Está en la página 1de 14

Universidad Abierta Para Adultos

UAPA

Materia
PSICOLOGÍA FORENSE

Tarea
Unidad VII: La Psicología y Ética Jurídica

Facilitadora
Ilusión García

Estudiante
Emily Lima López

Matricula
15-5901

Provincia Monseñor Nouel/Bonao


Viernes, 11 de octubre de 2019, 00:00:55
DESARROLLO

Indicación y espacio para enviar la tarea #7

Lectura de la ley 22-01, del Código de ética del psicólogo y Ley de Salud Mental No. 12-06. República
Dominicana

1. Opine de manera crítica acerca de qué aspectos éticos legales en el ejercicio de la psicología y
en el ámbito forense se toman cuenta para el peritaje psicológico y ejercicio profesional.

Bueno en los aspectos éticos y legales en el ejercicio de la psicología y en el ámbito forense, puedo
decir que estas proporcionan las bases sobre las cuales las instituciones de estos dos puntos a opinar;
construyen y determinan el alcance y naturaleza de la participación políticas de sus miembros. Ya que
regularmente se encuentran un sinnúmero de provisiones regulatorias y leyes interrelacionadas entre sí
que rigen nuestro entorno.

En el caso de le las leyes y ética de CODOPSI Ley 22.01 del ejercicio de la psicología, definiendo en
su Art. 2. de sus estatutos que: Se define como ejercicio de la profesión de psicólogo la utilización del
conocimiento adquirido mediante el estudio científico de los procesos cognitivos y del
comportamiento humano y animal, tanto en la realización de trabajos de investigación y de docencia,
como en la prestación de servicios profesionales a personas físicas y/o morales, en cualquiera de sus
áreas especializadas.

Ya en el código de ética y disciplinaria nos describe CODOPSI: el conjunto de principios éticos que
regulan la práctica de la psicología en la República Dominicana, conforme a la Ley No. 22-01, donde
regula el ejercicio de la profesión de psicólogo de igual forma provee a los profesionales de la
psicología los principios éticos que le permitan conducirse y enfrentar situaciones de su competencia,
procurando siempre el bienestar y la protección de los individuos y de los grupos con quienes
interrelacionan en su quehacer profesional, llamase estas área confidencialidad, relación cliente
paciente, intercambio científico profesional, los derechos humanos, materiales psicométricos,
sanciones.

La configuración de la Psicología forense (Jurídica) se fundamenta como una especialidad que


desenvuelve un amplio y específico ámbito entre las relaciones del mundo del Derecho y la Psicología
tanto en su vertiente teórica, explicativa y de investigación, como en la aplicación, evaluación y
tratamiento. Comprende el estudio, explicación, promoción, evaluación, prevención y en su caso,
asesoramiento y/o tratamiento de aquellos fenómenos psicológicos, conductuales y relacionales que
inciden en el comportamiento legal de las personas, mediante la utilización de métodos propios de la
Psicología Científica y cubriendo por lo tanto distintos ámbitos y niveles de estudio e intervención:
Psicología Aplicada a los Tribunales, Psicología Penitenciaria, Psicología de la Delincuencia,
Psicología Judicial (testimonio, jurado), Psicología Policial y de las Fuerzas Armadas, Victimología,
Mediación.

Formación: El Psicólogo Jurídico necesita una formación especializada. Esta puede estructurarse en
un bloque de materias generales y otro de específicas. 1. Conocimientos Específicos e
Interrelacionados con Otras Materias: Psicología y Ley, Psicología de la Familia y de las Relaciones
Familiares, Psicología y Sistema Penitenciario, Evaluación Psicológica Forense, Sistema Judicial y
Procesos Psicológicos, Psicología de la Delincuencia, Psicología Jurídica y el Menor, Mediación,
Victimología, La Psicología y los Cuerpos de Seguridad, El Peritaje Psicológico, otros.

Acreditación: A. Requisito imprescindible ser Licenciado en Psicología y estar colegiado en el


Colegio Oficial de Psicólogos. B. Siguiendo criterios no excluyentes se proponen 3 vías: 1. Haber
realizado cursos reconocidos por el COP en instituciones públicas o privadas acreditadas,
universidades u otros centros oficiales, 2. Acreditar la realización de prácticas en Psicología Jurídica
supervisadas por organizaciones o personas reconocidas para ello, 3. Acreditar experiencia profesional
en el área. Todo ello deberá ser acreditado a través de: Diplomas o Certificados expedidos por las
entidades formativas, Certificados de prácticas, Certificados de las entidades donde se ha desarrollado
la experiencia profesional.

2. Investigar en diferentes fuentes, puede ver Ley acerca de Los: Servicios de la salud mental
considerando los aspectos legales y éticos en la Rep. Dom.

El país cuenta con un marco legal y normativo que establece el derecho que tienen los enfermos
mentales a recibir atención digna de calidad y libre de estigma y discriminación. La Ley sobre Salud
Mental (Ley No. 12-06) establece en su artículo 13 que: “El ejercicio de los derechos básicos y las
libertades fundamentales a las que se refiere la presente ley sólo podrán estar sujetos a las limitaciones
previstas en la Constitución de la República, las leyes nacionales o el derecho internacional que sean
exclusivamente necesarias para proteger la salud o la seguridad de la persona de que se trate o de otras
personas, o para proteger la seguridad, el orden, la salud o la moral pública o los derechos y libertades
fundamentales de terceros”.

Este artículo prohíbe la suspensión de los siguientes derechos y libertades fundamentales: el derecho al
reconocimiento de la personalidad jurídica, el derecho a la vida, el derecho a la integridad personal,
prohibición de la esclavitud y servidumbre, la libertad de conciencia y religión, la protección de la
familia, el derecho a un nombre, los derechos del niño, el derecho a la nacionalidad, los derechos
políticos y el derecho a las garantías judiciales indispensables para la protección de los derechos
antes mencionados.

En su Capítulo II sobre los Derechos básicos y libertades fundamentales, esta ley (No. 12-06)
también establece que las personas afectadas por trastornos mentales cuentan con garantías
constitucionales para ejercer todos los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales y
las libertades fundamentales establecidas por la Constitución de la República y la Declaración
Universal de Derechos Humanos, entre otros derechos. Igualmente, establece el acceso a la mejor
atención disponible en materia de salud mental y adecuada a sus antecedentes culturales en todos los
establecimientos hospitalarios públicos y privados del país y que abarque los distintos niveles de
atención primaria, secundaria o terciaria. Igualmente, el país dispone de la Ley General sobre la
Discapacidad (2008), que tiene por objeto “amparar y garantizar la igualdad y la equiparación de
oportunidades a todas las personas con discapacidad funcional, física, psíquica y/o sensorial. En el
“Plan Decenal de Salud 2006-2015” se destacan entre los componentes de salud mental la
optimización y modificación del hospital psiquiátrico y el desarrollo del componente de salud mental
en la atención primaria en salud.

El Plan Estratégico Nacional de Salud Integral de Adolescentes 2010-201596 y la “Estrategia para


el Fortalecimiento de la respuesta del Sistema Nacional de Salud a la Violencia, con énfasis en la
Violencia de Genero y contra niños, niñas, adolescentes, mujeres y personas adultas mayores 2016-
2020” enfatizan la importancia de la atención a la salud mental en estos grupos de población. A partir
de la promulgación de la nueva Ley de Salud (2001), la reforma del sector de salud dominicano se
orienta a la configuración de un sistema nacional de salud bajo la rectoría del Ministerio de Salud
Pública. Asimismo, establece la separación de funciones de rectoría, aseguramiento, financiamiento y
provisión de servicios, teniendo como meta garantizar el acceso de los servicios a toda la población y,
por ende, garantizar una satisfactoria resolución de sus demandas y unos mejores resultados de salud.

El nuevo modelo establece que el Sistema Nacional de Salud estará basado en la Atención Primaria
de Salud (APS), que ésta constituye la puerta de entrada de la atención y que la atención será
articulada y coordinada entre los diferentes niveles asistenciales. Alineado a este enfoque, entre las
líneas estratégicas en salud mental se incluye la ampliación de la cobertura de atención, con énfasis
en la atención en el primer nivel de atención y la rehabilitación de las personas con enfermedad
mental de larga evolución y sin apoyo familiar.

El sistema de salud dispone de diversas normativas y disposiciones orientadas a garantizar la cobertura


universal; sin embargo, en pocos documentos (exceptuando la Ley de Salud Mental) se aborda el tema
de salud mental. Tanto en el Plan Decenal de Salud 2006- 2015 como en el PLANDES 2006-
2015100 se establecen medidas para desarrollar el Sistema Nacional de Salud con base en la estrategia
de Atención Primaria de la Salud. En el PLANDES 2006-2015 se enfatiza en el logro del acceso
universal, de toda la población al nivel primario de atención del Sistema Nacional de Salud así como
en reformular el conjunto del sistema y de sus redes de servicios, en función de fortalecer el nivel
primario de atención. En el 2016, el MSP inició el proceso de definición de un modelo de atención
basado en atención primaria.

Por otro lado, entre los objetivos generales del Segundo Eje Estratégico de la Estrategia Nacional de
Desarrollo 2010-2030101 resalta la garantía de educación, salud y seguridad social integral para
todas y todos, en un marco de cohesión territorial. La construcción de entornos saludables para la vida
de las personas y el reconocimiento del valor intrínseco de la cultura, la recreación y el deporte como
elementos importantes en el desarrollo humano. Además, aborda la promoción de igualdad de
oportunidades, incluyendo la igualdad de género. Este documento ofrece un marco amplio para
garantizar la protección de las personas afectadas por trastornos MNS y fortalecer la atención
primaria como primera puerta de entrada al sistema de salud. A pesar de los avances en la integración
de la salud mental en algunos instrumentos políticos y normativos, es necesario revisar los aspectos
clave para la integración de la salud mental en la atención primaria y la promoción de entornos
saludables:

• Responsabilidades de detección, atención y promoción de la salud mental de los recursos humanos en


salud, además de profesionales de psicología y psiquiatría.
• Herramientas de detección aplicables por el personal del primer nivel de atención y otros programas
y servicios, incluyendo escuelas.
• Sistemas de referencia, con base de datos de servicios disponibles a nivel local, provincial y regional.

Aunque el país cuenta con un marco legal en salud mental y otros instrumentos de políticas públicas
que sustentan las intervenciones sectoriales, el nivel de implementación de las medidas establecidas en
las políticas, normas y protocolos es desconocido ya que el país no cuenta a la fecha con datos sobre el
monitoreo de ejecución de las mismas.

Servicios de salud mental incluidos en el Seguro Nacional de Salud y el cuadro básico de


medicamentos

El catálogo de prestaciones del plan de servicios de salud (PDSS) a 18/8/2017 establece que existe
consulta ambulatoria de psiquiatría y de psicología clínica e internamiento en el tercer nivel de
atención, por ser una especialidad no básica. Por su parte, los medicamentos esenciales se definen
como aquéllos de importancia vital que deben estar disponibles, en todo momento, en las dosis
adecuadas y en cantidades suficientes para satisfacer las necesidades fundamentales de salud de todos
los segmentos de la población. Constituyen una respuesta a la carencia de medicamentos y a los gastos
crecientes en ese sentido. En el cuadro básico de psicofármacos de la República Dominicana se
incluyen:

• Medicinas usadas en enfermedades psicóticas.


• Medicinas usadas en trastornos del humor (antidepresivos, trastornos bipolares, ansiedad y trastornos
del sueño, ataques de pánico y trastorno obsesivo compulsivo).

Disponibilidad y utilización de servicios para la atención a trastornos MNS


Disponibilidad de servicios: En el marco de la expansión de la oferta de servicios destaca la
construcción de cinco Unidades de Intervención en Crisis (UIC) en hospitales, cuatro de ellos
ubicados en Santo Domingo (Dr. Vinicio Calventi, Dr. Darío Contreras, Dr. Jacinto Ignacio Mañón) y
uno en Barahona (Dr. Jaime Mota). Igualmente, el Hospital Infantil Santo Socorro (ubicado en el
Distrito Nacional) dispone de una UIC para niños, niñas y adolescentes. Las UIC ofrecen atención
especializada a las personas afectadas por un trastorno mental durante un período de crisis, con el
objetivo de estabilizarlas hasta que no representen un riesgo para sí mismas y/o para los demás.
Además, se ofrece respuesta a las urgencias psiquiátricas que, por su complejidad e intensidad, no
puedan manejarse en el ámbito de una hospitalización. Las UIC representan un avance en la asistencia
ambulatoria, aunque la concentración de éstas en Santo Domingo y el Distrito Nacional constituye
una barrera de acceso geográfico para la población del resto del país. También se cuenta con los
centros clínicos diagnósticos de atención primaria que incluyen servicios de psicología. Otros
temas: Acceso a tratamiento, Patrones de utilización y necesidades de servicios, Recursos humanos y
programas de formación.

3. Efectuar resumen de la unidad 7 tomando en cuenta resumir los distintos temas y sub temas
acorde a contenido del programa de la asignatura y fuentes bibliográficas.

UNIDAD VII LA PSICOLOGÍA Y ÉTICA JURÍDICA

7.1. Las bases psicológicas de la ética jurídica: los factores psicológicos de la conducta moral y la
ética, sobre todo en su relación con el ejercicio del derecho y la justicia en sus más variadas
manifestaciones, a partir de los inicios mismos del desarrollo humano y de la evolución histórica de las
ideas. Se discuten las relaciones entre ética, justicia y derecho, los diferentes enfoques de
interpretación del derecho en las doctrinas jurídicas y de acuerdo a los roles que cumplen los actores
en conflicto, así como la ética en situaciones particularmente conflictivas. También se analizan
algunos temas de la ética en el ejercicio profesional del derecho.

7.2. Ética, moral, justicia y derecho: La ética o búsqueda de la noción del bien como conducta
optima del hombre, está íntimamente ligada al valor de la justicia. La justicia como categoría ética se
refiere al comportamiento del hombre en su relación con los demás, tanto individual como hacia la
colectividad, expresada en torno a los grupos, las organizaciones y el estado en sus diversas
manifestaciones: el municipio, la nación y las organizaciones institucionales. La más reconocida de las
definiciones clásicas de la justicia es la que Platón atribuye a Simonides; a saber: Dar a cada cual lo
suyo. Hoy en día es posible deslindar en la categoría ética de la justicia tres ámbitos o áreas de acción
bien definidas, que son las siguientes:
a) Justicia comunicativa, que regula las relaciones entre personas y grupos y que persiguen la
equivalencia entre estos y compromisos comunes sobre la base de elementos objetivos, tales como: la
contratación libre, los salarios, etc.
b) Justicia distributiva, dirigida a repartir proporcionalmente los deberes y beneficios de la vida en la
comunidad, bajo las formas de responsabilidades, cargas, bienes y servicios, cargos oficiales, etc.
c) Justicia general, cuyo objetivo es asegurar el bien común, al que cada cual debe contribuir de
acuerdo a las posiciones que ocupa y a los recursos de que dispone, Pero tal como nos enseña la ética
marxista y las corrientes antropológicas del etnocentrismo y el relativismo cultural, tanto la justicia,
como categoría social, como los valores éticos que le sirven de base, son relativos y cambiantes,
porque sirven de soporte a la organización social y económica que se desarrolla dentro de cada
sociedad a través de su evolución histórica, ya que forman parte de la superestructura que justifica la
organización económica, social y político-jurídica prevalecientes.

La justicia y el derecho: El derecho como conjunto de normas y procedimientos que rigen una
sociedad, está inspirado sin duda en el valor ético de la justicia, pero tal como éste es interpretado por
los diferentes sectores de la sociedad aunque en mayor parte por los sectores dominantes de la misma.
De esa manera, la justicia como valor ético tiende a asimilarse en la mentalidad popular al marco
jurídico en que se desenvuelve, al punto de que ambos conceptos se identifican en el lenguaje y se
utilizan distintamente para referirse a lo moralmente apropiado y a la administración de las leyes. Sin
embargo, las leyes y los mecanismos que se establecen para hacerlas cumplir, son puestos, al servicio
de otros fines, como son: el mantenimiento del orden y la gobernabilidad política, la fe religiosa u otra
ideología prevaleciente, la soberanía popular y la independencia, la salud y la seguridad colectiva, la
defensa de las libertades democráticas, y la creación y protección de las riquezas o privilegios de
individuos y sectores sociales específicos. Debido a esta diversidad de los fines que pueden ser
perseguidos a través de leyes, y su interpretación o procedimientos, es frecuente encontrar los más
variados conflictos entre lo que se entiende justo y lo legal. Existen también limitaciones "internas" de
orden técnico que hacen a las leyes de difícil aplicación. A ese respecto, Fuller destaca ocho defectos
jurídicos fundamentales, que son los siguientes:

a) La incapacidad de establecer normas de carácter general que sean justas para toda la población
b) La existencia de normas que no pueden ser comprendidas por todos, por su mala redacción o por
contener lagunas importantes.
c) Las pautas jurídicas pueden no ser conocidas por las partes afectadas, por no tener acceso a su
publicación o a su explicación.
d) Las normas legales pueden establecerse retroactivamente; es decir, para condenar por hechos ya
cometidos.
e) Las leyes se modifican frecuentemente por la falta de instituciones válidas que las respalden, o por
coyunturas sociales muy cambiantes.
f) Las normas requieren de un comportamiento que esté por encima de la capacidad de las personas
para acatarlas.
g) Hay a menudo falta de congruencia entre las normas y su aplicación.

Así, aun cuando supuestamente las leyes son establecidas para ponerlas al servicio de la justicia, lo
cierto es que hay leyes buenas y malas tanto en lo moral como por sus efectos reales sobre los
diferentes sectores de la población, ya que además de los distintos enfoques que hay acerca de la
justicia como valor ético, y de que las leyes persiguen también otros fines políticos y sociales que
pueden no coincidir con los de la justicia, existen también limitaciones técnicas del orden legal que
dificultan aun más el hacer conciliar en la práctica lo justo con lo legal.

7.3. Ética y práctica y práctica jurídica: En el ejercicio práctico del derecho surgen diversos
problemas éticos que es necesario dilucidar a la luz de la psicología social. Entre estos figura la
diferente identidad social de los actores que intervienen en los conflictos legales por el rol social que
les corresponde, la defensa de los delincuentes y la corrupción de la justicia. El Orden Legal y las
Diferentes Posiciones Sociales Además de las diferencias que pueden existir en los fines de la justicia,
de las diferentes formas de interpretación de las leyes y de las limitaciones técnicas de los textos
legales para su cabal aplicación, existe otra dificultad adicional para que la práctica del derecho
responda a dichos fines. Esta dificultad consiste en que el orden legal como cuerpo de normas que
regulan las relaciones sociales entre los hombres, tiende a generar diferentes significados para los
individuos, de acuerdo a las posiciones y roles que estos desempeñan en la sociedad en que participan.
Así, para los ciudadanos comunes, el orden jurídico puede ser visto como la justicia institucionalizada,
encargada de velar por los derechos y privilegios a que se creen merecedores en virtud de sus creencias
religiosas, su formación social, las tradiciones y condición social que comparten con los demás
integrantes del sector social al que pertenecen; o bien ser un simple instrumento para formalizar el uso
del poder por los más fuertes.

Para los gobernantes y funcionarios públicos que dirigen o participan en la administración del Estado,
el orden jurídico tiende a ser un conjunto de normas que limita el pleno ejercicio de las atribuciones y
privilegios que tienen acordados para procurar el bienestar colectivo o personal, por lo cual tienden a
prevenirse ante este orden en el uso del poder. Para los legisladores, el orden legal es un conjunto de
normas de conducta sujetas a ser mejoradas o modificadas de acuerdo a la ideología e intereses que
estos representan, y a su vocación de servicio a la comunidad. Para los abogados, el sistema judicial es
su medio de trabajo. Estos tratan por lo general de utilizar las normas y procedimientos que benefician
a sus clientes y solo eventualmente a la causa de la justicia. Se espera de ellos un buen nivel de cultura,
elocuencia, lealtad a su cliente, cortesía, capacidad técnica y responsabilidad social. Los fiscales, por
su parte, tienen a su cargo representar los intereses y sentimientos de la comunidad, y del poder que los
designa, para hacer castigar a quienes violen las normas. Sus cualidades más esperadas en función de
su rol son: la lealtad, la valentía, el amor por la paz social y la independencia. Los jueces y miembros
de los jurados son, finalmente, a quienes corresponde el papel de interpretar las leyes y dictar
sentencias a la luz de los hechos y realidades prevalecientes, a partir de los textos escritos y su sentido
de la justicia, aun cuando supeditados a la cosmovisión y al marco institucional que les rodea. Se
espera de ellos, sabiduría, discreción, honestidad, paciencia, independencia, dignidad y rectitud.

7.4 Ley 22-01 de salud mental:

Ley sobre Salud Mental No. 12-06. Ley No. 12-06

CONSIDERANDO: Que la salud es un derecho de todo ciudadano y ciudadana, y un bien público que
como tal debe ser promovido y respetado por el Estado Dominicano el cual tiene la responsabilidad de
preservarla y protegerla, garantizando el acceso a los servicios de salud con calidad y equidad.

CONSIDERANDO: Que de conformidad con los términos de la Constitución de la República, la


finalidad principal del Estado consiste en la protección efectiva de los derechos de la persona humana
y que la salud constituye un bien de importancia social y un factor básico para el desarrollo de la
persona en todos sus aspectos.

CONSIDERANDO: Que la salud constituye un derecho humano inalienable que debe ser promovido y
satisfecho por los gobiernos y Estados mediante el desarrollo biológico, social, psíquico y moral de
cada ser humano.

CONSIDERANDO: Que la salud mental es parte integral del estado de bienestar físico, psicológico y
social de las personas y que tanto los factores biológicos como los sociales de la salud, están
debidamente representados en la estructura organizativa de la Secretaría de Estado de Salud Pública y
Asistencia Social.

CONSIDERANDO: Que las instituciones encargadas de velar por la salud y bienestar de la población
dominicana así como de prestar los servicios de salud mental, requieren de una efectiva
modernización, y que para el logro de tales fines deben elaborarse políticas de Estado en materia de
salud mental, de acuerdo a los requerimientos de la sociedad.

VISTA la Constitución de la República.

VISTAS las Leyes General de Salud, No. 42-01 y de Seguridad Social, No. 87-01.

VISTA la Ley No. 50-88, sobre Drogas y Sustancias Controladas de la República Dominicana y sus
modificaciones.

VISTA la Ley No. 55-93 sobre VIH/SIDA.

VISTA la Ley No. 24-97, sobre Violencia Intrafamiliar.

VISTA la Ley No. 42-00, sobre Discapacidad.

VISTA la Ley No. 22-01, que crea el Colegio Dominicano de Psicólogos y Psicólogas.

VISTA la Ley No. 68-03, que crea el Colegio Médico Dominicano.


VISTA la Ley No. 136-03, del Código para el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales de
los Niños, Niñas y Adolescentes.

VISTAS la Declaración Universal de Derechos Humanos; la Declaración Americana de los Derechos


y Deberes del Hombre; la Convención Americana sobre Derechos Humanos y su Protocolo Adicional
en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; la Convención de los Derechos del Niño y
otras normativas internacionales aplicables en materia de derechos humanos y salud mental, tales
como son los Principios para la Protección de los Enfermos Mentales y el Mejoramiento de la
Atención en Salud Mental; las Normas Uniformes sobre Igualdad de Oportunidades para las Personas
con Discapacidad; la Declaración de Caracas y la Recomendación de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos sobre la Promoción y Protección de los Derechos de las Personas con
Discapacidad Mental, entre otros.

Título II
Capítulo I
Sistema de Salud Mental

ARTICULO 21.- El Sistema de Salud Mental, como subsistema del Sistema Nacional de Salud, estará
conformado por todos los establecimientos asistenciales y hospitalarios públicos y privados radicados
en el país y que abarque los diferentes niveles de atención definidos por el Reglamento de Estructura,
Organización y Funcionamiento de las Redes Públicas de Provisión de Servicios de Atención a las
Personas; y por los sistemas de rehabilitación que actualmente funcionan en la comunidad o que se
implementen en un futuro.

ARTÍCULO 22.- Se establece para todos los establecimientos y servicios del Sistema la denominación
uniforme de “Salud Mental”.

ARTICULO 23.- La salud mental se define dentro de la perspectiva integral de la salud que dispone el
Artículo 89 de la Ley General de Salud, como la condición biopsicosocial que le permite a la persona
emprender iniciativas y aprovechar oportunidades para preservar la vida y mejorar su calidad;
desarrollar y acrecentar sus capacidades; establecer relaciones afectivas interpersonales y convivir en
un contexto social organizado.

ARTICULO 24.- El Sistema de Atención de Salud Mental se organiza y desarrolla conforme a los
principios rectores derivados de la Ley General de Salud (42- 01) y la Ley de la Seguridad Social (87-
01), con un enfoque de redes.

ARTÍCULO 25.- La Red Nacional de Salud Mental está articulada dentro de los servicios del Sistema
Nacional de Salud en los espacios territoriales desarrollados por la SESPAS a nivel rural, municipal,
provincial o regional, en base a lo planteado en el Reglamento de las redes públicas antes mencionada.

ARTICULO 26.- La estructura de la Red Nacional de Salud Mental dispone de tres niveles de
atención: a) Un Primer Nivel, como puerta de entrada a la red de servicios que comprende las
modalidades de atención ambulatoria; centrado en la promoción de la salud mental y prevención de los
trastornos mentales; en acciones de vigilancia y en el seguimiento a pacientes cubriendo emergencias y
atención domiciliaria. b) Un Segundo Nivel, comprende acciones y servicios de atención ambulatoria
especializada de menor complejidad y aquellas que requieren internamiento de corta estadía para
atender a los pacientes referidos desde el primer nivel. c) Un Tercer Nivel, es el último nivel de
referencia de la Red y comprende todas las acciones y servicios de alta complejidad.

ARTICULO 27.- Los dispositivos que funcionan integrando la Red de Atención a la Salud Mental,
ejecutan las acciones en relación a las siguientes características especificas: a) Prioridad en las
acciones y servicios de carácter ambulatorio destinados a la promoción, asistencia, rehabilitación y
reinserción social en Salud Mental, garantizando la proximidad geográfica de los servicios a la
población. b) Internación de corto plazo en los hospitales generales. c) Coordinación interdisciplinaria,
interinstitucional e intersectorial de las acciones y servicios. d) Participación de la comunidad en la
promoción, prevención y rehabilitación de la salud mental. e) Proyección de equipos interdisciplinarios
de salud mental hacia la comunidad.

ARTICULO 28.- La Red de provisión de servicios de salud deberá crear en cada hospital general de
nivel especializado de menor complejidad, una Unidad de Intervención en Crisis, un servicio de
hospital de día e incluir servicios de atención a niños/as y adolescentes y de gerontología. Estos
servicios deberán ofrecerse con el concurso de los recursos humanos especializados existentes y en
forma Inter o transdiciplinario.

PARRAFO.- De no existir recursos humanos, la proveedora de servicios dispondrá la designación y


capacitación de los mismos.

ARTICULO 29.- La autoridad de aplicación deberá disponer de lo que sea pertinente para que se
establezcan programas permanentes especiales de atención a los problemas de relevante importancia o
que hasta la actualidad recibían una atención deficiente, entre las que se encuentran: a) Salud Mental
Infanto-Juvenil: Se establecerán unidades de intervención en Crisis Infanto-Juveniles en los
establecimientos especializados para esa población. b) Psicogeriatría: La atención a los problemas
psicogeriátricos se realizará desde cada uno de los recursos extra hospitalarios y hospitalarios de la
Red de Atención a la Salud Mental. c) Dependencias de sustancias y otros trastornos adictivos: la red
de salud mental participará en el sistema de atención e integración social del o la dependiente y
afectado/a de cualquier otro trastorno adictivo, configurado como una red asistencial de utilización
pública diversificada coordinándose con los centros de servicios generales, especializados y
específicos del sistema de salud público y privado. d) Servicios de atención a víctimas de violencia.

7.5 Código de ética del psicólogo:

CÓDIGO DE ÉTICA Y DISCIPLINA

Presentación

El Colegio Dominicano de Psicólogos (CODOPSI) presenta el conjunto de principios éticos que


regulan la práctica de la psicología en la República Dominicana, conforme a la Ley No. 22-01, de
fecha 1ro. de febrero del año 2001, que crea el CODOPSI y regula el ejercicio de la profesión de
psicólogo.

Los principios éticos que conforman este Código de Ética y Disciplina fueron elaborados por una
Comisión designada por el Comité de Estructuración. El presente Código fue conocido y aprobado en
sesiones de Asamblea realizadas desde el 28 de octubre de 2001 hasta el 12 de enero de 2002.

El Código de Ética y Disciplina del CODOPSI provee a los profesionales de la psicología los
principios éticos que le permitan conducirse y enfrentar situaciones de su competencia, procurando
siempre el bienestar y la protección de los individuos y de los grupos con quienes interrelacionan en su
quehacer profesional.

Antecedentes

El presente Código de Ética y Disciplina se basa en el Código de Ética de la Asociación Dominicana


de Psicología, Inc. (ADOPSI), el cual fue aprobado en sesiones de Asamblea realizadas desde el 25 de
marzo al 9 de abril del año 1980.

Capítulo I
Del ejercicio profesional
Art. 1. Todos/as los/as psicólogos/as deben estar provistos/as del exequatur correspondiente, tal
como lo prevé la Ley No. 111, sobre ejercicio profesional, y la Ley No. 22-01 que crea el Colegio
Dominicano de Psicólogos (CODOPSI), en su artículo 3 y sus párrafos.

Párrafo I. Los/as estudiantes que estén cursando asignaturas que les requieran desempeñar la función
de psicólogo/a sólo podrán hacerlo bajo la supervisión estricta, directa e inmediata de un/a psicólogo/a
debidamente registrado en el CODOPSI de la institución académica superior que otorgue, por lo
menos, el título de Licenciado en Psicología. En esas circunstancias, los estudiantes se regirán por este
Código, siendo dichas partes (estudiante, supervisor e institución), susceptibles de las sanciones
correspondientes frente a violaciones al mismo.

Párrafo II. Los egresados pendientes de título y/o exequatur sólo podrán desempeñar la función de
psicólogo/a bajo la supervisión estricta, directa e inmediata de un/a psicólogo/a debidamente
registrado/a en el CODOPSI. En esas circunstancias, ambas partes se regirán por este Código y serán
igualmente susceptibles de las sanciones correspondientes frente a violaciones al mismo.

Art. 2. Los/as psicólogos/as no deben denigrar a otros profesionales ni hacer uso de aspectos de su
vida privada que puedan ir en detrimento de su prestigio.

Art. 3. Los/as psicólogos/as no deben hacer uso de técnicas ni procedimientos en las que no estén
debidamente entrenados. Debe reconocer las limitaciones que su entrenamiento les impone y referir su
cliente o paciente a colegas de la misma u otra profesión, cuando el caso lo requiera, a la mayor
brevedad.

Art. 4. Los/as psicólogos/as deben denunciar al CODOPSI a cualquier persona que ejerza la
psicología sin cumplir con los requisitos establecidos por las leyes que rigen la materia y por el
presente Código.

Art. 5. Los/as psicólogos/as no deben ofrecer sus servicios profesionales a ninguna persona, a
sabiendas de que está recibiendo asistencia profesional de otro colega. En casos de extrema necesidad,
en ausencia del/la psicólogo/a a cargo, deberá prestarle sus servicios hasta tanto regrese el titular,
comunicándole de inmediato su intervención al primero.

Art. 6. El/la psicólogo/a no debe prolongar su intervención profesional innecesariamente. La


intervención sistematizada debe de estar en consonancia con el progreso del cliente o paciente.

Art. 7. El/la psicólogo/a que participe en situaciones de conflicto frente a segundas y terceras
personas debe definir la naturaleza y dirección de sus responsabilidades, así como mantener
informadas a las partes sobre su posición.

Art. 8. El/la psicólogo/a debe llevar un registro preciso, claro y objetivo de la labor profesional que
realiza.

Art. 9. La información que aparezca en el directorio telefónico y/o en anuncios debe limitarse a:
nombre; dirección; número de teléfono; el más alto grado académico obtenido en el área de la
psicología; áreas de especialidad; servicios profesionales que ofrece; y horario de oficina.

Art. 10. Cuando el/la psicólogo/a, en su condición de tal, participe o aparezca públicamente en
promociones comerciales donde se recomiende el uso o compra de artículos, productos o servicios
debe tomar en cuenta su responsabilidad moral y social ante la comunidad, a fin de prevenir
situaciones que puedan general trastornos de comportamiento.

Párrafo: Cuando el/la psicólogo/a labore en los medios de comunicación debe estar igualmente
consciente de su responsabilidad moral y social ante la comunidad.
Art. 11. Cuando el/la psicólogo/a deba evaluar el trabajo profesional de un colega, a solicitud de un
organismo o autoridad competente, está obligado a rendir un reporte escrito verídico y objetivo.

Capítulo II
De las declaraciones y actividades públicas

Art. 12. Toda declaración, pública o privada que haga un psicólogo/a en su condición de tal, debe
caracterizarse por su claridad, precisión y objetividad.

Art. 13. Cuando se ofrece información a personal no especializado acerca del uso de procedimientos y
técnicas psicológicas debe especificarse que dicha información sólo deberá ser utilizada por personas
debidamente entrenadas en ellos.

Art. 14. Cuando el/la psicólogo/a participe en comisiones, jurados u otras actividades públicas deberá
conducirse en consonancia con los principios éticos y la conducta moral de la comunidad social y de
este Código. Deberá rechazar su participación cuando considere que su presencia puede confundir al
publico con relación a la imagen de la psicología y del/la psicólogo/a.

Capítulo III
De la confidencialidad

Art. 15. Es responsabilidad del psicólogo/a mantener bajo estricta confidencia los datos que pueda
obtener como resultado de su actividad profesional.

Párrafo: Cuando se utilicen técnicas que incluyan observadores externos (por ejemplo: uso de la
Cámara de Gesell), los/as psicólogos/as a cargo deberán velar por la confidencialidad de la
información obtenida. La violación a la misma será responsabilidad de ambos.

Art. 16. La información que el/la psicólogo/a obtenga como resultado de su actividad profesional,
será considerada confidencial y sólo podrá ser revelada cuando exista el consentimiento escrito de la
persona que origina dicha información. Sólo podrá ser revelada, sin autorización, a familiares,
profesionales o autoridades competentes cuando exista un peligro inminente para el individuo o para
terceros.

Art. 17. El/la psicólogo/a debe planificar la guarda de los registros y datos obtenidos como resultado
de su ejercicio profesional para mantener la confidencialidad, en caso de retiro, incapacidad o muerte.

Párrafo: En caso de incapacidad o muerte del profesional, el Consejo de Ética y Disciplina del
CODOPSI asumirá la custodia y administración de los archivos pertenecientes al mismo, garantizando
de esta manera, la protección de dicha confidencialidad. Al cabo de cinco años, esta información será
destruida por dicho Consejo, salvo que la legislación vigente en ese momento dictamine otra medida.

Art. 18. En caso de que el/la psicólogo/a necesite hacer una consulta a otro colega, deberá mantener
en confidencia la identidad del paciente o cliente. El/la psicólogo/a consultado/a debe mantener los
mismos criterios de confidencialidad.

Art. 19. La información recibida por un/a psicólogo/a de una tercera persona sobre un cliente o
paciente sólo deberá ser transmitida al cliente o paciente con la autorización expresa del informante.

Art. 20. En la presentación de casos y en la divulgación de los resultados de investigaciones, la


información deberá ofrecerse de manera objetiva y sin presentar datos que permitan la identificación
de los clientes, pacientes o participantes.
Capítulo IV
De la relación con el cliente o paciente

Art. 21. El/la psicólogo/a debe limitar su ejercicio profesional a las necesidades reales del cliente o
paciente.

Párrafo: El/la psicólogo/a no debe aprovechar las circunstancias de los clientes o pacientes en
relación a los trabajos a realizar ni las situaciones personales para exigir condiciones de trabajo
especiales ni remuneraciones superiores a las que habría obtenido en condiciones normales ni fomentar
la dependencia.
Art. 22. Al inicio de su intervención, el/la psicólogo/a debe informar a sus clientes o pacientes la
finalidad, limitaciones y alcances de sus servicios profesionales. En caso de que haya algún riesgo
físico, emocional o de otra índole, deberá poner a sus clientes o pacientes al tanto de la situación.

Art. 23. El/la psicólogo/a debe dar a conocer el monto de sus honorarios profesionales desde la
primera sesión de trabajo, así como un estimado del número de sesiones que requerirá su
intervención. En caso de que los honorarios sean globales, deberá informarlo antes de desarrollar sus
actividades.

Art. 24. Los/as psicólogos/as deben evitar las insinuaciones, contactos o relaciones de naturaleza
sexual con clientes o pacientes, por ser considerados altamente ofensivos a la ética profesional. En el
caso de riesgo de violación de este artículo, el/la psicólogo/a debe descontinuar la relación profesional
y referir el caso a otro/a psicólogo/a.

Capítulo V
Del intercambio científico y profesional

Art. 25. El/la psicólogo/a debe respetar el campo de otra profesión, no invadiendo el mismo ni
usurpando funciones que no le corresponden. Al trabajar en equipos multidisciplinarios, el/la
psicólogo/a debe limitarse a su área específica de trabajo.

Art. 26. El/la psicólogo/a debe colaborar con las instituciones que desarrollen actividades
relacionadas con la psicología, con el fin de contribuir a la proyección de la psicología y del
CODOPSI.

Art. 27. El/la psicólogo/a no debe fomentar conflictos ni tensiones con profesionales ni clientes o
pacientes, que puedan ocasionar detrimento de la clase. En caso de que el psicólogo tenga conflictos
profesionales con otros psicólogos, profesionales de otras áreas, no profesionales que ejerzan,
clientes y/o pacientes, debe canalizarlos a través del CODOPSI.

Capítulo VI
De los derechos humanos

Art. 28. El/la psicólogo/a debe fomentar el respeto irrestricto a los derechos humanos y denunciar
cualquier violación a los mismos.

Art. 29. El/la psicólogo/a debe acatar los principios profesionales y éticos en la práctica de la
psicología para así evitar que las técnicas y métodos psicológicos puedan ser utilizados en perjuicio de
los derechos humanos.

Art. 30. Todo/a psicólogo/a debe evitar la complicidad activa o pasiva, directa o indirecta en acciones
que violen los derechos inalienables de las personas.

Art. 31. El/la psicólogo/a debe rechazar su participación en actos de represión o tortura.
Capítulo VII
Del material psicométrico

Art. 32. Los materiales de evaluación psicológica deben estar bajo el estricto control de psicólogo
psicólogos/as, orientadores/as o técnicos en psicometría. El uso y la aplicación de los mismos deben
ser realizados por profesionales debidamente entrenados en el manejo especifico de ella, de acuerdo a
la clasificación siguiente:

Categoría A: Las pruebas estructuradas de inteligencia, intereses y hábitos de estudios, entre otras,
deben ser aplicadas e interpretadas por psicólogos/as, orientadores/as o técnicos en
psicometría. Ejemplos: Otis, Kuder, PIP.

Categoría B: Las pruebas estructuradas para la evaluación neuropsicológica, de la personalidad, la


conducta y el aprendizaje deben ser aplicadas e interpretadas solamente por psicólogos/as. Ejemplos:
Escalas Wechsler, Bender, Woodcock-Johnson, 16 FP, MMPI, Millon Test.

Categoría C: Las pruebas proyectivas deben ser aplicadas e interpretadas solamente por psicólogos/as
clínicos/as. Ejemplos: TAT, Rorschach, CAT, Pata negra.

Art. 33. Cuando se informa al cliente o paciente, a sus familiares o a profesionales de otras áreas
sobre una evaluación psicológica solo deberá darse una interpretación de los resultados que sea
comprensible a la persona a quien va dirigida.

Párrafo. Cuando se informa a un/a psicólogo/a sobre una evaluación psicológica realizada a un cliente
o paciente se debe incluir los resultados y la interpretación de los mismos.

Art. 34. Las pruebas psicológicas a ser publicadas deberán ofrecerse sólo a editores especializados
que los manejen de una manera profesional y que controlen su distribución; y se deben incluir todos
los datos relativos a su tipificación, validez, confiabilidad y formas de uso.

Art. 35. La distribución, venta y uso del material psicométrico debe ajustarse estrictamente a lo
previsto por la Ley No. 22-01 que crea el Colegio Dominicano de Psicólogos (CODOPSI) y regula el
ejercicio de la profesión de psicólogo en la República Dominicana y por la ley de derecho de autor
vigente en el país.

Art. 36. La distribución, venta y adquisición de material psicométrico debe estar restringida a las
personas e instituciones debidamente autorizadas por el CODOPSI.

Párrafo. Cuando la solicitud de adquisición de dicho material sea hecha por una institución, deberá
estar acompañada de documentación probatoria de que en la misma existe personal calificado para
utilizar tales pruebas y que el mismo se responsabiliza de su uso y supervisión adecuados.

Capítulo VIII
De las sanciones

Art. 37. El Tribunal Disciplinario y el Tribunal Superior del CODOPSI, podrán recomendar las
sanciones siguientes, de acuerdo a si el tipo de falta cometida es leve, grave o muy grave[1]:

a) Advertencia
b) Amonestación privada
c) Amonestación pública
d) Suspensión temporal o definitiva del CODOPSI
e) Solicitar al Poder Ejecutivo la suspensión temporal de su exequatur
f) Solicitar al Poder Ejecutivo la cancelación definitiva de su exequatur.
Párrafo I. Se consideran faltas leves:

a) El incumplimiento de las normas establecidas por el CODOPSI sobre la documentación


profesional (título, exequatur y registro en el CODOPSI) y su colocación en lugar visible de su área de
trabajo.
b) La desatención a los requerimientos de informes y otros documentos que hagan el CODOPSI,
instituciones y/o personas a las que las leyes así le amparen.
c) La falta de respeto a los demás colegas, siempre que las ofensas no trasciendan al ámbito
público.
d) La infracción del secreto profesional en el ámbito de consulta con colegas, con perjuicio para
terceros.
e) El incumplimiento de las normas sobre la publicidad profesional.

Párrafo II. Se consideran faltas graves:

a) La acumulación de tres o más sanciones leves en el período de un año.


b) La infracción del Código de Ética y Disciplina del CODOPSI.
c) Las ofensas a los colegas que trasciendan al ámbito público.
d) Los actos y omisiones que atenten a la moral, la dignidad y el prestigio de la profesión y/o del
CODOPSI.
e) La infracción del secreto profesional que trascienda al ámbito público, con perjuicio para
terceros.
f) La emisión de informes y/o expedición de certificados faltando a la verdad.
g) Los actos que supongan competencia profesional desleal contra los colegas.
h) El incumplimiento de los deberes que correspondan a los cargos electos en los organismos del
CODOPSI.
i) La infracción de las normas éticas establecidas en el Código de Ética y Disciplina del
CODOPSI.

Párrafo III. Se consideran faltas muy graves:

a) La reiteración de alguna de las faltas graves que se hubieren cometido durante el año siguiente a
su corrección.
b) Cualquier conducta que corresponda a delitos dolosos, en materia profesional.
c) El atentado contra la dignidad de las personas durante el ejercicio profesional.

Capítulo IX
De la aplicación

Art. 38. El presente Código aplica a todos/as los/as psicólogos/as, colegiados o no, que ejerzan la
profesión en la República Dominicana.

Art. 39. El/la psicólogo/a y el CODOPSI deben procurar por todos los medios legales a su
disposición, que el presente Código sea respetado por todos los profesionales de la psicología que
ejerzan en el país.

También podría gustarte