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 A través de los cursos conozco personas, aparentemente diferentes entre ellas y conmigo misma y, sin embargo, compartimos algo muy íntimo, nuestro interior, nuestro corazón. Departirnos y compartimos dudas, incertidumbres, miedos, deseos, sueños. Se establece una comunicación libre en la que cada uno expresa sus visiones internas y entre todos nos enriquecemos. Esto es así porque los cursos son enseñanza viva, son mucho más que un temario, que un diploma y unas técnicas. Los cursos son comprensión, comunicación, crear lazos, unión, amistad, son reencontrar almas, es tener compañeros de viaje (de un día o de toda una vida). Cada persona me da un trocito de sí misma, me recuerda mi propósito en esta vida, y me ayuda a desarrollarlo. Enseñar para mí es un auténtico lujo. Es un privilegio que las personas abran su corazón y yo pueda ofrecerles herramientas para que trabajen consigo mismas para a su vez poder ayudar a otros, que es el paso que hoy vais a dar vosotros. Un paso hacia adelante. Gracias por elegirme, por permitirme compartir contigo este trascendente día de tu vida. Me siento honrada. Hoy es tu gran momento, tu gran momento para seguir en el camino, mostrando tu luz.

 

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Registros Akáshicos

 AKASHA, término sánscrito que significa éter, quinta esencia,

vacuidad, plenitud, plenitud, vacuidad… Es el quinto elemento más

sutil que el agua, que el aire, que la tierra y que el fuego, a los cuales interpenetra. En las Upanishads, se emplea el concepto de un espacio sin dimensión como la matriz de la creación de todos los sentimientos; la raíz primigenia de todas las emociones, el arquetipo del sentir afectivo. Es el corazón no espacial, es la vacuidad, así como es la plenitud.

Rudolf Steiner, en su libro “

 Atlántida y Lemuria

”, dice que

 AKASHA es la gran memoria del Universo donde se producen todos los eventos. Es el camino del alma: su pasado, su presente y su futuro. Es la memoria de nuestra alma con todas sus posibilidades y potencialidades. Podemos por tanto imaginar el AKASHA como una gran biblioteca, un inmenso archivo en el que cada uno de nosotros tenemos nuestro espacio, con nuestros respectivos archivadores. Y el archivo completo de cada uno de nosotros es lo que se conoce como el Libro de la Vida del que se habla en diferentes textos religiosos. Te invito también a investigar sobre la teoría de las cuerdas. Todos tenemos la capacidad de aprender a conectar con nuestros registros akáshicos. Como en el reiki, no creo que haya que tener ningún don especial pero sí la curiosidad, las ganas de conocer y aprender.

 

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¿Cómo aprender a leer? La enseñanza está estructurada en tres niveles. En el primero aprendes a acceder al libro de tu alma. Como como el reiki, la enseñanza y la práctica comienza con nosotros mismos. En el segundo nivel, ya con cierta experiencia en la canalización, aprender a ser lectores para terceras personas. Siempre con su consentimiento. No se pueden abrir los Registros sin permiso. Y por último, el tercer nivel o maestría, que también como en la enseñanza del reiki, es una especie de formación de formadores, y se aprende a enseñar. Mis cursos fueron muy curiosos. Al primer nivel llegué con un ligamento de un dedo del pie roto. Iba realmente asustada. Dos alumnas de reiki mías se habían animado también a aprender y llegamos juntas. Creo que si no hubiera sido por ellas me habría levantado y marchado. Tenía pavor a lo que pudiera canalizar y es algo totalmente infundado, ahora lo sé.  Al segundo nivel llegue con muchísimas ganar de continuar y poder ayudar a quiénes ya me estaban pidiendo lecturas. La sintonización fue algo indescriptible. Me sentí infinita e inevitablemente quise continuar y aprender para poder enseñar. Y de nuevo ese día fue muy especial. Compartí la maestría con dos personas más y junto con nuestra Maestra escogimos el 21 de diciembre para nuestro curso. El 21 de diciembre, en nuestro hemisferio es el solsticio de invierno, el día más corto y con mayor número de horas oscuridad que nos recuerda que la luz nace de las tinieblas. Energéticamente hablando, la Tierra y nosotros nos preparamos para recibir la máxima energía de luz (amor). Es un momento ideal para parar y escucharnos, para conectar con esa indescriptible