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CENTRO SIGMUND FREUD

DE ESTUDIOS PSICOANALÍTICOS
Director: Dr. Abraham Apter

NARCISMO*
[1995]

Por el Lic. FERNÁN DIEGO SAN MARTÍN


Consultora: Lic. LILIANA GUALTIERI

*
“...Se lo ha designado «Narzissismus»; prefiero la designación «Narzissmus», no tan correcta tal vez, pero más breve
y menos malsonante...” Freud, Sigmund. Puntualizaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia (Dementia
paranoide) descripto autobiográficamente (1911 [1910])
2
1
INTRODUCCIÓN

La propuesta del presente trabajo es la de realizar un seguimiento histórico del


termino narcismo en la obra de Sigmund Freud.
Movido por un expreso deseo del autor de la Teoría Psicoanalítica, he reemplazado el
termino de uso corriente narcisismo por el termino que, a mi entender y debido a su
importancia dentro del Cuerpo Teórico y a su complejidad, merece ser utilizado que es el de
narcismo.
En esta búsqueda se espera, además, poder esclarecer, aunque mas no sea en parte,
los conceptos de narcismo primario y narcismo secundario.
En relación a esta cuestión cave recordar que si bien todo lo primario en Freud es
mítico, primordial, u originario; no parece ser este el caso del narcismo primario. Los
conceptos primordiales freudianos como las fantasías originarias y la represión primaria
están denotados en alemán por el prefijo Ur. Formando así, por ejemplo, las palabras
Urphantasie o Urverdrängung respectivamente. El termino alemán utilizado para designar
al narcismo primario es primärer narzissmus. ¿Querrá esto decir que el narcismo primario
no es constitutivo del yo sino que es una consecuencia de su formación? Queda planteada la
cuestión.

1
De aquí en adelante las notas al pié que están entre corchetes [....] son de James Strachey, las que no, son de Sigmund
Freud.
3
HISTORIA Y COMENTARIOS

El termino narcismo se encuentra por primera vez en Tres ensayos de teoría sexual
(a) si bien este escrito es de 1905 el termino narcismo fue agregado en 1910. Freud utiliza el
termino para explicar la elección de objeto homosexual.

¨... atravesaron en los primeros años de su infancia una fase muy intensa, pero también muy breve,
de fijación a la mujer (casi siempre a la madre), tras cuya superación se identificaron con la mujer y
se tomaron a sí mismos como objeto sexual, vale decir, a partir del narcismo buscaron a hombres
jóvenes, y parecidos a su propia persona, que debían amarlos como la madre las había amado. ...¨
(AE VII, Pág. 131 n 13.)

Esta frase hace referencia a los tipos de elección de objeto (Narcista o Anaclítica)
descriptos por Freud en Introducción del Narcismo (b).

Más adelante en 1911 Freud vuelve a utilizar el termino narcismo asociado a la


homosexualidad en el Caso Schreber (c). Si bien no lo hace expresamente, parece referirse a lo
que posteriormente llamará narcismo primario.

¨... un estadio en la historia evolutiva de la libido, estadio por el que se atraviesa en el camino que
va del autoerotismo al amor de objeto. Se lo ha designado «Narzissismus»; prefiero la designación
«Narzissmus», ... Consiste en que ... para ganar un objeto de amor se toma primero a sí mismo, a
su cuerpo propio, antes de pasar de este a la elección de objeto en una persona ajena. Una fase así,
mediadora entre autoerotismo y elección de objeto, es quizá de rigor en el caso normal; ... en este
sí-mismo tomado como objeto de amor puede ser que los genitales sean ya lo principal. (AE 12,
Pág. 56)

Podemos sintetizar hasta aquí un cierto proceso caracterizado por:

a fijación
b identificación
c elección de si mismo como objeto
d elección de objeto en una persona ajena.
CUADRO Nº 1

El punto c, a partir de Tótem y Tabú (d), será dividido en dos estadíos, uno
autoerótico y otro narcista.

a fijación
b identificación
c´ autoerotismo
c´´ narcismo
d elección de objeto en una persona ajena.

CUADRO Nº 2

¨... las pulsiones sexuales se disciernen desde el comienzo, pero ellas no se dirigen entonces a un
objeto exterior. ... hallan su satisfacción en el cuerpo propio. Ese estadio recibe el nombre de
autoerotismo, y es relevado por el de la elección de objeto. ...¨
¨... demostró ser adecuado, y aun indispensable, intercalar entre esos dos estadios un tercero o, si
se quiere, descomponer en dos el primer estadio, el del autoerotismo. En ese estadio
intermedio, ... las pulsiones sexuales antes separadas ya se han compuesto en una unidad y también
han hallado un objeto; ... el yo propio, constituido hacia esa época. Considerando las fijaciones
patológicas de ese estado, que se observan más tardíamente, llamamos narcismo a esta nueva
etapa. ...¨ (AE 13, Pág. 92)

De este párrafo podemos desprender algunas consideraciones como ser, que las
pulsiones parciales se integran en libido narcista como consecuencia de la constitución del
4
yo (o por lo menos son contemporáneas) y que el narcismo así considerado es primario
(antecede) al narcismo patológico. Pero si la libido autoerótica, parcial es la misma que la
libido narcista, con la diferencia que esta está referida a un yo, podemos definir como
narcismo primario todo el período que va desde el origen de la vida de una persona hasta el
momento de la elección de objeto, pasando por la libidinización del propio yo.

En 1914 Freud introduce finalmente el concepto de narcismo en la teoría


psicoanalítica. En Introducción del «narcismo» (b) Freud plantea los conceptos de
narcismo primario y secundario, y el de libido yoica y libido objetal.

¨... una colocación de la libido definible como narcismo podía ... reclamar su sitio dentro del
desarrollo sexual regular del hombre. ...¨ (AE 14, Pág. 71)
¨... ¿Cuál es el destino de la libido sustraída de los objetos en la esquizofrenia? ... La libido sustraída del
mundo exterior fue conducida al yo, y así surgió una conducta que podemos llamar narcismo. (Pág.
72) ... Así, nos vemos llevados a concebir el narcismo que nace por replegamiento de las investiduras
de objeto como un narcismo secundario que se edifica sobre la base de otro, primario, ...¨
¨... Nos formamos así la imagen de una originaria investidura libidinal del yo, cedida después a los
objetos; empero, considerada en su fondo, ella persiste, y es a las investiduras de objeto como el
cuerpo de una ameba a los seudópodos que emite. 2(Pág. 73) ... Vemos también ... una oposición entre
la libido yoica y la libido de objeto. 3Cuanto más gasta una, tanto más se empobrece la otra. ...¨ (Pág.
74-74)
¨... ¿Qué relación guarda el narcismo, ... con el autoerotismo, que hemos descrito como un estado
temprano de la libido? ... Es un supuesto necesario que no esté presente desde el comienzo en el
individuo una unidad comparable al yo; el yo tiene que ser desarrollado. Ahora bien, las pulsiones
autoeróticas son iniciales, primordiales; por tanto, algo tiene que agregarse al autoerotismo, una nueva
acción psíquica, para que el narcismo se constituya. ...¨ (Pág. 74)

Con referencia a este último párrafo la tendencia es a sugerir que este nuevo acto
psíquico es la identificación, pero como ya hemos visto la identificación es anterior al
narcismo, incluso anterior al autoerotismo (punto b del CUADRO 1). Propongo pensar que este
nuevo acto psíquico es la integración de las pulsiones parciales y la constitución del yo.

¨... el niño (y el adolescente) elige sus objetos sexuales tomándolos de sus vivencias de satisfacción. Las
primeras satisfacciones sexuales autoeróticas ... se apuntalan al principio en la satisfacción de las
pulsiones yoicas, y sólo más tarde se independizan ...¨ (AE 14, Pág. 84)
¨... Decimos que tiene dos objetos sexuales originarios: él mismo y la mujer que lo crió, y
presuponemos entonces en todo ser humano el narcismo primario que, eventualmente, puede
expresarse de manera dominante en su elección de objeto. ...¨ (Pág. 85)
¨... El narcismo primario que suponemos en el niño, ... Si consideramos la actitud de padres tiernos
hacia sus hijos, habremos de discernirlo como renacimiento y reproducción del narcismo propio, ... La
sobreestimación, ... gobierna, ... este vínculo afectivo. Así prevalece una compulsión a atribuir al niño
toda clase de perfecciones ... realmente debe ser de nuevo el centro y el núcleo de la creación. His
Majesty the Baby,4... El conmovedor amor parental, tan infantil en el fondo, no es otra cosa que el
narcismo redivivo de los padres, que en su transmudación al amor de objeto revela inequívoca su
prístina naturaleza. ...¨ (Pág. 87-88)

Podemos observar aquí que el narcismo primario del niño no es el narcismo de los
padres. El narcismo primario del bebé como libido yoica tiende a la formación del ¨yo ideal¨
en tanto que el narcismo de los padres en tanto libido objetal esta en la línea de formación de
¨ideal de yo¨ y más tarde el Superyó como imperativo de alcanzar dicho ideal.

¨... La incitación para formar el ideal del yo, cuya tutela se confía a la conciencia moral, partió en
efecto de la influencia crítica de los padres, ... y a la que en el curso del tiempo se sumaron los
educadores, los maestros y, como enjambre indeterminado e inabarcable, todas las otras personas del
medio {los prójimos, la opinión pública). ...¨ (AE 14, Pág. 92)

Mas adelante encontramos.

2
[Freud volvió a usar esta y otras analogías similares más de una vez; por ejemplo, en la 26º de sus Conferencias de
introducción al psicoanálisis (1916-17), AE, 16, pág. 379, y en su breve artículo sobre «Una dificultad del psicoa-
nálisis» (1917a), AE, 17, págs. 130-1. Posteriormente corrigió algunos de los puntos de vista expresados aquí.]
3
[Freud traza esta distinción por primera vez aquí.]
4
[Es posible que Freud haga referencia, con esta frase, a un conocido cuadro de la época eduardiana, expuesto en la
Royal Academy, que llevaba ese título y mostraba a dos policías londinenses deteniendo el farragoso tráfico para que
una niñera pudiera cruzar la calle empujando un cochecito de bebé. - «Su Majestad el Yo» aparece {en ale mán} en un
artículo anterior, «El creador literario y el fantaseo» (1908e), AE, 9, pág. 132.]
5

¨... El desarrollo del yo consiste en un distanciamiento respecto del narcismo primario y engendra
una intensa aspiración a recobrarlo. Este distanciamiento acontece por medio del desplazamiento de la
libido a un ideal del yo impuesto desde fuera; la satisfacción se obtiene mediante el cumplimiento de
este ideal.
Simultáneamente, el yo ha emitido las investiduras libidinosas de objeto. El yo se empobrece en
favor de estas investiduras así como del ideal del yo, y vuelve a enriquecerse por las satisfacciones de
objeto y por el cumplimiento del ideal.
Una parte del sentimiento de sí es primaria, el residuo del narcismo infantil; otra parte brota de
la omnipotencia corroborada por la experiencia (el cumplimiento del ideal del yo), y una tercera, de la
satisfacción de la libido de objeto. ...¨ (AE 14, Pág. 96-97)

Aproximadamente un año mas tarde en Pulsiones y destinos de pulsión (e) Freud se


expresa en relación al narcismo en términos no muy diferentes.

¨... Nos hemos acostumbrado (sin examinar al comienzo el vínculo entre autoerotismo y narcismo)
a llamar narcismo a la fase temprana de desarrollo del yo, durante la cual sus pulsiones sexuales se
satisfacen de manera autoerótica. Deberíamos entonces decir que la etapa previa de la pulsión de ver
-en que el placer de ver tiene por objeto al cuerpo propio- pertenece al narcismo, es una formación
narcista. Desde ella se desarrolla la pulsión activa de ver, dejando atrás al narcismo; ...¨ ((AE 14, Pág.
126-7)

Aquí podemos encontrar el fundamento para decir que el narcismo primario ocupa toda
la fase de desarrollo del yo, aunque todavía no sabemos que función cumple en su desarrollo.
Pero podemos ver que el narcismo primario culmina con la posibilidad de desviar la mirada
hacia un otro (aunque en el lo que buscamos es nuestro propio reflejo).
En el mismo artículo Freud plantea la relación entre narcismo y autoerotismo. Cave
recordar que el yo en esta época no es el yo de la segunda tópica sino un yo que engloba a la
totalidad del individuo.

¨... El yo se encuentra originariamente, al comienzo mismo de la vida anímica, investido por pulsiones
{triebbesetzt}, y es en parte capaz de satisfacer sus pulsiones en sí mismo. Llamamos narcismo a ese
estado, y autoerótica a la posibilidad de satisfacción.5El mundo exterior en esa época no está investido
con interés (dicho esto en general) y es indiferente para la satisfacción. Por tanto, en ese tiempo el yo-
sujeto coincide con lo placentero, y el mundo exterior, con lo indiferente (y eventualmente, en cuanto
fuente de estímulos, con lo displacentero). ...¨ (AE 14, Págs. 129-130)

El autoerotismo es apuntalado por las pulsiones de autoconservación y en este pasaje de


la necesidad a la demanda podemos ver el pasaje del narcismo primario al secundario.

¨... Luego que la etapa puramente narcista es relevada por la etapa del objeto, placer y displacer
significan relaciones del yo con el objeto. Cuando el objeto es fuente de sensaciones placenteras, se
establece una tendencia motriz que quiere acercarlo al yo, incorporarlo a él; entonces hablamos
también de la «atracción que ejerce el objeto dispensador de placer y decimos que «amamos» al objeto.
...¨ ( AE 14, Pág. 131)

Pasaron dos años hasta que, en 1917, volvió sobre el tema del narcismo esta vez
relacionado a la melancolía. Precisamente en Duelo y melancolía (f) dice:
5
Una parte de las pulsiones sexuales es, como sabemos, susceptible de esta satisfacción autoerótica, y por tanto apta
para servir de sustento al desarrollo [del «yo-realidad» originario hacia el «yo-placer»] descrito a continuación [en el
texto], regido por el principio de placer. Las pulsiones sexuales, que desde el comienzo reclaman un objeto, así como
las necesidades de las pulsiones yoicas, que nunca se satisfacen de manera autoerótica, perturban desde luego este
estado [el estado narcista primordial] y preparan los ulteriores progresos. Por cierto, el estado narcista primordial no
podría seguir aquel desarrollo si todo individuo no pasara por un período en que se encuentra desvalido y debe ser
cuidado, y durante el cual sus urgentes necesidades le fueron satis fechas por aporte desde afuera, frenándose así su
desarrollo. - [Esta nota, muy condensada, sería más fácil de comprender si se la hubiera ubicado dos o tres párrafos
más adelante. Quizá se la pueda ampliar de la siguiente manera: En sus «Formulaciones sobre los dos principios del
acaecer psíquico» (1911b), AE, 12, págs. 228-9, Freud había introducido la idea de la transformación de un temprano
«yo-placer» en un «yo realidad». En el siguiente pasaje del presente texto, sostiene que en verdad hay un yo-realidad
inicial, más antiguo todavía. Este «yo-realidad» inicial, en lugar de convertirse directamente en el «yo realidad» defi -
niiivo, es remplazado -bajo la influencia dominante del principio de placer- por un «yo-placer». La nota enumera, por
una parte, los factores que favorecerían este último desenlace, y, por otra parte, los que obrarían en su contra. La
existencia de pulsiones libidinosas autoeróticas alentaría la desviación hacia un «yo-placer», mientras que las pulsiones
libidinosas no-autoetóticas y las pulsiones de autoconservación probablemente promoverían, en cambio, una transición
directa hacia el «yo-realidad» definitivo del adulto. Freud observa que, de hecho, este último sería el resultado si no
fuera porque el cuidado parental del bebé desvalido satisface al segundo grupo de pulsiones, prolonga artificialmente el
estadio narcista primordial, y de esa manera contribuye a hacer posible el establecimiento del «yo-placer».]
6

¨... La identificación narcista con el objeto se convierte entonces en el sustituto de la investidura de


amor, lo cual trae por resultado que el vínculo de amor no deba resignarse a pesar del conflicto con
la persona amada. Un sustituto así del amor de objeto por identificación es un mecanismo
importante para las afecciones narcistas; ...¨

En la «26ª Conferencia de introducción al psicoanálisis La teoría de la libido y


narcismo» (g) Freud hace un resumen de su teoría, los conceptos volcados en ésta no varían
sustancialmente con lo expresado hasta aquí y no realiza ninguna consideración de
importancia en relación al tema del presente trabajo, es decir, relación entre narcismo
primario y secundario. En una de sus publicaciones de 1920, Mas allá del principio del
placer (h), no aclara la distinción entre narcismo primario y secundario, pero queda claro
que la libido que permanece en el yo es libido narcista.

“...El yo pasó a formar parte de los objetos sexuales, y enseguida se discernió en él al más
encumbrado de ellos. La libido fue llamada narcista cuando así permanecía dentro del yo.6...¨ (AE
18, Pág. 51)

Es importante destacar que faltan aún tres años para que Freud publique El yo y el
ello. Pero antes, en Psicología de las masa y análisis del yo (i), comienza a bosquejar su
concepto de Superyó, en este escrito vemos descripto al «ideal de yo» como la herencia del
un narcismo originario (ursprünglichen Narzissmus)

¨... nos vimos llevados a adoptar el supuesto de que en nuestro yo se desarrolla una instancia así, que
se separa del resto del yo y puede entrar en conflicto con él. La llamamos el «ideal del yo», y le
atribuimos las funciones de la observación de sí, la conciencia moral, la censura onírica y el ejercicio
de la principal influencia en la represión. Dijimos que era la herencia del narcismo originario, en el que
el yo infantil se contentaba a sí mismo. Poco a poco toma, de los influjos del medio, las exigencias que
este plantea al yo y a las que el yo no siempre puede allanarse, de manera que el ser humano, toda vez
que no puede contentarse consigo en su yo, puede hallar su satisfacción en el ideal del yo,
diferenciado a partir de aquel. ...¨ (AE 18, Pág. 103)

Como ya vimos este narcismo de los orígenes del yo es el «yo ideal». Para esta
época comienza un viraje importante en el pensamiento freudiano, la segunda tópica. Estos
conceptos de narcismo primario y secundario se ven fundamentalmente modificados a partir
de la publicación de El yo y el ello (j).

¨... Ahora habría que emprender una importante ampliación en la doctrina del narcismo. Al
principio, toda libido esta acumulada en el ello, en tanto el yo se encuentra todavía en proceso de
formación o es endeble. El ello envía una parte de esta libido a investiduras eróticas de objeto,
luego de lo cual el yo fortalecido procura apoderarse de esta libido de objeto e imponerse al ello
como objeto de amor. Por lo tanto, el narcismo del yo es un narcismo secundario, sustraído de los
objetos.7 (AE. 19, Pág. 47)

Si el narcismo del yo es secundario entonces es difícil entender que es lo que está


libidinizado en el narcismo primario, aunque es posible una explicación que desarrollaré en
las conclusiones. Volviendo al desarrollo histórico es preciso hacer notar que Freud no
vuelve a sostener en otros escritos el concepto precedente. Cuando escribe sobre el tema en
su Presentación autobiográfica (k) lo hace siguiendo sus ideas anteriores a El yo y el ello.

¨... En el complejo de Edipo la libido se mostraba ligada a la representación de la persona de


los progenitores. Pero antes había existido una época sin ningún objeto de esa índole. De ahí
resultó la concepción, básica para una teoría de la libido, de un estado en que ella llena al yo
propio, lo ha tomado como objeto. Podía llamárselo ««narcismo» o amor de sí mismo.
Reflexionando a partir de esto, se concluyó que en verdad él nunca es cancelado del todo; durante
la vida entera el yo sigue siendo el gran reservorio de libido del cual son emitidas investiduras de
objeto y al cual la libido puede refluir desde los objetos.8 Por tanto, libido narcista se traspone de
continuo en libido de objeto, y a la inversa. ...¨ (AE, 20, Pág. 52)

En El malestar en la cultura ya en 1930 vuelve a mencionar el tema del narcismo


pero no nos es posible discernir si toma a esta libido narcista como primaria o secundaria.
6
Véase mi trabajo sobre cl narcismo (1914c) [sección 1].
7
[Esto se examina en el Apéndice B, AE, 19, págs. 63 y sigs.]
8
[Examino esto en el «Apéndice B» a El yo y el ello (1923b), AE, 19, págs. 63-6.]
7

¨... fue decisiva la introducción del concepto de narcismo, es decir, la intelección de que el yo
mismo es investido con libido, y aun es su hogar originario y, por así decir, también su cuartel
general.9 Esta libido narcista se vuelca a los objetos, deviniendo de tal modo libido de objeto, y
puede volver a mudarse en libido narcista. ...¨ (AE, 21, Pág. 114)

Los mismo conceptos los podemos encontrar en la 32ª de las Nuevas conferencia de
introducción al Psicoanálisis. «Angustia y vida pulsional» (l)

¨... En casos raros puede discernirse que el yo se toma a sí mismo por objeto, se comporta como si
estuviera enamorado de sí mismo. De ahí el narcismo, extraído de la leyenda griega. Pero esa no es
sino una exageración extrema de un estado de cosas normal. Se llega a comprender que el yo es
siempre el principal reservorio de la libido; de él parten las investiduras libidinosas de los objetos, y
a él regresan, mientras la parte mayor de esa libido permanece de manera continua dentro del yo. 10
Por tanto, sin cesar se transmuda libido yoica en libido de objeto, y libido de objeto en libido yoica.
...¨ (AE, 22, Pág. 95)

Luego de haber afirmado en 1923 que el narcismo del yo es siempre secundario, En


el Esquema del psicoanálisis (m), Freud retoma definitivamente los conceptos anteriores a
El yo y el ello.
(1940 [1938])

¨... Es difícil enunciar algo sobre el comportamiento de la libido dentro del ello y dentro del
superyó. Todo cuanto sabemos acerca de esto se refiere al yo, en el cual se almacena inicialmente
todo el monto disponible de libido. Llamamos narcismo primario absoluto a ese estado. Dura hasta
que el yo empieza a investir con libido las representaciones de objetos, a trasponer libido narcista
en libido de objeto. Durante toda la vida, el yo sigue siendo el gran reservorio desde el cual
investiduras libidinales son enviadas a los objetos y al interior del cual se las vuelve a retirar, tal
como un cuerpo protoplasmático procede con sus seudópodos. 11 Sólo en el estado de un
enamoramiento total se transfiere sobre cl objeto el monto principal de la libido, el objeto se pone
{setiensich} en cierta medida en el lugar del yo. ...¨(AE, 23, Pág. 148)

¨... El Primer objeto erótico del niño es el pecho materno nutricio; el amor se engendra
apuntalado en la necesidad de nutrición satisfecha. Por cierto que al comienzo el pecho no es
distinguido del cuerpo propio, y cuando tiene que ser divorciado del cuerpo, trasladado hacia
«afuera» por la frecuencia con que el niño lo echa de menos, toma consigo, como «objeto», una
parte de la investidura libidinal originariamente narcista. ...¨ (Pág. 188)

9
[Véase al respecto mi «Apéndice B» al final de El yo y el ello (Freud, 1923h), AE, 19, pág. 63.]
10
[Véase, empero, lo afirmado en AE, 22, pág. 72: «Las investiduras de objeto parten de las exigencias pulsionales del
ello»; cf. también infra, pág. 97, la referencia a la combinación de yo y ello en lo tocante a la pulsión de destrucción.
Este asunto se examina con detalle en mi «Apéndice B» a El yo y el ello ( 1923b), AE, 19, págs. 63 y sigs.]
11
[Se hallarán ciertas consideraciones mías sobre este pasaje y una parte de uno anterior (pág. 147) en el «Apéndice B»
a El yo y el ello ( 1923b ), AE, 19, págs. 64-5. ]
8
CONCLUSIONES

El narcismo primario es el del niño que se toma a si mismo como objeto de amor
antes de elegir objetos exteriores. En los textos de 1910 a 1915 esta fase se localiza entre la
del autoerotismo y la del amor de objeto y es contemporánea con la unificación de un yo.
Con la segunda tópica, la noción de narcismo primario, designa un primer estado de
la vida anterior a la constitución del yo. Desde el punto de vista tópico, como ya sostuve, es
difícil entender que es lo que se catectiza. Esto puede entenderse si diferenciamos el yo de
la segunda tópica del yo del periodo 1910-1915, con el que Freud venía trabajando. Si
homologamos el yo de la primera tópica con el ello-yo indiferenciado de la segunda,
podemos entender como la libido originada en este ello-yo permanece en si mismo y
comienza a libidinizar un cuerpo («yo ideal», «autoerotismo»), tomando como modelo la
forma en que las figuras parentales lo libidinizan. Basado en esto puedo decir que el
narcismo primario no es constitutivo del sujeto, ya que, sin la influencia de un Otro que
normatice y mas tarde cumpla la función de objeto, este se torna no inútil y no asegura la
subsistencia del recién nacido.
9
BIBLIOGRAFIA

a) Tres ensayos de teoría sexual (1905), AE 7, Pág. 109.


b) Introducción del narcismo (1914) AE 14, Pág. 65.
c) Puntualizaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia (Dementia paranoide)
descripto autobiográficamente (1911 [1910]), AE 12, Pág. 1.
d) Tótem y Tabú (1912-13) AE 13, Pág. 1.
e) Pulsiones y destinos de pulsión (1915) AE 14, Pág. 105.
f) Duelo y melancolía (1917 [1915]) AE 14, Pág. 235.
g) Conferencia de introducción al psicoanálisis (1916-7 [1915-17]) AE 16.
h) Mas allá del principio del placer (1920) AE 18, Pág. 1.
i) Psicología de las masas y análisis del yo (1921) AE 18, Pág. 63.
j) El yo y el ello (1923) AE 19, Pág. 1.
k) Presentación autobiográfica (1925 [1924]) AE 20, Pág. 1.
l) 32ª de las Nuevas conferencia de introducción al Psicoanálisis. «Angustia y vida
pulsional»
m) Esquema del psicoanálisis (1940 [1938]) AE 23, Pág. 133.

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