Está en la página 1de 3

¿Cuáles los impactos y reacciones ante la dolarización de la economía

internacional?

Hay dos beneficios potenciales para optar por la opción de dolarizar una economía.
Por un lado creamos una base sólida para lograr estabilidad macroeconómica, por
el otro, fomentamos la integración comercial entre los países que han dolarizado su
economía. Podríamos entonces decir que la principal motivación para dolarizar una
economía es lograr la estabilidad económica. Muchos países en desarrollo creen
que vincular la moneda nacional al dólar estadounidense o usar el dólar
estadounidense como medio de cambio es mejor que el régimen de tipo de cambio
fluctuante que podría poner a un país en una situación económica desfavorable.
Existen también desacuerdos sobre el efecto de la dolarización en las variables
económicas reales de crecimiento, empleo y volatilidad. Los partidarios de la
dolarización argumentan que afecta el crecimiento principalmente de manera
positiva: este proceso tiende a producir una mayor inversión, tasas de interés más
bajas y un crecimiento más rápido. Sin embargo, hay que tomar en cuenta el
inconveniente más grande que provoca la dolarización: al adoptar una moneda
extranjera, una nación dolarizada no puede influir directamente en su economía
(Saguier, 2011). El derecho a administrar la política monetaria y cualquier forma de
régimen cambiario se sacrificará por los beneficios de utilizar el dólar
estadounidense. Si todo el mundo adoptara el dólar estadounidense como su
moneda única y oficial, cancelaría todas las posibilidades de una política monetaria
independiente. Las variables monetarias clave como la oferta monetaria, el crédito
y las tasas de interés nominales serían decididas, implícita o explícitamente, por la
Reserva Federal de los Estados Unidos. No hay garantía alguna de que en tal
situación las decisiones de la Reserva Federal sean favorables para el desarrollo
económico de todos los países “dolarizados”. La Reserva Federal solo tiene en
cuenta los intereses de la economía de los Estados Unidos y no tiene la
responsabilidad de investigar sobre la coyuntura económica de todos los países que
decidieran dolarizar su moneda (Acosta, 2001). La manera en que un país
“dolarizado” reaccionaría ante crisis internas sería muy limitada, lo cual puede llevar
a este país a profundizar la crisis y tener que recurrir a herramientas políticas para
poder ejercer un control en su economía. En varios países como el nuestro hay una
clara dependencia de los Estados Unidos, ya sea por motivos políticos o de
comercio como en el caso de México. Una dolarización de nuestra moneda
solamente nos llevaría a aumentar la dependencia que tenemos de Estados Unidos.
A pesar del lento crecimiento y desarrollo económico de México en la última década,
no podemos hablar de la inestabilidad económica como un serio problema en la
nación. Aunque las decisiones en materia económica no han sido las más eficaces
en los últimos sexenios, sería un error darle tanta influencia en materia de política
monetaria a otro país, por más sólidas que sean las finanzas de éste. Si el
comportamiento del resto de los países gravita hacia la dolarización, eventualmente
tendremos una economía más dolarizada. Por último, en un entorno global la
dolarización genera conflictos entre aquellas naciones que aceptan al dólar como
su moneda de transacciones y aquellos que no (Acosta, 2001). Esto genera que
algunas naciones pierdan poder adquisitivo o lo ganen dependiendo de la situación
que atraviese el dólar en ese momento. China por ejemplo, otra de las potencias
económicas a nivel mundial, ha presionado por una mayor expansión del yuan en
la economía global. Los formuladores de políticas en el gigante asiático se
preguntan cada vez más por qué deberían pagar el petróleo en dólares y no en la
moneda china. Esto llevó a extender los intercambios de moneda local con varios
países. China ya eliminó las transacciones denominadas en dólares
estadounidenses del comercio bilateral con Irán y firmó acuerdos similares con
Canadá y Qatar (Carrillo, 2015). Esto podría llevar eventualmente a un “choque” de
divisas en el mercado internacional que obstaculice el comercio y lo fragmente en
regiones de manera todavía más marcada que hoy en día, produciendo el aumento
de precio en varios bienes ante la resistencia a comerciar en cierta moneda en
particular.
Referencias

Comisión Económica para América Latina y el Caribe. (2013). Comercio internacional y desarrollo
inclusivo: construyendo sinergias. Obtenido de Comisión Económica para América Latina y
el Caribe: https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/27975/3/S2012927.pdf

Acosta, A. (23 de junio de 2001). La trampa de la dolarización. Obtenido de ALAI:


https://www.alainet.org/es/active/1473

Carrillo, C. (18 de septiembre de 2015). Con China, pesos y yuanes . Obtenido de Página 12:
https://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-281907-2015-09-18.html

Fabrizio, S., Kpodar, R., & Lane, C. (20 de junio de 2017). El FMI apoya los Objetivos de Desarrollo
Sostenible de las Naciones Unidas. Obtenido de Fondo Monetario Internacional:
https://blog-dialogoafondo.imf.org/?p=8153

Harold, J. (2017). De Bretton Woods al Brexit. Finanzas y Desarrollo, 4-9.

Saguier, M. (2011). La gobernanza económica global en el G20: perspectivas para la agenda del
trabajo. Perfiles latinoamericanos, 205-225.

Suárez, E. C. (5 de agosto de 2019). China y Estados Unidos amenazan la economía mundial .


Obtenido de El Economista: https://www.eleconomista.com.mx/opinion/China-y-Estados-
Unidos-amenazan-la-economia-mundial-20190805-0071.html

Trotsenburg, A. V. (12 de julio de 2019). Bretton Woods: 75 años de solidaridad con América Latina
y el Caribe . Obtenido de El País :
https://elpais.com/economia/2019/07/12/actualidad/1562961824_745920.html

También podría gustarte