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Índice.

Introducción............................................................................................................... 2
Desarrollo................................................................................................................... 4
1.- Una aproximación al análisis de un Pedagogo y una de sus obras que
hablan de los oprimidos y opresores del mundo sin citar países o
comunidades. ......................................................................................................... 4
2.-La visión pedagógica de Paulo Freire en aspectos generales. ..................... 8
3.- El método Paulo Freire de Alfabetización. ..................................................... 9
4.- ¿Cuál fue la enseñanza que nos dejó Paulo Freire a nosotros los
educadores? ......................................................................................................... 10
Reflexiones finales. ................................................................................................. 11
Bibliografía............................................................................................................... 13
Introducción.
Pedagogía es la ciencia encargada del estudio de la educación como fenómeno
social. El término se deriva de las raíces griegas “paidos” (niño) y “gogía” (conducir);
en la antigua Grecia, el pedagogo era el esclavo encargado de educar a los niños.
Con el tiempo la palabra adquiere nuevos matices hasta convertirse en la disciplina
encargada de abocarse a la transmisión eficiente de conocimientos. En un sentido
pleno hacer alusión de una definición de pedagogía es un buen inicio para tratar de
explicar la razón por la cual nos encontramos en la postura de lectores, convirtiendo
nuestra lectura aleatoria a una bien intencionada y que busca la reflexión de las
realidades educativas actuales y del marco de la vida misma en pleno siglo XXI.

Como sujeto en formación y como recién expulsado de la práctica docente, las


experiencias están al día y aunque la reflexión argumentada era menester fijar
nuestro estudio en temas de pedagogía, no puedo hacer menos la Importancia de la
Obra denominada “Pedagogía del Oprimido” sin embargo acepto que aun en nuestro
país es una obra en cierto grado desconocida y que hasta hace apenas unas
semanas también lo era para mí, sin embargo dentro del curso Teoría pedagógica la
oportunidad de leer y releer está plasmada legalmente y en esta ocasión nuestro
asesor Esquivel nos encomendó la lectura de la Obra antes mencionada y la
fabricación de un texto reflexivo con tintes de ensayo sobre las principales ideas que
Paulo nos intenta explicar.

En base a lo anterior me siento satisfecho de llegar hasta el punto de intentar


explicar con mis palabras y a la luz de la Obra misma La pedagogía del oprimido, a
continuación les mostrare un pequeño análisis de lo que pude rescatar de la lectura
de la Obra y de algunos otros textos importantes. En primer momento les expongo la
síntesis a la cual llegue sobre el texto mismo de la obra resaltando los conceptos e
ideas más importantes, para después expongo mis conclusiones referentes al
pensamiento pedagógico de Freire, enseguida rescato la metodología alfabetizadora
que utilizo Freire y con concluyo con dos apartados, uno donde rescato aquellas
líneas que Freire nos envía directamente como Profesores y la ultima de reflexiones
finales.

Para finalizar esta presentación demo mencionar que La pedagogía del Oprimido
puede ser leída y entendida sin alguna otra obra de Freire leída con anticipación sin
embargo ya entrados en materia puedo asegurar que La pedagogía del oprimido es
la pieza clave para entender, reflexionar y utilizar los postulados de Paulo Freire.
Desarrollo.

1.- Una aproximación al análisis de un Pedagogo y una de sus obras que hablan de
los oprimidos y opresores del mundo sin citar países o comunidades.
En 1962, en la ciudad de Angicos, Rio Grande do Norte, centenas de agricultores se
alfabetizaron en 45 días. Era el inicio de la lucha para alfabetizar y concientizar a las
personas pobres brasileñas. Exilado en Chile en 1968, Freire elabora teóricamente
esa experiencia popular en Pedagogía do oprimido, su obra más estudiada en las
universidades del mundo. En la última frase del libro, Freire confiesa su “fe en los
hombres y en la creación de un mundo en el que sea menos difícil amar” . La lucha
por la educación del pueblo pobre renueva la tradición de la educación liberadora
que no facilita el amor, sino que asume sus dificultades.

El Capítulo I presenta la contradicción dialéctica opresor-oprimido. La tesis central es


“Nadie libera a nadie, nadie se libera solo: los hombres se liberan en comunión” (p.
27). El oprimido se libera en la construcción históricamente determinable —nunca
determinada— de su humanización por la cual busca la “verdadera generosidad” (p.
31) que se constituye en “acto de amor” (p. 32). La liberación supera una especie de
“clima general” (p. 48) creado por los opresores que transforman a todo y a todos en
“objetos de su dominio” (p. 49). Los revolucionarios son solidarios y críticos con
relación al “auto desamparo” (p. 54), a la “ambigüedad” (p. 55), a la dependencia
emocional de los oprimidos, pues es “necesario que creamos en los hombres
oprimidos. Que los consideremos capaces de pensar correctamente también” (p. 57).
Esa creencia pedagógica puede superar los actuales impases teóricos sobre la
relación entre partidos, democracia y participación popular.

En el Capítulo II se contrapone las educaciones “bancaria” y problematizadora. La


educación bancaria de define como la instrucción escolarizada donde el maestro
domesticador deposita comunicados de la ideología dominante en la mente de las
educandas y educandos. La educación bancaria se argumenta en la conquista y en
la invasión cultural, absolutiza la ignorancia, mitologiza la realidad, manipula, divide,
reprime, castiga. La educación bancaria recurre a la narración y a la memoria, es
monológica, asistencial, nutricional y domesticadora. La educación bancaria
considera a los alumnos y alumnas objetos pasivos de la relación pedagógica, por lo
tanto adapta a la realidad, es reproductora, niega la palabra, aliena la ignorancia y
fomenta la cultura del silencio. En la bancaria, la palabra es “más sonido que
significación”(p. 65), se desarrolla como “memorización mecánica del contenido
narrado” (p. 66). Niega la concepción “ontológica de la vocación de Ser Más” que “es
humanizarse” (p. 70), por eso es “necrófila” (p. 74).

La problematizadora promueve el “diálogo” (p. 78) entre educando y educador


mediada por el mundo. 390 Problematizar es realizar el “acto cognoscente” (p. 80)
por el cual el diálogo se convierte en “indispensable a la cognoscibilidad de los
sujetos cognoscentes, en torno del mismo objeto cognoscible” (p. 78). El mundo es
“el mejor mediador de los sujetos de la educación, la incidencia de la acción
transformadora de los hombres, de la que resulta su humanización” (p. 86).
Actualmente, a partir de esa ética pedagógica se puede contraponer el concepto de
humanización a la noción dominante de la globalización de los mercados. La
problematización se sustenta en la crítica y toda crítica tiene como principio la
desmitificación de la realidad. Un buen ejemplo de la problematización crítica lo
describen Marx y Engels en La sagrada familia: “Hay que hacer de la opresión real
todavía más opresiva añadiendo a aquella la conciencia de la opresión, haciendo la
infamia todavía más infamante al pregonarla.”

El Capítulo III presenta conceptos estratégicos: diálogo, tema generador y función


pedagógica del partido político. Existir es pronunciar el mundo de tal modo que “decir
la palabra verdadera sea transformar el mundo” (p. 91). La relatividad del
conocimiento se vincula a la garantía absoluta de la libertad de los sujetos que es al
mismo tiempo relativa a la situación política. Es como si pudiéramos ver la libertad
apenas por la espalda, yendo atrás de ella, sin ver su rostro. El diálogo cognoscente
presupone la investigación sobre el “universo temático del pueblo o el conjunto de
sus temas generadores” (p. 106). El criterio para escoger los temas es su capacidad
para generar “situaciones límite” y de incidir en los “actos-límite” a través de los
cuales el oprimido realiza el tránsito hacia una nueva conciencia (p. 107) sino que
libera. La “superación no se hace en el acto de construir ideas, sino en el de
producirlas y de transformarlas en la acción y en la comunicación” (p. 119). El sentido
de los “temas bisagra” (p. 136) propicia el diálogo de las personas y de los propios
temas entre sí, entre los cuales está el concepto antropológico de cultura. ¿Cómo
repensar el currículo en esa perspectiva?

En Pedagogía do oprimido, al hablar sobre “la investigación de los temas


generadores y su metodología”, se entiende que el proceso de codificación/
decodificación hace parte de la metodología concientizadora de Paulo Freire al
facilitar la aprehensión del tema generador e insertar o comenzar a insertar a la
persona en una forma crítica de pensar su mundo. Efectivamente, el análisis de una
situación existencial concreta, “codificada”, implica, para su aprehensión,
“decodificación”, partir abstractamente hasta lo concreto; implica una ida de las
partes al todo y un regreso de éste a las partes; implica un reconocimiento del sujeto
en el objeto (la situación existencial concreta) y del objeto como situación en que
está el sujeto (cf. 1997, p. 97ss).

La decodificación es un acto cognoscente que promueve el surgimiento de una


nueva percepción y el desarrollo de un nuevo conocimiento. A partir de la práctica,
Freire afirma que los campesinos solo se interesaban cuando la codificación se
refería directamente a los aspectos concretos de sus necesidades sentidas (p. 97ss),
y por lo tanto, su decodificación era posible porque se refería a situaciones
conocidas. En el proceso de decodificación, como análisis crítico y consecuente
reconstitución de la situación vivida, Freire observa que los seres humanos están
exteriorizando su visión de mundo, su forma de pensarlo, su percepción fatalista de
las “situaciones límite”, su percepción estática o dinámica de la realidad. Sus “temas
generadores” se encuentran envueltos en la manera como se da ese enfrentamiento
con el mundo.

El Capítulo IV desarrolla la teoría de la acción dialógica decurrente de esa


antropología cultural. O sea, a través del diálogo podemos mirar el mundo y nuestra
existencia en sociedad como proceso, algo en construcción, como realidad
inacabada y en constante transformación. En esa perspectiva, el diálogo es la fuerza
que impulsa al pensamiento crítico problematizador con relación a la condición
humana en el mundo. A nuestro modo de ver, es a través del diálogo que podernos
decir mundo. Además de eso, el diálogo implica una praxis social, que es el
compromiso entre la palabra dicha y nuestra acción humanizadora. Esa posibilidad
abre caminos para repensar la vida en sociedad, discutir sobre nuestro ethos cultural,
sobre nuestra educación, el lenguaje que utilizamos y la posibilidad de actuar de otra
forma, para transformar el mundo que nos rodea.

En el último capítulo parte de la idea central nos habla de la Acción cultural. La


acción cultural es el resultado de la tensión y distensión de la relación entre
opresores y oprimidos. Se pueden observar dos tipos básicos de acciones culturales:
acción cultural para la libertad y acción cultural para la dominación. La acción cultural
para la libertad nace de los grupos oprimidos como identidad cultural y como
organización política. La acción cultural para la dominación, en cambio, nace de los
opresores como imposición ideológica o de facto que sabotea y condiciona el
pensamiento y la acción de los grupos oprimidos.

La Colaboración es la rimera de las prácticas dialógicas para la liberación. La


colaboración se opone a la conquista y se caracteriza por la comunión y
comunicación, simétrica y horizontal, entre líderes y pueblo. Al respecto escribe
Freire: “La comunión provoca la colaboración, la que conduce al liderazgo y, a las
masas, a aquella ‘fusión’ a que se refiere el gran líder revolucionario recientemente
desaparecido. Fusión que sólo existe si la acción revolucionaria es realmente
humana y, por ello, simpática, amorosa, comunicante y humilde, a fin de que sea
liberadora.”[

En contra de la colaboración el antidialogo concebido como la práctica recurrente del


opresor contra los grupos oprimidos. El antidiálogo se caracteriza por mitificar la
realidad a partir de la conquista, la división, la manipulación y la invasión cultural,
esta última es entendida como la última de las prácticas antidialógicas y violentas del
opresor que consiste en despreciar la cultura popular para imponer la cultura del
opresor. Es así como el opresor se “instala” y “adhiere” en la conciencia oprimida
alienando y cosificando a la persona en objeto. La invasión cultural se lleva al cabo
de muy diversas maneras, desde la imposición violenta y tácita de un modo de
concebir el mundo, hasta las sugestivas, subrepticias y alienadoras formas de
penetración ideológica utilizadas por la propaganda publicitaria, los medios masivos
de enajenación, el currículum escolar, etc.

Apoyando al oprimido a liberarse se encuentra también la unión cómo una de las


prácticas dialógicas necesarias para la liberación. Si la práctica del opresor consiste
en dividir a las mayorías en fracciones rivales con tal de reproducir su condición de
privilegio; la unión es una praxis de liberación que salva las diferencias, reales o
impuestas, que existen entre los grupos oprimidos que buscan su liberación. Y es de
estas formas que tiene el oprimido como se puede a llegar a algunos fines de la
educación liberadora como lo es primero la organización y después la síntesis
cultural. Entendemos como organización la práctica política y dialógica entre el
pueblo y sus líderes. La organización política de los grupos oprimidos establece los
principios tácticos y estratégicos necesarios para la transformación social. “El
objetivo de la organización, que es liberador, se niega a través de la cosificación de
las masas populares, se niega si el liderazgo manipula a las masas.” Por último la
síntesis cultural es entendida también como revolución cultural, la síntesis cultural es
propia de sociedades abiertas y democráticas. “Dado que en la síntesis cultural no
existen los invasores, ni tampoco existen los modelos impuestos, los actores,
haciendo de la realidad el objeto de su análisis crítico al que no dicotomizan de la
acción, se van insertando, como sujetos, en el proceso histórico.”
2.-La visión pedagógica de Paulo Freire en aspectos generales.
Antropológicamente, Freire concibe al género humano como el único entre las
especies vivas que no al nacer no tiene establecido su modus vivendi. La naturaleza
de los seres humanos es venir a ser, es construcción y conquista permanente,
búsqueda incesante y progresiva, propia del inacabamiento y 58 condicionamiento
socio histórico de hombres y mujeres, que están siendo en un mundo y en una
historia también en construcción y reconstrucción. La pedagogía de Freire es una
pedagogía colectiva, radical, innovadora y liberadora que propone subvertir el orden
social vigente en todos sus niveles: personal, micro y macro estructural. La
originalidad de Freire está en la superación de una forma de pensar totalizadora de la
vida, pues él busca construir crítica y creativamente nuevos elementos para concebir
la vida humana en sociedad de un modo radicalmente democrático y liberador.

Las aportaciones de Paulo Freire fueron de otro tipo, su pensamiento fue hecho
pedagogías cuando traspaso la barreras de la teoría y se centró en lo científico y
experimenta y pudo crear una propuesta extraordinaria que le dio voces a quien no
podía hacer uso de su lengua y por lo tanto estaba deshumanizado, la obra de Paulo
Freire se puede observar a partir de seis ideas de peso: 1ª. Por la ampliación del
concepto educativo (adicional al de la educación puramente escolar); 2ª. Por la
politicidad inherente a la educación; 3ª. Por el conocimiento de los límites de la
práctica educativa; 4ª. Por la construcción de una nueva cultura política; 5ª. Por el
principio de la gestión democrática; 6ª. Por una pedagogía basada en la pregunta.

En relación al objetivo de este trabajo que no es más que proyectar el pequeño


análisis que se le da a una Gran obra, sobre La pedagogía del oprimido decimos
que nació de las luchas utópicas de los años 60 y aún no se han llevado a la
práctica. Por ello, este libro de Paulo Freire sigue siendo tan actual y lo seguirá
siendo en la medida que hayan oprimidos. Lo que plantea el libro aún no ha
sucedido. No se puede dar por superada una pedagogía del oprimido mientras
existan oprimidos. No se puede superar la lucha de clases mientras existan
privilegios de clase.

El futuro del pensamiento freireano está ligado al futuro de la educación popular y a


su reconceptualización, dado que la educación popular constituye un movimiento
dinámico y ha atravesado por varios momentos, además de las primeras categorías
que Paulo Freire utilizó –como “opresor-oprimido”-, hoy encontramos otras como la
categoría “excluido”. Es necesario cambiar el contenido y la metodología de la
educación popular adaptándolos a la nueva realidad de los “excluidos”.
3.- El método Paulo Freire de Alfabetización.
Para poder entender el método de alfabetización propuesto y hecho realidad por
Freire debemos tener claro que el dialogo a través de los círculos de cultura y tener
en cuenta a la concientización como producto de escribir expresando juicios sobre la
realidad son dos elementos claves. A continuación intentare proponer la metodología
de alfabetización de Freire.

Exploración del universo de palabras del alfabetizando. Se extraen vocablos de


mayor carga semántica, estas “palabras generadoras” propician la formación de
otras, significadores de su existencia. Estas se representan de manera gráfica, el
alfabetizando comienza a decodificar. Al mirar su mundo en esas representaciones,
el alfabetizando se reencuentra en él, con los otros y en los otros, el alfabetizando
integra la significación de las palabras en su contexto, en su comportamiento:
codificación y descodificación, la palabra generadora se objetiva en una
combinación de fonemas representados gráficamente, en grupo se realizan
decodificaciones sencillas a efectos de descubrir al ser humano como sujeto de todo
proceso histórico de la cultura. El alfabetizando puede comprender la composición
de una palabra (descomponiendo sus elementos silábicos). Pero no sólo eso: puede
escribir su pensamiento.

El método propuesto consistía en partir de la realidad que rodeaba al educando,


plantear situaciones existenciales que posibilitaban la comprensión del concepto de
cultura, acompañadas de comentarios. ¤ Se presentaban 17 palabras generadoras
que constituyeron el plan de círculos de cultura. En chile se comenzó con la palabra
generadora Trabajo y en Brasil se comenzó con la palabra generadora Tijolo o
ladrillo.
4.- ¿Cuál fue la enseñanza que nos dejó Paulo Freire a nosotros los educadores?
La escuela pública de horario integral propicia la introducción de la teoría freireana,
ya que hace posible establecer prácticas culturales y comunitarias, además de una
relación entre la educación formal e informal. Por lo tanto Freire nos convierte en
actores principales para educar para la libertad. En La pedagogía del oprimido el
educador es el facilitador, el acompañante, el que ayuda al opresor a dejar de serlo y
al oprimido a liberse. Paulo Freire nos indica cuál es el papel de los educadores en la
creación de una nueva concepción del poder: reinventar la educación reinventando la
política.

En Profesora sí, tía no: cartas a quien pretende enseñar, él reafirma la indispensable
profesionalización de la docencia profesionalización de la docencia contra
profesionalización de la docencia la desvalorización de esta profesión. Freire
defiende, en la acción educadora, el rigor y rigor no es rigidez, el derecho derecho
del maestro a tomar la palabra, del maestro a tomar la palabra pero no el derecho de
fastidiar a sus alumnos con su discurso.

La manera en que Paulo Freire defiende el discurso del maestro nos recuerda otro
libro escrito esta vez junto a Antonio Faundez, titulado Por una pedagogía de la
pregunta. En este libro él defendió la capacidad de dirección de la práctica educativa:
“se no tenemos nada que proponer o si sencillamente nos rehusamos a hacerlo, en
realidad, no tenemos nada que hacer con respecto a la práctica educativa. En ese
libro, ellos siguen planteando la necesidad de que la escuela tenga un proyecto
político-pedagógico afirmando que “el punto de partida de un proyecto político
pedagógico tiene que estar exactamente en los niveles de aspiración, en los niveles
de sueño, en los niveles de comprensión de la realidad y en las formas de acción y
de lucha de los grupos populares”.

En Pedagogía de la autonomía, Freire muestra la magnitud de la formación del


maestro para cualquier cambio educativo, sobre todo para mejorar la calidad de la
enseñanza. La calidad de enseñanza también se mide a través de la formación de un
alumno crítico y politizado.
Reflexiones finales.
Freire alfabetizó 300 trabajadores rurales en su Campaña Nacional de Alfabetización,
el proceso educativo debe partir de la realidad que rodea a cada individuo y no debe
existir invasión cultural ni imposiciones, era tanta la expectativa del buen Freire que
deseaba lograr en sus contemporáneos: la adquisición de la capacidad de
conocimiento y critica, el reconocimiento de la fuerza en la unión de los oprimidos y
transformar la realidad y la liberación de ataduras.

Quiero decir que confluían aquí, por un lado, una extraordinaria confianza en el ser
humano y su capacidad de ser, saberse sujeto y, por el otro, un claro compromiso
con el pensamiento crítico y los movimientos populares revolucionarios. En ese
contexto y desde esa posición política Freire dice que la pedagogía debe hacerse
“con él, y no para él” y debe ayudar a las mujeres y los hombres y a los pueblos, en
su lucha incesante para recuperar su humanidad. La pedagogía freiriana, entonces,
parte del reconocimiento de un saber experiencial y propone herramientas para
tomar distancia crítica y construir un proceso alfabetizador que nos permita la
comprensión histórica, dialéctica, de la vida cotidiana. La comprensión del mundo, y
los conceptos y procedimientos con los que activamos esa comprensión no son
depósitos del educador sobre el educando sino construcciones del propio educando
problematizando el mundo.

También me pareció muy sugerente su invitación a organizarnos, en comunidades,


movimientos, redes, desde las que conversar y regalarnos los saberes construidos
en la experiencia práctica del compromiso emanipatorio. La iniciativa de los
proyectos de educación popular en Latinoamérica y en el contexto español el
surgimiento de los Movimientos de Renovación Pedagógica, deben mucho a esta
propuesta. En todos estos casos, los enormes esfuerzos entre el movimiento docente
por investigar y desarrollar propuestas didácticas innovadoras no eran ajenos al
combate político contra las “culturas de dominación”, utilizando la expresión freiriana.
Es decir, no había didáctica crítica sin un proyecto global de emanipación cultural y
social.

Tengo en mente una pregunta generadora para decirlo en términos de Freire: ¿Qué
hacemos hoy en nuestras escuelas si buscamos la emancipación de los seres
humanos? Quizá una o varias lecturas a profundidad de La Pedagogía del Oprimido
nos ayudaría a encontrar respuestas y ponerlas en crisis, a compartir proyectos y a
desarrollar programas de formación que pongan al profesorado en el centro de la
toma de decisiones. Sin pregunta generadora, sin organización y sin espacios
horizontales para la dialogicidad Freire se convierte en una simple cita para ilustrar
con un marchamo progresista cualquier trabajo académico.
Por cierto, olvidé comentar más arriba que en este texto de Freire me tropiezo de un
modo reiterativo con conceptos como lucha de clases, opresores y oprimidos ricos y
pobres y otros de la misma familia discursiva. Quizá porque estamos sometidos a lo
que Pablo Freire llamaba la “cultura del silencio”.

Paulo Freire era un optimista crítico, sustentando lo que decía Antonio Gramsci: “el
pesimismo de la inteligencia es el optimismo de la voluntad”. Porque la educación
puede transformar a las personas que transforman el mundo. Transformar personas
y transformar el mundo son procesos interconectados. Paulo se sentía, a menudo,
insatisfecho cuando algunos “seguidores” repetían mecánicamente lo que él había
escrito, dicho o hecho. Él se oponía radicalmente a los “repetidores de ideas.
Siempre retomaba sus ideas a partir del contexto donde se encontraba y, así, nos dio
el ejemplo de que no era ni siquiera repetidor de sus propias ideas. Freire era
coherente con sus pensamientos, pero no los repetía. He allí la razón por la cual, en
mi opinión, Pedagogía de la autonomía, representa no sólo su último libro, sino uno
de sus libros más importantes.
Bibliografía.
Freire, P. (1975). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI. En:
http://www.servicioskoinonia.org/biblioteca/general/FreirePedagogiadelOprimido.pdf.

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