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En este marco, a comienzos de los 90, se produjeron las primeras reacciones a las
medidas implementadas por el gobierno de Carlos Menem ( 1989 – 1999), sobre todo
desde los trabajadores del Estado, afectados por el proceso de racionamiento de sus
puestos de trabajo y desde el gremio docente, en defensa de la educación pública.
Podemos decir que, en esta primera etapa, la movilización social, solo se caracterizó por
ser “llamados” o “alertas” sobre lo que estaba pasando, sin lograr constituir una oposición
fuerte a las recetas recesivas.
Para el caso de Argentina, la movilización general del periodo 2000-2001, representó una
reacción generalizada al modelo y a la clase política que lo llevó adelante. Se produjo un
importante ascenso de las luchas, durante las cuales, aparecieron nuevos movimientos
sociales, que mostraron en primera instancia: la crisis de las formas tradicionales de
participación como sindicatos
Estas diferentes situaciones dieron lugar (en base a la clasificación realizada por Héctor
Palomino ) a :
-Movimiento de las Fabricas recuperadas: Tuvieron un primer inicio hacia 1995, buscando
la autogestión, ante el inminente cierre de las empresas y la imposibilidad de reubicarse
en el mercado laboral . Así, se produjo en principio, la ocupación de la fábrica, la
resistencia al desalojo y la posterior puesta en marcha de la producción ( lo cual implico
un acuerdo con proveedores y clientes para reiniciar el ciclo productivo). La consigna fue:
OCUPAR – RESISTIR- PRODUCIR. Los sindicatos, salvo excepciones, no tuvieron
injerencia en este movimiento, por el cual en realidad se sintieron amenazados. Así las
empresas recuperadas, comenzaron a extenderse y adquirieron diferentes formas
jurídicas desde las sociedades anónimas, hasta las cooperativas, que se transformó en el
marco jurídico mas conveniente, ante la posibilidad del inminente desalojo por la patronal
y para permitir la igualdad con todos los compañeros, los cuales ya no eran obreros, sino
socios entre sí. En este contexto, después del 2001, las empresas autogestionadas,
lograron articularse con las asambleas barriales y los movimientos piqueteros, con lo cual
conformaron un frente de lucha más consistente. A partir de 2003, el Gobierno de
Kirchner, colaboró en darles una estabilidad jurídica, que les faltaba. Al 2009, hay en
existencia 270 fábricas recuperadas, si bien no es un movimiento mayoritario, tiene un
valor cualitativo mucho mayor, desde el punto de vista que implica una nueva identidad
para el trabajador, que es dueño de la empresa y como tal toma con sus compañeros las
decisiones en Asamblea, la cual al ser soberana, le puede pedir que cumpla diferentes
roles dentro de la producción o la administración de la empresa En referencia al espacio
en si de la empresa, adquiere otro significado, ya que no hay áreas vedadas y la
convivencia entre los trabajadores, junto con la corresponsabilidad en las tareas que se
demandan, producen una transformación importante en el universo mental de quienes lo
experimentan.
Estos movimientos que acabamos de puntualizar , como todos los de nuestra América
Latina, se caracterizaron (siguiendo el planteo del sociólogo Ocie López ), por implicar el
surgimiento de nuevas identidades contenedoras ( ante la desestructuración social del
Neoliberalismo) y por llevar adelante reivindicaciones de inclusión social, y transformación
del Estado, pero sin cuestionar la existencia de la Nación como marco jurídico-político.
Mientras, los conflictos sociales en Europa, se traducían, en el reclamo de separación
territorial, por razones étnicas, lingüísticas o religiosas, poniendo en cuestionamiento el
Estado-Nación existente, tal es el caso de los Balcanes, Chechenia , Irlanda del Norte,
etc.
A partir del periodo iniciado en 2003 a la fecha , después de las medidas, que los
gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, pusieron en vigencia dando respuesta a algunas
de las demandas de los movimientos sociales, junto con la inclusión en el gobierno de
algunos de sus representantes y la firme decisión de no reprimir la protesta social, fue
produciendo una merma en la conflictividad social.
Por otro lado, con el aumento de la actividad económica , reaparece el canal sindical ,
que junto con la vigencia de las paritarias, toma nuevamente fuerza como espacio de
negociación. Al mismo tiempo, va perdiendo peso el movimiento piquetero.
El balance de los resultados logrados por los diferentes movimientos sociales , muestra
elementos contrapuestos. Por un lado al planteo del “que se vayan todos” de las
asambleas barriales, se logró un desplazamiento de ciertas
figuras políticas, sin producir un cambio total. Aunque como hecho importante, la política
en si, fue rehabilitada como espacio de negociación y transformación.
Por último en relación a los movimientos en defensa del medio ambiente, es importante
marcar, que sus demandas se contraponen al patrón de desarrollo actual, concebido en
base al Agribusiness, la renta minera y la explotación de yacimientos no convencionales.
En cuanto a sus logros, fueron parciales, aglutinando fuerzas en ámbitos de índole local,
sin lograr una articulación mas amplia. De tal manera que, en determinadas zonas, donde
se realizaba la minería a cielo abierto se logró frenar esta modalidad, pero no ocurrió lo
En tanto, el extenso movimiento contra las papeleras que se instalarían en Uruguay, tuvo
el corte del puente Uruguay-Argentina como forma central y continua de protesta, a lo
cual se sumaron otras acciones a nivel nacional. La duración e intensidad que adquirió el
conflicto, obligó al gobierno a llevar este
conflicto a los tribunales internacionales, con el resultado de que una de ellas, desistió de
ubicarse en el país vecino.
A partir del año 2008 y en particular en el 2009, en un contexto de baja del crecimiento
económico y crisis política en las alianzas dentro del gobierno, aparecen movimientos
caracterizados por los autores estudiados, como
Conclusiones:
Considerando lo hasta aquí expuesto, es importante decir, que en función de esta nueva
etapa abierta en América Latina después de la década Neoliberal y teniendo en cuenta la
continuidad del patrón de desarrollo explicado anteriormente y sus consecuencias, se
abre la pregunta , acerca de cómo podría darse, la construcción de una articulación entre
los movimientos sociales existentes en nuestro continente, ya que sus demandas aun no
resueltas, solo pueden tener respuesta, en la formulación de un nuevo proyecto político,
económico y social que involucre a toda America Latina en su conjunto
Bibliografía
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