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LA ABOLICIÓN DE LA SERVIDUMBRE EN LA RUSIA ZARISTA

Por Ana Sanchez

El Código Legal de 1649 del zarismo, había institucionalizado la servidumbre. Eso significó que el
campesino ruso pasó a estar legalmente “atado” a la tierra y privado de casi todos sus derechos,
aunque todavía no podía ser comprado ni vendido.

Bajo ese código, los campesinos podían pertenecer tanto a la corona, como a la iglesia o a la
nobleza; como si no fuera poco, estaban obligados a pagar una parte de su cosecha a los señores a
los que servían, a quienes debían exclusividad.

El establecimiento de la servidumbre generó resistencias. Hubo numerosas huidas de campesinos


hacia Siberia y Ucrania, también se dieron revueltas y levantamientos.

Pero la situación de los campesinos incluso empeoró hacia el siglo XVIII. En tiempos de Catalina II
se extendió la condición servil a los campesinos de más regiones y áreas que hasta el momento se
habían visto libres, como es el caso de Ucrania. Pero, además, los siervos perdieron los pocos
derechos que tenían, como el de quejarse directamente al zar de los abusos y excesos de sus
señores. A partir de este momento, los siervos podrían ser vendidos como objetos, al mejor postor.
Así se llega al siglo XIX, con una Rusia absolutamente polarizada: una nobleza minoritaria, el
zarismo, frente a una gran masa campesina bajo servidumbre.

¿Cómo vivían los “siervos”?

Había distintos tipos de servidumbre: siervos domésticos, siervos sometidos a la corvea (trabajo
gratuito en las tierras del noble), siervos sometidos al pago de una renta, entre otros. Todos
compartían la extrema situación de pobreza en la que vivían y las carencias a los que los sometían a
diario. Los siervos no sabían ni leer ni escribir, eran analfabetos. La servidumbre se mantenía con
permanentes castigos corporales contra los campesinos, y si eran llamados al servicio militar, tenían
que estar disponibles. De alguna manera, aquél que poseía más servidumbre en la antigua Rusia,
era el que tenía más poder.

Causas

La derrota en la guerra de Crimea (1853-1856) puso de manifiesto la debilidad del gigante ruso. Su
inferioridad militar se explica, entre otras cosas, por la nula industrialización que reinaba en el país.
No poseían ferrocarriles y muchos siervos se negaron a combatir como soldados en aquella guerra.

Así fue como el zar, Alejandro II, fue aconsejado en que tenía que impulsar ciertas reformas que
apostaran a la industrialización, para eso era necesaria la emancipación de los siervos, para así
también evitar mayores revueltas y levantamientos.

Consecuencias

Finalmente, el 3 de marzo de 1861 (del calendario gregoriano) se firmó un decreto que abolía la
servidumbre y se emancipaba a los siervos. A partir de ese momento podrían moverse libremente,
estar en su casa y acceder a un lote de tierra equivalente al que tradicionalmente trabajaban.
Pero esto no era gratuito. Durante dos años debían pagar impuestos con trabajo para compensar por
su “libertad” al dueño de la tierra, para lo cual el zarismo otorgaría préstamos.

En realidad, la tierra pasaba a ser propiedad de la comunidad campesina o mir. Los mir eran
extensiones de tierra de propiedad comunitaria que se labraban en común, esa tierra estaba dividida
en parcelas que se asignaban a cada familia en función de su tamaño, quienes cultivaban las
parcelas y pagaban un impuesto al mir, el resto de lo que obtenían podía conservarlo. Además el mir
era responsable ante el gobierno por el pago de los impuestos de la comunidad. Sus asuntos
estaban controlados por un alcalde, quien finalmente se convierte en el responsable legal de que los
campesinos pagasen a sus antiguos amos el importe de su liberación.

La emancipación de la servidumbre no soluciona los problemas de los campesinos por el alto precio
que tuvieron que pagar como indemnización.

Desde el punto de vista económico, la liberación de los siervos tampoco llevó a una modernización
del campo, ya que no introdujeron la mecanización necesaria para dar el salto de una revolución
agrícola. De esta manera, la productividad del campo ruso siguió siendo baja y las condiciones de
vida de los millones de campesinos que vivían bajo el poder del Zar, no mejoraron.

Si bien la abolición de la servidumbre fue una medida importante que ya se estaba tomando en otros
países del mundo, no resolvía el problema del atraso en Rusia. Las condiciones de vida de los
campesinos y la opresión del zarismo, serán motivos que empujarán a la revolución de 1905 y que
finalmente avanzarán con la revolución de octubre de 1917.
POTENCIAL UNION DE FUERZAS REVOLUCIONARIAS:
TRABAJADORES Y CAMPESINOS RUSOS ANTES DE
FEBRERO DEL 1917
Rusia tenía una importante extensión territorial, millones y millones de campesinos pobres, y una
pequeña clase obrera muy concentrada entre las ciudades de Moscú y Petrogrado. De cómo se
estas fuerzas revolucionarias bajo el zarismo y forjaron la revolución.

Por Ana Sanchez

Bajo el dominio de los Romanov, Rusia era un país rezagado. Cuatro partes de cinco (4/5) de las clases
populares, eran campesinos. El proletariado se reducía a 2 millones de obreros hacia el año 1917. Era una clase
obrera muy joven, que se había concentrado en centros urbanos y había crecido mucho, cuantitativamente, en
poco tiempo.

Estaban sometidos a unas condiciones de vida muy duras: vivían hacinados en barracones, sin condiciones
sanitarias y con jornadas de hasta dieciséis horas. Además tenían prohibido cualquier tipo de organización
obrera o cualquier reunión para discutir sus problemáticas.

Entre la revolución de 1905 y la Primera Guerra Mundial que se inicia en 1914, en menos de diez años, Rusia
había duplicado su producción industrial. Aun así, la riqueza por habitante seguía siendo 8 veces menor a la que
tenía, por ejemplo, EE.UU. Pero, la gran industria en Rusia (fábricas entre cien y mil obreros) representaba el
41,4%, mucha más concentración obrera que en los países capitalistas centrales, incluso si se analiza Petrogrado
o Moscú, las fábricas podían tener aún una concentración más alta.

Pero en Rusia no fue como en otros países de Europa. La burguesía nacional casi no existía. Más del 40% del
capital era de origen extranjero. La gran concentración industrial pertenecía, casi por completo, a capitalistas
extranjeros que tenían poder e influencia política en sus propios países y no les interesaba ser parte del poder en
Rusia, siempre y cuando los Romanov y sus socios les garantizaran los negocios. Esto explica, de alguna
manera, por qué no había espacio para el desarrollo de una revolución burguesa “clásica” contra la nobleza,
como la francesa, por ejemplo.

Una clase obrera “joven” con mucha experiencia de lucha

Relata Trotsky en su obra Historia de la Revolución Rusa: “el proletariado ruso había de dar sus primeros
pasos bajo las condiciones políticas de un Estado despótico. Huelgas ilegales, organizaciones subterráneas y
clandestinas, manifestaciones callejeras, choques con la policía y el ejército: tal fue su escuela”.
Entre 1903 y 1917 hubo millones de obreros que fueron a la huelgas, un promedio de 500 mil por año, con
picos huelguistas tanto en la Revolución de 1905, como en los inicios de la Primera Guerra Mundial, donde eran
más de un millón los huelguistas. Rápidamente esas huelgas se transformaron en huelgas políticas, no sólo
exigían mejores condiciones de trabajo y poder tener acceso a alimentos y elementos básicos que escaseaban,
sino que también se enfrentaban al Zar.

Hay que destacar la participación de las mujeres en estos movimientos huelguistas. Ellas habían entrado
masivamente a las fábricas cuando los hombres tuvieron que ir a la guerra. En Petrogrado, entre 1914 y 1917,
las mujeres trabajadoras eran un tercio de la fuerza laboral total. Se estaban convirtiendo en parte de la
maquinaria de producción capitalista a gran escala en Rusia. En las fábricas la conciencia de las mujeres
trabajadoras crecía, como entre las textiles, por ejemplo, que fueron quienes primero salieron a la huelga el 8 de
marzo, Día Internacional de la Mujer, que fue nada menos que el inicio de la Revolución de febrero de 1917.
¿Y qué pasaba con los campesinos?

Los trabajadores rusos tenían en sus manos el control de grandes industrias que amasaban millones para los
capitalistas extranjeros y que además, eran importantes para el desarrollo y el desempeño bélico del gigante
asiático en la Primera Guerra Mundial. Esto significaba un enorme poder. Pero eran minoría.

El 80% en Rusia eran campesinos, que estaban desperdigados por la enorme extensión territorial, que además
comprendía diferentes nacionalidades, culturas, dialectos, etc. En su gran mayoría seguían siendo analfabetos y
vivían en condiciones miserables.

Si bien la servidumbre se había abolido por decreto en Rusia en 1861, la agricultura seguía siendo igual que
durante los últimos dos siglos. La vida en los campos de Rusia estaba al margen de las transformaciones
agrícolas que se habían producido en la mayoría de los Estados de Europa, por eso en las zonas rurales
predominaban todavía las formas antiguas de explotación de la tierra.
Además, la mayor parte propiedad de la tierra estaba en manos de la nobleza, esto representaba un gran
problema a la hora de producir eficazmente para alimentar a una población en crecimiento continuo y en guerra.
Así, el campo seguía siendo el centro de profundas contradicciones.

Si bien había tierra suficiente para que se cultivara de forma rentable, la forma de explotar el campo debía pegar
un salto en la utilización de la nueva tecnología; pasar de usar el viejo arado de madera, a incorporar el nuevo
tractor.

Luego de la Revolución de 1905, se sancionaron nuevas leyes para la explotación del campo. En 1906 fue
implantada una cierta reforma, que finalmente lo que hizo fue beneficiar a una nueva clase de hacendados
capitalistas. Mediante la nueva ley, se podrían subdividir las parcelas comunales en las que se organizaba la
explotación de la tierra y venderlas. Esto ayudaba a que los campesinos acomodados se hiciesen de latifundios y
pasaran a ser una nueva clase social poderosa.

Además, esta situación generó también que muchos campesinos se vieran expulsados a las ciudades y éstas
rápidamente se superpoblaron, su crecimiento era exponencial. Los que se quedaron viviendo de la tierra fueron
empobrecidos aún más cuando 10 millones de ellos fueron convocados para la I Guerra Mundial.

Trotsky afirma en Historia de la Revolución Rusa que “si la cuestión agraria, herencia de barbarie de la veja
historia rusa, hubiera sido resuelta por la burguesía, el proletariado ruso no habría podido subir al poder en
1917. Para que naciera el Estado soviético, fue necesario que se coordinasen recíprocamente dos factos de
naturaleza histórica complemente distinta: la guerra campesina, movimiento característico de los albores del
desarrollo burgués, y el alzamiento proletario, el movimiento que señala el ocaso de la sociedad burguesa. Fruto
de esta unión fue el año 1917”.

Los campesinos presionan al gobierno por sus demandas

Tras la insurrección de febrero las masas campesinas comenzaron adaptándose al nuevo régimen y le otorgaron
un voto de confianza a los socialistas revolucionarios y a los mencheviques. Fue la presión sobre el gobierno el
medio utilizado para pelear por sus demandas de paz y tierra. Los primeros desórdenes tuvieron un tinte
pacífico, al menos en sus formas.

Las masas campesinas estaban dispuestas a esperar la Asamblea Constituyente (como planteaban los social-
revolucionarios (SR) en el gobierno de coalición), siempre a condición de que también lo hicieran los
terratenientes. Las confiscaciones y amenazas tenían ese objetivo. En los primeros meses los campesinos hacen
sus primeras incursiones sobre el campo de sus enemigos terratenientes, cortan su leña, mandan sus vacas a los
pastizales, segan el heno del patrón. Primero espontáneas, estas acciones tomaban poco a poco un carácter más
sistemático y se convertían en auténticas confiscaciones.

Durante abril y mayo todavía no estaba determinada la forma que iba a adquirir todo el proceso.
CÓMO VIVIÁN LOS CAMPESINOS DESPUÉS DE LA
REVOLUCIÓN DE FEBRERO
SUMIDOS EN UNA ENORME POBREZA, PRECARIEDAD Y ANALFABETISMO LOS CAMPESINOS
PARTICIPARON EN EL PROCESO INICIADO CON LA REVOLUCIÓN DE FEBRERO. PERO ¿QUÉ
CONQUISTAS OBTUVIERON DE ESA REVOLUCIÓN?

Por Ana Sánchez

Rusia era un país de mayoría campesina, quienes sobrevivían trabajando la tierra con métodos arcaicos. Las
tierras no les pertenecían; eran del Zar, de la nobleza, de la iglesia. Sumidos en una enorme pobreza,
precariedad y analfabetismo los campesinos participaron en el proceso iniciado con la revolución de febrero.
Pero ¿qué conquistas obtuvieron de esa revolución?

La Revolución de Febrero tuvo su epicentro en Petrogrado, con la disposición de obreros y obreras que ya no
quería seguir sufriendo hambre, ni guerras, ni soportar las miserias que imponía al pueblo pobre y trabajador el
zarismo. El resto de Rusia no tuvo una intervención tan destacada como la que se dio en la ciudad de
Petrogrado, pero si adhirieron a las medidas tomadas en los primeros días. Habrá que esperar un tiempo para ver
las repercusiones en el campo.

Cuenta Trotsky que “en las primeras semanas que siguieron a la revolución de Febrero el campo apenas se
movió ni dio señales de vida. Los elementos más activos se hallaban en el frente. Las viejas generaciones que se
habían quedado en casa se acordaban demasiado bien de que la revolución solía acabar en expediciones
represivas. El campo permanecía mudo, y la ciudad, en vista de esto, no se acordaba del campo. Pero el
fantasma de la guerra campesina se cernía ya desde los días de marzo sobre las casas señoriales.” (Historia de la
Revolución Rusa, Trotsky)
Los terratenientes, por su parte, boicoteaban la revolución. Tenían miedo por medidas que podrían afectar sus
intereses, entonces no sembraban los campos. Eso generaba crisis de subsistencia. Querían rematar sus tierras
antes de perderlas en alguna expropiación. Los kulaks o campesinos acomodados propietarios, se apuraban a
comprarlas, porque sacaban el cálculo de que si el gobierno provisional tomaba alguna medida como la
expropiación de tierras, a ellos no los afectarían porque técnicamente eran “campesinos”.

Los campesinos más pobres (mujiks) veían estas maniobras de los terratenientes y de los kulaks y estaban
desesperados pidiendo por favor al gobierno provisional que intervenga. Kerenski respondía a los mujik,
quienes llegaban a la ciudad con estas peticiones: “He dicho que se haría, y, por lo tanto se hará… No tiene
usted por qué mirarme con esos ojo desconfiados” (Historia de la Revolución Rusa, Trotsky)
Pero, los campesinos profundizan su desconfianza en el gobierno provisional, que hasta el momento no había
tomado ni una sola medida que los beneficie. Solo se habían conformado, por decreto del gobierno, los comités
agrarios, organismos estatales que tenía como objetivo preparar las reformas agrarias que se debatirían en la
asamblea constituyen, que aún no tenía fecha.

La paciencia empieza a acabarse y comienzan a llegar noticias a la ciudad: entran en escena los campesinos.

Primeras acciones directas en el campo

Uno de los comités de la provincia de Charkov decide realizar registros en las casas de los terratenientes para
confiscarles las armas. En Kaschira el comité excita a la población a ocupar sin indemnización las tierras de la
iglesia. En Smolensk se confiscan tierras de curas y frailes. Cerca de la provincia de Kazán los campesinos les
llevaban a los obreros, las semillas, todo lo que encontraban en las casas señoriales y no permitían al
terrateniente talar sus bosques y lo amenazaban de muerte.

Los terratenientes manifestaban su terror: “Aquí reina la más absoluta impunidad, todo el mundo hace lo que
quiere. En el campo no se conocen las determinaciones del gobierno provisional. En cambio, las proclamas de
los bolcheviques llegan a todas partes”. (Historia de la Revolución Rusa, Trotsky)
El gobierno provisional respondía pidiendo a sus soldados que “pongan fin con todo el rigor de la ley a
cualquier manifestación de violencia o de despojo que se produzca”. (Historia de la Revolución Rusa, Trotsky)
Mientras tanto, el gobierno provisional demoraba el llamado a la asamblea constituyente. Hasta meses después
de la revolución de febrero, en Rusia seguía intacta la propiedad del campo en manos de los terratenientes. Los
campesinos no habían obtenido ningún beneficio de parte del nuevo gobierno provisional.

Socialrevolucionarios y mencheviques dirigiendo a los campesinos

En estos primeros momentos, después de la revolución, el campesinado mantenía una fuerte confianza en el
partido de los socialistas revolucionarios y en los mencheviques, quienes integraban el gobierno provisional de
coalición.
Estos partidos eran mayoritarios en los comités agrarios organizados por el propio gobierno provisional, donde
dirigían, a través de sus intelectuales y con el apoyo de los mujik. Allí no tenían casi representación los sectores
más explotados del campo, ni los campesinos pobres, ni los jornaleros.

Entre los socialrevolucionarios se encontraba Kerenski y Chernov, el ministro de agricultura, quienes


integraban el gobierno que post revolución, no había garantizado ninguna medida a favor de los campesinos.
Por eso, durante los primeros meses después de la revolución, “la aplastante mayoría de los campesinos se
abstenía todavía de emplear la violencia directa contra los terratenientes y apoderarse descaradamente de sus
tierras” (Historia de la Revolución Rusa, Trotsky). Los que dirigían a los campesinos no tenían interés en que se
desatara una guerra en el campo porque podía volverse contra sí mismos y afectar sus intereses.

Pero, ya lo afirmará Lenin en sus “Tesis de Abril” que ayudarán a dar un giro en la política de los bolcheviques:
no dar ningún apoyo al gobierno provisional y adoptar el programa de la reforma agraria.

Los campesinos no podían esperar nada del gobierno provisional, ni de los partidos que colaboraban con él. La
historia les dará la razón cuando, más adelante, se unan con los obreros en la Revolución de Octubre y ,
finalmente, tomen el cielo por asalto.

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