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NO DARÁS FALSO TESTIMONIO

CONTRA SU PRÓJIMO

Maestro: Dr. William E, Ospina C


Facilitador: Pr. Carlos Pérez
Participantes: Armando Pérez

Ciudad Bolívar, Julio del 2019


Índice
LECCION DOS FALSO TESTIMONIO EN LA
IGLESIA DE JESUCRISTO
1.1 Exposición de Éxodos (Éx. 20:16) Y (XXX)
Introducción
1.2 Marco histórico
1:3 Conceptos básicos:
 .- Testigo
 .- Testimonio
 .- Mentira
 .- El prójimo
 .- Falso testimonio
1:4 Tipos y/o formas de falsedades
1.5 Razones de los falsos testimonios
1.6 Poder destructivo del falso testimonio
1.7 El falso testimonio y difamación en la iglesia
de Jesucristo
1.8 Actitud sabia del nacido de nuevo antes los
rumores y falsos testimonio
CONCLUSIÓN
1.3 PREGUNTAS PARA LA LECCIÓN UNO
LECCIÓN DOS FALSO TESTIMONIO EN LA
IGLESIA DE JESUCRISTO

1.1 Exposición de Éxodos (Éx. 20:16) Y (XXX)

Introducción

El tema sobre el falso testimonio, que a continuación


vamos a estudiar, representa hoy en día un contenido
tan relevante, como cualquier otra falta o pecado que
está atacando a la iglesia de Jesucristo, su
crecimiento, desarrollo y expansión, debido al daño
preciso concreto y certero al pueblo del señor, al
crear un ambiente hostil contrario a la armonía y
unanimidad que el Espíritu Santo señala y
recomienda en la congregación de los hermanos en
la adoración y predicación del evangelio: “¿No
tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado
un mismo Dios? ¿Por qué nos portamos
deslealmente unos contra otros, profanando el pacto
de nuestros padres?” (Malaquías 2:10); Cántico de
ascenso gradual; de David. “Mirad cuán bueno y
cuán agradable es que los hermanos habiten juntos
en armonía” (Salmos 133:1).
No obstante, como se verá a continuación, la
prohibición del falso testimonio, está incluido por
nuestro Padre creador en el renglón del cómo tratar y
vivir, y establecer sana y santa manera de
comportarnos delante de él, y con nuestros
semejantes, conocidos como nuestros prójimos, en
un ambiente sano respetuoso, lleno del fruto del
Espìritu donde se haga manifiesto el amor de Cristo
a través de su mandamiento de amarnos los unos a
los otros, sin murmuraciones, chisme, y toda clase
de impureza que hagan un ambiente toxico y
pesando en la iglesia y en nuestra vida espiritual, de
tal forma que no nos estorbe en la visión, misión
propósitos que el señor nos ha provisto par su gloria
y edificación tanto de la iglesia como personal.

Igualmente, lo anterior es precisamente el propósito


de esta disertación, debido al aumento exagerado del
mentir como estilo de vida del mundo actual, que se
ha hecho una conducta habitual en los que no han
conocido al señor, y lo más peligroso es que aun a
los llamados por el señor, y sellados por el Espìritu
Santo, lavados por la sangre de Jesucristo, y nacido
de nuevos, muchas veces caen en este terrible mal,
que está presente en la congregaciones, y se expande
rápidamente como un fuego, tal como el apóstol lo
señaló al principio de la iglesia : “Y la lengua es un
fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta
entre nuestros miembros, y contamina todo el
cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella
misma es inflamada por el infierno.” (Santiago
3:6)…“pero ningún hombre puede domar la lengua,
que es un mal que no puede ser refrenado, llena de
veneno mortal” (Santiago 3:8).

Por ellos se hace necesario, que pasemos a analizar,


este octavo mandamiento, sus implicaciones, cómo
se da en el mundo y lo más resaltante como está
proliferando en la iglesia y cómo debemos estar
alerta y combatirlo con nuestras armas espirituales,
pues, “porque no nos ha dado Dios espíritu de
cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio.” (2 Timoteo 1:7).

1.2 Marco histórico

En la lengua hay poder de vida y muerte;


quienes la aman comerán de su fruto. (Proverbio
18:21).
Este aspecto del falso testimonio, nos conduce a
explorar el cómo se dio desde su inicio este flagelo,
que ha hecho tanto daño a la humanidad, por
ejemplo, en el Antiguo testamento, el creador y
señor nos revela de forma contundente como Jehová
le ordena a Moisés legislar sobre un pueblo
indomable y rebelde como el israelita. “No dirás
contra tu prójimo falso testimonio.”, así como el
mismo salmista tomó una fuerte decisión en su vida,
y la expresa de esta manera: “… el que habla
mentiras no se afirmará delante de mis ojos.” El rey
sabio enseñó mucho sobre los peligros de la
difamación, a la que define también como ‘falso
testimonio’, y describe al difamador de manera
contundente: “Martillo, cuchillo y saeta aguda es el
hombre que dice contra su prójimo falso
testimonio.” En sucesivos proverbios va mostrando
las características del difamador, por las cuales ese
injusto no entrará en el reino de Dios. En contraste
con el testigo verdadero, que “no miente (y) salva
vidas” describe al testigo falso como el que: “… dice
mentiras, y el que siembra discordia entre
hermanos.” Y advierte cuál será el final del mismo:
“El testigo falso no quedará sin castigo, y el que dice
mentiras no escapará (…) perecerá”.
Sobre este aspecto del estudio, siempre ha existido la
necesidad de dar fe sobre determinados hechos o de
reconstruirlos a través de la declaración de testigos,
que hayan estado presentes a lo largo de la historia,
desde prácticamente los orígenes de la civilización.
El recurso al testimonio de terceros se vincula con la
sospecha de que el que afirma algo en interés propio
puede mentir fácilmente, dificultad que no se
presentaría o no con la misma intensidad, cuando es
un tercero el que declara.

De hecho se han destacado los medios elegidos por


los pueblos más antiguos para garantizar la
veracidad de lo declarado por los testigos: por una
parte, se les imponía la obligación del juramento,
con lo que el deber religioso se sumaba al cívico;
por otra parte, se preveían graves castigos para
quienes realizaban afirmaciones falsas sobre hechos
social o jurídicamente relevantes. A su vez, dichas
sanciones podían entenderse como una consecuencia
de la ofensa para la divinidad y luego para la
administración de justicia, implicada en tales
conductas.

En este desarrollo, la conducta punible consiste en


emitir, verbalmente, una declaración falsa, siendo la
falsedad recaída en documentos un delito bastante
posterior. De ahí que se sostenga que el falso
testimonio constituye “el más antiguo de los delitos
de falsedad”.

El caso paradigmático de falso testimonio es aquel


que se verifica en el contexto de un proceso judicial,
en el que la declaración del testigo conforma una
prueba fundante de la decisión del tribunal. A su
respecto, ha sido tradicional la distinción entre los
asuntos en los cuales se presta el testimonio (v. gr.
penales o civiles), entre las disposiciones anímicas
que tiene quien declara falsamente, así como entre
que el testimonio sea a favor o en contra del
interesado en la declaración. Ahora bien, la
utilización de testigos en el tráfico jurídico no se
limita sólo a los testimonios que se realizan en
juicio, extendiéndose, en cambio, a otras situaciones
en que su declaración puede ser de interés para el
derecho. 1

En efecto, aquí examinaremos los orígenes y la


evolución histórica del falso testimonio, hasta llegar
a las distintas formas de sus manifestaciones en el
pueblo de Dios.

Para tal efecto, veamos algunos antecedentes del


falso testimonio en las Leyes de Hammurab,
probablemente el antecedente más remoto del falso
testimonio como conducta punible se halla en las
Leyes de Hammurabi, cuyo § 3 dispone: Si un señor
aparece en un proceso para (presentar) un falso
testimonio y no puede probar la palabra que ha
dicho, si el proceso es un proceso capital tal señor
será castigado con la muerte; mientras que el § 4 de
las referidas leyes establece: Si se presenta para
testimoniar (en falso, en un proceso) de grano o
plata, sufrirá en su totalidad la pena de este proceso.
Como puede advertirse, ya en una de las
regulaciones más primitivas de la declaración falsa
de testigos se establece un criterio de punición que -
con más o menos matices- perdura hasta nuestros
días, según el cual, el castigo de dicha conducta
depende del asunto a propósito del cual se presta el
testimonio mendaz. De ahí que se castigue con la
muerte a quien realice un falso testimonio en un
proceso en el que está en juego la vida del acusado;
o que se sancione económicamente a quien lo lleve a
cabo si lo que se discute es una reparación
pecuniaria.

En relación con nuestro señor, éste lo estableció


expresamente y contundentemente, sin lugar a duda
en el Pentateuco, el cual contiene referencias a la
declaración falsa de testigos, asi como en el Éxodo
como en el Deuteronomio. En lo que respecta al
Éxodo, la alusión al falso testimonio se expresa en
uno de los diez mandamientos (el octavo), en el que
se dispone, genéricamente: No darás falso
testimonio contra tu prójimo. En el caso del
Deuteronomio, el falso testimonio era sancionado de
acuerdo con un sistema talional, que podía llegar a la
pena de muerte en supuestos de suma gravedad.
Como ocurre en otras expresiones del derecho
cuneiforme, las leyes que regulaban la vida del
pueblo judío tenían un claro carácter religioso, que
también marcaba el sistema de delitos y penas
previsto por ellas.

Como se pudo observar, el tema del falso testimonio


los antiguos lo trataron con suma importancia,
debido a las implicaciones que este representa para
el buen vivir y desempeño de la comunidad, y el
establecimiento de normas y pautas de
comportamiento de sus miembros, para el sano
compartir y convivir.

En la actualidad y en el caso de nuestra


congregaciones cristianas que es el punto que nos
interesa mayormente, pareciera que este mal que
nació con el hombre desde la caída de nuestros
primeros padres, y aún persiste con mayor ahínco en
nuestra naturaleza, aunque siendo trasformados y
llenos de la naturaleza divina del señor, sin embargo
combate en una cruzada sin cuartel dentro de
nosotros, pero esta vez con la ventaja que tenemos el
Espìritu del señor, de manera que este Espìritu nos
redarguye constantemente, nos guía, enseña, orienta
y nos lleva a la perfección del alma, la cual una vez
renovada, quebrantada nuestra voluntad, y
canalizadas, nuestras emociones por el señor,
podemos superar este combatir para la gloria del
señor.

1:3 CONCEPTOS BÁSICOS: Testigo; testimonio;


mentira; el prójimo; y el falso testimonio.

“Puede que la pluma sea más poderosa que la


espada, pero la lengua es más fuerte que las dos”.
(Agustín de Hipona), notable teólogo del siglo V,
dijo que “ningún médico puede curar las heridas que
inflige la lengua”.

En relación con esta sección, se considera necesario


desarrollar los siguientes conceptos para comprender
mucho mejor el tópico del falso testimonio:

1.3.1 Testigo: uno que ha visto o ha oído una cosa: “


esta mañana - uno que dice que vio o que oyó algo”
y/o “ no lo vio, o no lo oyó”
1.3.2 Testimonio: Es dar evidencia de algo de otra
persona afirmando alguna cosa acerca de esta
persona que no es cierto. Declaración que hace una
persona para demostrar o asegurar la veracidad de
un hecho por haber sido testigo de él. (Dios es justo.
Dios es amor.)
1.3.3 La mentira: El noveno mandamiento es la
forma que tiene Dios de dirigir nuestros
pensamientos hacia lo que hablamos y cómo
hablamos, y no sólo en relación con el prójimo, sino
de todo lo que decimos.

Sin duda, este mandamiento incluye la prohibición


de mentir. Una de las características que manifiesta
la nueva vida en Cristo es que la persona regenerada
ya no miente (Col. 3:8-9). Seguramente, antes de la
conversión había vivido una vida de mentiras, pero
ahora ha dejado las viejas prácticas atrás al ponerse
en manos de Cristo.

Es realmente lamentable que en la sociedad en que


vivimos, la mentira se haya convertido en un estilo
de vida; muchas personas estén tan acostumbradas a
mentir que engañan incluso cuando no tienen
necesidad. Es como una enfermedad crónica.
Muchas relaciones humanas se basan en el arte de la
mentira hasta el punto de ufanarse por haber
enredado al prójimo mintiéndole.2

La situación descrita, permite definir a la mentira:


“como el comportamiento de alguien que, aunque
está en condiciones físicas o psíquicas de decir una
verdad, escoge intencionadamente engañar a alguien
sin que el destinatario lo haya pedido”. Según los
expertos la mentira es una práctica que se inicia a los
cuatro años y se ejercita toda la vida por los más
diversos motivos”. Al haber tanta proliferación de la
mentira, nuestra sociedad necesita poner una serie de
controles para verificar lo que decimos y ahí hace su
aparición la burocracia.3

Por último, históricamente se han dividido las


mentiras en tres categorías: maliciosa, jocosa y
necesaria.

1.1.4.-El prójimo

Este mandamiento enseña que no se puede ser


testigo falso contra nuestro prójimo. Quizás haya
una relación entre el noveno y el tercer
mandamiento. Ambos involucran nombres y
reputaciones; ambos implican testigos falsos. El
tercero trata del ataque contra el nombre de Dios y el
noveno contra el prójimo.

De esta manera, tenemos que preguntarnos, ¿Quién


es mi prójimo? ¿Todo el mundo es mi prójimo? Para
el judío, el prójimo era sobre todo el israelita y se le
exigía que amara a sus enemigos, pero eso se refería
al enemigo en su propio pueblo (Éx. 23:4-5). En el
NT el círculo se amplía, por cuanto el prójimo se
encuentra ante todo dentro del pueblo de Dios, la
Iglesia (Ro. 15.2).

Resulta claro, que el amor al prójimo es en primer


lugar un amor por el hermano y todos debemos decir
la verdad al prójimo porque somos miembros de un
mismo cuerpo (Ef. 4:25). Pero el asunto no acaba
aquí, ya que el Señor Jesucristo dio respuesta al
intérprete de la ley que le hizo la pregunta “¿quién
es mi prójimo?” con la parábola del buen samaritano
(Lc. 10:25-37).
De manera tal, que, cualquiera que se cruza en mi
camino es mi prójimo. Por tanto, la aplicación de
este mandamiento no se limita a nuestro círculo de
miembros de la iglesia local, sino que debemos
cumplir con la palabra dada, incluso con los
enemigos.

1.3.5 El falso testimonio

Esta parte del mandamiento nos remite sobre todo a


los asuntos judiciales o ante los tribunales. La
palabra que se traduce como “falso testimonio” no
sólo se refiere a falsear la verdad, sino a decir cosas
que no valen nada, inútiles o infundadas.

Por tanto, incluye otros tipos de testimonio que


pueden perjudicar al prójimo fuera de un tribunal.
Pero, en primer lugar debemos examinarlo en el
marco de la práctica de la justicia en los tribunales
del antiguo Israel. La jurisprudencia la ejercían los
ancianos de una localidad, que constituían una
especie de jurado (Rut 4:1-2).
Así mismo, también había jueces profesionales (Dt.
16:18-20). No empleaban abogados ni los medios
actuales, por tanto, el elemento más importante eran
los testigos, los cuales tenían una influencia decisiva
sobre la vida y la muerte: por el testimonio unánime
de dos o tres testigos se podía condenar a muerte a
un acusado (Dt. 17:6, 19:15).

Tal es el caso, que ante la gravedad de su papel


podemos entender los motivos que tenía Dios para
advertir con este mandamiento sobre el testimonio
falso y de alguna manera salvaguardar el ejercicio de
la justicia. Además, si los jueces descubrían a uno
como testigo falso debía recibir el castigo que el
acusado hubiera merecido (Dt. 19:16-19). El Señor
prohibió matar, adulterar y robar en los
mandamientos anteriores a éste, pero para
conseguirlo de modo que puedan salvaguardar la
vida, el matrimonio y la propiedad se necesitan
instituciones legales.

Sobre el asunto, se consideraba al testigo falso como


un gran peligro. Además de todo esto, la expresión
“falso testimonio” indica que puede haber varias
formas de falsedad. Oseas 4.2 menciona cinco
pecados que recuerdan los diez mandamientos. El
noveno busca proteger la reputación de la persona, la
cual corría un riesgo especial en los tribunales de
justicia.

1:4 Tipos y/o formas de falsedades


“No se amolden al mundo actual, sino sean
transformados mediante la renovación de su mente.
Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios,
buena, agradable y perfecta. No os conforméis a
este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta” (Romanos 12:2 | NVI)

Desde el inicio ha existido el falso testimonio, como


ta se ha explicado, pero este ha venido
evolucionando y degradando cada día más, de tal
forma que se ha diversificado que ya se confunde
con un estilo de vida, en las mentes reprobadas y aun
en las transformadas.

Hay varias formas de falsedad:


 Calumnias y murmuraciones: Se refiere a
hablar frívolamente a espaldas de una persona.
Juzgar precipitadamente (Mt. 7:1-3). Todo
juicio irreflexivo se vuelve en contra del que lo
pronuncia.
 La difamación: Es una mentira dicha con
intención y normalmente va acompañada de la
tergiversación de las palabras dichas por
alguien.

Pero es necesario, para comprender mucho mejor


este aspecto, que ahondemos sobre la enseñanza
moral de la Iglesia, la cual debe reprobar no sólo la
falsedad que produce un daño al prójimo; sino
también recriminar a los que -sin acarrear detrimento
ajeno- mienten por recreo y diversión, y a los que lo
hacen por interés y utilidad. En estos casos, la
mentira suele constituir en sí misma un pecado casi
sin importancia, puesto que quien escucha no tiene
un derecho estricto a conocer la verdad de que se
trata. Pero fácilmente crea un vicio, que induce a
caídas mayores. Cuando se quebranta a la vez un
deber grave de justicia o caridad, constituye pecado
mortal. Recordemos a Santiago: “Y la lengua es un
fuego, un mundo de iniquidad. La lengua está puesta
entre nuestros miembros, la cual contamina todo el
cuerpo, es encendida por el infierno e inflama el
curso de nuestra vida.”(3.6: La Biblia de las
Américas)

Las evidencias anteriores, permiten señalar dos


pecados principales que se oponen a la verdad y
naturaleza del señor, asì como a nuestra honestidad,
uno por defecto y otro por exceso. Por defecto, la
mentira en sus distintas formas. Por exceso, la
violación de secretos, que es la revelación de una
verdad, que debería mantenerse oculta. Según las
circunstancias veremos los distintos grados de
malicia.

Visto así, la mentira es asegurar como verdadero o


falso, con palabras o con obras, lo que no se tiene
por tal. Por razón del fin que se persigue al mentir,
se distinguen tres clases de mentira:

 Jocosa: que se dice por simple broma. Por sí


misma no perjudica ni beneficia a nadie.
 Oficiosa: que se dice en beneficio propio o de
otra persona, sin perjuicio de nadie.
 Dañosa: cuando hay intención o al menos
previsión del daño ajeno.

Sin duda, jamás será lícito mentir, ni por interés


propio o ajeno: la mentira asemeja el hombre al
diablo, padre de la mentira (Jn 8:44); hace imposible
la vida social; acarrea la pérdida del buen nombre; y,
finalmente, significa una vida frustrada
espiritualmente. De modo que todo tipo de mentira
nos aleja de la presencia del señor y de hacer su
voluntad convertirnos en cristianos carnales,
insensibles, alejado al andar en el Espìritu y
obediencia absoluta de la voluntad del señor.

Por otra parte, veamos los libertinajes accesorios con


relación a la mentira, como son:
 La simulación, que es la mentira que se
realiza con hechos en vez de con palabras;
 La hipocresía, que es una simulación
especial, que consiste en aparentar
exteriormente lo que no se es en realidad;
 La vanagloria o jactancia, consiste en
elevarse sobre lo que uno es, o en atribuirse
excelencias que no se tienen;
 La ironía que, se entiende como el tratar de
ridiculizar a uno caricaturizándolo de manera
malévola tal o cual aspecto de su
comportamiento.4
 La adulación: Consiste en engañar a una
persona hablando falsamente bien de ella, con
el fin de sacar algún provecho. Es un pecado
por exceso contra la afabilidad, que supone
en el fondo siempre hipocresía y un refinado
egoísmo.
 La locuacidad: Íntimamente unida a la
mentira está la locuacidad, el hablar con
ligereza (Cfr. Mt 12:36), que lleva fácilmente
a apreciaciones inexactas o injurias, que
pueden dar lugar a verdadera mentira y
calumnia.

1.5 Razones de los falsos testimonios


El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón
saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de
su corazón saca lo malo; porque de la abundancia
del corazón habla la boca. (Lucas 6:45 - RVR60)
Ahora nos toca en esta otra sección, parlamentar
sobre las intenciones veces negras y obscura de la
razones del corazón del hombre no convertido y
nacido de nuevo en el señor , en caso de los creyente
quienes cada día son redargüidos, enseñados,
guiados y perfeccionados por el Espíritu

Para ello, examinemos los siguientes versículos que


son claves para descubrir tales intenciones del
corazón del hombre: Génesis. 39.13-20; 1Reyes
21.9-13, Mateo .26.59, la mayor razón:
 Para destruir a otro, vengarse de lo que otro
ha hecho:
(a) Aquí fue en un sentido físico. Más común es en
destruir su fama o sus amistades.
(b) No querer que otro sea apreciado. Que otro esté
en la iglesia. Que a otro le va bien
(c) sacar a otro de su trabajo, meterle en algún
problema
(d) yo he hecho malo pero al ser descubierto echo la
culpa en otro diciendo cosas que no son ciertas
 Por gustar el hablar y ver cómo responde la
gente
 Por imaginar cosas
 Nuestra imaginación nos puede llevar a
muchos pensamientos y problemas. Tenemos
que aprender a no confiar en ella. Exigir bases
concretas para nuestros pensamientos.
 Por pensar que somos Dios en saber el
motivo de alguno
 Para mostrarle santo: dar quejas a los líderes
de otros - no estoy hablando de lo que es cierto.
querer ayudar a mantener pura la iglesia. No
es razón para contar cosas que yo no sé si son
ciertas o no. 5
Como se puede percibir existen infinidades de
motivación para que una mente reprobada y un
corazón no transformado, sea influenciado por el
diablo y su concurnspicencia para caer en este
terrible pecado más destructible, que cualquier otro
dentro de la iglesia ya que es muy silente y efectivo
para incomunicar y crear un clima tóxico y carnal en
el pueblo del señor, el Dios del cielo mediante su
Espíritu nos guíe y ayude a combatirlo y se puro y
honesto dentro y fuera de la iglesia.
1.6 Poder destructivo del falso testimonio

Ahora debemos profundizar sobre los resultados de


este terrible pecado, como lo es el falso testimonio,
tanto en el agraviado individualmente, así como a las
familias de Dios en su iglesia.

Si bien es cierto, que en los primeros cuatro


mandamientos, norman la relación entre Dios y el
hombre. Los siguientes seis mandamientos, norman
la relación entre el hombre y el hombre. Ambas
categorías, buscan que honremos a Dios y tengamos
paz con El y con nuestro prójimo.

No obstante, el noveno mandamiento dice: “No des


falso testimonio en contra de tu prójimo.” Es decir,
dar falso testimonio, es decir mentiras sobre nuestro
prójimo.

En todo caso, cabría preguntarse, ¿Por qué existe


este mandamiento? Este mandamiento existe para
proteger el derecho de toda persona, a la reputación.
Ahora bien, como sabemos una mentira, destruye la
reputación de una persona. Una mentira, y, usted
puede dañar a una persona, asi terminal encarcelado
toda una vida.

Lo más significativo, es que el falso testimonio es


tan destructivo como una bomba. Sólo que en lugar
de hacer volar en pedazos su cuerpo, hace volar en
pedazos su reputación. Y la reputación es más
valiosa que las riquezas.

Se observa también, que no sólo los medios


tradicionales o los que buscan impartir justicia,
pueden ser culpables de falso testimonio. También
cualquier usuario de las redes sociales puede escribir
y compartir lo que otros escribe que al final, sin
haberlo comprobado, dará un falso testimonio y
esparcirá mentiras destructivas sobre la vida de otro.
No se necesita ni estar en las redes sociales, para dar
falso testimonio. Alrededor de una mesa, usted
puede compartir lo que escuchó, que, sin
comprobarlo, no sólo es mentira, sino que destruirá
la reputación de otros.
En todo caso, cuando emitamos opinión, tengamos
cuidado de no hablar sin fundamento. Porque es
probable que nuestras palabras sean una bomba que
destruya, la reputación de otros.

En efecto, cuando leamos lo que sea en donde sea,


no lo creamos a la primera. Preguntémonos ¿Será
esto cierto?, ¿Cuál es la motivación de estas
personas en cuanto a lo que afirman?, y, ¿Será esto
verdad o un falso testimonio con tal de promover
una agenda basada en propósitos que
desconocemos?, ¿Qué pruebas convincentes y no
sólo argumentos sin fundamento utilizan? Analice lo
que dicen desde todos los ángulos y evalúe, no sea
que usted resulte siendo manipulado para destruir sin
saberlo, a otros. De forma que nos guardemos de
toda especie de mal, ya sea por comisión u omisión.

Por último, recuerde que, ante la destrucción de la


reputación de otros, siempre hay alguien que gana
algo. Aunque sea, siquiera, el placer de destruir sólo,
la reputación de alguien ante los demás. Y mientras
más pública sea una figura, más falso testimonio se
levantará sobre ella. No sea demasiado crédulo.
Piense, analice, evalúe, pregúntese, hable con otros,
converse. En la Era de la supuesta mayor
información, existe demasiad desinformación.

De hecho, sea sabio al hablar, no dé falso testimonio


en contra de su prójimo. Y sea sabio al escuchar y
leer lo que se escribe de otros, puede ser falso
testimonio. No sea que usted crea una mentira y
despierte en su corazón emociones verdaderas pero
creadas por una mentira, que resultarán ser
destructivas para el otro, para usted y para todos. Y
usted un instrumento para gente que sabe, que la
mayoría de personas sólo escuchan un chisme y cual
robots, lo creen, comparten y esparce. Piense,
reflexione, analice. 6

1.8 Incidencias del falso testimonio y difamación


en el renombre y/o reputación en la iglesia de
Jesucristo

Esta postrera sección, observemos como este pecado


con apariencia inofensiva pero altamente tóxica y
destructiva de la vida de los creyente, actúa y se
desarrolla tan natural en la iglesia que es uno de los
recursos satánicos más exitoso del diablo y sus
seguidores, al socavar constantemente la pureza,
confianza y buenas relaciones armónicas de los
hermanos, al nivel tal que por su abundancia práctica
y con este tipo de pecado se enfriará el amor de
muchos.

Como bien se sabe, es indudable, que el buen


nombre y/o gloria del prójimo, sea un valor muy
relevante, casi único en la vida del señor y
testimonio de los creyentes en la vida de iglesia y
fuera de ella, tanto es así que el mismo apóstol Pablo
disertó: “15… Pero yo de nada de esto me he
aprovechado, ni tampoco he escrito esto para que se
haga así conmigo; porque prefiero morir, antes que
nadie desvanezca esta mi gloria” (1 Corintios 9:13-
27).

A este aspecto, emprendamos entonces con el


derecho al honor y a la buena fama, en nuestra vida
cristiana:

El derecho a la reputación es natural al hombre.


Todo ser humano tiene derecho a su buena gloria,
pues nadie ha de ser tenido por malo hasta que sea
evidente que lo es. Por eso la injusta difamación de
una persona es un pecado contra la estricta justicia, y
obliga, en consecuencia, a restituir.

En efecto, la gloria es la opinión que las gentes


tienen de una persona, y puede ser buena o mala,
según la conducta. El honor es el testimonio de la
excelencia de alguien, lo que puede hacerse con
palabras, con hechos, o con cosas exteriores. Ante
Dios, que escruta los corazones, es suficiente el
testimonio de la conciencia; pero ante los hombres
se requieren los signos exteriores.

A sí mismo, señalemos la diferencia entre la


reputación y el honor. Este es una testificación de la
excelencia ajena; la reputación, es la opinión pública
de esa excelencia. El honor se muestra al presente
mientras que la gloria se refiere al ausente. El honor
se hiere por la contumelia, que consiste en la injuria
verbal o real hecha contra el prójimo en su misma
presencia. La reputación se daña principalmente por
la calumnia y la detracción, que recaen propiamente
sobre el prójimo ausente.7
Por otro lado, la buena popularidad es necesaria para
el ejercicio de la profesión, la autoridad y la
convivencia. El derecho al honor y a la fama es un
bien precioso, que vale más que las riquezas.
Fácilmente se ve la gran importancia de la fama y
del honor para una vida digna humana, tanto
personal, como familiar y social. Es un bien tan
valioso que traspasa las fronteras de la muerte, pues
los difuntos siguen teniendo derecho a su propia
popularidad.

Para tal efecto, veamos los Pecados que lesionan


este bien (reputación y/o gloria, y testimonio del
creyente):

 Juicio temerario: tiene lugar cuando, sin


suficiente fundamento, se juzga, o se admite
voluntariamente pensamientos de sospecha
sobre posibles pecados o malas intenciones del
prójimo. Pero para precisar más esta cuestión,
conviene distinguir entre juicio temerario,
sospecha, y duda temerarias.
De allí, que se pueda decir, que juicio temerario es
el firme asentimiento de la mente sobre vicio o
pecado del prójimo, sin motivo suficiente. Y es
distinto de la sospecha temeraria, es decir, de la
inclinación al asentimiento; y de la duda temeraria,
que consiste en la suspensión del asentimiento sin
motivo suficiente.

Ahora bien, respecto a la malicia del juicio


temerario, hemos de decir que por su naturaleza es
pecado mortal contra la justicia, pues el prójimo
tiene derecho a que no se le desprecie creyéndole
malo, si no es con pruebas. Pero admite parvedad de
materia. Todos los juicios temerarios son de la
misma especie moral y así, en la confesión, basta
acusarse de haber consentido en tantos juicios
temerarios en materia grave o leve, sin necesidad de
explicar sobre qué materia recaía el juicio.

De hecho, para ser grave se requiere que sea:


 temerario, fundado en motivo insuficiente;
en materia grave;
 firme, pues de otro modo no se infiere grave
injuria;
 deliberado, con advertencia, al menos confusa,
de la gravedad de la cosa y de la futilidad de los
motivos, o cuando menos de la necesaria
obligación de examinar su suficiencia.

La duda y la sospecha temerarias, por su naturaleza,


parecen pecados siempre perdonables. Podrían ser
graves en casos determinados.

En esta última sección, se corresponde con la actitud


que los nacidos de nuevo deben poseer y aplicar
antes este pecado satánico, así como antes cualquier
otro,…..

COMO BIEN SE SABE, LA DIFAMACION , EL


CHISME, LA MENTIRRA EN TODOS SUS
FORMA DE PRESENTACION,INCLUYENDO EL
FALSO RTESTIMONIO,SON HERRAMIENTAS
SANTANICAS ,QUE EL ENEMIGO DE DIOS Y
SU PUEBLO,INVENTO PARA CAUTIVAR
YDESTRUIR LA CREACION DE DIOS Y SU
IMAGEN EN LA TIERRA….. mal del falso
testimonio, es precisamente, difamación: como ya
sabemos la difamación es cualquier atentado injusto
contra la fama del prójimo. Puede ser de dos tipos:

 Detracción o murmuración: que consiste en


revelar pecados o defectos realmente
existentes del prójimo, sin una razón
proporcionadamente grave;

 calumnia: que es atribuir exteriormente al


prójimo pecados o defectos falsos, o no del
todo verdaderos. La calumnia encierra una
doble malicia: contra la veracidad y contra la
justicia.

No obstante, carga con una grave responsabilidad


quien admite o propala a la ligera insinuación de
otras personas contra la fama de un tercero.

En relación con la detracción equivale la susurración


(chisme), que es la detracción que siembra la
discordia entre amigos. En cuanto a la malicia de la
detracción, aunque sea simple o calumniosa, directa
o indirecta, formal o material, es pecado grave,
aunque no siempre, por razón de la materia. Pecado
que va contra la justicia y la humanidad. Contra la
justicia, porque lesiona el derecho estricto del
prójimo a su popularidad. Contra la misericordia,
que nos manda amarnos unos a otros y, en
consecuencia, prohíbe hacernos daño. La calumnia
es más grave, lógicamente, porque envuelve una
mentira.

Sin duda, siempre que ha habido difamación -ya sea


detracción o calumnia-, existe obligación de poner
los medios posibles para devolver al prójimo la
buena fama, en la que injustamente se le ha
lesionado. Y de compensar los daños injusta y
eficazmente causados y previstos. Ha de hacerse
cuanto antes.

Debe señalarse, que existe la cooperación en estos


pecados. Aunque en distintos grados, coopera a la
difamación:

 El que induce a otro a la murmuración;


 Quien se gozara y escuchara con gusto al
difamador;
 El superior que no impide la murmuración
sobre el súbdito;

De modo, que cualquiera a quien, aun


desagradándole el pecado de difamación , por
temor o negligencia o vergüenza no corrigiera y
rechazara al cooperador de la injusta difamación
peca contra la justicia, grave o levemente según la
eficacia y el grado de su intervención. De todas
formas, el que oye la detracción, si induce
eficazmente a ello, peca de igual modo que el
denigrante, es decir, contra la humanidad y contra la
justicia, pues coopera formalmente a la acción
injusta y es reo de escándalo directo, por provocar la
difamación. Por lo cual está obligado a restituir la
fama al difamado solidariamente con el detractor.

Si goza interiormente en la detracción, pero sin dar


su aprobación exterior, peca contra la compasión
(gravemente si procede de odio o de envidia grave),
contra la justicia interna y, a veces, contra la
veracidad, por la refinada hipocresía con que
disimula sus verdaderos sentimientos internos, para
no quedar en mal lugar.
Asimismo, el que no impide la detracción
externamente, aunque la desapruebe en su interior, si
este proceder obedece a respetos humanos o
pusilanimidad, el pecado no suele pasar de
superficial, e incluso podía excusarse si estuviera
moralmente seguro de la inutilidad de su
intervención. Pero si hubiera fundada esperanza de
éxito y pudiera hacerse sin grave incomodidad, sería
pecado mortal contra la gracia, tratándose de una
detracción grave. La obligación de impedir la
detracción del prójimo en el superior es mucho
mayor que en las personas particulares. Si no corrige
al súbdito difamador, ordinariamente pecará contra
la justicia y contra la humanidad con respecto al
difamado.

Al mismo tiempo, la obligación de reparar la


reputación y los daños, a los que antes aludíamos,
recae sobre el que la lesiona injustamente, de
cualquier modo que sea: ya internamente o ante el
propio juicio, es decir, tiene obligación de
rectificárselo a sí mismo, por el derecho del prójimo,
ante nuestra propia conciencia, a conservar su fama.
-Ya externamente, por la detracción, si ha actuado
como detractor principal, o como cooperador
positivo (consintiendo, mandando, aconsejando,
etc.) o como negativo (no impidiendo, pudiendo y
debiendo hacerlo por justicia).

Finalmente, la naturaleza del chisme es satánica y


contraria a la santidad de Dios, y de la buena
reputación del pueblo de Dios, y su testimonio que
el señor nos encomendó; En Romanos 1.28-31, Dios
detesta el chisme, y por tanto, no considera
agradables la conversación frívola ni las palabras
mal intencionadas (Col 3.8). Lamentablemente, el
chisme es tan común, que incluso algunos creyentes
lo practican y justifican. Pero los rumores no tienen
cabida en la vida de un cristiano. Algunos hasta lo
ridiculizan cuando señalan a que Pedro dijo: porque
nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos
visto y oído. (HECHO 4:20).

Este mal es tan tóxico para la vida de iglesia que el


apóstol Pablo lo precisó como uno de los grandes
males que aqueja a las congragaciones, en Romanos
1: Que contiene una de las listas de pecados más
largas que hay en la Biblia. Su autor, recuerda a los
creyentes que Dios se ha revelado a toda la
humanidad, y les dice que quienes le rechazan para
ir tras los ídolos, Él los entrega a la inmundicia y a la
concupiscencia (Romanos 1.24).

En líneas generales, la mentira aparece en medio de


la lista, y Dios la detesta porque ella destruye vidas.
La persona víctima del rumor, sea cierto o falso,
muchas veces pierde el respeto de quienes le rodean.
Entre sus efectos no están solo los sentimientos
heridos; también se pueden perder un empleo o una
relación. De allí que como cristiano en amor del
señor debe combatir este flagelo, con mansedumbre,
espiritualmente y con el carácter que se merece, ante
sus efectos nocivos.

De modo, que quienes propagan chismes, también


enfrentan consecuencias destructivas. Su negativa a
controlar su lengua revela motivos perversos o, por
lo menos, falta de disciplina. Las personas temerosas
de Dios, como también muchos que no son
creyentes, evitan a esas personas con frecuencia,
porque tienen una reputación empañada. Pero lo más
dañino para un creyente que esparce rumores es que
su acción puede arruinar su comunión con el Señor,
porque en un mismo corazón no pueden coexistir la
animosidad hacia otra persona y la intimidad con
Dios.

El chisme no le hace bien a nadie, y por eso Dios


nos amonesta contra el mismo. Debemos utilizar
nuestras palabras para consolar, alentar y edificar a
otras personas.

Conclusión

Como hemos visto el tema sobre el falso testimonio


es muy relevante y bueno conocer, a este
instrumento maligno para poder combatirlo y no
caer de manera ingenua en sus influencia, ya que el
mismo es característico de la naturaleza caída y está
presto originarse, siempre que no estemos entrenado
por el Espíritu Santo para estar en amor, poder y
dominio propio lleno de la gracia de Dios para poder
precisarlo y combatirlo en toda sus manifestaciones.

El Pentateuco, contiene referencias a la declaración


falsa de testigos, asi como en el Éxodo como en el
Deuteronomio. En lo que respecta al Éxodo, la
alusión al falso testimonio se expresa en uno de los
diez mandamientos (el octavo), en el que se dispone,
genéricamente: No darás falso testimonio contra tu
prójimo. En el caso del Deuteronomio, el falso
testimonio era sancionado de acuerdo con un sistema
talional, que podía llegar a la pena de muerte en
supuestos de suma gravedad. Como ocurre en otras
expresiones del derecho cuneiforme, las leyes que
regulaban la vida del pueblo judío tenían un claro
carácter religioso, que también marcaba el sistema
de delitos y penas previsto por ellas.

Principales razones para llegar a falso testimonio:


• Para destruir a otro, vengarse de lo que otro ha
hecho
• Por gustar el hablar y ver cómo responde la
gente
• Por imaginar cosas
• Nuestra imaginación nos puede llevar a muchos
pensamientos y problemas.
• Por pensar que somos Dios en saber el motivo
de alguno
• Para mostrarle santo: dar quejas a los líderes de
otros - no estoy hablando de lo que es cierto. querer
ayudar a mantener pura la iglesia.
PREGUNTAS DE LA LECCION UNO
1.- Defina los siguientes términos: Testigo,
testimonio, mentira, prójimo, y falso testimonio
2.- ¿Dónde el señor, señala que no se debe dar mal
testimonio, y qué condena en este precepto?
3.- ¿Cuáles son las formas y/o tipos de falsedades
que presenta el autor?
4.- ¿Cuáles son las principales razones del falso
testimonio?
5.- ¿Cuál Poder destructivo ostenta el falso
testimonio, según experiencia?
6.- ¿Qué acontecimientos ha tenido el falso
testimonio y difamación en el renombre y/o
reputación de su iglesia o alguna experiencia por Ud.
conocida?
7.- ¿Cuáles son los pecados que lesionan que
lesionan bien (reputación y/o gloria, y testimonio
del creyente), según el autor?
8.- ¿Qué se requiere para que el juicio temerario sea
más grave, según el autor?
9.- ¿Qué actitud sabia Ud. Como nacido de nuevo
debe asumir antes los rumores y/o falsos
testimonios?
10.- ¿Qué otra pregunta considera Ud., debe
formularse sobre el falso testimonio?

BIBLIOGRAFIA CONSULTADAS

1.- MAYER LUX, Laura y VERA VEGA, Jaime.


HISTORIA DEL FALSO TESTIMONIO (1).
Revista de estudios histórico-jurídicos. Versión
impresa ISSN 0716-5455. Rev. Estad. Hist.-juríd.
no.40 Valparaíso ago. 2018
2.-
3.- PUIGVERT, Pedro. No hablarás contra tu
prójimo falso testimonio (Éx. 20:16).
4.- PUIGVERT, Pedro. No hablarás contra tu
prójimo falso testimonio (Éx. 20:16).
5.- "NO HABLARÁS CONTRA TU PRÓJIMO
FALSO TESTIMONIO" - FAITHLIFE
SERMONS.https://sermons.faithlife.com/.../100059
-%22no-hablaras-contra-tu-projimo-falso-testi...
6.-"NO HABLARÁS CONTRA TU PRÓJIMO
FALSO TESTIMONIO" - FAITHLIFE
SERMONS.https://sermons.faithlife.com/.../100059
-%22no-hablaras-contra-tu-projimo-falso-testi...
7.- LA DIFAMACIÓN, LA INJURIA Y EL
FALSO TESTIMONIO - PROTESTANTE
DIGITAL.protestantedigital.com › MAGACÍN ›
Agentes de cambio.
8.- LÓPEZ, Alex. EL PODER DESTRUCTIVO
DEL FALSO TESTIMONIO - LA
CATAPULTA.www.lacatapulta.net › Vida
cristiana. Septiembre 4, 2017.
9.- PRADOS, Lucas. “No dirás falso testimonio ni
mentirás”. ADELANTE LA FE RORATE CÆLI
THE REMNANT.
10.- PRADOS, Lucas. “No dirás falso testimonio
ni mentirás”. ADELANTE LA FE RORATE CÆLI
THE REMNANT.

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