez más individuos infectados tienen bacterias resistentes a los
antibióticos, de modo que el tratamiento inicial no resulta efectivo y se requieren rondas
adicionales de terapias con antibióticos o estrategias alternativas tales como una terapia
cuádruple. Los compuestos de bismuto también son efectivos en combinación con el
tratamiento tradicional. Para el tratamiento de las cepas de H. pylori resistentes a la
claritromicina se utiliza levofloxacina como parte de la terapia.[cita requerida]

Se ha creído que, en ausencia de tratamiento, una vez que una infección de H. pylori se ha
establecido en su nicho gástrico, persistirá de por vida.20 Sin embargo, en la gente anciana
es posible que la infección pueda desaparecer conforme la mucosa estomacal se vuelva
cada vez más atrófica e inhóspita para la colonización. La proporción de infecciones agudas
que persisten no es conocida, pero varios estudios que siguieron la historia natural en
diversas poblaciones han informado de la eliminación espontánea aparente.21 22

Colonización de H. pylori sobre la superficie del epitelio regenerativo. (Warthin-Starry's


silver).

Científicos de la Universidad de Kyoto, Japón, concluyeron que el aceite esencial de


Cymbopogon citratus demostró plenamente su efectividad contra la bacteria Helicobacter
pylori, sin que dicha bacteria presentase resistencia al tratamiento con este aceite esencial.23

Infección asintomática
En pacientes que presentan una infección asintomática, el tratamiento generalmente no está
recomendado. Se deben atender las manifestaciones sintomáticas particulares de cada
paciente.

Infección sintomática

En pacientes con úlceras gástricas en donde se detecta H. pylori, el procedimiento habitual


es erradicarlo hasta que la úlcera sane. El tratamiento más extendido es la triple terapia. El
gastroenterólogo de Sídney Thomas Borody inventó la primera triple terapia en 1987. Hoy
en día, la triple terapia estándar es amoxicilina, claritromicina y tetraciclina; en algunos
casos se usa un inhibidor de la bomba de protones diferente. El metronidazol es utilizado en
lugar de la amoxicilina en aquellos pacientes alérgicos a la penicilina. Esta terapia ha
revolucionado el tratamiento de las úlceras gástricas y ha hecho posible la cura de esta
enfermedad, siendo que previamente sólo se controlaban los síntomas utilizando antiácidos,
antagonistas de los receptores H2- o inhibidores de la bomba de protones.

Desafortunadamente, se ha incrementado el número de infecciones individuales que portan


cepas resistentes a este primer tratamiento con antibióticos. Esto ha hecho que el
tratamiento inicial falle y se requieran aplicaciones adicionales de terapia antibiótica. Se
utiliza entonces una cuádruple terapia, incorporándose el bismuto, un metal que es también
efectivo en combinación con otros fármacos.

En casos de resistencia a la claritromicina, se recomienda el uso de levofloxacino como


parte de la terapia.

Cáncer y H. pylori
El cáncer gástrico y el linfoma MALT (linfoma del tejido linfoide asociado a mucosa) han
sido relacionados con H. pylori, por lo que esta bacteria ha sido clasificada dentro del grupo
I de carcinógenos por la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer. Mientras que la
asociación de estas enfermedades con H. pylori está apoyada por sospechas razonables, no
está totalmente claro que haya una relación causal involucrada.

Mecanismos de acción

Se investigan dos mecanismos relacionados con esta supuesta capacidad de H. pylori de


producir cáncer. El primero involucra la posibilidad de generar radicales libres asociada a
una infección de H. pylori, la cual produciría un aumento en la tasa de mutación de la
célula huésped. El segundo mecanismo ha sido llamado ruta perigenética24 e involucra la
trasformación del fenotipo de la célula huésped por medio de alteraciones en proteínas
celulares tales como las proteínas de adhesión. Se ha propuesto la posibilidad de que H.
pylori induzca inflamación y niveles localmente altos de TNF-alfa o interleucina 6. De
acuerdo con el mecanismo perigenético propuesto, las moléculas señalizadoras de
inflamación, tales como TNF-alfa, podrían alterar la capacidad de adhesión de las células
epiteliales del estómago y conducir a la dispersión y migración de estas células epiteliales
mutadas, sin necesidad de alteraciones adicionales en genes supresores de tumores (como,
por ejemplo, los genes que codifican para proteínas de adhesión celular).

Reflujo ácido y cáncer de esófago


La tasa de infección por H. pylori ha ido decreciendo en países desarrollados, debido a las
mejoras en la higiene y al incremento del uso de antibióticos. En consecuencia, la
incidencia de cáncer de estómago en los Estados Unidos ha descendido en un 80 por ciento
durante el periodo entre 1900 y 2000. No obstante, se ha visto un drástico incremento —en
este mismo periodo— de ciertas enfermedades relacionadas con el reflujo gastroesofágico y
el cáncer de esófago.

Estudios genómicos de diferentes cepas

Micrografía de barrido de H. pylori.

Se conocen varias cepas de Helicobacter, y el genoma de dos de ellas se ha secuenciado


completo.25

El genoma de la cepa "26695" consta de 1,7 millones de pares de bases nitrogenadas, con
un total de aproximadamente 1550 genes. Las dos cepas secuenciadas muestran muchas
diferencias genéticas, con más de un 6 por ciento de nucleótidos diferentes.

El estudio del genoma de H. pylori se centra en aspectos relacionados con la patogenicidad,


es decir, con la habilidad de este organismo en causar enfermedades. En la base de datos
del genoma de H. pylori existen unos 62 genes en la categoría de patogénesis.

Isla Cag de patogenicidad

Ambas cepas secuenciadas tienen una isla de patogenicidad (una secuencia de genes que
se cree que participa en la capacidad infecciosa de la bacteria) llamada Cag: Mide 40
kilobases de tamaño y contiene unos 40 genes. Esta isla de patogenicidad está generalmente
ausente en cepas de H. pylori aisladas de humanos con infecciones asintomáticas.
El gen cagA codifica para una de las proteínas de virulencia mayoritarias en H. pylori. Las
cepas bacterianas que tienen el gen cagA, están asociadas con la habilidad de causar úlceras
severas. Este gen codifica para la síntesis de una proteína relativamente larga (1186
aminoácidos). La proteína CagA ingresa a las células humanas, donde interrumpe el normal
funcionamiento del citoesqueleto. La isla de patogenicidad Cag tiene unos 30 genes que
codifican para un complejo de transporte (sistema de secreción tipo IV). Después de fijarse
a las células epiteliales del estómago, la proteína CagA se inyecta dentro de la célula a
través de este sistema de secreción. La proteína CagA es fosforilada en un residuo
específico de tirosina por proteínas de membrana de la célula huésped. Se ha visto que
cepas patogénicas de H. pylori activan el receptor del factor de crecimiento epidérmico
(EGFR, en inglés), una proteína de membrana con tirosina quinasa. La activación del
EGFR por H. pylori está asociada con alteraciones en las señales de transducción y de
expresión génica en las células huéspedes, y este hecho puede contribuir a su
patogenicidad. También se ha sugerido que la región C-terminal de la proteína CagA
(aminoácidos 873-1002) podría regular la transcripción genética de la célula huésped,
independientemente de la fosforilación. Se piensa, debido al bajo contenido GC del gen
cagA en comparación con el resto del genoma, que este gen fue adquirido por transferencia
horizontal desde otra bacteria cagA+.

Referencias

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