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Convertirse en Uno Mismo Manual de Tarot Terapéutico PDF
Convertirse en Uno Mismo Manual de Tarot Terapéutico PDF
Antes de iniciar el viaje quisiera dar las gracias a todos aquellos que de un
modo u otro me han ayudado a realizar esta travesía.
Lo único cierto es que este libro que tienes entre tus manos, querido lector,
es fruto de la aportación de muchas personas. No es solo mío. La autoría le
pertenece también a cuantas almas se han cruzado en el sueño que es mi
vida y que no me pertenece. Solo le pertenece a la Conciencia la cual se
expresa a través mío de esta particular forma.
Este libro trata sobre eso y sobre ese viaje interior inspirado por la
Conciencia y que desemboca en un trabajo personal curativo. Y en este viaje
me acompañan mis amados Arcanos del Tarot, ese libro sin palabras pero
con ilimitados significados e interpretaciones. Hubiese querido poder
escribir un libro sin palabras, pero no sé. Todavía me queda mucho por
aprender.
“Recuerdo un ideal: cada párrafo que escribo, cada frase, debería reflejar,
en la medida de lo posible, toda mi vida y ser expresión de mi ser. Se
debería reconocer mi vida entera en una sola frase, del mismo modo que
puede reconstruirse el esqueleto completo de un animal prehistórico a
partir de un solo hueso”.
PSICOLOGIA Y TAROT
Carl Gustav Jung fue uno de los pocos psicoanalistas que estudió el Tarot
viendo en él relaciones psicológicas con sus célebres Arquetipos. Lo cierto
es que durante años estudió alquimia y estaba bastante informado sobre
esoterismo en general por lo que su voz es una de las más autorizadas en el
ámbito de la psicología y su relación con el Tarot. Dos fueron las principales
vías en las que se apoyó para consumar sus teorías, las proyecciones y la
Sincronicidad.
Proyecciones
A nivel psicológico sabemos que el ser humano funciona a base de
proyecciones. Las proyecciones son procesos inconscientes y autónomos por
los cuales vemos en el exterior tendencias, potencias, características y
deficiencias que realmente suceden en nuestro interior. Dándonos cuenta o
no, las personas proyectamos al exterior nuestros miedos, nuestras
fantasías, nuestras esperanzas, nuestras expectativas, etc… A partir de esa
premisa, Carl Jung intuyó un nexo de unión entre la psicología y el Tarot.
Partiendo de la base de que en los niveles profundos de nuestro ser todavía
existe un universo misterioso que opera más allá del espacio y el tiempo
Jung concluyó también en que ese inconsciente funcionaba al margen de las
leyes de la lógica y la causalidad. El maestro suizo relacionó los diferentes
Arcanos Mayores del Tarot con distintos Arquetipos (*) presentes en el
inconsciente colectivo y afirmó que una persona que viviera conscientemente
esos arquetipos no estaría condicionado por esas fuerzas invisibles,
devendría una persona individuada, por una parte lo suficientemente
independiente para ser inconformista y por otra con una gran seguridad
personal para ser conformista. Interesante la descripción que Sallie Nichols
hace de este tipo de persona en su obra Jung y el Tarot, del que
entresacamos unas líneas al respecto: “Una persona individuada se siente
realmente como expresión única de la divinidad, no tiene necesidad de
demostrárselo a nadie. En estas personas puede apreciarse una cualidad
indefinible en su modo de ser que nos atrae…A menudo esta persona parece
más presente y activa en silencio que aquellos que participan de una manera
activa, porque está en contacto con su propio sí-mismo. La comunicación es
tan abierta y fácil que le comprendemos y, a pesar de eso, nos inquieta. Por
un lado es la persona más original que hayamos encontrado jamás, y por
otro, es igual que nosotros. Es una paradoja”. Tras leer este párrafo
creemos firmemente en que el binomio El LOCO-El MUNDO se corresponde
con la descripción, avalada además porque ambas cartas representan el
Alfa-Omega de los Arcanos Mayores, la energía creativa junto a la energía
material, soporte y concreción del mandala que se construye junto con los
demás Arcanos tal y como aparece en La Vía del Tarot.
Pero aún hay más. Dotándoles de un sentido más extenso del que les
otorgaba Jung, podríamos decir incluso que los Arcanos Mayores del Tarot
son propiamente Arquetipos. Alejandro Jodorowsky comenta que los
Arcanos no son interpretaciones sino Arquetipos en sí mismos y que
constituyen la columna simbólica de la psique humana; es más, como vía de
conocimiento “vibra” cuando lo relacionamos con el Taoísmo, el Zen, la
Alquimia, el Cristianismo, la Cábala, etc… La filosofía perenne nos habla de
un conocimiento ancestral, común a todas las vías, y el Tarot podría ser el
nexo, el aglutinante, la síntesis visual de ese conocimiento.
Tarot y Sincronicidad
La Sincronicidad es un fenómeno observado por Carl Jung y supone la
ocurrencia de dos eventos que no están asociados ni causalmente ni
teleológicamente (sin una finalidad en el orden natural), pero que tienen una
relación significativa; en otras palabras, la Sincronicidad significa que la
coincidencia de sucesos en el espacio y en el tiempo es algo más que un mero
azar; es una peculiar interdependencia de los sucesos objetivos entre sí, así
como respecto de los estados subjetivos del observador. Ambos
componentes, el objetivo y el subjetivo no poseen una causa común, no se
puede demostrar científicamente qué genera el fenómeno. Y aunque la
ciencia ha avanzado en mediciones cada vez más minuciosas de la realidad
(su supuesta realidad), al llegar al terreno de lo subjetivo se ha encontrado
con que le es totalmente imposible medir, predecir o manipular las variables.
En el caso concreto del Tarot, las cartas muestran situaciones tanto
objetivas como subjetivas, es decir, pueden quedar en evidencia tanto
aspectos de la realidad concreta y tangible como de la realidad emocional o
intelectual. La Sincronicidad, de alguna manera, nos indica que el tiempo, tal
como lo concebimos (pasado-presente-futuro) parece no existir, según el
tema planteado, y por ello las cartas mostrarán tanto aspectos del pasado
como del presente o del futuro del consultante. Para el inconsciente, el
espacio y el tiempo son relativos. El conocimiento se adquiere en un continuo
espacio-temporal donde el espacio ya no es el espacio que podemos “tocar”,
ni el tiempo es el tiempo “mesurable”. Relacionando Sincronicidad y Tarot
notaremos que éste es una especie de mapa de la conciencia humana, un
mapa óptico, un conjunto de símbolos visuales que reflejan (el Tarot es un
espejo) los cambios internos y externos del ser humano. Este lenguaje
simbólico afecta esencialmente a los aspectos no racionales de la conciencia
humana, como los sueños o el I-Ching y cuando la mente intenta explorar el
símbolo se topa con los límites de la razón. Jung afirmó que cuando se
consulta el Tarot lo que se lee es la propia vida del consultante, los símbolos
sugieren el significado de su vida. Por ello recogen lo que hay de más
inmediato, de más evidente, presentan sus experiencias, reflejan sus
propias pasiones, sus deseos inconscientes, dado que los símbolos se
materializan a través del inconsciente. Nada sucede por casualidad, ya que
según las creencias relacionadas con la psicología humanista, la casualidad ni
siquiera existe.
El tarot y la Sombra
Dentro de la psicología junguiana tiene especial importancia el concepto de
“sombra”, el lado oscuro de nuestra psique; todo aquello que somos pero
consciente o inconscientemente rechazamos. Solemos definirnos en función
al mundo exterior, como si fuésemos seres bidimensionales, como si
únicamente constituyésemos una superficie, sin profundidad; tendemos a
pensar en nosotros en términos de relación con el exterior: qué profesión
tenemos, qué lugar ocupamos en la sociedad, en nuestra familia, etc… por lo
tanto en realidad de esa manera no nos estamos definiendo por nosotros
mismos, sino por el lugar que ocupamos en el mundo y como pasamos la mayor
parte del tiempo desarrollando esas personalidades sociales, olvidamos que
somos más que esas meras máscaras que nos vienen impuestas desde el
exterior. Así, en el transcurso de nuestro desarrollo, llegan momentos clave
en los que el inconsciente, cuyas aguas parecían tranquilas, hace acto de
presencia precisamente en aquellos aspectos ocultos de nuestra
personalidad que hemos obviado hasta entonces porque no nos son
agradables. Y eso ocurre porque la vida, nuestro devenir, tiene un sentido;
exteriormente quizás parezcamos seres limitados, pero nuestro interior
contiene todo el universo, y el universo tiene un plan definido para cada uno
de nosotros, cuanto más nos alejemos de este plan de vida, más profundas y
constantes serán las apariciones de nuestra sombra.
En sí mismos, cada arcano del tarot incluye una parte luminosa y otra
oscura, una positiva y otra negativa; ambas son esenciales para comprender
la totalidad de la psique humana. Integrar ambos aspectos de la
personalidad ofrece la posibilidad de completarse como persona aceptando
todo el contenido del inconsciente y trabajando para que ese contenido nos
ofrezca todas sus ventajas intentando minimizar sus inconvenientes. La
mayoría de la gente se conforma con situarse en la tesitura de las llamadas
“personas normales”. Únicamente los buscadores descienden hasta donde
mora la sombra para integrarla y sacar lo mejor de ella. Una persona normal
vive en un estado neurótico del que no es consciente, por lo tanto no puede
realizar ningún trabajo interno hacia la realización. Alguien que se ha topado
con su sombra y le ha dado un sentido, reconoce esa neurosis y trabaja en
pos de reconducirla hacia el sendero de la liberación. En cierto sentido
todos mantenemos ciertos tipos de neurosis, al fin y al cabo el ego es
neurótico por naturaleza ( o psicopático en el peor de los casos) y no cabe la
posibilidad de cambiarlo o destruirlo, eso es imposible. Lo que sí podemos
hacer es domarlo, amaestrarlo en vistas a que trabaje a nuestro favor y no
en contra tal y como habitualmente lo hace.
Si existiese realmente una “muerte definitiva del ser” esta carta se situaría
al final de los 22 Arcanos Mayores y seguramente llevaría escrito su
nombre, pero vemos como se encuentra a poco más de la mitad del recorrido
y no tiene nombre (en ciertas culturas aquello que no tiene nombre, no
existe), por lo que su mensaje es el de una muerte ficticia, o mejor, de un
paso decisivo y necesario de un plano de conciencia a otro. El esqueleto
puede que culturalmente represente a la muerte pero en realidad se refiere
a la parte espiritual del ser humano o lo que en palabras del Dr. Claudio
Naranjo se definiría como: “una conciencia que ha calado “hasta los huesos””.
Estas y otras apreciaciones nos llevarían al concepto de Eternidad como una
cualidad del ser más que una extensión de la temporalidad.
Esta pregunta aparece como reacción cuando no hemos logrado asimilar que
todo lo que nos sucede es el resultado de las acciones realizadas.
Evidentemente la mente siempre busca un Por Qué, aunque si nos atenemos
a las enseñanzas orientales y a los logros que la Psicología Transpersonal ha
realizado en su camino por comprender la psique humana más allá de lo
académicamente establecido, llegaremos a la conclusión de que lo que nos
está diciendo la esfinge es que nos preguntemos: ¿Para Qué?. Veamos. Si un
Por Qué nos puede comunicar el origen de una situación que ha dado como
resultado ciertos efectos, el Para Qué nos permitirá discernir la dirección
que debemos tomar, la lección que tenemos que aprender para no caer en los
mismos errores que cometimos en una vuelta anterior de la Rueda; porque si
no conseguimos respondernos a esa pregunta seguramente volveremos a
repetir el mismo ciclo del que precisamente deseábamos escapar.
Así un ¿Por Qué? es algo estático, importante desde luego para conocer
aquellas causas que produjeron estos efectos y de algún modo intentar no
repetir patrones de conducta inadecuados. Sin embargo el ¿Para Qué? es
dinámico, nos pone en movimiento, en estado de hacer cuando hemos dado
con la respuesta adecuada que nos señala la dirección que debemos tomar, y,
volvemos a repetir, asimilar la lección de vida que esa situación que se nos
ha presentado nos muestra.
Pero aún hay más. La carta del Colgado nos pone en comunicación con un
aspecto esencial de la historia personal del ser humano y es precisamente el
referente a su árbol genealógico. El personaje de esta carta se encuentra
colgado entre dos árboles, el materno y el paterno lo que introduce una
nueva visión que si bien no podemos afirmar que sea enteramente
transpersonal si que profundiza en el aspecto transgeneracional. Por así
decirlo una persona aparte de ser “algo más” de lo que se ve y se percibe, de
lo que piensa y siente, es el resultado de dos linajes, es el fruto de un árbol
familiar y que a su debido tiempo producirá nuevos frutos (hijos, nietos…).
El flujo
Hay una cuestión también interesante dentro de las experiencias
transpersonales y es que, independientemente de lo que el sujeto
experimente, se origina en su interior lo que se denomina “experiencias de
flujo” (M. Csikszentmihalyi) y que se relacionan con una especie de
ordenamiento de la mente. Uno de los problemas con los que se topa el
individuo es la entropía psíquica, ese desorden en la conciencia que se
produce cuando la información que recibe entra en conflicto con su
personalidad y que se manifiesta como inquietud, rabia, dolor, etc…Como
sabemos cualquier suceso externo aparece en la conciencia como mera
información, sin valores positivos o negativos; es la personalidad la que, al
interpretar esa información, le da un valor: es positivo o negativo, agradable
o desagradable.
El Arcano de La Templanza
El concepto de Gran Cadena del Ser es conocido desde 1976 aunque la idea
es anterior pues hay “versiones” que hablan de dos niveles (materia y
espíritu), otras de tres (materia, mente y espíritu) y otras más sofisticadas
que abarcan decenas de estructuras básicas. El modelo de Wilber contiene
nueve estructuras básicas jerárquicamente organizadas. De forma sencilla
pueden ser resumidas de la siguiente forma:
1. Sensorio Físico. Es el nivel más bajo y es donde dominan la percepción y la
sensación.
7. Psíquico, Se podría decir que este nivel constituye la culminación del nivel
anterior y de las experiencias visionarias; se correspondería con el 6º
Chakra, el “Tercer Ojo”, la apertura a los dominios trascendentes de la
persona. En este nivel las capacidades cognitivas y perceptuales del
individuo van mucho más allá de las capacidades personales de una persona
situada en los otros niveles de conciencia; de hecho la capacidad del
pensamiento se ve superada por la capacidad de percepción de la visión
interna y posibilita la capacidad de trascender lo cotidiano.
Hay que tener en cuenta que cuando una persona decide consultar al Tarot,
lo suele hacer desde una imagen estereotipada; esta persona no sabe qué
tipo de información vamos a procesar en la consulta; de alguna manera pone
su destino es nuestras manos esperando que le demos respuestas a sus
angustias así que hay que explicarle al consultante cual es el propósito de la
consulta, qué podemos ofrecerle nosotros y preguntarle qué es lo que
espera él de la sesión. Hemos de ver al consultante no como a alguien que
sufre y del que debemos compadecernos sino como la persona completa que
ya es pero de la que no es todavía consciente. Esto puede resultar, y de
hecho lo es, complicado. Cada persona tiene una imagen de sí misma que le va
a costar trabajo deshacer, además viene con una supuesta imagen de
nosotros que debemos reconducir. Sabemos que el éxito de una terapia no
depende de lo que el terapeuta sabe sino de lo que ES, por eso la relación
que se establece en este caso con el tarólogo, es lo que determinará el éxito
o el fracaso pues como dice el Dr. Claudio Naranjo, la teoría y la práctica
que se apliquen lo son a través de la actitud que el terapeuta toma ante el
cliente.
Aún así y tal vez por tratarse del Tarot pueden surgir tanto por parte del
cliente como del tarólogo algunos inconvenientes relacionados con la relación
que entre ellos se establezca durante la consulta. En primer lugar el
consultante desplegará ante el tarólogo sus maneras de establecer vínculos
con los demás; es posible que intente atraer al tarólogo a su terreno,
hacerle partícipe de “su historia” buscando apoyo y empatía acerca de su
visión sobre la consulta y , en definitiva, sobre la vida. La sesión entonces
deviene en un posicionamiento víctima-ayudador, padre-hijo, maestro-
discípulo. Podríamos encuadrarlo dentro de las definiciones que Joan
Garriga, experto en terapia Gestalt y Constelaciones familiares articula
como la figura del terapeuta como sacerdote, prostituta, científico o gurú.
El tarólogo, dependiendo de sus esquemas mentales suele asumir el rol de
maestro o gurú alentado por el propio consultante que desea que el Tarot
despeje todas sus dudas y le dé las respuestas a sus incógnitas, en este
punto y presa de una supuesta espiritualidad paternalista-esotérica, el
tarólogo aconsejará según su propia visión de la vida, de sus proyecciones lo
que puede desencadenar un tremendo desastre. La solución estriba en
mantenerse centrado devolviendo la responsabilidad de sus pensamientos,
sentimientos y actos al consultante.
Interpretación y Significados
A nivel terapéutico en ocasiones no es necesario ofrecer una interpretación
de las cartas o sus significados, incluso es mejor pues así se trabaja dentro
del marco fenomenológico lo que es una liberación tanto para el terapeuta
como para quien consulta. Ambos pueden disfrutar de sus propias
percepciones e intuiciones y así el consultante pasa a ser responsable de sus
decisiones, en lugar de conferir todo el poder al tarólogo. Desde esta
perspectiva el Tarot Terapéutico se puede ver entonces como un dispositivo
de análisis profundo capaz de descubrir y poner de relieve el interior
psicológico de la persona dentro de, podríamos decir, una dinámica
espiritual.
El camino, el proceso, la vía o como queramos llamar a ese viaje vital nos lo
ofrece el Arcano de EL LOCO el cual deja atrás su zona de confort, su
comodidad que generalmente es sufrimiento disfrazado de acedía, y se
lanza más allá de sus límites autoimpuestos.
ORGANIZACIÓN DEL TAROT POR SERIES DECIMALES
ESTALLIDO TENTACION EN
CREATIVO O TODAS SUS
LA ACCION CRISIS Y
DESTRUCTOR FORMAS
LOS DOS EN EL MUNDO REGENERACION
COMIENZOS
Así pues colocados los Arcanos tal y como se muestra en la figura vemos en
el primer septenario los Arcanos que dirigen sus energías hacia la
conformación del YO, de la personalidad. Estos son EL MAGO, LA PAPISA,
LA EMPERATRIZ, EL EMPERADOR, EL PAPA, EL ENAMORADO y EL
CARRO. El segundo septenario incluye los Arcanos que actúan en la
transformación del YO, podríamos relacionarlos con el nivel del alma y es el
septenario “puente” entre el primero y el tercero. Se encuentra formado
por LA JUSTICIA, EL ERMITAÑO, LA RUEDA, LA FUERZA, EL COLGADO,
EL ARCANO XIII y LA TEMPLANZA. El tercer septenario se corresponde
con la trascendencia del YO, el nivel espiritual con EL DIABLO, LA TORRE,
LA ESTRELLA, LA LUNA, EL SOL, EL JUICIO y EL MUNDO. Desde el
punto de vista junguiano se perciben tres etapas: los impulsos básicos, la
construcción del ego y la integración de mente consciente e inconsciente. La
psicología junguiana distingue tres niveles equiparables a los tres
septenarios.
Llegados a este punto habrá quien se pregunte: ¿Y qué tiene que ver el
Eneagrama con el Tarot?. Pues todo o nada, depende del enfoque que le
demos. Si en esta obra estoy proponiendo la utilización del Tarot en el
ámbito terapéutico, si concebimos su utilización como un trabajo destinado
a conocernos mejor a nosotros mismos y en comprender los factores que
imprimen nuestra conducta y personalidad, coincidiremos en que podemos
integrar y relacionar el Tarot y el Eneagrama aunque tan solo sea porque
ambos se utilizan en el desarrollo de la persona y su autoconocimiento.
El método que he seguido para obtener los resultantes que, hasta ahora, me
parecen más concluyentes, ha sido estudiar los diferentes eneatipos y
“emparejarlos” con aquellos Arcanos cuyos significados en su vertiente
psicológica pudiesen mostrarse más cercanos o análogos. He encontrado
información relativa a autores que ya de entrada relacionan los 9 eneatipos
con los 9 primeros Arcanos Mayores del Tarot, cosa que me parece
superficial. No es lo mismo hacer coincidir los 9 primeros Arcanos con los
significados que se les atribuyen, por ejemplo, en Numerología que hacerlos
converger en un sistema psicológico tan profundo y vasto como el Enegrama.
Así que personalmente he estudiado las características básicas de cada
eneatipo para poderlos relacionar lo más cercanamente posible con los
Arcanos Mayores del Tarot. Tras realizar diversas variantes mi lista actual
de “resonancias” entre los Arcanos del Tarot y los Eneatipos es la siguiente:
Curiosamente si los relacionamos con los palos del Tarot comprobaremos que
comparten idénticas cualidades. Así los signos de Aire, emparentados con el
palo de Espadas se relacionan con las habilidades mentales y los atributos
intelectuales, los signos de fuego que en el Tarot se corresponde con los
Bastos se caracterizan por la agresividad, el liderazgo, en suma la energía
creativa en estado puro. Los signos de Agua que en el Tarot simbolizan el
palo de Copas se focalizan en la emoción y el sentimiento y evidencian una
profunda conexión con el inconsciente, y los signos de Tierra que en el Tarot
los vemos representados en el palo de Oros se caracterizan por su sentido
práctico, su pragmatismo.
Los astrólogos también agrupan los signos zodiacales en tres grupos:
Los Signos Cardinales: representan energía centrífuga que irradia hacia el
exterior. Se correlacionan con el principio de Acción en una dirección
definida: Aries, Libra, Cáncer, Capricornio. Los Arcanos correspondientes
son: El Emperador, La Justicia, El Carro y El Diablo.
EL LOCO URANO
EL MAGO MERCURIO
LA PAPISA LUNA
LA EMPERATRIZ VENUS
LA RUEDA JUPITER
EL COLGADO NEPTUNO
LA TORRE MARTE
EL SOL SOL
EL JUICIO PLUTON
EL MUNDO SATURNO
Aplicación práctica
Personalmente aplico esta relación de dos maneras. La primera es
interpolando los datos de la carta natal de la persona disponiendo los
arcanos en la ubicación de los signos y planetas. Tal y como vemos en las
figuras he colocado los Arcanos en su ubicación correspondiente. Primero
tal y como quedan en su relación con los signos zodiacales:
Y a continuación colocando también los arcanos correspondientes a las casas
y los planetas:
Aspectos planetarios
Las relaciones angulares que se producen entre las posiciones de los
planetas, en este caso entre los arcanos representativos de cada planeta, se
denominan ASPECTOS y sirven para saber si su relación es más o menos
armónica. Los principales aspectos planetarios son:
CONJUNCION, cuando hay una separación entre 0º y 6º entre los Arcanos,
SEXTIL cuando la separación es de +/- 60º, CUADRATURA si es de
aproximadamente 90º, TRIGONO cuando la separación es casi de 120º y
OPOSICION cuando su distancia es de 180º. Existen otros aspectos pero
estos son los principales y en los que basaremos nuestra consulta. En la
carta astral se dibujan con unos símbolos concretos.
Interpretacion
En las sesiones que realizo suelo hacer una primera interpretación in-situ
junto al consultante con el que establezco un diálogo en el cual ambos
interpretamos lo que vemos en la carta. Se trata de un ejercicio de
introspección muy potente ya que el consultante, por sí solo, empieza a
entender ciertos comportamientos suyos a tenor de la disposición de los
arcanos y unas breves explicaciones por mi parte de su significado. Esta
sesión suelo grabarla en audio y días más tarde le entrego al consultante un
completo dossier junto con el archivo de audio ya que esta lectura si no se
tiene por escrito junto con la ayuda de lo grabado se pierde en el olvido con
el paso de los días ya que la cantidad de información es mucha y lógicamente
quien consulta no puede retenerla y de lo que se trata es de que esa persona
pueda sacar provecho de todo el trabajo para promover los cambios que
desea realizar en su vida. En todo momento tengo en cuenta los aspectos
que se establecen entre los arcanos, la influencia de unos sobre otros y
sobre todo qué es lo que el consultante recibe de ese mandala, de esa
imagen que se ha formado al incorporar los arcanos del Tarot a su carta
natal.
LA LECTURA TAROLÓGICA
Para calcular los Arcanos con los que vamos a trabajar solamente
necesitamos saber la fecha de nacimiento de la persona que consulta, por
ejemplo sabemos que la persona nació un 12 de marzo de 1977. Entonces
sumamos todos los dígitos de la fecha:
1+2+3+1+9+7+7 = 30
Entonces realizamos dos operaciones. La primera consiste en reducir el
número a su mínima expresión:
3+0 = 3
Ya tenemos el primer Arcano que se corresponde con LA EMPERATRIZ.
La segunda operación consiste en restar el número resultante de la suma
(30) de 22 que es el número de Arcanos Mayores del Tarot:
30-22 = 8
En el Tarot de Marsella este número es el de LA JUSTICIA.
Ya tenemos las dos cartas con las que el/la consultante va a trabajar. En
este caso LA EMPERATRIZ y LA JUSTICIA:
El esquema evolutivo
El esquema evolutivo que presento lo he tomado de Alejandro Jodorowsky y
lo he asociado al Árbol de la Vida y sus diez sephirot, desplegando así un
“mapa” de la evolución de la persona desde el Arcano del Loco hasta su
encuentro con El Mundo. Este sencillo aunque a la vez profundo esquema nos
ayudará a comprender mejor el lugar que ocupan los Arcanos en el proceso
de Individuación y por qué ese proceso en muchas ocasiones no es lineal,
incluso a veces se retrocede y posteriormente se produce un salto
evolutivo a un nivel de Conciencia superior siempre que se realice un trabajo
interior y se integren las luces y las sombras que habitan en cada uno de
nosotros. El objetivo consiste en conectarse con mayor asiduidad y
profundidad a la fuerza que proviene de la Fuente mientras se va
desenredando la telaraña genealógica hasta conseguir la unión Cielo-Tierra
con el individuo como protagonista y catalizador de esa unión de energías.
El proceso
Iniciamos el camino, el viaje, con la imagen del Loco (curiosamente LeMat al
revés se lee Tamel que significa pureza) y esa sensación de llegar a un
mundo que le es extraño; se interna en lo desconocido y aunque en su hatillo
lleva todas las experiencias de su vida intrauterina y de sus vidas
anteriores, poco a poco va olvidándolas así como el propósito de por qué ha
vuelto de nuevo aquí. En el gráfico vemos como el camino de ese ser se inicia
en el grado 1, la semilla ha sido plantada trayendo consigo todas las
posibilidades para desarrollarse y convertirse en lo que es. Este grado se
corresponde con la sephira de MALKUT, la manifestación del espíritu en la
materia, en el mundo físico, como posibilidad, como potencialidad.
Constituye el inicio de la vida en el que el individuo no distingue todavía
entre él y los demás. De hecho y aunque se cortó el cordón umbilical que le
unía físicamente a su madre, aún se siente uno con ella dado que aunque
parezca que es a partir del nacimiento cuando el individuo empieza a
experimentar la vida, es innegable que la Conciencia decide expresarse
desde el momento de la concepción de esa persona, sino antes.
El cuadrado tierra
Entramos de lleno en la dualidad de los grados 2 y 3 representados en la vía
solar por LA PAPISA y LA EMPERATRIZ y la sephira de YESOD. El
arquetipo de la madre en todas sus acepciones emerge como principal
fuerza integradora y vinculadora. El individuo experimenta la realidad a
través de su madre, vive en el mundo yesódico de las imágenes arquetípicas.
Este período adquiere especial relevancia en el desarrollo psíquico del niño
pues la actitud de la madre dejará una profunda huella en su psique. Es esta
la etapa en la que se busca la protección y la presencia de la madre sana y
completa, cosa difícil pues por lo general lo que más abunda son las madres
posesivas, devoradoras, estancadas e incluso “asesinas”. El infante
desarrollará entonces corazas esquizoides, orales, psicopáticas o
masoquistas y suele absorver características y rasgos que ha percibido en
su madre, aunque también veremos que este hecho, la introyección, se
produce también con el padre y otras figuras de especial relevancia en el
desarrollo del niño. Se trata de un período de emergencia de lo intuitivo y
lo creativo, dos aspectos del arquetipo femenino aunque todavía sin una
dirección definida, precisa y concreta.
El cuadrado humano
El siguiente nivel, el último del cuadrado Tierra y el primero del cuadrado
Humano nos aporta la emergencia del arquetipo masculino, del padre en toda
su extensión. Si los grados 2 y 3 los identificamos con la VINCULACION al
árbol genealógico, los grados 4 y 5 nos invitan a la INDIVIDUALIZACION.
La vía solar se corresponde con EL EMPERADOR y EL PAPA y en este
estadio el ya joven individuo va asentando la imagen que tiene de sí mismo en
relación con lo que percibe del exterior. Comienza a ordenar su entorno, a
utilizar la lógica y el razonamiento, a comunicarse de una manera más
individualizada con el mundo exterior siguiendo sus propias creencias aunque
lastrado por la influencia paternal del árbol genealógico. El papel del padre y
de otras figuras masculinas marcan las actuaciones del individuo.
Los sephirot que actúan en este nivel son HOD y NETZAH, la mente y las
emociones actuando la mayor parte de las veces de manera conflictiva. La
influencia del árbol genealógico promueve que la persona actúe
fidelizándose con sus antepasados y actuando en base a lo que recibe a
través de sus padres. Puede empezar a odiar a papá o a mamá porque uno de
ellos marchó (generalmente el padre) y la madre se volvió dominante y
sobre-protectora. Los padres al inducir en su hijo sus neuroris proyectan
todo aquello que a su vez recibieron de sus propios padres, del legado de sus
ancestros. Esos padres pueden mostrarse inmaduros induciendo a sus hijos
a actuar como adultos antes de tiempo, o haciéndoles sentirse como
víctimas no permitiendo crecer a sus hijos o incluso dentro de su inmadurez
a jugar a ser los padres perfectos.
El, digamos, segundo nivel del cuadrado Humano nos lleva a los grados 6 y 7
con EL ENAMORADO y EL CARRO en su etapa solar. La persona se debate
entre su fidelidad a la familia de origen y su familia actual, se hacen
presentes las dinámicas de fondo, las fidelidades y las incongruencias entre
el propósito parental y el deseado. En estos grados se manifiesta una mayor
influencia de la Conciencia dado que también pertenecen al primer nivel del
cuadrado Cielo y también los esfuerzos del árbol genealógico para impedir el
avance de la misma. Surgen las dudas, las elecciones se complican dado que
la persona ha de integrar las distintas subpersonalidades que subyacen en
su inconsciente pugnando por hacerse con el control de su vida. El ego se
encuentra en pleno apogeo confinado en su propia prisión construida a base
de núcleos familiares no asimilados capaces de convertirse en nudos que
impiden la acción esencial de la persona.
El cuadrado cielo
Comparte su primer nivel, grados 6 y 7, con el cuadrado Humano y adquiere
su máxima expresión en los grados 8 y 9 con LA JUSTICIA y EL
ERMITAÑO en la vía solar y LA LUNA y EL SOL en la vía lunar.
Simbólicamente tenemos dos parejas: la madre perfecta y el padre sabio
(La Justicia-El Ermitaño) y los padres cósmicos, idealizados, (La Luna-El
Sol). Cabalísticamente se relaciona con Binah y Chokmah; la Conciencia en
este nivel adquiere una presencia muy acusada, es una etapa además donde
uno se cree que ha llegado a algún “sitio”, es el sentimiento o pensamiento
de perfección pero también de estancamiento en donde uno se cree que lo
sabe todo. De ahí que únicamente se puede avanzar dando un paso hacia la
reflexión interior, la crisis de la edad adulta que bien canalizada conduce al
conocimiento y la sabiduría.
Para ello a la mente, que antes que nada anhela ser sabia, hay que enseñarle
a no-ser; el 10 de Espadas del Tarot de Marsella lo representa con el centro
de la carta vacío, la mente debe dejar de luchar contra sí misma. El centro
emocional desea amar y ser amado, en suma ser santo, para que ello ocurra
debe estar en paz, con el corazón rebosante de amor como el 10 de Copas.
El centro energético-creativo necesita crear, convertirse en un héroe y
debe aprender a canalizar esa energía, que sea la Esencia quien cree a
través de él; el 10 de Bastos lo ejemplifica en el rombo que se forma en el
centro de la carta con el espíritu (barras amarillas) controlando y dirigiendo
las energías activas (color rojo) y receptivas (color azul). Por su parte el
centro material necesita actuar, ser un campeón y hay que enseñarle a
parar, a meditar tal y como indica el 10 de Oros, con esa hermosa flor
central, espiritual, cuyas ramificaciones mantienen en su lugar los 8 discos
amarillos y los dos discos anaranjados indicando un equilibrio dinámico entre
acción y no-acción.
El Tarot siempre tiene alguna lección que darnos. Cuando colocamos los
Arcanos Mayores del Tarot de Marsella estructurados en tres septenarios,
en la fila del centro nos encontramos con 7 arcanos (LA JUSTICIA, EL
ERMITAÑO, LA RUEDA, LA FUERZA, EL COLGADO, ARCANO XIII Y LA
TEMPLANZA) que en sus significados generales incluyen el de equilibrio
sobre todo. Se habla de equilibrar los opuestos, de integrarlos. En este
capítulo propongo explorar este tema y, quizás por mi experiencia musical,
llegar a la armonía la cual pienso que define mejor el estado más cercano a
la paz interior.
En ambos casos la salida, la evolución viene dada por dos Arcanos de cambio
y transformación. LA RUEDA en el primer caso nos indica el final de un ciclo
basado en la repetición de conductas, de pensamientos por lo que EL
ERMITAÑO decide iniciar otro ciclo (LA RUEDA) desde un nivel de
Conciencia más elevado (LA FUERZA). En cuanto al ARCANO XIII supone
un cambio radical, una transformación dejando atrás lo inútil y encarando el
futuro con lo básico separando la paja del grano.
Para ello parto de los métodos aprendidos junto a Daniel Rodés y Encarna
Sánchez, mis maestros de la Escuela LeMat, la continua inspiración de
Alejandro Jodorowsky, lo aprendido a través de Daniel Dancourt y el
trabajo de Constelaciones Familiares de Bert Hellinger. A esta amalgama de
experiencias la denomino Tarot Sistémico dado que se encuadra en el
contexto metagenealógico y de Terapia Sistema Transgeneracional. Lo
cierto es que estamos viviendo un florecimiento de la psicogenealogía y las
Constelaciones Familiares derivado, quizás, de un cambio en la mentalidad de
la sociedad o por un empuje del inconsciente colectivo que nos obliga a pasar
de las terapias basadas en el YO a las actuaciones que engloban el
NOSOTROS como sistema, como grupo. Ya Arthur Koestler mencionaba que
el ser humano, cada persona, es un holón, o sea una unidad en sí misma que a
su vez forma parte de otros holones de mayor entidad. Ken Wilber
desarrolló este concepto en su extensa bibliografía.
Sin embargo si nos fijamos bien en la imagen del Colgado intuimos que en
cualquier momento, cuando él lo decida, el personaje puede deshacer el nudo
que le ata al árbol de origen para hacer florecer el suyo propio. Para ello,
para que su árbol se desarrolle lo más sano y fuerte posible debe haber
tomado a sus ancestros, cortado con fidelidades insanas y aparte de
entonces, no arrogarse responsabilidades que no le pertocan. Ha de dejar
de vivir aspectos de su vida pertenecientes a algún antepasado, de
compensar algún hecho o actitud procedente de su árbol genealógico. En fin
que debería dejar su árbol bien abonado, podado y con todos sus
integrantes colocados en el lugar que les pertenece.
Este tipo de trabajo es dinámico, sin recetas prefijadas. Más que nada se
trata de una experiencia siempre nueva y en donde el tarólogo no dirige;
observa y acompaña para que la experiencia resulte curativa. Es un modo de
trabajar fenomenológico, donde lo que menos importa es el significado de
las cartas sino lo que su visión provoca en el consultante, cómo mueve las
cartas, su reacción al ir descubriéndolas, dónde las coloca y sobre todo
cómo se expresa su árbol genealógico a través de los arcanos.
La Vía Mental
Y así, con este bagaje, surge la nueva persona, renace en una nueva
dimensión gracias al Arcano de El Juicio quien le permite, además, cambiar
la vida de los demás. El iniciado que hay un poder que está más allá de sí
mismo y sigue su llamada accediendo al conocimiento de que no importa lo
que haya sido ni lo que haya hecho. Lo único real es lo que es ahora. Y ahora
se ha liberado de sus patrones kármicos accediendo a una nueva percepción
de la realidad.
La Vía Corporal
Debe así suceder porque sino en el siguiente nivel se topa con El Ermitaño
cuyo arquetipo puede hacer que el individuo de la espalda a la vida y a lo que
le ofrece el mundo exterior. Los regalos que se le ofrecen en este nivel, por
el contrario, le permiten darse a sí mismo, desarrollar el arte de la soledad,
aceptar la propia vida y, muy importante, encontrar su propio tempo. El
Ermitaño personifica el eterno presente, la sabiduría sin estridencias.
Caso práctico
Veamos cómo funciona esta lectura. Para ello tomemos un caso real (el de la
imagen) y analicemos, junto al consultante, qué “vemos” en ese mapa. Para
esta lectura he utilizado el Tarot Rider Waite dado que sus arcanos
menores incluyen imágenes significativas para el consultante, imágenes que
le pueden resultar simbólicamente familiares y que podemos relacionar unas
con otras y éstas con los Arcanos Mayores.
Hay consteladores, sobre todo los afines a la línea trazada por Bert
Hellinger, que denostan el empleo de los arcanos del Tarot en las sesiones.
Sin embargo el modus operandi es el mismo. En una Constelación Familiar
clásica los representantes canalizan información del inconsciente familiar,
de la Conciencia, de la memoria colectiva del sistema familiar y actúan como
si fueran realmente las personas a quienes representan. ¿Suena esotérico?.
Pues bien el Tarot como ya se ha explicado repetidas veces por activa y por
pasiva, pone en contacto directo el inconsciente con el consciente; en el
caso concreto de una Constelación Familiar aporta un plus simbólico y
arquetípico que bien conducido por el constelador supone una fuente de
información y un canal de curación profunda del sistema familiar. Mediante
la utilización terapéutica de las imágenes del Tarot podemos entablar un
diálogo de alma a alma y poder así establecer los guiones, vivencias y
destinos de las personas implicadas.
Por otra parte en las sesiones en las que utilizo los arquetipos del Tarot me
siento más próximo al trabajo artístico y simbólico que desarrolla Alejandro
Jodorowsky y el objetivo, aparte de poder acompañar en el desarrollo
curativo y sanador del proceso en sí, consiste en elevar el nivel de
Conciencia del árbol genealógico de la persona que constela. Como cada
sesión la tomo como algo nuevo de la que “no-sé-nada”, sintonizo con el/la
consultante, los representantes y el Campo que nos mantiene unidos a todos.
A partir de ahí es la propia dinámica de la Constelación la que decide qué
hacer. Mis aliados son los Arcanos del Tarot.
El trabajo con los arcanos del Tarot supone una mayor profundización
en el inconsciente familiar a la vez que nos ofrece pistas sobre los
pensamientos, emociones, sensaciones y deseos de las personas
implicadas en la situación.
Por ejemplo, una persona a la hora de constelar con las cartas cierta
situación, al escoger la carta de su madre elige LA JUSTICIA y la coloca
invertida lejos de ella. Sin necesidad de verbalizar los sentimientos de la
consultante hacia su madre se hace evidente que la ve como una persona
rígida, fría e injusta. A partir de ahí podemos profundiza en los motivos por
los que el inconsciente ha elegido esa carta y en esa posición; la historia
familiar de la consultante incluye episodios traumáticos en su infancia
debido a una madre “castradora” e insensible. En esa posición la madre se
encuentra mal, débil y su deseo sería estar al lado de su hija, sin embargo la
consultante no quiere esa relación tan cercana, pero al no tomar a su madre
no se da cuenta de que, debido a eso, sus relaciones siempre acaban mal, no
tiene éxito en la vida y se siente “insuficiente” para cuidar de sus hijos, de
hecho es su madre quien se hace cargo mayoritariamente de ellos. Para la
consultante la única alternativa es separarse, al menos durante un tiempo,
de su madre y hacerle ver que ella sola puede hacerse cargo de su vida.
Los arcanos del Tarot se pueden utilizar igual que quien utiliza muñecos
para constelar, incluso dada la simbología que atesoran se puede
extraer mucha más información de lo que está ocurriendo y las
implicaciones existentes.
En otra ocasión una mujer dice que tiene problemas con otra, se siente
atacada aún cuando ella quiere ayudar y “dar luz” a su oponente. La carta de
LA TEMPLANZA para ella así lo confirma. Para la otra persona la
consultante elige LA FUERZA y la coloca bien lejos de ella. Sin embargo en
esa posición la consultante se siente débil. De nada sirve colocarse a
distancia. Le comento que se “transforme” en EL ERMITAÑO, una persona
que sigue “dando luz” pero desde una posición más terrenal y actuando más
con la presencia que con las palabras, así ella se siente fuerte y segura.
Una consultante va a iniciar una empresa asociada a otra mujer; para ella
elige la REINA DE BASTOS y para la socia la REINA DE OROS. Ella se ve
como la “trabajadora” y a su socia como quien da impulso físico al negocio y
aporta la inversión inicial necesaria para empezar. La consultante
inconscientemente aunque ha elegido dos Reinas para representar a ambas,
contempla a su socia como quien dirigirá la empresa y más teniendo en
cuenta que para representar a la nueva empresa elige la carta del SOL. En
este caso EL SOL es una representación de su padre, siempre preocupado
por el dinero, con neurosis de fracaso y miedo a la miseria (así lo reconoce
la consultante). Ese patrón negativo se ha fosilizado en el inconsciente de la
consultante quien a pesar de desear el éxito en su nueva empresa no desea
llevar las riendas, asignándose el papel de creativa y a su socia la de
ejecutiva.
Una mujer de mediana edad se medica por depresión, habla muy flojo a
pesar de ser una persona de grandes dimensiones, así obliga a los demás a
prestarle atención. En la tirada aparecen LA FUERZA y EL MAGO. Su
madre y su padre siempre discutían y, por ende, no escuchaban a su hija, así
que la consultante desarrolló la “habilidad” de hacerse escuchar hablando
muy flojo. Su madre además se “comía” su espacio, por eso engordó, para
hacerse ver. Su nombre se repite en su familia denotando un nudo narcisista
junto a un nudo homosexual posiblemente por un odio a su padre. La
consultante no tiene hijos, convive con una “compañera” y trabaja
mayoritariamente con mujeres, de ahí su depresión pues se encuentra en un
período de bloqueo emocional (aparece LA RUEDA), y es su deseo cambiar
todo sus sistema de creencias inoculadas por su árbol genealógico para dar
un giro a su vida con una nueva visión (aparece EL COLGADO).
LECTURAS TERAPÉUTICAS
Soy de la opinión que cualquier método de lectura realizada por un
profesional cualificado se convierte en una lectura terapéutica y que
cualquier pregunta por simple que parezca puede ser reconducida hacia
niveles profundos de autocomprensión y desarrollo personal. Por ello en este
capítulo mostraré varios sistemas de lectura, distintos en su concepción
pero igualmente válidos en sus conceptos terapéuticos. De hecho son parte
de las lecturas que utilizo habitualmente junto con las que incluyo en otros
capítulos.
Lecturas Simples
Denomino Lecturas Simples a aquellas que no tienen una estructura
predeterminada y de una forma sencilla y directa dan sentido y orientación
al consultante. Estas lecturas tampoco cuentan con un número determinado
de cartas siendo el propio tarólogo quien va decidiendo sobre la marcha si
es necesario colocar más arcanos sobre el tapete.
Un sencillo método es indicarle a quien consulta que elija una o dos cartas
para el problema que quiere tratar y otra u otras que le parezcan adecuadas
para sí mismo. Por ejemplo una persona tiene un problema con un jefe en su
trabjo. Escoge dos Arcanos: El Emperador para su jefe y El Diablo para el
problema, luego elige El Colgado y El Sol para sí mismo.
La Lectura Orgánica
Esta lectura permite utilizar las cartas que han aparecido en una lectura y
redistribuirlas, no solo horizontalmente sino que empleamos todo el tapete
para recolocarlas en la posición que deseemos y realizar una segunda o
tercera consultas a tenor de las nuevas relaciones que se han establecido.
De hecho lo que buscamos es que el consultante elabore una especie de
mandala con los Arcanos. Al distribuir las cartas de esta manera lo que se
forma es un conjunto geométrico donde se pueden trazar líneas, triángulos,
etc.. que nos hacen descubrir nuevas relaciones entre los Arcanos y por
ende nuevas ideas y sugerencias por lo que se crean nuevas lecturas para las
mismas imágenes. Un ejemplo lo tenemos en la figura siguiente en la que
aparece una lectura de 5 cartas:
Tras realizar la lectura de modo, digamos, tradicional procedemos a ubicar
los Arcanos en distintas posiciones, dejamos al /la consultante que coloque
las cartas donde mejor le parezca y en la posición que crea conveniente. El
diseño de ese mandala nos dará una idea de la personalidad de la persona y
del momento personal en el que se encuentra. Puede resultar un esquema
caótico o más o menos equilibrado que será un espejo de la psique de quien
consulta. Un par de ejemplos podrían ser estos:
Lectura Metagenealógica
El proceso
Se toman los 22 Arcanos Mayores y se barajan, esto lo puede hacer el
mismo consultante que cuando crea que ya es suficiente colocará partiendo
desde abajo los 22 Arcanos tal y como se muestra en la figura:
Una vez dispuestas las cartas procederemos a la lectura de la misma.
Aunque pueda parecer paradójico la primera carta que descubriremos será
la última, la 22, pues esa es la primera pregunta que hará el tarot: ¿Cuál es
tu Propósito?. El Arcano que se encuentre en esta posición rebelará esta
cuestión siempre en un diálogo constante con el consultante. Puede ser que
éste no encuentre a priori relación entre lo que dice ser su proyecto o meta
y lo que el Arcano le manifiesta en ese momento pero con toda seguridad le
permitirá ahondar en su inconsciente y encontrar relaciones, analogías y
claves que ampliarán su visión. Muchas veces lo que ocurre es que la propia
persona no sabe lo que quiere y la misión del Arcano es precisamente
permitir que aflore el propósito de la consulta.
El trabajo con los Arcanos del Tarot nos pone en contacto con el mundo
simbólico permitiendo que los símbolos actúen sobre la conciencia y así el
consultante puede relacionarse con ellos y comunicarse en su mismo
lenguaje. Llega un momento en que el símbolo en sí desaparece y sus
contenidos se formalizan, se personifican permitiendo que lo que se
encuentra en el inconsciente emerja pudiendo llegar a conseguir una toma
de conciencia, lo que en términos espirituales se conoce por insight. Como en
todo trabajo terapéutico es importante la repetición de este tipo de
actividad para que el consciente se acostumbre al lenguaje del inconsciente
y ambos se fundan en una nueva energía benéfica. Es como si fuese
emergiendo una nueva personalidad que aglutina lo solar y lo lunar, lo que
mostramos al mundo a través de nuestra personalidad y lo que mantenemos
oculto en el sustrato de la sombra.
LOS ARCANOS MAYORES UNO A UNO
“Cada vez que un hombre se pone a aprender, tiene que trabajar tan duro
como pueda, y los límites de su aprendizaje están determinados por su
propia naturaleza. Por lo tanto no vale la pena hablar sobre conocimiento. El
miedo del conocimiento es natural: todos lo experimentamos, y no hay nada
que podamos hacer. Pero por terrible que pueda ser aprender, es más
terrible pensar en un hombre sin conocimiento”.(C. Castaneda)
LA EMPERATRIZ- CREAR EN EL AMOR
Nos encontramos ante una de las necesidades básicas de todo ser humano,
el sentirse estimado, querido, amado. Los cuatro primeros Arcanos Mayores:
(El Mago, La Papisa, La Emperatriz y el Emperador) representan al ser
ensimismado consigo mismo; se trata del desarrollo del Yo-Soy y sus
vertientes Yo-Acumulo (conocimiento), Yo-Creo, Yo-Mi seguridad. Con el
Papa se produce ya una apertura al exterior con el Yo-Comunico, pero de
alguna manera al ser la figura del Papa mayor que la de sus acólitos,
representa una comunicación unívoca, en un solo sentido. El Papa no escucha,
declama. En la carta de El ENAMORADO, los tres personajes se encuentran
a la misma altura, ninguno es superior a los otros. En cierta medida se
produce el descubrimiento del “otro” como espejo. Con el Arcano VI se
produce la diferenciación, si se presenta de forma positiva, o la disociación,
si ocurre de manera negativa; por eso también EL Enamorado es la carta de
la duda, de la elección entre dos opuestos. Al diferenciar lo que es de lo que
no es, la persona no sólo tiene necesidad de amarse a sí misma, sino de amar
y de que la amen los demás, o al menos quienes ella cree que deben
profesarle amor.
El Enamorado nos apremia a seguir la voz del corazón pues si actuamos con
amor tomaremos la decisión correcta y aún en el caso de que nos
equivoquemos, algo aprenderemos. Este amor también nos permitirá dialogar
con nuestros Yos internos de una forma desafectada, comprendiéndolos y
aceptándolos pero dejando que la elección se tome a través nuestro y dejar
el Yo para pasar al Nosotros; así nos damos cuenta que el AMOR es
reconocernos en el otro.
El auriga de El Carro viaja solo, sin compañía; cree en sus posibilidades y por
ello se permite el lujo de reclamar el poder y reconocimiento que le
pertenece, en función de los éxitos que logra. Lleva consigo el influjo de las
estrellas que lucen en su palio.
LA JUSTICIA – AQUÍ Y AHORA
La Justicia actúa para preservar la unidad del Todo más que para castigar al
individuo, por eso mismo no podemos permanecer indiferentes al significado
de nuestras acciones aunque podamos intentarlo. La Justicia nos aconseja
contrapesar cada pensamiento, cada palabra y cada acción con exactamente
lo opuesto. Representa el juicio de la conciencia profunda.
EL ERMITAÑO – UNA LUZ EN LA OSCURIDAD
Pocas cosas hay mejores para alcanzar cierto grado de sabiduría que la
propia experiencia, el haber aprehendido de forma personal la realidad. En
cierta medida El Ermitaño se ha convertido en su propia experiencia, no
hace distingos entre lo vivido y el sujeto que lo ha vivido. Como parte activa
de la experiencia se sabe uno con ella, no la experimenta “desde fuera”
como algo que le está pasando sino como un todo donde el observador y lo
observado, el sujeto de la acción y la acción misma se funden en una misma
cosa. Y ello le da la sabiduría necesaria para volver al mundo e iluminar a
quien lo desee con sus conocimientos. Pero el farol de la experiencia sólo
ilumina a aquel que la tiene (la experiencia) y El Ermitaño únicamente puede
señalar el camino a quien desee recorrerlo personalmente. Su luz ilumina el
recorrido, pero ese camino debe andarlo solo quien desee ir más allá de la
ilusión. Cualquier cambio evolutivo, cualquier avance en los niveles de
conciencia se realiza sumido en una crisis. Crisis que significa cambio,
mutación; un descenso hasta el mismo centro de la conciencia, en soledad
hasta alcanzar el vacío, la vacuidad, que puede ser terrible pues en ese
estado no hay asideros a los cuales aferrarse. Sin muletas existenciales y
acostumbrados durante tanto tiempo a ellas quizás nos fallen nuestras
fuerzas si no serenamos la mente y comprendemos que el vacío no es la
Nada sino, al contrario, el Todo en su plenitud.
El Ermitaño ha comprendido que lo que percibimos en su mayor parte no son
datos empíricos sino conceptos, datos mentales y que la única manera de
sentirse dueño de todo es no ambicionar nada, no tener nada. Incluso
podemos ver que El Ermitaño va más allá pues de forma totalmente
consciente no utiliza las palabras, deja de lado el lenguaje para transmitir
su conocimiento. En este contexto, El Ermitaño es la otra cara de El Papa. Si
éste representa el dogma, aquel supone la libertad, si el Sumo Pontícipe es
un puente entre el conocimiento superior y sus acólitos, El Ermitaño viaja
solo, no desea seguidores, trabaja a campo abierto mientras que el Papa lo
hace sentado dentro de un templo, podríamos aseverar entonces que el
templo del Ermitaño es el mundo. El Ermitaño desdeña la Tiara solemne del
Papa, un gorro es toda su protección y además lo lleva a la espalda, dejando
su cabeza al descubierto pues todo aquel que necesite un maestro podrá
contar con su ayuda. También prefiere el bastón al báculo, un bastón
firmemente apoyado en la tierra dado que representa, el arcano VIIII, el
misticismo y la espiritualidad en la vida cotidiana.
Si tuviéramos que definir con una sola palabra la enseñanza esencial de este
Arcano sería: Impasibilidad. Básicamente lo que nos está diciendo la esfinge
situada en lo alto de la rueda es que debemos dominar nuestra vida, no
dejarnos influenciar por las circunstancias externas. Yendo un poco más
allá, también nos está indicando que debemos conducirnos de forma amoral,
lo que nada tiene que ver con inmoral. Lo que la carta, la esfinge helénica,
nos indica es que precisamente la moral, tomada como dogma, es la que nos
ata a los radios de la rueda de la vida; esas pautas de conducta impuestas
por nuestro entorno socio-cultural a menudo son trabas en nuestro camino
de búsqueda espiritual. Cabe, pues, conducirse con la propia ética,
conscientes de las paradojas de la vida; entendiéndola como un sistema en
transformación constante y que incluye la simultaneidad de los opuestos,
incluso de fuerzas que en apariencia son irreconciliables, como la vida y la
muerte.
Como además nos indican los Arcanos del Tarot en su “viaje”, la Rueda de la
Fortuna hace mención, una vez más, a ir desde el exterior de las cosas a su
centro; a la quietud y paz de espíritu que da el saberse parte de un Todo
indisoluble, holístico, que trasciende la propia identidad individual, actuando
en un tiempo sin pasado, presente ni futuro; así el movimiento de la Rueda
es un continuum impermanente, un disolverse en una esfera cuyo centro
está en todas partes y su circunferencia en ninguna.
La Rueda nos introduce además en algo que nos trae de cabeza desde
tiempo inmemorial, y es el tema del Destino. En muchas culturas se habla
incluso de la Rueda del Destino, la Cábala tiene su Hado, una fuerza oculta
que dirige el rumbo de los acontecimientos que nos suceden en la vida. En
realidad todo viene relacionado con el Karma, la Ley de Causa-Efecto la cual
generalmente se asocia con el arcano de La Justicia, bien que La Rueda
también nos documenta el funcionamiento de dicha Ley; al fin y al cabo en el
Tarot de Marsella la esfinge que preside esta carta porta una espada y nos
mira fijamente al igual que La Justicia. El Tarot entonces ¿también hace
referencia al Destino?, incluso podríamos ir más allá teorizando sobre la
posibilidad de que La Rueda nos hable también de la Rueda de
reencarnaciones.
El Karma es una ley que nos enseña que toda acción crea una reacción,
produciendo un efecto positivo o negativo según sea el tipo de acción
realizada; pero acción no significa únicamente actos sino también
pensamientos, sentimientos, palabras, movimientos energéticos, ideas
espirituales, etc… entendiendo entonces que esta ley se aplica para enseñar
al espíritu en evolución y para regular los estados de conciencia de los seres
en relación directa con la utilización del libre albedrío, esto es, de la
facultad que tiene toda persona para decidir mediante su voluntad sobre el
camino a seguir en su vida, o lo que es lo mismo, a decidir libremente sobre
su destino. Sin embargo existe una concepción negativa del Karma desde la
cual se percibe al ser humano como perseguido y atormentado por las
sombras del pasado así como por la concepción equivocada del Karma, que lo
limita y le hace prisionero de su propio sufrimiento. Cree que hay un destino
predefinido del que no puede sustraerse, el destino se percibe como una
fuerza oculta que rige nuestra vida, donde unos nacen para ser felices y
otros para sufrir, apareciendo así como afortunados o víctimas.
El Arcano XI del Tarot nos muestra un ser humano y un animal, una mujer y
un león; la sutileza femenina (la dama) controlando las pulsiones internas (la
bestia), ¿ o es el espíritu controlando al cuerpo a través de la mente?. Lo
cierto es que la carta tiene por nombre La Fuerza y si nos fijamos bien no
podemos afirmar taxativamente si la mujer está cerrando o abriendo las
fauces del león. Hay quien dice que la dama hace esto último para enseñarle
al león la magia del hablar humano, es como si el intelecto se dispusiese a
verbalizar las ideas y pensamientos. Bien mirado los sueños, las metas, no
toman fuerza hasta que se expresan mediante la voz. La palabra dicha
materializa lo pensado; cuántas veces no se ha afirmado que la “palabra de
honor” tiene más “fuerza” que un papel firmado ¡¡. En todo caso estamos
ante un Arcano, el primero de la segunda serie decimal del Tarot, que se
corresponde con una toma de conciencia; aunque emparentada con el Mago,
La Fuerza está segura de lo que tiene que hacer, nos está señalando que
nuestras ideas y pensamientos deben casar con lo que pregonamos y, en
última instancia, con nuestras acciones. Nos habla de lucidez, de
congruencia, de un equilibrio basado en el amor (los 3 seises) porque aunque
la mujer aparezca dominando al león, lo cierto es que comparte su esencia.
La Fuerza nos indica también que debemos aceptar nuestra condición animal
para poder optar a una vida plena, que no tenemos por qué vivir
atemorizados por nuestros instintos suprimidos o reprimidos, es más, desde
una óptica instintiva el león desea ser redimido, aceptado tal y como es
porque forma parte de nuestro YO, es la parte amoral de nuestra psique, la
que no sigue dogmas ni consignas y en muchas ocasiones al restringir esa
faceta humana caemos prisioneros de mandamientos religiosos, políticos y
culturales. Y en este contexto también nos habla de la energía sexual, la
energía creativa por excelencia, que bien conducida produce beneficios
increíbles tanto a nivel físico como emocional. Es el despertar de la
Kundalini (la cabeza del león “sale” del sexo de la mujer). A nivel iniciático
diversas escuelas postulan que a través del sexo se puede alcanzar la
Iluminación.
El Colgado está meditando (otra referencia más que el Tarot nos hace de las
filosofías orientales), su postura se asemeja al asana (postura de yoga)
VRKSASANA o postura del árbol, con ello nos parece indicar que el camino
de la meditación, el vaciar la mente, es un camino válido para conocerse a sí
mismo, para relativizar los problemas y percibir la vida desde otro punto de
vista, más profundo, más cercano a la esencia. Ha renunciado volitivamente a
intentar cambiar el mundo pues sólo cambiando él es cuando el mundo
empieza a modificarse. Cuando el puzzle del hombre se resuelve, el mundo
adquiere su dimensión perfecta así que lo primero es resolver los enigmas
emocionales propios algo que El Colgado empieza a efectuar, pero no
empleando su energía sino que se sirve de las fuerzas telúricas y de la
naturaleza. Se deja llevar por las aguas de la vida, conocedor de que nadie
puede bañarse dos veces en el mismo río y que el ser humano siempre es el
mismo, pero no lo mismo. El Colgado es sabio, y su sabiduría proviene de lo
más profundo, de lo Eterno.
ARCANO XIII – TRANSFORMACIÓN EN VIDA
El Arcano XIII nos propone, para poder equilibrarnos, realizar una labor de
transformación en nuestras vidas, un cambio de conciencia basado no en el
pasado y en todo el bagaje emocional que nos lastra, sino focalizándose
hacia el futuro cortando con los apegos y basándonos en nuestra estructura
interna fuerte y decidida, sin mirar atrás.
Así pues La Templanza nos sugiere armonizar los opuestos pues no pueden
existir por sí mismos; también a adaptarnos al flujo de la vida, nos coloca en
situación de recibir ayuda y a soportar las pruebas del día a día, a
complementarnos con los otros y hacer que el tiempo se ponga de nuestra
parte.
EL DIABLO –ENFRENTARSE A LAS SITUACIONES
Curioso que sea la carta de El Diablo la primera del septenario que nos
llevará a la realización espiritual. Curioso por las connotaciones que el
simbolismo y su interpretación conllevan de forma general a pensar en este
arcano como en algo negativo; su sola visión aterroriza a la mayor parte de
personas y es que encontrarnos enfrente de nuestra sombra generalmente
nos asusta. De alguna manera, El Diablo nos avisa de algo muy importante, y
es que si reprimimos ciertos aspectos de nosotros mismos, nuestro
potencial creador se verá disminuido y ralentizaremos, o en el peor de los
casos detendremos nuestro desarrollo espiritual y nuestra evolución, lo cual
abocará a un estancamiento en todos los sentidos. Este Arcano nos obliga a
no mentirnos sobre lo que se supone que somos realmente y a integrar todas
las facetas de nuestra psique para poder realizarnos aquí y ahora sin
esperar a supuestos cielos míticos y recompensas futuras. “Lo reconozco,
necesito gustar. No reprimo mi sombra, uno tiene que reconciliarse con lo
que no le gusta de sí mismo, hay que compensar con los opuestos: energía y
dulzura, genio y candor. No me gusta el puro macho ni la pura hembra.
Felizmente, esta civilización posmoderna que yo llamo retroprogresiva
tiende a acabar con los estereotipos y conciliar los contrarios: yo por
ejemplo soy un adulto responsable y soy un niño. Un híbrido y un mestizo”
(S. Paniker). Tenemos que dejar de considerarnos víctimas pasivas de
fuerzas externas, de proyectarnos hacia el pasado en forma de culpa y
hacia el futuro en la ansiedad; debemos hacernos responsables y no
ocultarnos en la mentalidad de la masa, en el falso yo que hemos creado a
partir de engañosos proyectos mientras nos ocultamos de la maravillosa
verdad de la existencia.
El Diablo es una carta de una gran fuerza que nos ayuda a enfrentarnos a las
situaciones y seguir adelante, a vivir el placer en toda su plenitud. No deja
de ser un ángel, aunque se trate de un ángel caído, pero en su misma
oscuridad se encuentra el germen de la ascensión hacia la luz, porque una no
puede subsistir sin la otra. Su mirada bizca nos indica, si le damos un
sentido positivo, que debemos mirarnos a nosotros mismos, a hacernos
conscientes de nuestra divinidad aunque se encuentre envuelta con el manto
de la materialidad y, paradójicamente, a no desechar esa parte de nuestro
ser pues tan negativo es focalizar nuestra vida en base a la materia, al
cuerpo, como enfocarla únicamente hacia la vertiente espiritual sin tener en
cuenta que la materia y el espíritu no dejan de ser diferentes densidades de
energía, de vibración y ambas son necesarias para conseguir la realización
espiritual aquí y ahora.
El Diablo nos avisa que hay una desconexión con nuestro ser más profundo y
el sufrimiento que de ello se deriva, y que debemos reconocer que en ese
mismo dolor se asienta nuestra curación. Reconocer nuestro malestar es el
primer paso. También nos advierte que desde el momento que sabemos que
estamos condenados (condicionados), nos comportamos de una manera que
hace que la realidad se amolde a nuestro conocimiento. Sentimos ansiedad
cuando hay disonancia entre nuestro conocimiento y los hechos que
percibimos, por eso los hechos tienen que alterarse. Entonces caemos en la
manipulación y el autosabotaje. Nos permitimos ser a la vez víctima y
agresor, sentimos atracción y repulsión, de ahí que sería interesante en
ocasiones preguntarse cuales son los verdaderos propósitos al dar ayuda
dado que aunque creamos estar comportándonos como el ángel de La
Templanza, generalmente nos convertimos en ese Diablo al que creemos
combatir.
LA TORRE (LA CASA DIOS) –LIBERARSE DE LOS CONCEPTOS
Este Arcano produce, así a primera vista, una sensación de caos, de ruptura,
de algo que se derrumba en nuestro interior, y eso puede ser verdad hasta
cierto punto dado que cuando llega la Iluminación todas las estructuras
mentales que han servido de apoyo a nuestro ego dejan de tener sentido y
por consiguiente se produce una ruptura con lo conocido lo que provoca un
“derrumbe” de la identidad. De los apegos de El Diablo pasamos a una
liberación, y toda liberación lleva indefectiblemente a un vacío, que no es la
Nada, sino a la comprensión de lo Infinito, de lo Eterno, pero aquí y ahora,
pensamiento insoportable sino se mantiene un equilibrio interior basado en
el conocimiento que nos procura una visión del Dios Interior que todos
llevamos dentro. La Casa-Dios supone una apertura a lo desconocido, al todo-
es-posible, y en ello no hay nada de introvertido, de místico (sobre todo tal
y como se define lo místico general y equivocadamente); perder el centro de
referencia por el que nos hemos guiado hasta ahora no supone inconsciencia
sino al contrario una toma de conciencia real de lo que es la vida, de que la
personalidad es sólo un atuendo y que desasirse de ese ropaje nos aportará
una visión más amplia de las cosas y de nosotros mismos. Desacondicionarnos
de lo establecido supone abrirse a nuevas experiencias sin enjuiciar.
Bien es sabido que la Energía espiritual es de tan alta vibración que es capaz
de desequilibrarnos fácilmente. Mediante La Luna podemos ir desarrollando
la intuición necesaria para poder hacer aquello que debemos hacer, en
consonancia con el Plan Cósmico. Desde la oscuridad podemos alcanzar la paz
interior, la conexión con la Madre Cósmica, sabiendo que la luz que refleja la
Luna es la del Sol, la del Padre.
El trabajo personal al que nos obliga la Luna es tremendo pues significa
hacer frente a temores infundados anclados en el inconsciente. Hay que
remover las aguas para darnos cuenta de que si bien la superficie parecía
limpia y en completa quietud, la profundidad se encuentra llena de lodo el
cual al emerger ensucia la superficie. Pero eso es positivo porque así
podemos discernir entre lo real y lo ilusorio, podemos limpiar el fondo del
lago de nuestro inconsciente y liberarlo de temores, traumas y fobias. La
Luna permite hacer frente a esos “fantasmas” que estaban dilapidando
nuestra vida. Curiosamente también podríamos mantener un paralelismo
entre este Arcano y La Rueda. Ambos nos hablan de ciclos, si bien La Rueda
se refiere a ciclos mayores de la vida y nos anima a ir hacia el centro, hacia
la calma; la Luna, complementariamente, nos anima a ser uno con nuestros
ciclos vitales. Nuestro satélite tiene una gran influencia sobre los océanos y
mares; nosotros llevamos un océano en nuestro interior, somos en gran
parte agua y es evidente que estamos influenciados por la Luna.
Sabiendo esto, podemos sincronizarnos con los ritmos lunares, los ciclos
cósmicos, y vivir acorde a ellos. Conocer los ciclos biorrítmicos y la
influencia que en nuestro organismo y psique tienen los ciclos cósmicos y
lunares nos ayudará a comprender mucho más nuestros estados de ánimo,
nuestra carga energética y supondrá un gran soporte para entender “qué-
está-pasando”.
Decíamos que este trabajo puede resultar titánico, descomunal, pero en ello
va nuestra vida y creemos que merece la pena enfrentarse a los sedimentos
del inconsciente dado que la recompensa supera todos los obstáculos que
hayamos tenido que sortear.
EL SOL –UNIÓN Y FRATERNIDAD
Tras la oscura travesía por la carta de La Luna, llegamos a la luz del Sol.
Todo ese trabajo acometido en la profundidad permite acceder a la luz y la
abundancia. Pero esto no significa que hemos llegado a algún lugar, o que
podemos estar seguros de no volver a caer en el mundo de lo ilusorio. Para
que el Sol pueda guiarnos también debemos realizar un trabajo interior, de
darnos cuenta, quizás por vez primera, que nuestra esencia, nuestro self, en
poco o nada difiere del self de los otros. Del YO pasamos al NOSOTROS
pero de forma activa, no solamente como concepto espiritual el cual lo
podemos tener asumido o no; sino de manera física, de relación con los
demás en pensamientos, palabras y actos.
Así debemos conducirnos por la vida, como ese Sol que ilumina sin
discriminar, que irradia todo su calor y luz a todos por igual, aunque no
todos lo reciban de la misma forma e idéntica intensidad. El consciente y el
inconsciente logran funcionar unidos construyendo una nueva vida libre de
prejuicios aunque sin caer en la sensiblería. Mirar el mundo con ojos
inocentes, como los niños de la carta, no significa que debamos claudicar
ante según que actos y circunstancias. Nuestro brillo quizás deslumbrará o
quemará a según quien, más ello no debe hacernos retroceder en nuestro
camino.
El Sol nos indica que solo podemos conservar aquello que damos, nos habla
de una mentalidad de servicio que implica una actitud de abundancia, “lo que
das te lo das, lo que no das te lo quitas” (A.Jodorowsky). Además cuando se
actúa motivado por la voluntad de colaboración y servicio uno logra un nivel
tan elevado de autoridad moral que el resultado natural es el éxito en la
vida cotidiana.
En realidad la simplicidad del mensaje de este arcano puede hacer que por
esa misma simplicidad, quede velado para la mayor parte de nosotros. Sogyal
Rimpoché lo describe en clave tibetana: “Cada vez que vea o hable con otra
persona piense que esa persona es usted”. Los dos niños de la imagen, en el
Tarot de Marsella, lo refrendan; son como un espejo el uno del otro así que
al encontrarnos con otra persona pensemos por un momento no en lo que
vemos sino en lo que queremos ver y ¿qué deseamos ver en los demás?, Este
arcano nos dice que todos somos iguales ante los “ojos” del Sol, ante su
poder y energía y que participamos de sus cualidades. Por lo tanto el paso
hacia la siguiente carta ha de ser conjunto ya que el despertar deberá ser
global, de toda la Humanidad. No hay otra alternativa.
EL JUICIO –CONCIENCIA DE LO ETERNO
Con este Arcano llegamos casi al final del camino, aunque a decir verdad se
trata del resurgimiento de una nueva conciencia donde se ha vencido el
temor a la muerte pues nos hemos dado cuenta que sólo teme a la muerte
quien se encuentra identificado únicamente con su ego y su parte material.
Solamente lo físico fenece; el ser esencial permanece y la comprensión de
esa permanencia permite concebir la nueva vida con otras actitudes, con
otras ideas, con esquemas mentales más abiertos. La relación con los demás
cambia radicalmente pues nos liberamos de los sentimientos de culpa,
dejamos de juzgar y de juzgarnos; accedemos a un autoconocimiento que
nos permite estar en armonía con los demás.
En la carta del Juicio vemos a un personaje, el de color azul, que sale de una
tumba. Esta imagen contiene una enorme carga simbólica y no se debe
interpretar de forma literal. En realidad la tumba representa un lugar
donde el personaje ha pasado un período de incubación, de iniciación. En
cierto sentido necesita “morir” como individuo para renacer como ser
indiferenciado.
Así pues ha llegado la hora de dejar de juzgar todo lo que vemos ya que eso
no se corresponde con la verdadera Visión; solo es una ilusión de la realidad
y por lo tanto sin significado. Únicamente la Visión da significado real, que
es lo que este arcano representa.
EL MUNDO – EL MUNDO ESTÁ EN TI
Así el Arcano XXI viene a confirmar una vez más el por qué el Arcano XIII
no tiene nombre y es porque la muerte en sí no existe, es sólo un paso a otro
nivel, pero lo más interesante es que además nos demuestra que es
imposible buscar la perfección en este mundo. Como hemos estudiado, el nº
8 se relaciona con la imagen de la Justicia, sinónimo de perfección, aunque si
aplicamos el principio de analogía igual que hicimos con el Arcano XIII,
podríamos afirmar que si de verdad existiese la perfección, esa carta se
encontraría al final de la baraja, pero tampoco es así.
Ahora bien, nos han hecho creer que existen diversas formas de “ponerse
en camino de” la realización espiritual, pero que nadie se llame a engaño, la
verdadera vía espiritual es para unos pocos, la mayoría no pasará del acto de
presuponer que se encuentra en esa vía y ello es así porque el ego se
alimenta de presunciones y la primera presunción es que cree saber quien es
y a partir de ahí interpreta la realidad según su exclusiva visión de todo.
Existe cierta, o mucha, confusión entre lo que es la búsqueda espiritual y la
necesidad psicológica de sentirse mejor (necesidad de seguridad, de amor,
de reconocimiento) así que cuando se llega a un punto donde el progreso
espiritual se estanca, deberíamos preguntarnos si no estamos confundidos y
lo que deseamos simplemente sea sentirnos mejor. En cierta medida
debemos estar atentos al llamado “materialismo espiritual” tal y como lo
explica Mariana Caplan: “El ego imita las experiencias y los gestos
espirituales porque desea los beneficios que imagina que tales experiencias
pueden aportar, pero no está dispuesto a sacrificar sus propios modos de
ser. Los individuos que han espiritualizado su ego se hallan en una situación
muy precaria y nada envidiable, por más que puedan fantasear que son los
reyes de la fiesta espiritual” (A Mitad de Camino). No deberíamos olvidar
que no podemos ir más allá de nosotros mismos sin una causa mayor que
nosotros.
Otra de las lecciones que nos da El Loco es que siempre estamos buscando
algo a lo que aferrarnos, necesitamos una identidad para sentirnos seguros y
aquellos que desean un salto cualitativo en su existencia ven, con horror, que
el cambio es imposible. Nuestra naturaleza interior es básicamente
perfecta. Lo imperfecto es nuestra identidad, nuestra personalidad,
nuestro ego, aquello que sentimos y creemos como Yo-mismo, en suma,
nuestra forma de ser; y los intentos por cambiarla no nos ayudan a
liberarnos precisamente de ella porque estamos utilizando las mismas
herramientas de construcción del ego para deconstruirlo. Para
desenmascararnos debemos utilizar otros útiles más sutiles, expandirnos y
entrar en contacto con el fundamento de nosotros mismos, es lo que John
Welwood denomina “el espacio abierto del ser” , esa dimensión vacía y alerta
de donde emergen las comprensiones espirituales más profundas que nos
ayudan a trascender los puntos de referencia convencionales. El Loco, en
cierta forma, bebe de las enseñanzas budistas, su percepción no está
distorsionada por la realidad que nuestros sistemas cognitivos toman por
cierta, aunque aún se encuentra en el mundo de la “apariencia ilusoria”
(samsara), su visión va más allá, su conciencia se encuentra abierta a lo no
conceptual y desacondicionado.
El Loco nos habla de ese anhelo de conectar con la dimensión más amplia y
expansiva de nuestra naturaleza. Ello se traduce en la atracción que
experimentamos por los inmensos espacios abiertos de la naturaleza, de la
misteriosa atracción que ejercen sobre nosotros los territorios
inexplorados, el extraordinario horizonte del océano o las insondables
profundidades del espacio exterior. Pero también le tenemos miedo a su
falta de solidez, así que aunque a menudo anhelamos más espacio también
huimos de él y nos apresuramos a llenarlo con nuestros puntos de referencia
familiares. Lo que El Loco reconoce es su propia locura la cual es, desde
luego, el principio de su cordura y con ella se sana, trasciende y se libera.
Puede parecer una paradoja pero el Loco sabe que:”La gente cree que la
iluminación es un estado en el que al fin se comprende todo; la verdad es
más bien lo contrario: la iluminación es un estado en el que, al fin, ya no se
comprende nada”. (S. Pániker).
El Loco despierta entusiasmo, nos libera de viejos conceptos, nos permite
sintonizar con nuestro yo interior y nos ayuda a desembarazarnos de
apegos y ataduras. Es la conexión con el espíritu divino en acción.
LOS ARCANOS MENORES
Así como los Arcanos Mayores constituyen la representación de los
arquetipos y los aspectos más profundos de nuestra psique, los Arcanos
Menores nos remiten a situaciones cotidianas y de cómo los Arcanos
Mayores influyen en los cuatro centros de las persona: el intelectual
(espadas), el emocional (copas), el físico-material (oros) y el creativo-sexual
(bastos).
Todo esto lo comento porque soy un firme defensor del Tarot de Marsella
que es el que utilizo habitualmente en mis consultas. Sin embargo considero
que para el profano sus Arcanos Menores son demasiado crípticos. Quien
consulta se encuentra ante unos símbolos, una geometría, que le es imposible
descifrar, por eso también utilizo otros mazos como el de Osho, el Cosmic,
el de Crowley o el Symbolon.
Sin embargo es interesante también visualizar otros mazos en los que los
Arcanos Menores representan acciones más o menos cotidianas o presentan
imágenes mucho más explícitas que los del Tarot de Marsella. A continuación
adjunto los Arcanos Menores del Tarot Rider-Waite.
Las lecturas y el trabajo con el Tarot hacen que podamos tomar conciencia
de la multiplicidad de la naturaleza humana. El Tarot nos enseña a observar,
a escuchar, a prestar atención, y una vez integrado en nosotros mismos, ese
observar, escuchar y prestar atención se traslada a nuestro entorno, a
nuestra vida cotidiana. Nos afirmamos en el hábito de observar, sin juzgar,
tanto lo que hacen otras personas como lo que nosotros mismos hacemos. Y
así cultivamos el arte de la atención; como dirían los chamanes, acechamos y
nos acechamos, llegando a advertir toda clase de cosas, no solo en las
lecturas sino en la vida diaria: pautas de conductas, tretas del
comportamiento, etc… tanto en los demás como en nosotros mismos.
Curiosamente los arcanos mayores del Tarot nos aleccionan sobre ello. Si
colocamos en fila los 22 arcanos, desde El Loco al Mundo, vemos como
atravesamos las diversas etapas del viaje creyendo que estamos
evolucionando paso a paso…hasta que llegamos al arcano de La LUNA. En el
Tarot de Marsella, y en muchos otros, La Luna está mirando a los anteriores
18 arcanos y ¿qué nos viene a decir La Luna?. Pues, paradójicamente, lo que
nos está mostrando La Luna es que todo ese proceso, jubiloso en ocasiones y
angustioso la mayor parte de ellas, todo ese viaje, proyecto o como
queramos denominarlo, no es más que pura ILUSION.
(Tarot de Marsella-Lemat)
En todo caso, sea lo que sea, el viaje merece ser realizado, la vida es
multifacética, poliédrica, apasionante, digna de ser vivida porque la vida
somos nosotros. Somos nosotros quienes danzamos dentro de la mandorla
del Arcano XXI. Deseo que tu baile sea placentero y dichoso porque,
además, tu danza es mi danza. Es la danza de todos.
NOTAS