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ISSN: 0122-8803
historiacaribe@mail.uniatlantico.edu.co
Universidad del Atlántico
Colombia
RESUMEN
La historiografía nacional le ha prestado poca atención al proceso de
recepción y asimilación de la experiencia gaditana en la formación de las
instituciones políticas republicanas en la Nueva Granada. En este artículo
se mostrará el modo en que la Constitución de la Monarquía Española,
proclamada en Cádiz el 19 de marzo de 1812, fue jurada y aplicada, así
fuera parcialmente, en las provincias caribeñas del virreinato neogranadino
durante los dos breves periodos de su vigencia en España: el gobierno de
las Cortes y la Regencia, de 1812 a 1814, y el del “Trienio Liberal”, de
1820 a 1823.
Palabras clave
Constitución de la Monarquía Española, provincias caribeñas de la Nueva
Granada, Cortes de Cádiz, Regencia, Primera República, Trienio Liberal.
ABSTRACT
The Colombian national historiography has paid little attention to the
process of reception and assimilation of Cadiz experience in the formation
of the republican political institutions in New Granada. This article will
show how the Constitution of the Spanish Monarchy, proclaimed at Cadiz on
March 19, 1812, was sworn and applied, if only partially, in the Caribbean
provinces of the viceroyalty of New Granada for two brief periods of his life
in Spain: the government of the Courts and the Regency, from 1812 to 1814,
and the “Liberal Triennium”, from 1820 to 1823.
Key words
Constitution of the Spanish Monarchy, Caribbean provinces of New
Granada, Cortes de Cádiz, Regency, First Republic, Liberal Triennium.
tuciones que se pusieron en funcio- bien dejó por fuera a algunos de los
namiento fueron los ayuntamientos antiguos regidores, en general mantu-
constitucionales, precedidos por la vo la estructura de poder vigente en la
elección de sus regidores. Entre las ciudad y expresada en su tradicional
novedades introducidas por la Carta cabildo. El hecho de que algunos de
gaditana a esta venerable institución los “regidores perpetuos” hubieran
colonial estaban: 1ª) la posibilidad sido escogidos por los electores para
de que en toda población con más seguir ocupando su lugar en el nuevo
de 1.000 habitantes se erigiera una ayuntamiento dio lugar a que la Real
nueva municipalidad, con el corres- Audiencia procediera a acusar ante el
pondiente tren burocrático de regi- Consejo de Regencia al ayuntamiento
dores, alcaldes y procurador, dando de Panamá y al antiguo virrey y aho-
así lugar al fraccionamiento de los raJefe Político Superior de la Nueva
distritos de numerosos cabildos anti- Granada, por no sujetarse al manda-
guos23; 2ª) la elección de los regidores to constitucional de suprimir a los
por el voto libre de los ciudadanos de regidores perpetuos ni al decreto de
cada pueblo, quienes debían cada año las Cortes que establecíala forma de
seleccionar a los electores que, a su elección y el número deregidores de
vez, elegirían “a pluralidad de votos” los nuevos ayuntamientos25.
a los alcaldes y regidores municipa-
les24. Con ello se ponía fin a la inve- Como se anotó antes, a comienzos de
terada venalidad y perpetuidad en los 1813 se estableció un ayuntamiento
regimientos, con lo que se buscaba constitucional en San Juan del Cesar,
la renovación tanto de la institución y a finales del año otro en Valledu-
capitular, como, eventualmente, de la par26.Pero en el caso de San Juan del
dirigencia municipal. Cesar, que se alió con las vecinas
poblaciones de FonsecayBarrancas
También fue en Panamá donde pri- para sacudirse el yugo de la cabecera
mero se pusieron en vigencia parte de provincia, lo que se evidencia es
de las novedosas instituciones crea- un uso perverso de la Constitución,
das por las Cortes de Cádiz. Así, el tal como lo señaló oportunamente
Ayuntamiento Constitucional de Pa- el nuevo Jefe Político Superior de la
namá fue rápidamente elegido “por Nueva Granada don Juan de Montal-
la libre voluntad del pueblo”, e inició
sus actividades el primer día de Enero 25 Guillermo Sosa Abella, Representación e
de 1813. La nueva municipalidad, si independencia, 1810-1816(Bogotá: Institu-
to Colombiano de Antropología e Historia,
2006), 114.
23 Constitución de la, Título VI, artículos 309
26 Acta del Ayuntamiento de Valledupar (Va-
y 310.
lledupar, diciembre 25 de 1813), AGN,
24 Constitución de la, Título VI, artículos 313 Archivo Anexo, Gobierno,tomo 24, ff.
y 314. 31v-32v.
la monarquía no solo había sufrido un fue aún más precaria, parcial y efíme-
enorme menoscabo de su autoridad y ra que durante la Primera República.
legitimidad, sino que el ejército ex- No obstante, en varias provincias se
pedicionario quedaba completamen- proclamó, juró y aplicó en la medida
te abandonado a su suerte, que para en que las circunstancias de cada una
entonces, ya no era la mejor29. Y por de ellas lo permitieron. Los registros
otra parte, el inexpugnable baluarte existentes dan cuenta de que al menos
del realismo americano, el virreinato en las ciudades realistas se hizo lo
del Perú, se vería inexorablemente posible por poner en pie el régimen
envuelto en la agria contienda que constitucional doceañista. Tal fue el
liberales y absolutistas libraban en de Cartagena, una vez más sometida
la península30. al control absolutista.
que para dar paso a lo solicitado el mismo fin. Con ello se aspira-
era indispensable la presencia de ba a imponer, sin más dilaciones,
los demás jefes y autoridades de el régimen constitucional en la
la ciudad y la del virrey, primera- provincia de Cartagena. Las res-
autoridad del reino. puestas obtenidas por la comisión
fueron todas adversas o elusivas o
Ante la clara intención del gobernador dilatorias.
Torres y sus aliados de forzar el resta-
blecimiento del régimen constitucio- Entretanto Sámano, fiel a su talante,
nal, los militares adeptos a Sámano ordenó a sus leales rondar las calles
reaccionaron tratando de evitarlo. de la ciudad y aprehender esa mis-
Ello dio lugar a momentos de aguda ma noche a todos aquellos que ha-
tensión entre las tropas leales a unos bían manifestado su inclinación por
y otros, pero al final se impusieron las ideas liberales y por la Constitu-
los adictos a la Constitución. Luego ción gaditana. No obstante, mientras
de convencer a las tropas insubordi- el virrey trataba de ganar tiempo y
nadas de la necesidad de volver a sus consolidar su autoridad, un grupo de
cuarteles, el gobernador citó al cabil- soldados sostuvo la insubordinación
do a reunión extraordinaria al tiempo y se mantuvo sobre las armas du-
que deliberaba con los jefes militares rante toda la noche. En vista de las
de la plaza.El Cabildo acordó elevar circunstancias, el día 8 el cabildo se
una solicitud al virrey para que éste se volvió a reunir y acordó solicitar una
aviniera a reconocer la Constitución, vez más al virrey el reconocimiento
como ya lo había hecho el propio rey de la Constitución, haciéndole notar
tres meses antes. En consecuencia, se que la agitación militar y popular se
enviaron sendas diputaciones ante el tornaba peligrosa para el orden públi-
virrey, el obispo y el oidor decano de co de la ciudad pero, sobre todo, para
la Real Audiencia. La primera tenía preservar la unidad requerida con ur-
como propósito notificarle a Sámano gencia si se quería enfrentar con éxito
el acuerdo del cabildo, y hacerle co- la acuciante amenaza que, por mar
nocer los informes llegados de La Ha- y tierra, representaba el ejército co-
bana, Puerto Rico y Jamaica referidos lombiano. Pero una vez más el virrey
a la real situación de España y sus se negó a aceptar las solicitudes del
dominios ultramarinos.La segunda cabildo y el gobernador, mientras la
pretendía lograr la intercesión del impaciencia y el malestar de militares
obispo con el fin de convencer al y funcionarios insubordinados cre-
obstinado virrey de jurar la Cons- cían. Dos eran los reclamos de los
titución; y la tercera procuraría soldados inconformes: la cancelación
obtener el mismo reconocimiento de sus emolumentos atrasados y la
de parte de la Real Audiencia, y inmediata proclamación de la Cons-
su intercesión ante el virrey, con titución. Con la esperanza de conjurar
tico y Militar, y Sámano, luego de ha- ras penas se puso en pie el ayunta-
cer un último intento por recuperar el miento, cuyos regidores debieron
poder tuvo que reconocer esta nueva ser elegidos a mediados de 1820.
derrota y optó por viajar a Jamaica36. Y como lo estipulaban la Carta y la
tradición, su relevo ocurrió en di-
Pero una cosa era reconocer el régi- ciembre de 1821. Pero, como era de
men constitucional y otra ponerlo a esperarse dadas las circunstancias,
funcionar en medio del asedio cre- el balance del primer ayuntamien-
ciente de los ejércitos republicanos. to constitucional de Cartagena fue
De hecho, poco fue lo que pudo ha- desolador: durante su breve gestión
cer el flamante Jefe Superior de Car- sus regidores habían comprobado
tagena para erigir en la ciudad y su que ni la ciudad ni su provincia
provincia las instituciones creadas ofrecían las más elementales ga-
por las Cortes y la Constitución. A rantías para el cumplimiento de sus
lo sumo, algunas de ellas se trataron deberes37, comoquiera que la ciudad
de poner en práctica según el mo- no contaba en el momento con ren-
mento, el lugar y las circunstancias. tas de propios ni fondos públicos ni
De hecho, entre los meses de agos- fuerzas militares ni espíritu cívico.
to y noviembre de 1820 se fueron Como mucho, el ayuntamiento creó
recibiendo las órdenes y decretos una junta de sanidad que se ocu-
que desarrollaban la constitución, para de procurar alguna mejoría en
pero el gobernador sólo pudo ha- las precarias condiciones de aseo y
cer llegar a los territorios libres de salubridad, y una comisión de poli-
tropas colombianas algunas pocas cíaque se hiciera cargo del control y
instrucciones de las se recibieron vigilancia sobre el abasto y la provi-
desde España. De las instituciones sión de alojamientos y bagajes para
de clara estirpe constitucional a du- las tropas del rey que aún se man-
tenían en la plaza. Nada se podía
36 José Manuel Restrepo, Historia de la, hacer en las condiciones dadas para
147. En su acucioso análisis de los acon- promover la educación pública, ni
tecimientos políticos de Cartagena en los las entidades de beneficencia, ni las
estertores del gobierno virreinal, Justo actividades económicas de la po-
Cuño supone que el rumbo que tomaron
las cosas obedeció a una cuidadosa trama blación38. De hecho, entre las pocas
urdida por el gobernador Torres desde instituciones novedosas aunque no
mucho antes de la llegada de Sámano a la
ciudad. Según su análisis, entre los aliados
37 La composición, elección, atribuciones y
de Torres se encontraron los más recono-
deberes de los nuevos ayuntamientos fue-
cidos miem¬bros liberales del ejército y
ron reglamentados por los artículos 309 a
de la élite económica cartagenera, quie-
323 de la Constitución de la Monarquía Es-
nes subvencionaron el le¬vantamiento de
pañola.
las tropas para obligar al virrey a jurar la
Constitución.Justo Cuño, El retorno del, 38 AGI, Cuba, 716, citado por Justo Cuño, El
301-305. retorno del, 327.
39 Justo Cuño, El retorno del, 321. 40 Justo Cuño, El retorno del, 328 y 333.