Está en la página 1de 5

Sergio de la Peña y Teresa Aguirre: De la Revolución a la Industrialización Heriberto Escobar

147032

A manera de conclusiones

Se trata de un periodo de intensa modernización que, a la vez, dice el autor, es parcial y


excluyente. Se da un incremento en la dependencia a los países desarrollados y se
registra un empobrecimiento en la mayoría de la población. La vida de las comunidades
presenta como síntoma una pérdida de autonomía.

En un periodo dinámico (a nivel global) la necesidad de lazos con el exterior se


convierte en la tarea central. La búsqueda de infraestructura para agilizar el intercambio.
Cómo ejemplo está la construcción de la red ferroviaria que pretendió, y logró,
comunicar y agilizar los intercambios con el exterior, dándole una nueva dimensión al
mercado interno. Esto quiere decir que el crecimiento de producción estaba centrándose
en la exportación y esto dio diferentes respuestas regionales ya que las unidades
productivas estaban regidas bajo diferentes condiciones de vida y de trabajo. En el
centro y sur del país la hacienda ejercía mayor presión sobre las comunidades indígenas,
control de tierra y agua, y mano de obra. Mientras que en el norte la lucha era por el
control del agua y la hacienda coexiste con el rancho.

Para esta época la actividad económica del país es controlada por unas cuantas familias,
que trasladan el capital de la actividad agrícola, la minería y el comercio hacia la
industria y el servicio. Es por esto que a este periodo se le conoce como un periodo
oligárquico-dependiente, quienes poseen los medios y los modos, en términos de
Borisov. Mientras que la mediana y pequeña empresa funcionan están limitadas. Se
mantienen relaciones serviles, precapitalistas, articuladas con la relación salarial.

El proceso de industrialización tuvo que superar algunos obstáculos, entre los que
merecen mencionarse: la falta de incremento de la productividad agraria, la ausencia de
producción interna de bienes de capital, y la carencia de un sistema financiero eficaz y
accesible a la mediana y pequeña empresa. La industria nace dependiente de la
importación de la tecnología y su desarrollo se basó en la producción de bienes de
consumo. Y cómo no se estimuló la formación y capacitación de la fuerza de trabajo, la
disciplina laboral se imponía por castigos. Como resultado, estructuras económicas no
competitivas.

Las empresas orientadas al mercado interno tenían menores beneficios que las
orientadas a la exportación. La competitividad de mercancías mexicanas se había
obtenido por una política monetaria y por “bajos salarios” y estas impactaron
Sergio de la Peña y Teresa Aguirre: De la Revolución a la Industrialización Heriberto Escobar
147032

negativamente el mercado interno. La incompleta difusión de la relación salarial en el


campo y en las propias fábricas, los limitados jornales monetarios, vinculados con
tiendas de raya (establecimientos de crédito para abastecimiento básico, ubicadas junto
a fábricas o haciendas donde el obrero tiene la obligación de realizar sus compras), se
traducen en baja capacidad adquisitiva de asalariados, limitando directamente el
mercado interno. Fenómeno que muestra consecuencias a principios del siglo XX en
una reducción de la calidad de vida, y consecuentemente en la esperanza de vida (de 32
años en 1900 a 30 años en 1910), en términos simples, un aumento en las tensiones
sociales.

“El sistema político es autoritario, aunque se realicen elecciones, no existe libertad de


expresión, aunque esté garantizada constitucionalmente, ni hay un sistema moderno de
representación formal; el ciudadano en pleno sentido de la palabra, tiene una existencia
limitada pues carece de las libertades individuales mínimas: de expresión, asociación y
movimiento” [ CITATION del06 \l 2058 ]. Conforme se consolida el poder central se va
cerrando, los caciques y caudillos regionales son destituidos del poder, lo que condujo a
una extrema concentración del poder eliminando los espacios de participación, sobre
todo, en los grupos norteños que tenían todo para el ascenso económico. Eh aquí el
porqué durante la revolución se expresan de manera inmediata demandando la tierra y la
democracia.

Es entonces que los autores deciden etiquetar a este proceso como una “revolución
democrático-burguesa”, que inducía el desarrollo del capitalismo por una vía
democrática. Las demandas sociales y la participación popular llevaron adelante
cambios que permitieron después establecer derechos sociales.

El periodo comprendido entre 1920 y 1940 es uno de los más complejos e importantes
en la historia contemporánea mexicana. Es aquí cuando se crean las bases jurídicas e
institucionales para una reestructuración del modelo de desarrollo primario-exportador.
Esta actividad sigue predominando en los años veinte, pero su declive inicia a mediados
de década, y con la crisis mundial de 1929-1933 y el cierre de mercados mundiales; se
acelera la transición a un modelo de crecimiento industrial. Los principales objetivos de
los años veinte son la estabilización y reconstrucción del Estado y la economía. Lo que
importaba era la unificación de la sociedad. El estado parte de la creación de obras de
infraestructura, sistemas bancarios (Banco de México y Banco Nacional de Crédito
Agrícola) y también una reforma de la política fiscal. La reforma agraria avanza
Sergio de la Peña y Teresa Aguirre: De la Revolución a la Industrialización Heriberto Escobar
147032

lentamente y tiene un contenido más político que económico. Después los campesinos y
obreros crean organizaciones y asociaciones que representan sus intereses, cómo la liga
de comunidades agrarias y los sindicatos que tienden a ampliar su funcionamiento en
todo el país.

La crisis de 1929-1933 que debilitaron la unión con el mercado mundial y se da una


reorientación de los precios relativos, favoreciendo la producción de manufacturas
nacionales. En agosto de 1931 se aprueba la ley federal del trabajo. En medio de la
asfixia empresarial, la gran desocupación y el descrédito en que se había caído la
CROM, el movimiento obrero consiguió establecer una serie de reglas de las jordanas
laborales, consiguiendo derecho a vacaciones, contrato colectivo, cláusula de exclusión,
trato especial a mujeres, reconocimiento de enfermedades, obligación empresarial de
dar vivienda, servicios médicos y medicamento para el trabajador y su familia. Lo que
se traduce en un salario no monetario, que luego sería cubierto de manera tripartita por
empresarios, obreros y Estado con la creación del IMSS y el Infonavit, además del costo
de la educación.

La mayoría de los países adoptaron políticas proteccionistas a causa de la crisis de


1929-1933 y esto redujo de manera considerable los flujos comerciales. En tanto
México, el cardenismo representa una ruptura radical del modelo primario exportador,
las reformas permitieron reorientar la vía de crecimiento. El proyecto de modernidad
cardenista privilegia el impulso al mercado interno; bajo la forma de ejidos colectivos
jugará un papel estratégico, potenciando las posibilidades de desarrollo agrícola e
industrial. Así se inscribe a los campesinos a un proceso de modernización.

Con las reformas cardenistas la participación del Estado hace posible el profundizar en
la economía, y una intervención directa en las actividades productivas como propietario
de empresas y ramas estratégicas. Aquí se da la expropiación del petróleo y la creación
de instituciones económicas estatales que tienden a controlar la infraestructura
económica y financiera. Y en los 20 surge la Comisión Federal de Electricidad entre
otros sistemas bancarios. Durante el cardenismo también se redefinen las relaciones con
agentes económicos y con el exterior, bajo una perspectiva nacionalista-estatista. La
industrialización debía ser impulsada por la mediana y pequeña empresa.

Es la estructura social la que crea las condiciones del corporativismo. Esto explica
porqué en el cardenismo se realiza la alianza entre el Estado y organizaciones de masa
Sergio de la Peña y Teresa Aguirre: De la Revolución a la Industrialización Heriberto Escobar
147032

que culminaron con la creación de la CTM (1936), CNC (1938) y la incorporación en el


PRM (1938). “Esta conducta política expresa el proceso desigual de maduración política
de la sociedad y la dificultad para lograr la autonomía política”[ CITATION del06 \l
2058 ]

Hasta 1940 se va a fortalecer la viabilidad de una rápida industrialización. Esto se


desarrolla sobre todo con base en la producción de bienes de consumo inmediato y en
las llamadas ramas tradicionales. Aunque las tasas de crecimiento que registra el país, la
producción y la productividad no lograr crecer al mismo ritmo que el incremento de la
demanda, resultando en un crecimiento de inflación. La demanda externa e interna
exigen la ampliación de la infraestructura y el estado dedicó su inversión a este aspecto.

El gobierno adoptó una política de fomento a la industrialización a través de la


reducción de impuesto - La ley de Industrias Nuevas y Necesarias (1939) -, las
inversiones públicas en caminos, energía eléctrica, petróleo e infraestructura
aumentaron la rentabilidad de la inversión privada y convierten el salario neto
(monetario) en un salario bajo.

“La política industrial por el tipo de fenómeno y luego con la protección crearon
condiciones monopólicas artificiales” [ CITATION del06 \l 2058 ] que no se basaban en
la competencia sino en la ausencia de competencia; la guerra y luego el proteccionismo
dieron como resultado un mercado cautivo (con altos precios al consumidor). Al final
cómo quien dice, en términos coloquiales, les salió el tiro por la culata. Una industria
con mercado interno protegido ineficiente y con nula vocación exportadora, y, además
un empresariado incapaz para innovar técnicamente.

Para 1950 el crecimiento del país era desequilibrado e incompetente en comparación


con otros países. Se priorizó el control del movimiento obrero y las ganancias fáciles
sobre la productividad y la competencia. Son la falta de difusión, adaptación e
innovación en el progreso técnico lo que nos explica una modernización industrial
inconclusa.

La firma del primer pacto de estabilización con el FMI (fondo monetario internacional)
luego de la devaluación de 1954, da origen a lo que se conoce como “desarrollo
estabilizador”, que tenía como objetivos un crecimiento con estabilidad entre precio y
tipo de cambio y también incrementar el ahorro interno y externo. Esto coincide con el
final de la reconstrucción europea y las transnacionales norteamericanas vuelven su
Sergio de la Peña y Teresa Aguirre: De la Revolución a la Industrialización Heriberto Escobar
147032

mirada a Latinoamérica, especialmente a México, que ya tiene un nivel de


infraestructura básico y un mercado interno en expansión. La década de los sesenta está
orientada por la política del “desarrollo estabilizador”.

Durante poco más de medio siglo México sufrió una serie de modificaciones que van de
un extremo a otro. Comenzando su desarrollo con un modelo exportador enfocado en el
sector primario, la identidad nacionalista, etc. Paso a ser un país industrializado,
capitalista, de servicios. En dónde agentes económicos, históricos y políticos tienen un
peso increíblemente importante, pues cada presidente en cargo termina siendo un
engrane más del sistema completo que llevó a la nación a convertirse en lo que se ha
convertido ahora.

Referencias

de la Peña, E., & Aguirre, T. (2006). De la Revolución a la Industrualización. México:


UNAM - Océano .

También podría gustarte