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Aporofobia, el miedo a las personas pobres | Adela Cortina

La aporofobia que acuñó Cortina no es más que un término que refleja una actitud
que hemos visto por décadas en la sociedad y que surge desde como ella
menciona, de factores genéticos hasta de los prejuicios. Desafortunadamente la
vida de las personas está tan centrada en sus objetivos particulares que nadie se
preocupa más que por aquellas personas por las que se debería de preocupar y
por aquellas personas que le importan. La solidaridad del ser humano llega
solamente hasta cierto punto y es ahí donde no estamos guiándonos bajo el
principio de beneficencia. En vez de procurar el bien para los demás cuando
podemos, nos preocupamos solamente por hacer aquello que satisface nuestras
necesidades o gustos. La aporofobia es visible en México y muy probablemente se
trate de una de las razones por las cuales hay tantos sectores marginados de la
sociedad. Se les ayuda por ejemplo a los grupos indígenas pero no se les invita a
formar parte de la sociedad, no se les inserta en la dinámica económica como por
ejemplo se haría si llegara un inversor extranjero. Desafortunadamente este
problema está extendido en prácticamente toda la sociedad y existen muy pocas
personas que utilicen su autonomía para tomar decisiones distintas o comportarse
de manera distinta hacia la clase baja. Considero que la aporofobia que menciona
Adela Cortina es un freno, no al desarrollo económico ni al crecimiento en sí, sino
al desarrollo social del país. Los mexicanos destacan por su solidaridad, sin
embargo, parece que solamente recurrimos a este valor cuando vemos de primera
mano lo que está pasando como en los desastres naturales. Después de los
terremotos miles de personas se convirtieron en voluntarias y decidieron ayudar a
la reconstrucción de casas, pero una vez pasado el desastre, ese sentimiento de
solidaridad, esa demostración del principio de beneficencia se esfuma. ¿Por qué
no son los mismos quienes ayudan en estos trabajos de reconstrucción los
mismos que ayudan a través de asociaciones a las personas que no tienen hogar?
La aporofobia es real y la manera más completa de combatirla es actuar con los
principios de beneficencia y autonomía como si estuviéramos en crisis, porque
aunque no parezca o no lo veamos a simple vista, un país con índices tan altos de
pobreza sí está en crisis.

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