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Documento de Cátedra 1
Bibliografía citada:
Bauman, Zygmunt, Legisladores e Intérpretes. Sobre la modernidad, la posmodernidad y los
intelectuales, Buenos Aires: UNQ, 1977.
Bajtin, Mijail: La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento, Madrid: Alianza, 1987.
Burke, Peter: La cultura popular en la Europa Moderna, Madrid: Alianza, 1978.
De Certeau, Michel: Invención de lo cotidiano I. Artes de hacer, Méjico: Universidad
Iberoamericana, 1996.
Ginzburg, Carlo: El queso y los gusanos, Barcelona: Muchnick, 1981.
Hall, Stuart: Sin garantías. Trayectorias y problemáticas en estudios culturales, Eduardo Restrepo,
Catherine Walsh y Víctor Vich (editores), Popayán: Instituto de estudios sociales y culturales
Pensar, Universidad Javeriana, Instituto de Estudios Peruanos, Universidad Andina Simón
Bolívar, sede Ecuador, Envión Editores, 2010.
Laclau, Ernesto: Política e ideología en la teoría marxista. Capitalismo, fascismo, populismo,
México: Siglo XXI, 1980.
Rabelais, Francois: Gargantúa, Madrid: Alianza, 1992, (publicado originalmente en 1535).
Said, Edward: Orientalismo, Madrid: al Quibla, 1990.
Schmucler, Héctor: Memoria de la Comunicación, Buenos Aires:Biblos, 1997[1975].
Thompson, Edward: Costumbres en común, Barcelona, Crítica, 1990.
Thompson, Edward: La formación de la clase obrera, Londres: Penguin, 1980.
Bajtin
Ravelais: calificado como uno de los grandes escritores del SXVI, su cualidad principal para Bajtin
es la de estar más profundamente ligado que los demás a las fuentes “populares”, las cuales
determinan su sistema de imágenes y su concepción artística; siempre demostró resistencia a
ajustarse a los cánones y reglas del arte literario del momento. La forma de comprender sus
textos es estudiar sus “fuentes populares” y, en especial, de la literatura “cómica” popular
que ha sido tan poco explorada. La verdadera profundidad de la literatura cómica no se ha
revelado ya que esta ha sido deformada ya que se la han aplicado ideas y nociones que, en
realidad, pertenecen al dominio de la cultura y la estética burguesa contemporáneas. Sin
embargo, en ese período, la importancia de esta era enorme: este mundo risueño se oponía a
la cultura oficial, de tono serio, religioso y feudal de la época.
Las múltiples manifestaciones de esta cultura pueden subdividirse en tres categorías:
. Formas y rituales del espectáculo (festejos carnavalescos, obras cómicas representadas en
las plazas públicas, etc.). Aquí todas las fiestas religiosas poseían un aspecto cómico popular
y público, gracias a sus rasgos carnavalescos (se exhibían gigantes, enanos, monstruos, etc.),
al igual que las agrícolas como la vendimia. La risa, de la mano de los bufones y los “tontos”,
siempre se hallaba presente en estos festejos, entreteniendo a través de la parodia de los actos
ceremoniales más “serios”. Estos eventos presentaban una visión del mundo, del hombre y
de las relaciones humanas totalmente diferente, deliberadamente no-oficial, exterior a la
Iglesia y al Estado (Dualidad del Mundo al vivir en algunos días en un mundo oficial y otros
en uno no-oficial). Este tipo de formas se propagó por toda Europa pero fue en Francia y en
los países románticos en donde más se expandió.
. Obras cómicas verbales (incluso las parodias) de diversa naturaleza: orales y escritas, en
latín o en lengua vulgar;
. Diversas formas y tipos de vocabulario familiar y grosero (insultos, juramentos, lemas
poplares, etc.)