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CAPITULO PRIMERO 2009

INTRODUCCIÓN

PROFESOR : JORGE PRECHT PIZARRO

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE


CAPÍTULO PRIMERO

INTRODUCCIÓN :

Concepto de Administración. Administración pública y Administración privada. Las


Ciencias administrativas y su evolución. El derecho administrativo. Tapas es la
historia de esta disciplina y sus principios claves. Fundamentos del derecho
Administrativo. Contenidos básicos de esta disciplina.

1.- El derecho administrativo rige jurídicamente una cierta actividad del Estado.

El Estado no es el único sujeto de esta actividad.

Esta actividad que, bajo la férula estatal, reviste características propias, es


realizada por cualquiera entidad, persona u organización, que desee
alcanzar objetivos con eficiencia y efectividad.

La palabra administración es polisémica

Indica una actividad, pero también incluye a las personas que ejecutan esa
actividad. Indica a la par el nivel ejecutivo, como el nivel ejecutor; actividad
gerencial (administration), como la actividad operativa (management).

Señala así una posición y una jerarquía social, pero también designa una
disciplina y su ámbito de estudio.
Para efectos de esta introducción hemos retenido la acepción de actividad
administrativa y de ciencias administrativas.

Esta actividad se centra en la eficiencia y en la efectividad. Por eficiencia


entendemos la óptima relación real entre los insumos y los productos de
una actividad, lo que es medido por la relación costo/beneficio.

Por efectividad : la óptima relación real entre las tareas que componen una
actividad y el logro de los objetivos fijados para esa actividad.. Esto centra
la actividad administrativa en lo económico y reduciría a la ciencia de la
administración a una economía aplicada

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2..- Para un jurista es evidente que la actividad administrativa y la ciencia
administrativa están en el eje de la racionalidad económica y, por ende,
fuera de lo jurídico.

Pero, el derecho, que es una disciplina antiquísima, no olvida jamás que el


sentido espiritual de un proceso no es lo mismo que el mecanismo de su
operación. Las opciones de un ejecutivo, en especial de un ejecutivo en
sector público, son siempre valorativas. Al fijar el objetivo de una
organización, el administrador no es ascéptico, practica opciones
valorativas, justifica estas opciones como razonables, mantiene ciertos
presupuestos respecto de la naturaleza humana y de la naturaleza de la
sociedad.

Un justo equilibrio debe entonces existir entre la racionalidad y la


razonabilidad. No todo lo que es racional es razonable. Puede ejecutar
racionalmente, con eficiencia y efectividad, un crimen, pero ello no lo hace
razonable.

La economía aplicada aporta racionalidad, pero es la política, la ética y en


general la filosofía y el ámbito de la discusión sobre lo razonable.

Seria absurdo reducir la discusión acerca de los fines a la discusión acerca


de la optimización de la relación medios-fines.

Un cierto economicismo se mezcla con el positivismo jurídico en su prédica


por el relativismo axiológico (“las preferencias valorativas son
eminentemente subjetivas y no pueden por tanto ser científicamente
evaluadas”), que luego de afirmar la incapacidad de su método para
discutir dimensiones inalcanzables para su miopía, termina afirmando la
inexistencia de esas dimensiones.

En cambio para un insnaturalista la dimensión finalística es la clave de todo


derecho público y muy en especial, el administrativo, como debiera serlo, en
recta filosofía, la clave de todo humano actuar.

Postulo pues que la administración es una actividad humana y es la ciencia


administrativa una ciencia humana. Todo intento de objetivarla, se hace en
desmedro del dueño de casa (oikomia) : el hombre. Todo intento de
construirla “more matemático”, desprecia lo esencial por lo administrativo.

No se pida de nosotros los juristas un abrefilas para un despeñadero.

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3. Este escamoteo de la discusión de los fines es evidente cuando se define
a la administración pública y a la ciencia administrativa pública.

Se da normalmente una definición abierta y pragmática: “El ámbito de


actividad del estado para el cumplimiento eficiente de sus fines”; “la ciencia
administrativa es la disciplina que estudia los medios de asegurar a las
administraciones públicas el mejor rendimiento”.

Pero, es evidente que no es lo mismo hablar de los fines del Estado en uno
políticamente totalitario que en uno democrático, en un Estado de Derecho
que en un Estado – policía, en un Estado con sistema económico
centralizado que en uno de economía de libre mercado o con economía
mixta.

Por ello, como una dimensión señera valorativa jurista incluirá no como un
aderezo, sino como columna vertebral, el concepto de bien común y definirá
la ciencia administrativa como la disciplina que estudia los medios de
asegurar a las administraciones públicas la óptima relación real de
eficiencia y efectividad de las tareas estatales en su contribución al bien
común social”.

Esta ciencia de la Administración Pública se ha desarrollado básicamente


en tres corrientes:

a. La corriente técnica y práctica que busca ante todo el buen


funcionamiento y la eficiencia administrativa. Si bien esta corriente
procede más o menos directamente de las ciencias administrativas
Camerales que se desarrollaron en los países de lengua alemana hacia
fines del siglo XVII, tiene exponentes franceses y anglosajones en el
siglo XIX y XX (Farol y Taylor) y encuentra su expresión máxima hoy en
los Estados Unidos de América. Desde 1887 el norteamericano tendió
al management por influencia tayloriana y se centró en la aplicación a la
administración pública de los métodos de gestión, de investigación de
operaciones y de métodos cuantitativos, entregándose al derecho
administrativo un rol importante pero accesorio.
b. La corriente sico-sociológica estudia sobre todos los comportamientos o
actitudes, individuales o colectivos, no solo en el seno de las grandes
organizaciones, sino también la de los usuarios frente a la
administración. Esta corriente como las anteriores estudia problemas
comunes a organizaciones complejas sean publicas o privadas.
c. La corriente política y jurídica se preocupa ante todas las cuestiones
relativas, por una parte, a la posición de la administración en el Estado y
en sus relaciones con el gobierno y por otro lado a las relaciones entre
la administración y los administrados. Es claro que esta corriente se
interesa en la administración pública, distinguida muy netamente, por su
naturaleza, de la empresa privada y en este enfoque el derecho

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administrativo juega un rol importante, lo mismo que el derecho público
lo juega en una ciencia política entendida como Teoría del Estado.

Esta corriente es común en Francia, pero no se debe minimizar otros


aportes en suelo francés. Un marcado acento jurídico se nota en
Alemania por la influencia de Otto Mayer, si bien desde la Segunda
Guerra Mundial la Escuela superior de ciencias Administrativas de Spira
canalizó aportes de las otras dos tendencias.

4.- Así planteado el tema el rol del derecho administrativo se juega en el cruce
de dos problemas : (a) el de las relaciones entre administraciones pública y
privadas. (b) el de las relaciones entre los valores jurídicos y la eficiencia.

a.- Relaciones entre administraciones públicas y privadas:


Aparentemente ambos tipos de administración se diferencian por su
relación al beneficio lucrativo. En efecto, la empresa privada
capitalista se centra en el lucro. El bien común exige que las
empresas privadas produzcan beneficios y el cuidado por la
rentabilidad es la principal exigencia social a los empresarios, porque
el beneficio les permite cumplir sus funciones sociales: salvaguardar
la existencia futura de la empresa, asegurar el empleo, financiar la
innovación y el progreso económico y social, mantener la substancia
de los capitales aportados por los ahorrantes y capitalistas,
salvaguardar la posibilidad de pago a financistas y proveedores,
mantener un número considerable de contribuyentes y por lo tanto la
base económica del Estado.
La Administración Pública, como en general toda organización sin
fines de lucro, persigue satisfacer necesidades colectivas. No es que
no deba tener preocupaciones por su rentabilidad, sino que el nivel
de su rentabilidad es socialmente considerado y orientado. Por
ende, el ejecutivo del sector público tiene como objeto el mejor
servicio posible a la comunidad, a un nivel de rentabilidad
socialmente aceptable .
A esta diferencia de fines, corresponden diferencias de medios y de
régimen jurídico.
Las autoridades públicas disponen de un conjunto de medios que la
doctrina francesa agrupa bajo el concepto de potencia pública y que
es definida como “el conjunto de prerrogativas exorbitantes al
derecho común, prerrogativas que se entregan a la Administración
para permitirle hacer prevalecer el interés general, cuando éste
llegare a encontrarse en conflicto con los intereses particulares y no
fuera posible resolver el conflicto con los recursos jurídicos
habituales”.
De allí que la administración pública se define por su fin (bien común)
y por sus medios excepcionales (potencia pública), lo que define un
régimen jurídico especial (derecho administrativo ).

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No es que la administración privada, sea individual o socializada en
su propiedad, no tenga como meta el bien común social, sino lo que
persigue intermediariamente, en tanto la administración pública es un
conjunto de entidades que persiguen o contribuyen al bien común de
una manera directa e inmediata.
La administración debe satisfacer el interés general y deberá
atenerse al principio de subsidiariedad, dejando a los particulares su
ámbito propio y empleando de preferencia medios de colaboración
con los particulares, pudiendo recurrir a fórmulas contractuales o
concesionales. En efecto, los problemas públicos son problemas de
toda la comunidad, no solo problemas estatales y que deban
necesariamente ser resueltos vía administración pública.
Pero, si el bien común estuviere en juego, la Administración Pública
no es un particular cualquiera y no puede ser entendida en un pie de
igualdad con los particulares, porque si bien el genuino interés de las
personas nunca podrá ser entendido como contrario al Bien Común,
los intereses individuales egocéntricos no deben primar sobre el bien
de la comunidad. Por ello la Administración Pública como entidad
servicial del Bien Común no está al servicio particularistico de de tal o
cual sujeto o de tal o cual grupo, sino al servicio de la República.

b.- Relaciones entre los valores jurídicos y la eficiencia


Como se verá más adelante, el derecho administrativo estudia el
ordenamiento jurídico a que está sometida la actividad administrativa
del Estado y como debería actuar la administración para enmarcarse
dentro de tal ordenamiento. Por otra parte, lo propio del
administrador es la fijación de un óptimo real de eficiencia y de
efectividad y el empleo de medios para llegar de la realidad presente
a ese estado óptimo realizable.
Así, por ejemplo, el estudio del régimen jurídico de las licitaciones
públicas corresponde al derecho administrativo; el determinar cual
sea el procedimiento más efectivo y eficiente de designar al co-
contratante en un contratante administrativo en materia de Ciencias
administrativas.
Sin embargo, asistimos a una atenuación progresiva – si no a la
desaparición – de la antigua oposición entre el estudio de los
aspectos jurídicos y no jurídicos de la administración.
Demos algunos ejemplos de cómo a la Administración Pública y al
Derecho administrativo le interesa la eficiencia y la efectividad de los
servicios.
En derecho comparado, el control externo de la administración se
orienta tanto en Francia como en los países anglo-sajones, por la
técnica Standard, esto es, por cierto parámetros de funcionamiento y
de servicio que les son obligatorios no sólo respecto a sus superiores
jerárquicos, sino respecto del administrado mismo

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Asimismo la responsabilidad extra contractual del Estado
administrador se orienta por conceptos amplios como los de
“maladministration” o de “falta de servicio” que engloban situaciones
de falta de funcionamiento, ineficiencia, funcionamiento tardío o
inoportuno de un servicio público.

El Consejo de Estado francés ha elevado al rango de principio


general de derecho administrativo el principio “balance
costo/beneficio” censurando medidas cuyos inconvenientes o falta de
utilidad, superan sus ventajas o su aparente utilidad o medidas
administrativas en que los daños, el costo financiero y eventualmente
los inconvenientes de orden social implicados son excesivos frente al
beneficio que presentan.

No es pues ajeno al jurista el problema de la eficiencia, así como al


ejecutivo en sector público no le es ajeno al derecho como
posibilitador y marco jurídico de su accionar.

5.- El Derecho Administrativo – siguiendo a Waline – tiene “por objeto asegurar


la organización y funcionamiento de las diversas autoridades e instituciones
admininistrativas y establecer o adaptar los modos y reglas de control de su
poder de acción”.
Se trata entonces al decir de Cyr Cambier de emprender una doble tarea y
de lograr un difícil equilibrio: posibilitar la acción estatal en relación al Bien
Común y evitar los excesos del poder público, equipado con la potencia
pública.
Sus características esenciales son la imposición unilateral, la ejecutoriedad,
la legalidad, el formalismo y la especialidad.
Imposición unilateral : El Estado actúa generalmente en sus intervenciones
administrativas como poder y sien el derecho civil las relaciones entre los
particulares residen en la igualdad jurídica, en el Derecho Administrativo
estamos frente a relaciones de subordinación. Es por esto que el acto que
caracteriza las relaciones privadas es ante todo el contrato, ell acuerdo de
voluntades y la justicia que caracteriza estas prestaciones es ante todo la
justicia conmutativa, es decir, la estricta justicia que rige las prestaciones
equivalentes entre partes formalmente iguales.
En cambio, en el Derecho Administrativo reinan ante todo la justicia
distributiva y la justicia social y ello justifica la imposición unilateral.
Mediante la ejecutoriedad, la Administración dispone del poder de ejecutar
por si misma lo ordenado, obtener el cumplimiento forzado o aplicar en
subsidio una sanción, no suspendiéndose la obligación de cumplimiento
por la interposición de recursos.
La Administración, como tendremos ocasión de explicar está enteramente
sometida al Derecho (legalidad en sentido amplio ) y es siempre reglada su
finalidad y muy a menudo su procedimiento (formalismo)
Por último, el Derecho Administrativo es un derecho especial y autónomo.

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Este principio no puede ser lisa y llanamente reducido al art. 13 del Código
Civil chileno: “las disposiciones de una ley relativas a cosas o negocios
particulares prevalecerán sobre las disposiciones generales de la misma
ley, cuando entre una y las otras hubiere oposición”
En efecto, puede suceder que un reglamento especial en materias
administrativas prime sobre artículos de la Ley Civil (asi sucede, por
ejemplo, con el Decreto supremo 1340 reglamento para contratos de obra
pública que prima sobre los arts. 1996 y 2605 del Código Civil sobre
confección de una obra material)
Ello se explica porque el derecho administrativo regula toda la actividad de
la Administración que importa ejercicio de potestades jurídico-
administrativas, incluso cuando se delegan en particulares, y el resto de la
actividad de la Administración en cuanto compromete de un modo directo el
interés público y no meramente el interés patrimonial del Estado.

6.- Para el análisis de la evolución histórica del Derecho Administrativo


podemos distinguir tres grandes etapas; siguiendo a De Laubadere y
Legendre:

a. El Derecho Administrativo se construye en torno a la noción de potencia


pública
b. El Derecho Administrativo se construye en torno a la noción de Servicio
público.
c. El Derecho Administrativo explora nuevos horizontes y busca nuevos
criterios

Esta noción permitió en los países con dualidad de jurisdicción repartir las
competencias entre la jurisdicción judicial y la jurisdicción administrativa.
En Chile fue utilizada por la jurisprudencia judicial para zanjar litis sobre
responsabilidad extracontractual del Estado.

El problema de esta noción es que su aplicación práctica es difícil e incierta.

b. El Derecho Administrativo se construye en torno a la noción de servicio


público:
Mientras las tareas del Estado fueron restringidas a las materias de
gobierno, la noción primitiva de potencia pública prestó útiles servicios,
pero cuando desde 1850 las tareas del Estado administrador se
extienden, sus desventajas se tornan manifiestas.
Se utiliza, entonces otra noción pivote : El concepto de Servicio Público
(Duuit, Jeze)
Se entiende por servicio público a la actividad encaminada a satisfacer
necesidades de interés público, que se realiza bajo un régimen jurídico
especial y en sentido más preciso a la actividad que presta servicios
individuales al público.
El elemento esencial es ese interés general, esa necesidad colectiva.

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En cambio se entiende por empresas privadas de la administración
aquellas actividades que constituye una explotación puramente
pecuniaria de la Administración ( por ejemplo, el arriendo de inmuebles o
la explotación de un fundo).
La teoría asigna a la noción de servicio público tres características :
 Permanencia o continuidad del servicio público : El servicio
público no se interrumpe.
 Primacía del servicio público cuando existe conflicto entre el
servicio público y los intereses particulares, prima el interés
general por que vela el servicio.
 Adaptación del servicio publico . El servicio público debe poder
ser adaptado a las cambiantes necesidades de la población.
 Uniformidad del servicio público : El servicio existe para satisfacer
el interés general de la colectividad , entonces debe satisfacerlo
beneficiando a todos los usuarios y el precio del servicio (tarifa)
debe ser igual para todos, en cada categoría de servicio.

Se comienza entonces, a definir al derecho administrativo como 2el


derecho de los artículos públicos” y se emplea entonces esta noción
como criterio de repartición de competencias.

Pero, sabemos que la Administración puede preferir colocarse ella


misma en condiciones de derecho privado y no podríamos decir que
deja necesariamente de ser servicio publico.

c. El Derecho Administrativo busca nuevos criterios:

Sabemos que este criterio del servicio público es útil hasta la Primera
Guerra Mundial.
Pero, conocemos también que a partir de 1914 debido a las
necesidades bélicas primero y al influjo de las ideas intervencionistas, el
Estado interfiere en la economía. Se desdibuja así la distinción derecho
público-derecho privado y la actividad económica del Estado se asemeja
más y más a la de un particular.
Y puesto que el Estado asume actividades que muchas veces no puede
manejar por sí mismo llama a los particulares a colaborar con él no solo
en sociedades en economía mixta sino también en empresas que son
actividades privadas en mano de los particulares pero que empiezan a
ser regidas por un régimen jurídico especial llamado de “empresas
privadas de interés general”.
En el régimen francés de empresas hidroeléctricas y en parte en el
proceso chileno de privatización de empresas públicas, el régimen que
rige es de derecho privado, pero se introducen ciertos elementos de
derecho publico : principio de la continuidad de funcionamiento, algunos
prerrogativas de derecho público como son las servidumbres

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administrativas, posibilidad de imponer multas y en contrapartida un
control de supervigilancia o tutela.

Con todo lo descrito, la noción de servicio público sufre un cierto


descrédito y se busca reemplazarla.

Ya Auriou sostiene que “esta noción debe sobrevivir al lado de la noción


de potencia pública e incluso que entre esas dos ideas matrices del
Derecho Administrativo es la potencia pública la que ocupa el primer
lugar”.

Se renueva entonces la noción de potencia pública. Si antes se definía


por el acto de autoridad de mando, hoy en día la noción se centra “en
las condiciones exorbitantes al derecho común” que rodea al derecho
administrativo.

Se cumple la palabra exorbitante en su sentido preciso: “fuera de órbita


del derecho civil” lo que implica obligaciones exorbitantes de la
Administración o privilegios exorbitantes de la administración.

La Administración Pública tiene obligaciones que no tiene normalmente


el particular ( como por ejemplo someterse al procedimiento de la
licitación pública para elegir a su contraparte en los contratos
administrativos) y privilegios que no tiene el particular ( como por
ejemplo, la ejecutividad).

Así, Vedel va a definir el Derecho Administrativo como “el derecho


común de la potencia pública”, definición que comparte, entendida la
potencia pública en la forma extendida. Pero, esto no es un sujeto
pacífico en la doctrina francesa.

Mientras Rivero se pregunta sobre si no es mas adecuado renunciar a


una sistematización del derecho administrativo en torno a una sola idea
central, De Laubadere va a insistir en que “la noción de servicio público
si bien no puede jugar en derecho administrativo un rol exclusivo es la
noción más importante para la construcción científica del derecho
administrativo, tanto como criterio de aplicación del mismo y la
competencia de la jurisdicción administrativa como por otra parte como
lugar de reunión de las principales nociones técnicas del derecho
administrativo.

Para este profesor que escribe y que adhiere a la noción de potencia


pública renovada lo que constituye la originalidad del Derecho
Administrativo, en relación al Derecho Privado, es ese poder
excepcional de actuar unilateralmente en el interés público, bajo la doble
sanción de nulidad de sus actos ilegales y de responder de los daños

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resultantes de su actividad. Comparto así la enseñanza de B. de la
Gressaye.

7.- Es útil a estas alturas del capítulo introductoria de estos Elementos resaltar
los fundamentos del Derecho Administrativo
Waline en su obra “El individualismo y el Derecho” ha definido
magistralmente como esta rama del derecho rompe el orden jurídico
individualista.
El orden individualista se basó en los siguientes principios jurídicos-
políticos:

 La abolición de los privilegios para consagrar la igualdad ante la ley.


 La abolición de lasa entidades intermediarias entre el individuo y el
Estado.
 La consideración de la propiedad privada, y en general de los
derechos subjetivos como derechos absolutos.
 La consagración de la autonomía de la voluntad.

Siguiendo a Fernando Garrido Falla, digamos que, por una parte, el


Derecho Administrativo erosiona esas bases individualistas y por otra crea
nuevas bases político-jurídicas.

Primero erosiona esas bases individualistas.

En efecto, el derecho administrativo, la administración pública y el


funcionario público están en posiciones de privilegio. En segundo lugar, a
través del siglo XIX la abolición de las entidades intermediarias va cediendo
el paso a un rol mas y mas autónomo de la administración municipal y luego
a la consagración legal de un sinnúmero de cuerpos intermedios, entre ellos
las universidades, los colegios profesionales, las confederaciones
sindicales. El propio Chile que por efecto de las corrientes insnaturalistas
da en la Constitución de 1980 una amplia acogida a los cuerpos
intermedios (art. 1º), termina haciendo un parto de los montes y llevándoles
al redil liberal al regular los derechos de asociación y sindicación (art. 19 Nº
15 y art Nº 19.
En tercer lugar, por influjo de las corrientes socialistas y del pensamiento
insnaturalista católico, el Occidente ha terminado por aceptar que los
derechos subjetivos no pueden ser incondicionados o absolutos. Todos
ellos y en especial la propiedad privada tienen una dimensión social. Al
mismo tiempo, en la base de los derechos subjetivos más importantes se
encuentran contenidos colorativos esenciales que el Estado debe respetar.
Por ende cree que una posición plenamente conforme con la teoría jurídica
moderna y la doctrina católica es la del profesor emérito de la U.C. de
Lovaina, Jean Dabin, enseñanza que yo recibiera de manos de mis
maestros Renault y Huberlant y que transcribo “in extenso”: “Cuando la

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dogmática jurídica ha elaborado la noción de derecho subjetivo y ha
construido la teoría no hace sino colocar en este concepto lo que está
incluído en la realidad jurídica misma, a saber, el fenómeno de
prerrogativas consagradas y garantizadas por el derecho objetivo, en el
sentido de orden jurídico positivo. Si la teoría es relativamente reciente con
el carácter de generalización y sistematización que es propio de toda teoría,
lo que ella expresa es tan antiguo como el derecho y la justicia mismas,
porque no se concibe un derecho objetivo que no reconociere, en beneficio
de uno o de otros, estas prerrogativas – de función, de objetivo y de
contenido diversos – se denominan derechos subjetivos…. Ahora bien,
cualquiera que sea o pueda ser la fuerza de expansión de las prerrogativas
concedidas, existe una tendencia natural a desbordar su encuadramiento
(la observación de Montesquieu es válida en todos los dominios: “Quien
tiene poder es llevado a abusar de él”), pero jamás las prerrogativas
nominadas derechos subjetivos han de ser concebidas como absolutos, ni
siquiera en principio, por la doble razón que ellos extraen su valor de a
norma objetiva y en ésta se han marcado los límites frente a otros derechos
igualmente respetables de otros individuos o de la comunidad”.

“Visto desde este ángulo, el problema del derecho subjetivo es un falso


problema, cuya solución está inscrita en la cuestión misma. Pero, otro
problema subsiste, que es el verdadero problema : aquél precisamente de
la delimitación de los derechos subjetivos especialmente en relación al
interés general. Y este problema de repartición es fundamentalmente un
problema de filosofía social, política y jurídica…

No existe entre la noción de derecho subjetivo y una filosofía individualista


ningún lazo orgánico esencial”.

Para el derecho administrativo el concepto de relatividad de los derechos


subjetivos es fundamental para entender la expropiación, incluso en la
Constitución de 1980 donde se ha reformado en términos excesivos y casi
absolutos el derecho de propiedad privada (art. 19 Nº 23, art. 19 Nº 24,
inciso 3º). Sin este carácter relativo de los derechos subjetivos no es
posible entender las restricciones y limitaciones puestas al derecho de
propiedad en razón de interés público ni la posición de la contraparte
privada en los contratos administrativos.

Por último, el derecho administrativo erosiona el concepto de autonomía de


la voluntad, ya que muy a menudo se emplea el mecanismo de acto de
condición o de contrato de adhesión. Así, en los contratos administrativos
las cláusulas que han de regir la relación entre las partes se han redactado
previamente pensando en la relación-tipo y cuando la administración entra
en relación con un determinado particular un acto administrativo concreto
declara aplicable a esta situación concreta las cláusulas contenidaas en la
anterior norma eneral. El ejemplo mas claro es el nombramiento de un
empleado público : una vez que un particular ha demostrado su voluntad

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de formar parte de la administración y ha demostrado la aptitud necesaria,
la administración dicta un acto condición, el nombramiento, mediante el cual
el particular se subsume en la situación estatutaria, es decir,, en una
situación abstracta y de carácter general dictada previamente para todos los
empleados públicos.

Pero, el derecho administrativo no se ha contentado con rechazar,


erosionar o morigerar los principios individualistas del derecho civil, sino
que ha colocado otros fundamentos políticos-jurídicos sociales unos,
socialistas otros:

 La idea capital es la solidaridad que deriva como un imperativo ético


del concepto del bien común y como un hecho que se impone
nacional e internacionalmente, por el fenómeno de la
interdependencia social creciente..
 La idea del mínimo nacional de servicio público formulada por
Sydney Webb. Su fundamento esta en la afirmación de que es de
interés de todas y cada una de las partes de una comunidad nacional
el que a las restantes partes se les satisfagan a lo menos sus
necesidades vitales en un mínimo, mediante un sistema adecuado
de servicios publicos.
 La idea de Colaboración entre los particulares y el Estado en la
construcción del bien común que ha dado lugar a un sinnúmero de
nuevas fórmulas jurídicas, por ejemplo, las llamadas sociedades
economía mixta.

8. Finalmente, para terminar este capítulo introductoria, enumeramos los


contenidos básicos de esta disciplina.

a. La organización administrativa, con sus modalidades de


centralización, desconcentración, descentralización, incluyendo las
personas públicas y los servidores públicos.
b. Los actos de la administración, llamados por algunos medios
relacionales, sean actos jurídicos o no jurídicos, actos unilaterales o
contratos y convenciones de la Administración, en general.
c. El personal de la administración: su estatuto y el derecho
disciplinario.
d. El régimen jurídico de control de la administración, sea éste interno o
externo, sea político, administrativo, jurisdiccional y los controles no
jurídicos (técnico, contable y de resultados).
e. El régimen jurídico de los bienes del Estado y de los bienes de los
particulares en relación a la administración.
f. La responsabilidad de la administración
g. Los poderes de la administración para imponer límites a los derechos
y libertades en relación al orden público (poderes de policía general,
policía de la salud pública, policía de la Seguridad y de la

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tranquilidad pública, policía de población y policías especiales de la
economía.

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