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©Francisco Benages García

Propietario del texto, imágenes y dibujos

La propiedad de las imágenes de las barajas de Tarot que


aparecen en este libro pertenece a sus autores

1º edición electrónica octubre 2012


Se permite la reproducción parcial de textos y dibujos
citando siempre la fuente.
A Oscar y Cristian
Que El Sol brille para siempre en vuestras vidas
Agradecimientos

Antes de iniciar el viaje quisiera dar las gracias a todos aquellos que de un
modo u otro me han ayudado a realizar esta travesía.

Gracias a Encarna Sánchez y Daniel Rodés, mis profesores y amigos.


Gracias a Alejandro Jodorowsky, instructor y maestro de Tarot y de la
Vida.
Gracias a Salvador Pániker. Su filosofía me cambió la vida.
Gracias a Cristina Cinca por estar ahí, ayudándome en el camino.

Gracias también a todos aquellos autores que con su sabiduría y


conocimiento me han socorrido cuando los necesitaba. Sus nombres los he
incluido en Lecturas Recomendadas.

Y como no, me siento agradecido con mis consultantes y asistentes a los


talleres y cursos. He aprendido de ellos y el reflejo es este trabajo.
TEMARIO
-INTRODUCCION
-PSICOLOGÍA Y TAROT
-EL TAROT Y LA PSICOLOGIA JUNGUIANA
-Proyecciones
-Tarot y Sincronicidad
-El Tarot y la sombra
-TAROT Y PSICOLOGIA TRANSPERSONAL
-Los ojos del conocimiento
-El Flujo
-EL DESARROLLO DE LA CONCIENCIA: ENTRE WILBER Y JODOROWSKY
-Las estructuras básicas de la Conciencia
-PSICOTERAPIA A TRAVÉS DEL TAROT
-Tarot y proceso terapéutico
-Las cartas de la vida
-Interpretación y significados
-Una cuestión de energía
-ORGANIZACIÓN DEL TAROT POR SERIES DECIMALES
-ORGANIZACIÓN DE LOS ARCANOS MAYORES POR SEPTENARIOS
-ARCANOS MAYORES Y ENEAGRAMA
-Analogías entre los Arcanos Mayores y los Eneatipos
-ASTROLOGIA Y NUMEROLOGIA: LAS CARTAS DEL NACIMIENTO
-La Astrología al servicio del Tarot y viceversa
-Las cuatro energías
-Aplicación práctica
-Las doce casas astrológicas
-Aspectos planetarios
-Preparando la carta astro-tarológica
-Interpretación
-La Lectura tarológica
-Numerología y Arcanos del nacimiento
-EL PROCESO DE CONVERTIRSE EN UNO MISMO
-El esquema evolutivo
-El proceso
-El cuadrado tierra
-El cuadrado humano
-El cuadrado cielo
-¿El final del viaje?
-LOS CUATRO CENTROS MOTORES, LOS CUATRO EGOS
-Ingredientes de la experiencia a través de los cuatro
centros
-Las sub-personalidades y los cuatro centros
-Pero…¿Qué se supone que es una sub-personalidad?
-Las cinco sub-personalidades
-Sistema de lectura
-PSICOTERAPIA Y TAROT: DEL EQUILIBRIO A LA ARMONIA
-TAROT SISTÉMICO
-Una nueva visión
-Tres caminos hacia el Despertar
-Lecturas
-Lectura del Árbol Genealógico
-caso práctico
-Constelación con los Arcanos del Tarot
-Constelando con representantes y Arcanos
-Otros ejemplos de aplicación
-LECTURAS TERAPÉUTICAS
-Lecturas simples
-Lecturas de tres cartas
-Lectura Orgánica
-La Lectura del Viaje del Loco
-Lectura Metagenealógica
-Un sencillo ejemplo
-EJERCICIOS PARA UNO MISMO
-Colorear los Arcanos
-Elabora tu propio Tarot
-Lleva un diario personal
-Completar frases para vivir de una manera consciente
-Meditar con las cartas
-LOS ARCANOS MAYORES UNO A UNO
-El Mago-Ser uno mismo
-La Papisa-La memoria de nuestros orígenes
-La Emperatriz-Crear en el amor
-El Emperador-Seguridad en uno mismo
-El Papa-El Don de la comunicación
-El Enamorado- El Yo y los Otros
-El Carro-Iniciativa y determinación
-La Justicia-Aquí y Ahora
-El Ermitaño-Una luz en la oscuridad
-La Rueda de la Fortuna-Todo es temporal
-La Fuerza-Poderosa Dulzura
-El Colgado-Aceptación y renuncia
-Arcano XIII-Transformación en vida
-La Templanza-El tiempo todo lo cura
-El Diablo-Enfrentarse a las situaciones
-La Torre (La Casa Dios)-Liberarse de los conceptos
-La Estrella-Nuestra misión en la vida
-La Luna-La Madre Divina
-El Sol-Unión y fraternidad
-El Juicio-Conciencia de lo Eterno
-El Mundo- El mundo está en ti
-El Loco- El viaje hacia uno mismo
-LOS ARCANOS MENORES
-Los cuatro palos
-Significados
-Los Honores o Cartas de la Corte
-A LA BÚSQUEDA DEL EQUILIBRIO PERDIDO
-NOTAS
-LECTURAS RECOMENDADAS
-DATOS DEL AUTOR
INTRODUCCION

Dicen que una persona se realiza totalmente después de tener un hijo,


plantar un árbol y escribir un libro. No sé si es cierto o no. En realidad lo
encuentro limitante. Creo que una persona en realidad no tiene límites para
su realización y que tras haber ascendido a ciertas cimas ha de ir tras otras
más altas. O tal vez no. Dependerá, supongo yo, de su nivel de Conciencia y
de las ganas que tenga de continuar aprendiendo, curioseando en este mundo
paradójico y multifacético.

Lo único cierto es que este libro que tienes entre tus manos, querido lector,
es fruto de la aportación de muchas personas. No es solo mío. La autoría le
pertenece también a cuantas almas se han cruzado en el sueño que es mi
vida y que no me pertenece. Solo le pertenece a la Conciencia la cual se
expresa a través mío de esta particular forma.

En este libro se habla de psicología, de filosofía, de astrología, de


genealogía. Y el hilo conductor es el Tarot. Y así es porque mi intención no
es que aprendas a manejar la baraja del Tarot para poder leer el futuro sino
que a través de este pequeño trabajo multidisciplinar quizás encuentres
alguna respuesta a tus preguntas. Porque no me inicié en el estudio de este
portentoso instrumento sagrado para predecir el futuro, ni adivinar qué sé
yo que tiempo hará mañana, sino para poder conocerme un poco más a mí
mismo. Empecé curioseando y acabé buceando en sus profundidades. Aún
hoy día continúo extasiado ante tanta sabiduría sin palabras.

Parto de la base de que el ser humano es un animal simbólico aunque piense


que ha perdido esa condición en beneficio de su parte racional. Y ese
racionalismo ha impulsado la creencia general de que la realidad es
problemática, se ha relegado lo místico al baúl de lo esotérico en su sentido
más peyorativo, y de lo simbólico parece que solo nos queda el pop-art y las
señales de tráfico. Pero el verdadero místico no siente que la realidad sea
problemática porque en él no existe la disociación entre sujeto y objeto.
Como no hay dualidad tampoco hay una realidad delante de uno.

Nos encontramos en una etapa crucial en la que es necesaria una


transformación esencial, un retorno al Origen donde la dualidad no existe,
donde no existe el problema, cualquier problema.

Este libro trata sobre eso y sobre ese viaje interior inspirado por la
Conciencia y que desemboca en un trabajo personal curativo. Y en este viaje
me acompañan mis amados Arcanos del Tarot, ese libro sin palabras pero
con ilimitados significados e interpretaciones. Hubiese querido poder
escribir un libro sin palabras, pero no sé. Todavía me queda mucho por
aprender.

No quiero extenderme más, lo que creo importante viene tras esta


introducción. Solamente quisiera acabar con un párrafo del fallecido Raimon
Panikkar, sin añadir nada más. Solo gracias.

“Recuerdo un ideal: cada párrafo que escribo, cada frase, debería reflejar,
en la medida de lo posible, toda mi vida y ser expresión de mi ser. Se
debería reconocer mi vida entera en una sola frase, del mismo modo que
puede reconstruirse el esqueleto completo de un animal prehistórico a
partir de un solo hueso”.
PSICOLOGIA Y TAROT

Básicamente la psicología es una ciencia que estudia el comportamiento, la


conducta en su sentido amplio, del ser humano. Evolucionó como ciencia a
partir de la filosofía. Platón y Aristóteles fueron los primeros en darle un
sentido concreto, una definición como concepto. Con el paso de los siglos la
psicología, el estudio de las actividades psíquicas, ha desarrollado un “árbol”
de especializaciones verdaderamente variado. Hoy se habla de Psicología
Aplicada, Analítica, Ambiental, Atomista, Clínica, Cognitiva, Fisiológica,
Experimental, Descriptiva, Social, Sexual, etc… Por su parte el Tarot, del
que obviaremos su posible historia y nos remitimos a la ingente cantidad de
libros publicados sobre él a quien desee profundizar sobre la cuestión,
pensamos que es un sistema simbólico enraizado en el inconsciente humano
que posee unas claves sobre la existencia humana, una sabiduría que lo
convierte en un método de conocimiento personal y que puede ser utilizado
de diversas formas. Su lectura (se trata de un libro en definitiva, un libro
óptico) es posible realizarla a varios niveles. A nivel Literal se trata de
interpretar lo que se ve en las imágenes, a nivel Psicológico la interpretación
se basa en lo que representan las cartas a nivel mental e inconsciente y ya a
nivel Iniciático lo utilizamos como herramienta para el descubrimiento
interior. De ahí la diferenciación que debemos apreciar entre lo que es un
Tarotista (el que “echa” las cartas) y un Tarólogo (quien se ocupa de su
estudio a nivel psicológico). La TAROLOGIA, pues, es una ciencia que se
ocupa del estudio pormenorizado del Tarot, dejando de lado su vertiente
cartomántica y de “videncia”. Fue Alejandro Jodorowsky quien acuñó el
término y que lo ha desarrollado ampliamente en su libro, escrito junto a
Marianne Costa, titulado La Vía del Tarot, al cual remito a quien desee una
amplia información sobre lo que debe ser un tarólogo.

Lo que une al Tarot y a la Psicología es que ambos estudian la psique humana,


la psicología de forma académica, lógica desde su punto de vista racional, y
el tarot lo hace de forma simbólica, arquetípica, artística incluso y se
encuentra conectado al inconsciente personal y colectivo a través de la
sincronicidad. Aunque de puertas hacia fuera los psicólogos desprecian
tanto al tarot como la astrología o el I-Ching, sabemos que muchos
profesionales titulados utilizan el tarot como herramienta en sus consultas;
de hecho este fenómeno ocurre desde los años 70 del siglo pasado, o tal vez
incluso antes tanto en EEUU como en Inglaterra donde los psicólogos de
mente abierta utilizan el tarot en sus sesiones con sus pacientes. Es más,
por si alguien duda de su validez, tanto Freud como Jung utilizaban los
arcanos del tarot como método proyectivo con sus clientes.
En una lectura de Tarot, los poderosos arquetipos trabajan juntos para
crear un patrón o un mensaje que permite al interlocutor entender y
resolver sus dificultades. Sus profundos símbolos también inducen al
consultante a mostrar los sentimientos o las ideas que se esconden debajo
de la superficie de su mente consciente. El simbolismo del Tarot puede ser
una manera más suave para que el interlocutor entre en contacto con los
sentimientos que puede negarse a reconocer. Los objetivos deben ser los
objetivos del consultante, las estrategias deben ser las estrategias de la
consultante, y los planes de acción deben ser los planes de quien consulta.
El trabajo del tarólogo consiste en estimular la imaginación de los
consultantes para ayudarles en la búsqueda de incentivos.
Por todo ello durante este viaje que iniciamos vamos a ir manteniendo una
entente cordiale entre Tarot y Psicología mediante la armonización de las
virtudes de uno y otra, los engarzamos dado que ambos buscan reequilibrar
la psique de la persona y que encuentre su lugar en el mundo.

EL TAROT Y LA PSICOLOGIA JUNGUIANA

Carl Gustav Jung fue uno de los pocos psicoanalistas que estudió el Tarot
viendo en él relaciones psicológicas con sus célebres Arquetipos. Lo cierto
es que durante años estudió alquimia y estaba bastante informado sobre
esoterismo en general por lo que su voz es una de las más autorizadas en el
ámbito de la psicología y su relación con el Tarot. Dos fueron las principales
vías en las que se apoyó para consumar sus teorías, las proyecciones y la
Sincronicidad.

Proyecciones
A nivel psicológico sabemos que el ser humano funciona a base de
proyecciones. Las proyecciones son procesos inconscientes y autónomos por
los cuales vemos en el exterior tendencias, potencias, características y
deficiencias que realmente suceden en nuestro interior. Dándonos cuenta o
no, las personas proyectamos al exterior nuestros miedos, nuestras
fantasías, nuestras esperanzas, nuestras expectativas, etc… A partir de esa
premisa, Carl Jung intuyó un nexo de unión entre la psicología y el Tarot.
Partiendo de la base de que en los niveles profundos de nuestro ser todavía
existe un universo misterioso que opera más allá del espacio y el tiempo
Jung concluyó también en que ese inconsciente funcionaba al margen de las
leyes de la lógica y la causalidad. El maestro suizo relacionó los diferentes
Arcanos Mayores del Tarot con distintos Arquetipos (*) presentes en el
inconsciente colectivo y afirmó que una persona que viviera conscientemente
esos arquetipos no estaría condicionado por esas fuerzas invisibles,
devendría una persona individuada, por una parte lo suficientemente
independiente para ser inconformista y por otra con una gran seguridad
personal para ser conformista. Interesante la descripción que Sallie Nichols
hace de este tipo de persona en su obra Jung y el Tarot, del que
entresacamos unas líneas al respecto: “Una persona individuada se siente
realmente como expresión única de la divinidad, no tiene necesidad de
demostrárselo a nadie. En estas personas puede apreciarse una cualidad
indefinible en su modo de ser que nos atrae…A menudo esta persona parece
más presente y activa en silencio que aquellos que participan de una manera
activa, porque está en contacto con su propio sí-mismo. La comunicación es
tan abierta y fácil que le comprendemos y, a pesar de eso, nos inquieta. Por
un lado es la persona más original que hayamos encontrado jamás, y por
otro, es igual que nosotros. Es una paradoja”. Tras leer este párrafo
creemos firmemente en que el binomio El LOCO-El MUNDO se corresponde
con la descripción, avalada además porque ambas cartas representan el
Alfa-Omega de los Arcanos Mayores, la energía creativa junto a la energía
material, soporte y concreción del mandala que se construye junto con los
demás Arcanos tal y como aparece en La Vía del Tarot.

Sintetizando lo que Sally Nichols expresa sobre el pensamiento de Carl


Jung en relación al Tarot, podríamos afirmar (de hecho son afirmaciones de
su excelente libro) que El LOCO es un Arquetipo coactivo, actual, que
prefiere cabalgar a caminar. El MAGO es el ilusionista, el embaucador. La
PAPISA sin duda encarna el Arquetipo de la Virgen tal y como aparece en
las escrituras sagradas de diferentes culturas. La EMPERATRIZ y El
EMPERADOR simbolizan a gran escala los Arquetipos del Padre y la Madre.
El PAPA, por su parte, representa la autoridad, cuyo poder sobrepasa al del
EMPERADOR. Representa al Hombre Sabio. El ENAMORADO encarna el
eterno triángulo como situación arquetípica de nuestra vida personal. A la
carta de EL CARRO se le ve como parte de una totalidad con la que el héroe
(se trata de un “mapa de viaje” en el que al protagonista S. Nichols lo
representa como héroe) empieza a conectar, simboliza un principio de
conducta emergente. Con La JUSTICIA el héroe debe evaluar, sopesar, los
problemas morales por sí mismo. El ERMITAÑO puede ayudarle a encontrar
una “luz” más individual. La RUEDA DE LA FORTUNA simboliza las fuerzas
inexorables de la vida que actúan fuera de nuestro control. La FUERZA es la
ayuda que el héroe necesita para domar su naturaleza animal. Con EL
COLGADO llega a una situación donde se encuentra totalmente desvalido. El
ARCANO XIII es una figura arquetípica ante cuya guadaña todos nos
encontramos desarmados. TEMPLANZA es una ayuda. Antes de llegar hasta
aquí el héroe buscaba el desarrollo del ego, ahora su atención se orientará
hacia un centro psíquico más amplio, el sí-mismo. El DIABLO trae consigo un
rayo de luz y las cuatro cartas que vienen a continuación: La TORRE, La
ESTRELLA, La LUNA y El SOL representan diversos estadios de iluminación
en orden ascendente. El JUICIO irrumpe en la conciencia del héroe para
despertar al muerto durmiente y El MUNDO es el sí-mismo, todas las
contradicciones con las que ha tenido que enfrentarse el héroe, aparecen
todas juntas “en un mundo”.

Pero aún hay más. Dotándoles de un sentido más extenso del que les
otorgaba Jung, podríamos decir incluso que los Arcanos Mayores del Tarot
son propiamente Arquetipos. Alejandro Jodorowsky comenta que los
Arcanos no son interpretaciones sino Arquetipos en sí mismos y que
constituyen la columna simbólica de la psique humana; es más, como vía de
conocimiento “vibra” cuando lo relacionamos con el Taoísmo, el Zen, la
Alquimia, el Cristianismo, la Cábala, etc… La filosofía perenne nos habla de
un conocimiento ancestral, común a todas las vías, y el Tarot podría ser el
nexo, el aglutinante, la síntesis visual de ese conocimiento.

Tarot y Sincronicidad
La Sincronicidad es un fenómeno observado por Carl Jung y supone la
ocurrencia de dos eventos que no están asociados ni causalmente ni
teleológicamente (sin una finalidad en el orden natural), pero que tienen una
relación significativa; en otras palabras, la Sincronicidad significa que la
coincidencia de sucesos en el espacio y en el tiempo es algo más que un mero
azar; es una peculiar interdependencia de los sucesos objetivos entre sí, así
como respecto de los estados subjetivos del observador. Ambos
componentes, el objetivo y el subjetivo no poseen una causa común, no se
puede demostrar científicamente qué genera el fenómeno. Y aunque la
ciencia ha avanzado en mediciones cada vez más minuciosas de la realidad
(su supuesta realidad), al llegar al terreno de lo subjetivo se ha encontrado
con que le es totalmente imposible medir, predecir o manipular las variables.
En el caso concreto del Tarot, las cartas muestran situaciones tanto
objetivas como subjetivas, es decir, pueden quedar en evidencia tanto
aspectos de la realidad concreta y tangible como de la realidad emocional o
intelectual. La Sincronicidad, de alguna manera, nos indica que el tiempo, tal
como lo concebimos (pasado-presente-futuro) parece no existir, según el
tema planteado, y por ello las cartas mostrarán tanto aspectos del pasado
como del presente o del futuro del consultante. Para el inconsciente, el
espacio y el tiempo son relativos. El conocimiento se adquiere en un continuo
espacio-temporal donde el espacio ya no es el espacio que podemos “tocar”,
ni el tiempo es el tiempo “mesurable”. Relacionando Sincronicidad y Tarot
notaremos que éste es una especie de mapa de la conciencia humana, un
mapa óptico, un conjunto de símbolos visuales que reflejan (el Tarot es un
espejo) los cambios internos y externos del ser humano. Este lenguaje
simbólico afecta esencialmente a los aspectos no racionales de la conciencia
humana, como los sueños o el I-Ching y cuando la mente intenta explorar el
símbolo se topa con los límites de la razón. Jung afirmó que cuando se
consulta el Tarot lo que se lee es la propia vida del consultante, los símbolos
sugieren el significado de su vida. Por ello recogen lo que hay de más
inmediato, de más evidente, presentan sus experiencias, reflejan sus
propias pasiones, sus deseos inconscientes, dado que los símbolos se
materializan a través del inconsciente. Nada sucede por casualidad, ya que
según las creencias relacionadas con la psicología humanista, la casualidad ni
siquiera existe.

En relación a la sincronicidad en la vida cotidiana existe un fenómeno


interesante, reconocido ya por muchos profesionales de la salud, y es que
cuanto más se tiende a la “vida interior”, especialmente mediante la práctica
de la meditación, más aparece la sincronicidad en nuestras vidas. La
diferencia entre el modelo causal y la sincronicidad reside en que el modelo
causa-efecto supone una coincidencia de sentido, B viene después de A;
mientras que la sincronía supone una conexión significativa que es lo que
sucede con el Tarot Terapéutico y la conexión entre los arcanos y la
consulta.

La Sincronicidad es el vínculo, la sustancia de esa conexión, por ello la


lectura del tarot depende de esa conexión y la unidad subyacente de los
fenómenos. En este contexto el elemento más importante de esa unidad es
lo que Jung denominó inconsciente colectivo. En ese inconsciente colectivo
residen las imágenes arquetípicas contenidas en los arcanos del tarot y por
ende en el inconsciente individual.

Este inconsciente no cree en un orden lógico, por el contrario opera con un


enfoque más holístico basado en imágenes. Su lenguaje natural es el
lenguaje de los símbolos y concretamente las imágenes arquetípicas. Al
entender esta relación entre arcanos y mente inconsciente el tarólogo pone
en comunicación a la mente inconsciente a través de las cartas del tarot
mediante su propio idioma, el de las imágenes; eso es lo que crea el vínculo
entre uno y otro.
Así pues aunque el Tarot no tenga justificación científica sí que se basa en
un modelo viable, el de la Sincronicidad, una teoría que da sentido a los
sucesos que, de otro modo, serían inexplicables y que por paradójico que
parezca, puede ser reconocido en el ámbito de la psicología.

El tarot y la Sombra
Dentro de la psicología junguiana tiene especial importancia el concepto de
“sombra”, el lado oscuro de nuestra psique; todo aquello que somos pero
consciente o inconscientemente rechazamos. Solemos definirnos en función
al mundo exterior, como si fuésemos seres bidimensionales, como si
únicamente constituyésemos una superficie, sin profundidad; tendemos a
pensar en nosotros en términos de relación con el exterior: qué profesión
tenemos, qué lugar ocupamos en la sociedad, en nuestra familia, etc… por lo
tanto en realidad de esa manera no nos estamos definiendo por nosotros
mismos, sino por el lugar que ocupamos en el mundo y como pasamos la mayor
parte del tiempo desarrollando esas personalidades sociales, olvidamos que
somos más que esas meras máscaras que nos vienen impuestas desde el
exterior. Así, en el transcurso de nuestro desarrollo, llegan momentos clave
en los que el inconsciente, cuyas aguas parecían tranquilas, hace acto de
presencia precisamente en aquellos aspectos ocultos de nuestra
personalidad que hemos obviado hasta entonces porque no nos son
agradables. Y eso ocurre porque la vida, nuestro devenir, tiene un sentido;
exteriormente quizás parezcamos seres limitados, pero nuestro interior
contiene todo el universo, y el universo tiene un plan definido para cada uno
de nosotros, cuanto más nos alejemos de este plan de vida, más profundas y
constantes serán las apariciones de nuestra sombra.

La sombra no es algo negativo sino que podríamos definirla (una de tantas


definiciones) como una reacción opuesta y de idéntica fuerza que la cara que
presentamos al mundo; se trata pues de un balancín psíquico, de un aspecto
interno que nos equilibra y que si estamos dispuestos a escucharla, a la
sombra, llegaremos a conocernos mucho mejor pues compensa aquello que le
falta a nuestra personalidad exterior para llegar a ser aquello que ya somos
pero no nos atrevemos a aceptar. La perfección no existe, no podemos ser
perfectos, pero si logramos integrar la luz y la oscuridad que llevamos
dentro si que podemos alcanzar la plenitud. Curiosamente el Tarot nos habla
de llegar a esa realización plena, espiritual, a través de dos cartas que a
priori inducen a pensar lo contrario; El Diablo y La Luna nos hablan, con su
lenguaje simbólico, de esa otra cara oculta de nosotros mismos, de esa lucha
que mantenemos día a día entre nuestro consciente y nuestro inconsciente;
lucha estéril por supuesto dado que la integración de ambas facetas es la
que nos dará las claves para conseguir nuestro destino. El inconsciente no
es, como nos ha hecho creer la psicología tradicional, esa especie de
basurero donde se agolpan nuestros miedos y traumas, sino que se trata de
un ámbito rico y profundo desde donde irrumpen nuestras más secretas
aspiraciones y anhelos. Saber comunicarse con él es la mejor manera de
sentirse pleno e integrado con el mundo.

La Luna y El Diablo, el inconsciente y la “sombra”

En sí mismos, cada arcano del tarot incluye una parte luminosa y otra
oscura, una positiva y otra negativa; ambas son esenciales para comprender
la totalidad de la psique humana. Integrar ambos aspectos de la
personalidad ofrece la posibilidad de completarse como persona aceptando
todo el contenido del inconsciente y trabajando para que ese contenido nos
ofrezca todas sus ventajas intentando minimizar sus inconvenientes. La
mayoría de la gente se conforma con situarse en la tesitura de las llamadas
“personas normales”. Únicamente los buscadores descienden hasta donde
mora la sombra para integrarla y sacar lo mejor de ella. Una persona normal
vive en un estado neurótico del que no es consciente, por lo tanto no puede
realizar ningún trabajo interno hacia la realización. Alguien que se ha topado
con su sombra y le ha dado un sentido, reconoce esa neurosis y trabaja en
pos de reconducirla hacia el sendero de la liberación. En cierto sentido
todos mantenemos ciertos tipos de neurosis, al fin y al cabo el ego es
neurótico por naturaleza ( o psicopático en el peor de los casos) y no cabe la
posibilidad de cambiarlo o destruirlo, eso es imposible. Lo que sí podemos
hacer es domarlo, amaestrarlo en vistas a que trabaje a nuestro favor y no
en contra tal y como habitualmente lo hace.

Hay un Yo Transpersonal, un ego transpersonal que decide actuar de otra


manera y lo hace más en el nivel de “nosotros”, trasciende el pequeño yo,
integra la sombra y actúa de forma consciente entendiendo ese nivel
consciente como un espacio abierto del ser, con más posibilidades, un
entendimiento más amplio, sin juicios ni discriminaciones y una sensación
general de que todo tiene un sentido.
Un ejercicio muy saludable consiste en barajar los Arcanos Mayores del
Tarot y sacar una carta al azar. Ese Arcano cuenta con atributos positivos y
negativos. Reflexionemos sobre los negativos, sobre la sombra de ese
Arcano, reconociendo en qué aspectos o momentos de nuestra vida actuamos
de esa manera y veamos si podemos encontrar las enseñanzas que la propia
sombra nos transmite. Esa energía, poderosa, puede hacer que realicemos
un salto cualitativo en nuestro desarrollo personal, así que el trabajo
consiste en abrazar nuestra sombra y descubrir la luz dentro de ella.
EL TAROT Y LA PSICOLOGIA TRANSPERSONAL

El proceso que la Psicología Tradicional ha seguido, y viene siguiendo, para


desembocar en la llamada Psicología Transpersonal procede por una parte de
la insatisfacción que aquella provocó en ciertos profesionales que veían como
variaciones en las pautas de conducta se diagnosticaban a menudo como
patologías cuando en realidad, en numerosos casos, se trataba de estados
del individuo involucrado en procesos de evolución interior, lo cual provocaba
crisis que si bien superficialmente se podían asimilar a estados de
desequilibrio emocional, o mental, realmente se trataba de estados
existenciales emotivamente vulnerables debido a la falta de control por
parte del paciente sobre el cambio que se estaba produciendo en su psique.

Por otra parte varios de estos profesionales de la psicoterapia habían


tenido contacto con la llamada “filosofía Perenne” y también con diversas
escuelas de pensamiento oriental, donde no se trata la enfermedad sino al
enfermo. De esta manera fusionaron varias técnicas, o mejor dicho,
distintas visiones de lo que debería ser, para ellos, la cura o sanación
psicológica, la cual debería ir más allá de la persona dado que la psicología
tradicional trataba como enfermedad lo que en verdad constituían los
síntomas físico-psíquicos de un problema mucho más profundo, un problema
que trascendía el mero cuerpo-mente para adentrarse en la espiritualidad
de la persona.

Es bien sabido que la medicina y psicología tradicionales trabajan con el


cuerpo y la mente, y ésta a su vez reducida a un cerebro instalado en la
cabeza del que surgen los pensamientos y los instintos. Esta observación
resulta evidentemente muy básica y, todo hay que decirlo, las psicologías
académicas han hecho mucho y bien por los individuos aunque lo sustancial
es que en ellas se obvia en todo momento la parte espiritual de la persona y
aquellas funciones de la mente que no tienen que ver con el cerebro físico
estrictamente y que se encuentran conectadas con los diversos niveles del
inconsciente transpersonal, algo que aún no se tiene en cuenta
principalmente porque el pensamiento cartesiano sólo cree en aquello que
puede ver, pesar y medir.

De todos modos la Psicología Transpersonal va ganando adeptos. Reputados


investigadores han logrado resultados allá donde lo tradicional no sabía
explicar los “por qués” y esto es así si partimos de la base de que cuerpo,
mente y espíritu conforman una trinidad que constituye una unidad no
disociable y que para poder solucionar un problema se debe contar con esos
tres niveles del ser humano y operar sobre los tres no únicamente sobre los
dos primeros y de forma restringida además.

La relación que podemos establecer, pues, entre Psicología Transpersonal y


Tarot es que ambos tratan de las relaciones entre cuerpo, mente, alma y
espíritu y que existen una serie de disfunciones emocionales cuya raíz no se
puede tratar desde la óptica racional y tradicional.

Ojos del Conocimiento.


Ken Wilber habla de los tres Ojos del Conocimiento: el Ojo del Cuerpo, el de
la Mente y el del Espíritu, con ello establece con qué tipo de “herramientas”
se debe encarar la aprehensión de nuevos conocimientos. Análogamente
podríamos afirmar que dependiendo del tipo de “problema” a tratar, debería
hacerse en relación al origen real de ese problema y que en última instancia
podría deberse a una cuestión de bloqueos en el “camino” espiritual. Si
alguien sufre la rotura de un hueso, por poner un ejemplo, hay que tratar la
parte física, corporal, mediante métodos específicos (enyesando el hueso);
por el contrario si se produce una crisis hay que comprobar si su origen se
encuentra en una disfunción biológica, neuronal o mental la cual podría ser
tratada mediante métodos que la medicina y psicología tradicionales han
demostrado válidos, o si entramos ya en problemas de tipo ontológico, de
búsqueda de “algo más”, en suma, de un “problema espiritual” por así decirlo
y en donde precisaríamos de técnicas diferentes, de alternativas
transpersonales.

Desde esta perspectiva, los problemas que definiríamos en un principio como


físicos tendrían su origen en desequilibrios energéticos, en la disociación
cuerpo-mente, existen muchos ejemplos que nos permiten constatar que la
mente utiliza al cuerpo para expresarse; pero este tema se escapa de
nuestra intención de relacionar lo transpersonal con el Tarot y expertos hay
que ya están realizando esa labor. Lo que deseamos constatar es que el
Tarot por sí mismo no cura, no sana, pero desde el punto de vista de la
Tarología puede darnos respuestas que van más allá de lo estrictamente
técnico porque conecta con el inconsciente personal y colectivo, es un
espejo donde se refleja la vida de la persona.

Tras lo aquí apuntado y desde luego apoyándonos en la experiencia


demostrada ya por un gran número de profesionales, podemos afirmar que el
ser humano tiene una naturaleza transpersonal, hay algo en él que es mucho
más que lo conocido como YO ordinario habitual y eso es algo que la ciencia
y la psicología tradicional ignoran. Paralelamente el Tarot nos pone en
contacto con ese vasto espacio que se encuentra más allá de lo personal
pero que lo incluye. Es el medio a través del cual se manifiestan los deseos,
inquietudes, pensamientos, sentimientos y bloqueos emocionales de la
persona, pero además es el canal por el que fluyen y se hacen presentes
aspectos que parece situarse más allá de la persona como entidad individual.

Así pues observamos como las dimensiones de la psique humana son


infinitamente más amplias de lo que la psicología académica pretende
hacernos creer; lo que llamamos “persona” no es sólo un cuerpo y una mente,
hay algo más que lo que el ojo ve y que constituye el núcleo íntimo de la
persona; existe un factor espiritual que no muere al morir el cuerpo-mente.
En realidad quien tiene miedo a morir es quien se encuentra identificado con
su ego, es más quien teme morir es el ego: “El ego teme la disolución y, por
tanto, se resiste a abandonar la ilusión de una existencia separada en un
imaginario «aquí» y un imaginario «ahora>>. Teme disolverse en la nada y que,
por tanto, la conciencia consciente cesa también. Si lo examinamos con
atención, se nos hará evidente que la propia realidad no es un <<quien>> en modo
alguno, sino que es una Totalidad intensamente amorosa, que se realiza y se sabe
que está mucho más cerca, que es más confortante y satisfactoria que el
anterior sentido del <<yo>>. En la evolución de la conciencia, el sentido del
pequeño <yo> es reemplazado por un sentido de presencia universal más
profundo, invulnerable y no transitorio. El sentido del «Yo» es ahora infinito,
más grande, más tierno, más poderoso, más consciente y más gratificante de lo
que había sido el sentido del pequeño <yo>. El pequeño «yo» es como un silbato
comparado con sinfonía total del Yo”.(El Ojo del Yo- David R. Hawkins).

El Tarot nos clarifica esta cuestión precisamente con el Arcano XIII


habitualmente definido como La Muerte.

Si existiese realmente una “muerte definitiva del ser” esta carta se situaría
al final de los 22 Arcanos Mayores y seguramente llevaría escrito su
nombre, pero vemos como se encuentra a poco más de la mitad del recorrido
y no tiene nombre (en ciertas culturas aquello que no tiene nombre, no
existe), por lo que su mensaje es el de una muerte ficticia, o mejor, de un
paso decisivo y necesario de un plano de conciencia a otro. El esqueleto
puede que culturalmente represente a la muerte pero en realidad se refiere
a la parte espiritual del ser humano o lo que en palabras del Dr. Claudio
Naranjo se definiría como: “una conciencia que ha calado “hasta los huesos””.
Estas y otras apreciaciones nos llevarían al concepto de Eternidad como una
cualidad del ser más que una extensión de la temporalidad.

La expansión de nuestra conciencia es un proceso doloroso que requiere, a


menudo, de cierto número de “muertes” para que se produzca el
renacimiento en un estrato superior de la Gran Cadena del Ser. Es necesario
un gran poder de transformación e integración para ir ascendiendo por una
parte hacia estados de conciencia más elevados y por otra descendiendo
hacia nuestro interior eterno e inmutable. Este interior eterno e inmutable
lo tenemos representado en el Tarot por La Rueda de la Fortuna y por El
Colgado. En la primera carta nos encontramos con los ciclos de la vida que se
van repitiendo y que se encuentran representados por la parte externa de la
gran rueda que domina la lámina, el centro de donde surge la manivela se
correspondería con ese centro al que hay que dirigirse para salirse de las
repeticiones a las que nos encadena la rueda misma. El centro, el vacío, del
que nos habla Lao-Tse.

La Rueda de la Fortuna y El Colgado

La Rueda de la Fortuna nos demuestra que los opuestos operan de forma


simultánea, vemos en ella los conceptos de movimiento y estabilidad en un
continuo donde el tiempo va de lo temporal a lo intemporal, a lo eterno; y
ambos, los supuestos opuestos, trabajan juntos pues solamente desde la
estabilidad se puede lograr el movimiento equilibrado que nos lleve a
realizar nuestro propósito en la vida; sólo manteniéndonos inmutables en
nuestro yo interno podemos realizar activamente la misión a la que, de un
modo u otro, estamos destinados. Si la carta VIII (La Justicia) nos remite a
la idea: “esto no es justo” cuando nos ocurre alguna adversidad que
pensamos no nos merecemos, La Rueda nos lleva hacia la eterna pregunta:
¿Por Qué?.

Esta pregunta aparece como reacción cuando no hemos logrado asimilar que
todo lo que nos sucede es el resultado de las acciones realizadas.
Evidentemente la mente siempre busca un Por Qué, aunque si nos atenemos
a las enseñanzas orientales y a los logros que la Psicología Transpersonal ha
realizado en su camino por comprender la psique humana más allá de lo
académicamente establecido, llegaremos a la conclusión de que lo que nos
está diciendo la esfinge es que nos preguntemos: ¿Para Qué?. Veamos. Si un
Por Qué nos puede comunicar el origen de una situación que ha dado como
resultado ciertos efectos, el Para Qué nos permitirá discernir la dirección
que debemos tomar, la lección que tenemos que aprender para no caer en los
mismos errores que cometimos en una vuelta anterior de la Rueda; porque si
no conseguimos respondernos a esa pregunta seguramente volveremos a
repetir el mismo ciclo del que precisamente deseábamos escapar.

Así un ¿Por Qué? es algo estático, importante desde luego para conocer
aquellas causas que produjeron estos efectos y de algún modo intentar no
repetir patrones de conducta inadecuados. Sin embargo el ¿Para Qué? es
dinámico, nos pone en movimiento, en estado de hacer cuando hemos dado
con la respuesta adecuada que nos señala la dirección que debemos tomar, y,
volvemos a repetir, asimilar la lección de vida que esa situación que se nos
ha presentado nos muestra.

La Psicología Transpersonal propone que esta Rueda que en la imagen de la


carta evidentemente da idea de una típica rueda circular y “plana”, en
realidad se despliega en una espiral evolutiva donde los diversos ciclos que
se van sucediendo aunque a simple vista, desde arriba, da la sensación de
que ocurren en el mismo punto, lo cierto es que el plano donde se encuentran
se halla en niveles diferentes. Si el individuo ha logrado dar con la respuesta
correcta a su particular ¿Para Qué? y se ha puesto en marcha, ese proceso
de desarrollo le lleva a evolucionar y a tener una visión diferente de lo que
le ocurre y rodea, en suma, una visión más amplia del mundo lo que le
permitirá “manejar” de manera más provechosa las situaciones y
experiencias de la vida e interpretarlas de una forma mucho más coherente
y profunda.
Es habitual encontrarse con personas que han tenido o tienen experiencias
espirituales, momentos místicos o experiencias cumbre, como quiera
llamárselas, y es posible que hayan vislumbrado “algo más”, que hayan
entreabierto la puerta y buceado en la profundidad pero para poder
integrar realmente esas experiencias en su propia estructura deberán
crecer y desarrollarse hasta el nivel necesario que les permita una
expansión de la conciencia. No basta, pues, con intelectualizar las
experiencias, es necesario interiorizarlas mediante una elevación en el
desarrollo de la conciencia porque si no es así se puede llegar a alimentar
una patología que podríamos definir como de origen pseudoespiritual, en
cuyo caso lo que se produce es una regresión y no una evolución en el
proceso de desarrollo.

El otro Arcano al que hacíamos referencia en párrafos anteriores es el del


Colgado. Ninguna otra carta nos ofrece una imagen tan explícita de una de
las terapias (denominémosla así en Occidente) más utilizadas y asimiladas en
nuestro ámbito occidental. Hablamos de la meditación, un “método”
culturalmente integrado en Oriente pero que ha ido introduciéndose
paulatinamente en nuestro entorno industrializado a pesar de que “para el
hombre occidental resulta muy difícil tolerar la inactividad forzada” (S.
Nichols). El personaje que representa a esta lámina adopta una posición que
nos sugiere una inversión en la visión que se tiene del mundo y nos invita a
“hundirnos” en él para “convertirnos” en él en vez de sentirnos como algo
externo y disociado de su naturaleza. Al mismo tiempo nos indica la
necesidad de realizar períodos de introspección, de profundización en
nosotros mismos para comprobar cómo tenemos que experimentar en
nuestra vida una cierta cantidad de “incomodidad”, incluso de dolor físico y
emocional para cobrar conciencia de que el camino que lleva a la evolución
espiritual no es en absoluto fácil debiendo revisar nuestros conceptos de
perfección y belleza para ser capaces de ver lo divino no sólo en las alturas
sino en lo profundo también. Se trataría, en cualquier caso, de enraizarse
completamente en la tierra, a modo de raíces de un árbol, para que las
ramas pudiesen ascender hasta el cielo.

Esa conexión con lo terrenal es algo que la sociedad occidental ha perdido


casi por completo obsesionada por alcanzar la supuesta felicidad mirando
hacia las alturas en vez de hacerlo en las profundidades. La ley hermética
que dice: “Cómo es arriba es abajo” permite afirmar que la iluminación se
puede conseguir “enfangándose” en el lodo aunque ello comporte revisar
todos nuestros conceptos y creencias y transformar aquellos que no sean
útiles para nuestra evolución espiritual. Otra de las lecciones que nos ofrece
El Colgado es que no basta con intelectualizar los conocimientos que
adquirimos a través del mundo exterior sino que es necesaria una completa
aprehensión mediante la experiencia directa lo que supone un salto
significativo en los niveles de nuestra conciencia.

La única forma de trascender se consigue asimilando completamente el nivel


de conciencia en el que nos encontramos y adoptando una postura y visión
totalmente nuevas que nos proyecten a otro nivel de comprensión. La
incomodidad proporciona una apertura en la mente, pero una apertura hacia
lo profundo y complejo. Es como si lo espiritual, lo divino, representado por
el triángulo cuyos vértices se localizan en los codos y cabeza del Colgado se
“uniese” a la tierra en un único elemento para conseguir la “seguridad” en el
cielo (el 4 que forman las piernas del personaje). La inversión de valores
trae consigo la necesidad de sacar fuera de nuestras vidas aquello que ya no
es útil para producir un cambio necesario y evolucionar, algo que vemos
representado en la carta que viene después del Colgado, el Arcano XIII,
más conocido por La Muerte.

En última instancia se trata de un trabajo que incluye, por una parte, el


encontrarnos a nosotros mismos y por otra “renunciar” a nosotros mismos
trascendiendo nuestra identidad a través de una conciencia abierta a lo no
condicionado y libre de pre-conceptos y pre-juicios para mantener una
conexión directa con la experiencia y eso nos lleva a hacernos conscientes
de que la práctica espiritual desconectada de la vida personal, cotidiana, se
convierte en algo que nos distancia más que nos acerca a nuestro destino.
Igualmente la vida personal, cotidiana, sin el anhelo y práctica espiritual
acaba convirtiéndose en una cárcel. Sólo rescatando nuestros valores y
objetivos espirituales y “encarnándolos” en nuestra vida cotidiana podremos
afrontar los desafíos del futuro ya que nuestras relaciones con los demás
ponen a prueba, a diario, nuestro desarrollo espiritual.
Aunque aparezca sumido en una especia de duermevela, el Colgado
realmente “despierta” a un nivel de conciencia más elevado, madurando y
desarrollando su YO interno. El Colgado se permite no saber lo que tiene que
hacer, con ello abre las puertas a una cualidad de atención más serena y
profunda; así deja de dirigir su energía a su Yo consciente con lo que se
abre a la dimensión de su Yo Esencial aportándole los beneficios inherentes
a lo que significa desidentificarse de la imagen que tiene de sí mismo,
produciéndose una apertura a un Yo más amplio, más íntimo, más cercano a
lo-que-es.

La Psicología Transpersonal se dirige hacia esa dirección ampliando los


horizontes de la académica, tratando al ser humano no como individuo
separado de “los otros”, sino como “Holón” (*) lo que implica que es a su vez
totalidad y una parte de otra totalidad mayor; que la imagen que tiene de sí
mismo en buena parte se nutre de lo que el exterior dice y hace de él pero
que no es lo real. Su esencia trasciende todos los conceptos preconcebidos,
todas las imágenes y límites mentales que se han ido instalando en su
subconsciente y que el paisaje que dibuja su mente no constituye la
realidad; forma parte de lo real pero no es lo “absoluto” y es importante
discernir entre lo Absoluto y lo Relativo para no confundir ambos términos
y acabar, como el Colgado, suspendido por los pies en una especie de
equilibrio inestable.

Pero aún hay más. La carta del Colgado nos pone en comunicación con un
aspecto esencial de la historia personal del ser humano y es precisamente el
referente a su árbol genealógico. El personaje de esta carta se encuentra
colgado entre dos árboles, el materno y el paterno lo que introduce una
nueva visión que si bien no podemos afirmar que sea enteramente
transpersonal si que profundiza en el aspecto transgeneracional. Por así
decirlo una persona aparte de ser “algo más” de lo que se ve y se percibe, de
lo que piensa y siente, es el resultado de dos linajes, es el fruto de un árbol
familiar y que a su debido tiempo producirá nuevos frutos (hijos, nietos…).

Vemos como la persona se encuentra atada a esos dos árboles y ellos le


transmiten la savia familiar junto con los miedos y secretos de cada uno de
sus ancestros. El estudio del árbol genealógico de una persona permite que
emerjan a la superficie de la conciencia diversos aspectos que cree que le
pertenecen pero que realmente provienen de vidas vividas por sus
antecesores. En muchas ocasiones el sujeto se encuentra “viviendo” una vida
que no es, técnicamente, la suya sino la repetición o continuación de la vida
de un miembro de su familia incluso de varias generaciones anteriores. Como
afirma Daniel Dancourt, experto en Psicogenealogía: “Todo individuo recibe
un legado afectivo y, dadas las características de nuestro mundo, no es fácil
asumir las cargas y, menos, liberarse de ellas” (Luces y Sombras del Arbol
Genealógico).

La tarea del Colgado, y de todo ser humano, es lograr liberarse de las


cargas que su árbol genealógico ha ido comunicando generación tras
generación. Aquí podríamos ver otra imagen del concepto del individuo como
Holón; por una parte constituye una totalidad como persona individual bien
que a su vez forma parte de otro Holón: su árbol genealógico.

El flujo
Hay una cuestión también interesante dentro de las experiencias
transpersonales y es que, independientemente de lo que el sujeto
experimente, se origina en su interior lo que se denomina “experiencias de
flujo” (M. Csikszentmihalyi) y que se relacionan con una especie de
ordenamiento de la mente. Uno de los problemas con los que se topa el
individuo es la entropía psíquica, ese desorden en la conciencia que se
produce cuando la información que recibe entra en conflicto con su
personalidad y que se manifiesta como inquietud, rabia, dolor, etc…Como
sabemos cualquier suceso externo aparece en la conciencia como mera
información, sin valores positivos o negativos; es la personalidad la que, al
interpretar esa información, le da un valor: es positivo o negativo, agradable
o desagradable.

El estado opuesto sería, pues, el de experiencia óptima o de flujo, en la que


todo parece encajar, el tiempo y el espacio desaparecen tal y como los
experimentamos habitualmente y la persona “se va convirtiendo en un
individuo único, menos predecible, poseedor de habilidades poco comunes”
(M. Csikszentmihalyi). El flujo ayuda a integrar la personalidad porque en
ese estado la conciencia está bien ordenada, la experiencia es armónica y
uno se encuentra más integrado no sólo internamente sino, además,
respecto al mundo en general. La personalidad crece, llega a ser más
compleja como resultado de dos procesos psicológicos: la diferenciación y la
integración. “Una personalidad compleja es la que logra combinar estas dos
tendencias” (M. Csikszentmihalyi).

Un enfoque oriental de las experiencias de flujo, aunque como veremos va


más lejos de lo que en psicoterapia se conoce como la práctica del darse
cuenta, lo encontramos en diversas escuelas de Budismo. Concretamente la
meditación Vipassana introduce a quien la practica en la observación del
flujo de la experiencia pero enfatizando la importancia de la atención al
cuerpo y a lo que sucede en la mente; no se trata únicamente de estar
atento y consciente a todo lo que se presenta a nivel emocional, sensorio,
intelectual o motivacional, sino que su contemplación ha de hacerse desde
una actitud particular que consiste en no fijar la mirada interna en nada en
particular ni tampoco rechazar nada, en suma: no elegir, manteniendo una
actitud de ecuanimidad y desapego. El Dr. Claudio Naranjo afirma que: “La
práctica de observar el flujo de la experiencia conlleva un examen de esa
experiencia que equivale a una verificación experimental de los postulados
del dharma (*) y a deshacer la ignorancia u obscuración mental que nos lleva
a atribuir permanencia a lo impermanente e individualidad al fluir siempre
cambiante de la vida. (Entre Meditación y Psicoterapia) (pag. 202)

Esta breve exposición de lo que significa el flujo en las experiencias de la


conciencia nos introduce en la carta de La Templanza donde se ve a un ángel
intercambiando líquido entre dos jarras. La visión que aquí toman los
opuestos es que actúan simultáneamente, que uno no puede existir sin el
otro y que únicamente el equilibrio que se produce al combinarlos es el que
producirá la aceptación plena de quienes somos. En cierto sentido la
manifestación del bien y del mal, de lo positivo y lo negativo, se reduce a
cuestiones de grado más que de polaridades enfrentadas. El trasvase del
líquido se realiza, en esta carta, de forma fluida, moderada; nos da a
entender que consciente e inconsciente se encuentran unidos, no suponen
dos “cosas” distintas sino dos opciones, o visiones, de la misma “cosa” y que
operan unidos.

El Arcano de La Templanza

Cuanto más sincrónico sea el trasvase de uno a otro, cuanto “más de


acuerdo” se pongan entre sí las polaridades, mayor será el orden en la
conciencia total del individuo, mejor la comprensión de sí mismo y del mundo
y mayor será el control sobre la complejidad de su existencia.
EL DESARROLLO DE LA CONCIENCIA:
ENTRE WILBER Y JODOROWSKY

El ser humano en su proceso de evolución vital pasa por diversos estadios


desde que nace hasta que deja esta vida. El tarot nos muestra este viaje
muy vivamente y se puede relacionar con lo que Carl Gustav Jung denominó
el Proceso de Individuación de la persona. Análogamente podríamos
establecer, si se quiere, puntos en común con las estructuras básicas de la
conciencia o Gran Cadena del Ser desarrollada por Ken Wilber la cual
sustenta correlatos con los sistemas de Aurobindo o Kohler, entre otros.
Profundizando un poco más podemos encontrar paralelismos con las
propuestas de la cábala y de las corrientes filosófico-religiosas orientales,
incluidas aquellas que tienen en cuenta las energías sutiles y los centros de
energía del ser humano, más conocidos por chakras.

La exposición concienzuda de todas estas estructuras ocuparía un libro


entero, así que daremos únicamente un somero repaso sin profundizar
demasiado e incidiendo solamente en aquellos puntos que resulten
especialmente significativos para los motivos que nos interesa en este
trabajo.

Las estructuras básicas de la Conciencia


Para Ken Wilber existen, en el desarrollo psicológico, dos grandes tipos de
estructuras, las básicas y las de transición. Las primeras, una vez que han
emergido en la conciencia, perduran a lo largo del desarrollo de la persona.
Las estructuras de transición son provisionales y tienden a ser
reemplazadas totalmente por las siguientes fases de desarrollo. Nosotros
nos detendremos en las estructuras básicas que son las que constituyen la
Gran Cadena del Ser y principal elemento de su modelo espectral del
desarrollo de la conciencia.

El concepto de Gran Cadena del Ser es conocido desde 1976 aunque la idea
es anterior pues hay “versiones” que hablan de dos niveles (materia y
espíritu), otras de tres (materia, mente y espíritu) y otras más sofisticadas
que abarcan decenas de estructuras básicas. El modelo de Wilber contiene
nueve estructuras básicas jerárquicamente organizadas. De forma sencilla
pueden ser resumidas de la siguiente forma:
1. Sensorio Físico. Es el nivel más bajo y es donde dominan la percepción y la
sensación.

2. Fantástico-Emocional. Se refiere a la mente que opera exclusivamente


sobre la base de imágenes, es el nivel emocional-sexual, la libido, la mente
inferior.

3. Mente Representativa, Se desarrolla en dos estadios: el de los símbolos


de los 2 a los 4 años y el de los conceptos de los 4 hasta los 7 años A pesar
de que se trata de un nivel superior de conciencia, sigue tratándose de una
estructura muy egocéntrica que no puede asumir fácilmente el papel de los
demás. Su nivel es similar a lo que Aurobindo definía como “mente voluntad”
y se corresponde con el 3er Chakra.

4. Mente Regla/Rol, Esta estructura ya puede asumir el rol de los demás,


opera sobre los objetos sensoriales o sobre objetos concretos.

5. Mente Reflexivo Formal, Se trata de la primera estructura que puede


pensar sobre el mundo pero también puede pensar sobre el pensamiento. Es
introspectiva y autoreflexiva lo que le permite asumir puntos de vista más
plurales. Aurobindo opina que este es el nivel de la “mente racional”.

6. Visión-Lógico, Esta estructura supone una mente más “panorámica” con


capacidad para establecer relaciones, sintetizar, coordinar ideas e integrar
conceptos. Sería la “mente superior” de Aurobindo y la mente más
integradora del dominio personal, más allá de la cual se encuentra lo
transpersonal según Wilber.

7. Psíquico, Se podría decir que este nivel constituye la culminación del nivel
anterior y de las experiencias visionarias; se correspondería con el 6º
Chakra, el “Tercer Ojo”, la apertura a los dominios trascendentes de la
persona. En este nivel las capacidades cognitivas y perceptuales del
individuo van mucho más allá de las capacidades personales de una persona
situada en los otros niveles de conciencia; de hecho la capacidad del
pensamiento se ve superada por la capacidad de percepción de la visión
interna y posibilita la capacidad de trascender lo cotidiano.

8. Sutil. Este nivel se correspondería con el nivel de éxtasis trascendentes,


el dominio de la Iluminación. Es la “mente intuitiva” de Aurobindo y se
correspondería con Geburá- Chesed de la Cábala.
9. Causal. Se suele decir que este nivel es el sustrato trascendente de todas
las estructuras inferiores, el vacío del mahayana (*), el self universal y sin
forma. La identidad de este nivel se pierde, o mejor, se diluye en una
conciencia de unidad.

10 Última. Es el Espíritu Absoluto, lo uno en la diversidad, la “supermente”


de Aurobindo, la realidad misma y esencia de los demás niveles. Para Ken
Wilber los nueve niveles fundamentales aquí enunciados son dominantes a lo
largo del proceso evolutivo y cuando se va ascendiendo en la “escalera” cada
nueva estructura incluye a las de nivel inferior; o sea que una persona que se
encuentra en un nivel de conciencia Psíquico, también incluye los niveles
menos evolucionados y, consecuentemente, dependiendo de las
circunstancias, puede actuar en cualquiera de ellos. No se trata, pues, de
acceder a estados e conciencia “iluminados” perdiendo la condición de
persona normal, sino integrar todas las experiencias y actuar, en cada
situación, en el nivel adecuado sin perder de vista el vasto horizonte
transpersonal.

Para Alejandro Jodorowsky nuestra mirada al mundo está filtrada por el


nivel de conciencia que tengamos y ésta, a su vez, está directamente
relacionada con el nivel de conciencia de nuestro árbol genealógico. Hay 8
niveles de conciencia desde la óptica jodorowskyana:

Nivel de conciencia Animal: “El mundo es un lugar para sobrevivir”. Este


nivel está caracterizado por los problemas de territorio. La persona en esta
etapa solo se preocupa de cubrir las necesidades más primarias.

Nivel de conciencia Infantil: “El mundo es un lugar para jugar”. La persona


permanece infantilizada, donde la prioridad es el entretenimiento: jugar,
coleccionar, ver películas. Es la consciencia de los “parques temáticos” y de
las películas americanas. No se pretende llegar a ningún sitio, no hay ideal o
búsqueda, sólo se plantea entretener.

Nivel de conciencia Adolescente-Romántico: “El mundo es un lugar para


enamorarse”. El romántico está permanentemente pidiendo, sin dar. Es un
personaje típico de algunas series de televisión actuales y de las noticias
del corazón.

Nivel de conciencia Adulto-Egoísta: “El mundo es un lugar para poseer y


ganar”. El adulto se caracteriza porque invierte. Ahora bien, puede ser un
adulto explotador, cuyo afán sea poseer y explotar.
Nivel de conciencia Adulto-Altruista: “El mundo es un lugar para compartir”.
El adulto generoso no se queda nada para él, lo comparte con los demás.
También sabe recibir, aprende lo que es el servicio. Es el que da un servicio
a su comunidad, aunque gane mucho dinero con eso.

Nivel de conciencia Social-Planetario: “El mundo es un lugar al que cuidar y


desarrollar”. En este nivel ya se ha descubierto que todo está unido, que
viajamos en la misma nave: la Tierra. Por tanto es el nivel al que todos los
habitantes del planeta deberíamos de aspirar.

Nivel de conciencia Cósmico: “El mundo es un trampolín para expandirnos a


otros mundos”. En este nivel el secreto de la conciencia es la “re-unión:
volver a unir lo que estaba separado. Estamos en un sistema planetario
girando alrededor de una estrella que es el Sol. Formamos parte de una
galaxia que a su vez pertenece al universo. Es una escala muy grande, que
nos supera y convierte en una pequeña gota de agua en un inmenso océano

Nivel de conciencia Divino: “El mundo es Dios y Dios es el mundo”. Nivel de


conciencia unida al nombre inefable que está dentro de cada uno. Es la que
alcanzaron: Buda, Cristo y Mahoma. Un nivel que cae fuera de nuestro
alcance, somos seres humanos, la divinidad queda en otro plano de momento.
Sin embargo, todos llevamos dentro esa llama divina, nuestro Dios interior,
simbolizada en la antorcha del Arcano XV del Tarot. Todos nuestros yoes se
pliegan ante este diamante central, que no podemos conocer, pero sí sentir.
PSICOTERAPIA A TRAVÉS DEL TAROT

El ámbito terapéutico es un mundo amplio, profundo, difuso a veces y el


prefijo Psico le confiere una mayor ambigüedad pues amplía
considerablemente los métodos y sistemas utilizados, con mayor o menor
éxito, en el trabajo de ayuda, acompañamiento, curación, limpieza, liberación
o análisis que se realizan en psicoterapia.

El trabajo psicoterapéutico es en verdad una actividad agradecida dado que


nos pone en contacto con las limitaciones, sufrimientos complejos y
vulnerabilidad del/la consultante, los cuales no dejan de ser los nuestros, y
en cierta manera a través de esas personas que llegan pidiendo ayuda nos
curamos nosotros y ayudamos a que ellos puedan iniciar su propio proceso de
curación. Como es sabido, independientemente de la terapia escogida, la
sanación o el objetivo que el consultante persigue al ponerse en manos de
un/una psicoterapeuta se produce a menudo cuando esa persona toma
conciencia de su situación y decide iniciar ese proceso que invariablemente
pasa por un trabajo sobre y través del inconsciente.

El inconsciente, entre otras cosas, es creativo, simbólico y se conecta con lo


arquetípico. Lo Mítico. Podemos acceder al inconsciente colectivo, al
familiar, a lo que se denomina Registros Akhásicos y ahí es donde el
simbolismo del Tarot nos permite expandir nuestras posibilidades de
actuación mediante diversas formas de utilización. Una de las cualidades del
Tarot es que nos permite ver claramente qué está sucediendo respecto al
tema planteado y la evolución así como la posible resolución del mismo. Lo
que sí es cierto, al menos desde mi punto de vista, es que las lecturas no se
pueden realizar desde la óptica del tarotista clásico. En el contexto
terapéutico no caben las predicciones sobre futuros hipotéticos. Como
tarólogos no nos arrogamos ningún poder sobre el/la consultante y
utilizamos el Tarot como apoyo terapéutico ofreciendo una visión ampliada,
proponiendo alternativas y dando luz en aspectos inconscientes o negados.
Así lo que el Tarot a través de sus Arcanos promueve es lo que cualquier
psicoterapia intenta: que la persona que acude se comprometa con su
curación mediante las herramientas pertinentes con el objetivo de “aliviar la
obscuración del ego humano para que la expresión plena de las
potencialidades de la persona pueda desplegarse” (Dr. Claudio Naranjo)

El Tarot y el proceso terapéutico


Personalmente me alineo con el pensamiento de Alejandro Jodorowsky quien
afirma que los Arcanos del Tarot conforman la arquitectura del Alma y cada
uno de los Arcanos Mayores actúa en el inconsciente como un arquetipo y
para poder llegar a conocerlos hay que entrar en ellos, mejor aún dejarse
poseer por ellos. Así es sumamente importante que el tarólogo haya
trabajado con cada uno de los Arcanos antes de empezar a utilizarlos de
manera terapéutica con los demás. Como símil podría decirse que ya que un
psicoanalista se tiene que haber psicoanalizado primero antes de
psicoanalizar a los demás, un tarólogo debe haberse tarotizado con
anterioridad a utilizarlo con los demás.

Este proceso, si bien incluye un trabajo intelectual, se sostiene sobre todo


a través del conocimiento sin palabras, por meditación y visualización así
como del reconocimiento de nuestras proyecciones sobre las imágenes de
los Arcanos. Hay que experimentar la sensación que cada Arcano nos
produce, qué cartas nos atraen, cuales nos repelen y averiguar el por qué
buscando en el inconsciente, y así estudiando de esa manera el Tarot se
convierte en una autoterapia. Todo este trabajo interior nos servirá para
enriquecer el significado de cada carta. Bien mirado no son más que una
serie de dibujos que, de forma literal, dicen cosas muy simples. Para
convertirlo en un instrumento psicoterapéutico debemos profundizar y
ampliar esos significados, sus contenidos pues las lecturas que hagamos
dependerán de nuestro nivel de Conciencia, cuanto más elevado menos
limitado, cuanto más libre de creencias, juicios y proyecciones tanto más
rico y profundo. En cierto sentido no se trata de “adivinar” nada sino de
conectarse con ese inconsciente personal, luego el familiar, el social, el
humano……..el Cósmico y hacer que las cartas hablen a través de nosotros en
un diálogo con la persona, poniéndonos a su nivel sin intentar controlarlo ni
condicionarlo con nuestras predicciones. Como en cualquier trabajo
terapéutico uno de los objetivos es que la persona recupere su lugar, su
fuerza, para encarar las vicisitudes de la vida con aceptación y con
posibilidades de dirigir la parte de su destino que pueda cambiar.

Hay que tener en cuenta que cuando una persona decide consultar al Tarot,
lo suele hacer desde una imagen estereotipada; esta persona no sabe qué
tipo de información vamos a procesar en la consulta; de alguna manera pone
su destino es nuestras manos esperando que le demos respuestas a sus
angustias así que hay que explicarle al consultante cual es el propósito de la
consulta, qué podemos ofrecerle nosotros y preguntarle qué es lo que
espera él de la sesión. Hemos de ver al consultante no como a alguien que
sufre y del que debemos compadecernos sino como la persona completa que
ya es pero de la que no es todavía consciente. Esto puede resultar, y de
hecho lo es, complicado. Cada persona tiene una imagen de sí misma que le va
a costar trabajo deshacer, además viene con una supuesta imagen de
nosotros que debemos reconducir. Sabemos que el éxito de una terapia no
depende de lo que el terapeuta sabe sino de lo que ES, por eso la relación
que se establece en este caso con el tarólogo, es lo que determinará el éxito
o el fracaso pues como dice el Dr. Claudio Naranjo, la teoría y la práctica
que se apliquen lo son a través de la actitud que el terapeuta toma ante el
cliente.

Afortunadamente el Tarot Terapéutico, o Psicotarot, no es una terapia en sí


sino una herramienta terapéutica que se utiliza en una sesión o tal vez en
alguna más para aclarar conceptos por lo que la transferencia terapéutica
no llega a alcanzar la problemática de una terapia convencional la cual suele
durar meses o incluso años.

Aún así y tal vez por tratarse del Tarot pueden surgir tanto por parte del
cliente como del tarólogo algunos inconvenientes relacionados con la relación
que entre ellos se establezca durante la consulta. En primer lugar el
consultante desplegará ante el tarólogo sus maneras de establecer vínculos
con los demás; es posible que intente atraer al tarólogo a su terreno,
hacerle partícipe de “su historia” buscando apoyo y empatía acerca de su
visión sobre la consulta y , en definitiva, sobre la vida. La sesión entonces
deviene en un posicionamiento víctima-ayudador, padre-hijo, maestro-
discípulo. Podríamos encuadrarlo dentro de las definiciones que Joan
Garriga, experto en terapia Gestalt y Constelaciones familiares articula
como la figura del terapeuta como sacerdote, prostituta, científico o gurú.
El tarólogo, dependiendo de sus esquemas mentales suele asumir el rol de
maestro o gurú alentado por el propio consultante que desea que el Tarot
despeje todas sus dudas y le dé las respuestas a sus incógnitas, en este
punto y presa de una supuesta espiritualidad paternalista-esotérica, el
tarólogo aconsejará según su propia visión de la vida, de sus proyecciones lo
que puede desencadenar un tremendo desastre. La solución estriba en
mantenerse centrado devolviendo la responsabilidad de sus pensamientos,
sentimientos y actos al consultante.

Quien desea dedicarse a la lectura terapéutica debe reducir su ego al


mínimo y trabajar lo más honestamente posible incluyendo no proyectar sus
neurosis en la sesión ya que ésta debe ser lo más transparente posible. Una
de las tareas del tarólogo es conseguir que el consultante abandone su
posición de niño-herido para actuar desde el adulto con todo lo que ello
representa; así pues cada tarólogo trabajará con el sistema que mejor se
adapte a su saber y personalidad bien que el resultado final ha de ser
siempre el mismo si se ha realizado desde un espíritu sereno y presente.

Al aplicar el tarot terapéutico se debe tener en cuenta que NO EXISTE


UNA VERDAD ABSOLUTA, solo niveles individuales de percepción,
concienciación y realización. Por lo tanto la verdad de nuestras acciones
será demostrada por los resultados los cuales deben atenerse al axioma: el
mayor bien para el mayor número, no en base a definiciones dictadas por
reglas arbitrarias, sino en base a la experiencia real de bienestar, bondad,
amor y realización. Además de que NO EXISTEN LÍMITES. La separación
es solamente una ilusión, siendo así que existe un potencial creativo
ilimitado. Si no hay separación significa que el YO siempre acaba
encontrándose a sí mismo en el TU de una forma u otra, así que tiene
sentido ser amables con la persona que consulta porque a fin de cuentas el
consultante es YO. Aceptemos también que EL MUNDO ES LO QUE
PENSAMOS QUE ES, consciente e inconscientemente por lo que tiene
sentido trabajar para transformar nuestras creencias para mejorar y tener
una vida más plena. Nos guste o no todo lo que vamos a tener es una realidad
subjetiva así que como no podemos escondernos de nuestras creencias la
vida será mejor cuanto mejor sea nuestro pensamiento.

Las cartas de la Vida


El objetivo de una sesión de Tarot Terapéutico es sintonizar a la persona
que consulta con su esencia y ayudarle a resolver patrones de conducta y
bloqueos, identificando su origen y proponiendo vías de solución; aunque
como en todo método o herramienta terapéutica, es la persona quien decide
cuándo y cómo quiere curarse. El Tarot Terapéutico nos invita a tomar
conciencia de todo aquello que supone un freno a nuestra evolución, nos abre
los ojos y nos ofrece herramientas para poder quitar de nuestro camino las
piedras que nosotros mismos hemos ido poniendo. Sobre todo nos coloca en
una posición de responsabilidad ante y con nosotros mismos, por eso el
proceso de interpretación está más cerca de las posibilidades de
intercambio de ideas que sobre la aplicación de significados.

El Tarot utilizado de forma terapéutica se convierte en una lente


maravillosa a través de la cual podemos ver lo que ES. Cuando reconocemos
lo que es, podemos ver las opciones con mayor claridad sabiendo que
podemos elegir cualquiera de ellas. Eso es liberador; no somos víctimas más
que en nuestros pensamientos acerca de lo que nuestras experiencias
pasadas o presentes han sido.
Cuando la persona que consulta se encuentra bien dispuesta y es capaz de
articular y relacionar lo que ve en las cartas con sus experiencias, es posible
explorar los mecanismos de cómo llegó a la situación por la que consulta,
cómo puede consolidar su proceso y cómo puede desarrollar su nueva vida.
En cierto modo lo que el consultante experimenta a través de la lectura del
Tarot no resulta tan extraño dado que, después de todo, ya ha pensado en
ello muchas veces antes de decidirse a efectuar la consulta; aunque
seguramente le faltó valor para cambiar de conducta o no podía ver
claramente lo que podía hacer para que funcionara su nueva realidad. Puede
que durante la lectura se comente algo que active nuevas posibilidades,
aunque esas posibilidades ya estuvieran latentes, esperando a emerger a la
superficie de la conciencia. Puede ser, incluso, que la consultante vea con
extrañeza el desarrollo de la sesión; pero esa misma extrañeza permite que
afloren nuevas posibilidades. Generalmente, además, los consultantes no
suelen explayarse al principio en sus comentarios sobre la situación así que
del tarólogo depende poder articular y dar sentido a lo que está sucediendo
en su vida.

Mary K. Greer, autora entre otros libros de Complete Book of Tarot


Reversals, afirma que el viejo estilo de lecturas del Tarot es pasivo y está
condenado al fracaso. Cuando se encuentra con un cliente que solo espera
que el Tarot le dicte lo que debe hacer, si ella no consigue convencerle de la
inutilidad de ese enfoque, entonces da por acabada la lectura. En cierto
sentido lo que hace el Tarot Terapéutico es encontrar un camino para
validar y hacer consciente lo que el consultante ya sabe. Por eso mismo un
tarólogo debe trabajar para producir una transformación dentro de sí
mismo para, posteriormente, ayudar a sus consultantes.

En una lectura de Tarot Terapéutico la consultante tiene la oportunidad de


elevarse por encima de la situación, de ver la vida desde una nueva
perspectiva. El desarrollo de una sesión representa un impasse en el tiempo
que refleja la relación del consultante con la vida en ese momento. Tras la
consulta la vida se reinicia, tal vez en una nueva dirección, una nueva
determinación o nuevas metas por alcanzar.

Interpretación y Significados
A nivel terapéutico en ocasiones no es necesario ofrecer una interpretación
de las cartas o sus significados, incluso es mejor pues así se trabaja dentro
del marco fenomenológico lo que es una liberación tanto para el terapeuta
como para quien consulta. Ambos pueden disfrutar de sus propias
percepciones e intuiciones y así el consultante pasa a ser responsable de sus
decisiones, en lugar de conferir todo el poder al tarólogo. Desde esta
perspectiva el Tarot Terapéutico se puede ver entonces como un dispositivo
de análisis profundo capaz de descubrir y poner de relieve el interior
psicológico de la persona dentro de, podríamos decir, una dinámica
espiritual.

De esta manera se permite al consultante realizar un viaje interior para


descubrir el saber interno que maneja su destino y así se le ayuda a
reescribirlo. A diferencia del psicoanálisis convencional, que puede durar
meses e incluso años, el Tarot Terapéutico puede considerarse como una
conversación psicoanalítica en la que consultante y lector se encuentran al
mismo nivel. Los mejores resultados se obtienen cuando el tarólogo no toma
una postura de poder y la consultante no intenta hacer cómplice al tarólogo
de sus puntos de vista, así éste toma una postura, digamos, gestáltica en la
que no entra en el juego del consultante y lo ancla en el aquí y ahora de la
lectura para que tome conciencia de la situación.

Una cuestión de energía


Desde el punto de vista espiritual todas las formas provienen y existen de
una Fuente, de la fuerza vital, de la Conciencia. De hecho todas las formas
físicas, incluidos los pensamientos, son el resultado final o la manifestación
de la energía en una forma particular. Así una enfermedad física es el
resultado de un desequilibrio o bloqueo en la energía de la persona, en este
contexto el campo de la física cuántica nos está revelando nuevas
perspectivas y una mayor comprensión de nuestra propia naturaleza.

Por su parte el Tarot explica de una manera pictórica y simbólica la


naturaleza y la manifestación exterior de la energía, mostrando el lugar del
ser humano a nivel terrenal y cómo se expresa en el contexto universal. Los
Arcanos nos ayudan a explorar las energías subyacentes que hacen que la
persona experimente las situaciones de cierta manera. Combinando el
trabajo con las imágenes de los Arcanos, sus mensajes e intuiciones junto
con otras prácticas de curación, se puede inducir un cambio en esa energía
la cual puede restablecer el equilibrio y el bienestar del alma.

Una vez se han puesto de relieve los bloqueos, traumas e inseguridades, la


persona queda habilitada y capacitada para realizar los cambios necesarios
en sí misma y en su vida. Así podemos afirmar que el Tarot utilizado de
forma terapéutica se ocupa de los 4 centros o niveles del ser: intelectual,
emocional, material y creativo-sexual. El desequilibrio en alguno o varios de
esos centros es lo que ocasiona los bloqueos y enfermedades así que la
curación puede ser vista como la capacidad de restaurar ese equilibrio, el
cual requiere al menos un reconocimiento de las necesidades de cada centro
o nivel de la persona. El Tarot ofrece ese mínimo ya que por su propia
naturaleza se compone de los cuatro centros tal y como apreciamos en los
cuatro palos de sus Arcanos Menores. Además esta capacidad se potencia al
combinar esas energías con los Arcanos Mayores permitiendo abordar las
consultas en un nivel muy profundo.

Así pues el Tarot utilizado como herramienta psicoterapéutica busca el


conocimiento, la comprensión de lo que nos ocurre para poder transformar
aquello que podamos transformar y aceptar plenamente lo que la vida nos da
ya que de alguna manera las circunstancias y personas que se presentan ante
nosotros han sido atraídas por nuestros pensamientos y en definitiva las
necesitamos para crecer en ese momento; por lo tanto nuestra
responsabilidad es total aunque siempre haya algo dentro de nosotros que
se resista a cambiar viejos patrones de pensamientos y conductas que ya no
nos son útiles.

El camino, el proceso, la vía o como queramos llamar a ese viaje vital nos lo
ofrece el Arcano de EL LOCO el cual deja atrás su zona de confort, su
comodidad que generalmente es sufrimiento disfrazado de acedía, y se
lanza más allá de sus límites autoimpuestos.
ORGANIZACIÓN DEL TAROT POR SERIES DECIMALES

Desde tiempos inmemoriales se ha tratado de organizar y estructurar los


arcanos del Tarot de diversas maneras. En el contexto evolutivo lo más
racional es hacerlo en base al sistema decimal que por lo demás
observaremos que organiza tanto los Arcanos Mayores como los Menores de
una manera lógica lo que permite relacionarlos por analogía numerológica. En
esta organización los Arcanos de EL LOCO y EL MUNDO representan los
dos extremos, el inicio y el final, el origen y la compleción y así, entre
ambos, se despliega el resto de arcanos tal y como vemos en la figura.

Esta organización por grados decimales simplifica el estudio del Tarot y


permite comprobar la relación que se establece entre ellos y
posteriormente en el capítulo correspondiente a los Arcanos Menores nos
facilitará su conexión con los Arcanos Mayores. Los números pares son
estables y receptivos, y los números impares son activos. Los pares indican
estabilidad e inmovilidad, son receptivos, y los impares impelen a la acción,
son activos. Cada número impar aspira a alcanzar la estabilidad que supone
el siguiente número par, y cada número par se plantea abandonar su
seguridad para aspirar a un estadio más elevado. De modo resumido
significan:
GRADO 1. Este primer peldaño es el de la potencialidad pura, los inicios, el
todo es posible.

GRADO 2. Este es un nivel de acumulación, de reflexión.

GRADO 3. Aquí se produce el estallido creativo tanto constructivo como


destructivo

GRADO 4. Este grado representa la seguridad y estabilidad tanto en el cielo


como en la tierra aunque también el estancamiento.
GRADO 5. Supone un avance, una nueva visión a la par que la tentación en
todos los sentidos

GRADO 6. Representa una apertura al exterior, la elección, las relaciones,


la belleza.

GRADO 7. La acción en el mundo.

GRADO 8. Las dos caras de la perfección, lo rígido y lo voluble.


GRADO 9. Este grado supone salir de la esa perfección y adentrarse en la
crisis positiva, en la expansión.

GRADO 10. Final de ciclo, todo se completa y se inicia otro.

El cuadro completo lo podemos contemplar aquí:

LAS SERIES DECIMALES

ESTALLIDO TENTACION EN
CREATIVO O TODAS SUS
LA ACCION CRISIS Y
DESTRUCTOR FORMAS
LOS DOS EN EL MUNDO REGENERACION
COMIENZOS

SEGURIDAD APARICION ROSTROS DE LO QUE


GESTACION E EN EL CIELO DEL PLACER LA PERFECCION EMPIEZA
INTERIORIDAD Y EN LA TIERRA ACABA

Este método de estructurar los Arcanos Mayores nos ayudará, en el


capítulo correspondiente a los Arcanos Menores, a reconocer las analogías
que se establecen en cada grado con los Arcanos Mayores y Menores y
confirmará una vez más que todos los Arcanos del Tarot se encuentran
conectados entre sí. El Tarot, entonces, se estudia primero como unidad,
más adelante se profundiza a través de la multiplicidad de sus arcanos para
finalmente volver a la unidad. En capítulos posteriores indagaremos más
sobre las series decimales y su aplicación práctica.
ORGANIZACION DE LOS ARCANOS MAYORES POR SEPTENARIOS

Manteniendo la relación con el proceso de individuación podemos


estructurar los Arcanos Mayores del Tarot en 3 septenarios, dejando
aparte la figura del Loco el cual puede aparecer en cualquier momento y
lugar y recorre todas las etapas comprendidas entre El Mago y El Mundo
quienes conforman la dinámica evolutiva de ese viaje de la Conciencia a
través de tres niveles o dimensiones.

La organización por septenarios hace mucho tiempo que se utiliza.


Principalmente se sustenta sobre las relaciones numéricas y simbólicas del
nº 3 y el nº 7, ambos importantes en el ámbito de lo esotérico, numerológico
y bíblico; y así como la estructura por grados decimales permite organizar
los Arcanos en un mandala tridimensional que agrupa los 78 arcanos y los
distribuye de una manera organizada y armónica, la organización en
septenarios con sus correspondientes terciarios nos sumerge en otro tipo
de relaciones que, curiosamente, dan como resultado el ir avanzando hacia la
realización y compleción del ser humano. Ahondando aún más podemos
relacionar esta estructura con la Rueda de Jacob. La razón por la que utilizo
La Rueda de Jacob para describir este sistema es que Jacob, el 'hombre
perfecto' del Zohar, simboliza el prototipo humano que evoluciona hacia la
perfección en su viaje en la rueda de reencarnaciones. El mandala de La
rueda de Jacob traza una ruta en espiral de la evolución humana. Una de las
teorías cabalísticas es que la Rueda de Jacob es un mapa arquetípico del
propio campo áurico de la Tierra, Si ello es cierto, entonces los arquetipos
utilizados en el sistema de la Rueda de Jacob se puede decir que
representan las fuerzas que circulan dentro del campo energético de
nuestro planeta y del sistema de chakras. Lo podríamos representar de la
siguiente manera:
Pero este mandala, que en un principio hemos desplegado en 7 filas de 3
columnas y posteriormente en 3 círculos concéntricos de 7 brazos, se
resuelve de forma tridimensional tal y como lo representamos a
continuación:

Al superponer los Arcanos Mayores resulta una espiral ascendente que se


inicia en EL MAGO y que al llegar al MUNDO vuelve a re-iniciarse en un
nivel superior.

Por último trazaré las analogías y simbologías que en este tipo de


organización por septenarios se establece entre los Arcanos Mayores y el
ARBOL. El simbolismo del árbol admite tres niveles: raíces, tronco y copa,
relacionados con los mundos subterráneo, intermedio y celeste; en las
culturas que toman como símbolo vertical al propio ser humano, los niveles
son tierra, hombre y cielo. Ambas versiones nos están hablando de la idea
de un Universo jerarquizado en distintos mundos, que también están
presentes en el hombre, configurando distintos planos de la realidad.
El árbol tiene un significado simbólico profundo en todas las culturas del
mundo. Representa a la diosa madre con sus funciones protectora y
nutriente. Actúa como eje del mundo ya que se encuentra profundamente
arraigado en la tierra, extrae el agua del suelo y trata de alcanzar el cielo y
la eternidad. El árbol está relacionado con el simbolismo de los pilares y las
montañas. En lo concerniente a su relación con la estructura por septenarios
de los Arcanos Mayores del Tarot podemos considerar el primer septenario
como las raíces de ese árbol, lo físico, lo terrestre. El tronco se
correspondería con el segundo septenario, el psiquismo, las virtudes a
encarnar para que crezca recto y fuerte. Y la copa, lo más elevado, lo
asociamos al tercer septenario, el del espíritu, el más cercano a la divinidad.
Y en un árbol lo importante son sus frutos, un árbol torcido pero que da
suculentos frutos es un buen árbol, un árbol que crece recto pero no ofrece
buena fruta es un mal árbol. Además debemos tener en cuenta que existe en
psicología el conocido test del árbol en el que se dibuja un árbol y luego el
psicólogo interpreta en clave psicológica la imagen. En este contexto el
árbol es una proyección simbólica en el dibujo ligado a nuestra evolución
antropológica. Su estudio se basa en la mitología y simbolismos totémicos.

Así pues colocados los Arcanos tal y como se muestra en la figura vemos en
el primer septenario los Arcanos que dirigen sus energías hacia la
conformación del YO, de la personalidad. Estos son EL MAGO, LA PAPISA,
LA EMPERATRIZ, EL EMPERADOR, EL PAPA, EL ENAMORADO y EL
CARRO. El segundo septenario incluye los Arcanos que actúan en la
transformación del YO, podríamos relacionarlos con el nivel del alma y es el
septenario “puente” entre el primero y el tercero. Se encuentra formado
por LA JUSTICIA, EL ERMITAÑO, LA RUEDA, LA FUERZA, EL COLGADO,
EL ARCANO XIII y LA TEMPLANZA. El tercer septenario se corresponde
con la trascendencia del YO, el nivel espiritual con EL DIABLO, LA TORRE,
LA ESTRELLA, LA LUNA, EL SOL, EL JUICIO y EL MUNDO. Desde el
punto de vista junguiano se perciben tres etapas: los impulsos básicos, la
construcción del ego y la integración de mente consciente e inconsciente. La
psicología junguiana distingue tres niveles equiparables a los tres
septenarios.

El primero es el denominado Reino de los Dioses porque es ahí,


comprendidos en los 7 primeros Arcanos Mayores, donde se encuentran los
arquetipos sino más importantes si los que detentan una influencia más
cercana en las primeras etapas de la vida e la persona. El segundo
septenario se corresponde con el Reino de la Realidad Terrestre y de la
Conciencia del Ego, y en esos siete Arcanos, de La Justicia a La Templanza,
se despliega la identidad del individuo intentando liberarse de los lazos de
los arquetipos familiares, del árbol genealógico de origen, y proyecta su
identidad hacia el mundo. El tercer septenario se concibe como el Reino de
la Iluminación Celestial y de la Autorrealización, incluye desde El Diablo
hasta El Mundo y se corresponde con la etapa en la que el ego es
trascendido y la orientación del individuo se enfoca hacia un centro psíquico
más amplio, que Jung denominó el SELF.

Esta estructuración de los Arcanos Mayores nos permite estudiar a los


Arcanos por ternarios y reconocer que los Arcanos del segundo septenario,
por ejemplo, unen y complementan a los ubicados en el primer y tercer
septenarios; así La Justicia en el Tarot de Marsella evidencia la necesidad
de equilibrar la personalidad (El Mago) con la Sombra (El Diablo). En los
Tarot en los que el Arcano 8 es La Fuerza, el mensaje consistiría en
controlar los bajos instintos (El Diablo) a través de la inteligencia (El Mago).
Recordar las posiciones de los Arcanos en esta estructura nos puede ayudar
en ciertos momentos a despejar incógnitas o simplemente hacerle una
pregunta a ese Arcano y responder en consonancia a su relación ternaria.
Así si aparece en una consulta EL PAPA éste le podría decir al consultante
que únicamente cambiando su visión de la situación (El Colgado), puede
expresarse plenamente y conseguir la unión y expansión que desea (El Sol);
las interpretaciones son prácticamente ilimitadas y siempre habrá alguna
que resonará con lo que la consultante está buscando.
ARCANOS MAYORES Y ENEAGRAMA

El Eneagrama es un método de conocimiento y crecimiento personal que se


centra en el estudio de la personalidad y que divide su tipología en 9
personalidades básicas. Aunque al estudiar el Eneagrama se llega a
subdividir estas personalidades básicas en 27 tipos, para el motivo que aquí
nos mueve trabajaremos con las 9 personalidades básicas y sus
correspondencias con los Arcanos Mayores.

El estudio del Eneagrama se basa en la percepción que las personas de cada


tipo de personalidad tienden a tener respecto del mundo, de sí mismos y
sobre cómo las personas de ese mismo tipo enfrentan el día a día. El
propósito del Eneagrama es descubrir el tipo de personalidad al que
pertenecemos cada uno, revelando así nuestras compulsiones, valores,
miedos, etc… hasta lograr una comprensión profunda de cómo realizamos
nuestros actos y aprender a trabajar con nuestras pasiones con el fin de
lograr nuestra sanación, libertad y conocimiento en un acercamiento a lo que
realmente somos.

Llegados a este punto habrá quien se pregunte: ¿Y qué tiene que ver el
Eneagrama con el Tarot?. Pues todo o nada, depende del enfoque que le
demos. Si en esta obra estoy proponiendo la utilización del Tarot en el
ámbito terapéutico, si concebimos su utilización como un trabajo destinado
a conocernos mejor a nosotros mismos y en comprender los factores que
imprimen nuestra conducta y personalidad, coincidiremos en que podemos
integrar y relacionar el Tarot y el Eneagrama aunque tan solo sea porque
ambos se utilizan en el desarrollo de la persona y su autoconocimiento.

La historia del Eneagrama y sus orígenes se pierde en el tiempo además aquí


no nos vamos a extender sobre la teoría del Eneagrama, existe abundante
bibliografía si el lector desea ampliar sus conocimientos sobre el tema.
Particularmente me he basado para elaborar este capítulo en las obras del
Dr. Claudio Naranjo y de Richard Riso, dos de las personalidades más
influyentes sobre el tema.

LOS NUEVE TIPOS DE PERSONALIDAD

TIPO 1-EL REFORMADOR


Esta personalidad es racional, idealista, perfeccionista y de sólidos
principios. Los tipos 1 sanos suelen ser razonables, autodisciplinados y
moderados y pueden llegar a ser extraordinariamente juiciosos y sabios
aunque el Tipo 1 promedio no se suele encontrar satisfecho con la realidad
por lo que siempre cree que las cosas se pueden mejorar, se vuelve crítico y
siempre va diciendo cómo se deben hacer las cosas pudiendo llegar a ser
dogmáticos, intolerantes, moralistas e inflexibles.

TIPO 2-EL AYUDADOR


El Tipo 2 es generoso, demostrativo, complaciente aunque posesivo. Es
capaz de mostrar empatía y suele contar con una gran sensibilidad por los
demás. Este tipo de personalidad suele ser cariñosa, sincera y afectuosa,
incluso puede llegar a ser altruista, desprendida y desinteresada. Sin
embargo el tipo 2 promedio suele desear que los demás dependan de él, es
presumido y algo engreído pudiéndose convertir en resentido y quejica dado
que se siente víctima por la ingratitud de los demás.
TIPO 3-EL TRIUNFADOR
El Tipo 3 es pragmático, ambicioso y orientado al éxito. Se siente seguro de
sí mismo; es adaptable, encantador/a y a menudo popular. Los Tipo 3 son
buenos comunicadores y en su mejor estado se aceptan a sí mismos llegando
a ser genuinos y auténticos, modestos y caritativos. El tipo 3 promedio se
muestra, por su parte, competitivo, suele compararse con los demás y busca
el éxito, deseando impresionar a los demás; así se vuelve narcisista y
pretencioso, arrogante y exhibicionista. Como los tipos 3 temen al fracaso,
pueden llegar a ser explotadores y oportunistas.
TIPO 4-EL INDIVIDUALISTA
Los Tipo 4 son sensibles, reservados, incluso dramáticos. Introspectivos y
eternos buscadores de su “ser interior”, se sienten especiales y pueden
llegar a ser muy creativos y transformar sus experiencias en algo valioso. La
persona promedio de este tipo suele intensificar la realidad a través de la
fantasía y la imaginación, entonces se vuelve tímido, ensimismado y se
mantiene al margen de los problemas para preservar su autoimagen. En su
peor aspecto los Individualistas se deprimen y se aíslan de los demás,
bloqueándose emocionalmente llegando incluso al autorreproche y al
autosabotaje.
TIPO 5-EL INVESTIGADOR
Es el tipo cerebral, innovador, perceptivo y reservado. Quienes adoptan las
características de este tipo suelen ser curiosos y mentalmente están
alertas; se enfocan con facilidad en lo que desean, les encanta aprender y a
menudo se convierten en expertos en algún campo. En su mejor estado se
vuelven visionarios, imparciales y de amplio criterio. En su vertiente
negativa se tornan hiperanalíticos y se desconectan de su entorno pudiendo
llegar a rechazar todos los vínculos sociales. Se aíslan de la gente y pueden
perder el contacto con la realidad.
TIPO 6 EL LEAL
Este Tipo es comprometido, encantador, responsable aunque desconfiado.
Se suele mostrar simpático, amistoso y cautivador. Se compromete y es leal
con quienes se identifica. Los Tipo 6 pueden llegar a ser asertivos,
confiables y con una gran fe en sí mismos. Buscan la seguridad y estabilidad
porque suelen vacilar y reaccionar de manera imprevisible. En sus peores
momentos se vuelven sarcásticos y reaccionarios así como dependientes y
con sentimientos de inferioridad. Llegados a este punto se sienten
cobardes, incompetentes y atormentados.
TIPO 7-EL ENTUSIASTA
A este tipo pertenecen individuos activos, divertidos y dispersos. Llegan a
ser muy sensibles y entusiastas. Se muestran extrovertidos y espontáneos.
Asimilan a fondo las experiencias y se muestran agradecidos por ser
reconocidos. El promedio suele mostrarse materialista, incapaz de decirse
no y corre el riesgo de volverse superficial, ostentoso y extravagante. En
sus peores épocas se frustran fácilmente y se muestran ofensivos e
impulsivos. Tienen graves problemas para controlarse.
TIPO 8-EL DESAFIADOR
El es Tipo decidido, poderoso y retador. Los Tipo 8 sanos son asertivos y
confiados en sí mismos, tienen una actitud de “yo puedo” y una gran
motivación interna. Les encantan los desafíos y son líderes naturales. Los
Tipo 8 promedio son pragmáticos, emprendedores, trabajadores y muy
audaces, imponen su voluntad. En sus peores situaciones se desenvuelven de
forma agresiva, orgullosa y egocéntrica, tratando de salirse con la suya. Se
aferran a su poder y se tornan crueles, violentos, inmorales y dictatoriales.
No admiten la culpa.
TIPO 9-EL PACIFICADOR
Son los tipos indolentes, modestos, receptivos y agradables. Los Tipo 9
sanos so muy receptivos, abiertos, estables y serenos; son buenos
mediadores, protectores y pacificadores. Pueden volverse dóciles y
adaptables siempre intentando conciliar de manera excesiva. Se subordinan
a los demás y se olvidan de lo que quieren ver. Pueden llegar a reprimirse
muchísimo y se convierten en individuos desvalidos e incapaces a la vez que
se tornan obstinados y niegan la existencia de problemas y conflictos.
LOS NUEVE ENEATIPOS DEL ENEAGRAMA

Evidentemente lo que aquí muestro es un resumen, muy breve, de las


características de cada personalidad únicamente para entrar en materia y
poder relacionar estos Eneatipos con diversos Arcanos del Tarot cuya
analogía caracterial me ha parecido sintomática y permite conocer mejor la
personalidad de quien consulta, ampliar experiencias sobre la misma e
incluso proponerle trabajos con diversos Arcanos para evolucionar dentro
de su Eneatipo.

Analogias entre los Arcanos Mayores y los Eneatipos


De entrada manifiesto que este es un capítulo introductorio y no concluido,
con ello advierto que no hay ninguna seguridad de que lo que voy a exponer
sea cierto ya que yo mismo me voy encontrando con paradojas y dilemas y el
trabajo con los mismos consultantes me ha obligado, en ocasiones, a
rectificar sobre la marcha. De hecho la lista de Arcanos que propongo no es
la primera que realicé y posiblemente en un futuro pueda haber algún
cambio, así que los datos deben tomarse como una guía y punto de partida
con la proposición de ir profundizando en el tema.

Como he podido comprobar también otros autores, pocos la verdad, se han


encontrado con dilemas semejantes así que intuyo que este campo de
investigación aún tiene mucho trecho por andar, pero como buen nº 5 que
soy me adentro en la desconocido en busca de conocimiento.

El método que he seguido para obtener los resultantes que, hasta ahora, me
parecen más concluyentes, ha sido estudiar los diferentes eneatipos y
“emparejarlos” con aquellos Arcanos cuyos significados en su vertiente
psicológica pudiesen mostrarse más cercanos o análogos. He encontrado
información relativa a autores que ya de entrada relacionan los 9 eneatipos
con los 9 primeros Arcanos Mayores del Tarot, cosa que me parece
superficial. No es lo mismo hacer coincidir los 9 primeros Arcanos con los
significados que se les atribuyen, por ejemplo, en Numerología que hacerlos
converger en un sistema psicológico tan profundo y vasto como el Enegrama.
Así que personalmente he estudiado las características básicas de cada
eneatipo para poderlos relacionar lo más cercanamente posible con los
Arcanos Mayores del Tarot. Tras realizar diversas variantes mi lista actual
de “resonancias” entre los Arcanos del Tarot y los Eneatipos es la siguiente:

TIPO 1 – LA JUSTICIA – LA FUERZA


TIPO 2 – LA EMPERATRIZ – LA TEMPLANZA
TIPO 3 –EL MAGO – EL DIABLO
TIPO 4 – LA PAPISA – LA ESTRELLA
TIPO 5 –EL ERMITAÑO – EL LOCO
TIPO 6 –EL ENAMORADO
TIPO 7 –EL CARRO
TIPO 8 –EL EMPERADOR
TIPO 9 –EL PAPA – EL COLGADO
Como he comentado esta es la relación que me parece más adecuada aunque
hay Arcanos que podrían emparejarse con distintos tipos del Eneagrama,
como El Mago que bien podría ser un Tipo 7, o intercambiar los Arcanos del
Papa y El Ermitaño aunque después de estudiar detenidamente cada uno de
ellos me decanto por esta relación. También podríamos relacionar El Diablo
con el Tipo 8. Con todo ello admito la posibilidad de poder relacionar los
Arcanos de diferente manera, aunque no muy diferente, es todo cuestión de
matices.

He elaborado un cuadro de las características principales de cada Eneatipo


y así podremos comprobar cómo los Arcanos se ajustan a esas
características.

TIPO ENEATIPO ARCANOS PASIÓN EVITACION VIRTUD/SER


REAL
1 EL REFORMADOR LA JUSTICA - LA Resentimiento Enojo Serenidad/Rea
FUERZA o Ira lista Sabio
Reprimida
2 EL AYUDADOR LA EMPERATRIZ- Orgullo o Necesidad Humildad/Altr
LA TEMPLANZA Soberbia uista
Desinteresado
3 EL TRIUNFADOR EL MAGO - EL Vanidad o Fracaso Veracidad/Per
DIABLO Engaño sona
Auténtica
4 EL LA PAPISA - LA Envidia Ordinariez Ecuanimidad/C
INDIVIDUALISTA ESTRELLA reador
Inspirado
5 EL EL ERMITAÑO - EL Avaricia Vacío Desapego de
INVESTIGADOR LOCO sí
mismo/Visiona
rio Pionero
6 EL LEAL EL ENAMORADO Cobardía o Errores Valor/Autoafir
Miedo mativo
7 EL ENTUSIASTA EL CARRO Gula Dolor Sobriedad/Ap
reciador
Extático
8 EL DESAFIADOR EL EMPERADOR Lujuria Debilidad Inocencia/Hér
oe Magnánimo
9 EL PACIFICADOR EL PAPA - EL Pereza o Conflicto Diligencia/Due
COLGADO Indolencia ño de Sí
Mismo

El propósito de este estudio y sus relaciones es el de ampliar las fuentes


donde el consultante puede recabar información sobre las estructuras de su
carácter y personalidad así como las posibles vías de solución a sus
interrogantes. La utilidad que tiene el relacionar los Arcanos del Tarot con
los Eneatipos reside en que suele ocurrir que a una persona al realizar varias
preguntas o sesiones de Tarot, le aparece uno o dos Arcanos repetidos en la
mayoría de lecturas. Esos Arcanos o lo que simbolizan y representan
conectan con el inconsciente del/la consultante y por sincronicidad se
pueden relacionar con el o los eneatipos correspondientes. Ello permite
sugerir cambios y acciones a realizar para que quien consulta corrija, elimine
o sane sus circunstancias. Y como siempre incidimos en este tipo de
funciones ello no pretende sustituir el trabajo tradicional de psicólogos,
psiquiatras y demás profesionales de la salud. Únicamente, en mi caso, lo
propongo como complemento y siempre con la aceptación expresa de la
persona que consulta.
ASTROLOGIA Y NUMEROLOGIA – LAS CARTAS DEL NACIMIENTO

Existen diferentes maneras de aplicar el Tarot en el contexto de la


psicoterapia, hemos revisado varias de ellas, sin embargo pienso que es
interesante el campo de actuación que se abre al relacionar la astrología y la
numerología con el Tarot. Evidentemente no hay ninguna razón lógica-
científica que corrobore los datos obtenidos a partir tanto de la astrología
como de la numerología y el propio Tarot ya sea por separado o en conjunto,
pero como hace ya décadas que se están utilizando por profesionales de la
salud (psicólogos, psiquiatras, médicos…), creo que es que importante
concederle un capítulo a estos temas dado que ni la astrología, ni la
numerología ni el Tarot son tratados aquí como mancias, sino como
instrumentos orientadores para que el/la consultante aproveche los
aspectos más positivos de su mapa vibracional en beneficio de su vida y con
vistas a lograr una armonía que le permita ir del caos al orden, del Loco al
Mundo.

La astrologia al servicio del tarot y viceversa


¿Qué es la Astrología?. Me encanta la definición que de ella hace Trish
MacGregor en la introducción de su libro Todo sobre Astrología. Dice así:
“La Astrología solo es una herramienta que ilumina nuestro paso por la vida,
es la configuración que el alma elige para venir a este mundo”. Este breve
párrafo contiene una profunda sabiduría y no quisiera contaminarla con
explicaciones y datos que se pueden encontrar de otro modo en las decenas
de libros que sobre Astrología se han publicado; así que para enlazarlo con
el tema que nos ocupa solamente agregaré que si, según los astrólogos, la
Astrología constituye el mapa del alma, el Tarot es su espejo.

Ambos, Tarot y Astrología, definen nuestro potencial no nuestro destino.


Ambos son sistemas orgánicos que nos ayudan a profundizar en nosotros
mismos a medida que aprendemos a leer sus símbolos y a entender su
lenguaje. Para empezar y únicamente como recordatorio para los no
iniciados, comentaré los 12 signos astrológicos, los planetas y sus relaciones
con los Arcanos Mayores del Tarot.

Las cuatro energías


Los 12 signos del Zodiaco son: ARIES, TAURO, GEMINIS, CANCER, LEO,
VIRGO, LIBRA, ESCORPION, SAGITARIO, CAPRICORNIO, ACUARIO Y
PISCIS. Al igual que en el Tarot los signos zodiacales se dividen en
triplicidades correspondientes al Aire, Fuego, Agua y Tierra. Los signos de
Aire (masculinos) son: GEMINIS, LIBRA y ACUARIO. Los de Fuego
(masculinos) son: ARIES, LEO y SAGITARIO. Los signos de Agua
(femeninos) son: CANCER, ESCORPION y PISCIS y por últimos se
encuentran los signos de Tierra (femeninos): TAURO, VIRGO y
CAPRICORNIO.

Curiosamente si los relacionamos con los palos del Tarot comprobaremos que
comparten idénticas cualidades. Así los signos de Aire, emparentados con el
palo de Espadas se relacionan con las habilidades mentales y los atributos
intelectuales, los signos de fuego que en el Tarot se corresponde con los
Bastos se caracterizan por la agresividad, el liderazgo, en suma la energía
creativa en estado puro. Los signos de Agua que en el Tarot simbolizan el
palo de Copas se focalizan en la emoción y el sentimiento y evidencian una
profunda conexión con el inconsciente, y los signos de Tierra que en el Tarot
los vemos representados en el palo de Oros se caracterizan por su sentido
práctico, su pragmatismo.
Los astrólogos también agrupan los signos zodiacales en tres grupos:
Los Signos Cardinales: representan energía centrífuga que irradia hacia el
exterior. Se correlacionan con el principio de Acción en una dirección
definida: Aries, Libra, Cáncer, Capricornio. Los Arcanos correspondientes
son: El Emperador, La Justicia, El Carro y El Diablo.

Los Signos Fijos: representan la energía centrípeta, o sea hacia adentro,


hacia el centro. Tienen grandes poderes de concentración y perseverancia,
cuando la energía se usa para una actividad creadora: Tauro, Escorpio, Leo,
Acuario. Los Arcanos que los representan son: El Papa, el Arcano XIII, La
Fuerza y La Estrella.

Los Signos Mutables: se correlacionan con el principio de la armonía, de la


variedad, y el movimiento. Son como espirales de energía. Géminis,
Sagitario, Virgo, Piscis y sus Arcanos análogos son: El Enamorado, La
Templanza, El Ermitaño y La Luna.
Lógicamente las cualidades se aplican en sentido general y deben tenerse
en cuenta otros aspectos también muy importantes a la hora de interpretar
una lectura o una carta astro-tarológica. Estos 12 signos se han relacionado
desde la antigüedad con los Arcanos del Tarot. Como solo hay 12 signos y
son 22 los Arcanos Mayores del Tarot, al resto se le relaciona con los
planetas. Las correspondencias que indico son las comúnmente utilizadas;
hay quien trabaja con otras relaciones aunque la que aquí aparece es la que
cuenta con más adhesiones y es la que utilizo en mis consultas.

ARCANO SIGNO PLANETA

EL LOCO URANO

EL MAGO MERCURIO

LA PAPISA LUNA

LA EMPERATRIZ VENUS

EL EMPERADOR ARIES MARTE

EL PAPA TAURO VENUS

EL ENAMORADO GEMINIS MERCURIO

EL CARRO CANCER LUNA


LA JUSTICIA LIBRA VENUS

EL ERMITAÑO VIRGO VIRGO

LA RUEDA JUPITER

LA FUERZA LEO SOL

EL COLGADO NEPTUNO

XIII ESCORPION PLUTON

LA TEMPLANZA SAGITARIO JUPITER

EL DIABLO CAPRICORNIO SATURNO

LA TORRE MARTE

LA ESTRELLA ACUARIO URANO

LA LUNA PISCIS NEPTUNO

EL SOL SOL

EL JUICIO PLUTON

EL MUNDO SATURNO

Partiendo de esta tabla de correspondencias podemos resumir las analogías


y relaciones tal como sigue:
La conjunción entre signos astrológicos y arcanos del Tarot nos puede
ayudar muchísimo en el análisis de tendencias, potencialidades, virtudes y
defectos de la persona que nos consulta pues ambos, astrología y tarot, se
complementan perfectamente aportando su propio simbolismo y
enriqueciendo las lecturas.

Aplicación práctica
Personalmente aplico esta relación de dos maneras. La primera es
interpolando los datos de la carta natal de la persona disponiendo los
arcanos en la ubicación de los signos y planetas. Tal y como vemos en las
figuras he colocado los Arcanos en su ubicación correspondiente. Primero
tal y como quedan en su relación con los signos zodiacales:
Y a continuación colocando también los arcanos correspondientes a las casas
y los planetas:

A partir de estas figuras establecemos una configuración entre los signos,


planetas, casas y arcanos, además de los aspectos que existen entre ellos.
Antes de continuar y para completar las bases a partir de las cuales
desarrollaremos la interpretación de la carta astro-tarológica, debemos
conocer también el significado de las 12 casas así como los aspectos entre
planetas. Las casas explican las condiciones y áreas de nuestra vida en las
que nos expresamos y los aspectos son ángulos geométricos que se forman
entre los planetas y que nos ayudarán a saber si su relación es más o menos
positiva. Trasladado a los arcanos del Tarot podremos establecer si su
relación es más o menos armoniosa.

LAS 12 CASAS ASTROLOGICAS

CASA 1- EL EMPERADOR- Nos informa de la personalidad básica, la


motivación psicológica y cualidades personales. Es el YO proyectándose en el
entorno. Aquí es donde la persona construye la imagen del YO que luego
presentará al mundo, y los Arcanos que ocupan esta casa ejercen una clara
influencia en la personalidad. Es la casa que designa al ASCENDENTE.
CASA 2-EL PAPA- Nos dice cómo se siente la persona en relación a sus
asuntos materiales, la economía y las posesiones.
CASA3 – EL ENAMORADO- Es la casa de la comunicación, la mente y su
entorno. Aquí se verán también los hermanos, además de los primeros años
académicos.
CASA 4- EL CARRO-Nos dice qué relación psicológica mantiene con su
hogar, sus padres. En la casa cuarta también se encuentra el acceso al
enraizamiento interno en el Ser .Tiene que ver también con la madre.
CASA 5-LA FUERZA-Indica cómo está percibiendo su creatividad, su vida
amorosa. Esta casa contribuye esencialmente a la autorrealización y pone en
juego todas las energías creativas.
CASA 6-EL ERMITAÑO- Nos habla del ámbito laboral y de la salud.
Psicológicamente es una casa de lucha por la existencia. Aquí se va hacia el
TU y se espera ser reconocido y aceptado.
CASA 7- LA JUSTICIA-Nos indica cómo se comporta el individuo en sus
relaciones bilaterales: pareja, socios… tiene que ver con la cooperación por
la que se produce entendimiento.
CASA 8-ARCANO XIII- Nos indica por qué cambios está pasando el/la
consultante. Habla también de su sexualidad, también tiene conexión con
poderes ocultos y psicológicos y con todo lo relacionado con la muerte.
CASA 9- LA TEMPLANZA-Habla de la filosofía de vida del individuo,
estudios, ideales,… Se refiere a la experiencia personal de cada individuo en
referencia a Dios o al sentido filosófico de la vida.
CASA 10-EL DIABLO-Constituye las ambiciones y aspiraciones del/la
consultante, puede hablar también de su padre además del papel del destino
en su vida. Ésta es una casa poderosa y las expresiones planetarias aquí
denotarán el grado de éxito profesional.
CASA 11-LA ESTRELLA-Indica cómo vive interiormente su vida social, cómo
se siente en su entorno. Esta casa representa las esperanzas y los sueños
que tiene uno para el futuro, no sólo para uno mismo, sino en relación a los
demás.
CASA 12-LA LUNA-Relata la vida mística del/la consultante, sus conflictos
internos y traumas.

Aspectos planetarios
Las relaciones angulares que se producen entre las posiciones de los
planetas, en este caso entre los arcanos representativos de cada planeta, se
denominan ASPECTOS y sirven para saber si su relación es más o menos
armónica. Los principales aspectos planetarios son:
CONJUNCION, cuando hay una separación entre 0º y 6º entre los Arcanos,
SEXTIL cuando la separación es de +/- 60º, CUADRATURA si es de
aproximadamente 90º, TRIGONO cuando la separación es casi de 120º y
OPOSICION cuando su distancia es de 180º. Existen otros aspectos pero
estos son los principales y en los que basaremos nuestra consulta. En la
carta astral se dibujan con unos símbolos concretos.

Abreviando podríamos indicar como aspectos armónicos el SEXTIL y el


TRIGONO, y como aspectos difíciles la CONJUNCION, la CUADRATURA y
la OPOSICION, aunque dependerá de qué arcanos conjuguen esos aspectos
y su posición en la carta pues por ejemplo la Conjunción siempre se ha
interpretado como un aspecto positivo y lo cierto es que dependiendo de las
cartas (planetas) y sus atributos este aspecto puede crear mucha tensión.
La Cuadratura es un aspecto de fricción aunque la energía que la acompaña
tiende a ser dinámica y poderosa por lo que también dependiendo de los
arcanos que configuren ese aspecto su relación puede ser más o menos
armoniosa.
PREPARANDO LA CARTA ASTRO-TAROLÓGICA
Al realizar la interpretación de la carta lo haremos desde la perspectiva
psicológica intentando no predecir acontecimientos sino informando al/la
consultante que vamos a delimitar un mapa de influencias, tendencias y
posibilidades y que como todo mapa simplemente sirve como guía en su
proceso de autodescubrimiento. Toda persona dispone de libre albedrio para
decidir si alimenta o no esas tendencias aprovechando la información
recibida para aumentar el conocimiento sobre sí mismo y las alternativas de
que dispone para superar las dificultades que se le presentan.
Lo primero que haremos es obtener la carta natal de la persona, existen una
gran variedad de programas informáticos que calculan la carta astral y en
internet se pueden obtener de manera gratuita. Obtendremos una figura
como la siguiente:

En ella aparecen los signos, planetas y aspectos. Seguidamente


sustituiremos los signos y los planetas por los Arcanos Mayores
correspondientes, la figura resultante será como sigue:
El primer concepto que hay que tener claro es el enfoque holístico de la
lectura. Lo que en principio supone una interpretación de cada aspecto o
casa de forma individual al final se convierte en un análisis en la que todas
las interpretaciones parciales conforman una síntesis global. Al analizar una
carta astro-tarológica lo que nos importa es abordar los problemas
psicológicos de la persona y, por el sentido sistémico que le damos, la
emergencia de conflictos y bloqueos que se produjeron en la infancia y
adolescencia, las relaciones que se establecieron con sus padres hasta
configurar un modelo de familia determinado por las posiciones que ocupan
los arcanos del SOL, LA PAPISA y EL MUNDO. Esa interrelación nos
permitirá comprender el tipo de unión con el padre y con la madre así como
posibles trastornos de relación con el sexo opuesto y que en la actualidad se
manifiestan en problemas de relación de pareja. Además estos arcanos
aportarán información sobre la identidad de la persona y la integración, o
no, de su mente-emociones-cuerpo.
El arcano del MUNDO y su posición y aspectos junto con el análisis de las
casas 4, 8 y 12, que representan el inconsciente, nos mostrará cualidades
de la “sombra”. La Sombra no forma parte de la imagen que tenemos de
nosotros mismos y no se sabe cuando se está bajo la influencia de sus
contenidos. Constituye la parte profunda de la personalidad, que posee
todas las potencialidades psíquicas personales, familiares y colectivas que
son discordantes con la manera de vida elegida conscientemente. En la
Sombra están incluidos valores que la conciencia necesita, pero que existen
de una manera que hace difícil totalizarlas en la vida.

Realizar también un análisis de la posición, casa y aspectos de LA PAPISA,


EL SOL y LA RUEDA nos dará una idea general acerca de los potenciales y
motivaciones con que el consultante se orientará tanto consciente como
inconscientemente. Generalmente también entre LA FUERZA y LA
TEMPLANZA existe una estrecha y positiva relación, la conciencia solar de
LA FUERZA unida a la fluidez de LA TEMPLANZA permiten un acceso más
directo al superconsciente. El peligro latente reside en que pueden olvidar
su conexión con la tierra y más si en la carta astro-tarológica aparece un
aspecto inarmónico con EL JUICIO lo que supondría la irrupción del
dogmatismo y el fundamentalismo.

Deberemos prestar atención, por su importancia, a la relación entre LA


PAPISA y EL SOL ya que tanto nos pueden elevar a una expresión creativa
de nuestra personalidad como sumirnos en el narcisismo y más si el arcano
de LA RUEDA se encuentra mal aspectado privándonos de su visión general
de la realidad.

Interpretacion

En las sesiones que realizo suelo hacer una primera interpretación in-situ
junto al consultante con el que establezco un diálogo en el cual ambos
interpretamos lo que vemos en la carta. Se trata de un ejercicio de
introspección muy potente ya que el consultante, por sí solo, empieza a
entender ciertos comportamientos suyos a tenor de la disposición de los
arcanos y unas breves explicaciones por mi parte de su significado. Esta
sesión suelo grabarla en audio y días más tarde le entrego al consultante un
completo dossier junto con el archivo de audio ya que esta lectura si no se
tiene por escrito junto con la ayuda de lo grabado se pierde en el olvido con
el paso de los días ya que la cantidad de información es mucha y lógicamente
quien consulta no puede retenerla y de lo que se trata es de que esa persona
pueda sacar provecho de todo el trabajo para promover los cambios que
desea realizar en su vida. En todo momento tengo en cuenta los aspectos
que se establecen entre los arcanos, la influencia de unos sobre otros y
sobre todo qué es lo que el consultante recibe de ese mandala, de esa
imagen que se ha formado al incorporar los arcanos del Tarot a su carta
natal.

LA LECTURA TAROLÓGICA

En esta ocasión lo que hace el consultante es escoger, sin verlos por


supuesto, 12 Arcanos uno para cada casa de la rueda del zodiaco y a partir
de ahí se realiza la consulta. Los Arcanos pueden aparecer del derecho o del
revés. En este contexto se trata de una lectura conjunta en la que tarólogo
y consultante intercambian sus impresiones sobre los Arcanos que han
aparecido y las casas que ocupan. El objetivo no es predecir lo que le
ocurrirá al consultante en las distintas áreas de su vida, sino que la propia
persona descubra lo que el inconsciente a través de los Arcanos le está
queriendo decir.

Visualmente una lectura de este tipo se presenta tal y como se ve en la


figura:
Los Arcanos que aparecen del revés indican bloqueos en el área de la vida en
la que se encuentran. Llegado el caso tras realizar una primera lectura-
conversación sobre la rueda del zodiaco, se pueden desbloquear los Arcanos
que han aparecido invertidos para que a través del nuevo Arcano que
aparezca, esta vez en posición derecha, la persona que consulta obtenga
nueva información para poder acceder a posibles soluciones a esos bloqueos.

En lo referente a la llamada Tirada Astrológica (Lectura Tarológica para


nosotros), antes de hacer algún análisis hay que tener en cuenta los temas
de que trata cada casa para poder establecer la relación de ésta con el
Arcano extraído. Tal y como muestro en la figura he colocado las cartas
alrededor de una plantilla donde aparecen los significados de cada casa.
Aparte de esto, no es necesario saber nada de astrología para poder
realizar una lectura de este tipo. Lo único que se necesita es saber las
cualidades de cada Arcano y su incidencia en el tema de la casa donde se
encuentra. Es más incluso es conveniente al iniciar la lectura dar
protagonismo a la persona que consulta para que ella misma interprete la
imagen del Arcano dentro del ámbito de su vida que le corresponde y le dé
un sentido. En la imagen aparece la carta de EL SOL en la Casa 1, la de la
personalidad, el YO. ¿Qué percibe el consultante con relación a sí mismo, a
la imagen que tiene de sí mismo, a su personalidad y la carta de EL SOL?.
¿Le dicen algo esos dos niños bajo un sol que ilumina toda la imagen?. ¿El
muro tras ellos le comunica algo?. En la casa 9, por dar otro ejemplo,
curiosamente aparece EL ERMITAÑO invertido, y esa casa nos habla de la
filosofía de vida del consultante. ¿Qué le parece al consultante que la
imagen esté invertida? ¿Se siente representado por la imagen que ve?. Y así
poco a poco el consultante va descubriendo aspectos sobre sí mismo, sobre
su entorno y posibles causas que interfieran en aspectos de su vida.

Interesante también es analizar cómo se relacionan los diferentes Arcanos


en las distintas casas. Por ejemplo las energías opositoras entre casas
situadas a 180º una de otra (1-7, 2-8, 3-9, 4-10…), las buenas vibraciones
que se establecen cuando las cartas se encuentran a 60º ó 120º, en fin que
utilizaremos también los aspectos (sextil, cuadratura, trígono, oposición)
para describir relaciones entre temas de la vida del consultante y los
arcanos que aparecen. Otra faceta que amplía mucho esta lectura es incluir
en el análisis de la misma aquellos Arcanos que se corresponden con cada
casa y qué relación se establece con la carta que aparece colocada en su
lugar. Concretamente en esta lectura los Arcanos quedarían dispuestos de la
siguiente manera:

El panorama se amplía considerablemente. Por ejemplo en la casa 3 que es la


casa de la comunicación, la mente y su entorno así como también la relación
con los hermanos vemos EL ENAMORADO, el arcano natal de esa casa,
junto al JUICIO. Esta lectura ofrece múltiples ángulos de visión además de
la que el consultante pueda extraer. O la casa 6 cuyo Arcano elegido
coincide con el natural de esa casa: EL CARRO.

Particularmente es una de las lecturas que más me gustan, por lo amplio de


su temática, por las diferentes interpretaciones que se pueden dar y por la
infinitud de sus posibilidades. (En el caso, muy difícil pero no improbable, de
que dos personas distintas escogiesen los mismos Arcanos, el significado
para cada uno de ellos sería con seguridad totalmente diferente ya que sus
particulares circunstancias harían que cada persona interpretase las
imágenes en relación a su propia historia).

NUMEROLOGIA Y LOS ARCANOS DEL NACIMIENTO

La Numerología es la disciplina que estudia el significado de los números


naturales más allá de sus connotaciones matemáticas; en el mundillo
esotérico se dice que la Numerología estudia la vibración energética de los
números y su influencia sobre las personas, y hay quien asevera que la
Numerología es el arte expresado a través de los números. Pitágoras, el
filósofo griego, desarrolló en forma metódica la relación entre los planetas
y su vibración numérica. La denominó "música de las esferas". También
afirmó que las palabras tienen un sonido que vibra en consonancia con la
frecuencia de los números. Se basa en que todos los números del uno al
nueve tienen unas características positivas y negativas que aportan a la
persona que los lleva por nacimiento, y por los nombres y apellidos con que
se identifica.

En el contexto terapéutico en el que nos movemos no vamos a profundizar


en todas las analogías que se establecen entre Numerología y Tarot, lo que
nos interesa es ver cómo se manifiesta el/la consultante a tenor de las
imágenes de los Arcanos que aparecen. Las denomino Arcanos del
Nacimiento y representan su potencial, las cualidades que le serán útiles
para que quien consulta pueda desarrollarlas a lo largo de su vida.

Para calcular los Arcanos con los que vamos a trabajar solamente
necesitamos saber la fecha de nacimiento de la persona que consulta, por
ejemplo sabemos que la persona nació un 12 de marzo de 1977. Entonces
sumamos todos los dígitos de la fecha:
1+2+3+1+9+7+7 = 30
Entonces realizamos dos operaciones. La primera consiste en reducir el
número a su mínima expresión:
3+0 = 3
Ya tenemos el primer Arcano que se corresponde con LA EMPERATRIZ.
La segunda operación consiste en restar el número resultante de la suma
(30) de 22 que es el número de Arcanos Mayores del Tarot:
30-22 = 8
En el Tarot de Marsella este número es el de LA JUSTICIA.

Ya tenemos las dos cartas con las que el/la consultante va a trabajar. En
este caso LA EMPERATRIZ y LA JUSTICIA:

A partir de aquí quien consulta, en un estado meditativo, recorre las


imágenes que se encuentran delante suyo y comienza el trabajo de
introspección. ¿Le parecen sugerentes las imágenes?. ¿Hay alguna que le
guste más que la otra?. ¿Se identifica con alguna de las imágenes?. ¿Le
repele algún aspecto de las cartas? Y así vamos profundizando con más
preguntas a tenor de las respuestas que vaya dando la persona. En algún
momento puede cerrar los ojos manteniendo las imágenes de una o las dos
cartas en su mente y esperar un mensaje, un pensamiento, un recuerdo… Si
es preciso la persona que consulta puede hacerle preguntas a las cartas,
hablarles y el consultor contestar en nombre de los arcanos, de los
arquetipos. El “juego” no tiene límites.

De la conversación que se establece se puede llegar a conclusiones sobre la


vida de esa persona, sobre algún aspecto particular o alguna relación que
esté manteniendo.

Llegado el caso podemos profundizar aún más en la lectura añadiendo otros


Arcanos. Concretamente aquellos que por analogía numerológica tienen
relación con los Arcanos que han aparecido. Según el cuadro adjunto
podemos estructurar los Arcanos en 9 grupos o constelaciones de arcanos
como los denomina la experta en Tarot Mary K. Greer:

En el ejemplo tenemos que LA EMPERATRIZ comparte raíz numerológica


con EL COLGADO y EL MUNDO.
Y LA JUSTICIA mantiene relación numerológica con LA ESTRELLA

Con esta configuración de Arcanos el/la consultante dispone de los


arquetipos que pueden tener una mayor influencia en su vida. No constituyen
su destino sino guías en las que trabajar en su desarrollo personal.
EL PROCESO DE CONVERTIRSE EN UNO MISMO

El proceso de Individuación sugerido por Carl Jung se ha estudiado y


analizado en muchas ocasiones desde diversos ángulos y perspectivas, en
este aspecto el Tarot se ha utilizado, con muy buenos resultados, para
hacer más comprensible este proceso gracias a sus imágenes, símbolos y
arquetipos. Aquí propongo una vía apoyada en las dinámicas sistémicas que
espero aporte una visión integradora dentro del desarrollo de la Conciencia
intentando comprender el desarrollo y evolución de la persona dentro de su
sistema familiar y cómo se desenvuelve entre dos fuerzas vitales, dos
energías; una que le impele a avanzar y evolucionar proveniente de la Fuente
y otra que opera como un ancla y que tiene su origen en el árbol genealógico.
Sometido a ambas fuerzas se encuentra el individuo formándose así los
cuadrados tierra-hombre-cielo tal y como aparecen en la figura.

Me he basado en la numerología decimal presente en el Tarot, sus


correspondencias con la vía solar y la vía lunar y las analogías que presenta
con los sephirot cabalísticos y el Árbol de la Vida. Ello me permite ir
hilvanando etapas siempre con la visión de que no solo el individuo
evoluciona y eleva su nivel de Conciencia, sino que cuando así ocurre, todo su
árbol genealógico se beneficia de esa evolución que no es más que un
“retorno al Origen del hombre retroprogresivo” en palabras del gran
filósofo Salvador Pániker.

El esquema evolutivo
El esquema evolutivo que presento lo he tomado de Alejandro Jodorowsky y
lo he asociado al Árbol de la Vida y sus diez sephirot, desplegando así un
“mapa” de la evolución de la persona desde el Arcano del Loco hasta su
encuentro con El Mundo. Este sencillo aunque a la vez profundo esquema nos
ayudará a comprender mejor el lugar que ocupan los Arcanos en el proceso
de Individuación y por qué ese proceso en muchas ocasiones no es lineal,
incluso a veces se retrocede y posteriormente se produce un salto
evolutivo a un nivel de Conciencia superior siempre que se realice un trabajo
interior y se integren las luces y las sombras que habitan en cada uno de
nosotros. El objetivo consiste en conectarse con mayor asiduidad y
profundidad a la fuerza que proviene de la Fuente mientras se va
desenredando la telaraña genealógica hasta conseguir la unión Cielo-Tierra
con el individuo como protagonista y catalizador de esa unión de energías.
El proceso
Iniciamos el camino, el viaje, con la imagen del Loco (curiosamente LeMat al
revés se lee Tamel que significa pureza) y esa sensación de llegar a un
mundo que le es extraño; se interna en lo desconocido y aunque en su hatillo
lleva todas las experiencias de su vida intrauterina y de sus vidas
anteriores, poco a poco va olvidándolas así como el propósito de por qué ha
vuelto de nuevo aquí. En el gráfico vemos como el camino de ese ser se inicia
en el grado 1, la semilla ha sido plantada trayendo consigo todas las
posibilidades para desarrollarse y convertirse en lo que es. Este grado se
corresponde con la sephira de MALKUT, la manifestación del espíritu en la
materia, en el mundo físico, como posibilidad, como potencialidad.
Constituye el inicio de la vida en el que el individuo no distingue todavía
entre él y los demás. De hecho y aunque se cortó el cordón umbilical que le
unía físicamente a su madre, aún se siente uno con ella dado que aunque
parezca que es a partir del nacimiento cuando el individuo empieza a
experimentar la vida, es innegable que la Conciencia decide expresarse
desde el momento de la concepción de esa persona, sino antes.

Los padres y su nivel de conciencia imprimen ya desde ese primer


pensamiento de “querer ser padres” una serie de condicionamientos, de
acuerdos. El momento de la concepción es sumamente importante dado que
no es lo mismo nacer de un coito amoroso y pasional a ser concebido por una
violación, por ejemplo. Durante la gestación el feto sentirá y vivirá lo mismo
que su madre y el parto, que debería constituir un acto jubiloso y
placentero, a menudo se convierte tanto para la madre como para el bebé
que trae al mundo como un paso doloroso. Stanislav Grof habla de las
diversas fases de las experiencias perinatales en donde se graban
experiencias que perdurarán inconscientemente hasta la edad adulta y la
manera de cómo se viene al mundo condiciona el comportamiento posterior
del individuo. Así los nacidos por cesárea habitualmente tendrán
dificultades para acabar o llegar al final de sus proyectos; si se nación con
el cordón umbilical enrollado en el cuello la persona puede sentirse ahogada
o agobiada en sus relaciones y situaciones.

En este primer grado se encuentra El Mago representando la vía solar o


luminosa y La Fuerza, la vía lunar y oscura. Estos dos conceptos: luminoso y
oscuro, no se deben interpretar literalmente, más bien deben reconocerse
como una primera etapa (del Mago a La Rueda) de actividad hacia el
exterior, de apertura, construcción y expansión de la personalidad y una
etapa (de La Fuerza al Mundo) consistente en una mayor influencia de la
Conciencia, un ir “hacia adentro” en una búsqueda de conocimiento del Sí-
Mismo. El MAGO llega con el propósito de crecimiento, de autosuficiencia
aunque enraizado todavía en un sentimiento de pertenencia a su círculo
social más próximo, la familia. LA FUERZA inicia otra etapa donde la
personalidad y los instintos entran en conflicto, donde una energía superior
empieza a hacerse notar para dotar al individuo de coherencia entre sus
pensamientos, palabras y acciones.

El cuadrado tierra
Entramos de lleno en la dualidad de los grados 2 y 3 representados en la vía
solar por LA PAPISA y LA EMPERATRIZ y la sephira de YESOD. El
arquetipo de la madre en todas sus acepciones emerge como principal
fuerza integradora y vinculadora. El individuo experimenta la realidad a
través de su madre, vive en el mundo yesódico de las imágenes arquetípicas.
Este período adquiere especial relevancia en el desarrollo psíquico del niño
pues la actitud de la madre dejará una profunda huella en su psique. Es esta
la etapa en la que se busca la protección y la presencia de la madre sana y
completa, cosa difícil pues por lo general lo que más abunda son las madres
posesivas, devoradoras, estancadas e incluso “asesinas”. El infante
desarrollará entonces corazas esquizoides, orales, psicopáticas o
masoquistas y suele absorver características y rasgos que ha percibido en
su madre, aunque también veremos que este hecho, la introyección, se
produce también con el padre y otras figuras de especial relevancia en el
desarrollo del niño. Se trata de un período de emergencia de lo intuitivo y
lo creativo, dos aspectos del arquetipo femenino aunque todavía sin una
dirección definida, precisa y concreta.

La vía lunar se encuentra representada por EL COLGADO y el ARCANO


XIII y conforman la etapa donde se deja de buscar fuera para encontrar
dentro, se deja de estar enganchado a las memorias del pasado y, si
embargo, se inicia una búsqueda de los propios orígenes realizando un
análisis riguroso de las decisiones que hemos tomado y que creemos
irrevocables, desprendiéndonos de las capas de nuestra personalidad para
que aflore el YO real, proceso que puede resultar lento y doloroso aunque
inevitable.

El cuadrado humano
El siguiente nivel, el último del cuadrado Tierra y el primero del cuadrado
Humano nos aporta la emergencia del arquetipo masculino, del padre en toda
su extensión. Si los grados 2 y 3 los identificamos con la VINCULACION al
árbol genealógico, los grados 4 y 5 nos invitan a la INDIVIDUALIZACION.
La vía solar se corresponde con EL EMPERADOR y EL PAPA y en este
estadio el ya joven individuo va asentando la imagen que tiene de sí mismo en
relación con lo que percibe del exterior. Comienza a ordenar su entorno, a
utilizar la lógica y el razonamiento, a comunicarse de una manera más
individualizada con el mundo exterior siguiendo sus propias creencias aunque
lastrado por la influencia paternal del árbol genealógico. El papel del padre y
de otras figuras masculinas marcan las actuaciones del individuo.

Los sephirot que actúan en este nivel son HOD y NETZAH, la mente y las
emociones actuando la mayor parte de las veces de manera conflictiva. La
influencia del árbol genealógico promueve que la persona actúe
fidelizándose con sus antepasados y actuando en base a lo que recibe a
través de sus padres. Puede empezar a odiar a papá o a mamá porque uno de
ellos marchó (generalmente el padre) y la madre se volvió dominante y
sobre-protectora. Los padres al inducir en su hijo sus neuroris proyectan
todo aquello que a su vez recibieron de sus propios padres, del legado de sus
ancestros. Esos padres pueden mostrarse inmaduros induciendo a sus hijos
a actuar como adultos antes de tiempo, o haciéndoles sentirse como
víctimas no permitiendo crecer a sus hijos o incluso dentro de su inmadurez
a jugar a ser los padres perfectos.

La vía lunar de los grados 4 y 5 la ocupan LA TEMPLANZA y EL DIABLO


respectivamente. El ángel y el demonio, la conciliación de los opuestos o el
condicionamiento, la libertad o la prisión interiores. Curiosamente los cuatro
arcanos que ocupan estos grados nos hablan también de ciertos abusos y
excesos que los padres realizan habitualmente. Hay abusos intelectuales en
forma de mentiras, críticas e insultos, abusos emocionales por falta de
cariño, abusos sexuales ya sea por seducción o violación, abusos creativos al
no dejar que el niño despliegue sus capacidades; y abusos corporales y
materiales por miedo a los golpes y el temor a no contar con un espacio y
tiempo propios.

El, digamos, segundo nivel del cuadrado Humano nos lleva a los grados 6 y 7
con EL ENAMORADO y EL CARRO en su etapa solar. La persona se debate
entre su fidelidad a la familia de origen y su familia actual, se hacen
presentes las dinámicas de fondo, las fidelidades y las incongruencias entre
el propósito parental y el deseado. En estos grados se manifiesta una mayor
influencia de la Conciencia dado que también pertenecen al primer nivel del
cuadrado Cielo y también los esfuerzos del árbol genealógico para impedir el
avance de la misma. Surgen las dudas, las elecciones se complican dado que
la persona ha de integrar las distintas subpersonalidades que subyacen en
su inconsciente pugnando por hacerse con el control de su vida. El ego se
encuentra en pleno apogeo confinado en su propia prisión construida a base
de núcleos familiares no asimilados capaces de convertirse en nudos que
impiden la acción esencial de la persona.

Si el vínculo con la familia no ha sido vivido de forma armoniosa se crea un


nudo incestuoso a través del cual lo externo a ella no estará nunca a su
altura. Si de pequeño al niño no se le ha dejado explorar su identidad sexual,
se crea un nudo homosexual. Si, por alguna razón, se le ha sobreprotegido y
el infante no ha podido explorar por sí mismo lo que representa el dolor, se
crea un nudo sado-masoquista. Si el niño durante su etapa de desarrollo no
ha podido convertirse en su propio referente nos encontramos ante un nudo
narcisista. Si, por el contrario o a su vez siempre ha visto atendidas sus
necesidades viendo a los demás como fuente de su nutrición (física,
emocional, creativa-sexual o mental), el niño padecerá un nudo caníbal y, por
último, se le creará una neurosis social si el pequeño no ha sido asimilado en
el grupo.

La vía lunar viene representada por LA TORRE y LA ESTRELLA, el


despertar y la conexión con algo mayor. Podríamos realizar una analogía
entre el Ego Personal y el Ego Transpersonal en los cuatro centros. El Ego
personal corporal aspira a la abundancia, la riqueza, la salud perfecta; si se
trasciende ese Ego personal entonces se llega a aceptar la vejez, la
enfermedad se transforma en una enseñanza que nos hace conscientes de
nuestros propios conflictos y uno se deshace de absurdas necesidades. En
cuanto al Ego sexual-creativo personal, éste desea la posesión de las cosas y
personas, busca únicamente la victoria, el reconocimiento, la satisfacción, si
se logra trascender entramos en el Ego sexual-creativo transpersonal quien
aprende a limitar sus apetitos y a actuar de forma sana en su sexualidad y
actitudes creativas.

EL Ego emocional personal es posesivo, quiere amar en exclusiva y ser amado


excluyendo a los demás. El Ego emocional transpersonal representa el amor
crístico, ha comprendido que el amor es inclusivo, universal. Y el Ego
intelectual personal es controlador, vive aferrado a sus creencias y dispone
de argumentación para todo. Sin embargo el Ego intelectual transpersonal
renuncia a entenderlo todo, se despoja de sus creencias y aprende a
callarse, a escuchar.

Los sephirot correspondientes a este nivel son Tipheret, Geburah y Chesed.


La belleza, la severidad y la misericordia; el punto central del Árbol de la
Vida donde el individuo alcanza su máxima expresión como ego constituido y
se ofrece al mundo. Por fin ha integrado su máscara condicionada por todo
lo que la familia, la sociedad y la cultura le han inoculado. Los dilemas de la
edad adulta atosigan al individuo que se ve enfrentado a sí mismo en los
siguientes grados.

El cuadrado cielo
Comparte su primer nivel, grados 6 y 7, con el cuadrado Humano y adquiere
su máxima expresión en los grados 8 y 9 con LA JUSTICIA y EL
ERMITAÑO en la vía solar y LA LUNA y EL SOL en la vía lunar.
Simbólicamente tenemos dos parejas: la madre perfecta y el padre sabio
(La Justicia-El Ermitaño) y los padres cósmicos, idealizados, (La Luna-El
Sol). Cabalísticamente se relaciona con Binah y Chokmah; la Conciencia en
este nivel adquiere una presencia muy acusada, es una etapa además donde
uno se cree que ha llegado a algún “sitio”, es el sentimiento o pensamiento
de perfección pero también de estancamiento en donde uno se cree que lo
sabe todo. De ahí que únicamente se puede avanzar dando un paso hacia la
reflexión interior, la crisis de la edad adulta que bien canalizada conduce al
conocimiento y la sabiduría.

En este estadio el individuo se conoce y reconoce a sí mismo aunque la parte


negativa provoca estancamiento, una rigidez que impide a muchos individuos
acceder, en su vejez, a nuevos niveles de comprensión, de expansión.
Entonces es como si volvieran a la etapa infantil, infantiloide en este caso.
Sus necesidades y deseos parecen ser los mismos que cuando eran seres
púberes y pierden, así, la oportunidad de elevar sus vivencias al grado de
maestría, que es el que debería obtener toda persona al llegar al final del
ciclo, el grado X con LA RUEDA DE LA FORTUNA y EL JUICIO en la
sephira de Kether. Hablamos aquí de un renacimiento interior expresado
hacia el exterior, de una llamada hacia nuevos horizontes, iniciando un nuevo
MUNDO en armonía con los 4 centros. EL LOCO se ha encontrado con EL
MUNDO, es la compleción total, el retorno al origen. Uno se convierte en lo
que es.

¿El final del viaje?


El proceso de individuación da la sensación de ser un viaje con un principio y
un final bien que sabemos que realmente la vida es solamente un período en
el largo trayecto del alma. EL LOCO viene de algún lugar, transita por esta
breve vida hasta llegar al MUNDO. El Mundo es a la vez un final y un
principio. El viaje tampoco es lineal, el mapa que aquí presento sí lo es
aunque en realidad el viaje esconde muchos recovecos. El mapa es una
imagen de dos dimensiones, plano, mientras que el viaje, la vida, es
multidimensional, puede que se necesiten varias vidas para lograr llegar al
verdadero final, el retorno al Origen. Lo único cierto es que este viaje está
ocurriendo ahora, en este mismo momento y es importante asumir el lugar
en el que nos encontramos, sin resistencias, sin juicios. Todos los pasos son
de igual y especial importancia. Estemos donde estemos la vida se despliega
en toda su perfección y profundidad.
LOS CUATRO CENTROS MOTORES, LO CUATRO EGOS

Aunque habitualmente cuando hablamos del ego lo reducimos a una entidad ,


a una forma de actuar, de protegerse de la vida; el Tarot tal como nos lo
muestra en los cuatro palos de los Arcanos Menores, nos habla de cuatro
energías que nos mueven, de cuatro egos que interactúan, se invaden unos a
otros e intentan uno por cada lado obtener la primacía en el control de la
persona. En Tarot Terapéutico es importante tener en cuenta esa
cuadrinidad de energías, de egos, dado que analizando cada uno de ellos el
consultante se da cuenta de qué energía es la que gobierna su vida y puede
entonces realizar los reajustes necesarios para equilibrarla pues cuando
cada energía actúa desde su propio centro la vida se equilibra, las energías
colaboran y el resultado es que la esencia del individuo puede manifestarse
sin trabas a través de los cuatro centros.

El Arcano del Mundo lo sintetiza maravillosamente mostrando esa armonía,


ese fluir de energías que permiten la expresión del Sí-Mismo en toda su
totalidad. Vemos como el palo de Espadas se corresponde con los
pensamientos, el intelecto, las ideas, la mente. El de Copas produce
sentimientos y emociones; el de Oros constituye la energía física, la vida
material, y el palo de Bastos representa la energía Kundalini, la creatividad,
la sexualidad. Cada centro se expresa a través de un lenguaje propio,
ininteligible para los otros y es preciso que sea nuestro testigo interior,
nuestra Conciencia quien compatibilice esos lenguajes con el fin de que cada
centro comprenda a los otros tres. La Quintaesencia es quien pone de
acuerdo las cuatro energías para que persigan la misma meta.

Para ello a la mente, que antes que nada anhela ser sabia, hay que enseñarle
a no-ser; el 10 de Espadas del Tarot de Marsella lo representa con el centro
de la carta vacío, la mente debe dejar de luchar contra sí misma. El centro
emocional desea amar y ser amado, en suma ser santo, para que ello ocurra
debe estar en paz, con el corazón rebosante de amor como el 10 de Copas.
El centro energético-creativo necesita crear, convertirse en un héroe y
debe aprender a canalizar esa energía, que sea la Esencia quien cree a
través de él; el 10 de Bastos lo ejemplifica en el rombo que se forma en el
centro de la carta con el espíritu (barras amarillas) controlando y dirigiendo
las energías activas (color rojo) y receptivas (color azul). Por su parte el
centro material necesita actuar, ser un campeón y hay que enseñarle a
parar, a meditar tal y como indica el 10 de Oros, con esa hermosa flor
central, espiritual, cuyas ramificaciones mantienen en su lugar los 8 discos
amarillos y los dos discos anaranjados indicando un equilibrio dinámico entre
acción y no-acción.

En los Arcanos Mayores también tenemos representados los cuatro palos.


Un ejemplo sería LA TEMPLANZA, el ángel representando el palo de Copas,
la vida emocional quien nos habla del flujo, de la armonía que debe presidir
nuestro mundo interior.
La energía mental, el águila, la vemos en las cartas de LA EMPERATRIZ y
EL EMPERADOR, la creatividad y la materialización mental; cada
pensamiento, cada idea debe pasar a la forma física pues si no es así, solo
se queda en una fantasía de la mente.

El león del palo de Bastos aparece en la carta de LA FUERZA, los instintos,


los deseos, tamizados por la inteligencia divina, la coherencia vital, la fuerza
interna dirigiendo los destinos de la persona.

Por último el buey/caballo del palo de Oros lo encontramos en el Arcano del


CARRO, dos corceles de color azul celeste tiran del carro de la vida del
individuo, él se deja guiar porque ha unido lo espiritual a lo terrenal; su
conquista reside en permitir que el espíritu se manifieste en la tierra.
Cuando los cuatro centros actúan guiados por la Quintaesencia, la energía
creadora (Bastos) concibe unos pensamientos positivos y enriquecedores
(Espadas), por lo tanto la emoción consecuente (Copas) es virtuosa,
expansiva dando como resultado una acción (Oros) coherente correcta y
evolutiva.
Ingredientes de la experiencia a través de los cuatro centros

Se ha demostrado que percibimos la llamada realidad a través de nuestros


propios filtros mentales y emocionales y, por supuesto, de la propia
percepción limitada de los sentidos los cuales operan como transductores
entre los estímulos exteriores y la interpretación que el cerebro realiza
tras descodificar la información comparándola con su base de datos. Por lo
tanto, y es fácil llegar a esta conclusión, nuestra percepción nace sesgada
de base y se acomoda a lo ya conocido intentando amoldar las nuevas
informaciones a los sistemas ya implementados en la memoria.

En lo relativo a los cuatro centros y su relación con la percepción de la


experiencia podríamos agruparlos en dos niveles. El primer nivel se
corresponde con el nivel corporal-energético y los palos de Oros y Bastos.
Estos dos centros capturan el mundo y operan de una manera espontanea. En
este nivel ya nos encontramos con las primeras fricciones entre centros ya
que el centro material contiene las necesidades operando desde la inercia
mientras que el centro creativo-sexual se mueve por los deseos y es
mayoritariamente expansivo e intuitivo; por ello se produce ya un choque
entre la sensación corporal y la intuición creativa, entre las necesidades
corporales y los deseos creativos y sexuales, también entre lo que nos
“dicen” los sentidos y lo que nos “habla” la intuición.

Generalmente uno de los centros predomina o invade al otro, inhibiendo su


desarrollo y normal funcionamiento. Si es el centro material quien manda
sobre el creativo-sexual la percepción que se tiene de la realidad viene
contaminada por el filtro materialista, en donde todo gira en torno a lo que
se ve, se oye y se toca, es una dimensión plana, sin profundidad. La
creatividad se dirige únicamente a la consecución de objetivos materiales.
Si ocurre lo contrario, que el centro creativo-sexual invade al centro
material, la percepción se visceraliza, se actúa sin un objetivo definido, las
voces interiores no se tamizan, se niega el cuerpo y sus señales; por lo tanto
la forma en la que percibimos el mundo que nos rodea es la que determina
nuestra forma de interactuar con él.

Parece como si nuestros sentidos, con la información que proveen, fueran la


única forma de relacionarnos con él, la base sobre la que sustentamos la
interpretación y evaluación de cada situación que parece acontecer. Sin
embargo contamos con dos centros más que son quienes se encargan de
evaluar y ordenar la experiencia, son el centro intelectual y el centro
emocional, ambos crean la imagen conceptual y la conciencia de los objetos.
A través del centro intelectual todo se analiza, se compara, se enjuicia y
critica dado que funciona a través de pautas de reacción inconscientes, de
memorias enquistadas desde la infancia. Este centro, como filtro, es uno de
los que más incide en la manera en que deformamos la percepción; es el lugar
donde nacen las suposiciones, los prejuicios, los análisis precipitados por lo
que es de gran importancia tenerlo bajo control. Por su parte el centro
emocional, que se nutre precisamente del centro intelectual, es la sede de
las emociones, los sentimientos y de las pautas de reacción emocionales
inconsciente y si invade a los otros centros la percepción de la realidad se
convierte generalmente en un valle de lágrimas, la mente se embota, la
energía se disipa en continuas lamentaciones y se actúa, o se deja de actuar,
a tenor del estado de ánimo de la persona. Los centros intelectual y
emocional los podríamos englobar en lo que Eckhart Tolle define como
“cuerpo-dolor” que es donde se condensan las impresiones emocionales y
mentales que han dejado una profunda huella en la psique y que se van
retroalimentando con pensamientos y emociones de parecida frecuencia
vibratoria. Mediante la Lectura del Mundo podemos ver en qué estado se
encuentra cada centro y actuar para equilibrarlos.

Las sub-personalidades y los cuatro centros


La idea de sub-personalidad es casi tan antigua como la propia psicología y
se encuentran diferentes versiones dependiendo de los autores. Lo cierto
es que la concepción monolítica del Yo en la que cada persona tiene una y
solo una personalidad es una simplificación de la realidad humana. Existen
varias corrientes psicológicas cada una de ellas con sus propias concepciones
y teorías. De hecho en psicoterapia se trabaja de forma diferente
dependiendo de la escuela psicológica de la que se parta.

Personalmente he escogido, por su lógica y simplicidad, la arquitectura de


sub-personalidades, si así podemos denominarla, ideada por el Dr. Nathaniel
Branden y su esposa la Dra. Devers en la que se trata de reconocer,
respetar e integrar esas sub-personalidades en el conjunto de la
personalidad para que se conviertan en fuente de energía, riqueza
emocional, opiniones más sólidas y un sentido de la identidad a nivel psíquico
más completo. Además tal y como lo veo esas sub-personalidades se
desarrollan y nutren a la sombra del árbol genealógico y por lo tanto se
incluyen en el trabajo sistémico.

Pero…¿qué se supone que es una sub-personalidad?


Tal como lo ve el Dr. Nathaniel Branden, una sub-personalidad es un
componente dinámico de la psique de una persona, con una perspectiva,
orientación valorativa y “personalidad” propia distintivas que puede ser más
o menos dominante en las respuestas del individuo ante cualquier
circunstancia; un componente del que se puede o no ser consciente, que
puede estar más o menos integrado y que se puede aceptar en mayor o
menor medida. Es susceptible de crecimiento y cambio, por eso lo de
dinámico, en el sentido que interactúa de manera activa con los demás
componentes de la psique y no es un mero depósito pasivo de actitudes.
Así pues en nuestra psique conviven, según Branden-Devers, 5 sub-yos o
sub-personalidades: El YO-NIÑO, el YO-ADOLESCENTE, el YO-DEL-
SEXO-OPUESTO, el YO MADRE y el YO PADRE. Estas sub-personalidades
se van construyendo desde la primera infancia, influenciadas por el árbol
genealógico y la historia familiar así que los podemos estudiar en relación a
los cuatro centros: intelectual, emocional, sexual-creativo y físico y así al
analizar ciertas conductas podemos llegar a reconocer desde que sub-
personalidad está actuando la persona y de qué manera se encuentra
influenciada por su familia de origen promoviendo así un conocimiento de la
situación y sus posibles soluciones.

Las cinco sub-personalidades

Para empezar vemos que además del Yo-Adulto, que todos


reconocemos como “aquello que somos”, subsisten en nuestra psique interior
un YO NIÑO que es la presencia viva del niño que fuimos una vez. Tanto el
Yo-Niño como las otras sub-personalidades que estudiaremos no se
corresponden con los estados del Yo del Análisis Transaccional sino que, en
este caso, es el componente de la psique que contiene la “personalidad” del
niño que una vez fue, con la serie de valores de aquel niño, sus emociones,
necesidades, deseos y pensamientos. No es un arquetipo sino que sigue vivo
dentro de la psique. Por lo tanto ese Yo-Niño se encuentra fuertemente
influenciado por las vicisitudes que pasó de pequeño, los condicionamientos
familiares, culturas y sociales de su época. Cuando alguien se da cuenta, y
eso solo puede darse en psicoterapia, que está actuando desde el Yo-Niño,
hay que retrotraerse a esa época, analizar su niñez, la relación su madre,
con su padre y otras figuras que pudieron tener cierta importancia, así como
la injerencia que esa sub-personalidad produce en los cuatro centros en la
actualidad.

Es muy importante que el adulto deje de odiar a su Yo-Niño como ocurre en


demasiadas ocasiones pues de lo contrario no se producirá la curación. Es
previsible que cuando de adultos nos auto-saboteamos se deba a que el Yo-
Niño ha tomado el control y nosotros detestamos esa forma de ser. De ahí
provienen los problemas del nacimiento, el lugar que se ocupa en la
hermandad, si hubo contacto emocional, físico, mental y creativo-sexual; así
que esta sub.-personalidad es muy importante en el desarrollo posterior de
la psique del individuo. Si de adulto, por ejemplo, un hombre todavía anda
buscando el contacto emocional de su madre, buscará parejas que suplan esa
carencia afectiva, estará actuando desde el Yo-Niño y su centro emocional.

El YO ADOLESCENTE es el componente de la psique que


contiene la “personalidad” del adolescente que una vez fuimos, con su serie
de valores, emociones, necesidades y deseos; no es un adolescente genérico
o un arquetipo universal sino específico e histórico. Se suele estar poseído
por el Yo-Adolescente cuando nos encontramos en medios de una relación
problemática o en situaciones de crisis manifestadas por conductas de
rechazo. También nos podemos encontrar en este estado mental cuando
nuestro centro creativo-sexual predomina sobre los otros tres.

El YO-DEL-SEXO-OPUESTO es el componente de la psique que


contiene la sub-personalidad femenina del varón y la sub-personalidad
masculina de la mujer. No son arquetipos a modo del animus y anima
junguianos sino un componente individual de cada hombre y mujer. Refleja
aspectos de su desarrollo personal y aprendizaje. En este estado mental
emergen a menudo nudos homosexuales y/o narcisistas provenientes del
árbol genealógico. Hay una correlación bastante estrecha entre la forma de
relacionarnos con el otro sexo en el mundo y la forma de relacionarnos con
él en nuestro interior.

El YO MADRE es el componente de la psique que contiene una


interiorización de los aspectos de la personalidad, perspectiva y valores de
nuestra propia madre u otras figuras maternas con influencia en la niñez. No
es un arquetipo sino la “voz” de la propia madre que nos habla y nos hace
actuar de cierta manera. Esta sub-personalidad suele manifestarse, aunque
no solo, a través del centro emocional invadiendo los otros centros.

Lo mismo puede decirse del YO PADRE con sus valores y


aspectos de la personalidad de nuestro propio padre. Recordamos que no
tiene que ver con el estado Padre del Análisis Transaccional; aquí es la “voz”
del propio padre quien habla a través nuestro y en ese estado mental
saldrán a la luz los bloqueos, abusos y, por qué no, actitudes sanas de
nuestro padre que, una vez integrados al igual que las otras sub-
personalidades, enriquecerán la psique de la persona.

Aprender a reconocer una sub-personalidad determinada, aislarla e


identificarla en el conjunto de nuestra experiencia es una tarea que una vez
consumada nos ayudará a establecer una relación entre el yo adulto y las
sub-personalidades, de aceptación, respeto, benevolencia y comunicación
abierta.
Sistema de lectura
El Tarot, siempre en continua conversación con la persona que consulta, nos
ayudará a identificar esas sub-personalidades y cómo actúan en los cuatro
centros. En una primera lectura el/la consultante ubicará 5 Arcanos
Mayores, uno para cada sub-personalidad y a partir de las imágenes y
símbolos él mismo, con nuestra ayuda, reconocerá las conductas relativas a
cada sub-personalidad y cuando aparecen en su vida cotidiana. Ello le
permitirá estar atento en los momentos conflictivos y darse cuenta de qué
sub-personalidad es la que en ese preciso momento es la que “habla”.

Ampliamos la lectura agregando cuatro arcanos menores a cada sub-


personalidad, así obtendremos la “esencia” de cada una de ellas y su relación
con los cuatro centros: intelectual, emocional, creativo-sexual y físico.
Esta lectura resulta muy enriquecedora dado que la persona que consulta va
descubriendo en sí mismo que las acciones y reacciones que establece con su
entorno en muchas ocasiones proceden de alguna de esas sub-
personalidades. En mi propia experiencia y tras haber detectado cómo
actúan mis diversas sub-personalidades puedo llegar a comprender que en
circunstancias muy concretas quien “habla” es mi padre (sobre todo en la
relación que mantengo con mis hijos) o mi niño que se siente herido y busca
aquello que no obtuvo de pequeño.
PSICOTERAPIA Y TAROT
DEL EQUILIBRIO A LA ARMONIA

El Tarot siempre tiene alguna lección que darnos. Cuando colocamos los
Arcanos Mayores del Tarot de Marsella estructurados en tres septenarios,
en la fila del centro nos encontramos con 7 arcanos (LA JUSTICIA, EL
ERMITAÑO, LA RUEDA, LA FUERZA, EL COLGADO, ARCANO XIII Y LA
TEMPLANZA) que en sus significados generales incluyen el de equilibrio
sobre todo. Se habla de equilibrar los opuestos, de integrarlos. En este
capítulo propongo explorar este tema y, quizás por mi experiencia musical,
llegar a la armonía la cual pienso que define mejor el estado más cercano a
la paz interior.

Así vemos que el equilibrio de LA JUSTICIA supone dos fuerzas opuestas


de la misma intensidad cuya energía queda equilibrada, cualquier pequeño
cambio de presión en una u otra fuerza supone un desequilibrio automático.
Se trata así de una postura rígida que no da pie a cambio alguno, a avance
alguno; es la perfección en la que ni se añade ni quita nada. El peligro reside
en el anquilosamiento, en creer que esa posición es definitiva. El avance solo
puede iniciarse deshaciendo ese equilibrio.

LA FUERZA ya nos habla de un equilibrio en acción, dinámico, basado en la


contención de los instintos mediante la inteligencia; una coherencia entre el
pensar el sentir y el actuar. Esta actitud por otra parte conlleva en muchos
casos situaciones de stress dado que la tensión de esas tres fuerzas, de
esos tres “yoes” supone un desgaste de energía solo soportable si la
intención se encuentra alineada con el espíritu, con algo superior a nosotros
mismos.

Los Arcanos que siguen respectivamente a LA JUSTICIA y LA FUERZA son


EL ERMITAÑO y EL COLGADO, los cuales cada uno a su manera indican que
para evolucionar desde el equilibrio de las cartas anteriores se necesita un
período de introspección, de reflexión. En el caso del ERMITAÑO el paso es
entrar en crisis, en poner en duda las creencias que motivaron ese supuesto
equilibrio en el filo de la espada. En EL COLGADO la opción es parar, dejar
de actuar, de decidir, para ir a un estado de inversión de valores; se trata
de otro tipo de crisis basada en la no-acción.

En ambos casos la salida, la evolución viene dada por dos Arcanos de cambio
y transformación. LA RUEDA en el primer caso nos indica el final de un ciclo
basado en la repetición de conductas, de pensamientos por lo que EL
ERMITAÑO decide iniciar otro ciclo (LA RUEDA) desde un nivel de
Conciencia más elevado (LA FUERZA). En cuanto al ARCANO XIII supone
un cambio radical, una transformación dejando atrás lo inútil y encarando el
futuro con lo básico separando la paja del grano.

Al final del septenario se encuentra LA TEMPLANZA, la armonía entre los


opuestos y que nos ofrece una lección muy importante: que en cada acción
positiva subyace una reacción negativa, que en aquello que parece positivo se
incluye su opuesto negativo. Más aún LA TEMPLANZA afirma que los
opuestos lo son solo por cuestión de grado y que comparten una misma
identidad; por ello las jarras del ángel mezclan sus contenidos dado que es
imposible contar solo con una parte de la realidad. Quien busque únicamente
lo positivo se encontrará también con lo negativo. Esto nos debe llevar a una
profunda reflexión sobre los motivos que impulsan nuestras acciones.

Utilizando un símil musical debemos armonizar las notas de nuestra música


interior integrando las disonancias, los silencios. En suma significa no
quedarse atrapado en una forma de ser (equilibrio rígido). Podemos ser
duros o firmes si la situación lo requiere (equilibrio dinámico) y al momento
ser amables y ceder (armonía). En esa armonía la dualidad no nos afecta, hay
en nosotros firmeza y claridad, todo fluye como en una sinfonía en la que
reconocemos y amamos lo que ES dado que como indica Eckhart Tolle: tú
eres lo que es.
Si extrapolamos esta experiencia a las emociones que son, no lo dudemos,
origen y base de muchos de nuestros bloqueos, comprobaremos que el
equilibrio significa mantenernos en una posición equidistante entre dos
polos, por ejemplo entre odio y aprecio, entre enojo y bondad, entre miedo y
valor, etc… Ello supone un enorme desgaste de energía y nos coloca en una
posición de ambivalencia cuyo extremo nos llevaría, según la psicología, a ser
asociado a una enfermedad mental como la psicosis o la neurosis obsesiva.

Acostumbramos a considerar las emociones opuestas como excluyentes


entre sí generando experiencias contrapuestas, sin embargo, si
profundizamos algo más podemos llegar a vislumbrar que cada emoción
conlleva su opuesta, se define también en relación a ella, es el principio de la
polaridad. Una emoción sea de la polaridad que sea puede anonadarnos y
privarnos de la razón y la voluntad, sin embargo si dejamos de identificarnos
con ella aparece una nueva energía la cual si que podemos dirigir
conscientemente hacia un objetivo mayor.

Consideremos la polaridad fundamental: placer-dolor; mientras continuemos


esclavizados a esa dualidad buscando con ansiedad el placer e intentando
suprimir el dolor, no encontraremos la paz; al contrario, si aceptamos el
placer sin apegarnos a él y aceptamos el dolor, con todo lo que ello nos
enseña armonizando ambos opuestos, podremos obtener provechosas
lecciones y el fruto de la sabiduría. Ya Edward Bach consideraba que cada
emoción lleva en sí misma la emoción opuesta, así el miedo y el valor o
valentía son el defecto y la virtud de la misma emoción.

De hecho se nos aconseja desde el budismo cultivar la atención plena, o sea


reconocer simplemente todo lo que emerge en nuestra experiencia como un
proceso natural que aparece y desaparece, que permanece con nosotros
durante un tiempo y luego acaba desvaneciéndose. Es entonces cuando
podemos disfrutar de un estado de paz y de serenidad. Por lo tanto si
prestamos atención cuando surge una emoción sin juzgarla, solo siendo
testigos, ésta llega un momento que pierde toda su intensidad y deja de
desestabilizarnos dando paso a un estado de tranquilidad. No es fácil aunque
puede conseguirse.

La mayoría de las personas puede que se hagan responsables de sus actos


pero encuentran serias dificultades en hacerlo con sus emociones dado que
normalmente no las pueden controlar, es algo automático generado en
muchas ocasiones por el pensamiento. Si se le da tiempo uno y otra se
retroalimentan hasta que es imposible su control. Existen diversos métodos
para desactivar una emoción negativa y llevarla a un estado neutro, de
equilibrio. Pero ahí no puede detenerse el proceso dado que ese equilibrio es
rígido, supone un estar atento que puede llevar mentalmente a la rigidez, al
querer mantener la atención en la emoción positiva opuesta. La opción es
dirigir la atención hacia un equilibrio dinámico desde el que extraemos la
energía de las dos polaridades y la dirigimos hacia un fin.

En el Tarot lo vemos reflejado en la carta de LA FUERZA en donde se


activan cualidades que permiten gestionar de un modo ecológico tanto las
emociones positivas como las negativas a través del intelecto. El paso
siguiente consistiría en aprovechar las aportaciones de la meditación la cual
nos lleva a un estado de vacío-pleno y de ahí llegamos a la armonización de
las dos polaridades las cuales no se anulan entre sí sino que aportan sus
respectivas cualidades para obtener un estado de flujo, de aceptación, de
flexibilidad, llevándonos a un alto nivel de misericordia y generosidad, muy
cerca de la paz interior. De esta forma podemos adaptarnos a cualquier
circunstancia de la vida dando lo mejor de nosotros mismos y aportando
Conciencia en nuestras relaciones.

Dependiendo de la persona y y las circunstancias que le rodean, las vías que


nos permitirán conseguir la armonía en nuestras emociones son: la serenidad
a través de la relativización de los contenidos de nuestra experiencia; la
introspección a través del silencio; el sosiego; el dar sentido a lo que
percibimos y experimentamos; el desprendimiento; la evitación de juicios y
críticas; la sobriedad en nuestras acciones; vivir el aquí y ahora siendo
conscientes de lo que es; aceptar nuestra fragilidad haciéndonos amigos de
nuestra vulnerabilidad; y conectar con el cuerpo, sentir conscientemente
aquello que acontece en el preciso momento que ocurre.

La armonía emerge cuando estamos conectados con nuestra intuición,


experimentando nuestra propia esencia desde la acción esencial lo que nos
aporta el suficiente coraje para actuar de acuerdo con las propias
convicciones sin perder el contacto con el corazón, tomando el riesgo de
poder equivocarnos sin temor a ser destruidos por ello. La armonía discurre
al no disimular los estados interiores aunque nos disgusten, al dar por bueno
lo que existe sin necesidad de tener que cambiarlo, al actuar con
ecuanimidad abandonando el aferrarse y lamentarse por el pasado, también
al mostrarse humilde vaciándose del ego y dando cabida a la importancia del
otro, así como confiando en que la vida fluye y hay que soltar la experiencia
presente para que aparezca otra. En definitiva aprehender que la realidad
objetiva posee la cualidad intrínseca del amor.
TAROT SISTEMICO
Lo que denominamos Tarot Terapéutico engloba toda una serie de sistemas,
métodos y lecturas destinado al desarrollo humano, podría considerarse una
herramienta terapéutica individual: llega la persona portando un problema,
una inquietud, una crisis, y se trabaja en base a la historia, más o menos
profusa, más o menos cierta, de lo que nos cuenta el consultante; el
trabajo, entonces, se dirige a paliar en la medida de lo posible las angustias
de quien consulta intentando hacerle consciente de la situación y las
posibles vías de solución para su circunstancia particular. Sin embargo hay
una vertiente importantísima en nuestras vidas y es, precisamente, nuestro
árbol genealógico. En los últimos años he estado estudiando y poniendo en
práctica esta visión en la que se intenta no solo la curación o el bienestar de
la persona que consulta sino algo más profundo, la sanación de su árbol
genealógico.

Para ello parto de los métodos aprendidos junto a Daniel Rodés y Encarna
Sánchez, mis maestros de la Escuela LeMat, la continua inspiración de
Alejandro Jodorowsky, lo aprendido a través de Daniel Dancourt y el
trabajo de Constelaciones Familiares de Bert Hellinger. A esta amalgama de
experiencias la denomino Tarot Sistémico dado que se encuadra en el
contexto metagenealógico y de Terapia Sistema Transgeneracional. Lo
cierto es que estamos viviendo un florecimiento de la psicogenealogía y las
Constelaciones Familiares derivado, quizás, de un cambio en la mentalidad de
la sociedad o por un empuje del inconsciente colectivo que nos obliga a pasar
de las terapias basadas en el YO a las actuaciones que engloban el
NOSOTROS como sistema, como grupo. Ya Arthur Koestler mencionaba que
el ser humano, cada persona, es un holón, o sea una unidad en sí misma que a
su vez forma parte de otros holones de mayor entidad. Ken Wilber
desarrolló este concepto en su extensa bibliografía.

Todo ello se corresponde con el conocimiento de que cada individuo forma


parte y lleva a sus espaldas el peso del, digamos, holón familiar. La familia es
la base desde la cual la persona se dirige al mundo y al olvidarlo durante
siglos el hombre creyó quedarse solo ante el mundo, ante la vida. Al no ser
consciente de todo el legado familiar que le condicionaba, por una parte el
individuo perdió la conexión con sus raíces y como resultado se enajenó
pensando que él era el origen y el final de todo. Ahora vuelve a
reencontrarse con sus ancestros de manera consciente empujado por esa
fuerza que emana desde mucho más allá y le indica que el camino que
conduce hacia donde se dirige es realmente un camino de retorno al origen
pasando por sus ancestros, su historia familiar, sus lealtades y fidelidades,
para que se dé cuenta que parte del destino está escrito y otra parte le
corresponde a él escribirlo y vivirlo.

El Tarot nos lo muestra en la carta de EL COLGADO donde un hombre


cabeza abajo se encuentra suspendido entre dos árboles, el materno y el
paterno, y cree que nada puede hacer para desligarse de ellos. En cierto
sentido la savia de esos árboles alimenta a la persona, la nutre, tanto con lo
positivo como con lo negativo y así el hombre, la mujer, actúa según unos
acuerdos y fidelidades inconscientes que interaccionan con los esquemas
mentales inoculados por la sociedad y la cultura por lo que suponer que el
ser humano es totalmente libre, o que dispone de libre albedrio (tal y como
se suele entender), es mucho suponer.

Sin embargo si nos fijamos bien en la imagen del Colgado intuimos que en
cualquier momento, cuando él lo decida, el personaje puede deshacer el nudo
que le ata al árbol de origen para hacer florecer el suyo propio. Para ello,
para que su árbol se desarrolle lo más sano y fuerte posible debe haber
tomado a sus ancestros, cortado con fidelidades insanas y aparte de
entonces, no arrogarse responsabilidades que no le pertocan. Ha de dejar
de vivir aspectos de su vida pertenecientes a algún antepasado, de
compensar algún hecho o actitud procedente de su árbol genealógico. En fin
que debería dejar su árbol bien abonado, podado y con todos sus
integrantes colocados en el lugar que les pertenece.

El estudio psicogenealógico nos ayuda a desvelar aquello que está


obstruyendo el normal desarrollo de la persona, a ir al origen de ciertas
enfermedades, a descubrir dinámicas ocultas en el proceder del individuo.
Profundizar en el árbol genealógico aporta luz sobre los nudos familiares,
repeticiones, implicaciones, etc… Las constelaciones familiares, por su
parte, podrían definirse también por su ritualidad iniciática como puestas en
escena de la imagen familiar con la finalidad de recomponer su estructura
colocando a sus integrantes en el lugar que les corresponde. De alguna
manera rememoramos lo que otras culturas han venido utilizando desde
tiempos inmemoriales para mantener la cohesión familiar y del clan, como
ciertas tribus africanas y amerindias o incluso lo podemos ver en la
ancestral polinesia a través del Ho´oponopono tradicional.

Con el Tarot disponemos de un medio que conecta con el inconsciente


familiar. En el arcano del Enamorado vemos una representación de la
influencia materna y del árbol genealógico de origen junto al deseo de crear
un árbol propio, con una pareja estable, y las dudas que ello genera. En el
personaje central cohabitan los vínculos con sus raíces familiares y la
necesidad de liberarse de los contratos y acuerdos inconscientemente
establecidos, surge el sentimiento de culpa, de temor a no ser amado.
Dependiendo de la relación que el individuo tuvo de niño con su madre es
posible que de adulto sigua buscando una madre en sus relaciones de pareja.
Si su madre despreció a su padre puede que él busque mujeres que le
desprecien; si fue el “novio” de su mamá le resultará muy difícil mantener
relaciones estables y profundas con otras mujeres… la lista es interminable
lo cual apoya la idea de que la relación con la madre es básica, vital,
fundamental. Y eso el Tarot nos lo recuerda en varios de sus arcanos así
como las dinámicas ocultas, fidelidades e implicaciones siendo un elemento
que utilizado junto al estudio del árbol genealógico y las constelaciones
familiares proporciona una experiencia enriquecedora y una apertura a ese
inconsciente familiar que, paradójicamente, es a la vez una bendición y una
carga.

Una nueva visión


Desde esta perspectiva uno de los puntos importantes a tener en cuenta en
la búsqueda de significado en nuestra vida es cumplir lo que percibimos
como carencias de la vida de nuestros padres, o lo que percibimos como un
potencial no desarrollado, lo que podríamos denominar destino. Estas
percepciones se derivan de circunstancias y vivencias que son únicas para
nosotros. Como decía Carl Jung:”lo que generalmente tiene el mayor efecto
psíquico en el niño es la vida que los padres no han vivido”.

Así en el trabajo con el Tarot Sistémico se analiza el árbol genealógico de la


persona, las circunstancias que rodean su vida desde la visión de su familia
de origen. A través del Tarot se clarifica y se muestran los vínculos,
contratos, nudos y dinámicas ocultas que subyacen bajo los hechos que la
persona expone. También mediante este trabajo llegamos a entender el tipo
de pareja que formamos, su relación con las parejas que nos preceden, las
repeticiones, olvidos y fidelidades.

El Tarot, sin duda alguna, también es un modelo sistémico en el que cada


arcano no se puede llegar a comprender del todo sin estudiar el Tarot como
unidad; todo está interrelacionado: las imágenes, los símbolos y las miradas
en un conjunto de elementos en interacción dinámica y por ello, para
comprenderlo, hay que ver el todo no solo una parte. Este sería el enfoque
del Tarot Sistémico el cual permite entender conductas de las personas
como respuesta a un desorden en el sistema familiar. El consultante,
paradójicamente, pierde importancia a favor de una mirada y un análisis
dirigido al contexto, al árbol genealógico. Es una mirada más amplia, más allá
de la persona. Mediante el Tarot Sistémico contemplamos el tipo de
relaciones entre los miembros de una familia a través de varias
generaciones y si cada uno ocupa el lugar que le corresponde.

Este tipo de trabajo es dinámico, sin recetas prefijadas. Más que nada se
trata de una experiencia siempre nueva y en donde el tarólogo no dirige;
observa y acompaña para que la experiencia resulte curativa. Es un modo de
trabajar fenomenológico, donde lo que menos importa es el significado de
las cartas sino lo que su visión provoca en el consultante, cómo mueve las
cartas, su reacción al ir descubriéndolas, dónde las coloca y sobre todo
cómo se expresa su árbol genealógico a través de los arcanos.

Tres Caminos hacia el Despertar


Hasta ahora hemos estudiado la estructuración de los Arcanos Mayores del
Tarot de dos maneras: por series decimales y por septenarios. Quisiera,
dentro de la dinámica sistémica, presentar otra organización de los Arcanos
Mayores que además nos impulsará dentro de las diversas etapas en el
camino de individuación de una forma distinta.

Si en la organización por septenarios he presentado los Arcanos


estructurados de forma horizontal y en tres niveles, tal y como se suele
hacer habitualmente, ¿qué sucedería si esa estructura horizontal la
convirtiéramos en vertical?. Mi propuesta se basa en una reseña de un libro
perdido: “La Torre Mística del Tarot” cuyo origen parece ser sufí y del que
no tengo más datos. Pero sí su esencia. En él se utiliza el Arcano de LA
TORRE para exponer cierto tipo de enseñanzas derviches sobre el Tarot.

A partir de la imagen que se forma estructurando los Arcanos Mayores


“dentro” de la Torre comprendemos perfectamente el simbolismo de la
misma en toda su extensión. No se trata de la torre de la destrucción sino
de la Torre de la Liberación la cual incorpora todos los arquetipos que nos
acompañan en el viaje.
Podemos ver como se han formado 3 columnas de 7 niveles y de cómo El
Loco ha de pasar por cada nivel para llegar a la cúspide. Como sistema
alternativo de ascenso el Loco puede escoger tres vías diferenciadas pero
complementarias entre sí. La primera vía será la Mental, la Racional,
representada por la columna sustentada por El Mago. La segunda vía es la de
la Intuición y el Trabajo Interior cuya carta base es La Papisa, y la tercera
vía consistirá en avanzar a través de la columna sustentada por La
Emperatriz a través del Cuerpo, de lo físico. Aunque aquí voy a referirme a
cada vía como algo autónomo, lo cierto es que el trabajo final consistirá en
aunar las tres vías en un objetivo común, la compleción de la persona.

La Vía Mental

Iniciando la ascensión desde El Mago, El Loco se


encuentra en un momento en el que se le insta a empezar de nuevo, a
adentrarse en áreas inexploradas motivado por un impulso interno que a
menudo es temeroso pero también emocionante, Con El Mago ya está
dispuesto a asumir riesgos para comenzar el ascenso. En ese umbral del
cambio el individuo cuenta con el propósito del crecimiento, de la
autosuficiencia. La mente lógica comienza a operar y a filtrar toda la
información que le llega y a su vez genera ideas aunque no va más allá de
ellas. Se encuentra todavía en el 1º piso de la Torre.

Si logra hacerse consciente de sus capacidades, asciende al 2º nivel donde


El Emperador estructura y organiza los proyectos del Mago; pero como
sigue instalado en su mente, su propósito aunque bien estructurado carece
de la expansión necesaria. Se autolimita debido a su voz crítica interior.
¿Qué le falta?. Ascender al siguiente nivel donde se encuentra El Carro el
cual pone en marcha la energía necesaria para que la mente, lo proyectado,
encuentre su lugar en un contexto social más amplio. Necesita coraje y
equilibrio para no acabar vagando sin meta y dirección para escapar de la
vaciedad de su vida.

Al ascender al siguiente piso de la Torre, se da cuenta de que no ha hecho


hasta ahora otra cosa que dar vueltas y vueltas sobre sí mismo. Que ha
estado repitiendo las mismas situaciones una y otra vez y no ha aprendido
nada; su energía se ha dispersado en proyectos utópicos. La Rueda le indica
que incluso habiendo alcanzado ciertos objetivos puede que ese mismo éxito
le impida conectarse con algo más grande que él. Debe abandonar los
estados apáticos u obsesivos. Es el momento, tal vez, de decidir si ese es el
camino correcto.

El siguiente paso se encuentra en el nivel 5 donde el Arcano XIII le insta a


desprenderse de ciertas capas de su personalidad para que aflore el Yo
real. Le invita este Arcano a hacer un análisis riguroso de las ideas que tiene
y de las decisiones que ha tomado y que el Loco, el individuo, cree que son
irrevocables. El trabajo en este estadio es duro, y más para la mente, pues
consiste en dejar aquello que la persona siente que le pertenece; hay una
necesidad de desidentificarse con algo, de despojarse de lo innecesario, de
acabar con una existencia sin sentido. Pero la mente teme lo que no
comprende.

Entonces en el piso superior aparece La Torre para hacer consciente de una


vez por todas que la mente, sola, no puede alcanzar más que objetivos
materiales, por lo tanto es imprescindible derribar ese constructo de
patrones mentales anquilosados para que entre la luz de la Conciencia Divina.
Constituye el paso más cruento ya que supone desligarse de los viejos
conceptos pero visto ya no como un cambio necesario e imprescindible tal
como anunciaba el Arcano XIII sino como una imposición. O la mente cede o
caemos al vacío y debemos comenzar otra vez la ascensión.

Si el intelecto se abre deviene la verdadera comprensión, llegamos al último


piso, alcanzamos El Sol con el consciente y el inconsciente hermanados,
levantando un muro protector contra la ignorancia. Ahora ya sabemos que la
luz ilumina todo aquello que se exponga a ella. No caben más vacilaciones y
junto a ese Sol, empezamos a brillar con él.
La Vía Intuitiva

La columna central se encuentra ocupada por los


arquetipos de la vía intuitiva. En este contexto El Loco inicia la ascensión a
través del estudio de sí mismo, de la reflexión, a través de La Papisa. El
individuo en este primer nivel desconoce muchas cosas sobre sí mismo por
ello se pregunta qué hay bajo la superficie de su experiencia ya que al
menos se ha dado cuenta que a menudo se encuentra atrapado en la
atmósfera psíquica de su entorno. Necesita paz, tranquilidad. Necesita
conectar con sus emociones, revivirlo todo desde la distancia sin que se
alborote la mente. Entonces la persona se concentra, está atenta, accede a
su memoria, al poder del inconsciente.

Tras autoanalizarse asciende al segundo piso junto a El Papa con el cual


desarrolla un vínculo espiritual. Empieza a encontrarle sentido a la vida, se
van desvelando las incógnitas de La Papisa aunque cabe la posibilidad de que
en este nivel la persona, creyendo que ya sabe lo que no sabe, se vuelva
dogmática actuando en la tesitura de lo que cree que es verdad, su verdad.

Por eso en el nivel superior a este se encuentra con La Justicia la cual le da


la oportunidad de sopesar y confrontar las situaciones de su vida y a tomar
decisiones justas asumiendo la responsabilidad de las mismas. Asimismo es
hora ya de separar la fantasía de la realidad, de separarse de toda
dependencia infantil y de poder digerir aquellas partes de sí mismo o de los
demás con las que no está de acuerdo. Ello es posible desarrollando la visión
interior que compensa y equilibra.

Para ayudar en ese proceso un piso más arriba se encuentra La Fuerza, la


cual le indica al iniciado que no ignore las fuerzas instintivas, que integre su
parte animal. Para ello debe liberar los instintos y trabajarlos de modo
consciente llegando a actuar con pureza de intención.

La Templanza en el nivel superior le dice cómo hacerlo. Todo su mensaje se


puede resumir en una palabra: fluye. Este Arcano inspira en la persona la
sensación de que interior y exterior no son dos mundos distintos. Mediante
un proceso regenerativo interno se produce la curación a través de la
integración y armonización de los opuestos que crean inestabilidad.

El penúltimo paso se establece a través de La Estrella donde, despojada ya


de todas sus máscaras, la persona se muestra tal como es. Ya no busca,
encuentra gracias a su conexión con su Yo Superior. Se ha dado cuenta de
que la lucha de opuestos no es más que miedo a amar y así, con humildad,
puede percibir la verdad, ver las cosas tal y como son, conocer más allá de
las palabras. Se disciplina y conoce para emitir ondas de energía de más
elevada vibración. Se acepta a sí misma y crea a su alrededor un espacio
sagrado dentro del cual puede confiar en la renovación de la vida.

Y así, con este bagaje, surge la nueva persona, renace en una nueva
dimensión gracias al Arcano de El Juicio quien le permite, además, cambiar
la vida de los demás. El iniciado que hay un poder que está más allá de sí
mismo y sigue su llamada accediendo al conocimiento de que no importa lo
que haya sido ni lo que haya hecho. Lo único real es lo que es ahora. Y ahora
se ha liberado de sus patrones kármicos accediendo a una nueva percepción
de la realidad.
La Vía Corporal

La tercera columna nos introduce en el trabajo


físico, corporal, material. En esta ocasión El Loco, el iniciado, asciende por
su particular torre desde una posición, el de La Emperatriz, que representa
la imaginación creadora hija de la razón y la intuición, hija del Mago y La
Papisa. Se trata de un terreno fértil donde se experimenta la vida en el
mundo a través del amor ya que para La Emperatriz es más importante el
poder del amor que el amor al poder. Da forma a la naturaleza creando vida,
fecundando todo lo que toca y con la habilidad de atraer circunstancias y
personas para el desarrollo de sus planes. El inconveniente de este primer
nivel reside en la posibilidad de volverse posesivo, aferrándose a sus
creaciones o también a dejar de cuidar su cuerpo.

Es importante en estos casos tomar una decisión valiente arropada por el


corazón a través de El Enamorado situado en el segundo nivel. El individuo
en ascenso tiene que enfrentarse al conflicto de elegir y responsabilizarse.
El cuerpo está acostumbrado a huir de lo que le causa dolor y correr tras lo
que le procura placer; por ello debe desarrollar facultades selectivas para
no discutir consigo mismo. El iniciado debe realizar un proceso de
ponderación de los deseos frente a las obligaciones y responsabilidades,
abrirse a los demás en igualdad de condiciones.

Debe así suceder porque sino en el siguiente nivel se topa con El Ermitaño
cuyo arquetipo puede hacer que el individuo de la espalda a la vida y a lo que
le ofrece el mundo exterior. Los regalos que se le ofrecen en este nivel, por
el contrario, le permiten darse a sí mismo, desarrollar el arte de la soledad,
aceptar la propia vida y, muy importante, encontrar su propio tempo. El
Ermitaño personifica el eterno presente, la sabiduría sin estridencias.

Todo ese bagaje permite al iniciado ascender al siguiente nivel donde le


espera El Colgado con su lección de dejar de buscar fuera para encontrar
dentro. El individuo se hace entonces consciente de su vulnerabilidad, no
como debilidad sino como fuerza interior, lo cual le permite aceptar las
pruebas de la vida trascendiendo los hábitos negativos y aportando un
sentido de propósito profundo y clarificador. Pero el cuerpo no está
acostumbrado a la inactividad, puede sentirse desconcertado, confundido.
¿Quién soy yo para que me suceda esto? se pregunta.

En el nivel superior encuentra la respuesta. Ahí le espera El Diablo con sus


excesos. Existe la posibilidad de autoinmolación, de autosabotaje, de caer
víctima de sus propios apetitos carnales, y a su vez de convertirse en
agresor dada su irresponsabilidad e inmadurez. Con El Diablo las energías
pueden dirigirse hacia el conflicto y el poder material. Pero también
dispone El Diablo de un ímpetu y una creatividad inconmensurables, le pone
pasión a todo lo que hace, puede llegar a desbocarse.

Afortunadamente un piso más arriba habita La Luna y su visión intuitiva


interior. A través de ella se desarrolla la conciencia interior y la intuición;
se logra conectar con los ciclos cósmicos, el cuerpo se adapta a las
estaciones, fluye con las mareas, pone en hora su reloj biológico interno.

Y de ahí el salto a El Mundo, hacia la integración total con la vida, hacia un


estado de armonía con todas las cosas. En este nivel se pasa del mundo de lo
personal al reino de lo trascendental. Uno crea su propio espacio, dentro del
cual se es libre de expresarse sin esfuerzo, de moverse a través de la vida
ordinaria de una manera natural, espontánea e integradora. Es una sensación
de paz por sentirse satisfecho y completo dentro de uno mismo.

Hemos visto, pues, otra manera de desarrollarse, de evolucionar a través de


los Arcanos del Tarot y el símbolo de La Torre. Todo ese proceso, aunque
aquí lo hemos compartimentado en tres vías, es global, holístico dado que en
última instancia esa torre del conocimiento se encuentra ubicada en el
corazón humano.
Lecturas
EL Tarot Sistémico ofrece un amplio abanico de posibilidades de actuación,
las que aquí expongo son las que utilizo habitualmente y espero que el lector
utilice sus propias herramientas y amplíe, con su experiencia, este vasto
campo de estudio.

LECTURA DEL ÁRBOL GENEALÓGICO


Esta lectura es sumamente clarificadora ya que a través de ella y los
comentarios que el consultante vaya realizando conforme se vaya
desplegando, conseguiremos una imagen muy precisa de las energías y
arquetipos que influyen en el árbol familiar. Utilizaremos los 22 Arcanos
Mayores y los 56 Arcanos Menores y tras barajarlos el consultante elegirá
15, sin ver las imágenes por supuesto. Los colocaremos tal y como muestra la
figura:

Así pues dispondremos de 15 cartas, una correspondiendo al consultante,


dos más para los padres, 4 para los abuelos y las restantes 8 para los
bisabuelos. Al principio de utilizar esta lectura lo hacía únicamente con los
Arcanos Mayores y con solo 7 cartas, dejando fuera a los bisabuelos dado
que generalmente sabemos muy poco o nada de ellos; pero con la práctica y
más teniendo en cuenta que durante el análisis del árbol genealógico los
bisabuelos representan una parte muy importante del legado familiar, decidí
incluirlos en la lectura así como utilizar toda la baraja. Ello me permite
valorar las variopintas energías y condicionamientos que se van
reproduciendo generación tras generación y contemplar los arquetipos
(representados por los Arcanos Mayores) que mayor incidencia tienen en los
individuos que forman el árbol.

Caso práctico
Veamos cómo funciona esta lectura. Para ello tomemos un caso real (el de la
imagen) y analicemos, junto al consultante, qué “vemos” en ese mapa. Para
esta lectura he utilizado el Tarot Rider Waite dado que sus arcanos
menores incluyen imágenes significativas para el consultante, imágenes que
le pueden resultar simbólicamente familiares y que podemos relacionar unas
con otras y éstas con los Arcanos Mayores.

Lo primero que nos llama la atención es el Arcano correspondiente al


consultante: El Enamorado. Al ser un Arcano Mayor representa un arquetipo
muy importante en la vida del consultante ya que representa las relaciones
de pareja y familiares. Veamos en este contexto si en su árbol aparecen
parejas, copas y cartas susceptibles de representar al amor familiar, a la
pareja. En la línea de los bisabuelos paternos tenemos el Caballo, o
caballero, de Copas y el 2 de Copas como representantes del padre de la
abuela paterna y la madre del abuelo paterno del consultante. Curiosamente
ambos tienen por parejas a cartas en algún momento “sufridoras”. El 10 de
bastos da la impresión de que la relación de pareja le supuso una gran
carga, esa relación que para su esposa (el 2 de Copas) representó un
compromiso firme, una unión sensible y espiritual, para el bisabuelo supuso
una lucha consigo mismo, algo que legó a su hijo, el abuelo paterno del
consultante (5 de bastos) y ese sentimiento de lucha, de competición. Por su
parte La Papisa (la otra bisabuela) se mostró inalcanzable como pareja por
su marido y éste decidió dirigir su amor hacia otras personas. Las Copas se
quedaron en la línea de los bisabuelos, no siendo legadas a los abuelos
paternos ni al padre del consultante, de ahí la dinámica oculta de reparar,
por un lado la falta de parejas, (su padre aparece como Paje de Oros más
comprometido con sus proyectos personales que con la familia) y por otra de
unir ambas ramas del árbol ya que por parte de su madre tampoco aparecen
indicios de parejas enamoradas. Además aparece el Diablo junto al 8 de
Espadas indicando que el bisabuelo, representado por El Diablo, debió
humillar y oprimir a su esposa dando como resultado que el hijo de ambos,
el abuelo materno del consultante, aparece representado por La Luna. El
consultante comenta que efectivamente su abuelo fue una persona
introvertida, muy dada a fantasías y que odió a su padre por no haberle
amado mientras que a su madre la idealizó sobremanera al verla frágil y bajo
la opresión de su marido.

La abuela materna y sus padres aparecen representados por el palo de Oros,


por lo tanto más dados a dedicarse a adquirir bienes materiales que a dar
amor y cariño, de ahí que la madre del consultante aparezca como La Fuerza,
y tenga por misión trabajar por un amor más allá de los instintos, cosa que al
parecer no ha conseguido pues le toca al consultante la enorme tarea de unir
a la familia realizando un trabajo en su árbol que sane las relaciones y
enaltezca a sus ancestros.

Veamos cómo se visualiza la lectura utilizando el Tarot de Marsella y


algunas de las relaciones que encontramos:
Lo más llamativo es la línea materna de Arcanos Mayores: El Diablo, La Luna
y La Fuerza, unidos a La Papisa (bisabuela paterna) que convergen todos
ellos en El Enamorado. El consultante tras ver y analizar este “mapa” de
imágenes y símbolos considera que debe realizar un trabajo de unión
fraternal y familiar deshaciéndose de miedos inculcados sobre todo por sus
bisabuelos y abuelo materno, dejar de ser tan materialista y ofrecerse a los
demás, desmontando los muros que ha creado alrededor suyo. NOTA: (la
lectura real fue mucho más compleja y profunda, imposible de relatar aquí,
únicamente he mencionado los puntos que creí más importantes para dar una
idea de la mecánica de la misma).

CONSTELACION CON LOS ARCANOS DEL TAROT


La metodología que se sigue constelando con los Arcanos del Tarot es la
siguiente: el /la consultante escoge los Arcanos que él/ella cree más idóneos
y representativos de los integrantes de la familia que desea que aparezcan
en la Constelación y los va colocando sobre la mesa en la posición que crea
más adecuada, escoge también un arcano que lo represente (hablamos
siempre de Arcanos Mayores). A partir de esa disposición el tarólogo va
realizando preguntas relacionadas con las cartas que se encuentran sobre el
tapete y se van realizando movimientos hasta que el/la consultante siente
que la situación se ha clarificado y cada personaje ocupa el lugar adecuado y
la imagen global es equilibrada,(los arcanos se miran unos a otros, los padres
ocupan una posición más elevada que los hijos, etc…). Otra opción es utilizar
una baraja de grandes dimensiones para poder colocar los arcanos en el
suelo. La persona que consulta pasa por cada uno de ellos experimentando
las sensaciones que le produce encontrarse en el lugar y arquetipos de sus
ancestros. Mueve las cartas de lugar hasta que se produce la armonía en la
Constelación. Este tipo de Constelaciones requiere por parte del tarólogo
una gran experiencia y sensibilidad, centrarse y conectarse totalmente y
observar y actuar sin prejuicios y proyecciones.

CONSTELANDO CON REPRESENTANTES Y ARCANOS


Se realizan en talleres específicos dado que se necesitan varias personas.
Se puede participar como Consultante, exponiendo el asunto que desea
tratar y solucionar, como Representante poniéndose al servicios de la
persona y representando a algún miembro de su familia, o como Participante,
observando e incluso ayudando en el acontecer de la Constelación.
La metodología grupal utilizada en las Constelaciones con Arquetipos sirve
de complemento a cualquier proceso de desarrollo vital en el que esté la
persona. La energía grupal potencia y acelera la sanación a nivel psicológico,
afectivo, físico y espiritual. Con todo ello quien constela y en muchas
ocasiones los participantes llegan a estar más presentes, desarrollar una
mayor intuición, ser más creativos y espontáneos, y se llegan a activar
conexiones que hacen posible el inicio de la curación o la posibilidad de
solución de las circunstancias que desencadenaron la problemática del
consultante.
Una Constelación se realiza para que emerjan las imágenes familiares que
el/la consultante guarda en su inconsciente, y aquellas que de forma
consciente determinan su comportamiento, para poder reordenarlas
físicamente de manera que la persona interiorice los movimientos que se
producen y encuentre una solución. Puede ser que ésta no ocurra en la misma
sesión consteladora pero sus efectos se exteriorizarán después de un
tiempo.

Hay consteladores, sobre todo los afines a la línea trazada por Bert
Hellinger, que denostan el empleo de los arcanos del Tarot en las sesiones.
Sin embargo el modus operandi es el mismo. En una Constelación Familiar
clásica los representantes canalizan información del inconsciente familiar,
de la Conciencia, de la memoria colectiva del sistema familiar y actúan como
si fueran realmente las personas a quienes representan. ¿Suena esotérico?.
Pues bien el Tarot como ya se ha explicado repetidas veces por activa y por
pasiva, pone en contacto directo el inconsciente con el consciente; en el
caso concreto de una Constelación Familiar aporta un plus simbólico y
arquetípico que bien conducido por el constelador supone una fuente de
información y un canal de curación profunda del sistema familiar. Mediante
la utilización terapéutica de las imágenes del Tarot podemos entablar un
diálogo de alma a alma y poder así establecer los guiones, vivencias y
destinos de las personas implicadas.

Se podrá entonces incidir en el hecho de que si las nuevas constelaciones se


dirigen cada vez más hacia el silencio y la contemplación fenomenológica de
los movimientos de los representantes y las más sutiles del alma, y con el
Tarot se utiliza la palabra para ayudar al consciente a entender y
comprender al inconsciente, este tipo de Constelaciones pueden quedar en
el ámbito de lo superficial, alejándonos del ámbito anímico para quedarnos
en las ideas. Sin embargo, precisamente a través de las imágenes del Tarot
lo que se pretende, llegado el caso, es desmontar la historia que se está
contando redireccionando la sesión hacia lo interno. Además es
responsabilidad del constelador-tarólogo dirigir la sesión de forma que lo
hablado sea breve y conciso, dejando de lado la historia personal del/la
consultante o de los representantes, centrando la actuación en el trabajo
sistémico.

Es un hecho también que las Constelaciones Familiares se vuelven menos


entendibles desde fuera cuanto menos se habla y en ocasiones se pierden
pistas muy precisas provenientes de los representantes si no se les
pregunta o no se les deja hablar. Las cartas del Tarot simplifican este
trabajo. De todos modos cada situación es diferente. En ocasiones el
constelador a través de lo que un arcano transmite puede “desatascar” una
sesión, realizar un movimiento evolutivo, hacer un comentario que produce
un efecto. Estas acciones, por experiencia, no son el resultado de un análisis
mental de la situación sino que “aparecen” al encontrarse conectados todos
los participantes del evento.

Por otra parte en las sesiones en las que utilizo los arquetipos del Tarot me
siento más próximo al trabajo artístico y simbólico que desarrolla Alejandro
Jodorowsky y el objetivo, aparte de poder acompañar en el desarrollo
curativo y sanador del proceso en sí, consiste en elevar el nivel de
Conciencia del árbol genealógico de la persona que constela. Como cada
sesión la tomo como algo nuevo de la que “no-sé-nada”, sintonizo con el/la
consultante, los representantes y el Campo que nos mantiene unidos a todos.
A partir de ahí es la propia dinámica de la Constelación la que decide qué
hacer. Mis aliados son los Arcanos del Tarot.

Otros ejemplos de aplicación

Sin ánimo de extenderme mucho incluyo algunas lecturas realizadas. No he


incluido los nombres de los/las consultantes para preservar su intimidad.

El trabajo con los arcanos del Tarot supone una mayor profundización
en el inconsciente familiar a la vez que nos ofrece pistas sobre los
pensamientos, emociones, sensaciones y deseos de las personas
implicadas en la situación.

Por ejemplo, una persona a la hora de constelar con las cartas cierta
situación, al escoger la carta de su madre elige LA JUSTICIA y la coloca
invertida lejos de ella. Sin necesidad de verbalizar los sentimientos de la
consultante hacia su madre se hace evidente que la ve como una persona
rígida, fría e injusta. A partir de ahí podemos profundiza en los motivos por
los que el inconsciente ha elegido esa carta y en esa posición; la historia
familiar de la consultante incluye episodios traumáticos en su infancia
debido a una madre “castradora” e insensible. En esa posición la madre se
encuentra mal, débil y su deseo sería estar al lado de su hija, sin embargo la
consultante no quiere esa relación tan cercana, pero al no tomar a su madre
no se da cuenta de que, debido a eso, sus relaciones siempre acaban mal, no
tiene éxito en la vida y se siente “insuficiente” para cuidar de sus hijos, de
hecho es su madre quien se hace cargo mayoritariamente de ellos. Para la
consultante la única alternativa es separarse, al menos durante un tiempo,
de su madre y hacerle ver que ella sola puede hacerse cargo de su vida.

Los arcanos del Tarot se pueden utilizar igual que quien utiliza muñecos
para constelar, incluso dada la simbología que atesoran se puede
extraer mucha más información de lo que está ocurriendo y las
implicaciones existentes.

En otra ocasión una mujer dice que tiene problemas con otra, se siente
atacada aún cuando ella quiere ayudar y “dar luz” a su oponente. La carta de
LA TEMPLANZA para ella así lo confirma. Para la otra persona la
consultante elige LA FUERZA y la coloca bien lejos de ella. Sin embargo en
esa posición la consultante se siente débil. De nada sirve colocarse a
distancia. Le comento que se “transforme” en EL ERMITAÑO, una persona
que sigue “dando luz” pero desde una posición más terrenal y actuando más
con la presencia que con las palabras, así ella se siente fuerte y segura.

Un hombre pregunta por qué le cuesta tanto triunfar en lo que se propone,


siempre está “a punto” haciendo lo que le gusta en el mundo artístico aunque
al final todo se queda ahí. Su madre aparece representada por EL
COLGADO y LA EMPERATRIZ. El consultante recuerda que a su madre de
pequeña le enyesaron una pierna (El Colgado) y después le quedó una pierna
más corta que otra destruyendo su ilusión de ser bailarina. El consultante
por lealtad con su madre no se permite triunfar en lo que se propone. La
toma de conciencia de la situación le hace ver que su destino no tiene que ir
ligado al de su madre y que en realidad lo que ella quiere es que triunfe, que
la supere y sea feliz con su trabajo artístico.

Las dinámicas ocultas se exponen a la luz cuando utilizamos los arcanos


del Tarot junto a la Psicogenealogía y las Constelaciones Familiares.

Una consultante va a iniciar una empresa asociada a otra mujer; para ella
elige la REINA DE BASTOS y para la socia la REINA DE OROS. Ella se ve
como la “trabajadora” y a su socia como quien da impulso físico al negocio y
aporta la inversión inicial necesaria para empezar. La consultante
inconscientemente aunque ha elegido dos Reinas para representar a ambas,
contempla a su socia como quien dirigirá la empresa y más teniendo en
cuenta que para representar a la nueva empresa elige la carta del SOL. En
este caso EL SOL es una representación de su padre, siempre preocupado
por el dinero, con neurosis de fracaso y miedo a la miseria (así lo reconoce
la consultante). Ese patrón negativo se ha fosilizado en el inconsciente de la
consultante quien a pesar de desear el éxito en su nueva empresa no desea
llevar las riendas, asignándose el papel de creativa y a su socia la de
ejecutiva.

Un consultante pregunta por qué no logra ganar el dinero suficiente.


Aparece EL COLGADO junto al EMPERADOR; de pequeño y hasta una edad
avanzada su padre siempre le decía que tenía un “agujero en la mano”, que no
sabía administrarse, en suma, le “maldijo” (al COLGADO se le caen las
monedas); además el consultante se llama igual que su padre, nació con el
mandato: “Sé como yo pero no seas como yo” y el contrato material-
corporal-económico: “Si no trabajas duro y en un oficio tradicional no te
ganarás la vida”. (su padre y sus dos tíos paternos se ganaron la vida en
trabajos artesanales, tradicionales). A su vez sale a la luz que el abuelo
paterno dejó a su familia de joven, debido a la guerra civil española, tuvo
que emigrar, viajó por varios países realizando trabajos creativos. Sus hijos
(padre y tios del consultante) guardan de él un recuerdo de persona vividora
y bohemia, por ello fue “excluido” de la memoria familiar; el consultante
revive una historia parecida.

Una mujer de mediana edad se medica por depresión, habla muy flojo a
pesar de ser una persona de grandes dimensiones, así obliga a los demás a
prestarle atención. En la tirada aparecen LA FUERZA y EL MAGO. Su
madre y su padre siempre discutían y, por ende, no escuchaban a su hija, así
que la consultante desarrolló la “habilidad” de hacerse escuchar hablando
muy flojo. Su madre además se “comía” su espacio, por eso engordó, para
hacerse ver. Su nombre se repite en su familia denotando un nudo narcisista
junto a un nudo homosexual posiblemente por un odio a su padre. La
consultante no tiene hijos, convive con una “compañera” y trabaja
mayoritariamente con mujeres, de ahí su depresión pues se encuentra en un
período de bloqueo emocional (aparece LA RUEDA), y es su deseo cambiar
todo sus sistema de creencias inoculadas por su árbol genealógico para dar
un giro a su vida con una nueva visión (aparece EL COLGADO).
LECTURAS TERAPÉUTICAS
Soy de la opinión que cualquier método de lectura realizada por un
profesional cualificado se convierte en una lectura terapéutica y que
cualquier pregunta por simple que parezca puede ser reconducida hacia
niveles profundos de autocomprensión y desarrollo personal. Por ello en este
capítulo mostraré varios sistemas de lectura, distintos en su concepción
pero igualmente válidos en sus conceptos terapéuticos. De hecho son parte
de las lecturas que utilizo habitualmente junto con las que incluyo en otros
capítulos.

Lecturas Simples
Denomino Lecturas Simples a aquellas que no tienen una estructura
predeterminada y de una forma sencilla y directa dan sentido y orientación
al consultante. Estas lecturas tampoco cuentan con un número determinado
de cartas siendo el propio tarólogo quien va decidiendo sobre la marcha si
es necesario colocar más arcanos sobre el tapete.

Un sencillo método es indicarle a quien consulta que elija una o dos cartas
para el problema que quiere tratar y otra u otras que le parezcan adecuadas
para sí mismo. Por ejemplo una persona tiene un problema con un jefe en su
trabjo. Escoge dos Arcanos: El Emperador para su jefe y El Diablo para el
problema, luego elige El Colgado y El Sol para sí mismo.

A priori el consultante se siente condicionado por la


figura del jefe, autoritario y que no le deja expresar toda su creatividad.
Comenta que en la empresa solamente se comporta así con él. Ahora
confrontamos la figura del jefe (El Emperador) con la imagen que tiene de sí
mismo el consultante (El Colgado):
¿Qué percibe el consultante en esta disposición
de los Arcanos?. Nos comenta que así se siente delante de su jefe, sin
opciones, sin capacidad para decidir. Sin embargo ahondando un poco más el
consultante se abre y afirma que la postura de su jefe, a él le permite ir de
víctima en la empresa y reconoce que parte de la supuesta culpa es suya ya
que tampoco hace todo lo que podría hacer. Ahora colocamos El Sol en lugar
de El Colgado:

Y tras unos minutos contemplando ambas


imágenes el consultante se da cuenta realmente de la solución. Él no puede
cambiar a su jefe pero puede cambiar su actitud ante él. Debe dejar de lado
su desgana en el trabajo, colaborar más con los objetivos de su empresa, no
rehuir a su jefe y, de alguna manera, hablarle de tú-a-tú, sin miedos. Debe
dejar de ser El Colgado que vive junto al Diablo (cosa que solo ocurre en su
imaginación) y mostrarse más cooperativo y a la vez más seguro de sí mismo.
Esto a su vez hará que su jefe le dé el valor que realmente tiene y su
capacidad de hacer el trabajo bien hecho.

Lecturas de tres cartas


Hay quien argumenta que las lecturas de tres cartas no sirven para el
trabajo terapéutico con el Tarot. Con mis mayores respetos disiento de esa
afirmación, pienso que lo único que hay que tener claro si decidimos utilizar
este sistema, es el enfoque que le damos a la lectura. Lo terapéutico no es
el sistema de lecturas sino el nivel de conciencia del tarólogo, y el dejar que
sean los Arcanos quienes se comuniquen a través nuestro dejando de
proyectar nuestras neurosis.
Así pues, en ocasiones puede resultar interesante realizar una de estas
lecturas cuyas opciones son múltiples pues les podemos designar a cada
carta un significado de inicio. Veamos algunos, la lista es infinita:

La Lectura Orgánica
Esta lectura permite utilizar las cartas que han aparecido en una lectura y
redistribuirlas, no solo horizontalmente sino que empleamos todo el tapete
para recolocarlas en la posición que deseemos y realizar una segunda o
tercera consultas a tenor de las nuevas relaciones que se han establecido.
De hecho lo que buscamos es que el consultante elabore una especie de
mandala con los Arcanos. Al distribuir las cartas de esta manera lo que se
forma es un conjunto geométrico donde se pueden trazar líneas, triángulos,
etc.. que nos hacen descubrir nuevas relaciones entre los Arcanos y por
ende nuevas ideas y sugerencias por lo que se crean nuevas lecturas para las
mismas imágenes. Un ejemplo lo tenemos en la figura siguiente en la que
aparece una lectura de 5 cartas:
Tras realizar la lectura de modo, digamos, tradicional procedemos a ubicar
los Arcanos en distintas posiciones, dejamos al /la consultante que coloque
las cartas donde mejor le parezca y en la posición que crea conveniente. El
diseño de ese mandala nos dará una idea de la personalidad de la persona y
del momento personal en el que se encuentra. Puede resultar un esquema
caótico o más o menos equilibrado que será un espejo de la psique de quien
consulta. Un par de ejemplos podrían ser estos:

Una vez recolocadas las cartas se induce al consultante a una reflexión-


meditación sobre el mandala construido. Puede que relate por qué las ha
colocado de ese y no de otro modo, por qué ha colocado ciertas cartas una al
lado de otra y hay alguna alejada, qué significa que haya alguna carta
acostada o incluso invertida, cuál cree que es la carta central de la lectura y
por qué, etc… Posteriormente el tarólogo puede ir introduciendo Arcanos
que no hayan aparecido en la lectura inicial si cree que es necesario trabajar
las cualidades de esos Arcanos. En el 1º ejemplo el consultante ha colocado
el VII de Espadas en posición horizontal, no se encuentra muy cómodo con lo
que le dice la carta podríamos, entonces, para desactivar el mal augurio del
personaje que se lleva las espadas sigilosamente, colocarle encima el Arcano
de El Sol y a su vez movemos también el Arcano de La luna que se encuentra
en la cúspide de la lectura, el objetivo, restándole entonces importancia.
Recolocamos los demás Arcanos y vemos surgir otro mandala el cual
establece otro tipo de ideas, imágenes, intuiciones y proyecciones. La
imagen podría quedar así:

La sesión acaba cuando el consultante se siente satisfecho con la disposición


de las cartas, con lo que le transmiten y ha logrado una toma de conciencia,
o al menos un conocimiento de la situación, su desarrollo y alternativas.

La Lectura del Viaje del Loco


Ya que he mencionado en varias ocasiones en este trabajo el viaje que EL
LOCO realiza en su proceso de individuación, me he permitido desarrollar
una lectura a partir de la imagen de este Arcano la cual permite consultar y
analizar junto con el consultante varios aspectos de una situación. En
principio y como EL LOCO en su periplo se dirige al encuentro de EL
MUNDO, podemos al igual que hemos hecho con el Arcano XXI hablar de las
cuatro energías que animan al ser humano, la mental, la emocional, la
libidinal-creativa y la material. Si en EL MUNDO aparecen de forma muy
obvia mediante los animales y su relación con los elementos, en EL LOCO si
nos fijamos bien también aparecen de forma consistente. En la figura he
colocado simbólicamente las Espadas conectadas con la mente, las Copas con
la bolsa que lleva a su espalda, los Bastos con el largo bastón en el que se
apoya el personaje, y los Oros representando a ese animal que conecta al
Loco con la tierra

Partiendo de esta base vamos a realizar una lectura a partir de 8 Arcanos


cuya disposición es la siguiente:
Tras barajar los Arcanos Mayores, se colocan 8 de ellos tal y como se ve en
la figura. La lectura en sí se podría hacer colocando 8 cartas en fila o 4 y 4
pero me parece mucho más adecuado la disposición sobre la carta de El Loco
por lo simbólico que de ello se deriva. Es muy sencillo y visualmente más
atractivo.
En la posición 1 tenemos lo que es la base de la cuestión, el terreno donde
se encuentra el/la consultante, el motivo de la pregunta, las circunstancias
que aquí-y-ahora se desarrollan, el cómo vive esa persona lo que le está
ocurriendo. ¿Se trata de un terreno fértil que le ayuda a avanzar o es un
terreno baldío?. Si se considera necesario otros arcanos pueden ayudar a
aclarar el tema.
La posición 2 nos informará sobre aquellas energías que tiran del/la
consultante. En esta posición observaremos lo que le impele a actuar, los
motivos por los cuales la persona hace lo que está haciendo. Estos motivos
pueden ser positivos o negativos, le pueden estar ayudando en su camino o
por el contrario estarán entorpeciendo su viaje. Tienen que ver con su parte
receptiva material. De hecho podríamos preguntarnos: Verdaderamente
¿Está siendo impulsado o frenado?, ¿avanza o huye?. Podemos sacar más
cartas para profundizar en esta cuestión.
En la posición 3 se incluye el bagaje emocional de la persona, la mochila que
lleva sobre sus espaldas. En esa bolsa podemos encontrar memorias
olvidadas, patrones familiares, relaciones inconclusas, en fin todo tipo de
sorpresas que ni el mismo consultante sabe que lleva encima. Esta posición
junto con la anterior nos dará muchas pistas sobre el legado de su árbol
genealógico, las improntas, acuerdos y mandatos que el individuo arrastra
desde hace tiempo.
La posición 4 se corresponde con la mente del consultante, los
pensamientos, ideas y proyectos en relación al tema principal por el que se
está consultando. Puede ser que emerjan patrones mentales de los que la
persona no tiene ni idea de que existen en su inconsciente. Pueden surgir el
dilema y la paradoja.
Las cartas ubicadas en la posición 5 se relacionan con el punto, el lugar
donde mira la consultante, en suma, su objetivo, su proyecto, su visión.
Deberemos estar atentos a las incongruencias que puedan aflorar entre
esta posición junto a la posición 4 y la posición 7 pues estas tres, o más,
cartas constituyen el Proyecto de Vida de quien consulta y evidentemente
han de estar armonizadas sino es así es que el consultante tiene un conflicto
interior por resolver.
En la posición 6 veremos los apoyos y la energía del consultante, qué le
ayuda en su camino, de qué elementos se sirve para avanzar. ¿Son sólidos
esos apoyos, son firmes?.
La posición 7 indica hacia donde se dirige el/la consultante, qué pasos está
dando para conseguir su objetivo, la dirección de sus pasos. Los Arcanos de
esta posición junto con los de las posiciones 4 y 5 indicarán si hay
conjunción o dispersión de energías y acciones y si actúa de modo coherente
hacia donde dice que se dirige.
Por último, la posición 8 nos dará la clave de la consulta, la esencia, algo que
debe tener en cuenta quien consulta y que es muy importante como
aglomerante de todo lo leído anteriormente.

Se trata de una lectura abierta en la que podemos ir añadiendo arcanos en


aquellas posiciones en las que sea necesario. También podemos incluir los
Arcanos Menores si así lo preferimos, siempre teniendo en cuenta cómo nos
sintamos, consultor y consultante, más cómodos en un diálogo permanente y
con el objetivo de mostrarle interrogantes para que sea él/ella quien
encuentre sus propias respuestas.

Lectura Metagenealógica

En un capítulo anterior he mencionado tres vías de liberación a partir de la


Torre Mística del Tarot y la estructuración de los Arcanos Mayores en tres
columnas de 7 cartas. Partiendo de esa base he desarrollado una lectura que
he relacionado con la Metagenealogía, la hermana mayor de la
Psicogenealogía. Antes de entrar en materia explicaré el por qué de esta
lectura. Aunque primero veamos visualmente su organización:
Como se puede apreciar parto de la base metagenealógica de que existen
dos fuerza opuestas y complementarias que influyen en el ser humano. Una
es la fuerza del pasado, que nos impele a la repetición y proviene del árbol
genealógico. Y otra fuerza, otra energía de alto nivel que actúa desde la
Conciencia e impulsa al individuo a avanzar hacia el futuro traspasando las
limitaciones que su historia familiar le impone.

La Metagenealogía contempla el trabajo con el árbol genealógico como arte,


terapia y búsqueda del Yo esencial aunque no se le puede denominar
estrictamente terapia, sino un trabajo de toma de conciencia que supone la
comprensión de los elementos del pasado que nos han formado, así como el
inicio de un impulso futuro al cual nosotros damos forma. Representa un
paso importantísimo dentro de las dinámicas de estudio del árbol
genealógico, trasciende lo psicogenealógico para adentrarse en terrenos
artísticos y mágicos sin perder por ello su seriedad científica y analítica.
Alejandro Jodorowsky contempla el estudio del árbol genealógico desde sus
dos aspectos opuestos y complementarios: como tesoro y como trampa.
Desde este punto de vista cada familiar se convierte en una doble entidad,
una luminosa y otra sombría que nos impele a intentar realizar el futuro y a
su vez a intentar repetir el pasado.

El Arcano de La Torre me permite, entonces, ofrecer esa lectura de un


modo a la vez analítico y artístico y que va desde las profundidades del
árbol genealógico a las alturas inaprensibles de la Conciencia. La lectura se
basa en 22 preguntas tomadas de los arquetipos que los propios Arcanos
Mayores nos proporcionan y que a su vez son contestadas por quien consulta
con la ayuda de esos mismos Arcanos.

El proceso
Se toman los 22 Arcanos Mayores y se barajan, esto lo puede hacer el
mismo consultante que cuando crea que ya es suficiente colocará partiendo
desde abajo los 22 Arcanos tal y como se muestra en la figura:
Una vez dispuestas las cartas procederemos a la lectura de la misma.
Aunque pueda parecer paradójico la primera carta que descubriremos será
la última, la 22, pues esa es la primera pregunta que hará el tarot: ¿Cuál es
tu Propósito?. El Arcano que se encuentre en esta posición rebelará esta
cuestión siempre en un diálogo constante con el consultante. Puede ser que
éste no encuentre a priori relación entre lo que dice ser su proyecto o meta
y lo que el Arcano le manifiesta en ese momento pero con toda seguridad le
permitirá ahondar en su inconsciente y encontrar relaciones, analogías y
claves que ampliarán su visión. Muchas veces lo que ocurre es que la propia
persona no sabe lo que quiere y la misión del Arcano es precisamente
permitir que aflore el propósito de la consulta.

Seguidamente empezaremos ya por la base de la Torre para realizar este


trabajo de análisis del árbol genealógico.

En estas primeras 6 cartas


analizamos las influencias del árbol genealógico y las preguntas que formula
son éstas:

1-¿Qué talentos y capacidades me niega mi árbol genealógico?


2-¿Qué mandato oculto me ha transmitido mi árbol genealógico?
3-¿Qué me ha transmitido mi madre?
4-¿Qué me ha transmitido mi padre?
5-¿Qué necesito aprender de mi legado familiar?
6-¿En qué me afecta en mi relación con los demás?
Seguidamente pasaremos al siguiente nivel:

Aquí se muestra el presente de la


persona que realiza la consulta y las preguntas relacionadas son:

7-¿Qué acción desarrollo en el mundo?


8-¿Qué parte de mí me ayuda a actuar con conciencia?
9-¿Qué puedo ofrecer a los demás?
10-¿Hay algo que esté repitiendo en mi vida?
11-¿De qué fortalezas dispongo?
12-¿Qué o quién me produce sufrimiento?
13-¿De qué o de quién debo desapegarme?
14-¿Qué aspecto de mi mismo puede ayudarme a armonizar mi vida?
15-¿Qué es lo que odio de mi mismo o a qué le tengo miedo?

La última tanda de preguntas se refiere a energías y aspectos más


espirituales pero de una gran influencia en el quehacer diario de la persona:
16-¿Qué energías puedo utilizar para liberarme de patrones mentales
limitantes?
17-¿Qué aspecto puede ayudarme a tener más confianza en mí mismo?
18-¿Qué aspecto oculto de mi árbol genealógico es mi tesoro y me ayuda a
avanzar?
19-¿Cómo puedo expresar mayor conciencia?
20_¿Qué aspecto puede ayudarme en mi transformación?
21-¿Cómo puedo manifestarme en toda mi plenitud?

Las preguntas que propongo son generales, básicas y sencillas, el tarólogo


experimentado encontrará la manera de preguntar de forma más concreta
dependiendo del tipo de persona que tenga delante, de su conocimiento a la
hora de preguntar al Tarot y de la profundidad del trabajo que desee
realizar en la medida de las resistencias que perciba. Mediante las
respuestas de los Arcanos y del consultante iremos desgranando todas las
facetas importantes en la vida de la persona. Empezaremos a relacionar
respuestas de un nivel y de otro, el/la consultante irá tomando conciencia
de las circunstancias de su vida y del por qué de aspectos que posiblemente
hasta este momento no había tenido en cuenta. Es importante que sea la
propia persona quien escenifique la lectura aportando datos. Se moverán
energías, emociones y pensamientos dando como resultado una lectura
clarificadora y sanadora.
Un sencillo ejemplo
Transcribir una lectura de este tipo ocuparía un gran espacio así que incluiré
la imagen de una lectura real junto con algún comentario y dejaré al lector,
si lo desea, que acabe de analizarla por su cuenta.
Es curioso que el Arcano que designa el proyecto de vida del consultante sea
El Mundo y el primer Arcano en la base, el que pregunta: ¿Qué talentos y
capacidades me niega mi árbol genealógico? es El Loco. El deseo de quien
consulta es desarrollarse completamente como persona y evidentemente su
árbol genealógico le niega esa posibilidad, no quiere que sea él mismo sino lo
que su familia quiere para él. Aquí vemos como se complementan
perfectamente los Arcanos por sincronicidad.

A la pregunta ¿Qué mandato oculto me ha transmitido mi árbol genealógico?


El Mago le contesta que ha de trabajar duramente para labrarse un
porvenir. Este mandato sale a la luz en ese preciso momento, el consultante
se hace consciente y le da la importancia que tiene al hecho que todos los
hombres de su familia han vivido para trabajar, además en trabajos donde
utilizaban las manos. Nadie en su familia tiene un título universitario o ha
sido artista. El trabajo ha ocupado todo su tiempo.

En la posición 11 se le pregunta al consultante:¿De qué fortalezas dispones?,


y la respuesta la da precisamente el Arcano de La Fuerza: Dispones de una
gran energía y fuerza de voluntad para llevar adelante los proyectos que
tengas en mente. La Fuerza está mirando a El Enamorado que es quien
responde a la pregunta: ¿Qué o quién me produce sufrimiento?.
Evidentemente en este caso la respuesta es la propia familia y las dudas que
genera en quien consulta para decidirse si avanza por sí mismo o sigue el
legado familiar.

La carta situada en la posición 16 le pregunta: ¿Qué energías puedes utilizar


para liberarte de patrones mentales limitantes?. La carta que aparece es El
Colgado. La respuesta podría ser que el consultante tiene que cambiar la
visión, perteneciente a su familia, de que sin sacrificio no se consigue nada.
Le iría muy bien meditar, ir a clases de yoga, aprender a utilizar su energía
para no dispersarla.

Como se puede comprobar esta lectura es muy amplia y profunda y mantiene


la atención de quien consulta proporcionando apertura mental, incluso al
darse cuenta de temas y aspectos en los que no había recabado
anteriormente, la persona puede iniciar un proceso curativo y de cambio que
será muy beneficioso para ella.
EJERCICIOS PARA UNO MISMO
Para llegar a integrar el Tarot en nosotros mismos es necesario estudiarlo,
conocerlo, amarlo y así, paso a paso, llega a convertirse en nuestro aliado y
en una fuente de sabiduría siempre cambiante, dinámica y acorde con
nuestro nivel de Conciencia. Propongo en este capítulo una serie de
ejercicios para que quien desee profundizar en el conocimiento del Tarot
obtenga unas herramientas fáciles de utilizar y que le ayudarán en su
trabajo de desarrollo personal pues creo que el estudio del Tarot, o de
cualquier otra disciplina, debe contemplarse no como último objetivo sino
como herramienta de desarrollo personal. Solo desde esa perspectiva nos
aportará toda una sabiduría que de otro modo se quedaría solamente en
conocimiento.

COLOREAR LOS ARCANOS


Fotocopiar en blanco y negro los Arcanos Mayores del Tarot y colorearlos
libremente. Ello nos dará una idea de cómo nos enfrentamos a las figuras y a
tenor de los colores qué significado les damos.

ELABORA TU PROPIO TAROT


No importa que los Arcanos se parezcan más o menos a los Tarots que
conocemos. Se trata de dar rienda suelta a nuestra creatividad y dejar que
el inconsciente nos dicte aquellos elementos y símbolos que creamos
asociados a cada Arcano.

LLEVA UN DIARIO PERSONAL


Consiste en una tarea que prácticamente todos los grandes maestros del
Tarot aconsejan. En el diario podemos ir anotando todo aquello que nos
venga a la mente sobre los Arcanos. Podemos iniciar el día escogiendo una
carta, llevarla con nosotros durante todo el día contemplándola durante
unos minutos de vez en cuando y al acabar la jornada anotar en el diario lo
que nos ha comunicado dicho arcano. También, al ir a dormir, escogemos un
Arcano Mayor y meditamos sobre él, lo colocamos bajo la almohada y le
pedimos que nos aconseje durante el sueño sobre alguna circunstancia de
nuestra vida cotidiana. Al despertar al día siguiente anotaremos en el diario
los sueños que recordemos y los pensamientos relacionados con al Arcano.

COMPLETAR FRASES PARA VIVIR DE UNA MANERA CONSCIENTE


Este es un ejercicio muy potente, lo diseñé tras leer las obras del psicólogo
Nathaniel Branden y poner en práctica sus ejercicios. Pensé que
adaptándolos al Tarot podrán resultar de gran ayuda como método de
desarrollo personal. Como dice el Dr. Branden la labor de completar frases
es un instrumento engañosamente simple aunque de un extraordinario poder
para elevar la comprensión de uno mismo, la autoestima y la eficacia
personal.

Se basa en la premisa de que todos tenemos más conocimiento del que


normalmente somos conscientes, más sabiduría de la que utilizamos y un
mayor potencial del que mostramos en nuestro comportamiento. El hecho de
completar frases activa los recursos ocultos de que disponemos. La esencia
de este procedimiento consiste en escribir una frase incompleta, un inicio
de oración, y empezar a agregar diferentes terminaciones. Ha de hacerse
con rapidez, sin darle a la mente pensante tiempo para pensar. No debe
preocuparnos de si un final es razonable, verdadero o significativo. Lo único
que hay que hacer es dejarlas fluir.

La variación que he introducido consiste en utilizar los Arcanos Mayores del


Tarot para el inicio de las frases. Antes de comenzar el trabajo aplicaremos
unas palabras clave a cada Arcano y luego desarrollaremos el ejercicio. Por
ejemplo, si a la JUSTICIA le aplicamos la palabra clave conciencia, el inicio
de las frases bien podría ser:

-Vivir de manera consciente significa para mí….


-Si aporto más conciencia a mis actividades de hoy…
-Cuando niego o rechazo la voz de mi conciencia…

A continuación y lo más rápido posible y sin pausas para reflexionar,


escribimos tanto finales de oración como podamos en un par o tres minutos,
entre 6 y 10 finales por frase son suficientes. Al realizar esta labor lo ideal
es vaciar nuestra mente de todas las expectativas relativas a lo que
sucederá o lo que suponemos que va a suceder. Una sesión normal pude
durar unos 10 minutos, no es necesario dilatarla más. Cada cual puede, antes
de empezar, hacer un listado de claves para cada Arcano y realizar el
ejercicio.

Después de un tiempo podemos ampliar la complejidad del mismo, sacando al


azar dos Arcanos y completar frases con las palabras clave de ambos. Por
ejemplo si aparece EL DIABLO y LA ESTRELLA, y para el primero hemos
utilizado la clave DEPENDENCIA y para La Estrella la clave GENEROSIDAD
podríamos iniciar las frases de la siguiente manera:
-Mi generosidad crea dependencia en los demás si…
-Soy dependiente de mi generosidad cuando..
-Dependo de la generosidad de los demás cuando…
Y así un largo etcétera de opciones y posibilidades. El resultado tras
realizar el ejercicio con constancia, es un mayor conocimiento de nosotros
mismos, una mayor amplitud de miras y una aceptación de lo que somos y
cómo somos, además de permitir cambiar aquello que podemos cambiar para
evolucionar y sentirnos mejor con nosotros mismos.

MEDITAR CON LAS CARTAS


Más que un ejercicio se trata de un trabajo personal a partir del cual
ahondamos en nuestro interior ayudados por los arquetipos del Tarot.
Podemos meditar en lo que significa cada Arcano, también podemos entrar
en la carta y hacerle preguntas y, cómo no, podemos convertirnos en el
personaje de la carta asumiendo sus cualidades y características. Hay en el
mercado libros donde se proponen meditaciones específicas para cada
Arcano. También podemos hacerlo libremente, escogiendo el Arcano que en
ese momento nos parezca más apropiado para la situación que estamos
viviendo. Este tipo de actividad se incluye dentro de la llamada Visualización
Creativa, un tipo de imaginación controlada y dirigida para provocar cambios
en el inconsciente y modificarlo.

El trabajo con los Arcanos del Tarot nos pone en contacto con el mundo
simbólico permitiendo que los símbolos actúen sobre la conciencia y así el
consultante puede relacionarse con ellos y comunicarse en su mismo
lenguaje. Llega un momento en que el símbolo en sí desaparece y sus
contenidos se formalizan, se personifican permitiendo que lo que se
encuentra en el inconsciente emerja pudiendo llegar a conseguir una toma
de conciencia, lo que en términos espirituales se conoce por insight. Como en
todo trabajo terapéutico es importante la repetición de este tipo de
actividad para que el consciente se acostumbre al lenguaje del inconsciente
y ambos se fundan en una nueva energía benéfica. Es como si fuese
emergiendo una nueva personalidad que aglutina lo solar y lo lunar, lo que
mostramos al mundo a través de nuestra personalidad y lo que mantenemos
oculto en el sustrato de la sombra.
LOS ARCANOS MAYORES UNO A UNO

EL MAGO – SER UNO MISMO

El ser humano ya por definición anhela ser, aunque en contadas ocasiones


llega a conseguirlo dado que lo que desea es “ser algo o alguien”, buscando
fuera de sí mismo la solución. Llegar a ser lo que se es constituye una tarea
ardua y complicada, más que nada porque pocas veces nos hacemos la
pregunta correcta, o mejor dicho, las respuestas que nos damos a la
pregunta ¿Quién soy yo? vienen ya viciadas de base al no saber distinguir
entre lo que realmente somos y cómo nos definimos. Freud definió el ego
como una especie de ficción tranquilizante. Y esa ficción es lo que
habitualmente confundimos con lo que somos en realidad. Muchas de las
aflicciones del ser humano y los síntomas que se toman por verdaderos
problemas tienen su raíz en esa necesidad de saber que somos “alguien”, que
ocupamos un lugar en el mundo y que somos únicos e irrepetibles. Aquí se
nos escapa el estudio profundo de lo que realmente se supone que somos. La
psicología transpersonal nos diría, sintetizando, que somos una “totalidad” o
que somos “vacuidad” o como apunta Jean Klein: “Tú vives en contracción,
pensando en ti mismo como un individuo. ¿Dónde encuentran significado los
términos “yo” y “mío”? Cuando miras de verdad dentro de ti mismo, no
puedes decir que el cuerpo te pertenece. Tú eres el resultado de dos
personas y cada progenitor tiene dos progenitores y así sucesivamente.
Toda la humanidad está en ti. Eres lo que absorbes”. Si quisiéramos tomar
un camino paralelo recurriríamos a Herman Hesse que en la introducción de
Demian señala: “...He sido un hombre que busca y lo soy aún, pero no busco
ya en las estrellas ni en los libros: comienzo a escuchar las enseñanzas que
mi sangre murmura en mí. Mi historia no es agradable, no es suave ni
armoniosa como las historias inventadas; sabe a insensatez y a confusión, a
locura y a sueño, como la vida de todos los hombres que no quieren mentirse
más a sí mismos...” Pero en este estudio no vamos a ir tan lejos. Nos interesa
el individuo y su necesidad imperiosa de construirse una personalidad, de
SER y de sentirse una identidad individualizada para poder encarar con
garantías los retos cotidianos. Nos mueve esa necesidad intrínseca de tener
el control de lo que nos sucede, de generar la necesaria autoconfianza y el
valor de aceptar los riesgos que suponen el llegar a ser uno mismo. El Mago
nos indica que podemos llegar a ser aquello por lo que estemos dispuestos a
hacer. Ser y hacer, en contraposición a tener. Este dato es importante
porque los intereses del individuo y los de la especie nunca coinciden por
completo y el no poder ser nos pone enfermos encontrándonos la mayor
parte de las veces luchando por tener en vez de intentar ser mediante el
hacer. Tanto tienes, tanto vales, nos viene a decir que somos las cosas que
tenemos, “somos” un buen/mal trabajo, una gran/pequeña casa, un
mejor/peor coche y en esa maraña de sinrazones nos movemos y vivimos.
Jung describió en su día la Individuación como la finalidad del individuo de
liberar el sí mismo de las máscaras de la “persona” y de la sugestión de las
imágenes mentales, en suma, de la posibilidad de integrar contenidos
inconscientes en la conciencia y puntualizó que esto no se podía lograr de
forma racional, sino mediante el diálogo consigo mismo.

En suma, se trata de alcanzar una conciencia de sí mismo , un saber


orientarse en la vida teniendo un punto de apoyo, una actitud personal
volitiva, un modelo de reflexión que, de entrada, nos sugiera una noción de
un YO materializado, sin perder de vista las posibilidades de expansión que
veremos más adelante y teniendo en cuenta que cuando buscamos en nuestro
interior, cuando vamos quitando capas de nuestra personalidad, al modo de
una cebolla, en el centro mismo de nuestro ser sólo hay vacío, y el vacío todo
lo llena.

En este estadio de la evolución se inicia el desarrollo de la conciencia


reflexiva; la identidad se va formando en base a la identificación con la
imagen que los demás tienen de nosotros, sobre todo los padres. El Mago se
identifica con los objetos que tiene en la mesa (pensamientos, sentimientos,
creencias, deseos, recuerdos….), y parte de su tarea consiste en desarrollar
la atención y la facultad de poner los cinco sentidos en todo lo que hace.
Debe darse cuenta que es él quien crea el mundo que aparenta existir.

Disponemos, nos indica El Mago, de todas las posibilidades a nuestro alcance


para poder desarrollarnos como personas aunque debemos actuar pues nos
encontramos en permanente estado de elección. Sentirse un YO nos
permitirá vivir experiencias que nos aportarán conocimiento.
LA PAPISA – LA MEMORIA DE NUESTROS ORÍGENES

Conocida y poco entendida es la famosa frase que se podía leer en el


frontispicio del templo de Delfos: nosce te ipsum. “Conócete a ti mismo”, en
esas sencillas palabras se aglutina todo un saber que ha sido interpretado
de diversas formas en todas las épocas. Inicialmente parece ser que se
refería al hecho de que el hombre debía darse cuenta de su mortalidad, que
no era un dios. Posteriormente se le invistió de ropajes filosóficos e incluso
religiosos. Por otra parte también podemos concluir en que el hombre, el ser
humano, es un ser “pensante”. El hombre se reconoce a sí mismo cuando
conoce. Toma conciencia al reflexionar sobre el conocimiento que puede
tener de las cosas exteriores y de la abstracción que sigue a la reflexión
sobre sí mismo. Al conocer que conoce, se conoce a sí mismo. Esto es lo que
postula la psicología aunque es una frase que sigue moviéndose en la esfera
de los conceptos e ideas y realmente la respuesta a la gran pregunta:
¿Quién soy Yo? ( pregunta que ya se hace El Mago) no es ni mi nombre, ni mi
profesión, ni mi historial personal. Incluso si creo que soy un alma inmortal o
un espíritu divino, solamente estoy añadiendo al contenido de mi mente
algunos conceptos que suenan espirituales; pero conocerse a sí mismo no
tiene nada que ver con las ideas que flotan en la mente, sean las que sean.
Conocerse a sí mismo es estar enraizado en el Ser, en lugar de perdido en la
mente.
Quien yo soy no necesita de mis creencias, quien tú eres no necesita de tus
creencias. Lo máximo a lo que llega la mayoría de la gente es a saber “acerca
de sí misma” que no es lo mismo que conocerse a sí mismo. Saber acerca de
uno mismo significa identificarse con el contenido de su vida: lo que hace, lo
que siente, lo que piensa, percibe o experimenta. Conocerse a sí mismo es
ser uno mismo, o sea, dejar de identificarse con el contenido.

Como nos indica La Papisa parte del conocimiento se adquiere en soledad,


sobre todo ese conocimiento referido a uno mismo y a nuestra relación con
los demás. En cierta medida se trata, en el fondo, de la búsqueda de la
Verdad. Pero, seamos lógicos, prácticamente es casi imposible llegar a
conocerse a sí mismo, como lo es también el encontrar la Verdad, con
mayúsculas. Lo único que podemos hacer es ir en pos de la Belleza, quizás en
el interín nos topemos con ella.

Pero dejemos a la filosofía y veamos qué nos depara esa necesidad de


conocimiento que a veces nos abruma. En ocasiones ocurre que el
conocimiento que deseamos lo buscamos con las herramientas equivocadas.
Asumiendo que existe un “Conocimiento por Intuición” y que escapa de
nuestro control racional, dirigiremos nuestra atención a tres formas o
herramientas que se suelen utilizar para adquirir conocimiento. Una es el
Empirismo, a través de la experiencia podemos, mediante la aprehensión de
las vivencias, sintetizar y organizar el conocimiento adquirido. Las otras dos
fuentes son más abstractas dado que no se basan en la experiencia sino en
sustratos más profundos como la mente y el espíritu, así tenemos que una
de ellas es el Raciocinio, la utilización del pensamiento, de la lógica, del
estudio para obtener el alimento mental necesario. Y por último tenemos, en
un plano todavía más abstracto la Contemplación.

Sintetizando podríamos, por analogía, relacionar estos tres aspectos,


herramientas u “ojos del conocimiento”, con la Ciencia (empirismo), el
Conocimiento Racional (lógica) y el Conocimiento Espiritual (Gnosis). Por lo
tanto y partiendo de esta diferenciación deberemos aplicar cada una de las
herramientas dependiendo del tipo de conocimiento que deseemos. Otra
cuestión a tener en cuenta será el lenguaje a través del cual obtendremos la
información, el conocimiento. Para que dé resultado la fuente de
información y el receptor tienen que encontrarse en el mismo nivel de
conciencia o, en última instancia, el receptor debe mantener su mente
abierta para poder recibir ese conocimiento sino puede producirse un sismo
lingüístico que consiste en confundir el significante con el significado, y
éste con el referente real.

La sabiduría de la Papisa es de índole intuitiva, se sirve de la inspiración, la


discreción y la memoria. Es la guardiana de los misterios sagrados aunque
los muestra a quien pueda desvelarlos mediante la comprensión de la esencia
de las cosas sin participación de la razón. En ella las limitaciones del
espacio-tiempo desaparecen dando paso a la acción del subconsciente. La
Papisa tiene la llave del conocimiento para abrir el corazón del misterio.
Representa a Sophia, la Sabiduría Divina. Suyo es el reino de la profunda
experiencia interior. Por otra parte La Papisa nos habla de una sexualidad
espiritualmente desarrollada; es la antítesis del Diablo y por ello también su
complemento. En el acto sexual es el Espíritu Santo quien la insemina y a
través de ella podemos apreciar como Dios se manifiesta en cada persona,
animal, vegetal o mineral. Ella nos iniciará en los misterios de lo intangible.
Pero no nos equivoquemos. La Papisa solo se pertenece a sí misma.

“Cada vez que un hombre se pone a aprender, tiene que trabajar tan duro
como pueda, y los límites de su aprendizaje están determinados por su
propia naturaleza. Por lo tanto no vale la pena hablar sobre conocimiento. El
miedo del conocimiento es natural: todos lo experimentamos, y no hay nada
que podamos hacer. Pero por terrible que pueda ser aprender, es más
terrible pensar en un hombre sin conocimiento”.(C. Castaneda)
LA EMPERATRIZ- CREAR EN EL AMOR

“Los pensamientos que no se traducen en palabras, son pensamientos


perdidos para la humanidad; las palabras que no se confirman por medio de
actos son palabras ociosas y de la palabra ociosa a la mentira no hay más que
un paso” (Eliphas Levi). El ser humano anhela que el mundo conozca los
frutos de sus acciones; desea, aunque se trate de una necesidad más del
ego, dejar alguna obra para la posteridad y en todo caso aunque se dedique
a una ocupación poco creativa intenta, en su fuero interno, que sus acciones
resulten lo más productivas posibles pues necesita sentirse bien consigo
mismo, le resulta prioritario para su salud mental saberse creativo,
inteligente, capaz de realizar acciones que superen la mediocridad en la que
vive. Y esto es así porque el ser humano cuando expresa su creatividad se
vuelve místico, aunque no se dé cuenta de ello.

Cuando se entra en el estado de creatividad, se trascienden las dualidades y


uno se transforma en un canal receptivo, “Algo, en mí, crea” decía Mozart. Y
visto desde la perspectiva que nos interesa, “la inteligencia y creatividad
aparecen siempre como respuesta “desesperada” ante una situación de
excepcional desadaptación y desajuste” (S. Pániker). La psicología
tradicional aunque sigue diferentes dogmas según qué escuela represente,
no ha tenido más remedio que incluir también en sus consideraciones el
carácter sobrenatural de la creatividad y la fuerza de la inspiración.
Incluso la Ciencia ha debido claudicar pues muchos de sus progresos se han
dado en momentos de creatividad e inspiración que parecerían impropios de
mentes lógicas y racionalistas. Pero aunque todo ser humano es creativo por
naturaleza, nuestros márgenes mentales no nos dejan activar los
mecanismos que harán que ello sea posible, en este contexto, “lo que es
difícil no es hacer, sino ponerse en estado de hacer” (Brancusi). De ahí que
muchas personas mantengan un trabajo anodino y den rienda suelta a su
creatividad dedicándose en sus horas libres a actividades para ellos mucho
más creativas. La música, la pintura, las artes en general, se convierten así
en válvulas de escape donde aplicar esa creatividad reprimida durante la
mayor parte del día. Por otra parte numerosos investigadores empiezan a
ver lo creativo como un hecho ontológico por encima de lo meramente
cognitivo.

El ser humano toma especial preponderancia en sus teorías y anteponen su


presencia a su eficacia, de alguna manera volvemos a lo dicho en más de una
ocasión, que es más importante el camino que la meta, el hecho de crear que
la obra en sí, por lo tanto la persona no es tanto un creador de algo ajeno a
él sino un participante de la obra, en última instancia el ser humano se
convierte en su propia obra. Y ello debe hacerse sin el lastre que supone la
experiencia; no deberíamos definir las experiencias presentes en función de
las pasadas, el mundo lo co-creamos día a día y la capacidad de asombro
debe guiarnos en nuestra búsqueda de la belleza pues, al fin y al cabo, en la
belleza podemos encontrar la Verdad.

El Arcano III nos muestra la imaginación creadora como hija de razón y la


intuición; La Emperatriz es hija del Mago y la Papisa, y para ella el poder del
amor es más querido que el amor al poder. Es capaz de atraer gente e ideas
con su poder de seducción, con su inteligencia, pues sabe que tanto la
abundancia como la escasez son estados interiores que se manifiestan en la
realidad así que ante todo reconoce que toda la abundancia que le rodea es
el resultado de su estado de abundancia interior. “Hay que ser creativo sin
interrupción, en cuanto paras estás perdido: aunque seas frívolo o disperso,
hay que serlo con intensidad, siempre”(S. Pániker)

La Emperatriz nos sugiere vivir el tiempo presente con creatividad, estar en


contacto con cada momento a medida que surge; ser productivos, creer en
nuestra intuición y estar abiertos a todos los mensajes que recibimos. “Un
buen artista deja que su intuición le guíe donde quiera. Un buen científico se
ha liberado de conceptos y mantiene su mente abierta a lo que es” (Lao-Tsé)
EL EMPERADOR – SEGURIDAD EN UNO MISMO

El ser humano, dentro de sus necesidades emocionales básicas, busca su


seguridad. Seguridad en sus afectos, seguridad en su trabajo, seguridad
psíquica. Principalmente el inconveniente aparece cuando, al estar
desequilibrado en alguno de sus aspectos emocionales, empieza a dar pábulo
a sus miedos. El miedo es una emoción que tiene como misión primaria
informarnos de la posibilidad de que nuestros proyectos, las personas que
amamos o nosotros mismos estemos en peligro y podamos sufrir algún daño.
Tenemos miedo a lo desconocido, a lo que escapa de nuestro control; miedo
a lo que nos deparará el futuro, a la soledad, al fracaso, a “los otros”, incluso
miedo a lo que podemos un día descubrir de nosotros mismos. Todo ello nos
lleva a estados de ansiedad, buscamos la seguridad de que todo va a ir bien
y en cierta medida esa congoja en ocasiones hace que pongamos nuestra
vida, nuestro futuro, en manos ajenas. Y es por eso que nos sentimos
inseguros. Esa falta de seguridad en ocasiones aparece cuando no nos
encontramos preparados para afrontar los retos que la vida nos presenta.
Una entrevista de trabajo para el que creemos no estar preparados, un
examen para el que no hemos estudiado lo suficiente, dudas sobre nuestra
pareja…

En el fondo de la cuestión se encuentra el hecho de que la mayoría no se ha


dado cuenta de que en realidad “no hay nada seguro”, que todo es
imprevisible. La realidad es incierta y hemos de acostumbrarnos a ello. El
ser humano pierde el control ante el caos, ante la incertidumbre pero como
afirma Salvador Pániker: “Lo que llamamos desorden es, ante todo, un orden
distinto del que esperábamos. Hay que asumir la pluralidad de los
“órdenes””. Hablábamos en otro capítulo de Lo Uno en la diversidad, y eso es
lo que hemos de tener presente en nuestras vidas. El mundo moderno nos ha
hecho creer que cuanto más racionalismo, más control, y cuanto más control
más seguridad; y como podemos comprobar, el resultado es todo lo
contrario. El progreso crea riesgo y entropía y el ser humano debe ser
capaz de conducirse entre esa amalgama de órdenes contradictorios, de
complejidad ambivalente, sin perder su “centro” pero sabiendo que la
seguridad no es plena. En cierto sentido es la vida misma la que nos
atemoriza, y ese temor es, a su vez, el gran motivador en la búsqueda de la
seguridad. Y lo curioso es que ese temor a la vida existe porque casi todos
vivimos atrapados en estados ilusorios, condicionados por el entorno y así
tomamos por real lo que es irreal. La identificación con la personalidad de
cada uno constituye un freno importantísimo porque en el fondo de sí
mismas las personas intuyen que las cosas son volátiles y esa impresión
produce inseguridad.

El Emperador nos dice que el ser humano es capaz de vivir en y con la


inseguridad del mundo sin verse afectado negativamente por ella. Sus
piernas cruzadas nos dan sensación se seguridad en sí mismo. El Emperador
vive con la comprensión de que nada es permanente, de que no hay seguridad
“ahí fuera”, que la seguridad la crea uno mismo. Se encuentra, El Emperador,
concretando el movimiento, con flexibilidad, en expansión. No evita la vida,
la abraza, la hace suya. Dispone de la voluntad y dominio de sus emociones
suficientes como para sentirse seguro de sí mismo, independientemente de
los demás. En cierto sentido ha llegado donde está porque en el fondo no
necesita a nadie y esa seguridad, paradójicamente, le permite regirse por
valores que incluyen a los otros, a sabiendas que su seguridad es contagiosa.

Lo irónico es que cuando las personas ostentan el poder mundano, y El


Emperador es el máximo representante de ese poder, suelen perder el
poder sobre sus vidas porque tienen que complacer a muchas personas y
cumplir con muchas responsabilidades. Cuando aparece El Emperador ha
llegado la hora de abandonar el mundo protector y afectuoso de la infancia
para afrontar las responsabilidades de la edad adulta, aunque aquí El
Emperador puede perderse en el juego de los roles, tomándose demasiado
en serio. Al representar el papel de adulto pierde toda la espontaneidad y
alegría y puede llegar a mostrarse verdaderamente tiránico. Tiene que
conectar con su niño interior y aunque represente la autoridad no debe
identificarse con ella.
EL PAPA – EL DON DE LA COMUNICACIÓN

El ser humano es un animal social. Partiendo de esta base coincidiremos en


que instintivamente busca modos de expresión intelectual y espiritual para
poder comunicarse con sus semejantes. De nada sirve obtener un gran
conocimiento si éste no puede ponerse en práctica, si no se puede
comunicar. Como veremos más adelante, El Ermitaño puede refugiarse
durante cierto tiempo en su “cueva” para adquirir sabiduría pero, tarde o
temprano, sentirá la necesidad de comunicarla a los demás. En este sentido
EL Papa es un gran comunicador, tiende “puentes” entre las personas, en
ocasiones su sistema puede parece dogmático pero ello es debido a uno de
los grandes inconvenientes de la comunicación: el lenguaje. Nos movemos en
un mundo de definiciones verbales, de palabras que sólo hablan de imágenes
de la realidad, no de la realidad misma. Pero no nos confundamos, ya Hegel
nos dio a entender que aunque nuestros pensamientos puedan parecer un
reflejo de la realidad, también constituyen un movimiento de esa misma
realidad y que por tanto no se encuentran separados de ella. Tampoco
debemos llegar a los extremos del constructivismo radical el cual afirma que
no hay verdades sino sólo conceptos que unos tratan de imponer a otros.
Como en todo, se trataría de encontrar el camino medio, no dejar que
nuestro ego teórico nos nuble la sensibilidad.

Lo primero sería ponerse de acuerdo en la visión del mundo que compartimos


colectivamente, lo que en términos muy generales sería referirse a los
conceptos culturales de la sociedad, y por otro lado cómo manejamos los
fundamentos materiales de esa visión del mundo, concretándose en códigos
sociales. Para que la información, la comunicación, sea fluida, para que pueda
ser interpretada correctamente, debemos colocarla en su contexto dado
que necesitamos códigos y canales para interpretar los símbolos
formalizados que utilizamos para expresarnos. Es cierto que cada vez
estamos más informados, incluso desbordados por demasiada información; y
menos comunicados. Si pensamos en ello podríamos deducir que en ocasiones
el rechazo que sentimos ante esa avalancha de datos se debe a la
jerarquización de la información. Quien informa, quien comunica, se coloca
en un estrato superior; se siente poseedor de la verdad, y entonces el
lenguaje se convierte en un arma, no en un medio; ahí empieza la “necesidad”
de comunicarnos, nos sentimos incomunicados si nuestro interlocutor no
acepta nuestro sistema simbólico, “Llevamos a cuestas nuestro “territorio
simbólico” y lo defendemos con paradójico encarnizamiento. (Paradójico
puesto que es nuestra necesidad de comunicación la que nos incomunica) (S.
Pániker).

Otro de los inconvenientes del lenguaje es que solamente es útil en la


medida en que se utiliza dentro de demarcaciones convencionales. Tenemos
que ponernos de acuerdo en las bases sociales y culturales (ya lo
indicábamos antes) para que las palabras tengan el mismo significado tanto
para quien las dice como para quien las interpreta, sino únicamente veremos
monólogos entrecruzados donde debería haber diálogo. Por eso la persona
evolucionada se encuentra en ocasiones “fuera de onda” cuando intenta
expresar sus vivencias y pensamientos a quien no ha alcanzado su nivel de
conciencia. Su lenguaje, el lenguaje místico, está condenado a parecer
contradictorio o paradójico.

La comunicación en su significado más profundo no es solo comprensión


verbal, la verdadera comunicación se produce al compartir de hecho lo que
se dice, de lo contrario no hay comunicación, por eso es importante hablarle
a cada uno en su propio lenguaje y no solamente predicar aquello que
queremos escuchar. Los consejos que damos a los demás suelen ser consejos
para nosotros mismos. Ello nos lleva a realizar un trabajo arduo consistente
en poner en tela de juicio las afirmaciones que automáticamente aceptamos
como verdades.

El Papa comunica, aconseja, comprende, no se deja influir por el entorno.


Metódico en sus expresiones representa una vía de comunicación entre el
cielo y la tierra. Absuelve de la culpa y trata de encontrarle sentido a la
vida; trata de bucear en su significado.
EL ENAMORADO - EL YO Y LOS OTROS

Nos encontramos ante una de las necesidades básicas de todo ser humano,
el sentirse estimado, querido, amado. Los cuatro primeros Arcanos Mayores:
(El Mago, La Papisa, La Emperatriz y el Emperador) representan al ser
ensimismado consigo mismo; se trata del desarrollo del Yo-Soy y sus
vertientes Yo-Acumulo (conocimiento), Yo-Creo, Yo-Mi seguridad. Con el
Papa se produce ya una apertura al exterior con el Yo-Comunico, pero de
alguna manera al ser la figura del Papa mayor que la de sus acólitos,
representa una comunicación unívoca, en un solo sentido. El Papa no escucha,
declama. En la carta de El ENAMORADO, los tres personajes se encuentran
a la misma altura, ninguno es superior a los otros. En cierta medida se
produce el descubrimiento del “otro” como espejo. Con el Arcano VI se
produce la diferenciación, si se presenta de forma positiva, o la disociación,
si ocurre de manera negativa; por eso también EL Enamorado es la carta de
la duda, de la elección entre dos opuestos. Al diferenciar lo que es de lo que
no es, la persona no sólo tiene necesidad de amarse a sí misma, sino de amar
y de que la amen los demás, o al menos quienes ella cree que deben
profesarle amor.

La necesidad de amar se encuentra enraizada firmemente en la psique


humana. Una vida sin amor es una vida vacía. Las relaciones sociales frías y
desprovistas de cariño y afecto sólo suponen muletas emocionales aparentes
pues el vacío interior que significa el no poder dar ni recibir amor acaba por
subir a la superficie de la conciencia y provoca estados negativos tanto
emocionales como físicos. El cariño llena de sentido nuestra vida y
contribuye decisivamente a nuestro equilibrio interior. Las personalidades
histéricas y psicopáticas tienen su origen en esa falta de interés por los
sentimientos de los demás. De hecho las relaciones íntimas, de amistad y de
amor, consisten en un dar y recibir, es como si estuviésemos en/con el otro;
en el límite, las relaciones más íntimas sugieren una conexión más allá del
cuerpo y la mente. Evidentemente debemos hablar de conflictos y
problemas que aparecen cuando el anhelo se convierte en necesidad. En
primer lugar hay que tener en cuenta que la mayor parte de la gente
confunde amor con expectativas; nos imaginamos, proyectamos en el otro
nuestras ilusiones, nuestros sueños; esperamos que el amor nos
proporcionará la solución a nuestros problemas, que nos hará más seguros y
cuando, finalmente, vemos que no es así, sufrimos, nos deprimimos. La
relación entra en conflicto, el vínculo de unión se tambalea y de proyectar
nuestras ilusiones pasamos a proyectar nuestros miedos e inseguridades, y
es que por norma general por un lado queremos que el otro sea como
nosotros y por otro lado nos molesta de él/ella lo que en realidad no
admitimos de nosotros mismos. Proyecciones y más proyecciones. Se trata
de la sombra junguiana que se hace visible cuando se refleja en la otra
persona. Y cuando al cabo del tiempo de rota la relación aparece la culpa y el
remordimiento, si nos observamos bien nos daremos cuenta que se trata de
formas de amor y gratitud no comunicados. La gente no siente pena porque
alguien ya no está, sino porque cuando tuvo la oportunidad de hacerlo no le
expresó su amor.

Otro inconveniente es el que se produce cuando damos amor con vistas a


recibir amor. Lógicamente todo el mundo espera ser correspondido pero el
verdadero amor es el que se da sin esperar nada a cambio. Sólo desde la
propia seguridad, desde la autoestima podemos dar amor. Lo decíamos ya
con El Emperador, lo repetimos ahora: no necesitar a nadie para ser feliz es
la mejor garantía de poder ofrecer nuestro afecto sin que las condiciones
exteriores dicten las condiciones íntimas de nuestras vidas.

El Enamorado nos apremia a seguir la voz del corazón pues si actuamos con
amor tomaremos la decisión correcta y aún en el caso de que nos
equivoquemos, algo aprenderemos. Este amor también nos permitirá dialogar
con nuestros Yos internos de una forma desafectada, comprendiéndolos y
aceptándolos pero dejando que la elección se tome a través nuestro y dejar
el Yo para pasar al Nosotros; así nos damos cuenta que el AMOR es
reconocernos en el otro.

Al representar el Arcano VI al amor, hemos de darnos cuenta que con el


amor nacimos, es el hecho existencial esencial. De hecho es nuestro
propósito en la tierra y es tan difícil de percibir en su más profunda
acepción, que los sentidos no pueden hacerlo. Se le percibe a través de la
visión del 3º Ojo, lo que sería el Espíritu Santo para los místicos cristianos o
El Yo Superior para los espiritualistas. El amor es pura energía y El
Enamorado representa la mente crística desde la perspectiva del amor
incondicional. Por ello, ante la duda, hemos de ver el amor como único
objetivo y en cualquier situación debe ser apreciado como único valor real ya
que la duda es lo que debilita la conexión con el amor, entonces aparece el
miedo y el amor comienza a morir.

A este arcano se le relaciona también con el libre albedrío y la capacidad de


poder elegir. En términos muy sencillos, aunque no fáciles de aplicar, la única
elección que debemos tomar es o bien dejar que la Fuente Divina, Conciencia
o Ser Superior, tome las decisiones a través de nosotros, o bien dejar que
sean nuestros conceptos, creencias, memorias y pensamientos las que tomen
las decisiones. Paradójicamente se sabe que el inconsciente es quien toma
las decisiones, antes de que la mente consciente crea que ella es quien lo
hace. Así en el momento en que aparece El Enamorado, la lección a aprender
consiste en elegir sin dudar aquello que amemos. Fácil.
EL CARRO – INICIATIVA Y DETERMINACION

Llegamos al final del primer Septenario con la figura de El Carro. Sinónimo


de éxito y dinamismo, también representa la necesidad de notoriedad, de
victoria. El afán de poder se encuentra aquí encarnado. El Carro se siente
líder, con capacidad de mando. Igual que El Emperador, El Carro es un “jefe
nato”, pero si el primero lo es gracias a su fuerza interna, a su integridad y
a sus dotes de mando, El Carro lidera apoyado en su audacia y ambición. Es
un ganador nato, necesita ardientemente la admiración de los demás. Subido
en su pedestal, ejecuta marchas épicas porque necesita ser jaleado por la
multitud. Aquí también, como en el Arcano de El Loco, vemos la animalidad
espiritualizada, el ego domado; pero en esta ocasión no empujan sino que
tiran del carro, la acción espiritual se materializa. El animus y el anima (los
dos caballos, representando uno la parte masculina y el otro la parte
femenina) se unen en un frente común para llevar al auriga a su destino.

En un sentido más concreto existe siempre la necesidad, para el ser humano,


de ver recompensados sus esfuerzos. Queremos que se reconozca nuestro
trabajo, nuestras buenas acciones, nuestra magnanimidad; incluso deseamos
reconocimiento cuando realizamos algún acto heroico. El objetivo, cuando
esta necesidad se torna patológica, no reside en los actos sino en la
recompensa. Sentirse admirado, reconocido en nuestra individualidad. El
hombre puede si quiere bien que una de las metas consiste en recibir
halagos, eso nos hace sentirnos bien y hay quien no escatima esfuerzos para
conseguir la admiración de sus semejantes. Curiosamente esta necesidad de
sentirse reconocido se establece generalmente desde el ámbito profesional,
y no únicamente de forma individual, sino como integrantes de un “gremio”.
El reconocimiento social de prácticamente todos los colectivos habidos y
por haber es un anhelo común. Todos nos sentimos colectivamente
ignorados, los médicos, los profesores, los universitarios, las amas de casa,
los políticos, los ingenieros, etc…. Cabría preguntarse cual es la raíz, el
fondo de esta necesidad grupal de reconocimiento. Como seres gregarios
que somos bien es cierto que nos sentimos protegidos cuando pertenecemos
a algún grupo social y que incluso dejamos que se diluya nuestra identidad
para favorecer la identidad de grupo. Y ahí comienza el sectarismo,
inconsciente en ocasiones, pero que trata de deslegitimar a los otros
grupos, creando incluso su propio lenguaje, sus marcos de referencia y lo
peor es que tratamos de imponerlos a los demás y finalmente exigimos que
reconozcan nuestro status (el status que nos hemos creado artificialmente).
Paradójicamente somos más proclives a disolvernos en un colectivo que a
hacerlo en el Océano Primordial, parece que es más sencillo obtener
reconocimiento, status y poder si estamos apoyados por quienes tienen algo
en común con nuestra actividad o gustos que hacerlo de forma individual,
blandiendo los poderes propios de cada cual.

Este arcano invita a apreciar el hecho de que cuando nos encontramos


conectados con nuestro Yo Superior, todo sucede de forma armoniosa, casi
sin esfuerzo. De hecho El Carro del Tarot de Marsella se encuentra anclado
firmemente en la tierra, siguiendo su movimiento y eso nos lleva a deshacer
el mito de que se necesita mucho trabajo y sufrimiento para alcanzar
nuestros objetivos. Cuando se sabe exactamente lo que se quiere y eso está
en consonancia con el Plan Divino, lo que hace el auriga del carro es dejar
que el Universo materialice sus deseos; por supuesto que él hace siempre lo
máximo que puede, pero siempre en la dirección correcta; no dispersa sus
energías, une espíritu y materia. El príncipe del carruaje sigue la máxima de
Confucio que dice:
“Me lo contaron y lo olvidé;
lo ví y lo entendí;
lo hice y lo aprendí.”

El auriga de El Carro viaja solo, sin compañía; cree en sus posibilidades y por
ello se permite el lujo de reclamar el poder y reconocimiento que le
pertenece, en función de los éxitos que logra. Lleva consigo el influjo de las
estrellas que lucen en su palio.
LA JUSTICIA – AQUÍ Y AHORA

La Justicia es la primera carta del Septenario que nos ofrece las


posibilidades de equilibrar nuestra vida a través de la aplicación de la
justicia tanto a nosotros mismos como a los demás. Pero ¿Qué se supone que
es la justicia?. Si tenemos que hacer caso al Loco del Tarot, llegaremos a la
conclusión de que se trata de una ilusión más pues la justicia no existe. Bien
mirado, posiblemente la justicia tenga que ver con la ética, que no con la
moral, siendo una virtud que tiende a dar a cada uno lo que le corresponde.
De hecho la escolástica medieval situó la justicia entra las virtudes
cardinales y no cabe duda de que con el paso de los siglos la verdadera
esencia de la justicia se ha ido desvaneciendo. Se pide “justicia” en
ocasiones cuando se piensa más en la “venganza”, se equipara justicia a ley,
cuando son los poderosos quienes se arrogan su definición. Imparte
“justicia” quien ha estudiado a fondo las leyes humanas. El Derecho ha
sustituido a la verdadera justicia pues la presenta con una venda en los ojos
cuando simplemente con mirar la carta VIII del Tarot vemos en toda su
plenitud lo que significa. La espada simboliza que debemos sacrificar
pretensiones e ilusiones de todo tipo, nos ayuda a separar la fantasía de la
realidad. Representa el discernimiento puro. Nos está diciendo claramente
que hay un momento en la vida en que el ser humano debe tomar las riendas
de su vida y hacerse responsable de sus carencias y limitaciones. “Debemos
asumir la total responsabilidad de cualquier conocimiento sobre el bien o el
mal que hayamos adquirido” (S. Nichols).

La Justicia nos mira directamente a los ojos, no lo hace ni al pasado ni al


futuro sino al presente en el que estamos inmersos. Son las acciones del día
a día las que cuentan, llevadas con rigor, con lealtad a uno mismo, siendo
conscientes en todo momento de lo que hacemos. El simbolismo de La
Justicia alude a la unión armoniosa de los opuestos. No se trata de alcanzar
la perfección tal y como se entiende habitualmente pues ese tipo de
perfección puede llevarnos a la rigidez, sino de armonizar nuestra vida a
través de un equilibrio asimétrico tal y como podemos comprobar en las
manifestaciones del arte sagrado y en la propia carta donde la balanza no se
encuentra totalmente en el plano horizontal, la espada está ligeramente
ladeada, las columnas no son de la misma altura y el collar aparece más largo
por un lado que por el otro. También, el Arcano de La Justicia parece que
fue diseñado por quien tenía ya muy claro el concepto de Inteligencia
Emocional, pues el control de nuestras emociones resulta básico para actuar
en el aquí y ahora con total independencia pasional. Curioso.

La Justicia nos remite al estar atentos del zen, a desprendernos de los


deseos para romper las ataduras entre nuestros actos y sus consecuencias
pues el karma (*) (al que la carta de La Justicia está relacionada) existe
para enseñarnos, no para castigarnos. El aquí y ahora del budismo es el
mismo del que nos habla La Justicia, pues es en el presente en donde el
hombre puede influir sobre la cadena del Karma y, finalmente interrumpirla.
Podríamos decir que la Justicia es sinónimo de equidad, nos permite
liberarnos de todo lo que nos crea sufrimiento y dolor, también nos libera
del sentimiento de culpabilidad que ha calado tanto debido a nuestra
educación religiosa (una de las bazas de las religiones consiste en mantener
a los fieles en el temor y la culpa) y, lo más importante, La Justicia nos
otorga el poder de perdonarnos a nosotros mismos y a los demás, y a lograr
la estabilidad lo que conduce al descubrimiento de quiénes somos al
liberarnos de la ignorancia pues “ignorante” es aquel que se cree “inocente”
y “sólo la ignorancia se imagina que está libre de culpa”. (S. Nichols).

No deja de ser por ello lógico que la carta de La Justicia se sitúe en el


sendero que va del Rigor a la Misericordia en el Árbol de la Vida cabalístico
(aunque también encontraremos en muchos estudios a La Fuerza, la otra
cara de La Justicia). Ese equilibrio supone una de las cualidades
primordiales del alma, al igual que la moral es una función del alma, no es
nada impuesto desde el exterior.

La Justicia actúa para preservar la unidad del Todo más que para castigar al
individuo, por eso mismo no podemos permanecer indiferentes al significado
de nuestras acciones aunque podamos intentarlo. La Justicia nos aconseja
contrapesar cada pensamiento, cada palabra y cada acción con exactamente
lo opuesto. Representa el juicio de la conciencia profunda.
EL ERMITAÑO – UNA LUZ EN LA OSCURIDAD

Por Sabiduría entendemos, desde la óptica del Ermitaño, una conducta


prudente de la vida. Y la prudencia es una virtud que consiste en discernir y
distinguir lo que es bueno o malo y obrar en consecuencia. Implica la
acumulación y maduración de conocimientos de una forma crítica y
meditada; también comporta el desarrollo de una gran capacidad de análisis
y de valoración de la realidad para conseguir una visión humilde de la propia
existencia y la de los demás.

Pocas cosas hay mejores para alcanzar cierto grado de sabiduría que la
propia experiencia, el haber aprehendido de forma personal la realidad. En
cierta medida El Ermitaño se ha convertido en su propia experiencia, no
hace distingos entre lo vivido y el sujeto que lo ha vivido. Como parte activa
de la experiencia se sabe uno con ella, no la experimenta “desde fuera”
como algo que le está pasando sino como un todo donde el observador y lo
observado, el sujeto de la acción y la acción misma se funden en una misma
cosa. Y ello le da la sabiduría necesaria para volver al mundo e iluminar a
quien lo desee con sus conocimientos. Pero el farol de la experiencia sólo
ilumina a aquel que la tiene (la experiencia) y El Ermitaño únicamente puede
señalar el camino a quien desee recorrerlo personalmente. Su luz ilumina el
recorrido, pero ese camino debe andarlo solo quien desee ir más allá de la
ilusión. Cualquier cambio evolutivo, cualquier avance en los niveles de
conciencia se realiza sumido en una crisis. Crisis que significa cambio,
mutación; un descenso hasta el mismo centro de la conciencia, en soledad
hasta alcanzar el vacío, la vacuidad, que puede ser terrible pues en ese
estado no hay asideros a los cuales aferrarse. Sin muletas existenciales y
acostumbrados durante tanto tiempo a ellas quizás nos fallen nuestras
fuerzas si no serenamos la mente y comprendemos que el vacío no es la
Nada sino, al contrario, el Todo en su plenitud.
El Ermitaño ha comprendido que lo que percibimos en su mayor parte no son
datos empíricos sino conceptos, datos mentales y que la única manera de
sentirse dueño de todo es no ambicionar nada, no tener nada. Incluso
podemos ver que El Ermitaño va más allá pues de forma totalmente
consciente no utiliza las palabras, deja de lado el lenguaje para transmitir
su conocimiento. En este contexto, El Ermitaño es la otra cara de El Papa. Si
éste representa el dogma, aquel supone la libertad, si el Sumo Pontícipe es
un puente entre el conocimiento superior y sus acólitos, El Ermitaño viaja
solo, no desea seguidores, trabaja a campo abierto mientras que el Papa lo
hace sentado dentro de un templo, podríamos aseverar entonces que el
templo del Ermitaño es el mundo. El Ermitaño desdeña la Tiara solemne del
Papa, un gorro es toda su protección y además lo lleva a la espalda, dejando
su cabeza al descubierto pues todo aquel que necesite un maestro podrá
contar con su ayuda. También prefiere el bastón al báculo, un bastón
firmemente apoyado en la tierra dado que representa, el arcano VIIII, el
misticismo y la espiritualidad en la vida cotidiana.

Despojado de dogmas da la sensación de caminar hacia atrás a sabiendas de


que los ciclos de la vida se repiten inexorablemente y utiliza su lámpara para
iluminar su propia oscuridad. Su sabiduría no proviene de la gnosis (*) sino
de vivir la vida misma. El presente no se puede explicar, se ha de vivir, y a
ello nos remite El Ermitaño, ese Ermitaño que todos llevamos dentro y del
que en alguna ocasión, tal vez en sueños, hemos intuido la luz de su lámpara,
débil, lejana quizás porque se encuentra en lo más profundo de nuestro ser
pero eterna pues quien le da energía es el espíritu mismo. Si le queremos
dar un sentido más esotérico podríamos decir que la lámpara somos nosotros
mismos y la luz de su interior es nuestro espíritu que nos ilumina y guía para
encontrar el equilibrio y darnos cuenta que en realidad sólo sabemos que no
sabemos nada.

En última instancia el Ermitaño señala que la reflexión fenomenológica


consiste en dejar provisionalmente de lado nuestras creencias conceptuales
habituales para centrarnos de una forma más directa y relajada en nuestra
experiencia. Se trata de intentar encontrar nuevos significados, nuevas
comprensiones y nuevas direcciones. Al estar emparentado con El Papa
también nos remite a la comunicación, y su capa símbolo de invisibilidad nos
previene de que cuando nos sentimos invisibles con una persona, es como si
estuviésemos en realidades diferentes.

En suma, El Ermitaño señala la experiencia dotada de alma, de Conciencia,


con todo lo que ello implica. Ilumina la Verdad (mira a la Justicia) que no es
más que el sometimiento a las Leyes Universales, a la Naturaleza, a un
destino abierto a todas las posibilidades. En lo más profundo de su ser El
Ermitaño, ilumine donde ilumine su candil, solo ve belleza. Ahí reside su
sabiduría.
LA RUEDA DE LA FORTUNA – TODO ES TEMPORAL

Si tuviéramos que definir con una sola palabra la enseñanza esencial de este
Arcano sería: Impasibilidad. Básicamente lo que nos está diciendo la esfinge
situada en lo alto de la rueda es que debemos dominar nuestra vida, no
dejarnos influenciar por las circunstancias externas. Yendo un poco más
allá, también nos está indicando que debemos conducirnos de forma amoral,
lo que nada tiene que ver con inmoral. Lo que la carta, la esfinge helénica,
nos indica es que precisamente la moral, tomada como dogma, es la que nos
ata a los radios de la rueda de la vida; esas pautas de conducta impuestas
por nuestro entorno socio-cultural a menudo son trabas en nuestro camino
de búsqueda espiritual. Cabe, pues, conducirse con la propia ética,
conscientes de las paradojas de la vida; entendiéndola como un sistema en
transformación constante y que incluye la simultaneidad de los opuestos,
incluso de fuerzas que en apariencia son irreconciliables, como la vida y la
muerte.

Vemos, en La Rueda de Fortuna, un gran número de opuestos:


movimiento/estabilidad, trascendencia/ intrascendencia,
integración/desintegración, generación/degeneración, lo temporal y lo
eterno. Fijándonos en cómo gira la rueda veremos como estos opuestos
trabajan juntos, cómo el movimiento exterior, el vaivén de las
circunstancias, no sería posible sin la estabilidad que le da el centro fijo de
la rueda el cual representa la Inmutabilidad, lo Eterno, mientras que el
exterior representa lo efímero, lo específico, lo objetivo. ¿Representa tal
vez la Rueda de la Fortuna el Samsara del que nos hablan los orientales?.
Generalmente “Samsara” es considerado como lo opuesto a “Nirvana”.
Representa el estado de no-iluminación en el cual nos encontramos, la
existencia mundana; se considera una rueda interminable de nacimientos y
muertes, y también como el estado ilusorio y de auto-engaño que nos tiene
sumergidos en una ignorancia sobre la realidad de las cosas. En último
término, cuando se alcanza la iluminación, entenderemos que Nirvana y
Samsara son lo mismo. Igualmente, el Arcano X del Tarot nos remite a los
ciclos de la vida, a que todo se repite en un constante devenir y que si no
estamos preparados podemos ir repitiendo innumerables inicios sin poder
salirnos de sus efectos y causas. Las tres figuras que se encuentran unidas
a la rueda nos comunican, a su vez, que es recomendable aplicar el dicho:
Ver, Oir y callar, en suma, el mostrarse impasible ante las vicisitudes de la
vida, ver los problemas desde cierta distancia, relativizándolos y
percibiéndolos en su justa medida; y controlar nuestros deseos, dejar de
comportarse como peregrinos de ilusiones, como pescadores de sueños,
porque, ¿Qué es más importante, satisfacer mil deseos o conquistar uno
solo?. Satisfacer sólo podemos hacerlo con aquellos deseos perecederos y
que, invariablemente, nos llevarán a buscar otros, también efímeros.
Conquistar únicamente podemos hacerlo si nos salimos de la rueda de
lamentaciones y tomamos las riendas de nuestra vida, porque de lo que se
trata es de conquistarnos (figuradamente) a nosotros mismos.

Como además nos indican los Arcanos del Tarot en su “viaje”, la Rueda de la
Fortuna hace mención, una vez más, a ir desde el exterior de las cosas a su
centro; a la quietud y paz de espíritu que da el saberse parte de un Todo
indisoluble, holístico, que trasciende la propia identidad individual, actuando
en un tiempo sin pasado, presente ni futuro; así el movimiento de la Rueda
es un continuum impermanente, un disolverse en una esfera cuyo centro
está en todas partes y su circunferencia en ninguna.

La Rueda nos introduce además en algo que nos trae de cabeza desde
tiempo inmemorial, y es el tema del Destino. En muchas culturas se habla
incluso de la Rueda del Destino, la Cábala tiene su Hado, una fuerza oculta
que dirige el rumbo de los acontecimientos que nos suceden en la vida. En
realidad todo viene relacionado con el Karma, la Ley de Causa-Efecto la cual
generalmente se asocia con el arcano de La Justicia, bien que La Rueda
también nos documenta el funcionamiento de dicha Ley; al fin y al cabo en el
Tarot de Marsella la esfinge que preside esta carta porta una espada y nos
mira fijamente al igual que La Justicia. El Tarot entonces ¿también hace
referencia al Destino?, incluso podríamos ir más allá teorizando sobre la
posibilidad de que La Rueda nos hable también de la Rueda de
reencarnaciones.

El Karma es una ley que nos enseña que toda acción crea una reacción,
produciendo un efecto positivo o negativo según sea el tipo de acción
realizada; pero acción no significa únicamente actos sino también
pensamientos, sentimientos, palabras, movimientos energéticos, ideas
espirituales, etc… entendiendo entonces que esta ley se aplica para enseñar
al espíritu en evolución y para regular los estados de conciencia de los seres
en relación directa con la utilización del libre albedrío, esto es, de la
facultad que tiene toda persona para decidir mediante su voluntad sobre el
camino a seguir en su vida, o lo que es lo mismo, a decidir libremente sobre
su destino. Sin embargo existe una concepción negativa del Karma desde la
cual se percibe al ser humano como perseguido y atormentado por las
sombras del pasado así como por la concepción equivocada del Karma, que lo
limita y le hace prisionero de su propio sufrimiento. Cree que hay un destino
predefinido del que no puede sustraerse, el destino se percibe como una
fuerza oculta que rige nuestra vida, donde unos nacen para ser felices y
otros para sufrir, apareciendo así como afortunados o víctimas.

La Rueda nos muestra dos seres girando interminablemente sujetos a su


destino, que no es más que la rueda de sus causas y efectos. Visto de esta
manera el destino pasa a ser comprendido como un conjunto de elecciones
hechas a partir de la propia persona, y el Karma como una capacidad que
hace que las acciones negativas vuelvan una y otra vez hasta ser
transformadas. Así cuando entendemos los motivos por los que gira la Rueda
se convierte en una herramienta de evolución, de realización puesto que el
retorno, como efecto, de causas pasadas se ve como algo positivo e
indicativo de un foco de acción que permite su transformación a través de
nuestras acciones positivas. Así pues como indica La Rueda, el Destino
siempre está en movimiento y son las acciones que realizamos quienes
conforman la dirección de ese destino. Cuando La Rueda aparece junto al
Colgado podríamos entender que estamos siguiendo un destino familiar,
genealógico mientras que si aparece junto a La Luna no sería extraño pensar
que nos encontramos ante un destino vinculado a vidas pasadas.
LA FUERZA – PODEROSA DULZURA

El Arcano XI del Tarot nos muestra un ser humano y un animal, una mujer y
un león; la sutileza femenina (la dama) controlando las pulsiones internas (la
bestia), ¿ o es el espíritu controlando al cuerpo a través de la mente?. Lo
cierto es que la carta tiene por nombre La Fuerza y si nos fijamos bien no
podemos afirmar taxativamente si la mujer está cerrando o abriendo las
fauces del león. Hay quien dice que la dama hace esto último para enseñarle
al león la magia del hablar humano, es como si el intelecto se dispusiese a
verbalizar las ideas y pensamientos. Bien mirado los sueños, las metas, no
toman fuerza hasta que se expresan mediante la voz. La palabra dicha
materializa lo pensado; cuántas veces no se ha afirmado que la “palabra de
honor” tiene más “fuerza” que un papel firmado ¡¡. En todo caso estamos
ante un Arcano, el primero de la segunda serie decimal del Tarot, que se
corresponde con una toma de conciencia; aunque emparentada con el Mago,
La Fuerza está segura de lo que tiene que hacer, nos está señalando que
nuestras ideas y pensamientos deben casar con lo que pregonamos y, en
última instancia, con nuestras acciones. Nos habla de lucidez, de
congruencia, de un equilibrio basado en el amor (los 3 seises) porque aunque
la mujer aparezca dominando al león, lo cierto es que comparte su esencia.

La Fuerza nos indica también que debemos aceptar nuestra condición animal
para poder optar a una vida plena, que no tenemos por qué vivir
atemorizados por nuestros instintos suprimidos o reprimidos, es más, desde
una óptica instintiva el león desea ser redimido, aceptado tal y como es
porque forma parte de nuestro YO, es la parte amoral de nuestra psique, la
que no sigue dogmas ni consignas y en muchas ocasiones al restringir esa
faceta humana caemos prisioneros de mandamientos religiosos, políticos y
culturales. Y en este contexto también nos habla de la energía sexual, la
energía creativa por excelencia, que bien conducida produce beneficios
increíbles tanto a nivel físico como emocional. Es el despertar de la
Kundalini (la cabeza del león “sale” del sexo de la mujer). A nivel iniciático
diversas escuelas postulan que a través del sexo se puede alcanzar la
Iluminación.

Volviendo a los paralelismos entre La Fuerza y el Mago, ambos


representando el Grado I de los Arcanos del Tarot, vemos como sus
actitudes coinciden en el hecho de que ninguno de los dos mira lo que está
haciendo. El Mago, con toda suerte de objetos sobre la mesa, prefiere mirar
al pasado, a su parte receptiva; la mujer de La Fuerza, aunque su acción se
centra en la parte animal de la carta, dirige su mirada más allá; tal vez hacia
el “bolsillo” situado en la cadera del Arcano XIII que es donde guarda el
secreto de la inmortalidad y que, curiosamente, también mira Templanza;
dos mujeres mirando al más allá.

Otra característica de esta carta es que representa la fuerza de voluntad,


el autodominio necesario para obtener un equilibrio anímico basado en la
comprensión de la ambivalencia de la vida, de la aceptación y la integración
de nuestro raciocinio y nuestras pulsiones, de la luz y la sombra; tal vez
sería interesante mencionar que en India las deidades son tanto “amables”
como “terribles”; no puede existir el bien sin el mal, son dos caras de la
misma moneda; sabiendo esto resultará más fácil aceptarse uno mismo y
tratar de vivir sin miedos, aplacando los instintos cuando sea necesario, y
dejándolos libres en las situaciones que lo requieran; sin dogmas, sin
sentimientos de culpa, intuyendo que de hecho la Unidad debe manifestarse
en la Dualidad. Según cómo, unas veces abriremos las fauces del león y en
otras las cerraremos, con amabilidad, con amor, con dulzura; sabiéndonos
libres y dueños de un poder que nos llega más allá de nuestra materia, de
nuestro cuerpo; es el poder que emana del espíritu.

Este poder personal es nuestro poder sobre los sentimientos y sobre


nuestro destino. Es la fuente psíquica de nuestras energías físicas y
emocionales. El poder personal consiste en hacer. Consiste en comprender
que nuestra vida nos pertenece a nosotros y solo a nosotros y luego hacer
algo al respecto. Para ello, y por ello, hay que responsabilizarse y actuar. Es
la energía activa.
EL COLGADO – ACEPTACIÓN Y RENUNCIA

Misteriosa carta la del Colgado. La primera impresión es que se trata de


alguien que se encuentra en serios problemas y desde luego la
interpretación que se suele hacer de ella es generalmente negativa. Ahora
bien, desde el punto de vista psicológico se trata de un Arcano que se
encuentra en perfecto equilibrio. Su punto de apoyo se halla en la parte
superior, por lo tanto su propio peso le obliga, tras un balanceo más o menos
prolongado, a quedarse inmóvil en su punto más bajo, o sea, a equilibrar
perfectamente su cuerpo y, cómo veremos, su mente y su espíritu. No es
descabellado pensar que el verdadero místico del Tarot es El Colgado. De
manera voluntaria ha decidido renunciar, realizar un paro, un aparte en su
vida y ponerse a reflexionar y a poner en duda sus principios y creencias.
Alguien así debe de poseer mucha fuerza de voluntad ya que no resulta fácil
detenerse por propia iniciativa para meditar sobre uno mismo y el mundo
que le rodea. Es más, aparte de poner su parte racional en suspensión, hunde
su cabeza, su mente, en la naturaleza, en el inconsciente para desapegarse
de las ilusiones; echa raíces para poder luego crecer hacia el cielo; es como
si hubiese decidido rebuscar en lo más hondo de su psique para encontrarse
a sí mismo. Una de las interpretaciones más comunes de este Arcano
(relacionada con los castigos que se imponían en la Edad Media) es la de
“traidor”, y efectivamente podemos decir que todo aquel cuya conciencia
individual se encuentre en oposición al punto de vista de la mayoría, aparece
traicionando las costumbres de la sociedad, y es que en la posición en la que
se encuentra el personaje de esta carta vemos que solamente en las
profundidades es donde puede encontrar su inspiración. Se trata de una
posición sacrificada de forma voluntaria intuyendo que “Sacrificio” significa
Hacer Sagrado, y es que: “sacrificar las imágenes egocéntricas es hacer
nuestra vida sana y santa”(S. Nichols). El Colgado manifiesta que hemos de
estar dispuestos a dar mayor valor a nuestro mundo interior que a las
condiciones externas y que aceptando su destino se libera de él pues al
haberlo escogido premeditadamente, lo trasciende. De alguna manera el
personaje sintoniza con lo real, es decir, mantiene su mente en contacto con
lo verdadero a través de lo bueno y lo bello. Siguiendo por esta senda
podríamos interpretar también que El Colgado ya no vive en la ilusión de los
“mapas de situación” sino que vive realmente en la realidad; por lo general la
mayor parte de la gente considera que la verdad constituye una especie de
“mapa” que se corresponde con algún tipo de territorio real, sin embargo
nuestro personaje sabe perfectamente que la vida, la verdad, la esencia, no
es representacional sino que existe por sí misma y por ello no se deja
embaucar en el mundo ilusionante de los significantes; ha comprendido, por
ejemplo, que la palabra “agua” por sí sola no calma la sed y que es el acto de
beber el que lo hace. Vive a un nivel de profundidad mayor obteniendo con
ello mayores espacios y cosas que compartir y los que viven a niveles menos
profundos se sienten confusos cuando tratan con personas cuya capacidad
de comprensión es mucho mayor.

El Colgado nos remite a la atención plena, a la renuncia a cualquier logro u


objetivo; él está atento al flujo de la conciencia sin preocuparse de los
contenidos de la experiencia, así no queda atrapado en los sentimientos,
pensamientos y estados mentales. Se produce entonces un proceso de
desidentificación, ahí se advierte una actitud de permanecer como
espectador que contempla todas las experiencias.

La figura del Colgado nos invita a aceptar el sufrimiento para favorecer la


integridad. Lo único que está haciendo el Colgado es darle algo de espacio y
utilizarlo para realizar nuevas elecciones cuando llegue el momento; para
ello tenemos que poder permanecer sintonizados con nuestro lado
vulnerable. Dedicar tiempo a esa parte vulnerable de nosotros mismos, esa
parte que incluye nuestra sensación de impotencia, significa que entraremos
en contacto con todos los aspectos de nosotros mismos y que necesitamos
trabajar desde lo más profundo de nuestro ser para definir la visión de
nuestra intención central. Si no estamos en contacto con nuestro lado
vulnerable éste se hará con el control, sin embargo si permanecemos en
contacto con él seremos nosotros quienes tomemos el mando entablando un
diálogo con él y redefiniendo así nuestra realidad.

El Colgado está meditando (otra referencia más que el Tarot nos hace de las
filosofías orientales), su postura se asemeja al asana (postura de yoga)
VRKSASANA o postura del árbol, con ello nos parece indicar que el camino
de la meditación, el vaciar la mente, es un camino válido para conocerse a sí
mismo, para relativizar los problemas y percibir la vida desde otro punto de
vista, más profundo, más cercano a la esencia. Ha renunciado volitivamente a
intentar cambiar el mundo pues sólo cambiando él es cuando el mundo
empieza a modificarse. Cuando el puzzle del hombre se resuelve, el mundo
adquiere su dimensión perfecta así que lo primero es resolver los enigmas
emocionales propios algo que El Colgado empieza a efectuar, pero no
empleando su energía sino que se sirve de las fuerzas telúricas y de la
naturaleza. Se deja llevar por las aguas de la vida, conocedor de que nadie
puede bañarse dos veces en el mismo río y que el ser humano siempre es el
mismo, pero no lo mismo. El Colgado es sabio, y su sabiduría proviene de lo
más profundo, de lo Eterno.
ARCANO XIII – TRANSFORMACIÓN EN VIDA

Habitualmente el Arcano XIII, o Arcano Sin Nombre, viene definido en la


mayoría de mazos del Tarot como La Muerte, y su interpretación así queda
visiblemente acotada por los miedos a los que su significado mundano hace
referencia. Cierto que el personaje central de la carta es un esqueleto, con
todas las atribuciones populares que se le han dado; la muerte ronda cerca y
no tiene preferencias; pero habría que convenir que esa muerte no es más
que la representación de la muerte del ego, es más, ni siquiera eso porque en
el fondo no se trata de matar el ego, sino de domarlo, cosa que ya nos
enseñaba La Fuerza. Si la muerte realmente existiese, la carta sería la
última del mazo y, como podemos comprobar, se encuentra situada un poco
más allá de la mitad de los 22 Arcanos Mayores. Por lo tanto lo que
realmente nos está insinuando el Arcano XIII es que algo en nosotros debe
morir, debe ser dejado, olvidado, si deseamos continuar nuestro proceso de
individuación. Esta carta nos habla de cambios, y concretamente de nuestro
miedo a los cambios.

El ser humano, como animal de costumbres que es se resiste a los cambios


en su vida cotidiana, incluso a aquellos que han sido planeados por él mismo.
Y es que vivimos apegados a las cosas, a la gente, a los animales, a lo que
creemos que somos y se nos hace difícil cambiar los modelos de
comportamiento y de relación. Al encontrarnos separados de la naturaleza,
hemos olvidado que la muerte es un proceso natural y que la dicotomía vida-
muerte es un concepto contrario a los hechos y a la vida. Sólo aceptando la
muerte como parte de la vida podemos convertirnos en seres realmente
vivos. En sí misma, la muerte del cuerpo sólo significa un problema para
quien se encuentra identificado exclusivamente con su cuerpo; cuando nos
creemos un “yo” metido dentro de una bolsa de carne, cuando dualizamos es
cuando aparece el miedo consciente a la muerte, pero si nos damos cuenta
que nuestro ser esencial es eterno, entonces desaparece el temor porque,
en el fondo, la existencia no tiene principio ni fin; de hecho lo que llamamos
vida (terrenal) no es más que un corto periodo de la existencia. En
definitiva, cuando alguien afirma que tiene miedo a la muerte, y podemos
asegurar que la mayor parte de la gente así se expresa, en realidad lo que
intentan decir pero no saben cómo, es que tiene miedo a perder su
identidad. “Si nos convenciéramos de que no hay nada más allá, ¿por qué
preocuparse entonces, o cuánto hay de incertidumbre en la angustia ante la
muerte?. Está claro que los ateos tienen menos angustia que los creyentes,
pero hay que superar las disyuntivas, creer o no creer en el más allá. Hay
que creer en el aquí y el ahora” (S. Pániker)

Por otra parte nuestra visión de la muerte viene enraizada dentro de


nuestro concepto de “tiempo”, de los significados que les damos a pasado,
presente y futuro. Al rechazar la muerte, lo que el hombre
inconscientemente hace es “negarse a vivir sin futuro”(K. Wilber); es esa
sensación de tiempo, y de no poder lograr lo que deseamos en tan corto
espacio de tiempo, lo que nos deprime; vivimos siempre esperando algo que
está un poco más allá del presente; y lo peor es que aunque queremos
cambiar aspectos de nuestra vida, no somos capaces de deshacernos de lo
que nos lastra, de aquellas cosas que no nos dejan avanzar. Tememos hacer
borrón y cuenta nueva porque cada situación que se presenta la pasamos por
el tamiz de nuestras experiencias pasadas pensando que todo evolucionará
de forma parecida a lo ya vivido y no es así, al menos no debería ser así,
deberíamos ser capaces de apartar lo que ya no nos sirve y ver que después
de cada cambio, por turbulento que sea, existe otra vida.

El Arcano XIII nos propone, para poder equilibrarnos, realizar una labor de
transformación en nuestras vidas, un cambio de conciencia basado no en el
pasado y en todo el bagaje emocional que nos lastra, sino focalizándose
hacia el futuro cortando con los apegos y basándonos en nuestra estructura
interna fuerte y decidida, sin mirar atrás.

Este Arcano nos obliga a desprendernos de las capas de nuestra


personalidad para que aflore el Yo real. Para ello tenemos que realizar un
análisis riguroso de las decisiones que hemos tomado y que creemos
irrevocables, trabajar en dejar aquello que sentimos que “nos pertenece”,
acabar con una existencia sin sentido y no dejar las cosas importantes para
mañana. Si esperamos al final para resolver nuestros asuntos personales,
quedarán sin resolver y sufriremos.
LA TEMPLANZA – EL TIEMPO TODO LO CURA

Ningún otro Arcano representa mejor que La Templanza lo que representa


vivir lo que acertadamente define el doctor Mihaly Csikszentmihaly como
experiencia de flujo o experiencia óptima (*); ni más ni menos que nos
estamos refiriendo a obtener un orden, un equilibrio en y de la conciencia.
Las dos jarras que intercambian sus líquidos resumen vivamente ese fluir
tranquilo y meditado al que nos referimos. Vemos en esta carta como los
opuestos en realidad se encuentran unidos por el fluido que los une, los
armoniza, descubriendo así el fundamento que consiste en lograr la
conciencia de unidad que los trasciende y abarca a ambos. Darse cuenta de
que estamos constituidos tanto por sentimientos positivos como negativos
hace que muchas tensiones derivadas de esa situación desaparezcan o, al
menos, queden minimizadas dado que disolvemos la tensión que esa
polarización creaba. Por lo tanto no se trata, pues, de separar los opuestos
para intentar dirigirse a “lo positivo” olvidando lo negativo, sino más bien
armonizarlos dado que “la luz y la sombra….son sólo aspectos diferentes de
la misma cosa”(Lankavatara Sutra).

Flexibilidad, adaptación al pluralismo, he ahí el quid de la cuestión; en un


mundo tan diverso y descentrado se necesitan grandes dosis de autocontrol
para poder navegar, y ello se consigue aprendiendo a convivir con los
diversos códigos y lenguajes y tendiendo puentes entre ellos, se trataría de
relativizar el propio lenguaje, los marcos de referencia de cada uno para
poder llegar a entendernos. En un plano meramente social existe un
concepto firmemente arraigado en el ser humano, y es el la dualidad
ocio/trabajo, disociación en la que la mayoría de la gente nunca ha pensado;
pues bien, muchos de los problemas emocionales y necesidades que las
personas llevan a cuestas es precisamente el no poder conciliar esos dos
aspectos, algo que no sucede con los grandes creadores y artistas; de alguna
manera ellos son aquello que realizan, forman parte de su obra, se
convierten en su obra de vida y consecuentemente no realizan distingos en
cuanto al tiempo dedicado al trabajo y al ocio. La mayor parte de las
personas laboran (para decirlo de forma cruda, laborare se refiere al
trabajo propio del esclavo, del que realiza una actividad por obligación)
mientras que tan sólo unos pocos que han transcendidos esa dicotomía se
dedican a facere; por lo tanto fluyen en sí mismos, su vida es más rica en
tanto han logrado conciliar más antagonismos (facere se correspondería con
el hacer por sí mismo, con la alegría de crear, con el dedicarse a aquello que
realmente nos llena ).

La Templanza nos habla de transmutación, después de la limpieza realizada


por el Arcano XIII, es necesario instalarse en un nuevo nivel de conciencia
desde el que solapar las dos caras de la misma moneda. Vemos en La
Templanza como los opuestos no están separados por ninguna barrera, es
más, se encuentran unidos por un flujo eterno que los alimenta y que ha
hecho desaparecer las fronteras; volvemos a encontrarnos otra vez (el
Tarot nos lo recuerda a cada momento), con esa aspiración profunda del ser
humano de reencontrarse con lo primigenio, con retornar al origen sin
perder el rumbo de ir más allá, por una parte nos dice que debemos avanzar
hacia el futuro pero recordando que allí es donde se encuentra el origen de
todo, la Unidad, esa unidad que vemos esparcida en la diversidad de las
cosas y de las formas, en la ambivalencia, en la multiplicidad; aunque
sepamos en el fondo que espíritu y materia son la misma cosa.

Con La Templanza trascendemos la polarización mental, nos abrimos a todas


las posibilidades, sin juicios. Integramos la dualidad en la vida cotidiana,
equilibramos luz y sombra y a través de ella el espíritu se materializa y la
materia se espiritualiza.

Así pues La Templanza nos sugiere armonizar los opuestos pues no pueden
existir por sí mismos; también a adaptarnos al flujo de la vida, nos coloca en
situación de recibir ayuda y a soportar las pruebas del día a día, a
complementarnos con los otros y hacer que el tiempo se ponga de nuestra
parte.
EL DIABLO –ENFRENTARSE A LAS SITUACIONES

Curioso que sea la carta de El Diablo la primera del septenario que nos
llevará a la realización espiritual. Curioso por las connotaciones que el
simbolismo y su interpretación conllevan de forma general a pensar en este
arcano como en algo negativo; su sola visión aterroriza a la mayor parte de
personas y es que encontrarnos enfrente de nuestra sombra generalmente
nos asusta. De alguna manera, El Diablo nos avisa de algo muy importante, y
es que si reprimimos ciertos aspectos de nosotros mismos, nuestro
potencial creador se verá disminuido y ralentizaremos, o en el peor de los
casos detendremos nuestro desarrollo espiritual y nuestra evolución, lo cual
abocará a un estancamiento en todos los sentidos. Este Arcano nos obliga a
no mentirnos sobre lo que se supone que somos realmente y a integrar todas
las facetas de nuestra psique para poder realizarnos aquí y ahora sin
esperar a supuestos cielos míticos y recompensas futuras. “Lo reconozco,
necesito gustar. No reprimo mi sombra, uno tiene que reconciliarse con lo
que no le gusta de sí mismo, hay que compensar con los opuestos: energía y
dulzura, genio y candor. No me gusta el puro macho ni la pura hembra.
Felizmente, esta civilización posmoderna que yo llamo retroprogresiva
tiende a acabar con los estereotipos y conciliar los contrarios: yo por
ejemplo soy un adulto responsable y soy un niño. Un híbrido y un mestizo”
(S. Paniker). Tenemos que dejar de considerarnos víctimas pasivas de
fuerzas externas, de proyectarnos hacia el pasado en forma de culpa y
hacia el futuro en la ansiedad; debemos hacernos responsables y no
ocultarnos en la mentalidad de la masa, en el falso yo que hemos creado a
partir de engañosos proyectos mientras nos ocultamos de la maravillosa
verdad de la existencia.

En cada ocasión que nos damos cuenta y exploramos nuestros opuestos,


nuestra sombra, nuestras proyecciones, descubrimos que empezamos a
asumir la responsabilidad de nuestros propios estados anímicos y
sentimientos; así cada acción relativa a resolver una aflicción no hace más
que reforzar la ilusión de que somos esa aflicción y deberíamos distinguir lo
que nos aflige del apego que tenemos de ello; diferenciando una cosa de la
otra aprenderemos a distinguirlas y a obrar en consecuencia, sin oponer
resistencia a los aspectos que nos disgustan y, por lo tanto, a no proyectar
nuestros conflictos. Por otra parte esos síntomas de descontrol que
resultan del choque emocional entre nuestra vida exterior y nuestra
sombra, son oportunidades de desarrollo, oportunidades de tomar
conciencia de nuestra verdadera identidad y ello nos da la oportunidad de
aceptar nuestra verdadera imagen. Atrapados en la máscara que llamamos
persona, la mayor parte de la gente se ha construido una imagen inexacta y
empobrecida de ella misma, negándose a integrar las tendencias ocultas que
la sustentan, impulsos internos que desarrollan presión externa, impulsos
que se vuelven contra ella desde el exterior y hasta que no se dé cuenta de
que esa presión externa no es más que un impulso propio disfrazado, no
podrá integrarlo y unificarlo en una personalidad completa.

Vemos en la carta del Diablo como éste bizquea, se mira a sí mismo. Se


trata sin duda de los esfuerzos del ego por reforzar la imagen de quien la
persona se cree que es. Sea cual sea la conducta que el ego manifiesta, la
motivación oculta es la misma: la necesidad de dominar, de controlar, de
destacar y por supuesto la necesidad de oposición, de crearse enemigos. El
Diablo siempre quiere algo de los demás o de las circunstancias; utiliza a las
personas y las situaciones para conseguir lo que quiere y cuando lo logra no
queda satisfecho durante mucho tiempo. Cuando El Diablo cree que no puede
obtener nada de los demás se mantiene en un estado de completa
indiferencia. Lo que debemos tener en cuenta, independientemente del
simbolismo y significado que deseemos atribuirle a esta carta, es que El
Diablo es una construcción mental, sin más. Al igual que el ego, el Diablo
permite proyectar lo que más nos fastidia de nosotros mismos en los demás.
Es nuestra prisión particular y donde, paradójicamente, nos encontramos
más a gusto pues es lo único que conocemos.

El Diablo es una carta de una gran fuerza que nos ayuda a enfrentarnos a las
situaciones y seguir adelante, a vivir el placer en toda su plenitud. No deja
de ser un ángel, aunque se trate de un ángel caído, pero en su misma
oscuridad se encuentra el germen de la ascensión hacia la luz, porque una no
puede subsistir sin la otra. Su mirada bizca nos indica, si le damos un
sentido positivo, que debemos mirarnos a nosotros mismos, a hacernos
conscientes de nuestra divinidad aunque se encuentre envuelta con el manto
de la materialidad y, paradójicamente, a no desechar esa parte de nuestro
ser pues tan negativo es focalizar nuestra vida en base a la materia, al
cuerpo, como enfocarla únicamente hacia la vertiente espiritual sin tener en
cuenta que la materia y el espíritu no dejan de ser diferentes densidades de
energía, de vibración y ambas son necesarias para conseguir la realización
espiritual aquí y ahora.

El Diablo nos avisa que hay una desconexión con nuestro ser más profundo y
el sufrimiento que de ello se deriva, y que debemos reconocer que en ese
mismo dolor se asienta nuestra curación. Reconocer nuestro malestar es el
primer paso. También nos advierte que desde el momento que sabemos que
estamos condenados (condicionados), nos comportamos de una manera que
hace que la realidad se amolde a nuestro conocimiento. Sentimos ansiedad
cuando hay disonancia entre nuestro conocimiento y los hechos que
percibimos, por eso los hechos tienen que alterarse. Entonces caemos en la
manipulación y el autosabotaje. Nos permitimos ser a la vez víctima y
agresor, sentimos atracción y repulsión, de ahí que sería interesante en
ocasiones preguntarse cuales son los verdaderos propósitos al dar ayuda
dado que aunque creamos estar comportándonos como el ángel de La
Templanza, generalmente nos convertimos en ese Diablo al que creemos
combatir.
LA TORRE (LA CASA DIOS) –LIBERARSE DE LOS CONCEPTOS

Este Arcano produce, así a primera vista, una sensación de caos, de ruptura,
de algo que se derrumba en nuestro interior, y eso puede ser verdad hasta
cierto punto dado que cuando llega la Iluminación todas las estructuras
mentales que han servido de apoyo a nuestro ego dejan de tener sentido y
por consiguiente se produce una ruptura con lo conocido lo que provoca un
“derrumbe” de la identidad. De los apegos de El Diablo pasamos a una
liberación, y toda liberación lleva indefectiblemente a un vacío, que no es la
Nada, sino a la comprensión de lo Infinito, de lo Eterno, pero aquí y ahora,
pensamiento insoportable sino se mantiene un equilibrio interior basado en
el conocimiento que nos procura una visión del Dios Interior que todos
llevamos dentro. La Casa-Dios supone una apertura a lo desconocido, al todo-
es-posible, y en ello no hay nada de introvertido, de místico (sobre todo tal
y como se define lo místico general y equivocadamente); perder el centro de
referencia por el que nos hemos guiado hasta ahora no supone inconsciencia
sino al contrario una toma de conciencia real de lo que es la vida, de que la
personalidad es sólo un atuendo y que desasirse de ese ropaje nos aportará
una visión más amplia de las cosas y de nosotros mismos. Desacondicionarnos
de lo establecido supone abrirse a nuevas experiencias sin enjuiciar.

Vemos en esta carta que la Torre en realidad no es destruida, no hay


destrucción, solamente una apertura a lo Divino; los dos personajes ¿caen o
danzan?, parecen unidos a la tierra, son activos hacia ella y receptivos hacia
el cielo, las bolas de colores que flotan en el aire nos parecen indicar que a
pesar de esa posible caída siempre podemos contar con la ayuda celestial.
En realidad lo único que se derrumba es el ego y cuesta aprender a vivir sin
un ego en el que refugiarse. Cuando eso ocurre y la persona deja de
preguntarse por la vida y solamente vive, se empieza a sentir cada vez más
libre de antagonismos y contradicciones. Si siente una contradicción en su
vida diaria y permanece atascado en ella, se produce una falta de madurez.
Pero la crisis es una cosa hermosa cuando nos deja sin referencias.
Sentimos que todo lo que hemos hecho en nuestra vida es inútil, que no
puede ocurrir nada. Esto nos lleva a la desesperación, situación que se debe
afrontar de verdad. Al afrontarlo, se llega a esperar en actitud abierta. En
otras palabras, lo importante ya no será la crisis sino el modo de afrontarla.
Vivimos en la inmovilidad misma. La Torre nos lleva a un nuevo nivel de
entendimiento, un salto en la madurez. La madurez no llega, pues, a través
de la acumulación de aprendizaje, experiencias, ideas o conceptos, llega
cuando no se puede ir más allá mediante lo conocido y debemos realizar un
salto cualitativo en nuestra existencia.

El ser humano es un ser pensante abierto a la luz de la Verdad, cuando abre


su mente a lo superior se produce un conocimiento que nutre todas sus
células. El descubrimiento en la vida del significado fundamental para cada
uno es descubrir la alegría de los procesos mismos que la vida genera. El
significado no se encuentra, pues, en las posesiones o acciones externas,
sino en la interioridad del ser y en la liberación e irradiación de esas
“corrientes interiores” hacia y con el mundo, lo externo. La Torre simboliza
nuestro cuerpo y hay quien no se siente feliz con él; el ego se siente como
acorralado dentro de ese “saco” vulnerable al dolor, pero lo que no se tiene
en cuenta es que si bien el cuerpo es fuente de dolor, también lo es de
placer y al negar la fuente del dolor, el ego niega al mismo tiempo la fuente
del placer. Tal vez no haya más sufrimientos, pero tampoco más alegrías.

La Torre como símbolo del derrumbamiento del ego

La imagen de este Arcano suscita reacciones adversas generalmente, y ello


es así porque durante siglos el significado principal asociado a ella ha sido
esencialmente el de destrucción. Muchos tarots contemporáneos han
representado esta carta con una torre medio destruida y en llamas lo que ha
colaborado a desvirtuar por completo el significado real de la misma.

También se ha obviado por completo la traducción de su nombre en francés:


La Maison Dieu (La Casa Dios) por lo que, definitivamente, su contenido
sustancial ha sido alterado hasta convertirlo en todo lo contrario de su
significado real. La Torre tal y como vemos en la imagen, nos ofrece una
visión de “apertura”. La Casa Dios supone abrir nuestra mente a una fuerza,
a una energía superior representada por la lengua de fuego que penetra en
la torre. El error en atribuirle significados destructivos “literales” proviene
también de no haber comprendido que el Tarot es un cuerpo vivo y que no
podemos definir una de las partes sin tener en cuenta el todo.

Si el Tarot supone un camino evolutivo de la persona, lo lógico y razonable es


que los Arcanos representen diferentes niveles de esa evolución. Sin
embargo, y ahí radica la paradoja de esta y otras cartas, la ascensión a
niveles de mayor conciencia trae consigo etapas, episodios, de crisis, de
darse cuenta de que algo no funciona como debería. SI El Ermitaño nos
induce a una crisis positiva, de soledad bien asumida; La Torre propugna un
derrumbamiento del Ego, ese momento de “Iluminación” en el que nos damos
cuenta que el Ego, esa ficción anestesiante, deja de llevar las riendas de
nuestra vida para dejar el control al ser interior.

Vemos cómo no se trata de “la muerte-del-ego”, eso es imposible pero sí que


supone romper las barreras egocéntricas para centrarse más en algo
superior a nosotros y que, sin embargo, habita en nuestro interior.
Visualmente podemos apreciar como el torreón cuenta con 4 almenas. El 4
es el número de la estabilidad, si, pero también de la comodidad, de la
ilusión de seguridad, de los esquemas mentales rígidamente establecidos; y
eso es lo que se “abre” a una nueva realidad. Al romperse los esquemas
mentales se produce un desequilibrio emocional y si la persona no dispone de
los recursos necesarios para asimilar esa vibración de alta energía que
irrumpe en su mente, puede caer en alguna patología o problema psicológico.
Pero si el individuo persiste en su camino de superación, obtiene muchos más
beneficios que lo que cree perder.

Cierto que todos ansiamos estabilidad y seguridad pero necesitamos de vez


en cuando que se remuevan algunos conceptos que teníamos establecidos
como valores absolutos y permanentes. Nuestros programas mentales nos
ofrecen representaciones de la realidad, no la realidad en sí, pero los
tenemos tan asumidos que cíclicamente la vida nos pone delante esa torre y
nos obliga a cambiar aspectos de nuestra personalidad que ya no son válidos
en nuestra evolución. Entonces se produce ese supuesto derrumbamiento en
el que podemos sentirnos abatidos, faltos de asideros en donde agarrarnos.
Es en esos momentos cuando debemos confiar en nuestro ser interior,
dejarnos guiar por la Conciencia Superior representada en la carta de La
Estrella, traspasar los miedos que resurgen con La Luna hasta alcanzar la
luz de la Conciencia Solar. Sólo entonces dispondremos de la fuerza
suficiente para controlar el Ego.
Psicológicamente es importante desarrollar un ego fuerte en la primera
etapa de la vida; el inconveniente reside en que paralelamente deberíamos
contar con “instrucciones” para poder controlarlo debidamente dado que
para deconstruir el ego no sirven las mismas herramientas que utilizamos
para construirlo. De ahí el simbolismo de la Torre: la mente, la razón, no nos
aseguran un control sobre el ego por eso hay que romper los límites
mentales; es necesaria una “apertura” mental seguida de una caída al vacío
que permita construir una nueva escala de valores, de patrones de conducta
basados en el Yo Interior conectado con la Divinidad. Cuando es el Yo
Interior quien asume el control de nuestra vida, el Ego pierde todo su poder
ya que no tenemos que elegir nada, simplemente hacemos aquello que hay
que hacer, sin condicionamientos.
LA ESTRELLA – NUESTRA MISIÓN EN LA TIERRA

Estamos hechos de la misma materia que las estrellas y desde el momento


en que el ser humano descubrió que el movimiento de los cuerpos celestes se
podía predecir, también se dio cuenta que el hombre, su destino, podría tal
vez ser guiado por algún orden superior. La carta de la Estrella es una de las
más bellas de la baraja de Tarot, y no porque sus dibujos sean
especialmente extraordinarios sino porque su sola visión despierta en
nosotros un sentimiento de humildad a la par que de esperanza y nos
conecta con el inconsciente colectivo. Es la carta de la auto-aceptación y
nos indica, si sabemos “leer” el mensaje que nos trae, cual es nuestra misión
en la vida. La Estrella representa un mundo ordenado y armonioso donde a
pesar de estar sujetos, queramos o no, lo sepamos o no, a realizar una tarea
específica dentro del Orden Cósmico, a pesar de nuestras limitaciones cada
uno está destinado a brillar con luz propia. En cierto sentido no podemos
sustraernos a nuestro fin último aunque para ello debamos pasar por
diversas encarnaciones.

La Estrella, además, propone hacernos conscientes de nuestro cuerpo; por lo


general solemos ser conscientes casi exclusivamente de nuestra cabeza,
nuestra mente, así decimos “soy mi cabeza pero tengo mi cuerpo” con lo que
reducimos el cuerpo a una “propiedad” a algo que es “nuestro” pero que no es
“yo”. Sin embargo podemos comprobar cómo la rodilla genuflexa de la joven
de esta carta parece como deformada, incluso se podría relacionar con un
feto. Rodilla en hebreo es “bérej”, raíz trilítera de “brajá” : bendición.
Bendición que significa la aceptación cósmica de nuestro destino, de lo que
somos, de nuestro cuerpo también, de nuestro lugar en el Universo. La
mujer de la carta vive de la esperanza, de la fe. Y ¿qué es la fe?.
“Confianza en la realidad.” (Salvador Pániker). La Estrella es la carta que
aparece después del estallido de La Torre, con ello nos viene a decir que una
vez se ha encontrado la verdad de uno mismo, o uno mismo con su verdad,
esa verdad jamás nos abandonará. La desnudez de la muchacha implica el
mostrarse tal como se es y ver las cosas tal cual son, nos pone en alerta
sobre los mensajes que recibimos y nos lleva al conocimiento más allá de las
palabras. Las jarras vierten sus líquidos tanto en el río como en tierra, tanto
en nuestro inconsciente como en nuestro consciente. Es un flujo de energías
que se da porque La Estrella nos convierte en “canales” abiertos a las
energías cósmicas, lo que se recibe de las estrellas es canalizado hacia los
demás, con humildad, sabiendo de antemano que no es la “persona” quien
sana sino que ella es meramente un canal por donde circulan las energías. La
joven arrodillada que vierte el líquido de las jarras ha encontrado su lugar
en el mundo.

El agua que el personaje de La Estrella vierte en el río de la vida representa


una purificación, también un compartir aquellos dones que se nos han
concedido. Aprender a dar y recibir, también supone un bautismo energético
de energía cósmica que es transmutada en una frecuencia y vibración
asimilable por quien la recibe. Asimismo supone sentirse parte de la
naturaleza como lo es un pájaro o una planta, no como mero espectador;
respirando al mismo ritmo, comportándose acorde con los ritmos de la
naturaleza siguiendo sus leyes, su orden caótico. La mujer de la Estrella
habita en el paraíso por el paraíso se encuentra donde ella va.

Al fondo se adivina un ave, un pájaro posado sobre un árbol batiendo sus


alas dispuesto a volar. Se le han dado innumerables significados a ese ave
bien que por el simbolismo de la carta me aventuro a relacionarlo con uno de
los niveles de percepción de los que nos habla el chamanismo, el del colibrí,
asociado a la percepción sagrada, el dominio del alma, el reino de lo
simbólico y de lo mítico en donde se comprende que todas nuestras
experiencias forman parte de un viaje en el que las cosas se muestran como
realmente son: una expresión de lo sagrado. Aquí lo simbólico, lo ritual,
alcanza su máxima expresión. ¿O acaso no se asemeja la mujer de la carta a
una joven chamana realizando un ritual purificador a través de la tierra y el
agua?.
LA LUNA- LA MADRE DIVINA

El Arcano de La Luna se define habitualmente como negativo y oscuro; su


sola presencia en una lectura nos previene de temores, traumas, engaños y
cosas ocultas. Pero hemos de tener en cuenta que nos encontramos con una
carta perteneciente al septenario del Espíritu; una carta que debe
ayudarnos y guiarnos en nuestro progreso en el camino espiritual y por eso
mismo hemos de distinguir lo que sería su significado literal en una tirada
convencional al de su significado a nivel espiritual dentro de esa evolución,
de esa progresión que mantiene el Tarot de Marsella.

Si El Diablo nos obligaba a realizar un trabajo interior de re-conocimiento


de nuestra sombra, de nuestras proyecciones; la Luna nos sugiere
desenterrar de las profundidades del inconsciente todo aquello que, siendo
en ocasiones ilusorio, no nos permite avanzar. A través de este Arcano
podemos darnos cuenta de bloqueos provenientes de nuestra infancia, o más
allá. Nos habla, como la Papisa, de nuestra memoria, de cómo interpretamos
nuestros recuerdos tamizados por nuestros esquemas mentales, nuestros
miedos, nuestros traumas. Con la Torre veíamos como es posible doblegar al
ego y a través de la Estrella ponernos en contacto con la Conciencia
Superior. La Luna nos advierte de los peligros de estar abiertos a tanta
energía.

Bien es sabido que la Energía espiritual es de tan alta vibración que es capaz
de desequilibrarnos fácilmente. Mediante La Luna podemos ir desarrollando
la intuición necesaria para poder hacer aquello que debemos hacer, en
consonancia con el Plan Cósmico. Desde la oscuridad podemos alcanzar la paz
interior, la conexión con la Madre Cósmica, sabiendo que la luz que refleja la
Luna es la del Sol, la del Padre.
El trabajo personal al que nos obliga la Luna es tremendo pues significa
hacer frente a temores infundados anclados en el inconsciente. Hay que
remover las aguas para darnos cuenta de que si bien la superficie parecía
limpia y en completa quietud, la profundidad se encuentra llena de lodo el
cual al emerger ensucia la superficie. Pero eso es positivo porque así
podemos discernir entre lo real y lo ilusorio, podemos limpiar el fondo del
lago de nuestro inconsciente y liberarlo de temores, traumas y fobias. La
Luna permite hacer frente a esos “fantasmas” que estaban dilapidando
nuestra vida. Curiosamente también podríamos mantener un paralelismo
entre este Arcano y La Rueda. Ambos nos hablan de ciclos, si bien La Rueda
se refiere a ciclos mayores de la vida y nos anima a ir hacia el centro, hacia
la calma; la Luna, complementariamente, nos anima a ser uno con nuestros
ciclos vitales. Nuestro satélite tiene una gran influencia sobre los océanos y
mares; nosotros llevamos un océano en nuestro interior, somos en gran
parte agua y es evidente que estamos influenciados por la Luna.

Sabiendo esto, podemos sincronizarnos con los ritmos lunares, los ciclos
cósmicos, y vivir acorde a ellos. Conocer los ciclos biorrítmicos y la
influencia que en nuestro organismo y psique tienen los ciclos cósmicos y
lunares nos ayudará a comprender mucho más nuestros estados de ánimo,
nuestra carga energética y supondrá un gran soporte para entender “qué-
está-pasando”.

Todo este conocimiento, esta comprensión de que no podemos sustraernos a


esos ciclos nos aportará calma y entendimiento, nos permitirá racionalizar
aspectos escondidos en el inconsciente que, debidamente analizados, se
esfumarán de nuestra vida al darnos cuenta de lo ilusorio de su pretendido
poder. Debemos hacer visible lo invisible porque aquello es una
manifestación de esto. Podemos llegar a hacer de nuestra vida un Edén a
condición de limpiar las aguas de nuestro inconsciente para que se convierta
en nuestro aliado y no en un lastre.

En este arcano vemos representado no solo el inconsciente individual sino


también el colectivo, las memorias que compartimos y que nos hacen actuar
de una u otra manera pues son quienes verdaderamente deciden cómo y
cuándo actuar aunque la mente consciente crea que es ella quien toma las
decisiones. Podríamos argumentar que a nivel de conciencia cotidiana el
inconsciente es quien se encuentra en el aquí y ahora. La mente consciente
siempre va medio segundo tarde. Únicamente haciéndose consciente del
momento presente puede el individuo vivir lo-que-es sin conflictos ya que el
inconsciente, las aguas de La Luna, actúa desde las memorias que se han ido
acumulando en su interior, por lo tanto su acción proviene de lo aprendido,
generalmente de lo negativo y hay que limpiar, liberar, purificar y cortar
todas esas memorias que impiden que la Inspiración Divina actúe.

Decíamos que este trabajo puede resultar titánico, descomunal, pero en ello
va nuestra vida y creemos que merece la pena enfrentarse a los sedimentos
del inconsciente dado que la recompensa supera todos los obstáculos que
hayamos tenido que sortear.
EL SOL –UNIÓN Y FRATERNIDAD

Tras la oscura travesía por la carta de La Luna, llegamos a la luz del Sol.
Todo ese trabajo acometido en la profundidad permite acceder a la luz y la
abundancia. Pero esto no significa que hemos llegado a algún lugar, o que
podemos estar seguros de no volver a caer en el mundo de lo ilusorio. Para
que el Sol pueda guiarnos también debemos realizar un trabajo interior, de
darnos cuenta, quizás por vez primera, que nuestra esencia, nuestro self, en
poco o nada difiere del self de los otros. Del YO pasamos al NOSOTROS
pero de forma activa, no solamente como concepto espiritual el cual lo
podemos tener asumido o no; sino de manera física, de relación con los
demás en pensamientos, palabras y actos.

De alguna manera ponemos en práctica, en el día a día, todo aquello que


hemos estado incubando, comprendiendo, interiorizando. Vemos, al fin, que
el trabajo espiritual debe llevarse a la práctica junto a los demás,
empezando por nuestro entorno más cercano para ir poco a poco ampliando
nuestra actividad hasta cubrir todo el planeta. Esa Unidad que intuimos ya
en otras cartas se ve plasmada nítidamente en el Arcano del Sol. El Astro
Rey no brilla solamente por y para nosotros, lo hace para toda la Humanidad,
para todo el Sistema Solar, sin precisar quien merece más o menos luz,
mayor o menor cantidad de calor.

Así debemos conducirnos por la vida, como ese Sol que ilumina sin
discriminar, que irradia todo su calor y luz a todos por igual, aunque no
todos lo reciban de la misma forma e idéntica intensidad. El consciente y el
inconsciente logran funcionar unidos construyendo una nueva vida libre de
prejuicios aunque sin caer en la sensiblería. Mirar el mundo con ojos
inocentes, como los niños de la carta, no significa que debamos claudicar
ante según que actos y circunstancias. Nuestro brillo quizás deslumbrará o
quemará a según quien, más ello no debe hacernos retroceder en nuestro
camino.

Y ese camino debe estar libre de egocentrismos; existen centenares de


miles, millones, de soles. No somos únicos y esta idea debe presidir nuestra
conducta. Dar y recibir en continua interacción. Ayudar y ser ayudados por
igual, sin apegos ni condicionamientos; únicamente dejándonos guiar por la
luz podemos ayudar a otros a que se den cuenta de que su brillo es igual de
diáfano.

El Sol es una carta de hermandad donde percibimos la sencillez en las


relaciones, sin dobleces ni ocultas intenciones. Mostrarse tal cual se es con
la fuerza y seguridad del Sol, ofreciendo a los demás todo lo que somos y
tenemos. Por otra parte nos ayuda a recuperar a nuestro niño interior, a
pacificarlo y a transferirle la alegría de vivir. Todos llevamos dentro un niño
herido que necesita ser rehabilitado, cuidado, amado. Hemos de darle
seguridad y a través de esta carta podemos hacer que se disuelva la
tristeza y el desamor.

El Sol nos indica que solo podemos conservar aquello que damos, nos habla
de una mentalidad de servicio que implica una actitud de abundancia, “lo que
das te lo das, lo que no das te lo quitas” (A.Jodorowsky). Además cuando se
actúa motivado por la voluntad de colaboración y servicio uno logra un nivel
tan elevado de autoridad moral que el resultado natural es el éxito en la
vida cotidiana.

En realidad la simplicidad del mensaje de este arcano puede hacer que por
esa misma simplicidad, quede velado para la mayor parte de nosotros. Sogyal
Rimpoché lo describe en clave tibetana: “Cada vez que vea o hable con otra
persona piense que esa persona es usted”. Los dos niños de la imagen, en el
Tarot de Marsella, lo refrendan; son como un espejo el uno del otro así que
al encontrarnos con otra persona pensemos por un momento no en lo que
vemos sino en lo que queremos ver y ¿qué deseamos ver en los demás?, Este
arcano nos dice que todos somos iguales ante los “ojos” del Sol, ante su
poder y energía y que participamos de sus cualidades. Por lo tanto el paso
hacia la siguiente carta ha de ser conjunto ya que el despertar deberá ser
global, de toda la Humanidad. No hay otra alternativa.
EL JUICIO –CONCIENCIA DE LO ETERNO

Con este Arcano llegamos casi al final del camino, aunque a decir verdad se
trata del resurgimiento de una nueva conciencia donde se ha vencido el
temor a la muerte pues nos hemos dado cuenta que sólo teme a la muerte
quien se encuentra identificado únicamente con su ego y su parte material.
Solamente lo físico fenece; el ser esencial permanece y la comprensión de
esa permanencia permite concebir la nueva vida con otras actitudes, con
otras ideas, con esquemas mentales más abiertos. La relación con los demás
cambia radicalmente pues nos liberamos de los sentimientos de culpa,
dejamos de juzgar y de juzgarnos; accedemos a un autoconocimiento que
nos permite estar en armonía con los demás.

Esa armonía proviene de un equilibrio y sincronización de los hemisferios


cerebrales. El cerebro, al contrario de lo que se pensaba, es plástico y
moldeable, se puede reprogramar y así según lo que pensemos se crean
nuevas conexiones neuronales y se desconectan aquellas que ya no nos son
útiles. Este trabajo de sincronización permite que desaparezcan las
divisiones entre uno y otro hemisferio; los límites se rompen y se llega a un
completo desarrollo humano. La razón y el instinto trabajan juntos, la lógica
y la intuición operan ensamblados para obtener una comprensión de lo que
somos y por qué estamos aquí.

Se trata de que el libre albedrío tenga menos incidencia en nuestra vida y


nos guiemos más por nuestra luz interior. Hay quien piensa que el libre
albedrío es un don que nos ofrece más libertad, pero lo cierto es que todas
nuestras decisiones vienen condicionadas por multitud de factores aunque
nosotros pensamos que somos totalmente libres cuando elegimos una u otra
opción. En El Juicio ya no es necesario escoger pues cuando emerge la nueva
conciencia nos sentimos guiados por ella; es como si supiéramos cual es
nuestro lugar en el mundo y cual es nuestra misión. En esta etapa muchas
personas descubren cual es su verdadera vocación. En este nuevo estado uno
se puede expresar en su verdadera dimensión y atisba la verdadera
dimensión de los demás.

En la carta del Juicio vemos a un personaje, el de color azul, que sale de una
tumba. Esta imagen contiene una enorme carga simbólica y no se debe
interpretar de forma literal. En realidad la tumba representa un lugar
donde el personaje ha pasado un período de incubación, de iniciación. En
cierto sentido necesita “morir” como individuo para renacer como ser
indiferenciado.

Antiguas tradiciones, algunas de las cuales se remontan a los Esenios o los


Misterios de Eleusis, y otras más actuales como los Cátaros, nos hablan de
que los aspirantes a ser aceptados y reconocidos en esas comunidades
debían pasar un período de aislamiento en una cueva (tumba) pasado el cual
eran admitidos en la jerarquía de esas sociedades. Ese ritual de iniciación
era obligado y necesario pues ahí, en completa soledad, en contacto con las
fuerzas telúricas, se completaba el cambio de conciencia que llevaría a la
“resurrección” como hombre nuevo.

Curiosamente la carta del Juicio se encuentra justo encima de la nº XIII en


la estructura de Septenarios; así pues parece claro que es necesario “morir”
para renacer en otro nivel de conciencia; es preciso deshacerse del cuerpo
físico (simbólicamente) para que el espíritu emerja y guíe nuestros pasos.
Una vez más el Tarot nos recuerda que nuestra esencia es de naturaleza
espiritual y que debemos trabajar en pos de su resurrección en vida.

Para muchos esta idea puede resultar de difícil asimilación, poco


comprensible para la mente. Igual se trata de ampliar la capacidad de
olvidar el pasado y no hacer cábalas sobre el futuro. De hecho pasado y
futuro no son más que ideas que permanecen en la memoria; o simplemente
darnos permiso para volver a empezar. El territorio del ego es un paisaje
árido de luces y sombras, el mundo del Espíritu es un ámbito de amor y paz
interior; hay que morir en el mundo del ego y renacer en el del espíritu.
“Renacer es abandonar el pasado y contemplar el presente sin condenas” (Un
Curso de Milagros).

Así pues ha llegado la hora de dejar de juzgar todo lo que vemos ya que eso
no se corresponde con la verdadera Visión; solo es una ilusión de la realidad
y por lo tanto sin significado. Únicamente la Visión da significado real, que
es lo que este arcano representa.
EL MUNDO – EL MUNDO ESTÁ EN TI

La nueva conciencia emergida tras El Juicio nos trae con El Mundo un


sentimiento de Unidad, de Totalidad. El Mundo es nuestro porque al fin
hemos comprendido que somos el mundo, que no hay disociación entre el Yo
y el Nosotros. El Mundo representa la completa unión de nuestros centros
mental, emocional, corporal y creativo. El viaje del Loco llega a su fin, o
mejor dicho, retorna al Origen concienciado ya de quien es realmente.

Con El Mundo recordamos que la felicidad no consiste en un logro personal


sino en la plena integración con el Plan Cósmico; con este Arcano
encontramos nuestro lugar en el puzzle universal y en él nuestra misión en
este paréntesis de la existencia que es la vida terrenal. El trabajo a realizar
con la carta del Mundo consiste en darse cuenta de que de la diversidad
manifestada retornamos a la Unidad, algo que nunca hemos dejado de ser
pero que era preciso experimentar en su vertiente dual pues esa es la visión
que de la Unidad se tiene en esta vida; de otra manera no podríamos vencer
las pruebas a las que nos vemos sometidos al desconocer la polaridad de los
opuestos y, por lo tanto, no podríamos evolucionar como espíritus dado que
únicamente encarnándonos en un cuerpo podemos llevar a cabo este trabajo
evolutivo.

Llegados aquí experimentamos una gran plenitud, nos sentimos realmente


protegidos, sólo las energías positivas vienen a nosotros y empezamos a
irradiar un magnetismo que hace que las demás personas se sientan a gusto
en nuestra compañía. Literalmente no es que nos convirtamos en seres
andróginos pero compartimos características de ambos géneros a nivel
mental y emocional. De hecho ya no cabe hablar de sexos sino de Totalidad.
Hemos traspasado la barrera de lo personal para entrar en el ámbito de lo
transpersonal lo que supone también el desarrollo de la capacidad de ir aún
más allá, de seguir desarrollándose. La figura que aparece dentro de la
mandorla está danzando. La danza es, junto con la música, sinónimo de vida;
simboliza el acto de la creación y danzar en el interior de la mandorla
sugiere que, en ese espacio sagrado, lo que llamamos realidad conecta con la
Eternidad. Al fin el ser humano se revela como la persona completa que es y
a lo que debe aspirar en esta vida.

Así el Arcano XXI viene a confirmar una vez más el por qué el Arcano XIII
no tiene nombre y es porque la muerte en sí no existe, es sólo un paso a otro
nivel, pero lo más interesante es que además nos demuestra que es
imposible buscar la perfección en este mundo. Como hemos estudiado, el nº
8 se relaciona con la imagen de la Justicia, sinónimo de perfección, aunque si
aplicamos el principio de analogía igual que hicimos con el Arcano XIII,
podríamos afirmar que si de verdad existiese la perfección, esa carta se
encontraría al final de la baraja, pero tampoco es así.

El Mundo nos anima a dejar de confiar en puntos de referencia


(pensamientos, emociones, sensaciones, intuiciones…) para evaluar quienes
somos; y descansar en el centro del Ser. Nos enseña a estar presentes y
despiertos en medio de cualquier percepción o sensación que aparezca y
verlo como el despliegue de la esencia luminosa y vacía de la Conciencia; sin
tensión, sin identificación y rechazo. Sin tensiones entre Yo y Mis-
pensamientos, Mis-sentimientos, Mis-necesidades, Mis-deseos. En un
sentido literal esta carta nos introduce en el mundo de la persona, su
ambiente y también su mundo interior, su psique; por ello es importante
proteger el Si-mismo, estar desnudo es natural pero el exponerse de esta
manera ante el mundo no lo es necesariamente.

Por lo tanto el estado ideal, de individuación, de la persona es el de


compleción tal y como nos indica la carta del Mundo. Eso no significa que
quien ha conseguido llegar a ese estado se convierta en alguien especial e
inaccesible; al contrario, quien se encuentra en ese estadio de evolución es
quien se ha dado cuenta que él y los otros forman la misma Entidad, la misma
Conciencia y que sus deseos, anhelos, pensamientos y problemas son,
prácticamente, los mismos. Esa persona, cuando mira a alguien, se reconoce
en él y de ahí surge la compasión, el amor incondicional, el ágape (*). Al fin
comprende que el darse a los demás es su misión en la vida, es la misión de
todo aquel que quiera definirse como ser humano.
EL LOCO – EL VIAJE HACIA UNO MISMO

La vida es una aventura y El Loco representa el ideal de esa aventura


apasionante. Más allá de la individualidad este Arcano simboliza el desorden
procedente de la infinita riqueza del caos. Lacan ya entreveia que “la
esencia del hombre no sólo no puede ser comprendida al margen de la locura,
sino que dejaría de ser tal si no llevara en sí misma a la locura”. La figura de
El Loco discurre por lo que se conoce como El Sendero de la Mano Izquierda
(*). El ego (representado por el perro azul) sigue al Loco por los caminos
que va abriendo por sí mismo; se apoya en el perineo, donde reside el primer
Chakra y desde donde se despierta la Kundalini, la energía que se encuentra
dormida en la base de la columna. Hemos llegado al Arcano símbolo de todo
el Tarot, quien, en definitiva, recorre el camino hacia uno mismo y llega a
ser quien es.

Como esos bufones de palacio, El Loco se ríe, primero, de sí mismo y luego


del mundo ilusorio donde le quieren encarcelar. Está preparado para ir
despojándose de los ropajes del ego, se deja llevar por las circunstancias,
porque sabe que es él quien las crea. Es, simultáneamente, niño, adulto,
adolescente, viejo, feto; es alguien que “administra bien su propia divinidad:
un narciso que trasciende su propio narcisismo desde alguna inocente
desfachatez” (S. Pániker). Entona su discurso disfrazado de artista, bufón o
loco, así su crítica (su individualidad) es permitida en una cultura que
penaliza lo individual, lo místico, lo auténtico. Se encuentra dentro del
sistema, pero no se “siente” presa de él pues comprende que vive en un
sistema simbólico de comunicación, limitado por el lenguaje, por los marcos
de referencia. Camina libremente por un lado hacia el futuro y por otro
retorna al origen primigenio, es el nuevo hombre retroprogresivo que no
necesita de nadie pero, por eso mismo, está a disposición de todos.
Decíamos que El Loco camina hacia el futuro y hacia el Origen
simultáneamente, aunque este “camino” no es lineal; de hecho en la vida no
hay ningún lugar a donde ir, lo que debemos hacer es participar del propio
movimiento del Universo, que como decíamos no es lineal por supuesto, y lo
único que nos queda es perfeccionar ese microcosmos al que llamamos
nosotros mismos dado que el fín último del hombre, y eso nos los está
recordando El Loco a cada instante, no es alcanzar la felicidad individual,
sino participar plenamente en la realización del Universo. Se trataría de no
posponer todo para el futuro sino de actuar con los factores dinámicos de la
cotidianidad, disfrutar de los misterios del conocimiento y evidentemente
de ese misterio que es la Vida. En el capítulo de necesidades, El Loco
representaría la necesidad de Trascendencia que todos, alguna que otra vez,
hemos intuido en nuestras vidas, ese trascender el ego del que nos hablan
las filosofías orientales.

Ahora bien, nos han hecho creer que existen diversas formas de “ponerse
en camino de” la realización espiritual, pero que nadie se llame a engaño, la
verdadera vía espiritual es para unos pocos, la mayoría no pasará del acto de
presuponer que se encuentra en esa vía y ello es así porque el ego se
alimenta de presunciones y la primera presunción es que cree saber quien es
y a partir de ahí interpreta la realidad según su exclusiva visión de todo.
Existe cierta, o mucha, confusión entre lo que es la búsqueda espiritual y la
necesidad psicológica de sentirse mejor (necesidad de seguridad, de amor,
de reconocimiento) así que cuando se llega a un punto donde el progreso
espiritual se estanca, deberíamos preguntarnos si no estamos confundidos y
lo que deseamos simplemente sea sentirnos mejor. En cierta medida
debemos estar atentos al llamado “materialismo espiritual” tal y como lo
explica Mariana Caplan: “El ego imita las experiencias y los gestos
espirituales porque desea los beneficios que imagina que tales experiencias
pueden aportar, pero no está dispuesto a sacrificar sus propios modos de
ser. Los individuos que han espiritualizado su ego se hallan en una situación
muy precaria y nada envidiable, por más que puedan fantasear que son los
reyes de la fiesta espiritual” (A Mitad de Camino). No deberíamos olvidar
que no podemos ir más allá de nosotros mismos sin una causa mayor que
nosotros.

La ignorancia es la raíz del sufrimiento, según el budismo, aunque podríamos


también afirmar (parafraseando a Sri Aurobindo) que la ignorancia no es
más que una forma de conocimiento incompleto. El ego, en este sentido, es
una forma de conocimiento incompleto de nosotros mismos ya que no se
asienta en nuestra verdadera naturaleza sino únicamente en la superficie y
si durante la mayor parte de nuestra vida sigue dirigiéndola no es porque
resulte indispensable para ello sino porque aún no hemos descubierto
nuestra naturaleza interior; el ego se debe ver como un estadio provisional
del desarrollo, por eso El Loco lleva al ego tras de sí, si estuviese delante
querría decir que El Loco regiría sus acciones en función de su pequeño
“dictador”, en su lugar, sigue su camino siguiendo las voces de su espíritu.

Otra de las lecciones que nos da El Loco es que siempre estamos buscando
algo a lo que aferrarnos, necesitamos una identidad para sentirnos seguros y
aquellos que desean un salto cualitativo en su existencia ven, con horror, que
el cambio es imposible. Nuestra naturaleza interior es básicamente
perfecta. Lo imperfecto es nuestra identidad, nuestra personalidad,
nuestro ego, aquello que sentimos y creemos como Yo-mismo, en suma,
nuestra forma de ser; y los intentos por cambiarla no nos ayudan a
liberarnos precisamente de ella porque estamos utilizando las mismas
herramientas de construcción del ego para deconstruirlo. Para
desenmascararnos debemos utilizar otros útiles más sutiles, expandirnos y
entrar en contacto con el fundamento de nosotros mismos, es lo que John
Welwood denomina “el espacio abierto del ser” , esa dimensión vacía y alerta
de donde emergen las comprensiones espirituales más profundas que nos
ayudan a trascender los puntos de referencia convencionales. El Loco, en
cierta forma, bebe de las enseñanzas budistas, su percepción no está
distorsionada por la realidad que nuestros sistemas cognitivos toman por
cierta, aunque aún se encuentra en el mundo de la “apariencia ilusoria”
(samsara), su visión va más allá, su conciencia se encuentra abierta a lo no
conceptual y desacondicionado.

El Loco nos habla de ese anhelo de conectar con la dimensión más amplia y
expansiva de nuestra naturaleza. Ello se traduce en la atracción que
experimentamos por los inmensos espacios abiertos de la naturaleza, de la
misteriosa atracción que ejercen sobre nosotros los territorios
inexplorados, el extraordinario horizonte del océano o las insondables
profundidades del espacio exterior. Pero también le tenemos miedo a su
falta de solidez, así que aunque a menudo anhelamos más espacio también
huimos de él y nos apresuramos a llenarlo con nuestros puntos de referencia
familiares. Lo que El Loco reconoce es su propia locura la cual es, desde
luego, el principio de su cordura y con ella se sana, trasciende y se libera.
Puede parecer una paradoja pero el Loco sabe que:”La gente cree que la
iluminación es un estado en el que al fin se comprende todo; la verdad es
más bien lo contrario: la iluminación es un estado en el que, al fin, ya no se
comprende nada”. (S. Pániker).
El Loco despierta entusiasmo, nos libera de viejos conceptos, nos permite
sintonizar con nuestro yo interior y nos ayuda a desembarazarnos de
apegos y ataduras. Es la conexión con el espíritu divino en acción.
LOS ARCANOS MENORES
Así como los Arcanos Mayores constituyen la representación de los
arquetipos y los aspectos más profundos de nuestra psique, los Arcanos
Menores nos remiten a situaciones cotidianas y de cómo los Arcanos
Mayores influyen en los cuatro centros de las persona: el intelectual
(espadas), el emocional (copas), el físico-material (oros) y el creativo-sexual
(bastos).

En este contexto cada autor de su mazo de Tarot ha hecho una


interpretación arbitraria de dichos Arcanos Menores. Hay que tener en
cuenta que la mayor parte de los tarots que se comercializan fueron
diseñados en el siglo XX y sus autores imprimieron en sus dibujos sus
creencias, limitaciones y proyecciones; por lo tanto la simbología original se
vió constreñida por la visión parcial de cada autor. Con ello no afirmo que
todos los tarots modernos no constituyan un modelo válido para el trabajo
terapéutico, al contrario en muchas ocasiones es necesario recurrir a ellos
pues precisamente sus imágenes operan de forma práctica en la psique de
quien consulta permitiéndole relacionar lo que percibe con la situación que
en ese momento está viviendo.

Debemos partir de la base de que al contrario de cuando se utiliza el Tarot


para adivinar el futuro en el que el lector habla y el consultante asiente,
cuando utilizamos el Tarot con un enfoque terapéutico, el consultante es
quien más habla y el tarólogo le acompaña en su lectura. Por lo tanto y
únicamente dentro de este contexto terapéutico, considero que los tarots
que incluyen imágenes explícitas en sus Arcanos Menores realizan una labor
importante.

Todo esto lo comento porque soy un firme defensor del Tarot de Marsella
que es el que utilizo habitualmente en mis consultas. Sin embargo considero
que para el profano sus Arcanos Menores son demasiado crípticos. Quien
consulta se encuentra ante unos símbolos, una geometría, que le es imposible
descifrar, por eso también utilizo otros mazos como el de Osho, el Cosmic,
el de Crowley o el Symbolon.

En el mundo anglosajón el mazo más utilizado es el Tarot Rider-Waite. Es


desde luego un Tarot importante y ha tenido continuidad en una saga de
barajas que perpetúan sus preceptos aunque varíen las imágenes. En
realidad lo importante es que el lector de Tarot se sienta cómodo con el
mazo que haya escogido y obtenga los resultados esperados.
Seguidamente mostraré los Arcanos Menores. No voy a realizar una
explicación exhaustiva de ellos, solamente una breve exposición de sus
posibles significados como apoyo o punto de partida para que la persona que
consulta pueda tener una referencia. Aunque ello poco importa. Lo que de
verdad interesa es que esa persona que viene a pedir ayuda o consejo
realice un trabajo imaginativo, de analogía, que le abra la mente y pueda
acceder a su propia sabiduría que es, a fin de cuentas, la que pondrá en
marcha la curación.

Los cuatro palos.


Los Arcanos Menores se dividen en cuatro palos de 10 cartas cada unos,
dando un total de 40 cartas a las que hay que unir los llamados Honores o
Figuras de las Corte, otros 16 Arcanos de los que hablaremos más adelante.
Cada palo se corresponde, ya lo hemos visto en otros capítulos, con un
elemento: las Espadas con el Aire, las Copas con el Agua, los Bastos con el
Fuego y los Oros con la Tierra, y cada elemento se relaciona con una
energía, las Espadas con la energía intelectual, mental, las Copas con la
energía emocional, los Bastos con la energía creativa y sexual y los Oros con
la energía material.
Significados
Ya he comentado que cada mazo del Tarot realiza una interpretación sui-
generis de los Arcanos Menores. También que poco importan los significados
de los Arcanos dado que es el propio consultante quien le da significado a las
imágenes que tiene delante. Sin embargo con la idea de facilitar la
comprensión simbólica original de los Arcanos Menores me remito a las
series decimales del Tarot de Marsella en las que cada Arcano Menor se
relaciona con los dos Arcanos Mayores correspondientes a su numeración.

Así los Ases contienen la personalidad y significado de EL MAGO y LA


FUERZA, los DOSES se corresponden con LA PAPISA y EL COLGADO, los
TRESES con LA EMPERATRIZ y el ARCANO XIII, los CUATROS con EL
EMPERADOR y LA TEMPLANZA, los CINCOS con EL PAPA y EL DIABLO,
los SEISES con EL ENAMORADO y LA TORRE, los SIETES con EL CARRO
y LA ESTRELLA, los OCHOS con LA JUSTICIA y LA LUNA, los NUEVES
con EL ERMITAÑO y EL SOL y por último los DIECES con LA RUEDA DE
LA FORTUNA y EL JUICIO.

Cada Arcano Menor nos habla de su elemento, por ejemplo el AS DE


ESPADAS nos remite a las características de EL MAGO y LA FUERZA en
el plano mental, de los pensamientos e ideas, el 8 de COPAS se relaciona con
LA JUSTICIA y LA LUNA en el plano emocional, el 6 de BASTOS toma su
significado de EL ENAMORADO y LA TORRE en su versión creativa,
energética, y el 10 de OROS lo hace de LA RUEDA DE LA FORTUNA Y EL
JUICIO y su relación con lo material, lo físico. En este contexto es muy
sencillo realizar una transcripción de los Arcanos Menores cuando aparecen
en una lectura.
(tarot de Marsella- Lemat)

Sin embargo es interesante también visualizar otros mazos en los que los
Arcanos Menores representan acciones más o menos cotidianas o presentan
imágenes mucho más explícitas que los del Tarot de Marsella. A continuación
adjunto los Arcanos Menores del Tarot Rider-Waite.

PALO DE ESPADAS TAROT RIDER WAITE

PALO DE COPAS TAROT RIDER WAITE

PALO DE BASTOS TAROT RIDER WAITE


PALO DE OROS TAROT RIDER WAITE

Por lo que se puede apreciar el consultante a través de estas imágenes


puede relacionar su situación con lo que visualmente le llega y es por ello que
este tipo de Tarots, como tantos otros, resulta cómodo y útil.

Los honores o cartas de la corte


Los Arcanos de la Corte se dividen en 4 cartas por palo y habitualmente se
les conoce por: PAJE, REINA, REY y CABALLERO.
En lo que concierne a sus posibles significados también podemos asociarlos a
varios Arcanos Mayores. Concretamente los PAJES se asemejan, incluso en
las imágenes y posturas, a EL MAGO, las REINAS tienen su raíz en LA
EMPERATRIZ así como los REYES la tienen en EL EMPERADOR, y los
CABALLEROS se emparentan con EL CARRO. Comparten sus características
esenciales por lo que es sumamente sencillo relacionar las cualidades que
representan en sus respectivos palos.
Vamos a revisar esas cualidades palo por palo y comprobaremos como su
relación con los Arcanos Mayores correspondientes se ajusta con exactitud.
A LA BÚSQUEDA DEL EQUILIBRIO PSÍQUICO
Resulta cuanto menos excitante saber que toda persona se encuentra
inmersa en un fascinante viaje cuyo propósito, o tan solo uno de ellos, es el
de hacer consciente lo inconsciente. Se trata de ir al encuentro de nuestro
interior para que allí cohabiten la luz y la sombra en perfecta armonía tal y
como nos indica el arcano de La Templanza.

LA TEMPLAZA- LA ARMONIA DE LOS OPUESTOS


(Tarot Rider-Waite)

Ese fluir sin resistencias debe conducirnos al renacimiento en vida,


representado por el arcano XX, El Juicio, un salto en la Conciencia que nos
permite lidiar con nuestros complejos de carga afectiva dado que “El que va
hacia sí mismo corre el riesgo de encontrarse consigo mismo…corre el riesgo
de ver ese rostro que nunca mostramos al mundo porque lo cubrimos con la
persona, la máscara del actor”. (C.Jung).

EL JUICIO – UNA NUEVA CONCIENCIA


(Tarot Tibetano)

Y al comenzar a bucear dentro de nosotros el propio conocimiento puede


resultar una experiencia amarga. Hay que contemplar ese viaje como un
viaje de regreso, de vuelta a los orígenes para proyectarse hacia adelante
en una espiral evolutiva interminable ya que el individuo nunca llega a hacer
consciente la totalidad de su mundo inconsciente. Este proceso trata de
trascender la identidad sesgada representada por el ego para desembocar
en el estado de totalidad psíquica, como en la carta del MUNDO,
identificada con la figura del Sí-Mismo el cual es un estado de conciencia
total al que se debería tender en esa profundización interior pues es del Sí-
Mismo de donde se desprende la verdad instintiva, algo diferente a la
intuición, la cual acierta o se equivoca según se encuentre afectada en
mayor o menor medida por las proyecciones.

Las lecturas y el trabajo con el Tarot hacen que podamos tomar conciencia
de la multiplicidad de la naturaleza humana. El Tarot nos enseña a observar,
a escuchar, a prestar atención, y una vez integrado en nosotros mismos, ese
observar, escuchar y prestar atención se traslada a nuestro entorno, a
nuestra vida cotidiana. Nos afirmamos en el hábito de observar, sin juzgar,
tanto lo que hacen otras personas como lo que nosotros mismos hacemos. Y
así cultivamos el arte de la atención; como dirían los chamanes, acechamos y
nos acechamos, llegando a advertir toda clase de cosas, no solo en las
lecturas sino en la vida diaria: pautas de conductas, tretas del
comportamiento, etc… tanto en los demás como en nosotros mismos.

Así pues la palabra clave en este proceso podría ser EVOLUCION y


podemos empezar en ese camino por volvernos más conscientes, nos
encontremos donde nos encontremos en este momento del camino. No hay
por qué esperar a la “iluminación” para empezar a transformar lo que
pensamos, decimos y hacemos. Se trata de despertar del sueño de la
separación y darse cuenta tanto de nuestra naturaleza multidimensional
como de nuestro estado de Unidad, que ya ES.

Curiosamente los arcanos mayores del Tarot nos aleccionan sobre ello. Si
colocamos en fila los 22 arcanos, desde El Loco al Mundo, vemos como
atravesamos las diversas etapas del viaje creyendo que estamos
evolucionando paso a paso…hasta que llegamos al arcano de La LUNA. En el
Tarot de Marsella, y en muchos otros, La Luna está mirando a los anteriores
18 arcanos y ¿qué nos viene a decir La Luna?. Pues, paradójicamente, lo que
nos está mostrando La Luna es que todo ese proceso, jubiloso en ocasiones y
angustioso la mayor parte de ellas, todo ese viaje, proyecto o como
queramos denominarlo, no es más que pura ILUSION.

El mundo de la dualidad es ilusorio por naturaleza, es una creación


puramente mental, creemos que tenemos que ir a algún lugar cuando en
realidad ya estamos en él. Los arcanos que siguen a La Luna dan prueba de
ellos. El SOL, El JUICIO y El MUNDO nos demuestran que todo es un juego
ideado por la Conciencia. Miles, millones de posibilidades que cada uno
cristaliza según sus creencias, todas ilusorias, todas falsas; aunque bien
mirado tal vez sea necesario inspeccionar ese camino por si en algún
momento despertamos a la realidad que origina las formas, a la Fuente de
todo, a lo insondable y misterioso pero a la vez tan cercano.

(Tarot de Marsella-Lemat)

En todo caso, sea lo que sea, el viaje merece ser realizado, la vida es
multifacética, poliédrica, apasionante, digna de ser vivida porque la vida
somos nosotros. Somos nosotros quienes danzamos dentro de la mandorla
del Arcano XXI. Deseo que tu baile sea placentero y dichoso porque,
además, tu danza es mi danza. Es la danza de todos.
NOTAS

AGAPE: (en griego αγάπη) es el término griego para describir un tipo de


amor incondicional y reflexivo, en el que el amante tiene en cuenta sólo el
bien del ser amado y no el propio. Filósofos griegos del tiempo de Platón
emplearon el término para designar el amor universal, opuesto al amor
personal, sea amor a la verdad o a la humanidad.

ANDROGINIA: Es el estado que define la transición hacia la totalidad


consistente en la reducción de lo diverso a una dualidad de dos polos
opuestos que finalmente se completan en el Uno. El andrógino contiene en sí
los principios polares masculino y femenino en una síntesis copular que es
producto de haber llevado las fuerzas generativas (representadas por la
energía sexual) más allá de su ordinario estado de esencia parcial que
precisa de su opuesto para completarse. El andrógino produce dentro de sí
la unión bisexual que solo tiene a la unicidad como resultado. El andrógino es
un ser humano evolucionado que, para ser vector de la divinidad, anula sus
dualidades internas mediante una cópula alquímica que tiene como resultado
un nuevo ser que es él mismo. Este nuevo ser es un estado de conciencia
única y global desde el que se alcanza todo lo que puede atestiguar el
humano como especie.

ARQUETIPOS: Son patrones básicos estructurales y son un modo


heredado de la función psíquica. Son imágenes ricas en contenido emocional
y nunca aisladas de sus interacciones. Es energía inconsciente sin forma, que
adquiere formas y cualidades diversas al volverse consciente, por ejemplo si
tomamos el arquetipo femenino, es una energía, pero al ser consciente
adquiere formas como la madre, la medium, Medea, etc...Muchas de las
representaciones arquetípicas son los motivos o representaciones
mitológicas. Los arquetipos contienen sentimientos y pensamientos, en
realidad tienen su vida propia independiente de la mente consciente y del
ego, sin importar si la psique o el ego deciden reconocerlos y aceptarlos en
su mente consciente. Se manifiestan en sueños y fantasías, usurpando la
autonomía del ego, es lo que Jung llama “Complejos Autónomos”, y es lo que
da el toque emocional y afectivo a la conciencia.

CÁBALA: Cábala, o Kábala o Qabalah es un término que significa


“recepción”, aunque tradicionalmente se traduce como “Tradición”; no se
trata de un libro sino más bien de la interpretación de los textos sagrados y
se apoya en la lengua hebrea y sus 22 letras. La palabra Cábala para
denominar a la sabiduría secreta hebrea fue utilizada por primera vez en el
siglo XI, con anterioridad se le llamaba Merkavá (carruaje) en alusión a la
visión del profeta Ezequiel (10). Dos son los textos esotéricos que se
relacionan con el aprendizaje de la Cábala: el Séfer Yetsirá o Libro de la
Creación y el Zóhar, o Libro del Esplendor. El estudio de la Cábala se realiza
habitualmente bajo cuatro aspectos: La Cábala Literal que trata de la
utilización de las letras y los números, la Cábala Dogmática que trata de la
literatura cabalística, la Cábala Práctica sobre magia y ceremonial y la
Cábala No Escrita que consiste en el conocimiento de cómo se ordenan los
sistemas simbólicos en el llamado Árbol de la Vida que denominaremos, para
una mejor comprensión, el Árbol Sefirótico. El Árbol Sefirótico representa
la vida del Cosmos con su generación, crecimiento y regeneración y equivale
asimismo a la inmortalidad y muestra como en un proceso de manifestación,
la “fuerza”, la “energía divina”, se precipitó en la “forma”. Nos enseña la
Cábala que el origen primigenio desde el que ha evolucionado este Universo
es un infinito océano de Luz, una Nada que lo es Todo y es a donde debemos
regresar todos nosotros. De esa Luz Infinita (Ain-Ain Sof-Ain Sof Or)
surge el Árbol Sefirótico en diez emanaciones o sefirot que constituyen las
manifestaciones de la Divinidad.

CONSTELACIONES FAMILIARES: Es un tipo de Terapia Sistemica


Familiar desarrollado por Bert Hellinger. Se dice que el 70% de los
problemas psicológicos que nos afectan a todos vienen de nuestra historia y
relación familiar. El hijo, por amor ciego, adopta reacciones y soporta
cargas que le dificultarán la vida de adulto. Constelaciones saca
rápidamente a la luz la dinámica que causa el sufrimiento y, si se dan las
circunstancias apropiadas, la corrige en el mismo momento. Esta Terapia se
diferencia de otras por su extrema rapidez. En una Constelación sale a la luz
y se aborda el tema causante del problema presentado por el cliente, en
oposición a procesos que pueden durar años en otro tipo de Terapias, como
el psicoanálisis. Por eso cada vez más psicólogos, psiquiatras y psicoanalistas
se interesan por las Constelaciones Familiares como herramienta
terapéutica.

CUATRO NOBLES VERDADES, LAS: Según el Budismo las Cuatro Nobles


Verdades son:

1. El sufrimiento (sufrimiento, insatisfacción, incertidumbre, dolor) es


inherente a la vida.
2. El origen del sufrimiento está en la ignorancia
3. El sufrimiento puede ser extinguido (Nirvana).
4. Para extinguir el sufrimiento, debemos seguir el Óctuple Sendero.
Este Óctuple Sendero se puede sintetizar en:

1. Comprensión correcta (conocer y entender de forma recta las nobles


verdades y el dharma)
2. Pensamiento correcto (no ceder a los deseos o al odio)
3. Palabra correcta (no hablar en exceso o inútilmente, no mentir...)
4. Acción correcta (no matar, robar, herir, violar...)
5. Ocupación correcta (ganarse la vida de forma digna sin hacer daño a
otros)
6. Esfuerzo correcto (reprimir los malos instintos y alimentar los
buenos)
7. Atención correcta (estar consciente de los acontecimientos externos,
mentales, emocionales y corporales)
8. Concentración correcta (meditar con aplicación y buena aspiración,
sin desear sólo el propio despertar) "

CHAKRAS: Palabra de origen sánscrito que viene a significar “rueda”.


Controlan la recepción y transmisión de energía vital, el KI de los japoneses,
el CHI de los chinos, el PRANA hindú.

DHARMA: Es un vocablo que significa propósito en la vida. El campo de la


potencialidad pura es la divinidad en su esencia, y la divinidad adopta la
forma humana para cumplir un propósito.

EXPERIENCIA OPTIMA: Término acuñado por el Dr. Mihaly


Csikszentmihaly, profesor y decano del Dpto. de Psicología de la Universidad
de Chicago. También las denomina Experiencias de Flujo. En síntesis “el
estado óptimo de experiencia interna es cuando hay orden en la conciencia.
Esto sucede cuando la energía psíquica (o atención) se utiliza para obtener
metas realistas y cuando las habilidades encajan con las oportunidades para
actuar”. (FLOW (Fluir) M. Csikszentmihaly Edit.Kairós)

GNOSIS: Forma de conocimiento religioso que, por su propia naturaleza, es


garantía de salvación. Se trata de un conocimiento absoluto, total.
Básicamente las enseñanzas gnósticas se caracterizan por afirmar, entre
otras cosas, que mediante el conocimiento se puede recuperar la conciencia
de nuestra naturaleza superior. Este conocimiento no proviene del esfuerzo
ni de la experiencia, sino que es revelado, transmitido mediante una
iniciación o gracia divina, o bien por la encarnación terrenal de un ser
superior.
HOLON: Término acuñado por Arthur Koestler para definir una entidad
que es a la vez una totalidad y una parte de otra totalidad mayor.

INTELIGENCIA EMOCIONAL: En 1983 el profesor de psicología Howard


Gardner expuso su teoría sobre las “inteligencias múltiples” donde habla de
7 inteligencias en el ser humano. La Inteligencia Emocional sería la
combinación de dos de esos tipos de inteligencia, la intrapersonal (el
conocimiento de uno mismo) y la interpersonal ( la sensibilidad frente a
otros). La Inteligencia Emocional abarca cualidades y capacidades que han
sido explicadas posteriormente por varios autores. Daniel Goleman ha sido
tal vez el que ha dado un mayor impulso a este tema. Entre las cualidades
que se le supone a la Inteligencia Emocional se cuentan: El reconocer las
propias emociones, el Saber manejarlas, la Utilización del potencial
existente, el Saber ponerse en lugar de los demás y Crear relaciones
sociales. Se puede encontrar información sumamente interesante en los
libros: La Inteligencia Emocional de Daniel Goleman, Qué es la Inteligencia
Emocional de Doris Märtin y Karin Boeck y en La Ecología Emocional de
Jaume Soler y M.Mercé Conangla.

KARMA, LEY DEL: Se trata del nombre genérico usado habitualmente, y


no sólo en el budismo, para denotar la conducta y sus resultados. Al
tratarse de una cuestión básica para la comprensión no sólo del budismo sino
de las tradiciones orientales este concepto ha sido bastante mal entendido,
al asimilarlo incorrectamente al destino; a una especie de predestinación
que está más allá de la voluntad humana. Hay mucha confusión sobre el
Karma, incluso hay quien vive bajo la presión de estar “viviendo un mal
karma” por algo que cometió en vidas pasadas, sin embargo la ley kármica es
el resultado de acciones que pueden ser cambiadas por la acción de la
libertad humana.

MAHAYANA: Una de las tres formas históricas más importantes del


budismo indio, no es una escuela o secta particular, es más bien una actitud
para el budismo. Su origen fue un movimiento de reacción contra la
interpretación estrecha de las palabras de las enseñanzas del Buda y trató
de reconectar con el espíritu original de dichas enseñanzas. Este
movimiento se extiende a lo largo de la historia del budismo y afecta a
todos los aspectos de la vida religiosa, artística e incluso social. El
Mahayana ha transcendido su contexto histórico inmediato, ha ido más allá
de la reacción que le llevó a su origen y ha desarrollado su carácter
espiritual positivo y propio.
OJOS DEL CONOCIMIENTO: Teoría propuesta por Ken Wilber dentro de
su tesis sobre La Gran Cadena del Ser. En síntesis parte de las premisas de
los místicos cristianos San Buenaventura y Hugo de San Víctor, quienes
decían que cada ser humano dispone de un Ojo de la carne, un Ojo de la
Mente y un Ojo del Espíritu, los cuales desvelan tres dimensiones
correlativas del ser (la ordinaria, la sutil y la causal) y que cada una de ellas
es válida cuando se dirige a su propio dominio. (Ciencia y Religión- K.Wilber-
Edit.Kairós)

ÓSMOSIS VIVENCIAL: Fenómeno por el que las vivencias externas e


internas se diluyen e integran en una unidad de comprensión. En este caso la
piel hace las veces de “membrana osmótica” dado que tanto nos une como
nos separa del exterior, de lo que, erróneamente, creemos que somos en
contraposición a lo que pensamos que no somos. La piel como “frontera” deja
de existir y los límites del YO se ensanchan.

RETORNO AL ORIGEN: Concepto extraído del pensamiento del filósofo


Salvador Pániker. En su libro Aproximación al Origen ofrece una completa
descripción de los conceptos retroprogresivos y de su idea del hombre
nuevo, que debe ofrecer un “plus de creatividad” para poder avanzar en este
nuevo período de crisis permanente. “El nuevo paradigma (retroprogresivo)
descubre la interrelación de todo con todo (conciencia ecológica
generalizada), pero esta interrelación es postmágica e incluye la acción
enigmática del azar……Sólo un nuevo animal humano, a la vez místico y
crítico, podrá autorregular el vértigo de la muerte, individual y colectiva”.
(Aproximación al Origen. S. Pániker. Edit. Kairós)

RETROPROGRESIVO: Término empleado por el filósofo Salvador Pániker


para definir lo que debiera ser el encuentro de la evolución con el retorno al
origen: “Penetramos en la era de la complejidad y de la incertidumbre, y
será preciso “segregar un plus de creatividad” para adaptarse y sobrevivir.
Pero no hay creatividad sin seguridad y, en el límite, seguridad ontológica.
De ahí la ambivalencia de lo “retroprogresivo”. La revolución técnico-
científica no hay quién la detenga. Lo que procede es avanzar
simultáneamente hacia los lenguajes especializados del futuro y hacia el
origen trascendente de las cosas. Este doble movimiento ha de generar un
auténtico “hombre nuevo”, a la vez ágil y místico capaz de tomarle gusto a lo
difícil, poseído por una nueva libertad” (Ensayos Retroprogresivos. S.
Pániker- Edit.Kairós)

SENDERO DE LA MANO IZQUIERDA, EL: El origen de este término


proviene de India, donde su significado tiene bastante relación con el
Tantra. Dentro del Tantra existen dos caminos el Dakshina Marga o camino
de la mano derecha, que es muy adecuado para renunciantes y es una vía que
prescinde del sexo, y el Vama Marga o camino de la mano izquierda que
busca la evolución combinando la practica del yoga con la vida sexual. Estos
dos caminos son vías que nada tienen que ver con el concepto de bueno o
malo, de Dios o de Diablo, en si, son una misma vía donde el entrenamiento
consiste en la práctica de visualizaciones, mantras y ejercicios de Yoga, y
cuyo objetivo es expandir la conciencia, acceder a otras vías de
conocimiento e iluminación.

SISMO LINGUISTICO: Confusión que suele ocurrir al confundir los


términos cuando nos referimos a la definición de algo: Significante: Palabra
hablada o escrita. Significado: Lo que acude a la mente cuando uno ve el
Significante. Referente Real: El Objeto en sí (Ciencia y Religión. Ken
Wilber. Edit. Kairós)
LECTURAS RECOMENDADAS

A MITAD DE CAMINO (Mariana Caplan)


APROXIMACION AL ORIGEN (Salvador Paniker)
CIENCIA Y RELIGION (Ken Wilber)
DEMIAN (Hermann Hesse)
DOGMA Y RITUAL DE ALTA MAGIA (Eliphas Levi)
EL ENCUENTRO (P. López Calero)
EL JUEGO COSMICO (Stanislaf Grof)
EL LIBRO DE ORO. EL TAROT DE MARSELLA (Daniel Rodés y
Encarna Sánchez)
EL MAPA DEL ALMA SEGÚN JUNG (Murray Stein)
EL OJO DEL YO (David R. Hawkins)
EL PODER CONTRA LA FUERZA (David R. Hawkins)
EL PODER DEL AHORA (Eckhart Tolle)
EL SENDERO DE LA MANO IZQUIERDA (Fernando Sánchez-Dragó)
EN BUSCA DEL SER (S. Grof)
ENTRE MEDITACION Y PSICOTERAPIA (Dr. Claudio Naranjo)
FILOSOFIA Y MISTICA (S. Paniker)
FLUIR (Mihaly Csikszentmihalyi)
JUNG Y EL TAROT ( Sallie Nichols)
KABALA Y PSICOLOGIA (Z´ev Ben Simón Halevi).
LA CONCIENCIA SIN FRONTERAS (K. Wilber)
LA DANZA DE LA REALIDAD (A. Jodorowsky)
LA ECOLOGIA EMOCIONAL (Jaume Soler y M. Mercè Conangla)
LA EUFORIA PERPÉTUA (Pascal Bruckner)
LA EXPERIENCIA DESCUBRIMIENTO (J.F. Demartini)
LA INTUICION COSMOTEÁNDRICA (Raimon Panikkar)
LA SENCILLEZ DEL SER (Jean Klein)
LA VIA DEL TAROT ( Alejandro Jodorowsky y Marianne Costa)
LAS ENSEÑANZAS DE DON JUAN (Carlos Castaneda)
LUCES Y SOMBRAS EL ARBOL GENEALOGICO (Daniel Dancourt)
MAS ALLA DEL CEREBRO (D. Lorimer)
METAGENEALOGIA (A.Jodorowsky y M. Costa)
PSICOLOGIA DEL DESPERTAR (John Welwood)
PSICOLOGIA INTEGRAL (Ken Wilber)
QUÉ ES EL HOMBRE (Pedro Laín Entralgo)
TAO TE KING (Lao-Tsé)
TU SOMBRA (Robin Robertson)
VERDAD Y REALIDAD (Krishnamurti)
YO, EL TAROT (A. Jodorowsky)
DATOS DEL AUTOR

FRANCISCO BENAGES GARCIA


E-MAIL: fbconexion@gmail.com

Músico y técnico de sonido con 30 años de experiencia; ha estudiado y


experimentado técnicas musicales y sonoras dirigidas a obtener respuestas
significativas en los planos físico, mental y emocional. Especializado en
instrumentos de percusión y música instrumental, ha impartido clases en el
CEV (Escuela Superior de Comunicación, Imagen y Sonido) y en Microfusa.
Es Diplomado en Musicoterapia y terapeuta Inner Sound. Asimismo ha
participado en diversos cursos y talleres sobre Coaching y Excelencia,
impartidos por Bernabé Tierno (psicólogo), Mirta Casanovas, José Angel
Cornejo y Barto Roig (IESE) entre otros. También ha participado en talleres
sobre Conciencia del Movimiento con Gloria Lerín. Estudió Psicogenealogía
con Daniel Dancourt. Interesado en las filosofías Orientales y el
Crecimiento Personal, ha asistido a encuentros y conferencias del Dalai
Lama, Paulo Coello y Alejandro Jodorowsky. Es Diplomado en Tarot,
Psicoterapia y Sanación; interesado en su aplicación psicológica, ha venido
estudiando desde hace años las relaciones del Tarot con diversos sistemas
de conocimiento y sus implicaciones psicológicas. También es Diplomado en
Kábala y Tarot y Geometría Sagrada e iniciado en Catarismo. Trabaja
con Energías Vibracionales: Máster en Sanación Bioenergética y Espiritual
y terapeuta Reiki Usui Tibetano, Diplomado en Hipnosis Clínica.
Paralelamente sigue estudiando y experimentando con EFT, Toque Cuántico
y otros tipos de energías y avanzando en la aplicación del Tarot en el
proceso del cambio de conciencias.

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